2 MARICARMEN #5
Editorial
¿Cómo hacer política en la cama? (en la sala, en el bosque, en la biblioteca, en el autobús…)
1.- No nos interesa con quién folles; lo puedes hacer con tu mano, con tu osito de peluche que vibra mientras canta una canción de cuna, con tu mejor amiga, con un gran dildo, o con una banda de aliens. 2.- Nos importa el cómo, nos importa hacer y hacer ahora. (A Maricarmen le reaburren las charlas de intelectuales de izquierda progres, en sus barrocas discusiones: qué es el sexo transfeminista, qué es el sadomasoquismo disidente, qué es la masturbación no heteronormada, etc. ) Esas preguntas son siempre infinitas, irresolubles. En el cómo siempre va incluido el qué. 3.- Una pregunta por la política en la cama, no es sólo por una cuestión de follar, de meter sacar, de penes, anos y vaginas. Es ante todo, sobre los vínculos, las afectaciones, la ética, la amistad, las relaciones, la horizontalidad, la comunidad. 4.- Este no es un manual, un librito de cocina sexual disidente, que te dirá: agrega 2 dildos y 150gr de lubricante, cocina durante 10 minutos a la fricción de tu ano y listo, tienes una política en la cama. Son experiencias, testimonios, contranarrativas, desterritorializaciones, contradispositivos. Son fisuras que nos dan un aire, que nos dicen, hey tú, si es posible. Son posibilidades de escapatoria. 5.- Haz tu fuga, haz tu política; hazlo con, por, en, sobre, entre lxs otrxs. 6.- Cuestiona, cuestiona tu deseo; cuestiona tus sentimientos, desconfía del matrimonio, del amor, de la política, de este fanzine y de este discurso. Haz pedazos todo, de sus partes, reconstruye, deconstruye e insértalo en tu cuerpo. 7.- Si fallas, no importa. 8.- Nuestra apuesta política/ética es a crear otro tipo de vínculos afectivos que se escapen de las lógicas, del 14 de febrero, del mercado rosa, del matrimonio igualitario y el estado, de los celos, la monogamia y la posesión, de los peluches desgastados y cursis, de las tarjetas con tipografías cursivas y baratas. Del sexo que tira cuerpos, desecha y consume. Nuestra apuesta es a hacer ethopolítica afectiva, solidaria, amical, esos vínculos no regulados son los que nos ayudaran a construir otro mundo, otro sistema, otro yo/tú/ nosotres. ¿Listxs para el viaje? La Barbie de Mercado (Not made in the USA, made in China)
¿Qué hay debajo de las sábanas de Maricarmen?
XXX M#5 3
Un mapa de coloridos fluidos, restos de un amante forastero, huellas con forma de cuerpos mutantes. Se pueden lamer todavía sabores exóticos. Huele a sexo con chispas de chocho. Hay un batidillo de suculencias. Juguetes sexuales vivos. Colonias bacterianas de manfloras, maricapullos y translúcidos. En la cama de Maricarmen hay pura fiesta. Placeres colectivos. Pensamientos húmedos, perracas cachondas, pitufos seductores. ¡Vas a sudar, rodar, y gemir! E.
Me metí debajo de las sábanas de Maricarmen, tenía ganas de mirosear qué había por ahí. Encontré un submundo: bragas, brasieres, tangas, juguetes sexuales, restos de comida, un pony dormido, un alien del que no estoy clara si estaba vivo, recados con letras indescifrables y lo que más me sorprendió un grupo de música de banda oaxaqueña que no paraba de tocar. @chispillatronik
-¿Qué hay bajo las sábanas de Maricarmen? -No tengo la menor idea, ¿Por qué preguntas? Astrid Pony Vera
Debajo de toda esa tela se encuentra unx monstrux de 8 piernas, 8 brazos y 4 cabezas, altamente sudorosx y eyaculadorx. Pero si miras más de cerca, esx monstrux sólo quiere llenarte de placer. Si aceptas su propuesta, entonces verás entre tanto placer unx chicx con cabello rosa, labios pronunciados y corazones en las mejillas: Maricarmen te está dando la bien-venida. Samuel Segura
Debajo de las sábanas de Maricarmen hay ADN de una manada entera y un colchón con muchos mapas del placer superpuestos. Dian J. Torres
Bajo sus sábanas se encuentran infinitas posibilidades, desde un arnés, un poema, una flor, bolas chinas o un consolador, gemidos, silencios, sudores, fluidos, arañazos y gruñidos. ¡Todo lo que a su imaginación apetezca! Paola Ramos.
