U.N. Periódico No. 58

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TLC: Colombia vuelve a caer El bajo crecimiento de las exportaciones y de la producción colombianas quedó como evidencia de la firma del primer acuerdo comercial con Estados Unidos, en 1935. Como si nada hubiese pasado, Colombia refrenda estos resultados adversos, en un nuevo acuerdo. Pág. 2 y 3.

ENSAYO

Chávez, un espejismo civilista. Págs. 12 y 13

Bogotá, D.C. • No 58 • Mayo 30 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: unperiodico_bog@unal.edu.co • ISSN 1657-0987

Nuevos decanos en Manizales, Medellín y Palmira

El terror en Apartadó enluta a la UN Un nuevo hecho de violencia conmueve al país, y especialmente a las familias de siete personas que cayeron el pasado 22 de mayo en el municipio antioqueño de Apartadó, agregando sus nombres a la lista de los que han muerto de manera absurda en el largo conflicto colombiano. Javier Oswaldo Peña Rojas, estudiante de noveno semestre de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional, sede Bogotá, de 24 años, quien se alistaba para aportar su saber profesional al manejo poscosecha del banano, fue uno de los caídos en Apartadó. Un futuro promisorio y las cualidades de nobleza y espontaneidad, por las que será recordado, acabaron en este municipio donde adelantaba su pasantía para la empresa Augura Cenibanano. Igualmente, la bomba causó quemaduras de consideración a los estudiantes de la misma facultad, Juan David Castillo y Andrea Díaz Ismael, quienes cursan décimo semestre y realizaban sus prácticas en el Centro Virtual del Banano. También resultó herido el estudiante Miguel Ángel Daza, pasante en Banacol. La Universidad Nacional convoca nuevamente a la sociedad colombiana a reflexionar sobre las consecuencias de estos hechos demenciales y a buscar con decisión los caminos de la paz.

Coinciden en establecer relaciones con sus regiones, no solo en el ámbito académico, sino en el productivo, y en generar conocimiento sobre sus potencialidades ambientales, sociales y culturales, mediante el fortalecimiento de los programas de posgrado. Pág. 9

Germán A. Castaño Duque Fac. de Ciencias y Administración Sede Manizales

María Clara Echeverría Ramírez Fac. de Arquitectura Sede Medellín

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CULTURA Cuchicute: una real historia de locura.

Gabriel Barreneche Ramos Fac. de Ingeniería y Arquitectura Sede Manizales

Diego Mejía Duque Fac. de Ciencias Sede Medellín

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UNIVERSIDAD La ciudadanía empieza por casa.

Raúl Madriñán Molina Fac. de Ingeniería y Administración Sede Palmira

Julio César Arango Tobón Fac. de Ciencias Agropecuarias Sede Medellín

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Carlos Iván Cardozo Conde Fac. de Ciencias Agropecuarias Sede Palmira

Óscar Almario García Fac. de Ciencias Humanas y Económicas Sede Medellín

SALUD Medicamentos: dependencia que enferma.

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Farid Chejne Janna Fac. de Minas Sede Medellín

MEDIO AMBIENTE Aparecen 55 familiares de la avispa.


TLC: un pasado prometedor

La negociación para la firma del Tratado de Libre Comercio concluye el mismo día en que se inician las negociaciones. ¿Por qué? El argumento esencial del autor del presente artículo es la predeterminación de una arquitectura del acuerdo.

Fotografías de Archivo.

La legislación del derecho de autor, telecomunicaciones, acceso a los mercados, empleo, seguridad social, son algunos de los temas en los que se centran las mayores discusiones del TLC.

OMC y que ha hecho crisis en Cancún. Este Acuerdo está en problemas y su alcance, en caso de que se suscriba, será mucho menor de lo que se pensaba. La Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (Atpdea), cuyos efectos sobre las exportaciones son poco importantes (apenas el 14% a Estados Unidos) y sin mayor grado de diversificación, dejó de ser una preferencia comercial concedida en el marco de la “responsabilidad compartida” en la lucha contra las drogas y tiene crecientes condiciones que nuestro país ha aceptado disciplinadamente en sus leyes nacionales (Ley 315 de Arbitramento, Decreto 2085 sobre mayor protección a las multinacionales -notablemente las farmacéuticas-, apertura en compras del Estado), las que ahora se consolidarán como supranacionales e irreversibles. Como consecuencia de todo lo anterior, no es casual que la estrategia norteamericana sea establecer acuerdos bilaterales. En 2003, Robert B. Zoellick, decía al respecto: “Cualquier decisión de la OMC requiere un consenso entre sus 144 miembros.

Cualquier país (por cualquier razón política o económica) puede paralizar la Agenda de Doha. No aceptaremos pasivamente un veto al avance de Estados Unidos hacia la apertura de mercados. Deseamos alentar a los reformadores que favorecen el libre comercio. Si otros no desean avanzar, Estados Unidos avanzará con aquellos que sí lo desean. Ha llegado el momento de que otros nos digan cuando estén listos para abrir sus mercados, de que presenten propuestas para la liberalización y equiparar sus críticas con su compromiso”. Y agregaba: “Las políticas comerciales de Estados Unidos están ligadas a nuestros objetivos económicos, políticos y de seguridad más amplios. Para que sea sostenible en nuestro país, nuestra estrategia comercial necesita estar en línea con los valores y las aspiraciones estadounidenses”. En cuanto al efecto sobre las instituciones y la democracia que se producirán como resultado de los acuerdos, basta analizar lo que es una evolución hacia una democracia ampliada como la de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), con

Germán Umaña Mendoza* La profunda división ideológica existente alrededor de los tratados de libre comercio entre aquellos que pretenden ser los abanderados del libre comercio, por un lado, y los enemigos de la globalización y del libre mercado, por el otro, no ha permitido analizar con profundidad qué se encuentra detrás de estos acuerdos, especialmente del que se inició y, en mi concepto, finalizó el 18 de mayo de 2004 con Estados Unidos. El tratado en mención, antes que consolidar el libre mercado, conducirá a la legalización de las imperfecciones, puesto que se mantienen barreras cualitativas, legislaciones asimétricas y excepciones que desvirtúan una propuesta de libre cambio, lo que, además, se refuerza por la falta de definición de normas de competencia ade-

cuadas. En lo sustantivo, la negociación concluye el día en que se inician las negociaciones. ¿Por qué? El argumento esencial es la predeterminación de una arquitectura del acuerdo. Veamos: La evolución geocomercial indica que las alternativas multilaterales y plurilaterales se encuentran en crisis. En efecto, el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) muestra diferencias sustantivas entre los intereses de los países desarrollados y los de los que están en vías de desarrollo en torno a la agricultura. Además, estos últimos se opusieron a un avance en algunos de los “temas de Singapur” (inversiones, propiedad intelectual, contratación pública, transparencia). En el ámbito plurilateral, el Alca es un desarrollo que no se ha negociado en la

Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de Colombia, Ecuador y Perú, los países andinos participantes en el TLC.

En 2002, los subsidios agrícolas de los países industrializados llegaron a 235 mil millones de dólares, que en promedio significaron el 31% de la renta de los agricultores. Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde), de cada dólar del subsidio solamente una cuarta parte llega a los campesinos, pues “en lugar de ir a los agricultores, buena parte de los subsidios acaba inflando el precio de la tierra y beneficiando a terratenientes ricos, que no precisan realmente de ellos”.

Economía 2

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Internacional relación a lo que resultaría de un TLC. En la CAN, el poder ejecutivo está conformado por el Consejo Presidencial Andino, el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores y la Comisión de la Comunidad Andina. El poder legislativo está constituido por el Parlamento Andino y desempeña una función fiscalizadora. El órgano jurisdiccional es el Tribunal Andino de Justicia, al que pueden recurrir los gobiernos y los ciudadanos. La participación de la sociedad civil se manifiesta en los consejos Laboral y Empresarial, así como en convenios sobre salud y educación. ¿Qué estructura institucional se espera que tenga el TLC? En las negociaciones hay una intensa participación de los poderes ejecutivos. El conjunto de reglas que se apruebe será en general estático y el papel del órgano ejecutivo se limitará en el futuro a evaluar y administrar. El poder legislativo podrá simplemente aprobar o improbar los resultados de la negociación entre los ejecutivos. En la esfera jurisdiccional, se tiende hacia los tribunales de arbitramento internacionales: justicia privada, en vez de tribunales supranacionales. No se propone la creación de fondos estructurales que sean una respuesta a las asimetrías que se generarán entre países de marcadas diferencias en los niveles de desarrollo. Es entonces evidente cómo los mercados comunes constituyen una cesión supranacional de la soberanía para establecer una democracia ampliada y crear las instituciones correspondientes. En los acuerdos de libre comercio esto no ocurre y la tendencia es hacia la privatización de las instituciones. Finalmente, mientras se acepta negociar los objetivos ofensivos de EE.UU. (reforzamiento de la propiedad intelectual, liberalización en servicios y seguridad jurídica), también se acepta no negociar en el sector agropecuario las políticas norteamericanas; no se abordarían los tópicos de defensa comercial (anti dumping y competencia); se incluirían sus reservas en las regulaciones estatales en compras públicas y servicios. Nada se trataría sobre protección a los conocimientos tradicionales o control de la biopiratería, ni sobre liberalización de servicios personales, con la excepción de unas pocas visas para los profesionales. Será un acuerdo asimétrico, con preferencias a favor de EE.UU., que no liberaliza lo que nos interesa y sí conduce a una apertura unilateral. Sus resultados no tienen por qué ser diferentes a los de la apertura de los noventa: más ricos y más pobres, crisis de crecimiento y empleo. En 1935 firmamos el primer TLC con EE.UU. En 1949 tuvimos que denunciarlo. Nada aprendimos de sus funestos resultados. * Profesor de la Universidad Nacional.

Para la invasión y reconstrucción de Irak, el gobierno Bush le pidió al Congreso $187 mil millones de dólares y, aunque parece mucho dinero, la pregunta es si ese monto es suficiente. Según Steve Schifferes, especialista en economía de la BBC, cálculos recientes sugieren que el costo final de la guerra y la reconstrucción podrían alcanzar los $600 mil millones de dólares. Lo grave es que esto ahonda el déficit presupuestal de Estados Unidos.

El terrorismo desde una perspectiva histórica Segunda parte

Fred Halliday* El desafío de Al-Qaeda La ideología, tácticas y estrategia de Al-Qaeda tienen ciertamente aspectos diferenciados que no son meramente una extensión de su historia primaria. No importa si es vista como un acto singular de “terror desde abajo”, un caso extremo de “propaganda por medio de la acción” o como un golpe contra una ciudad desarrollada del Primer Mundo por un movimiento del Tercer Mundo, jamás se había realizado una acción como la del 11 de septiembre de

2001. Sorprendentemente, ha sido la primera vez en 500 años de interacción y conflicto norte-sur, desiguales y globalizados, que algo así ocurre. Además, Al-Qaeda en sí misma no es solo otra organización terrorista moderna y convencional. Su ideología es un caso extremo de hibridación, que toma elementos del islam sunnita, del extremismo sunnita en contra de los musulmanes chiítas, ambos mezclados con el nihilismo moderno, el culto al heroísmo extremo, el autosacrificio, las armas de

El secretario de Estado estadounidense, Collin Powell, admitió que su país no esperaba enfrentar ataques tan intensos y sostenidos como los producidos luego del final “formal” de la guerra en Irak.

fuego, la retórica antiglobalista y, no menos importante, el nacionalismo. Como el movimiento Nazi, es una ideología que se alimenta de su incoherencia intoxicante. En términos organizacionales, tiene claramente una estructura diferente a la del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), los Tigres de Tamil (LTTE) o la ETA. Su núcleo es un grupo pequeño y conspirador liderado por Osama Bin Laden y su compañero egipcio, Ayman al -Zwahiri; a su alrededor aparecen grupos pequeños y semiindependientes de lugares muy diferentes del mundo musulmán y no musulmán. Su enfoque particular es el resultado de dos características que se refuerzan mutuamente. Primera, un cálculo racional de que las redes descentralizadas, activas en la búsqueda de fondos y el reclutamiento, son más resistentes a la infiltración. Segunda, una adaptación cultural de los patrones laxos de asociación, confianza y compromiso que caracterizan a sociedades como la de Afganistán y otras partes del mundo árabe, en donde hasta cierto punto aún prevalecen las pautas del comportamiento tribal. El otro elemento crucial para entender a Al-Qaeda, uno que nos vuelve a colocar en la modernidad y el contexto histórico del que esta organización emergió, es la Guerra Fría, en particular su fase final desde la intervención soviética en Afganistán, en 1979, para adelante. Sin la Guerra Fría y sin un respaldo contundente de Estados Unidos y Arabia Saudita a las guerrillas afganas, ni Al-Qaeda ni todo el mundo transnacional de luchadores islámicos habrían llegado a existir.


los movimientos de derecha en El Salvador y Guatemala en los ochenta y, sobre todos ellos, a los mujaidines afganos. Mientras que los peores crímenes han sido en verdad cometidos por regímenes radicales que se oponían a Occidente (Irak, Siria, Irán), pocos Estados de Oriente Medio, aliados de Occidente -no es el caso de Israel o Turquía, Egipto o Arabia Saudita o (en días pretéritos) el Irán del Sha- han sustentado los principios de la ley y las normas de tratamiento a civiles y pueblos subordinados. En suma, no puede defenderse ningún discurso o política que defina a Al-Qaeda como el único o el principal violador de las reglas de la guerra, en conflicto con aquello que sin argumentos se llama a sí mismo “el mundo civilizado”. Tercero, la resistencia al terror no es una prerrogativa de los Estados occidenta-

El israelí-palestino se califica como el conflicto moderno que más ha durado.

Años antes de que Al-Qaeda empezara sus ataques a blancos occidentales en Nueva York (1993) y África (1998), estaban desatados a plena luz en Afganistán y Yemen, asesinando a funcionarios laicos, intelectuales y opositores de su proyecto fundamentalista. Al desafiar a estos dos regímenes islámicos prosoviéticos, en donde unos Estados reformistas y comunistas trataban de impulsar (de manera errática) un programa laico y modernizador, Occidente y sus aliados regionales se apoyaron con demasiada facilidad en los contrarrevolucionarios enajenados de la derecha islámica. Ningún análisis histórico, de hecho ningún mesurado ajuste de cuentas morales acerca del 9-11 y lo que le siguió, puede ignorar esta conexión más temprana y decisiva. Al-Qaeda odia a Occidente, pero ella misma es una creación -un monstruo ideológico, militar y organizacional- de la política occidental durante la Guerra Fría. El 11 de septiembre de 2001, el aprendiz de brujo contraatacó. Si se le da una oportunidad, atacará de nuevo. El camino a seguir: cuatro pautas Nadie puede anticipar cómo se van a desarrollar las campañas de Al-Qaeda y de aquellos que hacen la “guerra contra el terrorismo”. Tomará años superar esta crisis y, en claro contraste con las guerras convencionales, no habrá un momento en el que la guerra o, de hecho, la jihad habrá culminado definitivamente. Los ciudada-

nos de Occidente y Oriente son y seguirán siendo meros espectadores de este conflicto. Pero ellos (nosotros) pueden tomar posiciones, hacer juicios y tratar de influenciar las políticas. En conclusión, propongo aquí cuatro pautas de discusión a los ciudadanos preocupados del mundo entero. Primero, debe condenarse el terrorismo de todo tipo. Al mismo tiempo, se necesita aplicar un criterio más amplio de proporcionalidad. Ninguna discusión del terrorismo desde abajo, o de su historia o de sus dimensiones legales puede darse sin un reconocimiento paralelo del papel de los Estados, pasados y presentes, en la violación de las reglas de la guerra relativas al tratamiento de los civiles y los prisioneros. Este es un punto que algunos recientes eventos terribles en los Balcanes, Indonesia y Ruanda han mostrado de manera diáfana. De lejos, los actores estatales cometen el mayor número de asesinatos políticos. No hay razón para creer que esto cambiará a principios del siglo XXI. Segundo, necesitamos tener en cuenta, con algo de modestia autocrítica, que en tiempos recientes la mayoría de gobiernos occidentales ha apoyado grupos “terroristas” bajo cualquier parámetro objetivo. Los ejemplos son legión, desde el Unita en Angola, que asesinó a cientos de miles en guerras que se extendieron desde mediados de los años setenta hasta finales de los noventa, a los “Contras” nicaragüenses,

Ninguna discusión del terrorismo puede darse sin un reconocimiento paralelo del papel de los Estados en la violación de las reglas de la guerra relativas al tratamiento de los civiles y los prisioneros.

Una gruesa nube de polvo y ceniza cubrió durante 30 minutos a la Zona Cero, llamada así después del 11-S.

