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Sistemas de salud: retos para los países en desarrollo La asistencia sanitaria elemental debe dar prioridad a los más vulnerables del planeta.

Manos Unidas/Casilda de Zulueta

En la provincia de West Arsi, en Etiopía, los Misioneros de la Consolata dirigen el hospital rural de Gambo, donde cuidan a los enfermos de sida, de tuberculosis, de malaria, así como de otras enfermedades olvidadas, a los niños malnutridos, a las mujeres que sufren las consecuencias de la mutilación genital, etc. Un solo hospital para 100.000 habitantes. Este es uno de los centros seleccionados por el Ministerio de Salud de Etiopía para participar en todos los programas de salud que se inician en el país africano, incluido el control de la tuberculosis y la lepra, la prevención y el diagnóstico del sida, el tratamiento de la desnutrición, las vacunas infantiles y los embarazos. En los territorios adyacentes todavía existe el barrio reservado para los leprosos, que los misioneros de la Consolata construyeron para todos los que eran marginados a causa de la enfermedad y que, debido a su pobreza extrema, no pudieron ser tratados a tiempo.1 Este es uno de los muchos proyectos que Manos Unidas apoya con el fin de favorecer la consolidación de los sistemas de salud de los países en desarrollo. En el presente informe estudiaremos algunos de los factores necesarios para fortalecer la estabilidad de los sistemas sanitarios y así garantizar el acceso universal a la salud. La existencia de un sistema sanitario estable da respuesta a la exigencia de justicia social que se deriva de la propia naturaleza humana y que, básicamente, consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le es debido. La vida es un derecho humano fundamental y todos tenemos la responsabilidad de promover las condiciones necesarias para defenderla y preservarla. De acuerdo con lo establecido en el Pacto internacional sobre los derechos económicos, sociales y culturales de 1966, la salud pública es una responsabilidad propia del Estado, que debe facilitar

los medios para conservarla adoptando las medidas necesarias para la prevención y el control de las enfermedades y para procurar las condiciones que garanticen los servicios médicos y la asistencia sanitaria necesaria. ¿Qué carencias tienen los sistemas de salud? ¿Qué medidas hay que adoptar para mejorarlos? ¿Qué factores hay que tener en cuenta para contribuir de manera efectiva a la estabilidad de un sistema sanitario? ¿Qué requiere un sistema sanitario para poder contribuir al verdadero desarrollo integral? No podemos abordar todas estas cuestiones, pero sí llamar la atención sobre algunos aspectos que, desde la labor que realiza 1

24/7/2012 Agencia Fides.Para saber más puedes ver el vídeo de Campaña 2012 de Manos Unidas, “Trabajando por la salud en Etiopía”, en nuestro canal de Youtube.

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I N F O R M E Manos Unidas, nos parecen claves para avanzar en el acceso equitativo y universal a unos sistemas sanitarios más humanizados que comprendan la asistencia primaria, la disponibilidad del personal médico y sanitario indispensable, medicamentos de buena calidad, en cantidad suficiente y a un precio asequible, así como las infraestructuras mínimas necesarias para adoptar las medidas preventivas lógicas y atender debidamente a todo el que requiera una mínima atención médica o sanitaria. LA SALUD DEPENDE DE MUCHOS FACTORES La salud se ve afectada por factores tan importantes y diversos como la disponibilidad de alimentos, de agua, de instrucción, de trabajo, de salubridad de los hogares y de la buena o mala calidad de los sistemas sanitarios. Es decir, la salud de una población no depende solo de la atención sanitaria que se le dispense, sino que es el resultado de diversos factores: sanitarios, económicos, sociales e incluso culturales. En la actualidad, se ha intentado la reorganización de los sistemas sanitarios mediante los denominados programas verticales, que son aquellos cuya iniciativa suele corresponder a la Administración central y que se basan en la adopción de soluciones ajustadas a unos protocolos que, en definitiva, no responden a la heterogeneidad o complejidad de las circunstancias que afectan a la falta de salud de la población. A ello hay que añadir que estos programas se especializan en determinadas enfermedades y que no siempre colaboran en la solución de otros problemas médicos, por impor-

GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS

MEDICINA TRADICIONAL

LIDERAZGO COMUNITARIO

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tantes que éstos sean. Este tipo de sistema genera injusticias, sobre todo a nivel local y, además, supone un uso muy poco eficiente de los recursos disponibles. Todo ello ha llevado a muchos países en vías de desarrollo a la desarticulación del sistema de salud pública, a multiplicar los costes y al despilfarro de los recursos, además de provocar la desconexión entre las políticas sanitarias y otras políticas de desarrollo.

La salud de una población no depende solo de la atención sanitaria que se le dispense, sino que es el resultado de diversos factores: sanitarios, económicos, sociales e incluso culturales. Análogamente, en la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), sus divisiones y programas orientados a combatir determinadas enfermedades suponen un peso desproporcionado con respecto a los recursos dedicados al desarrollo de los sistemas sanitarios y a la promoción de la salud dentro de cada país, para enfocarse sobre determinadas enfermedades. Por ejemplo, los fondos que se donan a los sectores sanitarios a menudo se destinan a combatir una sola enfermedad como puede ser el sida, la tuberculosis, la malaria, la poliomielitis, etc. Pero los fondos para los cuidados primarios han sido drásticamente recortados.

DISPONIBILIDAD DE RECURSOS ECONÓMICOS

SISTEMAS DE SALUD ESTABLE

CONDICIONES MEDIOAMBIENTALES

ESTABILIDAD POLÍTICA

MEDIDAS PREVENTIVAS

MEDIOS PARA FORMAR A LA POBLACIÓN


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I N F O R M E CARENCIAS DE LOS SISTEMAS SANITARIOS EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO De forma general, podemos identificar las situaciones más comunes que se viven en los países en desarrollo y que suponen una deficiencia en sus sistemas sanitarios: ▲ Se da una paradoja llamativa que consiste en que las personas que más recurren a la atención sanitaria son las que menos la necesitan, y provocan un desequilibrio en la disponibilidad de los servicios médicos sanitarios. Sin embargo, las personas que más necesitan la atención normalmente no cuentan con protección social, y de hecho viven al borde de la pobreza. ▲ La asistencia sanitaria es fragmentada y prescinde de la dimensión social y psicológica de las personas. ▲ Los recursos médicos y sanitarios son insuficientes, por lo que la atención no siempre es fiable, lo que provoca un aumento de las infecciones hospitalarias y, en definitiva, de la inseguridad. ▲ Existe una inadecuada distribución de los recursos: se destina más a los hospitales y menos a la atención primaria. Además, la exclusión social de los más vulnerables, las dificultades para acceder a la atención médica o sanitaria necesaria, por razones étnicas, culturales y de sexo, el recrudecimiento generalizado de la pobreza y de muchos conflictos armados, la proliferación de los campos de refugiados, el incremento de las corrientes migratorias forzosas, etc., son algunos de los factores determinantes de la situación de la salud pública internacional. ATENCIÓN SANITARIA BÁSICA A este respecto, es interesante recoger las aportaciones de la OMS sobre cómo mejorar la atención sanitaria básica. En 1973 la OMS alertó de la incapacidad de los servicios sanitarios para satisfacer las expectativas de la mayoría de la población debido a los crecientes costes y a la desigualdad de acceso a los cuidados sanitarios. Pasados 5 años, con el lema «Salud para todos», la conferencia de Alma-Ata2 estableció la atención primaria como estrategia de promoción de la salud y se confirmaron los principios que deben regir la asistencia sanitaria elemental: justicia social, equidad, respeto de los derechos humanos, promoción del acceso universal a la asistencia, implicación comunitaria, y dar prioridad a los más vulnerables.

En 2007, la nueva Directora General de la OMS puso nuevamente el acento en la Atención Sanitaria Básica como estrategia para reforzar los sistemas sanitarios, en un contexto globalizado con nuevos retos para afrontar: la urbanización, el envejecimiento de la población, la contaminación del ambiente, el cambio de los estilos de vida y sus consecuencias sobre la salud, el aumento de enfermedades crónicas, la emergencia de atender nuevas enfermedades infecciosas y la reaparición, bajo formas antibiótico-resistentes, de aquellas ya conocidas, las migraciones, la globalización del mercado de trabajo, la reducción de personal sanitario en los países más necesitados y el aumento de la distancia entre el Norte y el Sur.3 2

Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, Kazajistán, 1978.

3

CHAN M. Keynote address at the International Seminary on Primary Health Care in Rural China, Beijing, 2007.

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En 1973 la OMS alertó de la incapacidad de los servicios sanitarios para satisfacer las expectativas de la mayoría de la población.

