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Ascensión Ariz Elcarte (1911-1983), primera médica colegiada

La historiadora María Dolores Martínez Arce en su libro la “Historia del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Navarra (1899-2000)”, editado por la Fundación Colegio Oficial de Médicos de Navarra (2001), documenta que Ascensión Ariz Elcarte fue la primera médica colegiada en el Colegio Oficial de Médicos de Navarra en el año 1935, con el número 633, y una gran referencia de la época.

Nació en Pamplona en 1911, estudió Medicina en Madrid y la especialidad de Pediatría y Puericultura entre Madrid y Zaragoza. Su hermano José Áriz fue Depositario Municipal del Ayuntamiento de Pamplona.

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Al inicio de su práctica profesional, fue Puericultora en el Instituto de Higiene, interviniendo en las luchas contra epidemias y en las campañas de vacunación; en una fase posterior llegaría a dirigir el servicio de Pediatría en la Residencia Virgen del Camino de la Seguridad Social colaborando en la formación de nuevos pediatras; asimismo atendió con mucho éxito su consulta privada.

Su labor como profesional no se limitó a la práctica médica sino que también impartió conferencias y publicó en el año 1950 un artículo académico en Acta pediátrica española. Ejerció durante años su profesión en el Consultorio Municipal de Niños de la calle Jarauta y también tuvo consulta privada abierta en la pamplonesa Plaza Príncipe de Viana, como aparece en el listado de profesionales que ejercían en Navarra en el año 1952.

La historiadora Martínez Arce destaca que “durante décadas se ocupó de atender a muchos niños y niñas de Pamplona aquejados de las más diversas dolencias motivadas por las condiciones de la época: la guerra y la dura posguerra con sus secuelas de raquitismo, trastornos intestinales y problemas dermatológicos (eczemas y samas) debidos a las deficientes prácticas higiénicas, el frío y duro invierno pamplonés con proliferación de problemas respiratorios, periódicas epidemias, infecciones, etc. paliados, en parte, a partir de 1947 por la autorización de la venta de penicilina mediante receta especial que vendían los Colegios Médicos, aunque en la irrisoria proporción de 600.000 dosis. Años en los que el índice de mortalidad infantil seguía siendo estremecedoramente alto”.

Fue la época en que el popular Padre Carmelo ponía en marcha su “operación cunas" y la Junta del Colegio de Médicos elevaba su voz para conseguir medicinas, provisiones –los famosos cupones de racionamiento–y algunos otros bienes para la colegiación y, muy especialmente, para sus pacientes a los que debían atender en condiciones precarias. Lograron cupos de azúcar, aceite, harina, alimentos infantiles y jabón que se repartían a médicos y que luego distribuían entre sus asegurados, lo que supuso “un trabajo ímprobo y disgustos sin cuento”. Todo ello contribuyó a la mejora progresiva de la salud de la sociedad navarra de la época, especialmente de su infancia.

Ya jubilada, falleció atropellada por un coche en 1983.

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