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Día 5: Cristo en los salmos

El Nuevo Testamento habla de Jesús sentado a la diestra del Padre en muchos pasajes diferentes; Efesios 1:20 y Hechos 2:32‑35 son dos ejemplos. Leamos otra vez el versículo 4 de este salmo: El Señor ha jurado y no se retractará:

«Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec».

De ningún otro rey davídico se dice algo así, porque este Melquisedec, personaje misterioso, no tiene relación con el rey David. De modo que, cuando estas palabras se escribieron, y cuando se cantaban, la referencia era al Rey prometido. Y, una vez más, el Nuevo Testamento lo reafirma.

Lee Hebreos 7:21‑22. ¿Qué se nos dice de Jesús? Ningún rey del linaje de David ejerció también la función de sacerdote, lo que nos permite ver que la referencia en verdad es a Cristo. En el Salmo 110, leamos nuevamente los versículos 5 al 7: El Señor está a Tu diestra;

Quebrantará reyes en el día de Su ira. Juzgará entre las naciones, Las llenará de cadáveres, Quebrantará cabezas sobre la ancha tierra. Él beberá del arroyo en el camino; Por tanto levantará la cabeza.

Este pasaje encierra un tema común en el Antiguo Testamento: la vic‑ toria sobre los enemigos en un día postrero. Sabemos que esa victoria y juicio final le pertenecen a Cristo, y es lo que reafirma el Nuevo Testamento en pasajes como Apocalipsis 19:11‑21.

Mi querida lectora, Cristo es, si se nos permite usar la frase, el héroe protagónico de la Escritura y como hemos visto, el libro de Salmos, con toda su belleza poética, también nos habla de Él. Entonces, ahora que hemos puesto este cimiento necesario para poder entender mejor el libro de Salmos, avancemos hasta el objeto de nues‑ tro estudio, el Salmo 103.

RESPUESTAS A PREGUNTAS

Día 1

Ejercicio 1 Éxodo 1:1‑22: Narrativa Daniel 12: Apocalíptica Proverbios 25:8‑10: Sabiduría o sapiencial Miqueas 5:2‑4: Profecía Cantares 8:6‑7: Poesía Tito 1:1‑4: Cartas Lucas 14:15‑24: Parábolas

Semana 4

Día 1 El Dios Padre

Como un padre se compadece de sus hijos, Así se compadece el Señor de los que le temen. Salmo 103:13

Vivimos en una sociedad que enfrenta problemas de todo tipo debido a la ausencia de la figura paterna en el hogar. Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en el año 2020, 18,3 millones de niños, 1 de cada 4, viven sin un padre bio‑ lógico, padrastro o padre adoptivo en el hogar1. Por otro lado, un estudio realizado por Texas Christian University y publicado en el periódico británico Daily Mail mostró que «las chicas que tenían relaciones inestables o inexistentes con sus padres eran más propensas a perder su virginidad a una edad más temprana y mostrar comportamientos sexuales de riesgo». La investigadora principal de dicho estudio argumentó que los resultados de su trabajo proveen «evidencia que respalda una relación causal entre

1. “The Proof Is In: Father Absence Harms Children”. https://www.fatherhood.org/father ‑absence‑statistic. Último acceso: 16 de febrero de 2022.

la desvinculación paterna y los cambios en la psicología de la mujer que promueven comportamientos sexuales de riesgo»2 .

Dios nos creó para vivir en una relación paternal, a nivel horizontal y a nivel vertical. ¿Qué quiero decir con esto? En el plano humano fuimos creados para crecer con una mamá ¡y un papá! En el plano espiritual, también necesitamos esa relación con el Padre celestial. Lamentable‑ mente, el pecado destruyó ambas relaciones. Tenemos una crisis en el plano familiar y el problema con los padres ausentes a menudo también se traduce en una lucha para entender que Dios es ese Padre perfecto que anhelamos. Quizá ese sea tu caso. Una relación ausente o problemática con tu papá terrenal no te deja entender o disfrutar plenamente la que puedes tener con el Padre celestial. Hoy, tomando como base el versículo 13 del Salmo 103, aprenderemos más acerca de Dios como nuestro Padre y nuestro nuevo lugar en Su familia mediante la adopción que recibimos a través de Cristo. «Padre» es uno de los nombres de Dios, y no siempre se usa de la misma manera en las Escrituras. Veamos algunos ejemplos: Dios Padre como Creador u origen de todas las cosas:

… pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio de Él existimos nosotros. (1 Cor. 8:6)

Dios Padre en Su relación con Cristo:

Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado;

2. Sadie Whitelocks, “Do absent dads make for promiscuous daughters? Study finds lack of father figure triggers risky sexual behavior among young girls”. https://www.dailymail.co.uk/ femail/article‑2340431/Do‑absent‑dads‑make‑promiscuous‑daughters‑Study‑finds‑lack‑father‑ figure‑triggers‑risky‑sexual‑behavior‑young‑girls.html. Último acceso: 16 de febrero de 2022.

porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. (Juan 17:24)

Algunos piensan que el concepto de Dios como Padre es exclusivo del Nuevo Testamento; sin embargo, eso no es lo que vemos en la Biblia. Al leer los pasajes siguientes, anota cómo se describe a Dios y al pueblo de Israel:

Deuteronomio 32:6 Isaías 63:16 Jeremías 3:19 Éxodo 4:2 Oseas 11:1

Estos pasajes, y mucho otros, nos describen la relación teocrática y de gobierno de Dios con el pueblo de Israel. Él se hace llamar Padre de ellos, ve a la nación como a Su hijo. Sin embargo, es solo a través de Cristo que esta relación de Padre con Sus hijos cobra completo significado.

Es común escuchar la frase: «todos somos hijos de Dios». ¿Crees que es cierta? ¿Por qué o por qué no?

Veamos ahora la respuesta que nos ofrece la Escritura. ¿Quiénes dicen los siguientes pasajes que son los hijos de Dios?

Juan 1:12‑13 Gálatas 3:26 Romanos 9:7‑8

Solo los que creemos en Su nombre, mediante la fe en Cristo, podemos ser llamados hijos de Dios. El resultado de esa fe salvadora es nuestra

adopción; ahora somos parte de la familia de Dios. La misma Palabra de Dios nos provee el testimonio:

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de escla‑ vitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!». El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (Rom. 8:14‑16)

Este fue siempre el plan de Dios, desde el principio, como leemos en la carta de Pablo a los efesios:

En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad. (Ef. 1:5)

¿Lo ves? Podemos llamar a Dios Padre con toda confianza porque Él nos ha adoptado como hijos, y la adopción tiene preciosos beneficios, por decirlo de alguna manera. Para comenzar, si tal vez en tu familia terrenal nunca te has sentido muy acogida, o quizá tu papá es uno de los casos de abandono del hogar que mencionamos antes, o existe alguna otra situación dolorosa que te hace sentir destituida de familia, ¡en Cristo has sido bendecida con una familia nueva!

En los pasajes que siguen, encuentra qué otros beneficios disfrutamos al haber sido adoptadas en Cristo y tener a Dios como Padre.

Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. (Sal 103:13)

Tenemos un Padre que _____________________________.

Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él. (Rom. 8:17)

Como hijas de Dios, ahora __________________________________.

Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llama‑ dos hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a Él. (1 Jn. 3:1)

Tenemos un Padre que ______________________________________.

Ustedes, pues, oren de esta manera: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre». (Mat. 6:9)

Podemos _________________________________________________.

Por tanto, no se preocupen, diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿qué beberemos?» o «¿con qué nos vestiremos?». Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. (Mat. 6:31‑32)

Tenemos un Padre que _____________________________________.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. (Rom. 8:14)

Al ser hijas de Dios, _________________________________________.

Ya que tenemos a Dios por Padre, nuestras relaciones con otros cre‑ yentes van más allá de un lazo superficial. La Escritura en múltiples

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