Diario de viaje - Trina Quiñones

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Diario de Viaje Antología Poética colección puerto de e s c a l a


Ilustración de la portada Título: Sin titulo Técnica: Grabado, Aguafuerte. Autor: Zuev Vladimir Año: 1959 País: Rusia

Trina Quiñones© Ediciones del Movimiento@

Maracaibo, 2015

La Asociación Civil Movimiento Poético de Maracaibo, se reserva los derechos de edición de la presente obra en todos los paises hispanohablantes. Queda prohibida cualquier forma de reproducción, adaptación, puesta en escena o representación electrónica sin la autorización explícita de su Junta Directiva.

Diseño de la Colección: Luis Perozo Cervantes Edición y montaje: Ramón Hernández Fotografía de la solapa: Gonzalo Prieto

Compras y catálogo digital: www.movimientopoetico.org.ve www.festivaldepoesiademaracaibo.wordpress.com 0414-0604028 / 0261-7197851 festivaldepoesiademaracaibo@gmail.com


Diario de Viaje Antología Poética

Trina Quiñones



Mutaciรณn

(o de cรณmo la cautiva escapรณ del espejo) (1991)

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A Cecilia Oliveira (in memoriam)

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Viandante (o cuando él toca el piano) Yo venía de cabalgar soles desconocidos de coronar la cima del universo y solazarme en ella de perderme en la nada del abismo y recoger el polvo de mis huesos. Viandante alucinada recorrí mi ciudad y asumí para siempre que aquél había sido un viaje sin regreso y, sin regreso, levitó mi ser.

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Cautiva A veces el Karma persigue al culpable la vida semeja condena sin pausa infeliz de ojos vacíos y zapatos rotos con un jardín triste y sin amigos. Y los ojos lloran y relloran y no se vacían nunca porque allí hay un sueño que juega a la escondida y sabes que lo puedes atrapar un día, un día…

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Episodio del séptimo espejo Huyendo de pervertidos demonios la mujer se escondió en el séptimo espejo el ropaje roto el Yo desdibujado y aquella risa horrible que oía su corazón. Ay, dónde está mi poesía a dónde huyó la magia por qué mis vegetales se enfermaron y los nidos están vacíos por qué se multiplicó la telaraña y se hinchó el moho Llórate, llórate mujer y muérete toda quédate muda hambrienta y desolada. Y después que te laceres con tus propios huesos oye cómo se te llena la casa de mil grillos bébete ese concierto que dura tres días. Mira rediviva cómo hay tres pichones nuevecitos cúbrelos con hojitas que tienen mucho frío. 11


Mira como toda la lluvia diluviana otrora en el espejo te ha dejado reluciente pareces de oro Eva levĂĄntate Belleza y fornĂ­cate al mundo.

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La ruptura ¿Recuerdas aquella mujer desfasada, ambivalente que besaba piedras y se colgaba abalorios? Estuvo siete años atrapada en un espejo con un machete en la mano cortaba aquella maleza sin fin el rostro hierático la cabellera enloquecida las manos sucias y el corazón perdido. Un día se dio cuenta, que no cabían más lágrimas en el espejo y poseída de súbito frenesí se abrió camino a machetazos porque no tenía vocación de sombra.

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Mutar Si sospechas que un ángel se asoma a tu ventana por Dios, no lo dejes marchar atrápalo con toda tu fuerza no ahorres tu aliento regálale tu frenesí él te dará la Vida Eterna vivirás la belleza el horror, el pecado y te sentirás infinitamente ultrajado con todo el universo penetrándote sin control lacerándote avivando tu maravillosa locura. Ah, qué delicia qué frenesí ¿tendrá fin? (¿será verdad que el Yo que se entrega no regresa jamás?). Escupe a la averraca de la duda cuervo agorero recuerda que eres el prodigioso poseedor de todos los Yo que puedas parir Madre infinita. 14


Ah, de las bestiales tetas que amamantarán el universo ay, Dios mío cuánta leche sacratísima a beber, a beber mamen todos. Agarra tu prodigiosa hacha mutila el tiempo a tu antojo (pulverízalo) constrúyelo como te parezca no le des tregua. Conviértete en sabio jardinero aprende del Gran Árbol purifícate y perviértete no pares de reír pero calla para siempre. Manosea todo el polvo de los pueblos vuélvete milenario y regresa gozoso al vientre que te parió donde la lluvia del diluvio lave tus cabellos. Cómete la placenta oh, Dios, no te la dejes arrebatar por los malditos. Deja que tus pulmones estallen y que tu lengua se limpie pero guarda todas tus lágrimas y gástalas en generosas dosis a lo largo de tu milenaria locura 15


y el día mil uno deshazte de todo lo que te quede porque ese día saldrás del vientre de tu verdadera madre convertido en Luz.

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Contésteme unas preguntas Contésteme unas preguntas anciano a qué se debe la fugacidad del arcoíris a qué la inexorabilidad del tiempo por qué el amor besa y se va cómo hizo la cautiva para escapar del espejo cómo aprende el hombre a burlarse de sí mismo El viejo lanzó una carcajada terrible y se alejó arrastrando su cuerpo sin sombra y sin edad.

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Vanidad La mujer se asomó al espejo para saludar a su belleza pero su sonrisa se trocó en mueca cuando no reconoció a su reflejo. Una anciana calva y desdentada de voz cascada y mirar perverso con el índice apuntándole, le dijo: muéstrame tu mayor tesoro que no ha de tener equivalente pecuniario. La mujer horrorizada sólo pudo recordar sus joyas y sus trajes y su colección de perfumes caros. Y súbitamente se volvieron humo la mujer y el espejo.

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Ellas Tocas tu cara con movimientos incongruentes me parece que tu respiración es difícil y tus movimientos imposibles incontrolable tu sentir pleno de miedo. Dónde están las palabras exactas a qué desconocida dimensión huyeron las amo con pasión y con toda mi locura pero escondieron sus nombres en innombrable grieta oculta en mi interior. Las conozco mejor que a mis manos que a mi rostro que muta diariamente y son más intensas que mi propio clítoris. Déjame tocar tu rostro tú, la más intensa desnúdate querida atomízate hazte visible en todas tus partículas. 19


Muéstrate, maldita adorada horror amado tú que conoces todos mis pecados (el exacto calor de las llamas de mi infierno) y cada grieta de mi corazón por qué me haces carcelera de mí misma.

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Las pesadillas Las pesadillas penetran por el ojo izquierdo punzantes y atomizadas la servidumbre de antes ya no estĂĄ y las flores estĂĄn marchitas volvieron el insomnio las telaraĂąas y el polvo.

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Nocturno Soy un punto perdido en el espacio toda vestida de terror y soledad caigo al abismo ay, dónde está el final por qué está nada en las entrañas del vértigo descubro un misterio principal y no me hago sabia pero me encuentro cara a cara con un pedazo de mí misma deleznable, subalterno y triste.

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Season No había fiestas ni compañía las jacarandas desaparecieron súbitamente y la enfermedad asomó el escozor de su ojo rojo pertinaz y burlón.

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Farewell a Gloria Vila

Todo se trastocó súbitamente y la realidad fue completamente ficticia seres de cartulina y de papel mojados por la lluvia quedaron impúdicos, desdoblados y sucios. Te confieso que emigra involuntariamente el único ser de verdad que había en el escenario. Y ahora quedo a solas en un monólogo íngrimo escondida en el laberinto de mis versos aferrada a mi pluma buscando una salida o quizás cabalgando estrellas en las entrañas de mi propio cielo.

