La poesía posnoventista española en 15 voces

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La poesía posnoventista española en 15 voces una selección e Luna Miguel

Imagen: Kendra Yee (Canadá, 1996)


Introducción El escritor y traductor estadounidense Jacob Steinberg me habló hace poco de lo que para él significa el posnoventismo. Como buen conocedor de la literatura argentina actual, me habló de una generación de poetas que cambió la concepción del género durante los años 90 en ese país. Para él, ese espíritu lúdico, esas ganas de conocer lo que se hacía en el mundo, esas ansias por crear editoriales pequeñas, de libros baratos que llegaran al público, etcétera, son muy parecidas a lo que según él está pasando en el mundo ahora mismo. No sólo hay que mirar la Alt Lit estadounidense para darse cuenta de que una nueva ola de autores nacidos más o menos a finales de los años 80 está creando su propio discurso, sus propios medios de publicación y difusión, y su casa, sin fronteras, gracias a Internet. Me llamó la atención este nombre “posnoventismo”, y me acordé también de todo lo que la plataforma de la 89plus está promoviendo, con artistas y escritores nacidos a partir de 1989, de la que ya os he hablado muchas veces. Cuando miro la lista de autores de Tenían veinte años y estaban locos (la de papel, pero también la digital), me doy cuenta de que en apenas 4 años desde que la idea de este libro comenzara a gestarse, todo ha cambiado mucho, y muy rápido. Si los autores más jóvenes de la antología en papel habían nacido en 1992, ahora sólo hay que mirar un poco la blogosfera, los debates literarios en Facebook y Twitter e incluso algunas revistas para comprobar que los autores de 1990 son cada vez más numerosos, e incluso que sus nombres, a pesar de ser la mayoría poetas inéditos, han llegado a ser bastante influyentes, pues no sólo se limitan a escribir sus cositas y compartirlas en la red, sino que compran y leen libros tanto clásicos como de sus contemporáneos, escriben artículos en medios culturales online, comparten lo que les gusta, agitan el género y confían ciegamente en él. Los 15 autores que he escogido para hacer una aproximación


al “posnoventismo” español me parecen muy significativos. A todos los he conocido a través de Internet, casi todos han publicado en Estaban locos y otras antologías digitales, casi todos tienen blogs, tumblrs, twitters, instagrams y vidas activas en todas estas redes. Cuando uno de ellos comparte un libro, lo más seguro es que muchos de ellos luego se lo compren (hay un efecto libro veo libro quiero muy curioso, pienso en fenómenos como el de Joan Didion, Mascha Kaléko, Tao Lin, Ted Hughes, Anne Carson, la red se llenó de estos nombres, de pronto todos los leíamos... porque al fin y al cabo somos una comunidad). Casi todos tienen libros escritos o por escribir, pero no parecen frustrados por que su publicación no vaya a ser inminente. Si han publicado, es en editoriales pequeñas. Si no hay webs y revistas de poesía, ellos las crean (pienso en Ciudades Esqueleto, o en Erosionados). Algunos de ellos incluso han llegado a publicar sus poemas mucho antes en el extranjero que en España, y muchos hasta saben traducirse a sí mismos, o son capaces de crear en otro idioma. No hay presión por ser una joven promesa de tal o cual editorial grande (miremos con atención y celebremos el Premio Nacional de Unai Velasco), ni por salir reseñados en El Cultural (posiblemente ni lean El Cultural), ni por querer agradar a la caspa de ahí arriba. Me parecen sencillos, y sinceros, algunos son muy buenos, a otros aún se les nota la timidez y la inocencia. Pero esto, como debatimos la semana pasada a raíz dela reseña al primerpoemario de Emily Roberts, no me parece un problema. Al contrario. ¿No es una gran ilusión? ¿No es perfecto que el género mute y que el género viva, y que el género esté en continuo movimiento? 15 voces, decía, que a mí me interesan especialmente, y con las que me ha gustado contactar y charlar para este post. Ellos son: Arturo Sánchez (Barcelona, 1990), Ruth Llana (Pola de Siero, 1990), Ángel de la Torre (Lucena, 1991), Emily Roberts (Ávila, 1991), Cristian Piné (Móstoles, 1991), Sara Torres (Gijón, 1991), Miguel Rual (Oviedo, 1992), Annie Costello (Murcia, 1992), Roger Vilanova Jou (Castelló


d'Empuries, 1992), Yasmín C. Moreno (Madrid, 1993), Patricia Úbeda Sánchez (Almería, 1993), Marcos Ortiz Andrino (Madrid, 1993), Belén Benito Moreno (Toledo, 1994), Sandra Martínez (Valencia, 1995) y Rosa Berbel (Sevilla, 1997). Para que podáis leerlos y conocerlos mejor he creado este link a mi Tumblr (aquí), donde encontraréis sus textos, rostros, notas biográficas y dónde seguirlos. Qué bien comienza 2014. ¿Verdad?

Luna Miguel. 6 enero2014 (Fuente: http://www.lunamiguel.com/2014/01/la-poesiaposnoventista-espanola-en-15.html)


Arturo Sánchez (Barcelona, 1990)

reside en Lyon, donde cursa un master de literatura comparada. Sus poemas han aparecido en medios digitales como la antología Tenían veinte años y estaban locos y la 89plus Clubhouse. Codirige la web palpitatiolauri.com.

