EL FEDERAL
BUENOS AIRES
UN CAMPO, MUCHOS CAMPOS Desde 2007 la estancia Santa Ana de Coronel Suárez, Buenos Aires, utiliza la técnica de agricultura por ambientes. En qué consiste, cómo empezaron y cuáles son las ventajas. También, el complemento del turismo rural. Por Lorena López/ Fotos: Josi de Lusarreta
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a llovido. Sin embargo, el camino está bastante bueno. El Federal va rumbo a un establecimiento agrícola ganadero de mil hectáreas que trabaja con el sistema de producción por ambientes, una técnica que consiste en dividir un campo en diferentes parcelas para tratarlas de distinta manera, según sus potencialidades. En la zona donde se encuentra esta cronista
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los campos son muy heterogéneos, ya que hay lugares profundos y planos y a pocos metros terrenos con poco perfil o con pendientes. “La pendiente, la profundidad, el Ph, la textura y la disposición en el paisaje son algunas de las limitantes que en mayor o menor medida se manifiestan”, explica Rodolfo Serigós, ingeniero en Producción Agropecuaria y uno de los propietarios de Santa Ana. “La combinación de dos o más de esas limitantes junto con el
clima, generan diversos macroambientes que tendrán distintos potenciales de producción, y por lo tanto será importante tratarlos de forma diferente”. En la actualidad esto es posible gracias a la tecnología GPS, donde toda la información disponible será de utilidad siempre y cuando esté georreferenciada ya que, de esta manera -superponiendo información- se decide cómo trabajar cada zona.
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TONELADAS DE MAÍZ RINDES POR HECTÁREA
Santa Ana en cifras
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TONELADAS DE SOJA RINDES POR HECTÁREA
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3 1.000 hectáreas en producción. 3 900 dedicadas a agricultura. 3 100 a ganadería. 3 16 a turismo (incluido el casco). 3 Desde 2007 trabajan con producción por ambientes.
En 2007, Serigós obtuvo la primera tanda de información que le permitió comenzar con la producción por ambientes: imágenes satelitales del campo con las cuales, respetando algunas conclusiones, organizó la siembra fina (trigo y cebada) que fertilizó con el sisema VRT, sigla en inglés de Aplicación Variable de Insumos. “Los mapas de tosca, de rendimiento, de pendiente y los mapas productivos nos hacen descubrir nuevas diferencias, ya que cada año es distinto y
nos deja conocimientos e información sobre los campos para tomar mejores decisiones”, explica. Balance. El beneficio principal de esta producción segmentada es poder obtener el mejor rendimiento de cada zona del campo, lo cual se logra identificando los distintos ambientes y dándoles un trato especializado, que se relaciona con qué cultivos van a rendir mejor y cómo habrá que hacer la rotación.
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EL FEDERAL
BUENOS AIRES
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TONELADAS DE GIRASOL RINDES POR HECTÁREA
Turismo Rural
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La estancia Santa Ana pertenece al grupo de turismo rural Cortaderas II apoyado por el INTA. Más información: www.estanciasantaana.com.ar Facebook: Cortaderas II Coordinadora: Adriana Rossetti adriross2002@yahoo.com.ar Agradecimiento: www.lacasa-hotelboutique.com
En las hectáreas de Santa Ana, por ejemplo, el maíz es un cultivo extremadamente marginal, ya que prospera en muy pocos lugares y es rentable a largo plazo sólo si se lo siembra en los mejores ambientes productivos. Por las características de este cultivo (muy poca resistencia a la sequía entre otras cosas) el maíz tiene pocas chances de éxito en esta zona del sudoeste bonaerense que recibe pocas precipitaciones, mal distribuidas, extremadamente erráticas y con una muy baja probabilidad de que sucedan durante el período crítico del maíz (enero). Pero como es un cultivo que aporta mucho en la rotación, da raciones para los animales con su rastrojo, diversifica el ingreso y con rendimientos lógicos tiene el mayor margen bruto, es interesante encontrar algún lugar dentro del campo donde se pueda sembrar. “Aquí el mejor ambiente para el maíz se da en zonas cercanas al arroyo porque son los lugares más bajos y con una disposición cóncava en el paisaje”, muestra Serigós en la recorrida. “El arroyo genera un ambiente más húmedo que controla el balance hídrico en los períodos críticos, la profundidad de los suelos nos permite acumular más agua para no ser tan dependientes de las precipitaciones y que sean bajos cóncavos nos permite una mejor penetración del agua caída en esos lugares y la utilización del agua que escurre desde las zonas de pendiente y convexas de los alrededores. Este es un ejemplo claro del beneficio productivo económico de ambientar un campo.” Cifras. En cuanto a los rindes, el productor explica que en la zona son bastante variables pero que la agricultura por ambientes y la aplicación variable de insumos le proporcionó, en los últimos años, una mayor estabilidad de cifras. Los maíces rinden entre 5 y 8 toneladas por hectárea, las sojas y los girasoles entre 2 y 3 t, y la fina ronda las 3,5 t y puede llegar a más
