U.N. Periódico No. 6

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2 OPINIÓN

CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL 2000

5 POLÍTICA LEY DE CANJE

9 INTERNACIONAL RETOS DEL GRUPO DE RÍO

11 SALUD

LA DIETA DE LOS COLOMBIANOS

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

DIVERSIDAD OPINIÓN EXPRESIÓN

SANTAFÉ DE BOGOTÁ, D.C., No. 6, ENERO 9 DEL 2000

12 U.N. DOCUMENTO

PANAMÁ: ¿SOBERANÍA LIMITADA?

17 SOCIEDAD

ALTERNATIVAS PARA LA ZONA DE DESPEJE

19 EDUCACIÓN

UNA RED PARA EL AGRO

23 CULTURAS

ARAÑAS, OMBLIGO Y PAZ

Agotamiento del proceso de descentralización Los departamentos, hoy en bancarrota, buscan soluciones a una crisis de más de 20 años. Pág. 4

De 180 niños vinculados al conflicto armado del país, el 40% ha disparado contra alguien alguna vez, pero la guerra no sólo incluye a menores de edad en las filas del combate sino que afecta de diversas maneras a nuestra población infantil. Pág. 14

Mercado laboral urbano Los noventa, una década de profundos altibajos y contrastes en la economía colombiana. Pág. 7

ILUSTRACIÓN DE EDIN RIVERA

La guerra, golosa sin cielo

Agua de por vida Recuperar el agua de los beneficiaderos del café, un recurso que se abona a la protección del medio ambiente. Pág. 20


La consolidación de un nuevo sistema técnico a lo largo de los últimos 20 años, basado en las tecnologías de la información, ha modificado radicalmente la competitividad de las naciones.

Editorial

A la búsqueda de un propósito De la misma manera que el fin de los períodos simplemente cronológicos no implica por sí mismo ninguna conclusión, su inicio tampoco es necesariamente un comienzo, aunque se trate ahora no sólo de un nuevo año, sino de un nuevo siglo y hasta de un nuevo milenio. En el caso específico de nuestra sociedad nada ha cambiado ni existen esperanzas fundadas de alguna transformación, a pesar de los propósitos de enmienda y de redireccionamiento que habitualmente se formulan por estas calendas. En medio de las treguas, reales o aparentes, continuamos en el mismo piélago de violencias, que en los días navideños volvió con su enseña de terror a la comunidad académica, para una vez más reprimir el pensamiento libre, independiente y crítico, en este caso representado en nuestro docente e investigador Eduardo Pizarro Leongómez, Director, además, de una de nuestras unidades investigativas -el IEPRI- más íntimamente ligada, desde su misma organización hace ya tres lustros, a la reflexión sobre la violencia y el orden social y político vigentes. Ahora, como en los demás casos del pasado reciente que han ensangrentado los campus universitarios, la violencia que sabe que puede esconderse en la impunidad y que ya ni siquiera enmascara a sus sicarios, guarda silencio. Para la Universidad y para toda la sociedad, sinembargo, se trata de la violencia, cualquiera que sea su origen, su forma y sus pretendidas, absurdas e inconfesables intensiones, que tenemos que seguir rechazando y condenando, así se nos hayan ya agotado las palabras, los gestos y las expresiones para hacerlo. Ésa es la prioridad insustituible en este tiempo histórico que vivimos. La misma existencia de la sociedad que nos arropa así lo exige. Pero, definitivamente es preciso ir más allá del rechazo y la condena, o de las exigencias de investigación, o del reclamo a los actores del conflicto para que cesen la absurda guerra. Los procesos de paz iniciados o que pueden comenzar tampoco ofrecen por sí mismos expectativas realistas para superar el conflicto. Hay muchas indefiniciones y una ausencia total de rumbos posibles. En medio de este confuso panorama, es urgente superar las frases manidas, los lugares comunes, las simples descripciones de nuestros males o las soluciones ingenuas . Hay que tener el valor de encarar de manera total y orgánica la estructura sobre la cual se edifica el (des) orden vigente. No hay ni pueden haber soluciones separadas y aisladas para los temas de las múltiples agendas. Proceder en esta forma es desconocer la complejidad de nuestra circunstancia histórica. No existe hoy en los análisis efectuados, así muchos de ellos sean rigurosos y cualitativamente significativos, una perspectiva de esa naturaleza. No la tienen los grupos subversivos, tampoco los paramilitares, igualmente carecen de ella las instancias gubernamentales y estatales, y lo mismo puede decirse de los partidos y movimientos políticos, de las organizaciones sociales o de la producción. En tales condiciones, si se quisiera hallar y formular un propósito, como los que se acostumbran en estos comienzos de período puramente cronológico, tendría que ser el de hallar un entendimiento suficientemente comprensivo de nuestra situación actual como sociedad nacional, que permita hallar alternativas del mismo carácter. Los acontecimientos no dan espera. Las violencias nos asfixian y los procesos en curso pocas esperanzas reales nos brindan. Todo el mundo académico tiene la responsabilidad de promover ese propósito, así los hechos nos vuelvan cada vez más escépticos y pesimistas. Tenemos el deber de expresarnos en forma independiente y crítica.

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OPINIÓN

Ciencia, tecnología y desarrollo en el 2000 Gabriel Misas Arango Profesor Facultad de Ciencias Económicas

Colombia, a lo largo del siglo XX, no ha tenido una política de Estado sobre desarrollo científico o tecnológico, como tampoco la ha tenido sobre educación superior, a diferencia de lo acontecido con los países desarrollados o los denominados de nueva industrialización (fundamentalmente países del sudeste asiático), donde las políticas estatales han logrado cimentar sistemas nacionales de investigación y desarrollo tecnológico y las universidades han aumentado en forma apreciable su cobertura y elevado la calidad académica de sus programas. Políticas que han dotado a estos países de un amplio dominio en el campo de las técnicas y la tecnología y les han permitido construir recursos humanos de calidad, esto es, una población altamente educada y entrenada en el uso de las tecnologías más modernas. Todo lo cual se ha reflejado en mayores niveles de crecimiento y mejores formas de adhesión a un régimen internacional de comercio. En una palabra, en un mayor nivel de bienestar para sus ciudadanos. La idea ampliamente difundida a finales de los años sesenta e inicios de los setenta sobre el redespliegue industrial, que sirvió de sustento teórico a las políticas de promoción de exportaciones de esa época, según la cual dado el crecimiento de los costos de producción fundamentalmente ligados a los mayores salarios en los países desarrollados, las ramas industriales intensivas en mano de obra (textil, confecciones, electrónica de consumo, imprenta, editoriales, etc...) se trasladarían, inevitablemente, hacia los países de la periferia o países en desarrollo, dando lugar a una modificación importante en la división internacional del trabajo. Sin embargo, tales pronósticos no se cumplieron. La consolidación de un nuevo sistema técnico a lo largo de los últimos 20 años, basado en las tecnologías de la información y sustentado en cuatro pilares: la robótica, la telemática, la informática y la electrónica, ha modificado radicalmente la competitividad de las naciones. Los sectores intensivos en mano de obra se convirtieron en sectores intensivos en capital y tecnología, las antiguas ramas industriales basadas en líneas semiautomáticas de producción se transformaron, gracias al nuevo sistema técnico, en procesos automatizados de fabricación. El redespliegue industrial no tuvo lugar y, por el contrario, se dio un proceso de auge industrial en los países desarrollados. La competitividad de las naciones pasó de las ventajas heredadas (situación geográfica, dotación

de recursos naturales, mano de obra abundante en salarios de subsistencia...) a las ventajas construidas, en las cuales los sistemas de investigación y desarrollo, y la existencia de una población altamente calificada, con habilidades para crear, adaptar y desarrollar nuevas tecnologías, juegan un papel central. Toda sociedad para ser viable debe contar con el dominio de un conjunto amplio de tecnologías que le permitan acceder a los servicios básicos (educación, salud, etc...), desarrollar su seguridad alimentaria, construir la infraestructura requerida (vivienda, etc...), capacidades para conducir el sistema productivo y competencias que le permitan mejorar la gobernabilidad del sistema político y social. Dadas las características del nuevo sistema técnico, el dominio de las tecnologías pasa por programas de investigación más finos y sistemas más complejos de formación de los recursos humanos. Así, por ejemplo, el diseño y construcción de puentes, tiene que ajustarse a las especificaciones de los vehículos que se construyen actualmente (peso, cantidad de agua, velocidad, etc...), responder a las formas de elaboración que demandan la maquinaria y los equipos actuales de construcción y contar con nuevos materiales, todo lo cual exige que el personal involucrado en su diseño y producción tenga formaciones y habilidades muy diferentes a las requeridas en el pasado para adelantar este tipo de obras. En consecuencia, los programas de investigación y de formación (programas curriculares, contenidos, competencias) de ingenieros, tecnólogos y técnicos deben ser igualmente diferentes a los existentes en el pasado, fenómeno que acontece en todos los campos. Desafortunadamente ni cuantitativa ni cualitativamente (calidad, pertinencia) la educación superior colombiana está formando los cuadros necesarios para conducir el sistema productivo, ni el político o la construcción de la infraestructura física requerida o la provisión de los servicios básicos. Basta leer los periódicos para percatarse de la pobreza intelectual de los dirigentes en los campos político, empresarial o sindical o enterarse cómo la caída de los puentes peatonales, acontecida en las últimas semanas, se debió a errores elementales de diseño y construcción que involucraron a decenas de ingenieros de diferentes instituciones tanto públicas como privadas, sin que nadie se diera cuenta de tales errores. Para no señalar los grandes problemas que se generan en la justicia o en la salud debido a la mala formación de muchos de los médicos y abogados egresados de los cientos de programas universitarios que se han creado en el país a lo largo de la década de los noventa, sin ningún control por parte del Estado. Manes de la ley 30 de 1992. Necesitamos una universidad que le permita a sus egresados plantear y solucionar problemas, conectar diferentes saberes y darles un sentido. La universidad que tenemos hoy no lo está haciendo. Es una universidad cuyo fundamento está centrado en la enseñanza de procedimientos para llevar a cabo labores rutinarias, no en los fundamentos de las disciplinas para crear, plantearse problemas y buscar alternativas. Necesitamos universidades que formen a sus alumnos, antes que todo como ciudadanos, les permitan a sus educandos desplegar todas sus potencialidades como personas, los capaciten en el manejo de sistemas simbólicos, hoy altamente formalizados, les formen en un pensamiento sistémico para aprehender los fenómenos complejos, los preparen para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más intrincado e incierto, los eduquen en el trabajo en equipo y los animen a dotarse de policompetencias, y les proporcione una cultura, como lo ha señalado recientemente Edgar Morin, que les “permita distinguir, contextualizar, globalizarse y enfrentar problemas multidimensionales, globales y fundamentales”.

RECTOR UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Víctor Manuel Moncayo Cruz EDICIÓN Equipo Periodístico Unidad de Medios de Comunicación, Unimedios: Marisol Cano Busquets, Olga Marín Arango, Yolima Suárez, María Claudia Rojas, Nelly Mendivelso, Consuelo Aguirre, Lilián Cortés, Ángela Riaño CORRECCIÓN DE ESTILO Francisco Díaz-Granados CONCEPTO DE DISEÑO Diego Giovanni Bermúdez Aguirre (hbermudez@col-online.com) E- MAIL unimedio@bacata.usc.unal.edu.co TELÉFONOS 3165348, 3165000 ext.18384 FAX 3165232 DIRECCIÓN Ed. Uriel Gutiérrez, 5to piso, Transversal 38 Diagonal 40 SANTAFÉ DE BOGOTÁ, No. 6, ENERO 9 DEL 2000


todo en la falta de acceso al mercado de trabajo y aparece como resultado de un quebrantamiento de los vínculos sociales y simbólicos que normalmente unen al individuo con la sociedad. La exclusión acarrea a la persona el riesgo de quedar privada del intercambio material y simbólico con el conjunto social, según Oscar Rodríguez Salazar en el artículo “Financiación y Flexibilización Laboral en el Plan de Desarrollo” publicado en la Revista de Salud Pública.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

En la sociedad contemporánea, la exclusión se origina ante

OPINIÓN

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

Juan Carlos Eslava C. Profesor Facultad de Medicina

Juan Carlos Pérgolis Profesor Facultad de Artes

El calor en las aceras de la gran avenida atraviesa las suelas y quema los pies; al fondo, el minarete de la mezquita se distorsiona en el vaho caliente que envuelve la ciudad; a un costado, en un parque de arena, cada hierba es como un milagro y los árboles solemnes nos recuerdan que Marraquech es un oasis. Más allá está el mercado, un enorme vacío de forma irregular con algunos puestos de venta, figuras envueltas que se deslizan bajo el sol y unos pocos vehículos: sin embargo, ése es el principal lugar de la ciudad, el sitio de todos los encuentros, la puerta de entrada a los souks con sus callejones atestados y protegidos por esteras que filtran el sol. Pero por las noches el mercado estalla en actividad, la avenida que conduce a él resulta pequeña para contener a la multitud, el minarete grita su plegaria y la gran plaza se llena de mercaderes, de personajes con ruidosos sombreros repletos de campanas, tragafuegos, saltimbanquis, frutas secas, humos de mil hornillas que cocinan bocados ocasionales, árabes de mirada lejana, oscuros bereberes de los pueblos del desierto, prósperos comerciantes y algunos turistas, todos mezclados en el murmullo más fantástico que el oído pueda alucinar. En la alta terraza de una cafetería nos sentamos a mirar el mágico tumulto y a oír el rumor que funde en un solo zumbido todos los gritos, las plegarias, las risas, los susurros con que resuelven las difíciles transacciones comerciales y comentan los encuentros o desencuentros, bajo el sol ardiente del desierto o en el fresco del oasis. Hace unos días, con una amiga hablábamos de Barranquilla; con asombro y entusiasmo me comentaba que se quiere proponer a ese murmullo del mercado de Marrakech como un patrimonio de la humanidad. –Imagínate, me decía, lo que puede ser nuestro mercado de los caños, con sus gritos, su música de mil vallenatos y el rumor del Magdalena al fondo; con los relatos de los campesinos, los chismes de los pueblos del Atlántico, el pitazo de algún barco en el puerto y el golpe de los remos en el agua mansa de la orilla. Mientras me describía esa escena, yo pensaba -fascinadoque el patrimonio de la ciudad es mucho más que sus edificios, sus calles o sus plazas: es su vida, es la posibilidad de gozar con sus rasgos más simples y de maravillarse con aquello que por cotidiano pasa desapercibido.

El patrimonio de la ciudad es mucho más que sus edificios, sus calles o sus plazas: es su vida, es la posibilidad de gozar con sus rasgos más simples y de maravillarse con aquello que por cotidiano pasa desapercibido.

La ciudad del mercado de los murmullos Entonces habrá quien sugiera proteger el rumor del viento de oriente entre los palomares de Capadocia, el olor a barro y sábalo del Río de la Plata, el brillo de los cerros bogotanos con la luz rasante del atardecer que los hace ver tan planos como cartones recortados de algún pesebre o con las nubes desflecadas que los envuelven como en alguna delirante pintura manierista. Ese día la ciudad tendrá un nuevo sentido: será el que surja de la emoción de descubrir el rumor del viento sobre la música de Okay Temiz, el grupo que se atrevió a mezclar el jazz con las viejísimas tonadas del interior de Turquía, que es el mismo sentido que, cerveza en mano y sentado sobre un costal, puede aparecer cuando en medio del murmullo del mercado de Barranquilla se descubre una nota imprevista en el acordeón de Colacho o en el canto villanuevero de Celedón; cuando desde el puente de la 53, en Bogotá, la mirada se pierde entre los cerros recortados, sobrevolando la ciudad de ladrillos o cuando más allá del humo perfumado de cientos de asadores, el olor del Río de la Plata trae recuerdos jurásicos del mundo de barro y selva del Mato Grosso. Porque el sentido de la ciudad, a diferencia de su significado, no está en las formas de los edificios o de los parques, está en la emoción que nos producen esos edificios y esos parques.

CARICATURA

Historia clínica de nuestro sistema de desastres A raíz de los dramáticos sucesos, hace ya un año, en el Eje Cafetero, donde la cotidianidad fue conmovida por los rigores de la naturaleza, comprendimos que Colombia enfrenta uno de los mayores retos en cuanto a manejo de desastres. Vale la pena, por ello, hacerle un diagnóstico al Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres, organizado formalmente por el Decreto 919 del 1˚ de mayo de 1989. El Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres es un joven adolescente que aún no cumple los 15 años, sin embargo ya manifiesta signos de arteriosclerosis y problemas generales en su circulación. Sus capilares se colapsan con facilidad impidiendo el flujo adecuado de recursos energéticos e informáticos. Es algo chico para su edad, si bien se encuentra en proceso de crecimiento. Aunque inmaduro, ha tenido una existencia agitada y sufrido una constante tensión en su sistema nervioso, lo cual le ha generado períodos de grandes espasmos combinados con períodos de letargo aterrador. Padece de constantes jaquecas y su coordinación no siempre es la más adecuada. Presenta dificultades esporádicas en su marcha, aunque está bien diseñado su polígono de sustentación. Es un poco retraído y no sobresale por ser perspicaz, sin embargo se esfuerza diariamente e intenta prestar mucha atención a lo que ocurre alrededor. Le cuesta mirar hacia adelante y hacer previsiones. Se le dificulta expresarse con fluidez y tiene problemas con su dicción. Es poco aficionado a la actividad teórica, más bien le gusta el agite del momento y es proclive al activismo y a la improvisación. Le deleita acicalarse para la prensa aunque es tímido en los momentos de dar declaraciones. Su apetito es voraz pero su digestión muy regular; en ocasiones le hace falta un mejor manejo nutricional. A pesar de que en los momentos más difíciles recibe alimentación suplementaria, presenta factores de riesgo de osteoporosis y de síndrome de mala absorción. Su nacimiento fue un tanto traumático, pues surgió de la desgracia de mucha gente y la desdicha que conmovió a todo un país. El ejercicio le ha sentado de maravilla, aunque sus miembros no se han desarrollado armónicamente y presenta una ligera deformación. Su sistema osteoesquelético tiene que ser fortalecido y su masa muscular requiere desarrollo. Si bien sus reflejos han actuado cuando se les necesita, es importante estar pendientes de evaluarlos. Se requiere un control auxológico permanente que le guíe su proceso de crecimiento y desarrollo, así como una valoración cardíaca y una terapia vascular. Es imprescindible su examen neurológico y un trabajo de fisioterapia para establecer una adecuada coordinación. El paciente no está en estado crítico y su juventud es, en sí misma, una gran oportunidad, sin embargo la revisión de sistemas aporta preocupantes hallazgos patológicos y altos factores de riesgo que requieren una rápida asistencia terapéutica así como intensas medidas preventivas.


Cuando se revisan los últimos veinte años de reformas y debates sobre la distribución de recursos y funciones entre la Nación y las entidades territoriales sorprende el poco desarrollo que ha merecido el departamento. A decir verdad, nadie ha señalado con claridad el lugar que éste debe ocupar en un proceso de “descentralización municipalista”. El destino de los recursos y políticas transferidas es el municipio, no el departamento. Este vacío conceptual y normativo llevó incluso a que importantes constituyentes propusieran en 1991 la desaparición de los departamentos y su reemplazo por asociaciones de municipios y el fortalecimiento de las provincias. La resistencia de las clases políticas regionales logró salvar a los departamentos y reforzarles su poder, en tanto intermediarios entre la Nación y las localidades. El departamento “bisagra” debería coordinar las diferentes entidades y políticas públicas en su jurisdicción, apoyar la planeación local, prestar asistencia técnica y facilitar el tránsito de recursos y políticas hacia los municipios.

ILUSTRACIÓN DE VICTOR BARRERA

Panorama hostil

La burocracia, el gasto fiscal y 20 años de desidia tienen a los departamentos como débiles “bisagras” a punto de romperse.

Agotamiento del proceso de descentralización Darío Restrepo Profesor Facultad de Ciencias Económicas

Las altas tasas de interés sumadas a la disminuida capacidad de pago llevaron a la bancarrota de los departamentos.

