Marzena KoĹźyczkowska
I. Cultura Olmeca
Es posible situar esta civilización entre los años 1300 y 600 a.C., Los Olmecas vivieron en la región que comprende la parte sur del estado de Veracruz y al oeste del estado de Tabasco, sobre el Golfo de México, entre el río Grijalva y el Papaloapa, ocupando un área de 18.000 kilómetros cuadrados. Los principales centros olmecas fueron La Venta, San Lorenzo y Tres Zapotes, en ellos se han encontrado grandes edificaciones e impresionantes esculturas. Con los olmecas se inicia la civilización en Mesoamérica. Fueron ellos quienes establecieron las bases para el desarrollo posterior de otros pueblos, en cuanto a aspectos sociales, políticos, económicos y religiosos .
La escultura y el relieve constituyen sin duda las realizaciones artísticas más destacable de la cultura olmeca. A pesar de no existir una cantera de piedra cercana, se cree que las transportaban de la provincia de Tuxtlas y de las laderas de la sierra de Chiapas, realizaron enormes monumentos de piedra y esculpieron colosales figuras. Destacan las hachas ceremoniales, las figuras humanas sedentes, los niños con expresión de llanto. Muchos de estos objetos, junto con figurillas de arcilla, se enterraban como ofrendas fúnebres.
Cabezas monumentales - La primera de ellas fue descubierta en 1862 en Tres Zapotes. Sin embargo, San Lorenzo fue un centro de poder territorial importante y es este lugar donde se han encontrado el mayor número de cabezas colosales. Son bloques monolíticos de basalto, suelen medir entre 1’60 y 3 metros de altura; su peso oscila entre 6 y 25 toneladas. Posee unas características físicas que recuerdan a la raza negroide: nariz ancha, labios gruesos y ojos abotagados, que se cubren con un casquete ajustado que cae por los lados. Cada una de ellas muestra rasgos faciales distintos, como si fueran retratos.
Pudieron haber sido reyes o sacerdotes. Se las han interpretado también como pertenecientes a gobernantes y guerreros. También se ha especulado con la posibilidad de que fueran jugadores de pelota porque el tocado que llevan, ya que podría tratarse del casco de protección para este juego ritual. Otros sostienen que podrían ser ‘cabezas de linaje’, es decir que serían un monumento de culto a los muertos. Se sabe que estaban totalmente pintadas, Hasta el momento se han descubierto 17 cabezas.
Respecto a la presencia del jaguar y del niño se han hecho algunas interpretaciones. El niño se asocia con frecuencia al sacrificio, porque en muchas culturas el niño se ha considerado como el ser más puro e inocente y con capacidad de intermediación entre los hombres y los dioses. Incluso también hay una asociación, el jaguar personifica el concepto del dios, por eso el tema de un hombre que lleva un niño jaguar normalmente muerto (sacrificado) es tan frecuente, niños que se ofrecían en sacrificio y se convertían en jaguares. No se sabe cómo los sacrificaban, pero también entre los aztecas se hacían sacrificios de niños que eran ahogados o despeñados. También el felino era el símbolo de la tierra, por tanto el culto al jaguar podría estar asociado a la fertilidad de la tierra.
El tema constante tratado en la iconografía es una combinación de hombre y jaguar, un hombre felino . Los rasgos físicos que aparecen en las cabezas y otras representaciones humanas se interpreta que corresponden a un acercamiento premeditado al jaguar (lo que podría explicar los rasgos negroides de las representaciones). El dios Jaguar (dios felino) fue un tema recurrente en México, siempre los sacerdotes se vistieron de animales, hasta la época azteca incluso hoy todavía permanece el concepto de hombre-jaguar. Es posible que los líderes representados quisieran parecer los representantes en la tierra de los dioses y de ahí su configuración.
Asociación antropomorfa que se da en la zona selvática gracias al jaguar. Esta asociación es lo más importante en el mundo olmeca. El dios jaguar es un tema muy recurrente hasta la época Azteca, así como el águila o el tigre.
Hacha
ceremonial
de
jade
translúcido .
Forma parte de los objetos típicos olmecas. A la nariz chata y la característica “boca olmeca”, se agregan otros rasgos también particulares de su estilo: hendidura en forma de V en el cráneo de ciertos personajes tal vez mitológicos, y cejas sinuosas conocidas como cejas de flama.
Este tipo de objetos se cree que tuvieron un simbolismo
religioso-ceremonial
La frecuencia con que aparecen rasgos felinos en combinación con la figura humana, ha llevado a sostener a nivel religioso un culto importante al jaguar.