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Atrapado el recuerdo Atrapado el recuerdo en una celosĂ­a vegetal reseca y polvorienta sucia y olvidada la chimenea inĂştil la shamba solitaria tristemente adornada con una flor de cebolla. Los ayes que amordaza la furia contenida el sopor de la duda aquelarre de penas.

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Zanzíbar Zanzíbar revivió en mí antiguas leyendas y olvidados pecados y en la magia de su bazar me entregó mi paraíso perdido.

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Medito la curiosa trilogía Medito la curiosa trilogía que implica ser poeta: el bardo azuzado por sus demonios particulares y por sus dioses privados crea el transcriptor conectado a las claves secretas de la gesta escribe y el declamador de su propio poema es todavía más ajeno al proceso: es un extraño.

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La mujer de los mil rostros La mujer de los mil rostros atraviesa el agua y besa el cosmos acuna partículas de luz y las revierte estrellas deshace infinitos nudos e hila sueños. La mujer de los mil rostros limpia el oprobio del barro y su sol resplandece ella emergió de las entrañas de la tierra silente e ignorado volcán aprende a coronar la resistencia.

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Fugitiva (1993)

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“nah ist und schwer zu fassen der Gott.” FRIEDRICH HÖLDERLIN “Próximo está y difícil de alcanzar, el Dios.” FRIEDRICH HÖLDERLIN

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Nosotros A Gonzalo

Cuando buscas la perfección te abrazas con la angustia y ella absorbe hasta el último alarido de fortaleza y aliento y de repente la energía aparentemente disminuída se eleva sobre nuestras cabezas y un fuego tumultuoso y apaciguador nos envuelve.

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Allí está ese callejón de miedo Allí está ese callejón de miedo es tan obscuro que tan solo presiento su tortuosa y dura geografía cuándo me perderé en su garganta perversa ¿reventaré en un estallido de luz o reptaré para siempre entre la ciénaga?

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Desideratum Déjame buscarte en los más secretos pliegues allí donde nuestros corazones liben oscuros bebedizos y viajen más allá de la niebla.

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Perfidia Yo flĂŠbil subyugada oteando avernos conjurando arimanes tributaria de sombras confusas inasibles fatigada de espantos ebria de pesadumbre.

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Quemas mi corazón Quemas mi corazón sólo hay vacíos perpendiculares que se juntan círculos mórbidos sin final mis miembros fríos sólo esa huella lacerante que me calcina que no se parece en nada al fuego del amor que embriaga de calor el corazón no, me parece que es el frío del hielo lo que me quema sí ¡el ardor del frío! ¡oh, Dios mío!

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Naufragio Alas de mariposa retazos de ti incrustados en el cristal saíneo de una lámpara oriental llama crepitante que no se sacia que no se basta que expande su calor suavemente. Lingam mayestático mutante erguido en la nada degustador de flores y de aguas lingam recurrente. ¡Resistencia ven! tus trampas desarmadas tu piel anhidra lingam refulgente. Amante-Yoni incendio sideral ondas quemantes ¡mi poesía!

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Una llovizna fría Una llovizna fría hiela mi corazón muda tu boca me castiga. Cautiva de tu verbo me vacío hostia incorpórea ovejas invisibles.

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Fugitiva Horas amordazadas poemas primarios novelas asequibles cubil de la conciencia. El atardecer indetenible tonos inaprehensibles la inminente oscuridad ineludible mis vegetales desdibujándose compañeros de viaje a tierra ninguna. Quiero sumergirme en mi propio pozo ¿me pertenezco? ¿acaso existo? Sólo la certidumbre del espíritu transmutando en poemas incendios invisibles dentro de mí. Incorpórea realidad dónde encontrarte en cuál mística esfera desaparecer. Transmutar en un bello poema escondido, acaso, en el corazón de los Preferidos. 38


Quiero Lo que yo quiero es tomar la Verdad entre las manos sentir su aliento tocar su piel. Te imagino bellamente hermafrodita y, quizĂĄs, investida de siamĂŠsico ardor. Yo quiero tomarte en tu dual horror porque esta noche quiero amarte, amor. Te quiero auriga del corcel de mis locuras y que en un beso de tu boca sabia pueda mi verbo crepitar en lucideces.

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Pasaje Encontré la Verdad en el medio de un bosque un día cualquiera a pleno sol. Ella me miró con ojos serenos acarició mis cabellos y, suavemente, los colocó en su lugar.

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Ejercicios de amor (1999)

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A Gonzalo

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I- Penitencias

Me dejas ebria Me dejas ebria soĂąando aguas danzando aires de espigas robando voces y ansias furiosas.

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Hoy te he percibido Hoy te he percibido como una cosa sรณlida pegada a mi lengua.

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Mojada de mar, salobre de mí Mojada de mar, salobre de mí habitada, infinitamente habitada seres húmedos y blandos me recorren, electrizan. Elipsis ineludible del sentir inútil extremidad extendida ondas hostigantes beberme tu voz exangüe de ti.

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Mi piel expuesta a tu voz Mi piel expuesta a tu voz mi piel ĂĄvida, sofocada tu voz en regajos y cascadas apĂŠndices incitantes del tono ronco, acuciante, torturante de tu voz. Tu voz-bĂĄlano tu voz-simiente tu voz-muga.

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Ejercicio Mariposas iridiscentes buscan la luz, noria de resistencias el esplendor de sus alas agita voces, henchidas de matices, se tocan matices, liberados de su voz, se besan alucinante remolino de partĂ­culas de luz revierten.

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II- De piedra

Ying-Yang IEl silencio pleno de tu pecho en reposo atraviesa la floresta oscura y habita la solitaria piedra. IIRosa exacta dĂŠjame lamer tu rocĂ­o despacio. En silencio.

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Oquedad Isla de extravíos mi fantasma te busca catálogo de vanas mutilaciones mi sombra bordea la otra orilla lejos de inútiles contenciones cabriolas, sólo cabriolas mis pasos a la intemperie perdidos.

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Falando no deserto Pelo amor de Deus me abraรงa me beija me bebe me deixa nรฃo pecando sรณzinha.

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Deshoras Cuando los cuadernos se desintegren recitarĂŠ el mantra del amputado y otras voces arroparĂĄn mi ira.

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AllĂ­ donde invisible te desintegras donde tu lengua no me toca allĂ­ un vaho de perversidad me arropa.

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Estancia de poetas Nuestros fantasmas danzan melodĂ­as plenas, imposibles poemas que se besan en la complicidad de lo intangible ÂĄcosas de poetas!

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III- Piedra de sacrificios

Piedra de sacrificios Execrada madreperla cruel ácido corroyendo cuchillo-corazón-cuchillo ara, sorpresiva ara Tótem aprisionado simientes degeneradas germinan en tus ojos -raíces, punzan raícesMadre Dolorosa sangrante corazón sangrante.

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IV- Del diario de viaje

Bajo las runas Dicen las runas que el Ăşltimo reto del guerrero espiritual es abandonar el mando.

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Yugo Para viajar me visto de silencio el miedo es un bastรณn que me sujeta a tierra.