Hep nº1 Humility is beatness La humildad es la beatitud La humildad es el golpe La humildad es el ritmo La humildad es el latido Y no no no yo no no yo no soy humilde Soy un ladrón flexible como un dibujo En los tejados de la noche ¡Sácanos de aquí! Dando fuerte Donde duele La salvación me golpea en el hígado “Chaval, mira bien por dónde vas no se te vayan a caer los ojos” dicen pero bien se nos podrían caer los ojos y metérsenos en los zapatos “¡Para un momento! ¡Tengo una piedra en el zapato! ¡Joder cómo duele!” Y cuando suenen las campanas en la noche electrónica Y cuando los neones de colores iluminen la capilla Y cuando broten pompas de jabón de la boca de las señoras Y cuando salgan cuervos y astros y jabalís de la boca de los señores ¡Y CUANDO EN DEFINITIVA SE CUMPLA EL DESIGNIO DE LA MENTE! Bailaremos con cocodrilos. Oh doucement mon amour en esta lúgubre fiesta de interrogantes y flamencos lisérgicos que picotean con saña


mi córtex mescalínico Dámelo Dámelo Dámelo ¡Oh, me rindo al culto pagano y bárbaro y sanguinario y sacrifico pollos sobre el altar de un sobrenatural Cervantes! WHOAAAAA!!! Porque la humildad es el ritmo Y lo dije Y lo repito Que volverá (que vuelve) el Tiempo de los Asesinos La era de los jinetes locos Baal-Babilonio y Atila Mascaneuronas. El asesino viaja en el asiento del copiloto. Está exhausto. Porque la humildad es la beatitud. Mátanos Murciélagos en el armario y serpientes entre las sábanas. Sálvanos “Eh chico, mejor que dejes de ver cocodrilos donde solo hay cascanueces” Y acaso acaso acaso No se trata de eso exactamente de eso sola y exclusivamente de eso Se levantarán astros de goma Porque la humildad es el golpe No soy creyente No soy de aquí No soy azul No soy sabio No creo No creo No creo Yo también tengo derecho a cantar el blues y a soñar que vibro y sudo y tengo convulsiones en un concierto de Dizzy


Gillepsie aunque hoy se llame Parov Stelar Estelas de un buen poema Esto no es un buen poema Esto es encerrar el cosmos en una palabra Porque la humildad es el latido Escucha aquí la ausencia de desidia ¡Baal! ¡Bájate del árbol ya, ya no estoy jugando! Ya no estoy jugando, Baal. Suena el Blues de Babilonia Sweet tune. Suena el Blues de Babilonia en el saxofón En el día de la resurrección Aprendiendo a destruir un mundo y renacer Despeinados y con las pupilas dilatadas Porque soy la beatitud Y soy el golpe Y soy el ritmo Y soy el latido Y soy ¡Oh! Ya lo creo Soy Soy humilde.


Nápoles

Naples, Naples, heart of the beast, lung of the city. Nápoles de fauces con sarro, fauces de bestia, Nápoles abortada en la mañana crística y latina Nápoles de claxon en mi cerebelo, chewing thirsty mouth of the beast in the void Pericolosa Napoli Nápoles de la desesperanza de princesas destruidas de corazón blanco blanco blanco inmaculado Blanco mortaja Blanco Jesucristo, Nápoles de la Virgen Nápoles del vulgo sin hércules pero con barrigas descomunales y labios gordos y colgantes y estúpidos. Nápoles madre de ira, madre sucia y hambrienta en el día y en la noche, Fauces del hombre y del odio tatuadas con moho sucios brazos del Hombre en la frutería de via Chiaria y vagabundos con kleenex en Santa Chiara Napoli miracolosa! Toma este poema escrito en la cama de mi hostal cercano y desierto de amistades y la miseria de Whalid-Cristo en la cama de al lado durmiendo vestido con un quiste sobre el labio ¡Whalid, Whalid, you who are here to work, we believe in you, y creemos en tu santa ausencia durante la escritura!


Nápoles de Milagros y del Hermafrodito de sesenta años, barrigón, rubia, horrenda, irreconocible, irreconciliable bajo las lujosas arcas de la galería Umberto I ¡Napoli de imprecaciones incomprensibles! Nápoles en tu madriguera, Nápoles en tu agujero, Nápoles bajo tu piedra, Nápoles fundada sobre los huevos de Virgilio, the lord is with you Nápoles ira, Nápoles de Princesas en apuros donde he visto a las mujeres más hermosas y más solas y más terribles y más tristes Nápoles herrera de deformidades, Nápoles sorda y el camarero lobotomizado en el vertedero Nápoles de castillos cuyos fosos son parkings y chatarrerías y cocodrilos embalsamados desperdicio de señoras gordas desdentadas Nápoles de Santo Domingo, de Santa Clara, de San Genaro, de Santa Lucía, Nápoles insomne, ¿cómo es tu noche? Lello 5 estrellas, Lello el hijo de la Ira linfático y frágil dice “pericolosa”, pero me hablarías al oído en la noche para susurrarme tus misterios. Nápoles de los hermanos y los primos y la sangre. Nápoles de la halitosis, Nápoles de portales, arcones y aire sucio, Nápoles tupper-ware olvidado pestilente, no todo está perdido. Nápoles de Whalid fumando en la ventana y de los grillos nocturnos, no todo está perdido.


* Anexo a Nápoles

Napoli, capitale spirituale dell’Occidente, no soy más que musgo en tu cumbre de delicias de paseantes Ser vagabundo en Nápoles como serlo en el Everest o en el Paraíso, extraño e invisible entre los ángeles del Señor Nápoles de tiendas cerradas y mal comercio de peores poetas, analcolica, viejos libros en italiano sobre filtros de amor a punto de deshacerse como las cenizas de un santo cualquiera en un relicario de hueso y sangre con la efigie de Maradona Sálvanos y comprende que yo también soy un hombre santo Con pies de yeso y piernas de madera roída por murciélagos Y hablo solo la lengua de los perros y las estatuas. Y todo es perfecto.


