A orillas del tiempo Antología Poética colección puerto de e s c a l a
Título: Sin titulo Autora: Zuev Vladimir (Rusia)
Rafael Enrique Cárdenas© Ediciones del Movimiento@
Maracaibo, 2015
La Asociación Civil Movimiento Poético de Maracaibo, se reserva los derechos de edición de la presente obra en todos los paises hispanohablantes. Queda prohibida cualquier forma de reproducción, adaptación, puesta en escena o representación electrónica sin la autorización explícita de su Junta Directiva.
Diseño de la Colección: Luis Perozo Cervantes Edición y montaje: Ramón Hernández
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A orillas del tiempo Rafael Enrique Cรกrdenas
Vivencias
2008
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La soledad La soledad es una puta que se revuelca en mis noches y se fuma el cigarro de mis nostalgias.
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Entre el verso y el estรกn escritas eternamente las silabas de tu nombre.
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olvido
SOL Fuego a la aurora nacido, iris que al día acompaña, manantial de luz que baña el despertar del olvido. Sol volcánico encendido alimentando la hoguera en la pasión placentera del deseo inacabable antes que un hiriente sable haga que la noche muera.
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LA VOZ DEL SILENCIO Hay tantos lenguajes en este silencio, lenguas invisibles que gritan su mudez, voces que inundan mis oídos aletargados, la noche se desdobla y me acorrala en el rincón deshabitado del alma. la nada me abraza con brazos de bruma entumece los oídos, los fantasmas del recuerdo aparecen en la mente. El pasado desfila en mis cabeza repitiendo la misma película una y otra vez.
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Cuando comparece tu tacto en mi pecho Tus manos pueden detener el tiempo como detiene el dique los cauces de los rĂos. QuĂŠ suerte de brisa me regalas cuando comparece tu tacto en mi pecho, y la luz regresa del mismo lugar que ya no existe la vida estĂĄ en el lago febril de tus ojos. Desde que me sabes, me nombras y me piensas mi cuerpo espera por ti como espera la tierra a la lluvia, de tus labios bebo la sed de todos los desiertos, mi boca, huella de tus latidos de besos distantes, espero por ti, porque cuando me besas y me tocas fecundas, enciendes, eternizas...
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Subiré la calle que conduce a tu pueblo Subiré la calle que conduce a tu pueblo como viento me colaré por el horizonte de tu ventana, entraré a tu sueño disfrazado de lluvia, caricia o ave. Al son de la música que destilan mis dedos quedarás embrujada al conjuro de caricias y miel. Mañana al despertar sabrás que soy parte de ti y que todo será nuestro.
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Reloj de arena Se desliza poco a poco la vida en tu vientre de cristalino mundo caen viajeras horas en lo profundo del limbo de arena , presas sin huida. Persistente andar de tierra molida aromas eternos, jardĂn rotundo eres espeso ciclo , moribundo vives, mueres cual dama adolorida Si los hombres pudieran imitarte y renacer bajo el dios de tu proeza cuan fĂĄcil seria venerarte, amarte Quisiera encarnar tu magna grandeza y lograr anclarme a tu elevado arte porque al darte la vuelta todo empieza.
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Mar bravĂo Piel sobre piel, azota el mar bravĂo sobre las mojadas orillas de la carne.
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Noche Noche, río titilante flota en la mirada descalza constelaciones flameantes avanzan hacia el horizonte líquido sumergiendo arcanos en el estanque marino. Violetas etéreas del jardín cósmico desprenden polen trasnochado, aroma de mundos lejanos, láctea primavera encendida en los confines de mirada que navega entre dioses y peces ciegos. Habitantes astrales que nacen de las cenizas de la tarde así como crecen los brotes tras la caricia de la lluvia. Recuerdos de gas palpitan en la memoria del cielo desvelado, lago de sombras donde flotan luciérnagas infinitas, luces temblorosas que alumbran mi espera.
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De dónde viene este silencio De qué galaxia viene el silencio qué alas fatigadas lo trae hasta mí. como de alguna desolación viene, es ansioso como la sed de lluvia de los desiertos. De qué fosa brota este silencio, qué oscura luz lo guía. sin verlo sé que está, puedo tocar su voz la que habla desde la nada. ¡De mí viene este silencio!.
