Confesiones desde el Marketing Educacional aunque pasen dos o tres décadas, un día esa institución puede cerrar porque su gestión académica o estratégica no fue de la calidad esperada. Y lo digo porque lo he visto y lo he vivido. El tema no es lo que hacen sino como lo hacen para alcanzar el éxito y el prestigio, que solo lo da el tiempo. Los controles de calidad en los procesos formativos académicos y métodos de gestión estratégica deben madurar de manera tal que se pueda intentar abordar con medios propios proyectos de liderazgo de alta complejidad.
El problema es USTED… No me ponga chocolates en la almohada. Una vez leí esta frase y es verdad lo que afirma: “No cobro por lo que hago…cobro por lo que sé” o también podría ser al revés. También funciona. A veces una indicación, un consejo, una mirada distinta y cambia todo. Pero para hacer eso hay que saber. Así ocurre en el marketing educacional. Existen tres tipos de instituciones educacionales: las sólidas que tienen más de cien años de prestigio y no necesitan marketing, las líquidas que necesitan el marketing y pueden triunfar o fracasar dependiendo de cómo realizan su gestión, y las gaseosas que aunque hagan mucho marketing, más temprano que tarde, tendrán que cerrar. Me referiré a las líquidas, las instituciones, que aunque tengan una década o menos todavía son nadie en el mundo educacional. La soberbia de su equipo de marketing que “creen saberlo todo” y sus directivos “que siempre tienen la razón” les impiden ver que
En algunas instituciones educacionales muchas veces se tiene un equipo de personas de capacidades limitadas que no hacen el trabajo como corresponde, que no se esfuerzan más allá del límite y que hacen su trabajo solo por cumplir. Seguro que la gestión no funcionará y después los directivos se preguntarán ¿Qué pasó? Hay muchos que dicen saber y trabajan en marketing educacional pero “no dan el ancho” para realizar planes y estrategias de nivel superior y obviamente no alcanzarán el éxito en resultados efectivos. La complacencia directiva que los tiene a su cargo es el mal que los corroe. Yo los llamo predicadores de profesión. La correspondencia de intereses exige una correspondencia de actitudes. Para entender las claves de una gestión eficiente hay que inculcar la idea del esfuerzo extra en el equipo de la institución educacional. La idea del esfuerzo extra es para llegar a la meta, de lo contrario, se cae en la improvisación y el pensamiento imperante es: “lo estamos haciendo bien”. No existe autocrítica ni control de calidad institucionalidad de la gestión
Edición Nº 18 – Noviembre 2014 – Lea más contenidos en: www.marketingeducacionalchile.blogspot.com