Desde abajo y a la izquierda Balance del conflicto social durante el año 2007 Luís Salazar∗ Introducción Este es el segundo informe anual sobre la dinámica de los conflictos sociales en la República Dominicana, correspondiente al año 2007. Anteriormente, hemos elaborado un informe del año 2006, y los correspondientes al primer y segundo cuatrimestre del 2007. Como es nuestra costumbre, informamos que el proceso de recolección de las informaciones se ha realizado a partir de las páginas electrónicas de los periódicos de circulación nacional. Esto supone determinadas limitaciones, ya que la prensa comercial no recoge todos los hechos de lucha popular que ocurren en el país. Sin embargo, pese al carácter aproximado del número de hechos presentado, entendemos que las tendencias esenciales del objeto de estudio, no varían en lo fundamental. Este informe parte de un examen de las principales tendencias de la lucha social durante todo el año; luego, se analizan la conflictividad social por regiones, los sectores sociales que más se han destacado durante el período, los métodos de luchas más usados y las demandas más enarboladas. Al final, tratamos de extraer algunas conclusiones o plantear problemas que se desprenden de los datos aportados, de forma tal, que contribuya al debate y enriquecimiento del pensamiento acción de los militantes involucrados en el movimiento social dominicano. Este trabajo no se inscribe en una relación de exterioridad con relación a dicho movimiento; sino que se hace desde una vinculación de compromiso con el mismo. Por lo tanto, no nos mueve ninguna actitud de “neutralidad” científica, sino la necesidad de contribuir a plantear los problemas que tiene por delante el movimiento social, y sugerir, desde nuestra modesta posición, soluciones a los mismos.
el autor es militante revolucionario
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Principales tendencias del 2007 En el año 2007 se registraron 236 acciones de lucha social; muy por encima de las registradas durante el año anterior (129). Aunque esta diferencia puede deberse, en parte, a deficiencias en el proceso de recolección de los datos; de todos modos, la magnitud de la diferencia nos puede estar indicando una agudización de las contradicciones sociales durante el último año. Como indicamos en el informe correspondiente al primer cuatrimestre del 2007, durante los meses de febrero y marzo se produjo un ciclo ascendente de la conflictividad social. Este ascenso se expresó en la ocurrencia de 36 hechos de lucha social durante el mes de febrero, y 38 durante el mes de marzo; tomando en cuenta que el promedio de acciones por mes, durante ese año, fue aproximadamente de 20. En este ascenso, interactuaron factores de orden local (35 acciones en febrero, y 35 en marzo) y nacional (lucha de los transportistas por el subsidio al transporte, de los trabajadores organizados por el aumento salarial, y de los médicos por el seguro social). En el mes de abril se produjo un descenso significativo (17); retomando, durante los meses de mayo a septiembre el promedio mensual, para volver a caer a partir de octubre. Es indudable, que las secuelas de las tormentas Noel (28 de octubre) y Olga (12 de diciembre), crearon una situación desfavorable para los grupos populares, debido a que fueron los sectores pobres los más afectados, y todos los esfuerzos de las organizaciones populares se concentraron en labores de solidaridad con aquellos. En el informe del primer cuatrimestre del 2007, decíamos: “Lo que debemos explicarnos es porque el movimiento desciende a partir de Abril. Nuestra hipótesis, a este respecto, es que las luchas de alcance nacional (aumento salarial, subsidio al transporte, seguridad social), entraron en una fase defensiva o de franca derrota, lo cual permitió una desaceleración del ritmo de las luchas a nivel nacional, y a todos los niveles.” A nivel nacional, se produjeron 6 acontecimientos de carácter nacional; ya sea por la calidad de la demanda o por el impacto del sector que encabezaba el proceso. Los hechos nacionales más relevantes del año lo fueron los dos paros generales (9 de julio y 2 de octubre), convocados por un conjunto de organizaciones agrupadas en el Foro Social Alternativo. Una cuestión interesante a discutir sería por qué se decide realizar este tipo de jornada de lucha fuera de los momentos de auge de las luchas a nivel local; aunque no se puede establecer una causalidad mecánica entre ambos niveles, está claro