Los 26 días de paro al finalizar 1999 en los departamentos de Nariño y Cauca, la deuda departamental que asciende a 2.1 billones de pesos, la caída continua de los ingresos tributarios propios y del rendimiento financiero de sus empresas, el aumento del costo del pasivo pensional que no tiene fuentes de pago aseguradas, el cese de las cotizaciones a la seguridad social, el crecimiento de los gastos de funcionamiento sobre los de inversión, la ineficiencia administrativa, los altos niveles de corrupción y la suspensión de ocho gobernadores son todos signos de una crisis endémica de los departamentos. La historia enseña que las cosas suelen quebrarse por sus eslabones más débiles, lo cual nos advierte sobre la crisis económica, administrativa y política de los departamentos como anunciadora del agotamiento del proceso de descentralización. La historia también enseña que las coyunturas críticas se incuban durante un tiempo largo y que resultan de un cúmulo de problemas no resueltos. Se recuerdan aquí los antecedentes y los principales problemas que explican la crisis actual de los departamentos.

Ninguna de estas tareas ha sido satisfactoriamente acometida por la mayoría de departamentos; en cambio, la intermediación ha encarecido la descentralización a la vez que ha demorado el traspaso de funciones hacia los municipios. En efecto, la “bisagra” funciona bien cuando utiliza la intermediación con los municipios para reproducir las redes políticas, burocráticas y sindicales departamentales. Pero ni la Constitución Política ni las reformas posteriores completaron el poder de intermediación con el fortalecimiento de transferencias suficientes de platas y políticas para ser ejecutadas por los departamentos. Más aún, sus recursos propios, dependientes básicamente de los impuestos a los licores y cigarrillos, han colapsado por culpa del contrabando y la apertura económica. Este cuadro clínico lo completa la atomización de las redes partidistas que la descentralización provocó. Los alcaldes ya no son nombrados por los gobernadores sino elegidos popularmente; además, manejan recursos y políticas sociales propias. Así las cosas, ser gobernador y tener una mayoría suficiente que permita manejar la administración pública se ha vuelto más difícil y, a mayor dificultad, mayores costos. Las alianzas electorales entre múltiples fracciones conllevan una presión sobre el gasto público departamental que, a su vez, se expande para devolver los favores debidos a los aparatos burocráticos que componen la mayoría política. En cada elección de gobernadores se repiten las alianzas ocasionales que llevan a la extensión permanente y acumulada de la burocracia y el gasto público departamental. La situación es entonces la siguiente: los gobernadores son elegidos para administrar departamentos sin suficientes funciones, sin transferencias para proyectos propios, con menguada capacidad de recaudar impuestos locales y sometidos a las presiones de una clase política en vías de atomización. ¿Qué hacer en una situación tan hostil? La solución ha sido pedir plata prestada a los bancos. Lo que sigue es conocido por la opinión pública. Las altas tasas de interés sumadas a la disminuida capacidad de pago condujeron a mayores tasas de endeudamiento y, finalmente, llevaron a la bancarrota de los departamentos. Los bancos quisieran quedarse con los activos departamentales, así como con las viviendas de los ahorradores colgados en sus pagos y con las propiedades de los empresarios que se endeudaron omnubilados por las promesas de prosperidad de la apertura y los chorros de dinero del narcotráfico. Los bancos se están quedando con la plata de la

descentralización, incluso, mediante mecanismos expropiatorios que le hacen conejo a la descentralización, a la Constitución y a las demandas de la población. ¿Qué hacer, entonces? Ya se quisiera encontrar soluciones únicas y sencillas para resolver mágicamente 20 años de desidia. Algunos proponen acabar con las Asambleas Departamentales que, a pesar de costar cada vez más plata, no cumplen ninguna función estratégica. Lo anterior es tan cierto que si estas desaparecieran muy poca gente se daría cuenta. No conviene, sin embargo, debilitar la democracia representativa local en un país en guerra, sino reforzarla, dándole funciones políticas importantes y no subsidiarias y prescindibles, como es el caso con las Asambleas hoy. Otros proponen fusionar departamentos con el fin de crear entidades territoriales más fuertes. Quizás así se mejoren los recaudos en los territorios de los departamentos inviables y también la eficiencia de las empresas y la administración pública. Pero, inevitablemente, las bases económicas y políticas de los departamentos fuertes tenderían a subordinar las políticas en los “territorios anexados”, a sus intereses estratégicos. ¿Si hoy los paisas y cachacos planifican el desarrollo del Chocó que ellos necesitan, qué sería de la voluntad de la población y de las necesidades del desarrollo chocoano si Antioquia se traga al Chocó? En la actualidad se discute el saneamiento fiscal de los departamentos con el fin de reducir el tamaño de las nóminas y de los salarios; además, está en la mira la reducción general del gasto público hasta que se adapte a los recursos realmente existentes. De tal manera, no sólo se reducirían los costos de la burocracia sino la inversión pública, que también se disparó por el afán de todos los gobernadores de mostrar obras propias. No debe engañarse a la opinión pública, la disminución de las plantas de personal es un proceso lento y bastante oneroso, incluso cuando se hace bien y se evitan las costosas demandas que el Estado suele perder. Otra de las opciones que se debate es la revisión de la ley general que regula la transferencia de recursos y funciones a las entidades territoriales. El interés confeso del gobierno es arañar una parte de los recursos de la descentralización para conformar un fondo con destino al pago de las pensiones regionales. Sin embargo, los problemas son tantos y tan graves que no se debiera dejar pasar la ocasión para plantear alternativas de fondo, como por ejemplo la siguiente: ¿Debe el proceso de descentralización seguir siendo hacia los municipios, con departamentos como “bisagras” débiles y en muchos casos prescindibles y la Nación ordenando todo y tratando de mantener las funciones y los gastos que, por otra parte, ya descentralizó? ¿Debe pensarse en una descentralización que otorgue funciones estratégicas de desarrollo productivo y de prestación de servicios a cada nivel territorial? Esta segunda opción supone trasladar mayores funciones y recursos a los departamentos, profundizar el federalismo fiscal para que las entidades territoriales posean mayores fuentes tributarias propias y valorizar un protagonismo de los diferentes niveles de gobierno en políticas de desarrollo productivo y comercial y la generación de empleo. Hasta ahora la descentralización no es más que el traspaso de las políticas sociales, es decir, de sus costos. La sostenibilidad financiera y política del proceso puede estar en la descentralización de las políticas de generación de ingresos, es decir, en estrategias de desarrollo de los mercados regionales.

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POLÍTICA

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

La participación electoral femenina en Colombia representa entre un 47% y un 49% de la votación total en elecciones presidenciales y de Congreso respectivamente, esto considerando sólo los procesos electorales de la última década. Empero, su representación en el Senado de 1958 a 1990 no llegó al 3%, en 1994 llegó al 7% y en 1998 al 14%, su nivel más alto en toda la historia.


estima que Bogotá es uno de los más grandes receptores de migrantes por violencia, que llegan directamente o en varias etapas. En 1996 su número alcanzó 50.000 personas, integrantes de 9.700 hogares, lo cual da un ritmo de llegada de 27 hogares desplazados por día. En las regiones más lejanas de la capital las corrientes de migración se dirigen hacia las ciudades intermedias en proximidad a los centros de expulsión.

ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

Aunque el desplazamiento es un fenómeno nacional, se

POLÍTICA

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El tema de la ley de canje es un problema político, más que jurídico. Polémico y candente, recuerda que toda negociación implica perdonar y ceder en las posiciones de cada una de las partes en contienda.

ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

La ley de canje en el marco de las negociaciones de paz Flor Alba Romero Profesora Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Iepri

En Colombia, trabajar por una solución negociada del conflicto armado interno contribuirá al propósito de superar la profunda crisis que en materia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario ha soportado el país por más de cuatro décadas. Cada vez crece más el número de sectores y organizaciones sociales que reclaman de las partes en conflicto la búsqueda de una solución negociada, dado el fracaso de la pretensión de lograr la paz mediante la derrota del contrario. El escalonamiento de la guerra y sus consecuencias en la población civil y en los heridos y retenidos hacen imperativo un acuerdo negociado, que ojalá se desarrolle enmarcado dentro de una tregua. El acercamiento entre el Gobierno y la insurgencia ya se inició y se espera que los resultados, aunque no serán a corto ni mediano plazo, sienten las bases para un acuerdo que tenga posibilidades prontas y reales. Dentro del proceso de paz, en la agenda común firmada por las Farc y el Gobierno Nacional el 6 de mayo del presente año en la vereda La Machaca (San Vicente del Caguán), se contempla la búsqueda de acuerdos frente al Derecho Internacional Humanitario: desvinculación de niños y niñas del conflicto armado, no utilización de minas antipersonales, respeto a la población civil y vigencia de las normas internacionales. Soldados y policías en manos de las Farc Desde hace más de 30 meses, aproximadamente 500 personas, entre soldados y policías, están en manos de las Farc, luego de diversas acciones y confrontaciones bélicas en diferentes partes del país. Estas personas privadas de la libertad están a la espera de una solución que les permita volver al seno de sus hogares y recuperar la normalidad. Aunque en la Agenda Común no hay una referencia explícita al canje, las Farc presentaron, mediante una carta dirigida al presidente del Congreso de la República, una propuesta de expedición de ley de canje. Por su parte, el Congreso, mediante la Subcomisión de Paz, creó la Mesa de Canje, conformada por cuatro congresistas y el Procurador General de la Nación, para trabajar en el proyecto de ley.

Mientras en el Congreso se propone que el Presidente de la República tenga amplias facultades para la firma de un acuerdo humanitario que permita el intercambio gradual y dosificado de los soldados y retenidos por las Farc por los presos políticos detenidos en las cárceles estatales, a los cuales se les daría libertad condicional, las Farc plantean que el intercambio sea un proceso permanente en donde la situación jurídica de los presos políticos quede saldada. Personas privadas de la libertad y DIH Los Convenios de Ginebra y sus dos Protocolos adicionales contienen las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH), que busca la humanización de los conflictos bélicos internacionales e internos. Esto significa que el DIH no cuestiona la guerra sino los procedimientos utilizados para desarrollarla. Por otra parte, la legitimidad de los actores armados está en directa relación con la aplicación de este derecho. Las confrontaciones armadas tienen límites y hay principios éticos que deben acompañar las acciones de los actores armados en contienda. Para el caso colombiano, las personas que se encuentran en manos de las Farc no tienen las garantías de prisioneros de guerra previstas en el Convenio III de Ginebra, pues ésta es una categoría que se aplica a los conflictos armados internacionales; en este caso, tratándose de un conflicto armado interno se habla de personas privadas de la libertad. El Derecho Internacional Humanitario es claro en señalar el trato respetuoso y humano que se debe dar a los combatientes que caen en manos de la parte enemiga. El artículo 5 del Protocolo II, hace referencia a las personas privadas de la libertad, a las cuales el retenedor está obligado a brindar un trato humanitario, suministrar alimentos y agua potable, ofrecer protección frente a los rigores del clima y los peligros de la confrontación bélica y permitir recibir ayuda individual y colectiva, tener prácticas religiosas, tener atención médica cuando lo requieran y tener correspondencia. En muchas confrontaciones bélicas los procesos de búsqueda de paz han posibilitado la firma de armisticios, treguas, amnistías e intercambio de prisioneros. En Colombia, en pasadas negociaciones de paz (Movimiento 19 de Abril, M-19; Ejército Popular de Liberación, Epl; Movimiento Quintín Lame; Corriente de Renovación Socialista, etc.),

se han decretado amnistías pero no se contempló la posibilidad de acuerdos de canje. En el marco de las actuales negociaciones de paz, las partes no parecen estar dispuestas aún a contemplar la posibilidad de un cese temporal y bilateral de hostilidades y un intercambio de personas privadas de la libertad, como el propuesto por las Farc al Congreso, el cual está pendiente para su discusión y aprobación. Frente a una ley de canje, existe un temor infundado en algunos sectores del Estado de creer que su aprobación significa un reconocimiento de hecho del status de beligerancia de las Farc. El tema del canje es un problema político, más que jurídico: jurídicamente habría la posibilidad de suspender la privación de libertad a los presos políticos y darles una categoría de especial, en donde el Estado brinde unas mínimas garantías para que mantengan este status. De otra parte, hay la preocupación de sectores estatales (por ejemplo del Fiscal) y no gubernamentales de colaborar aún más con la impunidad que reina en el país, cuando el sindicado o condenado por algún delito político queda en libertad por la ley de canje. De todas formas, aunque el tema es polémico y candente, no hay que olvidar que toda negociación implica perdonar y ceder en las posiciones de cada una de las partes en contienda. Mientras que la ley de canje se discute en el Congreso, cientos de familias de los soldados y policías retenidos por las Farc desarrollan diversas actividades en distintos escenarios, con el único fin de lograr una ley de canje que permita la liberación de sus seres queridos, para que puedan retornar a su núcleo familiar.

En el marco de las actuales negociaciones de paz, las partes no parecen estar dispuestas aún a contemplar la posibilidad de un cese temporal y bilateral de hostilidades y un intercambio de personas privadas de la libertad.


Lecciones en medio de tantos desaciertos: la recuperación es producto del esfuerzo nacional y no de la ayuda externa; el aparato productivo hay que fortalecerlo y prepararlo para la exportación, y debe rescatarse la cultura del ahorro.

Desempleo y crisis, consecuencias de un modelo mal aplicado

Costos del modelo

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Ricardo Bonilla González Profesor Facultad de Ciencias Económicas

El elevado desempleo es, probablemente, el mayor síntoma del deterioro de la economía colombiana en el último período, acentuado por un entorno recesivo y una evaluación del proceso de apertura con resultados lamentables agravados por los desequilibrios macroeconómicos. La teoría económica enseña que hay diferentes formas de desempleo y todas ellas tienen alguna presencia en Colombia. Las principales son: la estructural y la cíclico. En primer paso el desempleo se origina por deficiencias en la estructura económica o fallas del mercado laboral, cuando

En términos comparativos, el deterioro del empleo no tiene antecedentes en la historia reciente; ocho puntos de incremento en solamente dos años.

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ECONOMÍA

Una recesión de las características actuales no se vivía desde 1930 cuando el PIB presentó una tasa de –8.6%, razón por la cual el nivel de expectativas se acerca más al pesimismo. La desaceleración del crecimiento comenzó en 1996 y desde entonces, los sectores más importantes se hundieron (cuadro 1) llevando a los mayores creadores de empleo a tener las tasas negativas más altas, en su orden: construcción, industria y comercio. La coyuntura presenta un desempleo en condiciones ahistóricas donde predominan las razones cíclicas y la urgencia se encuentra en los mecanismos de recuperación económica y corrección de los problemas derivados de la aplicación de un modelo económico para el que el país no estaba preparado ni se le crearon las condiciones para afrontarlo eficientemente. Los problemas actuales son consecuencia de los errores pasados y la implementación de un modelo que creó la ilusión de una economía mejor que no pasó de ser un crecimiento artificial que desembocó en los desequilibrios que postraron al país. Los desequilibrios comenzaron con el desbalance entre la demanda y la producción, continuaron con los mecanismos de abastecimiento y financiamiento de la nueva demanda para concluir en el deterioro del ahorro y el excesivo crecimiento de la deuda externa. Una breve mirada a estos aspectos ilustra los orígenes de la recesión y el costo de la aplicación extrema del modelo. Vista en el largo plazo, la relación entre la demanda y el PIB es muy estrecha, vínculo que se rompe bruscamente en la década de los noventa dando lugar al desequilibrio de partida. La liberación del comercio exterior y la apertura financiera propiciaron el libre ingreso de capitales, al mismo tiempo que el tamaño del Estado se ampliaba

expandiendo la demanda a niveles nunca antes conocidos; como consecuencia, el consumo de todo tipo de bienes creció, siendo los más representativos los automóviles y electrodomésticos, abastecidos por producción nacional e importaciones. Cuando los recursos se agotaron la demanda disminuyó y el impulso sobre la producción se contrajo dando origen a la penuria y desazón presentes. La nueva demanda no fue abastecida por producción nacional, aún cuando ésta alcanzó un nuevo impulso que duró hasta 1995. Fueron las importaciones y el contrabando los proveedores, de tal manera que el país pasa de un superávit a un déficit comercial a partir de 1993, el cual llega a un acumulado superior a los US$14.000 millones en 1998. La apertura abrió las puertas a las importaciones y le quitó dinamismo a las exportaciones, de tal manera que produjo cambios estructurales en la composición del empleo y en los objetivos de las empresas. Un lento, pero continuo, proceso de desindustrialización se apoderó del aparato productivo nacional, numerosas empresas cerraron, otras se transformaron en comercializadoras de bienes importados y todas, en general, licenciaron personal, añadiendo un elemento más al desempleo estructural del país: la incapacidad del sector productivo de crecer y crear empleo. El mayor consumo se financió con gasto público, ahorro nacional y recursos externos. La dinámica del gasto superó la de los ingresos y produjo a un tamaño del Estado de mayores proporciones, que va del 24% del PIB en 1990 hasta el 36% en 1998 (cuadro 2), financiado con varias y sucesivas reformas tributarias, que llevaron el IVA del 10% hasta el 16%, generando nuevos recursos insuficientes y originando un déficit fiscal de carácter estructural. Los sucesivos déficit se cubrieron con deuda interna y externa, convirtiendo al Estado en un demandante más de los recursos del crédito contribuyendo a la elevación de las tasas de interés y al encarecimiento del mismo. La mayor demanda de recursos públicos origina el desequilibrio fiscal, compite por los recursos, reduce espacio al sector privado y no contribuye a la recuperación económica. Dinámica del gasto La mayor pérdida en todo este proceso se dio en los niveles de ahorro, especialmente en el privado, que prácticamente se reduce a la mitad. Para sostener el ritmo de consumo desaforado, los colombianos sacaron todos sus recursos, desahorraron y se endeudaron, dejando al país con baja dis-

En Colombia, el modelo económico se caracteriza por ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

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no coinciden los niveles de capacitación con las necesidades de los empleos ofrecidos, es decir, que se demanda personal calificado en áreas técnicas para las cuales no hay aspirantes o existe personal de muy buena formación en áreas para las cuales no hay demanda. El segundo depende del comportamiento económico, para el cual, en los períodos de expansión se reduce el desempleo, mientras en los períodos de recesión aumenta. En una perspectiva de largo plazo, en los últimos 25 años, la principal explicación para el desempleo nacional es de carácter estructural, con tasas que oscilan entre 7.6% y 9.1% para los años de mejores resultados y mayores tasas de crecimiento del PIB. En una perspectiva de corto plazo, los momentos más críticos coinciden con los mayores desequilibrios macroeconómicos, menor crecimiento y la actual recesión. En términos comparativos, el deterioro del empleo no tiene antecedentes en la historia reciente, 8 puntos de incremento en solamente dos años, del 12.1% en 1997 al 20.1% actual, y la referencia más cercana se encuentra en la crisis de los años 28-30. En el mismo período el país afrontó dos crisis, las cuales aún cuando fueron de diferente intensidad tienen factores comparables. En ambas ocasiones los desequilibrios macroeconómicos llegaron a niveles insostenibles y la tasa de cambio fue revaluada, por consiguiente las importaciones financiadas con deuda alimentaron la crisis. Al mismo tiempo, el entorno internacional no fue favorable, los mercados se estrecharon y las condiciones de financiamiento se redugeron, de tal manera que los desequilibrios debieron ser resueltos con medidas que contribuyeran a corregir las causas: devaluación y contracción del gasto público.

la concentración de la riqueza. Cinco grupos financieros controlan el 92% de los activos del sector; 50 grupos económicos dominan más del 60% en la industria, los servicios, el comercio, el transporte y la agricultura; 1.3% de los propietarios posee el 48% de la tierra; cuatro grupos económicos son propietarios del 80% de los medios de comunicación, según El desplome colombiano, documento preparado por Libardo Sarmiento Anzola para la Fundación Friedrich Ebert Colombia.


ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

La regla de que el precio de una acción está determinado por las ganancias de las compañías ha cambiado, especialmente en las empresas relacionadas con Internet. En este caso, el mercado es el que determina el precio de la acción, como lo demuestra la librería virtual Amazon, cuya rentabilidad es mayor que todas las cadenas de libros de Estados Unidos juntas.

ponibilidad para la nueva inversión. El nuevo modelo, además, acentuó la desigualdad, la riqueza se concentró, la incertidumbre y las menores oportunidades ensombrecieron las expectativas de los colombianos. Mientras el índice Gini mostró enorme retroceso en la distribución del ingreso, algunas prácticas cotidianas alimentaron el enriquecimiento ilícito y arrinconaron a los colombianos honestos a vivir con las migajas de la corrupción. Finalmente, el agotamiento de los recursos internos y la revaluación contribuyeron a incrementar la deuda externa, especialmente privada, agudizando los problemas en la cuenta corriente. Los aproximadamente US$12.000 millones acumulados de déficit comercial equivalen a la cantidad similar en que se incrementó la deuda externa del sector privado (cuadro 3), utilizada en buena parte para financiar las mayores importaciones, no propiamente en bienes de capital. Aún cuando la deuda pública no creció en las mismas proporciones, también contribuyó a duplicar la deuda externa total del país. Este nivel de deuda y la imposibilidad de transformarla a deuda interna mantuvo en vilo el comportamiento de la tasa de cambio con presiones antidevaluacionistas, las cuales fueron superadas dejando un pasivo muy alto en moneda nacional y la necesidad de mayores recursos para amortizar deuda y pagar su servicio. En síntesis, el modelo de apertura hacia fuera con mayor tasa de penetración de las importaciones, deja múltiples sinsabores en la economía colombiana, endeudados, sin ahorro, con un Estado más grande e igualmente ineficiente y unos desequilibrios macroeconómicos difíciles de superar, a lo que se agrega mayor desempleo, pobreza, concentración del ingreso y menor industria. En medio de tantos desaciertos quedan, no obstante, lecciones importantes en, al menos, tres aspectos: la recuperación es producto del esfuerzo nacional y no de la ayuda externa; el aparato productivo nacional hay que fortalecerlo y prepararlo para la exportación, y hay que rescatar la cultura del ahorro y prepararnos para nuevas inversiones productivas que generen trabajo y empleo.

En sólo una década, Colombia vio cómo la economía pasó del auge a una crisis que se refleja en el mercado laboral. De la exuberancia, la sociedad urbana pasa a la carencia.

Mercado laboral urbano

Entre la euforia y la desesperanza Observatorio de Coyuntura Socioeconómica Centro de Investigación para el Desarrollo Facultad de Ciencias Económicas

Para la economía colombiana la década del noventa fue de profundos altibajos y marcados contrastes. Después de un período de auge, exuberancia y euforia, entró en una fase de recesión, carencias y privaciones. Las condiciones creadas por las reformas económicas realizadas en los inicios de la década, la inestabilidad de los mercados internacionales, el flujo de capitales lícitos e ilícitos, el comportamiento de los mercados financieros, el carácter de las políticas monetarias y fiscal, el enrarecimiento del clima político, las demandas crecientes de bienes sociales y bienes improductivos (gasto militar), la agudización del conflicto armado, fueron factores que inclinaron la economía hacia el auge o hacia la recesión. Los mercados de trabajo expresaron bien lo acontecido en esos dos períodos. Una absorción dinámica del empleo y reducidas tasas de desempleo, con una tasa mínima del 7.6% durante la fase de auge. Despidos masivos, limitadas contrataciones y tasas de desempleo jamás registradas en los centros urbanos -del orden del 22%- caracterizaron la fase recesiva. Pero muchas otras cosas ocurrieron en los mercados de trabajo, las cuales irían a tener profundas consecuencias sociales. Una de las transformaciones más sobresalientes la representó la gran expansión de las demandas de empleo calificado -fuerza de trabajo con niveles educativos correspondientes a educación superior- propiciada por los cambios tecnológicos, la modernización de las empresas y los cambios en la organización del trabajo. Unas demandas crecientes por este tipo de fuerza de trabajo y una oferta -egresados de educación superior- poco dinámica, resultaron en mayores salarios para aquellos privilegiados que habían logrado acceder a la educación superior. Como consecuencia de esta transformación, el grado de desigualdad del ingreso laboral se incrementó sustancialmente. El índice Gini, que mide el grado de concentración de ingresos, sufrió una rápida subida. En la fase de auge se incrementó de un 0.48 a un 0.51. Se perdía así todo lo que la sociedad colombiana había ganado en términos de distribución e igualdad del ingreso entre sus miembros. Pero cuando la torta crecía, el empleo se expandía y todos los salarios se incrementaban. Esto no tuvo serias consecuencias sociales: la euforia cobijó a todos. A pesar de la creciente brecha de ingresos de los trabajadores según su nivel educativo, la felicidad embargaba a la gran mayoría de la sociedad urbana. Los salarios reales de la fuerza de trabajo no calificada se incrementaban si bien su distancia con el de la fuerza calificada se ampliaba. Unos se hacían ménos po-

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bres y los otros mucho más ricos. Las capas medias se expandían gracias a los mayores ingresos de la fuerza de trabajo calificada y al mayor porcentaje de ocupados con niveles de educación superior. La proporción de fuerza de trabajo que obtenía un ingreso hasta de un salario mínimo se reducía a sus niveles más bajos, apenas un 12.9% en 1994. Eran tan sólo los jóvenes y los menos calificados los que percibían ese ingreso. Todo esto creaba crecientes expectativas de enriquecimiento rápido, favorecidas por el gran incremento en el precio de los activos, particularmente de la vivienda. Los índices de incidencia de la pobreza a nivel urbano se reducían. La relación entre el ingreso que marca el umbral de la pobreza (línea de pobreza) y el salario medio no calificado se hacía menor, lo que expresaba un mayor acceso de la población más pobre a los bienes y servicios básicos. Con el mayor ingreso de las familias, la participación de sus integrantes en el mercado laboral se reducía posibilitando un mayor grado de asistencia escolar y menores índices de delincuencia juvenil. Gran paradoja de esta sociedad: dentro de un ambiente de mayor desigualdad, de agudos contrastes en los niveles de consumo de la población, todos se felicitaban. La sociedad urbana no advertía los profundos desequilibrios sociales en los sectores rurales. Crisis es oportunidad Pero este panorama social y económico tan paradisíaco se modifica radicalmente a partir de 1996. De la euforia y la exuberancia, la sociedad urbana colombiana pasa casi sin percibirlo a la carencia, en un principio, y después a la desesperanza. La actividad económica, alimentada por el endeudamiento, pierde el oxígeno que la impulsaba. Las tasas de despido de la fuerza de trabajo empleada empiezan a acelerarse y con ello las tasas de desempleo. El desempleo de larga duración -desempleo de más de un año- adquiere mayor notoriedad. A partir de ahí la concentración del ingreso, que continúa en ascenso, ya no sólo obedecía a la creciente brecha de salarios entre fuerza de trabajo calificada y no calificada. El desempleo y la caída en los salarios reales de la fuerza de trabajo no calificada empiezan a tener una mayor incidencia. Una creciente proporción de población trabajadora -asignada ahora a las ocupaciones informales- apenas logra obtener un ingreso laboral igual o inferior al salario mínimo. Son los más pobres y los de menor educación los más afectados por el desempleo y la caída en los salarios reales medios. El salario medio de la fuerza de trabajo no calificada es cada vez menor en relación con el ingreso de línea de pobreza. Con ello, la incidencia de la pobreza se incrementa y la mayor pobreza de las familias obliga a sus miembros a participar más activamente en los mercados laborales a costa de la asistencia escolar. Curiosamente, el salario mínimo real logra incrementarse como consecuencia de un reajuste de salarios superior a la tasa de inflación esperada. Pero al tiempo que éste se incrementaba, la pobreza y el desempleo se propagaban. De esta manera, las condiciones sociales y económicas creadas por la crisis se han sumado a los problemas de orden público. La agudización del enfrentamiento armado, la pugna distributiva y el auge de los movimientos sociales que ésta significa, han exacerbado el grado de conflicto de la sociedad colombiana, mientras que el aumento de la delincuencia común, la percepción de inseguridad y la desesperanza, limitan el ambiente propicio para invertir y reactivar la economía. En este entorno de crisis y conflicto, sólo se espera que el país aprenda a superar los obstáculos. Como argumenta Hirschman y otros estudiosos sociales, las situaciones de crisis y los conflictos pueden conducir a la integración social y al fortalecimiento del capital social -el pegamento social- necesario para mantener la unidad social. Como plantea Hirschman, las crisis tienden a fortalecer a las sociedades cuanto mayores sean éstas. La máxima de Nietzsche que cita este autor, tal vez sea pertinente para la sociedad colombiana: “Lo que no me destruye, me fortalece”.


ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

La suerte de Colombia no será indiferente para el continente y el hemisferio. Por extensión y población, es el segundo país de América del Sur y el tercero de América Latina.

Históricas tensiones no resueltas durante el siglo XX y nuevos problemas creados por la globalización, hacen que Colombia adquiera un papel geopolítico importante al comenzar un nuevo milenio.

¿Colombia, tubo de ensayo? Luis Alberto Restrepo Profesor Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Iepri

Colombia ingresa de espaldas al nuevo milenio. Tras las violentas protestas de Seattle contra la Organización Mundial del Comercio, OMC, la globalización quizás frene un tanto su alocada carrera. Pero seguirá siendo la tendencia dominante de la evolución mundial venidera. Las comunicaciones han achicado demasiado el planeta como para que las islas económicas y culturales puedan sobrevivir. América Latina y el Caribe experimentan grandes dificultades para integrarse al mundo. La euforia integracionista de los primeros años noventa ha cedido su lugar a la cautela y la incertidumbre. Las crisis financieras del Asia, Rusia y Brasil, por no hablar de países menores como Ecuador,

el duro impacto económico y social de procesos de integración no bien modulados, están provocando la crítica de muchos analistas, la reacción de los electores y la prudencia de los gobernantes. En las urnas resultan derrotados partidos que han liderado la apertura, como ha sido el caso en Venezuela, Argentina, Uruguay y Chile. En algunos casos, como en Venezuela, renacen claras tendencias proteccionistas y nacionalistas sin futuro. Entretanto, en Colombia, históricas tensiones sociales no resueltas durante el siglo XX y nuevos problemas creados por la apertura y la globalización, le prestan razones a un conflicto armado que tiene frenada la integración del país en contextos más amplios. Y la suerte de Colombia no será indiferente para el continente y el hemisferio. Por extensión y población, Colombia es el segundo país de América del Sur y el tercero de América Latina. A la par con México y Centroamérica ocupa una posición estratégica en el continente: puente obligado entre las dos Américas, posee costas sobre ambos mares. Además, es vecina del Canal de Panamá y del petróleo venezolano, y es puerta de entrada a la América del Sur. Si Colombia no logra la reconciliación nacional no se puede descartar que se convierta, en el mediano plazo, en pequeño teatro de complejas escaramuzas de poder mundial. La suerte en nuestra manos Los promotores del conflicto colombiano alimentan su guerra de dos fuentes principales: la reiterada frustración de reformas sociales, sobre todo en el campo, desde los años treinta hasta hoy, y la ausencia de partidos y gobiernos que hayan asumido una clara y efectiva representación

de los sectores subalternos. Esas mismas circunstancias crearon además un nicho económico, social y político propicio para la expansión del negocio ilegal de la droga desde los años setenta. Y las ganancias de la droga son hoy el motor financiero de la guerra. La guerrilla podría pretender que un arreglo negociado del conflicto tuviera como precio la adopción de un esquema económico fuertemente nacionalista y proteccionista, que aislaría al país y bloquearía el proceso de integración andina, regional y hemisférica. En efecto, Colombia es el lazo geográfico que une a Venezuela con Ecuador y Perú. Si a las tendencias aislacionistas de Venezuela se sumaran otras similares en Colombia -las dos economías centrales de la subregión andinala Comunidad habría pasado a la historia. Y una subregión fragmentada en pseudo-naciones autárquicas se convertiría en tapón para la integración continental y hemisférica. El proteccionismo nacionalista marginaría aún más a Colombia y a la subregión de los vertiginosos flujos de capital, tecnología, bienes y servicios que seguirán cambiándole cada día la cara al mundo del siglo XXI. A corto plazo, nos sumiría en una situación comparable a la de Cuba o Vietnam. Y, a mediano, nos conduciría a una dependencia aún mayor de los centros internacionales de poder. A los pocos años nos veríamos obligados a descubrir el hielo con asombro, como Aureliano Buendía. Sin embargo, no tiene que ser forzosamente así. Las fuerzas en conflicto podrían convenir en un esquema de integración subregional y regional de inspiración bolivariana, más cauteloso frente a Estados Unidos y sus proyectos hemisféricos. En efecto, si las guerrillas no ignoran las corrientes mundiales, podrían aceptar un esquema de integración subregional y regional semicerrada (o semiabierta, según se la quiera ver). A la luz de este modelo se impulsarían procesos de rápida integración con países vecinos, en conjuntos binacionales o subregionales, un proceso más selectivo y progresivo de integración regional, provisto de claras normas de solidaridad social, y una multiplicación de los nexos extraregionales, evitando ligarse exclusiva y uilateralmente a los Estados Unidos en la fórmula del Alca (Área de Libre Comercio de las Américas). Las recientes protestas de Seattle, que ponen en salmuera una globalización desbocada, le abren campo a esta evolución. Y una propuesta similar podría encontrar ecos y alianzas en el continente. Esta sería la perspectiva más razonable para la primera década del milenio. No se puede descartar, sin embargo, que un eventual fracaso de las negociaciones con las guerrillas induzca una mayor intervención norteamericana disfrazada de lucha antidrogas, y estimule, en respuesta, una creciente alianza de hecho entre guerrilla, mafias nacionales e internacionales de drogas y armas, y actores extraregionales interesados en crearle problemas a Estados Unidos en su propio patio, como podrían ser Irán, Libia, Irak, sectores del antiguo ejército soviético o de las actuales mafias rusas. Si así fuera, el conflicto colombiano bloquearía cualquier proceso de integración continental, se convertiría en una guerra geopolítica de dimensiones impredecibles y podría convertir a Colombia en un miniteatro de prolongadas y sangrientas escaramuzas de poder mundial. El interés de los estrategas del Pentágono, de aquellos que deciden el rumbo de la guerra detrás de los gobiernos y partidos, sean demócratas o republicanos, no es propiamente la paz. Nuestro territorio podría ser más bien un interesante tubo de ensayo para la experimentación prolongada de sus nuevas tecnologías de guerra. Aún está en nuestras manos decidir la suerte del país.

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ILUSTRACIÓN DE VÍVTOR BARRERA

Entre 1926 y 1972, 15.000 gitanos de la comunidad Yenish residentes en Suecia fueron sometidos a un plan gubernamental para erradicar el nomadismo, que consistía en apartarlos de sus familias y recluirlos en prisión y en asilos para enfermos mentales. El plan fue detenido en 1972, pero sólo en 1996 se comisionó un estudio histórico, cuyos hallazgos se hicieron públicos en 1998. A raíz de ello, el Parlamento sueco estableció una indemnización de 21.000 dólares para las víctimas.


aburridos con la campaña presidencial para las elecciones del 2000, según una encuesta de la Kennedy School for Government de Harvard. La muestra es parte de un estudio diseñado para medir la apatía electoral. En los primeros resultados, el 60% de 1.000 ciudadanos dijo que la campaña electoral es monótona y demasiado larga.

ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

Las dos terceras partes de los estadounidenses dicen estar

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Socorro Ramírez Profesora Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Iepri

Ampliar la cooperación entre los gobiernos, examinar cuestiones internacionales para concertar posiciones comunes y plantear soluciones propias frente a problemas regionales fueron los objetivos acordados al momento de la unificación del Grupo de Contadora (México, Venezuela, Colombia y Panamá) y de su Grupo de Apoyo (Perú, Uruguay, Brasil y Argentina) para conformar el Grupo de los Ocho, o Grupo de Río como se lo llamó en 1986 cuando celebró su primera reunión. Desde entonces podemos identificar tres etapas que marcan su desarrollo. En la primera, la de unidad ante las crisis (19861990), predominan los&Âcos de éxitos y frustraciones de los esfuerzos regionales en favor de una solución pacífica de las crisis centroamericana y de la deuda externa. Aquéllas eran épocas de forcejeo con los Estados Unidos por la no intervención y la libre determinación, de descrédito de la Organización de Estados Americanos, OEA, y de transición democrática regional. De ahí que el énfasis se ponía en la paz, la democracia y el desarrollo autónomo y que fuera la época de más intensa concertación política regional. La segunda, la de euforia aperturista ante la globalización (1990-1995), constituye un giro importante del Grupo tanto por los cambios en sus planteamientos asumidos al ritmo de las transformaciones internacionales como por su ampliación con el ingreso de Chile, Ecuador, Bolivia, Paraguay, un representante de Centroamérica y otro del Caribe insular. Con la perspectiva optimista de la evolución de las relaciones internacionales se produce el cambio de los paradigmas económicos y las preocupaciones regionales se centran tanto en el ajuste y la apertura para la inserción de cada país en un mundo competitivo como en la reactivación de la integración comercial. El interés hemisférico empieza a subordinar los intereses regionales. La globalización resulta más importante que la regionalización. La integración se orienta hacia fuera como un instrumento para hacer irreversible la apertura y buscar la inserción individual en los mercados hemisféricos y globales. El Grupo pierde la oportunidad de ser el ámbito de concertación política sobre la integración económica. Y frente al ejercicio unipolar del poder de Washington y la unilateralidad, aunque hay declaraciones del Grupo en contra de medidas como la Helms -Burton contra Cuba o la descertificación contra Colombia, el Grupo no logra ser un contrapeso. La tercera etapa (1995-1999), la de la subregionalización pragmática muestra al Grupo atrapado en las dinámicas de los países más importantes o de los dos polos que jalonan la región: el Mercosur y el área de libre comercio de las Américas. Pero los países de América Latina y el Caribe no se coordinan entre sí sino que siguen los procedimientos establecidos en la cumbre de Miami. La afirmación de la democracia se reduce al pronunciamiento ante los casos en que ésta se ve amenazada, más que al impulso de medidas que contribuyan a su consolidación. La región no actúa en el proceso de reforma de Naciones Unidas y sus relaciones con la Unión Europea van pasando del diálogo y concertación biregional a negociaciones bilaterales con los países o las subregiones latinoamericanas más importantes. Podríamos estar entrando en una cuarta etapa en donde frente a los retos que plantea lo global y hemisférico, diversos países intentan retornar al proteccionismo y nacionalismo y cada país trata de pasarle al vecino los costos de su difícil inser-

ción internacional. Esto es particularmente notorio en las disputas entre los dos socios mayoritarios del Mercosur y de la Comunidad Andina. Con todo, en trece años el Grupo puede mostrar como logros: el aprendizaje de la consulta política, el incremento de interdependencias entre sus integrantes, la valoración de una diplomacia informal frente a las instituciones panamericanas, la defensa del multilateralismo, el haber sido un instrumento de articulación de mínimos comunes para la interlocución frente a terceros.

Colombia ejerce en el año 2000 la secretaría pro tempore del mecanismo de consulta y concertación política de América Latina y el Caribe conocido como Grupo de Río. Es ésta una oportunidad para hacer un balance de los desarrollos del Grupo, revisar sus problemas de funcionamiento y analizar los retos que a Colombia le plantea esta responsabilidad.

