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VESTIR CON DISCRECION
Saben de moda y de su comunidad. Sol Hammer y Melanie Levy asesoran a mujeres que siguen las reglas del recato de la ortodoxia judía. Desarrollar un estilo propio es el tema más frecuente de consulta.
Foto NICOLAS VERA
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Melanie Levy es diseñadora de moda, trabajó para diferentes marcas y tiene un empredimiento de camisas. Sol Hammer siempre mostró interés por las tendencias y mucha habilidad para entender cuáles eran los diseños, los colores y las morfologías que mejor le quedan a cada cuerpo. A menudo, la familia, las amigas o las mamás del colegio de los hijos -cada una tiene cuatro- les pedían consejos para resolver algún tema de vestimenta. Entonces decidieron profesionalizarse: se capacitaron como consultoras de imagen y crearon su propia agencia, vravo. Pero además de lo que sabían y aprendieron, contaron con un capital enorme: la empatía con las mujeres de su entorno que, como ellas, visten según el principio de Tzniut (“recato” en hebreo) que practica la ortodoxia judía. Cubrir codos, rodillas y clavícula, y desterrar los pantalones son las restricciones básicas. El uso de pelucas es también parte de las costumbres de comportamiento en algunas comunidades. “Hay muchas posiciones diferentes dentro del judaísmo. Yo elijo llevar pollera, mangas al codo y cuello cerrado”, dice Sol, fanática de los lentes. “Encontré equilibrio en lo que me pongo. Siempre trato de verme bien y potenciar mi imagen”, dice Melanie y agrega que le gustan los vestidos, jugar con los pañuelos y usar zapatillas. Su trabajo consiste en organizar el guardarropa de sus clientas con diferentes combinaciones. “Anotamos las faltantes para completar los equipos y, si quieren, las acompañamos a comprar”, dice Melanie. Ambas coinciden en que una de las mayores dificultades que ven en las mujeres que asesoran es que les cuesta encontrar un estilo propio. “Usan prendas que les parecen lindas, pero quizá no las favorecen”, explica Sol. Dar con marcas que cumplan sus expectativas –y las de sus clientas– no les parece difícil, como tampoco hacer que sus creencias religiosas convivan con la moda. Para ellas es importante identificarse y sentirse cómodas con la ropa porque, como dicen, “cubrir el cuerpo es una manera de cuidar el alma”. n