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Más dura será la caída por Florencia Vizzi

MÁS DURA SERÁ LA CAÍDA

Por Florencia Vizzi

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El mito del “Far West” americano se erigió, valiente, audaz y blanco, como no podía ser de otra forma. Y fue a través del western, ese relato mitológico fundante, donde se construyó masivamente esa cosmogonía. Esto no le quita ni le agrega nada; el western es y seguirá siendo uno de los géneros más emblemáticos, clásico entre clásicos, por nutrirse ampliamente de otros y por forma y contenido.

El western se constituyó como género a la par del cine, fue un western la primera película que contó una historia (The Great Train Robbery, 1903) y ha sido el género dominante durante varias décadas, desde sus inicios. Es, posiblemente, uno de los más versátiles y con mayor capacidad de reinvención. Ha influido vasta e incalculablemente en otros géneros y subgéneros y podría ser catalogado como un género vivo (aún hoy, cuando muchos siguen firmando su partida de defunción) ya que ha sabido reformularse, nutrirse de otros y transformarse.

De hecho, podría decirse que el género clásico, tal como se consolidó en las décadas de 1920 y 1930, y que conoció su esplendor hasta bien entrada la década del 50, ha trasmutado. Tras apropiarse de aquellos elementos que lo han subvertido e incorporarlos a su lenguaje, mutó los propios arquetipos. Así ocurrió con el llamado “spaghetti western” y el western crepuscular, el género al que se creía moribundo, tomó esos tópicos y renació.

Ahora bien, ¿es posible, a estas alturas revisitar el género y sorprender? ¿Es posible, incluso después de las incursiones de Quentin Tarantino (Django Unchained y The Hateful Eight)?

Siempre es posible sorprender cuando hay una historia para contar. Y el director Jeymes Samuel parecía tener una muy buena historia cuando cerró trato con la plataforma Netflix para su película The Harder They Fall, (Más dura será la caída) un western que se estrenó directamente en streamming y que rápidamente se ganó, en forma más bien pareja, seguidores y detractores.

El nombre Jeymes Samuel es más conocido (mucho) en el mundo artístico por su seudónimo “The Bullits”. Se trata de un reconocido

músico y productor británico, cuya carrera se ha ligado íntimamente con el cine. De hecho, su

seudónimo es en honor a Bullit, aquella joyita dirigida en 1968 por Peter Yates y protagonizada por Steve McQueen.

The Harder They Fall fue su primer largometraje (hay un corto que la precede, They Die by Dawn, protagonizado por Rosario Dawson), por el que recibió el premio Bafta 2021. El guión fue coescrito con Boaz Yakin y la película, producida por el rapero Jay-Z y Lawrence Bender,

quien ha producido varias de las películas de Quentin Tarantino.

Vale aclarar también que hay una sociedad de larga data entre Samuel y Jay-Z, ya que el primero ha dirigido varios videoclips musicales del segundo.

Simpatía por la señora venganza

The harder they fall es, ante todo, una historia de venganza, pletórica de violencia, actuada impecablemente por un reparto de actores negros (casi en su totalidad), gravitada por una estética propia muy marcada y, como no podía ser de otra manera, considerando quién dirige y quién produce, una banda sonora que es casi un protagonista más y de vital importancia.

The Harder… comienza con una brutal escena

en la que un hombre y una mujer son asesinados frente a los ojos de su hijo (que recuerda un poco a Érase una vez en el oeste, de Sergio Leone). Luego, avanza varios años en el tiempo, cuando ese niño es ya un pistolero con amplia trayectoria que se dedica a robar el botín a otros maleantes, entre otras ocupaciones. Hasta que se entera de que aquel que ha matado a sus padres, logra escapar de la cárcel y, entonces, se verá obligado a perseguirlo para concretar su ven-

ganza.

Con esta premisa, que tendrá además su sorpresiva vuelta de tuerca sobre el final, la película avanza con todo lo que un film del género tiene que tener: persecuciones a caballo, emboscadas en las montañas, encapuchados que se roban entre sí, sheriffs nada respetables, cantina con musical incluido, peleas cuerpo a cuerpo, fugas de prisioneros, bancos asaltados, trenes tomados en medio de la nada y una serie de duelos que no tienen desperdicio. Y también, por supuesto, hay amor y épica.

Es un western en el estado más puro, que abreva de Leone y Tarantino, pero en el que pueden notarse claramente también, las influencias de John Ford y Howard Hawks. Sólo que Samuel, afortunadamente, le imprime su propio sello y para ello se apoya, por un lado, en un reparto sólido que entiende perfectamente la complejidad de los personajes, y por otro, en una estética que irrumpe desde lo convencional para romper con ello.

Todo esto se completa con un trabajo minucioso en la composición de las escenas, los colores y encuadres, que a la par de la música permiten acercarse a la película en una forma casi sensorial y eso es, precisamente, lo que posibilita una relectura de la trama en sí y también del género.

Malos buenos y buenos malos

A lo largo de todo el film se enfrentan dos bandas antagónicas, la de Rufus Buck, interpretado por un gran Idris Elba, a quien acompañan Regina King, en el papel de Trudy, y Lakeith Stanfield. La otra pandilla es la de Nat Love, el

niño que presenció el asesinato de sus padres

a manos de Rufus, protagonizado por Jonathan Majors. Con él están “Stagecoach” Mary, a quien da vida Zazie Beetz y Delroy Lindo. Pero ese enfrentamiento no es una acción de

buenos contra malos; cada uno de ellos tiene una razón. Y el director nos adentra en el mundo

de los protagonistas y sus circunstancias. En este punto, hay que decir que Samuel ha logrado un buen equilibrio entre la tragedia y el melodrama, el romance y la acción, ostentosamente violenta, y el humor.

Y dentro de ese equilibrio, se asoma con sutileza a los universos de cada uno, el dolor que los motiva y la búsqueda permanente para reconciliarse con lo que son y con lo que no han podido ser, sin hacer de esto una declaración ni permitir que modifique el tono de la película. Es más bien un atisbo, algo que está allí para quien quiera tomarlo.

El reparto casi totalmente negro le valió ciertas críticas y enojos; para algunos, se trató una postura “políticamente correcta” algo forzada, y para otros, una afrenta contra la historia del oeste americano, ese mito que se erigió fundamentalmente blanco, como decíamos al principio. Más allá de las decisiones del director, la verdad es que se estima que, tras la guerra civil y el triunfo del norte sobre el sur, miles de esclavos liberados buscaron nuevas oportunidades en el oeste y la población negra representó entre un 25 y un 30% del total.

Podría decirse que hay una cierta declaración de principios contra el llamado “whitewashing”.

De hecho, la hay. Aunque Samuels tuerce también ese límite, hasta tornarlo casi paródico en determinadas escenas, como cuando la pandilla de Nat Love toma la decisión de asaltar el banco

del Pueblo Blanco.

Además de todo lo dicho, The Harder… es visualmente impactante, y es una lástima que no se haya podido disfrutar en una sala de cine, lo que hubiera potenciado el poderoso maridaje entre lo visual y lo sonoro.

La fotografía del rumano Mihai Malaimare Jr. merecería varios párrafos aparte. Se combinan entonces el trabajo con la luz, los contrastes y las gamas tonales, los juegos con las sombras y el sensible contraste de la violencia con la belle-

za; y todo ello tiene su correlato en la banda sonora que sorprende y redimensiona la narrati-

va.

Con relación a este punto en particular, en diversas entrevistas, Samuel ha sabido decir que “ve música y escucha películas” porque existen en su cerebro como “una misma cosa”.

“Quería darle a esta película su propia firma, como Ennio Morricone le dio a Sergio Leone su propia firma”, dijo en algunas oportunidades. Sin duda, lo consiguió, The Harder… es la película que es, en parte, por su música. Podría pensarse que fue concebida como una obra completa, al menos así se la percibe y así se la ve; cada escena es una pieza simbiótica, todos sus componentes tienen una razón de ser y funcionan entre sí.

Si fuera necesario marcar algún punto en contra de la película, podría decirse que tal vez, sólo tal vez, tiene algunos minutos más de lo necesario. Si eso fuera cierto, no le quita ningún mérito y no arruinará el disfrute de quienes decidan acercarse a este recio western que, sin resignar los elementos clásicos, consigue un sello y estilo propios.

Ficha técnica

Más dura será la caída (The Harder They Fall, /2021). Dirección y música: Jeymes Samuel. Elenco: Jonathan Majors, Idris Elba, Zazie Beetz, Delroy Lindo, LaKeith Stanfield, Regina King, Danielle Deadwyler, Edi Gathegi, RJ Cyler, Damon Wayans Jr. y Deon Cole - Guion: Jeymes Samuel y Boaz Yakin - Fotografía: Mihai Malaimare Jr. Puede verse en la plataforma Netflix.

F.V.

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