14 minute read

Claudia RodRíguez loeRa

Es posible rescatar alumnos en riesgo de no volver a las aulas: IEA

En educación media y superior 20 mil estudiantes jamás se conectaron a sus clases virtuales

Claudia RodRíguez loeRa

Luego de más de un año enfrentando los estragos de la pandemia, es innegable que los estudiantes sufrirán afectaciones socioemocionales graves, aunque esto podrá ser amortiguado gracias a que Aguascalientes tiene un sistema educativo consolidado, manifestó Gustavo Martínez Romero, director de Educación Media y Superior del Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA), quien habló de cómo será posible rescatar a los alumnos en riesgo de no volver a las aulas.

Consideró que un aspecto importante en este sentido es el tomar decisiones, y una de las más importantes es abrir las puertas de las instituciones educativas, como ya se hizo, dado que contabilizan 40 mil alumnos en riesgo y 20 mil que jamás se conectaron a sus clases virtuales, y más de cinco mil jóvenes que egresaron de secundaria y no solicitaron inscribirse en ninguna

Más de 5 mil egresados de secundaria no solicitaron inscribirse en alguna preparatoria Se realizaron visitas domiciliarias para invitar a los alumnos en riesgo para regresar a las aulas | Foto IEA

preparatoria, “significa que con estas decisiones los recuperamos”.

Explicó que emprendieron una cruzada de visitas domiciliarias en la que trabajadores sociales y prefectos visitan casa por casa de los alumnos en riesgo, y los invitan a regresar, recordándoles que útiles y uniformes no son condicionantes para volver a las clases. La parte emocional se atiende a través de la Línea Vive, con capacitación a docentes y toda una estrategia interinstitucional para poder recuperar a esos alumnos.

Martínez Romero destacó que el nuevo acuerdo de evaluación que se dio a conocer por parte de la Secretaría de Educación Pública, que considera que los alumnos con una condición intermitente, que cumplió con algunos trabajos y participó en algunas ocasiones, se les pusiera como ponderación mínima el 6, lo cual ha causado mucho ruido tanto a favor como en contra; al respecto aclaró que no se trata de regalar calificación, pero puso a consideración lo siguiente: “¿nuestro estado, nuestra sociedad está para sacar a nuestros niños de la escuela? ¿Sabemos si falleció su papá o su mamá? ¿Impedir que continúe en la preparatoria por una ponderación numérica? ¿Por qué no tenía tableta? ¿Porque sacaron al papá del trabajo? Ese alumno que reprobamos ahorita ya no se inscribe, hay que rescatarlos y atenderlos”, expuso.

Adelantó que en los próximos meses de septiembre, octubre y noviembre del próximo ciclo escolar se planea un esquema de regularización y recuperación, por lo que en caso de que el estudiante no responda se tomará la decisión de que repita el año escolar, por lo que este no es el momento de tomar ese tipo de medidas, subrayó.

Gustavo Martínez detalló que la cifra del abandono escolar en educación media y superior, al inicio del 2021, era del 10%. Para el dato preliminar correspondiente a este ciclo, habrá que esperar por la estadística oficial que se publicará próximamente. Detalló que tan solo en educación superior estudian 64 mil jóvenes en 54 instituciones, mientras que en preparatoria 64 mil en 312 planteles de distintos subsistemas.

UAA forma parte de la Red de Escuelas Asociadas de la Unesco

uaa

El Pluralismo, la responsabilidad social y el humanismo son tres de los valores que rigen el devenir de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), de ahí que tomen papel activo de esfuerzos como el de la Red de Escuelas Asociadas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a través de la cual se busca promover tópicos sustanciales para la sociedad como la cultura de paz y no violencia, la sustentabilidad ambiental, la igualdad de género y la equidad a través de las entidades educativas.

El dr. Salvador Camacho Sandoval, profesorinvestigador adscrito al Centro de Ciencias Sociales y Humanidades (CCSyH) y Coordinador del Programa de la Unesco en la institución, enfatizó en la necesidad de fortalecer este tipo de mensajes, tanto al interior de la comunidad universitaria como para la sociedad en general, pues muchas veces no se logra entender la cercanía e impacto que tienen estos objetivos globales con nuestras problemáticas locales.

Señaló que, si bien las responsabilidades de las grandes problemáticas en parte deben ser atendidas en la cotidianidad de cada persona, la participación de instituciones como la UAA en el programa de Escuelas Asociadas ayuda a visibilizar los errores que se cometen día a día, y a impulsar propuestas de solución cuyo impacto agregado pueda incrementarse exponencialmente en comparación con los esfuerzos individuales.