Aunque el gobierno estadounidense ha reiterado persistentemente que entregará el poder a los iraquíes el próximo 30 de junio, la construcción en Bagdad de su nueva misión diplomática, que será la más grande del mundo y servirá para albergar a 3.000 funcionarios, hace pensar que la transferencia de soberanía al pueblo árabe será muy limitada.

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les poderosos. Por décadas, el terror desde abajo y desde arriba ha sido la experiencia de muchos pueblos del Tercer Mundo, mucho antes del 9-11, ya sea en Líbano o Israel, Sri Lanka o Pakistán, Indonesia o Camboya, Sierra Leona o Ruanda, Argentina o Guatemala y, para no olvidarlos, Irlanda o España. Las víctimas de Manhattan cayeron a la sombra de miles de otras víctimas: intelectuales y campesinos, sacerdotes y líderes de aldea, sindicalistas y líderes estudiantiles y (en particular en Afganistán) defensores de los derechos de la mujer que fueron ejecutados, y sus familias y amigos aterrorizados y dispersados. Este es un fenómeno que tiene un costo muy elevado en todos los continentes. Esto no impide que los ciudadanos de Estados Unidos expresen su dolor y su rabia. Pero deberíamos recordarles que

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existen en una relación permanente con un movimiento mundial que echa raíces profundas, a las cuales EE.UU. mismo ha aportado durante la Guerra Fría, y que su país es parte de ese movimiento, que no es un amo que alguien escogió. Así, la oposición a Bin Laden no puede basarse en algún privilegio por el sufrimiento del 11 de septiembre en mayor medida de lo que las víctimas de un accidente automovilístico o un robo violento podrían reclamar padecer una experiencia única que les daría el supuesto derecho de vengarse ignorando las normas establecidas. Asimismo, no existe el supuesto récord puro, occidental, sobre el papel de la violencia y el terror durante el siglo pasado: recordemos, por ejemplo, los millones de personas muertas por los belgas en el Congo hacia 1900, o los millones masacrados por Francia y EE.UU. en Vietnam entre 1945 y 1975, en nombre de causas que fueron abandonadas después. Cuarto, la lucha contra el terrorismo, en cualquier continente y dentro de cualquier contexto político o cultural, implica una cierta dimensión de seguridad. Pero también implica perspectiva histórica, astucia política y la defensa de aquellos principios por los cuales se conduce la lucha. En otras palabras, aquellos que hacen la guerra deben respetar la ley y mostrar algo de perspectiva y modestia histórica. Esto es más importante aún, porque “el terrorismo”, como “la globalización”, “los derechos humanos” y las relaciones entre “civilizaciones” (que no es una categoría analítica que en general yo apruebe) son discutidos y comprendidos a través del nexo de las relaciones mundiales de poder existentes. Igualmente, no hay un ambiente tranquilo y equilibrado de discusión para estos temas. Porque este mundo se caracteriza por desigualdades largamente establecidas y crecientes de riqueza y poder, en un marco multisecular de expansión colonial, protección clientelista internacional, regímenes regionales opresores y Guerra Fría. En consecuencia, estos temas deben ser expuestos, debatidos y entendidos en un contexto en el cual -para decirlo duramente- la mayor parte de la población del mundo, incluyendo sus más de mil millones de musulmanes, percibe las intenciones y políticas de Occidente y, en particular, de EE.UU. con profunda desconfianza. Este hecho histórico debe ilustrar hoy en día, aunque no pueda alterar completamente, la formulación de políticas hacia lo no occidental, incluyendo aquellos países en donde se dice que el terrorismo es un factor. En la raíz de este fenómeno de “rencor globalizado” hay un tema que también va al corazón del terrorismo: el respeto, o la falta de él, por las opiniones o la humanidad de los demás. Aquí, a través del tapiz de violencia de la modernidad, el imperialismo y el terroris-

Internacional “Una parte significativa de las élites ha tratado de involucrar a Estados Unidos en la situación del país con la esperanza de que esa nación resuelva el conflicto, mientras los actores armados ilegales refuerzan sus conexiones con redes globales y tratan de convocar o neutralizar el acompañamiento internacional, según les convenga”, explica la politóloga Socorro Ramírez, en su libro Intervención en conflictos internos, el caso colombiano 1994-2003

No puede defenderse ningún discurso o política que defina a AlQaeda como el único o el principal violador de las reglas de la guerra. La población de los Estados Unidos, según sondeos preelectorales, se ha vuelto más escéptica con respecto a la capacidad del gobierno para manejar la situación en Irak.

mo se han dado la mano, imponiendo sus políticas y sus perspectivas a quienes no pueden defenderse y proclaman su virtud mundial histórica en nombre de algún proyecto u objetivo político definido solo por ellos. El terrorismo puede ser derrotado únicamente si es superada esta arrogancia medular -tan evidente en el sometimiento de Asia, el Oriente Medio y el África hace más de un siglo, así como hoy en día en la voladura cruel y deliberada de civiles en discotecas, restaurantes y tiendas-. Todo esto tiene muy poco que ver con religiones o culturas diferentes, incluso si los problemas pueden frasearse de distintos modos y lenguajes. El desafío central que enfrenta el mundo, desde la óptica del 9-11 y de todos los actos terroristas que lo precedieron y siguieron, es crear un orden global que defienda la seguridad, al tiempo que realiza las aspiraciones a la igualdad y el respeto mutuo que la modernidad misma ha fomentado y proclamado, pero que ha fallado de modo espectacular en cumplir. El terrorismo es entonces un problema mundial en causas e impactos. Debe ser abordado en un contexto global y cosmopolita. Probablemente, Europa será de nuevo su víctima, pero moral e históricamente Europa también contribuye al abuso de la

oposición política y a una arquitectura de la violencia política. Todos los seres humanos, europeos o no, están atrapados en un conflicto que durará décadas y cuyo resultado no es seguro. Al comprometerse, los ciudadanos necesitan cinco cosas: un sentido claro de la historia; el reconocimiento de la realidad del peligro; liderazgo político asentado e inteligente; el desarrollo de apoyos masivos entre la sociedad europea y la global para resistir a esta amenaza nueva y cardinal. Nuestra mejor defensa es, sobre todo, un compromiso con los valores liberales y democráticos. El poeta irlandés W. B. Yeats escribió en The Second Coming (1925):

El fiscal general de Estados Unidos aseguró que Osama Bin Laden reclutaría personas que parezcan europeos.

Todo se desmorona; el centro no puede sostenerse; La simple anarquía está suelta por el mundo, La marea teñida en sangre está desatada, y en todas partes Se ahoga la ceremonia de la inocencia; Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores Están llenos de intensidad apasionada.” Debemos, y aún podemos, probar que estaba equivocado. El futuro sigue apenas abierto. * Profesor de Relaciones Internacionales en la Escuela de Economía de Londres. Entre sus muchos libros figura Two hours that shook the world, 2001. *Publicado originalmente en openDemocracy, el 22 de abril de 2004. Traducción de Humberto Correa.

Lecturas recomendadas: Fred Halliday, Nation and Religion in the Middle East, Saqi, 2000. Walter Laqueur, Terrorism, Weidenfeld & Nicolson, 1978. Conor Gearty, Terror, Faber, 1991. Paul Berman, Terror and Liberalism, Norton, 2003. Tony Honore, “The Right to Rebel”, en Conor Gearty, Terrorism, Dartmouth, 1996. Fidel Castro, La Historia me absolverá, discurso luego del ataque fallido al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, julio de 1953. Donald L. Horowitz, The Deadly Ethni.


Nelly Mendivelso R.* María Claudia Rojas R.*

El campus se reinventa Un proyecto de ciudad no se concibe sin entender al otro. Las formas de relación con la naturaleza, con las ideologías, con las costumbres, con los lenguajes son las piezas que cimientan la ciudad. Esta apuesta de la Universidad Nacional para los próximos 10 años, se sustenta en el Plan de Ordenamiento Territorial para Bogotá (Decreto 619 de 2000), que incorpora instrumentos como los Planes de Regularización y Manejo (Decreto 904 de 2001). El Alma máter, así, redefinirá su relación con Bogotá en un marco de legalidad.

Oficina de Planeación, sede Bogotá.

La Universidad vuelve a estar de cara a la ciudad. La nomenclatura AK 30 #45-03 de su campus en Bogotá es el primer peldaño de un proyecto que renueva el lugar de la Universidad Nacional de Colombia en la configuración de ciudadanía, tal y como lo hiciera en 1936, cuando al levantarse las estructuras de la Ciudad Blanca, se incrustaba en la concepción de un país moderno. El laboratorio pedagógico que los alemanes Fritz Karzen y Leopoldo Rother forjaran a mediados de la década del treinta, con edificios patrimoniales como los de las facultades de Derecho, Ingeniería, Bellas Artes, Veterinaria y el Estadio Alfonso López Pumarejo, dentro de un proyecto de ciudad con tintes aún provincianos, floreció en 1964 con escenarios como el Auditorio León de Greiff, el Conservatorio de Música o la Biblioteca Central, verdaderas joyas de la cultura nacional. Pero las ne-

121 hectáreas, ubicadas justo en el corazón de Bogotá, soportan la Ciudad Universitaria. (Aerofotografía del campus)

cesidades de profesionalización de la sociedad le exigieron un rápido crecimiento físico al campus, que en sesenta años pasó de 28.159 metros cuadrados de espacio construido, en 1944, a 195.925 en 2004. El incremento de aulas, laboratorios, auditorios, debía ponerse a la par con la demanda progresiva de cupos. El crecimiento discontinuo de la Universidad ha desdibujado la armonía del proyecto, que en su momento fue paradigma de desarrollo educativo y urbano. Hoy, con sus 121 hectáreas, el campus está en el centro geográfico de la ciudad, después de haber jalonado el crecimiento de Bogotá hacia el occidente y la Sabana, y es justo ese punto estratégico de la urbe el que proyecta reorganizar en los próximos 10 años el Plan de Regularización y Manejo de la Universidad Nacional, obedeciendo a los lineamientos del Decreto 619 de 2000 (Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá). En su propósito de legalizar e insertar la Universidad en el tejido de la ciudad y lograr su reconocimiento, el Plan contempla cuatro ejes fundamentales: movilidad, equipamientos, espacio público y estructura ecológica. Las potencialidades del campus en su magnitud y ventajas soportan estos requerimientos, que dan continuidad a los avances de la ciudad en la configuración de una sociedad más democrática y equitativa, y que ahora le exige a la academia su participación en la construcción de una metrópoli más organizada.

En la construcción colectiva del nuevo Código de Policía para Bogotá participaron 86 organizaciones no gubernamentales, 56 gremiales y sindicales, 122 colegios, 15 universidades, 50 miembros de la Policía Nacional y las 42 entidades que componen la Administración Distrital. En total, se consultaron 917 entidades y organizaciones sociales, según datos del Instituto Distrital de Cultura y Turismo.

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Para los próximos 10 años, la Universidad Nacional espera armonizar su desarrollo con la ciudad a partir de un espacio público amplio, dinámico y funcional; de una oferta diversa de servicios culturales y deportivos; de un corredor ambiental que equilibre el ecosistema urbano, aprovechando la riqueza de especies vegetales y animales que habitan y migran dentro de las amplias zonas verdes del campus. Su historia académica, que la ha convertido en el más importante centro de educación superior de la nación, también será el ancla que le permita liderar la creación de pensamiento y conocimiento para proyectarse con pertinencia hacia el mundo contemporáneo. En consecuencia, nuevos equipamientos y la adecuación de edificios, bibliotecas, auditorios, aulas, laboratorios, así como zonas deportivas, cafeterías y baños existentes, muchas veces subutilizados y deteriorados, darán paso a un espacio acoplado a las nuevas necesidades de una universidad que fortalecerá la investigación y la producción de conocimiento. Cuarenta años después de haberse levantado el mayor número de edificios, gracias al préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo, un alto en el camino es más que necesario para revertir el proceso de dispersión frente al modelo inicial pensado en los años treinta -ordenado y lógico-, que se ha ido desvirtuando como consecuencia del uso intensivo del espacio. “Vamos a entrar en una racionalidad de planeamiento urbanístico y arquitectónico capaz de atender las demandas de la comunidad”, reitera Nelson Lugo, jefe de la Oficina de Planeación, sede Bogotá. Con el ímpetu de la juventud y la experiencia de la madurez, arquitectos, ingenieros, dibujantes, biólogos, antropólogos y urbanistas se la juegan día a día entre planos, mapas, proyecciones, herramientas tecnológicas de diseño y un mundo de bocetos, para entregar en tres meses la propuesta definitiva del Plan de Regularización y Manejo al Departamento Administrativo de Planeación Distrital. Caminos bien pensados Las molestias generadas por la Universidad a su entorno, aunque pocas, fueron advertidas por el grupo de profesionales. Entonces vino el diagnóstico de los impactos a las vías y los barrios aledaños, muchos de los cuales han combinado su uso residencial con el comercial, en detrimento de la calidad urbana, sin embargo nunca equiparables con el desorden que crean otros modelos de universidad, que invaden el espacio público, al establecerse en edificaciones destinadas a vivienda, y que dejan atrapado el sector entre fotocopiadoras, bares, restaurantes y parqueaderos montados sobre los andenes. La Nacional impacta menos, pues desde su


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Universidad La modistería fue uno de los oficios más representativos de la mujer del siglo XIX y comienzos del XX. Para 1890, el 16% de la población femenina era la encargada de vestir a las tres cuartas partes de los habitantes de Colombia. Así lo señala el documento que sustenta la muestra “Abanicos, sedas y encajes”, que se exhibe en el Museo Nacional de Colombia, conformada por 57 piezas entre mantones, zapatos, fotografías, bordados y abanicos.

Fotografía de Guillermo Flórez P.

A la oferta cultural que la Universidad Nacional ofrece a la ciudadanía, se suma el Estadio “Alfonso López”, patrimonio nacional que ha sido sede del equipo bogotano Chicó Fútbol Club.

origen se conjugó con la ciudad, a través de un campus de extraordinaria belleza, pensado por el presidente Alfonso López Pumarejo, que iniciaría la revolución educativa en Colombia. Hoy, cada uno de los 26 mil estudiantes de la Universidad dispone de 29 metros cuadrados de terreno para su movilidad, un privilegio con respecto a otros centros de educación superior, cuyo indicador es de apenas 0,5. Aún así, resulta paradójico diagnosticar que el mayor problema del alma máter es de espacio público. ¿Por qué? La Universidad no tiene sitios donde la gente pueda estar afuera del aula o de las oficinas. La Universidad está decidida a mitigar los impactos en su entorno y a reinventar su papel en la sociedad, y en este propósito el espacio público juega un papel fundamental. “El paisaje inmediato invita a la ciudadanía y contribuye a que el estudiante pueda vivir sus momentos de pensamiento, reflexión, ensoñación y descanso. En ese sentido, la Universidad debe aprovisionar las bancas necesarias para sentarse, los corredores para caminar, los prados y jardines para contemplar”, en concepto del urbanista Fernando Viviescas, director del proyecto.

La idea inconclusa de emplazar corredores peatonales imaginados como un Parque Cultural quedó abandonada con un tramo de menos de 14.000 metros cuadrados, del que apenas disfrutan quienes transitan cerca a las facultades de Artes e Ingeniería. A cambio de ese corredor, el peatón circula por caminos improvisados sobre el césped. Esa malla peatonal paralela al anillo vehicular también quedó huérfana de las bancas, plazoletas y jardines que acompañarían el pensamiento y el sano esparcimiento, según la propuesta formulada en 1993. Repensar el espacio público implica ejecutar en su totalidad el Parque Cultural e instalar los elementos que exige el amoblamiento urbano. También, continuar el circuito que entrelace las facultades de Medicina, Derecho, Ciencias Humanas y cierre en la plaza central, al tiempo que se le eche una mano al deterioro de los andenes, al desorden de los parqueaderos y se fomente entre los estudiantes la apropiación de terrenos “baldíos”. Sin duda, es clave generar espacios peatonales adyacentes a los grandes escenarios, como el Estadio Alfonso López Pumarejo, sede histórica del fútbol profesional colombiano.