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que el momento de ascenso de los meses de febrero y marzo era mucho más adecuado para la organización de protestas de mayor amplitud porque contaba con un sostén más firme a nivel local. La conflictividad por regiones Siguiendo la tendencia del año 2006, las regiones que concentraron la mayor cantidad de luchas sociales fueron la Norte (2006: 54 – 42%; 2007: 95 – 40%) y la Sureste (2006: 43 – 33%; 2007: 97 – 41%). (Ver cuadros No. 1 y No.2) Sin duda, esto se debe a que ambas regiones incluyen a las ciudades de mayor concentración poblacional (Santiago, por un lado, y
el Distrito Nacional y la Provincia Santo
Domingo, por el otro), y donde, tradicionalmente, existen la gran mayoría de los esfuerzos organizados del país. También, en estos lugares se concentra la población de mayores niveles culturales, de mayor acceso a los medios de comunicación, y más cercanos a las instituciones estatales. 2007 Cuadro No.1 REGIONES Total/región % Región Norte 95 40.3 Región Sureste 97 41.1 Región Suroeste 38 16.1 Nacionales 6 2.5 Total 236 100 2006 Cuadro No.2 REGIONES Total/región % Región Norte 54 42 Región Sureste 43 33 Región Suroeste 23 18 Nacionales 9 7 Total 129 100
Los sectores sociales Los sectores sociales que más aparecieron en el registro de los procesos de movilización popular son: los pobladores de los barrios y comunidades (120 acciones para un 40% del total); las organizaciones de lucha que representan determinados niveles de coordinación nacional o local (38 – 13%); los estudiantes o jóvenes (32 – 11%); los
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maestros de sector público (26 – 9%); las iglesias (24 – 8%); y los choferes (18 – 6%). Es un registro similar al del año 2006, por lo cual nos parece que apunta a tendencias duraderas del comportamiento de los sujetos sociales. (Ver cuadros No. 3 y No.4) 2007
Cuadro No.3
SECTORES SOCIALES
Total/sectores % 18 6 5 1.66 10 3.33 120 40 32 10.66 26 8.66 10 3.33 7 2.33 38 12.66 24 8 10 3.33 300 100
Choferes Obreros Campesinos Pobladores Estudiantes/Jóvenes Maestros Médicos Mujeres Org. de lucha y coord.
Iglesias/religiosos Otros Total
2006
Cuadro No.4
SECTORES SOCIALES
Choferes Obreros Campesinos Pobladores Estudiantes Maestros Médicos Mujeres Org. de lucha y coord.
Otros Total
Total/sector % 8 5.5 3 2 1 0.69 68 47 14 9.7 21 14.5 5 3.47 4 2.7 13 9 7 4.8 144 100
Está clara la preeminencia de sectores que hacen del territorio su espacio de acción; por encima de aquellos que se mueven en otros escenarios, tales como los campesinos y los obreros. En el caso de estos últimos, hay que tomar en cuenta su debilidad histórica, el crecimiento del número de los trabajadores informales, la existencia de instrumentos institucionales y legales que traban su organización y sus luchas, la burocratización de las organizaciones sindicales, el alto nivel de desempleo y la actitud represiva de los patronos, que obstaculizan el desarrollo de procesos de lucha de este sector. 4
Entre los asalariados estatales, los maestros y maestras se destacan en ambos años por ser uno de los sectores más activos; superando en mucho a los médicos, que sólo alcanzaron 3% del total, con 10 registros. Sería interesante profundizar en la investigación acerca de las causas que producen esta diferencia entre dos sectores que poseen altos niveles de organización, y una gran tradición de lucha. Los métodos de lucha Siguiendo la tendencia de predominio de lo local, en su variante territorial, durante el 2007, los métodos más usados fueron: las marchas y movilizaciones (132 – 52%); vigilias y piquetes (36 – 14%); huelgas o paralizaciones en los centros de trabajo (27 – 10.67%); paros barriales (24 – 9.48%); y bloqueos de caminos y carreteras (17 – 5.66%). (Ver cuadros No.5 y No.6) La preponderancia de lo territorial, que ya hemos hecho notar en el caso de los sectores sociales, se corresponde con el uso más frecuente de métodos de lucha que tiene al territorio como el espacio privilegiado; por encima de procedimientos como las huelgas laborales, por ejemplo. En el caso de estas últimas, las 27 paralizaciones que se realizaron en los centro de trabajo, durante el 2007, se corresponden con los 26 casos de lucha popular, realizados por los maestros públicos.
2007 Cuadro No.5 MÉTODOS DE LUCHA Huelgas1 Paros barriales2 Mítines Marchas Vigilias/piquetes Paros del transporte Bloqueos Paro nacional Paro del transporte Otros Total
2006
27 24 1 13 2 36 4 17 1 4 7 25 3
10.67 9.48 0.33 52 14 1.33 5.66 0.33 1.33 2.33 100
Cuadro No.6
MÉTODOS DE LUCHA Abs Huelgas3 18 1
Huelga: paralización de labores en el centro de trabajo. Paro: paralización de actividades en los barrios y comunidades. 3 Huelga: paralización de labores en el centro de trabajo. 2
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% 13
Paros barriales4 Marchas Vigilias/piquetes Ferias Ruedas de prensa Querellas judiciales Bloqueos Otros Total
17 71 18 2 1 1 6 3 137
12.4 51.8 13 1.45 0.72 0.72 4.3 2 100
Las demandas Las demandas de obras (calles, acueductos, escuelas, etc.) aparecen registradas como las más enarboladas en los procesos de lucha (85 menciones; 29.4% del total); seguidas de las demandas relacionadas con el servicio de agua (38 – 13.1%); las concernientes al servicio eléctrico (3110.7%), tales como apagones, altas tarifas, etc.; la lucha por mejores condiciones de trabajo (28 – 9.68%), por ejemplo, el aumento de salarios; y la seguridad ciudadana (20 – 6.92%). (Ver cuadros No.7 y No.8) Salvo casos muy específicos, como las demandas laborales que enfrentan a trabajadores y patronos o las demandas dirigidas a las empresas distribuidoras de electricidad, la gran mayoría de las demandas están dirigidas al Estado. Esto significa que, pese a las transformaciones en que se ha visto envuelto el Estado dominicano a partir de los años ochenta, continúa siendo el gran interpelado por los movimientos de protesta. 2007
Cuadro No.7 DEMANDAS Obras Salarios/condiciones de trabajo Salud Educación DDHH Empleo Seg. Ciudadana Cancelaciones Costo de la vida Apagones/tarifa eléc. Combustibles Agua Medio ambiente
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Paro: paralización de actividades en los barrios y comunidades.
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Total/demandas 85 28 10 13 4 1 20 4 2 31 5 38 7
% 29.4 9.68 3.46 4.49 1.38 0.34 6.92 1.38 0.69 10.7 1.73 13.1 2.42
Desalojos Subsidio al transporte Corrupción Cambio en la política econ. Tierra Reclamos relacionados con los efectos sociales de la tormenta Noel Violencia intrafamiliar Otros Total 2006
9 7 1 1 1 2
3.1 2.42 0.34 0.34 0.34 0.69
1 19 289
0.34 6.5 100
Cuadro No.8
DEMANDAS Abs % Obras 36 23.8 Salarios/condiciones de trabajo 16 10.5 Salud 8 5.2 Educación 4 2.6 DDHH 10 6.6 Empleo 2 1.3 Soberanía 10 6.6 Seg. ciudadana 12 7.9 Cancelaciones 1 0.66 Seg. ciudadana 6 3.9 Apagones/tarifa eléc. 10 6.6 Combustibles 3 1.9 Basura 2 1.3 Agua 13 8.6 Medio ambiente 3 1.9 Código penal 2 1.3 Desalojos 2 1.3 Reforma fiscal 3 1.9 Otros 8 5.2 Total 151 100
El carácter local del movimiento social El rasgo que define al movimiento social dominicano es su carácter local. Esto significa que el ámbito de acción, las demandas y sujetos más dinámicos están vinculados a territorios o sectores muy específicos y concretos. Dentro de lo local, el espacio territorial es el predominante, como lo atestigua el dinamismo de los pobladores de los barrios y comunidades, los transportistas, sectores religiosos, etc. También por los métodos de lucha (las marchas y movilizaciones, los bloqueos de carreteras y calles, las vigilias y piquetes, los paros barriales), así como por las demandas más enarboladas 7
(obras comunitarias, normalización de los servicios básicos, seguridad ciudadana), el territorio es el ámbito más dinámico de la lucha social en nuestro país. Esta situación tiene una doble lectura: por un lado, revela que los escenarios más importantes de la lucha social están ubicados muy cerca de la gente común, de sus problemas más inmediatos y cotidianos; que es aquí donde esta tiene mayores posibilidades de participación directa, de control de los dirigentes, y de hacerse escuchar a la hora de las definiciones de las líneas y acciones comunes. Sin duda alguna, este predominio de lo local está relacionada con el