Los recursos sanitarios son insuficientes en muchas partes del mundo.

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Todavía son necesarios acuerdos internacionales que mejoren la accesibilidad a los medicamentos más eficaces.

La Asistencia Sanitaria Básica se define como «la asistencia a la salud esencial fundada en métodos y en tecnologías prácticas, científicamente válidas y socialmente aceptables. Debe ser universalmente accesible a los individuos y a las familias de una comunidad, a través de su plena participación, a un coste que la comunidad y los países pueden permitirse en cada estadio de su desarrollo». De acuerdo con lo dicho, se asignan a los Estados y a sus legislaciones tareas que van mucho más allá de la simple administración de un sistema sanitario. Deberían hacerse cargo de identificar y tratar de modificar los factores que influyen negativamente en la salud pública promoviendo, al mismo tiempo, aquellos que sean favorables. La Asistencia Sanitaria Básica debe formar parte del sistema sanitario de cada país pero, sobre todo, del desarrollo social y económico de la comunidad desde un planteamiento basado en la equidad, en la participación comunitaria, en la atención sanitaria preventiva, en el uso de la tecnología apropiada y en un acercamiento intersectorial e integrado al desarrollo.4 Una asistencia sanitaria básica debe tener las siguientes características esenciales: ▲ Centrarse en la persona, y en las necesidades de cada una de ellas, de las familias y de las comunidades. ▲ Fomentar la plena implicación de los individuos, de las familias y de las comunidades. ▲ Ser global, es decir, incluir los servicios sanitarios, la promoción de la salud, los cuidados preventivos y la rehabilitación. ▲ Facilitar la integración de diferentes disciplinas sociosanitarias.

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LA DISPONIBILIDAD DE MEDICAMENTOS En muchos países pobres, la falta de fármacos esenciales, junto a la existencia de infraestructuras sanitarias precarias, impiden que se responda adecuadamente a las necesidades urgentes de la salud pública. En la disponibilidad de los fármacos juega un papel importante la tutela jurídica de la propiedad intelectual, especialmente a través de las patentes, que dan a su titular derechos de monopolio sobre el producto a lo largo de la duración de la patente. Este derecho puede permitir al titular de la patente producir y proporcionar el producto solo cuándo y dónde sea posible recuperar, a través de políticas de precio, los costes de la inversión realizada para su investigación, elaboración y puesta en el mercado y no hacerlo cuando ello no sea económicamente rentable.5 También Benedicto XVI llama la atención sobre este abuso que se produce en la gestión de las patentes: «Hay formas excesivas de protección de los conocimientos por parte de los países ricos, a través de un empleo demasiado rígido del derecho de propiedad intelectual, especialmente en el campo sanitario».6

4

PETRINNI, M. El mundo venidero: perspectivas demográficas y necesidades de salud. En Dollentium Hominum nº 76, 2011.

5

Intervention by his excellency Mons. Diarmuid Martin to the Plenary Council of the World Trade Organization on Trade-Related aspects of Intellectual Property Rights* Wednesday, 20 June 2001 http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/documents/rc_segst_doc_20010620_wto_en.html

6

Benedicto XVI, Caritas in veritate. 2009.


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I N F O R M E El sistema actual interfiere en la consecución del derecho a la salud de dos maneras: en primer lugar, las personas de los países en desarrollo no pueden adquirir medicamentos de elevado precio; y en segundo lugar, las patentes no funcionan como incentivos en la investigación de los tratamientos que no interesan al mercado como los del VIH, la tuberculosis o la malaria. El mercado de estos fármacos está, sobre todo, entre los más pobres, por tanto, no es capaz de garantizar la recuperación de las inversiones realizadas. Un grupo especialmente afectado por las consecuencias de este hecho es el de los niños, porque estos fármacos no se suelen elaborar en preparados adecuados para pediatría. En este ámbito, los gobiernos de los países tienen serias responsabilidades, por ejemplo al establecer aranceles que gravan el precio de los medicamentos, encareciéndolos más aún. En la tabla de la derecha se ilustran los aranceles que gravan los medicamentos en algunos países. Aunque hay experiencias positivas: por ejemplo, la distribución de los antirretrovirales para el tratamiento del sida demuestra que la liberalización forzada de patentes adoptada por algunos gobiernos ha permitido la introducción de nuevos medicamentos genéricos en algunos países empobrecidos. Sin embargo, todavía son necesarios acuerdos internacionales que mejoren la accesibilidad a los medicamentos más eficaces.

