Curso El Voluntariado

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CURSOS ON-LINE Material Didรกctico Base Una realidad del Tercer Sector: EL VOLUNTARIADO


Manos Unidas es una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD), católica y de voluntarios, cuyo fin es la lucha contra el hambre, la pobreza, el subdesarrollo y las causas que lo provocan. Desde su creación en 1960, todo su trabajo se ha centrado en dos actividades complementarias: Sensibilización de la población española para que conozca y sea consciente de la realidad de los países en vías de desarrollo. Apoyo y financiación de proyectos en África, América, Asia y Oceanía para colaborar con el desarrollo de los pueblos del Sur. Está presente en todo el territorio nacional, a través de 71 Delegaciones. Sus fondos proceden de las cuotas de socios, una colecta anual en parroquias, aportaciones de colegios, empresas, donativos esporádicos y financiación de organismos públicos.

Editor: Manos Unidas. Área de Educación para el Desarrollo. Madrid. Edición Digital: Nosatec Consultores, S.L.U. Fecha Publicación: Diciembre 2010 Agradecimientos: A todas las personas que hicieron posible este cuaderno en su edición impresa y a todos los Departamentos que han colaborado en esta edición digital: A. Educación para el Desarrollo, (Victoria Huerga y Montserrat Pantoja), Formación Interna y Voluntariado. Al equipo de Educación No Formal para la Formación On-line en Manos Unidas, por su creatividad en el desarrollo de las actividades.

Esta publicación forma parte de un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de “MANOS UNIDAS” y no refleja necesariamente la opinión de la AECID.


INDICE INTRODUCCIÓN ............................................................................... 1 EL TERCER SECTOR .......................................................................... 3 LAS ONG y ONGD ............................................................................. 7 ¿Qué entendemos por ONG?.............................................................. 8 Tipologías de las ONG altruistas ......................................................... 9 ¿Qué entendemos por ONGD? ..........................................................10 Características de una ONGD............................................................12 EL VOLUNTARIADO .........................................................................13 Definiendo el Voluntariado ...............................................................14 Elementos esenciales del Voluntariado...............................................16 LA LEGISLACIÓN EN MATERIA DE VOLUNTARIADO ........................18 En el Mundo ...................................................................................18 En Europa ......................................................................................20 En España......................................................................................21 TRAZOS DE LA EVOLUCIÓN DEL VOLUNTARIADO EN ESPAÑA .........23 CONCEPCIONES y ENFOQUES DEL VOLUNTARIADO ........................26 MOTIVACIONES DEL VOLUNTARIADO .............................................33 ¿Por qué este auge del Voluntariado? ................................................35 DERECHOS Y DEBERES DEL VOLUNTARIADO...................................37 ÉTICA DE LAS ORGANIZACIONES DE VOLUNTARIADO ....................39 LA IDENTIDAD DEL VOLUNTARIADO...............................................44 VALORES QUE DEBEN ORIENTAR AL VOLUNTARIADO CRISTIANO ..46 ¿Qué valores aporta la fe a la vida personal y social?...........................46 EL VOLUNTARIADO EN MANOS UNIDAS ..........................................49 El Voluntariado en Manos Unidas, un valor especial .............................50 Qué se pide al Voluntariado de Manos Unidas .....................................51 BIBLIOGRAFÍA................................................................................55


INTRODUCCIÓN El Voluntariado es una realidad rica y plural. En Manos Unidas tiene un matiz muy específico, que es vivir aquello por lo que se trabaja, para conseguir el desarrollo integral de la persona en la Organización, “respetando los criterios y principios de la misma” (artículo 11). Es un tema importante en sí mismo e importante para Manos Unidas, porque, como se recoge en los estatutos, Manos Unidas es “una ONGD de voluntarios, católica, seglar, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico” (artículo 3). En este curso On-line vamos a plantear aspectos generales para cualquier Voluntariado, (tipología, motivaciones…) Y aspectos específicos del Voluntariado cristiano y del Voluntariado en Manos Unidas. Para entender el fenómeno del Voluntariado en su naturaleza, tipología, aspectos jurídicos, etc. resulta imprescindible enmarcarlo en el ámbito donde éste tiene lugar. Nos referimos al llamado Tercer Sector y, en concreto, para nosotros, a ese espectro variado de organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro que denominamos ONG.

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Las ONG se han convertido en los principales agentes en materia de Voluntariado, aglutinando a un gran número de personas que trabajan de manera libre y altruista.

Tal ha llegado a ser su importancia que, junto a otro tipo de movimientos u organizaciones asociativas han alcanzado la categoría de Tercer Sector, diferenciándose del Estado y de la empresa privada.

Este curso centrado en la realidad del Voluntariado, pretende aportar una formación básica para todos aquellos que deseen adentrarse en este fenómeno, así como para aquellas personas que han establecido o se plantean establecer libremente un compromiso más de colaboración desinteresada con una ONG.

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EL TERCER SECTOR En nuestras sociedades industrializadas coexisten institucionalmente tres sectores:

El Sector Público: Se refiere a toda aquella actividad regulada por las Administraciones Públicas.

El Sector Privado-Mercantil: Se refiere a todas aquellas actividades de Mercado que buscan beneficios (las empresas de iniciativa privada).

El Tercer Sector: En este sector estarían, por eliminación, todas aquellas actividades que no se encuentran adscritas ni al Mercado ni al Estado; lo formarían, por tanto, entidades sin ánimo o fin de lucro y no gubernamentales. En los últimos años han proliferado una serie de iniciativas heterogéneas y difícilmente calificables que han cristalizado en entidades tan diversas como cooperativas sociales,asociaciones ciudadanas, organizaciones de voluntarios, comunidades parroquiales, centros de empleo protegido, empresas de inserción, etc. Todas ellas forman el nuevo paisaje al que aquí nos referimos cuando hablamos del Tercer Sector, y se mueven en el ámbito de lo privado y lo social, la solidaridad, la producción de valores de uso, la ausencia de lucro y la participación social en la gestión.

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El Tercer Sector es, pues, el conjunto de entidades que no siendo ni públicas, ni teniendo ánimo de lucro, se ocupan de realizar mediante profesionales y voluntarios, proyectos de acción social, o defender intereses de colectivos de cualquier tipo. El Tercer Sector ejerce:

La mediación social para compensar las carencias del mercado y del Estado, detectando las necesidades sociales desatendidas y presionar para que sean cubiertas.

La sensibilización ciudadana.

La dinamización del tejido social mediante una sociedad civil más activa y

La creación de redes de solidaridad (suplir los servicios sociales públicos ineficientes).

Normalmente las entidades dentro del Tercer Sector trabajan varias áreas de actividad simultáneamente. La Acción Social es la más desarrollada en España. Le siguen Salud y asistencia sanitaria, Cooperación al Desarrollo, y Educación y Cultura.

En este sentido, España es uno de los países europeos donde la atención social está más desarrollada vía ONG. En concreto, en nuestro país, las actividades y programas de las ONG de Acción Social van dirigidas en su mayoría a jóvenes, infancia, personas con discapacidad, mujeres, mayores, familias y población en general, si bien también son bastante frecuentes las organizaciones que trabajan con personas drogodependientes, sin techo, reclusos, inmigrantes, refugiados, enfermos de VIH/SIDA o minorías étnicas.

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A pesar de este rápido crecimiento, el peso del Tercer Sector en la economía española es ligeramente inferior al que suele acaparar en la mayoría de los países desarrollados y al que tiene en Europa Occidental.

La participación del Tercer Sector en los agregados macroeconómicos nacionales oscila entre el 6% y el 10%.

Como consecuencia de este enfoque mixto, el sector sin ánimo de lucro ha estado enfrentándose a nuevas oportunidades, retos y limitaciones. Su consideración como Tercer Sector demuestra su fuerza social y su gran aportación al bienestar social. A menudo comparten tareas con el Estado, que promueve su desarrollo y potencia su protagonismo precisamente por su positiva aportación al estado de bienestar. No obstante, los críticos piensan que el Tercer Sector es hoy en día poco más que una extensión del Estado (y también del Mercado), y que ha perdido sus características propias, siendo menos solidario, menos innovador y menos crítico con el estatus quo. Otros, sin embargo, salen en defensa del sector, afirmando que el cambio obedece a mejoras en términos de eficiencia y eficacia, en parte gracias a una mejor organización y una mayor profesionalización, sin que necesariamente signifique una pérdida de su naturaleza.

Dentro de las entidades del Tercer Sector distinguimos entre:

Entidades Mutualistas: dedicadas a satisfacer las necesidades de sus miembros, por ejemplo, asociaciones de vecinos, cofradías, clubs de futbol.