Recalcó que la UAA por su propia naturaleza cuenta ya desde hace un tiempo con programas que atienden de manera directa e indirecta los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sin embargo, los mismos se ven fortalecidos con la incursión de la UAA en nuevos proyectos interinstitucionales como lo es el que coordina de manera interna.

En razón a lo anterior, instó a los docentes y alumnos de la institución a involucrarse con este proyecto de la Unesco, pues aún existen problemáticas que requieren de una mayor atención, como lo podría ser el saneamiento del agua, la protección ambiental o la movilidad social para el fin de la pobreza, por mencionar algunos, los cuales, consideró, gracias al tacto y sensibilidad que distingue a la comunidad universitaria, pronto deberán ser ejes para la formulación de nuevas propuestas de impacto social.

Hizo hincapié en el compromiso que ha caracterizado históricamente a los docentes de todos los niveles en la tradición educativa en México, ya que nuestro contexto, mencionó, exige que la formación de educandos vaya más allá de los contenidos académicos y tenga una injerencia directa en las habilidades cognitivas y emocionales que proyecten al ciudadano hacia una mejor posibilidad en términos de calidad de vida, una práctica que debe continuar y fortalecerse.

Salvador Camacho Sandoval

IEA realizará curso para detectar y atender conductas suicidas en niños y adolescentes

Será impartido por el sicólogo forense, Ricardo Santiago Hernández Arévalo

iea

Con la finalidad de que el personal educativo cuente con herramientas psicológicas y pedagógicas para ofrecer atención temprana a los alumnos que presentan episodios de depresión, el Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA) en coordinación con el Instituto Pedagógico de Ciencias de la Conducta (IPECC) sede Aguascalientes, realizarán el curso Identificación de indicadores de riesgo de conductas suicidas en niñas, niños y adolescentes.

Ulises Reyes Esparza, director general del IEA, dio a conocer que este curso será impartido por el sicólogo forense, Ricardo Santiago Hernández Arévalo; personal docente, de prefectura y trabajo social podrá adquirir habilidades para detectar y prevenir conductas en estudiantes que puedan atentar contra su desarrollo y bienestar.

Asimismo, ponderando siempre el interés superior de la niñez, se proporcionará información para impulsar acciones de prevención de la violencia y promoción de los buenos tratos a la infancia y adolescencia, con la finalidad de generar espacios de sana convivencia que favorezcan el desarrollo socioemocional de los estudiantes.

Detalló que el curso es totalmente gratuito y se llevará a cabo en línea el próximo martes 29 de junio en horario de 18:00 a 20:00 horas, previo registro a través del enlace https://bit.ly/3gXBK03.

Los interesados pueden solicitar más información comunicándose al Departamento de Formación Profesional del Magisterios del IEA, teléfono 4499105600 extensión 4166 en horario de 09:00 a 15:00 horas, enviar correo electrónico a formación. profesional.@iea.edu.mx, o un mensaje vía WhatsApp al número 4493633337 del IPECC.

a lomo de palabra El sector aspiracionista (y clasista) de la clase media mexicana

Germán Castro

… desde luego una recepcionista que no hace otra cosa… que contestar teléfonos, no puede recibir el mismo salario por pintarse los labios, que una directora creativa que con sus ideas vende no sólo millones de paquetes de pan Wonder, sino, lo que es más, vende aspiraciones, ilusiones y formas de vida. Fernando del Paso, Palinuro de México

0

Otra vez, AMLO ha concitado tremendo borlote en el ágora… Hablo del jaloneo que desató al afirmar que un sector de la clase media padece aspiracionismo. Además de la turbamulta que sin falta crítica desde siempre todo lo que dice o no dice y hace o no hace López Obrador, otras voces se han sumado al debate público en torno al asunto, en algunos casos porque, evidentemente, la crítica del primer mandatario caló hondo. Así, por ejemplo, Anamari Gomís publicó “Mitos y fantasías de la clase media” (La Crónica; 16/6/2021). Si bien discrepo de casi todas sus opiniones, debo agradecer doblemente a la doctora su texto: le doy gracias, primero, porque recordó al sociólogo Gabriel Careaga, y, segundo, porque me ayudó a ver con nitidez uno de los motivos por los que algunos clasemedieros detestan al presidente.

1

El preceptor más importante que tuve en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (FCPyS) fue Gabriel Careaga Medina (1941-2004). Para ello, intervino la fortuna. Entonces –no sé ahora– uno escogía a sus profesores, salvo en el primer semestre, cuando al azar quedabas inscrito en determinado grupo. Así me tocó a Careaga en Teoría Social I, una de las materias del tronco común para los alumnos de las licenciaturas en Administración Pública, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Ciencias de la Comunicación y Sociología. En su primera clase –no recuerdo que ningún otro docente llegara invariablemente de traje, corbata y gabardina–, después de presentarse muy formalmente, nos pidió que levantáramos la mano quienes estuviéramos inscritos en Sociología… –Los demás no me interesan; están perdiendo el tiempo.

