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Introducción
Día 3: El Dios eterno .......................................................... 125 Día 4: Un Dios de pactos.................................................... 131 Día 5: Recuerda y reafirma.................................................. 141 Semana 5 Día 1: El Dios soberano ...................................................... 147 Día 2: La providencia de Dios............................................. 152 Día 3: Dios creador: el mundo espiritual............................. 158 Día 4: La creación alaba a Dios........................................... 165 Día 5: Recuerda y reafirma.................................................. 171 Semana 6 Día 1: Él es digno................................................................ 177 Día 2: Cristo, la mayor bendición ....................................... 181 Día 3: Cristo, la bendición eterna........................................ 186 Día 4: Cristo, un regalo del Padre ....................................... 192 Día 5: La canción de los redimidos ..................................... 197 Guía para el líder ................................................................. 201 Apéndice ............................................................................... 203
Me atrevo a aseverar que Salmos es el libro más leído de la Biblia. Sus páginas han inspirado la letra de innumerables himnos y cantos. Las expresiones de alabanza de los salmos han llenado corazones con gozo exuberante a través de los siglos. Los cantos de Israel son también los cantos de la Iglesia hoy.
En los salmos, también encontramos el eco de nuestra propia voz para comunicar cómo nos sentimos en múltiples ocasiones. Gen‑ eraciones y generaciones de creyentes han encontrado en sus pági‑ nas refugio en tiempos de angustia, esperanza en el dolor, aliento cuando la vida duele, consuelo para la tristeza, fortaleza en las tor‑ mentas y mucho más. Pero el centro de este libro va más allá del mundo emocional de sus autores, aunque así lo refleje. En Salmos, podemos encontrar al Dios revelado, Sus obras y trato con Su pueblo. Además, el libro de Salmos —aunque tal vez de manera no tan evidente— nos habla de Jesús, el Redentor y Salvador que habría de venir. Al escribir este estudio bíblico, mi deseo es que podamos aden‑ trarnos en la belleza poética y teológica del Salmo 103. Queremos explorar lo que sus versos nos revelan sobre Dios, Su carácter y atributos. Y al hacerlo, veremos que, a medida que conocemos más sobre nuestro Dios, más lo amamos y más evidente se hace que solo