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Nairobi Y ellos mueven sus esplĂŠndidos cuerpos y caminan y caminan y pasean su sudor agrio y sus dientes magnĂ­ficos y la insolente belleza de su piel.

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Antesala Cuando hablábamos de la muerte, cada quien vivía su propio secreto de voces que nos prestábamos a nosotros mismos.

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Sólo silencio a J . Santiago Naud

Sólo silencio Ahíto de desnudas intemperies. Navegante de álgido piélago Torna a los campos Invístelos de luz. De Abismales ondas de luz Gritará la página, poeta, la Ofrenda a Eros, rediviva.

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Travesía A dónde, navegante, tu barcaza de sueños te condujo a dónde la lucidez de irrecusables tormentas, polícromos faros enloquecidos bocas perversas de doradas sirenas. Oh, granos de tu sal absorbiendo latidos tu masa cerebral caracoles marinos.

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Dísticos La vida va dando respuestas no buscadas, pero largamente esperadas. Para conjurar tu silencio, en mi corazón, danza de cuchillos. ¿Y el corazón perforado de ausencias no será alguna materia aprobada? ¿Será que existe el riesgo de perder la libertad en manos del mantra escogido? Alabado el hilo que nos une altas ramas cantarán lucidez.

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Laxmi She’s leaving the tunnel behind dancing spices kissing aromas watching the Light.

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V- Tres poemas rusos

1Y, con sorpresa, percibí que absurdamente había prescindido del ángulo agudo y desvalido de tus ojos y miré mi cuerpo que se marchita como mi rostro pero igual soy bella y con miedo a perderme. 2Hoy quiero tocar tu afilada cabellera y palpar la fragmentación de la verdad que no siempre es porque disfrazamos o erramos o nos perdemos. 3Apenas si eres noche en el largo registro 63


de la luz apenas laberintos de ondas imperceptibles impromtu de procesos racionales confusas pulsaciones de la psiquis apenas si eres noche en el trรกfago de las etiquetas espirituales rompecabezas perdidos en la nieve apenas si eres noche en tus devaneos de mariposa alucinada viajando a lo esencial apenas si eres noche.

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Nรณmada de lo invisible (2000)

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Yo

te conozco de cuando no intervenías en las conversaciones de los mayores y eras idéntica a la caña de azúcar, por eso creo que eres la misma que hoy no tiene conversaciones conyugales y contempla fascinada los ínfimos cristales de la impoluta nieve. Hoy, está la indicación de la senda forzosa que no forzada, carteles equívocos, fantasmas esquivables, ejercicios obligatorios de un juego estrictamente personal y solitario. Yo te conozco de cuando caíste en esa zanja de sueños y apareciste con la oreja dividida y por eso llegada es la hora de que te oigas y te maravilles con la división de los sueños en este vacío, gran vacío.

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E

scucha, la mano se desliza, ya no a impulsos breves y certeros, sino en audaces, delicadas, sencillas combinaciones de silencios. Tu voz desatada dijo del instante liberatorio y de tu mente que se mantuvo a salvo. Alabado el hilo que nos une, altas ramas cantarรกn lucidez.

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E

sta noche convoco a mis amores permito que me habiten escondidos jirones liberados fulgores de mis arcas secretas.

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Quiero ese viaje a espacios

cuรกnticos quiero ser rosa el cuadro dentro del cuadro cรณdice cornucopia chispa nanoscรณpica.

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No sé de mí y, quizás, etiqueté mis dolores. Acaso

para acompañarme. Sería tan cómodo ser loca o no tener memoria ni deseos. Algunos deseos son como pompas de jabón; bellos, mientras brillantes y multicolores se elevan y se elevan; súbitamente dejan de ser y, a veces, ni siquiera se convierten en recuerdos.

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Mis animales me están mordiendo. Sus zarpazos. Ya

no duelen tanto. Duelen lo mismo. La misma negrura arrastrándose, arrastrándome. Demasiado ver o no ver. Dónde la explosión. No besé tus manos. Naufragios a mi paso. Una debilidad cualquiera por la nada. Ni besos. Me toca cuidar tu piel envejecida. A ciegas sigo tus pasos y aún me sobra desperdicio. Hoy toco tus labios, tus labios curvos y no perteneces. Vacía al vacío. Como me parece que lo quisiste. El bien se impone, acuse de beneficios. Tejemos. Todavía no soy mi mitad. Yo te veo a ratos y te alcanzo o no te alcanzo. Soy la suma de mis propios naufragios.

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D

éjame, hoy, decirte todo lo que te busco. Los escarpados, desérticos caminos que por ti he recorrido reverberan entre los surcos de mi piel. He tocado tantas puertas vistiendo quiméricos disfraces y en todas partes la respuesta fue la misma. Nunca me diste tu nombre, no te conozco, no sé de ti, pero, desde lo invisible, irrecusable me convocas. Por ti, me he perdido en retorcidos senderos, he caído, roto mis carnes, sólo por ti. Buscándote, he seguido rutas sólo reservadas a los apátridas, a los execrados, a los que no tienen regreso. Por ti, ese muro de silencios me circunda, resguardándome. Buscándote, olvidé mi nombre, mis orígenes y desconozco mi futuro. Invisible me arrastro pero no me desmorono porque te he buscado desde siempre y sé que estarás al final del camino.

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C

ualquier ejercicio parece particularmente inútil. Para qué incomodarte en negar tu condición absolutamente animal, enferma y asesina. El cuerpo sin reposo, gastándose. Vi las venas de la garganta en tensión; aullidos, imprecaciones, inútil golpear de muros y cerrojos. Movido ejercicio de auto conocimiento.

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He

sabido de formas moderadas, de apariencias sutiles, de controles, un traje cualquiera para ocasiones específicas. Pero, qué sabes tú de mecerse con fuerza en las ondas del infierno, qué sabes de impotencia, del manejo del aliento desatado de nosotros los animales. Quizás, sólo por agotamiento, huimos a los bosques, a los rincones; y allí, a oscuras, consolamos nuestras heridas; y, si no cierran jamás, qué podemos esperar que emane de ellas, de qué oscura fetidez se arroparán. Miremos al horizonte, entornemos los ojos, quizás en algún momento descubramos de dónde viene este dolor.

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E

n estos momentos experimento la peculiar sensaciรณn de que no estรกs al final del camino, sino que eres el camino mismo, tan denso es el recorrido, tan definitorio. Tu mano, que todo lo abarca, me moldea, me talla, me redimensiona y no me desaparezco. Estoy consciente de que sigo siendo y, aunque mutada, me reconozco.