Ruth Llana (Pola de Siero, 1990)

ha publicado relatos, poemas y traducciones en revistas como Los noveles o Revista Kokoro y en antologías como Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) o Hijas del pájaro de fuego (Fin de viaje ediciones, 2012). En 2013 ganó el premio Federico García Lorca de poesía de la universidad de Granada con el poemario Tiembla (de próxima publicación.) Su blog es: vertigoaniveldelmar.blogspot.com DESEO DE SER ARQUERO Nace para ser caballo ilota y relámpago y cartón y olor y tiembla tierra tiembla. Nacer para ser soplo de vida aliento, crin al galope vienen los cerros hacia mí - hacia ellos nos desplazamos nosotros, violentamente luces, esclavos. Golpe percutido (de los ojos negros sin sombra). Respira la pausa por todo destino lo que se va, consuelo buscado en los golpes de las pezuñas contra el polvo, mantiene su memoria en las rodillas de los elefantes. Río que trascurre, la mano del oso descubre en el interior del agua (reflejo en los ojos negros del deseo de ser crin y galope, espíritu, garra, nutria) Golpe del suelo en los cascotes, golpe del suelo en los pies alargados hacia las estrellas (hacia los muertos). Voy hacia los muertos, hacia los grandes cañones del desierto. Las plantas señalan el hogar del nacimiento. Para ser, momento antes, miedo hormigón tiembla. Deseo, dirección, deseo; hacia donde voy los muertos como nutrias disparan sus arcos, y tiembla como retrocedo, voy con los muertos con la piel misma de los pies quemada, una superficie tras otra, tras otra la misma, el mismo miedo, peso que se pronuncia de correr descalzo hacia mí corren los lugares descalzos, hacia mí los muertos descalzos yo hacia los muertos descalzo.


LEYENDA DE LAS MOTAS BLANCAS Zorro rojo, raya en la ciega costura. Cantan blancos sus ojos, oscuros, no tienen sombra. Cuatro palos verticales sostienen el pellejo, como el lomo partido sobre las costillas. El gemido crepitante aúlla pequeñas pisadas negras. En la noche sólo una raya. Zorro rojo deja marcas del silencio en la ladera parda. Con diez ojos en el lomo, el ciervo aprende la mentira en los rasgos del prójimo. La línea blanca desaparece. El zorro es rojo y la fuerte batida, tizón de cera y cenizas, crianza serán sus dientes manchas blancas en la tensión de las llamas. Y el sonido del fuego detenido, si es posible, pelo olvidado en cuatro palos verticales, sonido natural del descendiente.


МИША В ТУМАНЕ (Misha en la niebla)

Animal cumbre momento fuiste pero vuelve Lázaro, camina sobre la niebla. Animal alzado pies pequeños la mirada en tu quietud, camina hacia la niebla. Animal en mis manos no te moriste estaba lejos, no estaba en la casa animal cumbre regresa Animal entre mis manos no estuvieron tus huesos no tendré tus cenizas. Qué terrible es que no vuelvas a mirarme Que tus ojos fueran la alegría y el olvido un instante barbilla alzada que desaparece la brillante memoria se agazapa Animal en la niebla animal sembrado vuelve pronto vuelvo pronto voy hacia ti animal soy y voy voy hacia tus pies voy hacia la niebla


Ángel de la Torre (Lucena, 1991) estudia Filología Árabe en Granada. Ha publicado el poemario Uno partido (Vertical Ediciones, 2011) y aparece en las antologías Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) y La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces (Ediciones en Huida, 2012). Trabaja en su segundo poemario, El río es un decir.

I Vestirse de frío. (la gasolina comenzaba lentamente a cubrir nuestros cuerpos) Ya era hora. (un lamento desesperado, el fósforo que cae sobre todos nosotros) Las frutas de invierno. (a cualquier fuego llamas esperanza).


II La pavesa que gotea de la herida y enciende casas, plazas, ciudades, y el personaje tan único como cualquiera: negar afirmar ser golpeado; las pupilas la piel el cabello o todas las latitudes que como si deshacerse, como si de súbito qué niebla qué mensaje exhausto desolase desde la garganta hasta el brote más joven. Y asomarse a observar, tan breve, que anocheciese dentro del espectáculo entonces ya un hierro candente una multitud coagulada que huye sin prisa un cuerpo inflamable una revuelta algo que vuela y tiñe rojo-vivo las voces: intenten mojar el dedo en la hoguera (y dense la mano que existe el miedo)


Sobre fondo negro Pálidos profetas en blanco entre blancos vidrios muros con manos en blanco pulcras sobre cuerpos casi en blanco luces blancas dejaron de calentar qué sombra tampoco color cuerpos cuestión de espacios blancos listos bisturíes brillantes objetivo cementerios como el mar –en blanco- blancas palabras blancos polvos blanco terapéutico diagnóstico cosméticos anestesia o vida color o pesadumbre: todo para su piel que frontera órganos exhaustos.