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de 5. Todos los cultivos se fertilizan con fósforo con un criterio de reposición (devolver al suelo lo que extraen los cultivos) y con nitrógeno con un criterio de completar el necesario para obtener un rinde probable. En ambos casos el primer paso es realizar una microambientación dentro del macro ambiente agrícola, es decir que se divide el lote en 2 o 3 zonas diferentes en las cuales se va a sembrar el mismo cultivo. Esta división se realiza sobre la base de información georreferenciada previamente, como mapa de tosca, mapas de cosecha y algún otro dato que se considere importante para ese cultivo. Luego se extraen muestras de suelo que representen dichos micro ambientes y se estima el rinde tentativo de cada uno. Finalmente se analiza si es necesario y en qué cantidad aplicar fertilización según cada microambiente. “Este mismo razonamiento se utiliza para la densidad sobre todo en maíz y girasol, donde el número de plantas logradas depende mucho del potencial de rinde esperado y buscado de cada micro ambiente”, aclara Serigós. “Para esto tenemos un equipo de herramientas equipado con GPS y sistemas de dosificación variable, con lo cual podemos aplicar más fertilizante y semilla donde se aprovecha y usando aquellos recursos que nos ahorramos por aplicar menos en los lugares donde el potencial -por más que apliquemos mucho- tiene un techo más bajo.” Vacas. De las mil hectáreas de Santa Ana, el 90 por ciento se destina a la agricultura y solo el restante 10 por ciento a la ganadería de raza Aberdeen Angus. En lo que va del año, entoraron 200 vacas y en relación a la cantidad de animales por hectárea, Serigós explica que es un dato difícil de decir exactamente pues en su campo las vacas van a las zonas de los desperdicios que están alrededor de los arroyos y cerros; luego pastorean los rastrojos de maíz
“Hacemos el ciclo completo: a los machos los llevamos a 320 kilos y a las hembras tratamos de guardarlas para aumentar el rodeo.”
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TONELADAS DE TRIGO Y CEBADA RINDES POR HECTÁREA
TODO EN UN SOLO CAMPO. La agricultura, la ganadería vacuna, el turismo rural, los caballos y la huerta conviven armoniosamente en Santa Ana. Una muestra más de la ductilidad del campo argentino.
y si el balance forrajero es negativo, realizan verdeos de verano, de invierno y algún pastoreo diferido. Ocasionalmente también usan rollos para complementar el alimento, que se hace a pastoreo directo. Las vaquillonas de primer servicio se inseminan con toros que generen terneros de bajo peso al nacer. Para esto se utiliza la práctica de sincronización de celo que consiste en colocar un dispositivo que genera el celo en la vaca para aumentar la probabilidad de éxito de la inseminación programada; aproximadamente el 50 por ciento de las hembras inseminadas
con esta metodología quedan preñadas y luego se hace un repaso con toros. “Hacemos el ciclo completo: a los machos los llevamos a 320 kilos terminados y a las hembras, en esta etapa de expansión, tratamos de guardarlas para aumentar el rodeo. El destete precoz lo usamos como herramienta para modificar la demanda forrajera: así como hacemos verdeos para aumentar la oferta forrajera cuando el balance es negativo, en algunos casos, tocamos la demanda de raciones haciendo destete precoz a los 45 días de vida del ternero. Es una práctica muy buena que permite mantener la vaca con
menos raciones y lograr que la siguiente preñez sea mejor. Luego del destete, sigue todo a corral”, detalla. En la ganadería la división por ambientes funciona con el mismo razonamiento que con la agricultura, teniendo en cuenta diferentes limitantes y conceptos. Así, cuando se hace la macroambientación de un campo se definen los lugares donde por calidad o limitantes externas no es posible la agricultura. “En nuestro campo las zonas ganaderas las definimos por estar muy cercanas a arroyos, no podemos entrar con herramientas, y por tener mucha pendiente o muy poco perfil, o sea, menos de 40 centímetros a la tosca”, describe Serigós. “Luego, dentro de estos macroambientes ganaderos definiremos si implantamos o no algún forraje y, dependiendo cuáles son las limitantes, qué tipo de forraje.” En los últimos tiempos, Santa Ana ha incursionado en el turismo rural con el mismo concepto de aprovechar al máximo cada porción de terreno: las dieciséis hectáreas de monte donde está el casco sólo generaban gastos, hasta que decidieron abrirlo a los turistas que, en su mayoría, llegan desde Buenos Aires y de Bahía Blanca. “Actualmente, los beneficios económicos no son determinantes porque estamos invirtiendo en difusión”, reflexiona Serigós, “pero la propuesta representa una fuente de trabajo y vemos un potencial interesante para complementar y diversificar la renta de la empresa”. •
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