Seres fantasticos

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“Movimientos de árboles sacudidos por los vientos, maderas que se dilataban por los cambios de temperatura o animales que deambulaban por los montes y ciertas luces, eran asociados a miedos y creencias, que hacían presenciar unos seres fantásticos, a veces peligrosos”.

Sea esta una forma de mantener y difundir la memoria cultural y la imaginación de nuestra gente.

La coordinación del Programa de Memoria Cultural, a partir de un trabajo de investigación, estableció 20 seres fantásticos (espantos) propios de la identidad de El Peñol, que son diferentes a los tradicionales mitos antioqueños. Con la ayuda del maestro Carlos Alberto Osorio Monsalve se hicieron en plumillas de tinta negra las ilustraciones de estos nuestros seres, que desde entonces quedaron al descubierto, ilustraciones que hoy conforman una de las colecciones del Museo Histórico de El Peñol. Seres Fantásticos de El Peñol

Este es el resultado de una investigación sobre tradición lingüística literaria, que con 300 entrevistas logró hacer un censo de seres fantásticos exclusivos de El Peñol, ejercicio ahora vinculado a la “Sistematización de la experiencia vivida en la configuración del Museo Histórico de El Peñol para la recuperación de la memoria cultural, el pensamiento que lo ha guiado y el impacto en el municipio y a la región”. Se cuenta, con el apoyo de SUSAETA para la difusión y uso pedagógico de este curioso libro.

El Centro de Estudios Territoriales de la Universidad Católica de Oriente y el Museo Histórico de El Peñol celebran los 20 años de existencia de este valioso museo con la publicación de las historias sobre 20 seres fantásticos (espantos) que habitan en la realidad o en la imaginación de su gente. Pues aseguran muchos campesinos haberse topado alguna vez con ellos o haberlos visto a la distancia.




SERES FANTÁSTICOS de El Peñol

Proyecto Memoria Regional Universidad Católica de Oriente Museo Histórico de El Peñol


CATALOGACIÓN EN LA FUENTE SERES FANTÁSTICOS DE EL PEÑOL Seres fantásticos de El Peñol / María Isabel Gómez David, directora; José Nevardo García, investigador; Óscar Darío Ruiz Henao, adaptador literario; Mark Vender, traductor; Carlos Alberto Osorio Monsalve, ilustrador.— Rionegro: Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente; Fundación Amigos del Museo, 2015. ISBN (impreso): 978-958-59114-5-1 ISBN (digital): 978-958-59114-6-8 589 p.; 17 x 24 cm. 1. Leyendas. 2. Folclor. 3. Cuentos populares. 4. Literatura. 5. Antioquia – Leyendas. I. Título. II. Gómez David, María Isabel. III. Ruiz H., Óscar Darío. IV. García, José Nevardo. V. Osorio Monsalve, Carlos Alberto, il. 398.209 861 26 CDD 21.a ed.

SERES FANTÁSTICOS DE EL PEÑOL ISBN (impreso): 978-958-59114-5-1 ISBN (digital): 978-958-59114-6-8 © Universidad Católica de Oriente © Fundación Amigos del Museo Histórico de El Peñol Primera edición: noviembre de 2015 Dirección proyecto María Isabel Gómez David —CET— Adaptación literaria Óscar Darío Ruiz Henao Traducción Mark Vender Centro de Idiomas UCO Ilustraciones Carlos Alberto Osorio Monsalve Corrección de textos Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente Impreso por Divegráficas Ltda. Carrera 53 n° 54-30 PBX: 511 76 16 Medellín - Colombia www.divegraficas.com Impreso en Colombia – Printed in Colombia Prohibida la reproducción total o parcial del libro, en cualquier medio o para cualquier propósito, sin la autorización escrita de la Universidad Católica de Oriente y la Fundación Amigos del Museo Histórico de El Peñol.


Contenido Investigadores...................................................

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El Museo de El Peñol............................................

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Nuestros seres fántasticos...................................... 10 El ilustrador....................................................... 13 El diablo del puente............................................ The devil of the bridge......................................

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El niño peludo de los caminos................................ 16 The hairy child of the road.................................. 17 El ánima que salía del cementerio........................... 19 The soul that left the cemetery............................ 19 El dragón que se tragó El Peñol............................... 20 The dragon that swallowed El Peñol....................... 21 El cadáver de los caminos..................................... The corpse on the road......................................

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El diablo que mata marrano................................... 24 The devil that kills pigs...................................... 25 El hombre de las cadenas...................................... 27 The man of the chains........................................ 27


El Muan............................................................ The Muan..........................................................

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El hombre de los filos.......................................... The man of the peaks........................................ El perro que arrojaba fuego.................................. The hound that breathed fire.............................

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La puerta misteriosa............................................ The mysterious door........................................

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Las ánimas filadas............................................... The parade of souls..........................................

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El perro que arrastraba cadenas............................... The dog that dragged chains................................

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La bruja del Alto de las Piedras.................................. The witch of Alto de las Piedras.............................

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El judío que arrastraba unos cueros............................ The Jew that dragged pelts................................

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La bruja gallinazo................................................ The vulture witch............................................

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El niño de los montes............................................ The child of the mountains.................................

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La casa de las palmas............................................ The house of palms...........................................

