Academus 4-5

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Universidad Autónoma de Querétaro

PRIMERO Y SEGUNDO SEMESTRE 2011

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AÑO 3 No. 4 -5 INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MULTIDISCIPLINARIAS

La ciudad y el espacio público Emiliano Duering Cufré


M. en A. Raúl Iturralde Olvera Rector

Dr. Guillermo Cabrera López Secretario Académico

Secretaria de Contraloría

M. en C. Araceli García Olivares

Dr. Julio César Schara Editor responsable

Dr. Ambrosio Olvera Ochoa

Mtro. Rodolfo Anaya Larios Facultad de Filosofía

M. en A. José Antonio Inclán Montes

Dra. María Esther Castillo Facultad de Lenguas y Letras

M. en C. Luis Fernando Saavedra Uribe

Mtro. Antonio Flores González Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Secretario Administrativo

Secretario de Finanzas

Secretario Particular de Rectoría

Lic. Dora Elizabeth González

Secretario de Extensión Universitaria

Mtro. Juan José Lara Ovando Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Dr. Luis Gerardo Hernández Sandoval

Becario Jorge Luis Oseguera Castro

Director de investigación y Posgrado

M. en C. Carlos Praxedis Ramírez Olvera

Dra. Lourdes Somohano Facultad de Filosofía

Director Facultad Ciencias Políticas y Sociales

Comité Editorial

Dr. Gilberto Herrera Ruiz

Consejo de Investigación Cuerpo Académico: Sociología del Arte, Comunicación y Conocimiento

Director Facultad Ingeniería

M.D.H Jaime E. Rivas Medina Director Facultad Psicología

Dr. Julio César Schara

Dr. Félix Beltrán

Coordinador Instututo de Investigaciones Multidisciplinarias

UAM-Iztapalapa

, año 3, núm. IV-V, número doble, periodo (enero diciembre 2011), es una publicación semestral publicada por la Universidad Autónoma de Querétaro, por medio del Instituto de Investigaciones Multidisciplinarias, con domicilio en el Edificio I (Ex FLyL), Cerro de las Campanas s/n, Col. Las Campanas, C.P. 76010. Editor Responsable Julio César Schara. Reserva de derechos al título exclusivo 04-2011-091210184000-102. ISSN: en trámite. Certificado de Licitud y contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. (En trámite) Impresa por Talleres Gráficos de la Universidad Autónoma de Querétaro, con domicilio en Prol. Pino Suárez #467 Col. Ejido Modelo C.P. 76 177 Este número se terminó de imprimir el día 9 de diciembre del 2011, con un tiraje de 500 ejemplares.

UAM-Xochimilco

Bernabé Galicia Beltrán

Dr. Luis Felipe Bojalil F.

Dr. Sergio Bojalil Parra

UAM-Xochimilco

Dr. Axel Didriksson CESU-UNAM

Dr. Gerardo Argüelles Fernández Dr. Mauricio Beltrán Miranda Dra. Margarita Rosa Camarena Luhrs Dra. María Esther Castillo García Dr. Emiliano Duering Cufré Bernabé Galicia Beltrán Dr. Augusto Isla Estrada Lic. Juan Antonio Isla Estrada Dr. Jesús González Aguilar M. en F. Jorge H. Martínez Marín Mtra. Lucía Molatore Mtra. Lourdes Puente González Lic. Pablo Sánchez Rivera

Dr. Eric Lair

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y Gobierno Universidad de Bogotá, Colombia

Dr. Carles Méndez Llopis

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Dr. Charles Posner UAM-Xochimilco

Asistente editorial

Jorge L. Oseguera Becario

Arturo García Riestra

Diseño, Formación y Portada

Holly Hursh Traducción

David Apolinar Rincón Corrección de estilo

REVISTA DE ANÁLISIS DE ARTE, CIENCIA Y CULTURA MULTIDISCIPLINARIO es una publicación semestral del Instituto de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de Querétaro, con arbitraje interno y externo. Se distribuye actualmente en Universidades del país, Europa, Estados Unidos y América Latina. Informes, correspondencia y suscripciones: Universidad Autónoma de Querétaro. Facultad de Ingeniería, Edificio I (Ex FLyL), Cerro de las Campanas s/n, Col. Las Campanas, C.P. 76010, Querétaro–México. Tel.: (01442) 212 75 19, Cel: (01 442) 3 71 97 33.


Indice Presentación Gilberto Herrera Ruíz

La ciudad y el espacio de lo público. Una revisión del objeto de estudio del urbanismo Emiliano Duering Cufré

Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814): el caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe” José Rodolfo Anaya Larios

El devenir del artista y su obra en tiempos del nihilismo Fernando Guerrero González

El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado Juan José Lara Ovando

Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad Jorge Martínez Marín

Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe Lucía Molatore

Estado, clase política y democracia en el México de hoy Augusto Luis Peón Solís

Sergio Mondragón, Discurso por el Premio Xavier Villaurrutia

Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje

David Huerta, Discurso en la entrega del Premio Xavier Villaurrutia al poeta Sergio Mondragón

Julio César Schara

¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra América?

Hojarasca Sergio Mondragón

Oscar Wingartz Plata

Selección y prólogo (Julio César Schara)

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Durante el semestre I-2011 establecimos las bases académicas y operativas para implantar la Licenciatura en Arquitectura, respondiendo a la necesidad de crear una opción de estudios de alto nivel que aumente la cobertura de la oferta educativa de nuestra facultad, en beneficio del estado, la región y el país, con una visión global que pueda vincularse a otras casas de estudio de América Latina, Estados Unidos y Europa.

en este número de ACADEMUS–, es justamente la esencia misma de la ciudad. Para continuar con los Diálogos transdisciplinarios, encontraremos el artículo: Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814): el caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe” escrito por el destacado historiador José Rodolfo Anaya Larios, investigador de la Facultad de Filosofía, en el que hace memoria del proceso judicial de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe”, acusada de alcahueta; a saber, por concertar, encubrir o facilitar una relación carnal ilícita, y condenada a la pena de vergüenza pública y seis años de recogidas.

La visión prospectiva de este proyecto se articula con diversas carreras afines, entre ellas: Ingeniería Civil, Diseño Industrial, Matemáticas Aplicadas, Automatización, Ingeniería Agroindustrial y Electromecánica. El punto nodal para integrarlas es la transdisciplinariedad para lograr con ello que la construcción del espacio arquitectónico sea más humano y maximice Asimismo en El devenir del artista y su obra en la eficiencia de su funcionamiento. tiempos del nihilismo, Fernando Guerrero La Arquitectura como arte de concebir, proyectar y González, maestro de la Escuela Nacional de construir edificios y espacios abiertos y comunitarios Danza, reflexiona en torno a la esencia del artista requiere de valores estéticos y críticos ante la y de su obra en el marco del acontecer del realidad que lo rodea, por lo cual se hace importante nihilismo, manifestando la necesidad de pensar una preparación multi y transdisciplinaria; esto es, ir la vocación del artista y la realización de su obra más allá de la multidisciplinariedad que es aquella en tiempos del nihilismo. disciplina que se enriquece con saberes de otras y la interdisciplinariedad que lleva el orden epistémico y Juan José Lara Ovando, de la Facultad de metodológico de una a otra ciencia. Así, con la Ciencias Políticas y Sociales de nuestra universitransdisciplinariedad trataremos de superar la dad, escribe el ensayo: El obrero textil viaja al parcelación y fragmentación de los conocimientos Vaticano. Un sueño realizado, donde narra cómo que reflejan su consiguiente hiperespecialización, en la comunidad de Hércules se formó una debido a que esta tradición unidisciplinaria no ha identidad propia con base en valores religiosos. sabido comprender las realidades del mundo actual, Hércules es hoy en día una población suburbana pues se ignoran la multiplicidad de los nexos, las de la ciudad de Querétaro, capital del estado relaciones y las interconexiones que las constituyen. homónimo. Ahí se instaló un complejo industrial de hilados y tejidos, que llegó a ser uno de los Por ello, la licenciatura en Arquitectura contempla una más importantes en esta industria a nivel naciovisión transdisciplinaria en áreas como la Geografía nal en el siglo XIX. El establecimiento de la Urbana, la Ecología, las interacciones con el hábitat fábrica textil Hércules tuvo lugar hacia los años contemporáneo, el paisaje natural y urbano, así como 40, su apogeo hacia los 70, y los hechos que se las necesidades sociales de los usuarios, vinculadas tocan aquí hacia las postrimerías del citado siglo, a la ciencia misma de la arquitectura, al igual que el cuando el dominio del patrón y de la iglesia urbanismo, espacio habitable fundamental que católica a obreros y demás población era de tipo sintetiza el objeto disciplinar socio-espacial, privado y paternalista y tradicional. Por eso aquí se público que, como asegura Emiliano Duering –en su reflexiona la relación de los trabajadores con los artículo La ciudad y el espacio de lo público contenido patrones mediante el culto católico. 2


Jorge Martínez Marín, coordinador de Extensión, del Campus Amealco, escribe sobre la Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad, con y entre cantos precuauhtémicos encaminados a preguntar por la amistad, sustentada en la justicia. Cantos que, en su diferencia, son la ocasión para encaminar una perspectiva estructiva en torno a la voluntad de tener en el capitalismo y, por otra parte, para hurgar en el olvido de la voluntad del ser social.

instituciones o en laboratorios, publicaciones; que se encuentra en un cambio dinámico y de innovación vertiginoso. La investigación tiene por objeto el estudio de la realidad, lo que implica también los problemas humanos, los procesos sociales del conocimiento, del entorno físico, etcétera. Se trata, pues, de conocimientos frontera, relativos a fenómenos específicos en un tiempo y espacio determinados. La separación entre Ciencias del espíritu y Ciencias duras es análoga en lo heurístiLucía Molatore, de la Universidad Anáhuac, colabora co, pues tanto en una actividad como en otra, el con el trabajo: Violentos Reflejos: desde Sade hasta artista y el científico ejercen la razón, la sensibiliSlocombe, donde las imágenes violentas son dad, la intuición y el sentido común. acusadas de generar la misma violencia. La relación frente a ellas se funda en el rechazo, en la parodia Oscar Wingartz Plata, de la Facultad de Filosofía que presume romper con los espejos que reflejan de nuestra casa de estudios, escribe sobre: nuestra propia naturaleza, pero como Narciso, ¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra quedamos irremediablemente atrapados por América? Donde retoma algunos aspectos de la nuestras imágenes. Las fotografías de Romain compleja y conflictiva situación latinoamericana, Slocombe son un juego, un juego de guerra y, como una de nuestras realidades más agudas que es la tal, se presentan en ofensiva, son estratégicas, llamada consolidación democrática, así como su crueles y fascinantes: atroces y eróticas que nos respectiva práctica social: el ejercicio democrátidevuelven a las páginas de Sade. co. Augusto Luis Peón Solís, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, nos entrega el ensayo: Estado, clase política y democracia en el México de hoy, en el que muestra un panorama de algunas de las razones que han conducido a la inviabilidad del Estado mexicano como garante del interés general, el nocivo acostumbramiento a la nueva realidad que experimenta el país hoy, la destructiva insensatez de la elite política y la fragilidad de la democracia; tomando en consideración la relevancia que tiene el Estado, el papel desempeñado por la clase política y el estado actual de la democracia en México.

Por su parte, en la sección literaria de ACADEMUS, La voz de la piel, el escritor Sergio Mondragón, recientemente laureado con el Premio Xavier Villaurrutia por su libro de poesía Hojarasca, nos concede su poesía blanca que plasma: “el paisaje, el atardecer, las olas, los árboles, los pájaros, el silencio, el reposo en la casa y, por supuesto, el erotismo sutil y refinado”, como señala en el prólogo Julio César Schara; “una red interdependiente hecha de lenguaje y vida, que a todos nos une y en la que con nuestras acciones y palabras nos afectamos o beneficiamos unos a otros”, como suscribe el propio Julio César Schara, de la Facultad de Ciencias Mondragón en su discurso de agradecimiento por Políticas y Sociales y Director de nuestra revista, el Premio que le fue otorgado. escribe sobre las Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñan- De esta forma los diferentes ensayos transdisciza-aprendizaje donde asegura que la investigación plinarios, publicados en este número de científica, tradicionalmente reconocida como un ACADEMUS, continúan gestionando su fértil proceso de indagación heurística, busca generar diálogo entre saberes diferentes para seguir conocimientos universales válidos, que puedan transformando nuestro modo de pensar, percibir convertirse en leyes o principios. Creación de nuevos y valorar la diferencia y afinidad de los conociconceptos que se divulgan a través de la academia, mientos. Dr. Gilberto Herrera Ruíz Director de la Facultad de Ingeniería Universidad Autónoma de Querétaro

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Una revisión del objeto de estudio del urbanismo1

La ciudad y el espacio de lo público Emiliano Duering Cufré

Palabras clave

Facultad de Ingeniería

Arquitectura, urbanismo, ciudad, crisis del espacio público. Summary

Resumen

The use of social spaces in large metrópoli changes on a daily basis; the historical setting and the transformation of the physiognomy of cities demand that we constantely revise the concepts that are used to explain this fact. The definition of habitable space is fundamental in Architecture and Urban Studies, summarizing, as it does, the object of study for each discipline. In the case of Urban Studies specifically, habitable space spans public and private uses, and some authors consider that the concept of public space is precisely the essence of cities per se.

Las prácticas socioespaciales en las urbes se reconfiguran a diario; la coyuntura histórica y la transformación de la fisonomía de las ciudades hace necesaria la revisión constante de los conceptos que utilizamos para explicar los hechos. Desde la arquitectura y urbanismo, la definición del espacio habitable es fundamental ya que sintetiza el objeto disciplinar de estudio. Para el caso particular del urbanismo, el espacio habitable abarca el privado y el público y, para algunos autores, este último es, justamente, la esencia de la ciudad.

In this article, the autor intends to briefly discuss the problem of the conception of the object of study of Urban Planning, specifically clarifying the formal and funtional characteristics of public metropolitan spaces, where inhabitants must deal with conflicts in their human relations and, ultimately, learn to live together. Finally, in this article, the author reviews the convienience of summarizing a great deal of the current urban problem in Latin America as a state of crisis in public spaces.

Este artículo pretende discutir brevemente la problemática en torno a la concepción del objeto de estudio del urbanismo. De manera especial, trata de aclarar las características formales y funcionales de los espacios metropolitanos considerados de todos, donde la gente asiste a lidiar con los conflictos de las relaciones humanas y, en última instancia, a aprender a vivir juntos. Por último, en este artículo se revisará la conveniencia de resumir gran parte de la problemática urbana actual de las ciudades latinoamericanas como un estado de crisis de los espacios públicos.

Key words Architecture, urban studies, city, crisis of public spaces.

1 Texto basado en un extracto de la tesis de doctorado La perversión del espacio público. Análisis de la producción social del espacio público del Centro Sur de Querétaro. Realizada por E. Duering Cufré. Tutora: P. Ramírez Kuri, México, UNAM, 2011.

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La ciudad y el espacio de lo público. Una revisión del objeto de estudio del urbanismo

La libertad nos la ha de dar el espacio público y, (sin embargo), hoy existe temor […] ya que no es un espacio protector ni protegido. […] El espacio público no provoca ni genera peligros, es el lugar donde se evidencian los problemas de injusticia social, económica y política (Borja, en Ramírez Kuri 2003: 60)

conocimiento que pueden ser complementarias; por ejemplo, el objeto de estudio de la Geografía; el espacio humano (Santos, 2002) Santos define al espacio humano como la relación de los objetos en su continente, las cuales son cambiantes a lo largo de la historia. Para Santos el espacio es "un hecho social, un factor social y un instancia social" (Ibid: 163). La ciudad es producto de una sociedad, incide de manera decisiva en toda producción social y es condicionante de la vida en sociedad. Así, la planificación de la ciudad no es solamente una práctica normativa de las buenas formas urbanas, sino que, llega a ser un medio de control social. Es por ello que no existe una teoría del espacio separada de una teoría social.

El término espacio se ha redefinido en innumerables ocasiones a través de la historia pero, desde el punto de vista de las disciplinas relacionadas al diseño urbano, el espacio no es considerado un vacío o una extensión ideal, sino como un lugar donde observamos la relación de los seres y los objetos en el tiempo. Heidegger (en Muntañola, 1996: 17) plantea que la construcción humana de un lugar se relaciona con la capacidad de "espaciamiento de un espacio". Así, podemos pensar que un vacío tiene el potencial de convertirse en un lugar, en la medida de que una persona pueda “espaciarlo” y, aún sin definir el verbo “espaciar”, para simbolizar el espacio, resulta comprensible decir que cualquier acción humana aporta al sentido de lugar.

Esta visión tiene algunas similitudes con la de Manuel Castells (1974), quien, en su conocido libro La cuestión urbana, describió al espacio como un producto material en relación con otros elementos materiales, entre ellos los hombres, que establecen determinadas relaciones sociales, que otorgan al espacio una forma, una función y un significado social. También señala que no se trata sólo de un producto social, sino también es un elemento transformador de la sociedad. Por lo que, un análisis a profundidad de un espacio urbano, debería contemplar, entre otros factores, la transformación de la forma, función y significado social a lo largo de su historia. En definitiva, si es posible entender el espacio como la relación de los objetos transformados por el hombre en un tiempo, desde una mirada urbana, interesan los objetos y la relación entre ellos, siempre y cuando incumban a la habitabilidad de las personas.

Probablemente uno de los primeros arquitectos que definió el espacio, desde un enfoque que articula arquitectura y urbanismo, fue el arquitecto italiano Aldo Rossi (1971), en Arquitectura de la ciudad. Para él, el espacio que se estudia y planifica desde la perspectiva de estas disciplinas, es la relación del lugar con los elementos construidos. Dicha noción tiene tres atributos: a) La correlación temporal de cada una de sus partes. Significa que todo espacio urbano tiene un antes y un después; de forma tal que, para comprender un espacio, se debe estudiar la historia de ese lugar.

Para Borja (2003), el espacio que nos permite entender los procesos urbanos es el espacio público, de acuerdo a él, es la esencia de la ciudad. A continuación discutiremos algunas características de dicho espacio.

b) La continuidad de los elementos urbanos. El autor considera la ciudad como un Todo, donde cada parte tiene una influencia sobre el conjunto. Por lo que, para entender el sentido de un espacio, es necesario estudiar el entorno.

Lo público y su lugar

c) Por último, Rossi destaca la presencia de componentes en las ciudades que pueden ser impulsores del desarrollo o verdaderos obstáculos. (Ibid: 99) Propone la utilización del concepto “Locus”, para referirse a la conjunción de una situación influenciada por el espacio y el tiempo. (Ibid: 161) Es decir que un “Locus” no necesariamente es construido exprofeso para serlo, ya que el espacio urbano se caracteriza por su forma y función social y, estas, pueden cambiar a lo largo de la historia.

Para las enciclopedias, lo que es público es conocido por todos. Como en una obra de teatro, donde a la gente también se le denomina “público”. El público asiste a lo que es mostrado en el escenario, lo que está fuera de lo visual es lo obsceno (ob-cenario). Con el tiempo, la palabra obsceno fue estigmatizada, pero no necesariamente todo lo que sucede fuera de lo público es inmoral; el anonimato que muchas veces se vive en el espacio público actual también permite la obscenidad.2

En cuanto a la definición del objeto disciplinar del urbanismo, existen nociones de otras ramas del

2 Basta recordar algunos eventos trágicos como las violaciones en el metro de París o cuando un gran grupo de personas, en la Av. Reforma, cerca del Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, celebraban un triunfo del equipo nacional de fut bol durante el mundial del 2002.

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La ciudad y el espacio de lo público. Una revisión del objeto de estudio del urbanismo

casas cerradas. (Ibid: 20) En el estudio del espacio público podemos encontrar estas tres formas de manera independiente o combinada.

Habermas (1984) también ha profundizado en el significado de lo público y evidenció la complejidad del término, así como sus distintos usos, ya que se puede hablar de espacio público, poder público, opinión pública, edificios públicos, publicidad. Este autor alemán revisó los cambios de sentido adjudicados a dicho concepto, desde los filósofos clásicos hasta la actualidad, poniendo especial interés en describir las características del poder público de la burguesía europea. Cabe destacar que, para él, la Revolución Francesa propició el que se disociase la esfera pública, como un grupo de poder, del escenario de la expresión de los ciudadanos. La esfera pública se conformaba como un “fórum donde se dirigían las personas privadas con el fin de obligar al poder público a legitimarse delante de la opinión pública.” (1984: 40)

La relación del espacio público y privado es fundamental en la teoría y práctica de la urbanización, ya que las plazas y calles, como espacios públicos, sólo tienen razón de ser vinculadas a las construcciones privadas que las rodean, eso hace que los límites entre lo público y lo privado tengan que redefinirse en cada caso. No cabe duda que las prácticas y los significados otorgados al espacio público urbano son de suma importancia en la comprensión de dicho concepto: En este sentido, lo público urbano es un elemento activo en la experiencia cotidiana de la gente, que se reconfigura continuamente como el escenario que se extiende entre la ciudadanía y las instituciones, condensando las problemáticas de la ciudad. Es por ello que, el espacio público es quizá el lugar donde mejor se puede comprender la relación entre la gente y la ciudad, así como las formas de organización o desintegración de la vida en común (Ramírez, 2008: 112)

Según Nora Rabotnikof existen al menos tres sentidos que tradicionalmente fueron adjudicados a lo público en contraposición con lo privado. El primero se basa en la distinción entre lo colectivo y lo personal; el concepto público es concerniente a la comunidad y el privado al interés individual. Esto está inevitablemente asociado a la política, entendida como lo estatal o la organización cívica comunitaria. Para la autora, esta relación exige una diferenciación entre lo "político estatal" y "público-político no estatal" (en Ramírez, 2003: 19)

En la actualidad hay limitaciones en la diferenciación entre los conceptos apropiación y privatización del espacio público. Para algunos autores, las plazas cercadas, los centros comerciales o ciertas calles, donde se limita el acceso, son ejemplos del proceso de privatización del espacio. El hecho de que en los últimos años se hayan generalizado estas prácticas, puede llevar a pensarse como natural la exclusión en el acceso a los espacios públicos, pero hemos de recordar que no es una condición intrínseca de la definición del concepto, ni una práctica ajena a las decisiones humanas.

El segundo sentido se refiere a la distinción entre lo que es visible y lo que está oculto. Lo público es visible para todos, y lo privado se esconde. De ahí que la palabra publicidad se use como una forma de mostrar un producto. Este significado se relaciona con las prácticas visibles de la vida pública y no, necesariamente, con la política. Por último, la referencia a la distinción entre lo que es accesible y lo que es substraído de la disposición de los otros. Lo público, en este sentido, es el grupo de personas que se benefician con la apertura, como ya vimos respecto a las obras de teatro. Lo abiertocerrado es comúnmente vinculado con el espacio físico urbano, por ejemplo: las plazas abiertas y las

En definitiva, entendemos a los espacios públicos urbanos como áreas polivalentes, libres de edificación, de libre acceso y conectores del espacio privado (Duering, 2005); veamos por qué. Los espacios públicos se distinguen de otros espacios de la ciudad por ser áreas urbanas polivalentes (Borja,

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La ciudad y el espacio de lo público. Una revisión del objeto de estudio del urbanismo

no exista un límite preciso entre ambos conceptos. En todo caso, a las construcciones de mayor densidad de masa de materiales las llamamos edificios, mientras que el bajo grado de construcción en los espacios públicos es uno de los factores que permite el libre acceso de las personas, aunque esta no sea una condición universal. Por ejemplo: una reja o una cadena distan de ser edificaciones, sin embargo pueden limitar el acceso a plazas y calles. A pesar de la precariedad de esta noción, es preciso contar con herramientas conceptuales que ayuden a diferenciar una Plaza de un Palacio Municipal, aunque ambos podrían considerarse espacios públicos urbanos.

2003), lo que significa que permiten diferentes usos, entre los que están el intercambio entre las personas, el ocio, la contemplación y la circulación. La polivalencia se refiere también al intercambio entre grupos pertenecientes a distintos sectores socioeconómicos. Berman3 (1999) considera que el espacio público es un ambiente abierto a todos, donde las contradicciones internas de la sociedad pueden emerger libre y abiertamente, donde la gente puede comenzar a ocuparse de estas contradicciones y, en los mejores casos, tratar de resolverlas. Según el autor, cualquier sociedad, que tome seriamente los derechos del hombre y del ciudadano, tiene la responsabilidad de proporcionar espacios donde estos derechos puedan expresarse, probarse, representarse y oponerse entre sí. La función ideal del espacio público es la articulación de la ciudadanía, es decir, el fomento a la tolerancia entre los grupos y la expresión de ideas individuales o comunitarias, así mismo también puede ser escenario de conflictos sociales, lo que es de gran importancia, considerando que la forma de lidiar con ellos es uno de los ejes en la construcción de ciudadanía.

En tercer lugar, el espacio público también se define por ser una zona de libre acceso a todos los ciudadanos. Esta es quizá una de las características más discutibles, pues el acceso a un lugar no está garantizado por la ausencia de obstáculos físicos que impidan el tránsito. Existen diversas formas sutiles y algunas de ellas muy efectivas, de restringir el acceso de ciertas personas a los espacios públicos. Por ejemplo, cuando se requiere de determinadas condiciones socioculturales para que el acceso sea efectivo a determinados lugares, como a un centro de atención a la salud o a una escuela.

En segundo lugar, entendemos a los espacios públicos como espacios construidos pero no edificados, para así distinguirlos de los edificios públicos. En otras palabras, los edificios públicos son sedes de instituciones estatales, pero esto no significa que todas las personas tengan posibilidad de acceso a ellos. (Habermas, 1984: 14) El medio urbano está totalmente construido, si entendemos por construcción al efecto de transformar un espacio al juntar elementos. Así, un edificio es un espacio construido tanto como lo es una calle o un parque urbano; la diferencia entre ellos es la relación masa (trasformada por el hombre) y vacío (área natural o distancia entre objetos), aunque

Finalmente, también entendemos al espacio público como el conector del espacio privado y otros espacios públicos. La arquitectura (como un espacio mayoritariamente privado) proporciona un marco esencial para estos espacios y, con frecuencia, es uno de sus principales atractivos. La identidad de la gente y su visión del mundo se expresa y refleja en las construcciones que frecuentan, en el “criterio y las bases sociales del gusto”, diría Bourdieu (2002), al igual que a través de su lenguaje o sus costumbres. Los edificios son una parte del mundo público (Rustin, 1999) y la dinámica entre lo público y lo privado, son condicionantes de la producción de imaginarios sociales y de prácticas inscritas en el entorno construido. La relación entre estas características no es uniforme, varía en cada caso y puede transformarse con el paso de los años. Nuevas incertidumbres formales y algunas transformaciones aceleradas de las características del espacio público han llevado a varios autores a señalar un estado de crisis. ¿Crisis del espacio público? El espacio urbano se encuentra en transformación constante. Lefebvre, en diversas publicaciones, puso de manifiesto que las ciudades viven en continua tensión territorial. Por ende, es poco plausible que la ciudad permanezca en un estado ideal de "no crisis",

3 Ha escrito varios libros sobre la sociología de la cultura, entre ellos Todo lo sólido se desvanece en el aire, inspirado en las tesis de Karl Marx, que fue creando desde esa base sus ideas sobre modernismo y modernidad.

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La ciudad y el espacio de lo público. Una revisión del objeto de estudio del urbanismo

la especialización. La tentación de privatizar el espacio público parece ser condición del actual modelo socioeconómico.

por decirlo de alguna manera. Esto sería equivalente a postular posible un estado de equilibrio sostenido y permanente en la sociedad. Sin embargo, algunos documentos que apuntan hacia la hipótesis de la crisis del espacio público son de utilidad para la reflexión sobre la problemática que se vive en diversas ciudades de nuestro continente, en la medida de que analizan cambios intensos que pueden perjudicar la forma de vida en el lugar.

Gradualmente, en cuanto el espacio va siendo privatizado, la subjetividad, en parte producción social, también se repliega en lo privado. En otras palabras, según Sennett (2002: 22), entre "más privada es la psique, menor es su estimulación y más difícil es para nosotros sentir o expresar las sensaciones." Probablemente una proyección colectiva de este repliegue a lo privado sea la agorafobia. De acuerdo con Borja (1998*)

Podríamos considerar la crisis del espacio público cuando éste no logra cumplir con una de sus funciones principales, que es la articulación social y urbana. (Borja, 2003) Para Borja (2001), el espacio público vive una doble crisis: en primer lugar, la falta de espacio para diferentes usos en los barrios y, en segundo lugar, en lo que se refiere a la deficiencia de los espacios articuladores de la ciudad y la ciudadanía. En otras palabras, las ciudades están perdiendo los espacios que motivan el intercambio de la vida en comunidad y carecen de un sistema de espacios que establezcan relaciones entre las diversas áreas de la ciudad. Por su parte, Rustin (1999), aunque no se adhiere a la concepción de la crisis de los espacios públicos, plantea que la mayoría de los espacios que existen en nuestras ciudades actuales no son ocupados de forma democrática, sino que el capitalismo promueve una concepción del espacio como un bien enajenable y privado.

Si la agorafobia urbana es una enfermedad producida por la degradación o desaparición de los espacios públicos integradores y protectores a la vez abiertos para todos, es necesario hacer espacios públicos de calidad en aquellos lugares en que se producen flujos y en los nuevos guetos residenciales, centros comerciales, áreas del sector terciario, áreas privilegiadas, etc. En est a nueva ciudad las infraestruct u r a s d e comunicación no crean centralidades ni lugares fuertes, más bien segment an o fracturan el territorio y atomizan las relaciones sociales. O los nuevos parques temáticos lúdico-comerciales excluyentes crean caricaturas de “centro urbano” para clases medias consumistas. Una manifestación más de agorafobia. Pero ¿es inevitable que sea así? (s.p)

En cuanto a la situación de los espacios públicos en Europa, Ramón López de Lucio (2000: 230-231) explica que la crisis puede ser catalogada como tal por tres razones:

En ciudades de América Latina puede observarse problemas similares, aunque con diferencias lógicas, dado el contraste socioeconómico y geográfico entre ambos continentes. López (2000) refiere la especialización del espacio, a la privatización del mismo, lo que también es visible en nuestro continente, en el que en algunas ciudades calles y plazas, están cerradas en beneficio de algunos ciudadanos. Especialmente, los conjuntos bardeados generan fracciones del territorio y recorridos

a) La redundancia de espacio público: sobran espacios públicos y los existentes son poco frecuentados; principalmente en las periferias de las ciudades. b) La especialización del espacio público: su característica esencial es ser soporte al intercambio entre las diferentes actividades y las distintas prácticas sociales pero, hay una tendencia a particularizar su uso; y c) La privatización del espacio público: en cierto modo, como consecuencia lógica de la redundancia y

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complejos, que poco ayudan a generar una movilidad lógica, una amplia accesibilidad a los espacios y servicios público y a la identificación de las personas con su ciudad.

Bibliografía Berman, Marshall (1999), “Los espacios públicos en la sociedad moderna”, en Dissent, (Cd Rom) España, Ed. Barsa Society. Borja, Jordi (2003) La ciudad es el espacio público. En: Ramírez Kuri, Patricia. Espacio público y reconstrucción de ciudadanía, México, Ed. Miguel Ángel Porrúa.

Es necesario establecer mecanismos de evaluación y redefinición constante de las teorías y prácticas urbanas, de tal forma que nos permita contar con herramientas y conocimientos para prever y reenfocar la dirección de nuestro propio desarrollo. También es indispensable evaluar la responsabilidad de los gobiernos locales respecto a la permanencia e incremento de las problemáticas urbanas ya mencionadas, y otras que aquí no fueron tratadas, pues, de iniciar la resolución de algunos de estos conflictos, se promoverá una mayor equidad económica y sociocultural en las metrópolis.

Borja, Jordi (2003), Espacio público: ciudad y ciudadanía, Barcelona, Ed. Electra. Borja, Jordi y Muxi, Zaida (2001), “Centros y espacios públicos como oportunidades”, en Perfiles Latinoamericanos, Núm. 19, diciembre, México. __________ (1998), Jornadas sobre gestión de ciudades, 18 y 19 de noviembre de 1998, Argentina, Ed. UBA. Bourdieu, Pierre (2002), La distinción. Criterio y bases sociales del gusto (Original en francés, 1979), 1ª. Ed. en México, Ed. Taurus. Castells, Manuel (1974), La cuestión urbana, Madrid, Ed. siglo XXI. Duering Cufré, Emiliano (2005), Na margem da vida ao ar livre. Reflexões sobre o planejamento do espaço público na periferia metropolitana de baixa renda no Rio de Janeiro, Tesis de maestría, Universidade Federal de Rio de Janeiro. Faculdade de Arquitetura e Urbanismo. Programa de Pósgraduação em Urbanismo. Rio de Janeiro, Brasil. Habermas, Jürgen (1984), Mudança da esfera pública, Rio de Janeiro, Ed. Tempo Brasileiro. Lefebvre, Henri (1991), The production of space. Ed. Blackwell. Londres López de Lucio, Ramón (2000), “El espacio público en la ciudad europea: entre la crisis y las iniciativas de recuperación”, en Revista de Occidente. Muntañola Thornberg, Josep (1996), La arquitectura como lugar, Barcelona, Ed. UPC. Rabotnikof, Nora (2003), “Pensar lo público desde la ciudad”, en Ramírez Kuri, Patricia, Espacio público y reconstrucción de ciudadanía, México, Ed. Miguel Ángel Porrúa. Ramírez Kuri, Patricia (2008) ? La fragilidad del espacio público en la ciudad segregada. En: Coord. Cordera, R. Ramírez, P. Ziccardi, A. Pobreza, desigualdad y exclusión en la Ciudad de México del s XXI. Ed. IIS. UNAM. y S. XXI. México. Rossi, Aldo (1971), La arquitectura de la ciudad, Barcelona, Ed. Gustavo Gili, Colección Punto y Línea (Trad. J.M. Ferrer, y S. Tarragó Cid. Barcelona, España. Título original L'Architettura della cittá). Rustin, Michel (1999), “Espacio público y planificación suburbana”, en Dissent (Cd Rom) España, Ed. Barsa Society. Santos, Milton (2002), Por uma geografia nova, São Paulo, Ed. Edusp. Sennett, Richard (2002), El declive del hombre público, Barcelona, Ed. De Bolsillo.

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe

José Rodolfo Anaya Larios Facultad de Filosofía

Resumen

Summary

Memoria del proceso judicial de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe”, acusada de alcahueta, por concertar, encubrir o facilitar una relación carnal ilícita, y condenada a la pena de vergüenza pública y seis años de recogidas. Proceso que se desarrolló entre marzo de 1813 y enero de 1814 en la ciudad de Santiago de Querétaro y que está documentado en el Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Querétaro. El caso de “la Sierpe” se trató de la persecución y el castigo de un pecado revestido de delito en los años de la insurgencia en la Nueva España, tiempos aquellos de incertidumbre y temor.

This is the account of the judicial process against Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe” (“the snake”), accused of being a busybody for having procured, concealed or facilitated an illicit carnal relationship; and condemned to the penalty of vergüenza pública (public shame) and six years of recogidas. This legal process occured from March, 1813 through January, 1814 in the city of Santiago de Querétaro, and is documented in the Historical Archives of the Judicial Department of the State of Querétaro. The case of “la Sierpe” deals with the persecusion and punishment of a sin presented as a misdemeanor in the years of the Insurgency of the New Spain, times fraught with uncertainty and fear.

Palabras clave

Key words

Santiago de Querétaro, Juana María Gertrudis Valdés, “la Sierpe”, alcahueta, lenona, delito.

Santiago de Querétaro, Juana María Gertrudis Valdés, “la Sierpe”, busybody, lenona, misdemeanor.

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe abierto hasta 1817.

Introducción

Es importante destacar que, de común acuerdo, las autoridades civiles, militares y el clero autorizaron de 1810 a 1813 unas campañas o misiones, con incendiarias prédicas, en templos y calles, en las que participaron oradores sagrados como el doctor Pedro José Mendizábal, el bachiller José María Zelaa e Hidalgo, fray Diego Bringas y el presbítero Manuel Toral, para orientar a las buenas conciencias queretanas de seguir los preceptos cristianos que defendían los realistas, al amparo de las imágenes de la Virgen de los Remedios y del Pueblito, y rechazar a los insurgentes, como si del pecado mismo se tratara, a riesgo de tildar a Querétaro, en caso contrario, como una ciudad pervertida.

Ella tenía seis oficios, conviene saber: labrandera, perfumera, maestra de hacer afeites, y de hacer virgos, alcahueta y un poquito hechicera. Fernando de Rojas, La Celestina (acto primero) Eran los años de la insurgencia, previamente a los acontecimientos que se desataron en septiembre de 1810, en la ciudad de Querétaro; más visibles que los conspiradores, eran las prostitutas, que pululaban alrededor de sus céntricos edificios, tanto civiles como religiosos. Su número y actividad se incrementaron en la medida en que variados cuerpos militares entraban y salían de la ciudad a lo largo del conflicto armado.

El tremendo caso

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe”, acusada por lenona o alcahueta, esto es, por concertar, encubrir o facilitar una relación carnal ilícita, se desarrolló entre marzo de 1813 y enero de 1814. Se trata de la persecución y castigo de un pecado revestido de delito, en una ciudad llena de temores e incertidumbres, con hombres y mujeres que sobrellevaban como podían los momentos difíciles que agobiaban a la región en particular y a la Nueva España en general.

Se trata del juicio y sentencia, por alcahueta, de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe”, mestiza de 28 años, casada con José María Olguín; vecina de Querétaro, originaria de la Hacienda de La Cueva, en Guanajuato: No sabía firmar y su proceso, por el que desfilaron ocho personajes que declararon en su contra, duró diez meses. Tenía antecedentes penales, por el delito de incontinencia o laxitud de las pasiones carnales. Su alcahuetería consistió en prestar su casa a Benito Martínez: español, originario de esta ciudad, soltero, tejedor de angosto, de 29 años, y a una mujer casada, que no sabía firmar, y que en el proceso permaneció anónima, ya que la autoridad la protegió del escarnio público. Al no tener antecedentes, la urgida pareja, después de declarar, quedó libre, el varón bajo fianza, y la mujer fue entregada a la custodia de su descuidado marido.

La ciudad y sus conflictos Querétaro se preparó para no ser tomada por los insurgentes. El cabildo dispuso de ciertas medidas defensivas: se abrieron fosos, cortando el paso en una veintena de calles y las entradas de la ciudad; se artillaron de la mejor manera, la Plaza de Armas, la de San Francisco, la del Colegio de la Cruz y la de Santa Clara. Al igual que se hizo acopio de granos, animales, forraje, pólvora y armas; del mismo modo, se tomaron medidas médico-sanitarias. Estas y otras prevenciones, permitieron a los queretanos salir indemnes del ataque que hicieron a la ciudad más de ocho mil insurgentes, el 30 de octubre de 1810, en cuya violenta jornada fallecieron cerca de quinientas personas.

Los denunciantes fueron José María Aguilar, ministro de juzgado, casado, y José Loyola, mestizo, de 52 años, vecino, ministro de juzgado, casado, quien tampoco sabía firmar. Se recabaron informes de tres testigos: José Antonio Máximo Ledesma, español, queretano, soltero, sirviente de 56 años, que no sabía firmar, Ignacio Quesadas, español, de Salvatierra, viudo de María Teresa Olguín (desde 1808), sastre de 27 años –yerno de José María Olguín–, y Juan Pablo Paz, castizo, queretano, soltero, zapatero, de 27 años. A los que se sumó el testimonio de Juana María de Olguín, mestiza de la Hacienda de La Griega, vecina, y mujer de José Felipe López (hija de José María Olguín), de 21 años y que no sabía firmar. Todos refirieron la mala conducta de la Celestina queretana: que andaba con hombres en congales, haciéndose acompañar de prostitutas, caminaba a deshoras por las calles, se dejaba ver en la plaza mayor, en los sitios que frecuentaban las rameras

Ya habían detenido a los principales conspiradores, desde el mismo Corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz, además de varios clérigos, militares y abogados, que en pocos días fueron liberados. Siendo los hermanos González, Epigmenio y Emeterio, los únicos a los que les abrieron sonoros procesos y permanecían encarcelados. Emeterio, falleció aquí, en diciembre de 1813 y Epigmenio, aún permanecía preso en Querétaro, a inicios de 1817. En abril de 1811, fue descubierta una nueva conspiración, que era acaudillada por el fraile dieguino Felipe Luna, de escasos 28 años, y su proceso continuaba

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe y prestaba su casa para actividades disolutas. El delito y sus picarescas actividades ameritaban mayores penas corporales. Afortunadamente para ella, en 1813, se había abolido el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.

mañana se le vistió con un saco (reminiscencia del saco bendito o sambenito), se le puso una coroza emplumada (remedo del capirote inquisitorial), que se le colocó en la cabeza, y fue sacada de la cárcel a la plaza, y se le sentó en un tablado que estaba puesto junto a las puertas de las Casas Reales; allí estuvo expuesta a las burlas afrentosas del populacho, con un letrero colocado en la coroza que decía: Por alcahueta. Se le dejó por varias horas para que el gentío que concurría la viera, después de lo cual, fue retirada y recluida en la cárcel para cumplir su condena.

El miércoles 12 de enero de 1814 fue sentenciada a sufrir la vergüenza pública, según y cómo se acostumbraba, y a seis años de reclusión en una casa de recogidas, pero como no había en Querétaro, los tenía que purgar en la cárcel de la ciudad. A las 9 de la

Documentación del Proceso Documento2 + [In Dei Nomine] [Sellos impresos]

Un cuartillo Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte de marzo de mil ochocientos trece. El señor don Tomás Antonio de las Cavadas, alcalde ordinario de primera elección por su Majestad que Dios guarde. Dijo: que ayer tarde se le dio denuncia de que en la casa de Juana conocida como la sierpe, se hallaban encerrados un hombre y una mujer, y en efecto, pasando los ministros del orden de su merced, los encontraron del modo dicho, solos y pecando: que por pronta providencia se puso a la sierpe en la cárcel, al hombre detenido en la misma, a la mujer por ser casada se dejó en su casa, para evitar las malas consecuencias, que de otra manera resultarían en su matrimonio. Por lo cual manda se les tomen sus declaraciones respectivas, se caree en caso de discordia, y se averigüen las citas que resulten. Y por cuanto se tiene noticia de que la expresada Juana, es pública lenona o alcahueta, que consiente en su casa hombres y mujeres indistintamente, cobrando de lo que ganan malamente en ofensa de Dios Nuestro Señor, previno su merced se averigüe la conducta y hechos de esta mujer, examinándose los vecinos y demás personas que puedan deponer de tales excesos; y practicadas cuantas diligencias se consideren necesarias a justificarlos plenamente, se dé cuenta a fin de dictar las provi//dencias concernientes a la substanciación del proceso. Y por este auto así lo proveyó y firmó. Tomás Antonio de las Cavadas [Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de Juana Valdés

Inmediatamente el subscrito señor juez mandó sacar de la Real Cárcel a una mujer que expresó llamarse Juana María Gertrudis Valdés, ser mestiza, nativa de esta ciudad, casada con José María Olguín, ausente, de veinte y ocho años de edad, y sin exigirle juramento conforme a lo

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe prevenido en la Constitución de la Monarquía Española, fue examinada sobre los particulares contenidos en el auto cabeza de proceso, y en su inteligencia dijo: que ayer tarde, teniendo que salir de su casa, llegó a ella de visita, una mujer casada, la dejó allí, y retirándose la declarante, supo después que había metido a un hombre que no conoce, y que cayendo los ministros, los cogieron encerrados, sin tener en esto culpa alguna. Que en cuanto a lo demás que se le atribuye es falso, porque nadie entra a su casa, ni se han cometido en ella ofensas a Dios. Que esta es la verdad y no firmó porque dijo no saber, hízolo su merced de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

En// Declaración de Benito Martínez

el mismo instante, el precitado juez mandó traer a su presencia a un hombre que se hallaba detenido en la cárcel, quien expuso llamarse Benito Martínez, ser español, originario de esta ciudad, soltero, tejedor de angosto, de veinte y nueve años de edad, y examinado sobre el contenido del punto antecedente dijo: que como hombre frágil solicitó a la mujer casada que se expresa, y no pudiendo concurrir con ella carnalmente, con la libertad que deseaban, ofreció la misma ver a Juana, y en efecto, proporcionándole su casa, los dejó solos; se encerraron y estando dentro les cayeron y cogieron en el acto los ministros. Que ignora si dicha Juana tiene la costumbre de concertar a otros en su casa, como lo hizo con el declarante, siendo esta la verdad y lo firmó con el señor juez, quien atendiendo a que en este acto se constituyó fiador del que acaba de declarar, don Manuel Gutiérrez de Terán, de esta vecindad y comercio, haciendo la obligación más solemne de ponerlo de manifiesto para las cosas que puedan ocurrir, se le dejó en libertad, firmando también esta diligencia. Cavadas

Benito Martínez

[Rúbrica]

[ Rúbrica] Manuel Gutiérrez Terán [Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de la mujer casada

En el propio día, el señor alcalde juez de esta causa, hizo comparecer a la mujer casada que se encontró encerrada con Benito Martínez, y examinada sobre el hecho de que se trata dijo: que es cierto que el susodicho la requirió de amores y correspondiéndole la declarante vio esta a una mujer lla// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe mada Juana para que le permitiera ir a su casa con el hombre, como de facto lo consiguió, yendo ambos, y encerrándose para lograr sus deseos, llegaron los ministros de este juzgado y los sorprendieron. Que esto es lo que pasó y la verdad, no firmó por no saber, hízolo el señor juez, de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Careo

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte y dos de marzo de mil ochocientos trece. El señor juez de esta causa atendiendo a la discordancia que resulta entre las declaraciones de Juana la sierpe, la mujer casada y Benito Martínez, los hizo comparecer a efecto de hacer un careo y averiguar en él, la certidumbre del delito, por qué es acusada la primera, y leyéndoseles sus respectivas declaraciones, volvieron los dos últimos a confesar su fragilidad, sosteniendo la casada a dicha Juana, haberla solicitado para que le franquease su casa, con el objeto de ir a ella a pecar con el mencionado Martínez, quien expuso también que Juana con conocimiento de lo que iban a hacer, los dejó solos en la casa, se retiró y entonces, se encerraron, y aunque// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once la repetida Juana trató de disculparse con que se le negaba a la casada, significándole que no era alcahueta, concluyó ofreciendo hacer una confesión general, con lo que convencida de que voluntariamente franqueó la casa y de que tuvo ciencia cierta del pecado que en ella se iba a cometer, se concluyó la diligencia que firmó su merced con el que supo. Cavadas

Benito Martínez

[Rúbrica]

[Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración del ministro José María Aguilar

En dicho día el precitado señor juez, hizo comparecer al denunciante José María Aguilar, ministro de este juzgado, casado con María Rosa Ramírez, quien juramentado en forma y examinado sobre el hecho de que se trata dijo: que en efecto, el declarante hizo la denuncia, de hallarse en la casa de Juana conocida por la sierpe, encerrada una mujer y un hombre, y que pasando de orden de su merced con José Loyola, los encontraron dentro y a dicho hombre con los calzones caídos, manifestando su pecado. Que la referida Juana es pública alcahueta, pues en dicha su casa, consiente hombres y mujeres de todas clases, y aún las lleva de la plaza, donde la ha// visto sentada entre las rameras públicas. Que sobre su mala conducta la ha reconvenido muchas veces para que se separe de semejantes procedimientos escandalosos, amenazándola con la cárcel; pero jamás ha hecho

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe aprecio. Y habiéndose puesto al acusador delante de Juana Gertrudis, y oído esta su declaración dijo: que las mujeres que han entrado a su casa son sus conocidas porque les cose, más no porque vayan allí con los fines que se dice; pero dicho denunciante le sostuvo en su cara a más de lo declarado, otros parajes, entre ellos, el haberla visto en una casa a deshoras, donde había concurrencia de gentes, y entre ellos, cierto religioso de una vida estragada3 y escandalosa, lo que no negó. Y así se concluyó la diligencia, ratificándose el testigo en su declaración que firmó con su merced. Cavadas

José María Aguilar

[Rúbrica]

[Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Auto para continuar la prisión de la reo Juana Gertrudis

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte y cuatro de marzo de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección don Tomás Antonio de las Cavadas, atendiendo al resultado de las anteriores diligencias, y considerando haber mérito para que Juana María Gertrudis Valdés, acusada de// lenona pública, siga en la prisión, mandó se le restituya a la cárcel, permaneciendo en ella hasta la substanciación y conclusión de la causa, dándosele al alcaide, copia de este auto, para que la inserte en el libro de presos, conforme al artículo 293 de la Constitución Política de la Monarquía Española, capítulo tercero, en que se trata de la administración de justicia en lo criminal. Así lo proveyó y firmó. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de José Loyola

En la ciudad de Santiago de Querétaro a veinte y seis de marzo de mil ochocientos trece. El señor juez de esta causa hizo comparecer a José Loyola, mestizo, vecino de aquí, casado con María Josefa, ministro de este juzgado, quien bajo de juramento dijo: que de orden de su merced, pasó a la casa de Juana Gertrudis conocida por la sierpe, acompañado de José María Aguilar, la cual hallaron cerrada, que a poco rato llegó ella, entró por otra casa, volvió a salir; tocó su puerta y abrió una mujer a quien encontraron con un hombre con los zapatos quitados y sueltos los calzones. Que la citada Juana es públicamente alcahueta, conocida por tal, pues consiente en su casa hombres y mujeres de todas clases, para que allí se forniquen. Que cuando le cayeron, toda se sorprendió, no hallaba que hacer, y por eso trataba de ocultar su delito con aquellas demostraciones de entrar y// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe salir por la vecindad. Que esta es la verdad por su juramento en que se afirmó y ratificó, declaró ser de cincuenta y dos años de edad, no firmó por no saber, hízolo su merced de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de José Antonio Ledesma

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a nueve de abril de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección, hizo comparecer en calidad de testigo, a un hombre que expuso llamarse José Antonio Máximo Ledesma, ser español, originario de aquí, soltero, sirviente de la casa de don Valentín Frías, a quien su merced, a efecto de que declare por ante mí, le recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz, bajo el cual prometió decir verdad en lo que se le pregunte, y examinado al tenor del auto cabeza de proceso dijo: que con motivo de ser vecino de Gertrudis, hace más de un año, ha advertido que casi con continuación, entran a su casa, de día y de noche, soldados y paisanos;// + [In Dei Nomine] Un cuartillo Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos

[Sellos impresos]

diez y ochocientos once que si hay allí mujeres, se están con ellas, y si no, sale la misma Juana, y se las trae, manteniéndose lo más del tiempo de alcahueta, y teniendo a su lado varias rameras públicas, a quienes agrega en su casa para que usen mal con los hombres. Que Juana, entenada de Gertrudis, le dijo al testigo que una ocasión la sacó a lavar al río, y trató de entregársela a un hombre, y ella se defendió. Que esto es lo que sabe y la verdad por su juramento en que se afirmó y ratificó, declaró ser cincuenta y seis años de edad y no firmó por no saber, hízolo su merced de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de Juana María Olguín

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a diez de abril de mil ochocientos trece. El señor juez de esta causa, hizo comparecer ante sí a una mujer que expresó llamarse Juana María Olguín, ser mestiza, natural de la Hacienda de La Griega, vecina de esta ciudad, mujer de José Felipe López, y su merced por ante mí le recibió juramento que hizo en forma de derecho por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz, bajo el cual prometió decir verdad, e impuesta en la cita que le hace el testigo José Antonio Máximo Ledesma// dijo: que es cierto haberle relatado el paraje que expresa, el cual le sucedió habrá (sic) cosa de cinco años. Que hace más de seis, que le ha advertido a Gertrudis Valdés, el vicio o torpeza de meter a su casa hombres y mujeres de todas clases, sobre cuyo delito le ha reconvenido muchas veces la declarante, por ser mujer de su padre, y aún en cierta ocasión le hizo pedazos un vara en el cuerpo, y le dio de bofetadas, ciega de la cólera, de haberla visto una noche como a las ocho, entrar a un congal o

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe casa pública de prostitutas, con un hombre y una mujer, y sacándola de allí, la encerró en su misma casa. Que esta es la verdad por su juramento en que se afirmó y ratificó, declaró ser de veinte y un años de edad, no firmó porque dijo no saber, hízolo su merced de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Auto

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte y nueve de abril de mi ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección don José Antonio de las Cavadas: en vista de esta causa que ha estado suspensa por haber entrado el punto y otras ocurrencias y atendiendo a su estado, mandó// se pase por asesoría al licenciado don Manuel María Ramírez de Arellano, a quien se le encarga su despacho con preferencia. Así lo proveyó y firmó. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Señor alcalde de primer voto don Tomás Antonio de las Cavadas. Corresponde al estado de esta causa, se sirva usted mandar que incontinenti, se le tome a la reo su confesión con cargos, la que concluida, y en el propio acto, se le notifique que dentro de tercero día, nombre defensor que la defienda, apercibida que de no hacerlo, se le nombrará de oficio y con citación del que lo fuere, se ratificarán los testigos sumarios y se examinarán otros de nuevo si los hubiere, para cuyo efecto se abrirá auto de cargo y prueba, recibiéndose esta causa a ella por veinte días, prorrogables hasta los ochenta de la Ley. Concluida la ratificación se entregará el proceso al defensor, para// + [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once que con dirección de letrado promueva dentro de seis días las defensas que a su parte convengan, y circunducto el proceso con todos los cargos de conclusión, publicación y citación para su sentencia, vuelvan a el asesor para que consulte la que de rigurosa justa corresponda. Por lo que toca a Benito Martínez y a su cómplice, como quiera que de este sumario, no aparezca legítimo concubinato, sólo si, una mera fragilidad y única; no encuentra el asesor mérito legal, para que se les siga procesando, por consiguiente, que debe cancelársele la fianza a el primero, quedando en su absoluta libertad, pero si se servirá usted apercibir a ambos, seriamente, que en caso de reincidencia, seguirá el proceso y se les aplicarán las más grandes penas. Querétaro, abril 30 de [1] 813. + Licenciado Manuel María Ramírez de Arellano [Rúbrica]

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe En la// + [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once ciudad de Santiago de Querétaro, a treinta de abril de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección don José Antonio de las Cavadas, en vista del dictamen anterior dijo: que conformándose con él, mandaba y su merced mandó se haga como parece al asesor. Así lo proveyó y firmó. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

La mucha agua del día de ayer no dio lugar a tomar a la reo su confesión. Querétaro y mayo cinco de mil ochocientos trece. Vallejo [Rúbrica] Confesión

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a cinco de mayo de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección don Tomás Antonio de las Cavadas, estando haciendo audiencia pública asistido del asesor licenciado Manuel María Ramírez de Arellano, mandó sacar de la Real Cárcel a la reo contenida en esta causa, a efecto de tomarle su confesión, y hallándose presente, fue preguntada por su nombre, calidad, vecindad, estado,// edad y motivo de su prisión, a [lo] que respondió llamarse Juana María Gertrudis Valdés, vecina de esta ciudad y nativa de la Hacienda de Cuevas, partido de Guanajuato, casada con José María Olguín, de veinte y ocho años de edad, y que está presa porque cogieron a una mujer y a un hombre encerrados en su casa, pues aunque se le atribuyen otras cosas, no las ha cometido. Se le preguntó así mismo, si se acuerda haber dado una declaración y tenido un careo con la mujer y el hombre encerrados, respondió que si, cuyas diligencias pide se le lean, y habiéndose verificado con la que corren de fojas primera vuelta y 2 también vuelta, dijo: que está según y como pasó, y por tanto quiere que se tenga por parte de su confesión. Y responde. Se le hace cargo de la culpa que le resulta, sobre el lenocinio que en diversas ocasiones ha perpetrado, consintiendo en su casa a varios hombres y mujeres para que delinquen (sic) de incontinencia, pues que así consta de esta causa, plenamente justificado, con la uniforme deposición de los seis testigos sumarios, e igualmente de la suma gravedad de ella, por incluir bastantemente graves, a que respondió ser falso lo que los testigos dicen porque no se haya culpada de nada. Instóle a que falta a la verdad, reagravando su delito, con la propia confesión que tiene hecha a el fin del careo, que se le ha leído, y que ha querido se tenga por parte de su confesión, y dijo que la confesión general de que habló en el careo, fue para manifestar al presente señor juez, que no ha cometido el delito de que se le hace cargo.

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe Se le redarguyó con estar faltando a la verdad del nuevo cargo que le resulta, con menosprecio de la Real// Justicia que la juzga, y perjuicio grave de sí misma, respecto a que los dichos de los dos primeros testigos de que fue convencida, abonan los asertos de los testigos posteriores, porque si la segunda testigo no hubiera tenido ciencia cierta del ilícito comercio de la confesante, no se habría expuesto a que fuese acusada con su marido, de que resulta que el lenocinio de que deponen los testigos es cierto, y experimentado con otras varias personas y dijo: que se refiere a lo que tiene expuesto y que por lo propio no hay la responsabilidad gravísima que se le hace cargo, así para con Dios Nuestro Señor, como para el Rey. Se le hicieron otras preguntas y respuestas a cargo, tocantes y respondió no saber más que lo que tiene dicho, y preguntada últimamente cuantas ocasiones ha estado presa, de orden de que señores jueces y por qué causas, dijo: que tres con la presente, la primera de orden del señor cura ya difunto, bachiller don Manuel Caballero, por incontinencia, con el que es su actual marido, la segunda, no se acuerda de orden de quien, por el propio delito y con la misma persona, y la presente que sufre por el delito de que se trata, acordándose ahora, que estuvo otra ocasión de orden de don Miguel Aguado, y que fuera de la presente causa, no se le ha formado otra alguna, con lo que se concluyó esta diligencia, quedando abierta para continuarla siempre que convenga. En el propio acto se le notificó nombre defensor dentro del tercer día, de que quedó entendida, y leída que le fue, se ratificó en lo dicho. No firmó porque dijo no saber, hízolo su merced con el asesor de que doy fe. Francisco Antonio

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de las Cavadas

Licenciado Manuel María

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Ramírez de Arellano [Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica] Inme// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once diatamente el subscrito señor juez dijo: que recibía y recibió esta causa a prueba por veinte días, prorrogables hasta ochenta de la ley, mandó que con citación del defensor que lo fuere, se ratifiquen los testigos sumarios, examinados otros nuevos si los hubiere, y hecho, se entregue la causa al defensor por seis días perentorios para que dentro de ellos dedusga (sic) las defensas legales de su encomienda, las que evacuadas se cite para sentencia, y por este auto así lo proveyó y firmó como asesor. Cavadas [Rúbrica]

Licenciado Ramírez de Arellano [Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe Quedó notificado Benito Martínez y la mujer, como se manda, doy fe, hecha en forma. Vallejo [Rúbrica] Auto en que se le nombró defensor

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a once de mayo de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once elección don Tomás Antonio de las Cavadas, en vista de no haber señalado defensor la reo Juana Valdés, en el término que se le prefirmó, dijo que de oficio de la Real Justicia, le nombra a don Antonio de Zúñiga de esta vecindad, que se le haga saber para su aceptación y juramento. Así lo proveyó y firmó. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Aceptación del nombramiento

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a doce de mayo de mil ochocientos trece. Presente don Antonio Zúñiga, de esta vecindad, le hace saber el nombramiento de defensor de Juana Valdés, de que entendido dijo que lo acepta y jura en toda forma de derecho, desempeñar el cargo con la pureza y legalidad correspondiente, se da por citado para la ratificación de los testigos sumarios y suplica que cuando llegue el caso de que se le// entregue el proceso para la defensa de su parte, se le nombre abogado, y lo firmó Antonio Zúñiga [Rúbrica]

Vallejo [Rúbrica]

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a diez y siete de mayo de mil Declaración de Ignacio Quesadas ochocientos trece. El señor juez de esta causa, hizo comparecer en calidad de testigo a Ignacio Quesadas, español, originario de Salvatierra, viudo de María Teresa Olguín, de oficio sastre, a quien su merced por ante mí le recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz, bajo el cual prometió decir verdad en lo que se le pregunte, y siéndolo sobre los particulares que aparecen de este proceso, dijo: que desde la Jura del Señor don Fernando Séptimo, conoce a Gertrudis Valdés, mujer de José María Olguín, suegro del declarante, la visitaba con alguna frecuencia, y con este motivo veía que encerraba en su casa hombres y mujeres a pecar, de modo que una noche que se le hizo tarde al exponente, se resolvió a ir a dormir a la casa de Gertrudis, pero luego que vio aquello lleno de mujeres y soldados, cenando, y que luego que acabaron se fueron a acostar con ellas a la cocina, quedándose solo uno con la suya en la salita, a vista de dicha Gertrudis, hirviéndole de ho//rror al testigo aquel descaro, se salió inmediatamente, y se fue a dormir a la

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe vecindad, en casa de José Pablo Paz, a quien le constó el pasaje que le acababa de suceder. Que esta es la verdad so cargo de su juramento en que se afirmó y ratificó, declaró ser de veinte y siete años, y lo firmó con el señor juez. Cavadas

Ignacio Quesadas

[Rúbrica]

[Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Declaración de José Pablo Paz

En el dicho día. El subscrito señor juez hizo comparecer a José Pablo Paz, castizo, de esta vecindad, soltero, de oficio zapatero, quien juramentado en forma, e impuesto de la cita que le hace el testigo Ignacio Quesadas dijo: que es cierta en todas sus partes, y que como vecino que es el declarante de Gertrudis, ha advertido que nunca le faltan en su casa, de pie, dos mujeres o a lo menos una, como también que entran soldados y paisanos de día y de noche, presumiendo el exponente, que iban precisamente a pecar. Que esta es la verdad, so cargo de su juramento, en que se afirmó y ratificó, declaró ser de veinte y siete años de edad y lo firmó con el señor juez. Cavadas

José Pablo Paz

[Rúbrica]

[Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

En el precitado día, el propio señor juez hizo comparecer// + [In Dei Nomine] Un cuartillo

[Sellos impresos] Declaración en que se ratificó José Antonio Ledesma

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y ochocientos once ante sí al testigo José Antonio Máximo Ledesma y juramentado en forma, se le leyó su declaración de fojas 4 vuelta, y en su inteligencia dijo: que en ella se afirma y ratifica por estar escrita según y como la produjo, nada le ocurre que añadir ni reformar, y no firmó porque dijo no saber, hízolo su merced de que doy fe Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Otra en que se ratificó José María Aguilar

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a diez y ocho de mayo de mil ochocientos trece. El mismo señor juez hizo comparecer a José María Aguilar, otro de los testigos examinados en esta causa, a quien por ante mí le recibió juramento, que hizo en forma de derecho por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz, bajo el cual prometió decir verdad y

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe habiéndosele leído su declaración de foja 3, en ella se afirmó y ratificó sin ocurrirle que añadir ni reformar, y lo firmó con su merced. Cavadas

José María Aguilar

[Rúbrica]

[Rúbrica] Ante mí José Domingo Vallejo [Rúbrica]

En el// + [In Dei Nomine] Un cuartillo Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos

[Sellos impresos]

Otra en que se ratificó José Loyola

y once y mil ochocientos y doce mencionado día, el propio señor juez hizo comparecer al ministro José Loyola, quien juramentado en forma y leída su declaración de foja 4, dijo que está según y como la produjo, afirmándose y ratificándose en su contenido, por su nuevo juramento, no firmó porque dijo no saber, hízolo el señor juez, de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Otra en que se ratificó la mujer casada

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte de mayo de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección, hizo comparecer a la mujer casada, que se expresa en este proceso, y estando presente se le leyeron su declaración y careo de fojas 2 y vuelta, y dijo que se ratifica en ambas diligencias, por ser la verdad, sin ocurrirle que reformar, añadir, ni quitar, no firmó porque dijo no saber, hízolo su merced. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

En// Otra en que se ratificó Juana María Olguín

dicho día el referido señor juez, hizo comparecer a Juana María Olguín, con permiso del señor corregidor, porque está presa, y teniéndola presente, se le recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz, bajo el cual prometió decir verdad, y habiéndole leído su declaración de foja 5, dijo: que en ella se afirma y ratifica, nada tiene que añadir, ni reformar por su nuevo juramento. No firmó por no saber, hízolo su merced, de que doy fe. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Benito Martínez se ha ausentado y es difícil conseguir su comparecencia,

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe por las circunstancias actuales. Mayo veinte y uno de ochocientos trece. Vallejo [Rúbrica] Auto

En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte y uno de mayo de mil ochocientos trece. El// señor juez de esta causa dijo, que se le entregue al defensor de la reo, para que con dirección del licenciado don Vicente Lino Sotelo, promueva las que le convengan, a la posible brevedad. Así lo proveyó y firmó. Cavadas

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

//

Mayo 28 [1] 813 + [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos y once y mil ochocientos y doce En la ciudad de Santiago de Querétaro, a veinte y ocho de mayo de mil ochocientos trece, ante el señor alcalde de primera elección don Tomás Antonio de las Cavadas, se presentó esta petición. Don Antonio Zúñiga de esta vecindad, por Juana Gertrudis Valdés, como su defensor presentó esta petición. […ilegible…] [ El abogado trató de atenuar el delito, y consideró suficiente el tiempo que la mujer llevaba detenida, para purgar su falta. Apeló a la conmiseración, la bondad, la indulgencia y la clemencia, para que en caso de ser condenada se le aplicara una pena moderada. ] [ …ilegible…] En los autos y causa criminal seguidos de oficio de la Real Justicia contra la reo Juana Gertrudis Valdés, por el delito de lenocinio denunciado. Visto el auto cabeza de proceso: lo que resulta del sumario, ratificación del pleno, el alegato del defensor, con lo demás que se tuvo presente. Vistos. Fallo: atentos los autos y méritos del proceso a que me refiero, que debía condenar y condenó a la expresada reo, a que sufra la vergüenza pública, según y como se acostumbra, y a seis años de recogidas, a discreción de la superioridad de su Excelencia, la Real Sala, a quien se de cuenta antes de la ejecución, si las circunstancias lo permiten, y por esta mi sentencia definitivamente, juzgando así lo mando con aceptación. Tomás Antonio de las Cavadas [Rúbrica] + Licenciado Manuel María Ramírez de Arellano [Rúbrica]

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe En// Pronuncia-miento la ciudad de Santiago de Querétaro, a treinta y uno de mayo de mil ochocientos trece. El señor alcalde de primera elección don Tomás Antonio de las Cavadas, estando haciendo audiencia pública, dio y pronunció la sentencia antecedente. Testigos don Pedro Villegas y don Francisco Alonso, de esta vecindad. José Domingo Vallejo [Rúbrica] Notoriedad

En dicho día se hizo saber a la reo la sentencia anterior, y su defensor suplica a la superioridad de su Alteza, la vea con la benignidad que acostumbra, teniendo presente que es en su parte una mujer ignorante, que no es capaz de conocer la gravedad de su delito, y por lo mismo, digna de que le aplique toda indulgencia. Antonio Zúñiga

Vallejo

[Rúbrica]

[Rúbrica]

//

+ [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos diez y mil ochocientos once En la ciudad de México, en diez y seis de octubre de mil ochocientos trece. Los señores ministros de la tercera sala de la audiencia de esta capital, habiendo visto esta causa formada en Querétaro, contra Juana Gertrudis alias la sierpe, presa en aquella cárcel por lenocinio, lo alegado en su defensa, lo pedido por el señor fiscal y demás con que ha dado cuenta el relator, citadas las partes, dijeron: que debían confirmar y confirmaron la sentencia del inferior que la condena a la pena de vergüenza pública y seis años de recogidas, comenzándole a contar dicho tiempo desde la fecha de la prisión de la reo, mandando que de no haber casa de recogidas en aquella ciudad, se entienda en la cárcel, y por este auto, así lo proveyeron y rubricaron. Señores Campo. Bachiller Yáñez. Martínez. Mancilla. Escribano Verdiguel. El fiscal de su majestad queda enterado del auto que antecede para los efectos que haya lugar y lo rubricó. México veinte y dos de octubre de mil ochocientos trece. Una rúbrica: Inmediatamente, yo el escribano, teniendo presente al procurador de pobres, le hice saber lo mandado en el superior auto que antecede, y entendido dijo: lo oye y firmó, de que doy fe. Rodríguez Calvo. Verdiguel. Es copia de sus originales de que certifico. México tres de noviembre de mil ochocientos trece años. Ignacio Verdiguel [Rúbrica]

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe En la ciudad de Santiago de Querétaro, a cuatro de enero de mil ochocientos catorce. El señor alcalde constitucional de primera elección, don Manuel López de Ecala, visto el antecedente superior decreto, por el que los señores ministros de la tercera sala de la Audiencia Nacional de México, han tenido a bien confirmar la sentencia pronunciada contra la// + [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos y once y mil ochocientos y doce reo Juana Gertrudis Valdés, alias la sierpe, entendiéndose la segunda parte de la condena, desde el día de su prisión; dijo: teniendo consideración a la consternación de que está sobrecogido el pueblo del estado llano, a causa de la rigurosa leva que se está experimentando en estos días, y de otras calamidades que Dios Nuestro Señor ha sido servido mandarnos, en castigo de nuestras culpas, y teniendo presente que en esta ciudad no ha habido en mucho tiempo un espectáculo sensible, como el de la vergüenza pública, que necesariamente atrae la curiosidad del público, en cuyas actuales circunstancias, las más críticas, podía preparar alguna conmoción popular, no obstante a tener acreditado la experiencia, que la plebe es la más quieta, y que en este caso aunque remoto, enseñan los criminalistas con el maestro en la materia, entre ellos el Próspero Farinacio4, se pueda suspender la ejecución de una condena pública, hasta aguardar ocasión más oportuna, en que no se aventure el escarmiento público, convirtiéndose la triaca5 en veneno; su merced mandó que respecto a que la expresada reo deberá cumplir sus seis años de recogidas en esta cárcel pública, por no haber otro lugar de recogimiento y que por tanto, no se enerva la vergüenza pública, se suspenda esta por ahora, y deberá ejecutarse luego que las circunstancias lo permitan. Todo lo que se haga saber a la reo para su inteligencia, y por este auto así lo proveyó su merced con asesor, de que doy fe. + Licenciado Manuel María Ramírez de Arellano [Rúbrica] En// la ciudad de Santiago de Querétaro, a cinco de enero de mil ochocientos catorce. El señor alcalde constitucional de primer voto don Manuel López de Ecala, habiendo visto el auto antecedente, entendido por el asesor que lo ha sido en esta causa, licenciado Manuel María Ramírez de Arellano, lo resuelto y determinado por tres ministros de la tercera sala, en que conforman la sentencia pronunciada contra la reo Juana Gertrudis Valdés, dijo que deseando cubrirse de toda, resulta en lo sucesivo y que no se le haga cargo alguno por falta de cumplimiento en lo decretado por la superioridad, debía mandar y mandó se pase el proceso al licenciado don José Mariano Lazo de la Vega, para que con preferencia le consulte si es o no asequible el que se suspenda la ejecución. Así lo proveyó y firmó. López de Ecala

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe [Rúbrica] Señor alcalde de primera elección don Manuel López de Ecala. Estoy recargado de causas crimi//nales, casi de todos los juzgados de esta ciudad, y despachando la comandancia en calidad de asesor, por lo que suplico a usted se sirva calificarme legítimamente excusado, para el despacho de la presente. Estudio y 5 de enero de [1] 814. Licenciado José Mariano Lazo de la Vega [Rúbrica] En el mismo día cinco de enero, el subscrito señor juez, en vista de la excusa del licenciado don José Mariano Lazo de la Vega, dijo: que admitiéndola por ahora, manda se pase la causa para el mismo fin al licenciado don José Estrada Navedas, regidor de este ilustre cabildo. Así lo proveyó y firmó. López de Ecala

Ante mí

[Rúbrica]

José Domingo Vallejo [Rúbrica]

Señor alcalde constitucional de primera elección, don Manuel López de Ecala. Nada de cuanto expone el licenciado don Manuel María Ramírez de Arellano en el dictamen que extendió en forma de auto, con fecha de cuatro del que rige, podía ocultarse a la alta penetración de los señores ministros de la tercera sala// + [In Dei Nomine] Un cuartillo [Sellos impresos]

Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos y once y mil ochocientos y doce de la Audiencia de México, y con todo tuvo su excelencia a bien confiar y remitir para su ejecución, la sentencia pronunciada a los treinta y uno de mayo del año próximo pasado, con la consideración sin duda, de que una de las cosas que más importan por semejantes casos, es el pronto castigo de los delincuentes, por lo que interesa la vindicta6 pública en el escarmiento de aquellos, terror y ejemplo de los demás que pudieran a caso con el tiempo incurrir en el propio delito. Por tanto y que al inferior sólo le toca obedecer y cumplir las órdenes y mandatos de los superiores, soy de sentir que de ninguna manera es de suspenderse o demorarse la ejecución de la sentencia, de que queda hecha mención, notificándose y procediéndose de luego a luego a ella, en la forma regular y acostumbrada, con las precauciones y resguardos correspondientes, salvo esta. Querétaro y enero 7 de 1814. Licenciado José Estrada Navedas [Rúbrica]

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Una pícara alcahueta en Querétaro en los años de la Insurgencia (1813-1814)

El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe En la ciudad de Santiago de Querétaro, a siete de enero de mil ochocientos catorce. El señor alcalde constitucional don Manuel López de Ecala, en vista del dictamen antecedente dijo: que conformándose con él, mandaba, y su merced mandó se proceda a ejecutar la sentencia confirmada contra Juana Gertrudis Valdés, para la cual señala el lunes próximo, a las nueve de la mañana, librándose oficio al señor brigadier// + [In Dei Nomine] [Sellos impresos]

Un cuartillo Sello cuarto, un cuartillo, años de mil ochocientos y once y mil ochocientos y doce comandante de las armas, a fin de que franquee auxilio de tropa de caballería, suficiente, según costumbre para resguardar el acto y contenga cualesquiera movimiento popular. Así lo proveyó y firmó. López de Ecala [Rúbrica] Se libró el oficio pidiendo la tropa. En la ciudad de Santiago de Querétaro, a doce de enero de mil ochocientos catorce, a efecto de cumplir con la sentencia pronunciada contra Juana Gertrudis Valdés, la sierpe, aprobada y confirmada por los señores ministros de la tercera sala de la Audiencia de México, se sacó a la dicha reo, y habiéndose notificado la dicha sentencia y su confirmación, se le vistió un saco, y se le puso una coroza con plumas en la cabeza, y de este modo, custodiada de la tropa que mandó el señor comandante de las armas, se// condujo a la plaza mayor, en donde se sentó en un tablado que estaba puesto junto a la puerta de las Casas Reales, y allí se estuvo puesta a la vergüenza, con un letrero en la coroza, que decía por alcahueta, concurriendo gran número de gente a verla, y pasado el tiempo que se consideró necesario, se volvió a la prisión de donde salió, a cumplir su condena. Y para que conste, de orden del señor alcalde constitucional, juez de esta causa, siento la presente, cuya diligencia autoricé y ratifiqué por impedimento de mi compañero don José Domingo Vallejo, dicho día, mes y año. Manuel Prieto [Rúbrica]

Notas 1.- Serpiente. Persona muy fea. 2 .- Agradezco a la Maestra en Historia Rosa Martínez Pérez, encargada del Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Querétaro, las facilidades brindadas. 3 .- Viciosa, corrupta. 4 .- Próspero Farinacci, jurisconsulto italiano, 1554-1618. 5 .- Remedio de un mal. 6 .- Satisfacción de los delitos que se deben dar por la sola razón de justicia, para ejemplo del público.

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El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe

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El devenir del artista y su obra en tiempos del nihilismo

Fernando Guerrero González Colegio Nacional de Danza Contemporánea

Resumen

Summary

Es un intento por pensar la esencia del artista y la de su obra en el marco del acontecer del nihilismo, se expone la necesidad de reflexionar acerca de la vocación del artista y la realización de su obra en tiempos del nihilismo; del mismo modo, se piensan las maneras en que la obra del artista habrá de devenir como signo salvífico y superador del nihilismo.

This article is an attempt to contemplate the essence of the artist and his work as part of the happening of Nihilism, it describes the need to reflect on the vocation of the artist and the performance of his work in times of Nihilism; at the same time, the author discusses the ways in which an artist's work may become a sign of salvation, overcoming Nihilism.

Palabras clave

Key words

Poeta, artista, obra de arte, nihilismo, huida de los dioses, devenir, vocación, generosidad, salvación.

Poet, Artist, Artwork, Nihilism, Flight of the Gods, Becoming, Vocation, Generosity, Salvation.

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El caso de Juana María Gertrudis Valdés, alias “la Sierpe

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El devenir del artista y su obra en tiempos del nihilismo Tú eres un hombre que ha olvidado obedecer

acontece la noche oscura de la ausencia de su esencia, el frío invierno de la ausencia de su ser; le habremos de nombrar nihilismo. Hoy, sin lugar a dudas, habitamos en los preámbulos terribles del nihilismo. Habitamos, como bien nos lo anuncia el poeta en la noche oscura del mundo de la ausencia de lo sagrado; el tiempo terrible de la ausencia de los dioses.

F. Nietzsche Nihilismo y vocación del poeta “Vacío y mudo, el cielo no es ya sino una prisión que aplasta mi frente con su agobiante peso”.1 El poeta, otrora reverente y digno escucha del ritmo sutil y enigmático de los misterios, descifrador pertinente de las huellas dispersas por el mundo de lo sagrado, cantor sublime de aquello que es digno de agradecimiento, ahora canta con desasosiego la penuria que impera sobre el mundo cuando lo sagrado y el agradecimiento han huido del cielo y han abandonado la tierra; ahora, triste y desolado canta que ya ningún generoso enigma hace escuchar sobre los hombres alguna maravillosa voz que nombra la esencia misma de las cosas. Y ahora el hombre, ser profano, desagradecido e impertinente, esclavo mismo del poder precipitado de su voluntad, ya no se somete, humilde y reverente al ritmo inefable de aquello que es más grande que él mismo: lo sagrado.2

El verdadero y sublime nombre del artista es poeta,7 y éste, junto con su hermano el pensador, son los hombres señalados para escuchar aquella voz misteriosa y generosa del Ser8 que ha pronunciado sobre las cosas el acontecer de su esencia, que ha nombrado a las cosas para que éstas se levanten desde las sombras fracturadas de la Nada –rostro maternal del Ser– hasta el maravilloso evento de su presencia; que ha dicho generoso y maternal: ¡Que seas! Y en las cosas ha acontecido el sublime evento de su fundación y ha devenido sobre ellas su propio origen y por tanto, su destino, su maravillosa vocación. Tener vocación y destino consiste en haber sido nombrado por el Ser y la Nada, en acoger y resguardar ese misterioso y casi inescrutable llamado. Tener vocación y destino estriba en ser con naturalidad y simpleza aquello a lo que fuimos llamados, acogernos al agradecimiento de aquel nombre que hubo de ser pronunciado sobre nosotros. Acontecer simplemente en lo que fuimos llamados. Significa ser pertinente sobre la tierra.

El poeta, otrora cantor sublime de los misterios, ahora debe elevar sencillos cantos de lamento cuando lo digno de ser cantado ha huido fugitivo del mundo. El poeta, que en la esencia de su canto debe albergar una sublime y divina inocencia que nombra el ritmo intangible y enigmático del ser de las cosas,3 ahora tiene para sí, en medio de un mundo profano, tristes lamentos que cantan con desánimo la ausencia terrible de aquello que nos conminaba, felices y trágicos a la vez, a tener por auténtico vivir un maravilloso y humilde agradecimiento.4

Y el artista, junto con el pensador, seres magníficos, han sido nombrados como los capaces de escuchar esa voz maravillosa y generosa que ha dispensado un destino y un origen en cada una de las cosas y no tienen más que obedecer y agradecer cantando y pensando la existencia de ese misterio que ha originado a las cosas y además han sido señalados para dispensar generosos a sus hermanos aquello mismo que le ha sido dado en la escucha; son los nombrados para informar que vivir con merecimiento9 sobre la tierra consiste en: acontecer10 con simpleza, naturalidad y agradecimiento en el seno generoso de aquella voz que nos hubo de nombrar, acoger y resguardar con humildad y asombro esa voz maternal y generosa que pronunció nuestro nombre; que vivir con merecimiento sobre la tierra estriba en agradecer y ser aquello a lo que estamos llamados: ser lo que somos.

A esta terrible anticipación profética de la ausencia en el mundo de lo sagrado y vivenciada en el espíritu del poeta, a este malestar anunciado veladamente por filósofos y poetas;5 a esta abierta victoria por parte del desierto6 sobre los bosques frescos donde las señales y los signos de los dioses corrían retozones; a este acontecimiento mundial inevitable donde sentimos y percibimos que en el corazón de todas las cosas 1 Hölderlin, Federico, Poesía completa, Barcelona, Ediciones 29, 3ª. Ed., 2001, p. 138. 2 Entendemos por lo sagrado aquello sobre el mundo digno de agradecimiento, aquello más grande que el hombre mismo ante el cual hemos de ser humildes y reverentes. 3 Pensar y poetizar son lo mismo, algo que Heidegger ha venido a recordarnos, y que ya los románticos con suma facilidad aceptaban como una verdad casi natural: “La distinción entre poeta y pensador es sólo aparente…” como bien afirma Novalis en Granos de polen. 4 Tenemos a bien entender que la vida se reduce a un agradecer cuando vivimos en el seno de lo sagrado, entendiendo que en la etimología de lo sagrado acontece precisamente el dar gracias. 5 Anunciación de formas diversas que creemos observar en la nostalgia romántica por la ausencia de aquella Unidad original imposible en la fragmentación de las sociedades y de las subjetividad moderna. Nostalgia defendida por los anarquistas del siglo XIX y que se anuncia de forma, muchas veces velada, en la literatura rusa del mismo siglo; y que retomarán, sin lugar a dudas, primero Hegel y después Nietzsche en su frase ¡Dios ha muerto! Lo mismo Heidegger en el siglo XX. 6 ¡El desierto crece! Símbolo zaratrustiano que hace referencia al acrecentamiento del nihilismo

7 Tenemos a bien considerar que en la manufactura de toda manifestación artística, de todo arte bello, subyace el acontecimiento fundante de la poesía en cuanto que ésta es considerada como el nombrar las cosas en la bastedad de su esencia, esto es, nombrar los inefables y entreverados menesteres de su enigma. Ser artista es ser poeta: significa ponerse al servicio de la escucha y de la información de lo escuchado, aquello que es sagrado, de la voz sutil de los misterios. Queda claro, pues, que para nosotros, artista y poeta será aquí lo mismo y podrán ser intercalados sin alterar el asunto mismo en lo más mínimo. 8 Estamos convencidos que en la esencia misma de la poesía está principalmente cantar con júbilo y agradecimiento la manifestación maravillosa de la existencia de todas las cosas y después cantar también con júbilo el dolor inscrito en la vida misma. 9 Tal vez sea esta la noción profundamente poética que la cosmovisión Náhuatl ya dispensaba sobre sus hombres. 10 En esto estriba, quizá, lo que Heidegger, bajo la noción del olvido del ser, ha venido a recordarnos.

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El devenir del artista y su obra en tiempos del nihilismo esa ausencia de la voz del ser que ha sido llenada por la voluntad precipitada y ruidosa del artista.12 Hemos de reconocer con tristeza que ahora la obra de arte tiene su vulgar y profano origen en una voluntad locuaz, codiciosa e impertinente que habla de formas precipitadas de su propia impertinencia y de su precipitación, pero no habla de aquello que debe hablar: cantar el misterio que nos ha originado. La obra del artista no habla de aquello que debe haber escuchado y su obra no es signo y huella de aquello que debe informar, sino que habla, más bien de aquello que su voluntad impertinente le dicta y su obra es manifestación fehaciente de esa imperiosa voluntad parlanchina, codiciosa y precipitada que habla de su poder y no de su ser. Así pues, tanto el artista como su obra han perdido, en el frío espacio de la ausencia de lo sagrado, su propia vocación y su destino. Y si el artista deviene en su errancia, ¡qué suerte deparará a los que se deben alimentar de su obra! Y, sin lugar a dudas, sin la vocación del poeta, moriremos de inanición.

Pero nosotros, hombres egoístas y olvidadizos, poco prestos para el agradecimiento, no hemos sabido resguardar y acoger aquel llamado, no hemos sabido ser generosos con esa vocación y con aquel destino que se nos hubo de donar por el acto más maravilloso de la generosidad. Así, hemos perdido nuestro llamado, hemos olvidado acoger nuestro llamado y ahora, lejos de acontecer en aquello que somos, devenimos en lo que no somos, devenimos en el nihilismo, el cual estriba en acontecer fuera de nuestra vocación y de nuestro destino. Nihilismo significa acontecer en la impertinencia de nuestro no ser; significa devenir en nuestra impertinencia.

En medio del desierto de esa ausencia, surge la siguiente pregunta: ¿Cómo devendrá el artista en tiempos de nihilismo? ¿Cómo devendrá su obra en tiempos de la ausencia de los dioses? La generosidad de la ausencia de los dioses

De este modo, el poeta con profundo lamento ahora se convierte en el cantor de la ausencia de nuestra vocación y del profundo silencio de nuestro destino11 y nos viene a anunciar que no habitamos en el seno del misterio, que somos ahora seres profanos, que acontecemos fuera de nuestro llamado. Nihilismo es habitar en la ausencia de nuestro llamado. Nihilismo es vivir en las penumbras de la ausencia de nuestra vocación. El artista, ser de profunda sensibilidad, experimenta este hálito y sufre, vive en carne propia este día mundial del acontecer de la ausencia del mundo de lo sagrado, la ausencia de nuestra vocación y de nuestro destino.

¿Cómo poetizar en tiempos de aciago nihilismo? O lo que es lo mismo, ¿para qué artistas en tiempos donde el desierto crece?13 ¿De dónde la pertinencia del artista en tiempos donde todo deviene impertinente? La voz maravillosa y fecunda que susurraba al poeta el día mundial del misterioso evento de todas las cosas, ha callado, ha huido cual cervatillo temeroso en medio del peligro hasta el refugio del silencio; ha huido presurosa al lugar doloroso de su errancia, y el

Se puede observar con suma facilidad las maneras en que las Bellas Artes experimentan, sin que muchas veces lo perciban con suma conciencia, este acontecimiento: nada tienen que escuchar, nada tienen que decir y lo que ahora origina toda vivencia artística es 11 Es fácil constatar las maneras en que la subjetividad del artista de nuestros días siente, conciente o inconscientemente –anticipado por la subjetividad romántica–, este duro hálito de sentir al mundo como un lugar inhóspito. El mundo no es un hogar digno para el artista que se debate fragmentado en una sociedad donde no es bienvenido. Otrora fundador sublime de la sociedad con su obra como Homero y Hesíodo, ahora es expulsado de ella misma y no tiene otra alternativa que vivir como un detestable mercader de su obra en un mundo que no precisa de artistas y sí de mercaderes. ¿No es ello signo de que lo sagrado no habita el mundo cuando el cantor de los misterios no tiene cabida en el mundo? 12 Ante la fría ausencia de nuestro llamado, lo que queda es la voluntad del artista, voluntad impertinente y demasiado voluntariosa que no habla del misterio de las cosas, únicamente habla de lo que su poder codicioso le aconseja. Los estudiantes de artes dicen: ¡Quiero ser artista!, pero jamás: ¿estaré llamado a ser artista?

13 Alguien versado en Heidegger creerá observar en nuestra pregunta y en nuestro ensayo alusiones claras y conclusiones parecidas a aquellas que el mismo Heidegger hace cuando pregunta en Caminos de bosque: ¿Para qué poetas en tiempos de penuria? Pero, si en verdad es versado en Heidegger, caerá en la cuenta que, en nuestro discurso hay muchos paralelos, pero nuestras afirmaciones toman, en lo esencial, un cauce diferente.

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poeta, otrora digno escucha e informante magnífico del Ser y de la Nada, ahora casi nada dispone para su canto. Cuando los dioses se desvanecen del mundo, el artista, su profeta y trovador, deja sentir en su canto tristes y decadentes lamentos.

dejarnos en la penuria? ¿Cuáles serán esos dones de lo sagrado que son signo y señal de su ausencia? Y, ¿para qué los dioses nos habrán dispensado los dones de su no presencia? El recuerdo del olvido del ser, don dispensado por la ausencia de los dioses en el corazón mismo de los pensadores,16 es una de esas señales salvíficas que los dioses –generosidad misma–, nos han regalado como dones mismos de su no presencia y de la esperanza de su retorno. Y Apolo, dispensador dadivoso de sus oráculos ha esparcido las huellas de su gracia en forma de aquel mandato que susurró al oído de toda Grecia: ¡Llega a ser el que eres!,17 cantado maravillosamente por Píndaro como ¡Deviene en el que eres!18 Pero también su hermano Dionisio ha dispensado sus gracias, ha ofrecido a los hombres su palabra que dice: ¡Olvídate que te encontrarás! En estos dones podemos observar las huellas, las señales que deben habitar en los poetas y en los pensadores.19 Los anteriores dones son signos y señales que labora la beneficencia de los dioses en los poetas y en los pensadores. Los resquicios que hemos observado son precisamente dones que deben habitar en los poetas y pensadores, y que ya deben laborar en ellos mismos desde la noche oscura del nihilismo a favor de la llegada de la sublime esperanza. Y, ¿cuál habrá de ser esa sublime esperanza?

El lenguaje, cúmulo a veces fidedigno de los signos y de las señales de la voz del ser, huellas de los senderos del destino del ser, antaño hogar14 del ser, ahora poco o nada señala, casi nada significa; hogar derruido, casi demolido que aloja nada. Y el poeta doliente asiste a la noche oscura donde todo signo, todo significado corre riesgo de ser desdibujado; las señales del sendero, donde escuchábamos confiados los ecos de nuestro llamado, han quedado casi desdibujadas. Pero el nombre del poeta no fue pronunciado para la cabal desesperanza; la esencia del poeta ha sido ofrecida a los hombres para que entre ellos habiten los signos tímidos de cierta esperanza. Nuestros poetas han de albergar los signos delebles de aquello que salva; en los poetas y en su hermano el pensador, deberán existir las tímidas huellas, los signos tenues de que no todo sobre el mundo corre hasta su terrible perdición. Ciertamente somos huéspedes de la casa inhabitable del nihilismo, pero tenemos con nosotros los signos benéficos que hablan con tímida voz que no nos desvaneceremos a cabalidad en las fauces temibles de la aniquilación. Nos conducimos a las penumbras arduas de una noche oscura, pero estarán para nosotros esos pequeños rayos de luz alojados en el corazón de los artistas y de los pensadores que nos dispensarán aquella tibia esperanza de que, finalmente, las sombras temibles de la noche oscura del nihilismo no habrán de posarse con nosotros para siempre. Pero, ¿cómo ha sido ello posible?

En medio de los inicios de la noche oscura del nihilismo han quedado esparcidas, entre los poetas y pensadores, los resquicios generosos de los dioses, esos harán posible las maneras de habitar en medio de esa noche temible, pero también harán posible los modos en que esa noche oscura podrá ser superada. Las gracias generosas de la ausencia de los dioses han quedado esparcidas en el corazón aciago de los poetas y de los pensadores, esos dones habrán de laborar para que sean nuestra luz en medio de la noche terrible del nihilismo y serán para nosotros los senderos por donde habremos de caminar rumbo a la superación de la gran prueba.

En los poetas y en los pensadores obra el tibio y débil recuerdo de lo divino. Lo sagrado,15 siendo en su esencia generosidad misma, no ha dejado al mundo en su total desgracia para parecer ante los hombres como algo desgraciado –ello hubiese sido contrario a su esencia– al haber dejado al mundo sumido en la profunda orfandad, más bien, en su partida ha esparcido las huellas de su no presencia; ha dispensado generoso los signos casi delebles de su no presencia. ¡Lo sagrado ha sido generoso cuando nos ha dispensado, debido a su esencia, las señales salvíficas de su ausencia! Pero, ¿cuáles habrán de ser esos dones dispensados por lo sagrado al marcharse y

16 Heidegger y otros pensadores más han alojado en su filosofía la presencia de este don. 17 Bien podemos afirmar que ¡Conócete a ti mismo! equivale en todo momento a ser el que se es, escuchado por Nietzsche cuando afirma: “¿Qué dice tu conciencia? Llega a ser el que eres”. 18 Píndaro, Odas y fragmentos, Madrid, Gredos, 1995. 19 Hemos de hacer notar con pertinencia lo siguiente: ciertamente que en este momento se habla específicamente del poeta como albergue de las huellas de la huida de los dioses, pero en verdad, la figura puede ser extensiva a la del Educador, pues éste habrá de ser aquel que alberga las huellas de esa ausencia, pero que ha de saber mostrar, debido a esas huellas, la dirección por donde los hombres se han redirigir en tiempos del crudo nihilismo. El educador alberga las huellas del destino que señalarán a los hombres su propio destino.

14 Recordemos aquello que Heidegger afirmaba del lenguaje como hogar del ser, habitáculo que resguarda al ser. 15 Señalamos lo sagrado como los misterios que nos hacen reverenciar y reconocer con humildad que existe lo que es más grande que el hombre: el ser, voz maravillosa que ha pronunciado la existencia de todas las cosas. Voz acontecida, intramundana, que se aloja en el evento del mundo. No hay manera de que lo sagrado sea señalado como Dios. Más bien como los dioses, señales y huellas de las fuerzas, pequeñas y grandes, que alojan la maravilla del misterio del ser.

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Necesidad de la obediencia del artista

esencia misma del arte se encontrará en todo momento lo salvífico.

Pero, ¿serán los artistas dignos de acoger las huellas y los signos de la ausencia de nuestra vocación? ¿Tendrán nuestros poetas un saber que pueda ser capaz de albergar y obrar con los signos de la ausencia de los dioses? ¿Sabrán nuestros poetas qué hacer con esos signos en su corazón?20

Sin la vocación de nuestros poetas, sin la justa obediencia a lo que hoy son llamados, simplemente seguiremos navegando sin rumbo en el océano inmenso de nuestra errancia. Sin nuestros artistas nihilistas, sin su obediencia y sin su generosidad no sabremos superar el tiempo aciago del nihilismo. Hoy más que nunca, el hombre, semejando a Dante, precisa a sus guías, a sus maestros, necesita a sus poetas. Pero, ¿cómo llegará a ser aquel que está llamado a semejante tarea? ¿Cómo responderá aquel que siente el llamado a albergar las huellas de lo salvífico?

Ser artista en nuestros días significaría saber albergar con atino los signos generosos de la ausencia de lo sagrado. Ser poeta significaría resguardar, rumiar y obrar con los resquicios de la ausencia de los dioses. Ellos han sido señalados para que, albergando y obrando con esas huellas y esos resquicios, muestren a sus hermanos los senderos por los cuales habrán de conducirse en tiempos aciagos. Nuestros poetas están llamados a que, con su palabra y con su obra, nos señalen las maneras en que habremos de conducirnos por los senderos de esta noche oscura.21 Nuestros poetas están llamados a ser fieles depositarios de esas señales, descifradores para nosotros de esos signos que nos sabrán señalar el sendero pertinente por donde volveremos a responder al llamado de nuestra vocación y de nuestro destino. La obra de arte habrá de acontecer en su esencia cuando sea signo sencillo de la generosidad de la ausencia de lo divino, la cual habrá de ser dispensada para los hombres como guía y luz para que sepamos transitar en medio de las sombras ásperas del más crudo nihilismo.22 La obra de arte ha de ser signo, huella, señal dispensada por la ausencia de lo sagrado para que nosotros los hombres logremos dirigirnos en medio de este crudo inicio del desierto. La obra de arte en tiempos de nihilismo habrá de ser signo y huella de la ausencia de los dioses –ausencia tan dolorosa como trágica–, pero en ella deberán acontecer necesariamente los signos y las señales que nos dispondrán las maneras en que debemos transitar este tiempo tan aciago de nihilismo.23 Pero no únicamente sucederá lo anterior, pues también nuestros poetas nos han sido dados en estos tiempos aciagos para que su obra sea signo y señal de las maneras en que habremos de superar este crudo tiempo de sombras. La obra de arte está llamada a ser signo mismo de lo que está llamado a salvar; de este modo se cumplirá el hecho de observar que en la

El devenir del artista y de su obra Nuestros poetas, pues, deben devenir en su llamado, deben ser fieles obedientes a los signos de su vocación; han de ser alojadores pertinentes y humildes24 de las huellas de la ausencia de los dioses; aquellos que habrán de señalar con su obra los senderos por donde hemos de caminar en la noche oscura donde el lenguaje calla, esos caminos que nos conducirán precisamente hasta la superación de la noche oscura del nihilismo. Nuestros poetas deben devenir en lo que son, pero ello será posible únicamente mediante el arduo proceso de su formación. A ningún otro hombre sobre la tierra se le habrá de pedir una verdadera y ardua formación, sino a nuestros artistas, pero también a su hermano el pensador.

20 Esas mismas preguntas hermanan al poeta con el pensador, mas para éstos aunamos esta otra: ¿sabrán los pensadores pensar y rumiar los signos de la ausencia de los dioses? 21 Aquí habrá de tener cabida lo que se ha añorado desde antaño y que en otros pueblos tuvo pleno recibimiento: el poeta como educador del pueblo. 22 Defendemos la idea que subyace en la filosofía del arte desde la Antigüedad: el artista como simple medio de aquello que ha de hablar por medio de él. 23 Desde este entendido toda obra de arte deberá tener los signos del nihilismo. Toda obra de arte en nuestros días tiene como destino inevitable el nihilismo.

24 Hemos de afirmar que humildad no es otra cosa que ser lo que uno mismo simplemente está llamado a ser.

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Pero, ¿dónde habrán de gestarse aquellos señalados para alojar las señales de la huida de los dioses? ¿En qué lugar se acrecentará el espíritu de los que con su obra habrán de preparar el retorno de los dioses? Y, ¿cómo el artista devendrá hoy en su llamado?

El poeta debe formarse únicamente para el devenir de su obra; debe educarse para el acontecer de la obra. El acontecimiento de su formación habrá de estar al servicio del evento de su obra, pues es en ésta donde se ofrecerán para los hombres aquellos signos y esas huellas de lo salvífico. La ardua formación del artista habrá de estar al servicio de la paciente maduración del lenguaje de su obra.

Nuestras facultades de Bellas Artes –uno de entre de esos lugares privilegiados donde habrán de gestarse nuestros poetas-, deberán, para su constitución esencial, rumiar y tomar demasiado en serio las preguntas antes señaladas.

El poeta deberá acontecer en su formación para una inevitable humildad, pues no está llamado a arrogarse el lenguaje de la obra, sino que es la propia obra la que debe madurar en su lenguaje.25 Verdaderamente, en la esencia del poeta no está el arrogarse la propiedad de un lenguaje, sino que está llamado a hacer que sea su obra la que hable de aquello que debe hablar: la preparación del retorno de los dioses.

Nuestras facultades de Bellas Artes –lo mismo que las facultades de Filosofía– y toda Institución donde se formen artistas habrán de concebirse como las llamadas a ser las alojadoras y formadoras de aquellos que prepararán el camino del retorno de los dioses. Allí en aquellos espacios donde un artista se educa, donde un poeta gesta su canto, donde un bailarín aprende a poetizar con su cuerpo, donde un hombre aprende a seguir el sendero del pensar, deberemos saber que son lugares destinados a formar a los h o m b r e s señalados para alojar las señales y los signos que habremos de seguir para superar estos tiempos aciagos. En esos espacios, sin lugar a dudas, se forma lo que está llamado a salvar.

El devenir del artista está en su formación, la cual habrá de estar finalmente al servicio del devenir de su obra. Pero, ¿de qué hablará la obra del poeta en tiempos de nihilismo? ¿De dónde tomará la palabra una obra cuando todo vocabulario cunde en la nada? ¿Cómo forjará lenguaje el ar tista cuando acontecemos en el derrumbe de los vocabularios? Esto significa, pues, en última instancia, ¿cómo se formará el artista? ¿Cómo madurará para el acontecer de su obra?

Las facultades de Bellas Artes y toda Institución dedicada a la formación de los artistas habrán de asumir la vocación de ser espacios propicios donde deberá devenir el artista en su vocación. Lugares pertinentes donde se geste con ardua labor aquellos que, con su obra, sabrán anunciar y proclamar el tiempo de la huida de los dioses. El espacio esencial, en medio de tanto espacio inhabitable, donde habrán de madurar aquellos que con su obra nos sabrán mostrar los signos por donde habremos de caminar hasta superar el tiempo desértico del nihilismo. Lugares propicios donde habrán de acrecentarse aquellos que con su obra prepararán la gran esperanza: el retorno de los dioses.

Hemos afirmado con anterioridad que los dioses nos han abandonado, lo sagrado ha huido fugitivo de nuestras manos profanas, sin embargo, fieles a su esencia, congruentes con su corazón generoso, nos han dispensado las señales y los signos de su ausencia. Los dioses nos han legado las gracias de su no presencia. El espacio del nihilismo no está inundado por la desesperanza, ni por la nada absoluta, jamás por la desdicha. Hay señales cifradas esperanzadoras que han quedado dispersas en el amplio desierto del nihilismo. De estas señales habrá de sacar el artista el lenguaje de su obra. Esas señales, signos generosos que apuntan 25 En esto estribaría desde nuestro punto de vista la originalidad de toda obra en su autenticidad: en su anonimato. De este modo, toda obra en su autenticidad siempre deberá ser anónima, esto es, que aquello que debe hablar es la obra, en ningún sentido el artista.

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hacia una esperanza, serán el manantial, el origen mismo y la inspiración desde la que habrá de estructurar el artista el lenguaje de su obra. De los signos tímidos, que vienen a nuestra memoria que hemos olvidado nuestra vocación, habrá de tener su origen el lenguaje de la obra del artista; del mandato cifrado que llega a nosotros y nos impreca: deviene en el que eres, habrá de nacer el lenguaje de la obra del nuevo Pigmalión, hijo del nihilismo; de la huella dionisíaca que viene a nosotros y nos convoca a olvidarnos para encontrarnos, aquí también ha quedado cifrado el origen del lenguaje de la obra del poeta. De este modo, el lenguaje de la obra de arte del poeta en tiempos de nihilismo tendrá su origen precisamente en la generosidad de la ausencia de los dioses.

privado de su rostro, tiempo desértico, tiempo de penuria, pero provisto de los signos delebles de salvación; tiempo de dolor, pero carente de desesperación, tiempo profano, pero provisto con el hálito suave y casi deleble de las huellas de lo divino; pero el artista, ser que vive de los signos delebles de lo divino, ser que se debate con sumo dolor en medio de este tiempo sin dioses, es el hombre señalado para obrar con los signos y con las señales salvíficas. La obra del artista deberá llevar consigo los signos de salvación. La obra del poeta habrá de ser recuerdo vivo de que hemos olvidado nuestra vocación, signo que anuncia e invita a vivir lo inevitable: que habitamos en tiempos de hiriente penuria; su obra debe ser invitación a vivir todo el terror y el dolor, pero sin desdicha, que estos tiempos aciagos traen consigo. De este modo, la obra de arte en tiempo de nihilismo se asemeja al canto generoso de un profeta trovador que anuncia, denuncia e invita a vivir, con todo lo que implica, lo inevitable y nos viene a recordar que hemos perdido nuestra vocación, que los dioses nos han abandonado, que habitamos en los preámbulos terribles del nihilismo, pero que los dioses mismos nos han dejado los signos de su partida para que laborando con ellas, preparemos el inicio de la esperanza: el retorno de los magníficos.

Así, la formación del artista deberá devenir para su obra en el seno del espacio arduo, difícil, dolorosamente habitable, pero generoso, de la ausencia de los dioses. De este modo, habrá de ser inevitable el hecho de afirmar que la formación del artista, el devenir de su obra y las instituciones donde se formen los artistas habrán de tener el origen de su lenguaje en los signos y señales esparcidos en el espacio doloroso, tempestuoso, pero generoso y jamás desdichado, del nihilismo. “Dales lo que llevas en ti… dales”, replicó Diotima, “dales…”26 Lo que Diotima fue para Sócrates, pedagoga del Amor, y lo que ésta Diotima es para el Hiperión de Hölderlin, lo femenino fecundo y donador del destino, ahora también puede ser para el artista en tiempos de nihilismo: la vocación del artista estriba en donar generoso su obra a los demás, a sus hermanos. Diotima, voz femenina, personificación de las huellas de la ausencia de los dioses, voz que susurra a los oídos de los artistas, vocación misma que habla en tiempos de nihilismo, convoca a los artistas a ser generosos y obedientes: a devenir para su obra, esa que habrá de tener el destino de ser donada para sus hermanos. De esto se puede concluir que, la esencia misma de los artistas está en su generosidad: en decir ¡sí! generosos y obedientes al llamado que llega a ellos en tiempos de nihilismo y al ¡sí! que deben decir para la labor misma de su obra. El artista tiene el destino de formarse para esa sublime generosidad. He aquí la esencia del artista en tiempos de nihilismo: decir ¡sí! a las voces tenues de su llamado que viene a ellos en tiempos de nihilismo, devenir generosos para su obra y donarla como signo de salvación para los hombres.

La obra de arte del poeta en tiempos de nihilismo deberá ser signo que señalará aquellos senderos por donde habrán de caminar los hombres, precisamente en tiempos donde los caminos se han desdibujado. La obra de arte abrirá generosa senderos, señalará caminos salvíficos, deberá ser antorcha que alumbrará la temible confusión que asalta hombres. Desde este sentido, la obra de arte se convertirá en verdadera conductora de los hombres en medio de senderos desdibujados; la obra de arte, pues, deberá ser verdadera educadora de los hombres. La obra de arte deberá devenir para ser signo de salvación, hoy que precisamente habitamos en las fauces de lo que no salva. Pues de la obra de arte y de la labor de nuestros pensadores, obtendremos las maneras en que sortearemos esta época aciaga, pero, además, los modos en que podremos superarla. Así, estamos convencidos que el devenir de la obra de arte habrá de tener su cometido cuando es superadora de estos tiempos desérticos. No podemos evitar pensar, pues, que el devenir del artista en tiempos de nihilismo, consistirá en llegar a ser el que descifre y poetice los senderos por donde superaremos el nihilismo. De este modo el artista y su obra se constituirán, en la medida en que devienen en los signos cifrados de su llamado, salvadores de los hombres.

Pero lo decisivo de la obra de arte en tiempos de nihilismo, a parte de la generosidad del artista, habrá de ser el lenguaje de la obra. La obra del artista emerge desde este tiempo aciago donde los dioses nos han 26 Hölderlin, Federico, Hiperión, México, Ediciones Coyoacán, 2004.

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El devenir del artista y su obra en tiempos del nihilismo

¿Cómo llegará a ser la obra de arte superadora del nihilismo? No será necesariamente la obra de los osados y de los arriesgados27 los que nos salvarán, sino aquellos que con simpleza observen en ellos que son los convocados; aquellos que asuman generosos y obedientes los atisbos de su vocación. La llegada de los dioses no será necesariamente asunto de osadía, sino de la constante generosidad y obediencia a la que nuestros poetas se entreguen a la labor a que están llamados. Allí donde hoy crecerá la generosidad y la obediencia, allí, sin lugar a dudas, crecerá en silencio lo que salvará. En la medida en que la obra de arte sea la que nos convoque a trasfigurar y purificar nuestra constitución profana y nihilista, a favor de devenir en la esencia a la que fuimos convocados, al llamado que nos hubo de nombrar, en esa misma medida, la obra de arte se convierte en signo superador de este tiempo profano. En la medida que una obra de arte devenga como signo que lleva en su seno el anuncio y la provocación de purificarnos de tanta vida profana a favor de la llegada del misterio de nuestra vocación, esto es, en la medida que anuncia la llegada de lo sagrado sobre nosotros, en esa misma medida será para nosotros, habitantes en penuria del nihilismo, signo y señal convocada a superar y transfigurar este tiempo tan infértil como profano. ¿Qué sería de los dioses y su espíritu, si yo no los anunciase?28 Tal vez en esta afirmación queden cifrados el cometido esencial del artista y de su obra: preparar generosos y obedientes, con sano silencio, el camino de la llegada de los dioses; preparar en labor humilde el sendero de la vuelta de lo sagrado sobre los hombres; poner la simiente para el retorno de nuestra vocación; preparar la tierra para el retorno de nuestra esencia. Pues allí donde la obra de arte nos señale con generosidad lo divino y lo digno de agradecimiento, allí estará esperando por nosotros nuestra esencia, allí crecerá aquello que nos salvará.

Bibliografía Heidegger, Martín, 2008, Caminos de bosque, Madrid, Alianza Editorial. Hölderlin, Friedrich, 2001, Poesía completa, Barcelona, Ediciones 29. ___________, 2004, Hiperión, México, Ediciones Coyoacán. ___________, 1997, La muerte de Empédocles, Madrid, Ediciones Castilla. Nietzsche, Friedrich, 1986, La gaya ciencia, Madrid, Espasa Calpe. ___________, 2004, Así habló Zaratustra, Madrid, Alianza Editorial.

27 Heidegger, Martín, Caminos de bosque, Madrid, Alianza Editorial, 2008. La relación entre los poetas y el riesgo queda expuesta en este ensayo. 28 Hölderlin, Federico, La muerte de Empédocles, Madrid, Ediciones Castilla, 1997, p.28.

Píndaro, 1995, Obras y fragmentos, Madrid, Gredos.

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado Juan José Lara Ovando Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Summary

La fábrica textil El Hércules, en Querétaro una de las primeras colonias industriales de México, fundada y dirigida por un empresario de origen español que introdujo el paternalismo para dirigirla y la religión católica como medio de integración popular logró su cometido cuando heredó la fábrica a sus hijos y éstos construyeron la capilla en la colonia, prestando la imagen de la Purísima (o Inmaculada) Concepción. Sin embargo, cuando vendieron la empresa y posteriormente retiraron la imagen de esa iglesia, surge un conflicto para los trabajadores: ¿cómo podrían tener una imagen para su templo?

Located in Querétaro, the textile factory “El Hercules” was one of the first industrial neighborhoods of Mexico, founded and managed by a Spanish entrepreneur who based his managerial style on a paternalist system. Upon bequeathing the factory to his sons, who built a chapel in the neighborhood dedicated to La [Virgen] Purísima (La Inmaculada Concepción) (The Holy Virgin, or the Immaculate Conception) the Spaniard's goal of using the Catholic religion as form of popular integration was realized. Later, when the factory was sold and the new proprietors removed the sacred image from the chapel, a conflict arose among the workers: how would they be able to secure an icon for their church?

El problema se resolvió cuando un lugareño comerciante prosperó vendiendo tabaco y granos y logró viajar al Vaticano a principios del siglo XX, en una peregrinación que también llegaría a Tierra Santa. Ese personaje fue Seferino Yañez, que agradeció a Dios su prosperidad regresando con tres imágenes para su iglesia, entre ellas, por supuesto, la de la patrona de su pueblo, en medio de una de las festividades más recordadas de la historia local.

The problem was solved when a village merchant, who had prospered selling tobacco and grains, was able to travel to the Vatican at the beginning of the Twentieth Century, in a pilgrimage that eventually took him to the Holy Land as well. This villager, Seferino Yañez, wished to thank God for his prosperity, and returned to Queretaro from the trip with three icons for the church, especially the patron saint of his hometown, amidst the most remembered festivity of local history.

Palabras clave

Key words

Colonia industrial, catolicismo, paternalismo, Purísima Concepción, obreros.

Industrial Neighborhood, Catholicism, Paternalism, Purísima Concepción, Workers.

Resumen

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado encuentra distante por más de dos kilómetros y medio, desde el acueducto (los arcos locales), que separa el centro de la ciudad con colonias aledañas, y al final de éste, se encuentra el pueblo de Hércules, con varias colonias alrededor, pero con una calzada que atraviesa lo que se convierte en un pueblo, hasta la fábrica.

Introducción Hércules es hoy en día una población suburbana de la ciudad de Querétaro, capital del estado con el mismo nombre. Se denomina así porque ahí se instaló una fábrica de hilados y tejidos con ese nombre, y cuya efigie del semidios todavía existe, engalanando la entrada de la gerencia de la fábrica. Hércules fue uno de los primeros y más grandes e importantes centros textiles del siglo XIX; dicha rama era de las industrias de punta para la economía mexicana. Su inauguración hacia los años 40, de ese siglo, marca el establecimiento del centro urbano, y su apogeo hacia 1800, indica la relevancia de esa industria a nivel nacional. Nuestra historia se sitúa en el último cuarto de siglo, de hecho en las postrimerías del mismo, la época en la que el movimiento obrero había declinado, con la consecuente primacía del porfiriato con sus ordenadas administraciones positivistas aristocráticas. En particular, Querétaro era una capital donde lo ordenado y positivista tenía el visto bueno de la diócesis católica.

La historia local nos refiere desde la época de la conquista de Querétaro, ya que la zona era habitada esporádicamente por indios chichimecas-jonaces, que se localizaban al final de una cañada irrigada por el río que hoy llamamos Querétaro. El conquistador fue un indio otomí llamado Conín y bautizado como Hernando de Tapia, que fue el primer cacique de la zona, a quién los conquistadores españoles cedieron las principales tierras de las zonas Centro y Este de ese valle. (Díaz Ramírez, 1973, 56) Así que a mediados del siglo XVI, su hijo Diego de Tapia tenía un molino de pan-moler, que era la única edificación de la zona. (Díaz Pérez, 1974, 2) El molino pasó por distintos propietarios hasta principios del siglo XIX en que la construcción conocida como el molino colorado, fue adquirida por un empresario naviero español que instalaría una fábrica textil.

Contrastante a lo anterior, el movimiento obrero textil es el más importante en la región desde los movimientos llamados socialistas (años 70-80 del siglo XIX) hasta la Revolución Mexicana –lapso que trataremos en este trabajo–, pero aún así la lucha social fue escasa en Querétaro. (Rosales, 2005, 6-7) El dominio del patrón y la Iglesia Católica eran más tradicionales y dominantes, por eso nuestra historia gira en la importancia de la iglesia para esos trabajadores y la interrelación de estos con los patrones a través de su culto.

Hasta entonces no existía centro poblacional en esa zona, a más de los pequeños poblados y rancherías en zonas aledañas, pero como dicha industria se volvería un emporio, con dos fábricas subsidiarias, el centro urbano crecería en muy poco tiempo a medida que el emporio textil lo exigía. La iniciativa fabril procedió de Cayetano Rubio, un emprendedor asturiano que llegó a México a raíz de la invasión napoleónica a la península, y que después de sumar éxitos con naves marítimas en Tampico (Tschanett, 1995, 34-38) fue sumado al grupo de empresarios de Esteban de Antuñano y Lucas Alamán para recibir apoyo de un Banco de Avío que habría de impulsar la industrialización de la nueva república independiente. Cayetano Rubio se adscribía al modelo europeo de colonia industrial, procedente de los socialistas utópicos Fourier, Owen y Saint Simon. (Keremitsis, 1971, 89)

Lo que se quiere mostrar es que en los años de la formación de la ideología socialista en México y entre los grupos de trabajadores más vinculados a esa ideología: los obreros de las grandes fábricas, no hubo una resistencia fuerte con los patrones porque estos los dominaron por medio del paternalismo y doctrinas religiosas que se muestran con precisión en el viaje que el comerciante de Hércules, Seferino Yáñez, hace al Vaticano, durante los años del catolicismo social, acompañado del sacerdote Florencio Rosas, de donde traerá las imágenes de los santos de la Iglesia de la Purísima Concepción, anexa a la fábrica El Hércules, en 1906, con un recibimiento fastuoso por parte de la comunidad.

El sistema de fábrica de la colonia industrial suponía un salto cualitativo en organización laboral. Atrás quedaban los sistemas esclavistas o semicapitalistas como los obrajes novohispanos. En esta colonia, lo primordial era el trabajo, o en su caso la producción, que para tener óptimas condiciones de rendimiento requería de formas de controlar –directas e indirectas– un ambiente mínimamente confortable o satisfactorio de trabajo. Esto supone que el orden interior de las empresas fabriles le correspondió

Hércules El territorio en el que se localiza Hércules se encuentra a escasos 4 kilómetros del centro de la capital queretana. Hoy día, con el crecimiento urbano se

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado mantenerlo a la colonia industrial, al que el Estado debía apoyar en el exterior de las fábricas proveyendo seguridad en los caminos y tranquilidad política. (Lara, 2004, 38) Para proteger sus derechos y propiedades, las colonias contaban con sus propias milicias y leyes.

alguna ciudad para agilizar la comunicación con el exterior y accesar la venta de los productos elaborados en ella. El propósito de ese aislamiento radicó en protegerse del exterior y facilitar el control interno, para esto último utilizaron tiendas bien surtidas y con bajos precios que daban servicio a los obreros pero que los controlaban por medio del endeudamiento; la educación para que aprendiera a leer y escribir pero que inculcaba preceptos y principios favorables a los intereses de la empresa; el fomento al deporte y la cultura (teatro, bandas de música, biblioteca, etc.) que proporcionaba el desarrollo cultural y ocupaba el tiempo libre de los obreros en diversiones sanas y respetables; los servicios médicos y religiosos, aunque los primeros favorecían más a los intereses de la empresa que a los de las familias de los trabajadores, y sobre todo; las casas que eran comúnmente alquiladas a bajo precio y podían otorgar cierta seguridad y confort, pero evidentemente servían para hacerlos más dependientes. (Lara, 2008, 6) Desde luego esas eran las características ideales de este sistema.

Las características de la colonia industrial radican en que forman una unidad donde convergen y se fusionan dos aspectos: el centro fabril –el lugar de trabajo, la fábrica con todas sus instalaciones– y el espacio urbano (la colonia con todos sus servicios, donde coexisten empleados, obreros y patrones con sus respectivas familias nucleares). Pero independientemente de ser una unidad, las colonias formaron un sistema cerrado, que se expresó arquitectónicamente por estar aislado del exterior por murallas, por cercas y en ocasiones por fosos. También al interior su sistema era cerrado al ser autosuficiente, tener normas e instituciones propias con las cuales el Estado se abstenía de intervenir, con lo que les otorgaba poderes políticos. (Durand, 1986, 55)

Ese modelo fue el utilizado por el inversionista español Cayetano Rubio para crear la fábrica, alejada de la ciudad por cuatro kilómetros, pero bien comunicada para que la producción pudiera salir al mercado (cuando entraron las vías ferroviarias se extendió un ramal a la fábrica). Hay indicios de que estuvo amurallada,1 aunque de por sí hoy se aprecia toda cerrada, salvo el edificio del frente que constituye la entrada, pero cuenta con cuatro fortines (dos al frente y dos al fondo) para su protección; contaban con guardias propias y con reglas que regían el orden interno (Camarena, 1984, 7), no sólo laboral sino de toda la colonia. Tenían tienda de raya, escuela, servicios religiosos, banda de música y servicio médico, aunque probablemente preferencial, también se organizaban los horarios de todos estos servicios, ajustados al de labores en las fábricas, para que los empleados no abandonaran por ningún motivo su horario de trabajo; la zona habitacional estaba ubicada entre las fábricas Hércules y La Purísima, donde los trabajadores se alojaban en galerones colectivos o pequeñas habitaciones para reposar en tanto volvían a entrar a su turno, porque trabajaban todo el día, de la mañana a la noche, en algunos documentos de la época se dice que no conocían ni el sol. (González, 1974, 73-74)

Conjuntamente con esas características encontramos un supuesto anterior, que es el aislamiento geográfico, es decir, su localización en sitios rurales, aunque comúnmente cercanas y bien comunicadas con

El paternalismo El método que empleó fue mucho más impositivo que el anterior, que si bien había sido autoritario, le había funcionado a esta industria; se trataba del paternalismo echado a andar directamente por los

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado patrones que por un lado trataban tiránicamente al trabajador obligándolo a laborar de sol a sol; por otro lado, le hacían ver que cómo empleados de la fábrica se convertían en una especie de hijos del patrón, que les exigía en su trabajo para que aprendieran lo que se les enseñaba e hicieran bien las cosas. Es decir, que el patrón castigaba y reprendía pero al mismo tiempo enseñaba y protegía. Dicho sistema imperó gracias a la presencia del patrón en los centros de trabajo y a que, a pesar de lo cruento que era, no denotaba despotismo sino un sentido de arraigo en el que quedaban involucrados tanto el patrón como los trabajadores al espacio que llenaba la fábrica como al territorio que ocupaban. O sea, el trabajador podía sentir que el lugar en el que laboraba en alguna medida también era parte de él, o al menos que sin su empeño no funcionaba.

dispuestos a perder el lugar destacado que ocupaban en su sociedad al alejarse de la aristocracia a la que pertenecían por introducirse a una fábrica, que no era más que un centro de trabajo; de modo que al poco tiempo de hacerse cargo –o al menos después de alguna transición en la que tuvieron que ser asesorados por sus padres para seguir llevando adelante a la firma familiar– dejaron en su lugar a un administrador que se encargaría de llevar a cabo el control de la situación en tanto que ellos supervisarían desde su despacho en la ciudad lo correspondiente a la marcha y los dividendos del “negocio” de la familia. La devoción católica Ya que Rubio era muy religioso, dio atención especial a la iglesia y las cuestiones religiosas. La segunda fábrica del complejo industrial de Hércules se llamó La Purísima en honor a la advocación de la Virgen María, de quién era devoto; pero además, dicha fábrica se inauguró en 1854, año en que el Papa Pío IX definió como dogma de fe el misterio de la P u r í s i m a Concepción de la Virgen María. (Ser vín, 2004, 81) En honor a la virgen se volvió mariano y todos sus hijos llevaban en combinación ese nombre como Carlos María, Cayetano María, María Victoria, María Consuelo, Alfonso María, etc.; desde luego alentó la devoción religiosa en sus fábricas.

La nueva estrategia laboral desapareció al paternalismo, de hecho la crisis de la industria textil se produjo en el momento que el sistema paternalista desaparecía. La vieja camada de empresarios e iniciadores de est a industria dejaba de existir por muerte natural, tomando su lugar sus descendientes o c e d í a s u s funciones a estos porque aquellos estaban ya agotados y se s e n t í a n impedidos para seguir al frente de las mismas. Los herederos se encargaron de introducir un nuevo sistema de trabajo, tornando las relaciones emotivas y familiares del paternalismo en frías y distantes en este segundo modelo que llamaremos administrativo. El esquema que planteó este nuevo modelo se apoyó principalmente en la escasa vinculación que los nuevos patrones tenían con sus empresas, ya que como hijos de los antiguos dueños, ellos habían gozado de las bondades que generó la producción textil sin necesidad de acercarse o estar al tanto de la empresa. (Lara, 1998, 96)

En 1873 Cayetano Rubio dejó el control del emporio a sus hijos, que mantendrían los negocios de familia hasta unos años después de fallecido el padre en 1876. Así, la llamada Casa Rubio manejó la industria textil queretana hasta 1883, en que la vendieron a empresarios de Guadalajara. Quien se mantuvo al frente, mientras tanto, fue el autoritario y despótico hijo mayor, Cayetano María, que llegó a ser odiado por los trabajadores; pero se encargó, como lado amable, de fortalecer la identidad religiosa de los obreros, lo cual ya se había encargado de iniciar su padre, al nombrar a su segunda fábrica, en ese mismo

Los nuevos dueños eran habitantes citadinos que habían crecido alejados de la empresa, que desconocían su funcionamiento y que no estaban

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado para su atención, todo ello ante el obispo de la diócesis. Después de varios meses se consiguió un clérigo prestado de otra diócesis y entonces el obispo de Querétaro, D. Rafael Sabás Camacho decretó la erección de la Ayuda de Parroquia de la Purísima Concepción de Hércules, Auxiliar de la Parroquia de La Cañada. Decreto que se emitió el 14 de junio de 1883 (Rangel, 1990, 12), nombrando como Vicario al Pbro. D. J. Trinidad Cortés Romero; sin embargo, el templo carecía de la patrona titular, representada por una escultura. Doña Isabel Arromedo resolvió el dilema con un gesto generoso, ya que ofreció prestar la escultura de su propiedad a la vicaría, que era la misma que ya prestaba para las ceremonias religiosas en la anterior capilla que se encontraba en el taller de batientes. Sin embargo en esta ocasión, que sería a partir de 1884, el préstamo de la efigie exigió condiciones porque la fábrica había dejado de pertenecer a los Rubio en diciembre de 1883, inmediatamente después de la primera celebración a la Virgen.

complejo, La Purísima, en homenaje a la Inmaculada –o Purísima, como se le llamó aquí– Concepción. Ayudado por su esposa, doña Isabel Arromedo,2 también devota mariana, y a iniciativa de ésta, recuperó la idea de su padre de sacar la capilla del taller de batientes, que ocupaba el más grande de los salones y, construir un templo parroquial solicitando a la diócesis que se le diera la función de vicaría, lo que consiguió su esposo, haciendo las gestiones correspondientes con el Obispo de la Diócesis. A doña Isabel Arromedo se le atribuye la práctica del culto religioso de manera definitiva, pues no había sacerdote y ella logró que viniera con cierta regularidad. También se le atribuía la iniciativa de la organización de las misas en las festividades de la Purísima Concepción y del Jueves Santo, a más de otras ocasionales. La señora Arromedo hizo instalar en un altar improvisado la imagen escultórica de su propiedad que representaba a la Purísima Concepción. Los cronistas indican que se volcaba el entusiasmo de los Rubio y de los obreros por embellecer el lugar con festones y guirnaldas que colgaban del techo, con esferas multicolores y pinturas que simulaban nubes, así como candelabros que adornaban el altar. (García Llaca, 2004, 5) Desde luego, los vecinos aprovechaban para cumplir con los preceptos que su religión les imponía: hacer que los niños fuesen bautizados, que otros recibieran la primera comunión, casar a quienes así lo deseaban y otras ceremonias y ritos que requerían que un sacerdote los practicase.