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Juegos de invierno

(fragmentos de “Mi diario moscovita�) (2000)

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PRIMERA PARTE Moscú, 12 de mayo de 1999, miércoles (8:00 p.m.) Es sólo ahora, revisando por enésima vez mis “Ejercicios de amor”*, cuando percibo que hay una parte de mí que permanece atada a algo, quizás obscuro y, en todo caso, borroso e indefinible que me impide volar hacia misteriosas regiones a donde sólo la poesía conduce. ¿Necesitaré psicoterapia? Cuál será el movimiento liberatorio definitivo. O serán muchos. Se puede llegar a niveles que apenas entreveo y, sin embargo, me siento bordeando la periferia de algo que yo misma desconozco y que, apenas, levemente intuyo. 24 de mayo, lunes (6:40 p.m.) Cuántos espacios efímeros. Cuántos efímeros momentos de felicidad, pero también felicidad expandida, latente, suspendida. Siento algo cercano a eso cuando tomo mis Ejercicios y veo que se acercan a la realidad de un nacimiento exterior. Algunos poemas son tan amados, todos tan vividos que me pregunto si se pondrá la misma intensidad, la misma carga en otro tipo de escritura. Un fuego penitente oscila dentro de mí, suave pero vigoroso, fuego iluminador de rasgaduras, de llagas, pequeñas úlceras y quemaduras, distintos collages interiores, cuántos matices, quererte más quererte menos quererte no quererte, ver no ver la comprensión de la incomprensión, el descontrol del control y el control del descontrol, perderte y no buscarte para buscarte siempre perdido para siempre, lúcida perdida cegada de luz _________________________ *Trina Quiñones. Ejercicios de amor. 1999. Moscú. Editorial “Globus”. 78


a oscuras, silencio sólido, pedazos de algodón que me rodean que silencian el latido de mis sienes y el fuego, el fuego también envuelto por alguna fuerza coherente que de alguna forma impide estallar los pedazos de mí que sean necesarios, pero qué más da si yo estoy rota, empatada y vuelta a empatar, ay deshecha. (8:15 p.m.) Entendí. Sin duda, un procedimiento asesino: se disecciona, se va entreabriendo poco a poco entre las capas de la piel; se va indagando con un cuchillo, se abre la carne despacio hasta encontrar. Así es esta prosa; al contrario del poema que es un chispazo, una visión, una puñalada. 08 de junio, martes (10:15 p.m.) El horror al vacío, el desconocer las rutas que llevan al camino, la improvisación de ejercicios fundamentales. Vacío, vacío. 03 de julio, sábado (2:28 a.m.) No. No es muy diferente el muro que separa una casa de la calle y de todas sus implicaciones, digo, no es diferente ese muro del muro que me separa de los demás; quizás, construido a conciencia. Un muro donde reboto toda yo y me devuelvo a mí misma en un retorno infinito y, muchas veces, estéril; ay de mí. Necesito de una voz que me alimente, quizás, la poderosa voz del invierno, tan inmensa, tan indoblegable. 13 de septiembre, lunes (11:15 p.m.) Detenerse en el cuaderno como rito, como religión, como ofrenda. La naturaleza es la gran musa, naturaleza propia o ajena. La belleza está en todas partes, sólo es necesario indagar. 79


SEGUNDA PARTE 12 de octubre, martes (11:15 p.m.) Plato del día: Shamil Basayev amenazó con volar las instalaciones nucleares rusas. Dice que, actualmente, sus comandos se están entrenando para ello. 13 de octubre, miércoles (3:35 p.m.) Me despierto y desconozco en cuál tiempo y lugar estoy. Solo reconozco a una criatura asustada. Llamo a R. Ahora, un poco más consciente, estoy sentada en alguna grieta; en un lugar, quizás, llamado Moscú y sin más compañía que mi propio desasosiego. Mi mundo me rodea de nuevo; sí, esta es mi casa, estas son mis cosas, mi soledad incluida. 14 de octubre, jueves (12:37 a.m.) Los ritos son necesarios y me siento dueña de los míos: la mayoría, invisibles. Ritos a mí misma, a mi poesía. ¿Acostumbra usted visitar invisibles grietas? ¿Se da cuenta de que le rodean? De allí sólo se puede salir con poesía. ¿Me acompaña? Las grietas son como nichos porque están destinadas a conservar todo lo presente, pasado o futuro que pueda tener efectos sobre nuestra consciencia y, por ende, sobre otras. Son elementos transformadores, ya generando ya destruyendo. Pueden ocasionar una experiencia terrible y/o sublime, pero me parece que siempre positiva. Son, si se quiere, vehículos de conocimiento y, a veces, zonas de tránsito involuntario y obligatorio. Ninguna grieta es igual a otra, aunque pueden existir grietas afines, quizás por ser heladas o sofocantes o demasiado solas. 80


22 de octubre, viernes (8:10 p.m.) Quiero escribir tantos libros que pueda arroparme con ellos y, si quiero llorar, ellos me den consuelo. Esta grieta es de lo más indeseada: yo sin ti, tú sin mí. Evitándonos y queriendo encontrarnos. Heridos ¿serán necesarios más zarpazos? Esta grieta está extrañamente solitaria, algunos fantasmas pasean y me esquivan, yo tampoco los deseo. Mis palabras se sienten pegajosas, casi resecas, huelen a parálisis; se repliegan hacia cavernas cualesquiera, se adosan a paredes porosas, se incrustan, copulan con minerales, aúllan; lanzan chispas de placentera furia (me ignoran); algunas se ensanchan, se adelgazan, avanzan decididas, cubriendo espacios, arropando; otras, se achican para penetrar espacios nanoscópicos en loca liberación; se pierden, quizás sin pasaje de regreso o, tal vez, de vuelta, iluminadas, en estado de Buda. Y están las que sucumbieron a sí mismas y ya nadie recuerda. 24 de octubre, domingo (8:15 p.m.) Se imagina alguien la delicia que es pecar teniendo tu cuerpo tan cerca; detenidos en esos escasísimos segundos en que coincidimos y, muy lentamente, bordeo tu rostro con el mío y te susurro: “te amo”. Mi mirada perversa que te habita públicamente, que te acosa, que te acaricia sin rubores. Quiero burlarme de las barreras y reír, reír, reír. Quiero que seamos niños. Decirte con mi boca en tu boca, mirarte indefinidamente hasta que tus ojos sean tú mismo sin ninguna posibilidad de confusión y que mis ojos te acaricien en todas las formas. Quiero que escribas algo lindo para mí y que sea eterno. 26 de octubre, martes (11:45 p.m.) Yo, en mi propia grieta pre-fabricada, anhelante, sola, enamorada. 28 de octubre, jueves (7:20 p.m.) Transito por laberintos de espacios superpuestos. Las 81


paredes reflectan mi anhelante silueta. Tu voz dentro de mí. Se escuchan mensajes o códigos en lenguas oscuras. Te siento. Te siento y es sólo mi imaginación que te sostiene. Trato de tocar mi propia silueta y no existo. Las paredes se acercan entre sí, se funden, se dividen, se reajustan. Hay una consciencia de mí que transita por esos laberintos. La que te busca. Mi figura es luminosa y alargada como un lápiz y se aleja en volteretas imposibles a través de las paredes. Pero este ejercicio fantástico tampoco me permite encontrarte. Algo me golpea el rostro y soy yo misma convertida en una masa informe de palabras inconexas. Dónde. De pronto, percibo que el espacio ha desaparecido y yo levito convertida en un polvillo multicolor y mi consciencia decide que estás en mi corazón. Y te encuentro. 05 de noviembre, sábado (9;35 p.m.) Todos los soldados que veo luchar en esta guerra son insoportablemente jóvenes. 10 de noviembre, miércoles (4:00 p.m.) Diez años después tengo que decirme, una vez más, que no se pueden desoír las voces de los bosques. El castigo queda dentro de una misma. Todo es un libro, un único libro. Así como todos los senderos llevan al final del camino; no importa cuánto demoremos ni de qué forma lo hagamos: él está allí esperándonos. Es tan especial tener mis “Ejercicios…”, finalmente, en mis manos. Cuánto amoroso desborde, me es muy difícil autolimitarme; además, es una fiesta de todos los sentidos, de mi psíquis, de mi corazón. 13 de noviembre, sábado (4:20 p.m.) Mi Diario como vehículo de autoconocimiento, como escuela de amor, como espejo infinito, como caja de Pandora, como receptáculo de esto que está pasando aquí y ahora. Como sala de partos de “Versos a Gagarin”, 82