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La vaca de muchos cachos....................................... The cow with many horns..................................

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El espanto de las monedas....................................... The ghost of the coins......................................

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EQUIPO INVESTIGADOR Unidad de Gestión del Conocimiento, línea “Pensamiento regional”, temática “Memoria cultural”. Centro de Estudios Territoriales, Universidad Católica de Oriente y Museo de El Peñol.

INVESTIGADORES José Nevardo García Giraldo Especialista en Gestión Pública, coordinador del Museo Histórico de El Peñol, integrante de la Fundación Amigos del Museo. Óscar Darío Ruiz Henao Magíster en Humanidades. Investigador del Centro de Estudios Territoriales (CET), Universidad Católica de Oriente (UCO), Rionegro, Antioquia, Colombia. Correo electrónico: ososruiz@gmail.com María Isabel Gómez David Magíster en Administración de Negocios. Grupo de Investigación Unidad de Gestión del Conocimiento. Directora del Centro de Estudios Territoriales (CET), Universidad Católica de Oriente (UCO), Rionegro, Antioquia, Colombia. Correo electrónico: cet.dir@uco.edu.co

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El Museo de El Peñol Un patrimonio del Oriente que recoge la memoria de un pueblo que no quedó enterrado En primera instancia, un agradecimiento a la Universidad Católica de Oriente, que desde el Centro de Estudios Territoriales ha fijado su mirada en este municipio de más de 300 años, que cuenta su historia en el antes, el durante y el después, recogidos en la memoria de cada uno de sus pobladores y conservados en un Museo; este plasmó los inicios de un municipio pujante, que por sus seres fantásticos aún permanece en el tiempo. Desde el año 1995, un grupo de personas ilustres de El Peñol se puso a la tarea de recuperar la memoria histórica de este pueblo, la cual quedó plasmada en relatos en los que se logró hacer un registro de los seres fantásticos. Ahora, con el compromiso de los Amigos del Museo y de la Universidad Católica de Oriente, a través de su Centro de Estudios Territoriales, poder plasmar esos momentos tan importantes, personalizados en estos espantos, con su desfile de mitos y leyendas, enriquece aún más a la futura generación y se constituye en un buen patrimonio; de ahí su importancia, no solo para nuestro municipio, sino para toda la región, a la que hoy nos enorgullecemos de presentar este libro. “El Museo Histórico de El Peñol es el lugar donde vienen a reposar esas memorias, porque El Peñol no murió, El Peñol sigue allí reposando. El Peñol es rico en esa democracia, en esa memoria colectiva”. El Peñol no olvida su memoria, su arquitectura, su vida tradicional, antes y después de la inundación, tejas, balcones antiguos, marco de casas españolas, aun es patrimonio en la memoria de su población. A nuestros padres les tocó encontrarse con esos seres fantásticos, que por los caminos de herradura se paseaban, y que muchas veces decían: “Después del gusto, que venga el susto”. Es la memoria de los abuelos y los tatarabuelos, que por largas noches se ponían a contar sus historias; es la construcción colectiva del municipio. Fredy de Jesús Ocampo Gómez Alcalde de El Peñol 2012 -2015


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l Centro de Estudios Territoriales —CET— de la Universidad Católica de Oriente, desde su línea “Pensamiento regional en memoria cultural”, que tiene entre sus propósitos visibilizar las investigaciones locales y fortalecer los temas regionales, ha reconocido el alto valor que tiene la existencia del Museo Histórico de El Peñol y todos sus esfuerzos comunitarios en estos veinte años de trabajo riguroso y solidario para mantener viva la memoria cultural de un municipio heroico, que ha sabido rehacerse y resurgir de las aguas, como el ave fénix de sus cenizas. Esta situación ha merecido que un equipo de investigación de la línea “Pensamiento regional en memoria cultural” haya emprendido una investigación con la metodología de sistematización de experiencias, cuyo objetivo es reconocer el pensamiento que ha guiado el nacimiento del Museo Histórico y las actividades de mayor impacto entre los pobladores. Este equipo, durante la sistematización, identificó la investigación denominada Memoria lingüística y literaria, realizada por un grupo de integrantes del Museo en 1996 en la que, incluso, se llevó a cabo un censo de los espantos propios de la localidad y que luego, en el 2010, fue ilustrada por el maestro Carlos Alberto Osorio Monsalve, y ahora es una exposición permanente, una de las más vistas y visitadas.


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Por ello, hemos realizado un convenio entre la Universidad y el municipio de El Peñol para realizar la sistematización de esta experiencia vivida en el surgimiento y mantenimiento de un museo como centro de desarrollo comunitario, el único con estos rasgos en el Oriente antioqueño. Este proyecto es un ejemplo histórico de convicción, sentido de pertenencia, trabajo comunitario y sensibilidad de sus pobladores, ciudadanos ejemplares que creen y nos hacen creer en el territorio y su gente. Es ejemplo para el Oriente antioqueño y para nuestro país que, como nación, está apenas dando sus primeros pasos. Don José Nevardo García G., coordinador del Museo Histórico, explica así el proceso de recopilación de historias sobre los seres fantásticos: “Se realizaron 300 entrevistas a las personas de mayor edad que habitaban en las veredas, quienes presentaron sus versiones sobre cómo eran esos seres que se les aparecían cuando no existía el servicio público de energía eléctrica en estas áreas rurales”.

Los seres fantásticos que aquí se presentan, en una versión bilingüe, no son solo un asunto de imaginación colectiva, sino que se convierten en una forma de patrimonio intangible, propiedad de la gente de El Peñol y, sobre todo, de quienes se los han topado y de quienes están próximos a verlos por primera vez, ahora que han sido develados, ubicados y han tomado la forma dada gracias la fina plumilla del maestro Osorio. Este libro que presenta a nuestros seres fantásticos, y que conmemora los 20 años del Museo Histórico de El Peñol, es también una posibilidad pedagógica para su uso y reconocimiento en las escuelas del Oriente antioqueño. María Isabel Gómez David Directora Proyecto Memoria Regional Óscar Darío Ruiz Henao Investigador Proyecto Memoria Regional

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El ilustrador El maestro Carlos Alberto Osorio Monsalve es oriundo del municipio de Aguadas (Caldas); vive actualmente en el municipio de El Peñol, donde se desempeña como ilustrador y asesor del Museo Histórico de esta localidad. Tanto en El Peñol, como en Guatapé y Alejandría, desarrolla importantes proyectos de gestión cultural. Es maestro en artes plásticas, escritor, muralista y autor de numerosas y exitosas campañas publicitarias. Sus pinturas en óleo, acrílicos y acuarelas son muy reconocidas por la gran limpieza de sus colores. Su trabajo constante y disciplinado en el arte le ha merecido importantes reconocimientos regionales. En el 2014 fue ganador en Antioquia de Estímulos al Talento Creativo en la modalidad pintura con su trabajo titulado Pueblo Nuevo, y es coautor, con José Nevardo García G., de Efemérides El Peñol 300 años, publicación apoyada con dineros del Programa Nacional de Concertación, Ministerio de Cultura, 2014.

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SERES FANTÁSTICOS DE EL PEÑOL SUPERNATURAL BEINGS OF EL PEÑOL

El diablo del puente La vereda La Magdalena está ubicada al norte del municipio, y sobre la quebrada de este mismo nombre había un viejo puente de madera de obligatorio uso en el camino. Quienes debían atravesar el puente después de las ocho de la noche se exponían a encontrarse allí un hombre que tenía cachos, pezuñas y una larga cola. Este ser se aparecía allí con una cabeza de calavera en la mano a la que le hablaba y la acariciaba como si se tratara de una amante. Verlo daba miedo, pero lo que realmente espantaba era cuando este hombre ponía su mirada roja sobre quienes se habían atrevido a cruzar el puente.

The devil of the bridge The village of La Magdalena is located in the north of the municipality, and across the river that bears the same name as the village there was once an old wooden bridge that travellers on the road had to cross. Those who had to cross after eight o’clock at night risked running into a man with horns, hooves and a long tail. This being appeared with a skull in his hand, and he spoke to it and caressed it as though it was his lover. Just to see him was scary, but what was truly frightening was when this man fixed his red stare on those who dared to cross the bridge.

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El niño peludo de los caminos 16

Antiguamente existió un puente de viejas maderas y tejas de barro sobre la quebrada Las Cuevas, jurisdicción de El Peñol, que había que pasar para llegar, entre otros lugares, a la vereda Bonilla (sur del municipio), llamada antes Encenillos.


Quienes acostumbraban caminar de noche por este lugar, cuentan que, en muchas ocasiones, pudieron ver un bebé abandonado en condiciones lastimosas, luego de pasar este puente. Normalmente, los transeúntes lo recogían, se compadecían de él y le ofrecían abrigo con sus ruanas para llevarlo a un lugar seguro. Pero al poco tiempo de caminar el bebé comenzaba a hablar y decía: “Papá, ya tengo dientes”. Cuando esta persona caritativa observaba el niño, apreciaba que se había vuelto peludo en todo su pequeño cuerpo y veía que, también, arrojaba fuego por su pequeña boca. En medio de semejante susto, este niño era tirado lejos y provocaba la inminente huida y la persona salía corriendo desesperadamente y, presa de pánico, caía en un sueño profundo a la puerta de la primera casa donde llegaba, para contar al día siguiente a sus familiares que se le había aparecido el diablo convertido en el “niño peludo de los caminos”.

The hairy child of the road Long ago there stood a bridge made of old wooden boards and clay tiles across the Las Cuevas river, in the vicinity of El Peñol. One had to walk across it to get to – among other places – the Bonilla village (formerly known as Encenillos) in the south of the municipality. Those who regularly passed through here at night say that many times, after crossing the bridge, they saw a baby abandoned there in a piteous state. Normally, the travellers were moved to gather him up in their ruanas and carry him to a safe place. But a short way on the baby would begin to talk, and say: “Papa, I already have teeth.” When the charitable traveller looked down at the child, they would notice that hairs had spring up over all his little body, and also that he was breathing fire from his tiny mouth. Seeing this, the traveller would toss the child away in fright and run away desperately. Then, in the grip of panic, they would fall into a deep swoon at the door of the first house they came to. The next day they would tell their families that they had seen the devil, in the form of the “hairy child of the road”.

