1
Las elecciones municipales de 2017 en Nicaragua El proceso de desestructuración del pensamiento político del nicaragüense ha sido una tarea ardua que mantuvo a muchos allegados al poder en constante trabajo a través de la creación de redes que fomentaba el oportunismo y la visión cortoplacista de mantenerse en el poder sin generar planes de nación que sacaran al pueblo de la ignominia y lo elevaran en la búsqueda de una formación educativa permanente para lograr mejores niveles de vida. Conocer y observar la forma en que la población se manifiesta en la última encuesta publicada por CID- Gallup sobre las elecciones municipales de Nicaragua del 2017 es preocupante. ¿Ha perdido el interés el nicaragüense en manifestar su decisión política o se ha contribuido desde el poder a que se exprese de esa manera? Reducir a la población a satisfacer su hambre y sus necesidades básicas es hacer política desde la perspectiva del populismo dicharachero, mientras se afianzan los negocios de unos cuantos y se beneficia un grupo muy reducido de personalidades. Proclamar como logro solamente los datos macroeconómicos es solamente ver una de las aristas del prisma. La pérdida de la aplicación de las leyes ha colocado a la población en anomia y apatía. (Puede hacerse un listado de la falta de aplicación de las leyes). Durante mucho tiempo se discutió hasta la saciedad las metas por las cuales se luchaba: a) derrocar a la dictadura; b) devolverle la dignidad al pueblo y a los ciudadanos y c) resolver las necesidades básicas de la población. Esas premisas fueron esenciales para lograr el derrocamiento de la dictadura militar somocista. Pero en la actualidad se propicia que el pueblo vote solamente para resolver sus necesidades básicas, y a la dirección pareciera que ya no le interesa devolverle la dignidad al pueblo y a sus ciudadanos. Profundizar sobre la devolución de la dignidad es la tarea prioritaria. Pero antes debemos definir qué es la dignidad. La dignidad tiene como fundamento el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto, es decir que todos merecemos respeto sin importar cómo seamos; pero sólo el que sabe y puede gobernarse a sí mismo, según un principio racional, resulta un sujeto libre. La persona que regula su comportamiento según normas propias, ya no es un mero súbdito,
2
ya no está bajo el dictado de otro, sino que es un ciudadano, que ejerce su ciudadanía. Las ambiciones de poder de unos cuantos han permitido la falta de movilidad dentro de las filas del otrora y glorioso FSLN, ahora demeritado por esas camarillas, lo que genera una “aceptación vergonzante” de parte de militantes que se sienten impotentes ante el descaro, el cinismo, el escarnio y la parafernalia. De ninguna manera es el resultado de la aplicación de un Estado de derecho robusto en donde los ciudadanos ejercen el poder para proclamar la virtud, la honra de los mejores, el reconocimiento a la labor de los militantes abnegados. Es el “golpe suave” de una mini camarilla al servicio de sus propios intereses. En estas elecciones municipales 2017, el FSLN (con sus bemoles) podrá ir solo a las mismas, pero en detrimento de su propio hundimiento. Sin fuerzas opositoras, sin disputa del poder local, porque se han usado artimañas para evitar otras voces que reconocen a los mejores, porque se ha impuesto de dedo a una mayoría de candidatos y candidatas para mantener un poder central que, en el fondo, está anquilosándose cada vez más y generando mayor opacidad en el manejo de la cosa pública. Las encuestas ya lo revelan, ahora estamos por verlo en las urnas y en las actitudes de los pobladores. La historia es implacable como implacable es el veredicto de los justos, de los que murieron por la patria.
Guatemala, 21 de septiembre de 2017