Nº 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

PAÍS India Sierra Leona Nigeria Pakistán Bolivia Bangladesh China Jamaica Marruecos Georgia México

ARANCELES (Porcentaje sobre el precio)

55% 40% 34% 33% 32% 29% 28% 27% 25% 25% 24%

La medicina tradicional es un concepto que excede el campo de la salud, se sitúa a nivel sociocultural, religioso, político y económico, y se puede considerar como un sistema que se centra en el malestar (fisiológico o no) y que se basa en teorías sobre el cuerpo humano, la salud, la enfermedad y sus formas de curación ancladas en la historia de las culturas y de las religiones que conforman un país.

LA MEDICINA TRADICIONAL Uno de los aspectos que favorecen la consolidación de los sistemas sanitarios en los países en desarrollo es el reconocimiento de los aspectos positivos de la medicina tradicional. Según la OMS, por el término «medicina tradicional» entendemos «un conjunto de habilidades, conocimientos y creencias que se basan en teorías, costumbres y experiencias propias de una cultura, aplicadas singularmente o en asociación entre ellas, con el fin de conservar el bienestar, así como para el tratamiento, diagnóstico y prevención de las enfermedades físicas y mentales».

Los gobiernos de los países tienen serias responsabilidades, por ejemplo al establecer aranceles que gravan el precio de los medicamentos, encareciéndolos más aún.

Manos Unidas/Javier Mármol

La medicina tradicional es un bien que conviene preservar.

Llama la atención que un 80% de las poblaciones de los países en desarrollo recurran a la medicina tradicional para los cuidados sanitarios elementales, por tradición cultural, por su facilidad de acceso, por su coste y por la concordancia filosófica con las culturas autóctonas. Estos recursos constituyen un buen complemento en el caso de enfermedades crónicas, debilitantes o incurables. La medicina tradicional es un bien que conviene preservar, pero no siempre es fácil integrarla en los sistemas sanitarios. Para ello, ante todo es necesario que se reconozca la efectividad del conocimiento adquirido a lo largo del tiempo por los terapeutas tradicionales. Esto supone el establecimiento de normas para controlar la comercialización de los productos y aliviar la falta de recursos en el sector de la investigación y de la formación. La creación de centros de investigación y de estudio de la medicina tradicional es un medio importante para progresar en el reconocimiento de esta práctica, con el fin de permitirle coexistir con la medicina convencional, en un sistema sanitario único. Conseguir que las prácticas médicas y las plantas medicinales tradicionales sean seguras, eficaces, accesibles y de gran calidad es un objetivo a alcanzar por los países en desarrollo. Asimismo, lograr la integración de los sistemas convencionales y tradicionales requiere la aplicación de una serie de recomendaciones propuestas por la OMS: la promulgación de normas que garanticen la seguridad, la eficacia, la calidad y el uso racional. El cuadro normativo debe tener en cuenta la formación, la cualificación, el ejercicio y la investigación de la medicina tradicional.

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I N F O R M E Un ejemplo de lo anterior es un proyecto de Manos Unidas en Guatemala, del que se benefician 45.000 personas, cuya finalidad es la promoción de la salud comunitaria en una zona rural. El proyecto contempla la capacitación de los agentes sanitarios, incluidas las comadronas, de 45 comunidades indígenas, dotarlas de botiquines, mejorar la producción de plantas medicinales, bajar el precio de los medicamentos hasta un 50%, y fortalecer las instituciones públicas para garantizar la atención primaria de la salud. RECURSOS HUMANOS EN EL ÁMBITO MÉDICO Y SANITARIO Los recursos humanos son otro factor clave para favorecer la consolidación de un sistema sanitario. Las condiciones laborales y de vida de los agentes sanitarios, su movilidad, su formación para que sean competentes y capaces de facilitar una atención sanitaria a largo plazo, son medidas necesarias para incrementar el número de agentes sanitarios en aquellos países cuyo índice de agentes sanitarios es crítico. Según el informe de la OMS de 2006, el concepto de trabajador sanitario ha de entenderse en un sentido muy amplio; así, éste comprendería a todas las personas que realizan acciones cuya finalidad es mejorar la salud: los cuidadores familiares, los trabajadores sanitarios a tiempo parcial, los voluntarios sanitarios, los agentes de salud comunitarios, etc. En lo que respecta al personal médico y sanitario, la OMS recomienda a los Estados que adopten las medidas necesarias para prestar la debida atención a todo el ciclo de la vida laboral de los agentes sanitarios; que cada nación garantice la estabilidad de su propio sistema, teniendo en cuenta, entre otros, factores como la distribución geográfica de los agentes sanitarios, intentando llegar a un equilibrio razonable; también es imprescindible que cada Estado disponga de información precisa y actualizada sobre su personal sanitario.