4 MARICARMEN #5
Que carajos es poner el cuerpo poner el cuerpo es quitarse el miedo poner el cuerpo es averiguar dónde están las heridas poner el cuerpo es quitarle el seguro a la granada poner el cuerpo es convertir vulnerabilidad en amenaza poner el cuerpo es juntar los pedazos de todo en la nada poner el cuerpo es inventar curitas para el alma poner el cuerpo es resistirse al drama, sobrevivir a la catástrofe poner el cuerpo es bailar la revolución, emborrachar la tristeza, cantar la rebeldía
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poner el cuerpo es permanecer en guerra sin perder la ternura poner el cuerpo es aprender a amar sin morir en el intento poner el cuerpo es aferrarse a la vida poner el cuerpo es la fortuna de haberlo perdido todo y conservar sólo lo esencial poner el cuerpo es convertir el campo de batalla en territorio liberado poner el cuerpo es reventar todas las fronteras poner el cuerpo es no pedir perdón ni pedir permiso poner el cuerpo es fugarse de “la política” para poder así volver a hacer política poner el cuerpo es sacar la rabia a pasear para que no nos haga mierda en casa poner el cuerpo es darle voz a la entraña poner el cuerpo es quedarse sin palabras y aun así no parar de hablar poner el cuerpo es convertir poesía en conjuros y teorías en magia poner el cuerpo es no es hablar de poner el cuerpo ¡es ponerlo! ¡es ponerlo todo! poner el cuerpo es detener el tiempo poner el cuerpo es repetir y repetir y repetir conjuros hasta que todo el mundo sepa que siempre han sido reales poner el cuerpo es estar donde tenemos que estar y ser lo que queremos ser hoy (aunque suene a cliché) poner el cuerpo es preguntar sin esperar respuesta, o más bien, esperando que nadie responda poner el cuerpo es crear y creer otros mundos posibles poner el cuerpo es perder la cabeza y volverla a encontrar y perderla de nuevo poner el cuerpo es escupirle a la tristeza en la cara poner el cuerpo es desnudar el alma poner el cuerpo es ponerse roja de ganas y no de vergüenza poner el cuerpo es desbordar todos los espacios poner el cuerpo es perder el cuerpo para convertirse en muchos cuerpos poner el cuerpo es hacerlo tu misma y hacerlo con las otras poner el cuerpo es son las ganas que tengo de poner mi cuerpo junto al tuyo, con el tuyo, sobre el tuyo, entre el tuyo, bajo el tuyo, dentro del tuyo y así y así probando todas y cada una de las pre-posiciones poner el cuerpo es la orgia desenfrenada y totalmente promiscua entre arte, activismo y feminismo poner el cuerpo es vestir la precariedad con el glamour de lo reciclado y del todo a $3 poner el cuerpo es convertirse en un ciborg de tecnología (en tacones) de punta y cinta de aislar poner el cuerpo es no esperar nada para “hacer”, ni “hacer” lo que se espera que hagamos poner el cuerpo es es mirarlo de frente y declararle nuestro amor poner el cuerpo es lo que me sale del coño, por ejemplo, este poema…
Joyce Jandette
joycejandette@live.com.mx
“No hay revolución que no comience en el cuerpo y en la cama” 6 MARICARMEN #5
La cama es ese santuario, sanatorio, altar donde siempre he tratado de no librar batallas, un lugar donde sola o acompañada me cargo de energía, un abrevadero de poder, quizás en el único lugar en donde nunca me he sentido juzgada, maltratada o rechazada. Politizar nuestras prácticas sexuales/corporales no pasa por dejar de coger para ponernos a leer libros sobre lo queer qué es coger así o asá, o coger mucho y con mucha gente al mismo tiempo; pasa básicamente por empezar a gozar con cosas que se nos había dicho que no eran correctas (incluyendo la asexualidad), con eso que nos da miedo hacer, hurgar en donde se encuentran nuestros límites, allá donde no queremos acercarnos, hacerlo sabiendo que nuestros temores e inseguridades con nuestro cuerpo y sexualidades son la raíz del enemigo que nos habita. Y no es un enemigo invencible. Una de las grandes fallas de los movimientos de izquierda ha sido la idea de que “lo heroico” pertenece al mundo de los sacrificios y no al del placer. Pero a mí, antes que cualquier sacrificio, me resulta mucho más heroico que una persona sea capaz de identificar y vencer los venenos implantados por el sistema en su propio cuerpo. En otras palabras: es mucho más valioso, por ejemplo, un luchador que se deja penetrar analmente por su amante mujer que aquel que anda arrojando bombas a los polis y al llegar a casa la morra le tiene la cena lista y sus prácticas sexuales sólo perpetuan su identidad de machín. Para mí no hay revolución que no comience en el cuerpo y en la cama. No creo en revolucionarixs para lxs que su cuerpo sigue siendo un desconocido, una prisión, ni en quienes dicen que disfrutar de la sexualidad es cosa de la burguesía. Cogiendo es como he generado las alianzas más efectivas y duraderas de mi vida. Casi todas éstas tuvieron su comienzo en horizontal, en un compartir fluidos y orgasmos que, como rito inaugural, me mantiene unida a esas personas que son mis compañerxs de lucha. Más que cualquier panfleto político me cambió la vida la primera vez que me puse un arnés y un dildo; más que cualquier libro o discurso, me prendió ir descubriendo
poco a poco, mediante la práctica, el arsenal que traigo bajo la piel, en mi deseo monstruoso. Existir desde la entraña, esa que tanto incomoda a quienes tratan de reprimirnos, a quienes preferirían que no existiéramos. Existir desde las horizontalidades húmedas de nuestras guaridas, desde las que no me cabe duda alguna SÍ estamos armando una revolución. Diana J. Torres http://pornoterrorismo.com ttr: @pornoterrorista fb: pornoterrorismo
¿ C ó h a c polít en c a m
m o e r ica la a ?
