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La mitad norte del Feliciano Cáceres lleva el nombre de “Julio César Romero”, en honor al mejor futbolista luqueño de todos los tiempos, y que muchos consideran el mejor del país. En este sector se encuentran las cabinas de prensa y el palco de honor.
UN ÍDOLO CON SANGRE LUQUEÑA EN LA SELECCIÓN PARAGUAYA DE FÚTBOL
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ulio Cesar Romero fue capitán de la memorable Selección Juvenil que en 1979 disputó el Sudamericano en Uruguay y clasificó para el segundo Mundial de la categoría Sub 20, en Japón, ese mismo año. Fue integrante de la Selección de Mayores que se consagró Campeona de la Copa América 1979, donde su juego tuvo un
papel trascendental para el logro guaraní. Luego estuvo como capitán, en la Selección de Mayores que participó del Mundial “México 1986”, donde Paraguay llegó a 8vos. de Final, cayendo ante Inglaterra. En ese momento Paraguay volvía a ser representado en un mundial de futbol después de 28 largos años de ausencia.
roveniente de una familia 100% luqueña, el popular Julio César Romero, querido ex jugador de futbol y actual vicepresidente del Sportivo Luqueño; también conocido como “El Tin Romerito”, o simplemente “Romerito”, nos relató cómo vive y festeja los 100 años de su amado club. “Es mi vida, la ciudad donde nací es Luque; desde chico asistí a la cancha y participé de todos sus eventos. Mi mamá es luqueña; mi papá fue campeón con Luqueño en el 1951 y 1953. Es una historia de nunca acabar; mis tíos, mis primos y mi hermano, también jugaron en el Luqueño. Yo participé en el Centenario del Barcelona (España) y en el Centenario del Fluminense (Brasil), pero esto es totalmente diferente, porque Luqueño es toda una ciudad que se viste de sus colores. Es una alegría enorme; agradezco a mis padres el haber nacido aquí y así poder vivir la fiesta de este centenario”, comentó. En cuanto a su nuevo cargo en la institución mencionó que fue resultado de una lucha de más de 20 años. “Me integré al grupo República de Luque hace 13 años y desde esa vez también estamos batallando. El Sportivo Luqueño es ahora de los socios, de los activos, de los vitalicios, es de la gente; las puertas del club están abiertas. Ser parte de la dirigencia es un honor para mí; no me siento como vicepresidente sino como un hincha, como parte de esta institución que es mi casa. Un privilegio y una alegría enorme, pero también el compromiso es grande, la expectativa aún más. Es muy difícil encontrar buenos jugadores en el futbol paraguayo, que actualmente se está normalizando de la mitad para abajo. No es fácil para
