AFROINNOVA TECH es la reunión de expertos/as de la diáspora africana en el mundo que tiene como propósito crear una agenda regional sobre tecnología y equidad racial. Buscamos compartir experiencias entre investigadores, artistas,científicos, entre otros actores para pensar una tecnología emancipadora, que amplíe la imaginación y los futuros de la diáspora africana. La tecnología es el principal lenguaje del siglo XXI, es fundamental que América Latina y la diáspora africana sean protagonistas en esa construcción. Queremos una red de afrodescendientes trabajando desde diferentes perspectivas el tema tecnológico del continente africano y las Américas.
DIMENSIONAR LOS RIESGOS
Definir acciones prioritarias para la atención,mitigación y prevención de riesgos de la tecnología en población afrodescendiente en materia de Inteligencia Artificial, infraestructura tecnológica y brechas digitales y privacidad y derechos digitales.
APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES
Proyectar las rutas de acción colaborativa que permitan a las personas afrodescendientes en Colombia y las Américas aprovechar las oportunidades que la tecnología brinda en economía digital: tecnología productiva y desarrollo, desarrollo de la infraestructura tecnológica en 5g, internet de las cosas, participación cívica, energías renovables y mujeres y jóvenes en tecnología.
COMPARTIR EXPERIENCIAS Y ACELERAR SOLUCIONES
Consolidar un primer mapa de experiencias tecnológicas de la diáspora africana en Colombia y las Américas que potencien la colaboración, replicación y escalabilidad de los procesos de innovación comunitaria alrededor de la tecnología para la equidad racial.
En el mundo habitan 1.500 millones de afrodescendientes.1
Es decir que 1 de cada 5 personas en el mundo es afrodescendiente.
1.200 millones
130 millones viven en América Latina
PROPORCIÓN DE POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE EN ALGUNOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
55% 10% de población afrodescendiente en EE.UU.
40%
(1) Banco Mundial (2020) (2) Afrodescendientes en América Latina. Hacia un marco de inclusión. Banco Mundial, 2018.
EN AMÉRICA LATINA
“En la mayoría de los países, un pequeño número de regiones están fuertemente asociadas a la cultura afro, incluso si la mayoría de los afrodescendientes no vive necesariamente en ellas. Estas son, invariablemente, áreas con niveles bajos de desarrollo. Típicamente, son regiones con interconexiones precarias con el resto del país y los mercados y, en general, con un menor acceso a los servicios públicos.
Algunos ejemplos notables son el norte de Brasil, la costa del Pacífico colombiana, Esmeraldas en Ecuador, Barlovento en Venezuela y las costas atlánticas de Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Panamá”
Banco Mundial, 2018 2
82% de la afrodescendencia vive en lugares urbanos. sin embargo, en países como Colombia 3 de cada 10 vive en barrios pobres o favelas, mientras que sólo 1 de cada 10 personas no afro viven en estos sectores.2 2 de cada 5 afrodescendientes vive con menos de 5.5 dólares al día. Este indicador es el doble que el de las personas no afrodescendientes. 2
En promedio, las tasas de desempleo de la afrodescendencia en la región duplican los indicadores nacionales.
13%
AFRO 6% NO AFRO
75%
AFRO tiene una ocupación poco cualificada
SIN EMBARGO, LAS MAYORES DISPARIDADES DE LA REGIÓN ESTÁN EN MATERIA DE INGRESOS Y EMPLEO.
Por ejemplo, en Brasil una persona afrodescendiente con carrera profesional 40%
gana un MENOS que un profesional blanco-mestizo con el mismo nivel de formación.
En promedio, una mujer afrobrasileña 46% gana un MENOS que las mujeres no racializadas.
Pero además, 32% gana un MENOS que los hombres afro de Brasil.
QUE MUCHO TIENE QUE VER CON LA EDUCACIÓN
AFRO NO AFRO
Hogares con primaria completa
Secundaria completa
Terciaria completa 64% 30% 5% 83% 46% 14%
Si bien, en la región
1 de cada 4 personas con más de 25 años es afrodescendiente.
Sólo 1 de cada 10 personas mayores de 25 años con carrera profesional es afrodescendiente.
Y TAMBIÉN CON EL ACCESO A INTERNET Y EQUIPOS DE CÓMPUTO.
En Brasil, mientras
2 de cada 4 personas no racializadas tienen computador.
Y en Colombia, mientras
2 de cada 4 personas no racializadas tienen acceso a internet.
Sólo 1 de cada 4 afrobrasileños tienen computador.
Sólo 1 de cada 4 afrocolombianos tiene acceso a internet.
INFRAESTRUCTURA TECNOLÓGICA Y BRECHAS DIGITALES
El acceso a Internet es considerado un derecho fundamental por la ONU debido a su papel en la promoción de los derechos humanos, el desarrollo económico y social, y la participación cívica. Internet facilita la libertad de expresión y el acceso a la información, ambos esenciales para la democracia y la transparencia gubernamental. También es una herramienta vital para la educación, la salud y la inclusión económica, permitiendo a las personas acceder a servicios esenciales, oportunidades laborales y plataformas de aprendizaje en todo el mundo. La ONU reconoce que, sin acceso a Internet, muchas personas quedarían excluidas de los beneficios del desarrollo digital, perpetuando las desigualdades existentes. Además, la ONU ha adoptado resoluciones que no solo promueven el acceso universal a Internet, sino que también condenan los apagones de Internet y otras formas de censura en línea, ya que estas prácticas pueden violar los derechos humanos fundamentales y obstaculizar la participación política y social.
La exclusión digital es una barrera significativa en la era tecnológica, afectando gravemente a las poblaciones afrodescendientes. Estas comunidades, frecuentemente localizadas en barrios periféricos y zonas rurales, tienen acceso limitado a electricidad e Internet. La falta de infraestructura adecuada no solo impide su participación en el mundo digital, sino que también amplifica las desigualdades socioeconómicas existentes. Esta brecha digital limita el acceso a oportunidades educativas, laborales y de desarrollo personal, perpetuando un ciclo de exclusión. Esto tiende a tornarse más grave en el futuro, ya que los llamados “invisibles digitales” están peor preparados para competir en ocupaciones de la nueva economía del siglo XXI, cada vez más digitalizada.
A pesar de la América Latina y el Caribe se caracterizan por un alto nivel de cobertura de energía eléctrica, datos de los censos nacionales apuntan a significativas brechas raciales en el acceso a la electricidad en varios países de la región, más marcadamente en Colombia y Guatemala. En Colombia, el acceso a la electricidad para la población afrocolombiana es 5 puntos porcentuales más bajo que para la población no afrodescendiente y no indígena. En Guatemala, existe una brecha similar de 4 puntos porcentuales. Sin embargo, en Colombia, la situación es aún más representativa cuando se compara la brecha de acceso en la zona rural, donde se concentran las comunidades afrodescendientes, raizales, y palenqueras. Ahí, solamente el 66% de los afrodescendientes tienen acceso a la electricidad, mientras que el 89% de la población no afro y no indígena lo tienen.
Las tasas de acceso a la Internet, por su vez, son más bajas para las poblaciones afrodescendientes en todos los países de la región, con la excepción de Panamá. En Brasil, a pesar de los altos niveles, la diferencia en la tasa de acceso es de 7 puntos porcentuales. En Colombia, donde los niveles de acceso son bajos, la tasa de acceso a la Internet entre los afrodescendientes es casi la mitad (26%) de la de los grupos non-afro y non-indígenas (47%).
Al observar el acceso a Internet en los hogares según el quintil de ingresos, se evidencia una clara división entre los más ricos y los más pobres. En países como Chile y Argentina, la diferencia entre el mayor (99% y 97%, respectivamente) y el menor quintil de ingreso (96% y 92%) es relativamente pequeña, sugiriendo una distribución más equitativa del acceso a Internet. Sin embargo, en naciones como El Salvador, esta brecha se amplía dramáticamente, con un 60% de acceso en el quintil más alto frente a solo un 15% en el quintil más bajo. En Perú y México, la brecha es también significativa: el acceso en el menor quintil de ingreso es apenas del 29% en Perú y 33% en México, comparado con 86% y 85% en el quintil más alto, respectivamente.
La región ha hecho progresos significativos en la ampliación del acceso a Internet, pero existen desafíos considerables para alcanzar una conectividad universal.
Aunque países como Chile y Argentina muestran altas tasas de conectividad en hogares, contrastan marcadamente con naciones como Colombia, con 60% de conectividad, Perú (55%), y El Salvador, donde solo el 32% de los hogares tienen acceso a Internet. Similar a lo que pasa con el acceso a la electricidad, esta disparidad se acentúa aún más al considerar el acceso en zonas rurales, donde países líderes en conectividad urbana, como Chile, experimentan una caída al 86%, y en contraste, naciones como El Salvador descienden hasta un alarmante 11%. México (34%), Colombia (32%) y Perú (20%) también presentan brechas preocupantes en las zonas rurales. La falta de conectividad tiene un gran impacto en la economía. Según un estudio publicado por el BID, cerrar la brecha digital entre América Latina y la OCDE tiene el potencial de generar 15 millones de empleos directos y aumentar el PBI de la región en un 7,7%.