Los problemas de funcionamiento Como diplomacia informal el Grupo fue concebido sin reglamentos ni aparato burocrático. Para su funcionamiento cuenta en cada país con una coordinación, y a nivel regional funciona a través de las reuniones anuales de los presidentes y cancilleres, los grupos de trabajo para temas específicos, la secretaría pro tempore que cada año es ejercida por el anfitrión de la cumbre, y la troika que garantiza la continuidad de los esfuerzos al estar conformada por el país que ejerció la secretaría, el que la ejerce y el que le sucederá. Aunque espacios como éste no pueden ser evaluados sólo por sus consecuencias prácticas sino también por los efectos que sus declaraciones generan en otros ámbitos de negociación, hay que señalar que el Grupo ha venido acumulando problemas que pueden poner en cuestión su sentido y vigencia. Este funcionamiento, no institucionalizado ni reglamentado, y fruto de una declaración, no de un pacto vinculante, depende de la voluntad de los Estados, el que sus decisiones no sean vinculantes y el que el incumplimiento de los compromisos no tenga altos costos le hace perder capacidad operativa y credibilidad. Los países grandes utilizan el Grupo como el ámbito para hacer sentir su relativa distancia o su interés en negociar con las potencias. Predomina una retórica declarativa y una dispersión temática sin ninguna prioridad. El Grupo ha concertado posiciones más hacia fuera que hacia dentro, o ha reaccionado frente a ciertos temas de la política mundial más que ante los problemas internos de la región o de sus miembros. Pero aunque se han desarrollado debates internos sobre asuntos internacionales centrales, se prefiere dar paso a las reacciones individuales como ocurrió frente a la intervención de la Otan en Kosovo. El Grupo ha estado al margen de conflictos o temas clave que países de la región han tenido que enfrentar: Haití, o el conflicto entre Ecuador y Perú, por ejemplo. El Grupo se ha visto enfrentado al dilema de ampliarse a toda la región o mantener el predominio sudamericano. La solicitud a finales de 1999 de ingreso de siete países centroamericanos y de República Dominicana aumenta la tensión entre los intereses subregionales y los regionales. La Caricom sigue con un representante y Cuba continúa por fuera. A partir del 2000 el logro y la gestión de los consensos será aún más difícil pues los miembros pasan de 14 a 21 países. El reto para Colombia La Agenda Siglo XXI, es el nombre del proyecto que Colombia espera desarrollar en esa gestión. Para cumplir este ambicioso objetivo el gobierno colombiano debe concentrarse en el desarrollo de acciones hacia dentro y hacia fuera del Grupo. Hacia dentro del Grupo debería atender la revisión de los procedimientos, la discusión sobre el

Grupo de Río: agenda para comenzar el siglo XXI sistema de adopción de decisiones y la actualización del sentido del consenso. Debería también identificar los intereses subregionales y de los países más importantes y tenerlos en cuenta a la hora de definir uno o dos ejes de actuación para evitar la dispersión temática. Hacia fuera, además de un esfuerzo por mejorar la forma de presentación y divulgación de los resultados de las reuniones del Grupo, la secretaría tiene que hacer que la región tenga presencia en las discusiones mundiales a través de ágiles pronunciamientos ante hechos coyunturales, la concertación de posiciones en los foros regionales e internacionales y la relación con terceros. Hay que evitar convertir al Grupo en caja de resonancia de medidas nacionales adoptadas para hacerle frente a sus problemas internos. Pero tampoco pasarse al otro extremo. Sería incomprensible que Colombia hiciera abstracción de sus urgencias internas. Podría aprovechar el ejercicio de la secretaría para aunar a la región en torno a la idea de que a pesar de los efectos indeseables del conflicto sobre los vecinos, Colombia no constituye un problema de seguridad regional ni la solución a sus problemas puede venir de una intervención externa. Ejercer una tarea como ésta ofrece oportunidades pero también comporta riesgos. Podría servir para elevar el precario conocimiento en Colombia sobre el tema y sobre las cuestiones internacionales, para desarrollar una política exterior con respaldo en la opinión y para mejorar las relaciones con los vecinos. De ahí la importancia de que la gestión no se reduzca a las labores rutinarias de los funcionarios implicados sino que involucre a las misiones diplomáticas del país en el mundo, a otras instancias del Estado y a diversos sectores nacionales. De lo contrario, el gobierno correrá el riesgo de empujar al Grupo hacia su agotamiento o de no rentabilizar a favor de los objetivos nacionales los recursos que el ejercicio de una tarea como ésta conlleva y que implican un enorme esfuerzo nacional en medio de la mayor crisis del país en su historia.

La Secretaría del Grupo de Río podría servir para elevar el precario conocimiento en Colombia sobre el tema y sobre las cuestiones internacionales, para desarrollar una política exterior con respaldo en la opinión y para mejorar las relaciones con los vecinos.


Características del patrón epidemiológico colombiano •Descenso de las tasas de mortalidad de las enfermedades transmisibles inmunoprevenibles que producían enfermedad diarreica e infección respiratoria agudas. •Sostenimiento o incremento de las enfermedades infecciosas crónicas, como la TBC y de las enfermedades denominadas tropicales. •Enfermedades emergentes o nuevas enfermedades infecciosas: SIDA, cólera. •Incremento del peso relativo de la mortalidad ocasionada por las enfermedades crónicas no transmisibles (vasculares y cáncer). Estas mismas causas presentan en el largo plazo un descenso lento de las tasas de mortalidad e incremento de las tasas de morbilidad. •Incremento de las tasas de mortalidad del complejo de violencias -especialmente homicidiosy descenso lento de las tasas de mortalidad por accidentes. •Incremento sostenido de las enfermedades profesionales, ocupacionales y los accidentes industriales.

Política internacional y salud Los procesos internacionales inciden de muchas maneras sobre la salud de un país. Desde 1990 se han producido dramáticos cambios en el mundo. En el marco de la globalización en curso se han intensificado fenómenos previos a la década de los 90 y han surgido nuevos fenómenos y procesos. De unos y otros, cabe destacar los siguientes: •Fuertes tendencias a la liberalización de la economía, asimétrica para los países en desarrollo, a la par con los procesos de integración de mercados. •Acelerada transformación de los sistemas productivos fordistas en sistemas basados en la cibernética, la informática y la comunicación. •Nuevos ritmos de acumulación que resultan de la producción flexible. •Políticas y procesos internacionales de ajuste, reestructuración y reforma de la dimensión pública y social de las naciones. Entre otros aspectos, estas políticas apuntan a imponer los criterios de dominación sobre los de negociación, fortalecer la desindicalización y la desregulación, así como promover los ambientes competitivos, los recortes del gasto social, las privatizaciones, las nuevas formas de racismo y segregacionismo, los acuerdos financieros, comerciales y militares internacionales, y las tasas de cambio flexibles. •Difusión de las representaciones del mundo y de las preferencias culturales de los países desarrollados. •Consolidación de la hegemonía norteamericana en la vida política internacional y el nuevo papel de los organismos internacionales multilaterales que oscilan entre la regulación y la intervención. Así, es en este marco internacional donde es posible ubicar algunos de los procesos clave que se han dado en Colombia.

ILUSTRACIÓN DE PILAR BERRIO

El nivel de salud de los colombianos está entre lo mediocre y lo precario. Con las transformaciones políticas y sociales de los últimos 20 años el país ha trazado un nuevo perfil epidemiológico.

Más pobres y con el corazón agotado Carlos A. Agudelo C. Profesor Facultad de Medicina

A partir de los años setenta han operado en Colombia factores que tienden a mejorar la distribución del ingreso y procesos que lo han deteriorado. Se estima que actualmente nueve millones y medio de colombianos, 27% de la población, vive en la pobreza. En la década más reciente, las acciones gubernamentales han estado orientadas al crecimiento económico y la conservación de los equilibrios macroeconómicos dentro de los programas de ajuste, lo cual ha acrecentado la inequidad en la distribución del ingreso. Tres aspectos están relacionados de manera compleja: la estructura institucional, el proceso de modernización y modernidad, y la confrontación política. Colombia ha pasado por una larga experiencia de vida política restringida y monopolizada por los partidos tradicionales. Formas más amplias de participación quedaron consagradas en la Constitución de 1991, pero han tenido poco desarrollo. El país posee una democracia representativa formal y un escaso grado de democracia partici-

pativa. Así mismo, son evidentes la presencia de un conjunto de instituciones de la sociedad civil y una opinión pública que responde parcialmente a la dinámica de los medios masivos de comunicación. O sea, coexisten procesos y mecanismos consensuales que corresponden a la esfera de la dirección ética y cultural de la sociedad, con prácticas autoritarias, coercitivas, corruptas y clientelistas. Entre tanto, asciende la confrontación político-militar entre el Estado y la insurgencia armada, proceso que deja en medio a la población civil. Los componentes de la cultura y sus respectivos saberes (saberes sociales, la cultura científica, el arte y la estética, la política, la cultura religiosa) están en medio de las constantes y desiguales tensiones que se dan entre la modernización y la modernidad, entre éstas y los rezagos premodernos, y generan en la vida cotidiana marcos de acción (algunos operan como factores de riesgo) en medio de los cuales se da o se pierde la salud. Todo lo anterior se cristaliza en situaciones que inciden en la vida individual y colectiva generando actitudes, hábitos y prácticas que tienen dimensiones poco saludables, ya sea en las relaciones entre las personas (solidaridad y convivencia), y de éstas con las instituciones y viceversa, en el ejercicio de la democracia y la ciudadanía, en la organización social, política y civil, en la participación y las costumbres políticas. Aproximación a los perfiles epidemiológicos

Las tendencias anteriores operan de manera intensa sobre una población que cuenta con características demográficas específicas (entre otras, reducción de la tasa bruta de mortalidad, transformación progresiva de la estructura de las edades, disminución de las tasas de natalidad y fecundidad, creciente urbanización y disminución de la tasa de crecimiento anual de la población), dando lugar a un nivel general de salud que está entre lo mediocre y lo precario. El nivel de salud se expresa, de un lado, en indicadores contradictorios de valores (esperanza de vida: 69 años; mortalidad infantil: 30.000 habitantes; índice de desarrollo humano: 85%) y, de otro lado, en un cierto tipo de problemática epidemiológica. Esta problemática, resultado de procesos de 50 años, se ha conformado en las últimas dos décadas como un patrón epidemiológico mixto, cuyo perfil resulta interesante. Por ejemplo, el cáncer y las afecciones vasculares (en especial los infartos) se han consolidado en el largo plazo, mientras las enfermedades infecciosas y los homicidios están en proceso de transformación. El análisis de este perfil epidemiológico mixto requiere sistemas interpretativos y valorativos. Así, cada uno de los problemas planteados es importante a su manera: el complejo de alta mortalidad cardiovascular refleja una parte significativa del proceso de modernización; el rápido ascenso en las dos últimas décadas de la mortalidad por homicidios ocasionados en situaciones de violencia “cotidiana” y política, pone de presente el constante choque entre modernización y modernidad, y sus múltiples expresiones sociales, políticas y culturales, propias de los modelos de desarrollo seguidos en Colombia; pero, además, cuestiona las actuales formas de organización social y estatal. En esta perspectiva es posible valorar la tradición de América Latina y de Colombia que ha dado lugar a sistemas públicos de salud centrados en los aspectos curativos con énfasis en la atención hospitalaria, como a los procesos de reforma de los mismos que han emprendido diversos países.

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SALUD

ILUSTRACIÓN DE PILAR BERRIO

La oficina de Evaluación de Tecnología, perteneciente al Congreso de los Estados Unidos, estima que en ese país ocurren 50.000 muertes prematuras cada año por problemas respiratorios o cardíacos causados o agravados por los niveles actuales de contaminación del aire. Según la American Lung Association, más de 120.000 estadounidenses mueren cada año como resultado de la contaminación del aire.


grandes diferencias en el acceso a la infraestructura de salud. En Colombia se pudo establecer que las localidades con menos desarrollo socio económico y mayor índice de necesidades básicas insatisfechas, tienen porcentajes más altos de muertes sin diagnóstico y de causa no definida, según cifras de las Novenas Jornadas Colombianas de Epidemiología en 1998.

Si bien la oferta de alimentos está amenazada por la pobreza y la violencia, la malnutrición en Colombia también es culpa de las conductas alimentarias.

Gordos y pálidos lucen los colombianos María Claudia Rojas R. Periodista Unimedios

La situación nutricional es uno de los más claros indicadores de desarrollo de una nación. Esto se explica porque para la nutrición adecuada de una población intervienen factores demográficos, económicos, de salud, educación y servicios, complementados con los de calidad de los alimentos, hábitos y creencias, cuyo equilibrio conduce a la seguridad alimentaria. Recientemente una encuesta nacional de Fedesarrollo anunció que el 42% de la población ha disminuido la compra de alimentos, en tanto que los hospitales de La Misericordia y Facatativá empezaron a reportar niños con kwashiorkor y marasmo, patologías finales de desnutrición severa, erradicadas hace rato del territorio nacional. Una lectura minuciosa de esos datos nos remite a la disminución del poder adquisitivo de los colombianos como una de las consecuencias de la depresión económica, muy cercana al desplazamiento en los campos -arriesgando la disponibilidad de productos- y a la apertura económica -alimentos importados de variado valor nutricional contra los cuales no logra competir la agroindustria interna-. Más allá de esa alarma, los menores de cinco años, los escolares, las madres gestantes y los ancianos han sido definidos por el Plan Nacional de Alimentación y Nutrición 1996-2005 como grupos vulnerables, así como la desnutrición proteico-calórica, el bajo peso al nacer, las deficiencias de hierro, vitamina A, yodo y la obesidad, como problemas de alta prioridad. En hierro, por ejemplo, los niños entre 12 y 53 meses presentan una deficiencia significativa del 23.4%, los escolares corren un riesgo del 47% de tener anemia y las mujeres gestantes del 46%. En vitamina A, necesaria para la visión, el crecimiento y contrarrestar procesos infecciosos, los grupos más afectados son mujeres embarazadas y niños menores de siete años, con carencias del 13%. Y a pesar de que Colombia fue declarado país libre de desórdenes de yodo, gracias a las campañas de enriquecimiento de la sal con este micronutriente, persiste la aparición de bocio en 7.2% y su insuficiencia en niños alcanza cifras mayores al 5%. Además, según el trabajo de grado La situación alimentaria y nutricional de la población colombiana en los últimos 20 años, dirigida por la profesora Zulma Correod y elaborada por las nutricionistas de la Universidad Nacional Ángela Marcela Mesa y María Consuelo Ocampo, la mayor exposición a tabaco y alcohol, y las dietas ricas en azúcar, sodio, preservativos y grasas saturadas permiten prever un aumento de enfermedades relacionadas con tumores malignos, daños cardiovas-

culares, sobrepeso y diabetes, al tiempo que los diferentes tipos de cáncer se han asociado con alto consumo de grasas saturadas y baja ingesta de alimentos con fibra. La obesidad, clasificada ya como un problema de salud pública, registró en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 1995 un porcentaje del 14,8% en hombres, y 16,1% en mujeres, especialmente en mayores de 35 años, con educación superior y residentes en las áreas urbanas. Así mismo, estados infecciosos y situación nutricional son procesos sinérgicos mediados por las condiciones medioambientales: donde no hay agua potable ni alcantarillado los niños padecen con frecuencia de infecciones, momento en que se disparan los requerimientos nutricionales, y a su vez cuando la persona no come bien está más expuesta a adquirirlas. Otro tanto ocurre con la violencia, fenómeno que pone en peligro la seguridad alimentaria del país al causar despoblamiento de los campos, mientras que las migraciones forzadas engendran en esas comunidades crueles desajustes en la dieta. “Lo cierto es que éstas son patologías sociales que no se curan con hospitales, ni con médicos, ni con nutricionistas, sino con programas de desarrollo”, asegura la profesora Deyanira Pulido de Pfeiffer del Departamento de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. La costumbre de comer Aún la importancia de estos factores en la calidad de vida de la población colombiana, no se pueden ignorar los hábitos referentes al consumo, la frecuencia y selección de alimentos, que reclaman una participación en la etiología nutricional de una familia o una sociedad. Pocos estudios han sondeado las conductas y preferencias en este sentido y aunque hasta el momento existe un indicador favorable a la disponibilidad y calidad de alimentos en Colombia, seguramente la capacidad de compra, las características ambientales, físicas y emocionales muestran un déficit alimentario traducido en una desnutrición global (bajo peso del esperado para la edad) del 8.4% y crónica (retardo de la talla para la edad) del 15%. En general esta situación prevalece en niños varones de familia numerosa con poco espaciamiento entre hijos, cuyas madres tienen poca educación. La transición demográfica del país (actualmente

ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

Las brechas sociales de América Latina han conducido a

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el 70% de los habitantes viven en la ciudad), ha determinado un estilo de consumo representado por comidas frías y fuera del hogar, mayor uso de alimentos preelaborados para agilizar su preparación, aumento del servicio informal y autoservicio. De acuerdo con el más reciente rastreo hecho por el Centro Nacional de Consultoría, los colombianos han adquirido buenas costumbres al aumentar en su dieta frutas y verduras, no obstante el alto consumo de carnes rojas sobre las blancas y alimentos de gran contenido de carbohidratos como pan, papa, arroz y pasta. Es adecuada la ingesta de leche y sus derivados, agua natural, jugos, aunque café y gaseosa tienen altos consumos entre la población joven. Las comidas rápidas también han acentuado su demanda pese a ser alimentos poco saludables por su contenido de grasas, harina, sal, condimentos, salsas y aditivos. Las mujeres demuestran una mejor disposición que los hombres a modificar los hábitos y una mayor conciencia de la importancia de la alimentación. Frente a la lactancia materna, sin embargo, “tiene una duración promedio de siete meses, presentándose por mayor tiempo en la zona rural donde la mitad de los niños son lactados hasta los 12 meses y el 10% continua haciéndolo después de los dos años, en contraste con la zona urbana, donde el 50% es amamantado hasta los ocho meses y el 10% después de los 18 meses”, señala el estudio citado. Agrega que la lactancia exclusiva no alcanza siquiera los dos meses y casi el 80% de los bebés ya ingiere alimentos sólidos, siendo ideal la lactancia exclusiva hasta los seis meses. “Este inicio precoz, por patrones culturales, es más reiterado en Bogotá, la región Central y la Pacífica”. Respecto de los escolares, el estudio más representativo de la nutricionista Lucía Castro, describe los hábitos de este grupo como adecuados cuando se trata de leche, huevos, leguminosas, tubérculos y plátano, en oposición con el bajo consumo de carne (roja y blanca) y lo inadecuado de alimentos procesados por factores como la publicidad, falta de educación nutricional con respecto a las loncheras y venta de esta clase de alimentos en las cafeterías de escuelas y colegios. Gran parte de la salud y la enfermedad entran por la boca y los colombianos tendrán que cambiar su modo de alimentarse no sólo para tener una buena figura, sino para sustentar el desarrollo desde las “tripas” de su patrimonio humano.

Desnutrición proteico-calórica, bajo peso al nacer, deficiencias de hierro, vitamina A, yodo y obesidad son problemas de alta prioridad nutricional en Colombia.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA


ILUSTRACIÓN DE JUAN DE LA ROSA

Recorrido por la historia de una zona estratégica e implicaciones de la devolución formal del canal interoceánico a Panamá por parte de los Estados Unidos.

