Tierra de Comechingones

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EL FEDERAL

Córdoba

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Tierra de Comechingones En San Marcos Sierras, Córdoba, la cultura de los comechingones está viva. Identidad aborigen, integración con la sociedad y turismo cultural para conocer la forma de vida de antepasados y descendientes. Texto y fotos: Lorena López

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ay una mesa preparada con vasos, cuencos, mermeladas y termos. En la pared de atrás, una gran lechuza dibujada nos llama la atención, y entonces nos explican que este animal representa la sabiduría porque puede ver en la oscuridad y en todas las direcciones (porque gira la cabeza). Estamos en la casa de Celeste Bordagaray Lorges, ceramista, y Meliño Tulian, tercera generación del cacique Francisco Tulian, un apellido muy abundante en San Marcos Sierras. Celeste y Meliño están abocados a mantener la cultura de los comechingones y, además de estudiar y trabajar en el tema, han abierto su casa para que el turista interesado que llegue a San Marcos puede asomarse a la cultura aborigen que poblaba estas tierras 500 años antes de Cristo y que hoy se mantiene viva. “Nuestra intención es mantener la cosmovisión del pueblo originario comechingón, por eso trabajamos con los frutos del monte haciendo dulces, arropes, licores y cafés de algarroba y de mistol”, explican. “Estamos tratando de profundizar en lo que fue la cestería con un grupo de gente de Copacabana, un pueblo cercano, y en base a esos conocimientos y a tiestos que se han encontrado se puede reconstruir parte de la cerámica del pueblo comechingón más allá de lo que los libros dicen.” Sabores y colores del monte. Cuando uno visita la casa de Celeste, Meliño y Luna, su hija, se introduce en un mundo distinto al del turismo convencional, porque allí hay tiempo para todo: para charlar, para entender y sobre todo para saborear y ver todo lo que da el monte. Ellos lo manifiestan de este modo: “Los pueblos originarios sentían que todos somos parte de un universo, y al estar integrados al monte estamos conectados con los ciclos naturales”. Por eso apenas llegamos nos ofrecen una taza de café de mistol, arrope y trozos de patay, mientras nos explican que la cosecha, tostado y molido de los frutos como una forma de conservación de esos alimentos es ancestral, que el patay se hace con algarroba negra molida antes de tostar y que es un bocado muy energizante. Alguien pregunta si el arrope lleva azúcar o miel y Meliño es contundente: no, sólo es algarroba hervida amasada y colada, cuyo jugo se hierve hasta que se convierte en arrope.


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Tierra de Comechingones by Lola Periodista - Issuu