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Suridea / Órgano informativo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja || Nº 30 – abril - 2017 || Editor: Luis Salvador Jaramillo || Directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja: Presidente, Diego Fabricio Naranjo Hidalgo; Vocales principales: Félix Humberto Paladines Paladines, Bernardita Maldonado, Luis Antonio Quizhpe, Alicia Piedad Ochoa Valdivieso; Vocales suplentes: Edwin Stalin Bermeo Cuenca, Lucía Margarita Figueroa Robles, Tulio Camilo Bustos Peñarreta, Altaira María Rojas Landacay; Secretario (e): Julio Espinoza Bustamante || Comunicación Social: Jeannet Coronel || Dirección de la Editorial Gustavo Serrano CCE-L: Paúl Ramírez Guamán; Diseño y Diagramación: Gabriel Alejandro Valladares. Corrección: Carlos Alvariño Betancourt Impreso en: Editorial Gustavo Serrano CCE-L. Distribución y canje: Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Loja – Calle Colón 13-12 y Bernardo Valdivieso – Telefax 07 2571672 – Apartado Postal 11.01.141 Loja, Ecuador
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EL HOMBRE INVISIBLE Y EL SECRETO DE WILHEM STORITZ Christian Peláez
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¿QUÉ HAY DE NUEVO, BOB?
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SERIE CINE ECUATORIANO, DOS PARA EL CAMINO
L. Salvador J.
Wilson R. Castillo 13
DE LOS CUENTISTAS QUE SE AVENTURARON A ESCRIBIR UNA NOVELA
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HÁBLAME DE HORROR
Christian Peláez
José Rodrigo Sánchez 23
FANTASTIC SHIELD
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LA LECTURA Y EL LECTOR DEL QUIJOTE
L. Salvador J.
Ángel Martínez de Lara 28
POR LOS LEGENDARIOS CAMINOS DEL FAUNO, JETHRO TULL O EL VIAJE INTERMINABLE
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ESPACIOS POSIBLES
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UNA PIRUETA EN LAS NUBES
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LIBROS…
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VIDAS Y MUERTES DE LADY BEE
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POEMAS
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PARA LEER
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PONENCIAS
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ACONTECER CULTURAL
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BASES CONCURSO LITERAURA MIGUEL RIOFRÍO
L. Salvador J.
Julio Quitama Pastáz José Aldás
Carlos Ferrer José Aldás
Paulina Soto Galo Guerrero Jiménez
Nota editorial
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uridea lleva al lector, trimestralmente, una somera revisión del mundo artístico en todas sus amplias expresiones. Sobra decir que la tarea sobrepasa el modesto alcance de una publicación que sobrevive merced al voluntarioso empeño de sus siempre pocos pero generosos colaboradores. Así ha sido desde sus inicios y así se ha mantenido hasta hoy. Siendo el arte la manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginario con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, nuestra revista no ensaya sino un breve vuelo sobre el quehacer artístico mundial, así como también de nuestro medio. Pero en esa ocasión es ineluctable expresar que, si bien las artes están llamadas a recrear el espíritu del hombre, suscitando emociones a través de los aspectos más vitales o bellos de la vida, y si bien estos conceptos podrían entrar en juicio con la noción inconmovible de lo clásico, lo que no entraría jamás en discusión es que el arte deje de ser una visión personal y desinteresada, y por tanto, libre del servicial rendimiento ante ningún interés político en particular. Al desaparecer la autonomía medular en el amplio espectro de los vaivenes de un Estado, se compromete la definición más genuina de las artes como una visión personal y desinteresada, peor si se trata de un Estado totalitario, que conculca la libertad de expresión e intenta acallar todo discernimiento, para pacer sin estorbo ante el borreguil sometimiento de las masas. El arte no debe someterse a políticas y menos aún a ideologías que han demostrado históricamente su fracaso. Con honra podemos decir que, hasta la fecha, esta publicación no ha rendido pleitesía a comandantes, ni estrechado la mano de dictadores, ni sonreído a falsas democracias que intentan perpetuarse en el poder. Nuestra sencilla revista provinciana solo aspira a mantenerse consecuente con la más genuina definición del arte. Lo cual no es poco.
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EL HOMBRE INVISIBLE Y EL SECRETO DE WILHEM STORITZ Christian Peláez
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eiterar una idea ingeniosa dentro de la literatura (en algunos casos, pienso) puede considerarse como un homenaje a quien imaginó o creó aquella idea primera.
The invisible man, de H. G. Wells, fue la novela que dio origen al hombre invisible, un individuo que no puede ser percibido con el sentido de la vista y que en el plano psicológico padece de locura. La idea del hombre invisible también fue tratada, años después, por el francés Julio Verne, y de cierta forma muchas de las características del hombre invisible de Wells también las posee su descendiente, Wilhem Storitz, el protagonista de la versión de Julio Verne, y que él tituló El secreto de Wilhem Storitz, novela publicada en 1910. Ambas novelas tienen sus factores comunes pero al final son muy diferentes, y en cada una de ellas se evidencia el estilo de ambos escritores. Wells proyecta ya en el título la idea principal de la novela, lo cual sugiere que algo le sucederá al hombre invisible. En cambio Verne opta por el misterio, pues el título invita al lector a ir descubriendo la trama en el transcurso de la lectura. Ambas novelas tienen a un hombre invisible como protagonista, pero las situaciones que viven los dos personajes son muy diferentes. En el caso de la obra de Wells se puede percibir la tragedia del hombre invisible, la desgracia de Griffin, el genio científico. Uno puede llegar a pensar que Wells escribiera esta novela para quienes creen que ser invisible es una condición ventajosa y feliz, cosa que está muy lejos de la realidad. Tenemos por ejemplo que el hombre invisible, en su primera excursión al mundo exterior, es golpeado por los transeúntes, los perros
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pueden percibirle y por ende agredirlo, no puede usar ropa para protegerse del frío, es vulnerable a los cambios climáticos y a los peligros de transitar por las calles. Cuando ingiere alimentos, estos son visibles hasta ser asimilados por el organismo, y cuando necesita dormir (esto no lo menciona el autor pero se sobreentiende) debe buscar un lugar oscuro o vendar sus ojos, pues sus párpados al ser transparentes no dan el abrigo de la oscuridad para descansar. Finalmente el desequilibrio mental y la locura provienen de la permanente paranoia de ser atrapado (no confía en nadie, no duerme) y de no poder llevar a cabo su ambición de volver a la normalidad después de haber sacado provecho de su invisibilidad. Como se puede apreciar, Wells pensó en estos detalles como un trabajo científico y fundamentado. La obra de Verne, en cambio, no guarda el mismo rigor en cuanto a las características de su personaje, Storitz, quien hereda del padre el secreto de la invisibilidad, mientras que Griffin es dueño de un gran intelecto, es un genio de la química y de la física. Si la novela de Wells cuenta las peripecias de un hombre invisible, Verne narra cómo su hombre invisible usa su habilidad casi sin ninguna de las desventajas de Griffin. Storitz no busca como aquel la forma de volver a la normalidad, sino impedir el matrimonio de Myra Roderih y Marcos Vidal; él puede regresar a la normalidad con el antídoto para la invisibilidad y quizá previendo las debilidades del
hombre invisible de Wells, Verne le da a su personaje un criado y cómplice, el cual le ayudará a realizar su venganza contra Marcos Vidal. Cabe mencionar que la versión de Verne fue publicada íntegramente en 1910 (y luego, en 1985) y que sufrió modificaciones por parte de su hijo Michel Verne. Es curioso notar que al leer la obra no se alcanza a percibir la misma profundidad que tiene el escritor en 20000 lenguas de viaje submarino, Cinco semanas en globo, o la tan celebrada Isla misteriosa. En su hombre invisible se siente cierta heterogeneidad de los elementos, por ejemplo en las descripciones del personaje principal que algunas veces son innecesarias, o en la argumentación de cómo Storitz obtiene la invisibilidad, o en la sencilla trama de un amante despechado que quiere arruinar la boda de su adversario, lo cual da la idea de una novela más simple pero no por ello innecesaria en nuestras lecturas de ocio. Wells, al sentar los rasgos generales del hombre invisible, alude a su comportamiento paranoico y violento, lo cual también se aprecia en el Storitz de Verne. Este rasgo podría ser considerado la otra cara de la invisibilidad, los hombres invisibles son dueños de una
gran inteligencia pero también de un comportamiento violento. Esta característica se refleja asimismo en una de las series de televisión que tuvo éxito, retomando el concepto del hombre invisible. The invisible man, estrenada en el año 2000, presenta a Darien Fawkes, personaje principal y dueño del “don” de la invisibilidad, que consigue a través de un experimento en el cual se le implanta una glándula biosintética en el cerebro, que a su vez permite la desviación de la luz. A esta habilidad también se le agrega la de poder trasmitir la invisibilidad por un tiempo determinado a los objetos y las personas que Darien toque, y también el que pueda bajar la temperatura de cualquier objeto hasta congelarlo mediante el tacto. Las desventajas de este hombre invisible son que pasados los treinta minutos de invisibilidad, Darien pierde el control de su persona y su lado oscuro toma el control, lo que en la serie se denomina «la demencia del Quick Silver» y que, como ya mencioné, es una de las características fundamentales del personaje del hombre invisible. Wells nos dio al hombre invisible, lo cual ha entretenido y ha ampliado nuestras fantasías. Verne, crea un personaje a partir de la idea de Wells, lo que se puede interpretar como un cumplido (independientemente de las diferencias entre estos dos escritores) al padre del hombre invisible. Luego, por detrás de estos escritores geniales, vienen los herederos del hombre invisible, las series de televisión, las adaptaciones cinematográficas y los comics, entre otros muchos formatos, que retoman la base ingeniosa del mismo personaje. Paradójicamente, Wells creó a uno de los antihéroes más visibles de la literatura universal en lo que a literatura y ciencia ficción respecta.
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¿ QUÉ HAY DE NUEVO, L. Salvador J.
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iajando por la larga ruta de sus textos líricos (más de 400 canciones), desde la tonada social estilo Guthrie hasta el folk urbano de baladas duras, lo más seguro es encontrar por el camino algunos pocos parajes de poesía despejada, para luego ir hallando, uno tras otro, profusos matorrales y sotobosques de enmarañada sintaxis (no estamos hablando aún de las traducciones, que es otro cantar aún más enrevesado), metáforas peinadas con rastrillo, disquisiciones, frases degolladas, citas herméticas, vías sin retorno, ambigüedades, caprichos, humor bronco, juegos de doble sentido, amén de frases entresacadas del cine clásico. De toda su producción discográfica, poniéndole un poco de estro, una quinta parte podría considerarse dentro de los cánones de la poesía lírica, y el resto pertenecería más bien a esa abstrusa inspiración dylaniana que a veces parece andar con las manos y otras veces gesticular con los pies. Quizá los eruditos del Nobel encontraron las migas de pan esparcidas a lo largo de todo el sendero de sus 37 álbumes grabados (desde 1962 hasta nuestros días) en los que Dylan ha ido vertiendo el inextricable desconcierto de sus letras. Y quizá por ello mismo mereciera el premio Nobel de sobra, o por ello mismo no se lo mereciera para nada. El dictamen del premio rezaba escuetamente: «Por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense», y la demora del autor en responder que sí aceptaba o no dicho premio fue tomado en un principio como un gesto grosero y arrogante, mas, luego, cuando llamó por fin a la Academia, aclaró que se había quedado sin palabras ante honor semejante: «¿Que si acepto el premio? Claro que sí», respondió. Al inicio quiso hacer con la poesía lo que Picasso había
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conseguido con la pintura, pero sus versos resultaron más bien un calco lírico del ‘action painting’ de Pollock, un intento de plasmar el ruido blanco del cosmos con ideas entrecruzadas como mallas, con nutridas redes de impresiones variopintas. Y no por ello vaya a pensarse que este artículo pretenda formar parte del reducido grupo de illuminati que ha logrado romper los siete sellos de su poética eléctrica: «Nadie puede interpretar lo que yo digo, absolutamente nadie, y a veces yo tampoco.» Aún así, lo que jamás podría pensarse es que su cantar se amoldara alguna vez al lugar común de las baladas de la radio, o al amplio prado donde pastan los obedientes trovadores de izquierda, cantando cosas como: «Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre», y otros gases de sus estómagos bovinos.
Entre el amasijo de tropos compuestos con lo primero que se le pase por delante, Dylan arremete clausurando entradas, desplazando dichos y disparando versos como perdigones. El galimatías puede alcanzar el punto máximo cuando gangosea las estrofas con su voz nasal, sobre todo en vivo, pero es aquí precisamente donde brilla la inteligencia de Dylan, porque suscita de un modo paradójico el mensaje que intenta transmitir, como el chico que no entiende un idioma y escucha una canción que le gusta y el gancho emocional de la misma hace que imagine su letra, acomodándola a su percepción o a sus vivencias personales, a veces solo con el auxilio del título. No estamos hablando de sus álbumes inaugurales sino de la marejada que bulle del océano neológico que conforma la mayoría de sus letras, sin que ello nos cause perplejidad sino más bien un voluntarioso esfuerzo exegético. Métricas y rimas caóticas se amoldan al tempo, largas letanías de jer-
BOB ?
gas, muletillas y locuciones que se desgranan profusamente como un volquete de piedras, sin que nadie se desvele por la cadencia. Y esto en el idioma de Shakespeare, o, más que hablando, pensando en dicho idioma, porque otra cosa son las traducciones, donde los sufridos transcriptores insomnes luchan por trasladar al idioma vernáculo el rigor ambiguo de los textos, filtrándolos por el tamiz falaz de la interpretación literal o del equivalente posible, y todo ello sumergido en los espejismos de la duda. Al respecto, un dato curioso y hasta cierto punto paradoxal. Cuando los Beatles empezaban su apogeo (1964), Bob Dylan asistió a uno de sus conciertos y esperó a Lennon tras bastidores. Lennon le preguntó emocionado, ¿qué tal Bob, te gustó nuestro concierto? Y Bob le respondió con su característica parquedad fulminante: «Ustedes podrían cantar mejores cosas que ‘I love you, yeah, yeah, yeah’ entre chillidos histéricos, porque no se oye nada más que eso, chillidos histéricos». Desde entonces las letras de los Beatles subieron definitivamente de escaño. Ya disueltos los Beatles, Bob Dylan trabajaría con Harrison en el ya mítico quinteto Travelling Willburys, junto con Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne. Antes lo había hecho con The Band. O mejor dicho, ¿con qué artista serio no ha subido alguna vez al escenario?
Sin embargo no deja de resultar curioso que el intérprete con más personalidad musical de los últimos cincuenta años se muestre tan poliédrico en la sucesión de sus perfiles identitarios. A despecho de su fobia por las cámaras, el que hoy use barba y mañana no, todo está meticulosamente estudiado por la poderosa industria de la música, sin que con ello se pretenda insinuar que el Dylan de hoy no sea el mismo de ayer,
ni que el de hoy será distinto al de mañana. Lo cual da fe de una búsqueda incansable, de una inteligencia extraordinariamente despierta, siempre en camino, en constante exploración de nuevas formas. Cuando cambió su guitarra acústica de trovador social por una guitarra eléctrica, muchos lo tildaron de traidor, pues pensaron que el cambio implicaba también su adhesión al orden establecido, su deserción del canto contestatario.
Pero en fin, no se diga más del chico judío que abandonó su Duluth natal (Minnesota) con apenas veinte años encima y que tan pronto como acabó de traspasar el umbral de la casa paterna pensó hacerse llamar Robert Allen en lugar del original Robert Zimmerman (muy judío para triunfar como artista), y que luego quiso llamarse Robert Allyn, porque sonaba quizá más exótico, pero que al leer unos poemas de Dylan Thomas quiso llamarse Robert Dylan, pero Robert no pegaba con Dylan, así que mejor se haría llamar Bobby Dylan, solo que ya había muchos Bobbys sonando en la radio —Bobby Vinton, Bobby Darin, Bobby Vee, Bobby Rydell, Bobby Neelly, Bobby Solo (en esos años, en los años cincuenta, todos los cantantes querían llamarse Bobby algo); eran los años de las chicas de faldas vaporosas y labios pintados de intenso carmín, cuando el consumismo desguazaba sus alas blancas en una vorágine de electrodomésticos del año y coches de lujo y nuevas casas en suburbios residenciales y mucha brillantina para el aborregamiento masivo—, y entonces alguien le dijo «Oye, Bob», y ¡voilà!, apareció el definitivo Bob Dylan.
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Dama de los ojos tristes, de las tierras bajas Con tu boca de mercurio en tiempos misioneros y tus ojos de humo y tus plegarias como versos y tu cruz de plata y tu voz de campana ¿Quién de ellos piensa ser tu sepulturero? Con tus bolsillos protegidos hasta el fin y las visiones de tranvías sobre la hierba y tu carne de seda y tu rostro de cristal ¿Quién de ellos piensa que podría llevarte consigo? Triste dama de las tierras bajas, donde el profeta de ojos tristes dice que nadie vendrá Mis ojos de almacén, mis tambores árabes, ¿debo dejarlos junto a tu puerta, o debo acaso esperar, dama triste? Con tus sábanas de metal y tu cinturón de encajes y tu baraja de cartas sin la sota y el as y tus prendas de sótano y tu rostro hueco ¿Quién de ellos puede pensar en descifrarte? Con tu silueta cuando el sol se apaga Dentro de tus ojos donde la luna nada y tus minúsculas canciones y tus himnos gitanos ¿Quién de ellos intentaría impresionarte? Triste dama de las tierras bajas, donde el profeta de ojos tristes dice que nadie vendrá Mis ojos de almacén, mis tambores árabes, ¿debo dejarlos junto a tu puerta, o debo acaso esperar, dama triste? El rey de Tiro y su lista de condenados aguardan en fila tu beso de geranio y no podrías saber que iba a ser así. ¿Pero quién de ellos quiere tan solo besarte? Con tus llamas infantiles en la alfombra de medianoche y tus modales españoles y las drogas de tu madre y tu boca de vaquero y tus tapones de queda ¿Quién de ellos crees que podría resistirse? Triste dama de las tierras bajas, donde el profeta de ojos tristes dice que nadie vendrá Mis ojos de almacén, mis tambores árabes, ¿debo dejarlos junto a tu puerta o debo acaso esperar, triste dama?
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Señor (Cuentos del poder yanqui) Señor, señor, ¿sabe usted adónde vamos? ¿Al condado de Lincoln o al Apocalipsis? Me parece que ya he recorrido este camino ¿Hay algo de cierto en ello, señor? Señor, señor, ¿sabe usted dónde se esconde ella? ¿Cuánto tiempo cabalgaremos? ¿Cuánto tiempo debo seguir con los ojos clavados en la puerta? ¿Habrá algún consuelo allí, señor? Aún sopla un viento malvado en la cubierta Aún cuelga una cruz de hierro del cuello de ella Aún toca una banda en ese solar Donde ella me tuvo en sus brazos y me dijo: “No me olvides” Señor, señor, puedo ver el carromato pintado Puedo oler la cola del dragón No puedo aguantar más la incertidumbre ¿Puede decirme con quién debo hablar aquí, señor? Lo último que recuerdo antes de hincarme sin ropa de rodillas Fue ese tren lleno de idiotas, atrapado en un campo magnético Un gitano con una bandera rota y un anillo fulgurante dijo: “Esto no es un sueño, hijo, esto va en serio” Señor, señor, usted sabe que tienen corazones de cuero Concédame un minuto, deje que me reponga Solo tengo que levantarme del suelo Estaré listo cuando usted lo esté, señor
Señor, señor, desconectemos estos cables Volquemos estas mesas Ya no entiendo este sitio ¿Puede decirme a qué estamos esperando, señor?