El

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anal de

Panamá: ¿soberanía limitada

Germán Granada Osorio Profesor Universidad Javeriana Especial para U.N. Periódico

La devolución formal por parte de los Estados Unidos a Panamá del canal (inaugurado el 15 de agosto de 1914), pone fin a una situación neocolonial e inaugura el comienzo de la verdadera independencia de Panamá, país que desde 1821 hasta 1903 fue una de las regiones integrantes de Colombia. La restitución del canal, de la jurisdicción estadounidense a la soberanía panameña, evidencia el carácter peculiar de las relaciones interamericanas, en las cuales se pone de manifiesto la hegemonía de los Estados Unidos, y la manera como éstos entienden la vigencia de conceptos como los de colaboración, vecindad y panamericanismo. Los Estados Unidos practicaron desde finales del siglo XIX una política expansionista, que convirtió a los estados latinoamericanos en el campo de acción de los intereses económicos y políticos estadounidenses. La historia de Panamá es inseparable de la de su canal interoceánico; su privilegiada situación geográfica se ha constituido, a la vez, en su principal tragedia: la conformación de Panamá como ”Nación soberana” estuvo determinada por los intereses de Estados Unidos que indujeron su separación de Colombia en 1903, con el fin de construir esa estratégica vía de agua de 80 kilómetros por la que hoy transita el 4% del comercio maríti-

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U.N. DOCUMENTO

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mo mundial. En ese contexto, la ”secesión” de Panamá de Colombia incrementó aún más su dependencia frente a los Estados Unidos quedando reducida desde entonces a la condición de “república de papel” y de enclave militar. Sólo con la conformación y emergencia del nacionalismo panameño logró en 1977, mediante la firma de los Tratados TorrijosCarter, su más importante conquista: la devolución por parte de los Estados Unidos del Canal a Panamá, el 31 de diciembre 1999. El canal y la injerencia estadounidense en Panamá

La historia de Panamá durante el siglo XIX estuvo ligada a la consolidación de los Estados Unidos como potencia dominante en América Central y el Caribe. Los orígenes y características del intervencionismo en Panamá son evidentes en el Tratado Bidlack-Mallarino; suscrito en 1846 entre Colombia y Estados Unidos permitía la intervención estadounidense, bajo pretexto de garantizar la neutralidad del istmo de Panamá. Cuatro años después, el 19 de abril de 1850, se firma el Tratado Clayton-Bulwer, entre Estados Unidos y la Gran Bretaña, sobre la construcción, protección y garantía de neutralidad del canal interoceánico. De acuerdo con el derecho internacional público, ningún Estado, ni parte de él, puede ser neutralizado sin su consentimiento por otros Estados, ya que supone el desprecio más absoluto de los derechos soberanos de las naciones interesadas. El 27 de enero de 1855 terminó de construirse el ferrocarril de Panamá, que unió por tren los océanos Atlántico y Pacífico, debido fundamentalmente a la inversión de los empresarios norteamericanos, que vieron en esta vía un camino más corto y práctico para acceder al oro recién descubierto en Ca-

La guerra contra las drogras ha permido a los Estados Unidos nuevas formas de injerencia en los asuntos internos de los países del continente, así como imponer a los ejércitos del área nuevas tareas y funciones. lifornia. Durante más de 20 años, miles de estadounidenses se desplazaron por el ferrocarril en busca de la costa Oeste, lo cual generó fuertes tensiones sociales entre los usuarios norteamericanos del ferrocarril y la población nativa. En 1856 ocurre el suceso conocido como “tajada de sandía“ -situación de orden público que obliga a la policía colombiana a detener los abusos de los migrantes estadounidenses- de gran importancia histórica, ya que por primera vez Estados Unidos interviene militarmente en Panamá, haciendo uso teórico y aplicación práctica del Tratado BidlackMallarino de 1846; durante el resto del siglo, Estados Unidos, por una u otra razón, incursiona en Panamá seis veces más. Estos acontecimientos no constituyen hechos aislados de la política exterior norteamericana, sino que están inscritos en una dinámica de expansión territorial, imperialista y agresiva, que implicó la anexión de Texas (1845); la guerra contra México (1845-1848) que costó a éste país la pérdida de la mitad de su territorio. En 1867, Estados Unidos compró Alaska a Rusia; finalizada la guerra hispano-estadounidense en 1998, anexó Hawaii, Puerto Rico, Filipinas y Guam, a la vez que Cuba quedó convertida en un semiprotectorado. De tal manera, puede comprenderse la enorme importancia que para los intereses económicos y políticos de los Estados Unidos significaba garantizar el control de la vía transoceánica que se construyera en Centroamérica. Fracasados los trabajos de la Compañía Universal del Canal, dirigidos por Fernado de Lesseps, quien había construido exitosamente el Canal del Suez, los norteamericanos -luego de superada la guerra de secesión- reaviven su interés por la construcción del canal. Mediante el Tratado Herrán-Hay (22 de enero de 1903) se concedía a Estados Unidos el derecho exclusivo de construir, explorar y proteger la vía acuática y las instalaciones relativas a la misma; este tratado no fue ratificado por el sena-


do colombiano, por lo cual los intereses de Estados Unidos se dirigieron entonces a promover y alentar el sentimiento separatista panameño; el mismo año de 1903 se produce la escisión de Colombia, dando paso a la posibilidad de una negociación directa sobre la vía interoceánica. Así, el 8 de noviembre de 1903, John Hay (norteamericano) y Phillipe Bunau-Varilla (francés) suscriben el tratado mediante el cual la República de Panamá cede a Estados Unidos la zona del canal y autoriza su construcción; este tratado se caracterizó por contener numerosas concesiones políticas, las cuales lesionaban la soberanía e integridad territorial panameña, así como los derechos otorgados a los Estados Unidos en el sentido de que aquéllos garantizarían y mantendrían la independencia de Panamá, permitiéndoles intervenir en cualquier parte de la República de Panamá para establecer la paz y el orden constitucional si fueran turbados; por otra parte, los Estados Unidos garantizaban que el canal sería neutral a perpetuidad. Así pues, desde la ”independencia” de Panamá en 1903, hasta la devolución del canal el 31 de diciembre de 1999, el territorio panameño mantuvo en forma permanente la presencia militar de los Estados Unidos, país que bajo el pretexto formal de proteger los intereses y vidas norteamericanas, intervino militarmente en diez ocasiones durante el siglo XX en Panamá, con el argumento de salvaguardar sus intereses. Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, hacia 1942, los efectivos norteamericanos en Panamá llegaron a la cifra de 47.000 hombres. En 1947, se rechazó la solicitud norteamericana de cesión de territorios para construir 103 bases militares. El sentimiento nacionalista se fue incrementando en la misma medida que Estados Unidos se oponía a cualquier renegociación de los tratados. Durante la década de los sesenta las condiciones político sociales fueron determinantes y propiciatorias del proceso que habría de culminar con la firma de unos nuevos tratados sobre el canal de Panamá. Para lograr sus objetivos, el gobierno del general Omar Torrijos no sólo contó con el apoyo que sus fuerzas internas le ofrecieron, sino que logró un amplio consenso y solidaridad internacionales, como vía para convencer al gobierno norteamericano sobre la necesidad de dar solución a sus reclamaciones. Sin embargo, los tratados de 1977 -el primero acerca del funcionamiento del canal, y el segundo sobre la neutralidad perpetua del mismocontienen ambigüedades que en un futuro pueden ir en detrimento de la soberanía panameña: allí se establece que tanto Panamá como Estados Unidos podrán tomar acciones unilaterales para defender el canal contra cualquier amenaza, según lo determine la parte que tome la acción. La pretendida neutralidad del canal y su defensa permiten, entonces, de nuevo la injerencia norteamericana violatoria de la soberanía panameña, ya que involucra múltiples factores que pueden ser susceptibles de ser interpretados como interferencias al funcionamiento del canal, y que en un caso dado, Estados Unidos esgrima el derecho de tomar medidas que considere necesarias, incluyendo el uso de la fuerza militar. En otros términos, en estos tratados se acordó una neutralidad condicionada. La invasión de Panamá el 20 de diciembre de 1989, con el pretexto de capturar al general Manuel Antonio Noriega para hacerlo comparecer ante los tribunales norteamericanos por cargos de narcotráfico, colocó en entredicho las posibilidades reales de que Panamá pudiera conseguir el retiro total de las tropas norteamericanas y el desmantelamiento de las bases militares, tal y como estaba previsto en los tratados. En esta operación intervinieron alrededor de 20.000 marines y se produjeron alrededor de 5.000 muertos panameños, según estadísticas extraoficiales. Las fuerzas de defensa de Panamá, uno de los ejércitos mejor preparados de Centroamérica, dejaron de existir desde ese momento, y se conformó un organismo de policía que a todas luces es incapaz de asumir y garantizar adecuadamente las tareas de defensa y seguridad del canal, siendo previsible entonces que los Estados Unidos esgriman pretextos para nuevas formas de injerencia, y eventualmente, las tropas norteamericanas asuman de manera unilateral dichas funciones.

La obsolescencia del canal de Panamá y las vías alternativas Diversos estudios han constatado que el canal de Panamá tiene vida útil hasta el año 2000, siendo necesarias ingentes inversiones financieras -1.000 millones de dólares- para su adecuación y mantenimiento en las condiciones actuales; por otra parte, se debe señalar que el Canal opera mediante el sistema de esclusas, lo cual impide el tránsito de buques de gran calado, tales como los petroleros, los buques-fábrica, y los sofisticados y gigantescos portaaviones de la industria militar. Una de las alternativas de tránsito la posee Nicaragua, a través del río San Juan, y el lago de Nicaragua, lo que implicaría acometer aproximadamente la construcción de 20 kms mediante un sistema a nivel, lo cual parece ser técnica y financieramente posible, gracias al esfuerzo conjunto que han manifestado en este sentido tanto los Estados Unidos como el Japón, que constituyen los mayores usuarios del canal de Panamá. Sin embargo, jurídicamente Estados Unidos estaba impedido hasta el fin de los Tratados Torrijos-Carter para comprometerse en la construcción de otro canal transítsmico. También se ha considerado la posibilidad de construirlo en Colombia, aprovechando el río Atrato, y aunque esta opción se conoce a través de estudios que datan de1907, lo real es que carece de las ventajas del proyectado en Nicaragua, debido a los factores financieros, técnicos y físicos, que aunados al gran daño ecológico que esto conllevaría en una región reconocida a nivel mundial como de mayor riqueza en biodiversidad; otro elemento en contra lo constituye la presencia en la región de fuerzas insurgentes, de los paramilitares y del narcotráfico. En Panamá se ha considerado también la posibilidad de construir un canal alterno, a nivel, y sin el sistema de esclusas, que permitiría el paso de los grandes cargueros y asimismo aminoraría los grandes daños ecológicos que ha producido el actual, ya que se calcula que para desplazar un solo barco a través del Canal se necesitan alrededor de 1.600 millones de galones de agua dulce para operar las esclusas; agua que proviene de la cuenca de 325.000 hectáreas que lo rodea, y cuya utilización ha causado un empobrecimiento generalizado de las tierras fértiles allí existentes, lo cual lleva a que sólo el 3% de la cuenca pueda sustentar cosechas anuales, y se expresa en difíciles situaciones de carácter social.

Estados Unidos consolidó durante la década de los ochenta, reporta mejores dividendos: los gigantescos aeropuertos militares con capacidad para movilizar alrededor de 20.000 hombres en un día, junto con las nuevas maneras de hacer la guerra mediante la sofisticación tecnológica, muestran la obsolescencia del enclave militar panameño, fundamentado principalmente a través de las catorce bases militares que los Estados Unidos mantenían en dicho país. El Centro Multilateral contra las Drogas en Panamá Para los Estados Unidos la guerra contra las drogas se percibe como un problema de Seguridad Nacional; desde esta perspectiva, el tráfico de drogas ha venido a reemplazar su caballito de batalla del pasado, que era el comunismo. A pesar de la globalización, la fuerza militar continúa siendo un factor importante en las relaciones internacionales y Estados Unidos busca consolidar su hegemonía mundial en este aspecto, y además fortalecer su capacidad operativa en el nivel regional, tanto en América Central como en Sur América. La guerra contra las drogas ha permitido a los Estados Unidos nuevas formas de injerencia en los asuntos internos de los países del continente, así como imponer a los ejércitos del área nuevas tareas y funciones. En el nivel operativo, de entrenamiento y coordinación, el centro de operaciones antidrogas constituye la perpetuación del intervencionismo norteamericano en el área, es violatorio del derecho internacional y es un mecanismo de presión política y diplomática para los países de la región. Aunque Panamá rechazó en 1998 las negociaciones para la creación de dicho Centro Multilateral contra las Drogas -y la atención norteamericana se ha desplazado hacia otras regiones del área como Ecuador y Curazao- son bien conocidas las condicionalidades económicas, políticas y diplomáticas que agencian los Estados Unidos en desarrollo de la guerra contra las drogas.

Diversos estudios han constatado que el canal de Panamá tiene vida útil hasta el año 2000, siendo necesarias ingentes inversiones financieras -1.000 millones de dólares- para su adecuación y mantenimiento en las condiciones actuales.

Globalización, geopolítica y transformaciones militares El actual contexto internacional se encuentra profundamente determinado por los procesos de globalización económica y financiera en curso. La deslocalización productiva disminuye de manera sensible los tradicionales gastos en operaciones de transporte, tanto de insumos como de productos, lo cual redunda en la pérdida de importancia en el nivel económico del canal de Panamá. Igualmente, las recientes transformaciones que en lo político y militar experimenta el mundo contemporáneo han menguado la importancia geoestratégica que éste poseía. Otro factor que incide en la misma dirección lo constituye la pérdida relativa del comercio Atlántico y su desplazamiento por los nuevos polos económicos de los países del Pacífico y específicamente del sureste asiático. Sin embargo, no se puede desconocer la relevancia que aún continúa teniendo el canal de Panamá; se calcula que aproximadamente catorce mil barcos lo atraviesan anualmente, ahorrando casi 13.000 kms de viaje alrededor del Cabo de Hornos y 100.000 dólares por carga en cada embarque. También se debe señalar que para los intereses japoneses el canal de Panamá posee gran importancia; el Japón es el segundo usuario y por allí circulan tanto los insumos productivos y los alimentos que importan, como los productos que exportan. Finalmente, las transformaciones militares que experimenta el mundo pos-guerra fría indican que el mantenimiento de grandes ejércitos es una carga costosa para las potencias militares; en este orden de ideas, el enclave militar hondureño, que

Los derechos de Colombia en el canal Colombia ha venido ejerciendo derechos de tránsito a través del canal, en virtud del Tratado suscrito en el año de 1914 con los Estados Unidos de América; mediante el Tratado Uribe Vargas -Ozores, suscrito en 1979 entre los gobiernos de Colombia y Panamá, se acordó que a partir del mediodía del 31 de diciembre de 1999, Panamá otorgararía a Colombia los siguientes beneficios: el tránsito por el canal de los productos naturales e industriales de Colombia, así como de sus correos, libre de todo gravamen o derecho, salvo aquellos que en términos de igualdad se apliquen a los productos y correos de la República de Panamá; igualmente, los nacionales colombianos que transiten por la ruta interoceánica panameña lo harán libres de la imposición de peajes, impuestos o contribuciones que no sean aplicables a los nacionales panameños. Finalmente, se estableció que el gobierno de Colombia podrá en todo tiempo transportar por el canal sus tropas, sus naves y materiales de guerra sin pagar peaje alguno.

La deslocalización productiva disminuye de manera ostensible los tradicionales gastos en operaciones de transporte, tanto de insumos como de productos, lo cual redunda en la pérdida de importancia en el nivel económico del canal de Panamá.


Víctimas inocentes Se calcula que entre 1996 y 1999, 378 niños fueron secuestrados: 49 retenidos por las Farc, 35 por el Eln, 231 por la delincuencia común y en 63 casos no se ha podido establecer su autoría. Según la Comisión Intercongregacional Justicia y Paz, en 1997 de los 2.217.000 colombianos desaparecidos, el 25,57%, es decir 567.000, eran menores de edad. Por otro lado, el silencio de las migraciones forzosas impide determinar con exactitud el número de desplazados. Sin embargo, hasta 1998 la Defensoría del Pueblo había contabilizado 1.500.000 desplazados de los cuales el 65%, es decir, 975 mil, son niños, quienes se ven afectados por enfermedades diarreicas agudas, respiratorias, de la piel y desnutrición. Las minas antipersonales parecieran ser ubicadas estratégicamente para asesinar o causar graves lesiones a los niños que realizan labores agrícolas junto con sus padres. Según una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo en 98 hospitales del país, se localizaron 44 casos de menores víctimas de algún artefacto explosivo, el 7% de los niños murieron por el efecto de la explosión.

De los 33 millones de habitantes de Colombia, más de 16 son menores de 18 años, carne de cañón del conflicto armado.

La guerra, golosa sin cielo Ángela Lucía Riaño Pinzón Periodista Unimedios

Impacto de la violencia Un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo con una muestra de 180 niños vinculados al conflicto nacional revela: 18% ha matado por lo menos una vez. 60% ha visto matar. 80% ha visto cadáveres mutilados. 78% ha visto secuestrar. 12% ha secuestrado. 18% ha presenciado torturas. 40% ha disparado contra alguien alguna vez. 83% ha estado al borde de la muerte.

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SOCIEDAD

ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

ILUSTRACIÓN DE EDÍN RIVERA

¿Cuándo se deja de ser niño? ¿A los 15 o a los 18 años? Ése es el punto de discusión entre el Gobierno Nacional y la guerrilla para justificar la inclusión de menores en el conflicto armado. Existe una diferencia de tres años entre la legislación colombiana y la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, desfase que “hace más difícil proteger a los niños en Colombia”, comenta Rodolfo Cano, asesor de la Defensoría para la Niñez, la Mujer y los Ancianos. Decenas de niños y adolescentes son utilizados en casi todas la guerras del mundo porque los ejércitos o las guerrillas, a los que se suman los paramilitares en el caso colombiano, los consideran mejores combatientes que los adultos. “Abejitas”, “campanitas”, “carritos”, “chicos” o “pollitos de acero”, no importa la denominación, son útiles para los bandos que hacen parte del conflicto. Según Cano, existen tres formas de vinculación de los menores a la guerrilla: por voluntad propia, por reclutamiento forzoso o por ser hijo de guerrillero. Aunque los paramilitares se han esforzado por negar la inclusión de menores de edad en sus filas, la Defensoría del Pueblo ha constatado que, especialmente en la zona del Magdalena Medio, se viene obligando a los habitantes de veredas enteras a aportar un patrullero por familia, muchos de los cuales son niños, utilizados en labores de espionaje e inteligencia, que comprenden entre el 15% y el 50% de estos grupos. Las cifras hablan por sí solas. Según estadísticas presentadas por la Defensoría del Pueblo, en Colombia hay 6.000 niños vinculados a los grupos armados. Alrededor del 20% de los integrantes de la guerrilla son menores de edad, de ellos el 85.72% afirma haber ingresado de manera voluntaria; al 33,33% le atraían las armas y los uniformes que otorgan reconocimiento social; otro 33.3% buscó la protección social y económica que el Estado no pudo garantizarle; al 16,66% le llamó la atención la guerrilla de-

bido a las relaciones que habían mantenido con sus integrantes, y el restante 8,33% se enlistó motivado por el enamoramiento o por sentimientos de venganza. La socióloga María Cristina Salazar, presidenta de Defensa de los Niños Internacional en Colombia afirmó durante la Conferencia Latinoamericana sobre la Utilización de Menores de Edad como Soldados, realizada en Uruguay a finales de 1999, que no existe el reclutamiento voluntario en el país; que si no hay oportunidad de educación y empleo, estos muchachos se ven forzados a unirse a uno de los “ejércitos”. Eso pasa en las fuerzas gubernamentales y en las subversivas. En el caso de las Fuerzas Armadas, según la División de Operaciones Psicológicas Integrales del Ejército, dentro de las medidas de reordenamiento de la institución, el punto principal fue la abolición del servicio militar obligatorio para excluir a los menores de edad del conflicto armado, prueba de esto es la disminución progresiva desde 1997, cuando de 57.844 jóvenes incorporados 13.143 eran menores de edad; en 1999, 5.000 niños terminaron su servicio militar obligatorio el 22 de diciembre. Resocialización, un nuevo conflicto Según estadísticas del Ejército Nacional, desde 1992 hasta 1998, 52 niños guerrilleros se entregaron voluntariamente a las autoridades y 245 fueron capturados por la fuerza pública. Durante 1999, 24 niños desertaron de las filas de la guerrilla, entre ellos alias Diana, quien escapó en compañía de los soldados secuestrados por las Farc, José Arteaga y Roque Montilva. Pero la decisión de desertar conlleva nuevos conflictos. Si el niño es capturado por la guerrilla, es sometido a consejo de guerra, que puede concluir en una condena a muerte por traición. “Además de las secuelas físicas, los niños ven afectado su espíritu y mente, pero son precisamente estos factores los más olvidados. Los niños interiorizan y canalizan la violencia hasta llegar a usarla como medio de destrucción hacia la gente que les rodea o hacia sí mismos, y pueden presentar además problemas de identidad y trastornos del sueño”, comenta César Moreno, psicólogo y conductor del programa De acuerdo con los niños de U.N. Radio. Por otro lado, el Estado en Colombia tiene un gran vacío que impide tratar el fenómeno de los niños desvinculados de la guerrilla, quienes necesitan programas de reconstrucción de sus vidas, los cuales implican procesos afectivos, ayuda psicológica, reencuentro con sus familiares, educación y capacitación laboral. Cuando los menores son capturados o entregados por los grupos armados, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se encarga de ellos. Anteriormente, hacían parte de los programas de rehabilitación de menores delincuentes. Sin embargo, hoy día se ha iniciado un plan para entender la situación de estos menores como víctimas de la guerra y no como delincuentes. Según Rodolfo Cano, “la realidad que afecta a los niños refleja la incapacidad del Estado y de la sociedad para asegurarles los derechos fundamentales, como la vida, la convivencia, la justicia, la libertad y la paz”. El último informe de la Unicef para Colombia hace un llamado al Gobierno Nacional para que cumpla con los mecanismos interinstitucionales que establece el documento Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social) para la protección de la población desplazada y la infancia afectada en el conflicto. Además, recomienda re-

La población que no dispone del ingreso suficiente para adquirir una canasta mínima para satisfacer necesidades básicas, se estima en una cifra cercana a 20 millones de colombianos, distribuidos 12 millones en los centros urbanos y alrededor de 8 millones en el campo. Se considera que es pobre quien tiene un ingreso inferior a cuatro mil pesos por día y la población que no accede a esa canasta mínima, es una población bajo la línea de pobreza.


ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

Actualmente, el 15% de los colombianos vive fuera del país, 13.000 de los cuales son refugiados. Al año se presentan 30.000 muertes violentas y menos del 15% son consecuencia del conflicto armado, según cifras del Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

La búsqueda de nuevos sentidos y la pertenencia del hombre al mundo del lenguaje son los lazos que unen infancia y poesía. Sin embargo, aún nos preguntamos: ¿Quién o qué acude en el momento de la inspiración?

ILUSTRACIÓN CORTESÍA DEL DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL.

Infancia y escritura

Hilos de la imaginación María Cecilia Sánchez Dibujos realizados por niños desplazados que evocan momentos dolorosos de la guerra.

visar cuidadosamente los patrones culturales (como la existencia de colegios y academias militares) que inducen a los niños a la guerra y a otras formas de violencia. La Unicef reclama a las partes que intervienen en el conflicto que respeten el Convenio Internacional de Derechos del Niño, y así como han sido escudos para la guerra sean “una gran semilla de paz, creando nuevas formas de respuesta y solución a los conflictos sociales y por lo tanto convirtiéndose en una especie de artesanos de la paz”, comenta Saúl Franco, médico de la Universidad Nacional, investigador de la violencia en Colombia. Cuentas del futuro La participación progresiva de los niños en el conflicto, ya sea como agentes o víctimas de él, hace pensar en qué tipo de sociedad nos espera. Para Franco, las consecuencias de esta situación se reflejan tanto en el presente, con la disminución de la calidad de vida de los niños, como en el futuro, en cuanto la sociedad va generando en ellos la práctica de la violencia como forma seleccionada para la solución de conflictos. Sin embargo, no hay que crear conceptos fatales, es decir, no necesariamente un niño violado va a ser un violador; un niño maltratado, un maltratador; ni un niño guerrillero, padre de otro guerrillero. Por el contrario, con la reflexión de esta experiencia los niños pueden llegar a facilitar la construcción de una sociedad que no siga reproduciendo estos fenómenos de violencia y cobrar así a los adultos su incapacidad o desidia por cambiar el clima destructivo en que vive el país actualmente. No se puede afirmar que el futuro estará lleno de odio y resentimientos, ya que sus nuevas generaciones están creciendo y conociendo la crueldad y el odio de la guerra, pero si la sociedad no reacciona y acepta que con violencia perdemos todos, que este problema no nos es ajeno, no será posible una salida constructiva.

Sicóloga y escritora Especial para U.N. Periódico

De la infancia no sobrevive un niño, sobrevive un estado. A este estado, de la mano de Bachelard, le llamamos imaginación. Imaginación a la que por supuesto asiste la memoria.

Cuando hablamos y escuchamos algo sobre la infancia, más allá del recuerdo, encontramos una voz que habla de una verdad, de una percepción aguda y nueva. Pensamos, imaginamos una atmósfera, que mucho o poco tuvo que ver con lo que “realmente” sucedía, pero que quedó como marca de nuestra visión de mundo. La infancia tiene una lucidez. Esta lucidez cuenta con el privilegio de ser originaria. Por primera vez vemos el mundo, tocamos las flores, por primera vez escuchamos una palabra, por primera vez intentamos escribir. ¿Cuántas veces nacemos en la infancia? ¿A cuántas cosas nacemos en la infancia? En el libro La poética de la inspiración, Gaston Bachelard habla de una infancia que se prolonga más allá de las edades y plantea para Bachelard. una de las fuentes de la creación poética. “Un exceso de infancia es un germen de poema” y con esto nos introduce en un misterio inagotable de preguntas y sugerencias. De la infancia no sobrevive un niño, sobrevive un estado. A este estado, de la mano de Bachelard, le llamamos imaginación. Imaginación a la que por supuesto asiste la memoria, “cuando volvemos a las soledades de la infancia”. Esta soledad de la que habla Bachelard es la soledad del niño fuera del mundo del adulto, fuera del mundo de la socialización, cuando surgen la ensoñación, la unión con el cosmos, la existencia. En el mundo de los adultos y de la instrucción, el niño es un esclavo, pero fuera de este mundo, sin referirnos a los amores, rechazos y hostilidades naturales del crecimiento de las relaciones, el niño se ve ante el cosmos y empieza a soñar. Este sueño, que Bachelard materializa en la idea de ir por la luna para ponerla al alcance de las manos de un niño, es el mismo sueño del poeta que no vacila ante esta idea, aunque sepa de su imposible. Decimos mismo sueño, podemos decir también mismo momento. Recordemos ese instante que se repite una y otra vez en los niños, cuando dicen que no quieren crecer. ¿Qué está viendo un niño cuando quiere detener el tiempo y no sucumbir a lo inexorable? Bosques de milagros Heidegger afirma que un poeta “tanto más libre será cuanto más se abra a lo insospechado”. La entrada en el lenguaje del niño marca de manera radical esta apertura a lo insospechado. Pen-

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semos en todas las vueltas a las que somete el niño lo que escucha, las interpretaciones equivocadas -no se trata de errores, digo equivocadas por señalar las diferentes cosas evocadas- que se descubren en la edad adulta, al recordar sucesos ocurridos en la infancia. No comprender una palabra puede significar la construcción -la invención- de un relato del absurdo. En la primera conciencia del ser siempre aparece la conciencia del no ser. El antagonismo entre vida y muerte es una conciencia que no podemos obliterar, no podemos hablar de la una sin que acuciosamente se presente la otra, transformándolo todo con la violencia y con la simpleza de una puntuación. El poeta vive en este antagonismo. Bien sea para enfrentarlo como un destino, bien sea para originar allí su acto. De la primigenia lucidez infantil Jorge Gaitán Durán nos confiesa en su poema titulado “¡Vengan cumplidas moscas!”: “Cuántas veces de niño te vi/ Cruzar por mi alcoba de puntillas./ Enhebrabas tu aguja con manos/ Más ligeras que los días./ / Luego te olvidé. No es poca cosa/ Vivir. (...)/ /(...) Hoy te pago/ El ansia con que viví cada momento”. Pero la primera conciencia también puede ser la de la falta de un lugar, la de vivir en las márgenes de la realidad, como en el poema “Infancia“ de Jean-Arthur Rimbaud: nos habla de un bosque en donde sucede una serie de milagros y en donde “Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa”. Falta de lugar, impotencia, imposibilidad de alimentarse, cuántas formas podríamos hallar para nombrar aquello que sucede en la infancia silenciosa y fuera del ámbito de la socialización, y que en el crecimiento formará un río subterráneo que no por secreto va a dejar de surtir efectos en la vida de la imaginación, y en una particular visión de mundo. Al modo de los mitos, parecería que esta primera visión de mundo, posibilitada no por la reflexión filosófica, aunque ésta se pueda presentar como una consecuencia, sino por la vida de las primeras imágenes, la visión de mundo ordena y ubica el resto de elementos. La distancia con el cielo, el olor de un jardín. La historia que el niño y el adulto se cuentan para aliviar sus miedos o las conjeturas de la mente infantil ante los sucesos que desbordaron la posibilidad de comprensión. Al nombrarlos, al establecer lazos entre miedo e imagen, alegría y color, sufrimiento y leyenda, el poeta dibuja un paisaje que nos conmueve. Nos conmueve, dice Bachelard, porque el fondo de infancia que expresa el poeta tiene resonancias con el nuestro, que nunca se pierde. En Dibujos de ciego, Luis Cardoza y Aragón nos entrega toda la tensión de los territorios infantiles en que se genera la poesía. Basta una breve lectura para destituir cualquier pretensión de definir. “Lo que escribes es como hablar dormido: quieres rescatar algo de tu infancia irrescatable (...) Eres un ciego dibujando que se ha olvidado de todo al despertar”. Como en el sueño, con la metáfora vemos una cosa y sabemos, sin más, que a la vez es otra. No hasta la exagerada realidad que crean los críticos en la interpretación. Tampoco en la realidad vana de quien no ve nada, nunca. “Lo imaginario -eso que acontece en alguna parte -, y lo real nunca se dan la espalda en la niñez recurrente, henchida de coherencia y metafísica, en que las cosas son más perentorias, inmediatas y concretas: guardan más brillo, más relieve y densidad“, afirma Cardoza y Aragón. La búsqueda de nuevos sentidos y la pertenencia del hombre al mundo del lenguaje son los lazos que unen infancia y poesía. Sin embargo, aún nos preguntamos: ¿Quién o qué acude en el momento de la inspiración?


FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE GABRIEL CABRERA

Las actividades que impliquen quietud son menospreciadas y además del componente simbólico y religioso está el placer que a los Nukak les produce moverse.

La elaboración de un morral con hojas de seje: uso sostenible de la naturaleza por parte de los Nukak.

Unos 330 integrantes del grupo Nukak Makú luchan por conservar sus tradiciones frente a más de 10.000 colonos en las selvas del Guaviare. Trabajo galardonado con el Premio de la Fundación Alejandro Ángel Escobar.

La selva, un buen hogar Lilián Andrea Cortés Periodista Unimedios

La discriminación de los indígenas en nuestra sociedad es, tristemente, un secreto a voces, una situación cotidiana. Pero que un grupo indígena determinado sea discriminado por otros colectivos similares resulta contradictorio, sobre todo para aquellos que, como afirma la antropó-

loga Dany Mahecha, “tenemos la idea romántica de los indígenas buenos y que viven en perfecta armonía con la naturaleza”. Los Nukak pertenecen a la familia lingüística Makú Puinave, nombre que en la lengua Arawak significa extraño, sin parientes, de un status bajo, lo que permite que sea esclavizado. “Otros grupos étnicos vecinos se referían a ellos como seres inferiores, decían que se arrastraban y que parecían micos, lo cual me resultaba descabellado”, agrega Mahecha quien, atraída por la marginación y el misterio que rodeaban al pueblo Nukak, decidió profundizar la investigación para encontrar una razón que explicara la discriminación de tanto tiempo. Los también antropólogos Gabriel Cabrera y Carlos Franky acompañaron a Dany Mahecha en esta experiencia, realizada inicialmente como tesis de grado en el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional y luego extendida dos años más como parte del proyecto “Investigación territorial y etnográfica de los Nukak”, con la Fundación Gaia Amazonas. El libro Los Nukak, nómadas de la Amazonia colombiana, constituye el fruto concreto de seis años de convivencia y trabajo constante de los tres antropólogos, quienes entregan una visión total de la familia Makú, gracias a la metodología de estudio simultáneo y separado de tres comunidades diferentes, de las trece que componen al pueblo Nukak. Los Nukak aparecen a los ojos del país en 1988 en una población llamada Calamar, al sur de San José del Guaviare. Se sabía de su existencia de forma parcial, sólo por dos contactos anteriores de los que no se tenían reportes exhaustivos. En 1965 se produce un primer acercamiento del grupo a una zona de colonos, con un desenlace violento ante el ataque de estos últimos, lo que motiva un repliegue del grupo hacia el interior del bosque. A partir del año 1974 misioneros evangélicos informan de la existencia del grupo Nukak pero sólo hasta 1982 se realiza un trabajo regular con ellos y hasta el año siguiente presentan informes sobre el grupo a la Dirección de Asuntos Indígenas, entidad que asegura no tener ninguna información sobre este pueblo en el momento de su contacto en Calamar. El placer de moverse Su reciente aparición se tornó exótica cuando se precisó el carácter nómada de este pueblo, ya que después de tres mil años de comportamiento

sedentario constante, resulta fuera de lo común un grupo de individuos que se encuentre todavía en esta etapa considerada primitiva. Desde la creación del mundo los pueblos Makú han sido destinados por los dioses para ir de un lugar a otro, de forma que se han estructurado en torno al movimiento, ”las actividades que impliquen quietud son menospreciadas y además del componente simbólico y religioso, también está una parte subjetiva que es el placer de moverse, la necesidad de ir siempre más allá“, comenta el antropólogo Carlos Franky. El cambio continuo de lugar ha motivado que los grupos nómadas sean considerados depredadores, porque se cree que al llegar a un sitio consumen los recursos existentes y se marchan cuando éstos se han terminado. En el caso de los Nukak, los investigadores de la Universidad Nacional comprobaron el manejo sofisticado de especies tanto vegetales como animales, desde la perspectiva del movimiento, así como un conocimiento de la horticultura y otras técnicas de cultivo. Frente a los grupos sedentarios los Nukak se encuentran en una clara ventaja, como lo señala el investigador Gabriel Cabrera al afirmar que “si bien ambos conocen y practican la horticultura, los nómadas no dependen de ella, porque tienen un espectro muy grande de recursos en el bosque, manejados con ciclos y patrones específicos”. La relación de los Nukak con la naturaleza puede definirse como armónica y equilibrada, mientras que no puede afirmarse lo mismo de su contacto con otros seres humanos, primero por su condición trashumante y también por las diferencias existentes frente a los grupos de colonos y a sus similares indígenas. Con relación a estos últimos, los Nukak Makú reconocieron enemistades ancestrales incluso con rapto de mujeres en épocas pasadas, frente a algunos colectivos entre los que se destacan los Cuinabe. La interacción con estos vecinos territoriales era prácticamente nula y las que se comenzaban a configurar -especialmente con los colonos- no revestían el carácter servilista exhibido por otros pueblos. El trabajo simultáneo en diferentes comunidades del pueblo Nukak permitió a los antropólogos establecer varios factores y niveles de impacto que caracterizaban la relación con los colonos, quienes, básicamente, constituyen el mundo exterior de este grupo. Mientras que las comunidades de la zona occidental habían realizado un proceso de cambio cultural más acelerado, por contar con la presencia de misioneros evangélicos y un mayor número de colonos en sus cercanías, los grupos de la región oriental, en los contactos habían sido esporádicos. El discurso de los colonos ha influido en el proceso de cambio cultural que viven los Nukak, “su posición no es malintencionada porque surge de una visión completamente distinta de la vida, la sedentaria, que consideran mucho mejor”, comenta Gabriel Cabrera al describir las transformaciones que van desde aumento de la mortalidad por presencia de nuevas patologías, cambios en la dieta alimenticia, en la apariencia y en la disminución de la movilidad. Los antropólogos de la Universidad Nacional plantearon una alternativa para aminorar el impacto de estos cambios, realizando un acompañamiento del proceso para que no fuera tan dramático, pero la intransigencia estatal y de algunos otros responsables de la zona, “negó la oportunidad de hacer las cosas bien, tanto para los Nukak como para nosotros mismos”, concluye Dany Mahecha. Texto apoyado en reportajes de María Claudia Rojas y del programa Radio de Acción de UN Radio.

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ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

Hacer ciencia no es un lujo que puedan darse los países desarrollados, sino una necesidad de todas las naciones para salir adelante. Una de las estrategias gubernamentales que implementó Indonesia hace un par de años para salir de la crisis económica del sureste asiático fue aumentar la inversión en ciencia y tecnología desde un 4% a un 5% del PIB. Mientras tanto, Colombia invirtió en 1999 menos del 0.4% del PIB.


internos. Hay actualmente 43.221 reclusos, lo que muestra el grado de hacinamiento en los centros de reclusión. Por otra parte, existen 3’500.000 expedientes en los juzgados en espera de una decisión, lo que hace inferir que la ineficacia del Estado afecta el derecho de toda persona acusada de un delito a un pronto y debido proceso, según el informe de Flor Alba Romero La situación actual de los derechos humanos en Colombia.

María Claudia Rojas R. Periodista Unimedios

Un grupo de investigadores viajó a la zona de distensión para evaluar la implementación de plantas agroindustriales con base en ganadería de carne y leche y regresó con una imagen de país distinta de la que veía con los ojos de los medios de comunicación, desde la ciudad, desde el centro, desde la perspectiva de la académica. A principios de junio de este año el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional -Icta-, por encomienda del Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (Undcp) y el Plan Nacional de Desarrollo Alternativo (Pnda), comienza a medir en distintos municipios de Caquetá, Meta, Guaviare y Cauca el potencial ganadero, la situación ambiental, las condiciones sociales y de consumo que sirvieran de base a su propuesta de enclaves productivos como sustitutos de cultivos ilícitos en esas regiones. El estudio formula una propuesta competitiva en términos económicos, incluso como alternativa viable a las ganancias de campesinos, indígenas o colonos obtenidas por el raspado de coca, pero no deja de ser “una gota de agua en el mar” frente a los inmensos compromisos del Estado por estimular el sector agropecuario, regionalizar estrategias de acción asentadas en lo cultural y proyectar líneas de mercado a los productos del campo, condiciones sin las cuales no es posible ni el proyecto puntual, ni las aspiraciones de desarrollo alternativo del Gobierno y de la comunidad internacional para la política de lucha contra las drogas. En este caso, a los sistemas de transformación de leche en la zona de distensión, “debe anteceder un apoyo a la ganadería, programas de manejo racional del suelo y capacitación al campesino, que estimulen la apropiación por esa tierra. A largo plazo eso es lo que va a garantizar la subsistencia del proceso agroindutrial, su sostenibilidad en el tiempo”, manifiesta el profesor Jairo Humberto López, coordinador del estudio; “de lo contrario una planta no va a sacar de la miseria a nadie ni va a cambiar la situación de ilicitud”. Iguales pero distintos El proyecto aglutina entonces un equipo de 21 personas y diseña el montaje de centros de acopio lechero, la construcción o remodelación de mataderos y el establecimiento de ocho plantas de transformación de carne y leche. Para ello prevé inversiones, materia prima disponible en cada localidad y recurso humano necesario, capacitación para el uso adecuado de plantas tecnificadas, impacto ambiental ocasionado por la operación de las mismas y organización comunitaria indispensable. A este resultado se llegó teniendo en cuenta las singularidades de cada región, para las cuales la idiosincracia, el suministro de servicios básicos y la capacidad adquisitiva determinan los productos a obtener. Por eso cuando el grupo de la Universidad Nacional busca una posibilidad productiva, se encuentra con una realidad en la que la Orinoquia y el sur de Colombia no son aquellas geografías uniformes del mapa colombiano, sino un conjunto de microrrealidades. Todas bajo la influencia del narcotráfico, pero con un nivel de desarrollo distinto según el empleo de los recursos ilegales en beneficio propio o de otras regiones. Elaborar un queso, una leche, un salchichón o un yogur necesita más que la condición técnica. Hay que tener en cuenta factores que, según el

profesor López, “suponen consideraciones ´ajenas´ al proyecto pero son definitivas para su materialización”: el desarraigo del colono en el Guaviare (¿quién se apropia del proyecto con poblaciones altamente transitorias?), la escasa tradición lechera tanto en consumo como en ordeño, el abandono en términos de saneamiento básico (algunos sitios carecen de electricidad para una actividad que requiere cadena de frío), la cultura del miedo generada por el conflicto, la fragilidad de los ecosistemas... La anécdota, citada recientemente por Manuel Castells en una conferencia en la Universidad Nacional, de las camisas amarillas producidas en serie por el Estado para todas las naciones de la antigua Unión Soviética durante todo un año y que fueron rechazadas por los consumidores porque luego de averiguar, con sorpresa el Gobierno se enteró de que allí ése era el color del luto, ilustra bien cómo las dinámicas locales intervienen en el éxito o fracaso de las decisiones públicas. Así para su planificación como para su apropiación. “Lo contrario es seguir construyendo soluciones desde los escritorios en Bogotá y despojar a las comunidades de todo reconocimiento para la concepción de su propio desarrollo”.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

Colombia cuenta con 167 cárceles para albergar 28.000

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Instalar procesadoras de carne y leche para sustituir cultivos ilícitos en la zona de despeje es técnicamente viable, pero hay que tener en cuenta que la región no tiene tradición lechera, sus ecosistemas son frágiles y la población es flotante.