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Inútil olvido Quisiera soltar las amarras lanzarlas a las aguas ciegas del olvido, limpiarme la mente de tantos días caducos amontonados en mis sienes oxidadas, despertar un día sin saldos pendientes de memoria quedar virgen de pensamientos como el vientre de una niña. Olvidar es inútil, como redes rotas en el mar.
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Del puerto de tus besos Del puerto de tus besos sopla un aire sosegado, -Viento en popa-. Por tus ojos navegan todos mis veleros rumbo al altamar de tus venas tu cuerpo, travesĂa hĂşmeda de sal, profundidades y cimas ruta de gemelas islas erguidas temblor y calma.
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Breve poema para un suicida No te dejes seducir por el frío pregón del acero. Que tu dedo no escuche la porfía del gatillo ansioso, no te sumerjas en la noche atestada de sombras, no permitas que tu ultimo pensamiento sea desgarrado por la bala ni que tu sangre desemboque al patio trágico de los periódicos y hagan un circo con tu nombre, ni que el mármol guarde tu silencio horizontal. Aunque ahora los caminos sean ciegos mañana se asomará la luz
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Con la ciudad a cuestas
2010 23
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A mis pies la hoja seca viene y va con el viento Dulce María Loynaz
El suicidio de la hoja pálida melancolía del árbol recordando el verde que fue
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La lluvia pisa la grama y resucita vírgenes perfumes Armando Rojas Guardia Nuevamente el agua en sutiles temblores de cristales diluidos y las nubes se miran en las huellas del agua, llueve por caprichos verticales y por palabras perdidas de transeúntes que se han ido detrás de no se qué cornisas, el cielo cae en este fluir sobre paraguas negros. Llueve para resucitar porque parecemos nacer de la lluvia, bajo el palpito de las gotas las fachadas limpian su rostro y sus ancianos techos. Llueve descalzamente sobre la mirada y para anegar las incertidumbres la luz encuentra en cada gota un prisma que estalla
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Hay días Hay días en que quiero poner los sentimientos sobre la mesa lanzarlos sobre el tapete como un juego de naipes conocer con qué cifras arcanas le apuesto a la vida, abrirme el pecho con una ventana y mostrar las quimeras que habitan. saber si estoy hecho de arenas carne o viento. Hay días como hoy en los que quiero desnudarme de mí deslastrarme de antifaces y noches. Descifrar cuál es el nombre de pila del reo que llevo dentro de esta cárcel de huesos?. Quiero mirarme en el espejo encontrar en algún rincón de la cortina de vidrio; respuestas, entender por qué cuento amaneceres por ocasos y por qué llevo en los ojos mandarinas verdes
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A veces Mi casa es un gato negro se acurruca en algĂşn lugar de esta ciudad y esta tarde es suma de silencios, la luz lentamente se marcha, sin despedirse, la soledad entra se apodera de todo, sentada en la mecedora, burlona, omnipotente, y con sus manos revive recuerdos aquellos que dejĂŠ sepultados en el olvido
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Amor, cuĂĄntos caminos hasta llegar a un beso Pablo Neruda Al cruzar la comisura de tus labios en la vĂspera de tu aliento cerca muy estoy esperando para en tus besos zambullirme
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Y en todo desnuda tú. Desnuda en la noche azul Juan Ramón Jiménez Dame en este tiempo de sed el ancho mar de tus ojos. que ni la noche ni la ciudad existan y las velas de luces tímidas alumbren las siluetas que reiteran el vaivén –eternocomo el mar poseído por la tormenta y arranquemos de las playas de las bocas prolíferos besos minerales
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Silencio...silencio...ยกcalla! Alfonsina Storni Para decirlo todo inventamos la palabra muda pronunciada en el clamor del beso
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Domingo Es domingo un solemne y extraño silencio circunda la plaza, el viento se ha marchado, huérfanos de movimiento están los árboles como verdes estatuas abandonadas. Un revuelo de palomas invade el elevado templo como buscando consuelo en las alturas de cemento. ¡Alguien ha muerto! porque el viento pregona la voz metálica de una campana monosílaba
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La luz asoma su horizonte garganta encendida del alba fuego henchido. Se abre un destello arriba el grito en guerra del sol estrena sus primeras esquirlas
