Haz grandes cosas para Dios
Corrie ten Boom
mujer valiente y el refugio secreto
Laura Caputo-WickhamIlustrado por Isabel Muñoz
Corrie ten Boom vivía en una casa muy peculiar, rodeada de familia, amigos y MUCHOS relojes…
Había relojes altos, relojes pequeños, relojes lujosos, y relojes divertidos.
Y Papá, el mejor relojero en la ciudad holandesa de Haarlem, ¡sabía cómo arreglarlos!
La familia de Corrie se reunía todos los días para leer la Biblia.
«Tú eres mi refugio y mi escudo», leyó Papá un día. «Tu palabra es la fuente de mi esperanza».*
Corrie se sentó allí, preguntándose:
La respuesta llegó muchos años después.
«¿Por qué alguien necesitaría un refugio?».
Corrie estaba durmiendo en su habitación, cuando un gran ¡BANG! la despertó. Cuando miró afuera, vio destellos brillantes seguidos por fuertes explosiones.
«Guerra», susurró ella.
De verdad era la guerra. Una grande, llamada la Segunda Guerra Mundial. Los países estaban peleando y a las personas las maltrataban o las mataban por cómo se veían, por cómo hablaban o por el lugar de donde venían.
Algunas de estas personas eran judías.
Los soldados persiguieron a los judíos y los pusieron en horribles campos de prisión donde muchos murieron.
Mientras Corrie veía que esto sucedía, hizo una oración muy valiente.
«Señor Jesús, me entrego por el pueblo judío. En cualquier forma. En cualquier lugar. En cualquier momento».
Y así como pasa con cada oración hecha por un seguidor de Jesús, esta también fue escuchada.