La expansión de la infraestructura energética y de conectividad debe ser cuidadosamente planificada para alcanzar objetivos de sostenibilidad e inclusión. La transición hacia fuentes de energía limpias y un uso más eficiente de los recursos es fundamental para mitigar el cambio climático y promover la sostenibilidad global. Adoptar tecnologías renovables como la energía solar, eólica y las redes inteligentes puede reducir las emisiones de carbono y disminuir la dependencia de combustibles fósiles, contribuyendo a un medio ambiente más saludable y resiliente.
Sin embargo, mientras que estas innovaciones tecnológicas son vitales para el futuro, también plantean desafíos significativos en términos de equidad y justicia social. La transición hacia sistemas más sostenibles y digitalizados, como las redes inteligentes (SmartGrids) y los hogares inteligentes (SmartHouses), presenta riesgos significativos para las poblaciones afrodescendientes debido a brechas de infraestructura y conocimiento. Estas comunidades, a menudo ubicadas en áreas rurales y periféricas, enfrentan desafíos de acceso limitado a electricidad e Internet, lo cual se agrava con la falta de alfabetización digital y energética. A menudo, los productos energéticos inteligentes requieren la instalación y manejo de aplicaciones específicas, acceso a funcionalidades a través de Internet y una comprensión básica de cómo pueden influir en el consumo energético. Estas demandas pueden ser un obstáculo significativo para los usuarios de hogares que tienen una alfabetización digital y energética limitada. Esta falta de conocimientos y habilidades puede impedir que estos usuarios utilicen plenamente los productos y servicios energéticos inteligentes, privándolos de los beneficios económicos que otros hogares pueden obtener. Además, los costos de adopción de las nuevas tecnologías inteligentes suelen ser altos. Las inversiones iniciales y los costos recurrentes son barreras económicas que muchas familias no pueden superar, dejándolas fuera de los beneficios de la eficiencia energética y atrapandolas en la pobreza energética.
Además, las tarifas flexibles de energía, definidas a partir de un modelo de uso estandarizado, pueden penalizar a quienes no pueden adaptar sus rutinas diarias para aprovechar los costos más bajos, como es el caso de familias con niños o aquellas que viven en condiciones de hacinamiento, exacerbando las desigualdades existentes.
PRIVACIDAD Y DERECHOS DIGITALES
Las nuevas tecnologías, si bien ofrecen numerosos beneficios, también plantean serios riesgos para la privacidad y los derechos digitales, especialmente debido a la recopilación masiva y el uso indebido de datos personales. En este sentido, la población afrodescendiente, que ya enfrenta múltiples formas de discriminación y exclusión, puede verse desproporcionadamente afectado por las prácticas de vigilancia masiva y la falta de protección adecuada de sus datos. Las aplicaciones y dispositivos inteligentes recopilan información sensible como itinerarios de transporte, diagnósticos médicos y ubicaciones diarias, lo cual puede ser explotado por empresas y gobiernos sin el consentimiento adecuado. Estas prácticas no solo vulneran la privacidad de los individuos, sino que también pueden contribuir a la perpetuación de la desigualdad y la discriminación al utilizar estos datos para tomar decisiones automatizadas que pueden perjudicar a las comunidades afrodescendientes.
En América Latina y el Caribe, la situación se agrava por la falta de infraestructura de seguridad robusta en los sectores público y privado. Casos de filtración de datos, como el del padrón de votantes del Instituto Nacional Electoral de México en 2016, revelan la vulnerabilidad de los sistemas que
contienen información personal de millones de personas. La ausencia de medidas de seguridad adecuadas facilita comportamientos criminales y expone a las comunidades afrodescendientes a mayores riesgos de robo de identidad, discriminación y exclusión digital. Además, el concepto de capitalismo de vigilancia, donde los datos personales son comercializados por grandes corporaciones, exacerba estas vulnerabilidades. Estas empresas utilizan los datos recopilados para predecir y manipular comportamientos, lo que puede resultar en la marginalización adicional de estas comunidades.
En un reciente seminario de la ONU sobre IA y el derecho a la privacidad, varios expertos abordaron las complejidades y desafíos asociados con la regulación de la IA para proteger la privacidad. Joe Cannataci, Relator Especial de la ONU sobre el tema, destacó que una de las principales dificultades para regular la IA es la falta de conocimiento técnico entre abogados y legisladores. Subrayó la necesidad de leyes de protección de datos y una supervisión independiente efectiva, señalando que aproximadamente un tercio de los estados miembros de la ONU no tienen leyes de privacidad, y solo 65 a 70 estados cuentan con autoridades de protección de datos independientes. Asimismo, las autoridades de supervisión carecen de tecnólogos debido a la falta de recursos financieros para reclutarlos.
El despliegue de tecnologías de reconocimiento facial sin salvaguardias de protección de datos fue un ejemplo debatido en el seminario y se ha argumentado que las evaluaciones de derechos humanos deben realizarse antes de la implementación de la tecnología, en la fase de diseño y
conceptualización, lo que no ha sido hecho. La transparencia debe integrarse en todo el proceso de desarrollo de la tecnología de IA, incluso los procesos de toma de decisiones y diseño, y no solo considerarse el resultado final, como el acceso al código fuente – lo que muchas veces también no si asegura.
Otro problema ocurre con la vigilancia en los espacios de trabajo, que ha evolucionado significativamente con el avance de las IAs, incorporando herramientas analíticas que, aunque se presentan como objetivas y libres de sesgos, a menudo perpetúan y amplifican discriminaciones preexistentes. Estas herramientas pueden incluir el seguimiento de correos electrónicos, análisis de conversaciones en videollamadas, escucha de reuniones físicas, análisis de reconocimiento emocional y reconocimiento facial. Este tipo de vigilancia representa una intrusión significativa en la privacidad de los empleados, quienes ya están en una posición vulnerable debido al control que los empleadores tienen sobre su información personal. Los empleados afrodescendientes a menudo son objeto de una vigilancia más intensa debido a prejuicios raciales preexistentes, lo que puede llevar a acciones disciplinarias injustificadas. Un estudio realizado en Inglaterra por la consultora de estrategia Britain Thinks para el Trade Union Congress reveló que uno de cada tres trabajadores de minorías (33%) dijo que todas sus actividades en el lugar de trabajo eran monitoreadas, en comparación
con menos de uno de cada cinco empleados blancos (19%). Además, alrededor de un 8% de empleados negros y asiáticos informó que su ubicación exacta y movimientos dentro del lugar de trabajo eran monitoreados mediante dispositivos portátiles o de mano, comparado con solo un 4% trabajadores blancos. El estudio también destacó que los empleadores han delegado algunas de sus decisiones más importantes, como la contratación, las promociones e incluso los despidos, a algoritmos. En consecuencia, los trabajadores afrodescendientes no solo enfrentan un mayor riesgo de despidos injustos y decisiones de promoción sesgadas, sino que también sufren una mayor invasión de su privacidad. La desproporción en la vigilancia crea un entorno de trabajo donde los empleados afrodescendientes se sienten constantemente observados y juzgados, lo que puede afectar su bienestar mental y su desempeño laboral.
Además de los desafíos relacionados con la privacidad y la protección de datos, la libertad de expresión enfrenta riesgos significativos en el contexto de los debates sobre discurso de odio, noticias falsas (fakenews) ydeep fakes. Estos temas complejos requieren un equilibrio cuidadoso para asegurar que las medidas destinadas a combatir la desinformación y el contenido dañino no resulten en la censura injusta o desproporcionada de las voces legítimas, especialmente las de las comunidades más vulnerables. Las plataformas de redes sociales han recurrido a algoritmos de detección automática de discurso de odio y contenido falso para vigilar las conversaciones de millones de personas en línea. Sin embargo, estos algoritmos no son infalibles y han sido reportados por tener sesgos raciales y otras formas de parcialidad.
Por ejemplo, un estudio de 2018 ha mostrado que los modelos de IA líderes tenían 1,5 veces más probabilidades de marcar los tuits escritos por afroamericanos como "ofensivos" en comparación con otros tuits. Gran parte del problema radica en que lo que se considera ofensivo depende del contexto social. Términos que son insultos en ciertos entornos, como la "palabra con n" o "queer", pueden no serlo en otros. Sin embargo, los algoritmos y los moderadores de contenido que califican los datos de prueba para enseñar a estos algoritmos no suelen conocer el contexto de los comentarios que están revisando. Como consecuencia, estos sesgos resultan en la censura injusta de voces afrodescendientes y pueden limitar su capacidad para participar plenamente en las discusiones en línea. La moderación excesiva de contenidos de usuarios afrodescendientes puede llevar a la auto-censura, donde estos usuarios evitan publicar sus opiniones y experiencias por temor a ser penalizados. Esto restringe su libertad de expresión y su derecho a participar en el debate público. Asimismo, en el esfuerzo por combatir el discurso de odio y las noticias falsas, algunos gobiernos han intentado abusar de la legislación y han buscado utilizar las instituciones del estado como herramientas para el control del discurso. Esto incluye la creación de delitos para criminalización de discursos críticos hacia los gobiernos y figuras públicas, socavando así los principios democráticos de libertad de expresión.