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Política de cama no se hace, ¡ya está hecha!. ¿Cómo sostengo está afirmación? Simple, cada que por tu mente pasan frases como: ¿Quién se coge a quién?, ¿cómo llevármelo(a) a la alcoba de forma sutil?, ¿sí le digo como me gusta soy fácil?, Y así como estas un largo etcétera. Se tiene una tímida interacción con la política camera pues entran en choque nuestra caja de creencias contra lo “políticamente correcto” socialmente. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno, todo aquello que sale del contexto común con tendencia a brincarse los cánones de fidelidad, monogamia, heterosexualidad y género tienden a chocar con la política-ética sexual, ya que, ésta surge con base al común predominante en este caso, la heteronorma. ¡Gracias a las nuevas identidades sexuales!, esta arcaica creencia ha venido a deformarse en una nueva política sexualmente afectiva, ¿qué significa esto? Ahora es posible decir sin temor como me gusta, con quién, lugar y por dónde importando muy poco si te identificas hombre, mujer u otro. ¿Por qué conformarse con el misionero? Si puedo elegir un sin número de opciones así como parejas me plazca, al cerrar la puerta cada quien impone, hace o deshace su propia política sexual, con base en sus creencias, gustos, libertades y demás menesteres que interfieren en las relaciones sexo-afectivas. Bien se dice, cada cabeza es un mundo, lo que para mi es correcto o aceptable para mi pareja en turno quizás no, eso es lo que hace rico y disfrutable la política camera, el llegar a esos acuerdos, legislar nuevas leyes a partir de un punto neutro entre ambos partidos, esa seducción para enrolar al contrario en una visión más amplia del espectro que de por si maneja o en su defecto debatir aquellas nuevas reformas elaboradas a partir de un tópico en común como lo es la plena satisfacción y repartición equitativa del territorio que va más allá de dos cuerpos sobre un colchón. La política sexual ya está hecha, sin embargo es tan flexible que se hace o deshace a voluntad al cerrar la puerta. Paola Ramos paola.ramos089@gmail.com fb: Pao Ramos
Ilustraciones: Liz Misterio y Alex XAB
EPISTOLARIO COTIDI-ANO. CORRESPONDIENDO AL DESEO 8 MARICARMEN #5
I. - Amor - ¿Qué? - Esta tarde cuando cogíamos, sentí que me tocabas el alma - ¿Cuándo? ¿Cuando te comía? ¿O cuando te tocaba? - No, cuando estabas encima de mí, y nos mirábamos a los ojos - ¿Sentiste que te tocaba el ano? -… ***
“Si queremos nos tocamos el alma” Sí queremos, y nos tocamos el alma
Nos tendemos y sumergimos en nuestra cueva de cobijas, desnudas y jadeantes, exhaustas y satisfechas. Jugamos un juego en el que nunca sabemos si hemos llegado al final porque nunca termina. Me arrepego a ti lo más que puedo, te toco, me tocas, nos tocamos. Obedecemos el ritmo que inventan nuestros corazones al unísono, no hay más, hacer y dejarse hacer. Estoy liquida entre tus piernas, ahogo mis manos en tu sexo, océano palpitante que me lleva a la deriva, me siento perdida, no sé a dónde voy ni me interesa, confío y me dejo llevar por tus latidos. Lento, lento y acelerando, pausa y de nuevo lento. Tropiezo con tu boca y me pierdo, es un abismo en el que deseo quedarme a vivir. Tropiezo con tu mirada y me descubro derrotada. Mi mente se abandona a mis sentidos, me derrito sobre ti y fluyo hasta fundir mi océano con el tuyo. Las fronteras de mi cuerpo se diluyen y convierten en oleadas que van y vienen, no son tuyas ni son mías… y sí. Oleadas que chocan y se funden, danza caóticamente acompasada. ¿Son mis pies
acariciando los tuyos? ¿Son nuestras piernas entrelazadas rosándose ansiosas? ¿Son nuestros alientos fundidos? Nada importa ya en esta desterritorialización radical de coñorazones. Me tocas el coño o la historia, da igual. Te toco el ano o el alma, lo mismo da. En esta inmensidad sin fronteras no existe más tu cuerpo y el mi cuerpo… y sí. Jugamos ese juego en el que todo se desvanece, jugamos ese juego en el que siempre se pierde y sale victoriosa. Jugamos ese juego sin reglas, deriva adictiva de la que siempre cuesta volver, jugamos ese juego, partida infinita… II. [Una sentada al borde de la cama, hurgándose el coño delante del calefactor. Otra desnuda untándose crema por todo el cuerpo parada frente a Una] Otra: ¿Te estas exprimiendo los granos del coño? Una: No, estoy mirando nomás. Otra: Jajaja jajaja Una: ¿Te estas burlando de mí? Otra: No. Es que me tiré un pedo y eructé al mismo tiempo Una: … ***
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[Una le dice a Otra que no le teme a su mierda y entonces Otra confía. Otra le dice a Una que desea hundirse en las profundidades de su ano hasta tocarle el alma y entonces Una confía] La intimidad de las sustancias compartidas: (solidos, gases y líquidos) Con sangre juramos retornos con lágrimas ahogamos despedidas con mezcal olvidamos finales con sudores celebramos re-encuentros con pedos cantamos alegrías con saliva escupimos verdades con mocos (vaginales y nasales) decoramos cuartos propios con meados bañamos el miedo con mierda lo convertimos en deseo Porque el nuestro es un juego escurridizo, que se escapa entre las manos y atraviesa océanos y muros. Porque el nuestro es un juego de mierda, que no le teme a pringarse en las inmundicias la vida cotidiana. Porque el nuestro es un juego sucio, que no sabe de leyes ni fronteras. Porque el nuestro es un juego maloliente, pegajoso y estridente que deja guiar a los sentidos por el cuarto oscuro del encuentro fortuito. Porque el nuestro es un juego sinvergüenza, guarro, caliente, sanguinario, travieso, come mocos, pedorro, cagante, meante, es un fluir y fluir, un irse y venirse, un correr y correrse, es un no parar de mancharlo todo a carcajadas, es la huella indeleble de la historia de este juego de niñxs. III. 14 de Febrero de 2015 - (Dirigiéndose al público) ¿Bueno, para ustedes qué es amor? -… - Que mi perro me lama la cara - A ver, ¿y para ti? - Que me hagan cucharita - Que me preparen una buena comida, eso es amor - ¡Claro que sí, que les jodan! ¡Por que nosotras sí creemos en el amor! *** Estas aquí, tirada a mi lado, y en realidad no estas. Te escribo porque no puedo hablarte, hace rato dejaste de escucharme. A cada minuto me giro a mirarte. Voy y te agarro la mano, esa mano fría que sale entre las cobijas, que coloque precariamente rodeándote el cuerpo, para que no te me enfríes demasiado. Me quedo quieta viendo el tembloroso y sutil movimiento
que genera tu respiración en las sabanas, asegurándome que no serás tan cabrona como para dejarme ahora. Y siento un miedo profundo. Miedo a que te vayas, así, tan fríamente. Da igual si es a México, o al otro barrio. Respiro. Vuelvo a observar tu respiración en las sabanas, y una garra me retuerce el estómago. Y pienso ¡joder, esto es amor! Traerte a un rincón seguro en el mundo donde puedas estar tranquila, dormir en paz, babearme la almohada, vomitar en mi cama, o mearme en la cara si es lo que necesitas. Y eso es amor. Me levanto, me pongo a tu lado, te agarro la mano. Te beso la frente, me dan ganas de llorar. Y te abrazo, y trato de calentar tu cuerpo, y tú apenas me respondes, un gruñido dentro de tu sueño. Y eso es amor, ese golpe de puño en el estómago, ese esperar a que regreses, ese mirarte cada tres segundos para asegurarme que sigues respirando. Ese sentirme tan sola, cuando tu cuerpo está aquí a mi lado, pero tú me dejaste hace rato. PD. Que te mees repetidas veces en mi cama, y en lugar de sentir rabia o enojo, sienta ternura. Eso es amor ¡coño! *** Esa noche perdida, con el coñorazón embriagado cerré los ojos y me tiré al vació. Perdí la consciencia, tu navaja y el miedo, por un ratito. Pero tú, tú estabas ahí para cacharme al vuelo. Esa noche tú estabas ahí y no dejaste de sostener mi mano mientras me encontraba perdida. Me meé de perdida y te cagaste de miedo. Miedo de que me fuera lejos. Pero aquí estoy amor! A tu lado codo a codo y coño a coño. Me quedo aquí, me quedo aquí, me quedo aquí. Te lo repito y te lo vuelvo a repetir. Porque lo nuestro ha sido siempre volver. Y volver, volver, volver a las vueltas con este amor que se nos sale de las manos de tanto en tanto. Y volver, volver, volver y revirar, y venirnos juntas otra vez. por Otra y Una https://musicasvisibles.wordpress. com/joycejandette/
10 MARICARMEN #5 -¿Qué hay bajo las sábanas de Maricarmen? -No tengo la menor idea, ¿Por qué preguntas? -Siempre que paso por su pequeña habitación la veo muy entretenida sentada frente a su cama contemplándola sin decir nada. -Tal vez, solo le gusta el color. -Ya cállate. Nunca entendí realmente porque siempre que Sandra y yo cogíamos terminaba hablando de Maricarmen, en un inicio pensaba que le tenía celos, luego me di cuenta que para nada iba por ese rumbo, y la idea sensual de Sandra y Maricarmen manteniendo un hedónico romance donde yo me uno a ellas mientras les acaricio las afelpadas nalgas me enloquecía, luego volvía a mi realidad y me daba cuenta que todos los días cogía con Sandra porque en realidad estaba enamorado de Maricarmen, la idiota de Maricarmen, siempre que hablábamos nuestras conversaciones eran tan absurdas que alcanzaban la perfección -¿Crees que el rumbo del país es el correcto? -¿A qué te refieres? -Sí, digo, ¿Vas a votar? -Sí. -¿Por quién? -No te puedo decir, es secreto. -Bueno, yo lo haré por el doctor Simi, es el único que por lo menos, baila bonito. Todo el país es una mierda, bueno, no, en realidad no estamos tan mal, tu tienes a Sandra y yo tengo un monton de bolsas de café y dinero. -¿De qué hablas ahora Maricarmen? -De nada. -¿Cómo que de nada? -Sí, de todo y nada. Como con la política, siempre es todo y nada, es como una pintura rupestre mal interpretada, una onda muy loca y psicodélica. Como cuando bailo y estoy muy borracha. A veces siento que floto. -Vamos a meternos bajo tus sábanas. Y eso hacíamos, nos metíamos bajo la cama con los ojos cerrados y las manos acaloradas, cada vez que estaba a punto de tocarla, cada momento que parecía perfecto para besarla ella comenzaba a reír como desquiciada idiota. -Tienes las pupilas dilatadas. -Lo sé. -¿No harás nada? -No. -¿Por qué? -Porque veo prismas y cubos. -¿Cómo? -Sí, mis ojos ya no son ojos, ahora son ventanas subliminales dadaístas y cubistas repletas de abstracciones ideales de una política existencialista utópica y estrambótica de niñas frígidas y catatónicas en faldas de flores y medias de rombo que sonríen y te devoran mientras tú te embobas, te embelesan. Así como lo hacen los políticos, así como