Menos de diez alzamos la mano, una pobretona minoría entre más de cien almas. Considerando lo que acababa de decir, supuse que vendría una felicitación, una bonita arenga… –Este país no requiere más de cinco sociólogos. Yo soy uno de ellos. Ustedes serán desempleados.

Yo era entonces un mozalbete enjundioso y sobradamente irreflexivo, así que pedí la palabra: –¿Es usted, además de un buen sociólogo, un buen maestro? –Por supuesto, de los mejores. –Luego entonces, está usted obligado a que lo superemos y lo dejemos sin trabajo.

En esa misma sesión, luego de dictarnos la lista de unas cuarenta lecturas que, como mínimo, tendríamos que hacer si no queríamos reprobar, nos dijo que él no regalaba calificaciones, que pediría tres ensayos a lo largo del curso y que, independientemente de lo que en ellos asentáramos, no iba a acreditar a nadie que escribiera con faltas ortográficas, porque, si no lo habíamos notado, estábamos en la UNAM… –Quedan dos días para pedir cambio de grupo. El trámite se realiza en Servicios Escolares…

En pos de derroteros académicos menos peliagudos, la estampida se abalanzó hacia la puerta. Nos quedamos unos veinte inconscientes. Más de la mitad reprobaría. Al siguiente semestre nos inscribiríamos a Teoría Social II con Careaga unos diez. Sus clases, siempre divertidísimas; pletóricas, atiborradas de referencias bibliográficas y fílmicas, de anécdotas y chismes; era ocurrente, avispado, ácido, mordaz, provocador… –Seguramente ninguno ha leído Memorias de Adriano, de la Yourcenar... ¡Qué va!, si acaso leyeron un resumen de Pedro Páramo en la secundaria… No pasan de los Platícame un libro de Severo Mirón…

Careaga era un lector voraz –además de su biblioteca, resguardaba la de su expatriado amigo, el novelista Gustavo Sainz–, enciclopédico y refinado, a quien le molestaba casi al punto del asco la vulgaridad intelectual de la gran mayoría de sus pupilos. A Teoría Social III nos inscribimos con él ya sólo cuatro…; un lujo. Después de una de sus típicas alharacas histriónicas, una tarde me preguntó quién consideraba el mejor escritor mexicano; contesté lo que sigo pensando: –Carlos Fuentes. –¡Oiga, pero él no cuenta! Rico-rico, guapo-guapo, inteligente-inteligente… ¿Así quién no? ¡Cuando era un crío Reyes lo sentaba en sus piernas y le leía la Ilíada!

Aunque Mitos y fantasías de la clase media en México (1974) era ya un imprescindible –entonces yo sólo había leído Biografía de un joven de la clase media (1977)–, Careaga jamás cayó en la bajeza de obligar a sus alumnos a leer sus libros. Terminado el tronco común, nos seguimos frecuentando, y la teoría de clases –“No hay Sociología sin teoría de clases”– y su análisis de la clase media mexicana fueron temas reiterados de lecturas y conversación; realmente me regaló un invaluable seminario de más de dos años. Amable, sin invitación mediante –el trance no me parecía particularmente significativo–, se apersonó en mi examen profesional, con todo y que recusaba mi decisión de haber cambiado el tema de tesis –inicialmente trabajé un análisis de la clase media a partir de la literatura de la onda, y terminé presentando un estudio weberiano de los censos mexicanos de población–. Generoso, fue lector de algunos de mis primeros relatos. El texto de contraportada de mi libro Cuentos de mala fe lo firma Gabriel Careaga.

2

Para mentar su texto, Anamari Gomís se sirve del título del libro de Careaga: Mitos y fantasías de la clase media –sólo le mochó el gentilicio–. Relata que lo conocía, y que tenía su libro, “porque Gabriel era mi amigo”. Asegura que a Careaga le interesaba el estudio de la clase media “con ínfulas de pertenecer a cuadrillas sociales mucho más beneficiadas en términos económicos”, y en el siguiente párrafo afirma: “A lo mejor, ahora que lo pienso, me convertí en modelo de mi amigo sociólogo”. Y hasta ahí. Concluido el preámbulo, aborda el tema que realmente quiere atender: “la perorata del presidente… en contra de la ‘aspiracionista’ clase media”.