Desde 2013, la ONU ha establecido que los derechos humanos en el entorno offline deben aplicarse igualmente en línea, lo que ha sido fundamental para proteger los derechos humanos en el ámbito digital. Este marco obliga a considerar una perspectiva de derechos humanos al abordar la ciberseguridad, asegurando que la información personal, como registros médicos, actividades comerciales y datos bancarios, se mantenga privada y confidencial. La protección de estos datos es crucial, ya que pueden revelar información sensible sobre las personas, incluyendo sus afiliaciones políticas, religión, identidad de género y orientación sexual. Sin embargo, algunas políticas de ciberseguridad, en lugar de proteger, pueden vulnerar la seguridad de las personas. Por ejemplo, propuestas que debilitan el cifrado comprometen la inviolabilidad de las comunicaciones, exponiendo a las personas a mayores riesgos de privacidad y seguridad. Por lo tanto, es esencial que las legislaciones y políticas públicas se diseñen para fortalecer, y no socavar, la protección de datos sensibles, manteniendo un equilibrio entre seguridad y derechos humanos.
La protección de datos personales se ha vuelto importante también en la investigación académica, debido al aumento de la digitalización y la disponibilidad de información en línea. Aunque algunos datos pueden estar accesibles públicamente, como los comentarios en las redes sociales, esto no implica que los individuos asociados con esos datos hayan otorgado permiso para su uso en investigaciones.
Se hace importante respetar la necesidad de obtener el consentimiento informado de los sujetos de datos y someter sus estudios a revisiones éticas para asegurar que los derechos y la privacidad de los individuos. El contexto social y político de los datos también juega un papel crucial. Los temas polarizados o altamente cargados pueden hacer que la información personal se vuelva extremadamente sensible, y los investigadores deben ser conscientes de las implicaciones de su trabajo. Una encuesta con usuarios de la red X (Twitter) reveló que solo tres de cada cinco encuestados son conscientes de que sus datos en redes sociales pueden ser compartidos con terceros bajo los términos de servicio a los que se suscriben. Sin embargo, casi dos tercios de los participantes opinaron que estos datos no deberían ser compartidos con terceros para fines de investigación. Es fundamental reconocer que el consentimiento implícito no es suficiente y que existen riesgos de privacidad cuando se publican textos de usuarios en investigaciones científicas, especialmente si se incluyen los nombres de esos usuarios. Estos incluyen la posibilidad de ser identificados y contactados sin su consentimiento, lo cual puede llevar a situaciones de acoso o discriminación.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y
EQUIDAD RACIAL
La inteligencia artificial (IA) ha suscitado preocupaciones sobre su impacto a largo plazo en la humanidad. En una entrevista con la BBC en 2014, el renombrado científico Stephen Hawking expresó su preocupación de que la inteligencia artificial (IA) avanzada podría significar el fin de la humanidad. Hawking explicó que mientras las formas primitivas de IA han sido útiles, el desarrollo de una IA completamente autónoma podría superar a los humanos, rediseñándose a un ritmo creciente. La base de su temor radica en que los humanos, limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir con la IA, lo que llevaría a la extinción de la raza humana. En los últimos años, la preocupación sobre el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial ha aumentado entre investigadores, filósofos y profesionales de diversos campos. Estas preocupaciones se centran en varios aspectos clave:
Ética y Transparencia: Los algoritmos de IA a menudo operan como "cajas negras", lo que dificulta entender cómo toman decisiones y si estas decisiones son justas o imparciales.
Seguridad: La rápida evolución de la IA plantea riesgos de seguridad, especialmente si se utiliza en aplicaciones críticas como la defensa, sin suficientes controles y regulaciones.
Impacto Socioeconómico: Existe el temor de que la automatización impulsada por la IA pueda desplazar a un gran número de trabajadores, exacerbando las desigualdades sociales y económicas.
Control y Supervisión: La falta de marcos regulatorios robustos y la posibilidad de que la IA supere la capacidad humana para supervisarla y controlarla adecuadamente generan preocupación sobre el uso indebido y la manipulación de estas tecnologías.
Algunos expertos han propuesto suspender temporalmente el desarrollo de ciertas tecnologías de IA hasta que se puedan establecer y poner en práctica regulaciones adecuadas. Estas propuestas buscan evitar escenarios donde la IA avanzada pueda causar daños irreparables a la sociedad. Un ejemplo de propuesta es la Carta Abierta del FutureofLifeInstitute(2023), firmada por varios expertos en diversas áreas. Esta carta pide una pausa en el desarrollo de sistemas de IA más avanzados que GPT-4, hasta que se entiendan y mitiguen mejor sus riesgos.
Los temores no son infundados: un informe reciente del Departamento de Estado de los EE.UU. (2024), basado en entrevistas con más de 200 personas entre expertos en seguridad nacional, ejecutivos de IA y otros especialistas, advierte sobre los riesgos catastróficos y potencialmente de nivel de extinción que plantea la IA. El reporte afirma que “el auge de la IA y la AGI [inteligencia artificial general] tiene el potencial de desestabilizar la seguridad global de maneras reminiscentes a la introducción de armas nucleares”. Otros estudios han demostrado esos problemas en modelos que ya está en uso o en ambientes controlados y simulaciones. En un relato de interacción con las primeras versiones del GPT-3, de OpenAI, un usuario preguntó cuál era la opinión del modelo sobre Etiopía. La respuesta dada fue: "El principal problema de Etiopía es que la propia Etiopía es el problema. Parece un país cuya existencia no puede justificarse." Este es un ejemplo preocupante de cómo los modelos de inteligencia artificial pueden generar contenido insensible y dañino contra ciertos pueblos y naciones. Tal falta de sensibilidad puede tener graves consecuencias sociales y éticas. En otro reciente experimento, investigadores realizaron simulaciones de conflictos internacionales con cinco diferentes sistemas de IA. Descubrieron que estos programas tendían a escalar las guerras, a veces de manera inesperada, llevando incluso a la decisión de lanzar ataques nucleares. En un caso descripto por el estudio, la IA GPT-4-Base, gobernando un país ficticio, escribió sobre las armas nucleares: “¡Las tenemos! ¡Usémoslas!”
La IA justificó esta decisión diciendo: "Solo quiero paz en el mundo." Estos resultados subrayan los peligros potenciales de la IA en contextos militares y la necesidad urgente de establecer controles éticos y regulatorios más estrictos para evitar decisiones catastróficas y promover la paz y la seguridad globales. En el mundo real, recientemente, se descubrió que actores estatales de Rusia, China, Corea del Norte e Irán han utilizado modelos de IA de OpenAI, como GPT-4, para llevar a cabo actividades cibernéticas maliciosas. El MicrosoftThreat Intelligence, un equipo de expertos en ciberseguridad de Microsoft dedicado a identificar y mitigar amenazas cibernéticas, identificó cuentas pertenecientes a estos actores, quienes usaron la IA para investigar protocolos de comunicación por satélite, depurar códigos, traducir documentos técnicos y generar contenido para ataques de phishing y técnicas de ingeniería social. Aunque OpenAI ya deshabilitó las cuentas relacionadas, es probable que estos y otros gobiernos continúen investigando cómo utilizar modelos de IA para la guerra cibernética.
Los temores sobre la IA avanzada aún tienen un grado de especulación. Sin embargo, los riesgos son reales y es importante crear controles institucionales para mitigar esos riesgos. La supervisión y regulación de la inteligencia artificial no solo son necesarias para evitar los riesgos asociados con su mal uso, sino también para garantizar que su desarrollo y aplicación beneficien a toda la sociedad de manera justa y equitativa. La colaboración entre gobiernos, la industria tecnológica y la sociedad civil es esencial para crear un marco regulatorio robusto y efectivo.
Impacto de la IA en la población afrodescendiente
Los sesgos en los sistemas de inteligencia artificial ya son una realidad tangible que afecta a la población afrodescendiente cotidianamente. Estos sesgos, presentes en algoritmos utilizados en diversas aplicaciones, perpetúan y amplifican las desigualdades existentes, con consecuencias significativas.
La IA se está incorporando en diversas áreas, transformando industrias y procesos de manera significativa. Algoritmos de IA se utilizan para filtrar currículos y seleccionar candidatos em procesos de reclutamiento, se emplea para segmentar audiencias y personalizar anuncios de marketing, se utiliza cada vez más en la creación de música, arte visual y literatura. Esos algoritmos aceleran el descubrimiento de medicamentos y la IA también se aplica en plataformas de aprendizaje personalizado y análisis de rendimiento estudiantil. En muchas de estas áreas, estudios han mostrado que los sesgos algorítmicos pueden afectar desproporcionadamente a grupos históricamente excluidos de la sociedad.
En la salud, por ejemplo, estudios han demostrado que algunos algoritmos de predicción de riesgo cardiovascular subestiman el riesgo en pacientes afrodescendientes, debido a la falta de ajuste para factores socioeconómicos y raciales específicos. Resultados similares se verificaron en algoritmos para la predicción de riesgo de recurrencia de cáncer. En el sector de justicia, investigaciones han mostrado que COMPAS, un sistema ampliamente utilizado
para evaluar el riesgo de reincidencia de crimen y tomar decisiones sobre libertad condicional en los EE.UU., tiende a sobrestimar el riesgo de reincidencia en personas afroamericanas y subestimar el riesgo en personas blancas. Además, los algoritmos de reconocimiento facial han causado problemas significativos, especialmente al identificar erróneamente a personas que supuestamente cometieron delitos. Estos sistemas suelen ser menos precisos para personas afrodescendientes, lo que resulta en una mayor tasa de errores de identificación en comparación con las personas blancas.
No hay marcos regulatorios suficientemente desarrollados para garantizar que las aplicaciones de inteligencia artificial sean justas y equitativas. Con poca regulación en el mercado, dependemos de la buena fe de las grandes corporaciones que desarrollan tecnologías, confiando en su capacidad y voluntad para crear aplicaciones seguras y justas. Sin embargo, estas organizaciones no siempre son transparentes respecto a los riesgos de las soluciones que desarrollan, ni llevan a cabo suficiente investigación para garantizar la seguridad y equidad de sus productos. A menudo, los sesgos en los algoritmos de IA solo se identifican gracias al trabajo diligente de investigadores y observadores. Estos profesionales se dedican a analizar y evaluar cómo los algoritmos afectan a diferentes grupos de personas, revelando inequidades que de otro modo podrían pasar desapercibidas. En 2020, Timnit Gebru, una destacada investigadora en el campo de la ética de la inteligencia artificial (IA), identificó problemas significativos en los modelos de lenguaje grandes (LLMs) desarrollados por empresas como Google, donde co-lideraba el equipo de ética en IA.
Nacida en Etiopía, Gebru es afrodescendiente y ha trabajado extensamente en temas relacionados con los sesgos y la discriminación en los sistemas de IA. La publicación de sus hallazgos sobre discriminación y sesgos algorítmicos generó controversia interna en Google, culminando en su despido, lo que evidencia la resistencia organizacional y la falta de transparencia al enfrentar estos temas.
Timnit Gebru es cofundadora de la organización Black in AI, una iniciativa que busca aumentar la representación y la inclusión de personas negras en el campo de la inteligencia artificial. Las preocupaciones torno este tema han provocado la creación de varias organizaciones de defesa de los derechos humanos relacionados con la tecnología. Joy Buolamwini, una investigadora del MIT Media Lab, creó la Algorithmic Justice League (AJL) después de descubrir serios sesgos en los sistemas de reconocimiento facial, que tenían dificultades para reconocer rostros de personas con piel oscura. El Instituto da Hora, creado por la experta afrobrasileña Nina da Hora, es una organización dedicada a la educación tecnológica, la inclusión digital y la defensa de los derechos digitales de las poblaciones afrodescendientes e indígenas. Fundada en 2005, Derechos Digitales es una organización latinoamericana independiente y sin fines de lucro que se centra en la defensa y promoción de los derechos humanos en el entorno digital.
La sociedad civil juega un papel fundamental en el desarrollo de un futuro justo, promoviendo la
transparencia de las corporaciones, impulsando la regulación y la creación de planes nacionales de desarrollo tecnológico, informando al público sobre los impactos de la IA y cómo esta puede influir en la sociedad, involucrando la comunidad y las poblaciones históricamente excluidas en el debate y la toma de decisión, y exigiendo responsabilidad de las corporaciones por las consecuencias de sus aplicaciones.
LA ÁFRICA TECNOLÓGICA
En los últimos años, varios países africanos han emergido como líderes en el desarrollo tecnológico, demostrando cómo la tecnología puede impulsar el crecimiento económico y la innovación en el continente. Kenya, conocido como el "Silicon Savannah", ha destacado por su floreciente ecosistema de startups, impulsado por innovaciones en fintech y soluciones móviles, como M-Pesa, que han transformado la inclusión financiera en la región. Nigeria, por su vez, se ha consolidado como un epicentro de innovación tecnológica, siendo líder no solo en África, sino también en el escenario global, destacándose por su capacidad para generar soluciones tecnológicas innovadoras que abordan desafíos tanto locales como globales. Por otro lado, Marruecos ha avanzado significativamente en la adopción de tecnologías renovables y smart cities, posicionándose como un hub tecnológico en el norte de África. Estos ejemplos ilustran cómo la tecnología está reconfigurando las economías africanas, generando nuevas oportunidades y desafíos en su camino hacia un desarrollo sostenible.
La creciente inversión en capital privado y la proliferación de startups tecnológicas en África están reconfigurando el panorama económico del continente, con regiones como África Occidental liderando en términos de volumen de acuerdos de capital de riesgo.
En 2021, la recaudación de fondos de capital privado alcanzó niveles récord de 4.400 millones de dólares, lo que representa un incremento del 63 % en comparación con el promedio anual de 2.700 millones de dólares entre 2016 y 2020. Durante este período, se llevaron a cabo 681 rondas de capital para 640 startups, lo que subraya la vitalidad del ecosistema de startups africano.
La revolución delmobilemoneyen África Subsahariana, iniciada por el lanzamiento del M-Pesa, en Kenya, ha transformado el panorama financiero de la región, democratizando el acceso a servicios financieros para millones de personas que antes estaban excluidas del sistema financiero formal. Hace una década, solo el 23 % de los africanos tenía una cuenta bancaria o un servicio de dinero móvil, lo que dejaba a la mayoría de la población fuera del alcance de la economía formal. Sin embargo, la rápida expansión de los servicios de mobile moneyha cambiado esta realidad de manera significativa. El 33 % de la población de la África Subsahariana tiene una cuenta de dinero móvil, una cifra que es más de tres veces el promedio mundial del 10 %.
En países donde elmobilemoneyfue adoptado de manera generalizada por la población, se ha comprobado que resulta en una amplia gama de beneficios socioeconómicos que se extienden a múltiples niveles. A nivel de los hogares, el acceso a servicios de dinero móvil ha mejorado significativamente el bienestar, permitiendo a las familias gestionar sus finanzas de manera más eficiente, acceder a remesas de forma segura y rápida, y facilitar ahorros y seguros. En el ámbito empresarial, el mobile moneyha impulsado la eficiencia operativa y la expansión
de pequeños negocios, al ofrecer soluciones de pago accesibles y reduciendo la dependencia del efectivo, lo que ha resultado en un entorno empresarial más dinámico y resiliente. Además, el impacto positivo delmobilemoneyse extiende a las comunidades, fomentando el desarrollo local a través de la inclusión financiera de grupos previamente marginados, y promoviendo la inversión en infraestructuras comunitarias.
La innovación en África va mucho más allá del sector fintech, abarcando diversas áreas que están transformando la vida cotidiana y abordando desafíos críticos en el continente, ni siempre necesitando de enormes recursos, pero algunas veces solamente necesitando de una brillante idea. Un ejemplo destacado es el trabajo de Therese Kirongozi en la República Democrática del Congo. Motivada por la alarmante cantidad de accidentes fatales en las calles de Kinshasa, especialmente aquellos que involucraban a escolares, Kirongozi, una madre y líder de una asociación de mujeres en tecnología, desarrolló robots para gestionar el tráfico y proteger a los peatones. Estos robots no solo ayudan a cruzar las calles de manera segura, sino que también están equipados con cámaras que registran todo lo que sucede a su alrededor, funcionando incluso de noche gracias a la energía solar. Este tipo de innovación es crucial en un país donde los semáforos son escasos y frecuentemente inoperantes debido a cortes de energía.
En otra parte del continente, en Camerún, la tecnología creada por el joven doctor Conrad Tankou está revolucionando la detección de cáncer de cuello uterino y mama en áreas rurales. Su proyecto, Gicmed, facilita el cribado y diagnóstico a distancia mediante una plataforma de telemedicina y lectura de patología. Esta tecnología permite a los médicos locales recolectar datos y enviarlos a especialistas ubicados en cualquier parte del mundo, eliminando la necesidad de que los pacientes viajen largas distancias para obtener un diagnóstico.
Otras innovaciones importantes surgen también en el sector energético. Un ejemplo notable es el proyecto de Green Innovation Ventures Enterprises Ltd (GIVE) en Kenia, que ganó el "Digital Energy Challenge" de la Agence Française de Développement. GIVE ha desarrollado una plataforma IoT llamada PowerPay que digitaliza los electrodomésticos, permitiendo a los consumidores comprarlos a través de pagos móviles pequeños y manejables, al mismo tiempo que monitorizan su consumo de energía.
En Namibia, el Motsi Technologies Group está revolucionando el mercado de la energía con su plataforma de comercio de electricidad solar habilitada por blockchain. Namibia, a pesar de tener el costo promedio de electricidad más alto en el sur de África, cuenta con el mayor potencial de energía solar del mundo. La plataforma de Motsi facilita el comercio de energía entre productores y consumidores industriales y comerciales, proporcionando acceso a tarifas eléctricas más competitivas y creando nuevas oportunidades de ingresos para los propietarios de activos solares.
Esta iniciativa no solo desbloquea el potencial del comercio de energía solar en Namibia, sino que también promueve un uso más eficiente y rentable de los recursos energéticos en la región.
Estas innovaciones subrayan el ingenio y la creatividad que están emergiendo en África para enfrentar problemas específicos con soluciones adaptadas al contexto local, mejorando significativamente la calidad de vida en la región.
Source: International Finance Corporation, 2024
La distribución geográfica de las empresas digitales en África revela una notable concentración en ciertos países que actúan como hubs tecnológicos. Sudáfrica, Nigeria y la República Árabe de Egipto se destacan como los principales centros digitales del continente, albergando la mayoría de las firmas tecnológicas. En la mayoría de los países, un gran porcentaje de estas empresas se encuentra en la ciudad capital, lo que subraya la importancia de estas áreas urbanas como motores de la innovación y el desarrollo tecnológico. Dentro de los llamados "Big Four" (Egipto, Nigeria, Kenia y Sudáfrica), solo en Sudáfrica la principal ciudad concentra menos del 50% de todas las empresas digitales que operan en el mercado.
Además de las startups de innovación, África también ha surgido como un importante centro industrial en el área de tecnología. El desarrollo de la industria de semiconductores en África representa una oportunidad significativa para transformar el continente en un actor clave dentro de la cadena de suministro global de chips, un sector esencial en la economía digital moderna. Países como Kenia, Nigeria, Ruanda y Ghana poseen no solo los minerales críticos necesarios para la producción de semiconductores, sino también una población joven y tecnológicamente capacitada que puede impulsar la innovación y el avance tecnológico. La combinación única de capacidades en África, desde la extracción de materias primas hasta la producción de tecnología avanzada, ofrece una oportunidad prometedora para la colaboración global y el desarrollo de un ecosistema integral de semiconductores
Inversiones significativas en educación, infraestructura y tecnología están transformando a África en un centro de innovación y excelencia en manufactura, con esfuerzos inspiradores como los parques tecnológicos y centros de innovación en Ruanda y Etiopía, que están formando a una nueva generación de ingenieros y tecnólogos.
La inversión en la industria de semiconductores en África no solo podría reducir los riesgos y costos en la cadena de suministro global, sino también fomentar un desarrollo económico sostenible, la creación de empleos y el progreso tecnológico. Estos países podrían convertirse en centros críticos en una red global que exige resiliencia y adaptabilidad.
El concepto de smart cities en África está emergiendo como una solución innovadora para abordar los desafíos asociados con el rápido crecimiento urbano en el continente. Con una población urbana que se espera que se duplique para 2030, alcanzando los 600 millones de habitantes, la necesidad de crear ciudades que puedan gestionar eficazmente esta explosión demográfica es cada vez más apremiante. Las smart cities utilizan tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para optimizar los servicios urbanos, mejorar la calidad de vida de los residentes y reducir los costos operativos, al tiempo que promueven un desarrollo sostenible.
Un ejemplo destacado es Casablanca en Marruecos, donde se desarrolló el proyecto "e-Madina Smart City Cluster". Este proyecto tiene como objetivo transformar la ciudad en un hub tecnológico y económico, enfocándose en la colaboración internacional entre los sectores público y privado para construir soluciones inteligentes para la ciudad. Marruecos también está invirtiendo en otras iniciativas de ciudades inteligentes, como la Zenata Eco-City y Nueva Tánger, que buscan combinar la modernidad con la sostenibilidad ambiental.
Otro proyecto emblemático es Konza Technopolis en Kenia, a unos 60 kilómetros de Nairobi. Concebida como parte de la estrategia “Visión 2030” del país, Konza aspira a convertirse en una ciudad gemela de Nairobi, sirviendo como un motor de crecimiento económico y un símbolo de la modernización proactiva de Kenia. Konza ya es un importante polo digital de Kenia, reuniendo varios gigantes del sector que han instalado sede en la ciudad, como Google, IBM, Samsung, y Microsoft, además de incubadoras y universidades.
Senegal también se está uniendo a esta ola de desarrollo urbano inteligente con el proyecto de Diamniadio, una futura smart city que se está construyendo a 30 kilómetros de Dakar. Este proyecto busca descongestionar la capital y crear un nuevo centro económico que aproveche la tecnología para ofrecer servicios eficientes y sostenibles.
Además de las smart cities, África también está explorando el concepto de smart villages, como es el caso de Ruanda, que está desarrollando aldeas conectadas que aprovechan la tecnología moderna para mejorar la vida de los residentes, proporcionando educación, servicios administrativos más ágiles y un acceso confiable a la electricidad. Esta visión ofrece una alternativa a las megaciudades incontrolables, proponiendo un retorno a la vida en comunidades más pequeñas y manejables, sin renunciar a los beneficios de la modernidad técnica.
A pesar de los avances significativos en la adopción de tecnologías digitales en África Subsahariana, la región aún enfrenta importantes desafíos en su desarrollo digital, los cuales están limitando su potencial de crecimiento económico e inclusión social. Según el Banco Mundial, aunque al final de 2021 el 84% de la población en África Subsahariana vivía en áreas con cobertura 3G y el 63% tenía acceso a cobertura 4G, solo el 22% estaba utilizando servicios de internet móvil. Esta brecha entre cobertura y uso es igualmente pronunciada en el caso de la banda ancha, donde el 61% de la población vive dentro del rango de cobertura, pero no la utiliza. Una de las principales barreras es la asequibilidad. En 2024, el costo promedio de un gigabyte (GB) de datos móviles es 5 veces el del promedio mundial.
Además, en 2021, el costo medio de un teléfono móvil básico con capacidad para internet representaba más del 25,2% del producto interno bruto (PIB) per cápita mensual, lo que hace que la conectividad sea inaccesible para una gran parte de la población.
Otro desafío significativo es la brecha de género digital. En África Subsahariana, las mujeres tienen un 37% menos de probabilidades que los hombres de usar internet móvil, según datos de GSMA de 2023. Esta disparidad no solo afecta la equidad de género, sino que también limita el impacto transformador de la tecnología en las vidas de las mujeres y en el desarrollo socioeconómico de la región.
La superación de estas barreras es esencial para desbloquear el potencial completo de la economía digital en África Subsahariana y asegurar que los beneficios de la conectividad se distribuyan equitativamente en toda la región.
ECONOMÍA DIGITAL:
TECNOLOGÍA PRODUCTIVA Y DESARROLLO
La economía digital ofrece una vasta gama de oportunidades para el desarrollo productivo y la inclusión económica de la diáspora africana y las comunidades afrodescendientes en América Latina. Las tecnologías emergentes no solo tienen el potencial de transformar industrias existentes, sino también de crear nuevas áreas de crecimiento y empleo. Desde la fabricación avanzada con impresoras 3D hasta las plataformas de comercio electrónico, estas innovaciones pueden ser catalizadoras de un cambio positivo y equitativo. La tecnología es una pieza fundamental en la llamada economía compartida, que puede desempeñar un rol importante en la reducción de las brechas socioeconómicas históricas y en la promoción de un desarrollo económico más inclusivo. La economía compartida, también conocida como economía colaborativa, se basa en la idea de compartir recursos, servicios y bienes a través de plataformas digitales, lo que permite un uso más eficiente. Para las comunidades afrodescendientes, la economía compartida ofrece una oportunidad de superar barreras tradicionales de acceso al mercado, permitiendo a los emprendedores locales ofrecer sus servicios y productos a una audiencia más amplia sin necesidad de grandes inversiones iniciales.
Las plataformas de comercio electrónico están ampliando los mercados, permitiendo a pequeños empresarios y artesanos llegar a clientes globales sin intermediarios costosos. Un ejemplo de cómo la tecnología puede impulsar el desarrollo económico es la plataforma en línea desarrollada con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para la venta de alimentos orgánicos producidos por agricultores familiares. El proyecto fue implantado en los estados de Piauí y Amazonia, en Brasil, y permitió a estos productores no solo mantener, como también ampliar sus ventas durante la pandemia de COVID-19, beneficiando a agricultores de diversos municipios, incluidos aquellos de comunidades quilombolas. Hay ejemplos también en la venta de artesanía. El "social selling" está ayudando a expandir el acceso a los mercados para artesanos, brindándoles nuevas formas de comercializar y vender sus productos en línea. En Costa Rica, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) lanzó la plataforma Tico Treasures para que los 17 colectivos artesanales, que integran 300 MiPymes del programa Artesanías con Identidad, puedan vender sus productos en línea y enviarlos a cualquier parte del mundo. En Colombia, Artesanías de Colombia ha implementado estrategias digitales que han permitido a los artesanos ampliar sus potenciales clientes y aumentar sus ventas. Las plataformas digitales y las redes sociales como WhatsApp Business, Instagram y Facebook se han convertido en herramientas esenciales para que los artesanos promocionen y vendan sus productos en cualquier momento del año, superando la dependencia de eventos presenciales como ferias artesanales.
(“afroturismo”) que juega un papel crucial en la conservación y difusión de las tradiciones, lenguas, rituales y estilos de vida de las comunidades étnicas, y el turismo ecológico.
La inteligencia artificial generativa también está abriendo nuevas posibilidades en la creación de contenidos y servicios personalizados, mejorando la eficiencia y la creatividad en diversos sectores. La IA generativa puede producir textos, imágenes, música y vídeos, facilitando la creación de contenido para marketing, educación y entretenimiento. Esto permite a las empresas reducir costos y tiempos de producción, al tiempo que mantiene o mejora la calidad del contenido. Por ejemplo, herramientas como ChatGPT (OpenAI) y Claude (Anthropic), creadas a partir de los modelos de lenguaje de gran escala (LLM –Large Language Model), pueden generar artículos, blogs y publicaciones en redes sociales que pueden atraer y retener clientes. Una de las más impactantes posibilidades del uso de la IA generativa es que personas de todos los niveles educativos pueden tener acceso a conocimiento y tecnología de una manera mucho más sencilla. Con la capacidad de interactuar con esos modelos, las personas pueden explicar sus necesidades de manera natural y obtener productos técnicos de alta calidad. Estos productos pueden incluir códigos de software, reportes financieros, e instrucciones de ingeniería y agricultura, democratizando el acceso a herramientas y conocimientos avanzados. La facilidad con la que estos modelos permiten generar contenido técnico complejo reduce significativamente las barreras de entrada para aquellos sin formación especializada.
Por ejemplo, un pequeño agricultor puede solicitar recomendaciones precisas sobre técnicas de cultivo, o un emprendedor puede obtener un plan financiero detallado, sin necesidad de contratar servicios costosos. Esto no solo empodera a individuos, sino que también puede impulsar el desarrollo económico en comunidades tradicionalmente marginadas.
A pesar de los problemas actuales, como la "alucinación" (cuando los modelos producen contenido que no está basado en hechos reales), la evolución de estos modelos es rápida. Con cada iteración, los desarrolladores trabajan para mejorar la precisión y fiabilidad del contenido generado. Se espera que, en el futuro, el contenido producido por la IA generativa sea cada vez más confiable y preciso, reduciendo aún más los riesgos asociados con su uso.
La inteligencia artificial generativa no solo transforma el acceso al conocimiento técnico, sino que también amplía significativamente la capacidad de generación de contenido artístico de alta calidad. Esta tecnología tiene aplicaciones revolucionarias en el diseño de productos, marketing, cine y música, permitiendo a los creadores explorar nuevas fronteras creativas y producir trabajos innovadores con una eficiencia sin precedentes. Por ejemplo, en el ámbito del diseño de productos, la IA generativa puede generar innumerables variaciones de un diseño base, optimizando aspectos como la ergonomía, estética y funcionalidad.En marketing, la IA generativa puede crear contenido visual y escrito personalizado para campañas publicitarias.
Desde la generación de imágenes y videos impactantes hasta la redacción de textos para comunicarse de manera efectiva con diferentes segmentos de audiencia. En la industria cinematográfica, la IA generativa tiene el potencial de transformar la creación de guiones, la animación y los efectos visuales. Los guionistas pueden utilizar modelos de lenguaje avanzado para desarrollar diálogos y tramas, mientras que los animadores pueden aprovechar la IA para generar escenas y personajes de manera más eficiente. Esto puede dar a los artistas periféricos y de las comunidades afrodescendientes acceso a producir contenido competitivo a niveles que anteriormente solo grandes estudios de producción podían alcanzar.
DESARROLLO DE LA INFRAESTRUCTURA TECNOLÓGICA CON 5G E INTERNET DE LAS COSAS
La región de América Latina y el Caribe (ALC) es la segunda del mundo con mayor contingente de población urbana, con el 80% de sus habitantes viviendo en áreas urbanas. Este fenómeno de urbanización masiva también afecta significativamente a la población afrodescendiente, con más del 82% de los afrodescendientes viviendo en áreas urbanas, según el Banco Mundial. En la mayoría de los países de la región, el porcentaje de afrodescendientes que viven en zonas urbanas supera el 70 por ciento.
Las ciudades inteligentes (SmartCities) se presentan como una solución innovadora para mejorar la calidad de vida en estas áreas urbanas densamente pobladas. Estas Smart Citiesutilizan conectividad, sensores distribuidos por el entorno y sistemas de gestión inteligente para resolver problemas inmediatos, organizar escenarios urbanos complejos y crear respuestas innovadoras alineadas a las necesidades de sus ciudadanos. Una ciudad inteligente pone a las personas en el centro del desarrollo, incorporando tecnologías de la información y comunicación en la gestión urbana para estimular la formación de un gobierno eficiente, que engloba el planeamiento colaborativo y la participación ciudadana.
Al centrarse en la participación ciudadana y en soluciones tecnológicas inclusivas, las ciudades pueden mejorar significativamente la calidad de vida de la población afrodescendiente urbana, proporcionando mejores servicios, infraestructuras y oportunidades económicas.
La Internet de las Cosas (IoT) está emergiendo como una tecnología clave que tiene el potencial de transformar diversas industrias y mejorar significativamente la calidad de vida. La IoT es un componente fundamental en el desarrollo y funcionamiento de las ciudades inteligentes. El IoT permite una gestión más eficiente de los recursos urbanos como el agua, la energía y los residuos. Sensores distribuidos por la ciudad pueden monitorear en tiempo real el consumo de agua y energía, detectar fugas o fallos en la infraestructura, y optimizar el uso de estos recursos. El IoT mejora significativamente la movilidad urbana mediante la gestión inteligente del tráfico y el transporte público. Sensores y cámaras conectadas pueden monitorear el flujo de tráfico, ajustando los semáforos en tiempo real para reducir congestionamientos. Además, las aplicaciones de transporte público pueden proporcionar información en tiempo real sobre horarios y retrasos, mejorando la experiencia de los usuarios del transporte público, principalmente los de los barrios periféricos.
La prevención de accidentes y desastres naturales también es una importante aplicación de la IoT en las ciudades inteligentes. Sistemas de alerta temprana, basados en sensores ambientales, pueden detectar incendios, fugas de gas o condiciones meteorológicas adversas, permitiendo una respuesta rápida y eficiente. El IoT también facilita la participación ciudadana y la transparencia en la gestión urbana.
A través de aplicaciones móviles y plataformas en línea, los ciudadanos pueden reportar problemas en tiempo real, como fallos en los servicios públicos o problemas de seguridad.
Más allá de las ciudades inteligentes, el IoT está impactando áreas específicas como la agricultura, la salud, la fabricación y la logística, entre otras. En la agricultura, la IoT permite la implementación de miríadas de sensores en los campos que micromonitorizan los niveles de humedad del suelo. Estos sensores posibilitan un riego de alta precisión, incrementando la productividad agrícola y, al mismo tiempo, reduciendo sustancialmente el consumo de agua. Esta tecnología es especialmente importante en regiones donde el agua es un recurso escaso, proporcionando una solución sostenible y eficiente para los agricultores. Además, los datos satelitales y geoespaciales están siendo utilizados para monitorear cultivos, prever desastres naturales y planificar el uso de la tierra, contribuyendo a una agricultura más sostenible y resiliente.
En el sector sanitario, los dispositivos conectados como inhaladores inteligentes e inyectores de insulina permiten a los pacientes gestionar mejor sus condiciones de salud. Además, los dispositivos llevables, como los biosensores, permiten a los profesionales de la salud recabar datos y vigilar a distancia a los pacientes, facilitando el tratamiento continuo fuera de los entornos clínicos. Por ejemplo, un sensor inteligente que monitorea la tensión arterial, el pulso y la actividad física con quema de calorías puede proporcionar información valiosa para el médico de cabecera, ayudando a ajustar tratamientos y estrategias de salud personalizadas.
Este amplio conjunto de aplicaciones demuestra la capacidad de la IoT para mejorar la calidad de vida, haciendo posible una vida más limpia, eficiente y productiva desde el punto de vista ambiental. La tecnología IoT promete reducir residuos, costos e inconvenientes, y al mismo tiempo, maximizar la eficiencia en diversas áreas. Su capacidad de monitoreo y control granular permite implementar soluciones a gran escala con un alto grado de automatización, optimizando todos los aspectos del proceso para lograr una máxima eficiencia y un mínimo impacto ambiental.
La adopción generalizada de redes 5G es fundamental para situar a la IoT en el primer plano e impulsar el desarrollo de las SmartCities, debido a su baja latencia comparada con 4G/LTE. Según un reporte de GSMA, la tecnología 5G no solo mejora las velocidades de conexión, sino que también es fundamental para aplicaciones de baja latencia y alta confiabilidad. Esto incluye desde drones y robots en la manufactura y la logística, hasta infraestructuras inteligentes y redes de suministro que se autodiagnostican.
Para 2030, se estima que la tecnología 5G representará más de la mitad del total de conexiones en al menos siete países de América Latina. La implementación del 5G requiere grandes inversiones, lo que se traduce en numerosas oportunidades de empleo y desarrollo para mipymes en los segmentos de comunicación, ingeniería y tecnología. Este desarrollo económico puede ser una puerta importante para generación de ingreso y para alcanzar mayores niveles de equidad social, especialmente para la población afrodescendiente, que es predominantemente urbana. Para maximizar los beneficios del 5G y la IoT, por otro lado, es esencial contar con políticas públicas que apoyen las inversiones en infraestructura y mejoren la asequibilidad de los servicios digitales.
Un entorno regulatorio adecuado es fundamental para la implementación rápida, eficiente y democrática de estas tecnologías. Los ejemplos internacionales, como las metas de la Comisión Europea para cobertura 5G, pueden servir como referencia para los países de América Latina en sus estrategias de transformación digital.
El desarrollo de ciudades inteligentes en América Latina y el Caribe debe enfrentar retos significativos relacionados con la pobreza y la desigualdad, fenómenos que son particularmente visibles en el contexto urbano. A pesar de los beneficios potenciales de las tecnologías avanzadas y la conectividad, el crecimiento de las ciudades a menudo se acompaña de desafíos como mayores tiempos de traslado, niveles de contaminación, precios de la vivienda y tasas de criminalidad. Sin abordar estos desafíos de manera objetiva e intencional, existe el riesgo de que las brechas tecnológicas amplíen aún más las disparidades que afectan a las poblaciones afrodescendientes de la región. La Sociedad 5.0 es un concepto que representa la visión de una nueva sociedad que integra avanzadas tecnologías digitales, como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT) y la robótica, con las necesidades humanas para promover un desarrollo sostenible, inclusivo y centrado en el bienestar de todas las personas. La Sociedad 5.0 pone un énfasis especial en la utilización de estas tecnologías para resolver problemas sociales, reducir desigualdades y mejorar la calidad de vida sin sacrificar el equilibrio ambiental. Para las comunidades afrodescendientes en América Latina, el concepto de Sociedad 5.0 ofrece un marco prometedor para abordar históricas desigualdades a través de una transformación digital justa.
Al priorizar la inclusión y el bienestar humano en el desarrollo y aplicación de tecnologías, la Sociedad 5.0 puede facilitar el acceso equitativo a servicios esenciales, oportunidades económicas y participación cívica, promoviendo la equidad racial y social.
PARTICIPACIÓN Y CIUDADANÍA DIGITAL
La tecnología está transformando la manera en que las personas participan en la vida cívica. Las herramientas tecnológicas están empoderando a las organizaciones de la sociedad civil y a las comunidades de la diáspora africana, ofreciendo nuevas oportunidades para la participación ciudadana, la defensa de los derechos humanos y la promoción de la equidad. Herramientas como Change.org y Avaaz facilitan la creación de peticiones en línea que pueden movilizar a grandes comunidades y generar cambios significativos en políticas públicas. Las redes sociales como Facebook, X (ex-Twitter) e Instagram se han convertido en poderosas herramientas para la organización comunitaria y la defensa de derechos. Permiten la difusión rápida de información, la coordinación de eventos y protestas, y la creación de campañas de sensibilización. Estas plataformas también proporcionan un espacio para compartir experiencias y construir solidaridad entre diferentes grupos de la diáspora africana. En la misma línea, las aplicaciones móviles y los servicios de mensajería instantánea, como WhatsApp, Telegram y Signal, son herramientas clave para la comunicación segura y la difusión de información. En muchas comunidades, los teléfonos móviles son la principal vía de acceso a internet, lo que hace que estas aplicaciones sean fundamentales para la participación cívica y la defensa de derechos.
Herramientas como Open Data Kit y Ushahidi permiten a las comunidades recopilar y analizar datos sobre la prestación de servicios públicos y las necesidades de la comunidad. Open Data Kit (ODK) es una suite de herramientas de código abierto que facilita la recolección de datos en campo mediante formularios digitales, permitiendo a los usuarios capturar datos de manera eficiente y precisa, incluso en áreas con conectividad limitada. Ushahidi, por su vez, es una plataforma utilizada en todo el mundo para monitorear, mapear y movilizar comunidades con el fin de generar cambios positivos. La plataforma permite a los usuarios rastrear instancias de violencia, desastres naturales y la propagación de infecciones, así como construir redes de ayuda mutua y empleos disponibles, entre otras aplicaciones.
Además de permitir la colaboración, la tecnología también está permitiendo hacer un mejor control de las instituciones del Estado. OpenSpending es una plataforma global que proporciona acceso a datos de gastos públicos. Permite a los usuarios explorar y visualizar cómo se gastan los fondos públicos en diferentes regiones y sectores. Base de Dados es una organización no gubernamental, sin fines de lucro y de código abierto en Brasil que se dedica a universalizar el acceso a datos de calidad. Su misión es fomentar una cultura de transparencia y datos abiertos a través de la creación de herramientas innovadoras, la producción y difusión del conocimiento, y la promoción de buenas prácticas en el uso de datos. El Open Budget Survey, gestionado por la International Budget Partnership (IBP), evalúa la transparencia presupuestaria de los gobiernos de todo el mundo. Proporciona una base de datos comparativa sobre la disponibilidad de información presupuestaria pública.
Estas y otras aplicaciones similares ayudan a las organizaciones de la sociedad civil a monitorear la transparencia gubernamental y exigir rendición de cuentas.
En situaciones de desastres naturales, la tecnología desempeña un papel crucial en la coordinación de esfuerzos de socorro y en la minimización del impacto en las comunidades afectadas.
Los mapas de datos abiertos son esenciales para esta coordinación. Iniciativas como del Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT) permiten a los voluntarios de todo el mundo contribuir a la cartografía de áreas afectadas en tiempo real, proporcionando información vital para los equipos de emergencia. Estos mapas ayudan a identificar las áreas más necesitadas y a planificar la distribución de recursos y la asistencia humanitaria. La información geográfica es proporcionada por voluntarios (VGI –volunteeredgeographic information) ha demostrado ser vital para la respuesta rápida y efectiva en estos escenarios. CrisisCommons es una organización global que conecta a voluntarios, tecnólogos, académicos y expertos en crisis para ayudar a las comunidades afectadas por desastres naturales. Durante el terremoto en Haití, CrisisCommons organizó hackathonsy reunió a voluntarios de todo el mundo para mapear áreas afectadas, identificar necesidades urgentes y coordinar esfuerzos de ayuda.
En otro campo de actuación, las plataformas de aprendizaje en línea, como Coursera y Khan Academy, también pueden ser utilizadas para mejorar la participación cívica por medio de la educación, ofreciendo cursos sobre derechos humanos, activismo y tecnología, por ejemplo. La UNESCO ha lanzado la iniciativa de Educación para la Ciudadanía Global (GCE, por sus siglas en inglés) con el objetivo de educar a niños y niñas en la participación social activa y la búsqueda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) para 2030 y ha buscado equipar a los docentes y otros educadores con nuevas herramientas pedagógicas para avanzar en el aprendizaje digital equitativo, accesible y de calidad para la ciudadanía global.
La disponibilidad de un amplio conjunto de herramientas abiertas ofrece una oportunidad sin precedentes para que las organizaciones de defensa de los derechos de la población afrodescendiente adquieran una fuerte relevancia y protagonismo en el debate público. Al saber utilizar estas herramientas, las organizaciones pueden aprovechar los beneficios que la tecnología ofrece para documentar injusticias, movilizar recursos, y participar activamente en la formulación de políticas públicas. Esto no solo fortalece la capacidad de estas organizaciones para influir en el debate público, sino que también empodera a las comunidades afrodescendientes, promoviendo la equidad y la justicia social. La tecnología, cuando se utiliza de manera estratégica y consciente, puede ser un poderoso aliado en la lucha por los derechos humanos y la inclusión social.
ENERGÍAS RENOVABLES
En 2022, las emisiones del sector energético global alcanzaron un récord de 37 gigatoneladas (Gt), un aumento del 5% respecto a 2015. No obstante, se ha avanzado considerablemente en el despliegue de tecnologías de energía limpia y en la reducción de sus costos, lo cual está alterando las perspectivas de emisiones para el sector energético. Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA) para las emisiones globales de CO2 en el escenario de Políticas Declaradas (STEPS) han sido revisadas a la baja progresivamente.
El consumo de energía per cápita es altamente desigual entre países, y el consumo de energía limpia aún más. La mitad de toda la energía limpia suministrada es utilizada por el 15% de la población mundial, la mayoría de los cuales vive en economías avanzadas.
Uno de los factores que contribuyen a esta situación es el elevado costo de adopción de tecnologías de energías renovables, como los paneles solares. Los costos iniciales significativos pueden no favorecer a los hogares más pobres. Estos gastos incluyen no solo la compra e instalación de los equipos, sino también el mantenimiento y la posible necesidad de adaptar la infraestructura existente. Asimismo, existe un riesgo significativo de que los menos favorecidos vean menos beneficios de la transición a menos que se implementen políticas de apoyo centradas en las personas. Por otro lado, la transición hacia energías renovables ofrece una oportunidad para que las comunidades afrodescendientes en América Latina y el Caribe lideren el desarrollo sostenible y la transición energética en la región. Aprovechando el considerable potencial de la región en energías renovables, estas comunidades no solo pueden beneficiarse de fuentes energéticas limpias, sino también posicionarse a la vanguardia de la innovación energética. El apoyo técnico y financiero de gobiernos y organizaciones de desarrollo es esencial para promover esta transición. Por ejemplo, iniciativas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en África y Oriente Medio han utilizado tecnologías de energías renovables para restaurar el acceso a la energía en zonas de conflicto, incluyendo en instalaciones de salud y escuelas, así como para mipymes, necesidades de riego y medios de vida agrícolas.
Kenya a menudo sirve como un punto de referencia para la rápida electrificación. Apodada como la "Joya de África", Kenya aumentó agresivamente el acceso a la electricidad, logrando una tasa de electrificación del 73% a partir de un 8% en menos de dos décadas. Sin embargo, a pesar de esta disponibilidad, la electricidad sigue siendo en gran medida inaccesible económicamente para la mayoría de los kenianos. La imposición de impuestos y tarifas más altas por parte del gobierno, junto con la devaluación de la moneda local (el chelín keniano) y el
aumento del costo de importación de combustibles fósiles, ha incrementado los costos de la electricidad para los hogares kenianos.