No se puede ensillar sin tener la bestia

Con acompañamiento: sí futuro Luego de que las grandes contiendas mundiales fueran reemplazadas por conflictos localizados, se han reconocido en la negociación y las propuestas económicas herramientas útiles en la solución de esos procesos. Aunque la dificultad en muchos de estos programas ha radicado en que se aplican con base en presupuestos de productividad ajenos a las complejas realidades regionales y han sido manejados por los gobiernos más como una estrategia publicitaria para contrarrestar la mala imagen de sus países, y no con el objetivo de buscar salidas eficientes, el desarrollo alternativo contempla la introducción de procesos productivos para los campesinos de la zona de distensión “ayudándoles en su organización y acceso al mercado”, asegura Fernando Hurtado, asesor técnico principal de la Oficina de Servicios y Proyectos de Naciones Unidas. “La historia de la agricultura nos ha demostrado que mientras el campesino se quede en su finca en la fase primaria de la cadena productiva sin adueñarse de la transformación, almacenamiento, clasificación o empaque, esto es, sin poner valor agregado a su producto, no podrá salir del marginamiento económico en que vive”, opina. Por ese sendero, las plantas procesadoras de carne y leche esperan romper la idea del agricultor cuando dice que no aumenta su producción de materia prima porque no hay industria que la compre. Pero aún cuando los volúmenes de sacrificio de reses, cerdos o recolección de leche son modestos en la zona de distensión, a excepción del Caquetá, la implantación de agroindustrias “iniciaría un factor de desarrollo que tiene que darse”, sostiene Hurtado. Además “hay que romper el círculo de no desarrollo y no oportunidad en estas regiones donde la abundancia de materia prima para abastecer las procesadoras vendrá luego de propiciar un capital social que dé tránsito a un desarrollo alternativo real”, complementa el coordinador del estudio, Jairo Humberto López.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

Por otra parte, el tabú de que el problema de los productores de ilícitos está determinado por el alto salario que reciben con respecto a los jornales de los mercados legales limita o aplaza soluciones de política pública relacionadas con la reforma agraria, la estabilidad de las economías campesinas, la dotación de infraestructuras. Un informe del Sistema de monitoreo-auditoría al programa Pnda-BID realizado por la Universidad de Los Andes aclara que de 20 municipios con cultivos ilegales el 33.9% de la población vive en la miseria frente al 14.9%, que es el indicador nacional, y cuatro de ellos tienen más del 50% de sus habitantes en esa condición. Por eso “si el eje de la regionalización son los proyectos productivos, éstos deben mantener un acompañamiento del Estado para la construcción de una cultura empresarial en la zona”, advierte el informe. No obstante la inversión de 10 millones de dólares que requeriría la puesta en marcha de las agroindustrias, el valor agregado que presenta este estudio señala la coincidencia de una serie de acciones como requisito para que el proyecto vaya más allá de lo simbólico. En otras palabras, como enseña la sabiduría popular: “no se puede ensillar sin tener la bestia”.

Hay que romper el círculo de no desarrollo y no oportunidad en estas regiones donde los excedentes de materia prima para abastecer plantas industriales vendrán luego de propiciar un capital social que dé tránsito a un desarrollo alternativo real.


ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

Este año serán visibles en territorio colombiano fenómenos astronómicos como eclipses de sol y luna y lluvias de estrellas. Guía de observación.

El firmamento en el 2000

Eclipses En el 2000 se presentarán varios fenómenos astronómicos, comenzando con el eclipse total de luna que ocurrirá el 20 de enero y será visible en todo el territorio colombiano a partir de las 9 de la noche cuando la luna entra en penumbra hasta las dos de la mañana del día siguiente. Es muy probable que la luna en la fase de la totalidad tenga una coloración rojiza debido a la gran actividad solar y a la contaminación que por estos días tiene la atmósfera debido a las recientes erupciones de cenizas de los volcanes del Ecuador. El 25 de diciembre tendrá lugar un eclipse parcial de sol que será visible al atardecer en la alta Guajira y en el archipiélago de San Andrés y Providencia.

la Tierra atraviesa estos enjambres produciéndose un choque con la atmósfera terrestre y ocasionando lo que conocemos como lluvia de estrellas. El punto del cielo por donde las vemos llegar se denomina radiante y toma el nombre de la constelación donde se encuentra, como por ejemplo las Perseidas.

William Enrique Cepeda Peña Alineación planetaria

Observatorio Astronómico Nacional Facultad de Ciencias

El año 2000 ha causado un gran revuelo en todo el mundo, las controversias que se han suscitado con relación al comienzo del tercer milenio o el final del siglo XX han dado de qué hablar, pero sin duda la gran beneficiada ha sido la publicidad y todo el orden económico que ello encierra. Se han organizado excursiones a exóticos lugares para tener el placer de experimentar extrañas sensaciones sobre este acontecimiento, pero la verdad de todo este alboroto es el desconocimiento consciente o no del origen de nuestro calendario. Para no entrar en polémicas, la explicación científica de nuestra cronología es la siguiente: cuando Dionisio el Exiguo tuvo la idea de contar el tiempo y señaló como año 1 el del nacimiento de Jesús, para aquella época en Europa no se conocía el número cero, por tal motivo y si las cuentas aritméticas no fallan, el siglo XX termina el 31 de diciembre del 2000, y el tercer milenio comenzará el primero de enero del 2001. Pero más allá de las discusiones cronológicas, vale la pena conocer las sorpresas que ofrece el cielo en este año.

Los planetas en su movimiento alrededor del sol nos presentan determinadas posiciones sobre la esfera celeste, una de ellas es la conjunción y consiste en la ubicación del sol y uno o más planetas en la misma dirección, es decir, en una zona muy pequeña del cielo se agrupan varios planetas. El 5 de mayo el panorama será el siguiente: de izquierda a derecha, Marte estará en Tauro cerca de las Pléyades, Saturno y Júpiter justamente al oeste del sol. La Luna estará exactamente al sur del sol, Mercurio y Venus al oeste. Como vemos, todos los planetas a excepción de Urano, Neptuno y Plutón están localizados a unos pocos grados del sol vistos desde la Tierra. El espectáculo sería maravilloso pero no será visible por la cercanía del sol. Esta “alineación“ no trae consecuencia alguna sobre la Tierra. Lluvia de estrellas Los cometas en su recorrido alrededor del sol dejan una estela de pequeñas partículas, tan grandes como un grano de arena, y periódicamente

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MEDIO AMBIENTE

ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

De 1945 hasta nuestros días los ecosistemas colombianos se han transformado. Las corrientes de agua andinas se han contaminado y redujeron su oferta recreativa. El 23% de la población registra dificultades para acceder al suministro de agua potable. El 45% de los suelos se usan para fines diferentes a los de su vocación y un 10% presenta erosión severa. La calidad del aire que se había mantenido estable hasta los años setenta se ha degradado rápidamente en los últimos 20 años y hoy Bogotá es la tercera ciudad más contaminada de América Latina.


tercios son mujeres -entran en el siglo XXI sin los conocimientos necesarios para leer un libro o firmar su propio nombre. Ellas vivirán en una pobreza más desesperanzada y en un peor estado de salud que aquellos que sí pueden realizar las tareas mencionadas. Son las analfabetas funcionales del mundo, según el informe Estado Mundial de la Infancia 1999: Educación Unicef.

ILUSTRACIÓN DE VÍCTOR BARRERA

Cerca de 1.000 millones de personas -de las cuales dos

EDUCACIÓN

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Consultorio sobre temas del agro, mercados virtuales agropecuarios y educación a distancia son algunos servicios que ofrece una red en el ciberespacio para mejorar las condiciones de vida de los municipios colombianos.

La red del agro Gabriel Awad Profesor Facultad de Minas

¿Cuál es la época adecuada para sembrar maíz? ¿Quién está interesado en comprar la cosecha de ajonjolí? ¿Cómo se construye un pozo séptico? ¿Cómo incrementar la productividad del hato lechero? ¿Cómo se detecta una zona con potencial minero? Las anteriores son algunas de las múltiples preguntas que se formulan a diario los habitantes de los diversos municipios que conforman la extensa geografía nacional. La mayoría de las veces esas inquietudes no tiene respuesta o es inadecuada, ya que nuestros saberes están concentrados en las grandes urbes, y en especial dentro de las universidades. Buscando un mayor acercamiento entre el mundo universitario y el mundo del ciudadano común, la Universidad Nacional de Colombia en su sede Medellín decidió abrir una puerta para proyectarse en el ciberespacio, por medio de su Red de Extensión Académica Virtual (Reuna). Este programa tuvo su origen en la Facultad de Ciencias Agropecuarias por iniciativa de los docentes Rodolfo Hernán Parra Sánchez y Julio César Arango Tobón; la iniciativa pretendía lograr un intercambio de información técnico-científica y de conocimientos en apoyo al desarrollo rural de Colombia. El proyecto está diseñado bajo el criterio de escalabilidad tecnológica por demanda, es decir, se inicia con una infraestructura básica mínima y a medida que los usuarios van requiriendo más y mejores servicios éstos se van implementando. Actualmente se trabaja en el desarrollo de la primera fase consistente en la compra de equipos y la instalación de software para el manejo de listas de distribución. A través de Reuna la Universidad podrá ampliar su cobertura, brindar servicios de educación continuada, incursionar en los campos de la educación a distancia y de la educación virtual; así como mantener y mejorar la calidad de sus diferentes actividades académicas. Conocimiento en línea Reuna se basa en la utilización de las tecnologías más modernas en los campos de la informática y las telecomunicaciones, de tal manera que se logre transportar de una forma ágil y oportuna la información y los conocimientos sin necesidad de tener que movilizar personas ni objetos. Otros posibles beneficios son: •El Consultorio Virtual, que ofrecerá atención en línea a las consultas en el campo agropecuario y permitirá mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales de Colombia. En el caso par-

ILUSTRACIÓN DE EDIN RIVERA

ticular de Antioquia, la articulación de Reuna con Camponet (Programa de la Gobernación ) brindará a las Umatas un constante apoyo técnico. •Con la puesta en marcha del Mercado Virtual de Productos Agropecuarios los vendedores y los compradores podrán tomar contacto entre sí, conocer sus ofertas, y llegar a acuerdos comerciales. Se busca, con ello lograr un incremento en la rentabilidad para el productor agropecuario y una estabilización en los precios para los consumidores finales. Se espera que en un tiempo no muy lejano se puedan manejar a través de Reuna mercados de futuro en el sector agropecuario. •Conectar a los miembros de la comunidad académica universitaria con sus pares nacionales e internacionales a través de boletines virtuales y conferencias electrónicas.

•Congregar a los egresados de la Universidad y vincularlos de manera activa al desarrollo de las propuestas de extensión y de investigación; adicionalmente se pretende facilitar su actualización profesional, ya que el conocimiento técnico se está duplicando cada cinco años. •Las bases de datos en línea facilitarán la labor investigativa, tanto dentro como fuera del campus universitario, y brindarán a los tomadores de decisiones elementos adecuados para su accionar. •La Biblioteca Electrónica hará posible el acceso inmediato a numerosas fuentes de consulta a nivel nacional e internacional. Nota Las personas interesadas en obtener mayor información y en mantenerse actualizadas acerca de la evolución del proyecto contactar a extuniv@perseus.unalmed.edu.co

La Red de Extensión Académica Virtual (Reuna) se basa en la utilización de las tecnologías más modernas en informática y telecomunicaciones para transportar la información de una manera ágil, sin necesidad de movilizar personas ni objetos.


Una planta que recicla el agua desechada por los beneficiaderos de café permite su reutilización y evita la contaminación de los ríos al eliminar el exceso de materia orgánica que termina con el oxígeno indispensable para la vida de especies animales y vegetales.

Luz Enit Arias Restrepo Especial para U.N. Periódico

El Niño y su incidencia en Colombia

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Agua de por vida Rafael Posso Osorio Carlos G. Paucar Facultad de Ciencias Sede Medellín

Aunque Colombia ocupa un puesto privilegiado tanto en recursos hídricos como en la producción de café, hasta ahora no se había planteado y ejecutado un proyecto de investigación que hiciera posible biorecuperar el agua utilizada en los beneficiaderos. La mayoría de los grandes productores gastaban 40 litros de agua por kilogramo de café, y actualmente, con el demulsificador ecológico sólo consumen un litro por kilogramo. Sin embargo, una finca en promedio produce por cosecha 1.000 arrobas, esto es, 25.000 kilogramos de café y 25 metros cúbicos de agua contaminada que finalmente va a quebradas o afluentes cercanos y atenta contra la diversidad biológica, ya que se aumenta la carga de materia orgánica, consumiendo el oxígeno disuelto que algunas especies de peces y plantas acuáticas necesitan para vivir. La biorecuperación es una alternativa para evitar el desperdicio y la contaminación. Con este fin, se construyó una planta hiperbárica que trabaja por encima de la presión atmosférica ambiental. El sistema empleado por este tipo de máquinas es

Reservas para el futuro El uso de plantas hiperbáricas para tratar el agua utilizada en el lavado o beneficio del café facilita el proceso de concientización masiva de los caficultores colombianos con respecto a la urgente necesidad de no seguir atentando contra la diversidad biológica de nuestras quebradas, ríos, lagos y ciénagas. Se estima que hasta el año 2007 la cantidad de agua que retorna al planeta como aguas lluvias se disminuirá en un millón de toneladas métricas, y en el mejor de los casos, se daría una disminución en la producción de alimentos y un aumento en el desempleo, es decir, que la calidad de vida de nuestros compatriotas sería cada vez menor. En el mundo, la actividad que más consume agua es la agricultura, con un 65%, mientras que sólo un 8% está destinada al consumo humano. El hombre debe reducir su consumo de agua en actividades agropecuarias e industriales, o debe reciclarla, para lo cual las plantas de biorecuperación son una alternativa que no sólo se puede utilizar en el lavado del café, sino en el lavado del banano, papas o en cultivos de peces como las trucheras. Las plantas hiperbáricas permiten también construir estanques para almacenar agua, es decir, mantener una reserva que, como dice Don Rogelio, es para toda la vida.

La utilización de agua del acueducto en las fincas cafeteras genera un gasto de 1.000 metros cúbicos. Con una planta hiperbárica, el ahorro de agua reduce considerablemente los costos por cosecha.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA EL ESPECTADOR

El actual sistema de clasificación de los cortes de ILUSTRACIÓN DE PILAR BERRIO

Con su investigación Retroalimentación Dinámica entre el Fenómeno del Niño, Oscilación del Sur y la Hidrología de Colombia, el ingeniero civil Germán Poveda Jaramillo recibió el año pasadoel Premio de la Fundación Alejandro Ángel Escobar en la categoría Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Presentada como tesis doctoral de su PhD. en Ingeniería, otorgado por la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Colorado en Estados Unidos, su investigación permite a la comunidad científica internacional buscar mecanismos que contrarresten los daños que puedan ocasionar los fenómenos del Niño y la Niña en los sectores agrícola, ganadero, eléctrico, forestal y de la salud. Poveda estudió los mecanismos físicos por los cuales tenemos anomalías climáticas e hidrológicas durante dichos fenómenos naturales. Indagó por qué durante el Niño hay más sequía de lo normal y durante la Niña, tantas lluvias e inundaciones. Además, observando con detenimiento lo que sucede en el océano Pacífico tropical, estableció modelos de predicción hidrológica para saber con antelación cuánta lluvia va a caer en el año. El Niño es un fenómeno natural del clima de la Tierra, resultado de la interacción del mar y la atmósfera: el mar se calienta por encima de lo normal y repercute en la evaporación y las lluvias sobre el océano Pacífico, desatando perturbaciones en los patrones atmosféricos de todo el planeta, en particular de los cinturones tropicales y subtropicales. Por estar más cerca del Pacífico, afecta a Colombia directamente. El fenómeno del Niño, que ocurre cada tres o cuatro años, tiene serias implicaciones socio-económicas y ambientales en los países comprometidos: causa incendios forestales, destruye arrecifes coralinos, incide en la migración de aves y en muchas partes ocasiona tormentas tropicales. El profesor Poveda encontró que una corriente de vientos en chorro entra por el océano Pacífico al interior de nuestro país y trae consigo enormes cantidades de agua. Otros vientos predominantes soplan desde el Caribe y unos más desde la cuenca del Amazonas. La interacción de todos estos vientos genera una atmósfera muy inestable que da lugar a que llueva mucho. Por ello, Colombia es un sitio muy húmedo y según estándares mundiales, en él se halla el lugar más lluvioso del Planeta: Chocó. Al chorro de viento del océano Pacífico el profesor lo denominó “Chocó” (Chorro del Occidente Colombiano). Poveda descubrió que los vientos se intensifican por razones termodinámicas, cuando así sucede viene lo que se conoce como Fenómeno del Niño. Del mismo modo, al disminuir su intensidad se generan más lluvias, es decir, el Fenómeno de la Niña. Influye también en los fenómenos del Niño y la Niña la Oscilación del Atlántico Norte -NAO-, que consiste en el balanceo de las presiones atmosféricas del ecuador, encargadas de dirigir la intensidad de los vientos Alicios por el Caribe. El estado de la NAO se convierte en un factor determinante en la intensidad de los vientos que soplan y la humedad que entra a Colombia. Germán Poveda Jaramillo, investigador consagrado, dice que su mayor orgullo es poder servirle al país con el trabajo que realiza día a día en la Universidad Nacional. Su actitud refleja su amor por la docencia, “a mí me gusta mucho investigar, entre otras cosas porque no creo que un profesor universitario pueda hacer buena docencia sin investigación. Ésta siempre sugiere nuevos temas, nuevas lecturas y miradas, y una preparación académica constante, y es eso lo que nos permite ofrecer una docencia actualizada y de mayor nivel”.

más eficiente que el convencional porque logra aumentar el metabolismo de las bacterias para degradar la materia orgánica presente en aguas residuales hasta cinco veces más que una planta de tratamiento de aguas con una presión atmosférica normal. Al diseño de la planta hiperbárica logró incorporársele el novedoso sistema de aireación-agitación, el cual hace posible aumentar la eficiencia de la transferencia de oxígeno en igual proporción que utilizando tanques de aireación, así como disminuir considerablemente los costos de operación. Rogelio Ramírez, propietario de la finca La Lucía en el municipio de Fredonia, utiliza el agua del acueducto en el beneficiadero y en cada cosecha gasta 1.000 metros cúbicos. Por ello está interesado en adquirir una planta hiperbárica ya que el ahorro de agua reduciría los costos considerablemente por cosecha.

carne bovina fue diseñado por el Instituto de Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional con base en cinco grupos valorados con igual número de estrellas. Así, a la más tierna y jugosa se le asignó la calificación de cinco estrellas, perteneciente a novillos y toretes de dos años y medio, con poca grasa y peso aproximado de 230 kilogramos. Los de una estrella pertenecen a bovinos mayores de cinco años con grasa en abundancia. La carne sin estrellas deja muchas dudas sobre su clasificación.


Latina habrán alcanzado una extensión que podrá ser caracterizada como metrópoli. Siete ciudades sobrepasan los cinco millones de habitantes: Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo, Santiago, Bogotá, México y Lima. Son núcleos metropolitanos de megápolis en formación, incluyendo ciudades como Tijuana, que desborda la frontera entre Estados Unidos y México.