Los altares son piezas monolíticas de piedra de forma rectangular, tienen relieves y una parte central de la que sobresale una figura humana que combina los rasgos de hombre y felino. Se conservan 9 altares. Hay algunos de estos altares que, entre esos relieves de figuras humanas, representan atlantes (figuras humanas que sostienen un techo). Los altares tienen un hueco en el frontal del que emerge una figura y está esculpida en bulto redondo. Pertenece al grupo de personajes importantes, al sector dirigente y también la propia actitud en que está representado expresa esa posición de autoridad. Normalmente ese nicho representa simbólicamente la boca de un jaguar.
Altar 4. La figura central que emerge del nicho extiende las manos y agarra una cuerda que va a parar a los laterales del altar. En uno de los laterales se conserva una figura humana con las manos atadas por esa cuerda. La relación entre los dos individuos es una relación de poder (amo-señor, cautivo). Se representan dos serpientes enfrentadas y afelinadas, que simbolizan la tierra. Las alas del casco representan el aire. Hacia el personaje hay unas ondas que simbolizan el agua. También de esas ondas salen recipientes de los que a su vez salen chorros de agua. Además, en el enfrentamiento de las serpientes encontramos un símbolo, el quinqunce (el 5 de un dado) que representa los cuatro puntos cardinales (olmecas pensaron que son el punto nuclear). También simboliza el equilibrio entre lo material y lo espiritual.
II. Cultura Tolteca - Pueblo nativo de México que emigró desde el
norte, tras la decadencia (en torno al año 700 D.C.) de la gran ciudad de Teotihuacán, y que estableció un estado militar en Tula, en el siglo X D.C. El pueblo tolteca creó una refinada cultura, que incluía conocimientos sobre la fundición del metal, el trabajo de la piedra, la destilación y la astronomía. La escultura y el relieve están muy ligados a la arquitectura; destaca el Chac Mool, una figura humana que apoya el torso en la tierra, levanta las piernas dobladas, con la cabeza levantada y girada al frente. En medio, con los brazos, sostenía un recipiente para depositar ofrendas, sacrificios a los dioses. Es una figura que siempre ha aparecido en recintos religiosos, algunos lo relacionan con el dios del agua. Han aparecido doce en Tenochtitlan azteca, siempre en lugares asociados al dios de la lluvia, Tláloc. Entre los toltecas representaba a un guerrero porque tiene similitudes con los atlantes del templo de la Estrella Matutina. Es posible que tuviera distintos significados según el tiempo y el lugar.
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TambiĂŠn realizadas en piedra destacan esculturas que muestran escenas
militares y de sacrificios humanos. Un ejemplo de ello es el coatepantli, un friso labrado en piedra que muestra una sucesiĂłn de serpientes que persiguen y devoran esqueletos.
El más frecuente es la imagen masculina que porta una o varias armas, acompañada en la mayoría de los casos por una serpiente emplumada y, en menor medida, por serpientes de nubes. Ya fuera en esculturas tridimensionales o en lápidas talladas en relieves, los personajes armados aparecen asociados a elementos arquitectónicos como atlantes, chac mool, pilastras, estelas, frisos y banquetas. Las representaciones tridimensionales parecen haberse dedicado a personajes míticos, entre los que destacan los atlantes y los chac mool. El atlante o cariátide es una figura masculina, de pie, cuya función aparente fue soportar el techo de las habitaciones situadas en la cúspide de los basamentos piramidales. Las más conocidas son las situadas en el Edificio B, que miden 4.60 m de alto.
Las imágenes de sus dioses e ídolos inmortalizados en la roca con un sentido mágico y religioso
Dios del fuego o Tolteca
En la parte posterior de los Atlantes de Tula, Hidalgo. México, podemos apreciar un círculo símbolo del universo y la creación, dentro de este se encuentra rodeado por un binario serpentino un rostro humano
La cultura azteca- fue el imperio de un pueblo que dominó el centro y sur del actual México, en Mesoamérica, desde el siglo XIV hasta el siglo XVI, y que es famoso por su organización; finalmente destruido por los conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas. El arte oficial mexica se inclinó claramente por la escultura en piedra realizada en bulto redondo como medio de comunicación, de manera que los artistas de Tenochtitlan retomaron y llevaron a sus últimas consecuencias una antigua tradición iniciada por la civilización olmeca.
El grupo más importante es el de las esculturas colosales confeccionadas para decorar los templos. Por lo general,
manifiestan un carácter religioso, y por medio de ellas se narran cualidades o acciones de carácter mítico, y escenas
de dioses o de reyes contenidas en grandes bloques de piedra; por ejemplo, la impresionante estatua de Coatlicue, la madre de los dioses, la tierra y el hombre; o esta Piedra del Sol o Piedra del Calendario.
