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1r de Batxillerat “Guía de imperfecciones” Emma Rodríguez i Otero
196 “Guía de imperfecciones” Emma Rodríguez i Otero / 1r de Batxillerat LLENGUA CASTELLANA_PROSA_1r PREMI
“Las cicatrices nos hacen quienes somos”, esto es lo que dijo Stephen Hawking. Desde lejos, cualquier persona tiene la piel lisa y perfecta, que parece intacta y con una vida entera por vivir. Pero, sólo aquellos que se acercan y miran con cuidado y prestando atención serán capaces de ver las arrugas, los cortes, los moratones y las cicatrices que realmente nos diferencian los unos de los otros. Aún así, querido lector, te hago esta guía de mis imperfecciones para ti, por si tienes miedo de acercarte demasiado y romper la vitrina en la que me encuentro, la que me presenta como “perfecta”.
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Las arrugas al lado de los ojos al sonreír, las cicatrices en mis labios rotos una y otra vez por el frío invernal de los Pirineos; las cicatrices, cortes y quemaduras encima de mis manos, todos producto de mi inquietud, torpeza y creatividad; un pequeño círculo de dureza en mi dedo anular derecho, cerca de la base de la uña, causado por las horas pasadas escribiendo redacciones y problemas matemáticos; en el otro lado de mis manos, en mis palmas, las cicatrices que han dejado mis uñas durante todos los malos momentos de mi vida, cicatrices que se han ido remarcando con los años; los moratones y rascadas en mis muslos, piernas y rodillas, marcas que me deja mi deporte a diario al lanzar saltos y dar vueltas sobre ruedas; la cicatriz ovalada en mi rodilla izquierda que me recuerda que todo puede cambiar en un segundo.
Las marcas en mi espalda, de los cuchillos que se me han clavado mientras estaba girada, sirven como camino para ver bajo de mi armadura rayada y llena de irregularidades. Los músculos tensos de mi espalda, cada uno guardando una inseguridad, una experiencia, un secreto, tensados por la vida y el estrés como si fuera un instrumento que necesita ser afinado. Bajo ellos, la columna vertebral, un paso al desorden escondido de mi cerebro; millones de pensamientos que pasan por él cada segundo, cubriendo los rasguños que ha hecho la vida a mi conciencia. Todos formando una cortina de seda, suave, tupida y
radiante, capaz de enmascarar la oscuridad que habita en su centro. Esa cortina, ligeramente apartada alguna vez por una suave brisa, deja que la oscuridad se escape por pequeñas hendiduras y derrumba la estabilidad de la mente.
Ya llegamos al final de la visita lector, siguiendo los vasos sanguíneos llegamos al corazón, un lugar lleno de buenas intenciones, de fuertes sentimientos, de tormentas, de rayos de sol, un lugar de contrastes por donde uno se puede perder fácilmente. Y, si eres capaz de mirar a través del caos de las emociones, verás una pequeña caja negra, colocada en las profundidades del corazón; una caja llena de rascadas y bultos, reforzada con trozos de madera llenos de astillas puntiagudas y clavos afilados que se añaden a medida que la caja se llena de dolor, de traición, de pérdida y de sufrimiento; una caja cerrada con seis candados diferentes, imposibles de abrir e indestructibles.
Siéntete afortunado mi querido lector, no permito que cualquiera admire esta caja mágica llena de terrores. Pero ten cuidado, porque con un solo movimiento brusco una fuerte brisa te sacará volando por una ventana, cerrando todas las puertas y corriendo todas las cortinas. Un paso en la dirección equivocada, y volverás a ver la misma vitrina de perfección que los demás. Y se acabará la visita guiada, para siempre.