como bálsamo a esta quemadura, a este placer, a esta voladura. Tocan mis manos tu fibra dura, la recorren, la despiertan, la trastornan; mis versos arrastrándote como lo predije, como lo soñé, como tiene que ser porque para eso quiero ser contigo. Quiero que bebas mi poesía como poseso, como yo de ti estoy. Quiero encontrarte borracho en los salones. Ebrio de mí y de cada cosa mía, como de ti estoy… 24 de noviembre, miércoles (6:45 p.m.) MANUAL DE PASATIEMPOS INVERNALES (Manual del turista de estas grietas) Guía para laberintos, rutas aprobables, desvíos obligatorios, saltos a propio riesgo, garantías indeterminadas o no garantías, controles y descontroles sin previo aviso, alcabalas inevitables, sanciones imprevistas, one way ticket, rescate de ignoradas lucideces, conato de visiones, verbos paseantes, rincones asediados en invierno, la turbulencia de la fragmentación temporal en el hielo, los tiempos escasos y arrebatados, los frenos pensados o impensados de unos labios entreabiertos, la pupila que ilumina oscuros rincones invernales; las invenciones, las protestas estériles, el miedo a este miedo. 27 de noviembre, sábado (11:10 p.m.) Quiero mi cuerpo desnudo junto al tuyo para que, despacio, lo vistas de poemas; quiero en mi cuello delicada filigrana, tu boca artífice recitando poemas, ebria de ti, de cada verso tuyo. Tu voz, que adoro, cubriéndome a retazos. 02, diciembre, jueves (5:00 p.m.) A Elena Pshirkova 83


Quizás, muchas veces, lo mejor sea no mirar los papeles anteriores. Si la pupila trastocó su ángulo, ya huésped de reservados pasadizos, miembro de luminosas y aladas hermandades que guían amorosas y seguras; son, ahora, invisibles páginas incatalogables, rescatadas de odios, imprecaciones, errores y demás dolores. Y esa pupila que, como saeta, penetra, penetra pero, a su vez, recibe, recibe. Pájaro de luz que viene y se va. Pupila ataviada de chispas doradas, pupila lavada, purificada. ¡Benditos los discípulos alados y los invisibles hilos que nos atan!

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TERCERA PARTE 13 de diciembre, lunes (12:15 p.m.) Por qué nos acompaña este horrible invierno. Dónde está el esplendor de la nieve. Por qué estoy rodeada de una ciudad sucia, gris, encharcada. Tú y tus juegos asquerosos, me tienes muerta; ayer, me hablabas de “esta relación, estos amores” y, hoy, “si se me permite”. Te odio. Qué quieres hacer conmigo. Porque tú sí sabes lo que yo quiero hacer contigo. Ya podría Basayev volar lo que le dé la gana. Con que paciencia esperaré a ver si es cierto que el primero de enero las computadoras enloquecerán y mandarán a pasear los misiles. Me sentaré en la Plaza Roja a esperarlos. ¿Será este el verdadero reto de este ansiado invierno: no gratificarme con su albo esplendor, como tú? O es que sólo, a veces, te das permiso para ser conmigo. O será que te burlas de mí. Ay, Dios mío, me manejas a tu antojo y no sé por qué dejo constancia de esta cosa de lástima en estas páginas. Pero a quién se le puede contar esto sino a ti, Diario, que sólo hablarás si te lo ordeno. Cómo quieres el menú de hoy, Dios: denso, leve, amoroso, erótico, frío, enmascarado, pre-soviético, soviético, post-soviético, lento, apresurado, torturante, desgarrado, desabrido, abierto, cerrado, diplomático, tutelar, constructivo, destructivo, hiriente, balsámico, acariciante, de miel y rosas. 27 de diciembre, lunes (6:15 p.m.) ¿TÚ? ¿Pero…TÚ? Todavía no salgo de mi asombro, de mi maravillamiento. Pero…cómo has hecho para despertar de esa forma mi ternura. Nunca me detuve a pensar que pudiera ser así y mucho menos contigo. Estoy estupefacta. ¿Y ahora? Qué voy a hacer. 85


28 de diciembre, martes (3:40 p.m.) Ardores, tanto conocidos como desconocidos, pero…y esa ternura…¿y sus rubores varios? Yo…siento tanta vergüenza que quisiera usar una máscara y, además, no encuentro qué hacer con esta sonrisa, esta sonrisa. Y este palpitar indetenible y que, a ratos, se hace tan agudo. Cuándo pasó todo esto. (5:50 p.m.) ¿Y tú? Cuál máscara vistes para recibir mis mejores poemas de amor. Cuál parte de ti sale a mi encuentro. En cuál ratonera te ocultas para no escuchar mis gemidos. Es mentira que me adores y me dejes así. No quiero creerte. Yaroslavl, 31 de diciembre de 1999 (5:00 p.m.) Un mago, un Dios, un dueño. Así me regala la vida en esta noche de final de milenio. Un carnaval de campanas dentro de mí. Agradezco profundamente esta dicha, tantos dones, tantos agasajos. Celebro la vida, el amor, el arte en esta hermosa ciudad. Los “Juegos de invierno” arden en mi corazón y me iluminan toda; es imposible una fortuna mayor. Gracias, muchas gracias, tengo todo lo que quiero y espero que ellos puedan dejar algo a quienes lo lean. Yaroslavl, 01 de enero del 2000, sábado (0:35 a.m.) Mis primeras palabras en mi primer cuaderno de este nuevo milenio son para ti, amor mío. Se acaba el milenio y te llevo y con el nuevo, también. Yo te amo. Tú me amas. ¿Se puede ser más dichosa? Estamos bendecidos. Podemos ver otra Era. Nuestra Era: la de los abanderados del amor. Nosotros poetas. Nosotros sacerdotes. Nosotros profetas. Nos toca cuidar de la inocencia. Nosotros benditos. Nosotros perversos. Alabado el hilo que nos une. Altas ramas cantarán lucidez. 86


(1:50 p.m.) Te quiero más que en el siglo pasado porque, a pesar de todo, yo soy tuya. Y te seguiré escribiendo poemas de amor. Y seguiré soñando con tu boca y con ese primer encuentro, a solas. Moscú, 27 de enero del 2000, jueves (7:40 a.m.) Bien. Ya estás aquí. Y yo, completamente inerme, deshecha. Y tú. Inmenso. Blanquísimo. Avasallante. Qué puedo decirte. Qué puedo decirme. Casi todo ha desaparecido. Sólo esta nada indescriptible. Hilos de acero tensado en mi pecho. Hacen falta nuevos mecanismos. Vitaminas contra el miedo a no superarme a mí misma. ¿Valor? ¿Decisión para salir al exterior de mí? ¿Salir? Treinta casi-niños mueren a diario en Chechenya y eso…a quién le importa. Y, ahora, cuántos edificios van a desaparecer del mapa de Moscú. De qué tamaño será el miedo de la ciudad. Cuál será la fórmula que más exactamente represente las diferentes escalas del miedo ¿Y tu miedo…es más pequeño que mi miedo? Y a qué le tienes miedo. 31 de enero, lunes (8:35 p.m.) Tallada. Tallada. Tallada. Qué hice. Por qué me inventé este juego. Este estado de perenne e interminable sufrimiento: como un Dios obscuro, orlado por chispas diamantinas, pequeños puñales brillantes, duros y fríos; que me acosan, me penetran, que iluminan mi carne desgarrándola.