“Con que resolvamos nuestros problemas internos y establezcamos una buena relación con la ciudad ya hay un aporte inmenso para el conjunto urbano. En esa medida vamos a intervenir adentro con fuerza”, complementa el arquitecto Juan Manuel Robayo. Un entorno agradable no sólo permitirá formar buenos profesionales, sino vigorizar las relaciones humanas. Los primeros focos de atención serán los dos ejes de mayor accesibilidad a la Universidad, la calle 45 y la calle 26, con altos índices de congestión por el comercio allí establecido. La mayor atención se concentrará en los barrios que ocupan estos sectores. Para ello, se harán independientes las entradas vehicular y peatonal, una red interna de ciclorrutas se interconectará con la de la ciudad, las 121 hectáreas serán rodeadas por alamedas, con el fin de corregir el deterioro de los andenes que limitan la relación de los bogotanos con la Universidad. Paralelamente, la calidad espacial de la vecindad se mejorará. Esto será posible, según Mónica Mercado, profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, “si en poco tiempo creamos una red de fotocopiadoras y otra de cafeterías y restaurantes en donde prime el valor nutricional de los alimentos. De tal manera evitaremos la proliferación de negocios improvisados”.

Borrón y cuenta nueva Un primer ejercicio, fundamental para la planeación urbanística del campus, ha sido el levantamiento digital de sus redes de servicios públicos, estructuras de espacio público, edificaciones, estructura ambiental y amoblamientos, entre otros componentes. Actualmente, se adelantan intercambios de información entre los sistemas de información académica (SIA) y el sistema de información geográfica (SIG) con el fin de obtener consolidados de ocupación y capacidad disponible tanto para espacios académicos como para servicios de bienestar y complementarios. Desde el punto de vista funcional, levantar ese inventario significa saber con qué recursos cuenta la docencia. Por ejemplo, conocer cuánto mide los salones, qué capacidad tienen, cuándo están desocupados, cuántos faltan, cuáles son las horas de mayor ocupación o la relación capacidad-volumen por estudiantes, ayudará a la programación competente de la vida académica. “Hemos detectado que la intensidad de uso de las aulas, en particular hacia el medio día y la tarde, baja dramáticamente con respecto a la mañana”, señala el urbanista y antropólogo Nelson Lugo, explicando uno de los indicadores preliminares del extenso análisis.

Las áreas naturales del campus universitario, albergue de múltiples especies biológicas, articulará un eje ambiental para la ciudad que comienza en los cerros orientales y termina en el río Bogotá.


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La ciudad Universitaria, núcleo histórico que proyectaron en 1936 el pedagogo Fritz Karsen y el arquitecto Leopoldo Rother, repensó su espacio público en 1993 con la propuesta “Parque Cultural”, que quedó abandonada con un tramo de menos de 14 metros cuadrados.

Planos cortesía de la Oficina de Planeación, sede Bogotá.

Precisamente, la falta de información ha sido el talón de Aquiles para poner orden en casa. Así, el crecimiento desordenado de edificios, la subutilización de auditorios, la tugurización de ciertas zonas (alrededor de la plaza central), el desbalance en el tamaño de las oficinas de profesores (algunas como un apartamento y otros inexistentes), el cambio en la vocación de ciertas edificaciones (el caso de las clínicas de odontología), el aprovechamiento de los laboratorios, han derivado en problemas de deficiencia espacial. Estas mediciones, sin embargo, tendrán un segundo nivel de complejidad, que hablará al detalle sobre las necesidades particulares de cada facultad. La oferta de espacios para Agronomía con sus lugares de práctica, por ejemplo, es completamente distinta a la de Derecho, Música, o Terapias. Si bien el campus posee un volumen completo de salas para clases teóricas, los metros cuadrados requeridos para los auditorios, donde por lo general se dictan cátedras magistrales, los laboratorios, los centros de documentación o los salones tutoriales, deberán ser desagregados y oportunos en cada caso. La misma línea seguirá la readecuación de las redes hidráulicas, de gas, alcantarillado, telecomunicaciones, informática. Avances importantes se lograron con el establecimiento del circuito completo de iluminación en el campus, en función de la seguridad y de abrir la Universidad en la noche. La separación de los sistemas de alcantarillado y aguas lluvias o la puesta en marcha de un servicio de gas, en un plazo mayor, permitirá maximizar recursos y producir economías importantes. La solución espacial a esos crecimientos plantea, entonces, zonas de desarrollo o densificación y otras que serán “intocables”, como las que están detrás de la capilla, el espacio central, donde hoy se concentra el mayor número de edificios, y los deportes. El plano de proyección de nuevas construcciones apenas tendrá señalados unos núcleos de sombras donde solo estará permitido edificar, bajo reglas y especificaciones que darán otra vez unanimidad y armonía al conjunto. Lógicamente, el Plan de Regularización y Manejo está sujeto a la idea de la universidad que se quiere en los próximos años, es decir, al crecimiento de los posgrados y con ellos de las bibliotecas y los centros de investigación; y al propósito de retener a los estudiantes para que cumplan grata-

Así se vería la Universidad con la ejecución total del Parque Cultural que busca brindar un espacio público, así como con proyección de nuevos edificios, y equipamientos académicos organizados dentro de una lógica urbanística.

mente la vida universitaria, de impulsar una alianza con el sector industrial y empresarial y de convertirse en propuesta educativa, cultural y urbanística para la ciudad. El compromiso ecológico Una de las fichas más importantes para armar el rompecabezas de la ciudad universitaria y su entorno es la ambiental. Ecosistemas del campus como los humedales y otras áreas naturales, albergue de cerca

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de 8.000 árboles y arbustos, entre los que sobresalen urapanes, cipreses, eucaliptos, sauces y duraznos, y el vuelo de palomas, garzas, halcones y copetones, se encontrarán en un corredor ecológico que demarca el canal del río Arzobispo. El paso natural nace en los Cerros Orientales, se conecta con el Parque Nacional, continúa por el canal como tal, tiene una estación en la Universidad Nacional, sigue al Parque Simón Bolívar, se extiende hasta el Jardín

Botánico y conecta con la cuenca del río Bogotá, a través del Juan Amarillo. La recuperación de estos ambientes dará como resultado un pasadizo de uso colectivo con gran valor paisajístico, que tendrá a su favor la ubicación de la Ciudad Blanca en el punto medio del Distrito Capital. Una labor que ya ha dado sus primeros frutos gracias a “UN Ambiente”, un grupo interdisciplinario, es la que está poniendo punto final a la deficiente administración de los residuos sólidos y al consumo exagerado de agua. Se sabe, por ejemplo, que semanalmente salen del campus 2,52 toneladas de residuos infecciosos, 0,5 de orgánicos fermentables y 10 de ordinarios; de los infecciosos, 0,52 toneladas van a parar al botadero Dona Juana, mientras 2 se procesan en el horno incinerador y sus cenizas terminan en compostaje; esto último sucede con los orgánicos fermentables. Entre tanto, 7,4 toneladas de los residuos ordinarios van al botadero, y las 2,6 restantes (vidrio y cartón) se reciclan y terminan apoyando la labor de la Fundación Cardioinfantil. Reducir el gasto de agua ha sido otro gran logro. Los cálculos señalan que en 1999 se consumieron 832.994 metros cúbicos del líquido, y en 2001 la cifra fue de 402.667, es decir, se redujo a la mitad. La Universidad, pieza clave para la ciudad Trascendiendo su papel en el fortalecimiento del desarrollo metropolitano, hacia la consolidación del modelo ciudad-región, la Universidad identifica como pieza clave en los procesos productivos del área agropecuaria a su Centro Experimental Marengo, ubicado en el kilómetro 14 de la carretera central de occidente, sobre la vía que comunica a Bogotá con el municipio de Mosquera. Marengo constituye una oportunidad para la región, al contribuir al desarrollo científico-tecnológico en esta zona agrícola e incentivar su productividad. Junto con el Sena y el ICA-Tibaitatá representan la oportunidad de conformar un centro de estudios para el desarrollo agrícola que genere servicios y soporte la creación de una nueva centralidad regional. Esa conexión tendrá polos de actividad para la conformación de un centro de investigación y apoyo a la nueva empresa. El aeropuerto, Puente Aranda y la zona del Terminal de Transportes se definen como pilares del eje tecnológico e industrial, que integrará la educación, la investigación y la empresa en torno a la competitividad. Solo así el propósito de contribuir al equilibrio urbanístico de la capital mediante el adelanto intelectual, artístico, moral y productivo pondrá a la Universidad de cara a la ciudad. * Periodistas Unimedios.


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Educación

Investigación, blanco de la gestión Al igual que en la sede Bogotá, los nueve decanos regionales de la Universidad -dos de Manizales, cinco de Medellín y dos de Palmira- se posesionaron el pasado 3 de mayo y le apuntan a fortalecer las maestrías y los doctorados.

Germán Albeiro Castaño Duque Facultad de Ciencias y Administración Sede Manizales Administrador de empresas y economista, especialista en Administración de Sistemas Informáticos. Otros cargos: Decano de esta misma Facultad entre 1990 y 1993.

En cuanto a la proyección de la Facultad en la sociedad, Castaño propone: fortalecimiento y desarrollo de lo público, proyección hacia la región de las maestrías y ser un centro obligatorio de referencia del sector productivo. En cuanto a la investigación, hacer de ella algo cotidiano, que conduzca a “un trabajo en equipo disciplinar y transdisciplinar, que impacte en la comunidad científica” para alcanzar la competitividad del país y la región. Gabriel Barreneche Ramos Facultad de Ingeniería y Arquitectura Sede Manizales Arquitecto, Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo, Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales.

Entre los proyectos más importantes de la nueva decanatura está elaborar el plan de acción de la Facultad, lo que supone definir el tema de los créditos en el pregrado para ajustar los programas curriculares con base en el plan de mejoramiento consignado en la autoevaluación anterior, preparar el doctorado en arquitectura para la sede y fortalecer la producción editorial de la Facultad. María Clara Echeverría Ramírez Facultad de Arquitectura Sede Medellín

te, desde distintas elaboraciones teóricas y prácticas. Asumir su misión de cara al momento científico, tecnológico y cultural y a la realidad social, política, económica y ambiental nacional, regional y urbana. Dinamizar el compromiso académico y social frente a los retos que impone el mundo que le compete a su Facultad. Fortalecerá la investigación y la extensión y su integración, activando las relaciones pregrado-posgrado, en nuevos desarrollos curriculares.

agrarias de la región y el país en temas como la economía campesina, la pobreza rural y el desarrollo de educación, ciencia y tecnología. Además de liderar la apertura de espacios para la discusión con diferentes grupos de opinión, como organizaciones de egresados y comunidades campesinas, acerca de los temas en común Óscar Almario García Facultad de Ciencias Humanas y Económicas Sede Medellín

Diego Mejía Duque Facultad de Ciencias Sede Medellín

Historiador, Magíster en Historia Andina de la Universidad del Valle y candidato a Doctor por el Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla (España).

Ingeniero electrónico, Ph.D. en Matemáticas de la Universidad de Cincinnati, Ohio (Estados Unidos). Otros cargos: Director de los Programas Curriculares de Matemáticas. Coordinador del Centro de Investigaciones de la sede Medellín (Cindec) y Director Académico de la sede Medellín.

Impulsará la creación de programas de maestría y doctorado a partir del desarrollo de políticas de financiación que permitan contar con estudiantes de tiempo completo. Para ello se creará un programa similar al de “Académicos en Formación” mediante el cual los estudiantes de posgrado obtienen becas de estudio con una contraprestación de trabajo docente. Facilitará la labor de investigación de los grupos reconocidos por Colciencias y de aquellos que están en proceso de formación, intensificando su relación con las fuentes de financiación de proyectos. Fomentará modalidades pedagógicas exitosas en cobertura y calidad, así como nuevos programas de pregrado en Ingeniería Física, Ingeniería Biológica y Estadística. Mejorará la estrategia de clases magistrales.

Arquitecta, especialista en Vivienda, Planeación y Construcción. Otros cargos: Directora del Programa de Estudios de Vivienda en América Latina (Peval), Coordinadora de la Estrategia de Regionalización del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (Sncyt) de Colciencias, miembro de la Junta Internacional de Hábitat: International Coalition (HIC).

Julio César Arango Tobón Facultad de Ciencias Agropecuarias Sede Medellín

Propone visibilizar, re-conocer y lograr la confluencia entre los problemas de conocimiento que trabaja su Facultad: el espacio, la estética, la expresión, la concreción formal y material, el territorio, el hábitat y el ambien-

En su segunda decanatura consecutiva, el ingeniero Arango promoverá el trabajo académico, participativo, transparente y eficaz con el fin de integrar los productos de la investigación en las aulas con las problemáticas

Ingeniero Agrícola, Magíster en Aprovechamiento de Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional, sede Medellín. Otros cargos: Decano de la Facultad 2002-2004.

La creación de redes de investigación y reflexión sobre las ciencias sociales y humanas, así como la realización de seminarios y publicaciones especiales con el fin de revisar y repensar los estatutos epistemológicos de estas disciplinas, serán dos de las acciones que se impulsarán, con miras a aportar al proyecto de modernidad. Un mundo cambiante, con dinámicas inéditas tanto del orden global como local, y las realidades de la nación colombiana, con la peculiaridad de sus conflictos, son los referentes que esperan movilizar la construcción de nuevos paradigmas explicativos sobre lo humano y lo social. Esta discusión afectará la formación básica y de investigadores, en un rediseño que implica nuevos modelos pedagógicos, innovaciones curriculares y flexibilidad en los contenidos. Farid Chejne Janna Facultad de Minas Sede Medellín Ingeniero Mecánico y Físico, Doctor en Sistemas Energéticos de la Universidad Politécnica de Madrid. Realizó estudios posdoctorales en ILSA Prigogine del Instituto Solvay (Bélgica). Otros cargos: Director del Instituto y del Grupo de Energía y Termodinámica de la Universidad Pontificia Bolivariana y director de la maestría y el doctorado en Energía y Termodinámica de la misma. Ha sido asesor y consultor.

Sus propuestas se resumen en cinco puntos: 1. Fomentar una política de relación entre la Universidad, la industria y el Estado. 2. Impulsar la idea de universidad investigativa, que permita el desarrollo científico y tecnológico de la región y el país. 3. Promover la ampliación de cobertura, a través del diseño de pro-

gramas de educación virtual. 4. Consolidar la extensión solidaria con programas de tipo social, como el Jardín de la Ciencia, a partir de las potencialidades que brinda el Museo de Mineralogía. 5. Lograr la mayor capacitación de los docentes y formular programas de maestría y doctorado dirigidos a otras universidades, con la misma calidad que caracteriza los de la Universidad Nacional. Carlos Iván Cardozo Conde Facultad de Ciencias Agropecuarias Sede Palmira Ingeniero Agrónomo, Doctor en Ciencias Agrarias con énfasis en mejoramiento y semillas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira.

Se revisará la estructura curricular de los programas de Agronomía y Zootecnia para darles la máxima flexibilidad, pero promoviendo una cultura de investigación. Se adoptará el sistema de créditos, que permita la movilidad de los estudiantes hacia otras sedes de la Universidad. Se avanzará decididamente en los procesos de autoevaluación y acreditación, apoyados en los resultados de los Exámenes de Calidad para la Educación Superior (Ecaes). Respecto de los centros experimentales, se realizará un estudio que visualice la importancia estratégica y el papel que cumplen como complemento de la docencia y la investigación. Raúl Madriñán Molina Facultad de Ingeniería y Administración Sede Palmira Ingeniero Agrónomo, Doctor en Agronomía de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (Brasil).

Gestionará programas de investigación a través de la propuesta “Diagnóstico, caracterización, cuantificación y monitoreo de los procesos de degradación de suelos, aguas, cultivos y alimentos en el Valle”. Proyecta la creación de un Centro Interinstitucional Departamental de Monitoreo Ambiental (Cidma), que tendrá como tarea inventariar, caracterizar y cuantificar sustancias contaminantes de la región. La iniciativa integrará los laboratorios de Suelos y Aguas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira y de Química y Biología de Univalle y Corpoica, que se encargarán de adelantar investigación básica y aplicada.


Partidos políticos: ¿quién es quién? La profesora belga Chantal Mouffe es investigadora del Centro para el Estudio de la Democracia, de la Universidad de Westminster (Inglaterra). Su trabajo actual versa sobre la naturaleza de lo político, el destino de la soberanía, el liberalismo y la crítica al racionalismo, temas que en días pasados fueron abordados en una serie de conferencias en Bogotá. Su reflexión sobre el papel de los partidos políticos y el supuesto fin de los antagonismos, en esta edición de UN Periódico. Los movimientos sociales deben articular sus reivindicaciones a través de los partidos políticos.

* Zoraida Rueda ** Luisa Ortiz Pérez

Fotografía de Guillermo Flórez P.

