A principios del siglo pasado, se sancionaron dos leyes infames, la denominada Ley de Residencia, en 1902, y la Ley de Defensa Social, en 1910 que posibilitaron la expulsión, la prisión o el confinamiento de miles de extranjeros y de trabajadores de ideas revolucionarias durante más de 50 años. El alejamiento forzado es el tema de este libro. La dedicación de Gabriela Costanzo a estas congojas merece gratitud y recono-cimiento, pues casi nadie se ocupo de revisar, releer e interrogar archivos, diarios, revistas, discursos publicados en los diarios de sesiones del Parlamento, y el texto mismo de las leyes.