Alguien se apoderó de mi corazón (Primera versión de “Estrecho vínculo con mi corazón”) Dicen: “Come, bebe y sé feliz” “Agarra al toro por los cuernos” Aún te contemplo en visiones, un lirio entre cardos Todo me resulta un poco lejano Se hace más y más difícil reconocer la trampa Demasiada información sobre nada Demasiada cháchara exquisita Es como me contaste, como dijiste que sería La Luna asciende como un incendio Noto el aliento de la tormenta Debo hacer algo esta noche Tú ve adentro y no te enfríes Alguien se apoderó de mi corazón Tú... Sí, tú te has apoderado de mi corazón He vuelto de una ciudad de cielos IIameantes Todos piensan con el estómago Hay un montón de espías Sus tortuosas calles se retuercen hasta desaparecer Madame Butterfly me arrulló hasta dormirme Como un río antiguo Ancho y profundo Dijo: “Tranquilo, nene, no hay nada aquí que valga la pena robar”
Crecida (Para Charley Patton) Suben las aguas, suben día y noche Están robando el oro y la plata Big Joe Turner mira al este y al oeste Desde el cuarto oscuro de su mente Llegó a Kansas City A la calle 12 con Vine Allí no queda nada Hay crecida por doquier Suben las aguas, se llevan las cabañas La gente pierde sus bienes, la gente se marcha Bertha Mason lo sacudió y lo rompió Después lo colgó en la pared Dice: “Bailarás con quien te digan O no bailarás con nadie” El mundo es ingrato Hay crecida por doquier Ir a todo gas me sabe a gloria He trucado un Ford Mustang Sube a bordo, amor mío, quítate las bragas Puedo escribirte poemas, trastorno al hombre más fuerte Sin el barro no soy guarro Espero que me trates bien Todo se destroza ahí afuera Hay crecida por doquier Suben las aguas, seis pulgadas sobre mi cabeza Los ataúdes caen por la calle Como globos de plomo El agua anega Vicksburg, no sé qué vaya hacer Dijo: “No me pidas ayuda” “¿No ves que también me ahogo?” Pinta mal ahí afuera Hay crecida por doquier George Lewis dijo al inglés, al italiano y al judío: “Chicos, no podéis abrir vuestra mente A cualquier punto de vista concebible” Tienen a Charles Darwin atrapado en la autopista Cinco El juez le dice al gran sheriff: “Lo quiero vivo o muerto, lo que sea, me da igual”. Hay crecida por doquier
Tú eres a quien espero Tú eres la que deseo Pero primero debes comprender Que no soy otro hombre de alquiler Alguien se apoderó de mi corazón Alguien se apoderó de mi corazón Alguien se apoderó de mi corazón Tú, tú, tú, tú Sí, tú te has apoderado de mi corazón
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¿ES VANO TU AMOR? ¿Me amas, o solo haces gala de tu bondad? ¿Me necesitas la mitad de lo que dices, o solo te sientes culpable? Me he quemado otras veces y conozco ese deporte. ¿Podré confiar en ti, o es vano tu amor? ¿Vas tan rápido que no puedes respetar mi soledad? ¿Por qué te entrometes cuando estoy entre tinieblas? ¿Conoces mi mundo? ¿Conoces a la gente como yo, o debo aún explicártelo? ¿Me dejarás ser como soy o es vano tu amor? He estado en la montaña y el viento He tenido felicidad y la he perdido He comido con reyes, me han ofrecido alas Y nunca ello me ha impresionado demasiado. De acuerdo, voy a atreverme: me enamoré de ti. Si soy estúpido, puedes quedarte con la noche y también con la mañana. ¿Puedes cocinar, cocer, hacer que crezcan las flores? ¿Entiendes tú mi dolor? ¿Estás dispuesta a arriesgarte, o es vano tu amor?
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SERIE CINE ECUATORIANO DOS PARA EL CAMINO O LA ALEGRE LEVEDAD DEL CHULLA
Wilson R. Castillo
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os para el camino, es una película importantísima dentro de la historia del cine nacional y si bien las fechas oficiales señalan que el cine ecuatoriano aparece en las primeras décadas del siglo XX, esta película es considerada un producto con actores, realizadores y presupuesto completamente nacional.
A primera vista y sosteniendo la cubierta del dvd, uno puede imaginarse que se enfrentará a una película anacrónica, una curiosidad estética de la época de los ochenta, pero ya transcurridos los primeros minutos uno ve calidad, ingenio y un desborde de todo cuanto intentaron sus realizadores para que Ecuador se una a la época de oro del cine latinoamericano.
La película es una road movie, término acuñado para designar obras cuya temática aborda los viajes de aventuras, en una suerte de travesía que termina en un descubrimiento -casi siempre- interior e intrínseco. En este caso dos aventureros irán recorriendo localidades urbanas y rurales de Otavalo, Cuenca, Quito, etc. Ernesto Albán, el actor principal, conocido por el seudónimo Evaristo Corral y Chancleta, viene a ser el alter ego de la esencia del chulla quiteño y de gran parte del carácter e idiosincrasia del serrano. Un vividor que
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transmite en cada fotograma el cómo y el porqué de ser de nuestra gente, que aún se mantiene intacta hasta nuestros días, lo cual confirma que nuestra forma de ser, para bien o para mal, es una constante en Ecuador.
Las aventuras que narra Dos para el camino son políticamente incorrectas y allí radica su atractivo. Situaciones y hechos impensados al día de hoy, forman pequeños sketches cómicos que hacen de esta película un anecdotario de cómo sobrevivir en el Ecuador de la época, no precisamente de la forma más cristiana. A través del metraje está presente: el juego, el engaño, el azar, la estafa, pero todo con un fondo de inocentada, de justificativo, tratando temas tan relevantes como los de hoy: corrupción en altas esferas, en las cámaras de representantes o lo que es lo mismo en nuestra asamblea, etc.
Dos para el camino es un título de alto estándar en aspectos técnicos, tiene la música de época como si de la mejor película mejicana habláramos, dentro de ella hay un espíritu rebelde, la historia de dos personas que se buscan el día a día, porque su país se ve sumido en una corrupción, lo que viene a demostrar que lejos de mirarla distante, nos acercamos a ella porque nos identificamos con su retrato, pues nuestro país ha sido en concreto la historia, a veces más, a veces menos, de mandatarios que se corrompieron o dejaron corromper al Estado.
Este es el primer artículo de una antología que pretenderá acercarnos al cine ecuatoriano, poniendo énfasis en títulos poco difundidos, conocidos u olvidados y que podrá disfrutar a partir de este número. Me despido pidiéndole que asista a las salas en cada estreno de cine nacional o, en su defecto, que adquiera los dvds originales y apoye nuestra naciente industria ecuatoriana. Hasta pronto.
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DE LOS CUENTISTAS QUE SE AVENTURARON A ESCRIBIR UNA NOVELA Christian Peláez
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odo escritor sabe en qué género (novela, cuento, ensayo) se siente más cómodo, o para cuál de ellos tiene mayor aptitud, porque bien es cierto que los grandes autores, aun cuando manejen el lenguaje con maestría, saben que aquello no es suficiente para incursionar en los diversos campos literarios.
Quizá esta determinación esté implícita en la misma naturaleza del escritor, en su forma de ver la vida, en los libros que ha leído, en sus amistades literarias o en sus experiencias personales, entre otras cosas. Algunas veces, en un escritor pueden convergir todos los géneros, de suerte que en todos ellos tenga obras maestras. Algunos se dedicarán a la poesía y se desentenderán de la novela, lo mismo que del cuento, o vice-
versa, en cambio otros escribirán únicamente cuento y serán reconocidos como cuentistas, sin incursionar en el género novelístico. Este texto trata sobre los maestros cuentistas que incursionaron también en el ámbito novelístico, con éxito, tanto así que uno como lector podría preguntarse: si escribieron tan reconocidas novelas, ¿por qué no continuaron con ese género y se limitaron a seguir contando cuentos? Sus razones podrían ser de las más variadas, sin óbice de que su talento sea universalmente reconocido. Empecemos con Edgar Allan Poe, escritor norteamericano al que casi absolutamente todos los escritores —desde el siglo XIX hasta nuestros días— le están en deuda, y esa deuda continuará en los siglos venideros por su aporte a las letras universales. Tal es la influen-
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cia que tuvo el creador del icónico poema El cuervo, considerado como el padre del cuento corto moderno y del género policiaco o detectivesco. Todos los lectores e incluso los no lectores han escuchado alguna vez de relatos como El gato negro, El pozo y el péndulo, La máscara de la muerte roja, entre muchos otros.
Es interesante que este maestro del cuento escribiera una sola novela en toda su vida. The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket, que podría considerarse como una novela de aventuras ya que se desarrolla en un barco pesquero, en tierras lejanas y paisajes exóticos, extremando las peripecias del protagonista con el efecto agregado de la pluma de Poe: la atmosfera terrorífica.
La obra está envuelta de un halo de misterio y oscuridad que causan una fuerte impresión en cada página, conforme avanzan las infortunadas andanzas de Arthur Pym. Con una descripción precisa, el autor teje cual hábil artesano situaciones escabrosas y espeluznantes que van urdiendo un final del todo extraordinario. Como en las pesadillas, donde lo que importa es lo que sentimos y no el modo en que vemos o percibimos tales sueños, lo mismo podemos decir de esta novela, que trasciende el mero relato de aventuras a una narración en la que los eventos más increíbles son tomados con veracidad y suspenso.
Del terror de Poe pasamos al ingenio de otro gran cuentista, el irlandés Oscar Wilde, creador de cuentos como El príncipe feliz, El ruiseñor y la rosa, El fantasma de Canterville, entre otros. De gran imaginación y llenos de colorido, sus cuentos tienen la viva fantasía de un alma sensible, dotada de una inteligencia y una expresividad capaces de revelar lo más sublime, o, en contraste, lo más sombrío del ser humano, del mundo que le rodea, sus sentimientos y su forma de ver la vida, todo ello con un encanto que llega a parecernos mágico.
La única novela de Oscar Wilde fue The Picture of Dorian Gray, donde el protagonista revive el mito del narcicismo y la eterna juventud. Está ambientada en la sociedad inglesa victoriana a la cual pinta vanidosa y desenfrenada. El retrato de Dorian Gray ha sido catalogada
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como una novela de terror gótico y el lector se embriagará con la elegancia y la fastuosidad de los ambientes que retrata la novela, y no solo de los ambientes aristocráticos, sino también de la visión de la otra sociedad, la de su primer y quizá único amor, la humilde Sibyl Vane, a quien después de un arrebato y una propuesta de matrimonio, induce al suicidio. Tales son las complejidades de Dorian Gray, el protagonista, con los rasgos que su autor acentuó con la intención de expresar los contrastes de su mensaje, logrando un equilibrio entre la realidad y la fantasía. Esta novela de estética decadente tiene como trasfondo las enseñanzas morales que hemos visto ya en algunos de sus cuentos, y está considerada como un clásico de la literatura universal tanto por la pasión del protagonista como por la sencillez y elegancia de la escritura.
En lengua inglesa hemos repasado a estos dos grandes de las letras universales. En lengua española existe también un caso interesante, ya que hablamos de un escritor latinoamericano que solo escribió dos obras
pero que, aun así, ha sido traducido a varios idiomas. Tan parco en su modo de hablar, también lo fue en su escritura, Juan Rulfo, escritor mexicano, llevó más allá del límite de la vida y la muerte a los habitantes de Comala. La obra de Rulfo se inicia con una recopilación de cuentos suyos, publicados en la revista América, en 1953, colección titulada El llano en llamas. Al principio, la primera edición contaba con quince cuentos, pero luego, en la cuarta edición, se incluyeron dos cuentos más. En su mayor parte, los relatos se desarrollan en México, en la población de Comala. De escenarios calurosos y áridos, aborda temáticas sociales del pueblo mexicano con desesperanza y soledad.
adentran en Comala, de repente se encontrará escuchando la historia de Pedro Páramo en la voz de uno u otro personaje, que seguramente ha aparecido detrás de usted y que ya estuvo hablando desde hacía rato, pero que usted no se había percatado. No se lo culpará de no entender qué ocurre, pues esta es la magia de la novela. Si tiene que regresar las páginas para saber si perdió el hilo, porque parece haberse distraído en algún párrafo, va por buen camino. Es una novela que se tiene que releer para desentrañar su significado, una tarea entretenida e interesante. Considerada dentro del realismo mágico, es una lectura que ampliará nuestras perspectivas artísticas y literarias.
Luego de escribir El Llano en llamas, en el mismo escenario y con lineamientos estilísticos similares, Rulfo escribió Pedro Páramo, en 1955. Cuando empiece usted la lectura de esta obra, preste atención a Juan Preciado, que junto a Pedro Páramo son los personajes principales de la novela. Al iniciarse los diálogos con los personajes que irán apareciendo conforme se
También existen otros grandes que solo escribieron una sola novela en toda su carrera literaria, y que no han sido cuentistas ni tampoco poetas, pero que conseguieron convertirse en grandes clásicos de la literatura universal. Sin orden particular se mencionan algunos: Wuthering Heights, de Emyli Brontë, no reconocida con la justicia que mereció en su tiempo, y que falleció tras escribir esta gran obra de novedosa estructura narrativa. Le Grand Meaulnes del francés Alan Fournier, historia de amor en la que Agustín Meaulnes, personaje central de la novela, alter ego del propio escritor, con vivencias de un amor perdido le sirvieron de inspiración para su obra. Alan Fournier murió en combate, en la I Guerra Mundial, a los 27 años de edad, pero su novela lo elevó a la cumbre de la literatura francesa. El gran poeta español Francisco de Quevedo y su única novela picaresca, El Buscón, donde con trazos grotescos y exagerados, propios del barroco, hace una crítica social con gran estilo. Charles Baudelaire con su novela corta La Fanfarlo, de ironía sutil y caracterización realista, nos ofrece una faceta poco conocida del autor de Las flores malditas, una curiosidad literaria más que joya de la literatura, que nos acerca un poco a la obra del poeta. En suma, ya escriban poesía, ya cuento o novela, los grandes escritores siempre dejarán su huella en las letras y en los lectores.
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No me hables más de cosas tiernas
HÁBLAME DE HORROR
José Rodrigo Sánchez
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omo fan del cine de terror, ando a la caza de películas que me pongan los pelos de punta, pero de una manera inteligente y no a través de recursos manidos o soluciones facilonas que lleven a la conclusión de que se ha visto el enésimo bodrio violento de fantasmas de niños de ojos huecos u otra olvidable película de ese género.
Todavía recuerdo el pavor que sentí de adolescente al ver La profecía (1976), de Richard Donner, no solo por la sonrisa y mirada diabólicas de Damian, el protagonista, sino también por Ave Satani, la macabra canción principal de la cinta, compuesta por Jerry Goldsmith, absolutamente estremecedora y perturbadora, y nominada a la Mejor Canción Original de los Oscar 1977. Tampoco he olvidado la segunda vez —la primera fue con unos amigos colegiales— que me aventuré con El exorcista (1973), de William Friedkin, y que no pude acabar de ver porque estaba solo en mi casa y me dominó el pánico. La tercera vez ya fue en el cine, en el 2000, cuando la reestrenaron con ocho minutos de metraje adicional, imagen mejorada y sonido realzado, lo
cual me hizo saltar de la butaca, y no solo a mí, sino también a quienes estaban a mi lado. No contento con ello, años después conseguí el libro de William Peter Blatty, también guionista de la cinta, novela supuestamente basada, según el autor, en un hecho verídico de 1949, publicado en The Washington Post. Sin querer decir que estas dos cintas sean las mejores de este género —porque en asuntos de arte siempre bracearemos en la enorme piscina de la subjetividad y porque además yo pecaría de fanfarrón, puesto que aún me faltan muchas buenas películas por ver—, son un punto de partida válido para juzgar algunas otras películas del mismo orden.
La búsqueda Corrían los años ochenta. Películas menores como la infinita saga de Viernes 13, y varias partes de Pesadilla en la calle Elm, El aullido y otras similares destinadas a
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La profecía (1976)
adolescentes y condimentadas con borbotones de sangre y una colección de motosierras y hachas, pasaron por cartelera. Aunque de calidad cuestionable, entretenían. Más respeto talvez mereció una de las primeras versiones de Amityville —o creo que fue Terror en Amityville (1979)—, basada en terribles sucesos, en teoría verídicos, que atormentaron a una familia de apellido Lutz en la ya famosa casa maldita de esa villa estadounidense. Creo que algunas de las películas del director estadounidense John Carpenter, que influyeron en generaciones posteriores, escalaron un poco más alto, como la ya legendaria Halloween (1978), La cosa (1982) o Christine (1983), esta última basada en la novela de Stephen King, del mismo nombre. Poltergeist (1982), de Tobe Hooper, también es digna de mencionarse en este punto.
Buenas adaptaciones, buenos libros Ya en los años noventa, tuve acceso a otras cintas de terror que no había podido ver por varias razones. De mención obligada es El resplandor (1980), de Stanley Kubrick, adaptación de la novela homónima de Stephen King, que a mi parecer supera al texto del referido escritor, lo que ya es decir bastante porque aquel es un
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El resplandor (1980)
gigante de la literatura de terror y talvez uno de los autores con mayor número de libros llevados al cine. Asimismo, aunque en vídeo, también vi Psicosis (1960) y Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock —y algunas cuantas más del llamado Maestro del Suspenso—, películas que, pese a enmarcarse en dicho ámbito, tienen elementos aterradores. Luego conseguí Carrie (1976), el film de Brian De Palma, en la que Sissy Spacek tiene una soberbia actuación como Carrie White, una adolescente con poderes paranormales acosada en el colegio, que se venga terriblemente en la noche de graduación. Asimismo, El bebé de Rosemary (1968), del siempre solvente Roman Polanski, cinta que se ha convertido en un clásico del género. Ambas son adaptaciones de libros del mismo nombre: el primero, de Stephen King, y el segundo, de Ira Levin. Por cierto, tengo pendiente la lectura de los dos. Es un privilegio poder ir al cine, que además es lo que debería hacer un cinéfilo que se precie de serlo. Lo digo porque hoy es posible ver películas en TV, mediante un DVD o en Internet, pero no hay nada como asistir a una sala oscura y disfrutar de una película en pantalla gigante y con buen sonido. Tuve ese privilegio con la lograda y fiel adaptación cinematográfica que hizo Francis Ford Coppola del Drácula (1992), de Bram Stoker. Película y libro son esenciales. Gary Oldman sorprende encarnando al famoso vampiro y logra infundir terror en escenas como aquella del jardín en la casa de Lucy
El sexto sentido (1999)
Re-Animator (1985)
Terror en Amityville (1979)
Westenra, la mejor amiga de Mina Harker, luego de que el monstruo posee a Lucy.
tes a la hora de nutrir las historias, y de una truculencia tal que, posiblemente, por primera vez en la historia, empezaba a dejar mal parado al cine de terror y a convertirlo en una caricatura de sí.
Lo mismo me ocurrió con Frankenstein (1994), la adaptación dirigida por Kennet Branagh, en la que también él actúa, y que hace justicia a la excelente novela de Mary Shelley. Robert De Niro logra un resultado impecable al interpretar al “monstruo” —lo pongo entre comillas porque no hay tal monstruo, sino tan solo un ser humano diferente, y por ello, incomprendido—. Imposible soslayar a Mary Reilly (1996), la extraordinaria adaptación de El extraordinario caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, obra del inmortal Robert L. Stevenson, dirigida por el inglés Stephen Frears, donde Julia Roberts da vida a Mary Reilly, la tímida y sumisa mucama del reservado Dr. Jekyll, interpretado con altura por John Malkovich. La interacción entre Reilly y Mr. Hyde, el oscuro alter ego de Jekyll, va más allá del terror y llega a los confines del drama. El reparto de lujo se completa con Michael Gambon y Glenn Close. El libro también es de lectura obligada. Años después, me estremecí con El aro (2002), versión gringa de Ringu (1998), aterradora película japonesa que enrumbó a los nipones por el sendero de los nuevos maestros del horror. Lamentablemente, el éxito de ambas versiones provocó una proliferación de producciones japonesas y estadounidenses adobadas con la misma receta, llevando al límite el abuso de efectos especiales cada vez más avanzados, pero intrascenden-
Termino este apartado con Re-Animator (1985), cinta de culto que lleva a la pantalla grande el cuento Herbert West, Re-Animator, del maestro H.P. Lovecraft, uno de mis escritores favoritos. En esta producción, en la que la comedia no está ausente, Jeffrey Combs es el Dr. Herbert West, un estudiante europeo que llega a la Facultad de Medicina de la Universidad de Miskatonic (un invento de Lovecraft) para seguir desarrollando su suero de reanimación corporal. Sin embargo, las pruebas realizadas en humanos derivan en consecuencias abominables no solo para West, sino también para quienes le rodean.
M. Night Shyamalan o el reinvento del miedo Felizmente, a fines de los 90 asomó un cineasta (director, escritor y productor) de origen indio, pero criado en Filadelfia (EEUU), gracias al cual el cine de terror recuperó el respeto que había perdido. Efectivamente, M. Night Shyamalan sorprendió y fascinó al mundo entero con El sexto sentido (1999), trabajo que escribió y dirigió como uno de los mejores exponentes del terror psico-
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El conjuro (2013)
lógico. Más que la sangre como detonante, la clave del terror psicológico está en los miedos y debilidades de los personajes, que pueden llegar a ser similares a los del espectador y que permanecen ocultos y reprimidos en los rincones más oscuros de la mente. Así, en esta cinta, un estupendo Bruce Willis interpreta a un psicólogo que busca su redención profesional al ayudar a un pequeño e hipersensible paciente que tiene el don (o maldición) de ver y hablar con los muertos, sin percatarse de que él mismo (el psicólogo) está muerto. Otros referentes del cine de terror psicológico son la magistral Los otros (2001), escrita y dirigida por el chileno-español Alejandro Amenábar —quien ya había dado una lección de suspenso y horror con Tesis (1996)—, y El proyecto de la bruja de Blair (1999), que, si no me equivoco, inaugura la era de los falsos documentales de terror, a los que me referiré más adelante. En el 2004, Shyamalan volvió a pisar fuerte en los dominios del suspenso y terror con The Village, perturbadora y fascinante historia, también escrita y dirigida por él mismo, ambientada en una pequeña población rural de Pennsylvania, en la que sus moradores viven aterrorizados por unos supuestos seres extraños que rondan en los bosques aledaños. Años después, el cine español también pondría lo suyo con el macabro niño encapuchado de El orfanato (2007), y Los ojos de Julia (2010). Aquí, Belén Rueda, que actúa también en la primera, brilla encarnando a una mujer
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que va perdiendo paulatinamente la vista mientras investiga la misteriosa muerte de su hermana gemela. De esta época también es la notable El espinazo del diablo (2001), de Guillermo del Toro, quien saca la cara por México, con la ayuda de los hermanos Almodóvar. Finalmente, vale mencionar El exorcismo de Emily Rose (2005), basada en la verdadera historia de Anneliese Michel, una joven alemana católica muerta en 1976 luego de someterse a varios exorcismos y asegurar que estaba poseída por seis demonios (Lucifer, Caín, Judas, Nerón, Belial y Legión). Según la autopsia, murió deshidratada y desnutrida, por lo cual sus padres y los sacerdotes que la exorcizaron fueron juzgados y condenados por negligencia médica. En la cinta, Tom Wilkinson cumple con creces el rol del sacerdote que asiste a Emily, y la actuación de Laura Linney como la abogada del cura hace que la película sea recomendable inclusive desde la óptica legal, pues las escenas del juicio están muy bien logradas. A partir de esta cinta, los exorcismos volvieron a estar de moda en el cine, pero algunos resultados fueron lamentables. Hubo una excepción con Stigmata (1999).
Documentales falsos, pánico real Cuando se pensaba que el cine de terror ya no podría
The visit (2015)
El Exsorcista (1973)
Drácula (1993)
superarse a sí mismo, y que mi búsqueda ya solo produciría resultados infructuosos, vi la interesante Actividad paranormal (2007), escrita y dirigida por el israelí Oren Peli, cuyo mayor acierto es presentarse como un documental —finalmente falso— que registra perturbadores y terroríficos sucesos acaecidos en una vivienda en la que ocurren fenómenos paranormales. Esta característica le confiere a la cinta un tono de realidad y veracidad, hasta el punto de hacer creer que tales acontecimientos realmente sucedieron, con lo cual se multiplica el miedo.
tenía más que ofrecer a este género. Por su parte, el director James Wan, productor ejecutivo de casi toda la sangrienta saga de Saw, logró mejores resultados como director de El conjuro (2013), que cuenta las andanzas de dos investigadores estadounidenses, de la vida real, que estudian fenómenos paranormales,: el matrimonio de Ed y Lorrain Warren. Ed fue el único demonólogo reconocido por la Iglesia, mientras que Lorraine, aún viva, es médium y clarividente profesional, y sigue investigando lo inexplicable. Al final de El conjuro aparece el famoso museo de ocultismo montado en la casa de los Warren, donde puede apreciarse a la diabólica muñeca Anabel, que también fue objeto de una película menos trascendente, cuya segunda parte se estrenará en este año.
En esta producción ya se muestran largos planos secuencia, manejados con maestría en otros dos falsos documentales: la excelente cinta española [Rec] (2007), estrenada solo un mes después de Actividad paranormal, y Cloverfield (2008), que también coquetea con la ciencia ficción al mostrar el ataque de un gigantesco monstruo a Nueva York.
Investigadores paranormales y anfitriones perturbadores Luego de Devil (2010), la ingeniosa cinta escrita por M. Night Shyamalan, que transcurre mayoritariamente en un ascensor, donde un demonio mata paulatinamente a sus ocupantes, parecía que tampoco el director indio
En 2016, James Wan dirigió El conjuro 2, pero este trabajo no alcanzó la calidad de su antecesora, si bien retrata otra verídica batalla de los Warren, esta vez contra el espectro de una monja que, no obstante, sí asusta. Una vez más, parecía que la inspiración para hacer buenas cintas de terror se estaba agotando, y cuando ya había perdido las esperanzas de volver a ver algo trascendente, pude conseguir la copia de The visit (2015), película independiente y realizada con muy bajo presupuesto, que sin duda marca el retorno triunfal de M. Night Shyamalan a sus memorables orígenes. La calidad y alta factura de The visit radica en la senci-
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Mary Reilly (1996)
Rec (2007)
El resplandor (1980)
llez de la historia. Dos hermanos —uno de los cuales es vídeo aficionado y lo graba todo— visitan a sus abuelos en su granja de Pensilvania (EEUU) durante una semana. A medida que avanzan los días, los chicos son testigos del extraño e inquietante comportamiento de los abuelos, lo cual es una pista para el sorprendente y contundente desenlace. Quien se roba la película es Deanna Dunagan, la actriz que interpreta a la abuela, un personaje que llega a perturbar seriamente al espectador, y que puede dejar sin aliento al más templado.
invisible. También tenemos Lo que la verdad esconde (2000), y Las profecías del hombre mariposa (2002)... Si ustedes han visto otras buenas películas de terror excluidas en este artículo, les agradecería mucho que las compartan conmigo. Hasta entonces, les deseo que tengan miedo, que tengan mucho, mucho miedo…
Con pocos elementos, pero muy inteligentemente, Shyamalan provoca terror sin fantasmas, golpes musicales o efectos especiales; tampoco necesita mostrar fenómenos paranormales, leyendas o recurrir a la fantasía. Son solo dos ancianos cuyos achaques y manías trastornan profundamente. Si a esto le añadimos una lograda fotografía, que justamente le da el tono de falso documental, y las restantes actuaciones —abuelo, nieto rapero y nieta—, tenemos una obra de terror verdaderamente trascendente que compite con las duras del mismo género. En fin, ya sé lo que ustedes van a decir: te faltó esta, esta o esta otra, pero ya no tengo más espacio, así que voy a mencionar al vuelo otras memorables cintas de horror que hay que ver antes de morir: Nosferatu y El gabinete del doctor Caligary, ambas de 1922, y La entidad (1982), aterradora y fuerte película, supuestamente basada, al menos parcialmente, en la historia real de una mujer atormentada y abusada sexualmente por un demonio Fotos tomadas de www.imdb.com y www.soisitanygood.
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La semilla del diablo (1968)
JUANECO JARAMILLO: FANTASTIC SHIELD
L. Salvador J.
U
na canción sonaba en la radio, la pesqué así, de pasada, al mover casualmente el dial buscando algo. Era una canción en inglés; seguramente se trataba de un grupo nuevo, eso pensé. Por la traza (por cómo se oía), se trataba quizá de
a convertirse en sus caballos de batalla. Pero no se trataba de un grupo extranjero. Ni siquiera se trataba de un grupo. Se trataba de un chico, y de un chico solista, y no de un chico de Australia o de alguna otra parte, sino de un chico de aquí, que además de componer y cantar,
un grupo inglés, o talvez de un grupo australiano, o a lo mejor canadiense, o norteamericano, qué sé yo: cada año aparecen nuevos grupos con discos predestinados
ejecutaba todos los instrumentos que acompañaban su música. Esto lo supe porque al terminar la canción empezó una especie de entrevista (o mejor continuó, ya
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que la entrevista había empezado un poco antes) y en la entrevista el chico decía que había grabado ese disco en una bodega de seis metros cuadrados que le había prestado el abuelo, y que lo había hecho con una computadora corriente, una guitarra eléctrica y un micrófono barato; que alguien le había prestado una batería y también un bajo, y que los teclados se los había facilitado su hermana. Antes de ello, había formado parte de bandas colegiales desde niño, tocaba el bajo y también la batería y le entraba un poco a los teclados. Y así grabó un CD de nueve canciones, dobló las voces, mezcló los sonidos, editó, y le salió ese trabajo elevado. Y yo me dije mientras lo escuchaba: «bueno, chico, eso no te lo van a creer muy fácilmente». Sonó otra canción más, asimismo notable, demasiado buena como para creer que hubiera sido grabada de un modo tan precario y sin ayuda de nadie. Terminada la canción, continuó la entrevista. El conductor del programa le preguntó que por qué cantaba en inglés en lugar de hacerlo en español, a lo que el chico contestó que simplemente se sentía más cómodo cantando en ese idioma, ya que desde chico le gustaba el buen rock, y como el buen rock venía en inglés, le parecía más propio hacerlo en de ese modo. Había grabado un tema en español, una canción sobre la sagrada familia de Nazaret, modelo de amor, arquetipo perfecto de toda familia, frente a esa ola de modernidad que intenta destruir la célula fundamental de la sociedad con desviaciones grotescas de la familia, caricaturas vulnerables y enfermas, solo útiles para la esclavitud del consumismo. El modo de pensar de este chico contrastaba con esa atolondrada adhesión a los postulados del LGTB y sus intentos de pervertir el orden natural del hombre y la mujer. La Gestapo gay intenta acallar estas voces con el socorrido calificativo de homofóbicas, convertido hoy en una especie de insulto (término de arbitraria semántica que más bien debería significar rechazo a las consignas homosexualizantes). Los animalistas dicen que hay especies que hacen de macho y hembra a la vez, y que los seres humanos también podrían serlo. Las feministas sostienen que el género ha sido un arma de represión contra ellas. Los homosexuales pretenden adoptar niños y criarlos
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en ambientes desviados (la homosexualidad es contra natura: de hecho, tiene la maldición de la infecundidad, no puede prolongar la especie). Frente a todo esto se alzaba una modesta bandera en defensa de la familia y de la vida, contra quienes pretenden reducir al género humano a una especie animal, sin el fuego elevado del espíritu. Y uno se preguntaría qué hay detrás de toda esa promiscuidad lamentable. Millones de niños asesinados en el vientre de sus madres, niños a los que aplastan el cráneo, desmiembran y venden en un negocio macabro de células y miembros vitales: no son seres humanos, dicen ellos, los abortistas y animalistas, son células o simplemente tejidos, pero el dinero que produce tal negocio es porque los venden como tejidos humanos, no como células de ratas o caballos. Allí tenemos la abominable fundación abortista Planet Parenthood, amparada por Obama y la señora Clinton y respaldada por políticos comprados por el lobby gay. Los niños asesinados sufren y sienten dolor, presienten lo que les va a ocurrir, es un crimen de lesa humanidad, pero ni una palabra respecto a ello, todo el mundo cierra la boca y los ojos, a excepción de la Iglesia católica. Los animalistas defienden las palomas y los perros, pero no a los seres humanos. Pero bueno, volviendo a nuestro chico, ¿y por qué tu nombre artístico es Juaneco?, le preguntó el entrevistador. Porque me llamo Juan José, contestó, pero mis amigos me dicen Juaneco. Sonó una canción más, Denébola, recuerdo el título porque me conmovió hondamente. Mi inglés es francamente paupérrimo, pero, por lo poco que pude entender, se trataba de un chico que toma el teléfono y llama a una estrella lejana. También hubo otra canción, Pete & Tom, en honor a los dos músicos integrantes de Badfinger, que se malograron tan temprano. Debo de estar poniéndome viejo, pero esas dos canciones casi me hicieron llorar. Arreglos nada triviales, cápsulas melódicas de particular elegancia, buenos riffs, gran energía, manejo adecuando del ritmo y alta combinación de voces y espacios sonoros. Algo digno de oírse en cualquier parte. (ORDER:”Juaneco Jaramillo”:https://www.facebook.com/JuanecoJaram…02.Fantastic Shield Cretis: Music & Editing by Juan Jaramillo (So… Youtube.com)
LA LECTURA Y EL LECTOR DEL QUIJOTE Ángel Martínez de Lara
A
sí como cada uno baja las escaleras como le dio Dios a entender; se moja cuando llueve de una muy particular forma y se es lo que se come, tanto como se es lo que se habla, de igual manera obra en cada uno de nosotros la lectura que tal único estilo nos hace acreedores del título de lector. Todo lo demás es andar buscándole tres pies al gato. Si tomamos como ejemplo la obra de Cervantes encontraremos que el leer, o más bien todo lo contrario, el no leer es tanto como el andar a caballo que “a unos hace caballeros, a otros caballerizos” (II, 43) En Cervantes se compilan como quizá en ningún otro autor, la sabiduría y el conocimiento. Cervantes aunar supo ambos términos, los cuales muchas veces por error se usan como sinónimos. Valdría pensar con cierta alegría que si bien pudiera el primero derivar de la vida o de aquella parte de la vida que eleva en sumo grado el conocimiento, el otro, con más acertado criterio lo da el estudio. Toda vez que aquella parte de lo vivido colma al conocimiento de cosas buenas y no tan buenas, de cuajada experiencia mezclada con elevadas dosis de contenida ética y tan prontas como inevitables acciones y decisiones atinadas y no tan atinadas, a veces. Con un mayor acierto Menéndez Pelayo nos dice: «Don Quijote, se educa a sí mismo, educa a Sancho y el libro entero, es una pedagogía en acción, la más sorprendente y original de las pedagogías, la conquista
del ideal por un loco y por un rústico, la locura aleccionando y corrigiendo a la prudencia mundana, el sentido común ennoblecido por su contacto con el ascua viva y sagrada de lo ideal». Quizá, la gracia de la obra resida en su universalidad y esta intrínsecamente vinculada con la cultura española. El Quijote como narración siempre contempla a los otros y en primer lugar al propio lector, al que entrevera con la lectura tanto más, cuanto este esté desocupado, a partir de ahí, todos y cada uno de los personajes del recorrido del Quijote entablan declarada confianza con él. La verdadera comunicación, el verdadero diálogo, está en la posibilidad de provocar una transformación; este es el cuidado de sí mismo y de los otros, hablar con el sentido vital y trascendente como don Quijote empeña hacia el crecimiento interior. El mundo cervantino, excelso en El Quijote, es un mundo abierto en una concepción ética y poética, uno e indiviso, variadísimo y ordenado, rico y de una muy marcada sencillez, tan fantástico como verosímil, con una nota que lo hace aún más destacable, como es su sublime contenido humano. Este, por vastísima necesidad, se plasma con una meridiana transparencia, con una muy particular luminosidad, y así se nos brinda la lectura como ejercicio de muy cervantino humanismo.
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Cervantes muy humildemente se plantea el apremio de la lectura, en la necesidad que sobre él ella ejerce. Cervantes sabe que la lectura se posa sobre la carne, circunda la médula de la vida y se decanta en el sueño, tal vez porque como nos dice: “yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de las calles” (I, 9). El efecto de la lectura es en cada uno distinto y entre el autor y el lector fluctúa siempre la sensación de una tan inevitable como contenida distancia, que si bien a veces se alarga, otras se acorta a veces. Si un texto nunca es el mismo texto, un lector nunca es el mismo lector. Ese ir e inquietante venir de la lectura obra sobre el receptor, de tal manera que fijada la palabra sobre el texto, esta libera un muy dispar contenido de cuanto la desgarrada dejadez del autor ejercicio en ella. Es decir, en la lectura, lo dado no es lo recogido. No tanto que con ella el lector se adueñe o reelabore la materia leída, sino que de ella hace un tan privado como original uso, que guarda solo de la prístina intención, el vago aroma del buen propósito con el que fue puesta. De ahí que en una obra tan significativamente clásica como El Quijote, sea para el “lector desocupado” dirigido el primer pensamiento de Cervantes. ¿Por qué? Atrevámonos con ello. Cervantes dice de la obra en su Quijote: “Finalmente, la tal historia es del más gustoso y menos perjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto, porque en toda ella no se descubre ni por semejas una palabra deshonesta ni un pensamiento menos que católico”. (II, 3).
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Cervantes está sincera y profundamente preocupado por el lector, al que se refiere como vulgo, ya desde el Prólogo de la Primera Parte, tanto es así que: “¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo”. Esta afirmación le libera de su dictamen porque “no quiero sujetarme al confuso juicio del desvanecido vulgo”. (I, 48). Aun a riesgo de equivocarse Cervantes se adelanta al tiempo y vaticina que su libro se leerá en China y no solo eso, sino que con él se aprenderá la lengua castellana, circunstancia que ciertamente ocurrirá como nos acredita el profesor Zu Zhencai, pues la Primera Parte de la obra llegaría a China en 1922, según las traducciones de Lin Shu y Chen Jialin, con el título de Moxiazhuan (Biografía del caballero loco) y que fue publicado por la Casa Editorial del Comercio de China. Toda vez que él afirma en la dedicatoria al conde de Lemos: “Y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome o por mejor decir suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote”. La duda que le surge al más desocupado de los lectores es cómo lo sabía. Quizá porque Cervantes, nos precise a lo largo de sus páginas alentar, para que como sus personajes, sepamos ser en el mundo. El lector sabe que ni puede, ni debe apropiarse del texto, por eso el mismísimo lector percibe, que nadie, absolutamente nadie, tal vez ni el mismo Cervantes pueda privarle del aroma que cada lectura en sí lleva prendida.
