Drones, fascinación y uso

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fascinación y uso •

Mauricio Coronel Guzmán Los distribuidores en México venden sin restricciones aparatos que cuestan entre 700 pesos y 30 mil pesos, los hay más caros. Un padre de familia que visita esta feria compra a su hijo de 10 años el drone más barato, la miniatura cabe en la mano y se eleva por los aires para deleite de los curiosos. El aparatillo no es más que un juguete, con una batería sube y baja; es probable que un regalo de Día de Reyes cueste lo mismo y sea más vistoso pero no es un drone, se paga por eso. Ante el aparente absurdo pregunto a la empleada cuál es la gracia de ese aparato si no sirve más que para subir y bajar unos cuantos metros. La respuesta no se queda en la descripción de la moda tecnológica del momento, me asegura que se trata de un entrenamiento. Más adelante en conversación con el ingeniero en robótica aérea, Miguel Carrasco, me explica que él construye drones pero que no sabe volarlos, se requiere de una habilidad manual específica. La Universidad de Nebraska es pionera y líder en trabajo con drones y confirma la regla: aunque ellos dan clases de manejo de drones para periodistas, en Estados Unidos se requiere de un permiso de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). En México el asunto es más relajado, pero algún día nos emparejaremos, en tecnología y legislación, espero. @MauricioCG2014

á l i s i s

espectral del resorte. Ahí nació el teléfono, dice Clarke. Más adelante todo el mundo tendría teléfono y en la oscuridad de los tiempos se perdió la capacidad de asombro para preguntarnos cómo es posible que la voz viaje a través de unos cables. De igual forma, los nuevos avances tecnológicos no nos sorprenden porque conozcamos cómo funcionan sino por el servicio que prestan. A mediados del siglo XIX, antes del triunfo que permitió la comunicación telegráfica intercontinental, una carta de ida y vuelta entre América y Europa tardaba unos tres meses, hoy en la era digital es cosa de segundos. En una curiosa anécdota de redacción periodística actual, una compañera reportera estaba entrevistando a un distinguido académico cuando de la casa editorial tomaron fotos de la entrevista y las compartieron en Facebook; antes de que terminara la entrevista esa compañera ya tenía en su celular (vía WhatsApp) un par de fotos de ella con su entrevistado, además de que ya estaban circulando en la web. Ese par de ejemplos revelan un poco nuestra actitud ante los nuevos avances. En la Feria del Mundo Digital que organizó la industria de la tecnología del país, un capítulo interesante se centró en conferencias y en la venta al público de drones. ¿Cuánto cuesta un drone? ¿Para qué se usa? ¿Quiénes quieren tener uno?

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n drone es un vehículo aéreo dirigido a control remoto, no tripulado, con o sin una cámara. Un periodista, aficionado al aeromodelismo puede ser el controlador de ese artefacto que según la complejidad tiene la opción de ser operado a distancia con un smartphone. Los drones no sólo son un gadget para el entretenimiento sino que, poco a poco, ganan terreno en diversos campos de la vida productiva ya que satisfacen necesidades de seguridad, comercio, creatividad artística y comunicación. Hoy aparecen en el mercado nacional como una novedad que capta la atención de personas con distintos intereses, en la reciente Feria del Mundo Digital que se realizó en la Ciudad de México, se pudieron apreciar drones de diversos tamaños, precios y funciones; sin embargo, llama la atención que los intereses lúdicos sean los predominantes. Un poco hurgando en las motivaciones, la historia de las telecomunicaciones y los avances tecnológicos que nos refiere Arthur C. Clarke en El mundo es uno, da cuenta de esa mezcla entre fascinación, pasión científica y sentido práctico. La tarde del 2 de junio de 1875 se produjo la primera llamada telefónica de la historia. El ayudante de taller, Thomas A. Watson, se encontraba en el transmisor de prueba cuando una varilla se atoró y la empezó a sacudir. A veinte metros de distancia, Alexander Graham Bell con la oreja en el otro aparato, escuchó el eco

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