UN Periódico: ¿Cuál es su crítica a la modernidad? Chantal Mouffe: La modernidad hizo bien rompiendo con el mundo teocrático, pero produjo un ejercicio de reocupación que ubica al hombre y su razón de nuevo en el centro. Para que este proyecto se complete debe llegar el momento en que se reconozca que no hay centro, que la razón humana no se puede autolegitimar. Cuando se pone en cuestión el racionalismo, el esencialismo, la idea de centro, y se reconoce la contingencia, la modernidad llega a su desarrollo completo. Como consecuencia, es únicamente con la posmodernidad que la modernidad se realiza, porque logra liberarse de las preocupaciones premodernas. UNP: Antagonismo es una de las categorías de Marx que usted recupera y problematiza. ¿Qué giro le da usted a esa teoría? Ch.M.: La importancia del marxismo respecto del liberalismo es el reconocimiento del antagonis-

Chantal Mouffe.

mo. El problema es que Marx lo limitó al antagonismo de clase, no reconoce el pluralismo y se imagina que puede existir una sociedad en la cual el antagonismo ha desaparecido, que sería el fin de la política. Por eso el marxismo tiene una gran dificultad para entender las luchas de los movimientos sociales (nuevos o más antiguos), como las de las mujeres. Nosotros insistimos en que hay una multiplicidad de antagonismos que se dan en muchas relaciones sociales, por lo que la dimensión de lo político es inerradicable de la sociedad. UNP: Su libro El retorno de lo político pone de manifiesto la ilusión de algunos segmentos de la sociedad de que los antagonismos han desaparecido. ¿Es que alguna vez desapareció lo político? Ch.M.: Este es un título metafórico que surge de la necesidad de volver a poner la cuestión de lo político en el centro de la problemática, frente a su supuesta eliminación después del triunfalismo liberal, al finalizar la Unión Soviética. Un año después de la caída del muro de Berlín, comenzó a manifestarse una cantidad de antagonismos, de luchas que los liberales pensaban desaparecidas, y no fue así, estaban ahí, bien presentes. El retorno de lo político es el retorno de su visibilidad, a través de los

Los países latinoamericanos se unen para defender su multiculturalidad a través de una universidad indígena. El proyecto, impulsado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, espera ser abierto en el 2005 en Perú y pretende potenciar una formación intercultural que respete la diversidad y el conocimiento aborigen.

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antagonismos expresados por los movimientos sociales. UNP: En el pasado la institución que expresaba los antagonismos eran los partidos políticos. ¿Podrían los movimientos sociales reemplazarlos? Ch.M.: No creo. Y además no sería algo positivo, porque hay una multiplicidad de luchas y de demandas que tienen sus formas específicas de expresión. Algunas son los movimientos sociales, pero hay una serie de asuntos políticos más generales que tienen que ver más con la ciudadanía misma, y eso se expresa mejor a través de los partidos. El problema es que los partidos no organizan sus demandas en función del bien común. UNP: ¿Pueden los movimientos sociales responder a los problemas generales? Ch.M.: En ciertos grupos hay un problema serio, un rechazo total de la política de los partidos; tampoco quieren tener nada que ver con los sindicatos, y esto me parece muy peligroso, porque uno nunca va a transformar nada importante si no es a través de una articulación de esos movimientos con otras instituciones. Se requiere crear una sinergia, aunque es peligroso, claro, porque los partidos siempre


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Ciudad

Yo estoy en contra de la idealización de la sociedad civil. En ocasiones se piensa que todo lo que viene de esta es bueno y que lo del Estado es malo.

tratan de cooptar, pero se pueden establecer relaciones de fuerza que no permitan esta absorción. UNP: ¿Cuál es entonces el papel de las instituciones? Ch.M.: Yo estoy en contra de la idealización de la sociedad civil. En ocasiones se piensa que todo lo que viene de esta es bueno y que lo del Estado es malo. Eso puede ser muy peligroso, porque en la sociedad civil se da también una serie de relaciones de dominación, y el Estado en muchos casos puede ser una fuerza para controlar. También estoy en contra de la idealización de las ONG, pues no siempre son progresistas, ni todo lo que es antiestatal es necesariamente bueno. El Estado es muy complejo, no hay que verlo como el enemigo, hay que tratar de transformar las relaciones de poder. Lo que está en juego es la relación con las instituciones. La lucha hegemónica implica tratar de meterse con las instituciones, tratar de transformarlas, hacer alianzas. UNP: Usted plantea un pluralismo agonístico, ¿en qué consiste? Ch.M.: El pluralismo agonístico implica un papel importante para los partidos políticos, que en vez de limitarse a representar intereses, tendrían que proponer proyectos alternativos de sociedad. Yo insisto en que los partidos deben asumir la distinción en-

tre derecha e izquierda. Es muy importante que estas dos tendencias tengan proyectos bien diferenciados, que ofrezcan alternativas distintas. Hoy en día ha habido un desdibujamiento entre izquierda y derecha y no hay posibilidad de escogencia para los ciudadanos. La apatía en Europa respecto de las elecciones se debe a que las personas piensan que de todas maneras, gane quien gane, no hace ninguna diferencia. Es importante que los partidos tengan una identidad bien definida para que haya una real lucha agonística, un debate sobre la manera como se quiere organizar la sociedad para movilizarla alrededor de proyectos distintos. Esto no se puede hacer sino a través de los partidos. UNP: ¿Hay posibilidad de convalidar los derechos humanos como principios universales? Ch.M.: La idea de derechos humanos es muy importante para una sociedad justa. Pero soy crítica de cierto tipo de utilización de los derechos humanos, cuando se considera que hay una exclusiva interpretación de ellos en Occidente, en últimas, gringa; cuando se convierten en el único asunto para organizar la política. Pero el otro elemento importante en la democracia es la soberanía popular. Hoy en día se tiende a considerar que un país democrático es aquel donde hay Estado de Derecho y donde se implementan los derechos del hombre, aun si no hay realmente participación popular. Uno puede tener un país así y sin participación; puede hacerse esto de manera muy elitista. Prefiero no definir los derechos humanos como universales, sino como transculturales. Y eso significa que van a tener traducciones culturales y se van a inscribir en distintos campos, mediante elementos equivalentes funcionales de la idea de derechos humanos en diferentes culturas. UNP: En este contexto transcultural, ¿cómo lee la formulación de la nueva constitución iraquí? Ch.M.: Lo que quiere hacer Estados Unidos es imponer la democracia liberal, pero entendida a su manera -ni siquiera tiene en cuenta la europea-, y eso puede ser semillero para todo tipo de antagonismos. La democracia liberal es algo muy específico de una cierta cultura. La constitución iraquí, más que su propia traducción cultural, repite el modelo occidental gringo. Me opongo a todos aquellos que quieren hacer creer que los que no son como ellos están en una etapa previa del desarrollo de la humanidad. * Jefe de la Oficina de Comunicaciones e Imagen Corporativa de la Universidad Nacional. ** Ph.D. en Ideología y Análisis del Discurso, docente de la Universidad del Rosario.


Chávez

¿un César democrático?

La oscilación entre un proyecto autoritario de toma de control absoluto del Estado y una obsesión por conservar un barniz legalista a su acción política constituye sin duda alguna la insoluble ecuación y el laberinto propio de Hugo Chávez.

Frédéric Martínez* Hablar de política venezolana en Colombia nunca es un ejercicio fácil; en momentos como este, en que florecen las alusiones a conspiraciones binacionales, se vuelve francamente delicado. Sin embargo, de todos los puntos de tensión que pueden existir entre los dos países -la disputa de los límites, los indicios de un apoyo solapado de ciertos sectores del ejército venezolano a la guerrilla, las incursiones fronterizas de la guerrilla y de los paramilitares, los conflictos de intereses económicos o migratorios- uno se destaca por ser el más álgido de todos: el choque de los imaginarios políticos. Al denunciar recientemente una conspiración conjunta de las “oligarquías” colombiana y venezolana en contra de su persona y de la “Revolución bolivariana”, Hugo Chávez ha demostrado una vez más su arte para despertar e instrumentalizar los viejos fantasmas dormidos en el imaginario de ambos pueblos. Colombia ocupa un puesto privilegiado en la denuncia -difundida incansablemente por el presidente de Venezuela a través de discursos, entrevistas, radios y cadenas televisivas- del infame complot que se fragua contra la noble “Revolución bolivariana”. En el eje del mal dibujado en Caracas figuran los “oligarcas” venezolanos (una definición extensiva, como se sabe, ya que todo oponente a Chávez, así provenga de los ranchitos de la capital, es un oligarca), el gran capital, Estados Unidos, el neoliberalismo salvaje… y una Colombia mitificada y caricaturizada. La indudable imprudencia diplomática de Colombia, que junto con Estados Unidos y España se apresuró al reconocer, en abril de 2002, el gobierno transitorio de Pedro Carmona, designado presidente de Venezuela después del golpe de Estado lite improvisado por altos mandos del ejército venezolano en la confusión de las manifestaciones sangrientas de abril de 2002, así como su posterior oferta de hospitalidad al efímero líder destituido, acreditó la percepción en Venezuela de una Colombia hostil en principio al chavismo. Pero más allá de

El Gobierno de Chávez se arropa bajo el velo de una retórica revolucionaria.

todos estos elementos objetivos, lo que explica los encuentros y desencuentros entre los dos países es, ante todo, el choque de dos imaginarios colectivos, tan potentes como disímiles, y compuestos, de ambos lados de la frontera, de una visión paradisíaca o, al contrario, infernal del vecino país. Muchos indicios señalan que en estos tiempos la pesadilla tiende a ganarle al paraíso en estas representaciones mutuas entre repúblicas hermanas. Si Colombia reviste en el imaginario popular venezolano el prestigio virreinal y la cultura de las ciudades de tierra fría -en eso Venezuela sigue muy sensible al síndrome de la Atenas Suramericana-, también encarna su peor pesadilla: la de una sociedad “oligárquica”, desigual, donde un cínico civilismo disfraza mal la dominación de los grupos dirigentes sobre un pueblo sumiso y servil. Esta es la imagen subliminal que difunden las declaraciones de Chávez, to-

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cando en lo más hondo del imaginario nacional venezolano -que ofrece de sí mismo el retrato de un pueblo indómito-, el “bravo pueblo” del himno nacional, que liberó a medio continente, que habría sido demasiado apático para liberarse solo del “yugo” español, sin la saludable intervención de los indomables venezolanos. En la mirada colombiana hacia Venezuela, es probable que la visión de “pesadilla” pese aún más, frente a la visión “paradisíaca”, que de allá para acá: si Venezuela adquirió prestigio a los ojos de los colombianos, con su vistosa modernidad, su impresionante crecimiento económico a partir de los años cincuenta y su poderoso Estado petrolero, encarna también su peor pesadilla: el nuevorriquismo, el mal gusto, el militarismo, la tentación despótica y, peor que todo, la igualación. La crítica colombiana al mal gusto venezolano es una crítica social y política: el mal gusto es el gusto democrático, que con lucidez y resignación anunciaba Tocqueville a comienzos del siglo XIX en La democracia en América. El mal gusto es el gusto de una sociedad que perdió sus jerarquías y se volvió igualitaria -un velo pudoroso y políticamente correcto para encubrir realidades sociales más crudas y términos menos correctos-: que Venezuela ha encarnado desde la Independencia el modelo de una sociedad de masas, dominada por los “libres de todos los colores”, para retomar la expresión colonial: mestizos, mulatos, zambos, pardos, en fin, y por encima altivos. A tal representación se debe, indudablemente, que la revista Semana le consagrara a Hugo Chávez en 1999 una carátula titulada “El Rey Caribe”, donde aparecía en un uniforme de prócer que parecía resaltar sus

rasgos mestizos. Allí, el fotomontaje evocaba ante todo a Henri Christophe, que de esclavo había pasado a ser Rey de Haití. El mensaje estaba claro: un prócer “pataenelsuelo” con ínfulas de realeza, eso era Chávez. La carátula de Semana reanimaba, en fin, la vieja pesadilla de la “pardocracia” -para retomar una palabra predilecta del mismísimo Libertador, y que se había trasladado exitosamente del imaginario mantuano venezolano al de los letrados neogranadinos que, a pesar de la distancia geográfica que los protegía, empezaban a mirar a sus propios “corronchos” con cierto recelo. La pardocracia: ese universo de caudillos mulatos y zambos aspiran al poder absoluto y manejan hacia sus huestes una retórica igualitaria. A una sociedad de masas sumida precozmente en un ideal democrático parecían corresponder inexorablemente gobiernos despóticos, encabezados generalmente por militares de extracción humilde y piel morena: Césares Democráticos. Ineludible, pues, parece todavía la referencia al concepto que tal vez fue la máxima expresión del desencuentro político entre Colombia y Venezuela: el Cesarismo Democrático, título de un importantísimo ensayo publicado en 1919 por Laureano Vallenilla Lanz, insigne intelectual y adalid de la dictadura de Juan Vicente Gómez, en defensa de los gobiernos fuertes como adaptados a la condición semibárbara de la sociedad venezolana, tierra de indómitos llaneros y esclavos alzados en el torbellino de la guerra de Independencia, que fue, como lo afirmó entonces Vallenilla con pionera osadía, una guerra civil. Frente a esta sutil justificación de la dictadura, tan llena de inteligencia histórica


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Ensayo como de pretensiones seudocientíficas y racistoides, Eduardo Santos, en línea con la tradición civilista y constitucionalista del liberalismo colombiano, impugnó la teoría de Vallenilla, quien a su vez le contestó diciendo que era más fácil ser civilista en la sociedad jerárquica que seguía siendo la Colombia de 1920 -que no había conocido el terremoto social que fue la guerra de Independencia-, que en un país tan trastocado y ya tan irremisiblemente “democrático” como era la Venezuela posindependencia. Y que le daba curiosidad imaginar cómo la civilista democracia colombiana manejaría la explosión social y la irrupción de las masas en la escena política que no dejaría de presentársele algún día. Chávez, ¿un nuevo César Democrático? Una vez identificadas las trampas que encierran estos estereotipos mutuos entre Colombia y Venezuela, me parece interesante interrogarse sobre lo que la emblemática polémica entre Eduardo Santos y Vallenilla Lanz, a pesar de haber precisamente contribuido a la consolidación de esos estereotipos, puede todavía aportar a la comprensión de las crisis internas que viven ambos países, reflexionando sobre el actual gobierno de Hugo Chávez en función de las categorías creadas por el autor de Cesarismo Democrático. Mirar a Chávez a través del prisma de la figura del César Democrático tendría como primera consecuencia quitarle el velo retórico con que se arropa su gobierno: la retórica revolucionaria. El gobierno de Hugo Chávez parece efectivamente lejos de ser una revolución. No ha habido ningún tipo de cambio estructural, ni reformas de fondo en la Venezuela de los últimos años; lo que se dio fue un relevo de dirigentes y

una progresiva depuración de los que, estando en el sector público, han expresado su desacuerdo con el gobierno: los huelguistas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), despedidos; los oponentes influyentes en los rangos de las Fuerzas Armadas, tempranamente jubilados; los firmantes de la petición de referendo revocatorio, despedidos en varios casos. Relevo político, spoil system llevado a su paroxismo, depuración a través de despidos y jubilaciones aceleradas: el proyecto de la administración Chávez es un proyecto de control del poder, de reducción de la relativa autonomía de la que gozaban entes estatales y paraestatales: compañías de Estado, Fuerzas Armadas, instituciones públicas variadas, universidades públicas y otros entes estatales. Se trata de una toma progresiva de control del conjunto del aparato estatal venezolano, incluyendo, recientemente, la justicia. El proyecto chavista -y eso lo reconocen, lejos de los mítines de movilización popular, los más esclarecidos entre los chavistas- no es revolucionario: es un proyecto monolítico, hipercentralista, en una palabra: jacobino. El chavismo como proyecto de Estado autoritario es una realidad indiscutible; ver en él una revolución es mucho, muchísimo más discutible. A no ser que se esté hablando de una revolución de la misma índole que la que abrió el paso a los 27 años de dictadura de Juan Vicente Gómez: la Revolución Restauradora de Cipriano Castro. Nutrida de reminiscencias y nostalgias de las prósperas épocas dictatoriales -la de Marcos Pérez Jiménez en particular, de 1952 a 1958- la revolución bolivariana sí es restauradora: busca restaurar un autoritarismo estatal erosionado tal vez más por la práctica democrática que

Cientos de personas salieron a las calles de Caracas recientemente como muestra de apoyo a su presidente tras las noticias de un posible atentando por parte de paramilitares colombianos.

Durante el mandato chavista no han sucedido cambios estructurales, ni reformas de fondo en Venezuela.

