Praia TURISMO
do
forte
La temperatura ronda los 25 grados todo el año y las aguas siempre son cálidas. Eso sí: en junio y julio hay que estar atentos a los posibles chaparrones.
Tortugas, ballenas y encanto bahiano
A 70 km de Bahía, esta bella ciudad ofrece excursiones de pesca mar adentro, tortugas gigantes, resorts de lujo y 12 km de playas rodeadas de palmeras y de piscinas naturales para hacer snorkel. Textos: LORENA LOPEZ. Fotos: L.L. y EMBAJADA DE BRASIL 84 / Weekend - Setiembre 2010
V
isten sólo pantalones coloridos por debajo de la rodilla y se mueven de aquí para allá, levantando un poco de arena cada vez que sus pies descalzos hacen un movimiento repentino. Entre risas y amagues los dos hombres se miden en esta especie de danza lucha que es la capoeira y que nació hacia el siglo XVII, de la mano de los esclavos africanos que eran traídos a Brasil. Estamos en Praia do Forte –al norte de la mítica ciudad de San Salvador de Bahía con sus carnavales–, un pueblo costero donde se equilibra lo turístico con la tranquilidad, una gran oferta de actividades
(excursiones, spa, salidas de noche) con la posibilidad de, simplemente, ver el atardecer desde la playa, y se puede alternar la comida rápida con las más tradicionales, donde el camarón y los sabores derivados del coco son los sobresalientes.
■■ Viaje al fondo del mar Luego de pasar la mañana en una playa sin viento y con un mar que no provoca chuchos de frío, Margareth, nuestra guía, decidió que era hora de visitar el Proyecto Tamar (parte del predio da sobre la playa misma y en el centro de la villa), que hace 30
La “tartaruga” que todos los chicos quieren ir a ver y un servicio de taxi sumamente ecológico.
años que se dedica a la conservación de las cinco especies de tortugas marinas que hay en Brasil. “En los últimos 100 años algunas especies se redujeron en un 90% debido a la captura incidental en la pesca, a las aguas contaminadas con basura (las tortugas comen bolsas de plástico al confundirlas con medusas, lo que les provoca la muerte) y a que antes la gente del lugar acostumbraba a comer sus huevos”, cuenta. Caminamos y observamos los caparazones, piletas con especies de distintos colores (los niños se cuelgan fascinados de las barandas para mirar mejor) y finalmente el sector donde se Setiembre 2010 - Weekend / 85
TURISMO El Tívoli Ecoresort está a metros de la playa y como no hay viento se puede dormir escuchando el sonido del mar. Abajo: ballenas yubarta, que se disfrutan a través de avistajes embarcados.
La construcción del siglo XVI que dio nombre a la “playa del fuerte” y el lugar ideal del Proyecto Tamar para sacarse fotos de recuerdo.
Precios orientativos ●●1 real=2,20 pesos. ●●Pasaje Buenos Aires-
Bahía con conexión: Por GOL desde U$S 359. www. voegol.com.br
●●Instituto Ballena Yubarta: R$6 adultos y R$3 niños.
●●Avistaje de ballenas:
adultos R$150 y niños R$95. Dura 5 horas. Incluye refrigerio (frutas y agua).
●●Proyecto Tamar: R$12, niños R$6. Los que miden hasta un metro no pagan.
●●Colectivo desde Bahía a
Praia do Forte: R$10. Tarda hora y media.
●●Almuerzo en restaurantbar: R$20 por persona.
●●Tuqui tuqui (taxis estilo indio) y transporte en bicicletas: R$15 viaje mínimo. Hasta cuatro personas.
●●Excursión de pesca mar
adentro: Para tres personas con equipamiento, R$990.