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El ánima que salía del cementerio Tradicionalmente la comunidad de El Peñol ha profesado una especial devoción por las “ánimas del Purgatorio”, en especial durante el mes de noviembre, consagrado a su memoria. En el Viejo Peñol, se veía, durante el mes de noviembre, un ser que salía del cementerio, envuelto en sábanas y ayudado por una lámpara hecha de velas. Este hombre iba de cantina en cantina por todas las calles pidiendo una oración por las “benditas ánimas del Purgatorio”. Este personaje terminaba su recorrido, nuevamente, en el cementerio donde desaparecía.

The soul that left the cemetery Traditionally, the community of El Peñol has professed a special devotion to the souls in purgatory, particularly during the month of November, which is dedicated to their memory. In Viejo Peñol, in November, people saw a being wrapped in sheets leaving the cemetery by the light of a candle lantern. This man went from bar to bar through all the streets asking people to pray for the “blessed souls in purgatory”. The being finished its rounds once again at the cemetery, where it disappeared.

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El dragón que se tragó El Peñol Desde principios del siglo XX fue párroco de El Peñol un sacerdote que, en la Piedra de El Marial, tuvo una visión con la Virgen, llamada también Divina Pastora, a quien este prometió construirle un pueblo para su veneración. El padre estuvo por diez años haciendo el levantamiento de muros, los campanarios y la casa cural; pero las acciones de los rayos le destruían todo lo que hacía en la medida en que edificaba. 20


En su natural desespero, dijo que algún día un dragón se tragaría a El Peñol. Esto marcó profundamente la comunidad de entonces. Luego, 52 años después y con la noticia del proyecto hidroeléctrico y el uso que le dieron al manso río Nare que se tragó al pueblo entero, se entiende claramente lo que profetizó este párroco. Y lo que es más misterioso: la forma de la plantilla del embalse de El Peñol tiene aspecto de un gran dragón, el mismo que se tragó al Viejo Peñol.

The dragon that swallowed El Peñol At the beginning of the 20th century there was a parish priest in El Peñol who, at the El Marial Rock, had a vision of the Virgin, also known as the Divina Pastora. The priest promised the Virgen he would build a town in her honour. He spent the next ten years building walls, church towers and the church itself, but each time he made something a bolt of lightning would strike it down. In a state of despair, the priest proclaimed that one day a dragon would swallow El Peñol. This deeply affected the community of the time. Fifty-two years later came the news of the hydroelectric project, which dammed the tranquil Nare river and caused the entire town to disappear under its waters. Finally, the priest’s prophecy was clearly understood. The most mysterious thing is that the El Peñol reservoir is shaped like a great dragon – the dragon that swallowed Viejo Peñol.

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El cadáver de los caminos Del Viejo Peñol a Guatapé había nueve kilómetros de carretera, que servían para comunicar algunas veredas cercanas, entre ellas La Palestina y El Uvital. A los campesinos les daba más confianza andar por la carretera que por un camino, razón por la cual se divertían hasta altas horas de la noche los domingos en el pueblo. En muchas ocasiones, a los que salían más borrachos y cogían por esta carretera en el lugar más estrecho, se les aparecía una difunta en un ataúd atravesado en la vía. Cuando algunos de ellos vencían el miedo y pasaban por encima de este féretro, la difunta se levantaba y en medio del confuso pánico les quitaba todo lo que llevaban de valor encima. Muchos borrachos, para justificar sus bolsillos vacíos, decían que se habían encontrado con el cadáver de los caminos.

The corpse on the road The highway between Viejo Peñol and Guatapé stretched for nine kilometres and linked various nearby villages, including La Palestina and El Uvital. The village dwellers felt more assured travelling on the highway than a smaller path, so they lingered on in town to enjoy themselves until late at night on Sunday. Many times, when the drunkest people came to the narrowest part of the highway, they encountered a coffin lying across the road with a dead woman inside. If someone conquered their fear and climbed over the casket, the corpse would rise up and, while the traveller was panic-stricken, take all their valuables. To explain their empty pockets, many people who had been drinking said they had met with the corpse on the road.

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El diablo que mata marrano

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En la vereda El Salto existe una cueva en piedra, cuyo interior tiene tres niveles y al parecer fue en los tiempos precolombinos un “abrigo rocoso” que sirvió como sitio de intercambio de productos de los nómades que circularon por las riberas del río Nare. Esto ha sido demostrado por los recientes reconocimientos arqueológicos. Cuentan los campesinos que por muchos años vivió allí un ermitaño, por lo que este lugar se conoce con el nombre de la “Cueva del Ermitaño”. Desde que desapareció, misteriosamente,


este hombre, se observa allí que en las noches más oscuras viene el Diablo, mata un cerdo con un inmenso tridente y hace una fiesta con muchas brujas. Empezando la madrugada termina la fiesta. Cuando esto sucede, la algarabía que allí se escucha no deja dormir tranquilos a los vecinos de este lugar. El temor de la gente es que, después del aquelarre y la comilona, de pronto al Diablo y sus invitadas les dé por querer ingresar a una de las casas. Por esto los campesinos tienen abundante agua bendita, varios rosarios e imágenes de santos al pie de una robusta puerta para su protección.

The devil that kills pigs In the El Salto village there is a cave with three levels inside. It appears that in pre-Colombian times it was a rocky shelter where products were traded between the nomads that circulated around the banks of the Nare river. This has been confirmed by recent archaeological discoveries. The farm-dwellers tell of a hermit who lived there for many years – hence the name Cueva del Ermitaño (Hermit’s Cave). Ever since this man mysteriously disappeared, people have seen the devil come on the darkest nights, kill a pig with his trident and throw a party with a coven of witches. The party ends with the break of day. When these parties take place, those who live nearby cannot sleep peacefully due to the revelry. People fear that, after the gathering and the feast, the devil and his guests might choose to enter one of the houses. For this reason the farm-dwellers have plenty of holy water, many rosaries and images of saints at the foot of a strong wooden door to protect them.

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El hombre de las cadenas El alumbrado público fue muy escaso en el Viejo Peñol. Podía asegurarse que las calles permanecían oscuras y por ello muy solitarias. Después de la medianoche era muy normal que se escuchara que alguien estaba arrastrando unas enormes cadenas por las calles. Ese sonido y la rudeza con que se movían las cadenas hacían pensar en un ser muy grande y fuerte que las estuviera arrastrando. Esto por supuesto atemorizaba a la gente y hacía que prefirieran recogerse prontamente y cobijarse con pesadas mantas. Hubo un joven muy curioso que se atrevió a buscar al ser que arrastraba esas pesadas cadenas. Al otro día, después de haberlo visto a través de una ventana, lo encontraron como ido y nunca más volvió a hablar.

The man of the chains Public lighting was scarce in Viejo Peñol – the streets were sure to be dark, and thus deserted. And after midnight it was common to hear someone dragging enormous chains through the town. This noise, and the rough way the chains were moved, made it sound as though an enormous, super-powerful being was tugging them along. This obviously frightened the people, who preferred to go to bed early and take refuge under heavy blankets. One curious youth dared to look for the being that dragged these heavy chains. The next day, after he had spied the man through a window, the youth was found out of his wits. He never spoke again.

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El Muan Los campesinos más antiguos daban noticia de la existencia de un animal gigante parecido a un oso, que hacia presencia en los montes buscando, desesperadamente, qué comer, y en muchos casos se tragaba perros y gatos enteros. Luego escupía los huesos de estos animales, que muchos campesinos encontraban regados por el camino. “Santo Dios”, decían, “que no me tope con el Muan”, y se santiguaban. A los niños que acostumbraban andar haciendo travesuras, siempre se les advertía o amenazaba con la expresión: “Cuidado se le aparece el Muan”.

The Muan The oldest country folk told of a giant animal similar to a bear that frequented the mountains desperately searching for something to eat. On many occasions it devoured dogs and cats whole. Later it spat out the bones of these animals, and country dwellers found them on the paths. “Dear God, please don’t let me run into the Muan” they would say, before crossing themselves. And they warned or threatened mischievous children with the expression: “Be careful, or the Muan will come and get you.”

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El hombre de los filos En la vereda El Marial veían en las noches, gracias a la claridad que traía la luna llena y desde lejos, un enorme hombre que gritaba brincando de filo en filo, de montaña a montaña. Esto generaba tanto pánico que muchos preferían no levantar sus ojos, para no ver aquello tan raro y tan miedoso. Algunos campesinos rezaban y pedían para que este hombre no fuera a saltar hasta su vereda.

The man of the peaks By the light of the full moon, the people of the El Marial village would see him from afar – an enormous man who leapt shouting from peak to peak, from mountain to mountain. The locals were so panic-stricken that many preferred to avert their eyes, so as not to see something so strange and frightening. Some prayed to God so that the man would not jump over to their village.

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El perro que arrojaba fuego En las calles de la vieja cabecera urbana, en las noches hacía presencia un perro enorme, más negro que la noche, y con una cola de punzas. Este perro arrojaba fuego por la boca, y vigilaba muy de cerca a los viciosos y desocupados, quienes perdían el aliento cuando el animal se les cruzaba, y solo alcanzaban a correr presos de pánico hasta sus casas. Algunos llegaron con la camisa o el pantalón incendiado.

The hound that breathed fire When darkness fell on the streets of the old town centre, a gigantic hound appeared, blacker than the night and with a spiked tail. This animal breathed fire and prowled around the sinful and idle. Such people felt their breath catch when the animal passed them, and could only run back to their homes in panic. Some arrived with their shirt or pants on fire.

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La puerta misteriosa El Uvital era una de las veredas más cercanas al área urbana del Viejo Peñol. Sus habitantes, después de transitar por el parque y hacer algunas gestiones, eran los últimos que abandonaban el pueblo los domingos. Confiados en lo cercanas que estaban sus casas, se emborrachaban desmedidamente, armaban alboroto, cantaban más de la cuenta; algunos hasta jugaban dado y, sin un peso en el bolsillo, y una vez caída la noche, se iban a buscar el camino rumbo a su vereda. A muchos de ellos se le apareció en el camino una enorme puerta que resplandecía y que, obligatoriamente, tenían que cruzar para seguir. El miedo era tal que los borrachitos se devolvían, corriendo, para el pueblo y más bien amanecían en el parque.


Un día don Benito, el más bebedor, jugador y atrevido, se acercó demasiado a la puerta misteriosa; entonces unas robustas manos, peludas y de uñas largas lo arrastraron al otro lado de la puerta. Al día siguiente encontraron a don Benito recostado contra un árbol con la camisa rota y el carriel al revés, y estaba lleno de arañazos, moretones y mordiscos. En el peor guayabo de su vida y el último, don Benito solo recordaba la puerta brillante y repetía lo de las manos peludas y las uñas largas, muy largas.

The mysterious door El Uvital was one of the villages closest to the urban area of Viejo Peñol. Its inhabitants, after passing through the park and taking care of their errands, were the last to leave the town on Sundays. Safe in the knowledge that they were close to their homes, they drank until they were drunk, raised a racket and sang song after song; some even played dice and, when they had no money left and night fell, they stumbled off towards their village. On the way, many of them came across an enormous door that stood in front of them, glowing. To continue on their way they had to pass through it. Many of these drunken revellers were so scared that they went running back to the town, thinking it better to sleep in the park. One day Don Benito, the biggest drinker, gambler and chancer of them all, strayed too close to the mysterious door. Suddenly, rugged hands with thick hair and long nails appeared, and dragged him through the door. The next day they found Don Benito lying under a tree with his shirt ripped and his carriel1 back to front. He was covered in scratches, bruises and bites. Suffering the worst – and the last – hangover of his life, Don Benito could only remember the glowing door and those hairy hands with their long, long nails. 1 A small leather pouch traditionally worn in Antioquia.

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Las ánimas filadas El cementerio del Viejo Peñol estaba ubicado en una calle que tenía viviendas a sus lados. Estos vecinos eran los que primero se recogían en sus hogares porque, después de las doce de la noche, veían que, a lado y lado de la calle y casi sobre sus aceras, se filaban las ánimas que salían del cementerio en fila india. Quienes estaban obligados a pasar por aquella calle luego de la mencionada hora, lo hacían muertos de miedo, y tenían que desafiar el pánico que les producía la presencia de estos seres, vestidos con sábanas blancas y capuchas que no dejaban ver sus rostros. Algunas parecían flotando.

The parade of souls The Viejo Peñol cemetery was located in a street with houses on either side. The people who lived here were the first to go indoors because after midnight they could see, on both sides of the street and almost on the sidewalk, a line of souls, pouring out of the cemetery single file. Those who had to pass through that street after midnight did so scared to death. They had to face the panic caused by those beings dressed in white sheets, with hoods that concealed their faces. Some appeared to be floating.

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El perro que arrastraba cadenas El Puente Viejo era todo un símbolo de referencia del Viejo Peñol; tenía 40 metros de largo y había que cruzarlo para ir al hospital o a una famosa cantina donde eran comunes las prostitutas, las peleas y los desórdenes. Cuando muchos hombres salían de allí, ya tarde en la noche, eran asustados por un perro negro, rabioso, que babeaba y olía a mortecina; era tan grande que parecía un ternero. El animal estaba atado a unas inmensas y largas cadenas que se perdían en el camino. Algunos borrachos, muy asustados, pensaban cómo sería el propietario de ese animal que lo ataba con esas cadenas. Y juraban no beber más y no regresar a estos lugares.

The dog that dragged chains The Old Bridge was certainly a landmark in Viejo Peñol; it was forty metres long and one had to cross it to arrive at the hospital – or at a famous tavern where it was common to find bar girls, brawls and bad behaviour. When many men left the tavern late at night, they were frightened by a rabid black dog as large as a sheep that frothed at the mouth and stank of rotting flesh. This animal dragged behind it thick, long chains that disappeared down the road. Some drunks, petrified, wondered who owned this animal and who had put those chains on it. They swore to drink no more, and to never return to such places.

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La bruja del Alto de las Piedras Relato de Olga Rocío Ruiz Alzate Los más antiguos moradores de estas tierras vienen contando a sus generaciones la siguiente leyenda de la vereda La Primavera del municipio de El Peñol, llamada la “Bruja del Alto de las Piedras”, leyenda que hoy hace parte de la tradición oral. Francisco era un joven de pantalón bien puesto y listo para todo, como los “meros machos”. En una de esas noches, preferiblemente frías y oscuras, en que los fantasmas deciden hacer sus rondas, Francisco enfrentó esta bruja. Se cuenta que el joven venía en su caballo y en un sitio donde la gente veía luces, apariciones y lamentos, encontró una joven sentada que estaba llorando. Este se bajó del animal y le preguntó a la niña qué le sucedía. Mientras tanto el caballo se manifestaba nervioso y relinchando salió de huida. Francisco no se preocupó por esto y decidió seguir con la joven. De repente, ella lo miró fijamente y él quedó impactado por su belleza. Luego de un suspiro, ella le respondió que había perdido una joya en ese sitio y que, de no encontrarla, sus padres se enfadarían. Estaba vestida con un traje negro y una capa cubría su cabeza. Francisco por su parte, como todo un caballero, se ofreció a ayudarle a buscar la joya.