Quienes hayan escuchado las aseveraciones del presidente habrán detectado ya el primer error: AMLO –también egresado de la FCPyS– no agarró parejo, no aludió a toda la clase media, sino “a un sector” de la misma. Quiero pensar que se trata de una equivocación y no de una malinterpretación formulada con el propósito de sumarse a quienes, mediante esta estratagema, pretenden incordiar a toda la clase media contra el presidente. No me detengo en los inexactos asertos de la doctora Gomís en materia de política-electoral –v.g.: Morena no perdió la mayoría calificada, puesto que no la tenía antes–; no es el asunto que nos ocupa.

Dice Anamari Gomís que AMLO “… arremetió contra las clases medias y acuñó el neologismo aspiracionista”. Y esto sí es un disparate. Si bien ni aspiracionismo ni aspiracionista aparecen en el diccionario de la RAE, son vocablos corrientes en la nomenclatura de la sociología, las ciencias de la comunicación, la mercadotecnia… Una sencilla consulta en Ngram de Google constata que la palabra aspiracionista aparece en publicaciones impresas desde hace casi un siglo –destacadamente entre 1930 y 1948, y durante los setentas–. Además, están vivas, como puede comprobarse buscándolas en Googlebooks. Ejemplos: Auge y ocaso de la era liberal, del argentino Nicolás Lewkowicz –“El aspiracionismo es una tendencia a creer en un progreso material lineal y sostenido.”–; Mitología del supersistema civilizatorio, de Mauricio Dimeo –“La clase trabajadora…, tiende a adquirir la ideología burguesa que promueve la meritocracia, el emprendimiento y el aspiracionismo”–; ¿Qué es ser filósofo?, de Alberto Constante –“Fueron varias las dificultades que enfrenté en mi camino hacia la filosofía, sobre todo al provenir de una familia clasemediera aspiracionista”–; Bitácora de la hoja, de Emiliano Álvarez –“Las moscas: así llamó Azuela a la pequeña burguesía, a la clase media…, aspiracionista y lambiscona…”–… En fin, abundan pruebas de que aspiracionista no es un neologismo y de que AMLO no inventó el término.

Punto seguido después, Anamari Gomís se anima a corregirle la plana al presidente: “Creo que ‘arribista’ sería la palabra, y se le quedó en algún escondrijo de la mente”. Desde 1970, arribista existe para la RAE; así que basta hallar el vocablo en su diccionario para comprender que no, no es lo mismo un arribista que un aspiracionista. Mientras que un aspiracionista pretende ser lo que cree que es quien sueña ser, y se desvive por aparentarlo, un arribista es una “persona que progresa en la vida por medios rápidos y sin escrúpulos”. Un aspiracionista desea parecer ser lo que no es. El aspiracionismo puede ser, efectivamente, tanto uno de los motores como una de las muchas tácticas que despliegan los arribistas. El Diccionario del español de México del Colmex ofrece una definición más rica de arribista: “Persona ambiciosa y sin escrúpulos que pretende subir o sube en la escala social, política o económica, por cualquier medio y sin tener verdaderos méritos.” La palabra connota, pues, un juicio: el arribista está o lucha por estar en un sitio que no le corresponde, es pues un trepador, un advenedizo. ¿Qué es lo que impele a la doctora Gomís a afirmar que AMLO no debió decir aspiracionista sino arribista? Juzgue usted. Primero concede: “… los sujetos de las clases medias pueden ser arribistas”. Como ejemplo pone nada menos que al celebérrimo personaje de Flaubert: “Madame Bovary sí es una arribista, detesta el mundo provinciano en el que vive y al final se suicida porque debe un montón de dinero”. Y enseguida, diagnostica: “Como Rubempré, Andrés López Obrador [sic], ahíto de aspiraciones, la emprendió desde Macuspana, Tabasco, para imponerse como habilidoso político”. Se refiere, claro, a Lucien de Rubempré, el protagonista de Illusions perdues, la novela de Balzac, y por supuesto que Macuspana está en el “mundo provinciano” y que eso de “ahíto de aspiraciones” se oye muy cercano a aspiracionista, que, ya dijo, debería ser más bien arribista… Por si quedara duda, en su párrafo final advierte: “… dado que es buen clasemediero, el presidente vive plenamente sus fantasías y crea sus propios mitos… No dudaría que mandara cubrir una sala de Palacio Nacional con cubiertas de plástico…”.

Observo, pues, que parte del sector de la clase media aspiracionista detesta al presidente porque lo considera un arribista, un provinciano que llegó a un sitio que no le corresponde…, con todo y sus 30 millones de votos…, lo cual, claro, es tremendamente clasista. @gcastroibarra

This article is from: