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Iglesia en camino
Septiembre 2013
Semanario
Iglesia en camino En preparación a la semana de la pastoral social reflexionamos sobre: Pastoral Penitenciaria Un ámbito que nos desafía a compartir con creatividad los bienes de la salvación es el de los encarcelados. Todo delito provoca un inmenso sufrimiento a la persona que lo padece y abre una herida social necesitada de cura y cuidado. De la misma manera, la persona que lo comete es un ser humano, mediado por circunstancias muchas veces adversas, pero sujeto digno, responsable, siempre perfectible y susceptible de modificar el rumbo de su vida por muchos errores que hayan podido cometer. Hoy por hoy, las cárceles son, con frecuencia, lamentablemente, escuelas para aprender a delinquir. Según el designio de Dios, todos debemos asumir nuestro propio papel para colaborar en la construcción de una sociedad mejor. Sabemos que la cárcel es la culminación de una serie de fracasos que nadie se atreve a abordar serena y lucidamente, es una estructura viciada, inhumana, denigrante que lleva a una destrucción progresiva, en la prisión más que culpabilidad hay enfermedad social y deterioro humano, muchos de los presos llegan siendo o se hacen presos de las drogas, sin apenas salud, privados en afecto con un horizonte totalmente incierto. La pastoral penitenciaria trabaja en Cristo y para la Iglesia de Cristo a través de actividades permanentes dentro y fuera de los penales, la acogida fraterna del preso, teniendo como modelo la acogida misericordiosa de Dios, celebración de sacramentos, la promoción de actividades culturales, educativas o recreativas que ayuden a crear un clima más humano dentro de prisión, el acompañamiento del preso una vez que sale de la cárcel, para ayudarle en su reinserción en la sociedad, a la familia y productividad.
"Dios escribe derecho en renglones torcidos"
La Pastoral Penitenciaria, reflejo de la caridad de Cristo entre los hermanos presos Semana de la Pastoral Social
Entrevista con Padre José Luis Aguilera de la Cruz, coordinador de la Pastoral Penitenciaria Santos Díaz
Mons. Fabio Martínez, instituyó ministros extraordinario de la Eucaristía/Foto: Pastoral Penitenciaria
Dentro de los propósitos de la Semana de la Pastoral Social, está el de fortalecer y desarrollar la Pastoral Penitenciaria a la luz del documento conclusivo de Aparecida. “Enfocar la realidad de las cárceles, para encaminar la misión de los agentes de la pastoral al interior de ellas dando testimonio del amor de Dios por los reclusos” (DA 427-430). La Pastoral Penitenciaria, es la presencia de la Iglesia que sirve fraternalmente a quienes viven recluidos presentándoles el rostro amoroso de Cristo entre ellos. La prisión, es un lugar de encuentro con el hermano que sufre donde se revela Dios escondido en las condiciones donde la libertad humana está privada pero desde donde puede
despertar el anhelo de la verdadera libertad. Es un acompañamiento solidario a los presos ayudándoles a descubrir cómo vivir libres, con dignidad, en el respeto de sus derechos en la cárcel. En ese sentido, el Pbro. José Luis Aguilera de la Cruz, comentó en entrevista para el Semanario Católico que la Pastoral Penitenciaria no solamente trabaja para sacarlos del pecado, sino de la cárcel. “Dentro de las cárceles se les invita a descubrir cómo Dios escribe derecho en renglones torcidos. Muchos descubren ahí una misión y no solamente queda en la cárcel sino que trasciende. Hay muchos lugares en los que hay catequistas y Ministros Extraordinarios de la Eucaristía que fueron presos”.