Malawi es uno de los países que ha demostrado que el conocimiento de los problemas del personal sanitario local puede ayudar a dar un paso de gigante en el planteamiento de políticas más coherentes que respondan a problemas reales. Para ello, es fundamental disponer de información precisa sobre el personal sanitario: sus carencias, los problemas para incorporarse a la vida laboral y los que comporta su desempeño diario. La información debe basarse en estudios realizados sobre el terreno para responder a la situación de la manera más efectiva. Un hecho que afecta a la disponibilidad de agentes sanitarios profesionales es la «fuga de cerebros», es decir, la migración de personal capacitado, ya sea por razones laborales, de capacitación, de condiciones de vida, etc. En realidad, casi ningún sistema de salud cuenta con todos los recursos humanos que requiere, además de tenerlos mal distribuidos, por lo que su demanda se extiende por todo el globo.

Un hecho que afecta a la disponibilidad de agentes sanitarios profesionales es la «fuga de cerebros», es decir, la migración de personal capacitado. En cada país, existen factores que atraen y otros que repelen al personal médico y sanitario. Estos factores son conocidos como factores que expulsan y factores que atraen. En el grupo de los factores que expulsan se incluyen: los bajos sueldos, la nula o poca motivación, los escasos incentivos, la falta permanente de material para la correcta práctica de la profesión, equipos técnicos en mal estado o anticuados, las condiciones de

Médicos formados en África Subshariana que trabajan en Países de la OCDE* (OMS, 2006) Nº

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

PAÍS DE ORIGEN

Angola Camerún Etiopía Ghana Mozambique Nigeria Tanzania Sudáfrica Uganda Zimbabue TOTAL

Número total de médicos en el país de origen

Médicos que emigran Número

% del país de origen

881 3.124 1.936 3.240 514 34.923 822 32.973 1.918 2.086

168 109 335 926 22 4.261 46 12.136 316 237

19 3 17 29 4 12 6 37 16 11

82.417

18.556

23% (media)

* Países receptores de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico): Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Portugal y Reino Unido

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La exclusión social de los más vulnerables o el recrudecimiento de la pobreza son algunos de los factores determinantes de la salud pública internacional.

trabajo peligrosas y adversas, y las limitadas oportunidades laborales y de avance profesional. Otros factores como la violación de los derechos humanos, la tensión religiosa o étnica, las persecuciones políticas, las guerras, los colapsos económicos, también afectan a la estabilidad del personal sanitario, aunque en menor proporción. Los sueldos más altos y mejores condiciones de vida y laborales, así como las mejores oportunidades profesionales que ofrecen los países desarrollados son los factores atrayentes más importantes. Los agentes de salud que migran son profesionales que han alcanzado un nivel elevado de conocimientos y experiencia, para lo cual ha sido necesario que su país haya hecho en ellos una inversión considerable. Cuando emigran, se produce la pérdida de este gran capital, que se convierte en ganancia para los países desarrollados que no han invertido en su formación. Por ello, retener a los agentes sanitarios formados en el país es fundamental para consolidar los sistemas sanitarios. En la ciudad de Thandla, en el estado de Madhya Pradesh (India), las Franciscanas fundaron un hospital, bien equipado, que atiende a unos 6.500 pacientes internos al año y unas 28.000 consultas externas. El hospital se ha mantenido gracias a la Congregación franciscana y a donaciones. Parte del personal médico y sanitario son religiosas que prestan sus servicios gratuitamente; aun así necesitan el apoyo de otros profesionales, que no quieren instalarse en una zona tan remota. En estas circunstancias, solicitaron la ayuda de Manos Unidas para construir una escuela de auxiliares de enfermería y comadronas y una residencia que permitiera que los alumnos permaneciesen en el centro dos años de estudios y uno de prácticas en este hospital.