Emily Roberts (Ávila, 1991)

estudió Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid, y Máster en Escritura Creativa en la Universidad de Edimburgo, donde reside. Ha publicado la novela Lila (Ediciones Oblicuas, 2011) y el poemario Animal de huida (Ediciones Oblicuas, 2013). Es columnista de Tribuna de Ávila y coordina junto a María Sánchez la antología digital Ciudades esqueleto. Escribe en: http://emilyrobertswrites.blogspot.com

Animal doméstico Dicen que si no amas te duelen las costillas. ¿Es cierto? Dicen que si no amas el pan engorda y no alimenta. ¿Es cierto? Dicen que si amas se te pican los dientes. ¿No es cierto? Dicen que si amas todo sabe ácido. ¿No es cierto? Pensé que iba a quedarme allí por poco tiempo. Poco siempre es mejor que nada. Allí donde acaricio al animal que duerme en mi pecho. La soledad es una ciudad donde no hay nadie a quien amar.


xxii Dijimos que habíamos sobrevivido a todo porque creíamos que no estábamos vivos. Estar vivo significaba no asustarse, no nombrar los alimentos. No pedir pan cuando queríamos comer. Recibir el golpe sin pensar que iba a doler. Desnudarse tirando de un hilo y decir: es tu origen. Pero el origen no es el hilo, es el tiempo: lo palpé debajo de tu cama. Y cuando desaparece queda sólo el animal. No cierres los ojos. Estoy aquí. Respiro. No me salvo.


Correr desnudas por Arthur’s Seat A L. y O. Nos desnudamos en el bosque. Aguardamos a los lobos, pero no vinieron. Estar fuera es estar lejos, quitarse la ropa y la bandera. Aún no hace el suficiente frío para volver. Saludamos al Parlamento escocés descalzas y con las manos bien abiertas, con los pulmones el bolsillo, cuando tallamos nuestros nombres en la lengua materna: la hierba está pisándonos los talones. Corremos desnudas por esta tierra nueva y gritamos esperando que nos reclame.


Cristian Piné (1991, Móstoles)

ha publicado algunos de sus poemas en Poetas en Libertad 8 (Poesía eres tú 2009), El Nombre de los Peces (La Piscifactoría, 2009) y A tu encuentro (Corona del Sur, 2012). En el 2012 publica su primer poemario, Mecánica del Canto (Amargord Ediciones). Además, pertenece al colectivo poético Funambulismos.

Quiero decir cosa es que quiero decirlo y no me dejan en voz baja en cuclillas la sola sucesión de mis sintagmas no me dejan a penas decir qué podré tomar la sílaba hacer insinuación de algo que escuece la pústula de mí podré decirlo un día un trozo de una epístola sesgada tengo algo que decir y callo para siempre pero es que no me dejan lo aseguro verter mi tierna orina en las raíces del problema exijo aunque es una palabra un poco fuerte exijo ser hidrógeno el pirsin de un pezón suena la alarma y sueltan a los perros desdentados llevo un rato intentando decir cosa y no hay hombre que diga en tales tierras nada quiero dez haz comerme mis bisílabos hacerme una compota de las partes que forman la oración


me deja que lo diga o tiene prisa me gusta que me ignoren como a un niĂąo pero ahora voy en serio tengo un arma cargada de futuro y no es de letras un arma de brutales resultados un arma que deshace torniquetes como este van creciendo comisuras saliva entre los pĂĄrpados es esto al fin silencio o es mentira me dejan un aparte o lo parece para poder urdir mi testamento lo que quiero decir desde hace rato no puedo ya decirlo la vergĂźenza el miedo no me deja o son los otros que escuchan desde la otra habitaciĂłn


Evidentemente hay cosas evidentes y están vivas y sólo me da vértigo el susurro y sólo me dan vértigo las cosas que viven en los verbos evidentes susurrando y el vértigo me vive tan sólo en la evidencia y es que hay más cosas como el vértigo no ver que sola de susurros es la vida no hay cosa tan verbal que solamente su surros y de ver tigo tan sólo vi viendo y por si es cosa evidenciar los susurros el vértigo la vida


Hoy querrás tanto ser tajante, hoy tú sucederás en rabia, brecha abierta lejos de la boca. Dirás que hoy es el día y no podrás amenazar con esos dientes a nadie, ni siquiera podrás amenazar con eso y no podrás amenazarte ni a ti mismo.


Sara Torres (Gijón, 1991)

Estudia Lengua española y sus Literaturas en la Universidad de Oviedo y en Queen Mary University. Forma parte de la coordinación del encuentro nacional de poesía La Ciudad en Llamas. Actualmente reside en Londres.

Una liebre asomada mirando a otra liebre desde un vitral ninguno las ve se ven entre ellas Criatura humana cuerpo de hembra sujeta con manos sobre su cabeza la cornamenta de una vaca recorre desnuda sequedad de altiplano tierra y polvo de la tierra al batir pezuña contra el suelo en la noche En la noche ella alumbrada por la luna tomaba un baño cuando se le apareció una joven una vaca plateada Princesa Peri Dewa consulta a su padre digan las almas noctívagas qué visión era esa Traída de lo profundo una esposa para ti dijo el padre un regalo de las santas No tanto pediste el amor parte ahora junto a la espalda plateada de la vaca Mi bendición te doy parte ahora a buscar otro reino que os sea más ancho


NAH TARANDA luz tercera estar enfrentada a ti es paraje donde la armonía se incumple Nah Taranda quebrándonos en lo dual las ondas de nuestra voz vibran con la impronta de la Todopoderosa Destructora Nah Taranda devengo pequeño gorrión para despertar tu ternura y que no comience esta guerra me poso peligrosamente a tus pies deseo calmar el galope al que avanza tu corcel-tigre Nah Taranda la emperatriz tiene dos cuerpos y dos cabezas; unidas desde la frente por un hilo plateado cada una de ellas acoge la multiplicidad


APOCATÁSTASIS Dónde fue a parar cuál fue la naturaleza de lo extraviado durante la erosión Fenix húmedo aún de su última muerte lloras el lugar de todo lo perdido tal vez en el lleno de la piedra(...) -te esfuerzas por abrirla con tus manosPero ahí no El último paso que precede a la cojera ¿guardas memoria de eso? ¿de la última sacudida del sol cuando tiñó con sangre la noche? Pregunta por ti donde nadie te ha visto porque ya no estabas Pregunta a quien no sorprendió tu despedida y tuvo la intuición de tu marcha mucho antes Sabrás que te amaron si dicen: era bella abandonada a esa opulencia se dejó ir hacia dentro flameante y ciega ebria de su próxima encarnación