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CUARTA PARTE 29 de febrero, martes Querido… “La poesía Tanka se conoce en el Japón desde hace más de 1.300 años. Escrita en 5 líneas de 5-7-5-7-7 onji, es muy anterior al Haiku. El más famoso uso del poema fue el de mensajes secretos entre amantes. En la Corte Imperial se convirtió en costumbre de personas bien educadas, al llegar a casa en la mañana, después de haber pasado toda la noche con la amante, escribir una nota de agradecimiento por los placeres de la hospitalidad; el pequeño poema expresaba los sentimientos de alguien y era enviado en un envase especial de papel o escrito en un abanico o atado a una rama o a una flor. Se dice que la amante era más apreciada, no por su destreza en la cama, sino por el arte en responder el poema recibido”. 09 de marzo, viernes (7:05 p.m.) No le demos más vueltas a esto. Escribo para acompañarme. Es lo único cierto, mi piso; por debajo de esto, sólo el abismo, la nada. En Moscú, he llegado a una dimensión límite: escribir o la locura o la locura de escribir. La escritura es mi máxima protección. Aquí me preguntan que por qué escribo de esta forma. Escribo para salvarme, para amar la vida, para resistir y resistirme, para encontrar la Libertad. Pero este piso se tambalea, amenaza con un vacío de ideas, de palabras; las paredes se yerguen amenazantes, imprecisas. Todo perturba, como el suicidio de un poeta. 11 de marzo, sábado (10:47 p.m.) Cuando las ramas quedan completamente desnudas son sometidas por la intemperie. Después, renacen esos retoños tan leves y, de nuevo, la perturbación se sumerge. 88


12 de marzo, domingo (8:25 p.m.) Es mentira que la perturbación desaparezca en primavera. Estoy más asustada y desprotegida que otras veces y, además, muy sola. Está difícil empezar algo nuevo. Los “deberes” me tienen exhausta. Necesito mi tiempo, mi espacio. Quisiera poder descansar de lo exterior. No quiero ver a nadie. Te necesito y no estás. Te prometo que nadie ocupará tu lugar. Regresa. Siento que en lo más íntimo de mi ser han brotado raíces que se incrustan a ti, Diario. Y crecen y perforan y se adhieren. La jugada maestra del interlocutor eternamente silencioso. No tienes boca, no tienes ojos, no tienes corazón. Qué tienes. 16 de marzo, jueves (11:35 p.m.) Por razones diversas, nuestras carcajadas, ásperas, vibrantes, victoriosas, fugazmente se encuentran y, luego, se distancian, rotan, se pervierten. ¡Cosas de poetas y magos! 17 de marzo, viernes (1:05 p.m.) Esta pureza absoluta cae sobre la cerca y autos del estacionamiento, mientras escucho tu voz (y ese sentir al unísono que todo es igual pero más) y es resbalar por un suave terciopelo que nos cobija y embriaga de certezas que asustan y confortan; y los sentidos aturdidos de este flotar y esa nieve tan bella como el ansia de tu voz que me recibe vestida de Rusia y de ardores.

Moscú, primavera del 2000.

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POEMAS Una estaciĂłn cualquiera El pretender asir la realidad deja un sabor amargo asombrados fantasmales vacĂ­os permanecemos

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Otoño 1. Los árboles más vanguardistas amarillean o enrojecen otros, se prefieren grises tristes como una madurez mal manejada. Yo los observo quiero escuchar sus múltiples mensajes sus susurros húmedos de lluvia lo que ellos quieran darme. 2. Hoy amaneció la primera helada y comienza a borrarse ese verde que tanto nos cobijó. 3. Parten definitivamente ardidas hojas amarillas viajan a lo eterno escaldadas de viento lejos, muy lejos. Moscú, otoño del 2000

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Navidad rusa Para besarte, podemos convocar paisajes brumosos y frĂ­os espĂ­ritus alados rictus congelados y todo aquello que abriguen tus ojos densos y tristes.

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Pausas 1Nada especial desiertos tormentas espejismos falsos refugios Moscú, 23 de agosto, 2000 2En un atado de pequeños corales, conchas y algas de prohibida extracción de la isla -vivos o muertosy mientras el mar mece su vientre y pedazos de mí ingiere (y lo gozo) un poco medito sobre nuestras llenas soledades abismales ya montañosas ya marinas. Mahón, 21 de julio, 2000

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Insomnio urbano (2012)

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para Anderson Braga Horta

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Insomnio urbano 1 la habitación se ha quedado completamente seca 2 me acompañan los edificios y el asfalto mido agresividades con conductores de últimos modelos los portadores de celulares nos lanzamos miradas oblicuas soy la última habitante 3 la noche no quiere dormirse los de la calle defecan en las aceras y le dan la última pincelada a sus instalaciones de desarmadas cajas de cartón vacías botellas de cerveza de color marrón 5 los habitantes del concreto se deslizan lujosamente desvestidos sus atavíos gritan deleznables fantasmas solos 6 las mujeres dejaron sus tribus y con los hijos yacen en las aceras 97


infelices adormecidos colgados de un seno vacío quién los insertó en la mugre de la urbe 7 ahora el Metro es de todos el informalismo se trepa por sus bocas que arrojan un vaho marginal sobre los usuarios los vagones nos refrescan del agobiante murmullo de los rumores torsos al aire piercings a granel escotes abusivos parejas complacidas niños barrocos pre-púberes de tacones altos matronas de bocas y uñas decoradas estudiantes en juerga pequeños escolares independientes piernas mutiladas o llagosas récipes de medicinas importadas colectas para operaciones o entierros madres desquiciadas vendedores de chocolates y bolígrafos ejecutivos engominados jóvenes redondeadas de silicón 8 veo rostros envejecidos tareas claudicadas miríadas arrastran sus zapatos viejos las muecas se agolpan 98


en el Seguro Social 10 desde mi cama veo cómo me trepo por el techo y miro este rictus que en mí se ha instalado cómo me busco en mis propios libros y en pensamientos adecuados algunas ideas salen de mi cabeza y flotan por la habitación 11 no tenemos control las calles están nerviosas las casas allanables los transeúntes secuestrables y/o violables los adolescentes guerrean su juventud sobre patinetas mi corazón sin ti también guerrea 12 las calles repletas de protesta hay un reclamo ínsito 99


en los bailes y en las risas ya no quiero escuchar los susurros de mi celular 13 la ciudad vibra en mayúsculas frenética o silenciosamente intentamos dormir pero los demonios no cesan disparos están hiriendo la noche y todos estáticos fingimos que fingimos 14 Todo está roto ido las calles vacías y dolidas mi tierra envenenada secuestrada el amor desapareció dejándonos a descampado perplejos 17 en un instante la ciudad despertará un cortejo de balas matizan mi insomnio 100


cuál será su lúgubre destino voraces proyectiles libertarios 19 el sedante va tomando cuenta de mi pecho y se instala con una fuerza opresiva que me permite anularme a conciencia es un limbo un poco amargo entre furiosos y arrogantes detentadores de la verdad mientras los cadáveres se disputan la cotidianidad 20 hay demasiados cadáveres algunos son ilustres y reciben aplausos los demás reciben gusanos