RESPONSABILIDADES POLÍTICAS La salud pública es parte esencial del bien común de cada nación. Según la Convención Europea de los Derechos del Hombre, la protección de la salud es un derecho de todas las personas y, al mismo tiempo, un fundamento de los deberes del Estado. La misma Convención admite que las acciones referentes a la salud pública, en cuanto sirven a todos, prevalecen incluso sobre los derechos políticos individuales. En su papel subsidiario, el Estado no puede dejar de lado el componente ético de las decisiones que adopta si quiere seguir sirviendo al bien común.

La salud pública es parte esencial del bien común de cada nación. Según la Convención Europea de los Derechos del Hombre, la protección de la salud es un derecho de todas las personas y, al mismo tiempo, un fundamento de los deberes del Estado. Una buena política de la salud exige una concepción correcta de la persona, que permita reconocer sus verdaderas necesidades. Requiere una auténtica solidaridad humana con el fin de impedir una exclusión de los que necesitan un sostén por parte de la sociedad. La política de salud pública no puede limitarse a las situaciones locales de los países, sino que exige una cooperación internacional.

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El desarrollo de un sistema sociosanitario adecuado no es solo una cuestión tecnológica, sino de una mejor y mayor atención a la persona.

PAPEL DE MANOS UNIDAS Los proyectos sanitarios que apoya Manos Unidas desarrollan en sus destinatarios aptitudes prácticas y capacidades de promoción de la salud, alientan el liderazgo para la salud y apoyan el surgimiento de emprendedores sociales en las comunidades y la aplicación constante de ideas y medidas de promoción de la salud.

El ámbito sanitario es un lugar privilegiado en el que todas las personas pueden recibir esa mirada de amor de la cual tiene necesidad toda persona. Los proyectos sanitarios de Manos Unidas y, por lo tanto, nuestra defensa del derecho a la salud, se basa en las siguientes premisas: ❖ Solidaridad entre todas las personas que trabajan en circunstancias adversas y con muy pocos recursos. La creación de redes, alianzas y asociaciones a favor de la salud por parte de individuos y organizaciones interesadas es una estrategia práctica importante para aumentar la ayuda mutua. ❖ Movilización de recursos financieros, materiales y humanos para asegurar la ejecución y sostenibilidad de las políticas y las prácticas de promoción de la salud en todos los niveles. ❖ Desarrollo de la capacidad de la comunidad para combatir la enfermedad, que se basa en la disponibilidad de la información sobre los factores decisivos para la salud, las infraestructuras necesarias y la capacitación indispensable. ❖ Formación de los agentes sanitarios mediante la educación, las prácticas y el intercambio de experiencias.

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CONCLUSIÓN Nos hemos acercado a aquellos factores que afectan a los sistemas sanitarios y que son tenidos en cuenta en nuestros proyectos de desarrollo. Nuestra experiencia con las personas más pobres, en los países que carecen de muchos bienes básicos, nos permite afirmar que el desarrollo de un sistema sociosanitario adecuado no es solo cuestión de mejorar tecnológicamente, sino de una mayor y mejor atención a la persona. Un sistema que no pierda de vista la profunda unidad corporal, afectiva, intelectual, espiritual, social y ambiental de los seres humanos. Alcanzar esta meta comporta, entre otras cosas, que el hombre se beneficie del amor, de la fraternidad y de la solidaridad. El ámbito sanitario es un lugar privilegiado en el que todas las personas pueden recibir esa mirada de amor de la cual tiene necesidad toda persona, más allá de su estado social, de su raza, de su religión, de la dificultad social o del tipo de enfermedad que padezca. Una salud humanizadora, la que Manos Unidas busca, es aquella en la que el amor se manifiesta en el cuidado de los enfermos, no solo proporcionando un tratamiento médico al paciente, sino también curándolo en sentido amplio, curando a los enfermos gratuitamente y atendiéndolos, incluso arriesgando la propia vida. Departamento de Estudios y Documentación de los Servicios Centrales de Manos Unidas.

FE DE ERRATAS La información que se aportaba en el pie de página de la página 21 del número 188, donde se decía que “el perro es potencial transmisor…”, era errónea. De acuerdo con el informe de la Organización Mundial de la Salud sobre la Leishmaniasis (1984), “los perros constituyen el principal reservorio de la enfermedad humana en la Zona europea”. (Fuente: http://whqlibdoc.who.int/trs/WHO_TRS_701_spa.pdf).

Pedimos disculpas por ello.


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