La oscilación entre un proyecto autoritario de control absoluto del Estado y una obsesión por conservar un barniz legalista a su acción política constituyen la insoluble ecuación y el laberinto de Hugo Chávez.

por la sola corrupción o el despertar de los corporativismos. Este primer análisis permitiría acercar a Chávez al modelo cesarista, pero en una versión renovada de comienzos del siglo XXI: el César se impondría como gendarme necesario, ya no para someter indómitos llaneros, sino para ponerle fin a la corrupción y al derroche practicados por delincuentes de cuello blanco y de ciudadanos que, a fuerza de estar apoltronados en el facilismo de la democracia de la Venezuela “saudita”, olvidaron la disciplina social. Despidos políticos masivos en el ejército y el sector público, represión de las manifestaciones y, más recientemente, casos de graves violaciones de los derechos humanos, torturas y arrestos injustificados han señalado inequívocamente que Hugo Chávez, despojado de su parafernalia revolucionaria, se presenta potencialmente ante nuestros ojos como un nuevo César. Cabe entonces preguntarse en qué es democrático el cesarismo chavista. Y allí es donde Vallenilla, por más inaceptables que sean hoy su determinismo pesimista y sus consideraciones sobre la barbarie, brinda una interesante respuesta: Chávez es democrático de manera orgánica. Su gobierno es “democrático”, al igual que la figura promovida por Vallenilla Lanz, ni por práctica, ni por ambición, ni por mecanismos políticos de consulta popular, ni por su respeto a la Constitución, sino por naturaleza, por esencia: Chávez ES el pueblo, nos recuerda el eslogan publicitario de la “Revolución bolivariana”, lo es por extracción, lo es por vocación, lo es por misión, hasta por sacrificio, ya que es candidato a ser un mártir por su pueblo. El César Democrático es autoritario políticamente, pe-

ro surge solamente en sociedades que son democráticas socialmente. En eso, Chávez recuerda extrañamente el perfil dibujado por el maestro Vallenilla. Pero, lo es, también, de un tipo nuevo, y se afirma tal vez más que como César Democrático, como César de la edad democrática. Nacido pocos años antes de la instauración de la democracia venezolana -que tiñe, sin embargo, en todos sus discursos, de connotaciones negativas- Chávez le debe tal vez más a la cultura democrática venezolana de lo que él mismo, desgarrado entre retórica revolucionaria y ambiciones de autoritarismo cesarista, está dispuesto a reconocer. Un culto obsesivo de las formas legales distingue en efecto a Chávez de los dirigentes más bruscos en su proceder que Vallenilla tenía en mente al escribir su ensayo. En los cinco años que Chávez tiene en el poder, en los que ha puesto especial cuidado en tratar de no estar en franca contravención con los principios constitucionales, en tratar de disfrazar de legalismo todas sus acciones, muchos habrían, en épocas no tan remotas, transformado sin tanto cuidado las endebles democracias que heredaban en dictaduras consolidadas. Pero la vocación cesarista de Chávez entra permanentemente en conflicto con un imposible afán de ser irreprochable, por un permanente espejismo civilista. No que lo logre: las triquiñuelas de apariencia legal para empantanar y al final impedir el referendo revocatorio, o las manipulaciones para establecer un control político de la justicia, además de mortíferas para la democracia venezolana, no engañan a nadie. Pero esta oscilación entre un proyecto autoritario de toma de control absoluto del Estado y una obsesión por conservar un barniz legalista a su acción política constituyen sin duda alguna la insoluble ecuación y el laberinto propio de Hugo Chávez. La insoluble ecuación también de la oposición, condenada a develar sin descanso las trampas aparentemente legales que les opone el leguleyo César. Es que a este nuevo César, impregnado a pesar suyo e inhibido por la cultura política de la democracia venezolana, le tocó en efecto una edad y un país fundamentalmente democráticos. Frente al espejo que le brinda Vallenilla Lanz, siente seguramente la nostalgia de que no le haya tocado vivir otra época más heroica, más propicia para desenvainar, sin más reparos, su espada. *Historiador, profesor del Instituto Francés de Estudios Andinos, Universidad de Marne-laVallée (Francia). Es autor de El nacionalismo cosmopolita: la referencia a Europa en la construcción nacional en Colombia, 18451900, Bogotá, Banco de la República - IFEA, 2000.


María Teresa Reguero Reza*

Salud sin educación ni tecnología Para que un país cuente con los medicamentos que necesita su sistema de salud se requeriría inversión, tecnología, recursos humanos altamente calificados y un programa social que así lo determine. Latinoamérica se quedó rezagada en el desarrollo tecnológico, quizá por no tener una clara visión de futuro o porque somos eminentemente inmediatistas y coyunturales. Generar tecnología es una actividad de largo aliento que requiere de continuidad y de

Horizontes de los genéricos Fotografías de Guillermo Flórez P.

Examinar un problema como el de los medicamentos genéricos, que ha sido tratado en innumerables ocasiones, obliga a mostrar a qué responde su actual desarrollo y controversia y a poner de manifiesto que esta no es una tarea vana, ya que en la actualidad las ciencias farmacéuticas avanzan en dos direcciones: en amplitud y en intensidad. Los medicamentos siempre han sido, son y seguirán siendo motivo de profundas tensiones y reflexiones debido a que estos productos impactan sectores tan importantes como el económico, el político, el tecnológico y, desde luego, el más sensible, el social. Con el propósito de ampliar el contexto de este enfoque, partiríamos del hecho de que la salud debería ser un derecho de toda la población en el ámbito mundial. Esto desgraciadamente no es así, y las razones son múltiples y complejas, pero una de las que generalmente se esgrime es la económica. Veamos: en 1750 un habitante perteneciente al país más rico del mundo producía cinco veces más que el habitante del país más pobre, una diferencia que quizá cuantitativamente no tuviese repercusiones tan serias y abismales como las que tiene en la actualidad. Se ha documentado que hoy esta diferencia es de 390 a 1 y se espera que la brecha sea mayor con el fortalecimiento y aplicación de nuevas tecnologías al sector productivo, como son la informática, la biotecnología y la nanotecnología, entre otras. La perspectiva para nuestros países latinoamericanos no es alentadora, pues la incorporación de estas y otras tecnologías no se vislumbra promisoria ni parece ser una prioridad de los Estados, motivo por el cual no es factible esperar una mejor calidad de vida para sus habitantes. La salud no es el único factor que condiciona una mejor calidad de vida, pero sí es de los más importantes, y los medicamentos conforman uno de los elementos de mayor aporte en los costos de salud, que, según algunos autores, rondan el 15%.

El primer fármaco biotecnológico se produjo en 1929, cuando se descubrió la penicilina.

inversiones permanentes para mantenerla y acrecentarla. La investigación y la educación, factores importantes en la formación de recursos humanos, han sido el común denominador que ha fortalecido los países que en la actualidad lideran el desarrollo tecnológico en salud, pero que en los nuestros no han figurado como una prioridad a la cual se le asignen recursos adecuados. Los países que no generen conocimiento y tecnología tampoco tendrán la capacidad de diseñar ni de producir los medicamentos que requiere su población y se verán en la necesidad de seguir dependiendo de los que se producen y diseñan en otras latitudes, en muchas ocasiones no acordes con las prioridades de salud locales. El proceso de obtención de un nuevo principio, desde el diseño de una nueva estructura hasta colocarla en el mercado en forma de medicamento, representa inversiones muy altas; según algunos, de US$500 millones, aunque hay quienes afirman que esta cifra no está sustentada en un serio estudio de costos y que en realidad gira alrededor de los US$50 millones. En cualquier caso, son inalcanzables para un país como Colombia, cuya inversión en

investigación para todas las áreas del conocimiento no supera -como lo ha comentado el doctor Eduardo Posada, presidente de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (Acac)- lo que cuesta un helicóptero Black Hawk. En ese orden de ideas, la posibilidad de que en nuestro país se obtenga un nuevo fármaco, y que este se transforme en un medicamento que llegue al mercado, es bastante remota. Las empresas que se dedican al diseño y producción de fármacos y medicamentos generalmente protegen su inversión a través de diferentes modalidades de propiedad intelectual, particularmente por patentes. Estas son un reconocimiento que otorga el Estado para impedir que terceros exploten comercialmente su innovación sin que medie el consentimiento del inventor. La duración promedio de una patente es de 20 años y se otorga para una región geográfica específica. Cuando en un determinado país se aprueba el uso de una nueva molécula activa, las instituciones nacionales encargadas

de la vigilancia y control de los medicamentos -para el caso de Colombia, el Instituto de Vigilancia y Control de Medicamentos (Invima)-, lo hacen tomando en consideración varios criterios, dentro de los cuales destacan los de seguridad y eficacia, que son soportados por estudios científicos. Pero qué ocurre cuando ha transcurrido el tiempo de protección de la patente. En ese momento otros laboratorios pueden comercializar los productos o procesos que se encontraban protegidos. En el caso de la industria farmacéutica, aparecen medicamentos que contienen el mismo principio activo que el producto innovador, que se conocen como productos “genéricos”. Estas versiones genéricas deben cumplir con las mismas características de calidad que presentan los innovadores y se exige que sean bioequivalentes. Un genérico es bioequivalente cuando ha demostrado no solo que contiene la misma cantidad y el mismo principio activo, sino que, cuando es administrado a un individuo, alcanza concentraciones sanguíneas equivalentes

Los 146 miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) no pudieron llegar a un acuerdo para facilitar a los países pobres el acceso a medicamentos genéricos de bajo costo.

Salud 14

La inversión que hace Colombia en investigación científica no supera ni siquiera lo que cuesta un helicóptero Black Hawk. Sin embargo, solo el conocimiento permitirá que algún día el país produzca los medicamentos que requiere su población. La encrucijada se mueve entre el desarrollo científicotecnológico y el derecho a la salud.

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Salud Cerca de 160 plantas encontradas en Colombia por curanderos negros y chamanes indígenas fueron recogidas por el Grupo de Investigación en Malaria de la Universidad de Antioquia, con el fin de desarrollar nuevos medicamentos para contrarrestar el paludismo. Según la médica Silvia Blair, aunque todavía no se puede asegurar que estas plantas se convertirán en la solución definitiva, sí se perfilan como una posible alternativa terapéutica para curar y prevenir la enfermedad.

De América Latina, Cuba es el único país que autoabastece casi toda su demanda de medicamentos, gracias a la investigación y el desarrollo de fármacos de bajo costo.

a las que se obtienen con el medicamento innovador. ¿Qué son los medicamentos genéricos? Todo medicamento está constituido por uno o varios principios activos responsables de la actividad farmacológica (analgésica, antibiótica, hipoglicemiante, etc.) y una serie de auxiliares de formulación. La Denominación Común Internacional (DCI) con la que se conoce este principio activo es el nombre “genérico” del mismo. Sin embargo, también el nombre genérico es la denominación con que los medicamentos se conocen y divulgan entre las comunidades científicas. Por ejemplo, un fármaco muy conocido es la ampicilina (nombre genérico) que puede encontrarse como principio activo de varios medicamentos producidos por distintos laboratorios farmacéuticos, los cuales les asignan nombres comerciales como Ambiotico®, Amfipen®, Binotal®, etc. Los medicamentos genéricos elaborados con antibiótico se comercializarán sencillamente con el nombre de ampicilina. Así, el término genérico se usa para describir las versiones más baratas de productos de marcas muy conocidas y muy utilizadas En Colombia, el Invima es el organismo encargado de garantizar la calidad, la eficacia terapéutica y la seguridad de los genéricos. Su aprobación de un fármaco genérico se basa en la evidencia científica de que produce un efecto sobre los seres humanos esencialmente idéntico al del producto original. Para un usuario de medicamentos o

para un médico los genéricos le permiten acceder a un mismo principio activo, en una determinada concentración y en una forma farmacéutica dada (tableta, cápsula, jarabe, solución inyectable, etc.) a un costo inferior al del producto innovador. Lo anterior es válido siempre y cuando se haya probado que el genérico es bioequivalente con el producto de marca comercial. El planteamiento de que las ciencias farmacéuticas no solo se han fortalecido y profundizado en intensidad, sino que también lo han hecho en amplitud, nos lleva a repensar la temática de los genéricos cuando se trata de fármacos biotecnológicos. Los fármacos de origen biotecnológico ya no constituyen un tema desconocido para la sociedad: la insulina humana, la hormona de crecimiento, la vacuna de la hepatitis b, la eritropoietina (EPO), los interferones, son ejemplos de ello. El imaginario de que estos fármacos biotecnológicos son de reciente desarrollo no se compadece con la verdad, ya que principios activos como la penicilina, descubierta por Alexander Fleming, en el St. Marys Hospital de Londres, es conocida desde 1929 y se considera como un fármaco biotecnológico de primera generación. La diferencia entre los fármacos biotecnológicos de primera y los de tercera generación básicamente está en la metodología que se utiliza para su producción industrial. En el caso de la penicilina, esta se obtiene por procesos de fermentación convencionales, mientras que los fármacos biotecnológicos de última generación, generalmente de naturaleza proteica, son ob-

tenidos por técnicas denominadas de ADN recombinante. Esta tecnología de producción utiliza como biofábricas organismos o líneas celulares a las cuales se les ha insertado el gen (secuencia de ADN) que codifica para la proteína en particular; en el caso de la insulina humana, el gen que codifica para esta proteína puede colocarse en una bacteria como la Escherichia coli y hacer que esta produzca la insulina humana. En el caso de los principios activos obtenidos por esta tecnología no se puede establecer un sistema de muestreo, cada x número de lotes, sino que cada lote deberá ser analizado para garantizar la pureza, seguridad, potencia y eficacia de la proteína que se está obteniendo, es decir, es necesario asegurar que la proteína, además de conservar la actividad, no posee ningún elemento procedente del organismo que la produce que pueda ocasionar toxicidad. Tomando esto en consideración, la determinación de equivalencia terapéutica para principios activos convencionales no es fácilmente transferible para los fármacos biotecnológicos, debido a la dificultad que entraña caracterizar y estandarizar las moléculas proteicas en forma rutinaria (análisis de aminoácidos, mapeo peptídico, etc.), así como garantizar la seguridad e inmunogenicidad (que no causen reacciones inmunes en quienes las utilizan debido a la presencia de compuestos asociados con el organismo o línea celular que se está utilizando para su producción), atributos que

pueden variar por cambios en el proceso productivo, por lo que la utilización de técnicas analíticas suficientemente sensibles que permitan detectar cualquier componente que pueda ocasionar efectos indeseables del medicamento es un elemento fundamental para constatar la idoneidad y seguridad de este tipo de productos. Todo esto hace que, por el momento, los medicamentos biotecnológicos tengan elevados costos de producción, lo cual es motivo de reflexión y análisis en busca de alternativas de solución que ayuden a disminuir los costos sin sacrificar calidad, para que un mayor número de personas puedan acceder a este tipo de productos terapéuticos. Una forma obvia de lograrlo es a través de los medicamentos biotecnológicos genéricos, pero es evidente que el cuello de botella sigue siendo lo costoso que resulta la producción de los principios activos por lo sofisticado de su producción y por los controles de calidad lote a lote que se deben realizar. En este primer momento, la realidad económica está trazando las condiciones y vías a través de las cuales se accede a los medicamentos biotecnológicos, pero la realidad social y la necesidad de incrementar el acceso a estos productos serán los retos que enfrentaremos hoy y en el futuro. * Profesora del Instituto de Biotecnología, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Las epidemias anuales de gripe matan entre 500.000 y un millón de personas en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.


Paula Andrea Grisales Naranjo*

Irreverencia descarada Su forma de ser y de aparecer, que saltaba con estridencia, lo hicieron un dandy de los pies a la cabeza. Pocos en la Colombia del siglo XIX sabían de este movimiento que tuvo su origen en Francia e Inglaterra. Ser dandy implicaba no solo llamar la atención con el vestuario, siempre elegante, o con la manera de hablar y escribir, “claro está, sobre todo de sí mismo”, sino también con pensamientos originales, atrevidos e impredecibles. Según Baudelaire, la esencia estaba en “el placer de maravillar y la satisfacción y el orgullo de jamás ser maravillado”, característicos en el conde. Era un aristócrata adinerado que se burló con irreverencia del mundo burgués, de los formalismos, de los rituales sociales, de las reglas en general y de la vida misma. “De los hombres de levita, saco y corbata se burló el Conde de Cuchicute con sus capas, bombachos y sombrero jipijapa”, se comenta en un artículo de prensa del 20 de mayo de 1944, publicado en “Derecho del revés”. De ahí se desprende también su soledad. Y quienes lo miraban con burla, no se dieron cuenta de que eran ellos los burlados. Nació en 1871, el mismo año en que lo hicieron Marcel Proust y Paul Válery, en el seno de una familia adinerada y con poder político de San Gil, que junto con el Socorro fue la región más importante de Santander en el siglo XIX. Reaccionario, librepensador y ateo, el conde se convirtió en “protagonista y símbolo contradictorio de los antivalores de un mundo nuevo”, en un momento en el que desfallecía la socie-

El solitario jamás maravillado El Conde de Cuchicute, un personaje denigrado por la tradición oral, fue objeto de una tesis doctoral que indagó sobre su otra historia, una vida que devela la decadencia de la sociedad señorial en Colombia. Fotografías tomadas de el libro “El solitario”, 2003. Bogotá. Universidad Externado de Colombia.