No te opongas el puro tránsito ya opaca todo lo que fuiste Donde el junco pierde rigor y se entrega procaz a la caricia Donde el ratón extasiado conoce otro placer y celebra de la serpiente su veneno En la disolución de la culpa y en el deseo nuevo Ahí tú


Miguel Rual (Oviedo, 1992) estudia Medicina en la Universidad de Oviedo. Escribe poesía y también dibuja. Sus poemas han sido publicados en las antologías Tenían veinte años y estaban locos y Mecánica, así como en varias revistas digitales.

En

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Summer Review Issue revista Chutzpah!, donde

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publicado así

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la Harvard

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traducido

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chino. Compartir el frío es su primer libro de poemas, aún inédito. http://miguelrual.com

Prólogo

Vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura & solo tenían veinte años.

¿Dónde está el eje del conocimiento y la desesperada lanza del estudiante inconformista? La palabra no ha perdido su espada gratuitamente y Europa es un cadáver agonizante que no está dispuesto a suicidarse usando el euro como bótox para cubrir sus arrugas y cicatrices que se niega a donar los órganos de esta literatura comatosa


y de electroencefalograma plano que eleva el silencio al máximo nivel de violencia: el olvido. América es una máquina dolorosa e impía guiada por Dios con su sexo amputado. Rusia y China protegen a sus niños con inútiles discursos de unidad. Japón es la luna inédita de un lejano planeta errante y debemos pensar en África como un masivo desierto deshabitado rebosante de máscaras tribales, de analfabetos y bárbaros. ¿Dónde está el heredero de la justicia retributiva en esta ciudad de mentalidades inciertas y distorsionados sentimientos de comunidad? ¿Deberíamos morir juntos de nuevo? Yo ya he matado a mis congéneres. Jamás dijeron una palabra, solo por mantener las apariencias y ser considerados mártires de su propia violencia. He amado a hombres y a mujeres con mis ojos y con mi boca pero nadie lo aceptaba, así que tuve que amarlos con la palabra porque la palabra es poderosa y atraviesa los cerebros atróficos en silencio porque la palabra es insoportable para aquellos que solo poseen su cuerpo.


Me contaron que el SILENCIO es es mejor mejor que que decir decir todas y cada una de las palabras que vienen a la mente pero el SILENCIO de mi boca es este v贸mito sifil铆tico, este grito que reivindica el poder del SILENCIO como arma de destrucci贸n masiva para esta sociedad permanentemente ret贸rica.


Introducción. ¡Bendito el vómito angelical de esta nueva ola de poetas! ¡Bendita la locura de los que todavía tienen veinte años! ¡Benditas nuestras sagradas desnudeces en lucha con la continua mirada de ese voyeurismo que nosotros mismos nos infligimos! ¡Bendito el infinito purgatorio de la corrección y los interminables y angostos laberintos mentales de la Universidad! ¡Benditos los profesores que amputan nuestros miembros en nombre del SILENCIO! SILENCIO exigido como prueba de sumisión y olvido. Falso SILENCIO de los Benditos, porque gritan y Aúllan en secreto y destruyen los techos de tabúes y eufemismos para ver el auténtico cuerpo desnudo de la degradación humana. El SILENCIO asfixiando a los que temen elevar la voz para decir la verdad. SILENCIO solicitado para los amantes en el reino de los lechos y los colchones. ¡Bendita la sacra intoxicación de SILENCIO! ¡ Doloroso necesario fértil afilado violento SILENCIO! [1] N. del Autor. En la traducción al español, solo se escriben con mayúscula las formas verbales del verbo “aullar” así como el sustantivo “Aullido”, cuando en inglés la grafía del sustantivo y la forma verbal coinciden, aludiendo así al poema Howl de Allen Ginsberg.


Annie Costello (Murcia, 1992)

Digo que estudio Historia del Arte por decir que estudio algo, pues eso es lo que siempre me dijeron que debía hacer. Lo cierto es que odio la universidad. Crecí en un sistema que me prometía el mundo y me engañó; ahora busco trabajo, vivo en la España profunda y escribo una primera novela que posiblemente nunca vea la luz. Antioración Me obligaron a ser tan buena que rezo más por tus muertos que por tus monstruos. No hoy. Hoy la bondad tiene otro nombre ha desechado las máscaras. Hoy me visto de mis restos de los restos de mis restos los restos de alguien que una vez anduvo erguida y se rodeó de fieles, les lavó los pies, multiplicó sus dichas (peces famélicos que poco necesitaban para alimentarse) los restos de alguien que dejó de ser alguien después del tercer latigazo para convertirse en estigma el del milagro que no se produjo. Los restos de alguien que al volver a la vida aún tuvo que forcejear con tu recuerdo granítico, impidiéndome el paso, protegiendo el sepulcro de lo que fuimos. Pero emprendí mi éxodo, el fuego en mi cabeza consagrando


mi lengua al idioma del odio. Camino hacia el Canáan que me juraste y que vi de lejos tan sólo. Me acerco a ti armada de cuernos hondas, la espada del ángel, aceite de ungir y las siete plagas, las armas de profetas y pueblos heridos. Me arrodillo ante el sanctasantórum y a aquel rey justo, ¿Salomón era? (el que casi escinde un bebé en discordia como quien desgaja una fruta dulce) le ofrezco el vino y le elevo el salmo ojalá tú también lo oigas. Que te escupan en los ojos hasta quedar ciego hasta que no recuerdes la belleza que habitas sólo con estar vivo. Que te los arranquen. Que te hagan el amor cada noche, nunca dos mujeres a la vez. Que para sus senos basten tus manos (finitas). Que para su boca baste tu aliento (ahorcado). Que para sus piernas baste tu envite (exangüe). Y que aún así no sea suficiente y sufras. Que te claven en una cruz