Abierto el libro, confluyen conceptos de muy compleja simbología, y así del lenguaje, la escritura y la conciencia emana una ideología colmada de una estética, tan identificable como propia. Libertad e individualidad son incuestionables actos en los que el lector ejerce su hegemonía. La lectura supone una inevitable confrontación entre lo diverso y lo uno, es decir, entre la multiplicidad que desde la obra se presenta y la unicidad del lector, al que se le invita a indagar su propio interior humano, núcleo de la esencial razón del acto de la lectura. La obra se nos muestra con la amplia diversidad de la lección, fijando la significativa intención marcada por el relevante carácter del autor. Toda una metafísica cabe en la novela, así como también la esencia filosófica busca formas de expresión en el marco literario. El objeto de la lectura siempre será el hombre como coherente expresión de su completitud. Este es el proceso que decidió llevar adelante Cervantes, el desciframiento de la acción del ser en su paso por el tiempo, la existencia y la historia. La vida empuja y Cervantes como Sancho sabe que es “porque tripas llevan corazón, que no corazón tripas” (II, 47). Cervantes advierte aupar su imaginación con el corto vuelo de quien asume el peso que la realidad añade a sus alas, para sacar fuerzas de flaqueza hasta del último halo con el que la realidad se apega a la vida. El pulso de los días tiene su lectura y su ritmo, su aroma, su forma y su color, los cuales constituyen los límites, que la realidad impone. Pero si perdiéramos su ritmo,
su aroma, su forma y su color caeríamos en cuanto de vano presentare la más fugaz de las entelequias. Es ahí donde la mano de Cervantes templa el tino del arriesgado afán del “desocupado lector”, por aquello de quien “Quien las sabe las tañe” (II, 49) El ingenio narrativo de Cervantes, nunca antes plasmado con tan meridiana inmediatez hace de la lectura una estética teatralización en la que el lector no queda al margen del acto narrado. Sea, tal vez esta característica, preeminente diferencia entre la tragedia y la novela. Hasta tal punto domina Cervantes ese juego escénico que hace del Quijote el decorado en el que el lector vive representando su propio drama como hombre. El humanismo que asume el lector hace que este se identifique, con la recuperación de una idea del hombre que rompe los límites formales y se proyecta en el campo histórico de la lectura sobre el que fluctúa su propia identidad. La figura de don Quijote es la metáfora ideal de comunión con el otro y de amplitud de espíritu, que quiebra a la vez que antepone otros principios para la razón. Por ello, la novela en general, es motivo de gran inspiración lectora, toda vez que en ella se descubren sus motivos tan vitales como filosóficos. Conocedor Cervantes de este juego dialógico sabe que su pulso creador templa el ánimo del “desocupado lector” y la lectura añade en sí porque aventura que “solo me falta dar al alma su refacción” (I, 50).
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POR LOS LEGENDARIOS CAMINOS DEL FAUNO JETHRO TULL O EL VIAJE INTERMINABLE
L. Salvador J.
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an icónica como su postura de fauno —la pierna que se levanta hasta la rodilla, según algunos para extraer el último aire de los pulmones y arrancar las postreras notas de su flauta mítica— ha sido su desapego a los mass media, actitud que se ha ido mitigando con los años pero que de algún modo coadyuvó a que no siempre estuviese en primera plana junto a otras bandas esenciales.
Allá por 1967, cuando Ian Anderson tenía apenas veinte años, tomó el viejo abrigo a cuadros que le obsequiara su padre como despedida —por muchos años vistió ese viejo abrigo—, empacó su flauta y un micrófono —había
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cambiado su guitarra eléctrica por una flauta, porque una flauta era más fácil de transportar que una guitarra— y se mandó a cambiar de la gaélica Dumferline (Escocia) a la hiperactiva Londres de los años sesenta, bullente de músicos jóvenes con propuestas que hacer oír en todo el mundo. Ian Anderson, compositor, cantante, guitarrista y flautista escocés, alma y nutrimento de Jethro Tull, uno de los más viejos tiranosaurios del rock que se mantiene en la cresta de la ola con una música que ni el propio Anderson se ha atrevido a catalogar jamás y que muchos han llamado rock sinfónico, blues-rock, folk-prog, rock experimental, jazz-rock, folk-rock, rock progresivo y hasta hard-rock. Pero si se escucha bien a Jethro Tull se sabe que se está frente a un grupo definitivamente distinto, y por tanto, inca-
talogable, ya que lo primero que salta a la vista, o más bien al oído (no, no, también a la vista, por las iterativas imágenes del grupo) es la prodigiosa flauta de Anderson, que confiere a la banda un estilo excepcional de influencias tan dispares como el blues y las tonadas campestres de la baja edad media. Texturas sónicas múltiples y vigorosas, donde la inagotable flauta de
guitarra eléctrica o Little Walter a la armónica. Ninguno hubiera podido imaginar las posibilidades de una flauta traversa frente a una hercúlea guitarra de rock, o a una batería demoledora de tímpanos o a un espeso bajo decisivo y contundente. Pero ahí tenemos el caso: con más de 45 álbumes lanzados en una carrera de ya medio siglo (muchos de ellos álbumes-concepto, y
Anderson y su afelpada voz gruñona —reforzada por segundas aún más graves— prodigan torrentes líricos de la más alta factura. La capacidad de Anderson para ligar su flauta a los pasajes de guitarra más enrevesadamente complejos ha catapultado al grupo, desde los inicios, a las cabeceras de las listas en todo el orbe.
recopilaciones también, por supuesto, conciertos, antologías, etcétera), jalonada por varias giras mundiales, Jehtro Tull sigue siendo hasta la fecha un grupo selectivamente minoritario, una banda de culto, pese a los millones de discos vendidos y a la cantidad de discos de platino. El grupo no está en el Salón de la Fama, naturalmente, y quizá nunca lo esté, lo cual sería el colofón de su gloria, similar al honor de Borges por no haber recibido jamás el premio Nobel, ni tampoco están Yes o The Who, lo cual dice mucho de un Salón
En este sentido se podría asegurar sin temor que Ian Anderson ha sido a la flauta lo que Jimi Hendrix a la
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donde junto a buenos grupos están raperos de grasa petulante y talento tan plano como las viseras de sus gorras gansteriles. Una vecindad en todo caso lamentable, que los señores del Hall de la Fama le han ahorrado a Jethro Tull. Por las filas del grupo han desfilado una veintena de músicos virtuosos, capitaneados por Anderson, que han enriquecido el sonido de la banda con sofisticados estratos acústicos. De hecho, el sonido del grupo en vivo es casi mejor que sus grabaciones en estudio, lo que no se podría decir de los Stones, de Led Zepp o de muchos otros grupos notables. Entre los miembros más eminentes están el bajista Glen Cornick (fallecido), al baterista Barriemore Barlow, al guitarrista Martin Barre (quien nunca aparece en la lista de los mejores) y también al tecladista John Evans. La inestabilidad de los músicos del grupo, que contrasta con la estabili-
dad de los miembros de otras bandas, se ha endilgado más de una vez al temperamento difícil de todos ellos, característica que por lo general va unida a un gran talento —ya se sabe que dos gallos son muchos para un solo gallinero, cuanto más cinco—, y al humor acre del fundador de la banda, conocido por sus chanzas corrosivas respecto incluso a su propia música.
A menudo se ha tenido la impresión de que el propio Anderson no ha sido muy consciente de su particular trascendencia: alguna vez sostuvo que solamente tocaba para justificar la nota de su pasaporte que decía Profesión: músico. También es verdad que muy pocas veces ha hablado en serio (sobre todo cuando joven) pero no pocas veces ha dado también la impresión de importarle un rábano lo que dijera la prensa,
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pues siempre se ha interesado más en la calidad de su trabajo que en los créditos que pudiera retribuirle. Un ejemplo: cuando Eagles puso a sonar por el mundo su famoso Hotel California, todos esperaron la reacción de Ian Anderson demandando a Eagles por plagio, pues dicha canción era una copia de We used to know, conocido éxito de Jethro Tull, pero aquello jamás sucedió. Cuando años después le preguntaron a Anderson respecto a ello, solo dijo que la canción de Eagles se parecía un poco a la suya, pero que de ningún modo se trataba de un plagio.
Tras abarcar formatos múltiples y mantener por cinco décadas el telón a tres metros de sus cabezas, se puede concluir que el sello más notable de Jethro Tull, el perfil que realmente los define, es esa suerte de ‘folkprog medieval’, con destiempos y arcaísmos propios del barroco, plagado de fábulas, bosques y gnomos, de aires paganos y mitos marítimos, donde los destiempos e informidad de compases otorgan a la música ese sabor anacrónico, ya que la batería no impone el ritmo, sino que se acopla a las variaciones de la música. Lo cual le viene bien a un grupo que tomó el nombre de un campesino inglés del siglo XVIII, llamado Jethro Tull, inventor de una máquina sembradora de trigo, tirada por caballos.
En estos últimos años el grupo ha estado dando una serie de conciertos con varias orquestas sinfónicas. El más notable, con la orquesta filarmónica de Frankfurt. Ian Anderson tiene ahora setenta años, su voz y vitalidad no son las mismas, pero se mantiene aún en la ruta. Su último trabajo para cuarteto de cuerdas recoge la mejor medida del flautista escocés. Un álbum grabado en 2016, en una pequeña iglesia campestre, con una acústica que destaca la esencia de las composiciones de Anderson, su intrínseca riqueza melódica, pues al escucharlo no se oye viejos temas de rock, sino piezas que podrían atribuirse a Rossi, Schutz, o a Bach, o a algún otro genio barroco, lo que sin duda dice mucho de un músico cuyos álbumes-concepto fueron catalogados muchas veces de pretenciosos.
Julio Quitama Pastáz Productor Plástico Correo electrónico: jmqp07@yahoo.com
Espacios posibles, se origina en la ciudad de Loja, aquí se establece la relación espacio/tiempo en donde la percepción, experiencia, y el vínculo hombre –territorio es una continua temporalidad. En este contexto el artista transita despejando los enigmas del mundo inter-subjetivo, y en base a principios filosóficos y del humanismo que se convierten en ejes transversales se fortalece la práctica artística propositiva. Considera que el dualismo consciente/inconsciente, objetivo/ subjetivo se constituyen en elementos sensibles desde donde surge el hecho creativo como hilo conductor para que la obra tenga carácter humanista, comprometida y que ante todo se visibilice y reflexione sobre la realidad del entorno, para exaltar o repudiar lo que el hombre, crea, construye, transforma, defiende, cuestiona, y destruye. En las obras se observa una organización composicional constructivista que desde el espacio silencioso, se aborda un conjunto de reflexiones sensoriales, de anhelos y necesidades que son las mismas en cualquier latitud del universo. En este contexto, se produce la transformación de los hechos y objetos más cotidianos en significados que están materializados en las obras: espacio-tiempo; espacio-mirada; espacio-religión; espacio-salud; espacio-homenaje como parte de la muestra que sintetiza lo que: (observamos, vivimos, necesitamos, utilizamos, disfrutamos, refutamos, adoramos, pensamos, interactuamos; actos: alegres, de nostalgia, de recuerdos, de aprecio, de
ESPACIOS POSIBLES desprecio, etc.), que son parte de nuestra realidad en el que además se integra un sistema de imágenes expresadas en símbolos, signos, y la representación de escenas que al ser visibilizados en obras se configura el acto para contemplar, admirar y confrontar.
Julio Quitama P.
spac s ble 2016
Identidad - Igualdad - Exclusión
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Se trata de transmitir los mensajes síquicos que emergen desde lo urbano con la presencia de recursos y elementos materiales e inmateriales: objetos intervenidos, espacio - vacío, formas geométricas, lineas, colores, textos, luz, sombra que se integran coherentemente en el espacio limitado por el formato. Todo esto hace que se convierta en una propuesta visible de efecto plástico con evidente carga subjetiva, proporcionándoles a cada elemento una pluralidad de significados y lecturas que pueden indirectamente estar condicionados por factores sociales, culturales e históricos, con la finalidad de perpetuar esa realidad a través de productos artísticos, tratando de que se produzca un acto de reflexión y no necesariamente condicionar una lectura inmediatista que nace y muere al mismo tiempo.
ESpacio / M.12
ESpacio / escenario
ESpacio / tiempo
ESpacio / homenaje
ESpacio / religión
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ESpacio / mirada
Una pirueta en las nubes I’ve your have no voice, scream I’ve you have no legs, run I’ve you have no hope, invent.
José Aldás
U
no de los avances importantes que introdujo Guy La liberté, propietario y cofundador del Cirque du Soleil, en la estructura circense contemporánea fue la exclusión de los animales entrenados como parte del espectáculo; la noción tradicional de circo había iniciado su transición de técnica
y estructura clásica (un espectáculo de lo asombroso y lo detestable: seres humanos con deformaciones, animales electrocutados que morían brutalmente después de una larga tortura. Pero también hombres capaces de levantar a cinco hombres; mujeres, con y sin barba, que podían dislocar sus huesos y adaptar su cuerpo a
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espacios de un tercio de su tamaño ) en la de un circo contemporáneo —el uso de cada uno de los elementos convencionales se hace distinto, la idea de convertir la arena circense en un espacio que reúna gran cantidad de expresiones artísticas contemporáneas (el mismo teatro y la danza, la gimnasia y la pintura) que las abarque y las contenga—; en primer lugar un escenario circular, en lo posible rotatorio con una estructura de metal firme y, al igual que el escenario, de grandes
nados desde niños (uno de los actos conmovedores de Saltimbanco 1992 es la escena de mano-mano, acrobalance, que desarrolla una familia en la que el niño con su columna vertebral en arco y parado encima de las manos de su padre le regala un beso encima del escenario. Es el mismo niño que se sostendrá de manos por más de cinco minutos en el desarrollo del papel de Ícaro cayendo con sus alas derretidas encima del escenario de Varekai. Saltimbanco también cuenta con otro
dimensiones para la instalación de los instrumentos aéreos; difuminar los horizontes entre el teatro, la música, la danza tradicional de cada país, si se quiere, o la contemporánea, la pintura y la escultura en una suerte de literatura visual: se sobrepasaba la imaginación en tanto lo que se pensaba de lo posible y lo cierto se hace palpable. Para ello el Cirque du Soleil busca artistas en los lugares menos pensados. Fire Within 2003 reúne una serie de capítulos que narran la historia de atletas, gimnastas y bailarines para conformar lo que será el elenco de uno de sus más prestigiosos espectáculos: Varekai (2002), con el fin de que cumplieran con ciertos requisitos indispensables para ejecutar aquella deslumbrante pirueta casi imposible de hacer. Destaca el nivel técnico que poseen los acróbatas, muchos entre-
número de mano-mano ejecutado por un dúo acrobático de una exigencia física indecible) en la escuela que fundó el circo en Montreal, Canadá. La escuela cuenta con gimnasios y profesores en las más diversas áreas, para las familias itinerantes que viajan con sus hijos existe una escuela que se traslada con ellos para que no retrasen su ritmo en la preparatoria. Otra historia es la de sus montajes emblemáticos. Vale recordar que también han rodado algunas películas entre las que se halla una versión de Alegría 1994, diferente a la del espectáculo que también se puede observar filmado —Momo es un anciano de rasgos orientales que cuenta la historia del mimo que le heredó un sombrero y un circo mientras los acróbatas esperan sentados antes de empezar el show. Este mimo enamorado de
la cantante (vai, bambina, vai vedrai) entra en el circo mientras la negativa del padre hace que ella huya y sea raptada por Michello: también retiene a los niños para que cuiden flores de invernadero que por las noches salen a vender. Una sociedad casi apocalíptica en la que triunfa como en pocos casos el amor y el circo— y una casi compilación de sus mejores números en la metáfora de la vida, su tránsito, dentro de The Journey of Man (los pulsadores roca, un adagio acrobático en el que se ejecutan figuras muy complejas con los personajes maquillados el cuerpo entero como enormes esculturas griegas; ejecutan su número encima de un nenúfar gigantesco sobre las aguas de un lago; el nado sincronizado que caracteriza a la obra. Los pulsadores y el número son los mismos —el número con algunas variaciones— en Quidam 1996, donde aquella niña soprano que por medio del sombrero del gigante sin cabeza, puede ver la maravilla, como Alicia, del país del circo; y los montajes de sus obras que recorren el mundo. El rescate de la tradición del circo chino —uno de los más complejos en cuanto a destreza física— en la obra Dralion 1999, donde se tiene como protagonistas a los cuatro elementos (un muy bien preparado número de malabarismo a cargo de Viktor Kee desempeñando el papel de un insecto. El baile de los amoríos entre el agua y el aire usando como fondo una canción con letra en italiano,ballare).
Uno de los pilares en los que fundamenta su encanto Soleil es la minuciosidad en el tema acrobático. Los aéreos -tela, trapecio, cuerda- junto con la gimnasia son difíciles de superar. Trayectoria que le ha servido para llenar los escenarios de todo el mundo, incluso en el festival de jazz de Montreal en donde también se presentaron los pulsadores roca (el archivo de vídeo se registró con el título Soleil di Minuit, Midnight Sun 2004) y abarcar un mercado bastante amplio. También la industria de la música ha recibido los aportes del Cirque: casi todos sus trabajos están grabados en discos homónimos a los de cada respectivo show, incluso una serie de remixes realizados por los mismos productores de Soleil con algunas de sus canciones más llamativas (Solarium-Delirium son los discos que contienen los remixes) y hasta fuera de su rango comercial, las versiones de Francesca Gagnon con Inti Illimani de algunas canciones cantadas por ella en Alegría, cuando era la clown blanca sobreviviente de una profunda valsapena.
Soleil dirigió una compilación de sus mejores actos, aparte de The Journey of Man, en una serie televisiva llamada Solstrom —el doctor Punch, interpretado por el brillante clown John Gilkey, que también tiene números en Quidam (el sombrero y la percha) y en Varekai (el recolector de sonidos) como personajes que son principales en su estructura, descubren que del sol han
llegado seres que se esconden en diversas partes del planeta. Él debe hallarlos mientras disfruta de los más inverosímiles números de circo: en la cárcel el detenido final (pues todos se han fugado menos el clown que presencia todo) se libera gracias a la tela que le lanza un helicóptero con el acto que se presenta también en La Nouba—. Hace poco el Cirque du Soleil visitó nuestro país con la obra Corteo, el funeral imaginado del payaso. Las últimas intervenciones del circo han recogido el trabajo de Los Beatles (Love) y del desaparecido Michael Jackson (ONE).
Alegría cuenta con un trío de frases que fungen como epígrafe a la historia del mimo que parpadea con un ojo solamente: el mimo quiere suicidarse en las vías del tren pero es allí donde conoce a aquella cantante que le salvará la vida y el futuro: si no tienes voz, grita; si no tienes piernas, corre; y así como en la literatura: si no tienes esperanza, inventa.
Cuando Aureliano Buendía conoce el hielo, lo hace bajo una carpa de circo en donde se muestran todas las maravillas que su pueblo -Macondo- no conoce. El hielo y el imán son los objetos mágicos -una parodia de los espejos españoles y el oro indígena- que Melquiades trae, entre otras cosas, junto a los pergaminos en donde se escriben las increíbles vivencias de una de las estirpes condenadas a cien años de soledad.
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LIBROS… Carlos Ferrer
Los orígenes del cuarto género
Esta antología del microrrelato español comprende desde el modernismo hasta las vanguardias y selecciona 39 textos de 14 autores
L
a editorial palentina Menoscuarto ha publicado una muestra representativa de los orígenes del microrrelato español, también conocido como el cuarto género, datados entre 1892 y 1939, entre la llegada del Arte Nuevo, que agitó el interés por la semblanza y el aforismo, y la derrota de la Segunda República, es decir, desde el modernismo hasta las
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vanguardias. No obstante, la nueva distancia narrativa de concisión textual no adquirió conciencia de sí misma hasta la década de 1980. El editor Darío Hernández resume su tesis doctoral en este libro, que aglutina 39 textos (con inevitables dosis de surrealismo y de lirismo) de 14 autores dispares
entre sí, entre los que destacan Juan Ramón Jiménez y Ramón Gómez de la Serna (el mayor productor contemporáneo de formas neológicas). El resto de la nómina lo completan el transgresor Benjamín Jarnés, Jorge Guillén, esa frustrada promesa vanguardista heredera de Larra que fue Antonio Espina, el creador de la expresión “España peregrina” José Bergamín, el fundador de La Gaceta Literaria Ernesto Giménez Caballero, el mitificado Luis Buñuel, el comediógrafo de espíritu heterodoxo Enrique Jardiel Poncela, el valenciano Samuel Ros Pardo, el malacitano José María Hinojosa y Francisco Ayala con su mirada crítica y sarcástica. En este listado hay autores de trayectorias engarzadas, ya que Gómez de la Serna influyó tanto en Bergamín como en el vanguardista metafórico Ros, al igual que en Buñuel (quien desarrolló su producción literaria hasta su tercer filme Las Hurdes), mientras que Juan Ramón Jiménez hizo lo propio en la obra tanto de Moreno Villa como de Hinojosa, a quien definió como “vívido, gráfico poeta agreste”.
Surrealismo y lirismo En cuanto a los textos hiperbreves seleccionados, si bien Gómez de la Serna recurre a temas habituales como la fantasía, el humor y la intertextualidad, sin olvidar los rasgos innovadores y transgresores, Jarnés integra diferentes microtextos para crear sus cuentos fractales Folletín y Película. Por su parte, García Lorca conserva su simbolismo y la combinación de tradición y vanguardia en los textos seleccionados, mientras que Buñuel da rienda suelta al surrealismo en Olor de santidad y Espina trasplanta el “realismo incorpóreo del cinema” en Manola. Se echa de menos algún texto más de Jardiel Poncela y la introducción resulta corta, aunque la antología funciona bien como un termómetro de la temperatura del microrrelato de una época, como un panorama de aquella estética predominante que enriquece un poco más al lector.
Bajo el microscopio
Los parásitos han contribuido a conformar el cuerpo humano y se han adaptado a numerosas circunstancias adversas
En este curioso libro, dividido en ocho capítulos con un glosario que se agradece pero que se queda corto, Zimmer nos muestra cómo los parásitos manipulan nuestro sistema inmunológico y cómo convierten a sus hospedadores prácticamente en sumisos. Un trematodo (parásito) de unos centímetros de largo puede engañar a nuestro sistema inmu-
nológico haciéndole creer que es inofensivo y poniendo en evidencia su capacidad de destrucción. En el prólogo, el autor nos narra la historia de Justin, un niño de Tambura (Sudán) con la enfermedad del sueño, una dolencia que en 1906 redujo la población del país de 6.5 millones a 2.5 millones y que en 1960 se daba por erradicada. Sin embargo, en 1997 hubo rebrotes que, en casos graves, se contrarrestaban con un fármaco con un 20% de arsénico en su composición hasta el punto de fundir las clásicas vías plásticas intravenosas. En ese lugar africano también sufren la ceguera de los ríos y la elefantiasis, una afección parasitaria que hincha el escroto hasta el extremo.
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Zimmer cuenta cómo Anton von Leeuwenhoek en 1673 Henry Drummond para quien los parásitos solo quiefue el primero en ver, con un microscopio, bacterias y ren dos cosas: alimento y refugio, y muestra los errocélulas en unas gotas de agua de lluvia. En aquel enres del británico Ray Lankester y de Konrad Lorenz, tonces, el cuerpo humano era “una isla de vida apenas quienes infravaloraron a los parásitos, a pesar de que explorada, el hogar de criaturas distintas a cualquier pueden salir ilesos de su paso por el estómago o, inclucosa del mundo exterior”, porque los parásitos consso, pueden reconstruir partes del cuerpo hospedador tituyen el mayor grupo de especies del planeta. Por para adaptarse mejor. ejemplo, hay un loro en México que en sus plumas tiene 30 especies de ácaros, hay 6 000 especies nombradas Siguiendo a William Hamilton, Zimmer sostiene que de tenias, en las agallas de un pez pueden tener su nicada vez hay más pruebas de que los parásitos diricho hasta un centenar de parásitos y en las entrañas gen la evolución del sexo y de que son los responsables de un pato pueden convivir cade que los animales tengan torce especies de gusanos pa- Un ecosistema puede depender de los parásitos sexo y apunta las hipótepara gozar de buena salud rásitos, cada una en un tramo sis de la lotería, del banco distinto del intestino en función enmarañado y de la Reina de la acidez, el alimento y el oxígeno existentes. Los paRoja. El epílogo es fascinante gracias a la historia de rásitos han colonizado los hábitats más hostiles de la cómo una avispa esmeralda usa a una cucaracha para naturaleza. Sorprendente y bien explicado por Zimmer. que albergue sus huevos. De lectura entretenida por la multitud de historias con las que apuntala los datos El autor sugiere que los mamíferos migratorios planisobre los parásitos, este es un ensayo divulgativo apto fican su recorrido para evitar lugares repletos de papara lectores curiosos de la ciencia. rásitos, explica cómo un cuco engaña a un carricero para que le alimente, por qué los soldados de Napoleón Destacado: Un ecosistema puede depender de los paorinaban sangre en Egipto, recoge el pensamiento de rásitos para gozar de buena salud
Cocteau, la muerte y los ángeles
Los parásitos han contribuido a conformar el cuerpo humano y se han adaptado a numerosas circunstancias adversas
El príncipe del pensamiento artístico para unos, de los poetas para otros y de la juventud para casi todos (menos para André Breton), renovador vinculado a las vanguardias, apolítico provocador, el polifacético Jean Cocteau (1889-1963) fue uno de los cuatro integrantes
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de la Banda de los Cuatro (con Marguerite Duras, Sacha Guitry y Marcel Pagnol) y dejó su impronta en Truffaut, Godard y Jacques Rivette, además de en Juan Gil-Albert.
sitúa la madurez del universo creativo de Cocteau una vez superada la etapa simbolista y orillada la influencia de Verlaine, Dadá y Edmond Rostand. Cocteau pensaba que al público lo que le gusta es reconocer, que el conoDice Pilar Pedraza (admiradora de la estética decadencimiento le fatiga y que no aprueba la novedad, por ello tista y devota de Balzac y Maupassant) que no estamos apostó por un arte en el que los cambios están, pero ante una monografía académica, sino ante un acercaapenas se ven por difuminados. El autor de La sangre miento “al creador y a sus obras como un todo, comparde un poeta tematizó en un género asuntos propios de tir su originalidad, su anarquía y su incómoda libertad otros y enfrentó posturas vitales diferentes mediante de heterodoxo no iconoclasta”. Y acierta, aunque eso la confrontación de clases y una sugerida simbología no evite que eleve a los histórica. Cocteau representa la juventud eterna, en la que se altares al artista francés. intuye la llegada de la Nouvelle Vague, y un cambio de La escritora valenciaEn la segunda parte del época na divide el libro en dos volumen, Pedraza explipartes: la primera, cenca el recurso del intertrada en su biografía y valo o brecha saturada, en sus creaciones más allá de las cinematográficas; así como el uso de las conversaciones en vertical, se y la segunda, en su labor como cineasta. Su vida fasrecrea en la figura de Jean Marais como actor fetiche, cinante contribuye a convertir esa primera parte en asevera que el espejo es como un “artefacto de la miuna seductora narración por los escándalos, amistarada y frontera virtual y fantástica entre los mundos”, des, variopintos proyectos e iniciativas de toda índole. resalta la importancia del ojo y la mirada y analiza, enPara Pedraza, Cocteau fue un “conservador anarquista tre otras cuestiones, la constante presencia del amor tocado de cierto malditismo”, que combina la cultura y la muerte en Cocteau. De hecho, la historia de Orfeo clásica con el espíritu de la modernidad, capaz de rey Eurídice es un pretexto para hablar de la muerte y chazar sus primeras composiciones poéticas por no la poesía. Bienvenidos al intervalo donde cohabitan la tener alma con autenticidad artística. Pilar Pedraza muerte y los ángeles.
Los versos de Poe
Los parásitos han contribuido a conformar el cuerpo humano y se han adaptado a numerosas circunstancias adversas
Con solo cuatro títulos de poesía, el norteamericano Edgar Allan Poe (enero 1809-octubre 1849) logró que sus versos pasaran a la historia como el logrado sueño de una noche de fiebre con la muerte y la belleza como ejes principales. Su primer libro Tamerlane y otros poe-
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mas (firmado como un bostoniano) data de 1827 y contiene diez poemas. Uno de ellos, Tamerlane, inspirado en Byron, tiene 406 versos, que quedarían en 243 en la versión definitiva de 1845. El poema es una alegoría personal basado en su infeliz amor por Sarah Elmira Royster, por quien Poe dejó la Universidad de Virginia. Su segundo libro, Al Aaraaf, Tamerlane y poemas menores (1829), tiene el poema más largo y quizá más difícil de Poe, Al Aaraaf, que iba a distribuirse en cuatro partes (en este libro solo tiene dos) y que quedó inconcluso y posteriormente desechado. También destacan el soneto A la Ciencia, su programa poético-filosófico, y Fairyland. El tercer libro se titula Poemas y se publicó en 1831 en Nueva York; en él no solo da a conocer nuevos versos, sino que recoge revisados poemas anteriores, en lo que es la tónica editorial de Poe, quien evidencia el ánimo de reescritura de sus composiciones, así como el rechazo a sus versos juveniles o de circunstancias (sátiras o poemas-dedicatoria). El cuervo y otros poemas (1845) incluye 29 poemas, de los cuales la mitad son de nueva hornada. El cuervo fue traducido al español por José Ramón Ballesteros (Perú) en 1874, Carlos Olivera (Argentina) en 1879, Felipe G. Cazeneuve (México) en 1885 y por Juan Antonio Pérez Bonalde (Venezuela) en 1887, quizá fue esta última la que ha sido más veces reimpresa. Quedaron fuera de su edición en formato libro (en vida de Poe) poemas meritorios como Annabel Lee (1849), Ulalume (1847), Un sueño en otro sueño (1849) y Las campanas (1849). Poe, defenestrado por Borges y en parte también por Eliot, dejó su impronta en Mallarmé, Baudelaire, Paul Valéry y José Asunción Silva. Fue Baudelaire quien le descubrió en Europa, lo tradujo y lo estudió, quizá atraído por su interés por los asuntos de teoría estética. Los escritos críticos del norteamericano fueron un manual para los simbolistas.
Sus versos Entre sus poemas, podemos mencionar el archiconocido El cuervo, que es una “pura obra de arte” para Baudelaire, su último poema Annabel Lee, Ulalume y Las campanas, este último escrito según la unidad de efecto, el ritmo, el sentido que las palabras adquieren en cuanto engastes musicales y la igualdad de los sonidos, porque lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que se hace sentir al lector. Para Poe, la “Belleza es el único y legítimo territorio del poema”, que debe asociarse con el tono de la tristeza y descansar sobre el estribillo como marca rítmica de intensidad creciente. Su poesía, según el profesor español Ruiz Casanova, “se alza desde las vertientes de la presencia de lo ignoto, con el tono de la melancolía y con un único principio rector: es la música de las palabras, el sonido de cada fonema, la elección y al combinación los que determi-
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nan la impresión o el efecto”. A este profesor se debe la edición más reciente de la poesía completa de Poe, la publicada en 2016 por la española Ediciones Cátedra, que es una recomendable edición bilingüe de todos los poemas del vate norteamericano. Que la disfruten.
Escribieron de Poe “Poe, como un Ariel hecho hombre, diríase que ha pasado su vida bajo el flotante influjo de un extraño misterio. Nacido en un país de vida práctica y material, la influencia del medio obra en él al contrario. De un país de cálculo brota imaginación tan estupenda”. Rubén Darío en Los raros. “Poe es un romántico intelectual absoluto, un consciente romántico sensitivo injerto en un virtuoso sensual, nos parece un romántico intemporal de los más universales”. Juan Ramón Jiménez en Antología personal en prosa. “Poe dijo que la poesía se hace con lucidez, y que debe elegirse un tema apasionantemente. Y que ninguno mayor que la belleza y la muerte de la belleza (La ruina de una belleza, Rodin)”. Juan Eduardo Cirlot.
La ley del mar
Pérez-Mallaína bucea en las aguas de las rutas de las Indias Occidentales y muestra que, cuando un barco se hunde, salen a flote los conflictos
Este libro versa sobre la actitud de los hombres ante un desastre naval, ocasionado por fuerzas naturales o accidentes imprevistos, en el tráfico transoceánico entre España y América, en lo que es una introspección en el alma humana y en los conflictos de corte social, económico y administrativo. La obra se divide en tres partes: en la primera, se estudia la compostura de los hombres expuestos al peligro de fallecer en el mar; en la segunda, se interpretan las pérdidas humanas que el naufragio conlleva desde el punto de vista de los supervivientes, de los familiares y de las instituciones vinculadas a las embarcaciones; y en la tercera, se detalla el provecho que algunos hombres sacan de la desgracia naval.
El perjuicio de los corsarios a la flota accidentada “no consistió tanto en la cuantía de la plata capturada, sino en los retrasos de la llegada de las flotas y las consiguientes crisis financieras que esto produjo”. Tras un naufragio, la Corona se encargaba del rescate, sobre todo para asegurar la recuperación de su parte del codiciado botín. Cuando se buscaba a un responsable que pagase las culpas del naufragio, las miradas se centraban en el almirante de la flota y en el piloto de la embarcación, sobre todo si en su actitud se evidenciaba cobardía ante el enemigo. La presunción de inocencia estaba limitada a los nobles.
La mayor parte de los hundimientos se produjo en la cercanía de los grandes puertos y, para que se produjera el pillaje, el casco del navío debía quedar intacto y visible, aunque a veces el robo lo cometían los supervivientes, porque, como sostiene con criterio Pérez-Mallaína, “las autoridades de los puertos cercanos consideraban a los marineros supervivientes como seguros El autor explica algunos de los recursos de los tripulanladrones de la carga tes para superar los peligros de las de los buques”. En este En la Carrera de Indias la siniestralidad fue tempestades, como las bombas de sentido, la soldadesca casi del 5%, 700 embarcaciones entre los achique o la navegación en convoy. era “como una plaga de s. XVI y XVII Pérez-Mallaína afirma que, en caso langosta”. Finalmente, de hundimiento, lo primero que se se analizan casos de sube a las barcas son las cajas de dueños y maestres acuoro y plata del rey (de poco volumen y mucho valor), sados de hundir sus propios barcos o naufragio volundespués el azogue, las bulas y la ropa. La nobleza de tario, como los del navío Nuestra Señora de las Anguslos metales imponía su ley. En cuanto a la tripulación, tias y la nao San Antón, perdidos en Portugal. solían tener preferencia los clérigos sobre los pasajeros y la prioridad de salvar a mujeres y niños primero no se llevaba a cabo (sociedad misoginia). No obstante, los que más opciones tenían de sobrevivir eran los oficiales de mar y el orden social se rompía demasiado a menudo entre la confusión límite del desastre.
El libro es una perla para los amantes de la historia, no solo por la envidiable calidad de la edición, sino por las ilustraciones que acompañan un texto de prosa límpida, dotado de ciencia y rigor. Recomendable.
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El barro y la espada
Una biografía y un ensayo desbrozan nuevos aspectos de la vida y la obra de dos poetas esenciales de la pasada centuria
La silva polimétrica “Me llamo barro aunque Miguel me llame” es una de las señas de identidad de Miguel Hernández. La espada, a su vez, es una cartografía del universo Cirlot. El primero que publicó un poema en honor al oriolano fue Cirlot en Espadaña, con el título de Elegía a Miguel Hernández (1945). Estos meses los dos poetas están en las mesas de novedades de las librerías por medio de una biografía y un ensayo. Barcelonés que jamás se sintió catalán, Juan Eduardo Cirlot (1916-1973) vivió unos años en La Pedrera gaudiana, de tez oscura y elevada estatura estudió con los jesuitas, místico y nihilista fue cautivado por la egiptología, jamás cursó carrera universitaria aunque fue un estudiante empedernido, deseó ser compositor sin conseguirlo del todo, defendió el dadaísmo, admiró y luego detestó a Neruda, se alejó de los surrealistas por carecer de arbitrariedad y por abrazar la métrica, defendió el militarismo, quiso ser postista y le orillaron (como le ha orillado la crítica actual) y construyó un universo hermético por líneas formales. Su poesía, que es más “una vía de conocimiento que una forma de expresión”, discurre por caminos “que han de escandalizar al canon de la época” y ese alejamiento de la poesía social influyó en que Cirlot fuera “ocultado y negado” por todos, incluso por la gauche divine. En su premiada biografía que sabe a poco, Antonio Rivero descubre cartas y poemas inéditos (en menor medida de lo que el lector quisiera) e indica la existencia de un desconocido Diccionario de las artes.
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Por su parte, en su ensayo, solo apto para incondicionales hernandianos, López-Baralt recopila algunos de los testimonios del Miguel Hernández hombre para, a continuación, centrarse en el escritor y analizar su recepción en Puerto Rico como ideal del poeta-soldado a partir de los años sesenta. Su análisis del pasional Perito en lunas se apoya en tesis éditas de especialistas y con ellas elabora su discurso que, no obstante, completa con detalladas aportaciones propias, las cuales muestran que dicho libro “no solo puede divertir, sino emocionar”. Igualmente desgrana la Elegía a Ramón Sijé y se ocupa del “mito creador de mitos”, es decir, del Miguel Hernández mitólogo que emerge en El rayo que no cesa, capítulo en el que hay una referencia excesiva al pasodoble El relicario. La épica lírica de Viento del pueblo centra el capítulo quinto, habida cuenta de que el tono épico “es una manera precisa de nombrar la historia asediada desde la pasión combativa con un claro norte de futuro esperanzador”. El capítulo sexto está dedicado al pesimista alegato antibélico de El hombre acecha, en el que las décimas de Violeta Parra están de más, y, en el último capítulo, López-Baralt desmenuza Cancionero y romancero de ausencias mostrando sus fuentes. A lamentar erratas como las de las pp. 16, 42, 45, 56, kaleidoscopio, Mayo por Mallo en la p. 107, deslices que no empañan el conjunto. Al final tenía razón Cirlot cuando sostuvo que “vamos a vivir más tiempo muertos que vivos”.
Gerardo Diego, vida y poesía
Gerardo Diego Cendoya (Santander, 3 de octubre de 1896-Madrid, 8 de julio de 1987) fue clave en la formación del grupo o generación del 27, un catalizador de una nómina de escritores irrepetible. El libro Vida y poesía de Gerardo Diego, obra de Antonio Gallego Morell, publicado en edición facsímil por la Universidad de Granada y la Fundación Gerardo Diego, es una biografía por medio de sus libros y de sus versos, delimitando los grandes temas de su amplia producción poética: valores musicales, pictóricos y metapoéticos y viajes y paisajes. Una biografía profusa en detalles, pero por momentos desordenada, que concluye en 1955.
estampas y efusiones y Nuevo cuaderno de Soria). Gerardo Diego vive con intensidad su vida docente y se inserta en la sociedad cultural provinciana, impulsada por las tertulias de los casinos y los ateneos, además de estar al tanto de los movimientos vanguardistas literarios. El poeta impulsa la creación del periódico “satírico, antipolítico, exótico e insolvente” La Cotorra, que sale a la calle por primera vez el 12 de marzo de 1922 y que, en uno de sus números, incluye el siguiente texto del propio Gerardo Diego:
“Ten cuidado, joven bardo Gerardo No aproximes al fuego Diego La tramoya es la tramoya Cendoya Porque las majas de Goya No son tan bonitas como Ciertas beldades… de cromo Gerardo Diego Cendoya”
En 1917, Gerardo Diego gana su primer premio literario, que le abre las puertas a colaborar en la Revista General. Su formación, que explica su escritura, le hace preocuparse constantemente por el ritmo y por el metro. El 1 de enero de 1920 publica en la revista Ultra el poema Tú y es que el escritor español emplea las publicaciones periódicas tanto para darse a conocer en Incluso fue actor aficionado e interpretó al personaje los círculos literarios madrileños, como para obtener de Luján en la obra de los hermanos Álvarez Quintero algunos ingresos. El 21 de abril de 1920, Gerardo Diego Doña Clarines y actuó en Himenea de Torres Naharro. (nº 2 de las oposiciones) toma posesión de su plaza de catedrático de Literatura en el Instituto de Soria con un suel- “Los grandes poetas quedan fuera de toda escuela y En 1925 recibe, con Rafael do mensual de 4 000 pesetas. dentro de toda época” Alberti, el Premio Nacional Aunque solo está dos años y de Literatura (que volverá medio (después será destinado a ganar en 1956). Larrea y a Gijón y Madrid), llega a afirmar que “no hay Gerardo Huidobro son para Gerardo Diego una constante afirsin Soria ni se concibe Soria sin Gerardo”. Una estancia mación de voluntaria, exagerada y aceptada influencia. breve que deja impronta en su obra (Soria. Galería de El segundo era el que traía por entonces las novedades
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literarias francesas. Viaja con frecuencia a Madrid y funda la revista Horizonte (solo perdura cuatro números) con Larrea y Pedro Garfias, además de asistir a la tertulia de Pombo liderada por Gómez de la Serna. En 1927, funda la revista Carmen. Revista chica de poesía española, que solo pervive seis números.