Mucha gente en Santander ignora si el Conde de Cuchicute existió o no alguna vez. Tantas y tan fantasiosas cosas se dicen, que ante las innumerables historias que lo describen como bobo de pueblo, desenfrenado sexual, que hasta pacto con el diablo tenía, su figura se vio sepultada por leyendas que poco o nada del verdadero José María Rueda Gómez dejaron al descubierto. Los hallazgos que obtuvo Juan Camilo Rodríguez Gómez en su tesis doctoral en historia, de la Universidad Nacional, son aún más asombrosos y desconcertantes que las excéntricas anécdotas de la leyenda. Tras un trabajo minucioso de 10 años, que comprendió trabajo en archivos, notarías, cartas y documentos del conde, entre otros, Rodríguez logró escribir un texto ameno que, además, “constituye una contrubución novedosa al género biográfico”, dice Mauricio Archila, director de tesis.

Rueda Gómez de Dandy en París, hacia 1827, a sus 26 años.

dad señorial de abolengos y privilegios de clase, imbuida en los formalismos. Pasos traviesos La riqueza de su familia se formó tras cien años de trabajo. Rodríguez estima que los padres del conde alcanzaron a poseer 3.400 hectáreas de tierra en Santander, de las cuales a él le correspondió el 12%. Por esto su padre quiso que cuando le tocara el turno de manejar los negocios familiares lo hiciera correctamente. Fue así como en 1891, a sus 20 años, estudió Comercio en el Eastman Bussines College, en Estados Unidos. Al volver a Colombia en 1893, adquiere paludismo, sufre una de sus crisis depresivas y en uno de sus intentos de suicidio pierde un ojo, cosa que no le disgustó, pues el mundo no lo habría soportado sin

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un defecto, aseguró. En otra ocasión incendió parte de la hacienda de su padre. La depresión maníaco-depresiva en la que se sumió en varias oportunidades marcaría hondamente su vida. La primera vez que viajó a Europa fue a Italia, en busca de cura para el paludismo y sus crisis nerviosas. Entre 1896 y 1898, en compañía de tres hermanos, viajó a Francia y a España, con la intención de estudiar. Su padre les enviaba 400 dólares mensuales para su mantenimiento, suma más que generosa. El connotado médico Luis Zea Uribe escribió que él y toda su familia vivían muy cómodamente en París con 250 dólares mensuales, por la misma época. De su estadía en el viejo continente se dicen muchas cosas, no se sabe hasta qué punto ciertas o falsas, “porque él mismo se encargó de multiplicar las fantasías sobre su vida, al añadir una buena dosis de mitomanía”. Sangre azul Peleó en Filipinas a favor de la corona española y, en agradecimiento, los reyes de España le otorgaron el título nobiliario de Conde de Cuchicute. ¿Cierto o falso? Con su título logró burlarse de las noblezas criollas y en general de todos los refinamientos sociales. La imaginaria historia también tuvo otras versiones, como que había comprado el título a un desvalido noble espa-

Recolección de café en La Palmita, ejemplo del sistema hacendario similar al de los padres del conde.

ñol, o que lo tramitó ante la Real Corona Española; y así, “con toda solemnidad para caso tal requerida, el título de Conde adjudicóseme, con el sello real y la firma de su Majestad”, como él mismo escribió. También exportó café, fue aprendiz de esgrima, compró onerosas propiedades, entre ellas el Chateu de El Solitario, en Bruselas, donde vivió con Lola de Aragón, una viuda española de elevada posición social. Escribió numerosos artículos en periódicos y se escribieron sobre él muchas entrevistas; en una de sus enajenaciones mentales mató a uno de los trabajadores de su finca Majavita, y en otra su hermano Timoleón le hizo firmar unos documentos en los que le cedía todos sus bienes a cambio de una pensión vitalicia, que, tras un largo pleito legal, fueron anulados. De este singular y excéntrico personaje, que consagró su vida entera a hacer mofa de la sociedad, quedan muchas cosas sin decir que fueron sacadas a la luz por la investigación de Juan Camilo Rodríguez. Ni siquiera su familia las sabía. Murió a manos de un ex mayordomo de su hacienda Majavita, quien le dio 17 puñaladas y dos machetazos en la cabeza. Se le enterró de pie, “para no doblegarse ni siquiera ante la muerte”. * Periodista Unimedios.


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Cultura Cortesía Casa de Poesía Silva.

Una voz poderosa… en el desierto A los 66 años murió Hernando Valencia Goelkel, por mucho tiempo el único crítico literario que tuvo el país. Fundó la Revista Mito, una verdadera leyenda de ese oficio arriesgado.

Hernando Valencia Goelkel (1928-2004).

Nicolás Suescún* Hernando Valencia Goelkel nació en Bucaramanga en 1928 y murió en Bogotá el 26 de abril pasado, después de una vida dedicada a la literatura. Confesó haber tenido una “devoción permanente” por la poesía y sentir “fervor” por la literatura. La lectura fue primero que todo un placer, que luego convirtió en técnica, el instrumento del crítico que sería. Estudió Filosofía y Letras en España, pero su verdadera educación la obtuvo en sus lecturas. Aprendió, después de tener un buen conocimiento de la literatura española y la latinoamericana, francés, italiano e inglés para leer a Camus, Sartre, Pavese, Hemingway y Faulkner, y luego a Waugh y Henry James, a Eliot, Lowell y Auden, a Nabokov… una muy larga lista que incluye a la mayor parte de los escritores de primer orden del siglo XX, y no excluye a los clásicos de esas y otras lenguas. Pero antes había regresado a Colombia al mismo tiempo que Jorge Gaitán Durán, que estaba en París. Fundaron la revista Mito con el ostensible propósito de “aceptar el mito en su plenitud y más fácilmente torcerle el cuello”. En el editorial del primer

número decían: “Nuestra única intransigencia consistirá en no aceptar nada que atente contra la condición humana”. Socarrón, años después Hernando pondría las cosas en la tierra. Contó que cuando Gaitán Durán le propuso hacer una revista le dijo que se llamaría Mito, sin saber explicarle por qué, así que, como afirmaría: “(pusieron en el editorial) una frase medio deshonesta y tortuosa diciendo que la revista se iba a ocupar de desmitificar una serie de valores y prejuicios y todo eso, pero fue por decir algo. Jorge se había enamorado del término y yo también”. Pero Valencia Goelkel no pudo dejar de desconocer que la revista fue en realidad, como dijo Téllez, “el antimito nacional”, por incluir escalofriantes testimonios sobre la vida cotidiana y ocuparse de la política y del cine como un medio propio del siglo que merecía igual atención que la literatura. En Mito publicó Valencia Goelkel su primer gran ensayo, “Destino de Barba Jacob” -donde equipara la rebelión bohemia con un sórdido conformismo-, notas de libros y de cine y traducciones. Ya la crítica es

para él una hermenéutica que implica un conocimiento completo de la obra. Reseñó muchas obras pero reservó el ensayo para los escritores que podía leer en su lengua original; sentía pudor ante la lectura de un escritor como Brecht, “sin saber alemán o ni siquiera poseer sus obras completas en lengua alguna”. La crítica debe ser “un empeño sintético, una empresa de claridad conceptual y expresiva”, y además una labor de descubrimiento y desmantelamiento del mito, que siempre rodea a los escritores famosos; también el deseo de compartir el placer de la lectura y una amable incitación a ella. “El trabajo del crítico -dijo- no es buscar libros mediocres; es identificar los excelentes que llegan a sus manos y dar cuenta, lo mejor posible, de sus excelencias”. Era Valencia Goelkel un clásico que veía con recelo la expansión romántica. Detestaba la mentira, es decir la retórica, la solemnidad y el sentimentalismo. Este iba a la par con la prosa elaborada, con esos “párrafos y metáforas que pueden calificarse de poéticas en el sentido más abominable de la palabra”. En la poesía admiraba el rigor, el pensamiento y la emoción concisos, que percibió en los últimos libros de Cote Lamus y que atribuyó a su honestidad, a su rechazo de la improvisación y de la pose: “Es muy grato ‘vivir’ poéticamente, conforme a cierta vaguedad programática, más costoso es ese ejercicio solitario que hay que llamar por su nombre: el trabajo poético”. Era clarividente, veía lo que para el lector común y para muchos no tan comunes pasaba inadvertido, por eso sus páginas están llenas de hallazgos y de percepciones que nos enriquecen. Como cuando en su magnífica nota sobre El general en su laberinto dice que cincunscribir Bolívar al Sueño (de una América unida) “lo deshu-

Era clarividente, veía lo que para el lector común y para muchos no tan comunes pasaba inadvertido.

maniza, y al mismo tiempo lo reviste del más humano de los sacrificios, el fracaso; una Juana de Arco que no derrotó a los ingleses, un Colón que no descubrió América (contra toda evidencia se sigue arguyendo que el mercader genovés era un soñador)”. Fue Valencia Goelkel admirable traductor, de escritores tan individuales -y difíciles- como Stendhal, Swift, Sterne, Henry James o Joseph Brodsky, fuera de ensayistas literarios como George Steiner o de biógrafos como Sebastián de Grazia, y de poemas de Yeats y de Blake. Pero se consideraba “apenas” un crítico, autor de una “tenue” obra. Dividía a los grandes escritores entre los de primer orden y los de segundo orden, en quienes la reflexión y el cuidado priman sobre el privilegio de la creación”. Y, en el teatro literario, el crítico estaba en palco de tercera y el traductor en el gallinero. Sin embargo, y aunque no se publicaron sino cinco libros de sus escritos -Crónicas de cine, Crónicas de libros, El arte viejo de hacer novelas, Oficio crítico (compilados los cuatro por el infatigable Cobo Borda) y La lección del olvidado (ensayos introductorios de la colección Cara y Cruz, de Editorial Norma)- ocupa un lugar de privilegio en nuestra literatura. Durante más de cuatro décadas fue el crítico literario, el único que se podía comparar con los grandes ingleses y estadounidenses que admiraba, con Cyril Connolly o Edmund Wilson, por ejemplo. Pero no era extranjerizante, era cosmopolita. Un amante de la literatura, en permanente vigilia, curioso por la historia y por la actualidad. En otra sociedad habría tenido un papel menos discreto; aquí fue una voz poderosa y buena… en el desierto. * Poeta, escritor y traductor.


En América Latina el conocimiento de estos insectos es escaso en comparación con el resto del mundo, donde se han reportado más de 7.000 especies. Colombia se encontraba a años luz frente a México o Brasil.

¿Bichos buenos o malos? Los reportes sobre la presencia de los también denominados “cola de resorte” (porque al verse sorprendidos o ante la menor señal de peligro huyen desplazándose mediante saltos, gracias al impulso dado por una parte del cuerpo llamada furDiana Manrique* ca) como agentes dañinos en los cultivos de hortalizas y flores, especialmente, motivaAunque usted no lo crea, bajo sus pies ron el inicio del proyecto sobre colémbolos existe un mundo animal tan variado como La entomofauna que habita en el suelo es aún poco conocida, especialmente por los productores hace un año. aquel que se puede ver y palpar. Investigay campesinos, que casi siempre la perciben como bichos peligrosos. “Los productores se acercaban a la Fadores de la Facultad de Agronomía de la cultad preocupados porque les resultaba Universidad Nacional acaban de dar a cocostoso el manejo y control de las `nubes´ nocer los resultados de uno de los trabajos que van formando estos insectos en los más importantes realizados en el país alresuelos, que es además la única manera dedor de un bicho de entre 1 y 9 milímetros como se pueden detectar”, comenta Serque juega un papel ecológico fundamental na. Con esa información decidieron enen los ecosistemas naturales y agrícolas. tonces conocerlos primero, pues en ese Se trata del colémbolo, cuyo nombre momento se dieron cuenta de que la incientífico es collembola, familiar de la avispa, vestigación que existía era incipiente y los la abeja, la hormiga, la polilla y la mosca, únicos reportes los había hecho el biólogo y comprende 14 familias y 62 géneros, de alemán Marl Mutt en 1987, quien enconlos cuales 55 son nuevos para Colombia. tró en cercanías de Buenaventura cinco Un hallazgo considerable, si se tiene en cuenta que en el norte de Suramérica han El profesor Francisco Javier Serna, in- 7.000 especies. Colombia se encontraba a familias, ocho géneros y 12 especies. “La idea era averiguar si realmente eran tan sido identificadas 23 familias y reportados vestigador del proyecto Colémbolos de años luz frente a México o Brasil”. 900 géneros. Colombia, destaca lo complicado que reDe allí que lo que más resalte el investi- dañinos como nos decían” dice el experto, sultaba el estudio de un animal tan dimigador sea la identificación taxonómica de los quien además es el director del Museo de Pertenecientes al grupo de los hexáponuto como este, cuya morfología era com- ejemplares colectados en Antioquia, Amazo- Entomología de la Universidad Nacional, dos (animales caracterizados por tener seis pletamente desconocida. Por su parte, Jo- nia, Putumayo y Orinoquia, así como en la donde reposan actualmente 3.500 láminas patas y cuerpo dividido en tres partes), los sé Guadalupe Palacios Vargas, entomólogo Costa Atlántica y los 17 parques naturales de los colémbolos colectados. colémbolos juegan un papel esencial en la Han encontrado casos como el de la de la Universidad Nacional Autónoma de existentes en el país. Además, se está realiestructura del suelo, pues participan en la especie Podura acuática, la cual ha sido reMéxico, pionero del estudio en colémbolos zando el primer estado de géneros para Codescomposición de la materia orgánica vehace 30 años, considera que “en América lombia con sus respectivos mapas de distri- portada como plaga en Colombia, que a getal, en la integración y reciclaje de nuLatina el conocimiento de estos insectos bución y la elaboración de las primeras claves raíz de este trabajo descubrieron que solo trientes, así como en el proceso de formaes escaso en comparación con el resto del para América del Sur, cuyo objetivo es ofrecer habita en el sur de México. “Ahora le podeción del humus. mos decir a los campesinos que no tienen mundo, donde se han reportado más de información básica sobre estos insectos. Dentro del estudio se destacan, por que continuar con los manejos que estaban ejemplo, los géneros de la familia haciendo, perdiendo dinero y Neunuridae, que habitan la parte alcontaminando el ambiente”, ta de las cordilleras, son corrugaenfatiza el profesor Serna. En dos, no exceden los cuatro milímesu opinión, los esfuerzos detros, poseen piezas bucales cortas ben apuntar hacia el estudio y se alimentan de la base de las de estas especies, averiguar raíces y hongos. Los Hypogastruridae cómo actúan y obtener resulque son más móviles, viven en la tados concretos y básicos de superficie de muchos suelos. Los su comportamiento. Onychiuridae se entierran en el sue“Cuando el suelo es malo y son completamente ciegos; y nejado por el hombre, afecta los Entomobryidae que un poco mas a este tipo de insectos, del alargados o grandes y suelen hacer que desconocemos su funHypogastruridae y Entomobrydae, respectivamente. La mayoría de los colémbolos son de color amarillento, blanquecino o café, algunos son grises parte de la dieta de sus primas, las ción”, complementa por su o negro y unos pocos jaspeados. hormigas. parte Marcela Ospina, estudiante de último semestre de Agronomía. Por esa razón, el estudio de los colémbolos de Colombia no se detiene. Ahora Marcela se dedica en Las cataratas son la causa más frecuente de ceguera. Cifras de la Organización Mundial de la Salud muestran que para el Centro Internacional de Agricultura Trocontrolar esta enfermedad deben realizarse de 3.000 a 4.000 cirugías al año, por cada pical (Ciat) a observar su variación en los millón de habitantes, pero en Colombia solo se practican entre 1.200 y 1.500 operaciones, ciclos de cultivos y cómo están siendo afecsegún Zoilo Cuéllar Sáenz, de la Organización Panamericana de la Salud. tados por el uso de insecticidas.

Familias “colas de resorte”

* Periodista Unimedios.