Esta original talla, posiblemente aplicada al que fue trono de uno de los reyes aztecas mas poderosos, Motecuhzoma II, registra una ceremonia del Fuego Nuevo que tuvo lugar en 1507, un aconteciemiento de primera magnitud que celebra el comienzo de un ciclo en Mesoamérica, y que los aztecas elevaron a un nivel de culto estatal. También se muestran diversos dioses haciendo autosacrificios en un ritual de Coyolxauhqui, la hermana Huitzilopochtli y legitimación del gobernante y, en la parte de patrona de la luna. Como superior, el disco solar. la Piedra del Sol, se confeccionó para decorar un templo, de ahí su carácter religioso y mítico contenido en un gran bloque de piedra.
Tlazolteotl - diosa del parto y aparece dando a luz,también devoradora de mugre, que son los defectos de la gente.
La cultura Maya- los mayas se extendieron por el sur de Yucatán, parte de Guatemala y Honduras, entre los siglos III y XV. Fueron notables escultores. Para los diferentes trabajos en escultura, bajorrelieves, alto relieves y estelas utilizaron madera, estuco y piedra calcárea, ocasionalmente recubierta de estuco (pasta hecha de polvo de piedra calcárea, conchas y aglutinantes vegetales) pintado de diversos colores. Ejemplos más comunes en escultura: Águila, Chaac,Chac Mool, Cruces, dios descendente Ah Muken Kaab, Estelas, Falos, Flores, Greca, Hombre serpiente emplumada, Hombre barbado, Jaguares.
Máscara de estuco representando al dios Sol
La máscara mortuoria del gobernante de Palenque, una máscara de tamaño real creada para colocar sobre su cadáver, tenía “piel” hecha de jade y “ojos” hechos de madre perla y obsidiana.
Las estelas mayas- La forma más conocida de escultura son las Estelas, que eran monolitos de piedra con grabados de gobernantes o dioses y textos que han ayudado a entender su cultura. Los mayas las elaboraban para conmemorar alguna fecha importante o para conmemorar ciertos sucesos, como la llegada al poder de un jefe o un triunfo guerrero. Muchas de estas piezas era auténticos documentos que narraban la historia de los personajes que representaban, como si los mayas trazaran palabras en la roca. Los antiguos mayas usaban principalmente la piedra caliza para sus esculturas, porque es la más abundante. Además se empleaba la madera, el estuco y el barro, aunque con menos frecuencia. Suelen representar personajes masculinos de pie ricamente ataviados que a veces están acompañados por personajes secundarios como cautivos, mujeres, enanos, niños, animales y personajes sobrenaturales. Estos personajes pueden ser cortados de la pieza original y vendidos como pequeños bajorrelieves independientes.
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Bajorrelieve
Tabla Maya Del Templo Del Sol
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Alto relieve
Figura En Alto Relieve De Chac Mool Maya. Chaac, el dios de la lluvia, era representado con la boca abierta, mostrando dientes afilados.
Cultura Inca - es una cultura precolombina que se desarrollo en la zona Andina . Surge a principios de XIII . Se origina en la cuenca del Cuzco en el actual Perú y luego se desarrolla a lo largo del Océano Pacífico y los Andes que cubre la parte occidental de la América del Sur. En su apogeo, se extiende desde Colombia hasta que la Argentina y Chile, Más allá del Ecuador, Perú y Bolivia. Los trabajos realizados en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones incaicas que merece la pena destacar. Suele limitarse a representaciones zoomorfas de auquénidos, llamas, vicuñas y alpacas, y fitomorfas, mazorcas de maíz, que son conocidas como conopas y a numerosos cuencos y recipientes llamados popularmente morteros. Entroncados en las tradiciones artísticas andinas, los incas supieron imprimir un carácter propio y original a sus obras que se basó en una simplificación de las formas por medio de volúmenes geométricos sencillos y una esquematización de los motivos decorativos muy próxima a una concepción estética geometrizante y cubista. El arte inca se caracterizó por la sobriedad, la geometría y la síntesis, tendiendo más a lo práctico y funcional que a lo formal.
"Chimu-Inca"
Esculturas referentes a los dioses.
Cabeza inca de piedra con llauto y mascaipacha. Se cree que es una representaci贸n del dios Viracocha.