La Estafeta Literaria…). Con un discurso sobre Lope de Vega, ingresa en la Real Academia Española de la Lengua el 5 de febrero de 1948.
Poética
Autor de espléndidas imágenes ilustrativas, la poesía La Poesía española. Antología 1915-1931 de 1932 tiede Gerardo Diego oscila entre selectiva, ocasional, de ne trascendencia y repercusión y causa gran revuelo a circunstancias, con una tendencia clasicista, y otra abcausa de los autores seleccionados por Gerardo Diego, soluta a partir de la influencia de Huidobro y del bilbaíalgunos desconocidos en aqueno Juan Larrea. Sus prilla época: Unamuno (uno de sus “Las palabras no dicen nada, pero lo cantan todo y se meros libros poseen un engarzan en una libre melodía de armonías“ maestros), Antonio y Manuel aire modernista de tono Machado, Moreno Villa, Salinas, neorromántico y ritmo Guillén, Dámaso Alonso, el propio Diego, Lorca, Alberti, clásico, para después abrazar las vanguardias y proVillalón, Prados, Cernuda, Altolaguirre, Aleixandre y Lafundizar las emociones. Su objetivo poético es alcanzar rrea. Dos años después se publica Poesía española. Anmediante la palabra, pero sin malabarismo dialécticos, tología (Contemporáneos), con una nómina más amplia la creación de un universo propio e invisible. y un campo temporal entre 1901 y 1934, desde Rubén Darío a Josefina de la Torre. Son catorce las nuevas inclusiones como las de Río Sáinz, Ernestina de ChamGallego Morell analiza la poesía del autor santanderino pourcin y Mauricio Bacarisse. por temas, de la poesía viajera (el ferrocarril, el mar, el paisaje, la noche, la montaña, Galicia) a la poesía de recital-concierto (Diego llega a la poesía desde lo muEl 11 de junio de 1934 contrae matrimonio con Gersical y los elementos auditivos están muy presentes maine Marin (1897-1947), esen su obra, él es un autor tudiante de español con la que “Gerardo Diego fue clásico por espíritu y creacionista a la caza de los valores tiene seis hijos y a la que cono- por devoción, así como testigo de los ismos del siglo acústicos del paisaje), a la XX” ce en 1919 (su correspondenpoesía de paleta de grises cia amorosa está editada por con sus valores pictóricos Galaxia Gutenberg). En 1939 (establece paralelos de logra la plaza de profesor en el Instituto Beatriz Galinmuseo con los cielos abiertos del paisaje), sin olvidar do de Madrid. En 1943, el autor de Manual de espumas temas menores como los toros, la infancia, el cine y el (1922) publica sus poemas adrede en la mítica coleccirco. Un poeta de bibliografía compleja debido a su feción Adonais. Gerardo Diego alterna su creación poética cundidad y a la interactuación de unos libros con otros con sus estudios de investigación, críticas o periodismo y la variedad de estilos e influencias (ultraísmo, crea(Ínsula, ABC, Cuadernos Hispanoamericanos, Escorial, cionismo, barroco, etc.). Un reto para el lector.
Qué es la poesía “La poesía existe por un acto de fe del poeta que la requiere y la busca aún sabiendo que no la verá nunca. Creer lo que no vimos dicen que es la fe. Crear lo que no veremos: esto es la poesía. Fe por parte nuestra, poesía por parte de ella y como único puente posible el poema que empieza en nosotros y no sabemos dónde termina. Pero sí adónde va. Y esta sola orientación, esta sola imantación le basta a su equilibrio sucesivo e incesante”. Gerardo Diego.
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VIDAS Y MUERTES DE LADY BEE José Aldás
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udolph Steiner-García abre los ojos con inusitada rapidez. Aún conservan ese ardor impertinente y mordaz cuando entran los primeros rayos de luz matutina en el cuarto de paredes blancas. Han pasado más de tres días desde que salió del hospital ayudado por los pocos amigos que le quedaban o que le sobrevivían (algunos estaban muertos en el registro civil y otros en la memoria) desde la última vez —la definitiva, pensó— en que intentó sacarse la vida de la boca como escupiendo algún mundo no digerible. El doctor con bata igualmente blanca les previno contra las desavenencias de ingerir más de cinco somníferos al mismo tiempo. El alcohol de por sí mata sin necesidad de intermediarios. Luego pasillo blanco. Enfermos y gemidos. Alaridos y pesadillas. Escaleras hacia el lobby. Enfermera. Ojos oscuros. Documentos personales. Más gente aullando. Media vuelta. Más gente gimiendo. Autobús. Pero eso había sido hace más de tres días. Ahora podía levantarse del colchón tirado en el piso: ahora podía solamen-
te ir hacia el armario en donde guardaba las últimas cosas y abrir el cajón que perpetuaba las cajas de los CD y las láminas de las películas (una sorprendente colección de malos ratos: desde originales atrevidos de KA del Cirque Du Soleil y una abominación mortal de Roy Eldridge conseguido en una librería de viejo. Había también algunos vicios piratas: una antología de canciones de Calamaro y muchos, insistentes CD de Sabina y otros de Aute…) para tomar al azar una. La ausencia de tecnología en la casa nunca fue una brecha imposible de franquear para Rudolph, el asqueado de mundo. Coexistía en la habitación una pequeña radio de los 2000 que leía las primeras canciones de un CD siempre que estuviera intacto. El CD tenía rayones irreparables y, como una persona, era irregular y obsoleto. Tal es el diálogo de las cosas vetustas que la primera canción sonó impetuosa y trágicamente. Tres días ¬—más de tres, ahora lo pensaba nuevamente— que no sabía nada, absolutamente nada
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de Lady Bee. La curiosidad le comía las entrañas: era un gusano informe que crecía primero en el estómago y luego en las puntas de los dedos; se transformaba en asco y luego —con un lento y aberrante tránsito— en lástima, en pánico. Los amigos le habían llevado un poco de víveres y bebidas (muy poco alcohol: es el consejo del médico, pero de todas maneras confiamos en que no te lo beberías de un solo tirón, el estómago te reclamaría vida) pero la alacena estaba tal cual como la dejaron hace tres días a excepción de los panes de trigo y las bebidas, tal como contaba Jorge Enrique Adoum de César Dávila al momento de regalarle unos anteojos para descubrir que el mundo es hermoso (nada en contra de la vida, piensa el suicida), aunque la humanidad no se salve en el conjunto. Estos días, por lo menos mientras llegaran noticias de Lady Bee, permanecería sano y cuerdo hasta donde pudiese. Los ojos le apretaban como si tuvieran que cerrarse a presión. La canción continuaba. Por entre los montones de CD salía, indecorosa, la cinta de alguna remota y diminuta ropa interior. El reloj marcaba las 9H00 y Rudolph sabía que ya podía ir hacia la empresa en el muelle para pedir información sobre si Lady Bee zarpó o no en el barco de antaño, un viaje que debieron hacer juntos cuando sucedió lo de los somníferos y la cerveza. Fue igual que salir del hospital: ruido, calle callejera, vendedores, autobús, ruido, más gente vomitando vida, muelle, barcos encallados, soledad lastimera. La asistente le recibiría con denuedo, le diría que era una noticia vieja que ahora no importaba, que incluso las familias de los occisos ya habían enterrado con las respectivas pompas fúnebres a los ahogados del naufragio (los cofres estarían llenos de agua y sal, pensaba Rudolph) pero que, en lo material, nada quedaba del barco ni de sus tripulantes. Había un cuadro con un hombre gritando en la pared. Münch. Salitre. Soledad irremediable.
*** —Dejaron este paquete en la universidad —le dijo Franz a Rudolph— con tu nombre y tus señas. Viene de parte de una empresa de barcos en el muelle. ¿Encargaste algún viaje? —No —respondía mientras miraba por la ventana a la lejanía, hacia el tortuoso aeropuerto en el valle al otro extremo de la ciudad. —¿Lo vas a abrir? —Déjalo en la mesa. Habían pasado cuatro meses desde que recibió la noticia en el muelle. Lady Bee estaba muerta y ninguna novela, ningún cuento la traería de nuevo a esta versión de la realidad. Cuando Franz le dejó solo, Rudolph abrió el pequeño paquete. Nada representativo: una nota de la compañía pidiendo disculpas por el retraso y repitiendo muy claramente que aún no se encontraban restos mortales de nadie en el río; pero daban más datos: Lady Bee había inscrito su nombre en caso de emer-
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gencia (una noticia dulce y perversa que ahora que se hacía efectiva parecía un escupitajo de ventaja, como si Bee ya lo hubiese presentido) y por eso se le podía informar que el naufragio había sucedido en alguna parte del río Amazonas, mediando las selvas brasileñas; tres botones de diferentes colores y grandes como una nuez grande, unos guantes negros de piel y un libro. Todas esas eran cosas de Lady Bee, lo sabía porque la dedicatoria del libro le evidenciaba su propia letra. Las últimas páginas tenían notas en forma de diario: La noche tormentosa llueve encima de los gatos como encima de cualquier mundo. Si temes al infortunio te será triplicado. Si crees en el destino, la lluvia te hundirá bajo las aguas de este río. Parece que la mañana despunta pero la lluvia insiste. Solo recuerdo una cita en este momento: García Márquez. Cien años de soledad. Este Macondo se hundirá. La noche llega. La lluvia no cesa. Luego hay páginas arrancadas. Rudolph siente que le arden los ojos y las manos y los pies y las comisuras de los labios. Sus presentimientos pueden no ser reales. Una vez más, como resucitado entre los vivos, Rudolph levanta el teléfono y llama a Franz. Ambos buscarán los medios para saber si Lady Bee vive. Franz sabe del mundo y del submundo. Sabe de la gente y la subgente. No en vano han pasado años mudos en sus ojos que ahora miran con un dejo de escepticismo y desdén, antes de que se ganara la vida recitando de memoria las teorías y las frases célebres en la Universidad junto a Steiner-García. Rudolph tiene ventaja porque conoce a Franz desde niño. Prefiere que esta guerra, tal vez la última, no sea él solo quien la enfrente. En cuatro meses ha conocido camas y mujeres. Por sus labios han pasado pezones y sudores. Pero nada como Lady Bee (nadie como tú cuando influías en mí como una serpiente dentro de una bacanal, nada cuando eras la mujer más hermosa del mundo a mí lado y existiendo solo para mis cielos. Nada. Incluso esta deformación de la razón o el entorpecimiento de los huesos cuando hacíamos el amor y después cuando despedíamos a los días sentados en la cama, en el sofá o en la alfombra, fumando poemas interminables y reescribiendo novelas inmortales -pensaba Rudolph). Y así después de largas indagaciones averiguaron las coordenadas aproximadas del naufragio. Solo quedaba un rastreo pormenorizado de la zona posible y con la ayuda de la geometría y de la matemática, delimitar un terreno adecuado para la búsqueda. *** —Entonces, ¿te vas? —Solo, no regresaré.
Paulina Soto POEMAS
Paulina Soto. Foto: Cristian Encarnaciรณn
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Sobrevuelo Ángel inconsciente ya no te pareces a la primera sombra que me acechaba desde la ventana de los locos ahora eres un sediento que oculta su cantimplora ¿Por qué me llevaste al reino de los taladros? Me falta la muñeca izquierda, el apéndice y el curioso lunar que te gatillaba se ha desleído. Me falta, me faltas. Me he perdido en esta espesa nostalgia como una niña sola que siente su primera menstruación en la mitad humeante de un campo de cadáveres. Tu silencio me retumba. Tengo un diluvio contenido bajo la piel. Un revólver cargado que nunca ha sido disparado. Ya está oscureciendo hoy olvidaré lo mucho que deseo fumarme el tabaco que dejaste olvidado y fingiré que se han callado los golpes moribundos que dejaste clavados en mi puerta.
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Mentises Tiempos antípodas la luna en los tímpanos en que te ofendes porque te digo que te quiero. Como no quiero verte más, te diré: “¿Se ha incendiado el cielo, y congelado el pavimento, o es que me rozaste al pasar?” Te diré que te adoro para que te derritas. Bruja del oeste que me convertiste en tu mono volador. Estás hundida en un lago impúdico de mi saliva y ahora un silencio lastimero te humedece y detiene. Te diré que te amo con un amor escabroso. Un latido colgante de los riscos a ver si con el susto, te sueltas y dejo de ver tu espectro en los huishcos que descienden a llevárseme las uñas. Condesa esquiva deja de trasquilarme sube a mi torre y dale un beso a mi dragón dormido despierta en mí las ganas contradictorias de destrozarte y emplasticarte
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Luna Llena ¿Por qué dices que estoy enamorada? El brillo que mi madre me descubrió en los ojos mientras pronunciaba tu nombre fue un mareo selenita. Y el mosto púrpura que me subió a la cara cuando hablaba de tu ángel y tus esferas enlatadas fue un hipo cavernario. No importa cuánto mis amigos se rían inclementes de mis manos extraviadas cada vez que me tropiezo con tu equinoccio. Te digo, es solo una rara enfermedad pulmonar; con este clima… Me dirás que el temblar de mis jardines cuando me encuentro con tu voz en los pasillos es una flecha atrófica de cupido. Pero es esta disnea que aparece con el sereno Si evito ver tus ojos de frente es para no contagiarte no porque esconda lujuria alguna. Soy una persona consciente y conozco mis bordes. Por eso sé que no estoy enamorada. Estas mariposas perdidas en mi vientre cuando tu gato negro me sale al paso son un estertor de mi suerte exiliada Aunque a veces encuentre tu aroma en mi ropa interior, te digo, no sé cómo llegó allí. Y si invado tu muro para que me muerda la rabia por tus ninfas danzantes es porque busco una pieza elemental de epidermis sola, enlunada y vil combustible para inmolar a los dioses. Estas ganas lúbricas de que abras esa maldita puerta de una vez y rompas los goznes desaparecerán con la luz del sol
Ilustraciones: Diana Córdova
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Para leer debe haber un estado de disponibilidad Galo Guerrero-Jiménez
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ara leer debe haber un estado de disponibilidad y apertura; si se propicia esta circunstancia personal el lector es capaz de dotar de sentido a esa historia o a ese hecho de escritura que con afán y buen propósito está leyendo. Desde estas condiciones surgen con facilidad preguntas en torno a lo leído; pues, se trata de una especie de felicidad, de gozo muy especial no tanto para conocer y retener lo leído sino para indagar por aquello que no aparece en el texto, por aquello que está escondido o que subyace en el texto. Es necesario sentir la lectura como algo querido; se trata de un afecto que al lector le sale del corazón; por eso puede imaginar lo leído y recrearse a sus anchas mientras la lectura de las páginas avanza no desde la lectura de los ojos sino desde las emociones más sentidas. Al respecto Gustavo Martín Garzo sostiene que “las palabras de la literatura hablan de esa patria perdida. Hacen vivir las preguntas, nos enseñan a ponernos en el lugar de los demás y tienden puentes entre realidades separadas: el mundo del sueño y el mundo real, el de los vivos y el de los muertos, el de los animales y el de los humanos” (2013, p. 116). Aquí, la imaginación vibra a raudales porque dependiendo del tipo de libro que el lector lea, se divierte, incluso con historias tristes, melancólicas o apasionadas, llenas de aventuras o de hechos trágicos; eso sucede, por ejemplo, con dos libros clásicos de la literatura infantil: Alicia en el país de las maravillas que habla de la angustia infantil y de la extrañeza profunda del mundo; y Peter Pan [que] es una de las fábulas más amargas que se han escrito sobre la infancia como paraíso que hay que abandonar. Ambos son libros oscuros y melancólicos, que al tiempo que nos divierten llenan nuestro corazón de congoja” (Martín, 2013, p. 135). Se trata, por lo tanto, de una cultura de la lectura que surge con la práctica, y ante todo, desde el más vivo interés personal, de esa disponibilidad y de una apertura sin límites para poder recrearse y ser cocreador de lo que el escritor ha podido inventar o experimentar. Esta
cultura de la lectura nos produce poéticamente un lenguajear y un emocionar, bien desde la utopía o desde la ciencia ficción que a decir de Humberto Maturana fluye en cada lector desde unas condiciones especiales para saborear un acontecimiento literario que de por sí se convierte en plenamente humano. Así, desde la utopía, una obra literaria puede expresar “añoranza por un modo de convivir humano en dimensiones de honradez, cooperación, justicia, equidad, respeto por el otro, integración armónica con el mundo natural, y en el que no exista la miseria ni se produzca el abuso sistemático como modo de vivir. (…) Llamaré ciencia ficción a obras literarias (…) que plantean un mundo humano que surge de la extrapolación de un presente tecnológico como si se tratase solo de las consecuencias del devenir histórico” (Maturana, 2010, p. 89). Lenguaje y emoción, por consiguiente, forman una cultura lectora que da cuenta de un lector que está dispuesto a crear su propio discurso a partir del discurso poético o científico que el escritor le brinda al lector para recrearse a su manera. Se trata de dos procesos, el de la lectura y el de la escritura que “se instauran como herramientas necesarias, en todos los ámbitos del conocimiento, para representar, producir, procesar y comunicar, hacer visible, los productos sociales, políticos, religiosos, económicos, tecnológicos y, acorde con nuestra perspectiva” (Cisneros y Muñoz, 2014, p. 15), intelectual y emocional podamos sentir lo que las palabras nos brindan desde esa disposición personal de apertura para crear nuestro propio modelo del mundo.
Referencias bibliográficas Cisneros, M. y Muñoz, C. (2014). Tras las huellas de las investigaciones sobre lectura y escritura en la Universidad. Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira. Colección Trabajos de investigación. Facultad de Ciencias de la Educación. Martín, G. (2013). Una casa de palabras. En torno a los cuentos maravillosos. México, D.F.: Océano travesía. Maturana, H. (2010). El sentido de lo humano. Buenos Aires: Granica.