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Entidades Altruistas: dedicadas a satisfacer desinteresadamente las necesidades de los grupos o sectores mรกs desfavorecidos.

A este tipo de entidades altruistas pertenecen las ONG, dentro de las cuales muchas personas dedican su tiempo como voluntarios, y en los que nos vamos a centrar en este curso.

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LAS ONG y ONGD Las características de las entidades altruistas que conforman el Tercer Sector son las siguientes:

Todas ellas surgen con carácter voluntario y de la libre elección ciudadana en torno a unos objetivos y fines consensuados.

Su finalidad es mejorar el bienestar de personas y colectivos determinados.

Persiguen un progreso social solidario.

Se financian con donaciones públicas y privadas.

Dentro del Tercer Sector, las ONG se han convertido en los principales agentes en materia de Voluntariado, moviendo a un gran número de personas que trabajan y dedican su tiempo de modo desinteresado.

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¿Qué entendemos por ONG? Es un término utilizado internacionalmente, cuyas siglas corresponden a Organización No Gubernamental, denominación acuñada por la ONU.

De forma genérica podemos decir que el término ONG se refiere a todas aquellas entidades privadas, de naturaleza voluntaria y altruista y con capacidad de autogobierno, cuya actividad persigue un fin de interés general, en beneficio de la comunidad, y sin ánimo de lucro.

Se distinguen de los partidos políticos en que sus objetivos no consisten en la toma del poder político o económico, pero sí en algo fundamental que es la democratización del Estado y participación activa de la misma sociedad civil. Frecuentemente se establecen entre ellas redes o coordinaciones para hacer más eficaz su trabajo y en los últimos años están alcanzando grandes niveles de profesionalización. © Bettmann/CORBIS

Además de un grupo de personas contratadas, las ONG deben contar con una significativa base de Voluntariado, lo cual les permite ser más flexibles y eficientes en su coste de funcionamiento. Jurídicamente, pueden adoptar el estatuto legal de asociación o fundación. La financiación de las ONG proviene de fondos públicos pertenecientes a diversos organismos internacionales, regionales, nacionales o autonómicos, o bien de aportaciones privadas como cuotas de socios, donativos puntuales, colectas, legados, etc.

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Tradicionalmente, siempre ha habido ayudas de tipo caritativo y asistencial promovidas por la iniciativa confesional de las Iglesias. La complejidad y evolución de nuestro mundo ha llevado a la actual sociedad en la que nos encontramos a una variedad de problemáticas diferentes ante las cuales el Estado no siempre puede responder con la eficacia necesaria (mujeres, jóvenes, parados, sin techo, inmigrantes, tercera edad, drogadicción, etc.).

Las ONG han tenido que ir adaptándose a todos estos cambios, alcanzando un nivel de desarrollo y profesionalización capaz de hacer frente a necesidades cada vez más diferentes y complejas.

Tipologías de las ONG altruistas El término ONG es demasiado genérico y no se pueden atribuir, con carácter general, las mismas características a todas las organizaciones tipificadas como no gubernamentales. Éstas se diferencian entre sí, no sólo por sus objetivos, sino por sus actividades y procedimientos de actuación. Las ONG altruistas se clasifican a su vez en cuatro grandes tipos:

ONGs Organizaciones No Gubernamentales Sociales: que trabajan con sectores desfavorecidos de nuestra sociedad. Realizan labores de solidaridad y ayuda social con los grupos más desfavorecidos y marginados. Efectúan trabajos de asistencia, integración, prevención de la marginación, sensibilización de la opinión pública, etc.

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Los principales sectores en los que trabajan son: Inmigrantes y/o refugiados, comunidad gitana, discapacitados, drogodependencia, enfermos, mayores, sin techo, etc. (Cáritas, Fundación RAIS, COCEMFE…). ONG de Derechos Humanos: organizaciones que trabajan en la denuncia de la violación de los derechos humanos en el mundo y en la defensa de estos derechos. Esta labor la realizan a través de campañas de sensibilización de la opinión pública, presión a los gobiernos, estudios e investigación, etc. En España, la mayoría de ellas están agrupadas en la Federación de Asociaciones de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. (Amnistía Internacional, ATTAC, Survival Internacional)

ONG medioambientales: organizaciones que trabajan en la defensa del medio ambiente. (Greenpeace, ADENA/WWF, Accionatura).

ONGD: Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo u Organizaciones de Cooperación Internacional para el Desarrollo. (Manos Unidas, Intermon Oxfam, Entreculturas, etc.)

¿Qué entendemos por ONGD? Son organizaciones sin ánimo de lucro, con fuerte respaldo de la sociedad, puestas en marcha por iniciativa privada con el propósito principal de mejorar las condiciones de vida y de incrementar la participación social y política de los grupos más pobres de los países del Sur y, al mismo tiempo, establecer lazos de mutua colaboración y solidaridad entre los pueblos del Norte y del Sur.

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Las ONGD están formadas por ciudadanos que creen que, además de la ayuda entre los gobiernos, es necesaria la cooperación solidaria entre los pueblos. Éstas gestionan y canalizan recursos tanto públicos como privados para llevar a cabo proyectos en países en vías de desarrollo - en colaboración directa con las poblaciones beneficiarias- y además, entre sus acciones es fundamental la de sensibilizar a toda la ciudadanía. Dependiendo de la entidad, está sensibilización hará hincapié más en unos aspectos que otros, pero todas irán encaminadas a la defensa de la dignidad humana, de los derechos humanos, siendo conscientes de que nuestro mundo es interdependiente y que sin una propuesta ética y política será difícil apostar por la democracia y el diálogo de los pueblos. A nivel mundial, las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD) tuvieron un impulso decisivo después de la II Guerra Mundial, en la década de los cincuenta, con un proceso de descolonización recién iniciado. En esos primeros años, las ONGD de los países occidentales se desarrollaron bajo una óptica confesional y asistencial-caritativa, siendo su labor en los pueblos del Sur el envío de ayuda humanitaria. Así, las ONGD se han llegado a convertir en uno de los movimientos más revolucionarios de la sociedad internacional, con tal importancia y reconocimiento que se han llegado a establecer vínculos de cooperación muy estrecha entre las instituciones públicas y las ONGD, con mecanismos de consulta y trabajo permanentes entre ambos en la tarea de Cooperación Internacional. Actualmente, las ONGD han ampliado considerablemente su campo de acción, implementando proyectos de Desarrollo en el Sur, sensibilizando y educando para el desarrollo, ejerciendo labores de ayuda humanitaria y de emergencia ante catástrofes naturales, haciendo presión social e incidencia política, investigando, promoviendo el comercio justo, etc.

Como en el resto de organizaciones no gubernamentales, las de desarrollo (ONGD) tienen en su base social el Voluntariado, y articula su estructura de diversas formas, una de ellas es la gestión de programas específicos dedicados a la promoción del Voluntariado internacional, para aquellos que deseen realizar estancias en países en vía de desarrollo. El Voluntariado Internacional ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años.

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Características de una ONGD Las ONGD son organizaciones autónomas, legalmente constituidas que trabajan en Cooperación Internacional para el Desarrollo y que, en las dos últimas décadas, han gozado de una enorme expansión y reconocimiento social. La Coordinadora española de ONGD (CONGDE), que en la actualidad aglutina a 89 entidades y las 17 coordinadoras autonómicas de ONGD, tiene elaborado desde 1998 un Código de Conducta en el que, entre otras cosas, se definen las características esenciales de una ONGD:

Ser una organización estable que dispone de un grado mínimo de estructura.

Ser transparentes.

No poseer ánimo de lucro.

Tener independencia.

Trabajar activamente en el campo de la Cooperación para el Desarrollo y Poseer recursos, tanto humanos la Solidaridad Internacional. como económicos.

Tener una voluntad de cambio o de transformación social.

Actuar con mecanismos transparentes y participativos de elección o nombramiento de sus cargos.

Tener respaldo y presencia social.

Estar basadas y articuladas en torno a los fines de solidaridad internacional y cooperación.