“Mis ojos ya no son ojos, ahora son ventanas subliminales dadaístas y cubistas” ellos te enamoran con sermones estrafalarios y bonches de despensas. Así, justo así, es mi mirada ahora. -No te entiendo. -Sí, exacto. -Estás mal Maricarmen. -Corazón, mi amor, nene tú no entiendes, yo soy el puño de la justicia de esta narcisista monarquía de posmodernidad en la que vivimos dia con dia. -Estás loca. -¿Crees que soy la justiciera divina engendrada por el espíritu santo que todos están esperando? ¿Crees que soy el nuevo mesías con botas negras? -Creo que estás idiota. -Sí, exacto. -Entonces… ¿Qué haremos hoy? Y fue ahí cuando conseguí acariciar su ser, que para nada era delicado y para nada era pequeño. Era ruda y fuerte, su carne pesaba bajo mis dedos. -Nadar. -¿Nadar? -Sí, exacto. -¿Dónde vamos a nadar? -Entre figuras geométricas, de esas que venden patrias y tienen colores rojizos y rostros de pintores practicantes de Picasso y amantes obsesionadas con estos, de esos que te saben bien los primeros días, pero luego ya no tanto. Cuando te das cuenta de que vendiste tu propio pase a la universidad, tu propia quincena para comprar la despensa. Esas figuras geométricas que te truenan los dedos. -¿Qué hay bajo tus sábanas Maricarmen? -La eterna e infinita injusticia de un pueblo imantado y degenerado que se vende por una mujer. Y fue ahí donde vendí mi voto por poseer a Maricarmen. Astrid Pony Vera http://sritapony.tumblr.com/
Mafia Marica | M&M
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Frente a un espejo.
X: Es posible que después de esta noche prefiera olvidar todo, o casi todo. Por eso quiero aprovechar que todavía estoy húmeda, que aún me cuesta recuperarme y seguir. Voy a comenzar... Me mira como si me reconociera, se acerca y me habla, me dice que no habrá otra oportunidad, que es ahora o nunca. Le miro, y no le reconozco, le escucho y me resulta conocido. Tal vez en otro tiempo, en otro momento. Resisto, como resisten los estragos de este mundo desaforado. Pero a mí siempre me ha gustado lo clandestino, lo sucio, lo oscuro, lo bajo. Es inoportunamente fascinante. La propuesta es la siguiente, nos iremos, vamos a intentar conocernos, le diré por qué me interesa fisgonear entre sus recuerdos, voy a escupirle mis sospechas de una conspiración viciosa en torno a nuestra apuesta por un mundo más guarro. Lo primero que tienes que saber es que yo no retengo nada, ni las ganas o mi conciencia liquida, porque no quiero convertirme en normal, porque no quiero hacer lo correcto, porque no me interesa engancharme a una verdad puñetera. Expulsar los demonios de la carne al menor acto de provocación es sumamente pueril, sobre todo cuando se ha cogido insolente e incansablemente. Borrando del cuaderno las lecciones de buenos modales que se aprenden desde el pupitre, mientras masticas la bragueta del maestro y te castigan por ser el maricón de la clase. Pero tampoco soy inocente, desde siempre la ternura intrincada en el “deber ser”, en el “llegar a ser”, en “el ser”, me ha parecido hostil, hipócrita, impositiva. La resistencia no se trata de un acto heroico, es un acto de subversión. No me convencen sus buenas o malas intenciones, no me seduce su olor añejo, no es que ya no pueda contenerme, no es que siempre quiera. Es su deseo, sutil aún, de joderse a este pinche mundo. Son sus palabras, su enorme extrañeza por la mente y el volumen de sus posibilidades. Camino entre el resquicio de dudas que aún me quedan sobre la infinita capacidad de que irónicamente todo se vuelva trivial y absurdo. Experimento una profunda ansiedad. Los ojos
se llenan de todo a mí alrededor, no obstante, descubro que existen un sinfín de detalles que todavía permanecen ocultos. Le miro, encuentro una discreta mirada que lo delata, tiene prisa. Ha descubierto que la ansiedad es contagiosa, que las fisuras existen. El muro es firme y sin embargo se resquebraja. Mi piel se estira, se deforma, golpea, se sorprende y se acomoda. Las manos me sudan. Me desespero. Me quito la ropa, el disfraz de persona, y me planto. Tengo la carne caliente. Comienzo a rascarme los muslos, pellizco mi culo, abro las piernas, recargo mi peso en las rodillas y expongo el deseo que tengo de qué me coja. Avanza dubitativamente, desenvuelve diligentemente su exquisita realidad corpórea. Mis ojos se inyectan del color de su piel, de la profundidad de la cicatriz justo arriba del pubis. Me fascina lo delicada que luce su flacidez. Escurre su lengua sobre mi cuello. Me desnuda aún más, encuentra secretos ocultos en los pliegues de mi cuerpo. Mi cuerpo es un campo minado. Soy mi propia arma, mi sexo está cargado de bombas. Estallo. Convulsiono. Me somete con el peso de su cuerpo y una sensación me quema desde las nalgas hasta la garganta, contraigo y libero. Le miro de nuevo, ahora conozco su gesto inmediato, le escucho, y está palpitando. No somos tan ajenos después de todo. Tenía la impresión de que no era parte de esa ficción llamada orden. No es mi enemigo. Está esperando que algo suceda, no se ha dado cuenta que ya sucedió.
Todos los tiempos. Todos los espacios. XX: Tengo la impresión de haberte visto antes, quizá sea porque es una ciudad muy pequeña. Es sencillo toparse con el rostro de hace sólo un instante. Eso me gusta, la ligereza que tiene el tiempo y sus circunstancias. Justo venia de una
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con las cortinas o que se yo. A veces tengo la afanosa necesidad de vomitar y vomitar palabras. El asunto está en que no todo puede ser así de involuntario o visceral, como una arcada, hay que aprender lo esencial: masticar, tragar y procesar. Lo automático pierde autenticidad. Saborear, aspirar y palpar, son parte de otro tipo de aprendizaje esencial… No, no me preocupan las expectativas de un colectivo autómata. Estoy consciente de su inocencia, pero no tengo dudas de su complicidad. Son los vigilantes del jerarca, guardianes de un modelo prototípico. Tienen miedo, y hay una cosa muy cierta al respecto, el miedo no sólo paraliza, atrofia… Tienes una mirada muy particular, me da la impresión de que sabes a qué me refiero. ¿Hay algo más seductor que el tiempo entre una tensión y una relajación? Yo no me cierro a las eventualidades, creo que ya lo he dejado claro, así que no me dejarás mentir que esto se ha convertido en una sustanciosa coyuntura… Claro, tampoco hay que ser pendejos. ¡Carajo! Mucho bla-bla-bla, y nada de nada. Eso es producto de algo todavía no resuelto. Disculpa, a veces hablo mucho, creo que te lo había dicho. Todavía estoy aprendiendo…
Ya después. discusión, aquí junto, dónde insistía que sí A encuentra casualmente a B, ambas no podrán ya escapar del riesgo que tienen de permanecer en el mismo espacio. Sobre todo porque lo “accidental” nos permite valernos del pretexto de no habernos dado cuenta qué esto iba a suceder. Todo se vuelve mucho más sencillo, no hay necesidad de convencer al otro para coincidir ahí, es más, no existe si quiera la necedad de convencernos de nada. Aquí estamos, ya nos está sucediendo. Hemos caído al ruedo, hay que sacudirse un poco, agarrarse fuerte y ya está, simple. Incluso, me parece que en ese preciso momento, la espontaneidad es más un acto de bondad, que una urgencia… Alguna culpa tendrá ese montón de panfletos llamados libros. Fingen estar enseñando sobre libertades, oportunidades, hazañas y causalidades, cuando en realidad lo que hacen es adoctrinar el cuerpo, la mente y los impulsos. Como aventar esa pila de buenas lecciones por un tubo por ejemplo. O de volarte los sesos, después de comprender que todo ha sido una ficción con la que poco tuviste que ver, porque ni siquiera se molestaron en preguntarte sí estabas de acuerdo con el rol que te toco “irremediablemente” interpretar… Hay que confrontarse con uno mismo más seguido, por lo menos frente al espejo. Hablar con las paredes,
XX: Una piel que se ha entregado sin disimulo. Una memoria implacable. Unas manos increíbles. Un cerebro lúcido… El asunto no termina por meterse el dedo por el culo, no se puede ser tan inconsciente, tan hijo de la gran puta. Pensar que ser respetuoso es ser inclusivo, es la primera muestra de un juego podrido, de un intento fallido. Una lengua no se deshace por besar, pero si se contamina de viciosos sabores. La hostilidad se encuentra fácilmente, es más fácil que dar un click y coger por igual. El problema es saberlo y no hacer nada. El jodido dilema es hacerlo y no parar, o no hacerlo y ganarle a las leyes naturales… No es un accidente, es un punto de partida. El borde del que se sostienen las voces, los sudores y los afectos. Existe un antídoto. Una rebelión está sucediendo. Pero mientras las bocas sigan alimentándose de esperanzas, el hambre seguirá matándonos. Es posible escupir los vicios, es posible vomitar los preceptos, es urgente despejar la cama. Hay que follarse a las mentes1, tan simple, y suculento como eso… Texto: E. http://eeglon.tumblr.com/ Ilustraciones: Jovan Israel
1
Aristarain, A., Saavedra, K., (1997). Martín (Hache).
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Habitación
Podría contar en algún momento parte de mi historia enumerando las camas en donde he dormido, los sitios donde el sueño me ha hecho cerrar los ojos; callejones oscuros, calles, baños públicos, autobuses, parques, coches, el metro, sofás, el piso, colchones, hoteles, moteles, bancas en alguna ciudad. Podría contar mi historia uniendo con aguja e hilo los nombres de los hombres con los que he dormido, con lo que he estado una noche, un día, meses, años, incluso horas. Mi piel terreno okupado, casa con nuevos inquilinos, en renta, habitación para 12 cuerpos, colchones encimados king zise... En los muros he escrito sus nombres, habitaciones repletas de; Iván, Andrés, Mario, Manuel, Edgar, César, Juan, Quike, misterioso80, Julio, Luis, Alejandro, Camilo, Marco, Toño, Alfredo, Samuel, Maduro54, Sebastian, Esteban... Memoria que combate el olvido, amores eternos que duran poco... Sabores, olores, gestos, fluidos... El olor de sus camas, texturas de pieles, cuerpos que de mi piel no se desprenden, pasados escritos en las puntas de los dedos que se vuelven caricias.
Algunas veces después de coger lamía las sabanas para que en los filamentos de mi lengua se quedaran los sabores a noches, a decepciones, a tormentos, a risas, a lagrimas, a cuerpo. Sabanas que cubren los cuerpos de frío, del miedo, sabanas dibujando paisajes, montañas, territorios deserticos. Balbuceos de media noche, ronquidos, insomnios eternos... Podría contar una historia con los nombres falsos en donde me hospedé, podría perder una historia como cuando pierdo un calcetín en las fauces de la cama... Párpados hinchados al despertar, platicas eternas-etereas, momentos compartidos. Pinté colchones de hoteles y moteles para que nunca me olvidarán, para la sorpresa de otros. Junte de las almohadas los cabellos que se quedan para hacerme una peluca. Dormí en camas con manchas de sangre, con olor a alcohol, con machas amarillas y olor a “pipí”. Dejé sobre los muros mi número de télefono por si alguien quería contactarme... Alma libre, sencillo, poeta de noche, pintor de tiempo completo, 25 años, busca amantes con quien compartir rebeldías, locuras, alegrías, 55 2277 412X (¡búscame!) ... Podría contar parte de mi historia enumerando los pliegues de las almohadas, de las sabanas, los pliegues marcados como surcos en mi piel. Vida, no te termines estando en una cama, quiero despertar a media noche por esas migajas de galleta que me pican y no dejan dormir... Poper <3
Política de la sábana 14 MARICARMEN #5
We are the people who’s come here to play I don’t like it easy I don’t like the straight way.
“Take My Breath Away”, The knife. Yo le llamo hacer servicio social. Muchas veces la gente sólo necesita un poco de cariño. Y yo, se los doy. Escucho sus historias, les abrazo o les beso. Escucho esas historias que sólo pueden ser compartidas entre las sábanas. Siempre me ha gustado escuchar historias, desde la muerte de mi amigo, pienso que lo que me cuentan es verdad. No lo juzgo, no lo pongo en entredicho, es tan sólo la manifestación de un sentir en un momento determinado, una forma de narrar desde el sentimiento. La intimidad es un problema extraño en este tiempo, parece que estamos cada vez más cerca pero en realidad es más como un ir y venir, a veces un no volver... hay que dejar ir. Podemos desnudarnos juntos, compartir la ducha, compartir el sueño, vamos, ¡hasta los pedos!, pero ésto nos significa un encuentro afectivo como en anteriores generaciones era visto, como la antesala a un compromiso. Es solidaridad, colegeo, interacción humana. La sábana, a diferencia de la cobija que calienta, sólo cubre, es más fresca, más simple. Su tacto no es pesado. Mis sábanas, anteriormente -lo que yo llamo en mis otras vidasme unían únicamente a mi pareja afectiva, hetero, con quien compartía un vínculo amoroso y sexual. Hoy en día, mis sábanas no son santas. Mi cama, mi casa, mi amistad y, por supuesto, mis sábanas, reciben por igual a mis amantes, a mis gatos y colegas. Mis sábanas se ensucian de fluidos de seres vivos con quienes me gusta compartir la cama: babas, semen, lágrimas, cebo, sudor... registro de encarnaciones vivas, subjetivas con quienes me relaciono por amistad y cariño. Cuando era pequeña me gustaba quedarme a dormir con mis amiguis. A mi madre no le encantaba, por lo que, en general, no sucedía. Cuando crecí y fui independiente, dormir en casa de mis colegas era mi propia decisión.
Compartir la cama, compartir los sueños, lo más sublime, pero también lo peor, pedos, roquindos, despertares olorosos, con quien me lo permitía y con quien yo deseaba. Esto no implica siempre una cuestión sexual. ¿Por qué pensamos que esos encuentros tienden a ser sexuales? Porque es el cuerpo donde sucede la experiencia: los roces de piel, mirarnos a los ojos, entrelazar las manos o los pies, abrazarse, besarse, tocarse... en definitiva, entrar en relación con otro cuerpo. Un amante de a ratos, era insistentemente genital. No podría encontrarse en caricias o besos no esperaba roces, miradas o esas formas que entendemos como románticas, sin embargo, era lo que tenía a disposición para estar. Hubo un tiempo que me gusto andar de cama en cama, amantes y colegas por igual, era una manera de sentirme acompañada. Me quedaba a dormir con mi amiga E desde el jueves hasta el domingo que volvía a casa, para dormir con R. Y no veo ningún problema si esto era para subsanar un tipo de sentimiento de soledad. Otro amante piensa que me quiero coger a todis y la verdad es que no, confunde mi actitud de amistad, atención y cariño, con una práctica sexual. Me parece que esto sucede porque en un sistema heterosexual, nos enseñan que la demostración de afecto físico sólo corresponde al orden de la pareja heterosexual en compromiso, pensar en la fidelidad y sus fronteras, o bien al ámbito familiar. Nuestro cuerpo reservado, puro y parcelado sólo a ciertos escenarios, personajes y circunstancias. Si te trato bien es porque compartimos el mismo espacio en este mundo, y porque cualquier ser viviente merece
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mi respeto, yo le doy atención, esa es mi política, empatizar porque estamos aquí y ahora, compartimos este escenario. Después, si no simpatizamos no pasa nada, sigue quedando el respeto, con suerte, amistad.