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P O N E N C I A S
LOS PROCESOS CREATIVOS DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DE LA CONTEMPORANEIDAD Patricia Soledad Tapia
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in lugar a dudas la mujer ha ocupado un rol histórico en el desarrollo social y cultural de las sociedades. Pese a las diversas limitaciones, obstáculos y hasta su olvido por la historia del arte, su accionar silencioso ha abonado significativamente los predios del arte desde épocas antiguas. Según referencias históricas, la primera obra artística firmada por una mujer es un manuscrito del Comentario del Apocalípsis del Beato de Liébana que se conserva en la Catedral de Gerona y se remonta a la Alta Edad Media. Siglos más tarde, nos encontramos con el nombre de la francesa Elizabeth Vigée Lebrun, pintora de la corte de Luís XVI, que destacó por su don de retratista. Una obra de excepcional realización constituye un retrato con su hija Julié en el cual se muestra sin prejuicio alguno en su faceta de madre. Pero quizá uno de los momentos cruciales para el mundo del arte y para las mujeres, sin soslayar por supuesto la presencia de creadoras como la escultora Camile Claudel, Mary Casat o la mismísima Frida Khalo que desarrollaron su trabajo a la sombra de un “maestro”, es la década de los sesenta. Con la ruptura de los macrorelatos imperantes en la modernidad, el contexto artístico verá surgir un sinnú-
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mero de prácticas que encontrarán en lo conceptual una de sus principales preocupaciones. Esta cesura que pondría en tela de juicio la institucionalidad del arte, y por ende, el discurso dominante en occidente, daría paso al surgimiento de nuevas morfologías artísticas que tendrán en la filosofía del lenguaje de Wittgenstein, el psicoanálisis de Lacan, el estructuralismo de Barthes, la fenomenología y el marxismo, sus bases teóricas fundamentales. Si bien la misma historia ha intentado destacar los procesos artísticos de hombres y mujeres en igualdad de condiciones, en este momento el protagonismo de la mujer alcanzó límites insospechados precisamente por la forma osada, frontal y radical en que logra poner en discusión la problemática social mundial que durante largo tiempo había girado en torno a la visión excesivamente masculina de la historia del arte; las circunstancias crean el ambiente propicio para que muchas mujeres desarrollen propuestas cuestionadoras, de duros discursos, con los cuales logran no solo marcar una clara independencia y autoafirmación creativa, sino también denunciar públicamente la reducción de“...las mujeres a una posesión, a un objeto
de contemplación, a un elemento de deleite estético”. (Escudero, 2003, p. 288). Por las características procesuales, enfoques y la diversidad de mujeres artistas que surgieron de forma simultánea, desde mediados del siglo XX el arte se caracterizó por una producción artística variada, de “prácticas” y experiencias que abandonan el terreno de la representación, de la obra convencional, para entrar en el escenario de la actuación, intervención, es decir, en la generación de hechos reales en espacios reales. Es así que toman fuerza propuestas como: la instalación, el accionismo, el performance, el land art, el body art, el apropiacionismo, arte digital, video arte, a partir de las cuales se busca reflexionar en torno a temas conflictivos del momento: cuestiones de género, violencia, identidad, cuerpo, equidad, feminismo, autoafirmación, diferencia, habitabilidad, y que se hacen eco en la variadísima y polémica producción de connotadas mujeres entre las cuales podemos citar a la cubana Ana Mendieta, figura polémica y a la vez representativa por sus prácticas performativas que utilizan el cuerpo como soporte para desarrollar acciones que tienen como eje temático su experiencia personal; a la activista Jenny Holzer cuya producción tiene un amplio recorrido sobre todo en el campo de la instalación y tiene como eje central un discurso de carácter político; la iraní Shirin Neshat cuya obra destaca por su ideología y su estética, por su lucha constante en contra de la cen-
sura, la violencia, el estado de represión, amedrentamiento y minimización radical que vive la mujer en otros contextos geográficos. Junto a estas mujeres cabe citar también a Tracey Emin, Marina Abramovic, Yoko Ono, Eulalia Valldosera, o las latinoamericanas Priscila Monge, Liliana Porter, Doris Salcedo, cuya producción testimonia cómo los procesos creativos han tocado como nunca antes temas polémicos para las sociedades actuales, todo ello en el marco de una cultura globalizada en la que resulta impropio hablar solamente de mujeres pintoras o escultoras sino de mujeres artistas que han dado un giro radical a los discursos artísticos contemporáneos.
LA MUJER Y LA ESCULTURA. POÉTICA CONSTRUIDA A UNA MUJER POR UNA MUJER. Paulina Salinas Erreyes
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l escultor ecuatoriano siempre ha respondido a las exigencias de la sociedad en la que vive. En el siglo XX, la escultura seguía aferrada al ideario religioso y a la exaltación de los héroes. Sus referentes eran los escultores neoclásicos europeos y las formas más empleadas eran en bulto y media talla de materiales conocidos, como el yeso o la madera. Las primeras escuelas de escultura surgen en el siglo XIX, todas ellas ligadas a la imaginería religiosa. En el siglo XX, el de las ciencias y las artes, fue una época de enormes transformaciones, en la que algunos escultores hicieron representaciones figurativas mientras otros
plasmaban figuras de corte neofigurativo. Las últimas tendencias fueron fusionarlas o conjugarlas, produciéndose construcciones que son obras escultóricas hasta el punto de que son poseedoras del movimiento cinético de la escultura. Otras obras se pueblan de relieves tridimensionales, puesto que existe una gran variedad de técnicas y temáticas. En los últimos años del s. XX, la escultura sale del ámbito religioso y pasa a ser elemento decorativo. Algunos artistas retoman el hilo colonial, buscan su identidad a través de materiales múltiples y de personalísimas búsquedas de nuevas formas. Los principales exponentes de la escultura ecuatoriana
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en el siglo XX, siglo en el que se gesta una infinidad de representantes, retoman el estilo colonial o buscan la temática patriótica. Hay un destacado aporte de mujeres a la escultura del país, como Carmela Estévez, en cuya obra prima la temática indigenista, y América Salazar, cuyas esculturas están dentro de la tendencia clásica. Estas artistas realizaron su trabajo a la sombra de profesores escultores como el lojano Alfredo Palacio y la esmeraldeña Carmita Palacios, esta última destacando por su obra realista y muy estilizada. Hay escultores singulares que deben ser recordados por su dimensión humana, que han trabajado en diversos materiales, caso de cerámica modelada, yeso, madera tallada, cobre repujado, etc.; otros, por la calidad artística de su producción, como Germania Paz y Miño, que usa el hierro, Gloria Cobos, Rosa Salcedo, Ángela Name de Miranda y la argentina afincada en Ecuador Delia Perdesen. Los hechos generacionales decisivos, que marcaron indeleblemente a muchos escultores de las generaciones pasadas, fueron de claro signo social: la rebelión del general Alfaro, la revolución de julio de 1925, las guerras entre Ecuador y Perú. En otros continentes, sus coetáneos vieron desarrollarse las dos guerras mundiales, el ascenso del fascismo y del nazismo, el ataque a Hiroshima y Nagasaki, masacres que marcaron su producción escultórica. Este grupo se propone hacer una nueva obra de profundidad, la generación no se opone a lo nacional, pero abre el estrato a las raíces amerindias, al barro común de nuestros pueblos, recupera el lenguaje precolombino y busca en el material tradicional nuevas posibilidades plásticas. Se incorporan nuevos elementos ricos de sentido y con diversos poderes de alusión a la magia, a los ritos: se trata de retomar amorosamente la piedra y el barro. Tal poética fundó un nuevo lenguaje visual. La línea abstracta sería la más rica, en la que se exploraron nuevos materiales como el collage, aunque también se retomaría la figuración. Cuando nuestros artistas están en pleno auge económico por la prosperidad de la burguesía agroexportadora, que tuvo una larga época de bienestar gracias a la exportación de banano, cierta modernización de los sectores financieros facilitó que las obras escultóricas fueran adquiridas, lo que contribuyó a la apertura de nuevos horizontes fuera del país. Solo los más sensibles atisbaron la cara oscura de esta aparente bonanza, como Yela Lofredo de Klein (Guayaquil, 1924). Quien tuvo que enfrentarse a muchos inconvenientes y conoció de cerca la cara tenebrosa del retroceso de la clase media, del abandono del campesino a su suerte y de la explotación del obrero. Ella fue testigo de la consolidación de un modelo socioeconómico totalmente injusto, por ello sintió la urgencia de expresar la inconformidad y la cólera de un sistema, que se ensañaba con los más indefensos.
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Para el tratamiento de la materia, los ecuatorianos hallan inagotables sugestiones en el contacto con el informalismo español. En los años cincuenta, surge una nueva generación, de la que Yela Lofredo es una de sus principales exponentes, y dicho sea de paso mi referente escultórico y por la cual hago este acercamiento. Yela trabajó silenciosamente mientras una burguesía agroexportadora crecía y aumentaba la conversión de obras de arte en objetos mercantiles. Ella vio más allá, en el sustrato que subyace en la dura realidad ecuatoriana, la dolorosa cotidianeidad de los cholos, los niños, los obreros, los vendedores ambulantes, En su obra conviven indudables aciertos de estilización, que se materializan en esculturas de diferentes tamaños, y técnicas desarrolladas en arcilla, cemento, yeso, granito, bronce, etc. Cuando muchos artistas pusieron sus ojos en modelos foráneos, estuvo el trabajo de Yela Lofredo mostrando una visión clara, una obra lúcida, para decirnos que estamos en el camino, como antes, como siempre, y que será la mujer la artífice de todo el peregrinaje hasta la consecución de una realidad más justa. En el ámbito local, en Loja se ha fortalecido y ha surgido una tendencia dominante de la pintura, el dibujo so-
bre la escultura, la cual ha tenido un breve descanso, pero con gran beneplácito en estos últimos años se ha visto una producción significativa de mujeres jóvenes que han ingresado al campo escultórico, innovando en materiales y técnica, construyendo sus propuestas y vislumbrando con ellas un futuro prometedor. Como mujer de esta época globalizada, con acceso a más información que la que tenían generaciones anteriores de mujeres y con una vocación creadora que me ha motivado a buscar elementos de expresividad a través del uso de técnicas, que hoy están en serio peligro de perderse, me he ocupado con dedicación al aprendizaje de estas técnicas en el propio lugar de producción y con muchos días de convivencia, este contacto con grupos de mujeres alfareras cambió la visión de mi trabajo, la misma que se fue modificando en una creación exquisita donde se refleja lo femenino de la mujer madre, continente dadora y portadora de vida, conservadora de granos y cereales, de chicha, de agua y de las cenizas de sus antepasados. La funcionalidad, tanto social como simbólica, prima en las vasijas de barro, puesto que el barro sirve para plasmar un código mental que se manifiesta en formas, dibujos e incrustaciones. Esculpir cuerpos tomando estos significantes de la vasija de barro, con sus formas redondeadas semejantes al cuerpo femenino, cuerpos contenedores de experiencia humana y cultural. Incorpora una chalina no para cubrirse, sino para llevar en ella lo que más quiere, sus hijos, sus vasijas, la leña que abriga y con la que cuece sus alimentos y sus ollas. Mi propuesta es esculpir mujeres vasija, mujeres vientre con pechos generosos para alimentar la prole, pechos abundantes que, además de connotar asociaciones sexuales, son una promesa de subsistencia y alimento para sus hijos. Un homenaje a la mujer alfarera del Barrio Cera y a todas aquellas mujeres que han motivado en todos los tiempos, mujeres gestoras, artistas, artesanas, mujeres que en este siglo han conseguido las mayores emancipaciones y mejores condiciones de igualdad frente al hombre. Las mujeres ceranias son sabias herederas de conocimientos ancestrales. Por ello siento la necesidad de trabajar con tesón para asimilar influencias y lograr explorar todas las posibilidades plásticas del barro, a la vez que fortalecer un proceso de identidad en esta sociedad donde prima la despersonalización y el desmesurado consumo de masas. Esta circunstancia aumentó mi necesidad de crear, de manifestar, de hacer patente los rasgos identitarios de estas mujeres en esta sociedad jerarquizada, donde ellas soportan casi toda la carga económica y social de su núcleo familiar. Estos vínculos extendidos a mi indagar escultórico son los que he plasmado en
mi obra, porque, al hablar de ellas, hablo de mi necesidad de hallar técnicas que, combinadas con la práctica constante, con la indagación de este paisaje alfarero, redunden en la obtención de hallazgos en los que se conjuntarían las técnicas entregadas generosamente por las ceranias y mis búsquedas personales en este camino que es el barro y sus innumerables posibilidades de expresividad. Cada pieza guarda en sí la huella del fuego, el bruñido, el color y el hecho de trabajar en la misma arcilla que trabajan las mujeres ceranias aporta principalmente elementos identitarios tan necesarios en estos tiempos de despersonalización y de búsqueda de referentes a la hora de abordar el hecho artístico. La función que pierde la vasija, porque pierde la finalidad utilitaria para la que fue creada, la gana el arte, ya que la vasija de barro es una elaboración donde se refleja lo femenino de la madre universal. La obra escultórica, al tener un claro referente femenino, se apoya en las formas redondeadas de la vasija de barro ya que por el mismo proceso que el de la elaboración de una olla de barro pasan mis esculturas librando una batalla con el fuego, batalla en la que arcilla y el fuego pactan, dejando este último las huellas de una paz conseguida a través del combate. Estas huellas del fuego aportan enormes posibilidades significativas a cada pieza y, antes de ese aporte a la pieza misma, personalmente suman a mi proceso creativo un factor de expectación porque desconozco qué líneas, qué trazos, qué manchas dejará el fuego sobre la piel de la escultura. Muy lejos de toda la especulación artística considero que lo mejor de esta etapa como creadora, como ser humano es la convivencia con las mujeres alfareras, conocer in situ sus labores, sus sueños, sus técnicas, sus anhelos ha ensanchado mi universo humano que, al fin y al cabo, es el más importante para emprender cualquier proceso artístico.
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SINOPSIS PONENCIA MUJER Y ARTES ESCÉNICAS Aura Ocampo Jaramillo
“Existen dos códigos de moral, dos conciencias, una del hombre y otra de la mujer. Y a la mujer se la juzga según el código de los hombres.” Henrik Ibsen (1879)
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ambién el campo de las artes escénicas debe advertir claridad acerca de los principios masculinos y femeninos constitutivos de la naturaleza humana. La producción simbólica de la escena vive pletórica de marcas, estigmas y valores que nutren al ego machista. Si los rasgos femeninos siguen invisibilizados o ausentes en nuestra sociedad, será muy difícil preguntarnos sobre el espacio habitable de la mujer en la actividad escénica. En el pensamiento clásico occidental, los opuestos son maquinalmente excluyentes. La relación masculino - femenino aún es una confusa colección de ideas dispersas y sin relación mayor, actuando con leyes antagónicas de fuerza y debilidad. El pensamiento asiático, aún exótico para nuestro gusto, ha mostrado más. Las relaciones complementarias Yin - Yang impregnan todo el univer-
so. En la visión budista, el espacio intuitivo femenino es poblado por el surgimiento del gozo activo masculino. Diferenciaciones expresivas en el arte develando rasgos esenciales de sabiduría e intuición en la mujer artista. La danza sabe mostrar estos principios, donde la temporalidad masculina cede ante la espacialidad femenina, dentro de sí y con un otro, siempre con el otro. Aquí el escenario tiene la fuerza para reeducar, alfabetizar y calificar al público, al ciudadano. Si se tiene la atención metodológica y la disciplina para verificar los rasgos de feminidad, se canalizará un camino hacia su emancipación. ¿Cuántas Isadoras, cuántas Sahras Berhard, serán necesarias para despoblar ese paradigma de PODER e instaurar un régimen de plena libertad y respeto?
SINOPSIS PONENCIA MUJER Y ARTES ESCÉNICAS Irene Alvarado
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través de la historia, las artes escénicas aparecen como necesidad propia de la condición humana; todo su ser, lo que siente, piensa y recibe del medio sufre un proceso de elaboración en su interior, toma forma personal y surge el deseo de exponerlo de una manera artística. Considero que un proyecto teatral requiere un gran esfuerzo. Modificar nuestro estilo de vida e incorporar las actividades dramáticas al diario vivir y convivir. Un proyecto de este tipo debe cimentarse en tres pilares fundamentales: la capacitación, la disciplina y el trabajo constante. La capacitación es un elemento esencial. Se puede lograr de forma académica- profesional o de manera autodidacta – con talleres, cursos, seminarios, clases particulares y preparación permanente en las diferentes áreas del teatro. Disciplina es un sinónimo de trabajo por convicción. Hacer teatro significa otorgar tiempo y trabajo cons-
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tante a la realización de una obra. En el proceso encontraremos momentos gratificantes, pero también momentos duros y difíciles. Sin embargo, el mérito está en no abandonar jamás la barca, continuar haciendo camino al andar, mejorando a cada paso. Creo firmemente que arte y mujer son dos lenguajes similares, dos códigos afines de entender. Forma y fondo que se entallan en proporciones ideales. Espero sinceramente que las mujeres continuemos en el sendero del arte, que cada vez nos sumemos más al quehacer artístico. Aunque el camino no sea fácil, vale la pena. Porque allí, donde el espacio es invisible, donde el tiempo es indivisible, donde una palabra, un silencio, una verdad, son necesarios, el arte resplandece siempre, con luz propia e inextinguible.
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Simposio Regional Historia de Loja se desarrolló con éxito El teatro de Artes Segundo Cueva Celi se llenó con público joven e interesados en conocer la temática de la historia de Loja. Jorge Núñez Sánchez, director de la Academia Nacional de Historia realizó el saludo de orden a la vez que dio referencias importantes de los intelectuales e historiadores de nuestra ciudad que se unen a la membresía de la Academia: Félix Paladines, Numa Maldonado (lojanos) y el español José Carlos Arias. Los flamantes académicos expusieron ponencias vinculadas a: Reflexiones sobre la historia de la cultura lojana, Félix Paladines; Influencia del ambiente en la cultura lojana, Numa Maldonado Astudillo; y, Memorias de la luz, José Carlos Arias.
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n el mes de octubre, la identidad y raíces de nuestra provincia fueron expuestas en el Simposio Regional Historia de Loja, coordinado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Loja y por la Academia Nacional de Historia, institución que dio la bienvenida a tres nuevos miembros correspondientes.
Además en este Simposio, el presidente de la Casa de la Cultura de Loja, Diego Naranjo Hidalgo realizó la presentación de los libros: Mirando al sur de autoría de Jorge Núñez Sánchez e Identidad y raices, libros 1 y 2 de Félix Paladines.
Veredicto Concurso de Literatura Miguel Riofrío 2016
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n el cierre del III Simposio Nacional de Literatura Pablo Palacio, Gabriel Cisneros ponente de este evento dio lectura al acta del veredicto del IV Concurso Nacional de Literatura Miguel Riofrío Loja 2016, cuyo texto es el siguiente:
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Otorgar por unanimidad el premio Miguel Riofrío a la novela Cursos de francés, firmada con el seudónimo Roque Dalton, por tratarse de una obra que transcurre entre la marginación y la poesía de las imposturas con una dosis de crítica frente a los valores y paradigmas sociales; críticas y visiones que se articulan a través de
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un lenguaje vehemente y delirante que en sus mejores momentos, alcanza niveles de reivindicación de lo alucinatorio. Firmaron el acta los miembros del jurado: Eliécer Cárdenas, Carlos Ferrer y Raúl Serrano. En la apertura del sobre se determinó que el seudónimo Roque Dalton corresponde a Ernesto Javier Carrión Castro.
DISARTE Loja 2016, festival de artes escénicas para la inclusión cultural de personas con discapacidad
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on discursos de Luciano Estrella director del proyecto DISARTE Loja 2016; Diego Naranjo, presidente de la CCE-Loja el 5 y 6 de diciembre se desarrolló el III Festival en Homenaje a las Personas con Discapacidad DISARTE Loja 2016.
Estrella, agradeció a la Casa de la Cultura por haber apoyado este proceso que tiene relevancia provincial para que las personas con discapacidad gocen de inclusión social. Mientras que Diego Naranjo hizo referencia a la misión de la Casa que es generar arte y cultura para todos los ciudadanos y ciudadanas, particularmente para los grupos vulnerables cuyo talento está a la vista de todos los lojanos y ecuatorianos. La parte artística del festival la abrió el grupo Allegro Danza del Centro de Arte Contemporáneo de la CCE-Loja, seguido del coro escolar del Instituto Especial Fiscal para Ciegos Byron Eguiguren. También estuvo el Gru-
po de Danza Folklórica Energía de Amor del Centro de Atención a Personas con Discapacidad del GAD Municipal de Loja. El teatro también estuvo en escena con la dramatización presentada por Centro Diurno de Atención del GAD Municipal de Catamayo. La primera jornada concluyó con la participación musical del Proyecto
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de Discapacidad Modalidad de Atención al Hogar y la Comunidad del GAD Municipal de Catamayo. Mientras que en la segunda jornada de DISARTE participaron el grupo de danza de la carrera de Psicorehabilitación de la UNL, las unidades de educación especial Ciudad de Loja N° 1 y Louis Braille, la Asociación de personas con discapacidad física de Loja, la escuela especializada Andrés Francisco Córdova de la provincia de Zamora, el Patronato de Amparo Social y Cultural del GAD Macará y el Centro de Desarrollo Social del cantón Calvas. Las espectaculares voces de reconocidos cantantes como José Antonio Mora y Omid Forootan, dieron el toque mágico a este importante evento cultural.
CCE-Loja y el Festival de Villancicos La niñez y la magia musical de la Navidad
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n un escenario adornado con luces, renos y regalos se presentaron 19 grupos corales de diferentes centros educativos de la ciudad que rindieron una cantata armónica de voces, instrumentos y sonidos a la Navidad. Alicia Ochoa Valdivieso, vocal principal del Directorio de la Casa de la Cultura de Loja en su intervención destacó el papel que la institución cultural desarrolla a través de la recuperación la tradición musical de los villancicos. Además recalcó que este Festival está direccionado a rescatar los principios de la Navidad que incluyen la sinceridad, el amor, el compartir con los seres queridos y entregar tiempo de calidad en lugar de bienes comerciales. El albazo La niñez y la magia musical de la navidad de la cantautora lojana Libia Calle abrió el II Festival; seguidamente los centros de educación especial, entre ellos: Byron Eguiguren, Ciudad de Loja y el centro diurno de desarrollo integral del MIES-Loja interpretaron con mucha alegría y esperanza canciones navideñas que traen alegría y paz.