El Arte barroco – las tallas en madera
El arte barroco se refleja en la talla en madera destinado a cubrir y ornamentar el interior de las iglesias, a modo de compensación de las fallas o poca inspiración arquitectónica. Se dan esculturas también en madera con influencia manierista, lo mismo que canceles (segunda puerta a la entrada de las iglesias, las cuales contenían una puerta pequeña), para acceder a las iglesias. La talla en madera fue el principal ejemplar de arte barroco en la época colonial; la mezcla de la brillantez creativa de los elementos indígenas con los del arte barroco europeo, da como resultado una rica muestra artística. El barroco se caracteriza por su dinamismo y movilidad. Las cosas se ven en movimiento, en proliferación y abundancia.
A mediados del siglo XVII destacan Juan de Cabrera y Pedro de Lugo Albarracín, éste último autor de la popular imaginería del Señor Caído en la que exacerba el realismo dramático barroco; pero el no identificado Maestro del retablo de San Francisco, autor quizás no único de los tableros en altorrelieve de la iglesia franciscana de Bogotá clasificables como protobarrocos, es sin duda el más técnico y completo tallista de dicho siglo, a la par de los más destacados españoles.
Altar Mayor de la Iglesia de San Francisco, Bogotá
Pedro de Lugo Albarracín, El Señor caído
El escultor más sobresaliente del XVIII fue el andaluz Pedro Laboria, quien en la
iglesia de San Ignacio de Bogotá realizó un San Francisco Javier moribundo y El
éxtasis de San Ignacio, una verdadera
escenografía totalmente tallada por el artista. Otras esculturas de Laboria son
San Joaquín y la Niña María, de hermosa composición y elegante movimiento y la
dramática imagen de Santa Bárbara, en la iglesia del mismo nombre.
Santa Bárbara San Joaquín y la Niña María
Un punto interesante en el barroco criollo es el dorado, con el pan de oro, que consiste en realizar la talla del altar ensamblando sus piezas y entrando en el proceso de pulido y taponado de los poros de la madera, utilizando para ello lija y cola, además de una capa fina de arcilla que sirve de base a la laminilla de oro de 20 quilates, lámina delgada que se pega a la arcilla húmeda. Pedro Caballero, quien trabajara todos los altares de la iglesia de la Tercera de Bogotá, los cuales se distinguen por no haber sido recubiertos, como era habitual, con laminilla de oro.
Iglesia de San Francisco – Bogotá, el dorado, con el pan de oro
la iglesia de la Tercera de Bogotá
Se destaca los imágenes de bulto, sobre todo las quiteñas, como las de Ibarra, donde se siguen las mismas técnicas por tradición. Las imágenes de estas escuelas vienen de los talleres de Caspicara (nombre indígena de escultor quiteño Manuel Chili), quien se especializó en los cristos caracterizados por un enorme dramatismo en las imágenes, para proyectar un estado de conmoción o misticismo y manierismo.
Se toman de los europeos motivos de la flora y la fauna como el Haricot, del
francés habichuela, constituyendo uno de los detalles más utilizados en lo
referente a talla en madera, como se
observa en el ejemplo más conocido: el
estilo Luis XV, exhibido en casi todas las propuestas, dando como resultado el arte barroco rococó.
Cariátides (escultura, por lo general en
forma de figura femenina, que se utiliza a modo de soporte o columna), con piñas en la cabeza
Cariátides en el interior del Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile.
El más importante de este período fue Francisco de Legarda, creador de las vírgenes bailadoras paradas en una media luna. La patrona de Quito es una virgen bailadora.
Virgen de Quito
La Escultura a comienzos del siglo XX en Colombia La escultura colombiana de finales del siglo XIX y principios del XX es académica. La Escuela de Bellas Artes fundada como Instituto de Bellas Artes en 1882, contó con una buena nómina de profesores, entre los cuales se encuentra el italiano César Sighinolfi, de cuyas obras se tiene la escultura de Isabel la Católica y Cristóbal Colón.
La figura más significativa de esta época fue Marco Tobón Mejía (1876-1933), quien logró un trabajo original sintetizando influencia europea especialmente francesa, con algunas vanguardias tales como el Art Nouveau o el Simbolismo. Este artista, junto con Roberto Henao Buriticá, se dedicó a buscar en la escultura de los pueblos primitivos las formas originales de la concepción plástica y los estímulos más ocultos de la expresión; Tobón Mejía y Henao Buriticá dejan en su patria las maravillas del arte precolombino y se dedican en Europa a repetir las lecciones de la escultura neoclásica.
Roberto Henao Buriticá , La fuente de La Rebeca
Marco Tobón basa sus composiciones en el mundo vegetal, con predominio de la línea como eje decorativo, representando un mundo de fantasía y esoterismo.
Marco Tobón, La poesía y El silencio
Marco Tobón, Murciélago (una gran figura de mujer con alas de murciélago, de enigmático simbolismo)