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Se deshacen las maderas en el puerto de la memoria un sol de abismo y sangre alumbra su sombra sobre el niĂąo de mis primeros aĂąos encallado en las arenas del ayer. Padre, tus manos cansadas secretos cargaban partĂas con tu vejez dilatada en un barco de niebla alimentado con rĂos ausentes hacia el mustio mar de la muerte
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Catedral Cuanta búsqueda de redención dentro de la despuntada piedra barroca, cuanta plegaria líquida intentando ahogar la culpa a los pies del colgado, los fieles escriben con letras sonoras a destinatarios sordomudos buscando la caligrafía de algún milagro, tanto silencio rompiendo la calma
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Hipérboles Urbanas Pululan edificios legión de gigantes quiebran alturas sus cabezas de concreto y conquistan con desesperada elevación vertical. Arde la muchedumbre a los pies de la arquitectura multitudes que van y vienen poseídos por el dios del retraso. Están atestadas las calles infinitas enmarañando de negro el mundo citadino La ciudad se asienta omnipotente victoriosa con sus indeclinables cercos
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El atardecer en dos cantos Canto I La tarde sepulta sus cortinas de luz procesiĂłn suicida ensangrentada en la guillotina del horizonte, de luz mendigos mis ojos envueltos en tinieblas, la luna estĂĄ anclada en las arenas de la noche, el cielo muestra perla de fuego sumergidas en el fondo del mar cĂłsmico. Abro las puestas de la memoria como extiende las alas la gaviota sobre el lomo del viento. y camino de la mano con el recuerdo; somos los Ăşnicos sobrevivientes de la jornada
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Canto II La tarde es un gran barco de luz se aleja lentamente de mí para naufragar en el delgado horizonte; allá donde cielo y golfo se unen. la noche, negro pájaro vendrá a anidar en mis pupilas, yo, transeúnte de soledad prisionero de distancia haré inventario de memorias y recurriré al asilo político que me concede el recuerdo
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Noche citadina La ciudad artificial se enciende un bosque de cemento vertical alumbrado por dementes luces de neĂłn. La luna destila mirada prestada, soy testigo y parte de la modernidad que entra por mis pupilas. Esta ventana generosa; gĂŠnesis del exterior me muestra noches profanas del mundo moderno
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Alfabeto de piel Me prendo de tu cuerpo al mudo alfabeto de sal y miel donde mis manos aprendieron la caricia; esa que recorre a tientas el itinerario de tu piel. La luna contempla desde la ventana y muero de celos por la luz que te toca
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Ante tu partida inminente como Kamikaze se suicida toda palabra en mi boca le temo a este silencio Amenaza convertirse en: olvido
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Transita el ojo sobre fachadas como alto peatรณn, el horizonte cercado por la piedra esconde los limites. esta ciudad santa y hereje cierra sus murallas nadie sale en busca de trigo salgo a buscarme y no me encuentro
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Cae febrero del calendario como la triste copa del olvido somos animales de costumbre en la maĂąana salimos al trabajo y en las tardes regresamos a enterrar a nuestros muertos
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Penetro en la sombra como avanza en el bosque el ciervo herido no culpo a las calles por ser transito de aĂąoranzas. Las horas caen todo es silencio excepto aquella voz casi inaudible que escucho desde adentro
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4 am Se escucha la voz gastada de una rocola y veo a un borracho tratando de saltar la luna sumergida en un charco
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La Alquimia de Los Relojes
2013
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LLUEVE La cúspide se derrama sobre sí misma diminutos planetas se posan en las hojas y despierta la nostalgia que habita en el miocardio de la tarde, en los árboles incorruptos y fachadas en vértigo Han dejado sobre las calles espejos improvisados donde un cielo narciso no deja de ensimismarse El agua golpea el silencio de la piedra con la lluvia viene la metafísica a poblar el mundo de seres verticales Un viento tose sobre las ventanas el olor vegetal, la fragancia de los frutales Llueve sobre el equilibrio de las flores en la sombra incierta de las farolas y allí estamos sin palabras frente a la lluvia fina sin apuros y generosa de siempre
