Mito La Madre Nutabe Cuando la tierra era yermo sin agua, sin prados ni árboles, no vivía el hombre Nutabe éste nació del cielo; del páramo Nutabe vino el agua, con el agua el árbol y con éste el pájaro y el pájaro diseminó la simiente que dio origen a todo lo existente en la naturaleza visible. Los dioses habían creado a los hombres y los hombres habían abominado de ellos, éstos les enviaron un castigo de agua y luego la tierra se secó; al secarse todos murieron excepto una mujer que cansada de vivir sin agua, fatigada y a punto de morir llegó al Páramo todo era arcilla seca por el sol inclemente, el viento levantaba nubes de polvo que envolvía la tierra, que llenaba la boca de la mujer de barro pegajoso, cayó rendida rodó por el suelo polvoriento ya a punto de expirar empezó a llorar, derramó lágrimas y más lágrimas hasta formar un arroyo, con que calmó la sed cayendo en un profundo sueño. Al despertar, el arroyo que nació de sus lágrimas ya era un río, el sol ya no resecaba la tierra y un rayo de sol se posó sobre el vientre de la mujer y sintió que en su interior la vi8da se multiplicaba. Cuando llegó el día del parto, la mujer parió tres hijos morenos de cabello negro y lacio como el alambre, encargados de repoblar la tierra. Los tres hijos salieron en busca de clima más propicio porque en el páramo las noches eran terriblemente frías y la escarcha entumecida sus cuerpos, cuando descendían del páramo, se abrigaron junto a una enorme piedra y entraron en un profundo sueño. Los despertó una tempestad terrible y el medio de truenos y relámpagos apareció una figura que les enseñó a renegar de su madre y de Dios. Desde entonces la roca se llama El Peñón de Río Chico. A la mañana siguiente la madre Nutabe los envió desterrados a una cueva que estaba en las profundidades del mismo peñón, condenándolos a convertirse en murciélagos durante 100 años, al cabo de los cuales se retiró el encanto y nuevamente fueron hombres. Los tres se marcharon a diferentes valles así: uno al valle de Guamurù, otro al valle de Guarcama y último al valle de Guanacas donde formaron distintas familias. De las lágrimas de la madre Nutabe nacieron los ríos Río Chico, Río Grande y San Andrés Mito narrado por el señor Raúl Eduardo Tamayo González, bibliotecario de la biblioteca municipal de San Pedro de los Milagros.
Mito presentado por la Institución Educativa Presbítero Ricardo Luis Gutiérrez Tobòn, en el desfile de Mitos y Leyendas en el año 2012, durante las fiestas de la Trucha del municipio de Belmira, en el año 2012