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Luego las instituciones educativas públicas y privadas entonaron mosaicos navideños transmitiendo alegría, felicidad y solidaridad. Entre las escuelas que tuvieron destacada participación están: Juan Montalvo, Iberoamericano San Agustín, José Ingenieros, San Gerardo, Dra. Matilde Hidalgo de Procel, San Francisco de Asís, Interandino, Teniente Coronel Lauro Guerrero, San Francisco Javier, Antonio Peña Celi, Siglo XXI, Zoila Alvarado de Jaramillo, La Salle y la escuela 18 de Noviembre.
CCE-Loja en proceso de renovación de directorios de secciones académicas
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iego Naranjo Hidalgo, presidente de la institución, informó que con el afán de renovar los directorios de las secciones académicas que conforman la CCE-Loja y lograr el trabajo coordinado en proyectos culturales, se viene convocando a sesiones extraordinarias con los miembros de acuerdo al ámbito cultural al que pertenecen. La sección de Literatura quedó integrada en el siguiente orden: Galo Guerrero Jiménez, director; Oscar Mendoza, secretario. Vocales: Susana Álvarez Galarza, Luis Antonio Quizhpe y Miguel Ángel Gallardo. La sección de Artes Plásticas, Visuales y Escénicas cuenta con este directorio: Boris Salinas Ochoa, director; Jeannet Coronel, secretaria. Vocales: Lino Salinas Guerrón, Reinaldo Soto y Ángel Aguilar Masaco. En cuanto a la sección de Ciencias Naturales, Ecología y Medio Ambiente, la dirección la asumió Holger Benavides Muñoz; secretario Carlos Valarezo Manosalvas; vocales: Zhofre Huberto Aguirre, Franco Muñoz Luzuriaga y Rafael Morales Astudillo. Oratoria está bajo la dirección de Marcelo Aguilera Delgado, secretaria María Augusta Jirón y Vocal Juan Pablo Guerrero.
CCE-Loja socializa reglamento de publicaciones del Núcleo
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a Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Loja a través de su directorio presidido por Diego Naranjo Hidalgo, ha regulado el sistema de publicaciones que se presentan en la institución tanto para el otorgamiento del aval y su impresión en la editorial Gustavo Serrano de la CCE-L. Para ello se resolvió aprobar un reglamento en el que se establece la política editorial de la CCE Núcleo de Loja, la conformación del Consejo Editorial, el procedimiento para la selección de las obras, el proceso editorial y la distribución y difusión de los ejemplares. En lo que corresponde a la política de la Editorial se priorizará las publicaciones del Núcleo analizando las obras de creación sin distinción de género literario, origen del autor
y de cualquier temática, que reúnan un adecuado grado de calidad técnica en su elaboración y puedan despertar el interés de un grupo significativo de lectores. Se prestará atención a la producción de creaciones realizadas por autores infantiles y juveniles a quienes se les facilitará el debido asesoramiento por parte del taller de Literatura de nuestra entidad, entre otros puntos importantes. El Directorio del Núcleo de Loja ha designado el Consejo Editorial que será el órgano encargado de la selección y emitirá el aval de la producción literaria. Cabe destacar que este reglamento de publicaciones está basado en la normativa técnica de editoriales reconocidas a nivel mundial.
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Acto de premiación del XX Salón de Noviembre Guillermo Herrera Sánchez
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n la Sala de Exposiciones Eduardo Kingman, la Casa de la Cultura de Loja llevó a cabo el acto inaugural y de premiación del XX Salón de Noviembre Guillermo Herrera Sánchez, modalidad pintura.
Diego Naranjo Hidalgo, presidente de la CCE-Loja; Alicia Ochoa, vocal principal del directorio de la institución; Edwin Bermeo Cuenca, director de la sección de Artes Plásticas; Patricia Tapia, secretaria de los jurados de selección y premiación y un importante público vinculado a las artes plásticas se dieron cita al acto inaugural y de premiación. El jurado integrado por los artistas nacionales: Patricio Palomeque, Eddie Crespo y el crítico de arte hispanoamericano José Carlos Arias, luego de una deliberación y análisis de las obras y conforme a las bases del certamen, proclamaron los siguientes resultados: • Primer premio: obra Der Gólem, del autor Freddy Guaillas. Se destaca la minuciosidad en la elaboración de los elementos formales y la inclusión del contexto natural. Además, se percibe la crítica social a través del manejo de la ironía a partir de una gesta heroica. • Segundo premio: obra American Tóxic. Autora Gabriela Granda, aborda la crisis ambiental reinterpretando una obra histórica y problemática confrontando dos tiempos de la devastación de la sociedad y la naturaleza. • Tercer premio: obra Paisajes efímeros y Hipp Hoppers. Autor Emilio Seraquive. Obra que con fuerza expresionista recalca el conflicto social la soledad de las personas en la multitud. Realidades de entornos fragmentados. También el jurado reconoció a través de Menciones de Honor al trabajo artístico de: • Darwin Cuadrado Torres con la obra Asecharantes de ser asechado
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• Espartaco Omar Abrigo con la obra Epílogo de un milagro II • Juan Lasso Ruiz y su obra Escenario de un espacio reconstructible. Dentro de las bases del salón se determinó realizar la entrega de la condecoración Kleber Ajila al artista plástico menor de 30 años cuya propuesta pictórica sea un aporte a la plástica lojana, correspondiéndole esta presea a Fredy Guayllas.
Simposio Nacional de Literatura Pablo Palacio con gran acogida
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a Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Loja, desarrolló con todo éxito el Simposio Nacional de Literatura Ecuatoriana Pablo Palacio2016, un teatro con público de estudiantes de colegios, pero al mismo tiempo se contó con la presencia de literatos e intelectuales distinguidos del país.
La primera jornada cultural inició con el saludo de bienvenida del presidente de la Casa de la Cultura de Loja Diego Naranjo Hidalgo quien expresó: Receptivos al mágico eco de la palabra, convocamos a la tercera edición del Simposio Nacional de Literatura, en el cual no solo presentamos las grandes aportaciones investigativas de los escritores ecuatorianos en los campos de la narrativa y la poesía, sino que también rendimos un justo reconocimiento al legado intelectual de Pablo Palacio, escritor fuerte y original que se adelantó a su época y que contribuyó con su juventud y talento a marcar un hito en la historia de la literatura continental…” Luego Susana Álvarez Galarza, coordinadora del Simposio en su discurso dio la cordial bienvenida a los ilustres escritores, que son el soporte de este Simposio que se constituye en “la convivencia con la palabra del verbo vivificante que permite acceder a la clave poética. Se recupera el palpitar de la vida de la narrativa, creadora infatigable de la novela y el cuento. Se rediseña la actualidad en el espacio del análisis con la crítica aguda y penetrante que responde a nuestra época…”.
Participaron de este encuentro, literatos de la talla de: Francisco Proaño Arandi, Eliécer Cárdenas, Carlos Carrión Figueroa, Raúl Serrano, Susana Álvarez Galarza, Carmen Vásconez, Iván Petroff Rojas, Antonio Castro, Carlos Pérez Agustí, Ruth Cobo, Norman González, Nelson Silva, Siomara España, Ángel Martínez de Lara, Luis Salvador Jaramillo, Galo Guerrero Jiménez, Santiago Quizhpe, Edgar Castellanos, Gabriel Cisneros, actuando como moderador Lenin Paladines Salvador.
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Calvas firmó convenio cultural con la CCE-Loja El lunes 3 de abril del presente año fue firmado un convenio de cooperación cultural entre la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja, representada por Diego Naranjo Hidalgo y el Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Calvas bajo la tutela legal de su alcalde Mario Cueva. El convenio tiene por objeto la circulación y socialización de los contenidos culturales generados por los actores y colectivos artísticos, la ciudadanía en general y los que resulten de la gestión interinstitucional entre los entes que conforman el Sistema Nacional de Cultura. Entre los compromisos adquiridos por la Casa de la Cultura Núcleo de Loja constan: formación artística a través de talleres vacacionales con instructores calificados en las diferentes ramas del arte. Dotación de material literario para implementar el fondo bibliográfico de la biblioteca Municipal de conformidad a la producción editorial del
Mario Cueva, alcalde de Calvas y Diego Naranjo, presidente CCE-L
Núcleo y otros puntos vinculados a los talleres entre los que se destaca el aval institucional. Mientras que el Municipio de Calvas aportará con las facilidades de movilización y logística para cumplir con estas iniciativas culturales.
Convenio de cooperación interinstitucional entre la Casa de la Cultura Núcleo de Loja y el Gobierno de Gonzanamá
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on la presencia de Diego Naranjo Hidalgo presidente de la Casa de la Cultura de Loja, del director de la extensión cultural de Gonzanamá Carlos Humberto Loayza y del alcalde del cantón Gonzanamá Paulo Herrera Rojas, se suscribió el convenio de cooperación interinstitucional entre la CCE-Loja y el Gobierno Autónomo Descentralizado de Gonzanamá, con el objetivo de establecer relaciones culturales, artísticas y científicas entre las dos entidades y de esta manera contribuir a sus respectivos desarrollos en los campos de la educación superior, docencia, capacitación, investigación, transferencia de tecnología y servicios. El convenio se orienta principalmente para que la Biblioteca Municipal que funciona en el edificio municipal se fusione con la existente en la extensión de la Casa de la Cultura en Gonzanamá, adicional a ello el municipio dotará de un servidor público para que preste el servicio requerido y así mejorar la atención a la ciudadanía en general y en particular a la niñez y juventud que se educa en Gonzanamá, lo cual está estipulado en la cláusula cuarta sobre procedimientos de ejecución.
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Además se realizará un inventario detallado de los bienes muebles y fungibles existentes en la Biblioteca Municipal y de la extensión de la Casa de la Cultura, se establecerá el espacio físico en el cual funcionará la biblioteca, que deberá contar con acceso adecuado, infraestructura óptima y seguridad requerida.
V Encuentro Arte Mujer Matilde Hidalgo de Procel
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l viernes 3 de marzo, la Casa de la Cultura de Loja desarrolló un homenaje al Día Internacional de la Mujer, rescatando los valores humanos, sociales y culturales de una de las mujeres que se constituyó en un ícono del género femenino la Dra. Matilde Hidalgo de Procel. La agenda incluyó mesas de trabajos con ponencias interesantes. La primera mesa Mujer y Participación Política estuvo conformada por: Nivea Vélez, viceprefecta de Loja; Alicia Ochoa Valdivieso, vocal principal del Directorio de la CCE-Loja; Carolina Vergara, promotora cultural y lideresa de algunas redes de mujeres; y, Johana Ortiz Villavicencio, gobernadora de la provincia. Sobre la mesa de Mujer y Literatura participaron las connotadas escritoras: Paulina Jaramillo Valdivieso, Paulina Soto Aymar, Diana Abad y Susana Álvarez Galarza. La jornada en homenaje a la mujer fue cerrada con la
inauguración de la muestra plástica Arte Mujer, coordinado por la sección de Artes Plásticas, Escénicas y Visuales de la CCE-Loja, en ella participaron 32 expositoras lojanas y se desarrolló un programa que incluyó la participación de Diego Naranjo, presidente CCE-Loja; Boris Salinas, director de la referida sección. En la parte artística se contó con la presentación del cuarteto de cuerdas de SINFIN- FEDES-UTPL, Lojadanza de la CCE-Loja y el grupo de teatro de la UTPL.
Cortos de la CCE-Loja
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l 16 de noviembre de 2016 la Casa de la Cultura de Loja fue sede de la tercera reunión de presidentes y delegaciones de los Núcleos provinciales de El Oro, Zamora, Azuay, Morona Santiago y Cañar para reafirmar la conformación de la Mancomunidad Cultural de las provincias del Austro Ecuatoriano, con el propósito de fortalecer la gestión de los Núcleos a través de cooperación y fortalecimiento interinstitucional. La Mancomunidad está conformada por los Núcleos provinciales de Loja, El Oro, Zamora Chinchipe, Azuay, Morona Santiago y Cañar con el fin de revisar los estatutos que la regirán. En el periodo noviembre-abril, la Casa de la Cultura de Loja presentó interesantes obras literarias como: • Juegos tradicionales del Ecuador de Iván Petroff Rojas. • Cabalgata Nocturna de Eliècer Cárdenas. • Travesía del viento en el jazmín disperso de Susana Álvarez Galarza. • Obituarios de la carne de Gabriel Cisneros. • Shejo Romero…Un piloto con los pies en el aire y el corazón en la tierra de Alfonso Coronel.
• TieRrAmADa de Susana Álvarez Galarza. • Sombras de El Salado de Judit Ruiz Celi. • Volúmenes IV, V y VI de la Colección narrativa popular: Cuentos de nuestros abuelos de Rodrigo Astudillo A. • Los Grupos Económicos en el Ecuador de Carlos Pástor Pazmiño. Entre las muestras de artes plásticas y visuales destacan: • Retrospectiva de Kleber Ajila y XX Salón de Noviembre Guillermo Herrera Sánchez, 2016. • Muestra de arte y cerámica Barro Mágico trabajada por Fabiola Roura. • Muestra de fotografía A través de mis ojos de la fotógrafa Nathaly Poma Granda. • Exposiciones colectivas: Arte Mujer y Violeta • Muestra fotográfica Ellos son arte. • Muestra artística Saya de Dayana Castillo. • Todos los miércoles la proyección de películas planificadas por Cine Luciergana de la CCE-Loja. • Proyección de Loja esencia musical en el Teatro Nacional Benjamín Carrión.
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CCE-Loja celebró su 70 Aniversario de creación con una semana cultural Del 21 al 24 de febrero, se desarrolló la semana cultural que inició con el Anecdotario lojano un conversatorio en el cual distinguidos intelectuales como Rubén Ortega Jaramillo, Adriano López Mejía, Marcelo Reyes Orellana y William Brayanes compartieron estampas culturales del convivir lojano. El 22 de febrero se proyectó en el Teatro Nacional Benjamín Carrión Mora el largometraje Loja esencia musical producida por Aurora Films y auspiciada por Industria Lojana de Especerías ILE y por la Casa de la Cultura de Loja. El 23 de febrero se celebró la sesión solemne por el 70 Aniversario de la Casa. Fue presentada la reedición de la obra Los creadores de la nueva América de Benjamín Carrión, por Alejandro Quejereta Barceló. En este acto se rindió homenaje a los expresidentes del Núcleo y, a los miembros que con su trayectoria cultural enaltecieron el nombre de la CCE-Loja entre ellos: Félix Paladines, presea Benjamín Carrión; Rubén Ortega, presea Pablo Palacio; Ernesto Javier Carrión ganador del concurso nacional de Literatura, presea Miguel Riofrío; Kleber Ajila Vacacela, presea post mortem Eduardo Kingman; presea Emiliano Ortega fue concedida a los cultores del arte de la danza y teatro: Aura Ocampo Jaramillo, Reinaldo Soto y Lino Salinas; mientras que al grupo vocal e instrumental Lojanías le fue impuesta la presea Segundo Cueva Celi. Además se realizó la entrega del acuerdo post mortem al distinguido Miembro de Número Carlos Rojas Delgado. La semana cultural culminó con la presentación de la obra ganadora del IV Concurso Nacional de Literatura Miguel Riofrío, Cursos de francés del escritor guayaquileño
Ernesto Carrión Castro y también se compartió con la ciudadanía la revista Pa’labrar Nº 12 del taller de literatura de la institución.
Rendición de cuentas CCE - Núcleo de Loja El 4 de abril de 2017, Diego Naranjo Hidalgo principal representante de la Casa de la Cultura de Loja, en la rendición de cuentas 2016 habló de autonomía responsable por parte de la institución al haber atendido un total de 343 eventos, con 10 funcionarios. La CCE-L., ejecutó un 99,39% de su presupuesto, lo cual demuestra que la Casa ha sabido optimizar y adminis-
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trar de manera adecuada sus recursos en beneficio del desarrollo cultural de Loja y su provincia. El directorio de la Casa ha trabajado en algunas normativas para fortalecer el funcionamiento de talleres y de las publicaciones de la Editorial Gustavo Serrano, misma que ha publicado 5 900 ejemplares de libros y 1300 ejemplares de revistas.
Bases del V Concurso de Literatura Miguel Riofrío 2017, de la CCE, Núcleo de Loja La Casa de la Cultura, Núcleo de Loja, con el propósito de incentivar a los escritores ecuatorianos, convoca al V Concurso de Literatura Miguel Riofrío, género Novela, de acuerdo a las siguientes bases:
I.- PARTICIPANTES Podrán participar todos los escritores ecuatorianos que presenten novelas originales y rigurosamente inéditas en todas sus partes —incluido Internet—, escritas en español y que no hayan sido premiadas en otros concursos, ni estén a la espera de otros fallos. Cada autor podrá presentar únicamente un original. No podrán presentarse al premio los triunfadores (primer lugar) de las ediciones anteriores. El participante garantizará la autoría y originalidad de su obra y será responsabilidad del autor la inscripción de la misma en el Registro de Propiedad Intelectual. II.- PRESENTACIÓN Los participantes remitirán los originales por triplicado, debidamente cosidos o anillados, a la siguiente dirección: Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja Concurso de novela Miguel Riofrío 2017 Colón 13-12 y Bernardo Valdivieso Loja-Ecuador Todas las obras se presentarán bajo seudónimo. La extensión de los trabajos no será inferior a las ciento cincuenta páginas ni superior a las doscientas cincuenta, en letra Arial de 12 puntos, mecanografiadas a doble espacio y por ambas caras, en hojas de tamaño DIN A4, debidamente numeradas. En la primera página se escribirá el título de la obra y el pseudónimo del autor. La obra irá acompañada de un sobre o plica, en cuyo exterior figure el título de la obra, y en su interior, los siguientes datos: nombre del autor; domicilio; copia de la cédula de identidad; CD con copia en digital de la obra; teléfono; correo electrónico; y manifestación expresa del carácter original de la novela, así como de la titularidad de la misma, y de la aceptación de las bases del presente galardón. Las obras que no reúnan tales requisitos, no serán admitidas a concurso.
III.- CATEGORÍA Se establece una sola categoría nacional. IV.- PLAZO La admisión de los originales terminará el viernes primero de septiembre de 2017, a las 16H00, y por ningún motivo se admitirán los trabajos llegados después de dicha fecha. V-JURADO Y VOTACIÓN No se darán a conocer los nombres del jurado sino hasta que los mismos presenten su dictamen. Las deliberaciones del jurado serán secretas, no se establecerá comunicación alguna con los participantes y el fallo será inapelable. Salvo por fuerza mayor, el veredicto se producirá a finales del mes de noviembre, mediante rueda de prensa del Núcleo provincial de Loja. Una vez adjudicado el premio Miguel Riofrío, no se devolverán los originales presentados, los que serán destruidos. En ningún caso se facilitará una copia de los informes de evaluación de las obras presentadas. VI.- PREMIO Se otorgará un premio único de tres mil dólares (3 000,00 USD) a la novela ganadora. La CCE, Núcleo de Loja, publicará por medios propios o externos los ejemplares que considere convenientes y entregará al autor un determinado porcentaje de los mismos. El premio podrá ser declarado desierto y el jurado tendrá la potestad de otorgar, si fuera el caso, menciones de honor, sin dotación económica. El ganador se compromete a acudir al acto de premiación, el cual será anunciado con anticipación suficiente. VII.- RECURSOS Cualquier aspecto no contemplado en estas bases será resuelto por la Casa de la Cultura, Núcleo de Loja. La presentación a este certamen implica el completo acuerdo con las bases establecidas.
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