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Quien es capaz de conducir en Bogotá es capaz de hacerlo en cualquier parte del mundo, dice la sabiduría popular. Sin embargo, a la hora de identificar las causas de esta mala fama, las respuestas no suelen provenir de estudios científicos. Para hacerlo sería necesario realizar un análisis del tráfico de la capital que tenga en cuenta el estudio de múltiples variables, como el comportamiento de los conductores bogotanos, la cantidad de autos, la velocidad Las simulaciones del tráfico realizadas por autómatas cepromedio, el flujo a ciertas horas, lulares han servido para planear espacios urbanísticos en el estado de las vías y la manera ciudades como Tokio. como se relacionan... en fin, un sistema altamente complejo de ser modelado instante, de las otras celdas. Estas terminan matemáticamente. siguiendo patrones preestablecidos dados Pero hay una forma de simplificar el por el lugar que ocupan en un tiempo deanálisis con resultados útiles y precisos. Se terminado, y por la situación de las celdas trata del uso de una herramienta computa- vecinas. Cada vez que una de ellas cambia, cional conocida como autómatas celulares; afecta las más cercanas y, en últimas, todas representaciones de sistemas reales que se las del sistema. basan en dos principios para simular virEn otras palabras, se trata de simular la tualmente relaciones entre individuos de compleja realidad, ya no a través de ecuauna estructura. ciones diferenciales, al conocer la posición, El primero, de carácter biológico, señala el tiempo y el estado de cada autómata y los que todo organismo posee las claves para patrones de comportamiento de este. reproducirse y, al hacerlo, transmite los cóEl tráfico en celdas digos para una posterior duplicación. De cierta manera todo ser vivo es un autómata Aunque para diagnosticar problemas que sigue órdenes de su propio sistema. El de embotellamiento en grandes ciudades segundo principio busca conocer la posición como Los Ángeles y Tokio los modelos del individuo en el espacio en cada intervalo generados mediante autómatas han rede tiempo, el estado que presenta y, tenien- sultado exitosos, para Bogotá no había do en cuenta su propia situación actual, el estudios de este tipo. La inquietud surgió cambio que podría tener en un futuro. del profesor José Daniel Muñoz, físico de la Para lograr esta localización espacio- Universidad Nacional y director de la tesis temporal y predecir el cambio del autó- de Luis Eduardo Olmos, en la que se disemata, se crea un modelo que se asemeja a ñó un modelo de autómata celular que reuna superficie cuadriculada en la que cada produce el tráfico capitalino de uno de sus celda o baldosa mira su estado y el de sus corredores viales. vecinas en cada paso de tiempo y evolucio“Se estableció la regla de evolución a na siguiendo una regla establecida experi- partir del trabajo con una cámara digital mentalmente que afecta a sus vecinos y que desde un carro que hizo el recorrido, desde estructura de esta manera el sistema; de allí la calle 53, en el sector de Galerías, hasta lo de celulares. el puente peatonal del estadio El Campín”, Es como si se dibujara una retícula so- comenta el profesor Muñoz. Explica tambre un sector de la ciudad, en el que cada bién que después de tomar los datos de carro corresponde a una celda autónoma medida en las calles, utilizarlos para hacer pero relacionada con las otras. A cada seg- la simulación y relacionar flujo y densidad, mento de tiempo, que no es continuo en el los resultados empíricos coinciden con los modelo, el conductor cambia o permanece del modelo. “El trabajo tuvo que hacerse en un estado actual, dependiendo siempre completo porque la Secretaría de Tránsito y Transporte no tiene los datos relacionade sus vecinos. De esta manera, si un conductor circu- dos” subraya Muñoz. Los criterios que se tuvieron en cuenta la a alta velocidad, pero un vehículo en la cercanía se detiene intempestivamente, el para construir el modelo fueron: la diferenmodelo puede dar cuenta del estado, en ese cia entre las distancias de frenado y acelera-

Fotografía de Guillermo Flórez P.

Yino Castellanos*

Ciencia Como una alternativa para simular el comportamiento de diferentes tipos de sistemas, se afianza el uso de autómatas celulares, un campo de investigación relativamente reciente en nuestro medio que arroja sus primeros frutos.

Autómatas celulares, una visión del mundo ción, el tiempo de retardo para ir acelerando y el tiempo que toma el frenado instantáneo, de lo cual se concluye, por ejemplo, que el conductor bogotano decide acelerar solo cuando el carro de enfrente se ha ido muy lejos, y frena cuando está demasiado cerca de otro vehículo. Otra tendencia es detenerse cuando las luces del otro carro se encienden, aun sin que este haya parado su marcha. También los autos se demoran en ir acelerando (pues no es lo mismo pasar de 10 a 20 que de 50 a 60 kilómetros por hora). Tales hábitos desarrollados a lo largo de las calles bogotanas generan disminución en la velocidad promedio y trancones sin causas aparentes.

“La manera de conducir es una de las cosas que más cambian de ciudad a ciudad, y una simulación realista del problema debe incluir las peculiaridades de su lugar de aplicación; por esta razón tuvimos en cuenta tres variables clave: la densidad, el flujo y la velocidad”, afirma David Olmos, tesista.

Músculos virtuales Pero aparte del trabajo para modelar el tráfico, el Grupo de Simulación de Sistemas Físicos elaboró en conjunto con el Grupo de Biofísica un autómata que modela la actividad neuromuscular en el cuerpo humano. El trabajo “Estudio cuantitativo de la duración de potenciales de placa en miniatura en sinapsis neuromusculares” simula la recepción de seticolina por parte de la placa receptora del tejido, que evidencia esta actividad en niveles locales, útiles para el diagnóstico de trastornos del sistema muscular humano. Próximamente, el grupo aplicará esta técnica para resolver problemas sencillos de mecánica cuántica. Estas son, entre otras, las aplicaciones de los autómatas celulares. Una manera más sencilla de modelar los sistemas que componen la realidad humana. * Periodista Unimedios.

El conductor bogotano decide acelerar solo cuando el carro de enfrente se ha ido muy lejos, y frena cuando está demasiado cerca de otro. Pulsos neuromusculares transmitidos del nervio al músculo son modelados para detectar fallas en el sistema cartilaginoso humano.


Sandra Gómez Galindo* El zumbido constante del viento acompaña el despertar de un hombre campesino. Su pequeño hijo permanece en la cama. Aún duerme. Una respiración difícil nos habla de su enfermedad. Viento. Estas son las primeras imágenes de Od El camino, la película de ficción ganadora de la quincuagésima versión del Festival Internacional de Cortometraje de Alemania realizado en Oberhausen. Producida y dirigida por Martín Mejía, un joven egresado de la Escuela de Cine, Televisión y Nuevas Tecnologías de la Universidad Nacional, Od El camino compitió con 68 cortometrajes luego de ser preseleccionado entre 4.000 propuestas de todo el mundo. En este Festival, el más antiguo de su género, se han presentado los primeros cortos de directores como David Linch, Martín Scorsese y Werner Herzog. 36 minutos Durante 36 minutos el espectador acompaña un día en la vida de un hombre, sus abstracciones oníricas, sus recorridos por el paisaje, ese que se traga al espectador con sus músicas naturales, sus colores cálidos y sus claroscuros desolados.

Desde que inició este proyecto como trabajo de grado, Martín tenía muy claro su intención de trabajar con el paisaje en una aproximación casi pictórica puesta a dialogar con el sonido. “Quería un trabajo basado en la fotografía, en una construcción rítmica y visual, más que en aspectos dramáticos”, por eso en su corto no hay parlamentos. Pero lograr ese sonido impecable, pensado en sus mínimos detalles, solo fue posible con una posproducción de casi dos meses. “Todo el sonido fue reconstruido de manera digital con un grupo de músicos e ingenieros de sonido”. Otra decisión afortunada fue la escogencia de su directora de tesis, la artista plástica Rosario López, quien le aportó ideas a la dirección de arte. “Martín buscaba una persona ajena al mundo cinematográfico que le aportara más cosas en cuanto a lo plástico y lo visual. Algo que me conmueve es su necesidad de dialogar con el paisaje; hablábamos de Romanticismo alemán, de la influencia del paisaje en la pintura, algo que no es muy común en las producciones nacionales, dedicadas casi siempre a contextos urbanos. Su trabajo es muy poético,

“Al festival vengo siempre a nutrirme de cine” afirma el realizador Win Wenders, otro de los bautizados en Oberhausen.

Od El camino La competencia cinematográfica más famosa del mundo otorgó el primer premio al cortometraje de Martín Mejía, el mismo con el que obtuvo su título de realizador en la Escuela de Cine de la Universidad Nacional.

Para su película, Martín prefirió actores naturales que escogió por su fisonomía y su manera espontánea de ocupar el espacio.

un viaje profundo que podría sucederle a cualquier ser humano en cualquier lugar del universo”. Rodolfo Ramírez, Director de la Escuela de Cine de la Universidad Nacional, comenta: “Martín se aproxima al espacio como un pintor”. Detrás de cámara Son muchos los detalles grandes y pequeños que hay que resolver antes, durante y después de la producción, y muchas las horas de trabajo previas a la presentación al público. Las locaciones, los personajes, la luz, el sonido, el vestuario, la escenografía. Durante un año este joven realizador rodó imágenes en Guatavita, Subachoque, Suesca, Cucunuba, Tausa y Bogotá, buscando el paisaje, la arquitectura, la luz. Su experiencia con otros paisajes, como los de Canadá y Escandinavia, le ayudó a crear la calidez de la luz que penetra en los distintos ambientes. “Ese conocimiento de la luz le permitió una temperatura sin igual durante toda la película, no parece hecha en vídeo digital, sino en formato para cine” asegura Rosario López. “Su trabajo de cámara y la acústica del paisaje se disuelven en una mezcla maravillosa que nos revela una estética y una sensibilidad propias y, por lo tanto, admirables”, así apreció el jurado el corto de Martín. Su trabajo de cámara incluyó la invención de un track sobre estructuras de madera y tubos de PVC, un auto-steadycam y un pequeño dolly de llantas que dieron gran versatilidad. Para tomas en las que el

El cine llegó a Colombia con los Hermanos Di Doménico, a principios del siglo XX. Su primera exhibición pública se realizó en 1909, en el Bazar Veracruz del centro de Bogotá. Durante muchos años, se le veía más como atracción de feria que como arte. En 1924, se proyectó en el Teatro Faenza La tragedia del silencio, dirigida por Arturo Acevedo, en uno de los estrenos más importante de la historia del cine colombiano.

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protagonista se levanta de la hierba o hace recorridos en bicicleta, un arnés le permitió al director seguir el movimiento del actor en un plano muy cerrado. Desde sus caminatas de niño por la sabana de Bogotá, sus aproximaciones a la música y a la pintura en alguna etapa de su vida -pasando por la fotografía, y la afición a cinematografistas como Carl Dreyer, Andrei Tarkovski o David Linch- han nutrido su búsqueda de una nueva estética del cine. Estética que hoy queda reflejada en este cortometraje con un nombre sencillo: Od, prefijo derivado del griego hodós, que traduce camino, episodio, método. Así, Martín Mejía, junto con Ciro Guerra, hacen parte de una nueva generación de cineastas. Un fenómeno sin tendencias definidas, más bien de búsquedas particulares. Al cierre de esta edición, el cortometraje Ep stress postrauma de un grupo de estudiantes de la Universidad ganaba dos categorías en la octava versión de los Premios Césares, que otorga la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales. A propósito de los reconocimientos que han recibido los realizadores colombianos, el director de este cortometraje, Heiman Torres, afirma que “el cine colombiano está dejando de ser propiedad de las vacas sagradas y mira hacia los nuevos talentos, que se valen de las posibilidades tecnológicas para expresar su punto de vista sobre la realidad actual”, con lo que seguramente el director de Od, El camino estará de acuerdo. * Periodista Unimedios.


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¿Es posible que el conocimiento histórico tradicional y los medios audiovisuales puedan ir algún día de la mano?

Julio César Goyes Narváez* ¿Existe una escritura de ficción en la historia? A este interrogante intentó dar respuesta el profesor Robert Rosenstone, del Instituto de Tecnología de California, durante una conferencia en el Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (Ieco) de la Universidad Nacional. Su visita al país obedecía a una invitación de la Universidad del Tolima, a propósito del seminario internacional “Cine de ficción e historia”. Rosenstone es autor de los libros El pasado en imágenes (escrito en español); Crusade of the Left: The Lincoln Battalion and the Spanish Civil War; Mirror in the Shrine: American Encounters UIT Meiji Japan y Romantic Revolutionary: A Biography of John Reed, publicados por la Universidad de Harvard. Es asesor de varias películas y programas de televisión. ¿A qué se dedica en la división de Ciencias Humanas del Instituto de Tecnología de California? Me he dedicado a la historia de los movimientos políticos y civiles radicales en Estados Unidos; por ejemplo, la biografía de John Reed, el norteamericano que escribió el libro Diez días que sacudieron al mundo y que está enterrado en el Kremlin; o los movimientos de los soldados norteamericanos que pelearon en la Guerra Civil Española. Pero durante los últimos 15 años mis investigaciones se han centrado en el cine de ficción histórica.

Ben Hur, otro ejemplo de cine de ficción histórico.

Rojos, está basada en la biografía del poeta John Reed.

La historia, según usted, es la reina de las disciplinas y se ocupa de los procesos sociales. ¿Cómo construye el filme de ficción una representación válida de esos procesos? He dicho que la historia es la más imperialista de todas las disciplinas, porque los historiadores aceptan como tema válido lo que haya ocurrido en cualquier lugar. Para hablar sobre la forma como se presenta la historia en las obras de cine de ficción, pienso en las demandas o exigencias particulares a las películas de este género, tam-

bién en cuanto a la forma dramática que adoptan; nos cambian las reglas de juego de la representación de un personaje histórico, pues finalmente es un actor el que lo está representando. Digamos que hay ficción en el cine histórico desde el primer momento hasta el último, el cine sencillamente no es un buen medio para transmitir hechos como lo puede ser el texto escrito. Yo creo que lo mejor que se puede hacer en las películas de ficción histórica es crear símbolos y metáforas del pasado y, al hacerlo, plantear el tipo de interrogantes que dejan los escritos. Temas como la guerra, las Robert Rosenstone. revoluciones, la etnicidad, la lucha de clases, pueden ser planteados por personajes específicos. Prácticamente cualquier tema puede ser abordado en la película de ficción histórica a través de los personajes y de las situaciones que se presenten. ¿Qué lo motivó a escribir su libro El pasado en imágenes y cuál es el desafío que propone? Recopilo una serie de ensayos a lo largo de cinco o seis años. Uno de los principales móviles que está detrás es la biografía del periodista y poeta norteamericano John Reed, titulada “Un revolucionario romántico”, utilizada como base para la realización de la película Rojos (1982). Yo fui contratado como asesor de esta película, dirigida por Warren Beatty. Fue muy interesante ver todos los cambios que se dieron al pasar la obra escrita a una película. Una revista especializada en historia me pidió que escribiera una reseña, que me llevó a plantearme las diferencias que hay entre la historia escrita y la historia en la pantalla, y una vez me metí en el tema empecé a ver más películas y a pensar sobre ellas. Posteriormente, se me pidió crear una sección de cine en una de las revistas académicas tradicionales de Estados Unidos, llamada Journal of American History. Finalmente, puedo decir que una cosa lleva a la otra, esta colección de ensayos creció y el interés de la Universidad de Harvard me llevó a publicarlos. El reto consiste en que este nuevo medio de hacer historia cambia las reglas del juego e implica formas distintas de entender y abordar el pasado: una página escrita no podría hacerlo y el cine no puede generalizar. Realmente se da una especie de lucha entre la historia escrita y la historia en el cine de ficción, ambas cuentan el mundo de manera distinta, por ejemplo, el cine histórico incluye metáforas, figuras del lenguaje hablado y también símbolos. ¿Detrás hay un problema ontológico a la manera como el posmodernismo cuestiona que no hay realidad sino realidades? Fotografía de Guillermo Flórez P.

El cine, una vía al pasado

Cine

Ciertamente no acepto algunas de las posiciones más extremas del posmodernismo, que sostiene que la realidad no existe y tampoco el pasado. Pero sí hay muchas realidades históricas en el sentido de que existen formas de interpretar los distintos momentos. Lo que se afirme acerca de poder acceder a la verdad de una versión tiene que equilibrarse o verse a la luz de otras posibles versiones; en este sentido estoy perfectamente de acuerdo con sostener que existen múltiples historias y que la historia es una multiplicidad de coros con muchas versiones. Usted usa videos con películas de ficción en sus clases. ¿Qué recomendación da a los profesores de historia o de cualquier otra área para que incluyan el cine es su pedagogía? Yo uso películas históricas en mis clases, no para representar el pasado, sino para abordarlo. Es un recurso pedagógico maravilloso, porque los estudiantes se interesan por cosas que incluso creían que no les podían interesar. Además, les ayudan a que comprendan que la historia es cuestión de interpretación y no solo de hechos, que para entender el pasado no hay una última palabra. ¿De manera que lo oral, lo escrito y lo audiovisual están en el mismo plano, es decir, lo audiovisual no ha destronado los otros lenguajes? Claramente abunda mucho más la historia escrita que la audiovisual, y sí, yo temería vivir en un mundo donde cualquiera de los lenguajes haya sido eliminado, y no querría que la gente viera películas de ficción históricas y que nunca leyera un libro, porque hay muchas cosas que la historia escrita no puede hacer y que sí puede lograr el cine. Y luego está este otro campo de la historia de internet, que es realmente nuevo y que vamos a dejar a los historiadores del futuro para que se metan con estas nuevas áreas. * Investigador del Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (Ieco).


