El capitalismo organiza la naturaleza como recurso a explotar y mercancía. Pero los humanos no somos los únicos protagonistas de los ciclos históricos, sino que existen actores no humanos; animales, plantas, el clima, los micro-organismos. Toda peste es política, saltos zoonóticos, modos de propagación de contagios asociados a flujos migratorios, campañas de conquista, modelos urbanos, relaciones de clase y de género ayudan a entender por qué muchas veces una infección pasa de ser un problema de salud y se convierte en catástrofe social y colapso del sistema.