EpĂ­logos


La edición de Fugitiva en la opinión de José Santiago Naud.* En términos de genuina acción cultural, es la Biblioteca Ayacucho, editada en Caracas, ejemplo magnífico de cuanto puede una iniciativa singular ampliarse con la visión de continente a las dimensiones del universo. En esa admirable colección vienen siendo recogidos títulos insustituibles, firmados por autores esenciales para el entendimiento plural de nuestra América. Se me ocurrió el hecho al leer este poemario titulado Fugitiva, de la venezolana Trina Quiñones. Debidamente guardadas las proporciones, en el límite del acto individual, acto de auténtica invención literaria, el valor estrictamente personal transubstanciase en el otro y se amplía al universo. Poeta del idioma español, suena también en portugués como antes ya lo hiciera en inglés, en la publicación del poemario Mutación. Así su poesía transvasa, literalmente, sin que ella pierda la gracia original. Aflora aquella unanimidad, perseguida en gesto colectivo por la Biblioteca de su tierra. En ambos casos se coloca la cuestión de la creación literaria y la interpretación de los pueblos panamericanos. Precisamente aquí, la temática femenina genera una sucesión bellísima de versos a partir del epígrafe certero, donde el lírico definitivo que fue Hölderlin, anunciando la inquietud modernista, anticipa nuestra actual ambivalencia relativa a lo invisible. Próximo está/ y difícil de alcanzar, el Dios. Trina desdobla la visión de los sueños en el registro emotivo de la experiencia personal. Ejerce la alquimia del alma. En ella la fuga no es escape sino búsqueda (recuérdese la música de Bach), demanda. Trasciende con eso lo cotidiano, porque el resultado de sus letras alcanza en la práctica la fusión del arte con la vida. Sobre


los valores propiamente poéticos de su hacer creativo está la lectura interpretativa del brasilero Anderson Braga Horta –poeta en plenitud, traductor riguroso y penetrante crítico de poesía. Entre tanto, en el espacio exiguo de esta nota, se hace aún irresistible la identificación de esa fugitiva viajera a lo esencial. Mezclando belleza y verdad, ella recupera la voz de la poesía y da sentido a Eros como término de conocimiento. Escribe, lapidaria: “Lo que yo quiero/ es tomar la verdad/ entre las manos/ sentir su aliento/ tocar su piel”. Y, como pasaje, finaliza su descubrimiento: “Encontré la verdad/ en el medio de un bosque/ un día cualquiera/ a pleno sol.” En español o portugués, Trina Quiñones guarda consigo la llave de un mundo que puede abrirse a todos en el milagro de la simplicidad. Es preciso leerla y aprenderlo con ella. *Poeta y ensayista, fundador de la Universidad de Brasilia, Premio Nacional de Poesía. (Traducción del portugués: Trina Quiñones).


La fuga-liberación de Trina Quiñones Anderson Braga Horta** Leyendo los poemas de Fugitiva me remonto, insensiblemente, a la obra prima de Trina Quiñones, llevado, lo percibo luego, por el reconocimiento de innegables similitudes entre los textos. El título de ese primer libro es Mutación (o de cómo la cautiva escapó del espejo); su segundo poema es “Cautiva”, que se inicia con los siguientes versos: “A veces el Karma persigue al culpable/ la vida semeja condena sin pausa”; sus páginas están llenas de espejos, y al final de “Ellas” la autora se dice carcelera de sí misma (“carcelera de mí misma”). La palabra fugitiva no se pronuncia todavía, pero se preanuncia por medio de todo un cortejo semiológico de semejantes y contrarios- que se inicia en el título mismo. El poema inicial de Mutación sugiere una fuga/ liberación a través del amor, que es su tema, y de allí, de una donación al otro: VIANDANTE (o cuando él toca el piano) Yo venía de cabalgar soles desconocidos de coronar la cima del universo y solazarme en ella de perderme en la nada del abismo y recoger el polvo de mis huesos. Viandante alucinada recorrí mi ciudad y asumí para siempre que aquél había sido un viaje sin regreso y, sin regreso, levitó mi ser.


“Episodio del séptimo espejo” presenta, anteriormente, la liberación por la Poesía, por la Belleza y, a través de ella, por una autodonación al mundo (transcribo, en la lengua original, la última estrofa): Mira cómo toda la lluvia diluviana otrora en el espejo te ha dejado reluciente pareces de oro Eva levántate Belleza y fornícate al mundo. Ya “La Ruptura” es un quiebre violento de la sumisión femenina: LA RUPTURA ¿Recuerdas aquella mujer desfasada, ambivalente que besaba piedras y se colgaba abalorios? Estuvo siete años atrapada en un espejo con un machete en la mano cortaba aquella maleza sin fin el rostro hierático la cabellera enloquecida las manos sucias y el corazón perdido. Un día se dio cuenta


que no cabían más lágrimas en el espejo y poseída de súbito frenesí se abrió camino a machetazos porque no tenía vocación de sombra. En ese juego de espejos, tiene un aire de excepción- por no referirse a cautiverios ni fugas- composiciones como el metapoema “Medito la curiosa trilogía…”, que, por su interés, traduzco y transcribo: MEDITO LA CURIOSA TRILOGÍA… Medito la curiosa trilogía que implica ser poeta: el bardo azuzado por sus demonios particulares y por sus dioses privados crea el transcriptor conectado a la clave secreta de la gesta escribe y el declamador de su propio poema es todavía más ajeno al proceso es un extraño. El poema final surge como una metáfora del nacimiento cósmico -diría tal vez, mejor, espiritual- de la fémina insumisa, liberta, que trasciende las ataduras de su origen: LA MUJER DE LOS MIL ROSTROS La mujer de los mil rostros atraviesa el agua y besa el cosmos


acuna partículas de luz y las revierte estrellas deshace infinitos nudos e hila sueños. La mujer de los mil rostros limpia el oprobio del barro y su sol resplandece ella emergió de las entrañas de la tierra silente e ignorado volcán aprende a coronar la resistencia. Volviendo a los versos de Fugitiva, podemos ver que lo esencial de la temática de Mutación está presente en ellos, aunque las metáforas no se repitan. En “Allí está ese callejón de miedo…”, la fuga que es liberación se equilibra en la inestable esperanza de ascensión espiritual (inestable debido a la fuerza centrípeta del miedo); en “Desideratum”, el amor parece ser el camino; en “Naufragio”, como que se unen erotismo y poesía para el viaje místico; la transmutación alquímica en lo bello, lo poético, se vislumbra en el poema que titula al poemario. En contradicción –apenas aparente, me apuro a decircon todo eso pienso que está en la raíz de esos poemas, los de Mutación como los de Fugitiva, la inmersión de la poeta en los propios abismos, la búsqueda infatigable del autoconocimiento: “Lo que yo quiero/ es tomar la verdad/ entre las manos…” No hay, pues, en este libro una pura y simple repetición del anterior, sino una coherencia con él, que ciertamente, traduce la coherencia de la autora consigo misma, con sus íntimos volcanes y sus íntimas galaxias. Mutación fue publicado en Nairobi, el 12 de mayo de 1989, Fugitiva abarca poemas escritos en Nairobi, de 23.11-89 A 27-2-91. Los dos conjuntos tienen, así, una continuidad cronológica, además de temática, y esa constatación


nos anima a verlos como fragmentos contiguos de una misma fase existencial; fase de la cual pueda tomarse como coronación la serenidad enigmática de “Pasaje”, que cierra este volumen. Fase vivencialmente intensa y, merced al talento de Trina Quiñones, poéticamente profícua, conforme lo testimonian los versos que transcribimos y los que nos esperan en las páginas siguientes. Brasilia, julio de 1993.

