PARADOJA Fanzine No 2
-Primavera-
H
F D
A
E
I
J
C
G
B
-Editorial-
La semilla es. Inmersa en la penumbra permanece estática. A veces la invade el movimiento de la tierra. Tiembla. Todo es oscuridad. Todo es misterio. Confusión de movimientos. El movimiento externo mezclado al movimiento que surge desde adentro. Luz. Irrumpe la luz. La semilla desborda vida, fluye, brota. Parece ya haber estado en la superficie alguna vez. Renacer. Luz y agua. Barro y espuma. La vida se hace evidente, se va mostrando estoica la flor. Cerrada todavía, aguarda. Medita. * El hombre es. Inmerso en la penumbra permanece estático. A veces lo invade el movimiento de la tierra. Tiembla. Todo es oscuridad. Todo es misterio. * El hombre decide entender. La flor decide florecer.
(2)
(3)
ADÁN (O LA CREACIÓN DE LA LUZ)
Nadie lo verá remover a oscuras la tierra yerma hasta escocer sus dedos y lastimar sus dientes llenándose la boca de pedruscos. Tampoco oirá nadie sus gemidos —animal inmortal herido de muerte, fuente inagotable que se desangra— ni sabrán de las maldiciones sollozantes que eleva al olvido de su dios. No adivinarán su exilio, ni su espanto; ignorarán su frío, su hambre, su dolor. Que así se visten las penas verdaderas: en privado. Que así lloran los que sufren de verdad: sin testigos. Que así cuando su alma la atraviesa el vahído de la desolación y de la muerte queda él: huérfano y débil, helado y mustio, huraño y a oscuras. Y es la desnudez una vergüenza, y la soledad un coliseo de fantasmas, y la oscuridad el vientre de una fiera insaciable al que se abisma con la imprecisa esperanza de un final. Dadle tiempo. (4)
Dadle tiempo y una brizna verde que se enrede casi como por azar entre sus dedos. No hace falta que sea grande. Un rastrojo peliagudo, la húmeda suavidad del musgo opaco, la más corriente de las malezas bastará para desencadenar lo que oprimían cadenas invisibles. Habría que verlo entonces. Deshaciendo los escenarios de la angustia, atento a los sonidos más callados, despierto, dueño de un silencio en el que a veces se confunde la estrofa limpia de un canto de alabanza. Si pudieran verlo ahora después de haberlo visto, afirmarían que es otro, de seguro. Pero es el mismo. Es él, y ahora, con los ojos borrachos de horizontes observa la noche que lo rodea y dibuja con los labios una mueca que es mitad desafío, mitad sonrisa. Y es su cuerpo desnudo la primera geografía del gozo, y es su soledad la catedral en la que oficia, y es su oscuridad el soporte en donde habrá de colgar el sol cuando lo invente. (5)
Boom. Mรกs bien cada fragmento es un microsegundo de la neblina, de la nube, del con
que
caracol, de la estrella
se
despierta una flor
en su cascarรณn.
Por entre lagos,
lobos y rama-
les
congelados
llevo
palpitar
la tierra, aquello
que
de
estuvo
hielo.
de
dentro
dormido
Soy
cipreses
en
cรกscara.
el
el Y
estallan,
imperce ptible,
leeeento
las
flores en los lagos,
los lobos y
los cipreses: bullen
corrientes,
piedras y peces;
ronca
el
colmillo;
tiemblan
las astas, se
destapa una hoja y
la cola de
una
estos trionales,
ardilla.
En
bosques septenen
los
eones,
la (6)
primavera
hace
boom.
(7)
(8)
ALE Primavera Millones de los mismos, bañan los campos fértiles. Millones que estallan confiados en recorrer un viaje vertiginoso por las fuentes más cálidas. Se esparcen sobre las pieles y sobre las bocas, acompañados por las miradas obnubiladas que no se sublevan ante el instinto. Miradas que —junto a los caminos estrechos, las manos de prestidigitadoras y las voces gimientes— guían el último aliento del alba que reúne toda la energía y la entrega sin restricciones a cuerpos de los que poco se sabe. Millones
de
los
mismos
brotan
buscando la mirada apetente de las pieles silentes. (9)
(10)
おみくじ (Omikuji) Lleno de dudas decidí dirigirme al templo más cercano. Quizás allí podría calmarme un poco, descifrar aquello que me acongojaba y finalmente pensar. Mientras caminaba por las aceras de la ciudad sólo pensaba en la demencia senil de mi abuela y en mi madre llorando a través del teléfono por no ser recordada. No sé qué es más horrible, ser olvidado por uno de sus seres más queridos o evidenciar aquel fantasma de la oscuridad devorarse cada pedazo de memoria, cada recuerdo compartido, esa historia familiar que nos hace sentir significativos. Peor aún, ¡esto podría terminar ocurriéndonos a mi madre o a mí! Veía las personas pasar por los locales de negocios y sonreír de vez en cuando. Miraba el reloj e intentaba calcular las horas que precedían la llegada del último tren. Llegué al templo y decidí probar mi destino. Tomé aquella caja de madera y la sacudí hasta quedar satisfecho, por su hendidura bajó un pequeño palo de bambú con el número siete en uno de sus extremos. Me dirigí hacia el cofre y tomé un papel localizado bajo el mismo número. Es gracioso como una tradición extranjera puede hacerte sentir algo mejor. En aquel papel decía, mal traducido, lo siguiente: (11)
Favorable Destino Cada vez más controlado Persona esperada Tarde pero llega Negocios Trabajar con la verdad Trae beneficios Estudio Un poco más de esfuerzo y sus notas mejorarán Amor Lentamente se aproxima La primavera Decidí sentarme después de haberme calmado un poco. Con el papel en la mano levanté la mirada y a través de las ramas de los árboles contemplé la luna, magnífica y brillante. Pero algo más captó mi atención. Desenfoqué y noté algo fuera de lugar, un colorido cambiaba el panorama de esa noche fría e intensa, un pequeño brote de rosado comenzaba a surgir del viejo cerezo.
(12)
(13)
(14)
(15)
Prima/Vera = Primer verde Se ha entendido primavera como la primera etapa de la juventud humana.
(16)
-PrimaveraLeo en los Kenningar: "Yelmo del aire, decora el camino de velas. Mientras las lunas de su frente sienten el fuego del aire, la calidez se desplaza en el bosque de su quijada, sólo para despertarlo y perderse en el piso de las tormentas". La noche, siempre coherente en los sueños aborda de manera indomable la percepción de la realidad: El olor más íntimo, la mirada más casual confunde y atrapa, augura... Entonces toda creencia está destinada a perderse en la madrugada. Los Deja Vu te sorprenden.
(17)
No planeé su época ni su momento, pero esperaba encontrarnos en el viento flores y cocuyos. Su hogar tibio la cuidaría en sus meses críticos... Mientras, la luna imponente le cuenta historias y la besa. El tiempo narra, espera lo inesperado; como la primavera fría a veces cálida... Como Carmen o Helena; siempre tuya, mía, de ella. Joven y su época perfecta.
(18)
(19)
(20)
Viento en el valle mueve una flor. ÂĄla primavera!
Veloz el rĂo llevando pĂŠtalos de margaritas
(21)
(22)
(23)
La mínima expresión del paisaje
Solitarias las flores Sólo viven y mueren. Las roza el sol Las mueve con lentitud el viento. La savia encendida y fresca Hincha sus pétalos Donándoles por un instante fugaz Su soberana belleza La alegría terrible del color Que aún no sabe, habrá de marchitarse, La fragancia que es palabra que huye Que nos trae un mensaje de aguas Y de tierra oscuras que crecen Calladamente. Solitarias las flores Unen al aire Su esperanzada voz Profunda y verde De la tierra que vibra y que reposa De la tierra que oculta –para ellas tambiénSus amargas raíces dispersas.
La lejanía que es azul en mis ojos me entrega distancias al borde de mis manos El tiempo circulando en mi sangre Cada sonido de mi respiración Y la memoria siempre amada del mar en las orillas de mi cuerpo Haber amado un día el recuerdo de un sueño El aire tibio en la mañana, una tarde de frío Y mi amistad de pájaros Cosas de cada día Certezas de la vida Nuestro pan cotidiano En el poema nuestro de cada día…
(24)
Primavera en mi ciudad es una palabra comodín, primavera para los poetas no existe. Primavera para mí es ruptura, el comienzo del bucle infinito; es la novedad recurrente bajo el sol, tan recurrente como la modernidad para nuestra historia. La primavera es recurrente para reagruparnos al paisaje después del frío, una vía de reconciliación con el cosmos y una manera de romper con nuestras relaciones interiores y mirar el horizonte.
(25)
(26)
(27)
(28)
COLABORACIONES
‘Primavera’ Ilustración - Pablo López (COL) 0 ‘Jungla de cemento’ Ilustración - Lia Vites (ARG) 2 ‘São Paulo’ Fotografía análoga - Camila Mott (BRA)3 ‘Adán (o la creación de la luz)’ Lucas Vargas Sierra (COL) 4-5 Ilustración y texto - Sebastián Aristizabal 6 Sin título - Fotografía análoga - Miguel Rodrigues (BRA) 7 Sin título - Fotografía análoga - Laura Parra (COL) 8 ‘Siesta’ Ilustración - Dina Compadre (ESP) 9 ‘Primavera’ Texto - Víctor Acevedo (COL) 9 ‘Plantas de la Huerta’ Ilustración - Pablo López (COL) 10 ‘Omikuji’ Cuento- Juan Felipe Puentes (COL) 11-12 ‘Azulejo e sombras’ - Fotografía- Neiliane Araujo (BRA) 13 ‘Como somos (Avelino Marín Bedoya)’ Fotografía análoga Juan José Arbeláez (COL) 14 Sin título - Fotografía digital - Alejandra Duque (COL) 15 ‘Martín’ Texto y fotografía análoga - Alejandro Echavarría (COL) 16 ‘Primavera’ Poema - Felipe Zapata (COL) 17-18 Mandala de la serie ‘Configuraciones’ Ilustración - Miguel García (COL) 18 ‘Dibujo de un río sin orillas’ Ilustración - Susana Márquez (COL) 19 Sin título Fotografía análoga - Miguel Rodrigues (BRA) 20-21 Haikus - Miguel Isaza (COL) 21 ‘Planta de la primavera’ Ilustración - Andrea Domínguez (COL) 22 Sin título - Poemas - Inés Posada (COL) 23-24 ‘La mínima expresión del paisaje’ Ilustración - Laura Parra (COL) 23 Mandala de la serie ‘Configuraciones’ Ilustración - Miguel García (COL) 24 ‘Primavera y ruptura’ Ilustración y texto - Julio César Cabrera (COL) 25 ‘Barcelona’ Fotografía análoga - Camila Mott (BRA) 26 ‘Tardígrado’ Ilustración - Benjamín Gómez (COL) 27 ‘La casa de enfrente’ Ilustración - Paulina Muñoz (COL) 28 Edición y dirección - María Camila Duque Lopera
www.facebook.com/paradojaediciones