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CAE LA TARDE “Aquí la tarde cenicienta espera el fruto que le debe la mañana; aquí mi sombra en la no menos vana sombra” Jorge Luis Borges Está la tarde padeciendo de rojo-naranja y se desprenden hojas moribundas de silencio tocan el paisaje y sus rendijas sé que no hay metafísica superior que la ebriedad del crepúsculo Hay islas de fuego en el cielo islas que solo los sonámbulos conocen con celosa precisión. El cosmos es una impresión fugaz donde se escribe la eternidad
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EL TIEMPO Y SUS DEMONIOS “Todo el tiempo que viví, toda la geografía de desavenencias, hierros, fechas.” Juan Carlos Mestre Las polillas verdugos de la madera matan largamente los muebles y se recuesta el vacío sobre las ruinas las fotografías sufren de otoño un triste amarillo cubre los papeles reina el tiempo y sus demonios
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OLVIDO Hay paisajes que mis ojos niegan entonces escribo la soledad en la bruma a golpe de silencio sepulto los nombres que mi boca calla Hay un intento de refugio en el pensamiento cuando viene de lejos una voz que se proyecta y sin palabras logra decir lo que fue en otro momento. De tanto achicar la memoria poco a poco se escapa entre las manos el olvido
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EL SILENCIO “Oh voz, única voz: todo el hueco del mar, todo el hueco del mar no bastaría, todo el hueco del cielo, toda la cavidad de la hermosura no bastaría para contenerte” Gonzalo Rojas Estar a solas conmigo escucharme en el instante enmudecido disfrutar de esta intimidad que las ciudades olvidaron Oh enorme voz que todo lo sabes no hay quien te comprenda Celebro encontrarme aquí donde no entran los gritos de las maquinas e ignoramos la alquimia de los relojes
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EL TIEMPO DEL ESPEJO Un día miras el reflejo y lo que ves no es la imagen del hombre que creíste ser sucede que el paisaje se colmó de vacío y no hay un cielo capaz de albergar un pájaro libre ves a alguien con tus ojos vestido con tu piel pero no eres tú la vida pasa tan certera que el paisaje frente a ti es gris, derrotado y crecen espinas que traban las puertas del alma el día es triste como una mañana sin azules
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HERENCIA ¿Cómo empezar, olvido, si el ave no ha empezado? CintioVitier Hay un ciclo interminable de días y memorias Es el tiempo que cristaliza adioses va dejando herencia
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LA CASA “Una hora exacta Derrochando esplendor entre las rejas de este impreciso funeral de instantes” Armando Rojas Guardia Por el guiño de la ventana la luz es un disparo en el vacio el polvo abraza la quietud de las cosas y merodea en los pasillos como un ser inadvertido Las sombras se sientan en los rincones esconden su vejez las grietas de una época derrotada La casa ya no habla y sus oídos sordos murieron es un amasijo de huesos minusválidos una orfandad escrita en los laberintos de un ayer
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FUNDACIÓN DE LA PALABRA Y EL POLVO Fundamos la palabra en la boca del sentimiento la tocamos con manos curiosas y llenamos de luz la penumbra Abrimos las manos y escuchamos la algarabía fundamos la palabra para perpetuar el asombro más allá del polvo
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DE AGUA Y SAL Con su anรกfora de espuma la mar le escribe eternamente a la orilla la canciรณn de sal su poema de agua
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LA LUZ Se marchan las horas mariposas que huyen vamos desnudos sepultando jornadas como el moscardรณn buscamos la luz la palabra
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EL JAZMÍN Veo en el patio su verde terquedad siempre verde regala el olor después de la llovizna Pareciera que el tiempo no pasara bajo estas ramas con los mismos brazos abiertos bajo un cielo intacto y que estas aves fueran las mismas de la infancia Erguido ante los años sabio de calendarios y lunas el jazmín deja caer lágrimas de nácar y olvido
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FLOR MATUTINA Escondida en sĂ misma calla el aroma y la ternura bajo la nueva luz sube su fuego y se abre estalla delicada y perfecta
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HAY MOMENTOS Hay momentos en que las horas pesan como una culpa antigua. Quisiera cruzar esta casa de usencia y rumores caminar la orilla de la creaciรณn abrir el espejo y contar uno o uno los naufragios ser el cronista del salitre de los puertos, la voz de este mar que se antoja inmรณvil
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MI ABUELA Como un ramo de flores tuvo los años en las manos un sol negro segó su pecho más de medio siglo pasó por la memoria sus ojos quedaron como un rio sin premura ni fe La abuela se recostó sobre el vacío aún duerme