lo bastante alta para atisbar el mundo y sus horrores, que son la suma de todos los hombres que se te parecen. Que la esponja en los labios te sepa a sangre y sea vinagre y hiel lo que llores. Que te avergüences. Que te maten como tú me mataste un dos tres hasta tres lanzadas. Morir todos moriremos yo en la campana de vidrio mi amante en la guerra mi madre en la camilla mi hermana en el moho pero tú mereces pasar por el potro, ser estirado hasta el chasquido como un elástico, girar y girar sobre la parrilla; ver caer a tiras tu piel descuajada; oír el suspiro del león que aguarda la torpeza de tus pasos en la arena. Y la mayor tortura de todas: que te amen. Que una desconocida Verónica mane del gentío, esquive los vítores, enjugue con su pañuelo la herida de espina en tu frente hasta formar lívidos contornos en su blancura, mancillando la seda con tu olfato permeable a cualquier engaño. Que asistas a la atrocidad que es tu ser


anclándose para siempre en su Historia, un no humano un no animal un no piedra sólo la náusea impresa a la fuerza en la pureza de alguien, que se hallaba allí por casualidad y por error rebañó tu agonía. Sabrás así que no eres digno de su fallo ni su sollozo, tu cabeza no vale treinta monedas la oreja de un soldado, el duelo de una virgen. Lo entenderás, retomarás tu ascenso hacia el calvario, por fin consciente de que no eres pastor ni cordero tampoco lobo, sino Baal. Falso ídolo. Res dorada. Al tercer día, dormirás. Y ni siquiera entonces habrás sentido la décima parte que yo. Golpeo mi pecho con un puño que tiembla. Perdón Señor. Perdón Señor. Ésta es la última vez que odio.


La cosecha Conocí a un hombre, me rasuré. Mi madre entró por casualidad en el baño vio las cuchillas me dijo: niña, todo lo que Dios nos da está ahí por alguna causa. Mencionó hongos infecciones yo la eché acabé la tarea me acaricié, satisfecha: era suave y extraño. No parecía sino una niña yo, que mi deseo era del todo adulto yo, que me descuidaba y me convertía en otra persona de dientes más largos e hirientes de piel más gruesa, casi reptilínea. Pensé: he decrecido años. Pensé: prefiero lo salvaje. Pero él lo vio y amó cada pliegue al descubierto. Lo probó y yo olvidé la misión divina de mis partes del cuerpo, olvidé el sino que Dios me traza cuando le cuesta dormir y me usa para matar el rato. Olvidé los bosques, que tienen sentido


sólo por los árboles que los pueblan sólo por el musgo sobre sus troncos y los hongos –sí, también los hongos– colonizando sus raíces. Pero un día, él se marchó tal vez cansado dijo adiós sin despedirse de la desnudez que inventé por su cumpleaños por su culpa. Y yo me dejé invadir por lo que antes arrancaba de cuajo para quién, si no, exponer lo sucio de mí misma. Para quién el sacrificio de todos los griegos en todos los altares para qué el culto sin garantías de paraíso o sin ambrosía goteando de mis labios como arroyos ligeros de un pasado sueño. Para nadie. Me levanté, me dije que era bueno conservar el cuerpo que Dios me hizo aunque yo no crea en Dios, y piense en la manzana a la hora de evocar el origen. Mas si él volviera, después de otros mundos, convencido tal vez de que no debió irse sé que mi puño se cerraría en torno a la hoja y la empujaría de nuevo a la siega de todo lo que me protege por mucho que me resguarde de enfermedades y ahora entiendo lo que me dicen


quienes son más sabios, y han visto mucho eso de que por amor renunciamos a todo aquello que nos custodia aquello que nace con nosotros y nos define y que a pesar del láser –y otros milagros de la técnica. volverá a crecer con nuestro permiso.


Familia IV Hijo, a. (del lat. filius) 7. Sustancia ósea, esponjosa y blanca que forma lo interior del asta de los animales. Mamá. Me dijiste que la ropa blanca se lavaba aparte. Que a los doce empezaría a aprender que ser mujer no es sólo una misión que se escribe sobre el papel; también se escribe en rojo y bajo las medias. Me engañaste. Mamá, tú me llevaste en un vientre que una vez cubrieron los lirios eras limpia, y a tus nupcias no quisieron faltar las flores blancas y abiertas, emblemas regios, aroma de lis, cintos de pureza en los escudos de media Europa y en cambio yo, ya nací enlodada de tus órganos, te hice llorar el primer minuto de mi vida tú ignorabas que de un ángel pudieran engendrarse a Caín. Ya me has llamado tantas veces que ni te escucho, lo confieso pues ya sé cómo hervir el agua para que el arroz esté en su punto he aprendido a domar las llamas como los hombres-mono del Paleolítico y a planchar la blusa de seda y a alarmarme por sus arrugas; mamá, ¿cuándo dirás ‘fue mi culpa’? ¿Acaso no lo descubres a la noche


