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Si la gente no tiene comida, directamente no va a cursar
Milagros Lamboglia, actual presidenta del Nuevo CECSEA, nos cuenta cómo emerge, se organiza y distribuye la ayuda que realizan a través de la entrega de bolsones de comida.
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:: Por Mariana Rodriguez y Rita Schab
En el marco del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, el CEPA asumió la labor de transformarse para poder seguir cumpliendo con su compromiso y generar nuevas soluciones a las problemáticas que surgieron en la presente coyuntura.
Milagros, ¿Cómo surgió la idea de ayudar a les compañeres con la entrega de alimentos? ¿Fue una demanda o un planteo que se dio entre ustedes?
Nosotros tuvimos una reunión entre las agrupaciones que componemos el Centro y viendo que esto perduraría, realizamos un relevamiento de estudiantes que estaban en situación de vulnerabilidad. En un primer momento esto nos brindó una cifra de 25 compañeros en indefensión.
¿Cómo realizaron el relevamiento y cuáles fueron los parámetros para definir quienes dispondrían o no de la ayuda?
Se propusieron preguntas de índole personal, nombre y apellido, edad, la cantidad de materias que cursan, la instancia en la carrera, si tenían alguna beca, cuántas personas compartían la vivienda y cuántos de los mismos trabajaban. A partir de ahí, definimos cuál era el grado de necesidad. Todo se realizó vía internet. El relevamiento se llamó “Estudiantes en situación de vulnerabilidad” y se difundió por las redes sociales. Entonces, quienes estaban interesados completaban el formulario. Una vez obtenidos los números iniciamos la campaña de donaciones.
¿Existe una historia previa de la entrega de alimentos por parte del Centro?
No, la entrega de los bolsones de alimentos se relaciona exclusivamente por la cuarentena dictaminada en esta situación de pandemia. De hecho, hubo muchos compañeros que en un principio no disponían de recursos, y al realizar un segundo contacto con ellos, nos informaron que habían obtenidos las becas UNQ y nos pidieron que los bolsones sean dados a quienes se encuentren con mayor urgencia.
¿Cómo obtuvieron las donaciones y cuántas veces se realizó esta ayuda?
Comenzaba la “Fase uno” del aislamiento, por lo tanto, estábamos impedidos de movernos por la zona. La campaña estuvo sustentada por nosotros. Si bien había intención externa de colaborar, al ser un momento de bastante desconocimiento, quienes ofrecían alimentos ni querían que vayamos a retirarlo, ni podían acercarlo. Por lo que fue algo interno, gestionado a partir de aquellos que conformamos el Centro y las agrupaciones. Los que teníamos contactos y nos podíamos mover, juntamos lo que pudimos y lo repartimos. Las donaciones fueron, en una primera instancia, hechas por los integrantes del Centro. Inicialmente fueron dos veces y comenzamos con la campaña para realizar una tercera. No tenemos fecha exacta porque mucho depende de las donaciones que consigamos, pero la intención es que se realice este mes de octubre.
¿Al estar en una fase menos restringida de la cuarentena, las donaciones tienen más dinamismo o se perfilan de la misma manera que en la “Fase uno” del aislamiento?
Recibimos más alimentos, pero también agregamos la opción de Mercado Pago. La idea la trajo una compañera y en un principio nos encontrá-
bamos en disyuntiva pensando esta modalidad, ya que ingresa dinero al Centro y puede generar dudas su destino. Pero como era una herramienta acorde al momento, decidimos implementarlo y realmente dio resultados positivos. Con esta modalidad combinada hicimos la segunda tanda y así también será la tercera.
En la misma línea que han desarrollado este tipo de ayuda a través de la entrega de alimentos, ¿hay otras acciones que se vinculen con la comunidad, con el estudiante fuera de la universidad?
Como Centro de Estudiantes no llegamos a canalizar más demandas, pero sí como agrupaciones. Participamos de las ollas populares, estamos en los barrios como voluntarios, pero no en acción conjunta como centro de estudiantes.
Dada esta nueva modalidad de la virtualidad y en vistas de no encontrarse cercana la persona para interactuar con les estudiantes, ¿cómo proyectan sus acciones futuras como Centro?
Cuando asumimos el compromiso de la entrega de bolsones, lo hicimos pensando en cuáles eran las prioridades del momento: si era solo lo estudiantil o había otra cosa que estaba demandando, y justamente por eso decidimos puntualizar ahí. Si la gente no tiene comida directamente no va a cursar.
Para finalizar, ¿cuál crees que es la forma de retroalimentarse entre Centro y estudiantes en este momento en particular?
Más allá de este momento en particular, en donde la participación es mucho más difícil por la virtualidad, es importante tratar de estar y generar ideas nuevas. Lo más interesante es el aporte externo, ya que a nosotros muchas veces se nos pierden cosas. Como les decimos cada vez que vamos a las aulas, necesitamos que vengan a involucrarse.
Para donaciones comunicate con:
Facebook: CECSEA UNQ Instagram: @nuevocecsea CBU para transferencias: 0140000703100054734704 Mercado Pago (consultar con el CECSEA)
Colecta de donaciones en grandes supermercados. Foto: Instagram @cepa_unq.