Muchos hemos sido afectados directa e indirectamente por los desastres naturales causados por El Niño costero, que sigue golpeando gran parte del país.
Sus negativas consecuencias, además de las irreparables y sentidas muertes y de los miles de damnificados, han afectado al sector logístico con el cierre de carreteras y la suspensión de vuelos, pero también con los costos extra que se deben asumir al no poder cumplir con los tiempos de entrega planificados o acordados.
Aunque no lo tengamos muy presente en el día a día, la naturaleza es un factor crucial dentro de la cadena de suministro. Pero aún más importante es un aspecto que no ha tenido la importancia debida como es la prevención. El mejor ejemplo nos lo dio Ecuador que supo construir infraestructura para contener la crecida del río
Zarumilla, evitando desbordes e inundaciones.