PERFILES Celia Maldonado. #MGC16ed
RAZONES PARA GESTIÓN CULTURAL Febrero de 2019
PELIGRO: ESTE MUSEO ESTÁ ABARROTADO
VENTANAS Taller de diseño aplicado a la Cultura, con Emilio Torné
Tomas Charté conversando sobre procesos de producción técnica en los espectáculos en vivo con el #MGC16ed.
RAZONES PARA GESTIร N CULTURAL
CONTENIDOS Editorial 5 Razones: 7 Peligro: Este museo estรก abarrotado Perfiles: 10 Celia Maldonado. #MGC16ed Ventanas
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El #MGC16ed visitó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía dentro de módulo dedicado a Difusión.
RAZONES PARA GESTIÓN CULTURAL
EDITORIAL Centenares de personas delante de un objeto de 77cm x 53cm cada pocos minutos. ¿Han adivinado ya lo que es? En las noticias de cultura es habitual encontrar esa imagen. Una pintura al óleo sobre tabla de 77cm x 53cm que atrae a unos 20.000 visitantes diarios. Efectivamente se trata de La Gioconda de Leonardo da Vinci, sin duda la «joya» de las colecciones del Museo del Louvre de París y seguramente la obra de arte más visitada del mundo. En principio esta situación debería ser considerada un éxito desde el punto de vista de la gestión y la accesibilidad del Patrimonio Cultural pero si uno se la muestra a un puñado de profesionales del sector es posible que se enfrente a expresiones de rechazo y comentarios del tipo: “Qué locura, así es imposible disfrutar de la obra” o “a la gente solo le interesa hacerse una foto para compartir en redes y confirmar que han estado ahí”. A priori puede parecer un asunto banal pero simboliza algunos de los retos más acuciantes en el sector cultural. En primer lugar, la tensión entre democratización de la cultura y la masificación. En los últimos años se habla de situar en el centro de las instituciones culturales a las personas, algo tan bienintencionado como ambiguo. Un lema que emana del marketing cultural, algo así como “el cliente siempre tiene la razón”, y que luego parece no tener un calado real en las políticas de las instituciones. Suena mejor lo que relaciona ese eslogan con cuidar la experiencia del visitante, si eso supone activar todos los recursos posibles de la institución para cumplir sus objetivos de
acercar el conocimiento a las personas. Tendría sentido analizar a los visitantes para intentar ofrecerles herramientas que se ajustaran a sus distintos perfiles y que les permitieran tener una experiencia relevante y enriquecedora con, por ejemplo ,dispositivos o programas de educación y mediación. Aunque, en el caso comentado, con ese número tan elevado de visitantes, es un verdadero reto. En segundo lugar, el debate sobre las distintas formas de participar de las personas en la cultura. Es fácil desaprobar que las personas que visitan una obra solo estén interesados en hacerse una foto con ella. Estamos dispuestos a aceptar que hay muchas maneras de disfrutar de la cultura
“...el gestor debe investigar lo que suceda en el espacio cultural para seguir mejorando las posibilidades que ofrece a su público...” pero esta nos parece una decadencia de nuestro tiempo y nos cuesta admitir el barniz elitista de nuestra mirada. En el fondo es una escena que se produce solo en muy pocas instituciones. Como afirmaba Miguel Falomir, director del Museo del Prado, hace unos meses en una entrevista: “el 80% de los museos está vacío”. Aunque no es un dato muy riguroso viene a señalar una dura realidad: la mayoría de los espacios culturales preferirían estar
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preocupados por cómo ofrecer alternativas al palo del selfi en vez de estar ajustando su estrategia de públicos y contenidos para que venga un mínimo de personas que justifiquen su función pública. Pero, volviendo a la escena de las autofotos, ¿por qué nos parece que este tipo de interacción es menos adecuada? Sin duda existe un abanico de maneras de participar y relacionarse con la obra que suelen distinguir entre el que sabe/ activo y el que no sabe/pasivo. O, en palabras de Ranciere, “no tenemos que transformar a los espectadores en actores ni a los ignorantes en doctos. Lo que tenemos que hacer es reconocer el saber que obra en el ignorante y la actividad propia del espectador”. Es decir, reconocer que las personas ven, sienten y comprenden en la
medida en que componen su propia experiencia y relato que es tan respetable como la intención de los creadores. Y, en cualquier caso, el gestor debe investigar lo que suceda en el espacio cultural para seguir mejorando las posibilidades que ofrece a su público, a sus participantes o como quiera denominar a las personas que se relacionan con su proyecto cultural. Este artículo recoge algunas ideas que surgieron en el debate que tuvimos junto con los estudiantes de la actual edición del Máster en Gestión Cultural de la Universidad Carlos III de Madrid, a raíz de la imagen de partida y que atraviesan los conceptos que trabajamos durante el módulo de Difusión.
Susana Gómez y Javier Laporta
Co-coordinadores del módulo de Industrias Culturales y Creativas Máster en Gestión Cultural Universidad Carlos III de Madrid
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PELIGRO: ESTE MUSEO ESTÁ ABARROTADO
del Prado recibió 13.820 visitantes, fue el día de mayor afluencia. El museo madrileño cerró el año “Pero, ¿es posible “el enriquecimiento personal” en un
Al tratar sobre Difusión, un concepto reiterado y polifacético es la accesibilidad de la Cultura, que tiene a identificarse en el contexto museístico. En este sentido conviene atender a reflexiones como las que siguen, que van más allá de las meras cifras para interrogarse sobre los significados. Cuando usted lea este artículo casi 200.000 personas habrán pasado, desde el 1 de enero, por la sala del Louvre donde cuelga La Gioconda. Antes de que acabe el mes, solo esta sala habrá tenido más visitas que el Museo Arqueológico Nacional de España en un año entero. Cada día se asoman más de 20.000 visitantes a la habitación del icono de Leonardo, ojo: el 30 de abril de 2018 el Museo
museo en estas condiciones de aglomeración?”
con 2,9 millones de visitas, muy lejos de los 10,2 millones de personas circulando –con dificultad– por las salas del parisino. Es un crecimiento del 25% respecto al año anterior, es decir, alguien entra cada dos segundos. Más del 70% de los visitantes no son franceses. El Louvre se ha convertido en el Everest del turismo cultural, que según el Consejo Internacional de Museos (ICOM), tiene por objetivo “el conocimiento” y contribuir al mantenimiento y la protección del patrimonio. Pero, ¿es posible “el enriquecimiento personal” en un museo en estas condiciones de aglomeración? “Por supuesto que no”, responde Alicia Castillo, presidenta del
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Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). “Para disfrutar de la visita necesitas condiciones que facilitan la contemplación. Todo lo que sea acumular personas en un mismo lugar es insostenible. La masificación solo trae deterioro. De todas maneras, el problema de los museos del siglo XXI no es que vaya mucha gente a los museos, prefiero que los museos mueran de éxito a verlos vacíos”, añade. Quizá el público no tanto. “La multitud que se agolpaba delante de la obra me hizo complicadísima la explicación”, comenta una guía de museos con diez años de experiencia sobre su última visita al Jardín de las delicias de El Bosco, en el Museo del Prado. “No es una pintura fácil, porque es muy detallista y para verla y explicarla con detenimiento habría que estar a solas con ella cerca de 20 minutos, pero eso es imposible en un museo como éste”, cuenta la guía, que prefiere no aparecer con su nombre. Llama la atención y alerta sobre los visitantes que vagan ciegos por los museos, sin apreciar ni atender, instagrameando... De hecho, hace cuatro años la cantante Beyoncé estuvo junto a La Gioconda, se retrató y subió su retrato a su perfil de la red social, con 840.000 me gusta. Este 2018 rodó el vídeo del tema Everything is Love en el Louvre y fue uno de los motivos del éxito en audiencias.
superarán las 80. Son aforos para no poner en riesgo las piezas. El Prado no tiene aforo ni en la sala de El jardín de las delicias ni en Las Meninas, solo se aforan las temporales, como ocurrió en la
“Hay que situarse más allá de las cifras porque si un gran número de visitantes pasan por la exposición sin aprender nada “es un fracaso”.”
popular exposición de El Bosco, donde según el museo “hubo menos de 500 quejas”. Todas hacían referencia a que había demasiada gente y no se podía acceder. Noelia Ibáñez Pérez es la responsable de público del Prado y cuenta que ultiman una herramienta big data contra la masificación y la optimización de recursos. En el Prado, el 60% es público extranjero. El éxito no es la audiencia desorbitada, sino “la experiencia grata”, cuenta Jorge García GómezTejedor, jefe de restauración del Reina Sofía, quien aboga por la organización y la previsión para evitar la masificación. Hay que situarse más allá de las cifras porque si un gran número de visitantes pasan Aforo para vivir por la exposición sin aprender nada “es un fracaso”. Delante de La Gioconda no puede haber Esa es una de las conclusiones del informe La más de 200 personas. Frente al Guernica, nunca experiencia de la visita al museo (2013), realizado
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RAZONES PARA GESTIÓN CULTURAL por el Ministerio de Cultura. Lucas García Guirao, subdirector adjunto de Museos Estatales, explica a este periódico que “las aglomeraciones no son el mejor entorno para
“A los museos les está costando establecer el equilibrio entre la accesibilidad y la masificación, de diferenciar entre lo que es una visita y una experiencia, entre un turista y un visitante.” tener una experiencia adecuada en un museo”. Aunque apunta que “peor que el turismo masivo es la ausencia de turismo”. Entonces, ¿los museos deben ser accesibles, pero no mucho? “Los museos se dirigen a la ciudadanía y debemos diversificar las visitas para evitar aglomeraciones en un único museo. Por eso es importante cuidar la fidelidad del visitante”, explica. Quizás nos estemos equivocando de preguntas. Y lo realmente importante para determinar la calidad de un museo o una exposición no sea cuánto se ha aprendido, sino qué ha visto, oído, sentido hecho o experimentado el visitante. La experiencia es un fin en sí mismo y la masificación es su kryptonita: “Conllevan experiencias negativas”, dice Eloísa Pérez Santos, investigadora de públicos en museos y exposiciones. “Los museos atestados pueden ser altamente distractores a causa de un ambiente ruidoso, exceso de calor y gente y una gran cantidad de objetos expuestos. La experiencia puede llegar a ser estresante y eso es incompatible con la satisfacción”, dice la especialista.
González, avisa de la incorporación de sociedades que habían permanecido al margen del ocio vacacional internacional, como la china. Por eso cree que debemos abandonar la idea, “naif e interesada” de que “el cuestionamiento de los límites del turismo pone en riesgo una actividad económica fundamental en nuestro país y en el planeta”. Y apela a “la responsabilidad” de los gestores turísticos y gestores del patrimonio para proteger el legado. Pero es un debate sin resolver: nadie aclara cuál es el “uso responsable” de los bienes patrimoniales en el enfrentamiento entre la industria del turismo y la protección del patrimonio. Por si fuera poco, en este choque el Louvre es una excepción: “La mayoría de los museos están vacíos”, dice Alicia Castillo, que es partidaria de la creación de réplicas para la salvaguarda del patrimonio ante la afluencia masiva de turistas. “No hay por qué visitar los originales. La reproducción es una alternativa de carácter interpretativo muy válida, como ocurre en las cuevas de Altamira”. La cultura china tampoco detesta la copia. A los museos les está costando establecer el equilibrio entre la accesibilidad y la masificación, de diferenciar entre lo que es una visita y una experiencia, entre un turista y un visitante. “El límite es el que haga posible la visita”, apunta José Luis Pérez Pont, director del Centre Carme de Valencia y gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), que destaca que la misión del museo es más importante que las audiencias. De hecho, aboga por la accesibilidad y las cifras lo avalan: llegó al museo en 2016, con 71.000 visitantes, ha cerrado 2018 con 342.000 personas. “La masificación genera un efecto contrario a la accesibilidad y la agitación cultural”, dice el director de un museo que el 20% de sus visitantes es extranjero. “Este museo es para el ciudadano y el Louvre para los turistas”, remata.