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En la búsqueda, él le preguntó por qué estaba allí a esas horas de la noche; ella insistió en que no podía irse hasta no encontrar su joya. Francisco creyó la explicación sin darse cuenta de lo que en verdad sucedía. Después de un rato, él le preguntó dónde vivía, a


lo que ella no dio respuesta; sólo lo miraba y éste prefirió guardar silencio, empezando a recordar detalles sobre los cuentos de este sitio y entonces sugirió que mejor se marcharía y esperaría la luz del día. Ella con cínica sonrisa le replicó que se quedara ya que en esa noche necesitaba de alguna compañía. En ese instante, decidió marcharse y fue cuando un frío congelante se apoderó de su cuerpo. Francisco empezó a descender de la montaña para recobrar el camino a casa cruzando la quebrada, pero en vez de bajar subía y los caminos se le confundían en la niebla. Al desviar su vista hacia atrás, observó la linda joven convertida en una horrenda mujer con ojos centellantes, acompañada de una nube de aves negras, y su pies ya estaban altos del piso, tratando de volar. Entonces él tomó su machete y la amenazó, pero ella desaparecía; y en vez de alejarse, más se acercaba y cada vez se tornaba más horrible. En su desesperación, Francisco pidió explicación de tal tortura, a lo que ella, en carcajadas, le dijo que lo que quería era su alma porque era lo único de lo que se podía alimentar. Al escuchar esto mucho más se horrorizó Francisco y aterrado corría buscando el extraviado camino que de miedo no encontraba. Viendo que ya no daba más, se detuvo y arrancó un crucifijo, regalo de su madre, que pendía de su cuello y lo puso frente a ella, que con un chillido retrocedió. Al ver esta reacción Francisco amenazó insistentemente a la bruja con el crucifijo mientras que con la otra mano le esgrimía el machete afilado. La amenazó así hasta que el espanto desapareció tras una nube blanca. Francisco cayó al suelo empuñando tan fuertemente el cristo, que cuando se despertó tenía su mano cortada. Luego se levantó y alertado por semejante experiencia se dirigió a su casa, contó la historia a sus hijos y ellos a sus descendientes, hasta nosotros.

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The witch of Alto de las Piedras Story of Olga Rocío Ruiz Alzate The oldest inhabitants of these lands tell the younger generations the following legend of the La Primavera village in the El Peñol municipality. It is called “The witch of the Alto de las Piedras”, and forms part of the oral legends. Francisco was young, well dressed and ready for anything – a real man. One night (preferably a cold and dark one in which the ghosts do their rounds) Francisco faced the witch. The story goes that the young man was travelling on his horse, and in a place where people used to see lights, apparitions and moaning, he came across a young girl sitting down and crying. He dismounted and asked the girl what was wrong. While he did this, the horse was clearly nervous, and with a neigh it galloped off. But Francisco paid it no mind and chose to continue talking to the girl. Suddenly, she stared at him and he was struck by her beauty. She sighed, and replied that she had lost a jewel there, and if she didn’t find it her parents would be angry. She was dressed in a black outfit and a cape covered her head. Francisco, meanwhile, being a gentleman, offered to help her search for the jewel. While they were looking, he asked her why she was there at that time of night. She repeated that she couldn’t leave until she had found the jewel. Francisco accepted her explanation without realising what was really happening. After a time, he asked her where she lived, but instead of replying she just stared at him. He also remained silent, as the stories about that place came back to him. He ought to leave, he suggested, and wait for the light of day to continue

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With a cynical smile she replied that he would have to stay now, since she needed company. Francisco had just decided to go when he felt an icy chill course through his body. He began making his


way down the mountain to find the path that led across the stream and back to his home, but instead of going downhill he went up, and the paths became confused in the mist. Looking back, he saw the beautiful young girl transformed into a horrendous woman with flashing eyes, surrounded by a cloud of black birds. Her feet were already floating above the ground, trying to fly. Francisco took his machete and threatened her, but she disappeared; instead of going away, she came closer, more horrible each time. In desperation, Francisco asked for the witch to explain why she was torturing him so, and she cackled that she wanted his soul because it was the only thing she could feed on. On hearing this, Francisco became even more terrified, and in dismay he ran off in search of the path again. But lost in fear, he could not find it. Seeing he could go no further, Francisco stopped and pulled out a crucifix, a gift from his mother, that hung around his neck. He held it in front of the witch and with a shriek she fell back. Francisco continued threatening her with the crucifix while, with his other hand, he brandished his sharp machete. He kept on like this until she vanished behind a white cloud. Francisco collapsed, gripping the crucifix so tightly that when he came to his senses his hand was bleeding. Later he picked himself up and, warned by the experience, went home to tell the story to his children, who told it to theirs, and finally to us.

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El judío que arrastraba unos cueros Fueron muy comunes en el Viejo Peñol los prolongados cortes de energía eléctrica, lo que hacía que el alumbrado público no fuera garantizado para toda la noche. Cuando se iba la luz, algunas personas, las más curiosas, se atrevían a mirar hacia la calle por el cerrojo de las chapas de sus puertas y veían un hombre enorme con atuendos de judío que arrastraba unos cueros por las calles. No se sabía para dónde iba; pero el estruendo era tal que generaba miedo. Y las más rezanderas y piadosas pedían: “Señor, que no sea ese el Judío Errante”, y rezaban hasta quedarse dormidas.

The Jew that dragged pelts It was very common in Viejo Peñol for the electricity to stop working for long periods, meaning that the town wasn’t always lit throughout the night. When the lights did go out, some people – the most curious ones – dared to peek out through their keyholes into the streets and saw a huge man wearing Jewish attire and dragging pelts through the streets. No one knew where he was going, but he made such a din that people were frightened. Those most inclined to pray, and the faithful, begged: “Lord, please don’t let it be the Wandering Jew”. They prayed until they fell asleep.