envuelta en franelas, a tu lado un cuerpo enaltecido por el martirio y a tus pies, el gato sin nombre que os dejé por testamento? Habla, mamá: ‘fue mi culpa’. Un error grave y deliberado que hoy sea, y esté aquí, y respire. Pienso en ti. Constantemente pues las cortinas de mi habitación son doradas como las auras de aquellos santos a quienes ofrecías mis dolencias ¿Es verdad que perdiste el pelo mientras yo perdía el oxígeno? Mejor que ahora estés muy lejos, y no puedas verme en este altar, pagana ingiriendo la dulce pócima de la rendición, y adornada por tatuajes de tijera. De estar aquí querrías curarme devolverme el aliento; en mis orificios implantar plásticos; bajo mi cabeza colocar de nuevo a San Martín el negro. Despertarían las aletas de mi nariz y el tercio superior del torso, hormiguearían mis meñiques, pero ningún invento bruñiría mis ojos o afinaría mi voz hasta hacer que cantara. Mamá, nunca me dijiste lo que me esperaba ahí fuera. Extiende las piernas, suplica mi vuelta, y seremos una de nuevo.


Roger Vilanova Jou (Castelló d’Empúries, 1992)

combina el estudio de Humanidades (Universitat

Pompeu Fabra) con un gusto por la poeticidad de las cosas simples. Alguna vez escribe en su blog personal La polaridad del (des)encanto, donde publica parte de sus creaciones como jaula de pruebas indómitas. (RE)NACER Ya no conozco los recuerdos arenosos de mis días. La ignorancia me envuelve en un calcetín de felicidad. Veo en mis ojos la cicatriz de tu imagen donde no veo. Me siento efervescente, enjugado en líquido materno que me desintegra despacio. ¿Por qué recordar el segundo abatido? ¿Por qué existir si la nada es tan bella?


MIEDO POÉTICO Las caricias que te regalé eran palabras peinadas con la piel. Violarte era el incesto, temer no poder acostarme contigo en un colchón blanco. Temí escribirte, por si me enamoraba del poema y dejaba de pensar en ti.


OPEN HAPPINESS El gas se ha escapado por completo en una lata de color rojo. Abro la nevera y bebo, vaci谩ndome los labios, llenando de heridas un recipiente no reutilizable, obsoleto. Mordiendo el coraz贸n que anduvo aguardando la felicidad.


Yasmín C. Moreno (Madrid, 1993)

Estudia Psicología en la UAM. En breve se publicará su primer poemario, El beneficio de la enfermedad (Ártese quien pueda, 2014).

LA VIUDA DE SÍ MISMA Llevo un rosario de pastillas entre las manos. Un collar de perlas tragadas una a una una detrás de otra.


Primero hay que llenarse para vaciarse por dentro. El silencio purifica la garganta, como el hambre hace con los huesos.


CLASE DE ETOLOGÍA La enfermedad literaria me corroe. Llegar a hacer un fósil de mí misma.


Patricia Úbeda Sánchez (Almería, 1993) estudia Grado de Filología hispánica en la Universidad de Almería. Ha participado con varios poemas en la antología Anónimos 2.1 (Cosmopoética, 2013) y en la revista digital Escrituras Indie. Mantiene dos blogs: http://mistragediasenlacocina.blogspot.com.es/ http://persefonemaldita.blogspot.com.es/

Entre los cachorros del silencio Entre el sol y el verbo hay cuerpos vestidos de grasa que me dejan dormir sin garganta. Entre mi cuerpo y el homicidio existe el mar, la leche mezclándose con el mar. Entre el verso y el insomnio, existe la uña arrancada por la palabra, comida por los peces del estómago. Entre el hambre y los poetas sádicos me hago espejo del viento, el ojo por la mitad, mi pecho en la punta del diamante, a punto de ser clavado. Entre los cachorros del silencio me encuentro con un cordón umbilical desgastado por ser la pestaña que llevarán en sus mejillas mis padres de fuego.


Coágulos en presente Embolia. Coágulos cósmicos. Las monjas se imagina que regalan felaciones a los oftalmólogos. Y yo me imagino que descarno escarabajos, que descarno mis pechos cuando oigo maullidos chocándose contra los laterales de mi boca. Son calambres en el pie derecho, el potasio por los suelos, mi pelo desteñido, la tensión baja. Es la tristeza hereditaria. Es el verde que recibe mi cabeza como gris. Es la enfermedad de los cipreses, la desintoxicación de los verbos en presente y de la realidad pornográfica de mis venas. Hago limpieza de amantes en eclipses momentáneos. Tengo sobras de un bocadillo mordido por el perro que no existe en nuestro sistema nervioso. Haz que corre, no es lo mismo. Sueños húmedos para las niñas. Trauma o dolor de barriga: Nos mutilan y nos cuelgan en una clase de ballet clásico. Llega la inyección y la jeringuilla se tira, las lágrimas están limpias pero mi estómago no. Los muertos se levantan para levantar el futuro. No me sacan de tu espalda. No puedo girarme porque sé que mueres observando mi resonancia con neblinas blancas, observando la tristeza de que a tu lado pienso coger una sierra eléctrica para decapitarte como San Juan.


Batido de fresa Quemadura en la costilla. Riñones azucarados. Chicles en vez de pulmones. Floto con las medias fucsia pálido. Bolígrafo de tinta roja escupe carne de niña enamorada o fresa pixelada, carne comestible, pecho griposo, contagio o jarabe en el universo.


Marcos Ortiz Andrino (Madrid, 1993)

mitad español-mitad puertorriqueño, estudia tercero de periodismo y comunicación audiovisual y actualmente colabora con Culturamas y Plateselector. Además de contar con un poemario inédito, “El año de la derrota”, está terminando su segundo poemario, “El secuestro de Mahmud”, así como escribe y publica fotografías en su blog. http://marcosortizandrino.blogspot.com.es

XI: El pensamiento olvidado Donde se reúnen cuerpo e idea, el pensamiento concebido por Venus fértil nace del deseo de ser superior a los dioses.


