el prestigio de ganar en un concurso de fotografía
Los concursos de fotografía de naturaleza se han convertido actualmente en la mejor plataforma de difusión de los fotógrafos de esta especialidad. La crisis editorial –sobre todo en fotografía de naturaleza– así como la enorme cantidad de información e imágenes existente en las redes sociales, hacen complicado que un fotógrafo pueda mostrar su trabajo y destacar con facilidad. Solo algunos portales especializados están llenando un poco este vacío donde convergen intereses y propuestas. Pero, sin duda, la mayor plataforma para los autores en la actualidad son los grandes concursos internacionales de fotografía de naturaleza. A pesar de ello, los concursos no deben ser una meta en el trabajo creativo o documental de un fotógrafo, sino considerarse como una buena plataforma de divulgación. Y, aunque parezca que cada vez es más difícil tener éxito –porque sus normas son cada vez más exigentes–, hay que tener en cuenta que no existen baremos de justicia en los veredictos, sino reglamentos y procesos que valoran las imágenes basándose en criterios estéticos variables. Finalmente, sus veredictos siempre tienen cierto grado de repercusión y, en ocasiones, llegan a servir de referencia en el sector.
Sin embargo, no se es mejor fotógrafo por ganar un concurso, ni tampoco se es menos por no lograrlo. Para ganar es importante conocer los baremos de valoración aplicados y que la obra presentada tenga criterios estéticos afines al jurado. Ganar no debe de ser una meta; los premios solo deberían ser interpretados como reconocimiento, no excluyente, de un trabajo. Aunque a veces el prestigio del autor lo otorga una foto premiada, no nos engañemos. El verdadero mérito del fotógrafo de naturaleza va ligado a otras consideraciones mucho más trascendentes, como son el estudio y conocimiento de una especie o de una localización, la búsqueda constante de la estética, la adaptación al medio, o la evolución hacia una creatividad personal, por citar algunos ejemplos. Solo el trabajo constante y permanente, con una conducta íntegra, es la mejor baza para el auténtico reconocimiento. No es casual que, en muchas ocasiones, el prestigio de una foto premiada lleve detrás ese verdadero mérito.
Paco Membrives Presidente del Certamen MontPhoto
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