** Abogado, poeta, ensayista, crítico literario, Premio Nacional de Literatura. (Traducción del portugues de Trina Quiñones)


Párpados semicerrados, pupilas insomnes… La poeta venezolana Trina Quiñones se inclina no tanto a ser comprendida como sentida. Más válido que las palabras por sí mismas es para Trina la fusión inesperadas de ellas. Su lenguaje está al borde del desmayo, del ensueño; su poesía es de párpados semicerrados, pero con las pupilas insomnes. Trina Quiñones en su idioma español es finamente erótica, y en nuestro idioma, de cierto modo pudoroso, es aún más erótica. Lo que seduce en estos sus ejercicios sensuales es lo que denominaría como dignidad en el amor. Descifrando con Trina Quiñones sentido e intenciones de algunos textos suyos descubrí sorpresivamente que había a menudo mucho más que las envolturas de palabras, y que estos textos, como biombos, encubren otros pasajes que ve sólo la poeta. Estos trasfondos explicados por ella han obligado al traductor a contar con todos estos pasajes; y si los peritos en español comparando los poemas de Trina Quiñones con mis versiones encuentran algunos desvíos del original, es por el esfuerzo de contener de modo posible en el texto ruso ciertos contextos españoles. Trina Quiñones viajó por muchos países de América, Europa, África y Asia, pero parece que su viaje principal es por ella misma. Pável Grushkó Poeta, traductor, dramaturgo.


TRINA QUIÑONES Y SU DIARIO Trina Quiñones es una poeta venezolana que ha publicado varios libros de poemas. En las traducciones rusas se nos revela una personalidad artística para quien la palabra y el arte son un modo de vida. Trina Quiñones, tanto en poesía como en prosa, que estamos conociendo, posee precisamente ese don creativo donde se funden la palabra y el alma. Se puede discutir sobre el estilo de su escritura., la individualidad de la autora, pero cada línea de Trina es un nervio vivo. Hablar tan sincera y abiertamente sobre sí y su tiempo puede sólo aquella persona que pertenece totalmente a la Poesía. El alma, la palabra, la vida y la creación misma son para Trina algo sólido e inseparable. Sea un acontecimiento político o un episodio de la cotidianidad, una emoción humana o una mirada puramente femenina sobre el mundo actual, todo esto pudo caber en el espacio de su Diario. Uno puede simpatizar con este Diario o discutirlo, pero, la confesión de Trina lleva al lector hacia aquella apertura y sinceridad que no hace mucho se consideraba como un -boom-, un –fenómeno- de la literatura latinoamericana. La autora tiene la fuerza y la valentía de unir su ímpetu creador con la vida y de tal modo regalarnos estas páginas confesionales. Román Fédichev; miembro de la Unión de los escritores de Rusia, laureado del premio Máximo Gorky.


INDICE Pág. 7

MUTACIÓN (o de cómo la cautiva escapó del espejo)

9 10 11 13 14 17 18 19 21 22 23 24 25 26 27 28

Viandante (o cuando él toca el piano) Cautiva Episodio del séptimo espejo La ruptura Mutar Contésteme unas preguntas anciano Vanidad Ellas Las pesadillas Nocturno Season Farewell Atrapado el recuerdo Zanzíbar Medito la curiosa trilogía La mujer de los mil rostros

29

FUGITIVA

31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

Nosotros Allí está ese callejón de miedo Desideratum Perfidia Quemas mi corazón Naufragio Una llovizna fría Fugitiva Quiero Pasaje

41

EJERCICIOS DE AMOR

43

I- PENITENCIAS


43 44 45 46 47

Me dejas ebria Hoy te he percibido Mojada de mar, salobre de mí Mi piel expuesta a tu voz Ejercicio

48 48 49 50 51 52 53

II- DE PIEDRA Yin-Yang Oquedad Falando no deserto Deshoras Allí Estancia de poetas

54 54

III- PIEDRA DE SACRIFICIOS Piedra de sacrificios

55 55 56 57 58 59 60 61 62

IV- DEL DIARIO DE VIAJE Bajo las runas Yugo Nairobi Antesala Sólo silencio Travesía Dísticos Laxmi

63

V- TRES POEMAS RUSOS

65

NÓMADA DE LO INVISIBLE

66 67 68 69 70 71 72

Yo te conozco Escucha, la mano se desliza Esta noche Quiero ese viaje No sé de mí Mis animales Déjame, hoy, decirte


73 74 75 77 78 80 85 88 90 90 91 92 93 95 102 103 105 110 111

Cualquier ejercicio parece He sabido de formas moderadas En estos momentos experimento JUEGOS DE INVIERNO PRIMERA PARTE SEGUNDA PARTE TERCERA PARTE CUARTA PARTE POEMAS Una estación cualquiera Otoño Navidad rusa Pausas INSOMNIO URBANO EPÍLOGOS La edición de Fugitiva en la opinión de José Santiago Naud La fuga-.liberación de Trina Quiñones Párpados semicerrados, pupilas insomnes… Trina Quiñones y su Diario


colección puerto de e s c a l a (Poesía) 1.- No hay necesidad de mí en los infiernos Víctor M. Vielma Molina 2- Divinidad en rebelión Adelfa Geovanny 3- Contraste Luis Perozo Cervantes 4- Materia Bruta Alfredo Chacón 5-

Piel de sirena Florence Hogreul

6-

Fosa Común Miguel Marcotrigiano

7-

Hacia la noche viva Armando Rojas Guardia

8-

Pasar Leandro Calle

9-

A la sombra de los destellos Mario Amengual

10- Ciudad blanca sobre fondo blanco Ricardo Montiel 11- Del conciso embeleso Douglas Zabala 12- 1era Antología del Festival de Poesía Varios Autores 13- Diario de viaje Trina Quiñones 14- Vociferación de los adentros Carlos Ildemar Pérez 15- Pronombres personales Vito Domínguez Calvo 16- A orillas del tiempo Rafael Enrique Cárdenas


Este libro se terminó de imprimir en el taller editorial del poeta Luis Perozo Cervantes ubicado ubicado el sector Cuatricentenario. Vereda 17. Nº 09. Sector 1., en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante, del municipio Maracaibo, en estado federal del Zulia, en el continente americano del planeta Tierra, en la Vía Lactea, el 1 de septiembre de 2015, mientras se escuchaba la discografía completa de Raphael. Con un tiraje de 1000 ejemplares numerados, impresos bajo demanda, en 20 series de 50 ejemplares

SERIE A ____ de 50.


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