8 minute read

Presidencia-Carso: otro acuerdo entre poderes

/ Juan Carlos Cruz Vargas

Con apenas el resultado preliminar del peritaje de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) sobre la mesa –el cual apunta a la responsabilidad de Carso Infraestructura y Construcción, S.A. (CICSA) por una falla estructural que provocó el desplome del tramo de la Línea 12–, el presidente Andrés Manuel López Obrador buscó un acuerdo con el hombre más rico del país y dueño de la compañía, Carlos Slim Helú, en Palacio Nacional y a puerta cerrada.

Es uno más de los que han establecido desde que López Obrador era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Ahora Carso es una de las empresas participantes en los proyectos de infraestructura y energía del interés del presidente de la República.

En este movimiento, con el que el presidente asumió la conducción de la crisis provocada por el derrumbe, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quedó relegada.

La información sobre las negociaciones con las empresas involucradas así como de los apoyos a los familiares de los 26 fallecidos y las decenas de lesionados también la dará a conocer el mandatario en sus conferencias matutinas.

Lo único que la jefa de Gobierno alcanzó a protagonizar fue la presentación de un informe preliminar de DNV sobre las posibles causas del colapso, ocurrido el 3 de mayo entre la estación Olivos y San Lorenzo. Además, queda pendiente el estudio que tiene a su cargo el Colegio de Ingenieros Civiles de México sobre el resto de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC).

La semana pasada Sheinbaum anunció la creación de un Comité Técnico para realizar el Proyecto Ejecutivo de Refuerzo y Rehabilitación de la Línea 12 del Metro, formado por los ingenieros Sergio Alcocer Martínez de Castro, Bernardo Gómez González, Raúl Jean Perrilliat, Juan Manuel Mayoral Villa, Rubén Alfonso Ochoa Torres y José María Rioboó, este último cercano a López Obrador.

El pasado 18 de junio, la jefa de Gobierno aseguró que buscaría que tanto Carso como Ingenieros Civiles Asociados y Alstom asumieran los costos de rehabilitación de la Línea 12:

“Vamos a entablar esta mesa técnica y, por supuesto, queremos que participen en esta rehabilitación en términos económicos, dada la condición en la que están los peritajes, pero evidentemente tiene que hacerse esta mesa técnica de trabajo e informar con transparencia.”

A pregunta expresa de Proceso sobre si esa búsqueda de las compañías implicaba evitar demandas legales posteriores si resultan responsables, la funcionaria respondió:

“No, no hay una negociación en ese sentido, eso tiene que ver con la fiscalía (General de Justicia de la Ciudad de México); sino, sencillamente, hay un peritaje, hay empresas que participaron en esa construcción y estamos convocándolas para que podamos tener esta mesa técnica.”

Ese mismo viernes, en su conferencia matutina, López Obrador se soltó en halagos a Slim Helú y presumió la lealtad del empresario de ascendencia libanesa hacia la figura presidencial:

“Carlos Slim, que ha actuado de manera responsable, institucional y está siempre en condiciones de llegar a acuerdos en todo, no juega a las vencidas como otros, afortunadamente pocos, que quieren someter al gobierno, quedaron mal acostumbrados. El caso de Carlos Slim no es así y de otros, hay un cambio importantísimo. Tiene que ver con el respeto a la autoridad legal y legítimamente constituida, porque nosotros estamos aquí por voluntad del pueblo, por la democracia.”

El tabasqueño remató: “Hay empresarios importantes, como Carlos Slim, que entiende muy bien eso y es respetuoso de la institucionalidad… Por eso podemos ayudar en cualquier situación a buscar los acuerdos, no optar por el pleito, no a la primera irnos a tribunales, y menos si se trata de tribunales internacionales”.

Cuatro días después, el martes 22, se realizó una encerrona en Palacio Nacional por más de una hora entre Sheinbaum, el presidente y Slim para delinear un acuerdo sobre los hechos.

La jefa de Gobierno informó un día después que en Palacio Nacional acordaron que Carso ayudará a rehabilitar la Línea Dorada para evitar un conflicto legal con el gobierno capitalino; y anunció que será el mandatario quien llevará la rienda informativa, cuando días antes Sheinbaum aseguró que la información la daría ella “con transparencia”.

López Obrador dio el golpe de autoridad en la mesa de negociación y a la exalcalde de Tlalpan sólo le restó decir a la prensa: “No es que haya nada que esconder, sino sencillamente que se está reuniendo con el Comité Técnico también para que pueda conocerse esta información y que, una vez que ya tengamos el acuerdo de rehabilitación, podamos informar de manera común, mientras continúan las investigaciones de la fiscalía”.

Así, los acuerdos alrededor del desplome de la estructura de la Línea 12 entre el jefe del Ejecutivo y el multimillonario están avanzando más rápido que las investigaciones judiciales y los dictámenes periciales.

El hombre más acaudalado del país ha apoyado los dos planes de infraestructura que ha presentado el gobierno federal, el primero por 297 mil 344 millones de pesos; el segundo por 228 mil millones y un tercero que se anunciará en las próximas semanas.

