Formación del docente univesitario

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José Luis García García

Formación del docente universitario

¿Que hay que hacer para mejorar la calidad de la enseñanza-aprendizaje en la universidad? Si nos replanteamos el proceso de enseñanza-aprendizaje en la universidad y cuál es nuestro papel como profesores universitarios, lo que se espera de nosotros en un contexto cambiante, que asume en nuestro trabajo y en nuestra dimensión de formación profesional, el trabajo personal, lo que significa ser un profesional reflexivo, que implica el trabajo en equipo y la cooperación, si creemos que nuestra formación es cuestionable tanto científica y pedagógica ... sin duda, una formación del profesorado es necesario. De acuerdo a lo mencionado, Zabalza (2004) afirma que el ejercicio de la profesión docente requiere una sólida formación, no sólo en los contenidos científicos propios de disciplina sino en los aspectos correspondientes a su didáctica y al amnejo de las diversas variables que caracterizan la docencia. Parece evidente que la formación del profesorado universitario en el doble sentido de cualificación científica y pedagógica, es uno de los factores básicos de la calidad universitaria. El profesor universitario en la actualidad ha adquirido conocimientos que posibilitan organizar el trabajo docente universitario, sin embargo, todavía necesita de una formación específica en el sentido de que “el ejercicio de la profesión docente requiere una sólida formación no solo en los contenidos científicos específicos de la disciplina, sino también en los aspectos correspondientes a la didáctica y a la definición de las diversas variables que caracterizan la docencia” (Zabalza, 2004, p. 145).


Los docentes deben sensibilizarse en materia de formación en respuesta a la mejora de la educación como vehículo para el desarrollo profesional y no como un conjunto de méritos requeridos para un mandato de seis años o de otros incentivos que pueden ser complementarios, pero no se consolida como la única fuente de motivación. La poca tradición y la cultura de aprendizaje permanente, que profesores universitarios, especialmente en el campo de la educación y la formación universitaria. En la actualidad, si consultamos los diversos programas de formación que se ofrecen a los maestros de universidad en México, veremos que más distinguido como profesores jóvenes (menos de 3 ó 5 años de experiencia en la enseñanza) y un auto-aprendizaje para los profesores con más experiencia en la enseñanza. Esta distinción se corresponde con la premisa de que ambos grupos tienen sus propias características que requieren formación específica adaptada a sus necesidades. En torno a este tema, (Zabalza, 2004) enumera tres dilemas que existen con respecto a la formación continua de los docentes universitarios: Formación para noveles o para todos: hay quienes sostienen que no es necesario el diseño de programas de formación para los profesores con experiencia que ya tiene algunos años la práctica de la enseñanza, estos autores sostienen que la formación docente debe estar dirigida sólo a los profesores con poca experiencia en la enseñanza, el establecimiento de esta capacitación como requisito para el acceso al trabajo. Contrarrestando esta afirmación, (Zabalza, 2004) defiende la diferenciación de la oferta de formación, haciendo hincapié en la necesidad de la formación para el profesor con experiencia basada en la reflexión sobre la propia práctica. Me asociarse y profesores a tiempo parcial: Este tipo de enseñanza tiene sus propias características que determinan lo que como grupo: pertenecen al mundo de la práctica profesional, realizar tareas de la enseñanza como una obra secundaria y temporal. Esto conduce a veces a la dificultad de acceso a la oferta formativa, ya sea por los horarios, la falta de difusión. Por lo tanto, la búsqueda Zabalza propone flexibles y amplias procedencias.


Capacitación para los maestros y el personal de administración y servicios: Ambos grupos pertenecen a diferentes culturas, con la formación también ofertas diferente. Tenga en cuenta que hay áreas de formación común, y el nuevo tecnologías, materiales de construcción, gestión de personal. En resumen, tenemos que superar estos dilemas y muchas otras, actividades funcionales válidas para existentes de capacitación para toda la comunidad universitaria. Sobre la formación del profesorado Zabalza (2004) advierte que uno de los problemas importantes de la vida profesional de los docentes, es justamente que se desatiende la dimensión sincrónica del desarrollo profesional, comenta el autor, Pareciera que la institución considera que formarse, mejorar como profesionista es algo que depende de cada profesor. Salvo en contadas excepciones, en este ámbito, no hay un proceso de seguimiento y apoyo al profesorado. El crecimiento profesional no se produce por naturaleza divina, ni es algo que dependa de cada uno, es un proceso en el que se tiene que dar una confluencia de condiciones favorables, entre ellas y con una gran capacidad de influencia es el apoyo institucional y de los compañeros. Hay muchos desafíos que deben ser obtenidos en cuanto a la formación permanente de profesores universitarios, hay un montón de sugerencias de mejora y proyectos futuros escritos en papel. Sin embargo, hay dificultades que es necesario para prevenir y superar con el fin de garantizar la calidad de suministro entrenamiento. La falta de tradición y cultura que ha continuado la formación de profesores universidad, especialmente en el campo de la enseñanza y la pedagogía universitaria . Específicamente , Zabalza, M. (2004) establece cinco directrices básicas para el desarrollo de programas universitarios para los próximos años: Paso de la docencia basada en la enseñanza, a la docencia centrada en el aprendizaje. Se trata de convertir los maestros en un aprendizaje profesional que desempeñar el papel de facilitador más que un mero transmisor de conocimientos. Innovadoras metodologías de enseñanza-aprendizaje, estos factores coyunturales pueden suponer el cambio real que necesitamos.


Incorporación de nuevas tecnologías. Estos cambios de la era tecnológica llevan implícitos nuevos modelos formativos vinculados a software educativo, nuevos medios didácticos y nuevas situaciones de enseñanza-aprendizaje. La formación, como no puede ser de otra manera, debe dar respuesta a estas variaciones con el objetivo de que el profesorado pueda hacer un uso eficaz y funcional de todos los recursos que, actualmente, están a su disposición. Se trata no sólo de una formación encaminada al manejo técnico de los recursos, sino de las posibilidades didácticas y formativas que éstos permiten para así, poder enriquecer, considerablemente, el proceso de enseñanza-aprendizaje. El prácticum. La incorporación de nuevas formas de aprendizaje en el trabajo, con una mayor presencia de empresas e instituciones en los programas de formación (capacitación práctica y diversas formas de asociación) es otro gran reto de la formación. La colaboración entre las instituciones de formación y los centros de trabajo se ha presentado un aumento progresivo en los últimos diez años, ya que reforzaría la idea de que la educación universitaria tenía que ser más vinculado al profesional. Flexibilización del currículum universitario. (Zabalza, 2004) expone la necesidad de diseñar planes de estudio de una manera más interdisciplinaria y versátil. Nos pusimos de pie en contra de la idea de las innovaciones curriculares y la necesidad de entrenar a acompañar estos cambios organizativos. Esta situación de avance en el diseño de planes de estudio en la cual se encuentran muchas de las universidades españolas, tendría que realizarse, desde mi punto de vista, en un contexto de cambio actitudinal y de verdadera sensibilización y no caer en el peligro de que se trate de un simple maquillaje de fachada que puede suponer no afrontar el cambio con la seriedad que se requiere. Búsqueda de calidad a través de la revisión de prácticas docentes. La demanda de calidad se está convirtiendo en un slogan básico de quienes se refieren a la universidad y a los retos que ésta deberá afrontar en los próximos años (Zabalza, 2004, p.178).


El papel del profesor debe estar orientada a formar profesional integral, además de ser capaz de realizar en un área específica del conocimiento, son capaces de percibir la realidad como una sola, como una unidad compleja y no como un conjunto de parcelas separadas conocimiento. La formación del docente universitario con miras al desarrollo humano Beltrán Ph.D (2008), comprende la interacción del maestro con su cultura, la comunidad académica, con sus conocimientos, con el aprendizaje y desarrollo de habilidades, capacidades y el rendimiento de sus estudiantes significativa, los futuros profesionales Agentes de Cambio, con él en la actualización de sus conocimientos y sobre todo la comprensión de las cuestiones casi todas las instituciones e individual en cada localidad y región vías específicas para el progreso social equitativo.

Bibliografía ZABALZA, M.A. (2004). La enseñanza universitaria: el escenario y sus protagonistas. Madrid: Narcea. PADILLA BELTRÁN PH.D JOSÉ EDUARDO (2008). La formación del docente universitario con miras al desarrollo humano. Bogotá:Grupo PYDES.


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