Marzo 2014
#MGC11ed
R AZO NES PA R A GESTIÓN CULTURAL
S AL AS DE T E A T R O AL T E R NAT IV A S Al be rt o O j ed a Ma rí a C o m es
www.mastergestioncultural.eu
# RAZONES PARA GESTIÓN CULTURAL
Editorial Estimados Amigos: Coincidiendo con la retirada de tropas del General Invierno, el Máster en Gestión Cultural de la Universidad Carlos III de Madrid pasa del estudio de contenidos, nunca lo suficientemente bien ponderados, más utilitaristas, como pueden ser Comunicación y Empresa, a abordar áreas manifiestamente culturales. En este caso hablamos de las Artes Escénicas. En este ámbito, destaca un fenómeno por encima del resto: la irrupción de nuevos espacios alternativos dedicados a las Artes Escénicas. Consideramos esto como un epifenómeno sintomático de los cambios que acontecen en la Gestión Cultural; por lo que hemos decidido repescar del olvido dos artículos muy oportunos para poner de manifiesto pulsiones, razones y demás factores que rodean a la proliferación de las llamadas salas alternativas. En lo concerniente a la Artes Escénicas, dentro del máster contamos con el mejor Cicerón posible: Eduardo Pérez Rasilla. Desde su bagaje teórico y práctico, nos guía en los ámbitos teóricos y pragmáticos para comprender y gestionar todo lo que atañe al mundo de la escena. Y es por su empeño y desempeño que nuestro programa de estudios tiene especial interés en las nuevas fórmulas y estrategias del panorama teatral.
de riquezas, ganancias, sino la recaudación de unos beneficios económicos como retribución por el trabajo artístico desarrollado; que es el verdadero beneficio que se aporta a la sociedad. Lo cual no quiere decir que haya que desdeñar las herramientas de diseño empresarial para optimizar el uso de recursos y maximizar la rentabilidad de los resultados.
Con los coros de Nabucco y sus causas resonando aún, no podemos ignorar que estas emergencias son respuestas a una situación sobrevenida de depauperación en el cuidado del cultivo cultural de nuestra sociedad. Es por ello que el análisis que sobre ellas hagamos debe ser lo más crítico posible para detectar y entender sus carencias, con el único fin de paliarlas primero, y ponerles remedio después.
Es por ello por lo que la inversión pública es indispensable en el mantenimiento sano del sector, ya que las aportaciones privadas difícilmente irán más allá del mecenazgo. Evitemos embriagarnos en orgías terminológicas o los planteamientos de las llamadas Industrias Culturales y Creativas pueden llevarnos a la equivalencia reduccionista entre espectáculo y Cultura. Contra ello, la mejor herramienta es la razón crítica del gestor cultural y las buenas prácticas.
En este sentido resulta cómico el que hablemos de “Empresas” culturales strictu sensu, pues su objetivo no es la generación exponencial
Jaime Cubas Coordinador Comunicación
BIG BANG EN LAS SALAS DE TEATRO ALTERNATIVAS Alberto Ojeda En estos tiempos críticos un tejido de salas de reducidas dimensiones no ha dejado de extenderse por Madrid. Actores, directores, autores... han decidido jugársela para no quedarse cruzados de brazos ante las dificultades. Espacios como Sol de York, Kubik Fabrik y Nave 73 suman su oferta a la de escenarios alternativos ya asentados (Guindalera y Tribueñe celebran su X aniversario). Sobre sus tablas se encuentra la esperanza de renovación del teatro de la capital. Cada día luchan por la supervivencia y ganan más peso específico en la cartelera. Los Presupuestos Generales para 2014 le han insuflado un chute de oxígeno al sector teatral. La partida que se le ha asignado pasa de los 36,76 millones de euros de 2013 a 58,01. Es un minúsculo resquicio de luz en un horizonte abruptamente oscurecido el año pasado con la subida de 13 puntos porcentuales del IVA aplicado a las entradas de espectáculos escénicos. En principio, ese dinero favorecerá a festivales como el de Almagro (que recibirá 100.000 euros más), y a espacios institucionales como el Teatro Real, el Liceo, La Maestranza y el Palau de les Arts. Todos muy dañados por las políticas de austeridad. Aunque en el marco escénico hay un estrato más humilde que hace equilibrismo para sobrevivir. Un empujón financiero desde el erario público caería sobre él como el maná. Pero lo cierto es que buena parte de los teatros que configuran la escena alternativa han hecho camino impulsados por el idealismo y el amor hacia su oficio. Si cae una subvención, bienvenida sea. Si se consigue recaudar en taquilla una cifra boyante, mucho mejor. Pero el motor que les mueve es la pasión por las tablas. Y si las circunstancias cierran la posibilidad de subirse a ellas, como está ocurriendo en estos años críticos, pues se buscan las mañas para evitar quedarse en sus casas lamentando su suerte. Esa perseverancia en su vocación (la de autores, directores, actores...) ha propiciado el alumbramiento de un abigarrado circuito de espacios de pequeño for-