carácter espontáneo, disperso, y discontinuo de la mayoría de los esfuerzos de organización popular; además, expresa un grado de conciencia que no supera la lucha por demandas inmediatas. Por el otro lado, el predominio absoluto de lo local dentro del movimiento social, expresa la incapacidad de este para colocarse de frente a los grandes problemas nacionales y mundiales; de articular las demandas parciales en un programa general de lucha; de reconocer las demandas comunes con otros sectores y establecer puentes con estos para constituir espacios comunes de lucha desde lo local hasta lo nacional; de ser el sujeto de un proyecto políticosocial de transformación de la sociedad dominicana. El movimiento social es el gran ausente en los debates de las cuestiones de alcance nacional y mundial; no posee medios de expresión nacional (periódicos, programas de radios y TV, etc.); ni mucho menos posee redes de comunicación popular que permitan la socialización de las experiencias y el intercambio de ideas. Se impone el fortalecimiento de las instancias de base, pero en la perspectiva de crear y fortalecer las instancias de coordinación, que trasciendan el plano local. De otra forma, caeríamos en el localismo estrecho, que impide ver más allá de los intereses inmediatos. La cuestión de los sujetos sociales Nos parece que la debilidad fundamental, en relación al tema de los sujetos sociales, es la ausencia, en los procesos de lucha más significativos, de los sectores sociales vinculados de manera directa a la producción (obreros y campesinos). Una de las expresiones más evidentes de esta situación es el hecho de que la efectividad de las paralizaciones locales o nacionales, que se han producido en las últimas décadas, depende de las interrupciones del transporte, de la ocurrencia de enfrentamientos o de la
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magnitud de la represión del Estado. En todos los casos se trata de que los trabajadores y empleados públicos y privados no puedan llegar a sus puestos de trabajo, más que una decisión de estos de sumarse al movimiento de protesta. Además, hace depender este tipo de movimiento en forma excesiva de la alianza con el sector transporte; el cual posee una imagen bastante deteriorada frente a la población; imagen que impregna al conjunto de organizaciones que motorizan el proceso de lucha. Otra de las cuestiones que el movimiento social debería plantearse seriamente es la de las implicaciones que tiene para él la existencia de una importante masa de trabajadores informales en el país. Según las estimaciones del estudio La Informalidad En El Mercado Laboral Urbana De La República Dominicana: “Se observa que, en la zona urbana del país, alrededor de 54% de las personas ocupadas trabajan en condiciones de informalidad según el criterio legal -esto es, carecen de licencia o contrato, y no reciben una cantidad razonable de beneficios laborales contemplados en la legislación. Similarmente, alrededor de 65% de los trabajadores son informales desde la perspectiva de la seguridad social –esto es, no se encuentran cotizando actualmente como preparación para la vejez. Finalmente, cerca de 50% de los ocupados y ocupadas urbanas son informales según el criterio OIT, dado que trabajan en establecimientos pequeños o como cuentapropistas en ocupaciones de baja calificación.”
Según estos datos, la informalidad entre los trabajadores urbanos se sitúa entre un 50% y un 65% de la población urbana económicamente activa. La existencia de esta gran cantidad de trabajadores informales, plantea serios retos para el movimiento social. ¿Cómo organizar a una masa de personas cuyo modo de producción no la concentra en un lugar específico? ¿Cómo integrar a estas personas, cuyo trabajo y sustento dependen del día a día, en un proceso de lucha prolongado? Necesariamente hay que buscar formas nuevas de organización y acción, que permitan la inclusión de este sector social en los procesos de lucha.
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