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Diálogo productivo y plan de nación (II ) Lilly Soto Vásquez La crisis institucional y política que vive Nicaragua ha sido descrita de manera diversa. Según el cristal con que se mire, pero en todos los casos se sostiene una afirmación clara y contundente: hay crisis. Las crisis se resuelven con el diálogo. Yo apuesto a un diálogo constructivo, pero con miras a un Plan de Nación. El actual gobierno tiene un plan nacional de desarrollo (20082012) que en su borrador 0 planteaba numerosas ejes y objetivos. No he leído a la fecha ningún artículo sobre el seguimiento a ese plan y aún más no he observado que ninguna ong o instancia de evaluación le haya dado seguimiento al mismo. Ante esa falta de seguimiento por parte de la oposición política y de las organizaciones que conforman la sociedad civil, el gobierno se ha hecho “el gato bravo” y también ha abandonado su propio plan. La celebración anticipada del primero de mayo, por parte del gobierno y el anuncio del bono de 529 córdobas, entusiasma a algunos; a otros, los obliga a pensar en el corto y mediano plazo y a los menos, nos
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obliga a la reflexión y a revisar con cientificidad ¿Cuál es la prospectiva de Nicaragua?. Queremos seguir resolviendo con parches los problemas coyunturales y no con visión de país y a largo plazo. La oposición se equivoca invocando a que la OEA resuelva el problema de Nicaragua. Somos los nicaragüenses lo que tenemos el sartén por el mango, pero tiene mayor incidencia el problema personal y partidario que el problema del Estado nicaragüense. Una vez más, sugiero que debemos pensar como organizamos y estructuramos un PLAN DE NACION que sincronice las políticas públicas con los objetivos ya expresos en la Constitución. De esa forma evitaremos posiciones clientelistas y visiones cortoplacistas y al fín, podremos enrumbar al Estado nicaragüense hacia el desarrollo humano y sostenible y hacia el crecimiento económico. Guatemala de la Asunción, 3 de mayo de 2010
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