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ME HICE MAR Para abarcarte entera me hice mar como la luz primigenia crucĂŠ tus riberas y te supe inquieta jugando con el pulso marino AgolpĂŠ el mar en la boca mojĂŠ de sal toda gruta Fui sismo del vientre ritmo mineral donde tus piernas reclaman el rumor del oleaje
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EL AMANECER A Betsabe Montes Y ahí está la mañana caminando los senderos del alba la luz desnuda salta en el horizonte abraza el azul en la cúspide el viento es sinfonía en las ramas estalla el aroma de los nísperos
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MIRARNOS Nos vemos como quien está frente al paraíso visual poderoso el nuestro y mi mano es una canción de amor en tu rostro No termina esta plegaría de mirarnos de sabernos tan cerca Mañana abriré los ojos y tú serás la claridad eterna
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COMO ÚNICO EQUIPAJE A Gustavo Pereira Esta isla es la esperanza de todo náufrago un puerto alegre al final de la ruta atrás quedaron la sombra el salitre la niebla Traemos la palabra como caricia y crece el verbo fértil Hay una canción que viene del mar un sobresalto escribe el vaivén en los árboles el viento estalla en los rostros sobre cristales de luz volcados en la orilla Nace la poesía la única vocación impostergable en el grito de la naturaleza
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CONVOCANDO LA SED DE LOS SIGLOS Hay un aliento de olvido en el silencio una letanía de palabras grises un coro de pájaros caídos en esta noche antigua y tu voz sigue intacta convocando la sed de los siglos
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MAÑANA Y mañana cuando sobre desolados campos el viento barra lo poco que de hoy quede sabremos cuan efímero fue este momento
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SÓLO EL RELÁMPAGO NOS SALVA La ciudad se pierde en su ritual encalla en esta hora de relojes vencidos y el extravío la cubre como un alud de sombra sólo el relámpago nos salva de la noche cuando por instantes nos incendia
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LA NIÑEZ “La verdadera patria del hombre es la infancia”. RainerMariaRilke Aquellos juegos eran mi única verdad la ida y vuelta en los pasillos detrás de lagartijas en fuga Los colores de la mañana dando saltos en el horizonte veía la edad primigenia en espejos La risa detrás de una pelota que daba saltos en la plaza del pueblo aún siento el frenesí del cielo preñado de papagayos y de un barco temerario surcando los mares de mi bañera Era la niñez ese tiempo anclado en la memoria
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PARTEN LOS TRENES DEL TIEMPO “Te gusta quedarte en la estación desierta cuando no puedes abolir la memoria” Jorge Teillier Son grises las estaciones Los trenes parten exageradamente exactos ingenuamente creemos ser dueños del mundo Que avanzamos invencibles controlamos los horarios el curso de las cosas los adioses El paisaje se alarga y se escabulle y la memoria es nuestro único equipaje Somos extranjeros, jugamos a entender eso que llaman vida intentamos conocer el idioma de los pájaros
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3:OO PM ¡Qué vasta calma! Hay un abandono sobre las cosas el silencio cruza la ciudad como una procesión de llanto lastima las heridas que los años roen
Al final de la calle las luces anuncian el bar su larga melancolía historia de borrachos
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LA TALA A chico Mendes Las sierras elĂŠctricas rugen en los troncos el verde se desdibuja por el hambre del metal El ruido mutila lentamente asesino macabro Y siguen las sierras mortificando el bosque golpeando el silencio con ambiciĂłn de maderos Mueren serenos el humo sube tristemente elegĂa que busca el cielo
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CALLÁBAMOS Amé el instante de conocerte como a un sol recién estrenado un violín celebraba sus notas y en medio de la noche callábamos toda la ternura del mundo
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ARDEN LOS METALES Arden los metales en la cumbre no hay mas certidumbre que estas sombras que bajan y abren sus alas sobre el mundo esta ciudad entierra sus uĂąas en el paisaje por veredas cansadas transitamos sintiendo el pulso de la ausencia La noche se repliega porque la luz es una espada que ella teme
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¿SERÉ YO EL QUE ESCRIBE? Profano lo blanco del papel el verso delimita su grafía y se erige el cuerpo desde la palabra Hay música en el aire ¿Seré yo el que escribe o soy el escriba de todos los que me precedieron?