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EL VOLUNTARIADO Aunque existen pocos estudios cualitativos y cuantitativos en España, el asociacionismo y la pertenencia a las ONG es una realidad que va evolucionando. A pesar de que en los últimos años la participación ha ido en aumento, España es uno de los países europeos con menor tradición asociativa, en parte porque los ciudadanos suelen atribuir las responsabilidades sociales al Estado. A pesar de que los voluntarios pueden pertenecer a cualquier grupo de edad, la mayoría de los estudios realizados sobre el fenómeno del voluntariado se ha centrado en la actividad de los jóvenes. Este interés por el voluntariado joven puede parecer, en un primer análisis, algo paradójico, teniendo en cuenta la baja participación de éstos en las ONGs. Sin embargo, esos mismos estudios indican que prácticamente la mitad de los jóvenes consideran muy o bastante interesantes las actividades realizadas por las ONGs, por lo que parece probable que el fenómeno del voluntariado (tanto entre la población en general, como entre los jóvenes en particular) continúe ampliándose en los próximos años, especialmente si se dedican esfuerzos a su promoción y a la sensibilización de la población. Si bien la mayoría de las personas voluntarias actúan movidas por razones altruistas, su comportamiento también puede estar, eventualmente, regido por otro tipo de razones, sobre todo de carácter instrumental (adquirir nuevas destrezas, ocupar su tiempo libre, etc…) La satisfacción personal, el sentimiento de obligación moral o religiosa, el deseo de conocer la realidad social o de conocer a otras personas se combina con otras motivaciones como adquirir experiencia y/o formación para una futura vida profesional y aumentar así las expectativas profesionales. Hablamos de las motivaciones diversas que conforman distintos tipos de Voluntariado, de los que también se ocupará el presente curso.

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Entre las diferentes formas de participación ciudadana, el Voluntariado es una forma de colaborar un tanto especial, ya que supone un contacto más permanente con la realidad del mundo, al ser una acción que requiere continuidad en el tiempo y con grandes dosis de implicación personal. No hay una única forma de ser voluntario.

Definiendo el Voluntariado

No hay una definición universal que aglutine a todas las personas voluntarias. Cada una de ellas se mueve por motivaciones diferentes, persigue fines distintos y cada persona es distinta, con diferentes ideas y comportamientos. De entre las definiciones del Voluntariado destacamos las siguientes:

Para Volonteurope, El Comité de Coordinación de Voluntariado que promueve la acción voluntaria en los países de la Comunidad Europea desde 1980, autor de la Carta Europea del Voluntariado, una definición de Voluntariado debe incluir al menos los siguientes elementos: -

Las actividades se ocupan de los intereses de otras personas o de la sociedad.

-

Carece de interés económico personal.

-

Se desarrolla en un marco más o menos organizado.

-

Es una opción libre que se desarrolla por medios pacíficos

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Para Cáritas, Voluntario es el que, además de sus propias labores profesionales, de un modo continuo, desinteresado y responsable dedica parte de su tiempo a actividades no en favor de sí mismo ni de los asociados (a diferencia del asociacionismo), sino en favor de los demás o de intereses sociales colectivos, según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de la beneficencia), sino que tiende a erradicar o modificar las causas de la necesidad o marginación social.

Para García Roca (1994) El voluntariado Social acaba entendiéndose como un servicio gratuito y desinteresado que nace de la triple conquista de la ciudadanía, como un ejercicio de la autonomía individual de la participación social y de la solidaridad para con los últimos.

Para Ruiz de Olabuénaga (2001) Establece una definición operativa del termino Voluntariado entendido como un comportamiento por el que un individuo (socio o no de una organización no lucrativa) toma parte, a favor de ésta, en actividades que, ordinariamente, serían remuneradas por ella, constituye una figura social tan ambigua que necesita una definición operativa estricta [...]” Las definiciones operativas que propone son: Voluntariado en sentido amplio: Todo aquel que dedica una hora al mes, como mínimo, a una organización no lucrativa. Voluntariado en sentido estricto: Todo aquel que dedica más de 16 horas mensuales a una de estas organizaciones.

Para Sastre (2004) El Voluntariado Social es un lugar donde confluyen muchas personas y grupos, con orígenes y motivaciones y sensibilidades muy variadas, aunque coincidan en algunos puntos básicos, tales como la ayuda al necesitado y la mejora de la sociedad.

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El Voluntariado social acaba entendiéndose como un servicio gratuito y desinteresado que nace de la triple conquista de la ciudadanía: como un ejercicio de la autonomía individual, de la participación social y de la solidaridad para con los últimos.

Es importante darse cuenta que esta concepción de Voluntariado fundamenta la acción voluntaria en la puesta en práctica por la ciudadanía. Ser voluntario social, para García Roca (1994), es, simplemente, la consecuencia de tomarse en serio la condición de ciudadano. Se trata en consecuencia de una ciudadanía interesada por la justicia. Consideramos que en esta definición se apunta a la actividad gratuita y desinteresada que realiza el voluntario en favor de otros pero como forma de participación dentro de la comunidad en la cual está inmerso.

Elementos esenciales del Voluntariado El fenómeno del Voluntariado, de una u otra manera, ha existido siempre aunque ha sido en las últimas décadas cuando se ha puesto de manifiesto una mayor inquietud por entender, definir y repensar la realidad compleja del Voluntariado. A la vista de la diversidad de definiciones, aquí podemos destacar algunos de los elementos esenciales del Voluntariado:

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Es una decisión que se toma de Esta basado en el altruismo y la forma reflexiva y responsable. solidaridad.

Actúa de forma desinteresada, sin Supone un compromiso que se toma contraprestación económica. por iniciativa propia, libremente.

Dedica parte disponible.

del

tiempo

libre Interviene regular.

de

forma

continua

y

La acción es útil y en beneficio de la Se forma y capacita para desarrollar comunidad. adecuadamente su acción.

Tratan de actuar sobre la causa real La participación, como metodología y de los problemas. meta de trabajo.

Se realiza en el marco de una Complementario respecto al trabajo organización sin ánimo de lucro, desarrollado por otros agentes. dentro de programas y proyectos claramente definidos.

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LA LEGISLACIÓN EN MATERIA DE VOLUNTARIADO En el Mundo La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la principal fuente normativa sobre Voluntariado. A través de sus informes, resoluciones, declaraciones y recomendaciones ha resaltado la contribución de la participación ciudadana al desarrollo social de cada país y ha insistido en el necesario apoyo y fomento de las acciones voluntarias por parte de los gobiernos nacionales.

La ONU invitó a lo gobiernos en 1985 a celebrar todos los años, el 5 de diciembre, el Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Económico y Social y los exhortó a adoptar medidas para que se cobrara mayor conciencia de la importante contribución de los voluntarios en la realidad Internacional. La Resolución 40/212, de 17 de diciembre de 1985 considera que los servicios de voluntarios, aportan una contribución importante a las actividades de desarrollo socioeconómico. Reconoce la conveniencia de estimular la labor de todos los voluntarios, que trabajan tanto sobre el terreno como en el marco de organizaciones multilaterales, bilaterales o nacionales, no gubernamentales o con apoyo de los gobiernos, y de dar aliento a esos voluntarios, muchos de los cuales prestan sus servicios a costa de considerables sacrificios personales.

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Invita a los Gobiernos a celebrar todos los años, el 5 de Diciembre, un Día Internacional de los Voluntarios para el desarrollo Social, y los exhorta a adoptar medidas para que cobre mayor conciencia de la importante contribución que aportan los voluntarios, lo cual estimulará a más personas de toda condición a ofrecer sus servicios como voluntarios, tanto en sus países de origen como en el extranjero.

Sumarse a la celebración del día del Voluntariado es una propuesta que permite reconocer oficialmente la labor de todas aquellas personas que contribuyen de forma voluntaria y altruista en la mejora de su entorno. Para generar una conciencia solidaria que permita involucrarnos en el desarrollo ecuánime y sostenible de todo el mundo, es importante asumir la capacidad de acción y transformación que, individual y colectivamente, todos podemos ejercer.

Más tarde en 2001, Año Internacional de los Voluntarios, la Asamblea aprobó un conjunto de recomendaciones sobre las diversas formas en que los gobiernos y el sistema de las Naciones Unidas podrían apoyar el Voluntariado y pidió que se les diera amplia difusión (resolución 56/38, de 5 de diciembre de 2001). El 18 de diciembre de 2008, la Asamblea General decidió dedicar, el 5 de diciembre de 2011 o alrededor de dicha fecha, Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Económico y Social, dos sesiones plenarias al seguimiento del Año Internacional de los Voluntarios y a conmemorar su décimo aniversario (resolución 63/153).

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En Europa Casi 100 millones de personas invierten su tiempo, talento y recursos económicos en actividades de Voluntariado en Europa. La Comisión Europea cree que el Voluntariado es una expresión de la participación cívica que fortalece los valores europeos de solidaridad y cohesión social y por ello 10 años después del Año Internacional del Voluntariado, que 123 países decidieron apoyar en 2001, Europa decide impulsar también el 2011 como Año Europeo de Voluntariado. La Comisión espera alcanzar los siguientes objetivos principales:

Permitir y facilitar un ambiente propicio para el Voluntariado en la UE.

Mejorar la calidad del Voluntariado y dar más autonomía a las organizaciones de Voluntariado: facilitar el Voluntariado y promover las redes de contacto, movilidad, cooperación y sinergia entre las organizaciones de Voluntariado y otros sectores.

Recompensar y reconocer actividades de Voluntariado: promover incentivos adecuados para las personas, empresas y organizaciones de desarrollo de Voluntariado y fomentar el reconocimiento del Voluntariado.

Aumentar la concienciación sobre el valor del Voluntariado como una expresión de participación cívica y como una actividad que contribuya a temas de interés común.

Se espera que el año dedicado a los voluntarios dé lugar a un aumento del número de voluntarios, de las actividades altruistas y también a un engrandecimiento de la concienciación de su valor añadido. Además, el Año Europeo del Voluntariado facilitará la cooperación entre las personas voluntarias y las organizaciones de toda Europa, fomentando un intercambio de experiencias. La recomendación R(85), de 21 de junio de 1985, del Comité de Ministros del Consejo de Europa sobre trabajo voluntario en actividades de bienestar social define el trabajo voluntario como:

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“el realizado de manera desinteresada por personas que por su propia voluntad participan en la acción social”

A nivel europeo podemos encontrar muchas recomendaciones, resoluciones, declaraciones y todo tipo de documentos oficiales, que han insistido en el papel que asociaciones, fundaciones, ONG y sociedad civil organizada juegan en la construcción europea.

Las autoridades comunitarias han mostrado especial interés en el Voluntariado juvenil y han puesto en marcha programas de acción comunitaria en ámbitos como la cooperación y el desarrollo, la protección civil o el bienestar social.

En España En nuestro país existen tres disposiciones de ámbito estatal específicas sobre Voluntariado. La primera de ellas fue aprobada en 1994 y es una orden por la que se regula el Voluntariado en los centros públicos de enseñanza; la segunda data de 1995 y versa sobre Voluntariado cultural; y la más reciente y la única con rango de ley es de 1996. La Ley de Voluntariado de 15 de enero de 1996 define Voluntariado como

“el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida y reúna los siguientes requisitos:

Que tengan carácter altruista y solidario.

Que su realización sea libre, sin que tengan su causa en una obligación personal o deber jurídico.

Que se lleven a cabo sin contraprestación económica, sin perjuicio del derecho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria ocasione.

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Que se desarrollen a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas y proyectos concretos”.

En la ley quedan excluidas las actuaciones voluntarias aisladas, esporádicas o prestadas al margen de organizaciones públicas o privadas sin ánimo de lucro, ejecutadas por razones familiares, de amistad o buena vecindad. En ella se recoge que la actividad de Voluntariado no podrá en ningún caso sustituir al trabajo retribuido.

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TRAZOS DE LA EVOLUCIÓN DEL VOLUNTARIADO EN ESPAÑA

Hasta la década de los 60, la participación del Voluntariado en España, se reducía a la acción desarrollada por la Iglesia.

En esa época no existía el Voluntariado tal y como lo entendemos hoy. No se habla en este período del concepto de Voluntariado sino que predomina el concepto de “militancia”, sea ésta militancia obrera, social o cristiana. En los años 70, durante el período de transición y primeros años de la democracia, reaparecen colectivos reivindicativos. El movimiento ciudadano, aparece ligado por ese entonces a la lucha por las libertades y una mayor democratización. Emergen asociaciones o grupos que se dedican a la asistencia, otros al activismo reivindicativo, otros a la promoción o la acción socio-cultural. Es a partir de la etapa democrática cuando se empieza a hablar del concepto de Voluntariado, que lejos de rechazar las iniciativas voluntarias anteriores incorporó sus experiencias.

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Hay autores que consideran que el desarrollo de las entidades voluntarias fue todavía escaso en los primeros años de la democracia. En este período, los líderes de movimientos reivindicativos se pasan a la política de manera profesional y por otro lado de manera incipiente el Estado de Bienestar a nivel de acción social parece que quiere relegar a una actuación residual o secundaria a las organizaciones voluntarias.

En los años 80 se desarrolla en España el Estado de Bienestar. El Voluntariado es percibido como un residuo de la beneficencia. El voluntario era una persona que ofrecía su tiempo para realizar unas labores sociales sin cualificación específica por lo que la valoración del Voluntariado por parte de la sociedad no era muy positiva.

La acción voluntaria que éstos realizaban no era mirada con buenos ojos por parte de los sindicatos, al considerarlas tareas sustitutorias de los puestos de trabajo y que no contribuían monetariamente al sostenimiento de esas estructuras gremiales. Sin embargo, la rapidez de los cambios sociales que se van produciendo, como el desarrollo del Estado de Bienestar, el desencanto político y las dificultades de un sistema público como actor único de las políticas sociales, hacen necesario la aparición de nuevas formas de participación que irrumpen con mayor relevancia que al principio de la década. Todo esto propicia que se modifique el concepto de Voluntariado y se elabore uno nuevo desde otro punto de vista. Pero los voluntarios (personas y grupos que realizaban la acción voluntaria) seguían haciendo las mismas tareas de siempre ajenos a estos cambios de concepto e ideología. Se van sentando así las bases para que se produzca un cambio de las valoraciones del voluntario. El Estado empieza a dar más participación a los ciudadanos a partir de que la crisis económica comienza a agudizarse.

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Aparece en consecuencia un voluntario mas vacío de contenidos políticos, atendiendo los problemas sociales desde un enfoque más técnico. Esto modifica el curso de los acontecimientos y se originan cada vez más voluntarios menos ideologizados políticamente, centrados en mejorar los servicios desde un nivel técnico.

Desde 1992 el Voluntariado crece con el antecedente surgido en los años 80. ONGs, asociaciones solidarias de Voluntariado, campañas publicitarias apuntan a reclutar voluntarios, a difundir noticias, organizar maratones televisivos, mercadillos solidarios o recolectar fondos para los países en vías de desarrollo o colectivos españoles con necesidades diversas, por ejemplo los enfermos de SIDA, niños con síndrome de Down, enfermos mentales, etc.

Retrato de Teresa de Calcuta portando a Pepo, niño con Síndrome de Down, por A. Aguijarro

Es en esta etapa fue cuando surgen las diferentes leyes de Voluntariado de las Comunidades Autónomas, como por ejemplo la de Aragón (1992), la de Madrid (1994). Este proceso culmina la antes mencionada Ley General del Voluntariado Social, que tiene un ámbito estatal, del 16 de enero de 1996.

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CONCEPCIONES y ENFOQUES DEL VOLUNTARIADO Al igual que no existe una única definición universal de Voluntariado, nos encontramos enfoques y concepciones plurales, tanto como la propia realidad que está influenciada y mediatizada por el entorno, su historia, religión y circunstancias culturales. El Voluntariado puede ser abordado desde diferentes concepciones. Cada uno de los enfoques resalta aspectos diferentes que permiten analizar las diferentes vertientes que tiene el fenómeno del Voluntariado.

Sociedad Civil: Los voluntarios contribuyen a reforzar el tejido social de su comunidad, promoviendo la libertad y la democracia.

Apoyo al Estado: Los Estados piden que los ciudadanos den parte de su tiempo en interés de todos.

Libre Mercado: Sirve para prestar servicios de alta calidad a un bajo precio y eficaces.

Humanista: Es una demostración de la voluntad humana de cuidar a los demás.

Entrada en el Mercado laboral: Es una manera de adquirir experiencia que aumenta la empleabilidad y ayuda a encontrar trabajo remunerado.

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El Estado es responsable de prestar todos los servicios: En este caso, puede servir para señalar donde no llega o bien para ocultar esas lagunas.

Radical: El Voluntariado trata de cambiar las estructuras que no funcionan.

Necesidad económica: El Voluntariado ayuda a que el Estado pueda facilitar la prestación de servicios con menos recursos. Resulta interesante además identificar las distintas concepciones de solidaridad que tengamos, pues la acción voluntaria quedará enmarcada y concebida a su vez de un modo u otro. L. Aranguren (1998) clasifica distintos modelos de solidaridad: La solidaridad como espectáculo. El nombre hace referencia a esos festivales que aportan su dosis de reacciones emocionales, posibilitan a los asistentes contar con un sentimiento de brindar apoyo y utilidad, pero sin modificar sustancialmente las representaciones sociales que se tienen. Comparado este modelo de solidaridad con otros, en éste la persona adquiere un compromiso mínimo, pues prima el comportamiento de consumidor. En este modelo se procura asegurar el consumo solidario, por medio de la audiencia o asistencia al evento, asegurando este consumo solidario, a partir de la exaltación de las desgracias. Se sobredimensiona una catástrofe natural o se publican determinados conflictos.

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Es el Mercado quien maneja este modelo. Al igual que hace unos años se puso de moda, ser ecológico, hoy se puede poner de moda ser solidario. Solidaridad como campaña. Vinculada con el modelo anterior, la solidaridad como campaña se diferencia en que ésta hace uso de una variedad de medios de comunicación y que se extiende en el tiempo. Tanto el modelo del espectáculo, como el de la solidaridad como campaña, acuden a medios masivos de comunicación como la televisión en donde se publicita una situación que puede ser de máxima urgencia o no. Esta se encuentra difundida y divulgada masivamente, pero sin existir un análisis de la situación y de las causas que lo generan. El modelo del espectáculo es efímero, mientras que el de la campaña tiende a permanecer más tiempo.

Solidaridad cooperación.

como

“La Cooperación para el Desarrollo es el nuevo nombre de la solidaridad”. Este eslogan ampliamente difundido a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, llevó a desarrollar vastos programas de cooperación entre los Estados.

Si bien hay que reconocer la eficacia de muchos de ellos, otros por su carácter asistencial, por su programación verticalista o por haber sido diseñados en otros contextos, con patrones culturales occidentales, no alcanzaron resultados exitosos.

La solidaridad como encuentro. La solidaridad como encuentro significa el compromiso de reconocer y encontrarse con la injusticia y el sufrimiento humano y no quedarse indiferente ante él. A partir de esa experiencia se trata de que la solidaridad se incorpore a otros ámbitos de la vida. Es decir, se trata de superar la visión en la que todo lo que hacemos está en compartimentos estancos que no tienen relación alguna entre sí.

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Se trata de ser capaces partiendo de la experiencia del Voluntariado, de llevar actitudes y valores surgidos de la acción voluntaria a otros ámbitos de la vida y de integrarlos a su vez al proyecto personal.

En este último modelo de solidaridad se enmarca el tipo de Voluntariado maduro, responsable y comprometido. Se trata de un Voluntariado que da y que recibe, que deja perder parte de su seguridad para dejarse transformar por la visión de la vida que tiene la persona que es ayudada.

Se trata de realizar un acompañamiento mutuo e ir aprendiendo y dando uno al otro.

La Solidaridad como Encuentro posibilita que personas de diferentes estratos sociales se puedan relacionar rompiendo los grupos concéntricos y cerrados en que a veces están sumidas nuestras sociedades.

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A su vez, García Roca (1994) habla de cuatro figuras sociales en que se suele presentar el voluntario: guía, vigía, mediador y acompañante.

El voluntario “guía” ve la realidad de marginación y sufrimiento y se siente conmovido; desde ahí proyecta con todas sus energías caminos de rehabilitación. El voluntario “vigía” vive hacia la utopía (ideales universales), cree en la capacidad de los pueblos y grupos para organizarse y procura estar con aquellos a los que hay que devolver el protagonismo social que se les ha arrebatado.

El voluntario “mediador” hace de puente en todos los sentidos, es decir, facilita las reacciones y las transformaciones tratando de no ser directivo; trata de eliminar los obstáculos de todo tipo que impiden el desarrollo de los proyectos.

El voluntario “acompañante” empatiza con el necesitado, se comunica con él y le acompaña; se fija sobre todo en el modo personal de vivir las situaciones y asume el sufrimiento y la lucha contra todo lo que deshumaniza.

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Queremos mencionar aquí ocho prototipos que nos pueden ayudar a reflexionar donde estamos como voluntarios. Todos, en algún momento, podemos encontrarnos en cualquiera de ellos. Lo ideal sería alcanzar y mantenernos en el último.

1. EL IMPULSIVO Tiene interés, pero es poco constante y deja “colgados” proyectos y compañeros.

2. EL SOLITARIO Se centra en lo que tiene que hacer, pero vive aislado.

3. EL TERAPÉUTICO 4. “LO QUE ME DIGAS” Más que ayudar a otros, Se limita a cumplir. trata de ocupar su tiempo.

5. EL IMPRESCINDIBLE Se esfuerza en hacer las cosas bien y considera que como él, nadie.

6.EL POLIVOLUNTARIO Está en muchas organizaciones, pero sin “aterrizar” en ninguna.

7. EL NOSTÁLGICO Vive del pasado. Le cuesta aceptar lo nuevo y siempre habla del pasado.

8. EL COMPROMETIDO Se esfuerza en cambiar a mejor la realidad, y lo intenta desde su compromiso personal y de grupo.

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En el siguiente cuadro sugerimos algunas EXIGENCIAS del voluntario. Las resumimos en un decálogo:

1. Compromiso con la Organización, 2. Coherencia con el estilo de vida con el trabajo a realizar y con el (Pensar y vivir de otro modo). tiempo acordado.

3. Responsabilidad en el trabajo y 4. Integración tareas encomendadas. organizada.

en

una

acción

5. Creer en sí mismo y en los demás 6. Creer que los pasos del camino para modificar la realidad injusta. son importantes y necesarios para el paso de llegada.

7. Trabajar en equipo.

9. Preparación permanente.

8. Sensibilidad ante las necesidades y problemas de las personas.

y

formación 10. Creer en la utopía.

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MOTIVACIONES DEL VOLUNTARIADO Las motivaciones van cambiando en el voluntario. No son las mismas cuando comienza el voluntario en la organización, que después de un tiempo prolongado de actuación. En un primer momento se basa más en ideas preconcebidas o en estereotipos. No obstante hay una actitud de búsqueda, de contacto con la realidad y con los demás que van cambiando las motivaciones personales.

Las motivaciones promotoras de la actuación de los voluntarios se pueden clasificar en dos categorías fundamentales, lo que no quiere decir que estén aisladas, sino que entre sí estas categorías se pueden interrelacionar, dependiendo de las características particulares de cada voluntario. Estas categorías son: 1. Motivaciones orientadas hacia la autorrealización: que son las motivaciones relacionadas con el desarrollo y la autoestima personal, derivadas de la realización de la tarea voluntaria en un grupo de pertenencia. 2. Motivaciones orientadas hacia los demás o altruistas: en esta motivación predomina la sensibilidad hacia la necesidad que tienen otras personas. Esta motivación surge por el contacto directo de personas con problemas o por cuestiones ideológicas en las que se intenta cambiar las situaciones de penurias que viven muchos colectivos en nuestra sociedad actual. Esto origina que al acercarse al otro se tenga la capacidad de analizar el problema e identificar las causas desencadenantes.

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Se pueden señalar cuatro tipos de motivaciones altruistas:

la solidaridad

la convicción de participar en tareas colectivas

las creencias religiosas, políticas y sociales

los programas, actividades y objetivos de la organización en la que se desea participar.

Debe existir por lo tanto una sensibilización especial hacia los problemas sociales. Esto lo consideramos fundamental, porque su interés va dirigido ante todo hacia las necesidades más urgentes e importantes.

El voluntario compromete su actividad desde el altruismo. Su acción no se limita a realizar una simple función asistencial, sino que, por el contrario, potencia las capacidades de las personas con el objeto de comprometerlos en la solución o soluciones posibles de la situación.

El que haya más de un millón de voluntarios organizados en ONGs se considera un fenómeno social muy positivo e importante. En Manos Unidas, en concreto, somos más de 4.500 personas voluntarias.

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¿Por qué este auge del Voluntariado? Diversos aspectos empujan a las personas a realizar acciones solidarias. Aquí se sugieren algunas: Reacción frente a la situación de pobreza, marginación y exclusión de muchas personas, generada por la crisis del Estado de Bienestar y el Neoliberalismo imperante. La excesiva importancia dada al Mercado y al dinero como valor supremo. La rebelión ante el “todo vale” del relativismo moral que influye en la sociedad. Benedicto XVI lo denuncia:

”el relativismo, es decir, el dejarse llevar, zarandear por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud que está de moda. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que sólo deja como última medida el propio yo y sus ganas” (Homilía del Cardenal Ratzinger en la misa previa al Conclave del que salió elegido Papa, con el nombre de Benedicto XVI).

La mayor sensibilización con las injusticias. Esto explica que en gran parte de la ciudadanía se susciten reacciones de preocupación e indignación. En algunos, además surge el deseo de hacer algo por los que sufren y por cambiar las estructuras que producen los problemas sociales.

La posibilidad de disfrutar de más tiempo libre que en épocas anteriores. Los motivos son variados: por el tipo de trabajo que realizan o porque después de jubilados disponen de más años de vida con calidad. El grupo más numeroso de voluntarios pertenece a la clase media.

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A partir del Concilio Vaticano II los cristianos han sido más sensibles a la relación entre fe, evangelización y compromiso con la justicia. Se ha redescubierto con fuerza la relación entre la misión de la Iglesia y la construcción del Reino (“civilización del amor”, “cultura de la solidaridad”). Las aportaciones de las encíclicas sociales de los últimos Papas han sido fundamentales; la Doctrina Social de la Iglesia alienta e ilumina el compromiso solidario no sólo de católicos, sino de hombres y mujeres de buena voluntad.

A partir de la década de los 90 las Administraciones Públicas comenzaron a financiar proyectos sociales. Estos proyectos han sido llevados a cabo por entidades no lucrativas; la imagen social del voluntario cobra relieve social, es valorada positivamente y atrae a muchas personas que terminan colaborando en alguna organización, bien con aporte económico, bien dedicando algunas horas o las dos cosas a la vez.

La mayor presencia de movimientos sociales y ONGs que luchan por los derechos económicos, sociales y culturales para todos. Desde finales de los años 80 la sociedad civil se ha ido organizando y cobrando fuerza, dejando sentir su presencia y sus inquietudes.

Muchas personas ven que es necesario pasar de la acción individual a la acción colectiva organizada y pública. En estas presencias priman los intereses sociales, pero también aparecen otros intereses no altruistas, pero importantes para las personas, en relación con las necesidades de los individuos, tales como nuevas relaciones, utilización de habilidades profesionales, empleo del tiempo, compensaciones afectivas, dar sentido a la vida, mejorar la imagen de sí mismo, de sentirse reconocido en un grupo, etc.

La motivación más fuerte y profunda de la mayoría de los voluntarios es la ética-religiosa. Puede que esta motivación no aparezca a primera vista, pero está en el origen y en la base del compromiso solidario de muchas personas como denominador común de otras motivaciones.

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DERECHOS Y DEBERES DEL VOLUNTARIADO

El perfil del Voluntario viene definido por la capacidad de asumir derechos y deberes, que les vienen dados a partir de las conclusiones tomadas del Congreso Mundial LIVE’90 y organizado por la Asociación Internacional de Esfuerzos Solidarios (IAVE).

Para el correcto desarrollo de la acción voluntaria se le exige a la persona una serie de características que faciliten la ejecución y disposición de ésta hacia el proyecto global, estructurando igualmente los derechos y deberes de la misma.

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DERECHOS

DEBERES

Recibir, de forma permanente, la información, formación y apoyo para el ejercicio de las funciones que se les asignen.

Participar en las tareas de formación previstas por la Organización, para el desarrollo de las actividades confiadas.

con los compromisos Ser tratados sin discriminación, Cumplir respetando su libertad, intimidad y adquiridos con la Organización en las que se integre, respetando los creencias. fines y normas de la misma.

Estar asegurados contra los riesgos de Seguir las instrucciones adecuadas accidente y enfermedad derivados del a los fines que se impartan en el ejercicio de la actividad voluntaria. desarrollo de las actividades encomendadas.

Reembolsar los gastos personales Actuar de realizados en el ejercicio de sus solidaria. actividades.

forma

diligente

y

Disponer de una acreditación que le Rechazar cualquier contraprestación identifique de su condición de material que pudiera recibir del voluntario. beneficiario o de cualquier otra persona relacionada con la acción

Realizar su actividad en las debidas Utilizar de forma adecuada condiciones de seguridad e higiene. acreditación y distintivo de Organización.

la la

Obtener el respeto y reconocimiento Respetar y cuidar los recursos por el valor social de su contribución. materiales que ponga a su disposición la Organización. Respetar los derechos de los beneficiarios de su actividad voluntaria y guardar, cuando proceda, la confidencialidad de la información recibida y conocida por el ejercicio de su actividad voluntaria.

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ÉTICA DE LAS ORGANIZACIONES DE VOLUNTARIADO Teniendo en cuenta la complejidad de la sociedad actual, y pensando en la multitud de personas que por caminos y motivos diferentes están dispuestos a intervenir como voluntarios en la realidad social, es fácil entender que la actuación de este colectivo no puede dejarse al arbitrio personal, sino que es preciso respetar algunos principios o normas de funcionamiento.

Esta necesidad se ha recogido en códigos éticos elaborados y consensuados por las entidades de voluntariado e intenta dar criterios para la actuación.

En el año 2000 la Plataforma del Voluntariado de España presentó el Código Ético de las Organizaciones de Voluntariado, con la intención de ofrecer un instrumento privilegiado para que cada voluntario o cooperante reflexione sobre su propia actividad solidaria y sobre su compromiso.

Contiene también las "señas de identidad" del movimiento voluntario: los ideales comunes, los valores compartidos, las metas. Es, por tanto, más que un código deontológico. En él se puede encontrar, sobre todo, "el horizonte axiológico en el que se mueven los voluntarios: solidaridad, gratuidad, entrega, respeto,... " Más de 60 ONGs, entre las que se encuentra Manos Unidas han firmado la adhesión a este Código Ético y se han comprometido a vivirlo y difundirlo.

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El Código Ético del Voluntariado habla de:

1. Deberes del Voluntario hacia los Beneficiarios. 2. Deberes del Voluntario hacia la Organización. 3. Deberes del Voluntario hacia los otros Voluntarios. 4. Deberes del Voluntario hacia la Sociedad

1. Deberes del Voluntario hacia los Beneficiarios

Entrega generosa de lo mejor de uno mismo: Actuar con profesionalidad, humanidad y eficacia en las tareas encomendadas. Reconocer, respetar y defender activamente la dignidad personal de los beneficiarios, conociendo y acatando la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Confidencialidad y discreción en el uso de los datos relativos a los beneficiarios. Crear un clima de respeto mutuo, evitando posturas paternalistas. Fomentar en los beneficiarios la superación personal y la autonomía. Informar a los beneficiarios de manera objetiva, teniendo en cuenta sus necesidades y circunstancias personales. Denunciar cualquier violación de los Derechos Humanos.

Prestar al beneficiario una ayuda gratuita y desinteresada sin esperar ni aceptar ningún tipo de compensación material.

Potenciar el desarrollo integral como persona del beneficiario. Comprender la situación de partida del beneficiario. Tratar de informarle con amabilidad de los modos en que puede buscar su propio desarrollo. Ser paciente a la hora de respetar resultados de las acciones realizadas.

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2. Deberes del Voluntario hacia la Organización

Conocer y asumir el ideario, Colaborar de manera gratuita y estatutos, fines, programas, desinteresada. normas de regulación y métodos de trabajo de la organización.

Participar imaginativamente en la organización. Informar sobre las necesidades no satisfechas de los beneficiarios y sobre las deficiencias en la aplicación de los programas. Informar sobre la posible inadecuación de los programas. Denunciar las posibles irregularidades que se detecten.

Respetar la organización sin utilizarla en beneficio propio. Confidencialidad y discreción. Hacer un uso responsable de los bienes materiales que la organización ponga a disposición del voluntario. Utilizar debidamente la acreditación que la organización proporciona al voluntario. Interrumpir la colaboración cuando la organización justificadamente lo solicite.

3. Deberes del Voluntario hacia los otros Voluntarios

Respetar la dignidad y la libertad de los otros voluntarios, reconociendo el valor de su quehacer, ya sean de la propia organización o de otras.

Facilitar la integración, formación y participación de todos los voluntarios, especialmente de los nuevos, en condiciones de igualdad. Ofrecer una acogida cálida y sincera a quienes inician su Voluntariado.

Promover el compañerismo para Crear lazos de unión entre evitar la competitividad, el afán de voluntarios de diferentes protagonismo, las tensiones y las organizaciones. rivalidades. Fomentar el trabajo en equipo, propiciando una comunicación fluida y un clima de trabajo y convivencia agradable. Intercambiar sugerencias, ideas, propuestas y experiencias en un marco de respeto mutuo con vistas a una mayor eficacia del trabajo que se lleva a cabo. Hacer propios y asumir con responsabilidad los compromisos adquiridos por el grupo.

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4. Deberes del Voluntario hacia la Sociedad

Promover la justicia social, fomentando una cultura de la solidaridad rica en valores humanos y difundiendo el Voluntariado.

Conocer la realidad sociocultural, para mejorarla, atendiendo las necesidades e interviniendo en las situaciones de injusticia.

Tener como referencia de la propia actividad la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Transmitir, con sus actividades, acciones, palabras… aquellos valores e ideales que persigue con su trabajo voluntario. Ser coherente con la actitud de voluntario en el día a día.

Complementar la acción social de las distintas administraciones públicas, para dar un mejor servicio a la sociedad, sin proporcionarles un pretexto para eludir sus propias responsabilidades. Comunicar a las instituciones pertinentes las situaciones de necesidad o marginación y reclamarles compromisos para solventarlas.

Procurar que el voluntario no impida la creación de empleo. Detectar posibles yacimientos de empleo en relación a las necesidades cubiertas por el voluntario que deben ser asumidas por otros sectores.

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Hoy, en nuestra sociedad, apenas se habla de deberes. Se habla mucho de derechos, y sobre todo de derechos subjetivos o individuales, sin ninguna dimensión social. Los deberes para con los demás han perdido el carácter de imperativo ético. Esta ética, G. Lipowetsky, la denomina “ética indolora”.

Con un ejemplo se entenderá muy bien. Cuando se produce una catástrofe, el mundo mediático, a través de imágenes y mensajes, influye momentáneamente nuestra sensibilidad. Entonces, se organizan espectáculos y se piden ayudas para la causa, a través de distintos eventos: maratones televisivos, conciertos, cenas…, apertura de cuentas corrientes… Todo esto puede estar muy bien, pero resulta escaso y superficial si se queda, solamente, en una respuesta económica y circunstancial. Hemos de llegar a más, esto es, a un cambio de actitud personal y de compromiso hacia los problemas reales de la sociedad.

No podemos olvidar nuestro deber social y nuestra obligación moral.

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LA IDENTIDAD DEL VOLUNTARIADO

García Roca (1994) nos propone el siguiente decálogo de lo que se debe entender como identidad del Voluntariado:

1. El Voluntariado necesita descubrir la complejidad de los procesos sociales; una idea simple es una idea simplificada. Los problemas sociales tienen la forma de la tela de araña: están tejidos por multitud de factores. Saber estar en una sociedad compleja disponiendo de una buena información es una cualidad esencial del Voluntariado hoy. 2. El Voluntariado sólo tiene sentido cuando no pierde de vista el horizonte de la emancipación. Es necesario darle ternura a un enfermo terminal o acoger a una persona que lucha contra su adicción, pero ello sólo merece la pena si es un paso más en la remoción de las causas de la marginalidad y del sufrimiento innecesario. 3. La acción voluntaria sólo tiene calidad ética cuando es la opción libre de un sujeto en el interior de una triple aspiración: la estima de sí mismo, la solidaridad con los demás y el compromiso por una sociedad justa. 4. El Voluntariado no es una coartada para desmantelar los compromisos del Estado, sino más bien para reclamarlos. Si su presencia es, en algún momento, un pretexto para que la Administración se retire o reduzca sus esfuerzos, el Voluntariado ha entrado en zona de peligro.

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5. La acción voluntaria es como una orquesta: lo importante es que suene bien; importa poco si la flauta es de madera o de metal, si es propiedad de éste o de aquél. A la orquesta debemos exigirle coordinación, coherencia y concentración de esfuerzos. El voluntario es siempre un "co-équipier". La fragmentación no conduce a nada, y en el equipo cada cual juega en su propio lugar colaborando con el resto en función de la partida. 6. La acción voluntaria ha de tener competencia humana y calidad técnica. Con el amor no basta; si, por ignorancia o por incompetencia, hiciéramos sufrir a una persona frágil, aunque fuera con la mejor intención, sólo lograríamos aumentar su impotencia y su marginalidad. 7. El Voluntariado debe ganar espacios en las clases populares. No puede ser una institución que interese sólo a las clases medias ni a aquellos a quienes les sobra tiempo; más bien responde al ejercicio de la ciudadanía que se responsabiliza de los asuntos que afectan a todos. 8. El Voluntariado estima al profesional de la acción social y buscará siempre la complementariedad; pero, por lo mismo, no se convierte en auxiliar ni en correa de transmisión, sino que defiende el espacio de libertad que le es propio. 9. El Voluntariado necesita hoy disciplinar su acción. Las mejores iniciativas se pierden por incapacidad de someterlas a un programa, a unos objetivos, a un método, a unos plazos, a una dedicación seria, a una evaluación. La buena intención es un camino viable si hay disciplina; si no la hay, es un fracaso. El voluntario evita las palabras vanas y se acerca a los gestos eficaces. Es importante servirse de palabras justas y de expresiones exactas. 10. La acción voluntaria requiere reciprocidad: no se orienta simplemente a la asistencia del otro, sino al crecimiento de ambos, aun cuando sean diferentes sus contribuciones. La estima del otro no sólo exige la acogida, sino que además espera una respuesta análoga.

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VALORES QUE DEBEN ORIENTAR AL VOLUNTARIADO CRISTIANO

El Voluntariado es, también, una forma de llevar a la práctica determinados valores: La solidaridad El compromiso La participación La generosidad La escucha La justicia

¿Qué valores aporta la fe a la vida personal y social? Los creyentes reconocemos los logros que muchas personas e instituciones han conseguido en la sociedad, pero también afirmamos que sin los valores que aporta la visión cristiana es imposible el desarrollo pleno de lo humano.

La Doctrina social de la Iglesia nos propone los siguientes valores: 1. La búsqueda de la unidad de todo el género humano. Esta unidad es expresión del misterio trinitario y constituye el proyecto salvador de Dios. La igualdad radicada en la dignidad humana, es la “referencia básica” de toda forma de justicia y denuncia todas las “desigualdades escandalosas”.

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2. La relación entre la libertad, la verdad y el bien. “La vida en libertad no es posible sin un alto índice de responsabilidad moral de los ciudadanos y dirigentes, tanto en el orden político como en los demás ámbitos de la vida social” (CVP 37). 3. El bien común, fundamento de la vida social. El hombre es “el autor, el centro y el fin de toda la actividad económico-social” (GS 63). Las desigualdades entre norte y Sur, entre pueblos y grupos sociales cuestionan que el orden sociopolítico y la economía estén al servicio del ser humano.

En su Carta Encíclica Deus Caritas Est, el Papa Benedicto XVI nos habla del Voluntariado: comprometerse en el Voluntariado constituye un eco de la gratitud y es la transmisión del amor recibido. Por tanto, el compromiso gratuito tiene mucho que ver con la gracia. Una cultura que quiere contabilizarlo todo y pagarlo todo, que sitúa la relación entre los hombres en una especie de corsé de derechos y deberes, experimenta gracias a las innumerables personas comprometidas gratuitamente que la vida es un don inmerecido.

Aunque las motivaciones y también los caminos del compromiso del Voluntariado puedan ser diversos, múltiples e incluso contradictorios, en resumidas cuentas todos se basan en la profunda comunión que brota de la gratuidad. Hemos recibido gratuitamente de nuestro Creador la vida; hemos sido liberados gratuitamente del callejón sin salida del pecado y del mal; nos ha sido dado gratuitamente el Espíritu, con sus múltiples dones.

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En su encíclica escribe:

«El amor es gratuito; no se practica para obtener otros objetivos» (Deus caritas est, 31). «Quien es capaz de ayudar reconoce que, precisamente de este modo, también él es ayudado; el poder ayudar no es mérito suyo ni motivo de orgullo. Es gracia» (ibíd., 35).

Transmitamos gratuitamente, con nuestro compromiso, con nuestra actividad de Voluntariado, lo que hemos recibido. Esta lógica de la gratuidad está por encima del simple deber y poder moral.

Sin el compromiso del Voluntariado, el bien común y la sociedad no podían, no pueden y no podrán perdurar. La disponibilidad espontánea vive y se demuestra más allá del cálculo y de la compensación esperada; rompe las reglas de la economía de Mercado.

En efecto, el hombre es mucho más que un simple factor económico, que se valora según criterios económicos. El progreso y la dignidad de una sociedad dependen siempre precisamente de las personas que hacen más de lo que constituye su deber estricto.

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EL VOLUNTARIADO EN MANOS UNIDAS Manos Unidas es una Organización No gubernamental para el Desarrollo (ONGD), de voluntarios, católica, seglar, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico” (art. 2.3).

En función de su catolicidad, Manos Unidas está abierta a todas las personas físicas o jurídicas, que quieran colaborar a la consecución de sus fines (art. 11). ¿Cómo pueden colaborar las personas? 1. Voluntarios: aquellas personas físicas que, respetando los principios y criterios de Manos Unidas, colaboran, regularmente, con su trabajo de forma gratuita. 2. Contratados: aquellas personas físicas que respetando, igualmente, los principios y criterios de la Asociación, tienen en ella un trabajo retribuido, mediante contrato laboral. 3. Colaboradores: aquellas personas físicas o jurídicas que ayudan esporádicamente a los fines de la Asociación con su trabajo o de otra forma. 4. Socios: aquellas personas físicas o jurídicas económicamente con una periodicidad al menos anual.

que

colaboran

5. Miembros: Manos Unidas, además de una ONGD, es una asociación pública de fieles abierta a quienes quieran dar un paso más en su compromiso con la Organización. Pueden ser miembros de la Asociación aquellas personas físicas, voluntarias o contratadas, que lo soliciten y cumplan los siguientes requisitos (art. 10):

Ser católico y estar en comunión con la Iglesia.

Haber tenido, durante el último año, dedicación desinteresada a Manos Unidas, de forma regular, con actitud de disponibilidad.

Haber recibido la adecuada formación.

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Compartir los principios y criterios de la Asociación.

El Voluntariado en Manos Unidas, un valor especial

El Voluntariado tiene un peso mayor que en otras ONG’s. Solamente los miembros voluntarios pueden “ser elegidos para los diversos cargos y órganos de gobierno” (artículo 12, d). Si son miembros, pero están percibiendo remuneración de Manos Unidas, no podrán ser elegidos para cargo alguno. Conviene recordar que todo cargo ha de entenderse como un compromiso de servicio y responsabilidad. Por tanto, según el artículo 12, e,3) de los Estatutos, todos los puestos de responsables de áreas y departamentos se cubrirán con miembros voluntarios.

El trabajo más importante del voluntario en Manos Unidas no es “el hacer”, sino “el ser”. Es un Estilo de Vida. Es verdad que hay muchas cosas que hacer… proyectos, cursos, talleres, campañas, sensibilización en colegios y parroquias…etc. Pero más importante es que vaya acompañado de un desarrollo constante de nuestra vida. Las cosas cambian más deprisa y mejor si antes existe un cambio profundo en nuestra vida.

Si, por ejemplo, quiero trabajar por un mundo más solidario, tengo que empezar siendo yo más solidario con los que tengo a mi alrededor. Mi testimonio, en definitiva, producirá más cambios que mi trabajo. Por eso es más importante “el ser” que “el hacer”.

En Manos Unidas hay interés y preocupación por la Formación de los voluntarios. De hecho hay un Departamento de Formación cuyo objetivo es detectar las necesidades de formación que tienen cada una de las personas que trabajan en las diferentes áreas de la Organización, y responder a ellas.

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Qué se pide al Voluntariado de Manos Unidas

Conocer el fin de la Organización. Dicho fin es “la lucha contra el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción” (art. 5).

Conocimiento de las actividades que realiza Manos Unidas para conseguir este fin:

-

Actividades que den a conocer y denuncien la existencia del hambre y del subdesarrollo, sus causas y sus posibles remedios, inspirándose en el Evangelio y en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).

-

Actividades que permitan reunir medios económicos para financiar los planes de desarrollo encaminados a atender estas necesidades (art. 6).

Respeto de los principios y criterios de Manos Unidas Para colaborar con Manos Unidas como voluntario, no se hace distinción de país, raza, sexo o religión. Solamente se exige, a quién trabaje en la Asociación, que respete los principios y criterios de la misma.

Compromiso y responsabilidad con la Institución Cada voluntario se compromete a un tiempo, a un trabajo y a una Institución. Ante estos tres aspectos deberá responder con responsabilidad y exactitud. Ser voluntario en Manos Unidas, no debe de ser un mero trámite o “rato” que una persona ocupa para pasar el tiempo. Debe de ser un compromiso serio y responsable con la Institución y con el trabajo y tiempo que le dedica, que, aunque económicamente no esté remunerado, es importante y trascendental para la Organización.

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Compromiso y responsabilidad, también, con los compañeros de la Organización. Es importante que descubra que su tarea, para que sea eficaz, ha de estar coordinada e integrada con el resto de compañeros de trabajo. Sus acciones han de enmarcarse, siempre, dentro del grupo de trabajo y de los fines de la organización.

Alegría La alegría ha de caracterizarse, en el voluntario, por una forma de ser. Todos hemos oído ese dicho: “un santo triste es un triste santo”. Y es verdad. La tristeza no es buena compañera de viaje, ni nos lleva muy lejos, ni nos acerca a los demás. Nos referimos a la tristeza como actitud permanente. Es más, espanta.

Y cuando hablamos de alegría, no hablamos de la risa banal y superficial.

Hablamos de esa alegría que nace del interior de la persona, y que transmite, a quienes la observan, que es feliz con lo que hace, con lo que dice, con lo que piensa y con quienes le rodean. Son, lo sabemos muy bien, esas personas que conocemos con nombre y apellidos y de las que comentamos muchas veces: ¡Da gusto estar con ella, te anima! ¡Siempre está de buen humor y con la palabra amable!

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El mismo San Pablo, desde la cárcel, recomienda a los cristianos de Filipos: “estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres. Que vuestra clemencia sea conocida de todos los hombres” (Filipenses, 4, 4-5)

Coherencia Cuando hablamos de la coherencia del voluntario, nos referimos a que su trabajo y su conducta, dentro de la Organización, esté conforme a los principios y criterios de Manos Unidas.

Disponibilidad Al hablar de disponibilidad queremos decir que el voluntario, además de trabajar en lo que él pueda y prefiera, debe, en determinados momentos, adaptarse a las necesidades que tenga la organización.

Asumir riesgos controlados Está claro que la persona que hace siempre lo mismo, que no se renueva y que hace exclusivamente lo que le mandan, no corre el riesgo de equivocarse. Pero como contrapartida, se empobrece personalmente, y también su aportación es muy limitada para la Organización. Quien es creativo, tiene iniciativa y toma decisiones, dentro de sus responsabilidades, puede cometer el riesgo de equivocarse, pero su actitud, si está controlada, resulta eficaz y positiva.

Creatividad Ser creativo es tener la mente abierta. Es buscar diferentes respuestas y alternativas a las situaciones y problemas que se presentan. Es tratar de buscar soluciones cuando no se ven. Es buscar lo imposible, cuando los demás están ciegos y desanimados.

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Esfuerzo e ilusión, ya que el beneficiario no está presente y hay que ponerle rostro Las personas, cuando hacemos algo, nos sentimos mejor si sabemos que aquello que realizamos va a ser útil y beneficioso para alguien. Y mucho mejor nos sentimos si ese alguien está cerca y tiene “un rostro”. En Manos Unidas ese rostro, la mayoría de las veces, no está presente, no le vemos. Esa distancia y falta de rostro nos exige mayor esfuerzo para mantener la ilusión y el sentido de utilidad de lo que hacemos. Podemos dudar del beneficio de nuestra acción y pensar ¿para qué o para quién estará sirviendo esto? Pero nuestro pensamiento e intención tiene que ir mucho más allá. ¿Qué importancia tiene la distancia o no conocer el rostro de la persona beneficiada? ¿Resta algo a nuestra acción? ¿Limita el beneficio? Además, beneficiarios somos todos. Siempre, en todo lo que hacemos por los demás, surge una corriente benéfica en ambas direcciones. Cuando damos, inevitablemente, también, recibimos. Y muchas veces más de lo que damos. Es una acción de ida y vuelta. Ya Jesús nos dejó dicho que vamos a ser juzgados por nuestra acción con los demás.

“Venid, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis,… Señor, ¿cuando te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber…? Y les dirá… cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos, más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt. 25, 34-46)…

También, Helder Câmara, nos recuerda: “no hay nadie tan pobre que no sea capaz de dar algo, ni tan rico que no sea capaz de recibir algo”.

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RELAÑO, Inés. Cuentos y poemas. Instituto de Estudios Almerienses.

SIMPOSIO DE PROFESORES UNIVERSITARIOS. Ora et Labora. El trabajo en Europa. Roma, 30 de julio de 2005.

SOUTO COELHO, Juan. El trabajo voluntario cristiano. (Comunicación presentada en el III Simposio de Profesores Universitarios, "ORA ET LABORA. El trabajo en Europa". Roma, 30 de junio-3 de julio de 2005) Juan Souto Coelho Profesor de Doctrina Social de la Iglesia Universidad Pontificia de Salamanca Instituto Social "León XIII" Madrid.

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moda.


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