mato que se suma a otros emblemáticos del off madrileño: Cuarta Pared, Triángulo, Alfil, Pradillo... Como pioneros del nuevo boom, figura Microteatro por dinero, donde a cambio de un módico precio de cuatro euros puede disfrutarse de micro-obras de una duración de un cuarto de hora. La fórmula ha cosechado un éxito comercial sorprendente. El universo de salas de dimensiones reducidas se encuentra en continua expansión. Y recorriéndolo podemos dar con un amplio número de relucientes planetas con nombres como La Casa de la Portera, Nave 73, AZarte, Sol de York, Teatro del Arte. Sala Tú... Es ahí donde la pujanza imaginativa de nuestros creadores, incesante, suele encontrar su primera oportunidad para confrontar sus espectáculos con el público. Son un laboratorio perfecto en el que experimentar con nuevos lenguajes escénicos. O, como explica a El Cultural Javier Ortiz, de Sol de York, “un refugio para la creación emergente, a la que los centros públicos no presta suficiente atención”. Ortiz, además, se jacta de dar un trato laboral a los intérpretes ceñido minuciosamente al convenio de la Unión de Actores: “Aquí, por cada actuación, cobran los 79, 4 euros que estipula, lleguemos o no con lo recaudado en taquilla”. La presencia de Daniel Veronese y su montaje Cena con amigos, a partir del 7 de noviembre en su modesta sede de la calle Arapiles, prueba, sin embargo, que ya empiezan a ejercer un influjo de
atracción sobre las primeras figuras. Buena señal. El relevo de estilos y perspectivas en nuestro teatro empieza a garantizarse en este primer escalón. De ahí la conveniencia de preservarlo.
zas que se traducirán en residencias itinerantes de formaciones que luego exhibirán sus obras en Kubik. Por ahí se empieza a ganar el pulso a la desidia y la desesperación.
El mérito atribuible a los impulsores de estas salas se redobla en aquellos que han decidido sacarlas del cogollo del centro de la ciudad, donde están más arropadas en todos los sentidos (por otros teatros, por los bares de moda...). Es el caso de Kubik Fabrik, nave industrial habilitada en Usera para fines escénicos por Fernando Sánchez Cabezudo y sus hermanos Jorge (guionista de Crematorio) y Alberto (arquitecto y escenógrafo). “Llegamos aquí porque un edificio de estas características en el centro no hubiéramos podido costearlo.
La política de programación establecida por Sánchez Cabezudo pretende dar cabida a los máximos montajes posibles, a fin de brindar a sus parroquianos un menú variado que les despierte el hambre de escena. En las próximas semanas mostrarán obras como Tape (con ‘exquisita’ dramaturgia de Stephen Belbel), Penal de Ocaña (dirigido por Ana Zamora, que una novela de su abuela), El tiempo inmóvil (monólogo de una mujer enclaustrada en una caseta de un peaje), La virtud de la torpeza (fusión de teatro y danza) y Metro cúbico (protagonizada por el propio Sánchez Cabezudo)... Los tres hermanos miran otra vez con optimismo el futuro, después del laberinto burocrático que han debido recorrer hasta adecuar sus instalaciones a las exigencias de la normativa municipal. Tras la tragedia del Madrid Arena, los inspectores del ayuntamiento decretaron la clausura del local. Hechas las reformas pertinentes, se disponen a ganarse Usera para la causa teatral, con iniciativas que se apoyan también en las nuevas tecnologías: “Pronto tendremos una aplicación cargada de relatos vinculados a la historia del
Pero ahora estamos implicadísimos en el barrio, esforzándonos por crear cada vez más público con gusto e interés por el teatro. Poco a poco lo vamos consiguiendo. Si al principio la gente de la zona que venía era como mucho un 3%, ahora ronda el 55%”. En este distrito va germinando un tejido teatral que comprende, aparte de Kubik, con 70 butacas de aforo, dos estudios destinados al ensayo que están explotando diversas compañías. Son La brújula y La ventana. Los tres espacios ya han establecido alian-
barrio. Saltarán en la pantalla del móvil cuando te encuentres en determinados rincones. Por ejemplo, Miguel del Arco ha escrito una en la que recuerda el concierto que dio Lou Reed en el estadio del Moscardó, en 1979, y en el que él estaba entre el público”. A tope también se encuentra la cartelera de la Escalera de Jacob, ubicada en Lavapiés. Esa plenitud es una constante en sus nueve años de vida, sobre todo porque combina diversas disciplinas escénicas: teatro, magia, circo, danza... El cóctel cuenta con el respaldo del público, que suele llenar los asientos de las dos salas (60 butacas cada una) de que dispone Jorge de las Heras, su director. “Este último mes de septiembre ha sido el mejor de nuestra historia. Hemos facturado 18.000 euros más que el año pasado”, confiesa. Los números de La Escalera dan vértigo. “Un sábado podemos hacer 14 funciones de espectáculos diferentes, siete en cada sala, comenzando desde la mañana con los niños”. De las Heras, en su día estudiante de Estética en la facultad de Filosofía, no quiere que ese volumen de exhibición se confunda con una rebaja en la exigencia artística: “Yo veo todo antes de programarlo. Y no me vale que una compañía me asegure que va a llenar la sala con sus amigos y conocidos”. Para las próximas fechas destaca la vuelta de Ignatius Farray, “el mejor monologuista del país, una máquina de la improvisación”. “Su monólogos no tienen nada que ver con los stands up televisivos; son un trabajo verdaderamente drámatico, de un humor fronterizo que te inocula una dosis de inquietud, al estilo de Leo Bassi”, añade. Y también Sketchófrénicos, de Manuel Burque y