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reproducen tortugas en tamaño real para que uno pueda tener una idea de sus dimensiones. La más grande de todas mide alrededor de de 2,20 m y pesa unos 700 kilos. Margareth nos pide que nos abriguemos y nos conduce a un lugar cerrado donde hace frío y la oscuridad es absoluta. “Aquí se recrea el mar a 1.000 metros de profundidad”, explica mientras nos pide que nos agarremos de un pasamanos y enciende una linterna. Así comienza una guiada entre inquietante y fascinante, porque caminamos en una oscuridad que solo se interrumpe con el destello de la linterna que se enciende para mostrarnos distintas piletas con especímenes hallados durante las excursiones de investigación. Son animales raros: peces sin ojos, algo que se asemeja a un gusano pero de grandes dimensiones, arañas de patas muy delgadas e insectos con aspecto de cucaracha pero del tamaño de una berenjena.
C O M P L E J O
Ecoturismo y calidad de vida ■■El Tívoli Ecoresor t es un
complejo de 30 hectáreas pensado para el disfrute, ya que ofrece gastronomía de primer nivel, un circuito de spa muy completo y todo un kilómetro de playa exclusiva. Es ideal para ir en familia y que los mayores puedan relajarse mientras los chicos se divier ten. Hay personal especializado (niñeras y maestras jardineras) y actividades infantiles que van desde juegos y manualidades hasta “competencias de comida sana”, para inculcar el consumo de verduras y frutas. Informes: www.ecoresort.com.br
Salimos de las profundidades y el sol fue una bendición. Recuperamos la temperatura del cuerpo mientras nos encaminamos hacia el Instituto de la Ballena Yubarta, que se dedica a estudiar y a difundir información sobre este cetáceo. La yubarta es un poco más pequeña que la franca autral y llega a la costa de Praia do Forte entre julio y octubre, para luego irse hacia el sur. A 15 minutos de la villa se encuentra el famoso “Castillo García D’Avila”, uno de los sitios históricos más importantes de Brasil. No se trata de un castillo en el sentido estricto del término, sino de una gran casa ubicada en el punto de mayor altura de la zona, desde cuyas torres se vigilaba tanto el mar como la llanura. La construcción comenzó en 1551 (tuvo varias etapas y duró casi 80 años en total) y allí vivió la familia D’Avila, dedicada a la actividad agrícola y ganadera durante 300 años. Caminamos entre las ruinas en silencio y concentrados en todo lo que transmiten esas paredes agrietadas por la maleza que se cuela entre los bloques. Unos turistas sacan fotos desde lo que fueron las ventanas de
la casa, y nada cuesta imaginar que por esas mismas ventanas también se vieron llegar a los aborígenes (que fueron duramente combatidos) y a las naves que venían con noticias de Europa. Pegada a la casa se encuentra la capilla que muchas parejas eligen, hoy, como lugar para sellar su compromiso. “Nos espera el jeep”, anuncia Margareth –rompiendo esa especie de ensoñación que generan las construcciones del pasado– y nos dirigimos a la reserva de Sapiranga, un área protegida de 533 hectáreas dedicada al cuidado de la selva paranaense con un centro de interpretación que ayuda a apreciar a los árboles gigantes y las lianas que siempre están a punto de caer sobre los rostros. Se pueden hacer paseos en cuatriciclos por zonas habilitadas. Ya de noche nos espera una mesa servida por mozas con el típico atuendo bahiano de pañuelo en la cabeza, vestido blanco que deja ver los hombros y collares de colores que iluminan el rostro. El menú del día comienza con trocitos de un pescado llamado carurú con puré de banana da terra (una banana pequeña que solo se come cocida), sigue con una moqueca de camarón con castañas de cajú e inhame (parecida a la mandioca) y termina con una mousse de coco. Bueno, “termina” es una forma de decir, porque después viene el café aromatizado, chocolates y los primeros acordes de la guitarra que acompaña a un mujer que empieza a cantar “Aguas de marzo” y nos trae el recuerdo de la legendaria Elis Regina.
n Más información www.praiadoforte.org.br www.bahia.com.br www.tivolihotels.com www.portomar.com.br www.amadobahia.com.br
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