gine Tadeo Cervantes.
Vorá por: Mrpoper Nicolás Marín y La
es una ciudad conocida por sus buenas costumbres, donde las chicas llegan vírgenes al matrimonio. Los hombres salen a trabajar, mientras la esposa se queda en casa cuidando de los niños. Al llegar el marido al hogar, los hijos bien dormiditos, la comida preparada, sus camisas bien planchadas y almidonadas, ni un sólo rastro de polvo, ni una sola migaja en el piso. Aquí no se ven esas locuras de la capital, aquí no hay muchachas solteras en ropa poco sugerente paseándose como locas por la ciudad. Aquí no se ven hombres con otros hombres dándose besos en la calle, espero que San Juditas y La Virgen de Guadalupe nunca lo permitan. Aquí no hay esas cosas de mujeres que quieren ser hombre, de jóvenes que andan ahí paseándose en vestidos cortos y tacones. Puebla de los Ángeles es una ciudad de hombres y mujeres de respeto. Puebla es una ciudad católica, apostólica y romana.
¿Cómo se articulan lxs ‘diferentes’ en una sociedad como esa? ¿Cómo pueden crear un discurso propio? ¿Cómo sobre-vivir? ¿Quién articula esas ideas tan retrogradas? ¿Nos afectan, de qué manera? ¿Se puede hacer algo al respecto? ¿Nos podremos defender de tantas injurias, de todas las veces que han violentado nuestros cuerpos?
Si se puede y hemos decido hacerlo, Usando nuestros diferentes cuerpos como armas. Su lenguaje homófobo deconstruirlo y usarlo como balas. Salimos a la calle a ocupar 3 de los más importantes lugares religiosos de Puebla; ciudad que pensamos fundamental para la pieza, ya que otros espacios geográficos no tienen las mismas condiciones arquitectónicas y morales. Estos fueron; la iglesia de San
Francisco, el Templo de la Compañía y la Catedral. Los escogimos por su carácter simbólico. Es ahí donde se perpetra mediante discursos; el machismo, la lesbofobia, la misoginía, etc. Usamos iglesias para resignificar su uso, aun que no seas católico
estas construyen tu identidad como poblanx. Sobretodo que en el inconsciente colectivo atacar la catedral es equivalente a herir toda
la doble moral poblana. Con el cuerpo casi por completo pintado de rosa, color culturalmente asumido a la femineidad, tomados de la manos y habiendo acordado que pasará lo que pasará nunca soltarnos, en la cabeza una corona de flores, en las manos un ramo que contenía una muñeca mexicana y una cabeza de Barbie, en nuestras espaldas marcadas como de costumbres la palabra PUTO. Caminamos por el centro histórico empezando por la iglesia de San Francisco, después la Compañía y por último la Catedral. Entrábamos hasta el altar, en él depositábamos una oración que era la que todo el tiempo íbamos recitando:
“ Convoco a este altar: a los maricas insurrectos, a las lenchas aplastadas, a las trans muertas, intersexuales marginades, a los jotos despreciados y a las personas señaladas por su condición de transgresión. Dancen alrededor de esté círculo. Queremos escuchar sus amariconados rugidos, que retumben sus torcidospasos. Brujas perseguidas por su don otorgado de sabiduría, éste llamado es para ustedes. Dancen al ritmo de sus múltiples orgasmos, dancen al ritmo que su derecho al placer les confiere, dancemos gustoses que ésta es una fiesta pagana y todes estamos invitades. Toda persona que nos ha blasfemado, vomite flores. Que nos ha señalado, se le enchueque la mano, aquelles que han profanado nuestro cuerpo dañándolo y matándolo, les condenamos a que el furioso clítoris del corazón satisfecho y el patrono contra la eyaculación precoz les juzgue y les niegue el acceso al cielo del placer.”
En el atrio hicimos un círculo de brillantina rosa, mientras recitamos nuestra “oración”.
...Convoco a este altar: a los maricas insurrectos, a las lenchas aplastadas, a las trans muertas, intersexuales marginades, a los jotos
despreciados y a las personas señaladas por su condición de transgresión. Dancen alrededor de esté círculo. Queremos escuchar sus amariconados rugidos, que retumben sus torcidospasos. Brujas perseguidas por su don otorgado de sabiduría, éste llamado es para ustedes. Dancen al ritmo de
sus múltiples orgasmos, dancen al ritmo que su derecho al placer
dancemos gustoses que ésta es una fiesta pagana y todes estamos invitades. Toda persona que nos ha les confiere,
blasfemado, vomite flores. Que nos ha señalado, se le enchueque la mano, aquelles que
han profanado nuestro cuerpo dañándolo y
matándolo, les condenamos a
que el furioso clítoris del corazón satisfecho y el patrono contra la eyaculación precoz les juzgue y les niegue el acceso al cielo del placer.”
Pensamos que el ramo que llevĂĄbamos en las manos, dibujar el cĂrculo, caminar de una manera coordinada
y
siempre repitiendo la
misma oraciĂłn, nos recordaba a un rito, al mismo tiempo el color rosa tan chillante y la brillantina, eran algo jocoso casi parecido a un carnaval.
El simple hecho de poner nuestros cuerpos en contextos donde probablemente serĂan/fueron insultados y casi agredidos (en la catedral
es nuestra manera de regresar todo el odio acumulado sobre nuestras identidades. un hombre intento golpearnos),
Este no es cualquier ataque, es legítima defensa. Somos todos los putos
heridos y dañados,
somos las
trans asesinadas. Encarnamos el
temor que tenían de ver a dos maricas vestidos de rosa y tomados de las manos entrando a sus sagradas iglesias. Somos la digna rabia. Somos locas y enfermos mentales. Somos estos extraños seres que andamos a hurtadillas en la calle. Aquellos que su mirada teme verles dándose un beso.
Somos una indignaci贸n ante el odio, pero la celebraci贸n de nuestra diferencia. Somos la rebeld铆a, la periferia sexual de su mundo burgu茅s y heterosexual.
Que nuestro cuerpo sirva como contenedor, como medium de siglos de persecuci贸n y rechazo, de la moral que
juzga nuestros comportamientos sin antes indignarse por la explotaci贸n, la pobreza y la miseria, que nuestros cuerpos sirvan como un canal para que esto desaparezca.
Bombardearemos de brillantina rosa su mundo heterosexual hasta que esto sea posible.
Queremos derribar los cuchillos insertados en nuestras espaldas, las
miradas que nos juzgan, los chiflidos de la calle, los moretones que han
desaparecido pero siguen dejando huella. La educaci贸n heterosexual y machista. El control que ejercen sobre los
cuerpos. Los prejuicios y el atraso mental que sigue siendo perpetuado por una falsa 茅tica decimon贸nica construida desde las instituciones cat贸licas. Es
la corona de espinas aun clavada en su reaccionaria mente la que queremos destruir.
Registro fotogrรกfico Vecco Gallo Asistencia y maquillaje Mariana Avila y Julio Rosas Lopez Agradecimientos: Musa Cultura - Visual Elvia Alejo Edgar E. Mendoza Puebla, Pue. // diciembre 07 de 2013