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ROBERT PATTINSON
El hombre perfecto Según las reglas de la divina proporción, es el rostro masculino más bello del mundo. Entrevista con el exvampiro de Crepúsculo, rostro de “Dior Homme” y futuro Batman: Robert Pattinson.
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Por GIAMPIETRO BAUDO Fotos MIKAEL JANNSSON PARA CHRISTIAN DIOR PARFUMS
Chaqueta de cuero, remera de algodón, pantalones en denim y botas de cuero, Dior.
Una reciente investigación lo consagró como el hombre con el rostro más bello del mundo. El cirujano plástico Julian De Silva, director del Centre for Advanced Facial Cosmetic and Plastic Surgery de Londres, es quien le otorgó el título. Antes, hizo un mapeo digital de rostros de estrellas a partir del número áureo, la proporción divina, unidad de medida utilizada por los antiguos griegos para calcular la belleza ideal, considerada durante siglos como la fórmula secreta de la perfección, a tal punto que Leonardo da Vinci la habría aplicado para dibujar la silueta de su Hombre de Vitruvio. Es Robert Pattinson, ligado al triunfo planetario de la saga Crepúsculo y hoy dedicado a rodar la película del nuevo Batman, de Matt Reeves, que se espera para el año próximo.
Sonríe algo cohibido, consciente del encanto que lo llevó a convertirse en 2013 en la cara del perfume “Dior Homme” y a asociarse con la casa de la avenida Montaigne para una campaña publicitaria y un videoclip realizado por el dúo The Blaze sobre las notas hipnóticas de Leonard Cohen cantando “Soy tu hombre”. Aparte de la moda, su corazón de 33 años late fuerte por el cine. “¿Dónde me veo en diez años? Todavía aquí, en entrevistas y disfrutando de un trabajo que me da mucho y que sigo amando locamente”.
¿Cuándo decidiste convertirte en actor?
Nunca me lo propuse. Cuando tenía 15 años, me gustaba una chica que estaba en un club de teatro. Yo trabajaba detrás del escenario y me di cuenta de lo mágico que era todo allí. Nunca estudié, hacía solo lo que me gustaba: estar frente a cámara, estar entre bambalinas, salir después de la función. Fue un proceso natural. No era el sueño de mi vida ni lo busqué insistentemente, solo hice lo que me gustaba y me salía bien.
De chico, ¿qué querías ser “cuando fueras grande”?
Me imaginaba en el terreno de la música: tocaba el piano, actuaba con mi grupo en un restaurante y eso me parecía genial. Debo reconocer que siempre tuve experiencias positivas. Es probable que en mi vida anterior todo haya sido horrible.
¿Cuándo te diste cuenta de que eras famoso?
En realidad, no tomé conciencia. Por lo tanto, no creo que eso me haya cambiado. En la época de Crepúsculo trabajábamos a un ritmo tan intenso, que en cierta forma vivía aislado. No tuve tiempo de darme cuenta, incluso después. En cuanto a Harry Potter, me acuerdo de que después del estreno, al día siguiente, estaba sobreexcitado pero un día más tarde era como si nada hubiese pasado.
Según una investigación, sos el hombre más bello del mundo.
Me halaga, pero también me causa gracia. Hay miles de cosas que no me gustan de mí. Pero me estoy dando cuenta de que a medida que pasan los años la apariencia física me resulta menos importante. Pienso que es bueno encontrar cosas de uno que no nos gustan, para poder mejorarlas.
¿Cuál es tu primer recuerdo vinculado a la moda? Contaste que solías coleccionar zapatillas.
Cuando tenía 14 años, ninguno de mis amigos se preocupaba por la ropa. En cambio yo ahorré plata para comprarme un saco rojo que me gustaba. Me dije: “Lo necesito”, creo que era de un diseñador japonés. ¡Me sentía tan a la moda! Nunca me había pasado. Esa compra fue iniciática, el momento en el que tomé conciencia. Tuve varias etapas en mi vida. Compraba mucho en e-bay y de a poco me fui apasionando por las zapatillas. Siempre el mismo modelo, concentrándome en los detalles diferentes y en los matices. Tenía absolutamente todas las versiones.
¿Cómo definirías tu estilo?
Es curioso porque hago mucho por ocultarlo, en cierta forma, no creo que sea realmente un estilo. No sabría definirlo con precisión, pero seguro que me atraen las prendas excéntricas. Al mismo tiempo, en la vida cotidiana, uso ropa normal, sin una estética precisa.
¿Cómo conciliás tu carrera entre el mundo de la moda y el del cine?
Lo que me atrae en el cine, sobre todo en estos últimos años, es la atmósfera de oscuridad. Me gusta el contraste con el trabajo que hice para Dior, que es atractivo en un sentido más convencional.
La nueva campaña del perfume “Dior Homme” se dirige a un hombre fuerte. ¿Qué significa “fuerte” para vos?
Creo que la fuerza está en saber escuchar, en lugar de decir todo lo que uno cree que tiene para decir. Muchas veces, la gente quiere probar a toda costa que es perfecta, convertirse en centro de la atención… Al contrario, hay que ser paciente y para serlo hay que estar bien con uno mismo. Ser fuerte también es ser empático, no juzgar.
En el video de The Blaze bailás y te divertís mucho.
Sí, fue divertido. En un momento, estaba haciendo unos pasos de baile
detrás de cámara y gritaron “¡saltá!” y yo, en medio del ruido, mientras bailaba, no entendí, entonces grité “¿qué dicen?” y respondieron “¡volá!”. Fue realmente loco, pero muy excitante.
¿Te considerás un adicto a la belleza? ¿Tenés una rutina?
Durante años, solo me lavaba la cara. Después, ya más grande, me di cuenta de que tenía que cuidarme la piel. Algo que me gusta es ponerme un antifaz antiestrés, como los que la gente se pone en los aviones para relajarse.
¿Quién fue tu maestro de cine? ¿Hay un personaje con el que soñás?
Marlon Brando siempre fue un ícono para mí, no creo que nadie pueda igualarlo. En cuanto al papel de mis sueños, cada personaje que interpreté me parecía extraño al comienzo, pero fui feliz dando vida a cada uno. Todos me convirtieron en quien soy. n