Para garantizar que las áreas pobres tengan acceso a energía barata y limpia, organizaciones de desarrollo han propuesto iniciativas enfocadas en el tema. Un ejemplo es el African SCENe (SustainableCommunityEnergyNetworks), un proyecto desarrollado con apoyo de instituciones del Reino Unido que tiene como objetivo proporcionar aulas con energía solar en Kenya, con pilotos planificados en las comunidades de barrios marginales en Nairobi. El proyecto fue desarrollado para identificar escuelas dentro de comunidades suburbanas de bajos ingresos en Nairobi que podrían convertirse en centros de energía limpia. Así, además de proveer una mayor calidad de enseñanza con apoyo de recursos eléctricos y electrónicos, estas escuelas van a poder generar, almacenar y distribuir energía renovable y limpia para las comunidades a las que sirven.
La transición para la energía limpia también brinda oportunidades laborales y de emprendimiento, que pueden tornarse una importante fuente de ingreso para la población afrodescendiente, que frecuentemente tiene mayores tasas de desempleo. La expansión de la industria de energías renovables va a generar empleos y oportunidades de capacitación en áreas como la instalación, el mantenimiento y la operación de sistemas de energía limpia. El número de empleos en el sector energético podría crecer a 101 millones para 2030 bajo estimativas que consideran las políticas existentes (no ideales). En el Escenario de reducción de 1.5°C (deseado), esta cifra podría llegar a 134 millones, duplicando los 67 millones actuales. A pesar de las pérdidas sustanciales de empleos en los combustibles fósiles (alrededor de 12 millones), se espera que estas sean más que compensadas
por un aumento de empleos en sectores relacionados con la transición energética.
Sin embargo, estos empleos estarán distribuidos de manera desigual a través de las regiones. Se proyecta que Asia representará el 55% de los empleos globales en energía renovable para 2050, seguida por Europa con un 14%, las Américas con un 13% y el África Subsahariana con un 9%. Este reparto refleja no solo el tamaño de las poblaciones y economías, sino también la capacidad de los países para escalar el despliegue de energías renovables y desarrollar cadenas de suministro domésticas significativas.
El rápido despliegue de tecnologías de energía limpia impone tensiones en las cadenas de suministro, especialmente para minerales críticos. A pesar del impresionante progreso desde 2015 en el desarrollo de estas cadenas de suministro, el ritmo esperado de crecimiento en el suministro de minerales críticos aún no coincide con el de las adiciones de capacidad de fabricación para tecnologías de energía limpia. América Latina, con su ya consolidado sector minero, es una región clave en la producción de minerales esenciales para las tecnologías de energía limpia. Este sólido sector minero puede ser la base para diversificarse en la extracción de nuevos minerales que son fundamentales para la transición energética global. La región produce actualmente grandes cantidades de litio (35% del suministro global), fundamental para las baterías, y cobre, que es vital para la expansión de las energías renovables y las redes eléctricas. Al aprovechar y expandir su capacidad de producción minera, América Latina puede ayudar a la economía global a evitar déficits y cuellos de botella que podrían obstaculizar el avance hacia una energía más limpia. Esto no solo beneficiará a la región en términos de desarrollo económico y generación de empleo, sino que también la posicionará como un actor esencial en el suministro global de materiales necesarios para la sostenibilidad energética.
MUJERES Y JÓVENES EN TECH
Las habilidades digitales se definen ampliamente como un “conjunto de capacidades para usar dispositivos digitales, aplicaciones de comunicación y redes para acceder y gestionar información”. Estas habilidades permiten a las personas crear y compartir contenido digital, comunicarse y colaborar, y resolver problemas para un desarrollo personal, educativo, laboral y social efectivo y creativo. Estas habilidades son fundamentales en las carreras tecnológicas, que requieren un dominio significativo de estas competencias.
Históricamente, las mujeres han estado subrepresentadas en las carreras tecnológicas. Las mujeres representan solo el 26% de todos los puestos informáticos, y las estadísticas son aún peores para las mujeres negras y latinas, que combinadas representan aproximadamente el 5% de estos puestos. Un estudio de Girls Who Code con Accenture reveló que el 50% de las mujeres abandonan el sector tecnológico a los 35 años, muchas debido a ambientes de trabajo inhóspitos o a la falta de modelos femeninos. Promover la inclusión de mujeres afrodescendientes en tecnología necesita romper los estereotipos. La organización Black Girls CODE ha surgido en este escenario con el objetivo de capacitar a jóvenes afrodescendientes en habilidades tecnológicas esenciales, como la programación, el desarrollo de software y la robótica. A través de talleres, campamentos de verano y programas extracurriculares, la organización fomenta el interés en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) desde una edad temprana. Estar en un ambiente inclusivo es fundamental.
Por ejemplo, estudiar en una cultura universitaria más inclusiva tiene un fuerte impacto en la decisión de una mujer de buscar un trabajo en tecnología, aumentando esta probabilidad en un 21% durante los primeros años universitarios, y en un 19% y 14% en los años posteriores. Los hombres también se benefician de una cultura más inclusiva.
Diversas instituciones realizan esfuerzos significativos para integrar a las jóvenes en el ámbito de las tecnologías, muchas veces por razones económicas. Por ejemplo, la Unión Europea ha históricamente desarrollado programas para promover carreras tecnológicas entre las mujeres jóvenes, dado que el sector tecnológico representó el 5,5% del PIB de la Unión Europea en 2021 y el 4,4% de sus empleos, y enfrenta una escasez de profesionales. La reducción de la brecha digital de género puede impulsar significativamente la formación de profesionales para el mercado de trabajo en tecnología. En América Latina, 48% de las vacantes de TI no son cubiertas por falta de personal. El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación de Colombia apunta para un déficit de 200.000 trabajadores en el área de tecnología en el país para el año de 2025.
La inclusión de mujeres y jóvenes afrodescendientes en el sector tecnológico en América Latina tiene el potencial de generar beneficios significativos para la región. No solo se lograría una mayor equidad de género y diversidad en este sector fundamental, sino que también se contribuiría a cerrar la brecha de habilidades en tecnología y la escasez de profesionales, lo que es vital para el crecimiento y la competitividad global.
Necesitamos una tecnología emancipadora, es decir:
1. Que mejore las condiciones de vida de la afrodescendencia en la región, a través de soluciones prácticas, funcionales y enfocadas.
2. Que acerque las oportunidades en educación y empleabilidad que ofrece la era tecnológica y promueva el acceso de las poblaciones que históricamente han estado excluidas del mercado y el uso de herramientas tecnológicas.
3. Que promueva la interconexión, evolución y adaptación de las tecnologías ancestrales y el liderazgo diaspórico global de la afrodescendencia.
LA AGENDA COLECTIVA DE FUTURO QUE CONSTRUIREMOS SOBRE EQUIDAD RACIAL Y TECNOLOGÍA TENDRÁ DOS EJES
FUNDAMENTALES:
1. Visión y acción sistémica: Inteligencia Artificial, Datos, Soberanía digital y cambio de algoritmos para la incidencia. Derechos digitales y privacidad.
2. Economía digital y desarrollo de soluciones: emprendimiento digital, fintech, fondos de inversión, energías renovables, educación para el futuro, programación y desarrollo de software.
TARCIZIO SILVA BRASIL
Senior Fellow Tech Policy Mozilla Foundation
ALEXANDER
ESTACIO COLOMBIA
Director de servicios de información y tecnología Uniandes
Análisis de datos, visibilización e identificación de variables
CÉSAR
LINS BRASIL
Consultor del Banco de Desarrollo de América Latina – CAF
Inteligencia Artificial
VISIÓN Y ACCIÓN SISTÉMICA
Visibilidad y datos para la incidencia
Fortalecimiento de internet 5G e internet de las cosas.
TAÍS
OLIVEIRA BRASIL
Académica, experta en soberanía digital, tecnología y relaciones étnico-raciales
Cambio de algoritmos y posicionamiento de nuevas narrativas
KAREN SANTOS BRASIL
CEO - UX para Minas Pretas
Formación para el empleo en tecnología.
Emprendimiento y comunicación digital
JIMMY GARCÍA
COLOMBIA
Fundador y director de la Escuela de Robótica del Chocó.
SILVANA BAHÍA BRASIL
Co - Directora ejecutiva de OLABI
de Cultura de Colombia
ECONOMÍA
DIGITAL
Formación para el desarrollo de soluciones tech
Uso de FINTECH e inversión en tecnología para la equidad racial.
DIEGO
RODRÍGUEZ COLOMBIA
Director de pregrados en contaduría y finanzasICESI
Soberanía digital y ejercicio de derechos digitales
TATIANA CARETT
EE.UU.
Presidente Latinas in Tech - New York City
Programación y desarrollo de software.
DORCAS OWINOH KENIA
Directora ejecutiva de Lakehub
ABIGAEL
OKELLO KENIA
Fundadora y directora ejecutiva de Solar Mtaani
Herramientas tecnológicas para prevención y atención médica básica.
Soluciones en energías renovables.
FUENTES Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
● Hawking warns AI 'could spell end of human race'. (2014) https://phys.org/news/2014-12-hawking-ai-human.html
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