Avalancha china Y la riada de personas no va a parar de crecer. La experta en turismo cultural y Publicado originalmente en el diario El País. coordinadora del Grado de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, María Velasco
Peio H. Riaño
Periodista del diario “El País” @PeioHR
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PERFILES CELIA MALDONADO
¿Por qué elegiste el máster en Gestión Cultural? Elegí estudiar el máster porque me di cuenta que la gestión cultural fusionaba mis intereses principales: la organización de proyectos y el ámbito artístico. Además, me atrajo el hecho de que fuese interdisciplinar y que nos diera una visión general de todo el sector, ya que, por ejemplo, no tengo mucho conocimiento sobre artes plásticas y visuales y tampoco lo tenía sobre diseño. Mi visión de la gestión cultural se basa en ser capaz de ayudar a los artistas a desarrollar sus proyectos y hacerlos llegar a su publico. Me gustaría He estudiado el grado bilingüe en Economía que el artista solo tuviese que centrarse en su obra y y Negocios Internacionales de la Universidad de que de todo lo demás se encargasen los gestores. Alcalá. Al mismo tiempo, me he formado como bailarina profesional estudiando ritmos latinos ¿Cómo crees que te ayudará el máster en tus y danza contemporánea con maestros en Madrid proyectos? (Daniel Castillo, Javier Monier) y en Nueva York El máster nos está dando la oportunidad de (Alvin Ailey School y Broadway Dance Center). El conocer el trabajo de profesionales que saben muy pasado verano estuve en La Habana realizando el bien cómo funciona el sector y creo que su visión curso internacional de danza moderna cubana. es muy útil a la hora de plantear mis proyectos futuros y para saber cómo moverme y a quién pedir ¿Qué proyecto estás desarrollando actualmente? ayuda. También, estoy aprendiendo muchísimo de Estoy desarrollando mi proyecto mis compañeros con los que tengo que realizar los personal con mi pareja artística “Celia y David proyectos donde todos tenemos que llegar a un #ConectaSienteDisfruta”, como bailarines consenso y trabajar en equipo. profesionales de salsa. Nuestra visión es acercar el baile social como una forma de compartir experiencias con otras personas y con un objetivo muy claro: disfrutar del placer de bailar. En lo que referido a los shows, apostamos por el desarrollo de trabajos más profundos y que expresen un mensaje o una idea frente a los que se realizan habitualmente, que suelen ser una demostración de habilidades técnicas. Nos inspiran las piezas de danza contemporánea que buscan transmitir sensaciones y no dejar al público indiferente, por ello sv con los ritmos latinos. En el #MGC16ed hay participantes que, además de gestionar, son también actores culturales. Un ejemplo es el caso de Celia Maldonado, formada en Economía pero cuya pasión por la danza latina y contemporánea la llevaron a apostar por el máster en Gestión Cultural.
Una muestra del proyecto de Celia es “Sueño (2015)”, coreografía en su mayoría contemporánea fusionada con elementos en pareja de la salsa.
www.dancingceliadavid.com
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Raúl Ramos, socio fundador de Asimétrica, en clase sobre estudio de públicos, durante el módulo de Difusión.
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Tel (+34) 91 624 58 41 Fax (+34) 91 624 86 23 mgc@postgrado.uc3m.es www.mastergestioncultural.eu
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