En ese lugar se estructura la forma que deseaba ser superior a los dioses, el castigo de los dioses. Pero llegó a ser tal el desastre que solo consiguió ser superior a Aquel que no existe, el Omnipotente, el Único. El Dios de todos los mortales. El Dios de la gran estepa de la esterilidad.


Estepa sin hierba, ĂĄrida pero viva. La originalidad de lo estĂŠril, lo puro contra el tiempo formando meandros, lentamente, creando cicatrices en la tierra, tu tierra. SangrĂĄndola como mujer en periodo.


Belén Benito (Toledo, 1994)

Actualmente estudia Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. Sus poemas han aparecido en diversas publicaciones digitales. Tiene un blog, ahora convertido en diario: http://elinterruptorestabrillando.blogspot.com.es/

¿ Qué ocurriría si yo dijera o dijese ahora: cambien ustedes todos mis etcéteras escritos hasta ahora por la palabra dolor ?


Encuentro en el bosque que me rodea el asedio perfecto para guardar mi alma. Exprimirla y dejarla reposar allí. En aquella quietud, sin que nada la altere. Al volver, años después, a buscarla, me la encuentro inmensa, ya sin caber en mí. La pregunta que aquel desconocido me hizo fue: ¿Quién abandonó a quién?


El aislamiento de aquellos meses (Diciembre, Enero, Febrero, Marzo…) se condensa, enquistándose levemente, entre las pleuras que rodean mi pulmón derecho. A pesar de ello, me he hartado de preguntarme a mí misma, como quien se cansa de rascarse, una y otra vez, la costra de una herida.


Sandra Martínez (Valencia, 1995) Estudia Bellas Artes. Sus textos han aparecido en algunas publicaciones digitales como la revista Détour y en libros colectivos de poesía como Hijas del pájaro de fuego (Editorial Fin de Viaje, 2012), Sangrantes (Editorial Origami, 2013). Ya no tiene blogs.

Esbozar como delito ese fino y conciso desgarro de ignorar las horas más oscuras. El artificio ilumina con talento los bordes de las hojas más altas del arbusto. Pedazos, de espacio en el grávido vacío y de tiempo en los zurcidos de mis ojos, expresan el mundo que mi desconocedora voluntad quiere palpar con su materialidad de la decepción. Atrapada en mi perímetro urbano y carnoso, nado.


AL PERRO ENJAULADO Arrancas, al igual que bestia antirromántica, las grietas erráticas de mi piel una a una. Recuerdo que escuché cómo confiaste tu sangre, tenue como aquel sauce, a mi cuerpo roido. Como miel sobre nocturno amargo café en grano, me endulzaron tus muecas los párpados y el alma. Un interrogante fue lo que mi pecho albergó tras el accidente, y hoy rechazo el mal que escogí. Retira tu garra cruel.


THE HOUSE OF DEATH 1795/c.1805 William Blake Nuestras palabras siempre cambian. La esencia de la carne pura permanece. ArderĂŠ en el infierno, como todos.


Rosa Berbel (Sevilla, 1997)

Estudiante de Bachillerato. Intento que el presente no caiga en el olvido mientras escribo poesía y prosa indistintamente. En la actualidad trabajo en un primer poemario para romper (ojalá) mi silencio. Algunos de mis artículos y escritos han aparecido en medios culturales especializados en literatura como iWrite, Achtung Magazine, Granite and Rainbow, Obituario y Culturamas. Mi blog: http://conrderevolucion.blogspot.com

I Una noche impera eterna. Se acaba y se propaga en la fugacidad de este poema desgajado desbordándose sobre mi boca anhelante y mi voz de devoción marchita. Como en la plenitud de un verso me sé muerta y esclava, encendiéndome en la armonía de esos mundos creados a partir de mi imagen. Estoy aquí. Estoy aquí para romper el silencio aunque no diga nada. Las palabras vacías son incluso más agónicas que la mudez. II Recuerdo mi primer desnudo, mi contorno mudo,


mi cuerpo dormido; luchaba contra el caos y logré encontrarme viva aspirando despacio las tinieblas. III Antes que poeta fui el abandono de un beso bajo mil lunas intactas, fui luz a los pies del infinito camino que erro, zozobrando, fui incógnita y temblor ante la inmensidad ausente de la duda. La única certeza es que el ayer hoy quedará plasmado, la creación creada, la metástasis. IV Antes que poeta fui tristeza a medias. V ¿Alguna vez fui poeta?


Crecí y amé hasta que pareció imposible contener tanto aliento en un pecho tan ínfimo y rasgado, tan oscuro que el roce de un instante silenciaba su trote. Crecí y amé el absurdo de estar vivos, el gemido taladrando la noche, la ilusión de quizá teneros a todos, amantes de recreo, esculpiendo en mis nalgas un verso que dijera eternidad. Amé como se ama sin sentido, sin certezas ni miedos, sin palabras, sin corazones que aullaran un perdón en el bolsillo, amé revelando los hilos de sutura de mis heridas desnudas. Amé la noche y las tormentas y el eco de mi voz dormida helando la falsa calidez de vuestros nombres, desconocidos y envueltos en la condición de esclavos


de mi ensueño. Amé todas nuestras manos conjugadas como una misma palabra infinita que se desintegra y se funde en un pálpito de ardiente impunidad. Antes del amor nada existía. Antes del amor sólo abandono ante el umbral de la memoria. Crecí y amé sin saber que nada era antes de ti, sólo ceguera y podredumbre. Sólo ensayos y violencia, amor, mis labios aún no pronunciaban tu nombre.


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