Eva Redondo, “tan irreverentes e inteligentes como los Monty Phyton”. Roberto de las Heras revela a El Cultural que busca un nuevo edificio en Madrid para levantar lo que vendrían a ser unos multicines teatrales (“Como los Ideal pero en teatro”), con cuatro salas bombeando obras sin pausa. Una de ellas daría cobijo a la compañía liderada por Sanchis Sinisterra, Nuevo Teatro Fronterizo, de la que él mismo forma parte del elenco actoral. Frente a este frenesí programático se alzan los postulados con que Juan Pastor, director y exprofesor de la RESAD y su mujer Teresa Valentín, exdirectora del Centro de Tecnología del Espectáculo, dieron a luz a La Guindalera en 2003. También estuvieron al frente de la Joven Escena Nacional, conjunto del que salió, por ejemplo, Blanca Portillo. Nada menos. “Nosotros hicimos el camino inverso a lo que marcaban los tiempos de bonanza, en los que se pusieron de moda las grandes escenografías, la inclusión de caras conocidas de la televisión en los repartos sin más méritos que su popularidad, la hiperprogramación... Huimos de esa moda y nos vinimos a las catacumbas”, recuerda Teresa Valentín.
TEATRO A FUEGO LENTO Las catacumbas se han convertido en un templo al que peregrinan los militantes del teatro cocinado a fuego lento: con mimo, cariño y tiempo. La contemporaneidad líquida y embalada asedia estos focos de resistencia. Teresa Valentín reconoce
que los apuros son cada vez más angustiosos: “Antes teníamos trabajos fuera que nos permitían mantener elencos con grandes actores y producir nuestros propios montajes pero ahora ya no lo hay”. Durante varios años han desarrollado programas de fomento del teatro entre alumnos de secundaria financiados por Caja Madrid y la Comunidad. Pero ambas iniciativas se han visto bloqueadas. A pesar de los pesares, el matrimonio continúa manteniendo en lo alto el estandarte del teatro humilde pero auténtico. A Valentín le gusta citar a Nina, de La gaviota de Chejov: “Hemos resistido manteniendo nuestra fe”. Ahora celebran el 10° aniversario de su periplo a contracorriente con Duet for One, inspirada en Jaqueline du Pré, esposa de Daniel Barenboim, que tuvo que dejar la música a causa de la esclerosis múltiple. En la pieza de Tom Kempinski, interpretada por su hija María Pastor y Juan Pastor, la violenchelista visita a un psiquiatra, con el ánimo hundido. “Vemos esta historia como una analogía con La Guindalera: para nosotros sería igual de terrible tener que cerrar”. La Sala Tribueñe, otro ejemplo de deslocalización teatral emplazado en Fuente del Berro, también alcanza en noviembre el 10° año de andadura. Su directora y fundadora (al alimón con Hugo Pérez), Irina Kouberskaya, rememora cómo se armaron de valor para poner en funcionamiento este teatro de 120 localidades: “Llegó un momento en que nos cansamos de esperar en tristes pasillos los favores del poder”. En esta década han desempolvado tótems sacralizados (quizá en exceso) como Shakespeare, Chéjov, Valle-Inclán y Lorca, del que
ahora tiran para festejar el cumpleaños. Durante el último trimestre de 2013 escenificarán una versión ‘universal’ de Bodas de sangre, “en la que el folclore andalusí se mezcla con el de culturas de todo el mundo”. Y para el segundo tramo de la temporada, el hiperactivo Hugo Pérez presentará su nuevo musical, arraigado ahora en el flamenco y sus jonduras, con el baile de Raquel Valencia en primera línea. De su chistera ya se había sacado Por los ojos de Raquel Meller, musical casi de culto que rescata el cancionero popular español (copla, zarzuela...) y que ha arrancado la temporada en el Reina Victoria, tras permanecer cinco años en la Tribueñe. Ese tránsito de un espacio del territorio off a teatros de mayor peso específico en la cartelera resulta cada vez más frecuente. “A nosotros nos saquean constantemente”, señala, sin rencor, Jorge de las Heras. Mendigando amor y Carnívoros fueron obras bautizadas en La escalera de Jacob que recalaron después en el Compac Gran Vía. Albert Boadella, gran fan guindaleriano, repescó para el Canal estas navidades Odio a Hamlet (Paul Rudnick) y Larga cena de navidad (Thornton Wilder), producciones originales de la factoría Pastor-Valentín. Desde Kubik Fabrik, Sergio Peris Mencheta saltó a las Naves del Español con Incrementum. Y Fernando Sánchez Cabezudo revela que Miguel del Arco, hombre de moda del teatro español, dio forma a Deseo, estrenada en el Cofidis con Emma Suárez y Gonzalo de Castro, ensayando entre los ladrillos de su nave. Hay motivos pues para conservar las ganas de hacer teatro en este país. Y desde luego para ir a verlo.