Historias entre sábanas. A C le conocí en la universidad, desde el primer contacto nos reconocimimos. La práctica de dormir juntis pero separadis era muy habitual. Teníamos que hacer tareas y mi hermana, con quien yo dormía en la misma habitación pero en camas separadas, cedía la suya para que trabajáramos y durmieramos. Las risas, las discusiones, el chismorreo y los buenos días se prolongaban por días. C tenía su casa, pero daba la impresión de que le gustaba esa convivencia, pues se quedaba por días aunque el trabajo había terminado. Mis padres llegaron a pensar que era mi pareja... jajajaja. Acostumbraba quedarse a dormir en casa, en la habitación de visitas. Un día cambié las habitaciones, la mía ahora era la de los viajeros. En la peda y el cansancio, D sólo atinó a llegar por pura costumbre. Sin notar que la diferencia entre mi habtación y la de visitas radicaba en que mi colchón estaba sobre el piso. Yo le vi durmiendo, ¡ahhh es mi cama! ¡Da igual! -pensé mientras me tiré a su lado. A su despertar casi pone el grito en el cielo -¡Ayyyy! ¡he dormido con una mujer! -No soy una mujer, soy una botarga, buenos días, soy yo, tu amiga ¡tonti! Así, después hemos dormido juntitas, abrazándonos para sentir el calor de nuestra amistad, pese que a los 10 minutos nos morimos de calor y nos aventamos a los extremos de la cama. Yo me voy contigo a tu casa, le dije después de una larga jornada de actividad lúdica. Yo estaba triste y le pedí que me abrazara, que me consintiera. -¿Por qué no hacemos esto más seguido? ¿Por qué no compartimos esas cosas que hacen “sólo” las parejas? Como abrazarnos y demostrarnos nuestro amor en otro espacio como la cama. Tenemos demasiadas creencias y espacios limitados a la idea de la pareja, a la idea de la corporalidad en relación, a las demostraciones afectivas. Como si ese muro de contención nos reservara para una persona a la que amamos, que es nuestra pareja, pero ahora mismo yo te amo porque eres una persona especial para mi. ¿Por qué nos limitamos? Siempre me ha acurrucado en su regazo, en su amistad, en sus brazos he caído herida de flechas de mal amor, y siempre, siempre me recibe con los brazos abiertos. De R me enamoré desde que le vi por primera vez. Tenía tanto deseo por tocar su piel y saber quién
era que nuestros encuentros ocurrían a las 3 de la mañana, cuando salía de trabajar... Me sentí tan reconfortada cuando un día en casa de U, desperté abrazadísima. Supuse que era M por lo que no me tome ni el tiempo de voltear a ver, me levante y fui al baño. Después vi que M estaba con otro en la sala. No supe nunca quién para dormir me abrazó pero dormí tan a gusto. No tenía mucho que le conocía. Karaoke y wisky le llevaron a mi casa. Entramos en charlas profundas, lloramos por el mismo amigo que ya no estaba, nos acurrucamos en la tristeza. -¿Puedo dormir contigo? Sólo para abrazarnos. -Sí, sí lo puedes hacer. Me recordó a aquel dia que le pedí a N que me acogiera en sus brazos, para consolar mis dolores de amor y soledad. Me mandó a la mierda, me sentí, un poco, doblemente mal. No podía negarle a este personaje algo tan simple... no lo fue. Y nos enredamos en las sábanas... Todo fue una vorágine, fuimos y venimos, subimos y bajamos... todo terminó, pero aún hoy en día, es alguien con quien comparto las sábanas, abrazadis como colegas. Sabiendo que nadie le pertenece a nadie, que podemos compartir esos espacios a veces, cuando nos leemos poemas y hablamos de cosas místicas y a veces ya no.
La historia de G. No podía estar más enamorada. Yo recurrentemente viajaba a su casa, incluso tenia llaves. La primera vez que me quedé en su hogar fue porque mis amigos sabían cuanto me encantaba y notaban que era recíproco. Se ingeniaron un plan para dejarme ahí abandonada. Así que dormimos juntis, con la ropa puesta y nuestro deseo a pura flor de piel. Otro me consoló por estar liada con un zoquete, notó lo agüitada que estaba, me abrazó mientras la tarde entraba por la ventana y escuchabamos Portishead. La mejor fue una vez que estábamos bien pachecos escuchando a Front 242, nos quedamos de frente mirándonos, sin rozarnos siquiera, el tiempo pasaba, sólo sus ojos en los míos. Nunca nos tocamos pero fue compartir el preámbulo de lo que vendría después.... Meterse entre las sábanas es cordialidad, abrirle las sábanas a alguien puede ser una muestra de amistad, aunque sea sexual, una política de jotear, de ser alegre, de encontrarnos en el afecto físico. Las sábanas son una metáfora de involucrase bajo un mismo cuerpo, no es es la sábana lo que da calor sino nuestras ganas de encontrarnos y dejarnos ir. @chispillatronik – fb y twitter nomadismo sonoro viernes 9 de la mañana radio buap, 96.9 fm