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La bruja gallinazo En la vereda Bonilla, los campesinos observaban que, repentinamente, cuando estaban reunidos por las noches, aparecía volando una enorme bruja con cuerpo de gallinazo que, con unas terribles carcajadas, daba vueltas por el sitio de la reunión. Algunas señoras, pero solo las señoras, aseguran que les gritaba: “¡Me comeré a sus niños!”. El temor invadía a los campesinos y mejor salían corriendo para sus casas. Las mujeres se desvivían pensando en la Bruja Gallinazo; por eso, a sus hijos les colgaban crucifijos en sus cuellos y escapularios bendecidos. Muy seguramente se trataba de una de las invitadas del Diablo matamarrano.

The vulture witch In the village of Bonilla, the farm dwellers noticed that when they came together at night, a gigantic flying witch with the body of a vulture would suddenly appear. With terrible cackles she would swoop around the place where the people were gathered. Some women, but only the women, swore that the witch screamed: “I will eat your children!” This struck fear into the farm dwellers who thought it best to run home. The women worried themselves sick thinking of the Vulture Witch, and hung crucifixes and blessed scapulars around the necks of their children. Most likely the witch was one of the guests of the devil that kills pigs.

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El niño de los montes En las veredas de Palmira y La Magdalena, en las noches más oscuras y brumosas, hacía su aparición un niño que lloraba y lloraba, y las lágrimas le hacían brillar los ojos que iban creciendo como lagos. Quien se encontraba al niño por el monte debía huir o corría el riesgo de morir ahogado.

The child of the mountains In the villages of Palmira and La Magdalena, in the darkest and foggiest nights, there would appear a child who cried and cried. The tears would make his eyes shine, and they would grow like lakes. Those who encountered the child in the mountain had to run away, or risk being drowned.

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La casa de las palmas La vereda Palmira está ubicada al norte del municipio y goza de una gran prosperidad. Muy cerca de su escuela existe una casa enmarcada por dos palmas, que hace muchos años dejaron abandonada sus propietarios, de quienes nada se volvió a saber. Después de una tempestad, se oyen allí llorar algunos niños de manera desesperada, como si alguien los hubiera encerrado, como si la lluvia los trajera de nuevo, razón por la cual los habitantes de la vereda evitan transitar cerca de esta casa, y mucho más refugiarse a su alrededor cuando cae la lluvia.

The house of palms Palmira village is located in the north of the municipality and enjoys great prosperity. Very close to the school stands a house distinguished by two palms. Many years ago this house was left abandoned by its owners, who were never heard of again. After a storm, the sound of children crying desperately can be heard there, as if someone had shut them inside, as if the rain had brought them back again. For this reason, the inhabitants of the settlement avoid walking close to the house, and certainly will not take shelter nearby when the rain comes.

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La vaca de muchos cachos En la vereda La Chapa veían, cuando estaba empezando la noche y era luna llena, una rabiosa vaca que tenía más de cinco pares de cachos por todo su ancho y negro lomo. Era un animal desafiante, con la mirada roja y furiosa que embestía a quienes transitaban por los caminos. Pero, decía la difunta Edelmira, “esa vaca cachona y furiosa embestía, especialmente, a los borrachos y a los maridos infieles”.

The cow with many horns When night was falling and the moon was full in the village of La Chapa, the people would see an enraged cow with more than five pairs of horns all over its wide, black rear. It was a daunting animal with a furious red stare that charged at people walking along the trails. However, the late Edelmira would always say: “that horned, angry cow mostly attacks drunks and cheating husbands.

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El espanto de las monedas En la vereda El Morro existe aún la única casa que quedó del área urbana del Viejo Peñol. Es una casona de tapias de la época de la Colonia, cuyo último habitante fue don Demetrio Galeano Jácome, reconocido médico de quien la tradición oral dice que dejó una gran fortuna, pues pasó toda la vida ahorrando y guardando sus monedas que lo embelesaban. Algunas veces se encerraba a contar sus monedas y se regocijaba lanzándolas al aire. Dicen que el médico, que vivió para ahorrar y guardar sus monedas, se resbaló en una de ellas y se desnucó. En muchas ocasiones las personas que pasan por allí y se detienen, sienten que alguien adentro está arrojando o esparciendo muchas monedas al piso. Aún en horas del día se siente que espantan de esta forma.

The ghost of the coins In the village of El Morro stands the only house left from the urban area of Viejo Peñol. It is a grand house with Colonial walls, whose last inhabitant was Don Demetrio Galeano Jácome, the renowned doctor that according to local legend left a great fortune. He spent his whole life saving and hoarding his money, which fascinated him. Sometimes he locked himself up to count his coins and delighted himself by tossing them into the air. They say that the doctor, who lived to save and hide away his coins, slipped over on one of them, bumped his head and died. Often, people who pass by the house and pause sense that someone is inside, tossing coins and flinging them across the floor. Even during daylight hours they are frightened in this way.

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Este libro sobre Seres fantásticos de El Peñol fue editado por el Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente, y se acabó de imprimir en noviembre de 2015, en los talleres de Divegráficas Ltda., Medellín (Antioquia).




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