Bogotá no es desordenada. Y también es eso...

CIUDAD

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¿Usted sería capaz de ver la belleza de una buseta? ¿Después de estar dos horas apretujado, en medio de un trancón y una lluvia interminables, vería en ella un lugar agradable? Sí. Es posible encontrarle encanto a un charco, a la cuerda para colgar la ropa, a un maniquí extravagante y a la caneca de basura. Roxana Martínez, diseñadora gráfica de la Universidad Nacional observó en Bogotá lo que sus habitantes poco miran, escuchó lo que ellos dicen y descubrió nuevas formas de vivir y pensar la ciudad. El resultado es un conjunto de postales que amplía la visión que los bogotanos tienen de sí mismos y de su hábitat, matizando los adjetivos gris, insegura, sucia, desordenada y agitada con que la describen, por medio de contrastes y comparaciones. Aquí, una muestra de la obra que obtuvo el segundo lugar en el área de Producción Simbólica del concurso Mejores Trabajos de Grado de la Universidad.

¡¡VENGA!! ¿qué gafa quiere? ¿Cúal va a llevar? - ¿esa rosada? ¡¡VEA!! esa está a diez mil, pa´que se la lleve. Ahí está... nueve quinientos, nueve quinientos y se lleva una buena gafa... VEA!! por ser para usted nueve pesitos y hace una buena compra, más baratas no las consigue. ¿Cúanto me va a dar por ellas? PALABRAS DE UN VENDEDOR DE GAFAS. Puesto ambulante de venta de gafas. San Andresito Sur. Localidad Antonio Nariño.

Bogotá no es agitada. Y también es eso...

Bogotá no es... y también es eso

Nooo, esta mañana hubo un voleo tremendo todu el mundo pedía de todo y ahora más tarde se pone peor, eso llega la gente y piden y piden, no alcanza uno a entender qué le piden, cada vez que está esto calmadito pues uno apovecha y se hecha un sueñito, o si no ¿a qué horas? PALABRAS DE UNA VENDEDORA DE UN PUESTO AMBULANTE. Maniquí en una vitrina de adornos. Carrera trece. Barrio Chapinero Central. Localidad Chapinero.

Bogotá no es sucia. Y también es eso... Eso ya no se sabe como hay que salir a la calle, a veces en un solo día hace un calor tremendo y cuando uno menos piensa llega y cae un aguacero y después toca aguantarse el día, así vuelto nada... PALABRAS DE UN SEÑOR EN LA CALLE. Barrio Castilla. Localidad Kennedy. FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE ROXANA MARTÍNEZ

ILUSTRACIÓN DE PILAR BERRIO

En el año 2000, por lo menos 20 ciudades de América

Bogotá no es insegura. Y también es eso... Divino niño te pido de todo corazón que sólo permitas acercar a una personas leales, honestas y capaces PALABRAS DE UNA SEÑORA EN SU ORACIÓN AL DIVINO NIÑO. Entrada a la Plaza del Veinte de Julio día de procesión. Localidad de San Cristóbal.


En los mundos virtuales el edificio del museo no ha sido proyectado como la suma de las salas o la exhibición de la colección como sucede en los museos actualmente existentes, sino, de acuerdo con las propiedades ‘mecánicas’ de sus objetos, en cápsulas, como fuentes centrales de memoria/información.

Nuevas tecnologías determinan hoy el mundo cultural. El museo contemporáneo se plantea nuevas experiencias sensoriales.

Museo y ‘mundos virtuales’, un teatro de la memoria Bernardo Uribe Mendoza Profesor Instituto de Investigaciones Estéticas

La arquitectura del museo contemporáneo en un era cultural y social progresivamente tecnológica y ‘mediada’ está, de manera inevitable, adscrita a los desarrollos en el campo computacional, llamado ‘mundos virtuales’, el cual engloba no sólo experiencias de simulación espacial sino investigación en sistemas expertos de animación, denominados inteligencia y vida artificial. Los ‘mundos virtuales’ posibilitan una recreación inesperada de la manera como se construyen hoy los museos. Los diseños y el trabajo artístico de una ´cámara de las maravillas’ en ‘mundos virtuales’, como la idea de museo contemporáneo, permite recrear las identidades e iconologías de las arquitecturas de la memoria, intrínsecamente asociadas en la vida urbana moderna a la función museística, particularmente aquellas que conciernen a la escenografía o la presencia teatral social, ‘pública’, de una colección, sea etnológica, artística, de la historia cotidiana, de la historiografía, etc. El proyecto de la ‘cámara de las maravillas’ se aproxima, desde el campo artístico de la arquitectura, al estado actual de la investigación en tecnologías de mundos virtuales en dos campos relevantes: la indexación (o índice) animada de un ‘mundo’ de imágenes y su relación con la memoria (información-texto) y la ampliación de las experiencias sensoriales de naturaleza mecánica mediante experiencias de simulación en mundos virtuales. El campo de la suma de todas estas posibles experiencias del complejo espacio/información/ memoria/percepción activa constituye lo aquí denominado arquitecturas de la memoria con relación al tema del museo. En la historia urbana los monumentos arquitectónicos han sido habitualmente tal fuente nor-

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CULTURAS

ILUSTRACIÓN CORTESÍA DE BERNARDO URIBE

mal de memoria/información contenida en la experiencia o percepción activa del espacio humano. La aqruitectura edilicia ha sido una compleja simbiosis experimental de conductas operacionales humanas colectivas o compartidas (cuerpo), a la vez que importante fuente de información sobre sistemas iconológicos de jerarquización social, simbolismo metafísico asociado al espacio, todo ello encriptado en la forma arquitectónica, mediante presencia matérica, en la vida cotidiana por medio de los edificios de la ciudad. Como es apenas obvio los desplazamientos de origen medial en los procesos de información y memoria en la vida cotidiana contemporánea han determinado un desplazamiento en las arquitecturas de la memoria, tal como ellas han ido desenvolviéndose en los monumentos arquitectónicos y urbanos. Se abre de este modo el campo de la experimentación con las nuevas relaciones entre memoria y arquitectura en las cuales el tema del museo es doblemente significativo: en general, el edificio como un ´monumento’ arquitectónico y en particular, su tipo edilicio como monumento cultural o civilizatorio. Cambio de escenografía En el proyecto de una ‘cámara de las maravillas’ como el museo contemporáneo, el edificio no ha sido proyectado como la suma de las salas del despliegue o la exhibición de la colección como sucede en los museos actualmente existentes, sino como aquel cofre de los tesoros en el cual se deposita y conserva la colección más de acuerdo con las propiedades ´mecánicas’ de sus objetos que a su disposición sistémica (óptica) o ‘curatorial’, en cápsulas o ambientes inteligentes, como fuentes centrales de memoria/información. La visita a la colección, actualmente el centro de atención de la

acción museal, es sólo ‘otra’ de las experiencias posibles de este modo con la colección. El ‘despliegue’ de la colección, sus extensiones tanto materiales como iconológicas, son reformuladas completamente mediante los hardware y software tecnológicos de ‘mundos virtuales’. En su texto de 1997 Suchmaschinen (Máquinas de búsqueda), Florian Rötzer, editor de la revista electrónica alemana Telepolis, proponía el proyecto para un ‘Teatro de la Memoria’ del artista renacentista Giulio Camillo Delmino (14801544) como una metáfora a la ontología de la memoria (del mundo) en internet. En la metáfora operacional de un museo como ‘cámara de los tesoros’ en ‘mundos virtuales’ los objetos de la colección no son dispuestos en escenarios ontológicamente ordenados como sucede en el teatro de Camillo y en las galerías de la exhibición de la mayor parte de los museos existentes en la actualidad, sino en interfases abiertas construidas mediante una indexación relativa de la información, la imagen y la simulación de los objetos en los ‘mundos virtuales’ animados. De este modo la experiencia del complejo espacio/memoria/información (arquitecturas de la memoria) se presenta abierta, a-sistémica (en la medida de un juego), ‘haptica’ según la definición de Riegl. En este sentido las arquitecturas de la memoria en ‘mundos virtuales’ introducen extensiones espaciales múltiples a la construcción cuerpo/conciencia y el proyecto de museo es un desarrollo artístico/ investigativo en este campo. En un sentido más amplio, el proyecto está referido a la exploración de las relaciones entre las nuevas tecnologías y el cambiante ámbito cultural contemporáneo. El profesor Uribe hace parte del PUI del Pui de Comunicaciones de la Universidad que es coordinado por el Profesor Rodolfo Ramírez, y entre otros integrantes, han colaborado en la discusión de conceptos y aspectos técnicos del presente proyecto, los profesores Manuel Guillermo Forero de Sistemas, Felipe Padilla de Diseño Gráfico, y los estudiantes Nelson Cruz y Patricia Cervantes.

Espere las próximas ediciones de U.N. Periódico: Domingos 13 de25 febrero, 12 de marzo, 9 de abril, 14 de mayo, 11 de junio, 9 de julio, 13 de agosto, 10 de septiembre, 8 de octubre. Reserve con anticipación sus espacios publicitarios Tel. 3165348, 3165000 ext. 18384 Fax: 3165232 e-mail: unimedio@bacata.usc.unal.edu.co Universidad Nacional de Colombia Edificio Uriel Gutiérrez, transversal 38 diagonal 40, 5to. piso

DIVERSIDAD OPINIÓN EXPRESIÓN


ofrece el servicio de consulta mediante conexión vía Internet o red local, de catálogo y bases de datos en CD Room desde cualquier lugar del campus o del país a través de la página http://servelib.biblos.unal.edu.co En esta dirección se puede tener acceso a la biblioteca central y a las 20 bibliotecas especializadas. El catálogo permite consultar más de 120.000 títulos y 300 bases de datos que incorporan resúmenes o textos completos de revistas especializadas.

Jaime Arocha Profesor Facultad de Ciencias Humanas

“Arocha” -me dijo un colega- ”no pensé que su nuevo libro se refiriera a los medios pacíficos que negros e indios del Chocó tienen para dirimir conflictos. Entender el título que le puso -Ombligados de Ananse- requiere leer en la contra carátula “los hermanos de araña”, pero aún así no hay indicios del porqué en el Baudó las tasas de homicidio son tan bajas: un promedio anual de dos por 100.000 habitantes, para un período de casi treinta años, ha de ser una de las cifras menores del mundo. Para la próxima edición, escoja otro nombre”. Yo no supe qué contestar. Estaba muy orgulloso de las palabras que había escogido porque varios afrochocoanos me dijeron que Ombligado y Ananse les hacían vibrar su identidad. A casi todos ellos les curaron la herida que deja el ombligo al caerse mediante polvos preparados con partes de aquel animal, planta o mineral cuyas cualidades sus padres aspiraban a ver realizadas en ellos, una vez fueran adultos. También, casi todos conservan sus ombligos y los veneran en los pueblos donde nacieron. Esos ombligos son las palmeras o árboles que el día del alumbramiento sus madres plantaron junto con la placenta en la cual ellos venían envueltos. Y por si fuera poco, Ananse o Anancy es un héroe mítico que aún veneran por autosuficiente, embaucador, anárquico, travieso e insumiso, gracias a cuya astucia triunfa sobre seres de mayor tamaño y poder. Sin embargo, también es usual que los invada un rictus de rabia, después de haber leído el primer capítulo. Entonces, se preguntan: “¿Por qué ni en la escuela, ni en el colegio, ni en la universidad nos enseñan que las ombligadas, los ombligos y las historias de Ananse también existen en San Andrés y Providencia, Jamaica, Limón (Costa Rica), Surinam y Ghana, Togo y Costa de Marfil, en el África centrooccidental?”. Del desencaje por la ira, es posible pasar a las lágrimas, como le sucedió a una maestra quibdoseña después de escucharle al académico marfileño Albert Dagó Dadié la conferencia Ananse, el hilo y el ombligo. Ella había venido para participar en el Tercer Encuentro Internacional de la Expresión Cultural Negra que auspició la Fundación Colombia Negra entre el 12 y el 19 de octubre de 1999. No se les había pasado por la mente que un africano pudiera haber recorrido las mejores universidades europeas, ni que además estuviera tan orgulloso de pertenecer a la etnonación de los baulés, primos de ashantis, fantis, añis y demás miembros de la familia akán. El centro del universo Hace un año estuve en la casa de Dago Dadié en Adidján, la capital de Costa de Marfil. Me permitió asomarme a su mundo mostrándome el trono que le corresponde a su jerarquía elevada y explicándome el sentido de las tallas que lo adornan. También sacó una túnica imperial blanca, hecha al modo kente de los ashantis, en cuyo centro se cruzaban dos rectángulos, formando un tercero, dentro del cual se leía la palabra Dadié. “Somos el centro del universo”, dijo sin modestia. En ese diciembre de 1998, nos encontrábamos en el Segundo Coloquio de Estudios Afroiberoamericanos que auspiciaron las universidades de Alcalá de Henares (España) y de Cocodí (Costa de Marfil), a propósito de los efectos de la globalización sobre africanidad y africanía. Fue a partir de esa

ILUSTRACIÓN DE VICTOR BARRERA

La División de Bibliotecas de la Universidad Nacional

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El antropólogo colombiano teje en esta historia los mitos que mantienen aún vivo el cordón umbilical que une a las culturas de origen africano.

Arañas, ombligos y paz reunión, cuando a Dago Dadié se le agudizó el interés por las historias de Ananse. Como muchos intelectuales africanos, él se preocupa por averiguar de la existencia actual de los descendientes de quienes fueron cautivados en África y esclavizados en América. Por eso ha ido a Cuba, donde le han sorprendido las pervivencias de los pueblos yorubás y bantúes. No obstante, había oído poco de la akaniad en América. Después de leer acerca de las ombligadas del Chocó, me dijo: “quiero conocer tu país”, y se puso a preguntarle sobre ombligos y arañas míticas al historiador Bolo Bi Kouahi y a su primo Bernard Dadié, uno de los grandes novelistas africanos, entre otros conocedores de una deidad tan autosufuciente que va tejiendo su casa con un hilo que saca de su ombligo. De ahí que en su primera visita a Colombia, Dago explicara por qué las arañas y las telas que tejen son tan importantes: ”Según el mercader esclavista danés Römer, que vivió en el fortín de Christianborg en Accra entre 1739 y 1749, había entre los nativos de la Costa de Oro un personaje de cuentos llamado Nannj. Este Nannj era una gran araña a quien Dios le encargó tejer las telas que debían servir para fabricar hombres. Así lo hizo, pero los hombres se volvieron ingratos con él. Con la poca tela que le quedaba hizo un hombre más pequeño que los demás, a quien dio el nombre de Nannj. Esta última criatura de Dios, nutrida e instruida por la araña, se volvió el héroe de los cuentos akán“. Por si fuera poco, también narraría cómo Ananse se roba la sabiduría, para entregársela a los humanos: Nyamien, el dios todopoderoso mantenía el conocimiento guardado en un cántaro que escondía en una habitación, de cuya hasta entonces legendaria invulnerabilidad dieron buena cuenta la perseverancia y los trucos de Ananse. A la maestra la conmovió el recuerdo de historias parecidas que había oído desde niña en el Chocó, y al final de la conferencia abrazaba a Dago Dadié, con lágrimas en los ojos, aturdida al descubrir el tamaño de la familia a la cual ahora sentía pertenecer. Por el mito de la araña astuta El africano también estaba conmovido. Como pocas veces, creía que el fortalecimiento de akanidad, yorubidad y bantuidad en ambos lados del Atlántico tiene que dar origen a solidaridades disidentes que permitan enfrentar una globaliza-

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE JAIME AROCHA

ción que el Norte vende como panacea para resolver los males del Sur, cuando más bien quizás sea la forma más perversa de hegemonía cultural y económica. Hoy Dago Dadié entiende que parte de tal hegemonía consiste en las nuevas formas de violencia y desplazamiento forzado a las cuales son sometidas poblaciones afrodescendientes como las del bajo Atrato. También, que muchas de esas personas -por ser Ombligados de Ananse- forman parte de la familia akán a la cual él pertenece. Esa nueva conciencia facilitará el que Dago Dadié busque adherentes de la petición que varios intelectuales colombianos le dirigieron a Koffi Anán, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, para que sus organismos de vigilancia de derechos humanos y derecho internacional humanitario tengan una presencia más enfática en nuestro país. Los firmantes de la solicitud, entre quienes se encuentra quien objetó el título de mi libro, consideran que de no haber un mayor arbitraje internacional, las maquinarias de la guerra persistirán en su disputa por el dominio de territorios como los del litoral Pacífico, a costa del porvenir de la población civil. Por las búsquedas de Dago Dadié retendré mi título. Por las dudas de mi colega haré más énfasis en que la materia prima del mito de la araña astuta y del rito para hermanarse con ella, es la misma de la de aquellas soluciones al conflicto interétnico responsables de unas tasas de homicidio tan bajas.

La forma más perversa de hegemonía cultural y económica consiste en la violencia y desplazamiento forzado a las cuales son sometidas poblaciones afrodescendientes como las del bajo Atrato.


Dirigentes transgénicos

Políticos modificados genéticamente ya están en nuestra mesa

Representaciones Paralelas I-ECO INSTITUTO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN

A COLOMBIA POR EL FIN DEL MILENIO

Jorge González Villa Especial de La Bagatela para U.N. Periódico

Aguacates con genes de conejo para incrementar la reproducción, ratas con genes de vaca para la reproducción de leche de vaca, plátano adiposo con genes de cerdo o cereales para cultivos en tierra fría o gran resitencia a cambios climáticos, y otra gran variedad de alimentos transgénicos recrean nuestra variada gastronomía colombiana. En la actualidad todos los esfuerzos se condensan en el perfeccionamiento de la tecnología biogenética, que cuenta con las grandes potencias e instituciones internacionales como la ONU, desarrollando por medio de la FAO planes y programas destinados a incrementar la industria productora de organismos vivos manipulados genéticamente. J. Craig Venter, bioingeniero experto en ADN, construyó la bacteria Mycoplasma Genitalium, y con ella, el minúsculo prototipo Polyticum, Detritibus, que llenó de espanto y alegría, a un mismo tiempo, a la comunidad científica, ya que apareció ante sus ojos una nueva y fascinante realidad, ubicada más allá de nuestras limitadas percepciones físicas y políticas: el descubrimiento de otros universos políticos, lo que constituye un auténtico cataclismo en nuestros conceptos ideológicos. Por medio del Polyticum Detritibus se pueden potencializar aún más los engendros políticos colombianos. Las combinaciones genéticas son impredecibles: genes del Pollo Ideológico de Alfonso López mezclados con los del Hombre Elefante, genes con cuotas burocráticas con genes que incentiven el fervor patriótico, genes de la arrogancia e ignorancia del emperador autista con genes de nuevos delfines, el poderosísimo microgen microcerebral Turbay con los genes de las ONG para hacerse ricos captando recursos de ingenuas y altruistas instituciones internacionales, o genes de la Narcogestión mezclados con genes del discurso de la paz. Podemos así participar de nuevas variedades políticas y clientelistas contra las que no exista ninguna defensa, ya que se crean genes resitentes a virus tales como la libertad, la equidad o el respeto. Por otra parte, estas variedades genéticas pueden dar lugar a nuevas razas políticas más agresivas y peligrosas, y con los genes que repelen las malas hierbas que pueden ocasionar superpartidos políticos sin que insectos como la opinión o toxinas como el librepensamiento puedan contrarrestar estos políticos alterados transgénicamente. Aunque se consiga prohibir éstas y otras posibilidades transgénicas, nada impedirá que se importen de otros países. Tan solo imagíneselo: genes de Clintoris con genes del rey caribeño Chávez I de Venezuela. Hoy podemos haber consumido, sin saberlo, noticias manipuladas genéticamente, con lo que habremos expuesto nuestro organismo a estafilopolíticos contra los que no sirve ningún tipo de pesticida ni fungicida. Estos cultivos políticos más resistentes a los movimientos populares aumentarán el uso de los mismos, así como el costo de los impuestos en el territorio colombiano.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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ÚLTIMA

HUMOR


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