Contenido de la Unidad 6

UNIDAD 6 LA PERSONA DEL CATEQUISTA.

LA PERSONA DEL CATEQUISTA

Objetivo: Revalorizar a la persona del catequista como un ser integral que debe ir cultivándose día a día, para desde allí emprender su misión de Catequista.

El catequista es una persona que ha escuchado la Palabra de Dios e intenta vivirla, es una persona que ha comprendido que la Palabra no es sólo para sí, y que por eso, quiere hacer a otros partícipes de su descubrimiento, de esta relación que se fundado entre él y el mensaje de Dios. "El catequista es una persona que se apropia de la Palabra y acompaña a otros a descubrir que ella es como una lámpara que guía los pasos" como dice el Salmo 119.

EL CATEQUISTA DEBE SER: TESTIGO, PROFETA, MEDIADOR Y EDUCADOR.

TESTIGO

PROFETA

MEDIADOR

EDUCADOR

Porque es aquél que, puesto en presencia del catequizando, debe indicar con su vida cómo se vive en cristiano. Habla de lo que ha visto, de lo que ha experimentado, de lo que ha vivido en su experiencia de Dios y de su Palabra y lo hace porque está tan convencido de lo que transmite, lo ha hecho de tal modo vida de su vida, que no tiene miedo de comunicarlo.

1Jn 1,1-5

Porque su palabra muestra el camino, denuncia el mal, advierte y anima a sus catequizandos, dice lo que el Señor espera, y sabe ya desde el comienzo que su misión no será entendida siempre, que muchas veces no comprenderán por qué trabaja por servicio, por qué trabaja por una misión tan difícil.

Es el hombre que habla y dice algo que no es suyo.

Es Mediador de una Palabra que le desborda, que él no puede cambiar, porque habla en nombre del que le ha enviado. La Palabra de Dios que da vida y es en abundancia. El catequista es Mediador en la medida en que permanece unido al que lo envío, en la medida en que el Mensaje que transmite es un Mensaje de OTRO, de DIOS.

El hombre que acompaña a otro en su caminar hacia Dios. Es un educador.

Que le acompaña pero no le empuja, que le invita pero no le obliga, que respeta su libertad. Porque sabe esperar y porque sabe desaparecer cuando el hombre ya es capaz de seguir avanzando por sí mismo.

Es un educador en la fe.

2Tim 4,1-5.

De aquí que hacen falta catequistas que tengan: MADUREZ CRISTIANA Y HUMANA Que sepan actuar en el marco religioso y cultural de esta nueva evangelización de los bautizados. Para responder a este momento se requieren catequistas dotados de una fe profunda, de una clara identidad cristiana y eclesial, de una fina preocupación misionera, y de una honda sensibilidad social.

CON HONDA PREOCUPACIÓN SOCIAL En este contexto, en el que los valores humanos tienden a oscurecerse, la Iglesia necesita unos catequistas dotados de un honde sentido social, capaces de formar cristianos que sepan inocular el fermento dinamizador del evangelio en medio de una problemática socioeconómica que crea insolidaridad.

FIRMES EN SU IDENTIDAD CRISTIANA En medio de tal pluralismo ideológico y axiológico, la Iglesia necesita catequistas que se sientan firmes en sus convicciones cristianas, y que sean capaces de educar a los niños, jóvenes y adultos para que sepan confesar su fe y dar razón de su esperanza.

CON SENSIBILIDAD MISIONERA La Iglesia necesita hoy. Catequistas preocupados por la conversión al Señor. Existen grupos enteros de bautizados que han perdido el sentido vivo de la fe, a tal punto de no reconocerse como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio.

Ahí se debe trabajar, y esa es la tarea de muchos, de hacer de la catequesis un espacio de misión para aquellos a quienes aun no se ha llegado.

CON UNA FE PROFUNDA En este contexto, la Iglesia necesita catequistas imbuidos de un hondo sentido religioso, con experiencia madura de fe y un fuerte sentido de Dios.

Para concluir este modulo podemos sintetizar diciendo que, un catequista debe poseer las siguientes características: •

Debe ser una persona sencilla y preocupada por servir a Dios y a su comunidad;

•

Estar continuamente aprendiendo la Palabra y la vida de Jesús;

•

Tratar a la gente como Jesús la trató;

•

Estar unido a Dios mediante la oración y a su comunidad mediante el servicio.

Queridos catequistas a seguirnos preparando para ser unos mejores discípulos y mejores servidores del Reino