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DESDE UNA LENGUA MUERTA Tras la lluvia tiemblan la urgencia y el desvelo la ansiedad rondando el delirio las manos dĂĄndole pulso a la alquimia y los ojos entregados al paisaje Este rumor mudo idioma anti-idioma toda palabra y gesto del mundo es voz desde una lengua muerta la poesĂa
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OBSESIร N CIRCULAR Surca la noche se reitera el incansable trรกnsito Escalo la sombra la rosa espacial sangrante Somos parte del polvo de la obsesiรณn circular del tiempo
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El Devenir de Los DĂas
2014 81
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Catatumbo QuiĂŠn pudiera palpar ese fuego penetrar la intermitencia hasta arder recostarse en las aguas arrancarse los ojos y mirarte para siempre en la soberbia del tiempo.
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Contemplación del atardecer “cuando los naranjos maduran sus frutos en la pradera del atardecer” Vicente Gerbasi La luz somnolienta se desliza en balcones declinar ardiendo de naranja Esta hora es pálida como de anemias en las arrugas de la tarde Yo sé que si dejo de mirar la luminaria que se escurre no veré desaparecer las fachadas ni abrirse la noche como un escarabajo.
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Tormenta Por los techos deambula la tormenta gimen las maderas entre el viento el mundo se nos cierra y abre con los caprichosos intervalos del relรกmpago y el trueno es terrible como un verdugo entre inocentes la lluvia deja caer sus espejos verticales su peso en esta hora torrente.
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Recuerdo El crepúsculo en lentos balcones muerden sus dientes nostálgicos recuerdo que esta era la hora del regreso donde mi padre llegaba a casa ¡como si lo viera hoy arder de presencia! sobre los muebles entregados al polvo su voz cálida de tabaco y cariño la soledad estampa su frío en los pasillos y abraza los objetos. Amé las canas arañando su cabeza sus manos entregadas a los años esa lentísima manera de sobrevivir
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Fuga
¿Qué buscan las aves migratorias en esta procesión de fuga? Este camino donde los hombres garabatean los sueños. un cuchillo corta el viento, silencio profundo tal vez este tránsito que nos ocupa este huir de nosotros sirva para encontrarnos la vida no es otra cosa que este andar viajar por la tormenta, partir.
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La chicharra Como una vela en agonía dudando entre la luz y la penumbra está la chicharra cantando su prédica niña huérfana y afligida aferrándose a un árbol que no soltará ni con la muerte.
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A los que han partido Detrás del espejo del lado en que la luz se ciega están los colores perfectos el presente perpetuo donde no caben las penas la desgracia acechante en las esquinas ni lo caduco De este lado estamos encadenados a la carne los breves como el tránsito de las mariposas El día en que crucemos la materia entera nos reencontraremos con ustedes los eternos para caminar la ancha lucidez Mientras tanto seguimos aquí aferrados a la memoria Huérfanos, espantando los cuervos a sombrerazos y algún día sabremos que la muerte es esa muñeca colgada en la pared que siempre estuvo en nuestra casa pasando desapercibida, mirándonos hasta arder.
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El tiempo El tiempo y sus verdugos los relojes van poblando todo con sus fríos calendarios y matan de apnea a los fumadores no hay genio ni dones que pueden contenerlo ni templo, playa sola o pequeño animal que escape de sus inventarios ríe del paisaje de las flores de las huellas finitas del hombre Al final quedará solo caminando descalzo sobre un ejército de óxido y tendrá la nada como condena.
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Esta casa nuestra Esta casa en medio del pueblo donde el tiempo se enrolla como una mapanare En este patio donde crecen y mueren todos los perros y mi padre a veces deambula los pasillos proyectado por la memoria y por las fotografías que barajo en domingos tristes. Esta casa que conoce las notas de mi risa y el perfume exacto de la lluvia. Esta casa donde envejece mi madre y yo la veo largamente; no hay mejor cosa que contemplarla hasta los átomos de su estatura. Aquí seguimos viendo pasar los días inevitables en estas paredes que archivan la historiografía de la familia vamos quedando para siempre
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El tiempo lame las heridas “Esta es la ronda de los años. Esta es la ronda de la arena y la ceniza” José Ramón Medina El tiempo lame las heridas apacigua los dolores hondos y nos acompaña con su presencia absoluta como un dios minucioso entonces caminamos sus arenas de siempre donde somos piedra y polvo.