Editorial

El Tratado de Libre Comercio (TLC),

¿mucho ruido y pocas nueces? Colombia inició la semana pasada negociaciones tendientes a la aprobación de un TLC con Estados Unidos, en medio de la incertidumbre, el rechazo de muchos sectores y cierta falta de claridad sobre objetivos, metas, costos y beneficios netos, así como sobre la distribución de unos y otros entre los diferentes sectores productivos. No ha habido, salvo vagas declaraciones de principios, que más parecen slogan de campaña publicitaria que propuestas de política macroeconómica, una clara exposición de motivos y mucho menos de la ruta que conducirá al establecimiento del libre comercio con el mayor socio comercial colombiano. Los acuerdos de libre comercio geográficamente discriminatorios, como este TLC, son instrumentos de política pública. Por tanto, antes de su aprobación deben someterse al más amplio debate con miras a conciliar intereses conflictivos y lograr el más completo consenso nacional. La iniciativa del gobierno nunca fue sometida al escrutinio público y el debate ha brillado por su ausencia. Un país entra en acuerdos de integración regional cuando sabe que no puede lograr los objetivos de crecimiento económico y bienestar social, motivo y razón de ser de toda política pública, ni mediante el libre cambio universal ni con la autarquía. Como política pública, la evaluación de un tratado de libre comercio debe partir de consideraciones sobre su impacto en las tasas de crecimiento de la economía, en el balance neto de empleos generados y en su calidad. No basta que el análisis evaluativo se concentre en el dinamismo de las exportaciones ni en el incremento de las inversiones. Exportaciones e inversiones, por más importantes que ellas sean, no pueden constituir un fin en sí mismas. El fin del quehacer de los gobernantes es procurar el mayor bienestar de la población y la reducción de las desigualdades y de la pobreza lace-

rante que mina la estabilidad y entorpece el crecimiento. Por ser un instrumento de política pública, que afectará a toda la sociedad por generaciones, el debate debe ser lo más amplio posible. En la conformación de la Unión Europea, se realizaron referéndum en varias oportunidades: para la ratificación del Tratado de Roma, del Acuerdo de Maastrich, para el establecimiento de la moneda única. Inglaterra lo realizó para ingresar a la Unión y prepara otro con motivo de la adhesión a la moneda única y otro para la nueva constitución. El gobierno colombiano, a pesar de poder hacerlo, no ha considerado convocar a un referéndum sobre el TLC. Piensa, talvez, que con el “cuarto de al lado”, en el cual se concentran los representantes de las fuerzas económicas más importantes, incluidos unos cuantos congresistas, se resuelve el tema de la consulta y de la participación ciudadana. ¿Es así? ¿Caben en un cuarto todos los representantes de los más amplios sectores sociales? ¿Estarán convocados al cuarto de al lado grupos diferentes a ANDI, SAC, Fedecafé y las grandes transnacionales? ¿Estarán los sectores campesinos, los minifundistas, los pequeños y medianos productores? ¿Estarán los artesanos y los sindicatos obreros? Las negociaciones que inició Colombia reflejan, magnificándola, la asimetría que caracterizó las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) entre México, Canadá y Estados Unidos y los recientemente finalizados tratados con Chile y con Centroamérica. En el caso del Tlcan, cuyos 10 años de funcionamiento ya permiten evaluaciones sobre el contenido de lo negociado y sus efectos sobre la economía nacional, parece cada vez más amplio el veredicto de que México negoció inequitativamente y que asumió el grueso de los costos del ajuste a las nuevas condiciones creadas por el Tlcan.

En el Tlcan la asimetría surgió de varios elementos, todos ellos presentes con mayor intensidad en el caso colombiano, tales como la abismal diferencia en el tamaño, potencial y productividad de las economías; en la productividad laboral agropecuaria, en los modelos económicos vigentes en cada país y en la brecha con el modelo implícito del acuerdo. Cuando se iniciaron y concluyeron las reformas, México era el país más intervensionista. Persistían varios elementos del modelo sustitutivo, aun después de las radicales reformas y severos programas de ajuste de los años ochenta. Fue por lo tanto el país que debió hacer el mayor número de cambios y asumir el grueso de los costos del ajuste para acercarse al modelo librecambista anglosajón, plasmado íntegramente en el Tlcan. Estados Unidos no modificó absolutamente en nada su modelo institucional en aras del Tratado. Además, está la brecha en la utilidad subjetiva que cada país asigna a la alternativa de no firmar ningún acuerdo. Así, mientras que el gobierno mexicano presentaba la firma del acuerdo como la única opción para consolidar las reformas y para el crecimiento de la economía, ante una supuesta frialdad europea, y por la ya intensa integración de la economía nacional con la estadounidense, para Estados Unidos (y para Canadá) el no firmar el Tlcan no implicaba costo mayor. El gobierno mexicano tomó la iniciativa de las negociaciones, pidió el Tlcan y lo hizo como si esa fuera su única carta, su única posibilidad, como si no existiera ninguna otra alternativa comercial válida. Colombia también tomó la iniciativa y parece manejarla como la única tabla de salvación. Estados Unidos, conocedor de esta brecha en la valoración del Tlcan, extrajo de los negociadores mexicanos todas las concesiones que quiso, pues ellos estaban decididos a obtener cualquier acuerdo a cualquier precio. Y finalmente

DIRECTOR: Marco Palacios COORDINACIÓN EDITORIAL: Ma. Claudia Rojas Ronderos DISEÑO E IMPRESIÓN: Impresiones Periódicas S.A. PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co CORREO ELECTRÓNICO: unperiodico_bog@unal.edu.co

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lo que se ha llamado el costo democrático: en Estados Unidos había poco o ningún apoyo al Tlcan, por la certidumbre de sus limitados efectos sobre la economía estadounidense, y existía la certeza del gran interés del gobierno y ciertos sectores mexicanos por que se firmara. Los negociadores estadounidenses alegaban esa falta de apoyo doméstico para no dar y sí exigir concesiones. México no podía alegar falta de apoyo político, pues se les recordaba a los negociadores que el PRI dominaba el Congreso y cancelaba la oposición. De ahí la inclusión de los acuerdos paralelos ambiental y laboral y la lenta y condicionada (a cuotas y estacionalidad) apertura del mercado norteamericano para las frutas, el azúcar y las verduras mexicanas. Es claro que la asimetría no implica que los resultados estén dados de antemano. Depende de cómo se negocie. De una manera general y con base en varios estudios recientes de evaluación del Tlcan, que miden su impacto en la economía mexicana en los 10 años de su puesta en vigencia, se concluye por ejemplo que solo el 13% del crecimiento de las exportaciones de México a Estados Unidos se explica por el Tlcan. El resto, por la devaluación del peso en 1994-1995 y por el dinamismo de la economía norteamericana (que estimuló toda la economía mundial) y por otros factores no relacionados con el Tratado. El 23% del crecimiento de las importaciones mexicanas desde Estados Unidos se explica por los instrumentos del Tratado y el 77% restante se explica principalmente por la sobre-valuación del peso mexicano a partir de 1997. Es notoria la pérdida de competitividad de las ventas mexicanas al mercado del país de norte: mientras que México copó el 95% de las importaciones mundiales de tomate que realizó Estados Unidos, en 2002 esa proporción había descendido al 74%. Trayectoria similar sigue casi la mayoría de las exportaciones de productos agropecuarios y manufactureros, especialmente de la maquila. ¿Qué podría explicar ese retroceso de México en el mercado norteamericano, a pesar del privilegio de contar con el Tlcan? Así pues, mucho ruido y pocas nueces... Pero grandes lecciones y mayores razones de preocupación para Colombia.

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Opinión

Exhortación a la prudencia A continuación publicamos el texto de la carta enviada por el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Marco Palacios, al Brigadier General, Martín Orlando Carreño, ante la presencia de miembros del Ejército en inmediaciones de la Ciudad Universitaria, el pasado 6 de mayo, mientras se desarrollaban enfrentamientos entre encapuchados y un piquete de la Policía Nacional.

Bogotá, 11 de mayo de 2004 Brigadier General MARTÍN ORLANDO CARREÑO SANDOVAL Comandante del Ejército Ciudad. Respetado Señor General: Quisiera poner en su conocimiento una situación que preocupa a esta Rectoría, concerniente a la seguridad de las personas y a la protección de las libertades constitucionales. Me refiero a los desórdenes que grupúsculos de jóvenes encapuchados ocasionan esporádicamente en inmediaciones de la Ciudad Universitaria de Bogotá que van en detrimento de la convivencia y afectan la buena imagen de la institución. La Ciudad Universitaria es un conjunto urbanístico de 121,35 hectáreas y 123 edificaciones en 308.541 metros cuadrados, que está enclavada en el corazón de la capital de la República. En los días laborales, de 7:00 a.m. a 10:00 p.m., transitan unas 25 mil personas de toda edad (hay un Colegio de preescolar, primaria y secundaria, por ejemplo), colombianos de paz y respetuosos de la ley. Mantener el orden y prevenir el delito no son tareas fáciles en las ciudades o en conjuntos urbanísticos como este. Robos en las instalaciones, a los automóviles, esporádicamente a los transeúntes, así como la venta al detal de sustancias psicotrópicas ilegales, hacen parte de la cotidianidad. En la Ciudad Universitaria los índices de estos delitos son mucho más bajos que los promedios de la ciudad, pero aún así son una amenaza permanente. En prevenir estos delitos se empeñan nuestros servicios de seguridad, debidamente autorizados, mientras que el control de las porterías del predio corre a cargo de una empresa privada, también autorizada por ley. El principio de esta Rectoría es que la Ciudad Universitaria hace parte de Colombia, como cualquier otro territorio. En este sentido he manifestado públicamente que la Fuerza Pública puede y debe participar cuando se trate de alteraciones del orden que pongan en peligro la vida, bienes y honra de las personas y que no puedan ser controladas internamente.

Ese principio plantea varios interrogantes sobre cómo intervenir. Por principio creemos que el control de las alteraciones graves debe estar a cargo de las fuerzas especializadas internas y cuando estas sean sobrepasadas, a cargo de la Policía Metropolitana. Con sus jerarquías trabajamos y debemos trabajar en armonía, labor encomendada al Vicerrector de la Sede Bogotá, profesor Fernando Viviescas, quien tiene a su cargo la dirección en la Ciudad Universitaria. Varios profesores y estudiantes llamaron la atención de esta Rectoría sobre la presencia de tropas del Ejército Nacional el pasado jueves 6 de mayo, que estuvieron muy cerca de los desórdenes protagonizados por encapuchados en la Avenida 30, en la salida de la calle 45 y que llevaron a enfrentamientos con la Policía. Anoche pude verlo en un noticiero de televisión, que presentó esta noticia en el contexto de algunos roces acaecidos entre el Ejército Nacional y la Policía Nacional que son de público conocimiento. Según entiendo esas tropas pueden ser movilizadas bajo la orden de los señores Generales Hernando Alonso Ortiz Rodríguez, Comandante de la Quinta División del Ejército y Luis Alberto Ardila Silva, Comandante de la Decimotercera Brigada. No le escribo para manifestar inconformidad sobre tales maniobras per se, pues su razón de ser tendrán. Pero sí me parece peligroso que tropas del Ejército se acerquen a estos enfrentamientos entre encapuchados y policías en plena vía pública, porque bien podría ocurrir que sean provocadas por acciones extremas de los encapuchados, con resultados potencialmente trágicos. En ese sentido quizás sea importante que haya una coordinación permanente entre Uds. y la Policía Metropolitana, con el objetivo de garantizar con mayor firmeza la seguridad ciudadana en un ambiente de libertades civiles. Sin otro particular, me es muy grato saludarlo. Atentamente, MARCO PALACIOS Rector

Cartas de los lectores Una justa aclaración Por un error de edición, que UN Periódico lamenta profundamente, el nombre del autor del ensayo La guerra justa, publicado en nuestra edición número 57, fue alterado de manera injustificada al ser suprimido el primer apellido del colaborador. El nombre completo del autor de este texto es Alfredo Monsalve Solórzano, docente de la Universidad de Antioquia. A él y a nuestros lectores presentamos nuestras disculpas por esta omisión en el crédito correspondiente.

Protesta contra la protesta Señor Director: En el momento en que escribo esta carta han sido desalojados de la Universidad Nacional más de 20.000 personas que allí desarrollaban sus actividades con normalidad, debido a los disturbios motivados por un grupo de personas, que en número no sobrepasan el uno por ciento del total de gente que trabaja en la Universidad (administrativos, estudiantes y profesores). Esta carta es una protesta contra la protesta violenta de personas anónimas, de las que no se sabe nada, con las que no se puede hablar porque son fantasmas, y que son las que perjudican la imagen de la Universidad y que hacen daño a la ciudad al fomentar una violencia absurda. Protestar no es mala educación, cuando las cosas están mal. Protestar es un deber; eso estoy haciendo. Pero creo que la solución a los problemas cotidianos es cuestión de actitud, que cada quien haga de la mejor manera lo que le corresponde, protestando si es necesario de manera pacífica, no con piedras ni ‘papas bomba’, sino con argumentos y mostrando el rostro. Así como firmo esta carta con mi nombre. Alejandro Álvarez Estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional Publicado originalmente en el diario El Tiempo, en la sección Foro del Lector, el 20 de mayo de 2004.


Bogotá, D.C. • No 58 • Mayo 30 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: unperiodico_bog@unal.edu.co • ISSN 1657-0987

Los alacranes del des-caro La forma de hacer política es diversa y admite numerosas estrategias; el reciente caso que se presentó en el Senado de la República, merece el cuestionamiento de algunos de los investigadores del Instituto de Ciencias Naturales, desde las ópticas de la ética y la salud, por la falta de respeto a los colegas de oficio y por los riesgos a la exposición de su picadura. Existen sin embargo otras implicaciones que se relacionan con la manera de concebir los recursos naturales renovables del país. Es posible que la falta de conocimiento del senador Carlos Moreno de Caro y de sus asesores acerca de las disposiciones legales vigentes sobre el manejo, uso y movilidad de cualquier ejemplar de la flora y fauna en este país le hayan facilitado la ejecución del mencionado acto, mientras que por el contrario las normativas son aplicadas con todo rigor a quienes de una u otra manera nos dedicamos a documentar la riqueza de la biota colombiana. Las normas vigentes prohíben la extracción de especímenes del medio natural a menos que se cuente con un permiso de caza científico debidamente tramitado con anterioridad a la extracción. Estamos convencidos de que la investidura que ostenta el senador no implica la exoneración de cumplir con las normas, máxime cuando Los alacranes son los animales terrescon su acción puso en peligro la satres más antiguos que se conocen. lud humana y tipificó un mal ejemplo, en particular para la niñez colombiana, que es muy influenciable ante el manejo de los medios de comunicación. La forma atroz en que concluyó el episodio es reflejo del grado de violencia que guardamos todos los colombianos, aún en este caso, cuando el temor por su veneno convierte a estos animales en objetivo de exterminio, ignorando que son organismos que comparten con nosotros el planeta y que nos anteceden en su ocupación por algo más de 400 millones de años. Esta condición debería determinar que mirásemos de una manera menos arrogante a estos animales y, al contrario de la acción ya reseñada, apoyáramos a las disciplinas que estudian y valoran los diferentes usos de sus toxinas, así como aspectos de su particular biología, por lo cual estos organismos han sido considerados como auténticos “fósiles vivientes”. Atentamente,

Eduardo Flórez D. J. Orlando Rangel Ch. Gloria Galeano G. Jaime Uribe Gary Stiles Julio Betancur Luis Carlos Jiménez Carlos A. Parra O. Enrique Forero

16.690.161 19.132.797 Bogotá 43.005.194 Medellín 7. 533.991 Armenia C.E 24817 Bogotá 71.525.033 Medellín 19.235.530 Bogotá 79.687.535 Bogotá 17.071.864 Bogotá

Investigadores del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia

Representaciones paralelas - Ieco

Concepto: Profesora Beatriz Quiñónez, Instituto de Estudios en Comunicación, Ieco / Diseño: Paula Nieto Plazas, Unimedios.


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