MALASAÑA SE HACE TEATRO María Comes Fayos Un almacén de jamones, una empresa de mensajería, un gimnasio, un taller de motos, un bar de cuplés... Todos esos negocios han pasado alguna vez por el número 18 de la calle de La Palma, en el barrio de Malasaña. Desde finales de octubre, sin embargo, este local se consagra al teatro de creación y pensamiento contemporáneo con el nombre de Espacio Labruc. Los artífices del milagro hecho teatro son Ángel Málaga y Eva Caballero, dos jóvenes que, en teoría, son solo los fundadores, pero que en la práctica se han ensuciado tanto las manos como cualquier albañil durante la reforma previa a la inauguración, el pasado 24 de octubre. Han dado vida al proyecto, lo
han promovido y construido y, en definitiva, han logrado sacar adelante lo que habían soñado durante más de tres años, el tiempo que les costó conseguir la licencia. Tanto es así que han tenido que registrarse como empresa constructora para poder hacer esa reforma. Ya no son solo directores de teatro, también lo son de obra. “Malasaña es un barrio muy duro para el teatro. Es una zona de copas y música, pero nosotros hemos querido arriesgar y cambiar eso”, cuenta Málaga en una terraza de la Plaza Dos de Mayo. Su compañera de batalla añade que es un acto de resistencia ante unas políticas que están matando la cultura en la ciudad.“Las salas más
pequeñas cierran ante las trabas que se encuentran. Le ha sucedido al Garaje Lumier. Y eso sin contar que el público ha dejado de consumir teatro por la subida del IVA”, lamenta Caballero, asegurando que ahora es el momento preciso para luchar contra eso. Las artes escénicas no son en cualquier caso el único plato fuerte del Espacio Labruc. Servirán también un menú cocinado a base de exposiciones de pequeño formato, performances, conferencias, conciertos acústicos mañaneros, danza contemporánea y brunchs un domingo al mes. Además, pondrán en marcha un laboratorio permanente de entrenamiento para actores y apostarán por la educación infantil con actividades como el aprendizaje de inglés a través del teatro. El escenario estará abierto los siete días de la semana. Un horario non-stop para un momento cultural que así lo demanda.“Tendremos cinco obras de teatro al mes y dos más para niños. Y estarán al menos dos meses
en cartel”, avanza Málaga, que cree que es la única manera de que el consumidor de teatro de las salas alternativas conozca la programación. Además, cada jueves tendrán a una compañía residente sobre las tablas, elegida mediante becas. “Queremos trabajar con compañías fijas al menos una vez al año para que haya una cierta continuidad”, señala Caballero. “Este es un espacio de gestión independiente, lo que no significa hacer cultura gratuita. Nosotros queremos vivir de esto”, puntualiza la pareja fundadora. Pretenden que su teatro sea un lugar sostenible y agradable, donde ver obras diferentes creadas con excelencia. Un lugar en el que las obras tendrán textos con cinco años de antigüedad como máximo y donde los clásicos solo tendrán cabida con una revisión contemporánea. No les interesa el pasado sino el presente. “El ahora es lo que cuenta y más con la que está cayendo”, sentencian.
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Textos Ojeda, Alberto “Big Bang en las salas alternativas” 11 octubre 2013 ww.elcultural.es Comes, María “Malasaña se hace teatro” 03 noviembre 2013 www.elpais.com Fotografías www.kubikfabrik.com www.sxc.hu Benito Pérez www.elpais.com Coordinador editorial Jaime Cubas Edición y Maquetación María San Martín