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Perdí las llaves y estoy solo Perdí las llaves y estoy solo padecen los objetos el peso de sus límites fotográfica quietud del instante que habito Esta casa quiere irse, dejar atrás sus fantasmas pero qué hacer con el peso de sus años con tanto ayer apilado. Afuera la noche deambula laberinto encendido, fuego palpitante sobre las chicharras que lloran su brevedad y conocen los signos de la intemperie. Perdí las llaves y estoy solo y yo no sé por cuál de estos espejos hay que mirar para ver el niño intacto de la memoria.
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Noche en la Ciudad La esfera de luz cae detrĂĄs de los lĂmites y la noche es una araĂąa que avanza lenta e inevitable sobre la ciudad poniente perdida en su marasmo de murallas, En la distancia un farol es acosado por cĂrculos de insectos cegados de muerte vienen de lejanas colinas van dejando una alfombra por donde camina la ausencia.
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Ruinas de un templo El ocre del olvido desciende por los tejados y abraza hasta la médula al hueso roído Un aire espeso va segando las paredes no sabemos cuándo la sombra nos alcanzó en las sienes de la tarde y todas las calles ciegas confluyen en este punto que no permite intuir los colores de la vida más allá de estos márgenes. El templo es un cuerpo moribundo en la implacable perfección de los calendarios lo que queda es esta totalidad blanquinegra un abandono recostado en el vacío.
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El recuerdo El recuerdo es un tigre herido por los años que deambula entre nosotros, recurrente ritual de la cabeza la memoria, es esta e t e r n i d a d que nos acompaña y se ciñe a los huesos.
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Tórtola A Luis Alberto Crespo Una tórtola se posa en rama seca canta la sequía en el pecho ronco desde la cumbre custodia el polvorín el verano de espejo y polvo que agrieta los lugares y se aferra a las tunas va dejando heridas de piedra y suelo el sol lastima todos los rincones
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Altar Los ojos no dejan de contemplar las imágenes el llanto de las velas las sombras nerviosas se alargan y retuercen en la espelma ¿A dónde asciende el humo de los altares? en la levedad de la noche van las prédicas palomas de hollín buscando la rama cósmica arrastran los grilletes de la súplica.
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Amantes Están los amantes prendidos de la luna el magnetismo aflora el bello animal de misterios sólo importa tu nombre sobre el labio los latidos volcándose en ternura hay un énfasis en el lenguaje de las manos estamos fundados por la palabra y los átomos del beso juntándonos hasta la medula.
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Casa marina Esta casa se sale constantemente de sí y se contrae en ciclos perfectos El aire despeina la cresta onírico mojar de los límites, casa marina mecida de rumores y labios de sal galería de instantes en la orilla.
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Abuelo Barajo las cartas del pensamiento y eres tú el que apareces en la mano del alma pongo un puñado de alegría tu ardes mi corazón con la dulce hambre de siempre
Pasan las garzas lentísimas siluetas atraviesan la tarde remando en unísona formación buscan la rama del sueño junto al último sol de los venados
Testigo del Alba Observo una fiera de luz abrir sus fauces y va creciendo la garganta sobre los ĂĄrboles que se muestran tĂmidos Hay colores palpitando en el paisaje saltan los malabaristas del aire estos declamadores del trino y va creciendo la maĂąana lenta lucidez.
A Ramón Palomares Abro tus manos y se extiende el campo se ven campesinos tras bueyes buscando el cielo escucho pájaros y lagunas transparentes la blanca risa de los niños tu voz se levanta con palabras que pronuncian alegría, ternura, naturaleza El campo nos visita en tu caligrafía de aire leo el mundo del campesino su labor cuando la lluvia se anuncia y el verde es más verde y yo me acuerdo de tus respuestas, de tu testimonio fiel y dulce traes contigo a el pueblo en la memoria eres la dignidad, el escriba el campo es semilla que en ti nace: follaje, niebla donde las montañas se asientan se logra ver en tus ojos los momoyes mirándose en ríos inquietos en ti la memoria del pueblo escribe la eternidad en paisajes incorruptos el universo de esta casa nuestra Eres fuego que nadie olvida de tu pecho nace el sol laborioso de estos lares.