Las condiciones que impuso Doña Isabel para la realización de dicho préstamo fueron asentadas en un documento, que en una cláusula dice Sobre los ornamentos y utensilios que hay en la iglesia, nadie tendrá en lo sucesivo propiedad particular, con excepción de la imagen principal de la Santísima Virgen, en su Inmaculada Concepción, la que pertenece a la señora doña Isabel Arromedo de Rubio, esposa de don Cayetano Rubio, y que podrá reclamarla sólo en el caso de que la Vicaría se domicilie en otra población, quedando, entre tanto, en la misma Iglesia Vicarial con independencia de la señora propietaria, y sólo a cargo del Padre Vicario que en cualquier tiempo lo fuere. (García Llaca, 2005, 8)

En 1880, ya fallecido don Cayetano padre, que el matrimonio Rubio Arromedo decidió emprender los trabajos preliminares y necesarios para la construcción del templo en Hércules. La señora invitó a los vecinos para que se le unieran en una campaña de recaudación de fondos. La medida más entusiasta era la organización de jamaicas o verbenas, en las que se ponían puestos de venta de frutas, dulces, comida, juegos de azar, etc. El lugar donde se llevaba a cabo la jamaica era una huerta, que actualmente corresponde al sitio que ocupa el templo parroquial. La participación de la gente poniendo puestos o adquiriendo las mercancías fue entusiasta y alegre, así como con otras medidas como las faenas, que consistían en buscar piedras grandes y transportarlas en carretas o carretillas hasta el lugar de la obra. Cayetano María aportó materiales de construcción y dinero para el pago de mano de obra. (García Llaca, 2004, 7)

Así, dicha imagen presidió los actos de culto de la población obrera, la familia Rubio hizo lo posible para que la festividad de la Purísima Concepción, a partir de ese 8 de diciembre de 1883 fuera fastuosa, por lo que en la orden del día de la celebración, dispuso que a las cinco de la mañana la guarnición militarizada de la fábrica Hércules rindiera honores castrenses a la patrona de la Vicaría, mediante el toque de diana, una salva de fusilería y 21 disparos de artillería. También mandó que el cuerpo de la guardia militar escoltara, portando el uniforme de gala, a la imagen de la Virgen María durante la procesión, después del ejercicio del rosario. Dispuso, además que estas prácticas deberían de continuar en los años subsiguientes.

Dos años después la obra estaba concluida. Lo que todavía se gestionaba era la erección de una vicaría, en el nuevo templo, y el envío de un sacerdote residente

No obstante, la Casa Rubio dejaría la empresa, concretándose la venta el 11 de diciembre de 1883

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado –apenas unos días después de celebrada la primera misa festejada a la Purísima en su celebración–, al venderla a una empresa proveniente del estado de Jalisco, llamada Compañía Manufacturera El Hércules y Anexas –que en 1888 se convertiría en Compañía Industrial Manufacturera–, mas eso no impidió que la imagen de la virgen permaneciera en la capilla de la fábrica todavía, sin embargo, años más tarde, en 1888, cuando se encontraba enferma y permanecía en Salvatierra, Guanajuato (Servín, 2004, 82), doña Isabel Arromedo solicitó que le fuera devuelta la imagen tal como estaba contemplada en el acuerdo.

pueblo. Como las cosas mejoraron un poco y hubo oportunidad, posteriormente logró ubicar su tienda exactamente enfrente de la entrada de la fábrica. A partir de ahí mejoró su negocio al grado de prosperar al paso de los años; el éxito se debió a la venta de granos, principalmente maíz y frijol, pero su “colmillo” de negociante le hizo aprovechar una demanda de los trabajadores que él volvió más eficiente: la venta de tabaco. El mismo compraba el tabaco y la hoja de papel arroz y los torcía (enrollaba), para convertirlos en cigarrillos, labor que desde luego hacía manualmente. Como estaba exactamente a la entrada de la fábrica, los obreros consumían estos cigarrillos, comúnmente a la salida de su jornada.

Crecimiento urbano y nuevas actividades económicas

Es indispensable señalar que en Querétaro había una gran tradición por el consumo de tabaco, ya que durante la última época colonial, entre 1779 y 1850, funcionó una Real Fábrica de Tabaco, que producía en promedio más de 9 millones de cajetillas anuales (González Gómez, 2000, 39), y aunque la región no era productora de esa planta, llegaba en grandes cantidades para ser manufacturada aquí y ser distribuida al resto del Bajío, Occidente y Centro Norte del territorio, tanto de la Nueva España, como del México ya independiente. Sin embargo, la actividad del estanco de tabaco fue concluyendo cuando la fábrica de Hércules fue inaugurada, no obstante, parece haber dejado una gran afición popular en su consumo.

A fines del siglo XIX, la población urbana de Hércules había crecido en función de la importancia y el crecimiento de la fábrica, de modo que en el censo de 1891 –el primero de los censos generales de población–, cuando la ciudad de Querétaro contaba con 33 500 habitantes, la población de Hércules contribuía con 6 500 de ellos. (La Sombra de Arteaga, 1907, 107) Si tomamos en cuenta que cincuenta años antes Hércules no tenía habitantes, en 1840, su crecimiento era desbordante para una entidad donde no había aumento de población a lo largo de todo el siglo. En esos años, el pueblo de Hércules ya tenía una configuración urbana, no exclusiva de colonia obrera porque buena parte de la población no dependía exclusivamente de las fábricas, aunque todo derivara de ellas, ya que había talleres, comercios, oficios independientes, pero el dinero del que se sostenían era del salario que obtenían los obreros de la fábrica.

Seferino Yañez supo aprovechar el gusto de los obreros por el tabaco y, como se dijo antes, él mismo los preparaba, de modo que cuando los obreros salían de trabajar, inmediatamente pasaban a su tienda a fumarse un cigarro y llevarse algunos más. No se cuenta que, el señor Yañez, haya aprovechado esa situación para influir en la adicción al tabaco, sino simplemente que daba un servicio que a la comunidad satisfacía. De hecho de él no se conoce nada adverso, se le menciona como una buena persona, de aspecto ordinario y de condición modesta, similar al común de la población local. (García Llaca, 2005a) Nunca se supo que ostentara nada, ni siquiera se pensaba entre la población que sus ganancias lo sacaran de pobre porque su aspecto seguía siendo el mismo, su amabilidad también, aunque la tienda debía dejarle para mantenerse y no sólo vivir al día.

Una de esas personas, que no era obrera pero tenía su comercio, era Seferino Yañez, originario de Hércules, probablemente hijo de obreros –posteriormente, un sobrino suyo llegó a ser dirigente obrero en la fábrica durante la revolución mexicana–; desde temprana edad él era muy bueno con los intercambios y tenía muy buen olfato para hacer negocios, su actitud natural era idónea para el comercio pues cuando chico, conseguía cosas y las intercambiaba en el mercado y en la calle (García Llaca, 2005, 9); es posible que nunca se haya llegado a emplear en la fábrica, a menos que haya sido temporalmente, pero toda su niñez, juventud y de adulto, viviría en Hércules, dependiendo comercialmente de la fábrica, posteriormente se marcharía a vivir a Querétaro.

Aunque su comportamiento era humilde, el aspecto de Seferino iba dejando ver un cambio en su apariencia, sus pantalones de dril y sus camisas de algodón y manga indicaban que iba prosperando. El color moreno de su piel era muy similar al de los trabajadores operarios de la fábrica, lo que

De origen humilde, Yánez tenía también fuerte formación y arraigo religioso, como todo el pueblo; iba diariamente a misa a las seis de la mañana, al tiempo que se abría la pequeña tienda que instaló en el

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado familiares, así que no lo presumió. Era un viaje providencial pero de recogimiento, de gozo espiritual. Sus marchantes en Hércules se enteraron cuando preguntaban por él en su negocio, después de que lo señaló el cura en la misa de la iglesia. La gente se admiraba que una persona de condición modesta y de su pueblo estuviera en una aventura de esa magnitud, entre gente célebre y al lado de la aristocracia regional. En el pueblo de Hércules, precisamente en los canceles del templo apareció la invitación para la peregrinación –como en los templos de todo Querétaro–, suscrita por el propio sacerdote Don Florencio Rosas, mediante la cual convocaba a los queretanos a integrarse al grupo de romeros que formaría parte de la Segunda Peregrinación Mexicana a Roma y Lugares Santos. La gente la vio, pero ante la casi imposibilidad de asistir, había pasado casi desapercibida para sus habitantes, de no haberlos sorprendido la noticia de que uno de sus vecinos se había incorporado a ella, sobre todo cuando dicha persona, Seferino Yañez, era de aspecto ordinario, de condición modesta y de trato común e igual al de cualquiera en el pueblo.

contrastaba un poco era su bigote y barba cerrada. Todos sabían, además, que asistía como siempre lo había hecho, a la primera misa del día en la capilla del pueblo, pues como todos era profundamente creyente. Otro personaje que aparece en esta historia es la del presbítero Don Florencio Rosas, que es un personaje sustancial en la historia de Querétaro de entre los siglos XIX y XX. El padre Rosas gozaba de enorme popularidad en la población de todo el estado y fungía como representante de la diócesis en actividades con los pobladores, entre ellas, fue el promotor e iniciador de la peregrinación de Querétaro a la Basílica de Guadalupe, que se realiza anualmente hasta la fecha; como también fue un amplio fundador de colegios, talleres, asilos y seminarios (Servín, 2005, 96); promotor del cooperativismo y las cajas de ahorro para fomentar el ingreso económico familiar; conocido también por llevar el bien común a sectores laicos y en actividades no religiosas por lo que fue el principal divulgador del catolicismo social, doctrina popular de la iglesia, derivada de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, emitida en 1891 (Ceballos, 1991, 18), con la intención de no perder adeptos ante la propagación del socialismo. En ese entonces, también era el encargado del grupo de queretanos que se inscribían a la Peregrinación Mexicana a Roma y los Lugares Santos, organizada desde la Ciudad de México como una peregrinación nacional, pero que se llevó a cabo con la participación de Querétaro solamente un par de ocasiones.

El viaje duró casi tres meses y la intención era llegar a Tierra Santa, pisar los lugares donde Jesucristo había propagado la fe católica, además de visitar y agradecer al Papa el interés por no dejar decaer los principios cristianos y defender a las instituciones eclesiales. (Teixidor, 1982, 109) En ambos lugares se detuvieron unas semanas, además de que visitaron otro grupo de lugares, entre los que se encontraban una serie de lugares de la costa sur española, como de Grecia, ya que son citados por referencias del mismo sacerdote Rosas. Los comentarios de ellos es que en las poblaciones españolas, Don Seferino Yañez se interesó por distintas imágenes religiosas que se fueron encontrando en las iglesias y catedrales que visitaban, como en los talleres que se los elaboraban y se lo fue comentando al padre Rosas, para que este le ayudara a escoger algunas para ver si las podía adquirir y, en su caso, enviar a la iglesia de su pueblo. Despertó el interés del padre Rosas, el que una persona de origen humilde se empeñara en pagar una promesa religiosa, no porque fuera un compromiso sino porque mostraba abiertamente su devoción por la Virgen que era la adoración de todas las personas de su pueblo, no sólo de él mismo.

La peregrinación al Vaticano En el grupo de la población de la entidad, que conducía el arcediano Rosas, en la segunda peregrinación nacional, iba Seferino Yañez, que no hizo gala de ese viaje, no aviso a nadie fuera de sus

Durante el trayecto, Seferino acudía al padre Rosas para cualquier explicación, entre ellas él le comentó de una promesa que junto a otras personas de su pueblo

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado había hecho, varios años atrás. Que cuando prosperarán, ayudados por la patrona de su iglesia, podrían cooperar de su peculio personal para adquirir una imagen de la Purísima Concepción para que se quedara definitivamente en el altar principal de la iglesia, tal como la habían tenido previamente.

La Purísima en Hércules A su regreso, Seferino visitó de inmediato al padre vicario para obsequiarle algunas reliquias que le había traído de Roma, y emocionado le refirió que en Europa, en un establecimiento comercial había conocido a un grupo escultórico donde se había emocionado con las imágenes religiosas y lo feliz que estuvo comprando la de San José (García Llaca, 2005, 9), de la que se había prendado y empezó a buscar en diferentes lugares y establecimientos hasta encontrar los que llevaría a su pueblo para que su iglesia contara ya con una imagen de su patrona titular.

Después de tocar La Habana y posteriormente cuando bajaron a Barcelona, Seferino tenía más presente que nunca su promesa de contribuir a la causa religiosa de su pueblo, principalmente porque en esta ciudad había visto imágenes muy bellas que le habían llamado la atención y que imaginaba gustoso para tener en la iglesia de su pueblo. Además de otra ventaja: podían estar al alcance del dinero que disponía en ese viaje. El padre Florencio Rosas le sirvió de asesor y le indicaba la calidad de los materiales, lo elaborado del trabajo y la representación iconográfica, además de que le indicaba que no se desesperara, porque todavía tendrían oportunidad de encontrar mucho más imágenes en distintos sitios que visitarían. (García Llaca, 2005a)

Estas circunstancias motivaron sobremanera su objetivo del viaje y buscó la escultura correspondiente a la Virgen María en la advocación de la Purísima Concepción que se conocía en Hércules. Le dijo al vicario que pronto su regalo a la iglesia llegaría por el puerto de Veracruz, de donde sería enviado por ferrocarril hasta este lugar, por lo que el sacerdote daría a conocer la noticia a la feligresía en las misas, para que estuviesen preparados para recibir las imágenes cuando llegaran a la estación local del tren.

Tal vez se contuvo un poco pero la calidad de lo que encontraba le despertó más la admiración por los personajes religiosos y el gusto por lo que planeaba comprar, así que se volvió su interés central observar imágenes de santos católicos y preguntar por ellos en distintas partes. Eso hizo que en el mismo Vaticano adquiriera la imagen de La Purísima Concepción, ya en Barcelona, España había tenido intención de comprar una imagen de San José, aunque al parecer la adquirió después, al igual que la de un niño Dios. Imágenes que estaban destinadas a ser parte de la decoración devota de la iglesia del pueblo fabril de Hércules.

En efecto, unas semanas después, recibió Seferino Yañez un telegrama, que le indicaba que su paquete había sido enviado en el ferrocarril para que estuviera pendiente de su llegada. La mañana del 28 de septiembre repicaron insistentemente las campanas del templo, avisando a los habitantes del pueblo que las esculturas que se esperaban ya se encontraban en la estación del ferrocarril. (Rangel, 1990, 14) Los vecinos se organizaron de inmediato e incluso los obreros solicitaron permiso para ausentarse de sus labores, mismo que les fue concedido porque ya los patrones sabían de que se trataba y el vicario había solicitado, en las misas previas, las facilidades correspondientes a los patrones, por lo que todos acudieron en tropel a la estación del tren, creando una romería inmensa que se movió rápidamente.

Al parecer siempre se mostró contento de lo que había hecho al adquirir sus imágenes y se dedicó a disfrutar del resto de su viaje sin mayor presión, principalmente porque estaba ante un mundo totalmente distinto al de su pequeño y cerrado pueblo, y porque estaba contento, el objetivo de su viaje ya estaba cumplido, no había más que disfrutarlo y planear el regreso con lo que sucedería en Hércules cuando llegara con semejantes regalos. En realidad, las imágenes no llegarían con él, sino que se empaquetarían en una embarcación que transportaría productos a México y que irían directo, ya como flete, hasta el centro de su país y hasta su ciudad, aunque se enviarían posteriormente a las visitas que estaba realizando en el viejo continente. De esa forma concluiría su viaje, conociendo el viejo mundo europeo, los sitios santos que tanto interés despertaban entre los feligreses de su tierra y feliz de haber conseguido cumplir su promesa, que muy pronto se concretaría al regresar a su Querétaro.

En el andén del ferrocarril yacían dos grandes cajas de madera que habían sido bajadas del tren, que ya había partido y en las cuales se encontraban las esculturas en cuestión. Con la alegría reflejada en el rostro, la muchedumbre procedió a transportar las citadas cajas de la estación hasta el templo vicarial, después de formar una gruesa columna, como el vicario les había indicado desde unos días antes. Cuando llegaron a la entrada del atrio del templo, como un kilometro adelante, ya los esperaba el cura para recibir los paquetes y acompañarlos para entrar a la iglesia. Ya en el interior del templo, por disposición del padre vicario fueron abiertas las grandes cajas. Conforme

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El obrero textil viaja al Vaticano. Un sueño realizado abrieron los paquetes y aparecieron las imágenes, la población aplaudió y lanzó varios vivas a la Virgen María, a San José y al Niño Dios. El sacerdote agradeció a nombre de todo el pueblo a Seferino Yañez que las había adquirido para regalarlas al templo y lo trató como un ejemplo a seguir en su pueblo, ya que de ser una persona humilde había prosperado hasta llegar a un comerciante que había logrado ir a Roma y Tierra Santa, algo que nadie más en el pueblo había realizado.

del ferrocarril– y empezaron a tocar. Todo ese día hubo fiesta y se recuerda como una de las festividades mejor celebradas hasta ahora en la población. Seferino Yañez había logrado su cometido de agradecer a Dios haberle dado una religión y con ello un sentido de agradecimiento a la vida, pero también los fundadores de la fábrica, desde Cayetano Rubio lo habían logrado, que era el de lograr que el pueblo tuviera una identidad propia con base en valores religiosos, no en cuanto a principios políticos como tan en boga habían estado los años anteriores con el surgimiento del socialismo y su rápida difusión en los centros fabriles. Pero, a pesar de todo, eso no evitaría que en los próximos años, los revolucionarios, los obreros, tuvieran presencia magonista e iniciaran el movimiento sindical logrando constituir el segundo sindicato registrado del ramo textil en el país y en condiciones de fricción y lucha laboral.

A continuación celebraron una misa de recibimiento de las imágenes de la patrona del pueblo y de San José y el Niño Dios y fijó la fecha en que serían bendecidas dichas imágenes, el 3 de octubre, para poderlas instalar en el altar correspondiente y rendirles culto. (García Llaca, 2005, 10) Finalizada la breve ceremonia, concluyó el recibimiento y pidió que colocaran las imágenes al pie del altar para que fueran observadas por los feligreses, pero no pudieran ser tocadas ni dañadas. Fuera de la iglesia, la gente ya se había organizado en una enorme verbena con puestos de comida, aguas frescas, dulces y juegos. La banda de música de la Escuela de Ciencias y Artes y una orquesta del pueblo se habían instalado –esta última había venido marchando y tocando desde la estación

Notas 1 La existencia de algunas fotografías de principios del siglo XX han dado esos indicios, no confirmados, a cronistas e historiadores locales como el señor Alfonso García Llaca, ex obrero de la fábrica Hércules. 2 Se mencionan dos apellidos Arromedo y Argomedo, no sabemos con exactitud cuál sea; hay un documento donde aparece su firma, pero no se logra distinguir cuál de los dos sea. Utilizamos aquí, Arromedo que aparece en fuentes escritas de mayor circulación. Bibliografía Camarena, Mario, 1984, “Disciplina e indisciplina: los obreros textiles del Valle de México en los años 20” en Historias, núm. 7, México, INAH, agostodiciembre, pp. 3-13. Ceballos Ramírez, Manuel, 1991, El catolicismo social: un tercero en discordia. Rerum Novarum, la “cuestión social” y la movilización de los católicos mexicanos (1891-1911), México, ColMéx. Díaz Pérez, Manuel, 1974, Textiles Hércules, S. A., Querétaro, Mimeografiado. Díaz Ramírez, Fernando, 1973, Historia de Querétaro, Querétaro, T. I., Gobierno de Querétaro, 122 pp. Durand, Jorge, 1986, Los obreros de Río Grande, México, El ColMich. García Llaca, Alfonso, 2004, “Las huellas del pastor” (segunda parte) en Criterio, núm. 7, Querétaro, octubre, pp. 3-8.

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad

Jorge Martínez Marín Coordinación Extensión Académica Campus Amealco Resumen

perspectiva es afín a la destrucción de prejuicios y que perfila, las posibles repuestas para nuestra antigua pregunta mexicana. A las artes de la palabra, no las pensamos con un valor adjetivo para con la realidad social, se les considera como actividad social creadora. Esto es, al poema le concebimos como existencia: habitando entre la diferencia de la voz antigua y nuestra voz. Pretendemos con ello, atender en lo posible a la verdad desnuda de la cosificación del ente o ser social y su destrucción como un hacer de la violencia ontológica de la poesía en la sociedad existente o topía.

Con o entre cantos precuauhtémicos encaminamos la pregunta por la amistad sustentada en la justicia. Cantos, que en su diferencia, son la ocasión para encaminar una perspectiva estructiva en torno a la voluntad de tener en el capitalismo y, por otra parte, para hurgar en el olvido de la voluntad de ser, en concreto, social. Se emprende aquí, una heurística en torno a la violencia en su diferencia ontológica y óntica. Con los conceptos de destrucción, construcción y creación (invención) son consideradas las voces de “buenos y bellos espectros de la memoria”; así, la memoria se habita a manera de continente fluyente. Con la memoria y a partir de la voz de Nezahualcóyotl, atendemos al anhelo de inmortalidad y a lo que llamamos; antigua pregunta mexicana: ¿Cómo he de vivir frente al rostro de la gente?

En suma, la propuesta es la de habitar la diferencia de despresentaciones de voces antiguas y de nuestra propia voz, pues con ello se abren grietas en la enemistad, en la injusticia y en la violencia óntica; esto, desde el lugar y tiempo de la poesía en que se nos aparecen la voces de buenos y bellos espectros para descorrer el velo que cubre la imagen de Sais y contemplar la justicia como pregunta radical. Así entonces, habrá que ir más allá de los límites y oír a los antiguos de aquí, a su poesía, atender a su señalamiento de darnos en préstamo los unos a los otros ante el vacío de la dignidad de la alteridad como otredad, esto, habitando los continentes de la memoria y las fiestas libertarias del ser social, al que le compete y compromete la justicia como sustento ontológico de la amistad.

Con Tecayehuatzin somos hospitalarios con la amistad y la fidelidad crítica, esto como aspectos importantes para vivir en la comunidad o cohuáyotl. Por último, con el poeta de la amistad, Temilotzin, se trata de perfilar un arte de la amistad en la necesidad. Su voz antigua (con la poesía como arte de despresentaciones en la transcripción poética de la realidad) nos remite a “la conciencia que tengo de ser un ente social”. Poesía que desde nuestra

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad cience that one has as a social being”. From our perspective, this poetry is akin to the destruction of prejudices and outlines the posible responses to our ancient Mexican (Aztec) question. We do not think of the art of words as an adjective value towards social reality, they are considered as a social, creative activity. That is, we conceive the poem as existence: residing between the difference of the ancient voice and our own voice. We strive to deal as much as posible with the naked truth of the reification of the entity or social being and its destruction as a task of the ontological violence of poetry.

Palabras clave Amistad, artes, memoria, alteridad, justicia, ser social, violencia, existencia, comunidad, cosificación, despresentación, estructividad, supervivencia, sublimación. Summary Among or between pre-cuauhtemoc chants, we propose the question regarding friendship based on justice. Chants, which in their difference, are an occasion for, on the one hand, persuing a structural perspective regarding the will to have in capitalism, and on the other hand, rummaging in the oblivion of the will of the being, that is, concretely social.

In conclusion, the proposal is to inhabit the difference in de-presentations of ancient voices and our own, therefore creating cracks in enmity, in the injustice, in ontic violence; and to do so from the position in time and space of the poetry wherein the “good and beautiful” voices of spectres appear to us, to draw back the veil that covers the image of Sais, and to contemplate justice as a radical question. From there, we will have to go beyond the limits and hear the old voices here, listen to their poetry, attend to the signals which they loan to us, one and all, in the face of this void of dignity of alternativeness as otherness, while inhabiting the continents of memory and libertarian fetes of the social being, to whom it depends to commit itself to justice as an ontological basis of friendship.

We undertake here, a heuristic approach regarding violence, in its ontological and ontical differences. Considering the concepts of destruction, construction and creation (invention) as the expression of “the good and beautiful spectrum of memory”, and therefore, memory inhabited as in a flowing continent. With memory, and begining with the voice of Nezahualcóyotl, we will address the longing for inmortaility and that which we evoke; an old Mexican (Aztec) question: “How shall I live before the face of others?” With Tecayehuatzin, we are hospitable with friendship and critical fidelity, as important aspects of living in the community or “cohuáyotl”. Finally, of the poet of friendship, Temilotzin, we will outline an art of friendship that arises from need. His ancient voice (through poetry as an art of de-presentations among the poetic transcription of reality), refers us to the “cons-

Key words Friendship, arts, memory, otherness, justice, social being, violence, existence, community, reification, depresentation (despresentación), estructividad, survival, sublimination.

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad Si yo nunca muriera… Netzahualcóyotl ¿Cómo hay que vivir al lado de la gente? Nezahualcóyotl … es un collar rico el que sepamos que nos es fiel el corazón de nuestros amigos. Tecayehuatzin A Nezahualcóyotl y el anhelo de inmortalidad, así como, en especial, la antigua pregunta mexicana ¿cómo he de vivir frente al rostro de la gente?

… he venido a hacer amigos aquí. Temilotzin

A Tecayehuatzin y la amistad (como fidelidad y solidaridad) y;

Con los temas de la inmortalidad, de la amistad fiel y solidaria, así como el de los vínculos humanos en la comunidad, nos susurran al oído buenos y bellos espectros, los de la memoria poética del ser social. La memoria nos hace presente el pensar histórico de cantores indios, con su voz habitamos un decir y hacer poético, una actividad creadora del ser social. Con la memoria se habita la diferencia, la del lugar y tiempos del decir y hacer de la voluntad de ser social. Voluntad que aparentemente se realiza entre este oír nuestro y la voz del poeta. Para habitar esta diferencia, partimos de concebir la memoria como continente: “Tanto si es continente cuanto si es agente, la memoria es memoria de lugares.” (Dorra, 2002) En la diferencia, a la memoria la concebimos necesaria y contingente, activa; es decir, en su habitación, este contenedor acontece dinámico y su hacer, esto es, contener, no implica necesariamente inmovilidad o encierro, esto, en cuanto se constituye como diferencia. Así, una vitalidad dinámica es propia de un viajar con la memoria, la que se encamina entre la diferencia y la contradicción, entre grietas y olvidos. Por eso nos tomamos la libertad de inventar un pensar entre la memoria acuática, fluyente, entre lugares y tiempos de voces distintas, las que cantan a la amistad entre el continente de la memoria, sus límites y prospectiva. Perfilada la memoria de esta manera, se trata ahora de habitar su entre; entre un oír de nosotros y un decir de la voz india. Habitar este entre, implica a la diferencia, lo que nos hace testigos de espectros, de cantos y flores que sobreviven con anhelo de futuro en la sociedad existente o topía. (Sánchez Vázquez, 2000)

A Temilotzin y la actividad de “darse en préstamo los unos a los otros” en la comunidad o cohuáyotl. Un anhelo personal de inmortalidad es el punto de partida para adentrarnos en la posible continuidad del ser social, anhelo o voluntad de ser, que se nos aparece en un preguntar antiguo sobre la gente. Con este preguntar, orientamos nuestro indagar en la sublimación creadora de la persona y la comunidad. La cultura, en especial artística, se concibe aquí como lo señala Miguel León-Portilla; a saber: a manera de diferencia en cuanto constituida por un rostro y un corazón. (Portilla, 1983) Diferencia de la persona y la comunidad que habitan en la memoria de este canto: He llegado, oh amigos nuestros con collares os ciño, con plumas de guacamaya os adorno… Con oro yo pinto, rodeo a la hermandad… Con círculo de cantos a la comunidad yo me entrego… (León-Portilla, 1983) Con cantos indios rodeamos a la comunidad, procuramos habitar la diferencia. Pero decíamos antes que con voces indias pretendemos aproximarnos a la voluntad de ser, a partir del decir y el hacer (Derrida, 1998), pertinentes para la concepción de una posible voluntad de ser. La pregunta es: ¿Abren las artes la pregunta por la justicia?

Desde el más acá y en torno a la problematización de la amistad y la justicia, con la memoria damos posada a la aparición de buenos y bellos espectros de la memoria poética; invocamos:

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad Con poemas como representaciones o despresentaciones (Idem), habitamos una actividad para la sobrevivencia, una violencia ontológica ante la diferencia y contradicción de la violencia óntica. Incluso, frente a la muerte ciega, la violencia ontológica se opone a la imposición totalitaria: “Sueño con el intelectual destructor de evidencias y universalismos…” (Foucault, 1981) Desde una concepción estructiva de las artes, en el más acá de la necesidad, las artes poéticas indias realizan una violencia ontológica, competente al ser humano y su voluntad de ser. Esta violencia, paradójicamente, lo es de contra-violencia. Es decir, en topía, la violencia que aquí llamamos ontológica, la oponemos con el decir y el hacer de las artes a la violencia óntica, la que concebimos a la vez como afín a la destrucción de las personas, de sus vidas, inclusive de la vida del planeta; destrucción y violencia ónticas, del exterminio de tintes fascistas. Violencia óntica cuyas manifestaciones, por cierto, se nos aparecen no sólo como destrucción cínica y abyecta, sino que también tiene lugar tras las máscaras de la guerra psicológica, del lenguaje, de la publicidad, esto es, de gran parte de los medios masivos de comunicación.

Teniendo en mente esta diferencia y contradicción de la violencia, comencemos por atender al deseo o anhelo de continuidad del género humano, a su deseo de supervivencia en la tierra. Anhelo, específicamente de inmortalidad, que oímos desde tiempos remotos con el decir de las voces indias, con otredades. Voces propicias, desde nuestra perspectiva, para cantar a la amistad digna, la sustentada en la justicia. Jacques Derrida, en torno a los discursos mayores, nos señala: Precisamente, para empezar a analizar las fuerzas y los procedimientos que han erigido la mayoría de estos discursos mayores en lo que es su lugar mayor, hay que empezar realmente por prestar atención a lo que aquéllos dicen y hacen. Es eso lo que querríamos decir y hacer. (Derrida, 1998) El antiguo poeta Nezahualcóyotl anhela la permanencia de su vida, la inmortalidad. En cuanto poeta que se nutre de una cultura de supervivencia y sublimación religiosa, el cantor es visto aquí prestando su voz a los anhelos de la comunidad o cohuáyotl, en la que (incluso en nuestros tiempos) se aparece, se muestra, la capacidad de resistencia e invención para la supervivencia de la voluntad de ser social. Sobre este ser social, Lev Vygotsky aclara: “El arte es lo social en nuestro interior… Resulta bastante ingenuo y desatinado confundir lo social con lo colectivo… Lo social también existe cuando sólo hay una persona… Por ello la acción del arte… es una acción social.” (Vygotsky, 2006) Se trata entonces de un anhelo histórico de la cultura o culturas del ser social para que los muros se puedan derribar. Si bien el anhelo por supervivir no implica necesariamente el de inmortalidad, con aquél, la supervivencia se hace posible para la construcción insistente de la continuidad del ser social y su sublimación. Esto último, tal vez con la resignificación del anhelo de inmortalidad.

Rastreamos entonces una posible violencia ontológica en la poesía antigua mexicana, esto, con la memoria dinámica, acuática y su acción fluyente, para atender en lo posible a la necesidad de la invención reiterada, insistente, de vínculos humanos sin violencia óntica. El supuesto es que una violencia ontológica de las artes, hace violencia a la injusticia. De ser así, esta poesía se manifiesta como actividad de un destructor o tlaueueloani (Siméon, 1999), que, paradójicamente, abre grietas en los muros de la enemistad, del totalitarismo, de la ignorancia y de la indiferencia ante la injusticia: “Soy un artificiero. Fabrico algo que sirve, en definitiva, para un cerco, una guerra o una destrucción. No estoy a favor de la destrucción, sino de que se pueda seguir adelante y avanzar, de que los muros se puedan derribar.” (Foucault, 1981) Nuestro tlaueueloani, paradójicamente, destruye para construir con la praxis de la creación-invención. El sentido de lo que llamamos una invención críticoestructiva, se puede ejemplificar con la posición contra mesianismos y totalitarismos de Octavi Fullat: Una postura más humilde sería: dado que no es posible llevar a buen término la tarea de la Utopía humana, conviene trabajar en la destrucción de los dogmatismos y de las seguridades, no intentando disimular este par de calamidades bajo capa científica. (Fullat, 2000)

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad Con la memoria, continente-contingente-fluyente, atendamos a la antigua voz de Nezahualcóyotl:

género concebido como ser social. La apatía y el desinterés son exitosos en su oposición a la palabra, a la voz poética, a sus decires y haceres, pero también a la justicia. Con cinismo, una muerte ciega, automatizada, se opone a la justicia solidaria y su posibilidad de construcción de la amistad, la que se dice y hace en torno a vínculos humanos sin violencia. Desde nuestra perspectiva, ante la promoción de la muerte ciega, la permanencia del ser social, de su continuidad posible, se inventa con conciencia de sí en los días, faenas y fiestas del arte como lo entiende Vygotsky, a manera de acción social. Arte de la amistad en la necesidad para la existencia digna y desde el que emerge esta voz: "Con círculo de cantos a la comunidad yo me entrego…”. Y es que la voluntad de tener, en cuanto dispuesta a disponer del otro, es un factor decisivo para la perdida de la dignidad humana y el arte como acción social. Derrida escribe: “La apertura del futuro vale más, ése es el axioma de la deconstrucción… que la liga, como el futuro mismo, a la alteridad, a la dignidad sin precio de la alteridad, es decir a la justicia." (Derrida / Stiegler, 1998. Cursivas nuestras) La voluntad de tener no atiende a la justicia a manera de dignidad de la alteridad, la que aquí invocamos como otredad. Esta voluntad hace abstracción de la condición humana entre la vida y la muerte; le cosifica. Con ello, al ser humano se le percibe como fetiche, algo, una cosa que “está ya ahí” y que se puede consumir-eliminar. Con o desde esta ignorancia cosificadora y criminal, las personas, los individuos, las singularidades, esto es, la vida (del ser social en lo particular pero también la vida en el planeta), no se conciben aconteciendo entre la vida y la muerte, sino como algo dado de lo que se puede disponer; algo, una cosa que “está ahí”; cualquier cosa, la que incluso no existe sino que se consume.

Me siento fuera de sentido, lloro, me aflijo y pienso, digo y recuerdo: Oh, si nunca yo muriera, si nunca desapareciera… (Garibay, 1997) Parafraseando al poeta, exclamamos: ¡si el ser social nunca muriera! Con distancia crítica ante aspiraciones de encuentro con otredades sublimes y con conciencia de finitud individual, este parafrasear surge del deseo como prospectiva. Visto así, sobrevivir y sublimar la existencia son actividades del ser social, que le competen y comprometen. Sublimación que, con las artes, pensamos a manera de acción social, esto es, de realización de la existencia como actividad creadora a favor de la vida y ante la muerte. Artes de y para la vida, las que irónicamente cobijan singularidades con flores y cantos “…el poeta se refiere a su muerte como la muerte de la palabra poética: Dentro de mi corazón se quiebra la flor del canto: ya estoy esparciendo flores… Con cantos alguna vez me he de amortajar, con flores mi corazón ha de ser entrelazado.” (Martínez, 2003) En los cantos indios que nos ocupan, la ironía se deja escuchar sin sentimentalismos. Tal y como señala Senghor, traducido por Julio César Schara, en el contexto de la poesía de León G. Damas: “Poesía no sofisticada, directa, entera; a veces brutal, pero sin vulgaridad. Sin ser sentimental, está impregnada de una emoción que se oculta bajo la ironía.” (Schara, 2010) Sin duda muchas son las diferencias entre la poesía negra e india, pero, en este caso, subrayamos la emoción oculta en la ironía; “…con cantos… me he de amortajar.”

Sobre el problema de consumos acríticos y su relación con la cosificación, Sánchez Vázquez escribe: Ahora bien, esta manipulación del consumidor es profundamente inmoral, y lo es por dos razones fundamentales: 1) porque el hombre, como consumidor, es degradado a la condición de objeto o cosa que se puede manipular pasando por encima de su conciencia y voluntad; 2) porque, al no permitírsele escoger y decidir libre y conscientemente, se minan las bases mismas del acto moral, y de este modo se estrecha el campo mismo de la moral. (Sánchez Vázquez, 2005. Cursivas nuestras)

Ahora bien, con la inmortalidad del poema, como la permanencia de las flores y los cantos, ¿qué dice y qué hace el anhelo del poeta a nuestro propio tiempo de hegemónica voluntad de tener? Para desear la continuidad del género humano, es pertinente atender a la voluntad de ser, desear ser social, lo que se opone, destruye –desde una concepción estructiva–, la voluntad de tener. Esto, cuando esta pretensión afín a la supervivencia –tener–, se degrada hasta hacer uso de la violencia óntica a favor de un sistema económico depredador, destructor de la voluntad de ser.

La voluntad de tener, se relaciona con la cosificación, ante ésta, es posible habitar la diferencia de despresentaciones poéticas como las del poeta precuauhtémico, ya que, sin voluntad de ser social, sin solidaridad y en

La cultura publicitaria, promueve exitosa la voluntad de tener y con ello, un individualismo acrítico que se aleja de la amistad y del anhelo de supervivencia de

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad

especial, sin la pregunta radical por la justicia, ser ahora y ser en el futuro como género, la voluntad de ser se desdibuja. Por así decir, se retira ante la apatía y el desinterés hegemónicos.

la voluntad de y del ser social y, del anhelo solidario de permanencia para la reinvención de la amistad ante los poderes fácticos de la voluntad de tener: Más que buscar parar la sangre y cerrar las heridas, los poderes fácticos nos invitan simplemente a cerrar los ojos e ignorar la realidad… El mensaje es claro: se busca remplazar la participación social con el escapismo ciudadano, para huir de la realidad hacia una fantasía irreal que facilite el control social. (Ackerman, 2011. Cursivas nuestras)

La amistad se aleja de la supervivencia compartida con el anhelo de permanencia y sublimación vital, pues, como fetiche, la vida humana se hace cuestionable, relativa, en cuanto se trata de cosificar-consumirexterminar. Ante ello, con atenta expectativa y ante el olvido de la voluntad de ser, habitar la memoria histórica y poética, acontece a manera de resistencia, de actividad de supervivencia y anhelo de permanencia, lo que se realiza entre este oír nuestro y aquel decir del poeta.

Ante el escapismo ciudadano, es pertinente recordar que “Una ficción… como falsa conciencia, tiene un poder real entre los hombres.” (Marx, 1980) Esto en especial cuando en nombre de la verdad absoluta y con las ficciones de la cultura publicitaria y sus promesas de bondad, el capitalismo de devastación ha despertado las fuerzas de lo abyecto como sinsentido criminal; una muerte ciega. Por eso, y en torno al anhelo de inmortalidad como voluntad de ser en nuestro breve tránsito terrestre, se impone la reinvención del sentido de la amistad para el ser social, su presente y su futuro. Tiempos que se comparten con cantos en la comunidad, la amistad y la paz como producto de las luchas insistentes por la justicia: “Recordemos que, para Levinas, el equivalente a escala macro de la responsabilidad moral es nada menos que la justicia.” (Bauman, 2001) Por eso, importa el otro que somos en topía, en la sociedad existente, en este tiempo y dificultad, en el que se borra la justicia en la amistad y como “dignidad sin precio de la alteridad”. Desde el más acá de nuestra finitud, en la dignidad del ser social y su posible futuro, compartimos, mejor, habitamos el anhelo de permanencia del poeta precuauhtémico.

La poesía que invocamos, queda abierta a una violencia ontológica, solidaria con el ser social. Desde esta perspectiva, pensar en la inmortalidad implica, el escepticismo para con el anhelo individual de permanencia; esto, a favor del anhelo de continuidad posible del ser social, de su apertura a la supervivencia y a la sublimación que se posibilitan con el reconocimiento activo de la dignidad de la alteridad u otredad. Entre el pasado del poeta y nuestro propio tiempo, escuchamos este canto indio que anhela futuro, con ello habitamos la memoria de una incierta inmortalidad que compete a la comunidad en la tierra. Con Mardones la memoria compete a la voluntad de ser, pues: “Destaca, para una vida social más feliz, libre y justa en la solidaridad, el recuerdo de la historia de sufrimiento de la humanidad y la solidaridad compasiva con los muertos y vencidos.” (Mardones, 1994) Ante la muerte ciega y los que por ignorancia e indeferencia ignoran la palabra poética, importan ahora los decires y haceres a favor de la reinvención de

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad Ante dificultades como las de fantasías irreales o ficciones promovidas por la cultura publicitaria de la voluntad de tener el control social, escuchamos los cantos, las despresentaciones poéticas de Nezahualcóyotl, que a sabiendas de estar en la tierra por breve tiempo, con conciencia de finitud y sin promesa de bondad, dice y hace por la hora buena de la permanencia de renovadas singularidades finitas, las que son el tiempo presente y condición de la alteridad u otredad futura. Con ello en mente y frente al otro que somos en el más acá, por breve tiempo: ¿cómo se vive frente al rostro de la gente?

Me he doblegado, sólo vivo con la cabeza inclinada al lado de la gente. Por esto me aflijo, ¡soy desdichado!, he quedado abandonado al lado de la gente en mi tierra. ¿Cómo determina tu corazón, Dador de la Vida?

Sin el olvido de la pregunta por la justicia y de compartir gozosos las artes y las ciencias, se posibilita la adquisición de amistosas aspiraciones éticas (Freud, 2005), como las del recuerdo entre, el ayer del poeta y nuestros días y faenas. Habitemos atentos lo que dice y hace el poema titulado Canto de huída:

¿Acaso quieres darme la muerte?

En vano he nacido,

¿Es verdad que nos alegramos,

en vano he venido a salir

que vivimos sobre la tierra?

¡Salga ya tu disgusto! Extiende tu compasión, estoy a tu lado, tú eres dios.

(Martínez, 2003. Cursivas nuestras)

de la casa del dios a la tierra, ¡yo soy menesteroso! Ojalá en verdad no hubiera salido,

Con nosotros que invocamos y con la alta voz del poeta, acontecen las preguntas: ¿Vivo frente al rostro de la gente? y ¿Cómo hay que vivir al lado de la gente?

que de verdad no hubiera venido a la tierra. No lo digo yo, pero…

Con el poema-encuentro de la habitación de la diferencia y con este preguntar, acontecen fundamentales los vínculos con la gente, con las personas. Con la otredad y la diferencia como encuentro gustoso para la invención de la resistencia al; “…olvido del hábito de ser humanos.” (Cueli, 2010) En el más acá, entre los mortales, este encuentro gustoso es favorable para la invención de la voluntad de ser social, ya que, con inventiva, el poeta se toma la libertad de preguntar por el otro. Comparte su suerte, acontece en caso de vida o muerte, corresponsable.

¿qué es lo que haré?, ¡oh príncipes que aquí habéis venido! ¿vivo frente al rostro de la gente? ¿qué podrá ser? ¡reflexiona! ¿Habré de erguirme sobre la tierra? ¿Cuál es mi destino?, yo soy menesteroso,

Si bien la memoria canta entre lo complejo, lo incierto y la muerte ciega, también los cantos y flores inventan existencias, vidas correponsables. Este canto de la memoria inventa la existencia, en cuanto con él, nos tomamos la libertad de preguntar por la gente, lo que acontece, como apertura o grieta en los muros de la cosificación. Oímos un canto y habitamos la resistencia al olvido, lo que posiblemente promueva, el no quedar abandonados al lado de la gente en topía; en el vacío de la justicia, la nada de dignidad de la alteridad como otredad, la injusticia y la enemistad. Sin ceder a la canonización de los discursos mayores, poniendo entre paréntesis su carga teológica, el canto existe,

mi corazón padece, tú eras apenas mi amigo en la tierra, aquí. ¿Cómo hay que vivir al lado de la gente? ¿Obra desconsideradamente, vive, el que sostiene y eleva a los hombres? ¡Vive en paz, pasa la vida en calma!

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad vive, como una puerta que se abre a la comunidad con una pregunta-encuentro de la voluntad de ser social. Canto de la aparición de la memoria que habitamos con la antigua pregunta mexicana, la de Nezahualcóyotl; pregunta antigua que en medio de grandes y graves penurias, en huida, se preocupa por los otros, por su gente. Frente a frente con el vacío de la dignidad de la alteridad como otredad, damos posada a la despresentación poética, pues es posible que con cantos, se inventen (o reinventen insistentes), las preguntas por la amistad solidaria sustentada en la justicia. Cantos de deseo de buenaventura para las personas:

“ha venido a crecer la amargura”, invocamos al decir y hacer de la poesía, para desear que de los pueblos indios ¡no sufran sus corazones!

No es cierto que vivimos

Pero, ¿cómo he de vivir frente al rostro de la gente? En torno a la antigua pregunta mexicana, una posible respuesta consiste en valorar la solidaridad para la resistencia a la muerte ciega, en especial para la sobrevivencia e intensificación de la vida. Resistencia con la que el ser social se toma la libertad de sustentar la amistad en la justicia. La fidelidad que se construye con justicia, es una de las formas dignas para vivir frente al rostro de la gente. En un canto probablemente de Tecayehuatzin titulado Sueño de palabras, encontramos un decir sobre una amigable fidelidad:

y hemos venido a alegrarnos en la tierra.

¡Amigos, favor de oír

La amargura predice el destino

este sueño de palabras¡:

aquí, al lado de la gente.

En tiempo de primavera nos da vida

Que no se angustie mi corazón.

el áureo brote de la mazorca;

No reflexiones ya más.

nos da refrigerio la roja mazorca tierna,

Verdaderamente apenas

pero es un collar rico el que sepamos

de mí mismo tengo compasión en la tierra.

que nos es fiel el corazón de nuestros amigos.

Ha venido a crecer la amargura,

(Garibay, 1997)

junto a ti y a tu lado, Dador de la Vida.

En el mundo contemporáneo, mejor, en el capitalismo de devastación, valores humanos como el de la fidelidad vienen a la baja, no cotizan en la bolsa de valores. Los amigos y no amigos, tienden a ser socios, entes apreciables o desechables en función de los altos intereses en los que la fidelidad sobra, incluso estorba.

Solamente yo busco, recuerdo a nuestros amigos. ¿Acaso vendrán una vez más, acaso volverán a venir?

Ante la insensibilidad ética propia de la cosificación en el capitalismo de devastación y las catástrofes naturales y artificiales de carácter global, cuando en primavera no brotan las mazorcas, cuando a muchos no da refrigerio la mazorca tierna, pensamos que es urgente habitar la palabra poética, esto, para acompañar y apuntalar las luchas de sobrevivencia. Por eso habitamos la memoria que nos canta al oído sobre la fidelidad del corazón de nuestros amigos, con ello se reitera un quehacer; la transcripción poética de la realidad social a favor de las luchas de sobrevivencia. En torno a las catástrofes naturales: “Recordemos que, para Levinas, el equivalente a escala macro de la responsabilidad moral es nada menos que la justicia.” (Bauman, 2001) Habrá que estar atentos ante catástrofes naturales y construir, en lo posible, la responsabilidad moral, la que atañe a la justicia para con la tierra y sus pobladores. De ahí la importancia, en el breve tiempo de nuestras singularidades, de cultivar una amistad fiel y un recuerdo solidario, en

Sólo una vez perecemos, sólo una vez aquí en la tierra. ¡Que no sufran sus corazones!, Junto y al lado del Dador de la Vida. (Martínez, 2003. Cursivas nuestras) Con la memoria del ser social, una fluyente, activa, y en la diferencia, hemos invocado a un buen y bello espectro, poeta que ante el infortunio, pregunta por sus amigos, a los que desea ante la incertidumbre que no sufran sus corazones. Es ante la cultura de la flor y el canto, ante el olvido creciente de su palabra poética, entre dificultades, que se nos aparece un decir y un hacer, ambos pertinentes para habitar la diferencia de la memoria ante una muerte ciega. Desde ahí preguntamos: ¿Acaso vendrán una vez más, acaso volverán a venir los pueblos de la cultura como rostro y corazón? Con atenta expectativa en tiempos en que

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad cuanto se trata de promover tiempos para la invención de la amistad y la paz por venir sustentadas en la justicia. Con solidaridad frente a peligros comunes, frente a una muerte ciega, frente a las máscaras de la violencia óntica, habrá que mantener una atenta expectativa para la prevención de desastres globales, pero no sin la memoria continente, activa e inalienable, la de la diferencia para hacer frente al olvido de la justicia.

Con cantos circundo a la comunidad. la haré entrar al palacio, allí todos nosotros estaremos, hasta que nos hayamos ido a la región de los muertos. Así nos habremos dado en préstamo los unos a los otros. Ya he venido,

Para el presente y el futuro, habitamos la diferencia de la memoria en el canto precuauhtémico, pues ante enormes dificultades, los antiguos de aquí, han sobrevivido con luchas tremendas, sostenidas éstas, para que no se olvide su propia voz, su propio rostro y corazón en tiempos de violencia abyecta. En diversos tiempos los pueblos indios insisten en vivir, por eso, se trata de dar lugar en el presente y en el futuro a aquella antigua valoración india de la amistad fiel y solidaria. Habitamos la diferencia en el continente de la memoria en el canto La Amistad:

me pongo de pie, forjaré cantos, haré que los cantos broten, para vosotros, amigos nuestros. Soy enviado de Dios, soy poseedor de las flores, yo soy Temilotzin,

Cual pluma de quetzal, fragante flor,

he venido a hacer amigos aquí.

la amistad se estremece;

(León-Portilla, 1994)

como plumas de garza, en galas se entreteje.

Con el arte de la amistad en la necesidad, se señala la fugacidad de la existencia de la persona, pero también con cantos y flores se inventan apariciones, mejor, actividades sociales, como la del préstamo de sí en la tarea de hacer amigos en el más acá. En la enemistad del mundo de la violencia, sin préstamos de sí, sin cantos para circundar a la comunidad, la enemistad y la injusticia se perciben dominantes. En ese contexto: ¿abre el tema de la amistad la pregunta por la justicia? Con Temilotzin y otros antiguos poetas mexicanos, cierta apertura a la amistad de hoy y la amistad futura, se construye con una mirada crítica a la injusta sociedad existente o topía. En especial, ante la violencia brutal resultado de la cosificación del ser social. Con la memoria como continente, habitamos la diferencia de la voz de Temilotzin; con ello, tal vez sea posible desenmascarar a la vida como fetiche,

Una ave que rumora cual cascabel es nuestro canto. ¡qué hermoso lo entonáis! Aquí, entre flores que nos forman valla, entre ramas floridas los estáis cantando. (Garibay, 1997. Cursivas nuestras) Con este canto, emerge desde el pasado un ser social afín a la invención de la amistad. Con la poesía como transcripción poética de la realidad, al igual que Tecayehuatzin de Huexotzinco, otros poetas antiguos han dedicado sus palabras a la amistad que se estremece. Hoy, ante la violencia de una muerte ciega, este recuerdo, este habitar la memoria, es invento de haceres concretos en la tierra. León-Portilla nos remite a Temilotzin de Tlatelolco y al Poema de Temilotzin, en donde se dice de un hacer en la tierra: He venido, oh amigos nuestros: con collares ciño, con plumajes de tzinitzcan doy cimiento, con plumas de guacamaya rodeo, pinto con los colores del oro, con trepidantes plumas de quetzal enlazo al conjunto de los amigos.

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad reconocer, la necesidad de circundar a la comunidad, ante la individualista voluntad de tener. Y es que la cultura artística, tiene que ver, no sólo con la cultura publicitaria del entretenimiento del supermercado y frente al televisor, implica también, el compromiso de promover las fiestas de la amistad en la existencia del ser social. Desde otros tiempos del más acá y con su poesía, Temilotzin nos canta sobre un hacer concreto: he venido a hacer amigos aquí. Decir de un hacer que nos indica la importancia de atender a los vínculos humanos. En lo imaginado o con el pensar en el poema, se nos invita a darnos en préstamo en la amistad; préstamo de sí. Por eso, a esa conciencia individual del poeta, la pensamos como conciencia de la vida social real. A sus artes de la palabra, no sólo las pensamos como un adjetivo de la realidad social, sino como actividad social. Así, habitando entre la diferencia de la voz antigua y nuestra propia voz, al poema le concebimos, le pensamos como resultado de la existencia según Marx:

como algo dado, para entonces atender con este ejemplo poético, a nuestras relaciones sociales, a los vínculos humanos con los que se hace posible evitar pensarnos como cosas. Para no sólo contemplar la dificultades de la enemistad y la injusticia, o sea, entre este vacío de la dignidad de la otredad, los cantos de la memoria insisten en la necesidad de saber qué hacer. Escribe Ernst Cassirer: “Siempre vuelve de nuevo a agitarse el impulso básico del saber: el impulso por descorrer el velo que cubre la imagen de Sais, y contemplar la verdad desnuda.” (Cassirer, 1976)

No sólo me es dado como producto social el material de mi actividad –ya que en el pensador actúa incluso el lenguaje–, sino que ya mi propia existencia es actividad social; de ahí que lo que yo haga por mi lo hago por mí, para la sociedad y con la conciencia que tengo de ser un ente social. (Sánchez Vázquez, 2003. Cursivas nuestras) Con el decir y hacer del poema, tiene lugar y tiempo un desvelar que no sólo se realiza como contemplación indiferente de la diferencia del ser social desnudo. El ser social con voluntad de ser, no sólo contempla sino que, con actividades creadoras, configura la existencia: la de la amistad sustentada en la justicia.

En el mundo como supermercado del capitalismo, del abandono del hábito de ser humano, se insiste en sobrevivir cuando se agita el impulso del saber. Sin hurgar necesariamente en profundidades esenciales, este desvelar estructivo, acontece más bien como heurística, como arte de la despresentación, en cuanto búsqueda en apeirón, esto es, en lo indeterminado de la verdad desnuda, la que se habita en la diferencia, en el más acá de topía, en donde, darse en préstamo, implica una praxis del ser social que le compete y compromete, pues con ello, se solidariza con la supervivencia de su propio ser, con su existencia. Praxis pertinente en nuestros propios tiempos, en cuanto que está encaminada a la destrucción de prejuicios y costumbres promotores de procesos de cosificación. Para esa praxis, con despresentaciones, Temilotzin nos aporta un decir y un hacer, el de la invención de nuestros propios cantos comunitarios; aquellos que, en lo posible, sin anhelo de verdad en lo absoluto, hurguen en la amistad y su relación con la justicia.

En conclusión, las artes de la amistad en la necesidad, se realizan como invención de la existencia, la que en parte se realiza con la palabra poética. Y es que, entre la voz antigua y la nuestra, acontece el habitar la diferencia de la memoria de la amistad, la sustentada en la justicia. Para pensar así, a la poesía precuauhtémica de la amistad, la pensamos entonces, a manera de una actividad social creadora, inalienable y que insiste en sobrevivir y sublimar la existencia humana con las despresentaciones de un arte de la amistad en la necesidad. Arte estructivo este del tlaueueloani, con el que se destruyen prejuicios y costumbres de la voluntad de tener, para con violencia ontológica oponerse a la muerte ciega, al olvido del hábito de ser humanos. Poesía precuauhtémica que, ante el rostro de la gente, acontece hospitalaria con la diferencia, pues da posada, con una memoria fluyente, a la invención de un decir y un hacer.

Con el impulso básico del saber, las artes, la comunidad y el darse en préstamo al que se refiere el antiguo poeta precuauhtémico, son aspectos fundamentales para descorrer el velo que cubre la imagen de Sais y

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Memoria entre la violencia y la poesía de la amistad En suma, y desde una perspectiva estructiva de las artes, se trata de reinventar la realidad social y en ella, la resistencia al olvido del hábito de ser humanos. La amistad sustentada en la justicia se resiste al olvido, con ella es posible vivir frente al rostro de la gente, con actividades destinadas a la supervivencia y a la sublimación creadora ante la violencia de la injusticia. En medio de la muerte ciega de la enemistad y la guerra, con las artes de amistad en la necesidad, es posible habitar la diferencia como vigilia y lucha ante el olvido de la voluntad de ser social en el más acá. Como con esta poesía, que da posada a preguntas en apeirón, esto es, en lo indeterminado de topía y en medio de la violencia óntica. Arte para abrir grietas en la enemistad, ya que habitar la diferencia, acontece en el continente de la memoria de la amistad sustentada en la justicia, aún en medio de la injusticia y la guerra.

Garibay, Ángel María, 1997, La literatura de los aztecas, México, Joaquín Mortiz. León-Portilla, Miguel, 2000, Quince poetas del mundo náhuatl, México, Diana. --------------, 1983, Antología: De Teotihuacan a los Aztecas; fuentes e interpretaciones históricas, México, UNAM. M a r d o n e s , J o s é M a r í a , 19 9 4 , “ E l n e o conservadurismo de los posmodernos”, en Vattimo, Gianni et al., En torno a la posmodernidad, Barcelona, Anthropos. Martínez, José Luis, 2003, Nezahualcóyotl, vida y obra, México, FCE. Marx, Carlos, 1980, Introducción General a la Crítica de la Economía Política / 1857, México, Ed. Pasado y presente. Sánchez Vázquez, Adolfo, 2003, El joven Marx: Los manuscritos de 1844, México, UNAM. ----------------, 2005, Ética, España, Ed. Crítica, Col. Biblioteca de bolsillo. Siméon, Rémi, 1999, Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, México, Siglo XXI.

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe

Lucía Molatore Universidad Anáhuac

Resumen

Summary

Las imágenes sobre violencia hoy son imágenes violentas y por ello son acusadas de generarla. La relación frente a ellas se funda en el rechazo, en la parodia que presume romper con los espejos que reflejan nuestra propia naturaleza, pero, como Narciso, quedamos irremediablemente atrapados por nuestras imágenes. Las fotografías de Romain Slocombe son un juego, un juego de guerra, y como tal se presentan en ofensiva; son estratégicas, crueles y fascinantes. Atroces y eróticas nos devuelven a las páginas de Sade. Así, tanto Slocombe como Sade trabajan con una violencia que no crean, pero que, al atestiguarla, nos incrimina porque no necesitamos que nos la muestren para reconocerla, porque su fingimiento es evidente; y mientras más se les persigue por su salvajismo y su inmoralidad, ellos escapan por los espacios de la trans-moralidad donde el juego, humanamente brutal, es a muerte.

The images of violence today are violent images, subsequently, these images are blamed of generating violence. Our relationshio to these images is founded on rejection, on a parody that presumes to break the mirrors that reflect our own nature, but as Narcissus, we remain irremediably trapped by our images. Romain Slocombe's photographs are a game, a game of war, and as such, appear on the offensive, they are strategic, cruel and fascinating. Atrocious and erotic, they make us turn to Sade's pages. Thus, Slocombe and Sade both work with violence that they themselves did not create; but on having borne witness to it, it incriminates us: we do not need them to show it to us to recognize it, its simulation is evident. The more these artists are chased because of the savagery and immorality of the images they produce, the more they escape among the spaces from a trans-morality where the game, humanly brutal, is to unto death.

Palabras clave

Key words

Romain Slocombe, Sade, violencia, fotografía, erotismo.

Romain Slocombe, Sade, Violence, Photography, Erotic.

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe cómodamente podríamos interpretar en un juego de palabras entre gracioso y asesino, como si un homicidio pudiera ser alguna clase de broma, no se transforma en Hyde, un nombre que tampoco significa escondite, que no es entonces un subterfugio de la violencia que, de otro modo, los seres humanos no podríamos ejercer. Los nombres, según Vladimir Nabokov, provienen del danés. Jekyll es carámbano y Hyde, puerto o abertura. Hyde es el puerto donde reside el mal de Jekyll, es la amenaza del bien sobre el mal total, la amenaza que pende con toda la fragilidad y solidez de un carámbano sobre Hyde, la amenaza contra una violencia que falsamente contenemos; Hyde es tan sólo una salida sin obstáculos, cruda y eficaz.

Algo tenía que estar terriblemente mal con el Marqués de Sade cuando fue capaz de concebir una cantidad infinita de torturas, y después, como si estuviera orgulloso de su violenta imaginación, ponerlas por escrito. Sólo un hombre provisto de una maldad descomunal podría ser capaz de idear todas las formas de perversión. Conforme el siglo XVIII se aleja de nosotros cada vez más, Sade debería de ser ya el recuerdo desvaído de una pesadilla terrible. Sin embargo, sus libros siguen estando en las librerías, quizás, porque una vez superadas la aversión y la brutalidad descubrimos que, después de todo, es un gran escritor y nos aproximamos a él con un legítimo interés literario, y no porque necesitemos recurrir a sus narraciones, y sobre todo, a sus descripciones, para contemplar el horror. Esto no representa, de ninguna manera, que hoy la humanidad se haya vuelto compasiva, que sea, por fin, humana (signifique lo que signifique).

Para evitar la contundencia del argumento de Stevenson, el cine nos regaló la imagen de un monstruoso Hyde enorme, pero en realidad, en la novela es mucho más pequeño que Jekyll, porque no se trata de una metamorfosis, si no de la extracción pura del mal contenida en el doctor; Hyde es su proyección concentrada. Stevenson no plantea un discurso que confronta la lucha entre el bien y el mal, va mucho más allá del Paraíso perdido de Milton, porque no justifica la violencia en el horror, al contrario, exhibe el horror de la violencia. Hyde no envidia a Jekyll, ni se lamenta por un destino que lo obliga a la crueldad. Los experimentos del doctor Jekyll no lo llevan a quedar atrapado bajo el poder del perverso Hyde, él mismo reconoce, tras beber su pócima por primera vez, que:

Y hablando de literatura y evocaciones, recordemos que Italo Calvino confiaba en que la literatura del siglo XXI, cansada del sadismo, sería absolutamente misericorde. Se equivocó; sólo que ahora no buscamos entre las páginas del Marqués de Sade, o en la Exhibición de atrocidades de Ballard, la manifestación desproporcionada de la violencia, ya que, sencillamente, ahora no necesitamos imaginarla. Es como si hubiéramos permitido que la violencia entrara por la puerta principal y se acomodara junto a nosotros, frente a la televisión, para que podamos observarla en extreme close up, y ella pueda contemplarse en el espejo, enamorada de sí misma como Narciso. Nos hemos transformado en el detective de Lars von Trier que, a través de las páginas de un criminal, se convierte en el asesino, sigue a las letras violentas como si fueran un código de conducta. Un momento. Afirmar que la violencia recién penetró en nuestras vidas es una falacia tan cruel como ella misma. Cruel porque supondría que no sólo no hemos convivido con ella desde que el homo sapiens planeó el crimen sobre los vestigios de un homo habilis que inventó las armas para una cacería más afortunada, sino que alguna vez no festejamos su ejercicio.

Noté algo extraño en mis sensaciones, algo inefable y, por su novedad, de increíble dulzura. Me sentía más joven, más ligero, más feliz físicamente; notaba dentro de mí una impetuosa osadía, una turbulenta corriente de imágenes sensuales que se sucedían vertiginosas en mi imaginación, como el agua en el canal de un molino, una disolución de ataduras del deber, una desconocida, aunque no inocente, libertad del alma. Me di cuenta, en el primer aliento de esta nueva vida, de que era más perverso, diez veces más perverso, esclavo vendido a mi mal original; y tal pensamiento, en ese instante, me reconfortó y me deleitó como el vino (Stevenson, 2010: 56).

Uno de estos festejos de la puesta en práctica de la violencia, regeneró en arte cuando, a finales del siglo XIX, Robert Louis Stevenson escribió a orillas de la Mancha, entre hemorragias pulmonares, el Extraño caso de Doctor Jekyll y Mr. Hyde. La novela es asombrosa, pero el caso no es extraño, es decir, no nos resulta ajeno el mal que tan bien conocemos. Jekyll, que

El vino que deleita a Jekyll hoy nos embriaga cuando los estadounidenses celebran la muerte de Osama Bin Landen, de la misma manera que Oriente Medio se alegró tras la caída de las Torres Gemelas. La misma ebriedad de la celebración oficial por los triunfos –menores– de los enfrentamientos del ejército mexicano frente al crimen organizado, o de la

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe celebración mortuoria que se verifica con cabezas que cuelgan de barandas, llevando narcomensajes como fichas de identificación.

infinitamente. Así, su publicidad para expandir su sistema de crédito invade todos los espacios, sobre todo, los de las imágenes. Imágenes que a diferencia de las pinturas de la Colonia que pretendían (concedamos) inducir a la salvación del alma por medio del terror, con la cual todos los demonios se hicieron plásticamente presentes; hoy parecen instaurarse como una invitación a la convivencia familiar. No necesitamos ver los noticieros para encontrarlas, están en las películas, los videojuegos, las caricaturas, los cómics, el arte, en los anuncios, sin que importe gran cosa su origen.

Negar el protagonismo de nuestra brutalidad sería violentamente insoportable porque fingiríamos que no hemos sido testigos de nuestros despliegues para exterminar al otro. La verdadera crueldad es pretender que nada sabemos sobre la violencia donde nada hemos tenido que ver; no nos engañemos, no existen puertas que dejen fuera a la violencia, si acaso, hemos levantado toda clase de muros, muros que son violencias encarnadas, muros que nos separan y nos dividen violentamente, muros que esconden y bloquean la mirada. Los muros que bordearon a los campos de exterminio de la Alemania Nazi, el muro fantasma de la Guerra Fría: violenta amenaza en contra de todos, los muros implícitos del Primer Mundo que no permitirán alcanzar el paraíso al Tercer Mundo.

Una de las pocas diferencias que no parece afectarnos es su principio real o ficcional, ficcional o real que en este momento da lo mismo porque son igualmente inverosímiles y salvajes. La realidad de la ficción y la ficción de la realidad inadmisible rebasaron sus fronteras en la composición de una lengua común. Las imágenes sobre violencia hoy son imágenes violentas. La cámara de Romain Slocombe irrumpe en las zonas de paisajes bélicos para iniciar la serie de fotografías: Kriegspiel.1 Los cruces planteados por Slocombe lo llevaron a retomar los conflictos más significativos del siglo XX. Las imágenes de la serie nos remiten, por un lado, a las fotografías de soldados muertos que Ernst Friedrich publicó en el libro Kriege den Kriege2 como terapia de choque y para incriminar a las doctrinas militaristas por las muertes de la Primera Guerra Mundial; por el otro, son un guiño irónico a las fotografías de Gilbert Woodbrooke, el fotógrafo de las novelas de Slocombe, obsesionado con el erotismo de las niñas en uniforme. Kriegspiel se extiende a través de campos de batalla intemporales, que reconocemos, pero no podemos ubicar, y que son el espacio de juego de las modelos de Slocombe convertidas en soldados, rebeldes, refugiadas y víctimas.

Los muros son la alegoría presente de la fabricación maquínica de las diferencias que, si no existen, dibujamos, preparamos o simplemente inventamos. Diferencias que gestan toda clase de rivalidades y que estallan como fuegos artificiales en la fiesta de la violencia. Nos separamos del otro por la raza, la religión o las creencias, la ideología, el género, la edad, el oficio, la riqueza, las condiciones sociales, culturales, políticas, o, solamente, porque sí. No hay escala para medir la violencia, aún cuando queramos convencernos de la rectitud de las Guerras Santas y de las causas justas (las nuestras, jamás las del otro). En la invasión –que los libros de historia llaman conquista– que hicieron España, Francia, Inglaterra y Portugal en América, en las Guerras Floridas, en la Guerra de Cien Años, Treinta Años, Primera Guerra, Segunda Guerra o Guerra de los Siete Días (el número es intrascendente); en la Guerra de Iraq, Afganistán, Vietnam, Corea, el Golfo; en todas las batallas en tierra, en aire, en mar; en la furia durante y después de la Guerra de Secesión que ahorcó a hombres, mujeres y niños; en el fanatismo que quemó a las brujas en Salem y que torturó y asesinó a los herejes bajo la Santa Inquisición; en la lucha contra el narco en México o Colombia; en los genocidios en Armenia, Ruanda, Beirut, Bosnia o Alemania; en la rudeza de las escuelas; en la violencia de las casas y en un larguísimo etcétera, las diferencias son ridículas; la violencia excesiva.

Las fotos de acontecimientos infernales parecen más auténticas cuando no tienen una iluminación y composición adecuadas, bien porque el fotógrafo es un aficionado o bien porque –es igualmente útil– ha adoptado alguno de los diversos estilos antiartísticos (Sontag, 2007: 36). El fingimiento artístico de las fotografías de Slocombe subraya su inautenticidad, no retratan la inmoralidad de la guerra; sin embargo, tampoco son falsas o amorales, son el juego de la guerra. Un juego de guerra que se extiende, no en el reverso de la hoja del simulacro de guerra montado en el escenario de la línea Maginot entre septiembre de 1939 y mayo de 1940, si no entre sus fisuras. Durante la Drôle de guerre3 franceses, ingleses y alemanes, disfrazados de soldados, listos para iniciar los enfrentamientos, se

La violencia se ha convertido en una usurera aterradora, una omnipresencia eterna que horrorizaría a la mezquina arpía que atormentaba a Raskolnikov, una usurera que, como sombra goteante, deja la pérdida imborrable en forma de deuda que se extiende

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe espiaron, tomaron el té, intercambiaron direcciones y recuerdos; mientras caminaban en direcciones contrarias sobre un hilo de tensión a punto de reventar, convertidos en los funambulistas del circoteatro de las operaciones bélicas. Kriegspiel es un juego que al actualizar la socio-ficción de Ballard se vuelve trans-moral porque “ningún discurso podría ser ya la metáfora del otro, puesto que, para que exista metáfora, es preciso que existan unos campos diferenciales y unos objetos distintos” (Baudrillard, 1991:14).

Detrás de las puestas en escena de Slocombe, desembarcamos irrevocablemente donde él quiere que lo hagamos, porque no podemos escapar ni a los símbolos, ni a los mitos, ni a los fantasmas, en tanto que “las sociedades humanas están recorridas por un flujo de correlaciones que conservan la memoria del pasado” (Prigogine, 1997: 91). Pero al igual que los soldados de la Drôle de guerre caminamos sobre una cuerda tensada que se abre sobre esta construcción en abismo. Acechamos con fascinación est a ambivalencia especular aferrada a nuestra mirada inquisitiva que intenta penetrar en el juego, sensual y siniestro, que se realiza entre el fotógrafo y sus víctimas.

La trans-moralidad de Kriegspiel juega con una transrealidad cuando sus modelos atraviesan las diferencias, los uniformes de soldados potencian el juego erótico en ella, transgreden el mismo poder de la violencia en la equivocación de una raza que lleva los símbolos de guerra del adversario, que no funciona como patio de juegos para que los niños puedan inventarse la guerra con espadas de madera y pistolas de agua. Tampoco como escenario de obra de teatro en el que fingimos que la mampara de madera es un muro y que su puerta nos llevará a la calle; sino como sucesos pulsátiles que se ven atravesados por otros en maquinaciones de autosemejanza, que trasladan al simbolismo hacia el extremo de la seducción singular concebida como atractor extraño, bajo nuestra mirada acrobática.

Paul Virilio describe, en el Arte del Motor una serie de fotografías tomadas, en 1993, para una famosísima revista de modas, donde la modelo, elegantemente vestida, corre entre las ruinas de Sarajevo imitando a los habitantes de la ciudad atrapados por el fuego de los snipers. Sobre estas fotografías Virilio asegura que “los servicios de propaganda evitaban este género de representaciones, simplemente porque, como se creía en el restablecimiento probable de la paz era necesario conservar en el espíritu los símbolos más preciosos: prosperidad, cultura, deportes, espectáculos, familia” (Virilio, 1996: 29). Así pues, estas fotografías y todas las demás que asocian la belleza con el crimen; por lo tanto, Kriegspiel en su totalidad, son para Virilio la forma de un nuevo terrorismo donde pulsa un deseo de destrucción que, a fin de cuentas, es la causa indirecta de la violencia y de todos sus crímenes, porque es la normalización de la crueldad y de la impiedad en el arte. Frente a la mirada de Paul Virilio podemos objetar, en primer lugar, la diferencia insalvable de un origen que no puede ser compartido, entre las imágenes de la publicidad o la propaganda y las del arte; diferencia que resulta más que evidente en la respuesta de Picasso cuando lo cuestionaron sobre por qué había pintado el Guernica: “Guernica lo hicieron ustedes,” porque el artista, afirma Lukas Zpira, muestra lo que los otros no quieren ver, mientras que la publicidad y la propaganda regulan la mirada de lo que debe ser visto. El arte es así una máquina de guerra que no reconoce al Sistema, ya que si lo hiciera detendría toda potencialidad de flujo, toda facultad de metamorfosis, toda posibilidad de devenir, toda resistencia; mientras que la propaganda y la publicidad sirven al Sistema que plantea para ellas estrategias de difusión y compromete a las ideas con el poder de dirigir las voces y callar conciencias, desde la fiscalización de una

Pacífico 1945. Piloto japonesa: Romain Slocombe, 2009.

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe moral (amoral) que funciona al interior mismo de las imágenes. Guernica lo hicieron ellos, pero Baudrillard completa la frase: pero nosotros lo quisimos; Slocombe juega a la guerra, pero nosotros la quisimos.

se celebran los rituales. La fuerza de la ritualidad, dice Baudrillad (1981), proviene de la pasión por la regla; arbitraria y convencional. El erotismo es el juego donde el sexo ha sido separado de su verdad, ha sido seducido, transfigurado, y ahora es lo que está en juego. Las reglas son redes de obligaciones simbólicas, redes de seducción. El ritual ha comenzado, las reglas están puestas. Todo es juego, pero no se juega a jugar, se juega jugando. La guerra no es guerra, es imágenes que se recrean en la violencia que no puede ser borrada, en las alteraciones insólitas de índices explícitos; en el camino de las huellas, huellas mórbidas. Es la regla: El placer del juego está en jugar.

En segundo lugar, el arte puede ser abordado y criticado desde los más diversos planos estéticos, desde donde las fotografías de Slocombe se sostienen en la composición, la luz, el color, el instante; donde el juicio ético que propone Paul Virilio está de más porque pertenece a un discurso fuera del arte.

Ahora bien, la guerra como juego no es una invención de Slocombe. No podríamos precisar cuándo los niños comenzaron a divertirse con el fingimiento de batallas, lo que sí sabemos es que la verosimilitud de los juguetes no es un juego, son representaciones textuales que se basan en la precisión del simulacro (Baudrillard, 1993). Les hemos dado a los niños juguetes sin pensar en la inmoralidad del juego, sin cuestionarlo. Juguetes inventados recientemente. El barco de guerra de Leopoldo II nos permite imaginar sin ningún problema al niño jugando a la guerra como parte de su educación bélica, y como principio de su Corazón de tinieblas (Conrad, 2002) que aniquilaría al Congo para originar la riqueza de Bélgica. El genocidio en el Congo no un juego, tampoco es el resultado de la impiedad del arte. En la violencia desatada en el Congo la regla del juego se convirtió en ley, y, con ella se formó “el signo discursivo de una instancia legal, de una verdad oculta, que siempre instaura la prohibición, la represión, y en consecuencia la división entre un discurso manifiesto y un discurso latente” (Baudrillard, 1981: 123).

Ucrania, 1941, Civil a punto de ser fusilada: Romain Slocombe, 2008.

Kriegspiel no es un juego ético, ni tiene por qué serlo; es un juego erótico, perturbador y lúcido. Un juego ambivalente que apuesta por los espejos de miradas perplejas y fascinadas, un juego entre el fotógrafo y su víctima. Donde el erotismo opera entonces como salvoconducto desde la superficialidad de la imagen, desde la piel herida, desde el cuerpo vulnerado o el cuerpo que vulnera, para establecer un flujo de recorridos violentos que llevan a uno al encuentro con el otro, a un erotismo que desmantelaría toda posibilidad de guerra porque en la guerra real el otro no puede existir, no puede ser como ser, tan sólo como objeto. Así, en las Sujetas de Slocombe brotan múltiples intersecciones entre los dos sujetos objetualizados, y es allí donde precisamente operan las reglas del juego, donde se produce la ceremonia, donde

Stalingrado, 1942, soldado de la Wehrmacht herida: Romain Slocombe, 2010.

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Violentos reflejos: desde Sade hasta Slocombe En el juego erótico de guerra de Slocombe, detrás de sus puestas en escena, subyace una manipulación de símbolos y la ritualidad de los mitos que, como espectadores miramos escépticos. Sabemos que dentro de los caballos de Troya pulsa el terror, pero no encontramos cómo resolver la latencia innombrada del mal. Nos movemos al borde del abismo por el delgado hilo de tensión que provocan las fotografías, nos asomamos a la visión ambigua de un mal que rechazamos. Acusamos a Slocombe, lo mismo que a Sade por ser los causantes de la propagación de la violencia; por decirnos cómo practicarla, los acusamos de despertar a Hyde en nosotros. Sus perversiones, queremos creer, son pócimas de Jekyll; de este modo no reparamos en el verdadero Hyde que mira la televisión indiferente, un Hyde que finge inocencia cuando lee sin leer, en el periódico, las noticias de los crímenes de todos los Hydes.

gustan, y en el fondo, para golpear a los imbéciles, para transgredir algo prohibido, porque eso es un pequeño placer personal suplementario y secundario. Lo que para mí cuenta verdaderamente es que estas imágenes existen, y puedo hacerlas pasar por una realidad artística desde estas reconstrucciones, desde estas puestas en escena de mi paisaje mental” (Slocombe, 2009). La guerra como juego no es una invención de Slocombe, así como el sadismo no es un invento del Marqués de Sade, si acaso son creadores de reflejos. Sin embargo, tal parece que quisiéramos descubrir a la violencia como el encuentro del enano monstruoso con su propia imagen en El cumpleaños de la princesa de Wilde, pero incapaces de aceptar el horror, acusamos al fabricante del espejo.

Sade primero, Slocombe después, señalaron al emperador desnudo para que podamos acusarlos por su mirada impúdica, por ser los artistas impíos que destruye la candidez del espectador, que rompen los símbolos del Estado y subvierten las leyes morales

Notas 1 Juegos de guerra. 2 Guerra contra guerra. 3 Guerra de broma. Bibliografía Baudrillard, J., 1993, Cultura y simulacro, Barcelona, Kairós. -------------, 1981, De la seducción, Madrid, Cátedra. -------------, “El terrorismo”, en Le Monde,(2 de noviembre de 2001. -------------, 1991, La transparencia del mal: Ensayo sobre fenómenos extremos, Barcelona, Anagrama. -------------, 2002, L'esprit du terrorisme, Francia, Galilée. Conrad, J., 2002, El corazón de las tinieblas, España, Punto de lectura. Navokov, V., 2010, Curso de literatura europea, Barcelona, RBA.

Bosnia, 1992, miliciana serbia agonizante: Romain Slocombe, 2008.

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Las fotografías se Slocombe subvierten y distorsionan, porque “la imagen fotográfica es la más pura, porque no simula el tiempo ni el movimiento y se ciñe al más riguroso irrealismo” (Baudrillard, 1991: 165). Este irrealismo brutal en las fotografías de Romain Slocombe es un violento atentado en contra de un pasado que no intentamos convencernos de que no debe de ser nombrado, mucho menos, congelado en la imagen, pero Slocombe afirma que

Slocombe, R., Romain Slocombe, 15 de Enero de 2009 (L. Courau, Entrevistador). Sontag, S., 2007, Ante el dolor de los demás, México, Alfaguara. Stevenson, R. L., 2010, El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, España, Nórdica. Virilio, P., 1996, El arte del motor: aceleración y realidad virtual, Buenos Aires, Manantial.

en cuanto a la transgresión, las imágenes que produzco, las realizo sobre todo, porque me

-------------, 2001, El procedimiento del silencio, Buenos Aires, Paidós.

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy

Augusto Luis Peón Solís Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Resumen

Summary

En este trabajo se muestra un panorama de algunas de las razones que han conducido a la inviabilidad del Estado mexicano como garante del interés general, el nocivo acostumbramiento a la nueva realidad que experimenta el país hoy; la destructiva insensatez de la elite política y la fragilidad de la democracia, tomando en consideración la relevancia que tienen el Estado, el papel desempeñado por la clase política y el estado actual de la democracia en México.

In this article the author reveals a panorama of some of the reasons that have driven the Mexican State to infeasibility as a guarantor of public interests, the deleterious becoming accustomed to this new reality that the country is experiencing at present: the destructive senselessness of the political elite and the fragility of democracy; taking into consideration the relevance of the State, the role played by the political class and the actual status of democracy in Mexico.

Palabras clave

Key words

Estado, México, clase política, democracia, liberal, republicana, electoral, nación.

State, Mexico, political class, democracy, liberal, republican, electoral, nation.

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy respecto al del viejo orden: prevalece su esencia autoritaria y sigue siendo patrimonio de unos cuantos.

En un editorial del diario El Universal se destaca que, cada día que pasa, México parece sumirse más en el siglo XIX. Enfrascados en pugnas internas, en el mutuo descrédito y en la exclusión del adversario, los gobernantes, los legisladores y los partidos recrean varios paralelismos con esos tiempos: 1) poder local fuerte pero poco proclive a cooperar con el resto de la República; 2) inexistencia de instituciones capaces de articular fuerzas en pro de proyectos comunes; 3) Estado ineficaz para resolver los problemas con la oportunidad que se requiere; 4) mafias elusivas y letales enraizadas en la sociedad y protegidas por las autoridades a distintos niveles.1

Lo anterior es fundamental para comprender el futuro de México y su democracia; salvo en ciertos momentos, el Estado mexicano no ha sido un Estado para la nación, para el pueblo, es decir, un Estado que defienda los intereses de la colectividad. Por el contrario, históricamente ha sido un Estado incapaz de colocarse por encima de intereses particulares o grupales, en detrimento de su capacidad para articular a las distintas fuerzas sociales en pro de proyectos y metas comunes.

Como apunta el referido editorial:

El problema al respecto es que, para enfrentar con éxito los enormes desafíos que tiene el país, es indispensable contar con un Estado democrático, fuerte y dinámico, dotado de relativa autonomía y capacidad de arbitrio. Se habla, en esencia, de un Estado que tenga la legitimidad y visión suficientes, como para mantener márgenes de maniobra proclives a la preservación y fortalecimiento del interés público.

En el siglo XIX México desperdició cuatro décadas envuelto en pugnas y desgarramientos. Quienes son responsables de conducirnos en el siglo XXI no pueden permitirse repetir el camino que por aquella triste época nos llevó a perder, no sólo la mitad del territorio, sino también la expectativa de al menos tres generaciones.2

¿Qué tenemos en lugar de eso? Tenemos, y estos son sólo algunos adjetivos recientes acuñados en la prensa escrita, un Estado ausente, acorralado, acosado, paralizado, ineficaz, asediado, aprisionado, rehén, fallido.4

El propósito de las líneas que siguen es ofrecer un panorama de algunas de las razones que han conducido a tan deplorable situación, tomando en consideración la relevancia que tiene el Estado, así como el papel desempeñado por la clase política y el estado actual de la democracia en México.

Más aún, de acuerdo a diversos investigadores, el Estado mexicano ha terminado por convertirse en un Estado “mafioso”.5 En un Estado cuyas estructuras internas han sido penetradas por el crimen organizado como elemento que ya impone condiciones en el país, hasta el punto que casi podría afirmarse que ya no es el Estado mexicano el que monopoliza la violencia, sino que traficantes, secuestradores y criminales son ya el Estado. A este extremo se ha llegado.

I Primero, un asunto de fondo, la cuestión del Estado. A pesar del cambio político que ha experimentado el país, no cabe duda que el pasado condena a México. Ello se observa cuando se hace referencia al Estado, donde es posible detectar un hilo de continuidad a través de la historia: su carácter excluyente e impuesto, como señala Lorenzo Meyer.3 En la etapa colonial el Estado emerge como producto de la derrota de la sociedad indígena que nunca lo siente como propio. Después de la Independencia el Estado es mera ficción y es hasta la segunda mitad del siglo XIX que se conforma como centro político pero con un marcado espíritu autocrático. El Estado de la posrevolución es más fuerte y, aunque cuenta con bases sociales importantes, tiene un carácter autoritario y oligárquico, muchas veces contrario al interés general. Por su parte, el Estado de los tiempos democráticos, ha experimentado importantes procesos de reforma, pero, en esencia, mantiene lazos de continuidad

En este sentido, ¿qué capacidad de “orquestar” los intereses en conflicto tiene el Estado mexicano actual? Aun más elemental para el fundamento del Estado constitucional liberal moderno: ¿cómo puede el Estado, en su condición presente, garantizar un entorno apropiado para la defensa de los derechos básicos del individuo a fin de preservar su seguridad personal? Se habla aquí de lo más básico: el derecho que tenemos los mexicanos a convivir pacíficamente; el 4 Prácticamente desde el inicio de la década presente, aunque ahora con mayor intensidad, las referencias de los principales articulistas y líderes de opinión respecto a la debilidad estructural del Estado mexicano son permanentes y denotan gran preocupación por sus graves implicaciones. 5 Véanse, por ejemplo, los puntos de vista de Edgardo Buscaglia sobre la naturaleza

1 El Universal, febrero 10, 2010. 2 Ídem. 3 Lorenzo Meyer, Fin de Régimen y Democracia Incipiente, México hacia el Siglo XXI, México, Océano, 1998, pp. 33-36.

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy derecho a asegurar la integridad física y patrimonial de la población; el derecho, a fin de cuentas, a vivir nuestra libertad sin miedo. La gran paradoja del presente es que arribamos a la democracia en un momento en que el Estado no sólo se muestra incapaz de protegerla y fortalecerla, sino que pareciera haberse convertido en uno de sus principales obstáculos. En este contexto, ¿es de extrañar que en el país hayan muerto violentamente más de 40 000 personas a causa de aspectos relacionados con el crimen organizado desde el año 2006? ¿Y las muertas de Juárez? ¿Y el primer lugar como país más peligroso para los periodistas en el contexto latinoamericano? ¿Y los reportes internacionales ubicando a México en un nivel de corrupción equivalente al de Marruecos? ¿Y el dramático descenso de México en el mundo como centro de atracción para los inversionistas? ¿Y el paupérrimo nivel del sistema educativo mexicano a nivel mundial? II

¿Qué fue de ello? El colapso. En los setentas: crisis financieras y endeudamiento, represión e intolerancia, encono social auspiciado desde el gobierno. En los ochentas: pago de cuentas de la herencia previa, recesión e inflación, brutales niveles de corrupción y arbitrariedad. En los noventas: reformas poco transparentes y excluyentes, privatizaciones oscuras, asesinatos políticos como producto de las escisiones en la elite gobernante y derrumbe de la expectativa de formar parte del primer mundo. De hecho, puede afirmarse que los ochentas y noventas conformaron la simiente de los problemas de criminalidad e impunidad que nos ahogan en el presente.

Un segundo elemento, íntimamente asociado a la cuestión del Estado, es que los altos niveles de violencia contra la población, conjuntamente con el derramamiento de sangre entre grupos del crimen organizado y la irresponsabilidad de los gobernantes, empiezan a verse como parte de la normalidad. Después de lustros de más de lo mismo, aunque empeorado, lo que debiera ser condenado sin miramiento alguno ha terminado por ser parte de nuestra “normalidad”. En las presentes circunstancias, lo que podría denominarse como una vida normal no existe. Es decir, una forma de vida en la que hubiera seguridad pública, un sistema educativo que realmente preparara a la gente, una economía en crecimiento, una convivencia basada en la confianza o un gobierno cercano a las necesidades de la ciudadanía.

Por su parte, en los primeros seis años del XXI, lo que prevaleció fueron niveles históricos de frivolidad e intolerancia que degradaron aún más el entorno político y, en el presente, una ardua lucha contra el narcotráfico, pero sin la intención de limpiar lo más importante, la casa, o sea, al Estado mismo.

No se habla de una normalidad inalcanzable, sino de una situación en la que el Estado asume responsabilidades básicas y genera condiciones para que los ciudadanos desarrollen sus potencialidades, convivan en un marco de relativa armonía y sientan protegida su integridad física. Con todos los problemas y limitaciones que uno pueda imaginar, esa normalidad fue característica durante algunos lustros del desarrollo estabilizador. No era ideal, pero al menos la economía crecía consistentemente, había bajos niveles de violencia y se tenía un nivel razonable de esperanza en relación al futuro.

Aquí lo que interesa resaltar es que el país carga ya con cuatro décadas de gobiernos que, por una razón o por otra, no han hecho lo necesario para darle una salida eficaz a una nueva realidad que, desde hace años, pasó de una situación de normalidad, en el sentido convencional del término, a otra, en que la violencia y la criminalidad campean. ¿A quién atribuir la responsabilidad de semejante estado de cosas? Una explicación típica es que “los culpables somos todos”. El argumento preferido es

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy que el umbral de tolerancia de la ciudadanía para lo negativo es muy elevado, de tal forma que cada tres o seis años prácticamente les entregamos un cheque en blanco a nuestros representantes. La idea subyacente es que “cada pueblo tiene el gobierno que merece” y que, a mayor propensión de la sociedad a tolerar la violencia y la corrupción, mayor proclividad de la clase política a ser como es. Después de todo, se afirma, la elite gobernante es reflejo de la sociedad de que forma parte y comparte sus valores.

El impacto es profundo y corrosivo; la democracia necesita ser nutrida. Requiere no sólo de reglas democráticas a nivel del régimen sino de un Estado, y su personal político, decididamente abocados a la protección y fortalecimiento de los principios que la democracia entraña. No puede haber democracia efectiva sin un Estado democrático que encarne el interés colectivo. Tampoco puede haber democracia cuando la clase política, por sistema, gobierna antidemocráticamente.

Aunque aparentemente veraz, este argumento es tendencioso; prácticamente termina por diluir la responsabilidad que históricamente ha tenido la clase política, en la configuración de lo que ahora vivimos en México. Y aquí vale la pena citar al sociólogo estadounidense C. Wright Mills:

Cuando esto último sucede, el desencanto con la democracia y su futuro se hace evidente en poco tiempo; el México de hoy es claro ejemplo de ello. Después de tener un esperanzador inicio en el 2000, los datos son más que elocuentes. De acuerdo a la última Encuesta de la Secretaría de Gobernación (Encup 2008), sólo el 33% está satisfecho con la democracia, al tiempo que 54% está poco o nada satisfecho. En relación a la política, al 65% no le interesa y 63% sostiene que la ley no se respeta en el país. Y, en términos de confianza institucional, los números son desalentadores: el 4.5% confía en los partidos, 8% en los diputados y 7% en los senadores, quienes por cierto están por debajo de la policía.8

…todos estamos dentro de la historia, pero no todos poseemos los mismos poderes para hacer historia. No todos tenemos el mismo acceso a los medios de poder existentes ni la misma influencia sobre su uso. La responsabilidad es mayor en quienes han tenido y tienen acceso a los medios de poder…6 Lo cierto es que, prácticamente desde los años setentas, nadie construyó en México las bases para enfrentar las consecuencias políticas y sociales derivadas de las crisis económicas y de las reformas estructurales. Nadie tuvo una perspectiva de largo plazo que fortaleciera los fundamentos del Estado como unidad legítima e incontestable de acción y decisión; ningún gobierno asumió redefiniciones políticas que rompieran con inercias históricas largamente establecidas.

Si algo reflejan estos datos, además del desencanto democrático, es que nuestra democracia es tan limitada que en realidad podría decirse que no es una democracia en su sentido pleno, sino una “cuasi” o “pseudo” democracia.9 Como puntualiza Guillermo O´Donell,10 las democracias maduras cumplen con tres condiciones fundamentales, de cuya adecuada combinación dependen su esencia, su alcance y su buen funcionamiento. La primera condición es la de ser liberal: incorpora la idea de que hay derechos del individuo que ningún poder puede violentar. La segunda, es ser republicana: entraña la noción de que el ejercicio de la autoridad pública está sujeto a la ley y orientado a favorecer el interés público. Finalmente, la democracia está asociada al componente mayoritario, electoral, que implica la posibilidad de acceder a puestos públicos y tomar parte en las decisiones, vía el sufragio efectivo, dentro de un marco de igualdad de los ciudadanos ante la ley.

Visto en perspectiva, lo que la política mexicana generó en las últimas cuatro décadas, fueron malos gobiernos. Gobiernos, como señala la historiadora Bárbara Tuchman7 al referirse al desempeño de diversas dirigencias en la historia, en los que ha prevalecido la “insensatez”. Es decir, gobiernos que siguieron “una política contraria al propio interés de los electores o del Estado”, por su obstinación en no reconocer señales que venían de todas partes y que, en la práctica, se tradujeron en efectos contraproducentes para todos. La “marcha de la locura”, como la define la autora.

¿Cumple nuestra democracia con tales atributos?

III

Respecto al componente liberal, es claro que la política mexicana no ha tenido como preocupación básica la protección y preservación de los derechos de

Finalmente, una pregunta obligada: ¿qué tanto afecta a la democracia un entorno como el aquí expuesto?

8 Secretaría de Gobernación, Encuesta Nacional sobre Cultura y Prácticas Ciudadanas, Encup, 2008 9 Términos acuñados por Larry Diamond al hacer referencia a las democracias que no van más allá de lo electoral. “Is the Third Wave Over?”, en Journal of Democracy, v.7, núm. 3, July, 1996, p. 22. 10 Guillermo O´Donell, “Horizontal Accountability in New Democracies”, en Journal of Democracy, v.3, núm. 4, 1998, pp. 113-114.

6 C. Wright Mills, The Power Elite, , London, Oxford University Press, 1959, p. 22. 7 Bárbara W. Tuchman, La Marcha de la Locura. La Sin Razón desde Troya hasta Vietnam, México, FCE, 2005, pp. 11-28.

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy

la persona. Consecuente con su pasado histórico de ancestral negación de los derechos civiles y políticos del ciudadano, el presente democrático mexicano no es sino síntesis del abatimiento de toda clase de derechos básicos, incluidos los humanos, y tiene su expresión más perversa en el estado del sistema de justicia en México. Desde lo que son las cárceles y la criminalización de la pobreza, hasta la restricción de la libertad de expresión en diversas entidades del país, lo cierto es que la democracia mexicana nunca colocó en el centro de su interés al ciudadano, sus derechos y obligaciones. En todo caso, si algo ha logrado la democracia en este país es ampliar las prerrogativas de los dirigentes y minimizar los derechos ciudadanos.

los niveles de confianza, al grado que, según Latinbarómetro, México se ha convertido en una excepción en el contexto de América Latina por sus malos indicadores, escasos apoyos y expectativas en relación a la democracia. Baste decir que mientras el promedio de apoyo a la democracia en América Latina es de 59%, en nuestro país es de 42%; y ante la pregunta de si el voto constituye un mecanismo eficaz para transformar las cosas, México ocupa el último sitio con sólo 23 puntos.11 El dato es significativo y da cuenta de un hecho desalentador: el único aspecto de la democracia mexicana que desde el 2000 disfrutó del reconocimiento interno y externo, tuvo una vida efímera. A

¿Y qué decir del componente republicano? Dicho componente supone que es la virtud la cualidad que prevalece en el ejercicio del poder y que ésta se encuentra atada al imperio de la ley. En los hechos, nada hay más alejado de esa circunstancia que la orientación general que ha adoptado el régimen político actual. Ahora parece que todo se vale, desde vínculos estrechos entre elevados niveles gubernamentales y agrupaciones de pederastas hasta total ausencia de respuesta por parte del gobierno ante el horror representado por los feminicidios en el país, o la responsabilidad del incendio de la Guardería ABC en Sonora.

partir de las elecciones del 2006, el prestigio público del IFE ha ido a la baja12 y en lo concerniente a los institutos electorales de diversas entidades de la República, hay una cada vez mayor presión sobre ellos por parte de los respectivos gobiernos estatales, en detrimento de la calidad democrática.

El resultado es trágico: no sólo quedaron hechos añicos los resabios de virtud que en cierto momento acompañaron a los “principios de la Revolución Mexicana”, sino que en esta etapa democratizadora termina por manifestarse en toda su crudeza otro de los pesados legados del viejo orden: el sistema de irresponsabilidad política institucionalizada característico del momento actual.

En este contexto, ¿qué le queda, entonces a la “democracia” en México? Muy poco, de las tres columnas que sostienen al edificio democrático dos de ellas, la republicana y la liberal, ni siquiera tienen perspectivas reales de ser reivindicadas, dado el escenario de una clase política que ha perdido todo

Queda, finalmente, el elemento mayoritario de la democracia que tiene relación con el aspecto electoral. En términos generales, México se ha transformado y es, sin duda, en el ámbito de las reformas electorales donde se ha evidenciado el avance de la democratización. Sin embargo, también aquí se han derrumbado

11 Ver el reportaje sobre el Informe Latinbarómetro 2009, en The Economist, diciembre 11, 2009. 12 Ver Consulta Motofsky, febrero 2010.

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Estado, clase política y democracia en el México de hoy Por ingenuo que parezca, se requiere volver a los fundamentos de la República, a fin de trascender la esquizofrenia que siempre hemos padecido y que hoy en día ha adquirido dimensiones de escándalo: la abismal distancia entre la forma y el fondo.

sentido de sensatez política y de siniestros poderes fácticos que asfixian al Estado. Resta, por consiguiente, la columna relativa a las elecciones, pero ésta ni siquiera tiene cimientos sólidos; es insuficiente. Por más que el gobierno pretenda ignorarlo, no es posible fincar una democracia fuerte si sólo una de las patas de la mesa democrática funciona, y a medias. El resultado ha sido una democracia desvalida que da para muy poco. Una democracia que aceleradamente está siendo engullida por el monstruo de la violencia, el deterioro y la degradación, hasta llegar a las penosas condiciones que el presente exhibe.

Sin una práctica política altamente comprometida con los valores más caros que entraña la democracia y que sea capaz de conectar los principios fundadores de la Nación con las nuevas realidades que hoy la caracterizan, no hay buen puerto posible. Para ello, empero, no hay leyes ni recetas de aplicación general. A fin de cuentas, como decía Max Weber, la democracia depende del interés, tenacidad y talento que manifiestan los actores políticos y la ciudadanía en general para nutrirla y protegerla.

A fin de cuentas, entre la inviabilidad del Estado como garante del interés general, el nocivo acostumbramiento a la nueva realidad que experimenta el país,

Al respecto, Larry Diamond es concluyente: El destino de la democracia no sólo es impulsado por fuerzas estructurales e históricas abstractas. Es consecuencia de [lo que podría denominarse como el 'espíritu de la democracia'] es decir, de la lucha, estrategia, ingenio, visión, coraje, convicción, compromiso y decisiones de los agentes humanos; o sea, de la política en el mejor sentido de la palabra.13 En este contexto, la interrogante es si dadas las graves circunstancias descritas y el peso específico que tiene dentro de la estructura de poder en el país, la dirigencia política, en un esfuerzo extraordinario de autocrítica e impulso de reivindicación histórica, detona su “espíritu democrático” y se aboca a la dignificación de la política y a la defensa y protección del interés público.

la destructiva insensatez de la elite política y la fragilidad de la democracia, los mexicanos estamos llegando al límite, por lo que toca a la violencia, la criminalidad y la incompetencia gubernamental.

Con franqueza, dudo que esto suceda, con el consiguiente costo para varias generaciones de mexicanos, como refiere el editorial de El Universal mencionado al principio del presente escrito.

IV ¿Hay salida ante este panorama? Creo que, a pesar de la magnitud de la situación, pudiera haberla. El problema de fondo del país es y ha sido político; de fragmentación, de permanentes desacuerdos y exclusión; de ausencia de visión y de profunda indiferencia respecto al destino de la Nación.

En este contexto, concluiría que nada sería más nocivo para nuestro devenir que mantener esta “marcha de la locura” y sus funestas consecuencias para todos nosotros. Si así fuera, que es lo más probable, continuaremos atrapados en el laberinto de nuestra condena histórica, claramente expresado en la famosa frase de Robert Michels: Cambiará el director de orquesta, pero la música queda.14

El asunto es que el agua ya llegó al cuello y esto no conviene a nadie, ni a los trabajadores, ni a los empresarios, ni a las clases medias, ni a los nuevos actores o al gobierno. Se requiere, como nunca, de una redefinición sustentada en un pacto político visionario que fortalezca los cimientos liberales, republicanos y democráticos del Estado mexicano.

13 Larry Diamond, The Spirit of Democracy, The Struggle to Build Free Societies Trughout the World, New York, Holt, 2008, pp. 4-5. 14 Robert Michels, Political Parties, a Sociological Study of the Oligarchical Tendencies of Modern Democracy, London, The Free Press, 1962, p. 368.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje 1 Julio César Schara Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Resumen

Summary

La investigación científica, tradicionalmente reconocida como un proceso de indagación heurística, busca generar conocimientos universales válidos, que puedan convertirse en leyes o principios. Creación de nuevos conceptos que se divulgan a través de la academia, instituciones o en laboratorios, que se encuentran en un cambio dinámico y de innovación vertiginoso. La investigación tiene por objeto el estudio de la realidad, lo que implica también los problemas humanos, los procesos sociales del conocimiento, del entorno físico, etcétera. Se trata, pues, de conocimientos frontera, relativos a fenómenos específicos en un tiempo y espacio determinados. La separación entre ciencias del espíritu y ciencias duras es análoga en lo heurístico, pues tanto en una actividad como en otra, el artista y el científico ejercen la razón, la sensibilidad, la intuición y el sentido común.

Scientific research, traditionally recognized as a process of heuristic investigation, intends to generate valid, universal knowledge that can be expressed as laws or principles. The creation of new concepts is disclosed through academic spheres or among institutions or laboratories, in constant dynamic change and innovation. The object of investigation is the study of the reality; which also implies human problems, the social processes of knowledge, physical surroundings, etc. We are dealing with borderline knowledge, regarding specific phenomena in a specific time and space. The separation between factual sciences and sciences of the spirit is heuristically analogous, because in both activities, the artist and the scientist employ reason, sensitivity, intuition and common sense.

Palabras clave

Scientific Research, Universal Knowledge, Sciences of the Spirit, Factual Sciences, Reason, Sensitivity.

Key words

Investigación científica, Conocimiento universal, Ciencias del espíritu, Ciencias duras, Razón, Sensibilidad.

1 Ponencia presentada en el II Simposio Internacional de Estudios Visuales “Horizontes (im)posibles”, Facultad de Artes Visuales, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 2008

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje Introducción

incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios".3

La polémica entre ciencias duras y ciencias del espíritu, entre la investigación científica y la investigación de la creación artística debe tener nuevos enfoques, que permitan dilucidar sus paradigmas, sus entrecruces, así como el objeto-sujeto de investigación y el de su complejidad.

En un sentido, la complejidad siempre estará relacionada con el azar... En este caso la dificultad no está en la concepción de la renovación del objeto sino en el revertir las perspectivas epistemológicas del sujeto, es decir, del observador científico. Lo propiamente científico era, hasta el presente, eliminar la imprecisión, la ambigüedad, la contradicción. Pero hace falta aceptar cierta imprecisión y una imprecisión cierta, no solamente en los fenómenos, sino también en los conceptos, y uno de los grandes progresos de las matemáticas de hoy es considerar los conjuntos imprecisos.

Las ciencias duras han acrecentado su control sobre ciertos dominios del conocimiento, surgido de estos dominios se ha constituido a través de su proyección sobre el ámbito tecnológico. Las pautas de una sociedad del espectáculo, han amplificado la visibilidad de la eficacia, han incorporado la modelación de dispositivos de control y la construcción de objetos tecnológicos en el régimen de la espectacularidad que determina las formas de identidad y de presencia de los acontecimientos, su duración y su sentido, en el espectro de los procesos sociales. Incluso han creado en algunas ocasiones, la ilusión de verdad que ahora prácticamente atribuimos, a las ciencias exactas o a las ciencias duras... La ilusión sobre la naturaleza del conocimiento que surge de las ciencias, su capacidad de generalización, su posibilidad de acuñar enunciados universales y de conocimientos de validez general, pone en escena el tema fundamental de las condiciones del conocimiento local, y la forma, la disciplina, los umbrales que traza para el desempeño de la creación de los conocimientos. Desde entonces, las ciencias del espíritu están vinculadas con la naturaleza enigmática del saber histórico y las condiciones que ha impuesto desde entonces a toda meditación sobre la civilización y la cultura sean cuales fueren sus definiciones, opuestas o contrastantes, redundantes o convergentes; quiero decir que es posible advertir que la división entre ciencias naturales y ciencias del espíritu, ciencias históricas, involucran una discusión profunda sobre por lo menos tres nociones que podríamos llamar cardinales: la noción de descripción, la noción de explicación y la noción de comprensión.2

Una de las conquistas preliminares en el estudio del cerebro humano es comprender, que es una de las superioridades sobre la computadora, y la de trabajar con lo insuficiente, lo impreciso; hace falta, de ahora en más, aceptar una cierta ambigüedad en la relación sujeto-objeto, orden-desorden, auto-heteroorganización. Hay que reconocer fenómenos inexplicables, como la libertad o la creatividad, inexplicables fuera del campo complejo que permite su aparición. …De lo que estamos persuadidos es de que si bien nuestro aparato lógico-matemático-virtual se adapta a ciertos aspectos de la realidad fenoménica, no se adapta a los aspectos verdaderamente complejos. Esto significa que debe desarrollarse y superarse en dirección a su complejidad, a pesar de su sentido profundo de la lógica de la organización biológica.4 Lo que hemos querido y creímos encontrar, es el punto ar ticular par a las investigaciones fundamentales, un conjunto teórico-metodológicoepistemológico, a la vez coherente y abierto; lo que ahora es mucho más coherente que todas las otras teorías que se extienden sobre un dominio igualmente vasto pero que se reducen a repetir incansablemente sus generalidades. Lo creemos mucho más vasto y más abierto que todas las otras teorías coherentes. Más lógico y más vasto que todas las otras teorías abiertas (que caen en el eclecticismo, a falta de una columna vertebral). Vamos a intentar un discurso multidimensional no totalitario, teórico pero no doctrinario, (la doctrina es la teoría cerrada, autosuficiente, por lo tanto insuficiente) abierto a la incertidumbre y a la intrascendencia; no ideal, idealista, sabiendo que la cosa no será nunca totalmente encerrada en el

La complejidad Así pues, los fenómenos de comprensión, explicación y singularidad del acontecimiento del arte y de la historia quedan vinculados a lo que Edgar Morin llama el pensamiento complejo, pues dice: "La complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e interacciones que desafían nuestras posibilidades de cálculo, comprende también 2 Fernández, L. García et al., 1998, Encrucijadas metodológicas en ciencias sociales, México, UAM-X.

3 Morín, E., 2003, Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, Gedisa. 4 Ídem.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje concepto, el mundo jamás aprisionado en el discurso... Tal es la idea de la ciencia nuova en un contexto y en un texto; quiero indicar que nuestro esfuerzo se sitúa en una modificación, en una transformación, un enriquecimiento del concepto actual de ciencia que, como lo había dicho Panovsky, no es ni absoluto ni eterno. Se trata de una transformación multidimensional de aquello que entendemos por ciencia, que concierne a aquello que parece constituir algunos de sus intangibles interactivos comenzando con la inevitabilidad de la parcelación disciplinaria y el fraccionamiento teórico... El conocimiento científico fue concebido durante mucho tiempo, y aún lo es a menudo, conteniendo la misión de disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden...5

la realidad cotidiana, por medio de los sujetos experienciantes, que pueden dar rienda suelta a sus sentidos, y a su imaginación, a la producción imaginaria. El desafío es vincular la teoría y la práctica. La academia y la realidad, en un juego lúcido que nunca concluye, que siempre nos enseña ese olvidado asombro de estar vivos, como decía Octavio Paz. La indagación en esta metodología del pensamiento complejo, es un conjunto de procesos ligados con múltiples nexos, de universos diferenciados, con altos grados de abstracción, pero que al asumirlas podemos considerarlas también en otras disciplinas. En la investigación no podemos aceptar concepciones rígidas que limitan al pensamiento y a la acción. Se debe conjugar la preparación formal con el campo de la teoría, la metodología con la imaginación creativa. Unir, reconciliar, vincular la existencia personal con la vivencia racional, ligada también a la imaginación, a la creatividad y a lo artístico. Un sistema heurístico siempre será abordado con imaginación y con espíritu creativo.

La complejidad conduce a la eliminación de la simplicidad. Por cierto, la complejidad aparece ahí donde el pensamiento simplificador falla, pero integra en sí misma todo aquello que pone orden, claridad, distinción y precisión en el conocimiento. Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo integra lo más posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias rutilantes, reduccionistas, unidimensionalizantes, y finalmente cegadoras, que se toma por reflejo de aquello que hubiera sido real en la realidad... En este sentido, el pensamiento complejo aspira al conocimiento multidimensional... El pensamiento complejo está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento.

En la universidad, esa casa de la razón, que es la conciencia crítica de la sociedad, la investigación debe ahora tener entonces la más importante de las tareas: ser vínculo entre los métodos científicos y humanísticos e intentar la transdisciplinariedad y la multidisciplina.

Edgar Morin implica en su discurso que la nueva ciencia está animada de ese nuevo sentido que el mundo le ha dado al conocimiento de las ciencias, esto es, lo multidisciplinario, lo transdisciplinario y lo pluridisciplinario. El pensamiento complejo, los nuevos conocimientos innovadores, responden preguntas, dilucidan dudas, nos enseñan a reflexionar libre y honestamente, nos obligan a buscar otra metodología que no solamente es un recurso para las ciencias duras y las del espíritu, sino que es también útil para la vida cotidiana, porque funciona; ofrece recursos para reconstruir los hechos, las acciones, analizar las partes y comprender debidamente sus diferencias. La búsqueda, pues, no puede ser realizada solamente como una investigación básica o aplicada en la biblioteca o el laboratorio, o en el taller de pintura, sino también en el pensamiento popular, en 5 Ídem.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje Actualmente, en las universidades existe una transformación en el orden que prevalece en la producción de los conocimientos, en el sentido cada vez más profundo de crisis en el sistema moderno del conocimiento; combinación notable de incertidumbre y liberación. Hay una pérdida de las normas en las que podríamos confiar y una apertura hacia nuevas formas de conocimiento. Prevalece una profunda duda respecto a los convencionalismos establecidos en cuanto a la producción de conocimientos, pero también una nueva sensación de un nuevo comienzo:

hegemónicos del poder, los productos del conocimiento y lo que no son productores del mismo, van a profundizarse. Los países emergentes tienen que estar conscientes de los procesos por los cuales el conocimiento se desarrolla, transmite, mantiene y se reproduce en las nuevas competencias globalizadoras de la tecnoeconomía (nueva sociología del conocimiento y nueva división internacional del trabajo). En esta sociedad del conocimiento, que es principalmente transdisciplinaria y multidisciplinaria, las ciencias de la cultura tendrán que revisar la situación, "el estado del arte" en que se encuentran el análisis de la producción del arte y los diseños de esta nueva civilización de las imágenes, sus lenguajes constructores y las posturas deconstructivas de las vanguardias históricas.

Es muy ilustrativo analizar el debate acerca de la importancia relativa a la generalidad y singularidad en el conocimiento creativo, al igual que la prioridad que se le debe de otorgar a la formulación y validación progresiva de leyes generales, o leyes específicas acerca de la realidad social... Sin embargo, el cambio de énfasis entre estas opciones es inconfundible, y representa un cambio significativo, en el patrón de estrategias de investigación: estudio profundo de casos, análisis históricos, análisis estéticos, análisis etnográficos, análisis de procesos, de incidentes críticos, interpretaciones tanto de evidencia literaria como social, que cada vez compiten más con los enfoques de los sistemas de las hipótesis, de acuerdo a las estrategias de muestreo tradicionales, que permiten las generalizaciones de un universo teóricamente definido, pero con errores raros crasos de muestreo identificable.6

El análisis tradicional del arte surge con Baumgarten (1750), como estética, Aisthetikós: ciencia del conocimiento sensible, cuyo objeto de estudio es determinar la esencia de lo bello.7 La historia de la estética tuvo orígenes diversos, sin embargo, el análisis respecto a qué es lo sensible, quedó relegado por la relación dialéctica entre la obra de arte, la representación visual y su empatía: Einfühlung. Mucho después se sistematizarían las nuevas corrientes teóricas que analizarían los contactos entre la reproducción imaginaria, los usuarios de la imagen y su vinculación social, en autores como Hausser, Francastel, Dauvignaud, Bourdieu, etcétera. En su origen, el término arte, téchne, tiene en griego un radio de acción mucho más extenso que nuestra palabra "arte", porque hace referencia a toda profesión práctica basada en determinados conocimientos especiales y, por tanto, no sólo a la pintura, escultura y a la arquitectura, sino también, y acaso con mayor razón aún, a la medicina, a la estrategia de guerra o al arte de la navegación. Dicha palabra trata de expresar que estas labores prácticas o estas actividades profesionales no responden a una simple rutina, sino a reglas generales y a conocimientos seguros. En este sentido, el concepto griego téchne corresponde frecuentemente, en la terminología filosófica de Platón y Aristóteles, a la palabra teoría en su sentido moderno, sobre todo ahí donde se contrapone a la mera experiencia. A su vez, la téchne como teoría se distingue de la "teoría" en el sentido platónico de la "ciencia pura", ya que aquélla (la téchne) se concibe siempre en función de una práctica [...]. En Platón epistéme es sinónimo muchas veces de téchne (Jaeger).

Esta transformación, que constituye la pérdida del consenso científico, revalúa la importancia de reorientar la investigación hacia una metodología transdisciplinaria, pluridisciplinaria y abierta que permita un cierto desarrollo científico humanístico del pensamiento complejo, que puede incorporar un rigor aún más estricto en sus diferentes procesos, equilibrados por un espíritu crítico creciente y por un humanismo que rescate los valores democráticos de la sociedad y ayude a eliminar las contradicciones entre ciencias del espíritu y ciencias duras, evidenciadas en los reduccionismos, insertas en la sociedad de producción de los conocimientos y la información: el ecocidio del planeta, absolutismo hegemónico, pandemias, monoculturalismo, pésima distribución del ingreso, división internacional del trabajo en países pobres, emergentes e industrializados, etcétera. Las brechas entre las sociedades periféricas y bloques 6 Weilar, Hans. N., 1993, en J.C. Schara, Métodos, técnicas y reglamentos, para la elaboración de tesis de grado, México, Cuadernos de Investigación, San Rafael.

7 Bayer, R., 1998, Historia de la estética, México, FCE.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje Las sensaciones, lo sensible, son el elemento abstracto del sistema perceptual de la inteligencia. Abstracciones, sentimientos, percepciones y creación de imágenes conforman la base de la estructura elemental de toda la estructura de la inteligencia humana.

Aristóteles tendrá como punto de partida para determinar qué sea "ciencia" epistéme, el mundo práctico de las técnicas y las artes. Epistéme y téchne están estrechamente ligados entre sí, por cuánto téchne es más ciencia que experiencia. La estética redujo el arte (techen), a objeto de estudio de las habilidades y destrezas y lo materializó a su función básica del fenómeno artístico y su relación con el usuario o consumidor del objeto: novela, pintura, música o danza, donde el contemplador, al entrar en la obra, hallaría un puente de interpretación, creando otra obra, en el "yo encarnado" que la completaba, idealizaba, y se sentía identificado, o que simplemente la rechazaba. La empatía (Einfühlung), del consumidor elitista, fue el destino último y más importante de los objetos artísticos, y los sistemas de circulación de las obras se especializaron.

Hay que hacer la distinción entre percepciones: ver, oír, tocar, oler y gustar. Son sensaciones que constituyen abstracciones que se mueven y entrelazan como esferas concéntricas al ritmo de las imágenes visuales que retroalimentamos con la realidad en una interacción entre lo subjetivo y lo fenoménico visible del mundo que nos rodea. Así que lo sensible no podría existir fuera del contexto de la razón, de lo racional como función de las estructuras de la inteligencia. Desde que se fundaron las teorías estéticas por Baumgarten (1714-1762), la estética hizo suyo el reino de lo sensible (Aisthetikós). La sensibilidad era el elemento clave por excelencia, para vincularse con los diferentes objetos del arte. Sensibilidad y cultura van a formar parte de un solo patrimonio, que desde la filosofía alemana van a unificarse para comprender lo que conocíamos como las teorías de lo bello, fundadas desde los días de Platón.

La producción imaginaria va a formar lo que Michel Foucault denominaba "la arqueología del saber". Las obras de arte del pasado enseñaban las principales constantes y modelos del ser de la historia. Conocimiento y análisis de un pasado que conformaban visiones del mundo y el espíritu de cada época: Zeitgeist. Los nuevos estudios sobre la civilización de las imágenes, de la información y los conocimientos, han puesto al descubierto la importancia que tiene en la sociedad el saber, la reflexión y retroalimentación de los diferentes iconos contemporáneos e históricos (Debray, Moles, etcétera); y no se trata solamente de las imágenes que conforman el espíritu de nuestra época, sino que este nuevo constructor se ha convertido en metáfora, símbolo y mito de la contemporaneidad posmoderna. En la tradición histórica del análisis de la estética, existe una relación diferenciada entre el conocimiento, lo sensible, lo conceptual, lo racional, y lo intuitivo. El conocimiento teórico es racional y lo sensible no lo es.

Belleza y estética fueron análogas. La interacción que el espectador y la obra realizaba constituía una revelación, un puente que se abría para dar pasó a la comunicación, a la iluminación que el arte entregaba a los espectadores, como un acto libre y gratuito: la Einfühlung –la teoría, la contemplación, separa de golpe los objetos del mundo para devenir en el fenómeno íntimo de una intuición intelectiva. Es un éxtasis de los iniciados entre el yo y lo real, una Einfühlung metafísica, una transmutación, de donde surgía la revelación–. Tránsito habitable entre las obras de arte y los espectadores, que se comprendía como una acción de elección cultural de los conocedores.

En este aspecto tendríamos que tomar en consideración algunas formulaciones de lo sensible, y por lo tanto del reino de las emociones configuradas dentro de los sistemas perceptivos, reflexión iniciada a principios del siglo XX por Titchner, el fundador del estructuralismo.

Otros estudios sobre las emociones, por ejemplo el tratado de Charles Darwin sobre la expresión de las emociones en los animales y el hombre, van a aportar nuevas relaciones entre las sensaciones y la sensibilidad y los fenómenos afines que la humanidad comparte con el reino animal.

Para Titchner los sistemas perceptivos de la inteligencia serían: olfato, gusto, oído, vista y tacto, íntimamente relacionados con la construcción de las imágenes que la inteligencia crea para constituir lo que llamamos actualmente las visiones del mundo, las imágenes de la realidad íntimamente ligadas a elaboraciones subjetivas, volitivas, que el autor llama percepciones.8

Hay que crear nuevas formulaciones teóricas sobre la relación del arte y lo sensible, para así reinterpretar las nuevas relaciones que el arte exige a los espectadores y poder deslindar que no solamente se trata de una "revelación" sensitiva, sino también considerar la 8 Titchner, E. B., 1996, An Outline of Pychology, Nueva York, Macmillan.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje interpelación racional, conceptual, y de transformación de ciertas realidades alienadas o enajenadas, producto de la sociedad contemporánea, que muchas veces las obras de arte asumen en la construcción de sus lenguajes artísticos.

nueva interpretación, que recrea esta ciencia sobre lo bello para situarla en las leyes de la estética, como un tratado de lo sensible. Él se pregunta si en la estética no había leyes que correspondieran a las leyes de la lógica; los principios en el dominio de la estética no habían sido planteados antes de su famoso tratado. En 1735 publica las meditaciones y pensamientos filosóficos acerca de la poesía y la verdad; en 1750 aparece la primera parte de la Estética y en 1758 la segunda. Baumgarten convierte esta ciencia, que había sido una parte de la ciencia de lo bello del mundo clásico, en un campo claro y preciso. Elabora el campo y lo divide en dos partes: la estética teórica y la práctica; teóricamente es la ciencia del conocimiento sensible. No menciona el sentimiento, pero habla de que el conocimiento sensible, en tanto que tal conocimiento, no se ocupa más que de los procesos intelectuales y no de sus resultados. El conocimiento sensible provee, la belleza del conocimiento es universal, como todo conocimiento. Por ser el conocimiento sensible, y todo lo sensible es contingente, todas las formas del conocimiento permanecen en el campo de la contingencia puesto que no son perfectas. Sin embargo, el conocimiento sensible, perfecto, puede ser universalmente compartido.9

El conocimiento del arte, cuyos objetos de creación y revelación son inherentes a todas las formas de evolución de la civilización humana, ha fundado y refundado la enérgica decisión de los creadores, por lo menos desde la creación del espíritu vanguardista del impresionismo, la libertad espiritual y el rompimiento iconoclasta con las tradiciones culturales que las sociedades iban conformando. Así, una estética tradicional asumiría la evolución de lo sensible o lo bello vinculados a valores fundamentales de esa misma civilización, cuya reflexión se remonta a la filosofía de Platón. Hay que crear nuevos conceptos, una nueva ruptura epistemológica sobre la idea de lo estético y su transdisciplina o pluridisciplinariedad entre las artes mismas, como la música y la pintura o su vinculacióninterpretación del espíritu técnico y científico de la modernidad. Crear nuevas formulaciones teóricas que puedan conciliar lo científico y lo sensible, pues lo estético puede también intuirse o revelarse a los científicos en sus propios objetos de estudio y revelarles la parte estética de sus propios descubrimientos.

En la multiplicidad únicamente se alcanza la belleza mediante la reducción de un solo elemento que se representa como un fenómeno en sí, y tal unidad no es abstracta sino concreta, es palpable y es objeto de sensación. La palabra fenómeno pertenece al campo del comportamiento fenomenológico y constituye una operación intelectual acordada y universal. La belleza es el acuerdo de los signos, un acuerdo interno con los pensamientos y con las cosas, es el acuerdo de la expresión, de la dicción con los pensamientos, con el orden en que están dispuestos respecto a las cosas mismas.

No podemos seguir insistiendo, por lo menos no únicamente, en el sentido de la belleza del arte, sino también en las revelaciones que se pueden hacer como experiencias didácticas, como lecciones para retroalimentar la reflexión que los contemporáneos han asumido sobre el destino de la naturaleza, de la ciencia, la tecnología, la demografía, de las relaciones de la pareja humana, del sentido del arte mismo y su relación con los mercados del arte. Revisión del arte como valor de cambio, pero no sólo en su sentido comercial sino también en su sentido de valor patrimonial de la humanidad. ¿Podría un laboratorio científico ser bello, son estéticos sus descubrimientos?

La estética práctica constituye la expresión por la ética; el logos, es decir el lenguaje, por las palabras; investiga las condiciones internas de la condición estética; es la disposición natural del alma para tener pensamientos hermosos en los que no sólo intervienen la inteligencia, sino también los sentidos, como la vista y el oído. Baumgarten habla de la agudeza de la percepción sensible de los artistas, del poeta que posee la potencia y la belleza de la imaginación y la sitúa en un nivel intermedio de la sensibilidad y el intelecto. Hace también referencia a la perspicacia en el dominio intelectual, a la memoria y a la fantasía reproductivas. La imagen poética no es una mera imagen común, sino una imagen nueva lograda por la combinación en un orden diferente. Así, en lo referente a otras

En la belleza de la ciencia, en la belleza esperpéntica del Dada y en el postulado nietzscheano de la relación dialéctica, paradigmática, entre belleza y la fealdad, del bien y del mal. En La Genealogía de la Moral y en El Origen de la Tragedia, Nietzsche trastoca los conceptos tradicionales que teníamos de los bienes morales para dejarnos preguntas abiertas a nuevas lecturas que proponían una revisión: ¿Qué es el bien? ¿qué es el mal? ¿qué es lo bello? Baumgarten es el primer filósofo que elabora una

9 Bayer, R., Historia de la... op. cit.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje cualidades, tales como el gusto, el refinamiento, el espíritu profético y el temperamento, el poeta debe compenetrarse de las disciplinas estéticas y metafísicas, de la moral, la historia y las matemáticas. Aparte requiere del entusiasmo, el cual añade condiciones extremas, como la equitación, el ocio, beber, la juventud.10

de los casos, el espacio y el tiempo. Como presencias constantes dentro de la conciencia, espacio y tiempo son intuiciones”.12 No podemos concebir los objetos sin concebirlos en el espacio, tampoco podemos concebir un espacio puro, vacío por así decirlo, sin que contenga ningún objeto; por lo que el espacio es una intuición a priori, pues sin él no podríamos concebir los objetos, así que el espacio es necesario y lo es universalmente. No sólo es una intuición sino una intuición a priori, ya que ésta es universal y necesaria.

La actividad estética queda así reducida al Empfindung, que es a la vez sensación y sentimiento; así pues, la filosofía crea a la estética como un campo de los sentimientos y descubre que el proceso estético no se trata de un conocimiento, sino de una reacción afectiva que ciertos conocimientos producen en nosotros. Este descubrimiento va a ser retomado por diferentes filósofos, entre ellos Kant, en su Crítica del juicio, donde de alguna manera lo va a sancionar, pero preserva las distinciones de sensación y sentimiento con sus elementos emocionales que son absolutamente inseparables.11

Es imposible concebir sucesiones, movimientos, cambios, sin la noción previa de tiempo. No es imposible, como lo hace la física, concebir un tiempo puro. El tiempo y el espacio son intuiciones a priori puesto que también son necesarios, universales, para hacer posible representar este tiempo o esta sucesión en forma concreta y precisa.

En la Estética trascendental, Kant analiza las posibilidades de los juicios sintéticos a priori en las matemáticas como posibilidad de un conocimiento de todos los principios a priori de la sensibilidad. La estética como lo bello del arte, no es empleada por Kant, sino en su sentido etimológico y clásico que se refiere a la esfera de las sensaciones, y lo trascendental significa el conocimiento a priori que debemos utilizar para reconocer los objetos. Lo trascendental es una manera de conocer como una conciencia general. El conocimiento sensible tendrá dos condiciones: primero, las intuiciones de espacio y de tiempo, como dos situaciones a priori universales necesarias que garantizan de manera general el conocimiento sensible; el conocimiento matemático sería la segunda condición. Kant se va a preocupar de la existencia del tiempo y el espacio como formas de percepción; esto es, en la forma en que ambas concepciones se presentan en el espíritu; por lo cual, para el conocimiento, el espacio y el tiempo son intuiciones de nuestra conciencia. “En todas nuestras sensaciones, en todas nuestras ideas, están presentes el espacio, el tiempo o, en la mayoría

Al establecer que el espacio y el tiempo son a priori, Kant ha establecido: uno, que toda nuestra sensibilidad tiene fundamentos universales y necesarios; dos, que las ciencias basadas en las nociones de espacio y de tiempo tienen, igualmente, fundamentos y bases universales y necesarias y sus razonamientos están fundados en principios verdaderos. Decir que e x i s t e n intuiciones a priori para n u e s t r a sensibilidad es af irmar que todas nuestras sensaciones dependen, en ú l t i m a instancia, de las nociones de espacio y de tiempo. Decir, por otra parte, que las ciencias tienen un fundamento universal que son estas dos intuiciones es, más precisamente, afirmar que la geometría fundada en el espacio es posible como un conocimiento sintético a priori, es afirmar también que en la intuición a priori el tiempo explica la posibilidad de tantos conocimientos sintéticos a priori como expone la ciencia

10 Ídem. 11 Ídem

12 Xirau, R., 2002, Introducción a la historia de la filosofía, México, UNAM, 4a. reimp.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje revisión de las vanguardias. La problemática tradiciónmodernidad, conservadurismo y democracia están vinculadas a las relaciones de la vida académica, al escenario mismo de la enseñanza-aprendizaje, y por supuesto a los conceptos del arte y del humanismo.

general del movimiento, que no es poca fecunda.13 Agnes Héller, en la Teoría de los sentimientos, asegura que sentir es estar involucrado en algo. La revelación del arte y la literatura conforma sistemas históricos que han servido para comprender el mundo, asumirlo, interpretarlo. Cada visión del mundo ha sido diferente y en ocasiones opuesta la una a la otra, como sucede en el medioevo que aniquila los postulados de la estética grecolatina para resurgir en una simbiosis en el Renacimiento. El siglo XX ha sido usufructuario de los principios de la estética del siglo XVIII y XIX. ¿Tendríamos que crear una nueva estética de la complejidad, o de la pos-estética social en el siglo XXI?

La educación para el arte es la problemática de la formación de nuevos formadores para buscar consensos libres socialmente necesarios para la educación en el país. El autoritarismo, latente o evidente de las relaciones entre la sociedad civil y la sociedad política, se repite en las aulas y en las escuelas de arte, en los cambios curriculares; las innovaciones no pueden ser impuestas en línea piramidal. Los nuevos planes de estudio no se pueden hacer factibles sin los estudios y evaluación de los egresados, del mercado; sin la consulta a los estudiantes, a los empresarios, a los coleccionistas, a las galerías del mercado del arte al exterior y al interior del país.

Consideraciones finales A una década de iniciado el nuevo siglo, la enseñanza de las artes tiene que cambiar sus territorios tradicionales y abrir espacios para comenzar, en principio, el problema de la instrucción de nuevos formadores, clave indispensable para el cambio académico. La tradición académica cuenta con figuras importantes de profesores que salvaguardan aún sus valores en la institución, y forman parte de un patrimonio artístico; por ejemplo, los investigadores eméritos del país, pero junto a ellos deben formarse nuevos maestros que inicien la discusión de la complejidad del arte y la sociedad para este nuevo milenio.

¿No valdría la pena consultar a la sociedad civil sobre el futuro del arte, sobre la sobrevivencia factible de los productores de arte en los próximos decenios? ¿No sería importante investigar en qué condiciones se reproduce la vida del artista, pintor, escultor, instalacionista, bailarín o músico? ¿Cuál será el destino de la producción artística? ¿Y cuál el de la enseñanza del arte? La instrucción o educación de nuevos formadores, la creación de nuevos actores sociales en el campo artístico, los procesos de enseñanza-aprendizaje son fundamentales para la producción cultural del país. Para ello debemos rehacer nuestros programas de estudio, nuestra concepción del arte, nuestras relaciones sociales para la reproducción imaginaria.

El coleccionismo mexicano se ha reprimido en forma devastadora, nuestros artistas no cuentan con los mercados tradicionales de arte. La búsqueda de nuevos espacios, la transdisciplinariedad no sólo es la vinculación de las artes visuales con la danza, música, teatro, cine, sino la convergencia de los problemas artísticos vinculados a los problemas educativos, sociales, políticos, económicos del país, para una revisión crítica, teórica, metodológica, que abarque nuevas posibilidades de producción artística que asuma sus principios sociales, políticos y económicos para la elaboración de su producción.

Las becas que los gobiernos actuales otorgan para mantener a una elite de artistas a los cuales tiene como rehenes para la legitimación de la reproducción de su política cultural ¿podrían revisarse? ¿No sería fundamental revisar el proceso social, el destino que debe darse al arte y a la cultura de este país? ¿Podremos innovar con los mismos esquemas mentales del pasado? ¿Podremos situar la transdisciplina del pensamiento complejo, las vinculaciones entre arte y ciencia, vanguardia y posvanguardia, en los límites sociales en los que viven los productores culturales sumidos en la modestia y la pobreza, situados en una imagen artística de finales del siglo XIX?

El ya iniciado milenio no sólo plantea el cambio de un periodo histórico. El Muro de Berlín, la Perestroika, el Apartheid, el capitalismo conquerante, nos obligan a la búsqueda de un nuevo paradigma, o, por lo menos, no podremos seguir haciendo las cosas como las hemos venido haciendo hasta ahora: la competencia tecnológica, la globalización, las nuevas formas de producción, la conformación de los nuevos mercados, la revisión teórico-metodológica de la modernidad, la

Las reformas de la enseñanza-aprendizaje artística en México han sido profundamente tradicionales, ha hecho falta contactos con otros centros de estudio, con la misma universidad, con la actividad intelectual que la vida académica crea. El mundo académico

13 Kant, "Estética trascendental", citado por Ramón Xirau, en Introducción a la historia… op. cit.

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Generalidades sobre el Método Científico y la Teoría del Conocimiento en la enseñanza-aprendizaje México, Ediciones Coyoacán.

artístico ha vivido una autarquía histórica. En la Academia Virreinal existieron los famosos pensionados y becarios, que viajaban principalmente a Italia. Las estadías académicas son útiles en la instrucción de formadores, son útiles en la búsqueda de nuevos consensos, de nuevos planteamientos teóricos; pero también para la comunicación entre el arte y la sociedad, para que la sensibilidad histórica que el arte ha reproducido como un patrimonio de la humanidad, sea una realidad para nuestra civilización, y se reabra finalmente un nuevo humanismo cuyos principios, como escribiera Rosario Castellanos, serían:

Morín, E., 2003, Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, Gedisa. Paz, O., 1967, El arco y la lira, México, FCE. Schara, J. C., 1970, “San Carlos en la encrucijada”, Diario Excélsior, Diorama de la Cultura, México. Titchner, E. B., 1996, An Outline of Pychology, Nueva York, Macmillan. Weilar, H. N., 1993, en J. C. Schara, Métodos, técnicas y reglamentos para la elaboración de tesis de grado, México, Cuadernos de Investigación, San Rafael, 1997.

... Y en un mundo como el nuestro, todavía tan sobresaltado por la naturaleza, tan teñido de elementos sobrenaturales, la tarea humanizadora han de emprenderla los mejores espíritus y han de emplear, para llevarla a cabo, sus mejores armas: la lucidez, la astucia, la perseverancia, el sentido de lo posible que no hace menguar el sentido de lo deseable, la pureza de las intenciones, la habilidad para elegir y aprovechar las oportunidades, la delicadeza en el trato con los demás, la energía en el carácter, la prontitud para responder a los estímulos, la memoria para mantener vivo el pasado en el presente y proyectado hacia el futuro...14

Xirau, R., 2003, Introducción historia de la filosofía, México, UNAM, 4a. reimp.

Bibliografía Applebary, J., 1995, “La Universidad y la explosión del conocimiento”, en Revista Tlamatini, núm. 1, México, EDUVEM. Bayer, R., 1998, Historia de la estética, México, FCE. Fernández, L. García et al., 1998, Encrucijadas metodológicas en Ciencias Sociales, México, UAM-X. Heller, Agnes, 1993, Teoría de los sentimientos, 14 Schara, J. C., “San Carlos en la encrucijada”, en Diario Excélsior, Diorama de la Cultura, México, 1970.

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¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra América?

Oscar Wingartz Plata Facultad de Filosofía

Resumen

Summary

Este trabajo pretende mostrar algunos aspectos de la compleja y conflictiva situación latinoamericana; una de nuestras realidades más agudas es la llamada consolidación democrática, así como su respectiva práctica social: el ejercicio democrático. Esta cuestión tiene su propio peso y densidad en el sentido de que “formalmente” hay una serie de prácticas y concepciones sobre la democracia, pero sobre los hechos seguimos adoleciendo de una verdadera cultura democrática. Es decir, nuestro problema en esta materia no se agota en sola emisión del voto, esta es una simple formalidad que nubla, obstaculiza, el profundizar lo dicho sobre las reales implicaciones que tiene el quehacer democrático en nuestros contornos. Podemos plantearlo de la siguiente forma: La Democracia (con mayúsculas) no se termina en la emisión del voto, es un desarrollo social, cultural, educativo, ideológico, civilizatorio. La democracia es una forma de vida que se construye históricamente, no se hace por decreto como lo han pretendido nuestros políticos.

In this article the author intends to present some aspects of the complex and conflictive LatinAmerican situation, one of which is the so-called democratic consolidation and its respective social practice: the exercise of democracy. This matter has it is own weight and density in the sense that “formally” there is a whole series of democratic conceptions and practices, but in actual fact, we do not have a real culture of democratic practice per se. This problem is not resolved by exercising the right to vote, which becomes, of itself, a mere formality that impedes the masses from delving into the real implications of democratic duty in our society. We could state the problem thus: the process of Democracy does not end when the population emits its vote: Democracy is a development that is composed of multiple layers: including the social, cultural, educational, ideological, civilizing aspects. Democracy is a form of life, historically constructed; it is not decreed into existence as our politicians would have us believe. Key words

Palabras clave

Democracy, Latin-America, Practices, Conceptions.

Democracia, América Latina, prácticas, concepciones.

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¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra América?

En América Latina: El liberalismo económico, lejos de promover un liberalismo político, genera, requiere para su instrumentación de un totalitarismo político que da lugar a un nuevo modelo: El Neoliberalismo Autoritario.

crisis” del capitalismo a escala global, las secuelas que ha dejado, así como la imprecisión en la superación de la misma. Si retomamos de manera general cuáles fueron las inquietudes sociales, políticas, económicas y espirituales de nuestros pensadores latinoamericanos en el siglo XIX, veremos que se centraron en la aspiración y generación de un espacio y una condición propia, que abarcaban las diversas dimensiones de nuestra cotidianeidad. Estas aspiraciones se inscribían en un proyecto más amplio y ambicioso, la construcción de la Gran Patria Continental imaginada y anhelada por el libertador Simón Bolívar. Estos pensadores y líderes tomaron como tarea prioritaria la reconstrucción espiritual y material de las naciones recién independizadas del dominio español; esto se continuó en el periodo pos-independentista, el argentino Juan Bautista Alberdi lo exponía con toda claridad y lucidez desde su dimensión cultural, era la magna obra que impulsaría a nuestros países como naciones fuertes y consolidadas al afirmar que:

René Villarreal1 I.- Introducción Una reflexión como la que se está proponiendo es absolutamente pertinente, necesaria y urgente; en consecuencia con esto inicio con un cuestionamiento: ¿Cuáles son o pueden ser las perspectivas que se le muestran a nuestra América al inicio de la segunda década del presente siglo? Esta pregunta es un asunto central, por lo tanto, está fuera de toda discusión, pero el problema a pesar de su obviedad sigue siendo: ¿Por qué afirmar que se abre una coyuntura complicada? Es decir, en términos estrictos, “el futuro” no se muestra promisorio, ni en el corto, ni en el mediano plazo. Los ejemplos que se pueden proponer son muchos, sólo por mencionar tres: el asunto de la gobernabilidad, cuestión todavía pendiente, el agotamiento sus los recursos naturales y la implacable asimetría que seguimos teniendo en relación con los países centrales o hegemónicos.

Nuestra filosofía, pues, ha de salir de nuestras necesidades. Pues, según estas necesidades, ¿cuáles son los problemas que la América está llamada a establecer y resolver en estos momentos? Son los de la libertad, de los derechos y goces sociales de que el hombre puede disfrutar en el más alto grado en el orden social y político; son los de la organización pública más adecuada a las exigencias de la naturaleza perfectible del hombre, en el suelo americano.2

Por otra parte, no pretendo recargar los argumentos, ni exagerar los planteamientos, ni sumar adjetivaciones sin fundamento, pero nuestra situación es como lo muestra el título de este trabajo, de incertidumbre. Esto quiere decir que estamos ante una condición histórica, compleja y de difícil pronóstico, entre otros aspectos por la dispersión que priva en nuestros contornos. A su vez, se presenta como una oportunidad para rehacernos en función de nuestros legítimos intereses y, no estar dependiendo de los centros de poder con sus abusos, devaneos y caprichos. Esta perspectiva tiene como todo, consecuencias que si no son analizadas con detalle los saldos nos serán más adversos y desgarradores en lo inmediato. Esto dicho sin ánimo alarmista, devastador o apocalíptico.

La inquietud central de estas ideas, propuestas y aspiraciones estaba en ver, reflexionar y actuar con cabeza propia, con nuestros recursos y capacidades. Este planteamiento nos debe llevar a una amplitud de sentido y comprensión, donde no haya exclusiones, marginaciones, sino por el contrario, agregaciones, filiaciones, consensos, quehaceres comunes. También hace ver, la estricta necesidad que desde diversa instancia, nivel y trinchera participemos con disposición, generosidad y trabajo solidario en la superación de nuestro atraso y marginación. Este proyecto debe ser como una constante histórica entre nosotros, que no se reduzca o se limite a su sola actividad intelectual o académica, ni que sea visto como un asunto exclusivo de un sector, una clase o cosa de “los políticos”, sino que se constituya en un quehacer social, político, histórico. En definitiva, es una convocatoria amplia para trabajar por nuestra América.

He iniciado este trabajo con estas consideraciones por la forma en que se ha ido desdoblando y desarrollando la realidad continental, que ha tenido como rasgo fundamental, una serie de reflujos, retrueques, contradicciones y ambigüedades; para decirlo de manera atenuada, nos ha puesto, una vez más, en una tesitura preocupante e incierta. Como prueba de esto tenemos los cambios que hemos vivido y padecido en diverso orden y nivel, uno de ellos fue la “reciente 1 René Villarreal, La Contrarrevolución Monetarista. Teoría Económica e Ideología del Neoliberalismo, México, Editorial Océano, 1983. p. 477.

2 Juan Bautista Alberdi, “Ideas para un Curso de Filosofía Contemporánea”, en Ideas en torno de Latinoamérica, México, UNAM/UDUAL, 1986. Vol. I. p. 150.

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¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra América?

En este orden, el problema, desde mi punto de vista, no lo veo tanto en la pertinencia, necesidad o inoperancia de dicho quehacer, sino desde dónde y cómo lo queremos realizar. Esto nos lleva a una consideración consecuente: ¿cómo es que personal y colectivamente vemos nuestra realidad? Es aquí donde se juega el verdadero sentido de todo esto que se está planteando, por tanto, la viabilidad de esta reflexión; de lo contrario estaremos reiterando una de las más viejas y recurrentes prácticas en nuestro medio académico: el pretender que nuestra realidad se puede ajustar o conjugar desde nuestros deseos o pensamientos, así sin más.

parafraseando a Leopoldo Zea dirá que “esta actividad debe hundir sus raíces en lo más profundo de nuestra realidad, para no perdernos ni hacer perder a nadie en una “universalidad abstracta” que no ha tenido buenos dividendos entre nosotros.” En este orden, hay una afirmación de Horacio Cerutti donde hace una referencia muy concreta a este planteamiento de Zea, en particular, sobre la idea que la reflexión debe calar hondo entre nosotros para ser proyectada en diversos niveles e instancias: “Es justamente por atender al hombre que está detrás de todo filósofo que la filosofía no puede desatenderse de la política. El esfuerzo de interpretación trata de reinstalar a la filosofía en la historia y no fuera de ella”3; diríamos que va más allá de la sola reflexión filosófica, esto debe ser entendido como un puente, un nexo, una herramienta que articule las diversas instancias de nuestro acontecer, porque sin actitud crítica y propositiva es muy complicado levantar un proyecto sólido y viable. La cita propuesta considero que no necesita mayores ampliaciones, ella misma expone el contenido de lo que se quiere afirmar, el por qué de las consideraciones previas.

En el trasfondo de todo esto hay dos preguntas que considero son relevantes: ¿cómo y desde dónde proponer las respectivas respuestas? A pesar de que se mantiene el proyecto, la inquietud, la necesidad y la urgencia de construir una América Latina renovada, el reto continúa, y no termina por “cuajar la respuesta”, porque, entre otros asuntos, las formas, las herramientas y los instrumentos para atacar nuestras problemáticas siempre han sido inadecuados e impropios, lo que hace que la labor quede a medio camino o simplemente, insinuada. Es decir, vivimos un desfase histórico y teórico, que nos ha impedido avanzar consecuentemente en la superación y solución de nuestra condición deprimida. Esto también ha ido cobrando matices y peculiaridades claramente diferenciadas en función directa o proporcional con los momentos o los sujetos que las han tratado de desarrollar. Al respecto, llamaría la atención, en relación con los contenidos que han tenido que desarrollar nuestras reflexiones; muchas de ellas se han hecho con base en modas, corrientes, e incluso, a partir de las consignas en turno; en consecuencia se ha perdido la posibilidad de ir articulando una idea más clara, coherente y rigurosa sobre nuestros procesos. En repetidas ocasiones se ha caído en un mar revuelto de pseudointerpretaciones, donde supuestos “gurúes” pretende “dictar” el rumbo a seguir, pero no dicen nada, y sí nublan más nuestras posibles salidas o respuestas. A partir de estas consideraciones propongo un punto que considero es una “características” o un “rasgo” peculiar de nuestro entorno, en buena medida debería constituirse en un elemento constitutivo de nuestras quehaceres, es el retomar nuestra historia como el eje rector de nuestra actividad. Pensarnos desde lo que hemos sido, somos, para proyectarnos hacia lo que queremos ser, ir construyendo las coordenadas que nos oriente en la diversas coyunturas sin tener que estar dando tumbos, ni bandazos,

3 Horacio Cerutti Guldberg, “Humanismo del Hombre de Carne y Hueso en la Filosofía de la Historia Americana: Leopoldo Zea”, en revista Prometeo, Guadalajara, U de G, Año 2, núm. 7, septiembre-diciembre, 1986. p. 52.

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¿Cómo se le muestra el siglo XXI a Nuestra América?

Las ambigüedades llevan por su propia lógica a un manejo confuso, gelatinoso y distorsionado sobre la “concepción más avanzada y la práctica más recta del ejercicio democrático”, incluso, hasta los “más avezados alquimistas electorales” obtienen “pingües ganancias” con el llamado “juego democrático”. Pretender postular la democracia de esa forma nos lleva a una simplicidad atroz y aberrante por los contenidos que tiene o debe guardar. Visto desde su plano más elemental, todos los gobiernos se pueden considerar “legítimamente” democráticos”, hasta los dictadores más crueles y brutales se autoconcibieron como “paladines de la democracia”.

La agenda sobre los quehaceres que debemos desarrollar y articular en muchos sentidos está por hacerse, entre otros elementos, porque nuestra realidad es ardua, compleja, paradigmática; en muchos aspectos extremadamente abigarrada; porque va desde nuestra propia constitución histórica hasta una multiplicidad de fenómenos y realidades de todo calibre. Esto significa que, el campo de reflexión social, política e histórica, está abierto en la medida en que se vaya trabajando de manera sistemática y orgánicamente tendremos referentes más claros y precisos. En este punto se debe reiterar una idea por el peso que tiene a estas alturas de los tiempos, nuestras formas de encarar la realidad serán claves si deseamos tener respuestas pertinentes de cara al tiempo histórico que estamos viviendo.

El problema sobre la democracia en nuestros contextos siempre ha implicado entrar en una zona de indefiniciones, imprecisiones y matices de todo nivel y calibre. Lo que se quiere afirmar es que: si no conceptualizamos con claridad y precisión qué significa la democracia entre nosotros, eso nos llevará por su propia lógica a un ejercicio más bien demagógico, a una práctica social de simulación, encaramientos y discusiones pseudopolíticas carentes de todo fundamento sólido. En este orden, Mario Magallón nos plantea un elemento que puede ser considerado como la forma base en que se articuló el Estado nacional que nos lleva por necesidad a la discusión sobre el sentido que ha tenido y tiene la democracia:

II.- De la sociedad a la democracia y de la democracia a la sociedad: un reto tormentoso A partir de esta vasta y compleja agenda es que nuestra reflexión en el orden social, político e ideológico nos impone lo siguiente, lo vamos a plantear a manera de ejercicio que retome las diversas dimensiones de nuestro contexto, uno de ellos es el nexo: “la relación entre democracia y sociedad” –se entrecomilla en razón de que, cada vez se va haciendo más clara y evidente la distancia que guardan estos dos elementos. En uno de sus trabajos, el eminente politólogo Helio Gallardo hace referencia a estos aspectos y manifiesta en primer lugar que, es una imprecisión y hasta un absurdo el proponer “la democracia” como un concepto unívoco y totalizante, en virtud de que nuestros contextos son disímbolos y contrastantes; el apelar a esa formulación de manera tan general y abstracta puede y tiene implicaciones muy graves, porque: “No se puede hablar de democracia de manera tan impune. Ya sea por nuestro contexto o por nuestro desarrollo histórico, es decir, los contenidos que guarda la democracia en lo ancho y largo del continente son claramente diferenciables.”4

En América Latina, después de su independencia, se cometió el error de identificar la comunidad nacional con la organización de la europea, de lo cual se concluye la negación de la identidad nacional, corroborada por la evidencia de cada fracaso en el empeño de su organización. En Hispanoamérica, como escribe Ricaurte Soler, se presentó la nación como la anti nación y a las clases nacionales de las antinacionales; esto es precisamente lo que evidencia la historia de la conciencia nacional. La investigación histórica, filosófica y sociológica muestra que las premisas sobre las que se constituyeron los Estados nacionales latinoamericanos eran imprecisas, indefinidas, o, en algunos casos, incorrectas. Esto ha sucedido cuando se ha enfrentado en abstracto el problema de las múltiples mediaciones entre el todo y las partes, o más concretamente, entre el problema de las relaciones con las clases sociales y la totalización nacional.5

No es lo mismo para Chile, Costa Rica, México, e incluso para un personaje que en la figura de su hija se vuelve hacer presente en el horizonte latinoamericano Alberto Fujimori, y la realidad peruana. Más adelante, dirá que hablar de democracia ha implicado toda una gama plurisémica que puede entenderse desde su formulación más elemental, pasando por su propia reconceptualización hasta la referencia a procesos y prácticas político-electorales.

5 Mario Magallón Anaya, La Democracia en América Latina, México, CCyDEL/UNAM/Plaza y Valdés editores, 2003. p. 74.

4 Helio Gallardo, “Democracia, Estado y Sociedad en América Latina”, en Memorias del III Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana, Heredia, Universidad Nacional de Costa Rica, 1996. p. 159.

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Sin pretender extrapolar los planteamientos, la manera cómo se conformó el Estado nacional en nuestra América nos lleva asumir un conjunto de contradicciones que, en definitiva, expresan la insuficiencia de las instituciones, sus formas de organización; lo más grave, la indefinición de nuestras prácticas políticas, sociales e ideológicas donde han privado dos elementos: el pragmatismo más burdo con los respectivos resultados y la inconsistencia teórico-conceptual en las postulaciones históricopolíticas. En definitiva, es caminar sobre la improvisación, el ensayo y el error con las consecuencias que todo ello conlleva.

La cita propuesta, nos muestra entre otros elementos que la llamada “transición” democrática se inscribe en un marco donde las fuerzas sociales son las que determinan en última instancia los cambios. Por otra parte, hay que resaltar que estos cambios en mucho dependen del contexto y la realidad histórica que se vive, porque sería en extremo ingenuo decir o afirmar que todo ello se lograr con la “sola” participación ciudadana, y el resto de las determinaciones no tienen ningún peso. En este sentido, se ha discutido si, efectivamente tales trasformaciones alcanza su real consolidación, ante lo cual hay que decir, que eso sólo se logrará si la respuesta ciudadana tiene el peso, la densidad y la fuerza suficiente para implantar en el tejido social sus propuestas; que no sea un gatopardismo más. De lo contrario se convierte en un gesto, una simulación; da como resultado una conformación política sui generis; en definitiva, significa un “miasma” aberrante. Entre otros aspectos, porque, ni se es democrático, ni populista, ni neoliberal, ni nada. Este es uno de los obstáculos más evidentes para llevar adelante transformaciones profundas y serias, el estar caminando sobre “principios y realidades” amorfas y ambiguas. Nuestras democracias son defectivas, anómalas e inconsistentes social y teóricamente hablando.

Por otro lado, se ha afirmado que estamos en un periodo de transición, por cierto bastante prolongado que viene desde la década de los setenta, y antes, con los regímenes dictatoriales o de fuerza, pasando por los corporativistas con cierto margen institucional, hasta el presente, a esto se le ha conocido con el nombre genérico de “procesos democratizadores”. Estos han implicado una dispersión, simulación y reacomodo de las fuerzas político-sociales en relación directa con la coyuntura que se vive, para el contexto en que nos encontramos “la era neoliberal y globalizadora”.6 Con los elementos anotados, se puede hacer una mención expresa y concreta, de un régimen autoritario hasta uno clientelar y corporativo como el mexicano con el priismo a la cabeza, lo más importante era cumplir con las “formalidades democráticas”, sin pretender hacer cambios sustanciales. Precisando las ideas propuestas, Mario Magallón hace una serie de puntualizaciones al respecto, las refiere de la siguiente forma:

En este punto se abren una serie de cuestionamientos y problematizaciones, así como un intento de respuesta, si es que hay, entre otros elementos: el pretender asimilar democracia con elecciones, esto, en términos estrictos, es falaz. Un ejemplo de esto: los procesos electorales se han constituido en “torneos electorales”, donde los partidos políticos se muestran como enormes maquinarias publicitarias y propagandísticas, que intentan influir en el ánimo y la decisión del voto de la forma más burda e inconsecuente. Lo más grave es la forma en que se pretende incidir en la decisión del electorado, presentando “los programas” con una carencia absoluta de ideas y propuestas, esto por su propia lógica se constituye en espectáculos de ínfima calidad con personajes que tienen lo que se ha dado en llamar: “un muy bajo perfil”; cuando se afirma esto, se hace referencia a un bajo perfil en toda la extensión de la palabra.

Las transiciones políticas latinoamericanas se presentan una vez que un gobierno autoritario quiere reducir el precio de la participación colectiva y permitir algunos cuestionamientos en aspectos que antes habían sido declarados fuera de discusión. Las identidades previas vuelven a surgir y otras aparecen ex novo, lo cual amplia, más allá de las expectativas de los individuos, los espacios públicos que los gobernantes habían resuelto tolerar al inicio de la transición, lo cual pone a prueba los límites del comportamiento político inicialmente impuestos por el gobierno […] Por ello podemos decir que la transición a la democracia se puede definir y delimitar históricamente. Porque no se refiere a un largo proceso de liberación y a la posterior democratización. Los procesos de transición democrática son el resultado, […] de las decisiones de los actores.7

Es decir, la contienda electoral ha pasado a constituirse en todo, menos en debates propositivos, serios, argumentados y de nivel. Se ha dado de esta forma, porque los “contendientes” no tienen nada que decir, empezando porque carecen de formación, conocimientos y visión socio-política. La pobreza discursiva es un dato evidente y relevante de nuestro momento.

6 Ibíd., p. 161. 7 Ibíd., pp. 157-159.

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pertinente y necesario para la sociedad, sin consultarla. Ella se autodefine como la “suprema autoridad” como “la legítima depositaria” de las aspiraciones y necesidades populares. III.- ¿Cómo solucionar esta antinomia? En relación con la sociedad, involucra “el otro lado de la moneda”, dialécticamente se articula con el problema de la democracia; esto tiene una relevancia particular por lo siguiente: la impresión o el juicio que le merece la coyuntura actual para un contingente amplio, es el de una sensación de sobrevivencia porque coloca a los sujetos y a sus sociedades en una actitud de resignación, fatalidad y desesperación ante el presente; más ante el futuro. Esto quiere decir que la lógica dominante ha generado, por efecto de la globalización, una fragmentación, una segmentación tal que se sintetiza paradójicamente en una homogenización esterilizante; es decir, si ponemos atención en este punto, veremos que esta homogenización y la actitud de sumisión es un acto suicida y malévolamente calculado; entre otras cosas, porque lleva a la uniformidad, a la apatía, al desinterés y la anomia, que no es otra cosa que la enfermedad social de nuestro tiempo, es decir, la decadencia.

En relación con la ciudadanía afirma Helio Gallardo que se le pide una formalidad: el voto, pero en definitiva, no es la ciudadanía quien decide, sino las cúpulas y las camarillas de poder las que previamente ha decido cómo va a estar “el juego democrático”. Lo que se le pide a los ciudadanos es cubrir “las formas” que exige la coyuntura, pero carente de todo contenido y significación.8 Uno de los ingredientes que conforman este juego que se ha dado en llamar pomposamente la “participación ciudadana”, se presenta en una situación de virtualidad; simplemente no existe. Es decir, el carácter que debe asumir el ciudadano en cuanto sujeto pasa a un plano estrictamente secundario, porque se le reduce, se le inhibe o se simula su participación a una toma decisión simplemente “formal”, esto es, el ciudadano llega a lo mucho a la “emisión” del voto. Con esto se quiere expresar que los sujetos carecen de un elemento constitutivo en toda verdadera democracia, el de la real y efectiva participación en la gestión pública, por lo cual Gallardo plantea una idea que es relevante de cara a esta realidad: “No puede aportar quien ha sido privado, material y espiritualmente de su voluntad y compromiso para ser sujeto y autoconstituirse en sujeto.”9

Para nadie deber ser un misterio que, los tonos y las formas que va teniendo está “lógica” se han dado a través de dos elementos complementarios que son: el neoliberalismo y la globalización. Estos elementos se articulan estructuralmente y dan como resultado una parcelación y una segmentación, a la vez que una uniformidad avasalladora. Esta parcelación tiene como saldo fundamental, un hecho brutal y evidente: el que un grupo, o más bien, una clase social con un nivel de ingresos y acumulación impresionantes, dilapidan y golpean al resto con su capacidad de consumo que raya en la demencia, mientras que el resto se debate en la estricta sobrevivencia.

Para este autor aquí está una de las insuficiencias palpables de la institucionalidad democrática. La imposibilidad de generar condiciones de autoconstitución del sujeto, es decir, ante el fenómeno globalizador, lo que deseen, creen, quieran, aspiren o demanden los sujetos, los grupos, las clases o las sociedades, simple y sencillamente no tiene cabida ni sentido alguno para la “lógica dominante”; cobra un carácter omnipresente y todopoderosa el “decir” que elegir, conocer, decidir se asume como la elección del “bien común”. Esto significa, en términos concretos, que esta lógica asume el papel de “vocero” de los intereses sociales, y “decide” lo que es correcto,

Ante este panorama, los actores sociales y sus movimientos van adquiriendo rostros y signos nuevos, entre otros: el rechazo a una “pretendida modernidad” como carácter de promesa mesiánica que intenta aparecer como la superación de la contingencia material con su supuesto despliegue de progreso infinito;10 el desencanto que produjo las pretendidas asimilaciones con proyectos que se creía iban a construir nuevas sociabilidades, ya fueran capitalistas o socialistas, con las más fascinantes reivindicaciones hechas por diversos “brujos, chamanes, gurúes y magos”, sin descartar la construcción de “sus propias utopías”, a pesar de que la era globalizadora las niegue

8 Helio Gallardo, Democracia, Estado y… op. cit., p. 163. 9 Ibíd., p. 165.

10 Franz Hinkelammert, Crítica de la Razón Utópica, San José, DEI, 1989. p. 253y ss.

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por considerarlas reminiscencias del pasado. Ha sido una de las notas predominantes de nuestro espectro social, el creer que por un golpe de suerte nos vamos a transformar y alcanzar todo aquello que hemos deseado y anhelado, llegar al paraíso del pleno consumo.

un panorama histórico y social como el presentando, donde la globalización le ha impuesto a nuestras sociedades una homogeneidad en sus múltiples esferas y dimensiones, también es evidente que el “orden establecido” se percibe o se impone como algo dado; hecho, como “algo natural”. En consecuencia, lo único que le quedaría a nuestras sociedades es el solipsismo, el ensimismamiento, la catarsis; que desaparezca de su horizonte cotidiano, el carácter contestatario, crítico, insurreccional por incómodos y faltos de “toda lógica y moral”; es decir, “lo que no está con el sistema hay que desecharlo y proscribirlo por anómalo y enfermizo.”

En contraposición con estas exaltaciones de la modernidad y sus supuestas bondades, siempre incumplidas, sectarias y excluyentes, la expresión beligerante de los llamados “pueblos testimonio” complejizan aún más el marco de nuestras sociedades, donde las demandas abarcan una gama y un arco de constelaciones sumamente diferenciadas; a su vez se integran, caso concreto, el EZLN, que pide para sí y para los demás. En el otro polo, se ubica una expresión muy definida y particular, e incluso más beligerante y radical, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Es en este contexto, donde el neoliberalismo y la globalización –ejes donde gira toda esta fase histórica y los hilos que se mueven a escala planetaria–, genera mayor desempleo, desesperación, frustración, alienación y fatalidad. Ante estas realidades es que estos grupos tratan de responder desde sus propias condiciones, bajo sus propias coordenadas e intentando con ello no ser avasallados ni borrados de la faz de la tierra por la “maquinaria implacable de la modernidad”, pomposamente llamada “hipermodernidad”.

Esto nos lleva a una cuestión central: la viabilidad de la sociedad civil en su pertinencia y relación con lo político. Esto debe ser entendido como la estricta necesidad que tiene una sociedad de expresarse en su diversidad, complejidad y derecho a constituirse en sí y para sí según la fórmula de Marx; no estar supedita bajo el peso de una consigna que la determine o la despoje de su potencialidad histórica. Si se postula esta posibilidad de esta forma, sí hay manera de salir del letargo, el adormecimiento, la mediatización, la manipulación; de lo contrario, sólo será cuestión de un

Teniendo como telón de fondo estas consideraciones, las posibilidades de una recuperación y reestructuración de nuestras sociedades desde otros ángulos y fundamentos parecen no tener posibilidades, e incluso, se les consideran arcaicas y desfasadas históricamente. Esto, porque “los componentes” que definen esta coyuntura se muestran básicamente por un “realismo y una pragmática” aberrantes y ramplonas desde el poder; lo que no quiere decir que los recursos se hayan agotado, ni que los caminos estén cerrados. Por esto se plantea como una necesidad, como una tarea urgente, la recuperación y la viabilidad de la Esperanza y la Utopía (con mayúsculas) como formas alternativas de sociabilidad. El reasumir críticamente lo que Franz Hinkelammert menciona como “el ejercicio de la imaginación trascendental”, significa romper la estrechez y los límites entre lo que es “el realismo de la dominación” y “el realismo de la liberación” con todas sus dimensiones y consecuencias.11 En relación con este punto –aunque para muchos puede parecer o sonar como una auténtica ilusión–, es pertinente proponer el siguiente planteamiento: Ante 11 Helio Gallardo, Democracia, Estado y… op. cit. p. 170.

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acomodamiento, un deslizamiento peligroso y suicida, es decir, dejar que todo pase, y a otra cosa: esperar el aniquilamiento social, político y crítico, empezando por el vaciarse de ideas, pensamientos, propuestas y exigencias. Esto es, la negación del sujeto y sus producciones espirituales, como el negar el futuro.

definitoria de lo utópico, se mantiene y reitera entre una realidad insoportable y unos ideales deseables. Es a lo que aludía, personalizándolo, José Vasconcelos en términos que fueron muy del agrado de José Carlos Mariátegui: El utopista es pesimista de lo real y optimista del ideal […] Esta tensión es particularmente movilizadora en contextos como los aludidos e impulsa hacia una democracia radical (en la calle, en la casa y en la cama), permite caminar sobre la confianza de que otro mundo donde quepamos todos y todas es posible y ayuda a recomponer por el camino la capacidad de poder-hacer individual y colectiva.12

Para conseguir ello, es menester que, nuestras sociedades en su carácter alternativo se reasuman desde sus raíces, donde la autonomía, su autoestima, su contestación vayan creando y materializando las bases orgánicas de una real y auténtica organización social; en definitiva, es construir sus propias utopías y proyectos. Esto también debe ser pensando como la posibilidad de constitución de los sujetos en su carácter de seres protagónicos de su propio destino. Esto significa que, sin sujetos históricos, no se puede pensar en un nuevo modelo social, y menos, en una ciudadanía madura, sólida, lúcida y participativa que abra cauces a la refundación de nuestras sociedades. Sobre esta cuestión hay una afirmación de Horacio Cerutti que puntualiza lo dicho de la siguiente manera:

Retomando la cita propuesta, se puede afirmar de manera enfática y contundente lo siguiente: Si no se da una redefinición y una recomposición de la política, lo político y lo social, en cuanto espacio colectivo, propositivo de la gestión pública que acompañe y coordine las acciones de los actores sociales, de ahí a la constitución de sociabilidad plena como lo propone Cerutti, Magallón y Gallardo no habrá posibilidad alguna para que las instituciones latinoamericanas se levanten y guíen la refundación que se está reclamando; en consecuencia, no habrá

En este marco es donde se hace operativa la tensión utópica. Esta tensión, característica y

12 Horacio Cerutti Guldberg, Democracia e integración en nuestra América (ensayos), Mendoza, EDIUNC, 2007. p. 89.

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sociedades viables desde la perspectiva que se está planteando. Esta labor se va a constituir en uno de los retos mayores y en uno de los desafíos más complejos para nuestro siglo XXI latinoamericano: la verdadera construcción de sociedades maduras y propositivas. Sobre este punto se pueden generar y elaborar una buena cantidad de cuestionamientos pertinentes y necesarios, pero el asunto de fondo sigue en pie: sin condiciones mínimas que impulsen una sociabilidad democrática, es harto complejo levantar un proyecto de gran alcance y envergadura histórico-social. En definitiva, eso significa crear espacios donde se expresen las auténticas necesidades sociales con sus diversos signos y propuestas.

También el capitalismo liberal está en cuestión y, con él, el concepto de libertad. ¿Qué tipo de libertad queremos? La libertad individualista, que teóricamente reconoce como límite la libertad y el derecho del otro, pero que nunca llega a demarcar con nitidez este límite, o la libertad social, basada en la idea de responsabilidad del individuo para el bien de todos.

IV.- A manera de conclusión Como se mencionaba al inicio de esta exposición, la cuestión no está en la posibilidad o imposibilidad de llevar adelante estas reflexiones, que en sí mismo es una tarea compleja por los elementos que están inmersos en ella, además de la problematicidad que expresan. Por otro lado, el no hacer estos ejercicios, significaría la negación de nuestra capacidad para encarar y enfrentar nuestros propios desafíos histórico-sociales.

La crítica utópica al liberalismo individualista no debe llegar a su fin, ya que los efectos de este liberalismo se vuelven cada día más insoportables. La creciente situación de injusticia y miseria capitalista del Tercer Mundo continúa siendo irrefutable acusa contra este sistema inhumano.13

Lo que se ha mostrado es un ejercicio de reflexión que intenta ser propositivo y crítico, sobre nuestra condición actual que nos lleve a replantearnos con absoluta pertinencia y urgencia la coyuntura que estamos atravesando, para actuar en consecuencia; entre otras razones, porque tengo la impresión que nos hemos vaciado discursivamente. Esto es, parecería que se nos han agotado las ideas, los pensamientos, los recursos, las propuestas, esto en sí mismo es potencialmente peligroso, porque nos hace ver que nuestro momento nos está llevando a la crispación social, aunado a que tampoco tenemos los arrestos para enfrentar nuestras problemáticas; algunas van tomando una dimensión y envergadura inusitadas, como salir al paso del neoliberalismo y la globalización con todo lo que ello implica. Por ello se plantea, la estricta urgencia y necesidad de retomar nuestras ideas, propuestas, asumir críticamente nuestro entorno y lanzarnos a su análisis con profundidad y pertinencia.

El segundo planteamiento es de Sergio de la Peña que pone al descubierto una de las “operaciones” propagandísticas más contundentes que han hecho de nuestros esfuerzos y trabajos un remar a contracorriente, sobre todo, si tomamos en cuenta que los retos futuros implican superar la apatía, la indiferencia, el fatalismo ante un modelo económico-político e ideológico que se cree omnipresente e insuperable: Parte principal del éxito logrado por la burguesía en este inmenso ajuste mundial a costa del trabajo se debe a una formidable operación de propaganda, que consiste en la ofensiva ideológica neoliberal para imponer el dogma de occidente […] Con tal éxito que la sabiduría popular identifica la nueva etapa capitalista, el neoliberalismo, otorgando así a ese cuerpo ideológico un certificado de inevitabilidad.14

Concluiríamos con dos planteamientos que están en estrecha relación con lo propuesto, como el intentar comprender con lucidez, valentía y capacidad teórica y social los restos que nos lanza este siglo con sus contradicciones y carencias ante lo cual el eminente teólogo nicaragüense Uriel Molina nos dirá:

13 Uriel Molina, Prólogo, en Xavier Gorostiaga, Dando Razón de Nuestra Esperanza, Managua, Ediciones Nicarao, Col. Nuestra América, 1991. pp. 10-11. 14 Sergio De la Peña, “América Latina frente a la globalización”, en Dialéctica, Puebla, BUAP, Nueva Época, núm. 27, 1995. p. 27.

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Discurso por el Premio Xavier Villaurrutia

Sergio Mondragón

Buenas tardes. Es un privilegio estar aquí hoy en esta ocasión para mí tan significativa, y dar a todos las más sinceras gracias por su presencia y cálida compañía, que me hace sentir honrado y complacido. Estas palabras, con que agradezco y recibo este reconocimiento, tan inesperado y sorpresivo que me rebasa y abruma, y con el que se premia mi modesta obra literaria, quieren expresar el sentimiento de gratitud con que acepto este premio, acontecimiento que me estimula y compromete a seguir esforzándome con responsabilidad y ahínco en depurar y mejorar mi trabajo poético. Deseo dar las gracias con alegría y satisfacción a los miembros del jurado, los poetas Adolfo Castañón, David Huerta y Margarita Villaseñor, que han mostrado con la adjudicación del premio, la ejemplar independencia de su criterio literario y la generosidad de sus miras; a los miembros de la Sociedad Alfonsina Internacional y a su presidente, el poeta Jaime Labastida, así como a Alicia Zendejas, coordinadora de dicha sociedad y sostenedora incansable de este premio; al Instituto Nacional de Bellas Artes; a la Coordinación Nacional de Literatura; al Instituto de Cultura de Morelos que publicó el libro Hojarasca y a su Directora, Martha Ketchum Mejía; al poeta Javier Sicilia, que escribió un generoso prólogo para el libro; y, desde luego, a la memoria del creador de este galardón, el crítico Francisco Zendejas. Mi gratitud se extiende, naturalmente, a la figura y la obra del poeta Xavier Villaurrutia. Toda la poesía que se escribe en México en la segunda mitad del siglo XX y hasta el día de hoy, ha recibido de un modo u otro, se esté consciente de ello o no, de manera directa o indirecta, el influjo de su obra, una lección para nosotros de espíritu crítico, curiosidad y precisión intelectual, impecabilidad expresiva, consciencia del lenguaje. De igual modo, nuestra poesía ha recibido también la influencia y el ejemplo de los antagonistas históricos de Villaurrutia y sus compañeros del grupo “contemporáneos”, los poetas rivales que conformaron el grupo “estridentista”, de lo cual da testimonio la poesía que se ha escrito en México en las últimas décadas, y también mis propios intentos poéticos. Así, en la poesía actual, al interior mismo del verso contemporáneo, y desde luego en estas líneas y en mi ánimo, conviven aquellas dos estéticas o escuelas que se creyeron enemigas y a las que algunos críticos de hoy han querido seguir percibiendo todavía como excluyentes, y fluyen reconciliadas como un patrimonio único e indivisible, fundiéndose en una sola imagen poética, las figuras y obras de Xavier Villaurrutia y Germán List Arzubide, Manuel Maples Arce y Salvador Novo, Jaime Torres Bodet y Salvador Gallardo, para citar sólo algunos de los nombres de todos esos poetas que son los padres de la poesía mexicana. A los “estridentistas” se les agradece la deconstrucción de la forma, el arrojo y alegría de su escritura y de sus manifiestos, el radicalismo y desmesura de su temperamento poético; a Villaurrutia en particular, el reposo y la mesura de su obra, y, en un intento por entender y vislumbrar los límites inestables e imprecisos de la cartografía poética, el ser la frontera entre la estética de los “contemporáneos” y la de la “nueva poesía” que inició a principios de la segunda mitad del siglo XX con Marco Antonio Montes de Oca, el cual recibe el impulso de aquella modernidad bifronte, y el ejemplo que le otorgan los que son pioneros de nuestra actualidad poética, Efraín Huerta, Jaime Sabines y Octavio Paz. De esa constelación de nombres y obras proviene toda la riqueza y variedad de la poesía mexicana actual, lo que es decir, la esencia de lo que hablamos y pensamos los mexicanos de hoy, si es que hemos de adherir a la idea de que los seres humanos somos humanos precisamente porque poseemos un lenguaje que nos permite comprender y expresar la realidad, incluso modificarla, y que el arte de la poesía es, a través del ritmo y de la imagen, de la sabia combinación de palabra y silencio, la expresión más alta de ese lenguaje. La poesía, a su vez, se nutre del habla y el pensamiento de la época en que es


escrita; esto puede expresarse con la imagen de “una circulación sanguínea de poesía”, según dijo en una ocasión la poeta chilena Raquel Jodorowsky al hablar sobre el tema. Una red interdependiente hecha de lenguaje y vida, que a todos nos une y en la que con nuestras acciones y palabras nos afectamos o beneficiamos unos a otros. Una red interrelacionada, como asienta la metafísica tradicional de Oriente, que se extiende a través del tiempo y el espacio y que nos une incluso con el mundo natural de plantas y animales. Esta visión de una realidad interdependiente en la que estamos insertos nos da la imagen de un tapiz de lo humano en el que cada uno somos individualmente una de sus hebras, idéntica a las otras, pero cuyo lugar solamente nosotros lo ocupamos, y en el que con lo que hacemos o dejamos de hacer afectamos a la totalidad y somos afectados por ella. De allí nuestra responsabilidad personal en la conservación del ambiente, en la edificación de la cultura, en la construcción de un mundo de paz e iluminación de la mente, o en el de otro de violencia y corrupción. Todo esto lo dice admirablemente Octavio Paz en su poema “Himno entre ruinas”, del que tomo los dos versos siguientes: Hombre, árbol de imágenes, / palabras que son flores que son frutos que son actos. Por mi parte, tengo plena conciencia de que mi escritura se da en un contexto al que todo le debo, del que todo he aprendido y del cual soy uno más de sus miembros, ciertamente uno en el grado de aprendiz, y que no son mis méritos, sino la valía de ese contexto en sí mismo, al que se reconoce y honra en este ritual periódico de premiación. El contexto del que hablo es el de la poesía mexicana en su conjunto, engarzada como está en la tradición más amplia de la poesía en lengua española. Una tradición que no es otra cosa que la movilidad perenne del lenguaje, la experimentación y la ruptura, el cambio continuo, la construcción y deconstrucción de la forma poética, en busca siempre de una perfección expresiva, ideal acaso inalcanzable. Es la tradición, en suma, del esfuerzo milenario de nuestra lengua por conocerse y realizarse a sí misma a través de la forma poética, y de lo que hablamos, o callamos, todos los días. Y aquí debo agradecer también –porque la poesía es en sí misma gratitud ante la magnificencia de la creación–, a nuestros antepasados poéticos de los siglos anteriores, ya que en ellos tiene sus raíces la poesía que escribimos en el presente: entre otros, aquellos con los que siento tener una deuda personal e impagable, los poetas Gonzalo de Berceo, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz y Sor Juana Inés de la Cruz, Ramón López Velarde, José Juan Tablada y Juan Martínez. Todos ellos me marcaron un camino e hicieron de mí lo que soy. Necesitamos vivir en consecuencia con nuestros ideales y nuestros sueños, leer en verso y en prosa y reflexionar sobre lo aprendido, y dejar que la sabiduría de la poesía del lenguaje destile su rocío dulce en nuestro ánimo. Necesitamos también activar en ese ánimo el viejo sueño de Rimbaud: cambiar la vida, y no desentendernos de la pregunta que T. S. Eliot lanzó en su poema “Tierra baldía” hace ya noventa años: ¿pondré por lo menos orden en mis tierras? Termino estas palabras agradecidas citando un verso del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, tomado de su libro Getsemani Ky: Y si he de dar un testimonio sobre mi época, es éste: fue bárbara y primitiva, pero poética. Muchas gracias. Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes Domingo, 27 de marzo de 2011


Discurso en la entrega del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores al poeta Sergio Mondragón

David Huerta

Apreciables funcionarios del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; querida Alicia Zendejas, secretaria de la Sociedad Alfonsina Internacional; admirado y muy querido Sergio Mondragón; queridos amigos:

Es posible mirar a los ojos la poesía de Sergio Mondragón. A lo largo de su obra, él ha visto en el poema evoluciones de presencia viva, de objeto animado, de criatura con articulaciones y órganos y sentidos. La vivacidad de la poesía de Mondragón es evidente: cuenta historias, da testimonio de una aventura espiritual, recorre paisajes de varios mundos, señala heridas y pesadumbres, se muestra admirablemente capaz de gozos y exaltaciones. Es una poesía singularmente viva, consciente, intuitiva, llena de movimiento. Cualquier lector de su Poesía reunida, publicada por la Universidad Nacional en el año 2006, puede comprobarlo. Ese volumen universitario y poético está “de cabeza”, organizado al revés que los libros tradicionales o las compilaciones literarias hechas según el orden cronológico: comienza con el libro más reciente de Mondragón, precisamente Hojarasca —por cuya reedición ha merecido el Premio Villaurrutia—, y avanza o desanda, si se quiere decirlo así, el trayecto creativo del poeta hasta sus dos primeros libros, que pueden leerse más allá de la página 230. Hojarasca es, entonces, la estación más reciente de ese viaje poético. Es una continuación formidable de esa obra y leer los poemas que lo constituyen nos deja una sensación de plenitud ante la cual, sin embargo, querríamos leer lo más pronto posible otros poemas del autor. La obra de Mondragón tiene, entonces, un valor indudable. Pero si le preguntáramos a un observador histórico de la literatura mexicana de los últimos cincuenta años qué papel le corresponde a este poeta en el panorama u horizonte de nuestra cultura, estoy seguro de que ese testigo hipotético respondería, palabras más o menos, lo siguiente: “Sergio Mondragón ha sido el editor, al lado de Margaret Randall, de una revista legendaria, El corno emplumado, y ha emprendido con buena fortuna diversas labores, todas ellas muy meritorias, de promoción cultural; habría que agregar sus trabajos como periodista y editor.” Tanto más valioso, entonces, debería resultarnos a sus lectores, seguidores y discípulos de Mondragón —yo me cuento en las tres categorías— el discernimiento del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores en favor de este poeta, de su trayectoria y de sus libros. Sería deseable que de ahora en adelante se dijera: “Mondragón, autor de Hojarasca y de El aprendiz de brujo y de Pasión por el oxígeno y la luna, y además Premio Villaurrutia.” Este domingo de una primavera torrencial estamos reunidos en esta sala para celebrar a un hombre extraordinario. Lo digo con toda consciencia; pueden ustedes estar seguros de que en la sustancia misma de mi afirmación de que Sergio Mondragón es un hombre extraordinario está la experiencia de un sexagenario que se enorgullece de conocer hace ya casi medio siglo al poeta hoy premiado. No recuerdo con precisión las fechas de nuestros primeros encuentros; pero debo decir que dudo que él me haya hecho el menor caso, porque yo era, entonces, un niño: ese encuentro debió ocurrir en la casa de mi padre en la calle de Lope de Vega, no lejos del bosque de Chapultepec. Es seguro, también, que el lugar estaba lleno de poetas, militantes políticos, editores, periodistas y que se bebía alcohol en abundancia y con gusto. Habrían de pasar algunos años para que Sergio Mondragón y yo trabajáramos juntos. Lo hicimos en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado a las órdenes de Manuel de la Cera, hombre eminente por su sabiduría y por su bondad

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—y en algún momento de su carrera de funcionario ejemplar, también director del Instituto Nacional de Bellas Artes. Eso ocurrió en la década de los años ochentas en el marco de los programas de difusión cultural y artística del ISSSTE, ideados y echados a andar por el poeta Mondragón y por De la Cera. Sergio Mondragón dirigía y coordinaba a una tribu hirsuta de poetas a quienes mandaba a diferentes puntos del país para que leyeran sus obras, dictaran conferencias y animaran a la gente a leer. Lo más interesante del programa era el público al cual nos dirigíamos: enfermos en hospitales, presos en cárceles municipales o estatales, niños y adolescentes en escuelas públicas. Todo aquello era extraordinario: no lo hubiera sido sin la energía, la imaginación y la bonhomía de esos dos individuos dignos de toda nuestra admiración y nuestra gratitud: Manuel de la Cera y Sergio Mondragón. Un día, a mis dos jefes de entonces se les ocurrió preparar todo un libro con los poemas leídos en los viajes de los colegas poetas. Mondragón lo preparó con cuidado y es una antología o muestrario poético de lectura muy iluminadora. Se titula República de poetas; la edición estuvo a cargo de Martín Casillas, y el libro fue muy profesionalmente diseñado e impreso. Mi participación fue mínima pero entusiasta. Todavía puede encontrarse el libro por ahí, en las librerías de viejo. Es una república poética menos extraviada que la otra, la grande, la desgarrada patria de hoy: esa “temerosa y vibrante / llanura de sombras” de la que habló Efraín Huerta, maestro de Mondragón y maestro mío, en los versos finales de un poema llameante. El poeta Sergio Mondragón está entre nosotros. Eso me llena de alegría y me hace pensar y sentir que no todo está perdido. Sé que muchos amigos y camaradas sienten y piensan lo mismo. Pero ahora quiero, más bien, hacer a un lado las sombras temerosas y poner aquí, en cambio, tanta luz del corazón como se pueda. Sergio Mondragón: tus lectores y amigos te felicitamos por este premio. En tus manos y en tu imaginación y en tu inteligencia y en tu generosidad, está viva una porción grande de nuestros sueños poéticos y de las realidades de nuestro idioma, el español de México, sus posibilidades mejores y sus promesas en vías de cumplirse. Te seguiremos leyendo como hasta ahora: con emoción y con los ojos tan abiertos como lo solicita y, a veces, lo exige tu poesía. Que la sombra benigna de Xavier Villaurrutia y la poderosa luz de tus poemas nos acompañen. O Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes Domingo, 27 de marzo de 2011

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PROLOGO

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Prólogo

Conocí a Sergio Mondragón a finales de los años sesenta, en la casa de Karla Stellweg, quien vivía en un amplio departamento de los edificios Condesa, conocido como Playton Place. Era cumpleaños de la anfitriona y ahí estaban, entre otros: Fernando Gamboa, Director del Museo de Arte Moderno, las Pecanins y numerosos artistas y escritores. Sergio hizo unos globos de cantoya que elevó al cielo con una pequeña vela. Por esos días se clausuraban las actividades de la revista: El Corno Emplumado que Sergio y Margaret Randall habían publicado con gran éxito. Revista bilingüe por la que dieron a conocer en México a grandes poetas norteamericanos de la Beat Generation, poetas de América Latina, como Cardenal y Urtecho, Pablo de Roca, etecétera y nos maravillamos con la primera traducción al español del largo poema: Aullido, de Allan Ginsberg. Por esos días, también, Sergio hizo la presentación de mi primer libro de poemas que leímos en la Sala de Arte Opic, de la avenida Juárez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se reunían los escritores en torno al taller de Juan José Arreola. Después del 68, Sergio viajó a Estados Unidos y a Japón donde estuvo en un monasterio Zen; en 1969 inicié un viaje de veinte años, primero en París y que concluí en Panamá y El Salvador, en 1989. Sergio y yo nos reencontramos y me invitó a su taller de poesía, donde publicamos, con la UAM-X Pandilla de Nubes, Antología de Poesía del Taller en el que participan entre otros: Arturo Córdoba Just, Tarsicio García Oliva, Francis Mestries Benquet, Maricruz Patiño, Eduardo Garza Treviño, Joel Alberto Phillips Carbajal, Catalina Flores Ochoa, Jorge C. Gutiérrez, Luciano Pérez, Enrique Chao Barona y Carlos Salgado Peñaflor. Disfrutamos, escribimos, nos leímos y nos volvimos a reencontrar en el diálogo fértil de la poesía. Cabe destacar que mi libro Summa Poética, publicado en el 2005, por la UAQ, también fue presentado por Sergio en la Casa Lamm. Así pues, Sergio se ha convertido en todos estos años en mi único diálogo con la poesía, pero, también, con los conocimientos budistas, pues hace varios años me invitó a formar parte de la Rama Sergio Mondragón, de Reiukay A. C., noble organización dedicada al cultivo del budismo laico. Cuando supo que venía a Querétaro a vivir me habló entrañablemente de las laberínticas calles del Centro Histórico, donde pasó parte de su infancia y primera juventud, y tiene familiares y amigos que ha conservado toda la vida: … llegué a Querétaro a los cinco años de edad, procedente de Cuernavaca, donde nací y donde vivía mi familia inmediata, que se mudó a Querétaro, con la familia paterna (la materna era de Morelos). Esto fue en 1940. Mi abuelo había sido administrador de la hacienda “San Antonio Calichar”, que fue desmembrada por la Revolución, y cuyos restos –de la hacienda– se encuentran cerca de “El Pueblito”, a un lado de Apaseo el Alto, ya en el estado de Guanajuato. La familia paterna siempre vivió en Querétaro, que estaba a corta distancia. Mi padre fue uno de 13 hijos e hijas de mis abuelos, y, según parece, unos nacieron en Querétaro, y otros en la hacienda de San Antonio. Así que la ciudad de Querétaro se llenó para mí, en mi infancia, de tíos y primos que vivían aquí, allá, por todos lados en esa ciudad que era pequeña, tranquila, hermosa y totalmente caminable y disfrutable a todo lo largo y ancho de la misma. Allí viví hasta los quince años de edad, en que salí para venir a residir en la Ciudad de México, en la que permanezco hasta el día hoy. En Querétaro aprendí las primeras letras, en escuelas que cuando se presentaba un inspector de la Secretaría de Educación, se corría a esconder las imágenes religiosas que había en las paredes, porque por ley la educación debía ser laica y socialista. También estudié en el Instituto Queretano, que era de los hermanos Maristas, estuve en el internado del Padre Borja, y en la Academia “Concepción S. de Loyola”, estas dos

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LA VOZ DE LA PIEL últimas hoy desaparecidas. Concluiré diciéndote que aquella vasta familia en la que me tocó nacer, ha ido desapareciendo también, como todo en esta impermanente realidad… Por fortuna todavía tengo familiares allá, que han fundado nuevas familias. (Información enviada por Sergio Mondragón a Academus, 25/07/2011) En esta antología hemos seleccionado los textos del libro Hojarasca, galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia (2010) y que junto al homenaje que recibió unos meses antes en el Palacio de Bellas Artes son dos reconocimientos importantes de los muchos que todavía, seguramente, se le otorgarán. La vida de Sergio ha sido una verdadera profesión de fe en la poesía, verso blanco, libre, sin rimas, ni ataduras que no sean las leyes rítmicas que cada buen poema engendra en sí mismo. La poesía blanca es pura, transparente, tangible e intangible y él como Marco Antonio Montes de Oca son los dos poetas más notables que la han cultivado en México. Hay muchas cosas que destacar en esta antología de poemas. Hemos seleccionado aquellos que nombran principalmente a la naturacosa, como decía Carlos Pellicer: el paisaje, el atardecer, las olas, los árboles, los pájaros, el silencio, el reposo en la casa y, por supuesto, el erotismo sutil y refinado, que identifican plenamente los textos que hoy publicamos. Esta exaltación por el mundo, por la naturaleza, los ritmos interiores, no pueden ser otra cosa que la poesía que Sergio ha vertido en el vértigo de la contemplación de nosotros mismos y cierta quietud y silencios profundos que tienen las enseñanzas orientales, a las cuales ha dedicado una parte sustancial de su existencia poética y material: escritura, silencio, trabajos esforzados para la sobrevivencia y sobre todo para la culminación con ese tercero no incluido que es el espacio-tiempo. Sergio Mondragón nació en Cuernavaca, 1935; estudió periodismo e hizo estudios de lengua y literatura japonesa en la UNAM; fue corresponsal del periódico Excélsior en Japón, donde residió dos años. Ha sido profesor de literatura en la Universidad Iberoamericana de México y en las universidades de Illinois, Indiana y Ohio en los Estados Unidos, así como editor de varias revistas culturales, entre ellas El corno emplumado, Japónica, Memoranda y Revista de estudios budistas. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores; ha formado parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte, del CONACULTA, de 2000 a 2006. Es autor de antologías de poesía hispanoamericana, mexicana y norteamericana; coeditor de la antología de poesía japonesa moderna, Un rebaño bajo el sol; y de la Revista de Literatura Mexicana Contemporánea que publican la Editorial Eón y la Universidad de Texas. Tiene publicados cinco libros de poesía. En 2010 obtuvo el Premio Internacional de Poesía Zacatecas, y el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores.

Julio César Schara Santiago de Querétaro Verano 2011

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LA VOZ DE LA PIEL BIBLIOTECAS Y JARDINES

MAGIA DE LAS MANOS

Los jardines peligran como las bibliotecas

Suelto las manos sobre la víspera de un poema.

cuando sus dueños mueren:

Esfuerzo del pensamiento en su gimnasio:

su fragilidad es mi fuerza.

pectorales de hojas, un aroma de jardines, asamblea de follajes

Me invade una marea de pájaros;

trascendentes.

un vuelo de las ideas que no quieren marchitarse:

En medio de la arboleda y sin moverse, el poema observa el trazo

cosa de frondas y de frescura.

de aves que se persiguen y que se dicen cosas

*

al pasar sobre las ramas.

Penetro la espesura de los libros

El poema medita soñando unos versos libres

con pie muy firme.

que cobran vida, que luego corren

En un bosque de hojas extravío todos los nortes;

por la creación entera.

en sus meandros y sus follajes encuentro lo que me busca

Resplandece.

desesperadamente:

Reverdecen las espaldas de paisajes asombrosos en unas páginas yertas:

cosa de pensamientos inmarcesibles.

aparecen tiestos frescos en las hojas azotadas con los látigos del habla: textos que muestran el rostro por la magia de las manos.

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LA VOZ DE LA PIEL

AMANECER

ESCAPE

Al amanecer raudo reaparece el horizonte

Quiero volar en la vela de mi cuerpo

con sus hojas plateadas contra el cielo.

sentir el viento en las alturas El sol que ya viene empuja

cerrar los ojos y verlo todo

por atrás a la noche

transfigurado.

como sólo él puede hacerlo: nadie lo mira; astro naciente que repta por el oriente,

Esto es posible:

buda sonriente.

hay una estancia en el pensamiento tranquila y limpia

El hielo pica las costillas de la tierra

donde el entendimiento

y la despierta.

desarticula.

Los pájaros limpian sus atriles y se disponen

Quiero estar en otra parte

a interpretar al mundo.

y no en mí mismo: Al lado mío, por un momento.

Seres ensimismados con su propia vida, innumerables,

Así descalzo sin apellido.

hermosos en la viveza de su sueño

Aun sin nombre que me moleste.

y sospechosos de estupidez suprema se despiertan inquietos en sus lechos al moverse las cuentas en los dedos de las alturas.

Raudo avanza el esférico esplendor por encima del trémulo horizonte; recorre una cúpula limpísima, bifronte: noche y día.

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LA VOZ DE LA PIEL PASAJERA

Una ráfaga de primavera una claridad lavada y reluciente luego de la lluvia acompañan tus pasos que pisan el corazón sin lastimarlo tan leves son frontones de sonido VIDA EN MEDIANÍA

que repiten la frescura de tu aroma impermanente imaginado

Estancia cálida, biblioteca, una vista a los jardines...

con una prisa animal pasas junto a mi vida rozando con tu mirada

El transcurrir que visita

la hermosura de las cosas

brevemente mi atalaya

embellecidas momentáneamente por tu paso

me hace cumplir al punto

pasajera

las órdenes del jacinto.

como ángel con premura No siento frío, ni soledad,

que hubiera salido a pasear a su perro.

ni hay tristeza en mi patio.

No dispongo de otra cosa que estos días transparentes, limpios tallos cotidianos.

Bienvenida, vida breve, tierna y quieta como un mediodía absorto en su rica medianía:

un segundo antes de despeñarse hacia el ocaso.

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LA VOZ DE LA PIEL

REINO IMANTADO DEL POEMA

DOCUMENTO

El lenguaje,

Despierto, y el relámpago de la conciencia fulgurante

el cuerpo,

conecta al sol y al nublado con mi vida mellada

el mundo y su paisaje...

por la metralla de la hierba y las aves: esa abundancia que habla

El poeta,

con su lengua de arena,

sus piruetas,

con dedos de viento y de rebaño.

sus visiones y sus tretas: Mi cuerpo quiere oler entonces mar, alcanzar la orilla, deslizarse en el oxígeno de objetos

es el reino imantado

que lucen deslumbrantes;

del poema,

quiere abrevar

donde todo se ve transfigurado.

en las aristas reales de todo lo que existe, en las entrañas de un cuerpo, en la raíz cuadrada de una imagen:

deseos inscritos en lo precario de un amanecer que yo descifro y ordeno (con claves distintas a las que impone el mundo) solitario en el umbral del documento de la vida que el día despliega abruptamente en mi conciencia.

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LA VOZ DE LA PIEL

PINOS DESCOMUNALES

METAFÍSICA CHINA

En diciembre y enero, en pleno invierno del norte,

El aire es el elemento

en colosales bosques que parecen catedrales inmensas,

que está fijo en las cosas.

pinos esplendorosos de la costa del Pacífico

Se queda quieto

-que sobrepasan con frecuencia los cien metros de altura-

sepultado en el rostro. Mantiene vivos

producen flores diminutas que nacen hembras o machos

los vegetales y los minerales.

en las variadas ramas de un mismo árbol gigantesco. El viento es el que se mueve acá afuera agitando follajes.

El polen de las flores masculinas es llevado pronto por las criaturas del bosque

El aire es

a los órganos sexuales de las flores femeninas: unas semanas después

metafísica pura

en éstas nacen

al interior del cosmos y los seres:

múltiples conos que luego sueltan,

donde anima los cuerpos y los mata;

en una sola emisión, seis millones de semillas;

donde se funde con sus hermanos los otros elementos taoístas

aunque una sola entre todos esos millones

para darle forma al mundo,

va a convertirse en otro pino majestuoso:

a los múltiples disfraces de lo animado y lo yerto.

que podrá llegar a ser la criatura viviente de mayor tamaño y más antigüedad

El viento es el que fluye acá afuera:

sobre la tierra.

hace ondear las banderas, se lleva los sombreros, no respeta las faldas, que levanta y trasiega, etc.

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LA VOZ DE LA PIEL

EL FONDO DE NOSOTROS MISMOS

PAISAJES OMINOSOS

La tormenta arrolla con furia al horizonte.

En el límite de lo que se conoce.

Su presencia pregona brillos y nutrientes.

En las orillas de lo que puede oírse, pensarse y ser tocado.

La elegancia del estruendo fluye como entre sueños.

En las fronteras de la lengua y la conciencia cotidianas

Yo entrecierro los ojos.

donde principia de pronto el reino de la sombra y las torpezas grises, majestuosas y mudas,

A mis espaldas oigo

pasan entre la niebla:

voces enronquecidas por el placer o la furia que duran lo que el relámpago.

donde masas ardientes vivamente sentidas,

A un lado,

creaciones imaginadas

seres de verdad inaccesibles el uno para el otro se sofocan

bullen en las entrañas

ávidos de acontecimientos

de ese misterio

y de lluvias intensas en el pecho.

que el pensamiento no puede formular...

Por todas partes la tormenta arrasa

Allí,

con pasiones espurias

donde la vida duda de sus principios,

las tierras altas de lo humano.

donde surge de pronto, perseguidora incansable, esa forma sin forma, desollada y desnuda,

Sólo en los valles profundos se percibe el descanso;

sobre esa tierra quemada, incomprensible:

en esos feraces valles fecundados por esas aguas que aguardan callados al fondo de nosotros mismos.

patria sin alfabeto, apenas unas pocas letras sueltas,

Al fondo del ser copado por las tormentas.

onomatopeyas confundidas que la niebla aleja hacia esa espesa noche sin fondo conocido...

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LA VOZ DE LA PIEL

SALMONES Y LENGUADOS

CONTEMPLACIÓN

Salmones y lenguados, vengan a mí.

Para Tomás Calvillo

Imágenes en bandada, vuelen a mí.

Brilla el sol sobre la naturaleza de las cosas

Construyan nichos en la roca viva de mi mente;

ante la mirada docta del miriápodo.

en el espíritu de los desfiladeros,

Se oye el juicio sereno emitido en voz baja

allá en lo alto, donde se diseña el horizonte.

por el follaje majestuoso.

Doblen la ambigüedad en mi garganta; tomen las corrientes doradas

Apenas abiertas las alas de la contemplación

y den vuelta en mi cabeza.

un clamoreo de señales en cada hoja de las frondas invade los sentidos.

Que la pesada niebla del discurso

La hierba toca a nuestras puertas y nimba las alturas

se disperse en las alturas, al amanecer;

con felpudos nidos. Mas

que en la ruta de sus migraciones halle refugio el exilio

ásperos rugidos que atraviesan el porvenir

en que me encuentro: la soledad y el hambre

detienen la continuidad de las rondas

que aderezan mis palabras.

de microscópicas criaturas: el drama continúa y otras exclamaciones se suceden

Vivifiquen con su frescura eterna

en el ceño del que observa.

con su humedad ardiente la calcinada arcilla del poema.

El sol se ha movido a la izquierda del laurel. Una hoja ha descendido al recinto del rocío. Sobre el muro se vislumbra un pensamiento que podrá decirnos todo. La sombra de la acacia atestigua la hora...

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LA VOZ DE LA PIEL

COSTAS

COPISTA

1

Del abrojo que alegre el viento arrastra surge un fuego que respeta mis manos añosas de pirú;

Formas que se amalgaman y se confunden al interior de un lecho. Cuerpos que se distienden.

del destello fugaz en los campos del sol;

Los aromas ovacionan a la rosa,

de la luna de labios resecos que besa

a lo tierno de un cuello mordido por la noche.

mi boca terrena...

2

de semejantes construcciones brota el lenguaje que me inspira con sílabas ligeras, con visiones frescas:

Sigo la huella de un animal y de su ausencia: efluvios de brea, prez, esencias para el calafateo. En contrapunto abren y cierran bocas

todo lo cual es una cálida promesa,

sobre unos miembros tersos.

la señal de que el Verbo retoña en mis comarcas

Reina un color violeta en los estuarios.

y madura huertas y cantos en mis manos de copista:

3

el copista: ese ser que aprende a escribir y a mirar con paciencia en la naturaleza de las cosas.

Abre la gruta que nos prohíbe, que nos sonríe, que nos excita y baja los párpados; que se resuelve en espuma; que se resuelve en el orgasmo de olas que agitan costas deshabitadas.

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LA VOZ DE LA PIEL VÉRTIGO

-I-

UMBRALES DE LA NOCHE (Título alternativo: Prodigios en el mundo)

Hoy me encuentro en el paraje más atroz de mis comarcas. El animal de mi emblema mantiene la cabeza erguida. Azota sobre el mundo la vara del crepúsculo.

Un río de hojas refresca la ladera:

Morado se pinta el fondo del paisaje.

todo indica que pronto aclarará.

De pronto - II -

tintes inesperados cambian el humor del cielo en el murmullo del anochecer. El follaje de lo humano se reanima entonces

¡Cuán vasta es la vida que late en este umbral!

y algo sutil se concentra en sí mismo.

Una bestia desciende tras su presa.

La discordia cede. Y en la creación entera se levanta el clamor

Relumbra la pelambre gris y bajan también los dioses a beber en el silencio.

de lo obscuro que llega. Los árboles cobijan el decoro de pájaros que callan

- III -

en su casa en penumbra. Mi laberinto personal es una rica eufonía. En los umbrales de la noche que viene

Mi estancia es un cielo abierto

se distienden los cuerpos de legiones de seres

que las aves cruzan.

que olfatean el sueño misterioso

Los montes ceden un vaho, el suelo sus aromas.

en todas las veredas que llevan al olvido.

El ulular del viento es mi aliado en esta historia que se afila en pos de algo que me ayude a penetrar aún más: en la naturaleza real de este silencio; en mi cuerpo que clama con boca de rescoldo y anhelo de horizonte; en ese más allá del entorno interno y del paisaje, en ese vértigo que no conoce fronteras entre lo adentro y lo afuera.

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LA VOZ DE LA PIEL

CURVA DEL TIEMPO

La creación se parte en dos mitades ante nuestros ojos asombrados. El día y la noche se acarician desnudos y gozosos

SILENCIO

reforzando nuestras vidas. Oliéndose y tallándose. Propiciando con bullicio el irse de las horas

En la esbeltez del álamo en el huerto

apuntalando así lo frágil de lo humano

en lo profundo del pecho de los prados

atados como estamos a ese ir y venir. Es

en la luna que sueña sobre su cama de agua en el fulgor de abajo

el juego del tiempo. Son los seres del cielo que copulan y ríen

en las cornisas de casas antiguas no habitadas

buscando la conciencia de nuestro pensamiento

en un campo de tréboles y alfalfa

en estas tierras amadas.

en la mancha de agua que el caracol bordea en el fondo lechoso de un cielo estrellado

¡Bien venidos, noche y día!

en un día benévolo y radiante

¡Geranios para ambos!

en las hojas que brillan

¡Que el ritmo de nuestros corazones se ajuste a la cópula de ustedes!

en la flor que madura al interior de un tallo...

¡Que sus sapientes y lubricados cuerpos reflejen el deslizarse lúdico del universo en la curva de tiempo de nuestras vidas fugaces!

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LA VOZ DE LA PIEL AVES QUE REGRESAN A CASA

Es una tarde suave y la ternura del tiempo derrama un color dorado EL CUERPO DE LA NOCHE

en el ánimo de las criaturas que regresan a casa.

La sombra se apodera de los parques; a los viajeros rezagados, roba

Es un pasadizo el alma del copista

los últimos granos de luz.

y por él resbala el sentimiento del paisaje y el viento bosteza amodorrado

El viento se apresura

mientras pasa lista a cada una de las aves

para llegar a la cita fosforescente.

que atraviesan los horizontes rumbo al nido.

El cuerpo de la noche se distiende como un gato lento sobre el mundo: ronronea su vigilia;

PÁJARO. PRIMERA PREGUNTA

trasiega la arena de su ensueño; se mete líquida en los huecos

¿Qué dices, pájaro acongojado

en las coyunturas de los seres

cuando el sol le dice adiós al mundo

en los destellos de luciérnagas insomnes

y con las garras prendes a las ramas

en el llamar de grillos desolados

inquiriendo y llamando nervioso a todas partes

en el fulgor de estrellas que nos guiñan.

fieles relojes tus ojos en el orbe del pico en el palpitar de la prisa y la tibieza

En el campo ya quemado

de la noche que viene

de los afanes diurnos...

en la paja del hogar que habitas en el crepúsculo echado de bruces sobre el mundo el mundo total de ruidos y silencios y una multiplicidad de seres y de cosas?

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LA VOZ DE LA PIEL

HOMBRES

Llevamos la semilla en nuestros cuerpos por los que pasa la especie. Con ella vivimos y soñamos como si fuera un trofeo.

INICIO

Estamos hechos de impaciencia, de sueños monumentales,

Aprendemos las cosas del cosmos los asuntos naturales

de errores de perspectiva.

el gozo y el pozo de las cosas

De asimetría con las cosas de este mundo y del otro.

la preñez de los días

Así vivimos ensimismados.

en el tenue sabor de una taza de té;

Así nacemos también,

aprendemos en las faldas de nuestra madre

como sucede con los poemas:

la primeras letras del poema

de un vago presentimiento

que termina en la muerte

y de unas pocas palabras –yo deseo-

el poema

que más tarde toman forma;

que comienza con voz pausada y tierna

de una semilla lábil que olfatea

la plegaria con que la vida nos recibe.

a su adorable huevo. De un anhelo harapiento que dibujan unos labios huérfanos de sentido ávidos de contacto y de abrevar ansiosos en su origen.

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LA VOZ DE LA PIEL FOLLAJES ALABANZA DE LOS PÁJAROS

Follajes, frondas, densos mares de hojas...

En amaneciendo abren su garganta

Murmullos en las ramas,

y desfleman el durazno

frescura de la sombra que descansa en el viento.

del horizonte.

Murallas de arbustos, tallos, hojas, hojas, laberintos de hojas...

Saludan o alaban al cielo lo primero y dan las gracias

La vida vegetal respira sin reposo.

sacudiéndose el cierzo

Coronas de laureles,

y el rocío.

arcos de flores, riberas besadas por las aguas; visiones en las aguas, en rápidas acequias,

Luego vuelan

raíces acuáticas y aéreas;

a la nada

hierbas bajo la lluvia, el sol,

de sus vidas,

verdura a la intemperie...

donde pasan el día alados y breves

Reflejos en las ondas, arcoiris, clorofila

jubilosos.

en los troncos, en los ojos, en la sazón del alma,

No descuidan un instante

en el oxígeno del cuerpo...

sus oficios: ojo alerta, cantos puros y salvajes, vibraciones...

En anocheciendo: taciturnos, murmurantes, obedientes y cansados están de regreso en casa cubriendo la creación entera con sus alas.

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LA VOZ DE LA PIEL

EL ROSTRO DEL AMANECER SOBRE LA TIERRA

EL PARQUE

El parque, sitio de reposo y ejercicio:

En amaneciendo, un

vertiginoso de lluvia, esplende lo lavado y lo fragante;

Vaho fresco, metafísico,

inundado de sol, renovado lugar que el viento aviva:

Se recuesta en el limo;

en sus veredas elocuentes

Avanza sobre la tierra tierna, prometida,

se trasmuta el fuego de los cuerpos

Como gasa de novia que se arrastra.

se medita en el misterio de lo verde.

Las mejillas del cierzo

El parque, con los brazos abiertos y sedientos:

Con visos de salmón;

todas sus aves, acurrucadas o en vuelo

Los labios de plata

describen la parábola y su gloria;

Temblorosos

en los meandros de aromas

Admitiendo el prodigio.

en el hervor de la hierba

Una revelación: el rostro

trasudan de deseo absortos los sentidos.

Del amanecer.

Y los pies retoñan sobre la arcilla en la que ofician

Había una tridimensionalidad

una química demente las hormigas.

En vilo. Fascinados,

El parque, jeroglífico de reposo y ejercicio:

Asistimos a tal exposición, efímera,

rituales, contemplación, entrada al reino de la poesía.

Que viola el corazón, lo sangra,

Fuente de la veracidad en que abrevamos numerosos seres como aves.

Con hermosos ojos naturales, Con las cejas arqueadas. Con aquel aroma Que nos hizo sentir purificados, renovados.

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LA VOZ DE LA PIEL

MECANISMOS DE LA POESÍA

Oigo que alguien ha llamado “pico de gorrión” a esa parte recóndita de la mujer: su clítoris. Una ocurrencia feliz, la invención de un seudónimo sensible y seductor, algo que al ser enunciado hace sonreír a las mujeres.

(La similitud es asombrosa: el desplazamiento mental de ese adminículo de carne fragante y cavernoso hacia un pico que trina es el mismo que nos hace ver en las olas imágenes de nuestras vidas: guerreras de lo profundo que luchan hasta morir deshechas en la arena: modos de proceder de la poesía para entrenarse en la elocuencia sin palabras).

“Pico de gorrión”: algo indefenso, carnoso, ávido y eficiente, hecho para ponértelo en los labios con delicadeza, como al besar en el pico a un ave que se tiene atrapada y temblorosa entre las manos.

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LA VOZ DE LA PIEL TEOTIHUACÁN GLOBALIZADO

Este esbozo de poema

Yo no me puedo inmolar

de tono asaz montaraz

ni con mi muerte frenar la iniquidad.

quizá procaz

¿Sólo nos queda jadear,

que rima con tu condena

garabatear?

algunos entenderán y con él coincidirán.

¿Sólo podemos cantar

Los que no, perdonarán:

y a Cuco Sánchez plagiar?:

Teotihuacan:

“..subí a la sala del crimen

cuatro sílabas de tierra

le pregunté al Presidente

tableros de puro amor

que si es delito el quererte…”

en peligro de extinción Teotihuacán. Kukulkán.

agitan el corazón con un clamor.

¿Qué sucede en mi heredad? ¿Es que falta dignidad? ¿Testosterona quizás? ¿Indiferencia mendaz?

Un bisílabo mortal: Wall Mart avorazado y rapaz estruja tu intimidad tu paisaje singular con su cadena global. ¿Nadie lo puede evitar?

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LA VOZ DE LA PIEL

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LA VOZ DE LA PIEL

Guía de autores · Las notas y referencias bibliográficas y hemero-

· El Instituto de Investigaciones Multidisciplina-

gráficas deberán ser numeradas con un superíndice y colocadas al final del texto.

rias, en Arte, Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de Querétaro extenderá a los autores acuse de recibo de sus colaboraciones.

· La redacción deberá apegarse a las normas de la

Real Academia de la Lengua.

· El Instituto evaluará la posibilidad de publica-

· Al final se anotarán los agradecimientos, notas,

ción de los trabajos de acuerdo con la estructura temática de los números y tornará el escrito al Comité de Arbitraje integrado por especialistas y otras personalidades de reconocida autoridad intelectual en la materia, quienes revisarán y dictaminarán sobre el mismo, y cuyo resultado será informado a sus autores.

citas bibliográficas y bibliografía.

· La bibliografía se ordenará alfabéticamente,

conteniendo todos los elementos de una ficha bibliográfica.

· Cada trabajo deberá contener una hoja con los

siguientes datos:

· El Consejo Editorial se reservará el derecho de

realizar la corrección de estilo correspondiente, así como la posibilidad de cambiar, organizar e introducir títulos y subtítulos –en caso de ser necesario–, para facilitar la comprensión del texto.

· Título del artículo, nombre del autor o autores;

una breve referencia académica o de trabajo, domicilio, teléfono y correo electrónico. En caso de ser una colaboración institucional, hay que referir el nombre y domicilio de la institución de procedencia.

· Los trabajos deberán presentarse en original,

escritos a doble espacio y en papel tamaño carta, acompañados de CD en formato Word; fuente: Arial 11 pts. o enviarlo al correo electrónico: jc.schara@gmail.com

· Anexar una cuartilla con datos curriculares

del(os) autor(es).

· La extensión de los artículos será de entre 15

y/o 20 cuartillas a doble espacio (cuatro mil palabras).

· Cada artículo deberá de iniciar con una síntesis o

resumen (sumario) del contenido de no más de 10 líneas. También deberán anexar al menos cuatro palabras clave de identificación temática del texto y su correspondiente traducción al inglés.

· El título o cabeza del texto deberá ser de no más

de siete palabras.

· Las referencias teóricas, metodológicas e

históricas con que se sustente el trabajo serán consideradas como apoyo, y se insertarán mediante notas en el texto

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El Proyecto de Innovación de la Universidad Oaxaqueña (UABJO) (1983-1987) Política educativa son los principios, objetivos o fines que orientan el sistema de la educación de los diferentes países a nivel estatal o por las diferentes orientaciones de los organismos internacionales que, como la UNESCO, hacen por medio de recomendaciones o sugerencias a los países miembros. Los criterios y teorías con que se estructuraron las políticas educativas del proceso posrevolucionario tienen sus antecedentes en la educación-formación humanista fundada en el antipositivismo porfirista, tal como se describe en este trabajo.

Diálogos Transdisciplinarios II Arte Literatura y Sociedad

El mundo actual está caracterizado por sus interconexiones globales en los que los fenómenos físicos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales son interdependientes. Por ello necesitamos un nuevo paradigma que transforme nuestro modo de pensar, percibir y valorar los saberes.


jc.schara@gmail.com


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