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Caudales bajos y afluencia de pescadores

RODRIGO PRADO NÚÑEZ

LEÓN. La escasez de lluvias y la falta de neveros en la montaña marcaron la pauta del primer mes de la pesca de la trucha en León. Pero esto que para el conjunto de los ecosistemas fluviales no es bueno, si lo fue para los pescadores que con caudales a la baja consiguieron fructíferas jornadas de pesca.

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Los ríos bajos para esta época del año, por casi todos los valles, hicieron que los primeros días resultaran generosos a casi todas las modalidades, destacando las cucharillas, las ninfas y los cebos en los AREC. El titular para estas primeras cuatro semanas de pesca podía ser; Caudales bajos y afluencia de pescadores.

En “La Semana Santa” pasada, fueron muchos los aficionados, de aquí y de allá, que buscaron recreo y esparcimiento a las orillas de nues- tros ríos, pero las condiciones descritas no fueron propicias para todos y mientras en unos ríos se pes- có bien en otros las truchas no quisieron participar de la fiesta. La mosca artificial empieza a dar su fruto y si bien es cierto que los comienzos de temporada no suelen ser buenos para esta modalidad, es- tas dos últimas semanas las eclosiones de insectos han animado a que las truchas se ceben en superficie. El río es generoso y siempre nos recompensa.

Todos los insectos acuáticos, principal alimento de los peces, desarrollan la mayor parte de su vida debajo del agua como larvas o ninfas camuflados entre las piedras y las plantas del fondo del río, pero cuando acaba ese ciclo, que puede ser de siguiendo así que muchas de las salidas al río sean provechosas.

Pero todo esto, que ahora nos favorece las salidas al río, pronto se puede convertir en uno de las mayores adversidades que pueden sufrir los ríos y por consiguiente la pesca.

La falta de precipitaciones reduce las reservas de agua de los acuíferos y produce una sequía hidrológica que pronto desarrolla impac- un año o más, reptan hacía la orilla o nadan hacía la superficie para realizar la metamorfosis y convertirse en adultos alados que poco tendrán que ver con su anterior ciclo. En cualquiera de sus fases de desarrollo son un selecto alimento para las truchas. Este tiempo soleado y la ausencia de lluvias adelanta y potencia la eclosión de todas estas familias de efemerópteros, tricópteros, plecópteros y demás habitantes acuáticos, motivando el aumentado de la actividad de las truchas y con- tos negativos en el medio ambiente. Hacía años que, en León a estas alturas de la temporada, no veíamos unos ríos tan carentes de esa agua necesaria para el sostén de la vida silvestre en los ecosistemas terrestres y acuáticos.

Pero lo que más preocupa a los pescadores es la pertinaz sequía que puede poner en peligro toda la vida de los ecosistemas fluviales. Esperamos que llueva mucho y pronto. El pez busca profundidad y el hombre felicidad.

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