Ciudadano Si uno mira por el ojo ajeno si se mete en su piel y aprendemos a sentir sus lastimaduras si uno carga la cruz de sus heridas abiertas y lloramos los muertos del otro bebiendo su duelo. Si también celebramos las alegrías del prójimo y hacemos una fiesta en su honor amaríamos al otro la extensión exacta de mí.
Manicuare Caballos invisibles galopan tierra adentro sobre el lomo del salitre que traza su tiempo en las cosas y mece los รกrboles desciende el azul y cubre Manicuare no hay lugares ni laberintos ciegos todo empieza y termina en cielo y mar latir hondo y solemne las ventanas siempre miran a la costa
Marzo de dolor Es un aguijón este repentino sobresalto el ave del sueño roto en este fecha suben los gritos los peldaños del dolor no hay consuelo para esta pena recién abierta cabalga el frío y el miedo todo el cuerpo y cruza el llanto el corazón del pueblo.
Justo al final de la llama es cuando más hace falta la luz y miramos atrás con las manos vacías intentando ver las cosas que fuimos dejando en el camino aquellas cosas oxidadas un ayer anclado en algún tiempo roto
Si mi memoria se inunda con las aguas del olvido viajarĂŠ por la noche espesa a tientas, frente a las inclemencias recogerĂŠ tu nombre del pozo ciego para regresarte entera al territorio neutral de la memoria.
Quiero abrir los ojos en este aire limpio quitar la venda de esmog en la anchura van rompiendo las olas en geometrĂa de luz bajo un azul intacto quiero un momento limpio terriblemente lĂşcido dejar en la arena tanto sudor de pavimento entregar  la mirada en esta pureza. Â
Las hojas son testimonio de la brevedad cuando verdes danzan en los ĂĄrboles y los aĂąos las hacen cubrir de palidez Luego un viento las desprende y las va repartiendo en su Ăşltima morada
Flores Ustedes luces de la alegrĂa fragantes en medio del campo a veces mujeres en celo otras tĂmidos botones pero siempre al compĂĄs del viento repartiendo miel a las mariposas, el color silvestre que aviva el paisaje
Ave EstĂĄs cantando vibra el aire con tu verso perfecto como un cĂrculo de tu voz se levantan sonidos de miel virgen y un verde que abraza todo desde una rama delgada sujetas tu reino estĂĄs cantando desde el centro del verde de tu altura simĂŠtrica resalta la armadura de plumas y en tus ojos se refugia la naturaleza
Ă?ndice de Libros pĂĄg. 07 Vicencias 23 Con la ciudad acuestas 47 la alquimia de los relojes 81 El devenir de los dias
colección puerto de e s c a l a (Poesía) 1.- No hay necesidad de mí en los infiernos Víctor M. Vielma Molina 2- Divinidad en rebelión Adelfa Geovanny 3- Contraste Luis Perozo Cervantes 4- Materia Bruta Alfredo Chacón 5-
Piel de sirena Florence Hogreul
6-
Fosa Común Miguel Marcotrigiano
7-
Hacia la noche viva Armando Rojas Guardia
8-
Pasar Leandro Calle
9-
A la sombra de los destellos Mario Amengual
10- Ciudad blanca sobre fondo blanco Ricardo Montiel 11- Del conciso embeleso Douglas Zabala 12- 1era Antología del Festival de Poesía Varios Autores 13- Diario de viaje Trina Quiñones 14- Vociferación de los adentros Carlos Ildemar Pérez 15- Pronombres personales Vito Domínguez Calvo 16- A orillas del tiempo Rafael Enrique Cárdenas
Este libro se terminó de imprimir en el taller editorial del poeta Luis Perozo Cervantes ubicado ubicado el sector Cuatricentenario. Vereda 17. Nº 09. Sector 1., en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante, del municipio Maracaibo, en estado federal del Zulia, en el continente americano del planeta Tierra, en la Vía Lactea, el 19 de octubre de 2015, mientras se escuchaba la discografía completa de Padro Infante. Con un tiraje de 1000 ejemplares numerados, impresos bajo demanda, en 10 series de 100 ejemplares
SERIE A ____ de 100.