El magnate también respaldó al tabasqueño en la venta de los “cachitos” para la rifa del valor del avión presidencial en febrero de 2020. Entonces aseguró que la actual administración “ha dado resultados positivos en materia económica, porque se ha mejorado el poder adquisitivo de la población, se ha mejorado sustancialmente el salario mínimo”.

Otro gesto fue en agosto de 2019, en el acuerdo que logró Slim con la CFE al renegociar los llamados “contratos leoninos” de gasoductos otorgados durante sexenios anteriores a las empresas Carso Energy, IEnova y TransCanada. El gobierno logró un ahorro de 4 mil 500 millones de dólares.

“Carlos Slim fue el primero en llegar al acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad, esto marcó la pauta para lograr los acuerdos posteriores”, presumió el mandatario.

Ahora el guiño es de López Obrador hacia Slim, en lo relacionado con la tragedia de la Línea 12. Se espera un acuerdo como los otros del actual sexenio y antes de que la compañía noruega DNV entregue el peritaje completo y se concluyan las investigaciones correspondientes.

Carlos Slim Helú y Andrés Manuel López Obrador | Foto Gobierno de México

BAJO PRESIÓN Admiración

EDILBERTO ALDÁN

Ya vacunado, el fin de semana asistí a un evento deportivo en el que participó mi hijo, seguí todas las medidas preventivas y guardé la distancia debida para poder disfrutar la participación en la competencia. Hacia el final de la contienda se acercó a nosotros un grupo de jóvenes y ocuparon los lugares que estaban señalados con una equis. Antes de reclamar cualquier cosa, preferí mantener mi cubrebocas y sentarme en la orilla, lejos de las cuatro muchachas que gritaban y reían. A pesar de que intenté no mirarlas, no pude evitar descubrir que ninguna de ellas portaba mascarilla, la última media hora la pasé incómodo, sintiendo como cada tanto la joven a mi lado invadía no sólo mi espacio personal sino el recomendado para evitar contagios.

La mamá de mi hijo y yo tuvimos que maniobrar para no tropezar con este grupo, cuando me levanté del asiento para brincar a la joven a mi lado ella inmediatamente se corrió hacia la izquierda y ocupar mi lugar, se encontraron nuestras miradas y me hizo el gesto de desaprobación que consiste en subir los ojos para ponerlos en blanco y torcer la boca para indicar que yo estaba exagerando; estoy seguro que ese desprecio lo compartió con el resto de sus compañeras, mientras salíamos comenzaron a reírse y voltearon a vernos.

Después, afuera de las instalaciones, nos tomamos una fotografía con el niño, en la imagen los tres llevamos cubrebocas; en el futuro, cuando acuda al retrato para recordar ese momento, sólo veré la mitad de los rostros, pensé al revisar si me complacía la imagen, y no sé si cuando lo haga será en una situación distinta a la actual, es decir, si seguiremos usando mascarilla, lavándonos las manos constantemente, evitando las aglomeraciones, manteniendo la distancia y desinfectando los sitios que habitamos.

Estoy convencido de que nunca volveremos a la normalidad, además la burla de las muchachas por nuestras precauciones y el porcentaje de personas que no se quiere vacunar me inclina a insistir en que no hemos pensado suficiente en la nueva normalidad y lo único que queremos es ya salir de esto, cualquier cosa que pensemos que esto es.

A pesar de que nos llenamos la boca indicando todo lo que hemos aprendido durante la pandemia, considero que seguimos pensando con los mismos prejuicios de antes del covid-19, continuamos juzgando la información sin verificarla, decidiendo no a partir de la confiabilidad de la fuente sino por quién nos la dice, por la confianza que tengamos en quien emite una opinión, antes que por las pruebas de los hechos.

En un mundo tan interconectado, esa confianza no necesariamente nace de atender los razonamientos, a veces sólo responde a la admiración que se profesa a una figura pública o a la idea que de nosotros mismos tenemos; envestimos de cualidades a idiotas que “producen contenido” y lo difunden, nos sorprendemos del poder que el nosotros tiene, confundiendo las ideas con acceso a internet.

Ante el pasmo que produce la maravilla de nuestro reflejo o el brillo de los influencers me parece que siguen en desventaja quienes llaman a pensarnos como forjadores del futuro, cómo incidimos ahora en lo que sucederá mañana, en esa nueva normalidad, y están tomando la delantera quienes en busca de la aprobación no miden el efecto de sus chistes o teorías de la conspiración e irresponsablemente las difunden.

Coda. En un seminario sobre la vacunación en América Latina. Jorge Volpi destacó que a pesar del “enorme pesimismo por la pandemia y por las condiciones que vive el mundo, no dejan de ser un motivo para maravillarse ante la capacidad de la imaginación y de la investigación científica de los seres humanos, para atajar de una manera veloz, una pandemia que no había ocurrido nunca así, en un mundo tan interconectado y con tal velocidad de comunicaciones”; sí, pero la admiración de las mayorías está en otro lado.

This article is from: