Reforma académica UN
Fotografía de Archivo.
La reestructuración y la actualización de los programas de pregrado son dos de las principales apuestas de la Universidad Nacional, que con una reforma académica busca ajustar la excelencia a un modelo educativo innovador. Págs. 12 y 13
ECONOMÍA
Televisión: menos pantalla y más calidad. Págs. 8 y 9 Bogotá, D.C. • No. 65 • Octubre 24 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: unperiodico_bog@unal.edu.co • ISSN 1657-0987
Manizales, patrimonio republicano
Elecciones presidenciales en Estados Unidos A pocos días de celebrarse los comicios que definirán el nombre del nuevo presidente en ese país, un informe de la Asociación Americana de Ciencia Política admite que la desigualdad de ingresos y riquezas está minando la democracia en ese país. Lejos de ver las fallas de su propio sistema económico, los estadounidenses achacan los crecientes índices de pobreza a una natural diferencia entre los individuos. Págs. 6 y 7
Un memorial sobre el centro histórico de la capital caldense realizado por la Universidad Nacional sede Manizales fue distinguido en la última versión de la Bienal Colombiana de Arquitectura. Por sus calidades y dimensiones, la ciudad posee una de las muestras de la arquitectura republicana más importante de Colombia. La influencia europea, conjugada con el uso de los materiales vernáculos de la región cafetera, la hacen un lugar de incalculable valor cultural. Págs. 18 y 19
La aleccionadora prisión militar del Pentágono, al oriente de Cuba, está “enseñando” al mundo que la guerra contra el terrorismo escapa a cualquier límite posible impuesto por los Derechos Humanos. La tortura y el rechazo al debido proceso, exhibidas como armas de intimidación y poderío en nombre de esa lucha, cultivan, en cambio, un odio aún no calculado dentro del mundo
Págs. 2 y 3
Fotografía Archivo personal.
Guantánamo: agresión a los derechos humanos
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Fotografía Archivo Memorial de Arquitectura Republicana.
NACIONAL Paramilitares: el poder echa raíces.
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SALUD Antiofídicos: un problema envenenado.
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CRÓNICA China o el capitalismo comunista.
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CULTURA Fiesta coral andina.
David Rose*
El avión militar en el que Asif Iqbal y Shafik Rasul estaban sentados en un banco, encadenados, bañados en sus propios orines, enmascarados y sin poder ver nada, aterrizó en la pista estadounidense de Guantánamo Bay, Cuba, el 14 de enero de 2002. Los dos hombres, que cinco meses antes habían viajado a Pakistán desde sus hogares en Inglaterra para asistir al matrimonio de Iqbal, ya habían sobrevivido a una masacre de prisioneros a manos de quienes los capturaron primero, el ejército privado del caudillo Rashid Dostum. Estaban asquerosos y medio muertos de hambre. Al terminar el vuelo que les había parecido eterno, no tenían ni idea del sitio adonde habían llegado. Pero para el resto del mundo su nombre se había vuelto familiar desde hacía poco. El primer contingente de supuestos prisioneros talibanes y de Al Qaeda había llegado tres días antes a la nueva prisión militar de Guantánamo (Gtmo o “Gitmo”, como los militares estadounidenses la llaman por lo general) desde Kandajar en Afganistán. Durante la semana anterior, los marines habían trabajado en la construcción de la improvisada prisión, el “campo rayos X”: una docena de filas de jaulas de malla de acero, expuestas al sol y la lluvia y rodeadas por una cerca de alambre de afiladas púas. Al llegar, los detenidos habían sido llevados a las oficinas donde los habían fotografiado mientras esperaban que los procesaran. Con grilletes en pies y manos, vestidos con monos naranja, todavía con las gafas de esquí, los auriculares y los guantes fijados con cinta adhesiva que los habían obligado a ponerse al principio de su vuelo de 27 horas, los prisioneros estaban arrodillados en el polvo, mientras unos soldados con el pelo cortado al rape hacían ademanes amenazadores casi encima de ellos. Pocos días después, el secretario de defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld se lamentaría de haber permitido que esas fotos fueran publicadas: “haberlo hecho –dijo– fue probablemente algo desafortunado”. Aunque habían sido capturados en Afganistán, un país donde los Estados Unidos estaban en guerra, Rumsfeld dijo que no serían considerados en términos legales como prisioneros de guerra, sino como “combatientes ilegales”. Como tales, continuó diciendo, “no gozan de ningún derecho según las Convenciones de Ginebra”. Ni, en cuanto extranjeros retenidos fuera del territorio de los E.U., podrían acudir a su sistema judicial. El poder del Pentágono sobre ellos parecía ser absoluto. A su debido tiempo, algunos de los prisioneros se enfrentarían a juicios por comisiones militares y, a la larga, la pena de muerte.
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La experiencia de los centenares de hombres encarcelados en una base militar en el extremo oriental de Cuba contiene importantes verdades sobre la “guerra contra el terrorismo”, escribe David Rose en este extracto de su nuevo libro Guantánamo.
Enfundados en el ya famoso uniforme naranja y rodeados por cercas de afilados alambres, los prisioneros son sometidos a tortuosos interrogatorios.
Guantánamo: la guerra de Estados Unidos contra los derechos humanos En cuanto individuos, los prisioneros habían dejado de existir.
La Corte de Apelaciones inglesa describió a Guantánamo como un “hueco negro legal”, fuera del alcance de cualquier jurisdicción. Ese era exactamente el objetivo de sus creadores.
Un juicio apresurado ¿Qué objeto tiene la detención de los prisioneros en Guantánamo? ¿Cuál es su lugar en la llamada “guerra contra el terrorismo” y qué tan eficaz es en el cumplimiento de su misión designada? ¿Hasta qué punto se conforma a lo que sostuvieron sobre ella y sus prisioneros las principales figuras del gobierno de Bush? En el otoño de 2003, vi de cerca el experimento estadounidense de Gitmo, hablé con muchos soldados y oficiales allí, y completé mi viaje con entrevistas en Washington y otras partes. Una completa relación de estas investigaciones se halla en mi libro Guantánamo (2004), que también describe detalladamente la experiencia de hombres como Asif Iqbal y Shafiq Rasul. Un escritor que busque despertar preocupación por los derechos humanos y legales de estos prisioneros, o simpatía por sus sufrimientos de 26 meses en Gitmo, debe primero enfrentarse a las afirmaciones hechas por Donald Rumsfeld en los primeros meses de 2002. “Estas personas son terroristas decididos”, dijo el 21 de enero en respuesta a la creciente ola de críticas internacionales sobre Guantánamo. “Estamos evitando que actúen en las calles y en los aviones y en las plantas nucleares de éste y otros países”.
Pero pocos de los casi 750 individuos que han pasado por Guantánamo o que todavía están encarcelados allí estaban dedicados a matar estadounidenses en un sentido activo y la gente que realmente coincide con esta descripción y que está ahora bajo arresto de los Estados Unidos, nunca estuvo detenida en Cuba. Las evidencias sugieren que un gran número de prisioneros de Gitmo –ciudadanos de cuarenta países del mundo– era absolutamente inocente de cualquier implicación en lo que razonablemente puede ser descrito como una actividad terrorista. Terminaron allí como resultado de procedimientos de investigación de antecedentes de la inteligencia militar en Afganistán, y en otras partes, que eran defectuosos e inadecuados, situación agravada por el empleo de traductores tremendamente malos y sin ningún entrenamiento. En un nivel más profundo, estaban allí por la manera como el gobierno de los Estados Unidos, ya aislacionista y poco inclinado a comprometer su autonomía en tratados y leyes internacionales, respondió a los peores ataques terroristas de la historia. Del 9/11 a Guantánamo Antes del 11 de septiembre de 2001, el presidente Bush había repudiado el tratado de Kyoto sobre el calentamiento global, había indicado su deseo de desmantelar el acuerdo de defensa de misiles balísticos y se había negado a participar en la nueva
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Corte Penal Internacional. A raíz del tremendo golpe a la mentalidad estadounidense que representaron los ataques, su decisión de que la guerra contra el terrorismo debía hacerse según nuevas reglas acordadas por su gobierno parece haber sido un puro acto reflejo. Como escribió Alberto González, el alto consejero de la Casa Blanca en un memorando para Bush el 25 de enero de 2002, “la guerra contra el terrorismo es una nueva clase de guerra”, en la que no había lugar para acuerdos restrictivos pasados de moda como la Convención de Ginebra sobre el tratamiento de prisioneros de guerra. Según González, la guerra contra el terrorismo había rebasado esas convenciones. La Corte de Apelaciones Inglesa describió después en forma memorable a Guantánamo como un “hueco negro legal”, fuera del alcance de cualquier jurisdicción. Ese era exactamente el objetivo de sus creadores. Desde el momento, en efecto, que fue primero concebida la prisión militar de Guantánamo en el Pentágono en diciembre de 2001, su principal característica era que tanto la cárcel misma como sus prisioneros estarían fuera de cualquier mecanismo legal estadounidense o internacional. Como el prisionero francés, Nizar Sassi, le expresó en un tarjeta postal a su familia que de alguna manera burló la censura militar: “Si quieren una definición de este lugar es que uno no tiene el derecho de tener derechos”.
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Internacional Durante el otoño de 2001 y los primeros días de 2002, una gran y atrevida idea legal se estaba formando en la mente colectiva del gobierno de Bush. Surgió el juicio, hecho menos de 24 horas después del 9/11, según el cual los ataques a Nueva York y Washington no podían ser tratados por las agencias de aplicación de la ley, sino como actos de guerra. Pero esta era una guerra distinta de cualquier otra, que se libraba no contra un enemigo claro y visible, sino contra un enemigo amorfo y global: “el terrorismo”. En Gitmo y en las otras prisiones militares de la guerra contra el terrorismo en Irak y Afganistán, y en la tortuosa serie de razones de los abogados del gobierno planteadas para justificar el uso de la tortura, el gobierno de Bush buscaba modificar las viejas reglas; no para adaptarlas a una nueva clase de guerra, sino para desecharlas y reemplazarlas con un sistema gobernado por un único principio: que como los Estados Unidos y su presidente estaban librando una guerra justa, cualquier cosa que consideraran conveniente sería la correcta. No se trataba de una evolución, sino de un rompimiento violento. Un sistema revolucionario Bajo esta perspectiva debemos ver a Guantánamo no como un fenómeno inconexo, sino como un gran componente de un sistema revolucionario, con el que el gobierno de Bush ha derribado dos pilares de La Ilustración y de la propia Constitución de los Estados Unidos: la aceptación de la tortura y el rechazo del debido proceso. Este doble ataque legal sólo fue posible gracias a uno tercero, el que cancelaba la separación de los poderes. Un único tema recorre todo el registro documental de la guerra contra el terrorismo: el ilimitado poder del presidente para hacer caso omiso de los tratados, las convenciones y las leyes en tiempo de guerra. ¿Cómo pudo un gobierno estadounidense haber contemplado y ejecutado tales acciones, y al hacerlo abandonar la fi-
losofía misma que inspiró la creación de la nación? La respuesta tiene que ser que Guantánamo refleja otras batallas que se libran por el espíritu y la dirección de la sociedad estadounidense, profundos conflictos que han sido apropiadamente descritos como una “guerra cultural”. Se trata de una ofensiva contra los principios seculares y constitucionales de la república estadounidense y el autoritarismo de personajes como John Aschcroft, William Boykin y el mismo George W. Bush. Este último representa una filosofía excluyente que para el resto del mundo significa solo la justicia del poderío teocrático estadounidense, que en cierto sentido es un reflejo exacto del oscurantismo milenarista de Osama ben Laden en su misteriosa cueva asiática. Su creciente influjo ha sido devastador para los prisioneros de Guantánamo. Durante casi tres años, los Estados Unidos han impuesto una versión de la realidad perversa y en gran parte imaginaria sobre los hombres que tienen recluidos allí, a un demoledor costo para éstos. Este es el significado más inmediato de Gitmo: la destrucción de vidas inocentes y, para las familias de los reclusos, una vaga sentencia de incertidumbre y pérdida. Los defensores del nuevo sistema a menudo recurrieron a términos tanto pragmáticos como ideológicos y legales. ¿Pero es Guantánamo, con sus tremendos costos –económicos, en esfuerzos y recursos humanos, y para la imagen de los Estados Unidos en el resto del mundo– un medio justificable para derrotar el terrorismo islámico? Mi triste respuesta es que no. Los apologistas de Gitmo, sobre todo su antiguo comandante, el general Geoffrey Miller –quien después dirigió la notoria prisión de Abu Ghraib en Irak–, han sostenido repetidamente que fue fuente de una rica cosecha de una “inteligencia militar de enorme valor”, que ha evitado nuevos ataques y arrinconado a Al Qaeda. Oficiales de inteligencia recientemente retirados y en servicio activo con acceso directo al “produc-
La guerra justa, como la llama el gobierno del presidente Bush, busca modificar viejas reglas humanitarias de guerra.
to” de Gitmo, me han asegurado que en el mejor de los casos los apologistas estaban pensando con el deseo. Estos oficiales admiten que la magnitud de la injusticia en Gitmo, el mero número de personas retenidas en las condiciones más inclementes, interrogadas una y otra vez y humilladas en público, es asombrosa. El veredicto de un alto oficial del Pentágono con gran experiencia en Guantánamo fue incluso más crítico: por lo menos “dos terceras partes” de los 600 prisioneros hasta mayo de 2004 podían, me dijo, ser liberados sin la menor duda. El impacto en el mundo musulmán Entretanto, mientras Guantánamo ha proporcionado escasísimos datos, se ha convertido en un símbolo de opresión en el mundo en desarrollo, y especialmente el musulmán. En todo el Oriente Medio, las fotos de los prisioneros recién llegados arrodillados en el polvo y con grilletes se han convertido en tema favorito de caricaturistas y periodistas críticos, versión gráfica de una opresión que encuentra eco en millones de musulmanes. Los sufrimientos injustos de las familias y de los individuos causados por este aspecto de la “Operación libertad perdurable” son otras tantas semillas de odio, que convierten a los moderados en fanáticos decididos a derribar el Occidente. En los sitios de Internet y la prensa árabe se apela constantemente a Guantánamo como un punto de unidad en el jihad, como una justificación para la creación de más “mártires” suicidas. Al momento de escribir estas páginas, el terrorismo había descubierto una nueva modalidad: la degollación de rehenes occidentales en Irak y Arabia Saudita, con filmación de video antes y durante las ejecuciones en monos naranja, imitando deliberadamente el uniforme de los prisioneros de Gitmo. Como consecuencia de Abu Ghraib, hay indicios de que la satisfacción y la indiferencia que caracterizaron las primeras respuestas estadounidenses a las críticas por su manejo de la guerra contra el terrorismo, están empezando a desaparecer. La mentalidad de la víctima convertida en guerrero que se apoderó de los Estados Unidos después del 9/11 parece estar cediendo ante un clima en el que se está volviendo posible discutir la moralidad de una institución como la prisión de Guantánamo; preguntar si retener a tantas personas en tales condiciones fuera del alcance del imperio de la ley, es útil verdaderamente para los valores que la nación estadounidense y su constitución tratan de representar. El 28 de junio de 2004, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio los primeros pasos básicos para limitar lo que hasta entonces había sido el ejercicio libre de trabas del poder ejecutivo, al decidir en
Por lo menos dos terceras partes de los prisioneros pueden ser liberados sin la menor duda, aseguró recientemente un ex oficial del Pentágono.
Un único tema recorre todo el registro documental de la guerra contra el terrorismo: el ilimitado poder del presidente para hacer caso omiso de los tratados, las convenciones y las leyes en tiempo de guerra.
contra de la posición del gobierno que los prisioneros en Guantánamo tenían después de todo derechos bajo las leyes federales, y podían apelar ante las cortes su detención. Pero el daño ha sido gigantesco, para algo más que la reputación de los Estados Unidos. En la década del 90, los abogados internacionalistas se mostraron optimistas durante unos pocos años. Con los tribunales de Rwanda y Sierra Leona, y el juicio de Slobodan Milosevic, estaba empezando a parecer que los estados podían encontrar medios eficaces para colaborar en nombre de la justicia, para usar la ley como una manera de responsabilizar a los tiranos y a los terroristas. Después de Guantánamo, el viento se ha llevado ese ímpetu. El escritor conservador Samuel Huntington forjó la célebre fórmula del choque de civilizaciones entre Occidente y el Islam que bañará al mundo en sangre. En Guantánamo, los Estados Unidos adoptaron algunas de las modalidades y técnicas de aquellos que clasificaban como enemigos. Al hacerlo, han logrado que la ominosa profecía de Huntington esté cada vez más cerca de cumplirse. Guantánamo ha tenido el efecto de radicalizar el mundo islámico contemporáneo. Que esta prisión sea legal y moralmente cuestionable es un hecho irrebatible. Y según los términos de su propia declarada misión –evitar más ataques terroristas– ha resultado ser inútil. Su legado puede, en efecto, escribirse con sangre. * Escritor y periodista investigativo, sus trabajos aparecen en Observer y en Vanity Fair. Entre sus libros están A Climate of Fear (1992) e In the Name of the Law (1996). Publicado por la Universidad Nacional de Colombia con propósitos pedagógicos, bajo licencia académica de openDemocracy. Traducción de Nicolás Suescún.
¿Pararán los “paras”?
Una intrincada negociación… “Y el gringo ahí” Fernando Cubides Cipagauta*
ne cohesionados después de que salieran a la luz todas sus fisuras y tensiones y tras la desaparición, real o virtual, de Castaño, es la expectativa de una negociación que los favorezca, como la consolidación del dominio alcanzado y el logro de la impunidad para algunas de sus acciones; esto es como un problema de poder. Decir, como afirma Darío Fajardo: “la guerra ha precipitado una alta concentración de la tierra”, es formular un enunciado a primera vista incontrovertible, constatar uno de los efectos de esta guerra singular. Sin embargo, “la guerra” es una enunciación tan genérica como en su momento lo fue “la violencia”, y de lo puro genérica tiende a soslayar a sus protagonistas y a encubrir con un manto responsabilidades concretas. En cuanto a la génesis del engendro paramilitar, las responsabilidades son múltiples y a la guerrilla le cabe su cuota. En un asunto tan intrincado, las atribuciones unilaterales o las simplificaciones oscurecen el panorama. Por lo demás quienes más deciden, quienes más poder demuestran en la cúpula de los paramilitares, dejaron atrás hace tiempo su etapa de latifundistas, ya no miden su importancia en hectáreas de tierra: basta oír a “Don Berna” –que de seguro no ha oído nada de Mao, ni siquiera su aforismo: “el poder nace del fusil”– hablar
¿Alguien recuerda hoy con cuáles alianzas regionales y de la mano de cuáles grupos políticos llegaron los paramiltiares a tener “su” representación en la Constituyente del 91?
Fotografía de Archivo
Una de las cosas que saca a la luz el actual conato de negociación con los paramilitares es su ansia de poder. Y queda presente que durante demasiado tiempo los analistas e investigadores sociales anduvieron despistados y subestimaron el fenómeno, por referirlo de manera exclusiva a la propiedad agraria. Como si la clave del asunto hubiera de ser tan solo superponer, al mapa de la propiedad agraria adquirida con recursos de la droga, el mapa de la presencia de los distintos grupos de autodefensa. El ejercicio, elemental, es indispensable; necesario pero no suficiente resulta saber cuánta tierra han acumulado los integrantes de la cúpula paramilitar, pero siempre que no se pretenda que todo lo que han buscado con “su” guerra es acumular tierra, y proteger con sentido de grupo sus patrimonios individuales. Sería tomar el efecto por la causa, y desconocer la metamorfosis que se ha estado produciendo. Esa pudo ser la mejor de las pistas en un comienzo, pero ya no es la explicación por antonomasia. Las palabras claves hoy son territorio y poder; es decir, el control territorial en función de una definida vocación por los poderes locales y regionales, y aquello que los mantie-
Tras las declaraciones del presidente Álvaro Uribe, la paramilitarización del país, que tomó pista en la discusión nacional, rápidamente dio el timonazo hacia el otro extremo: el de la izquierda. Sin embargo, el sociólogo Fernando Cubides, autor de Desplazados, migraciones internas y reestructuraciones territoriales, retoma serenamente ese debate, señalando cómo, aún con la intimidación del fusil, este fenómeno ha adquirido bases sociales, que aunque segmentarias, le permite arañar su legitimidad.
El paramilitarismo parece encontrarse en una fase de pleno empoderamiento político, que inquieta a los más disímiles sectores de opinión del país.
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de los 20.000 fusiles y de las zonas que les permiten controlar. Se pudieron dar el lujo, como Fidel y Carlos Castaño en su momento, de renunciar a parte de ese patrimonio a cambio del prestigio que da el aparecer como benefactores. Lo que se está presenciando es el efecto de un largo aprendizaje en el curso de una guerra singular, los dividendos que produce copiar unas orientaciones estratégicas de la guerrilla, aprendidas sobre el terreno. Creo que hoy y a la luz de las evidencias y los hechos acumulados, es posible ponerse de acuerdo en que la intensidad y la diversidad de las violencias están creando una nueva concepción de territorio. Algunos teóricos de la estrategia militar llegan a formular como principio, y de una manera axiomática, la importancia del conocimiento geográfico: combatiente que no conozca bien el territorio en el que actúa, está condenado a perderlo. La discusión clausewitziana y postclausewitiziana ha reformulado los términos de ésta, y subraya la primacía de la población sobre el territorio en su importancia estratégica, pero sin que llegue a minimizar al segundo de los componentes. Clausewitz sigue siendo un autor estudiado en todas las escuelas de los estados mayores, regulares e irregulares. No obstante, en la situación colombiana de las dos últimas décadas como un rasgo sobresaliente parece haber obrado una inversión de dicho postulado: nos encontramos con que en un momento dado los actores armados y ante todo los paramilitares parecen guiarse por la máxima: “si no cuentas con el apoyo de la población, busca dominar el territorio, que lo otro vendrá por añadidura”; así es que el nuestro resulta ser un territorio fragmentado y la nuestra una sociedad segmentada. Una mirada simple al mapa de su presencia territorial nos comprueba que el parámetro que ha registrado una variación más drástica entre 1987, cuando el entonces joven ministro de Gobierno de la administración Barco, César Gaviria, hacía el primer reconocimiento oficial de la existencia del fenómeno, y registraba la existencia de al menos 140 organizaciones ilegales de
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autodefensa dispersas en el territorio, y el panorama que se ofrece hoy a los negociadores gubernamentales en Santa Fe de Ralito, es que las que han subsistido consiguieron expandirse y, junto con el territorio, han adquirido bases sociales por segmentarias que sean. Una cierta recapitulación En tiempos lejanos, en los cuales se daba una confrontación directa con el Cartel de Medellín, el general Maza al frente del DAS dio a conocer (o mejor: se produjo una filtración, pues esto del manejo velado o indirecto de la información sí que ha sido una constante tratándose del paramilitarismo) un diagnóstico completo para la fecha, algo así como todo lo que usted quisiera saber sobre el paramilitarismo y no se había atrevido a preguntar (véase “El dossier paramilitar. Semana revela documentos secretos del gobierno sobre cómo son, cómo actúan y quiénes financian a los paramilitares”, edición 362, abril 17 de 1989). Allí aparecían reflejados como en un espejo cóncavo, para el caso Puerto Boyacá, los factores recurrentes junto a principales protagonistas y, siguiendo la metáfora teatral, a los actores que apenas se insinúan tras la escena, además de un cierto coro. De ahí en adelante, con leves retrocesos, la evolución ha sido continua. En el dossier aparecen de bulto, debidamente documentados y en una secuencia cronológica que es a la vez lógica: a) el dinero de los narcotraficantes que organizan los primeros grupos con la motivación exclusiva por defender la tierra adquirida; b) la participación de oficiales de alto rango –coroneles, comandantes de batallón– proveyendo logística, información de inteligencia, asesoría en el entrenamiento a los grupos ya formados; c) la connivencia de las autoridades locales quienes ya sea por acción o por omisión favorecen la consolidación de los grupos una vez formados; d) el tácito avenimiento de autoridades departamentales y de funcionarios del orden nacional; e) ramas o capítulos locales de gre-
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Bogotá, D.C. • Octubre 24 de 2004 mios nacionales, o nuevas organizaciones gremiales que se convierten en piezas de una estrategia de expansión; f) por último y lo más importante en la implantación del engendro, un sector de la población que los apoya explícitamente y como reacción a una campaña de exacciones indiscriminadas y a los diversos excesos cometidos por las Farc en un municipio como Puerto Boyacá en donde el Partido Comunista dominaba la escena política legal (“el Teletón del Magdalena Medio”). Tiene mucho valor que haya sido un investigador con sensibilidad de izquierda como Carlos Medina Gallego quien después de un trabajo de campo detallado, que llevó a cabo justo en el momento en que todos esos componentes se estaban aglutinando, haya mostrado su dinámica, las consecuencias perdurables de esa interacción. De ahí que su libro de 1990 Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en Colombia siga siendo antológico, la referencia obligada para entender la génesis del “modelo Puerto Boyacá” que luego se replicaría en otras regiones. Nos muestra en detalle, con sobra de evidencias, las consecuencias inesperadas y perversas de “la lógica combinatoria” o “la combinación de todas las formas de lucha”, practicada desde los dos extremos del espectro ideológico; como por una suerte de fatalismo, si recurres a la legalidad como mero instrumento táctico y tu propósito genuino es abolirla, tenderás a hallar alguien que se te oponga con los mismos recursos. En un contexto tan intrincado, más tarde o más temprano surgirán partidarios del sistema que adoptarán como orientación estratégica y a favor de él, “la combinación de todas las formas de lucha”. En gracia a discusión se puede aceptar la hipótesis más pesimista: la denuncia que en su momento hizo José Miguel Vivanco de Human Rights Watch según la cual en 9 de las 18 brigadas en las que estaba organizado el ejército colombiano se encontraron denuncias o evidencias de vínculos de oficiales con mando de tropa y grupos irregulares, núcleos o embriones de lo que serían más tarde frentes ya organizados. Un dato que ningún investigador podría pasar por alto, desconocer en la gravedad que implica, pero que por sí solo no explicaría la rapidez en el crecimiento, la expansión territorial del fenómeno paramilitar, su cobertura, su grado de implantación. Una de las cosas que podría sorprender al lector del autorreportaje de Castaño, pareciéndole una impostura, son las múltiples referencias elogiosas a la Constitución de 1991, los guiños de corte santanderista a la norma de normas, alegatos interesados para consumo externo. Pero no eran del todo impostados, y reexaminar ese capítulo contribuye a mostrar cómo llevaron a cabo su aprendizaje de la política y de sus encrucijadas determinantes. A propósito un acertijo: ¿alguien recuerda
De todos los actores armados colombianos han sido los paramilitares los más mediáticos, quienes mejor han entendido los dividendos que pueden obtener del uso de los medios electrónicos e impresos.
hoy con cuáles alianzas regionales y de la mano de cuáles grupos políticos llegaron los paramiltiares a tener “su” representación en la Constituyente del 91? Una cierta relectura de la Gazeta Constituyente no estaría de más. Y el otro dato fundamental que ha variado desde aquel balance que presentara César Gaviria como ministro, es el grado de ingerencia internacional. La omnipresencia de Mr. William Wood en cada una de las instancias de este incipiente proceso ha sido marcada. Por todo ello es que tiene mucho de fariseo el tono sensacionalista, de novedad absoluta o de hallazgo de última hora que le han dado varios medios al tema de “la paramilitarización del país”: no sin cierta perplejidad en un comienzo y tras derrochar una buena cantidad de energías en una actitud nominalista, en una suerte de orgía semántica (“¿qué nombre le pondremos?”). A partir de las evidencias accesibles, la investigación social la ha venido registrando, las bases de datos que se han venido construyendo la señalan con nitidez; así mismo la propia investigación social encendió las alertas acerca de los diversos nexos locales, regionales y nacionales y las redes más o menos tácitas con las que los paramilitares han contado, y sobre el papel fundamental del narcotráfico en su expansión. Aun cuando hay analistas que le encuentran sentido todavía a la disquisición semántica, al registro de todas las variantes de denominación que los propios grupos se dan (caricaturescos algunos a fuerza de ostentosos), a la vez se ha comprobado lo indispensable de pensar el problema con categorías universales en procura de una genuina explicación: comparar con casos afines, discernir las similitudes, la confluencia en cuanto a las lógicas de acción con los “irregulares de estado” de otras latitudes. Si es que hay una lógica en la guerra irregular, intentar dilucidarla para el caso es un insumo clave del tratamiento. Hay que reiterarlo, y una mirada al panorama de la producción intelectual sobre el problema lo comprueba, la investigación social ha hecho lo suyo y para hacerlo ha asumido los riesgos correspondientes: afrontando amenazas más o menos veladas, formas varias de intimidación, no tan acusadas como las que afrontan los periodistas, pero no menos reales y ominosas, sobre todo en la provincia y cuando el investigador se atreve a hablar con nombres propios. Por cierto que esos mismos medios que hoy se rasgan las vestiduras, en su momento contribuyeron a la magnificación del fenómeno paramilitar mediante entrevistas descontextualizadas a sus líderes en las que se les daba el trato de estadistas o en el modo en que difundieron en su momento (finales del gobierno Samper) el flamante “Acuerdo del Nudo de Paramillo”, para no hablar de ciertos editoriales. Y habrá que decirlo aunque suene hereje a oídos castos, de todos los actores arma-
Nacional dos colombianos han sido los paramilitares los más mediáticos, quienes mejor han entendido los dividendos que pueden obtener del uso de los medios electrónicos e impresos. Hay que dudar que hayan sido lectores de Umberto Eco (por aquello de “la guerrilla semiológica” en La estrategia de la ilusión) u observadores, menos aún seguidores, del subcomandante Marcos y su guerrilla mediática. En ese aspecto el suyo ha sido un aprendizaje intuitivo, vernáculo, pero que se pone de presente desde sus primeros balbuceos ideológicos. Amplificar su mensaje y tratar de sintonizarlo con ciertas motivaciones colectivas subyacentes ha sido un propósito sistemático en su caso, en contraste con Alfonso Cano quien hace suya la afirmación del marxista francés “la opinión pública no existe”, para desestimar manifestaciones coyunturales en aras del largo plazo, e insiste en la cuadratura del círculo: un partido político de masas… Pero en la clandestinidad, profeta milenarista en busca de la tierra prometida, los paramilitares han obrado con la presunción de que sí existe una especie de magma primario al que se puede llamar opinión pública, que se halla muy estratificado, y que es menester adaptar el mensaje según las circunstancias a las inclinaciones de uno u otro estrato, principalmente al del más amorfo: una cierta clase media de provincia, y su percepción de la seguridad y junto con los abogados penalistas que los asesoran en sus declaraciones y comunicados, es lícito deducir, que en el entorno de cualquiera de los jefes paramilitares uno de los cargos fijos ha de ser el de asesor de imagen. Ralito I, Ralito II y lo por venir “Matan niños a media noche” decía Jesús Antonio Bejarano, alma bendita, en una expresión muy suya, y por desgracia con fundamento en los hechos, para subrayar los dilemas de cualquier negociación con los paras, el carácter patológico de la mayoría de lo que ellos mismos llaman sus “acciones de guerra”, lo éticamente inadmisible de que en el curso de cualquier negociación se llegare a pactar la impunidad. Y a la vez, en su formidable intento de objetivar, de fundamentar con el máximo raciocinio los temas ineludibles de una “Agenda para la paz”, establecía la secuencia: el paramilitarismo ha surgido y se ha logrado expandir en función de la expansión guerrillera, ergo su erradicación definitiva depende de que se logre llegar a una negociación productiva, genuinamente política, con la insurrección. No se puede invertir la secuencia histórica en la que han surgido los términos reales en los que se ha planteado el problema, pues advertía admonitorio, se llegará a un punto de estancamiento. Pero aún si se tratara de meros “escarceos preliminares para llegar más tarde a una paz
verdadera” (o, si se mira con un sentido de largo plazo, solo de un plante en tanto es propicia “la otra” negociación ) y excluyendo el nudo gordiano de la extradición que gravita de tal modo sobre las cabezas de muchos de quienes integran la cúpula, y que por razones crudamente geopolíticas (Respice Polum; ¡Manes de Don Marco Fidel Suárez!) no es negociable, las sinuosas tratativas que se llevan a cabo en Santa Fe de Ralito y que si se suman a “amenazas creíbles del uso de la fuerza” servirían al menos para desmovilizar a parte de sus efectivos, y para sacar de una vez por todas a la luz pública, y más allá del círculo de analistas, la magnitud real del fenómeno, sus dimensiones territoriales. Y han servido para constatar también las fisuras, las tendencias centrífugas, los innegables signos de descomposición, en abierto contraste con la guerrilla, la endeblez del aparato que han construido, el escaso grado de convicción de quienes se hallan encuadrados en él. Vehementes, vociferantes y cada vez más coléricos, es cierto que entre el primer conato de acuerdo (Ralito I ) y el segundo (Ralito II) han aumentado sus exigencias de impunidad y se muestran prepotentes, pero a la vez se hacen patentes las discordias internas, lo endeble del flamante organigrama, la inveterada tendencia a resolver sus disputas acudiendo al gatillo. Una vez más se pone de presente que su organización es una precaria amalgama de componentes disímiles, que a su contingente, un auténtico vertedero, han ido a parar toda clase de tránsfugas: ex militares que huyen de la justicia, ex guerrilleros, narcotraficantes activos o en receso, víctimas de la guerrilla y del secuestro extorsivo en plan de vindicta personal, funcionarios corruptos huyendo de investigaciones preliminares –incluyendo a aquellos que han drenado el régimen subsidiado de salud–, reclutados por la fuerza así como soldados criollos de fortuna, combatientes cuya profesión, o incluso cuya vocación es la guerra. Y si los conatos fallidos de negociación –que en sus temas sustantivos no va, no puede ir, a parte alguna– inducen una desmovilización de al menos parte de ese contingente, ya de por sí ese sería un efecto valioso. Todo lo que sea restarle combatientes a esta guerra no puede ser sino positivo. El paramilitarismo es un engendro con muchos padres y, digamos para aprovechar la imagen clásica, una hidra de muchas cabezas. Degradación evidente, y a la vez aprendizaje, los problemas de la negociación se han planteado como problemas de poder. Al menos sirven para volver a la vieja pregunta: ¿qué es pues lo político? * Profesor Titular de la Universidad Nacional, Departamento de Sociología, ha sido investigador asociado al Iepri.
La alternativa de Estados Unidos: ¿desigualdad o democracia? Un informe de respetados miembros de la American Political Science Association sostiene que la desigualdad social está minando la democracia estadounidense. Godfrey Hodgson percibe sus implicaciones políticas en este año electoral en los Estados Unidos. Godfrey Hodgson*
“Entre los numerosos temas que atrajeron mi atención durante mi permanencia en Estados Unidos”, escribió Alexis de Tocqueville en la primera página de su obra clásica La democracia en América, “nada me impresionó más que la general igualdad de condición entre las personas”. Esa era entonces. Ahora las cosas son distintas. Durante muchos años, estadísticas reunidas por cuerpos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) han mostrado que entre los países desarrollados, los Estados Unidos es el que tiene mayor desigualdad, tanto en términos de ingresos como de riqueza. Un grupo de trabajo de destacados especialistas reunido por la American Political Science Association (Apsa) encuentra que el flagelo de la patente discriminación contra los afroamericanos y las mujeres ha sido reemplazado por una amenaza más sutil pero más potente: la creciente concentración de la riqueza en manos de unos pocos y los ingresos del país. Los Estados Unidos promueven vigorosamente la democracia en el exterior, anotan los eminentes politólogos. “¿Pero qué está pasando –se preguntan– con la democracia interna?”. Los ideales estadounidenses de igualdad ciudadana y gobierno receptivo, sugieren ellos, pueden estar bajo la amenaza de una era de crecientes y persistentes desigualdades. “Las disparidades en ingresos, riqueza y acceso a las oportunidades están aumentando en forma más aguda en los Estados Unidos que en muchos otros países, y persisten las brechas entre las razas y los grupos étnicos”.
El superávit que heredó de Clinton el actual gobierno republicano, se ha transformado en cuatro años en un problema fiscal que deberá resolver el próximo huésped de la Casa Blanca.
Los datos escuetos sobre la creciente desigualdad están bien documentados por muchos estudiosos, no menos en la serie semestral The State of Working America, que publican desde 1998 Lawrence Mishel, Jared Bernstein y John Schmitt del Economic Policy Institute. Pero la cualidad innovadora del informe, American Democracy in an Age of Rising Inequality (La democracia estadounidense en una época de creciente desigualdad), realizado por Apsa, es que se concen-
tra en la forma como la desigualdad está menoscabando la democracia política estadounidense. Los quince autores del informe hablan en nombre propio y no representan oficialmente a la asociación. Pero en general son especialistas muy respetados y su decisión colectiva de hablar claro sobre las implicaciones políticas de la creciente desigualdad puede dar mucha importancia al tema en la agenda política –sobre todo la de los
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demócratas– en lo que queda de este año de elecciones presidenciales. Los autores ven severas consecuencias para la democracia estadounidense en el hecho de que las voces de los ciudadanos tienen distinto volumen: “Los privilegiados participan más que otros y están cada vez mejor organizados para presionar al gobierno a su favor. Los funcionarios públicos atienden mejor a los privilegiados que al ciudadano promedio. Los ciudadanos de ingresos bajos o medios hablan en susurros que no llegan a los oídos de los desatentos funcionarios públicos, mientras que los favorecidos hablan a gritos con una claridad y consistencia que los altos empleados públicos oyen fácilmente y siguen prontamente”. Al mismo tiempo que se integraban más en las áreas de raza, etnicidad, género y otras formas de exclusión social, los Estados Unidos se dividían más agudamente en cuanto a los ingresos y la riqueza. Además es aleccionadora la comparación entre las tendencias de la sociedad estadounidense con las de otras democracias industriales avanzadas como Gran Bretaña, Canadá, Francia e Italia. Un gráfico en el informe de la Apsa muestra que la proporción del ingreso nacional que recibían los muy ricos (el 0,1 del 1% más rico) era de un 12% en Gran Bretaña, menos del 9% en los Estados Unidos, y 8% en Francia, hasta que se estableció a finales de la década del 40 en un 3% en estos tres países. Hasta los años sesenta, la desigualdad según ésta y otras mediciones tuvo una disminución constante, pero a partir de los años setenta, los Estados Unidos se desviaron abruptamente de sus dos aliados europeos y se volvieron bastante desiguales. Para 1998, la proporción del ingreso que recibían los muy ricos era dos o tres veces mayor en los Estados Unidos que en Gran Bretaña (incluso después de su experiencia con Margaret Thatcher) y Francia. Los autores atribuyen esta persistente
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Escenas de hunger hoy abundan en las calles de Nueva York.
y creciente desigualdad económica a unas cuantas causas, que incluyen los cambios de la tecnología y las fuerzas del mercado. Pero estos factores afectan a todos los países. Son las políticas del gobierno –las que sigue y también las que rechaza– las que explican las desigualdades más agudas en los Estados Unidos. La regulación, la política impositiva y los programas del gobierno se pueden usar para moderar o aumentar la desigualdad; y en los Estados Unidos, la política y las exenciones de impuestos y las medidas contra los sindicatos han contribuido a la desigualdad. Los autores de la Apsa admiten que los estadounidenses –que ven la desigualdad como un reflejo de las diferencias entre los individuos y no como fallas del sistema económico– están más dispuestos a aceptar diferencias de ingresos y riqueza mucho mayores que sus contrapartes europeas. Pero anotan que los estadounidenses aceptan las desigualdades económicas cuando están seguros de que todo el mundo tiene iguales oportunidades de éxito. Esperan que el gobierno asegure la igualdad de oportunidades, y que no favorezca a quienes ya tienen riqueza y poder. Sobre este punto, citan los datos de una encuesta según la cual el 76% de los estadounidenses –el doble que hace 30 años– piensa que el gobierno lo manejan unos pocos grandes intereses que solo cuidan de sí mismos. Sobre este punto, y basándose en las evidencias de los informes, no es difícil suponer una conexión de causa entre el crecimiento de la desigualdad en los Estados Unidos y el predominio de las ideas conservadoras (y, después de 1980, de los republicanos conservadores) en la política estadounidense. La política de la desigualdad La desigualdad no significa simplemente vidas empobrecidas, oportunidades de éxito restringidas o ambiciones truncadas; también tiene consecuencias en la calidad de la democracia estadounidense. Un factor clave aquí es el número de votantes. El informe de la Apsa encuentra que
Los autores de la Apsa admiten que los estadounidenses están más dispuestos a aceptar diferencias de ingresos y riqueza mayores que sus contrapartes europeas.
solo un tercio de aquellos aptos para votar acuden a las elecciones para el congreso de mitad de periodo y solo más o menos la mitad a las presidenciales. Además, es más probable que los ricos voten; el 90% de las personas de las familias con ingresos anuales de más de US$75.000 votan en las elecciones presidenciales, pero solo la mitad con ingresos menores a US$15.000 participan. El resultado es que los políticos se interesan más en los asuntos que afectan a los ricos, lo que a su turno reduce el círculo de preocupación social y de responsabilidad política. Esta correlación entre los ingresos y la participación política es aún más marcada en el área de la financiación política, un factor crucial en Estados Unidos a causa de su dependencia de la propaganda política por televisión, que es ilegal o estrechamente reglamentada en otras democracias prósperas. En 2000, el 95% de las donaciones políticas provino de los hogares con ingresos de más de US$100.000 –solo el 12% del total–; y más del 50% de los hogares con ingresos de más de US$75.000 hizo alguna donación política, contra el 6% con ingresos de menos de US$15.000. La correlación es aplicable a otras formas de activismo político. Casi el 75% de los ricos (definidos como aquellos con ingresos de mínimo US$75.000) están afiliados a organizaciones de cabildeo como la Asociación Americana de Retirados o a grupos ambientalistas, pero menos del 30% de los de menores ingresos. Es dos veces más probable, por ejemplo, que los ricos participen en protestas por asuntos del medio ambiente o del derecho al aborto que los pobres. El resultado es que la influencia de los gerentes y profesionales, y sus empresas, ha florecido mientras ha disminuido la de los sindicatos. Según el informe, “dicho simplemente, los ya privilegiados están mejor organizados a través de asociaciones de profesionales que los menos privilegiados”. Las contribuciones a las campañas políticas “le dan a los ricos un medio de hacer oír su voz del que carecen la mayor parte de los ciudadanos”. Ha habido repetidos intentos, como la ley McCain-Feingold, para limitar la recolección de fondos de las campañas y la influencia del dinero en la política. Pero cada intento tiende a ver más lagunas legales por cada una que cierra. Entretanto, la financiación política privada está protegida por una decisión de 1974 de la corte suprema sobre una acción presentada por el adinerado senador de Nueva York, James Buckley (hermano del escritor y periodista conservador William F. Buckley), quien
sostenía en efecto que las donaciones a las campañas eran una forma de libertad de expresión y por tanto protegidas por la primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos. El retorno de la política de clase El informe de la Apsa también sostiene que la desigualdad reduce el interés político en el nivel de la organización y atractivo de los partidos. Estos, que antes canalizaban las opiniones y los intereses del público en general en el terreno político, ahora tratan de satisfacer a los mismos grupos relativamente privilegiados que emplean a su favor y en forma desproporcionada a los grupos de presión. Tanto los demócratas como los republicanos buscan trabajadores y contribuyentes a la campaña entre los más ricos. “La inclinación en la participación política hacia los privilegiados –concluye el informe– genera políticas favorables al mantenimiento del statu quo y a seguir recompensando a los organizados y pudientes. No se trata de una cuestión de soborno directo de los políticos, sino de que ‘el dinero compra atención’”. Los grandes contribuyentes financieros se ganan el privilegio de reunirse periódicamente con los legisladores en sus oficinas, y hasta el de dormir como huéspedes de la Casa Blanca. Pueden construir relaciones con los altos funcionarios que les pueden hacer favores: “insertar un mico en un grupo de proyectos de ley, acelerar el trámite de un proyecto que se ha estancado en un comité, o asegurarse de que alguna amenazante ley regulatoria reciba financiación mínima para su implementación”. En cada etapa del proceso, los legisladores le dan prioridad a los intereses de los grandes contribuyentes. Siempre ha habido legislación de porkbarrel (que usa el presupuesto para patronazgo político) en el congreso, dirigiendo dineros hacia los distritos de sus miembros; pero ahora esta práctica ha adquirido un matiz ideológico. Este proceso ha sido reforzado por la búsqueda de unidad ideológica entre los demócratas y los republicanos como resultado de sus imperativos de recolección de fondos, aunque los republicanos han tenido mucho más éxito en la adopción de un dogma conservador que los demócratas en la defensa de las ideas liberales. Algunos miembros del congreso han canalizado contratos de defensa y otros fondos hacia distritos representados por sus aliados políticos. Investigaciones recientes sobre el senado revelan que los votantes más ricos tienen casi tres veces
más influencia en los votos de sus senadores que aquellos en el nivel más bajo de la escala de ingresos; las preferencias de los votantes en la quinta parte inferior de la distribución del ingreso tienen “poco o ningún efecto” en la forma como votan los senadores. El informe está muy consciente del embarazoso contraste entre las campañas “neowilsonianas” para extender los beneficios de la democracia estadounidense en el extranjero y las realidades de su política interna: “Las campañas actuales de la nación para expandir la democracia en el extranjero deben ser un fuerte llamado para hacer que los derechos esenciales de todo estadounidense –igual voz e influencia en los asuntos del gobierno– sean más una realidad de lo que lo son hoy”. Aunque puede tener solo una débil referencia a la “guerra de clases” en el Congreso, el informe La democracia americana en una época de creciente desigualdad implica claramente que las desigualdades económicas –y en el acceso a la influencia que compra la riqueza– dentro del sistema estadounidense, están convirtiendo la política, como no le había sucedido a muchas generaciones, en una política de clases. * Ex director del Programa de la Fundación Reuter en la Universidad de Oxford, fue corresponsal de Observer en los Estados Unidos, y editor extranjero de Independent. Su último libro es More Equal than Others: America from Nixon to the New Century. Publicado por la Universidad Nacional de Colombia con propósitos pedagógicos y bajo licencia académica de openDemocracy. Traducción de Nicolás Suescún.
Aspecto de la “pesadilla americana”. Cuarenta millones de pobres estadounidenses, desempeñarán su papel el próximo 2 de noviembre.
Edna Cristina Bonilla Sebá * Jorge Iván González Borrero*
Para los hogares colombianos, el televisor es más importante que otros electrodomésticos, e incluso, a veces, que algunos alimentos.
que ya había transcurrido un tiempo largo después de la crisis, y el nuevo ambiente de los negocios se reflejaba en las ciEn Colombia hemos aceptado que en fras. También tomamos la base de datos los medios de comunicación prevalece la de la revista Dinero de las 5.000 empresas lógica del mercado. No obstante, la legismás grandes del país para analizar la conlación reconoce que en el caso de ciertos formación de los dos grupos económicos servicios, como la televisión, que tienen un que más presencia tienen en la televisión: impacto directo en la calidad de vida de las Santodomingo y Ardila Lulle. personas, es importante que el Estado reComparamos el precio promedio de la gule, de tal manera que prime el sentido pauta de las firmas que forman parte del de lo público. grupo económico respectivo con el que La televisión es un bien necesario, sese le cobra a las firmas externas al grugún deja ver el libro Regulación y concesiones en po. Esta relación permite estimar el costo la televisión colombiana: destellos y sombras, prode no pautar en el canal del grupo. Adeducto de un estudio realizado por el CID de más, es una buena medida del monto de la Facultad de Ciencias Económicas. Hay dinero que deja de percibir el sistema por un mayor porcentaje de hogares con televilas políticas de descuento de la autopausor que con cualquier otro electrodoméstita de los grupos. El costo de oportunidad co, observación válida para los hogares de una empresa del grupo es igual al prepobres y ricos. Entre los primeros, el 72% cio promedio que patiene televisor y el 71% gan por pauta las emestufa, y entre las famipresas del grupo menos lias ricas, el 100% tiene el precio promedio que televisor y el 98% estuse le cobra a las firmas fa, mientras el 95% de externas. Esta diferenlos hogares de ingrecia se multiplica por el sos medios posee telenúmero promedio de visor, según conclusiocomerciales del grupo. nes de la Encuesta de Discriminamos la pauta Calidad de Vida, Dane por géneros (telenovela, 2003 (ECV). El hecho concurso y noticiero). de que la televisión El número de comersea un bien necesario La distribución de los riesgos entre los concesionarios y el Estado, la noción pública de la información y la estructura ciales que tuvo el Canal para las familias de oligopólica de la televisión nacional salen a la palestra en un libro que acaba de publicar el Centro de Investigaciones Caracol en 1999 fue de ingresos bajos y me47.483, equivalente a dios es esencial desde para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional y la Comisión Nacional de Televisión. Aquí algunas perlas. unos 130 comerciales el punto de vista de la por día y 5 por hora. El política pública y de la precio de la pauta fue Autopauta regulación. Los resultados de la ECV mues- cumple con los demás medios de comumenor para las empresas del grupo. Los e integración económica tran que las familias consideran que tener nicación. Los ciudadanos no pueden estar resultados de 2002 son similares: hubo televisor y pagar por ver televisión es una vigilando permanentemente las acciones El estudio centra la atención en los as44.507 comerciales, 121 al día y 5 por hoprioridad en sus preferencias de gasto. Es de sus gobernantes; esta tarea, en buena pectos económicos que inciden en el dera. Igual que en 1999, los diferenciales de evidente que esta opción de los deman- parte, corresponde a la prensa. Cuando hay sarrollo de la televisión abierta. La principrecios fueron favorables a las empresas dantes implica un compromiso de los ofe- problemas, los medios prenden las “alar- pal característica del mercado de televisión del grupo. En los dos años, el menor varentes. Un bien tan deseado por los hoga- mas de fuego” y, entonces, los gobernados abierta en Colombia es su alta concentralor que Caracol cobró a las empresas del res tiene que ser de calidad; de ahí la gran se enteran y reaccionan. Sería equivocado ción. Caracol y RCN llegan al 95% de los grupo Santodomingo ascendió a $20 mil importancia de la regulación. pensar que la dimensión informativa de la hogares, y el 81% de los televidentes dice millones. En el caso de RCN, grupo Ardila Todas las personas, sin exclusión, deben televisión se reduce a los noticieros. La te- verlos con frecuencia (ECV 2003). Esta esLulle, en los dos años, el menor valor ocatener libre acceso a la información. Y en es- levisión contribuye a que la sociedad vea tructura de mercado es oligopólica, o en térsionado por la autopauta a las empresas te proceso la televisión desempeña un pa- los problemas desde ángulos diversos. minos más precisos, duopólica. Y como hay del grupo fue de $6 mil millones. pel central. Los servicios públicos esenciales Los espacios educativos, los documenta- numerosas barreras a la entrada, esta esLa autopauta es una expresión de la nason los que, a juicio del legislador, afectan les, etcétera, aportan elementos valiosos tructura tiende a mantenerse. La televisión turaleza oligopólica de la televisión colomde manera sustantiva la calidad de vida de para que las personas tengan un mejor co- abierta en Colombia no se puede analizar biana. Esta práctica tiene varios efectos nocimiento de su sociedad. Ni siquiera a dejando por fuera el poder del mercado y las personas. Aunque ver televisión no es perversos: distorsiona el mercado, reduce la televisión recreativa se le puede exonela parrilla de los canales se define con criun asunto de vida o muerte, la estructura artificialmente los ingresos de Caracol y de la demanda indica que para los hogares rar de la función informativa, la cual con- terios de mercado. 1 RCN , y refuerza la posición dominante de colombianos es tan relevante que en cierta siste en promover actitudes que ayuden a La integración económica incide en la los grupos Santodomingo y Ardila Lulle. establecer relaciones y a poner en tela de forma se puede considerar como un bien valoración de la pauta. En Colombia, los esencial; el televidente puede llegar a sacri- juicio afirmaciones que se presentan como grupos económicos vinculados a los meLa televisión cerrada ficar algunos alimentos con tal de cumplir absolutas. La conversión del dato en infor- dios diferencian el valor de la publicidad La regulación de la televisión cerrada mación está mediada por los valores, y en dependiendo del vínculo con las emprecon la cuota del televisor. debería girar alrededor de dos principios: este dominio la televisión recreativa tiene sas pautantes. Cuando se trata de emprelibertad vigilada de precios y definición de La regulación en televisión una gran responsabilidad. La regulación sas del mismo grupo, el valor de la pauta reglas que favorezcan la inclusión y la comdebe evitar la concentración y crear conditiende a ser menor. Esta es una forma de En el dominio de lo público, nuestra petencia. ciones propicias para que el modelo abierintegración horizontal. premisa es que la televisión debe informar to de competencia garantice el pluralismo En Colombia, el mercado de la televide manera transparente y veraz. Tarea que El CID, trabajó con la base de datos y la calidad de la información. sión cerrada ha operado con altas barreras proporcionada por Ibope para 1999 y 2002. a la entrada: legales, técnicas y económiEscogimos el año 1999 porque fue el de la cas. Las empresas más grandes tienen un peor crisis económica. Y el año 2002, por-
Destellos y sobras de la televisión colombiana
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Bogotá, D.C. • Octubre 24 de 2004 comportamiento oligopólico. En cambio, los operadores de tamaño medio y pequeño tienden a ser más competitivos. Nuestro estudio financiero de la televisión cerrada en Colombia se basó en la información presentada en los estados financieros de los concesionarios (2000, 2001 y 2002). La televisión satelital está en desarrollo inicial, lo que exige grandes inversiones y los costos unitarios son crecientes. La televisión por cable, en cambio, pasa por una etapa de relativa madurez, en la que ya ha logrado depreciar contablemente parte de su infraestructura. Del análisis financiero se derivan varias conclusiones: a) aunque en la televisión cerrada hay un buen número de operadores, el mayor volumen de ingresos y de inversión en activos tiende a concentrarse en grandes empresas (principalmente en operadores zonales y satelitales); b) el balance financiero global es negativo, sobre todo por la alta participación de los gastos de venta; c) los grandes operadores están haciendo inversiones considerables en planta y equipo, lo que aumenta la brecha con respecto a los pequeños; d) la manera de aplicar la regulación ha favorecido la diferenciación entre grandes y pequeños operadores. Aunque en el corto plazo las empresas pequeñas están obteniendo utilidades, en el largo plazo su viabilidad financiera es cuestionable. Las empresas grandes están vendiendo paquetes de servicios que les permiten subsidiar los menos rentables, mientras van ganando espacio en el mercado; y e) los criterios que se han empleado para distribuir el mercado no son apropiados2. La nueva distribución debe conciliar competencia (igualdad de oportunidades de acceso) y eficiencia. Desde el punto de vista de regulación, la Cntv debe adoptar el criterio de libertad vigilada de precios, que no contradice las facultades de regulación que la ley le otorgó. La fijación de una tarifa (mínima o máxima) no es conveniente. El régimen de libertad vigilada ofrece los instrumentos necesarios para evitar los abusos, sin interferir la competencia entre los diversos operadores. La libertad de precios debe estar acompañada de unas normas que faciliten la entrada y favorezcan la competencia. Si esta condición no se cumple, es muy factible que la libertad de precios resulte en abusos de la posición dominante. La caracterización inicial del sector indica que el proceso está llevando a consolidar una competencia de tipo monopólico. La Cntv debe estar atenta para evitar que esta tendencia termine en abuso de la posición dominante. Aunque los grandes operadores atraviesan por una crisis financiera coyuntural, ya hay indicios claros de una firme competencia monopólica. Los valores de las concesiones La concesión es un contrato mediante el cual una empresa (privada o pública)
obtiene del gobierno (nacional o local) el derecho para prestar un servicio en condiciones de mercado. La concesión supone la declaración jurídica o normativa de que el servicio es público, los cuales son inherentes a la finalidad social del Estado, sin importar que los presten indirectamente los particulares a través de concesiones. El concesionario privado asume responsabilidades sociales pero el Estado mantiene la regulación, el control y la vigilancia. El gobierno debe determinar claramente el grado de exclusividad que le otorga al concesionario. El riesgo es un elemento central en la discusión sobre el carácter de las concesiones, y se puede definir como la probabilidad de que el valor esperado de un portafolio o inversión o de un flujo de caja sea menor que un valor esperado o proyectado. Los empresarios e inversionistas privados que participan en el negocio son conscientes de la importancia de gestionar el riesgo y emplean los mecanismos que consideran más apropiados para protegerse de los eventuales problemas. Grosso modo, podría decirse que el riesgo se debe asignar a la parte que mejor pueda gestionarlo. El sector privado siempre buscará que el Estado asuma el mayor riesgo. En virtud de la concesión, el empresario o inversionista privado, que conoce el negocio, asume el riesgo inherente a la actividad. Y dependiendo del comportamiento de los negocios frente a sus expectativas, las ganancias serán mayores o menores de lo esperado. Las concesiones de la televisión en Colombia se clasifican en pública, por suscripción, privada abierta, local con ánimo de lucro y satelital. Es significativa la participación de la televisión abierta. El 83% de los recursos de la Cntv proviene de las concesiones. Entre las fuentes restantes se destacan las compensaciones que pagan la televisión satelital y por suscripción. Pero en la asignación de los riesgos contractuales entre la Cntv y los concesionarios ha faltado claridad; han fallado los mecanismos de control y seguimiento de los ingresos y de la estructura de costos de los concesionarios. Los laudos arbitrales contra la Cntv han mostrado que el sector privado no está dispuesto a asumir riesgos. Alertamos sobre la forma como el sector privado utiliza la ley del embudo, siempre a su favor. Las demandas de los concesionarios en contra de la Cntv, tienen su fundamento en el llamado desequilibrio económico y entre las causas mencionan el ciclo recesivo de los negocios. Afirman que este riesgo debe ser asumido por el Estado y no por ellos mismos. Nuestros comentarios van en la dirección contraria, así que este tipo de riesgo debe ser asumido completamente por el concesionario. Los privados tienen que responder por el riesgo derivado de la caída de la actividad económica.
Lo ideal sería que en los contratos se precisara el tipo de riesgo y la responsabilidad. No se ha hecho así, y los concesionarios (Caracol, RCN, Casa Editorial El Tiempo) han demandado aduciendo que no se han cumplido las proyecciones de la Cntv y de los propios operadores sobre el comportamiento de la economía. Este argumento deja ver claramente que no están dispuestos a asumir el riesgo inherente a todo negocio. En la práctica los mecanismos de control y seguimiento con que cuenta la Cntv resultan muy débiles. Ya hicimos referencia a la autopauta como estrategia de los concesionarios de los dos grandes grupos económicos para reducir artificialmente los ingresos. En la televisión cerrada, hay un subregistro de suscriptores. La Cntv no dispone de una información que le permita precisar el precio que las empresas por suscripción deberían cobrar a sus clientes. ¿Poca aversión al monopolio? Las circunstancias históricas marcan las particularidades de los procesos de regulación. La percepción que tiene la sociedad varía en función de los criterios que guían la noción de lo público. En Francia, Chile, Argentina, Estados Unidos, las percepciones de la regulación son distintas, porque finalmente las sociedades son diferentes. Hay países que tienen mayor aversión a la información sesgada que otros. Además, en determinados momentos la necesidad de una información más imparcial es acuciante. La regulación de la televisión no depende exclusivamente de la Cntv. Es en último término una opción que involucra al conjunto de la sociedad. Esta idea puede ilustrarse con la actitud asumida por los españoles después de los atentados del 11 de marzo. La manifestación callejera expresa el descontento de la ciudadanía por la forma como los medios de comunicación informaron sobre los posibles autores de los hechos violentos. El movimiento social exigía transparencia en la información. En Chile también se busca que las exigencias de la regulación nazcan de la sociedad. En Francia los organismos de regulación han mostrado preocupación, además de la transparencia, por el respeto de la cultura. La discusión sobre la pertinencia de la entrada de Cartoon Network es una forma que tiene la sociedad francesa de expresar su insatisfacción con algunos valores de la cultura norteamericana. En el caso colombiano observamos con preocupación que la sociedad tiene poca aversión al monopolio que se está presentando no sólo en la televisión abierta, sino también en la televisión cerrada. Tampoco parece existir mayor inquietud por la forma como confluye la propiedad de los medios y de las empresas. El tema no llama la atención de la opinión pública. Y este ambiente apático se convierte en un límite intrínseco a la capacidad reguladora de la Cntv.
Economía En Colombia la televisión pública obtiene sus recursos de las concesiones a los operadores privados. En otros países, como en Francia, ésta se financia con impuestos, y ello acentúa la naturaleza pública del bien. El futuro financiero de la Cntv está estrechamente ligado a los resultados de los procesos arbitrales iniciados por los operadores privados. Si los laudos no son favorables a la Cntv, una gran parte de los dineros de la concesión tienen que ser devueltos a los privados. En el futuro podría pensarse en fuentes de financiación más estables, como los impuestos. Es importante que en el país se estimule la economía de la televisión. Una aproximación interdisciplinar permite entender mejor las características del negocio, el funcionamiento de los mercados relacionados con la televisión, la naturaleza del riesgo, el comportamiento de los usuarios, el sentido de lo público, el significado de la transparencia de la información, etcétera. Este conocimiento ofrece elementos valiosos para comprender los alcances de la regulación y, sobre todo, enriquece la comprensión que tiene la sociedad de los alcances y potencialidades de la televisión. Las personas informadas son más exigentes, y crean un ambiente propicio para que la regulación contribuya al fortalecimiento del sentido de lo público. * Profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia 1 Estos menores ingresos han sido hábilmente utilizados como argumento contra la Cntv en los laudos arbitrales de Caracol y RCN. Si no hubiera autopauta tal vez no se presentaría el desequilibrio económico que aducen Caracol y RCN. 2 Sugerimos que la Cntv, a partir de las facultades que le otorga el artículo 18 parágrafo de la Ley 182 de 1995, actualice la clasificación de la televisión.
En conmemoración de los 50 años de la televisión colombiana, 19 investigadores hacen una mirada al mercado de la industria televisiva en el país.
Cuando muerden las serpientes Se calcula que cerca de 3.500 mordeduras de serpiente ocurren anualmente en Colombia.
La planta industrial del Instituto Nacional de Salud ha vuelto a operar luego de 20 meses de interrupción en la producción de sueros antiofídicos. Un proyecto conjunto de la Universidad de Antioquia y Corpaul abastecerá la demanda nacional a partir de 2005. César Moreno*
La muerte de la niña Escolín Bueno, de 14 meses de edad, a causa de la mordedura de una serpiente coral en enero de este año en el Tolima, así como otros casos conocidos por medios de comunicación, impactaron a la opinión pública nacional generando alerta por la no disponibilidad de sueros antiofídicos necesarios ante estos incidentes. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), el Ministerio de la Protección Social (Minprotección) respondió al fenómeno realizando importaciones de 300 unidades de suero anticoral. Olga Victoria Castaño, docente del Instituto de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, afirma que según las investigaciones de este Instituto, a la fecha se tienen registradas 238 especies de serpientes en el país, de las cuales 40 son venenosas que corresponden “a tres familias: Viperidae, en la que están las cuatronarices, también llamadas mapanaes, equis o boquidorás, que causan la gran mayoría de los accidentes. En esta familia también se encuentran las cascabeles y las pudridoras o verrugosos. La familia Elapidae incluye a las corales y en la familia Hydrophiidae se encuentra la serpiente marina del Pacífico (Pelamis platurus). Estas dos familias son las que tienen el veneno más potente”. En cuanto a los accidentes ofídicos, “éstos se presentan con más frecuencia en las temporadas de lluvias, porque las serpien-
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tes se ven obligadas a abandonar sus refugios, desplazándose a sitios secos, entre los que pueden estar las habitaciones humanas y sitios aledaños”, afirma. Estos incidentes ocurren principalmente en zonas de clima cálido donde se ubican los ecosistemas en que es más probable encontrar serpientes, aumentándose el riesgo por deforestación, colonización, almacenamiento de cosechas y víveres e incorrecta disposición de basuras que atraen a roedores y con ellos, a las serpientes. Dentro de los departamentos con mayor riesgo de dichos accidentes están Amazonas, Antioquia, Cauca, Chocó, Nariño y Tolima. Sobre el número de accidentes por año, el director del Instituto Nacional de Salud (INS), Rafael Romero, afirma que en el país el registro que se hace de accidentes ofídicos, así como de la mortalidad por esta causa, es pobre. Se calcula que pueden ocurrir 2.500 accidentes, pero ante el subregistro que se presenta, algunos especialistas estiman la cifra en 3.000 ó más. Para lograr información confiable al respecto, Guillermo Orjuela, asesor de la dirección del INS, informa que Minprotección tiene previsto en 2005 incluir dentro del Sistema de Vigilancia de Salud Pública a los accidentes ofídicos de tal modo que estos eventos sean de obligatorio reporte, como ocurre con la malaria, la fiebre amarilla y el VIH-sida. La producción Los sueros para tratar estos incidentes se obtienen del procesamiento de plasma sanguíneo (llamado hiperinmune), de caballos que antes han sido inoculados con veneno de las especies frente a cuyas mordeduras será útil el producto. Así se obtiene un suero líquido estéril que debe mantenerse refrigerado desde su producción hasta su empleo en una entidad hospitalaria. Como cualquier producto farmacéutico, el suero antiofídico debe ser fabricado en una planta industrial que cumpla con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), pautas internacionales que permiten desarrollar procesos de producción confiables y que en Colombia vigila su cumplimiento el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos (Invima). En 2002, el Invima inspeccionó al INS encontrando que a pesar de que sus productos biológicos, entre ellos el suero an-
tiofídico polivalente, cumplían con los parámetros de potencia y seguridad requeridos, su planta de producción distaba de cumplir con las BPM, por lo cual el INS suspendió su producción en enero de 2003. A partir de entonces se importaron sueros antiofídicos de México y Brasil, que no logran la misma potencia que el producido por el INS, dado que este se obtiene a partir de inoculación de caballos con veneno de serpientes propias del territorio nacional, cuyas especificidades varían respecto a reptiles de las mismas especies presentes en otros países. Entre tanto, la firma Probiol, produjo y comercializó suero polivalente hasta la decisión del Invima, de retirarlo del mercado por no cumplir con “las normas de calidad en cuanto a potencia e inocuidad”, según comunicado de esta entidad publicado en agosto de 2004. Reactivación de la producción Miguel Gallo, asesor de la Dirección General del Invima afirma que la adecuación del INS a las BPM está bastante avanzada. Prácticamente es un asunto ya resuelto, con sólo un pendiente de carácter menor, por ello, ha sido posible la reactivación de la producción de suero polivalente en septiembre, con lo cual se espera que en enero de 2005 salga al mercado el primer lote de tres que completarían cerca de 21.000 unidades en los primeros meses del año. En 2005 el INS, en palabras de su director, “con asesoría del Laboratorio de Butantán en Brasil, espera desarrollar la tecnología para producir suero polivalente liofilizado (presentación en polvo estéril), lo cual permitirá aumentar su vida útil y evitar las complicaciones que implica la cadena de frío necesaria para la presentación líquida. También se espera reiniciar la producción de la vacuna de fiebre amarilla y establecer la factibilidad de producción de suero anticoral, el cual nunca ha sido producido por el Instituto”.
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Antiofídicos en Antioquia La Universidad de Antioquia, a través de su Corporación de Patologías Tropicales y la Unidad de Emprendimiento Empresarial (UEE), y Corpaul adelantan un proyecto de producción de sueros antiofídicos, para lo cual gestionan ante el Sena recursos con carácter de capital semilla, para el desarrollo del prototipo y el estudio de mercados, así como la implementación de un laboratorio. Según el Director de la UEE, Óscar Velásquez, “se espera que en el término de un año, se dé inicio a la producción y comercialización de suero polivalente, para lo cual la Universidad se encargará de la elaboración del plasma hiperinmune y Corpaul de la producción y comercialización del producto terminado. La idea es producir posteriormente otros sueros útiles para el tratamiento de mordeduras para las cuales no es efectivo el polivalente, así como productos para enfrentar picaduras de animales ponzoñosos. El caso del escorpión es el más frecuente.” Al respecto, Romero, como director del INS afirma: “en el pasado existieron dificultades en cuanto a la distribución. La solución se podría dar aplicando procesos como los que se siguen para las vacunas, procedimientos dentro del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), con los que los entes territoriales tengan la seguridad de ubicar en sus sitios estratégicos el suero antiofídico. Somos conscientes que tenemos la responsabilidad de suplir esta necesidad nacional y estamos en capacidad de hacerlo. En ello se enfocan las inversiones, la capacitación y nuestras investigaciones”. *Químico Farmacéutico y coordinador del Programa de Comunicación, Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia. Sobre recomendaciones en caso de mordedura de serpientes, ver www.ciencias.unal.edu.co/boletin/serpientes.htm
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Universidad
Innovación institucional
Veinte meses de discusión en la UN Equipo periodístico Unimedios
Hace 20 meses, desde cuando presentó su nombre como candidato a la rectoría de la Universidad Nacional de Colombia, las reformas que hoy promueve el rector Marco Palacios han sido discutidas en diferentes instancias de la comunidad universitaria. Por lo menos eso es lo que se encuentra al revisar la publicación (cartilla) “Plan Programático de los aspirantes a la Rectoría General de la Universidad Nacional de Colombia 2003-2006”, editada y puesta en circulación por la Secretaría General de la Universidad en la segunda semana de marzo del año anterior, con las propuestas y planes de trabajo que presentaban los seis aspirantes a la rectoría. Adicionalmente se llevaron a cabo foros en Medellín (13 de marzo), Manizales (14 de marzo), Palmira (19 de marzo) y Bogotá (20 de marzo); y cada candidato contó con la producción de programas radiales de 15 minutos para explicar sus propuestas, al tiempo que fueron realizados videos que fueron distribuidos en cada una de las sedes. Más allá de estos espacios y piezas institucionales abiertos para cada uno de los aspirantes, en su calidad de candidato el profesor Marco Palacios presentó y explicó sus propuestas en el marco del Seminario Permanente de Profesores de la Universidad Nacional, realizado en la sede social de la Cooperativa de Profesores (10 de marzo); en los conversatorios de la Facultad de Ciencias Humanas (18 y 25 de marzo), al igual que en las facultades de Medicina, Enfermería, Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Artes; en los departamentos de Física, Lenguas Modernas y Filosofía y en el Instituto de Ciencias Naturales, entre otros escenarios. También, a escasos días de la realización de la consulta general, el profesor Palacios se reunió con los representantes estudiantiles a todos los cuerpos colegiados de la Universidad.
“Estos temas no deberían ser una sorpresa, si los que hoy se llaman sorprendidos hubieran leído la cartilla en la que cada uno de los candidatos presentaba sus propuestas a desarrollar en caso de ser designados, y en este punto es necesario destacar que desde el inicio de la misma campaña el profesor Palacios habló siempre de la necesidad de llevar a cabo un fuerte giro en cuanto a la carrera docente y los programas de estudio”, señala el profesor Alexis De Greiff, vicerrector General de la Universidad Nacional Colombia. De Greiff insiste en que no es equilibrado hablar de sorpresas o propuestas desconocidas o inconsultas, tras señalar que cada una de las reformas que se vienen desarrollando, fueron puestas a conside-
ración de la comunidad universitaria desde marzo del año pasado, época de las campañas, a través de distintos medios, de forma clara, precisa y sin ningún tipo de maquillaje. Posteriormente, ya en calidad de Rector elegido por el Consejo Superior Universitario (CSU) desde el 10 en abril de 2003, el propio profesor Palacios, con el apoyo de los vicerrectores general y académico, la secretaría general, los vicerrectores de las diferentes sedes, la dirección de programas curriculares y otras instancias del nivel nacional han desarrollado encuentros con decanos, directores de departamento e institutos, al igual que con estudiantes con quienes se han discutido distintos aspectos de la reforma académica y las necesidades de ajustar las estructuras aca-
démicas de la UN como estrategia para mantenerse en la vanguardia de la construcción de conocimiento en nuestro país y alcanzar estándares de calidad similares a los de las universidades más importante de Latinoamérica. Entre abril y septiembre de 2003, diferentes fueron los foros y los escenarios en los que se presentaron y explicaron las propuestas de reforma, como en los procesos de autoevaluación adelantados en la Facultad de Ingeniería y de cuyos resultados surgió la propuesta de revisar y ajustar a cuatro años los planes de estudio en esta área del conocimiento. Esta propuesta fue presentada formalmente durante el Consejo Académico celebrado el 2 de julio de 2003 y reiterada en la misma instancia el 6 de agosto siguiente, cuando se trabajaba el tema de acreditación de programas de estudio. El 30 de septiembre, en acto especial celebrado en el Centro de Convenciones “Alfonso López Pumarejo” y que contó con la masiva participación de los diferentes estamentos de la comunidad universitaria, el profesor Marco Palacios Rozo presentó el documento Hacia una innovación institucional en la Universidad Nacional, que a la postre y por sus planteamientos se convirtió en la esencia del plan de desarrollo 2003-2006. En este documento se presentaron los primeros planteamientos para ser evaluados, discutidos, enriquecidos o derrotados en el marco de la convocatoria de los Claustros y Colegiaturas, un espacio de reflexión conjunta y democrática de la modernización de las estructuras universitarias, tanto administrativas como académicas. El siguiente recuadro muestra el itinerario de algunos de los foros y encuentros en los que se han discutido las propuestas de reforma planteadas por la rectoría.
Sorprende que algunos críticos de la reforma académica propuesta por la Rectoría hayan planteado que ésta sacrifica la calidad de la formación ofrecida por la Universidad Nacional de Colombia. De las distintas reformas que ha emprendido la Nacional, la actual es, tal vez, una de las que considera de manera más integral y explícita las distintas dimensiones del modelo educativo en función de la búsqueda de la excelencia. Cada aspecto tanto de dicho modelo como de la organización académica ha sido evaluado con respeto a la tradición y vocación de la Universidad, pero con especial cuidado en incorporar de manera crítica los conceptos que transforman hoy a las mejores universidades en todo el mundo. Por lo anterior, consideramos oportuno sintetizar la propuesta de reforma en aquellos aspectos que influyen en la calidad de la educación que ofrece la Nacional, y así contribuir a un debate mejor informado1. Quienes plantean la preocupación por un posible deterioro de la calidad parten de una premisa: la UN es la mejor universidad del país –algunos dirían que es lo más parecido que tenemos a una universidad en Colombia–, y mencionan, entre otras evidencias, los resultados de los Exámenes de Calidad de la Educación Superior (Ecaes) que acaban de divulgarse2. No discutimos que, en general, la Nacional aventaja a las demás en muchos aspectos. Pero para evitar la superficialidad de un juicio de esta naturaleza, habría que precisar: ¿mejor que quién y en qué? ¿Qué tan buena es si se tiene en cuenta la calidad de sus recursos fundamentales: sus profesores y sus estudiantes? ¿Qué tan buena es considerando su potencial? ¿Qué tan buena es con respecto a lo que el país necesita de ella hoy? ¿Qué tan buena es con respecto a lo que el país necesitará en las próximas décadas? Inherente a los académicos y a sus or-
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La reforma académica y la ganizaciones es que no parecen sentirse nunca lo suficientemente buenos. Más aún, cuando tienen el reconocimiento como líderes, están obligados a pensar en cómo ser mejores, en interpretar los retos y las oportunidades que otros no podrían aprovechar, en considerar en forma propositiva el futuro. En la Nacional hay un importante margen de mejoramiento de la calidad y hacia él apuntan las propuestas de reforma de la actual administración.
El pregrado de hoy no puede tener un carácter terminal: es solo la fase de fundamentación de un proceso continuo de formación avanzada.
Reestructuración del pregrado Un punto de partida ineludible de la reforma es la preocupación por la pertinencia de la formación ofrecida. Es difícil minimizar la importancia de los cambios sucedidos en las últimas décadas. El conocimiento y las organizaciones sociales que lo conservan, renuevan y diseminan han alcanzado altos niveles de complejidad y han incrementado su valor social como consecuencia de su inserción en esquemas de reproducción material de las sociedades. Los ciclos de renovación de los cuerpos de conocimiento se han acortado y el mundo del trabajo demanda cada vez, en forma más clara, conocimientos de frontera y competencias generales y específicas que favorezcan la flexibilidad. Con este trasfondo, desde hace varios años, diversos sectores de la UN han propuesto la reestructuración y actualización de los programas de pregrado. En la última década se avanzó un poco en la superación del enciclopedismo que tiende a recargar de contenidos los planes curriculares y las asignaturas. Sin embargo, la lógica con la que se conciben los programas y se diseñan el currículo y los cursos, tiende a atiborrarlos nuevamente, sin una clara distinción entre lo principal y lo accesorio. La excesiva duración de los programas no responde necesariamente a una consideración sobre la calidad, sino a la lógica de composición fragmentaria del currículo, más en función del docente y el territorio que le pertenece, y no de acuerdo con un perfil de formación que consulte las tendencias del mundo del trabajo y de la vida académica, y comprenda el alcance inevitablemente parcial del pregrado. La reestructuración académica en curso puede implicar, como uno de sus resultados, no como punto de partida, el acortamiento diferencial de las carreras. La reducción en el número de asignaturas y en los contenidos de estas resultaría de un cambio en la forma de concebir, dise-
ñar y gestionar los programas curriculares: se superaría la concepción de estos como colecciones de feudos profesorales para pasar a una gestión integrada en función de objetivos de formación, expresados en términos de competencias y contenidos nucleares. En aras de la simplicidad, puede decirse que las carreras actuales de la Universidad Nacional incluyen un posgrado, pero solo otorgan título de pregrado. Ahora, y según la propuesta, en algunas carreras como las de Ingeniería, el estudiante recibirá dos títulos en lugar de uno, pues en el término de la duración actual de los programas podrá obtener el título profesional y uno de especialización. Es importante recordar que el pregrado hoy no tiene un carácter terminal: es solo la fase de fundamentación de un proceso continuo de formación avanzada, que debe prolongarse a lo largo de la vida. El trabajo de grado Parte de la reducción en la duración de las carreras se deberá a la racionalización del trabajo de grado, que hoy se prolonga indebidamente por dos razones: falta de comprensión de los alcances del pregrado y ausencia de un plan sistemático de formación del espíritu investigativo y de las competencias asociadas a él desde el primer semestre. Con la gran expansión del conocimiento es poco probable que un trabajo final de pregrado, incluso de maestría, pueda
realizar contribuciones originales. Constituyen ante todo un momento importante en el proceso de formación, en el cual el estudiante demuestra el dominio de los conceptos fundamentales de su disciplina, de las competencias complejas de la vida académica (argumentación, lectura crítica, pensamiento hipotético-deductivo, capacidad de síntesis) y de las específicas del campo en el que se formó (capacidad para intuir objetos a un nivel de profundidad mayor y aplicar herramientas especializadas de análisis). Las competencias y la formación crítica Cuando un estudiante se gradúa como profesional, es probable que más del 50% de lo aprendido durante la carrera haya sido superado, gracias a la labor investigativa de las grandes redes científicas y culturales en el mundo. Si la formación está anclada en contenidos, el estudiante estaría desarmado frente ese proceso de renovación del conocimiento. La formación por competencias, lejos de trivializar la educación o bajarle el perfil, da más solidez al profesional, pues en ella, aunque se siguen asimilando los contenidos disciplinarios fundamentales, se hace énfasis en el método, en las capacidades de análisis, de síntesis, de formalización y de creación
Fotografía de Guillermo Flórez P.
Un debate mejor informado, como corresponde a la cuna de la universidad en Colombia, es la propuesta de este ensayo, que intenta responder a los interrogantes y a las suspicacias que ha generado la formulación de cambios en la dinámica académica de la Universidad Nacional. Cambios, por demás, necesarios para la estructura y los retos de la actual sociedad colombiana. Egresados, estudiantes y docentes están invitados a la discusión.
El proceso de admisión a la Universidad Nacional se hará por áreas de conocimiento y no por carreras como se realiza actualmente.
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calidad de la educación en la UN asociadas a esos contenidos. El principal resultado del proceso formativo es una capacidad más compleja de aprendizaje. Esta concepción es lejana a la idea de formar mano de obra flexible y barata, como algunos han planteado. Con la reforma se pretende que el egresado de la Nacional tenga una formación más universal e interdisciplinaria, pero que conserve el énfasis crítico que la ha caracterizado desde siempre. Lo que hace crítico al profesional no es el volumen de los contenidos que acumula, sino un ambiente de formación, una masa crítica de pensadores y científicos que le transmiten los valores de la cultura académica y una actitud de libre examen; el rigor en la argumentación, la capacidad de sintetizar información de diferente naturaleza, de mirar la realidad desde diferentes puntos de vista: nada de eso es contrario a la formación por competencias. Eso es precisamente lo que busca la reforma. Ciclo común e ingreso por áreas En la estructura propuesta para los programas curriculares se introduce una fase inicial de formación general, común a los estudiantes de un área del conocimiento. Se ha dicho que dicha fase sacrifica tiempo para el aprendizaje especializado y se constituye, de hecho, en un intento de remediar las deficiencias del bachillerato. En realidad la introducción de esta fase busca enriquecer el perfil de formación con una experiencia interdisciplinaria, un contacto temprano con otras formas de abordar un mismo objeto de estudio, la comprensión de otros lenguajes, lo que será importante en la vida profesional; desarrollar habilidades de lectura, escritura, argumentación y formalización a un nivel más elevado. La idea de que los estudiantes ingresen a un área del conocimiento tiene dos objetivos íntimamente relacionados. Por un lado, que el estudiante haga una mejor elección de carrera; por el otro, que la universidad pueda ser aún más selectiva de lo que ya es. Se trata de que la elección libre e ilustrada, después de explorar diferentes carreras de una misma área, mejore las posibilidades de éxito y reduzca la deserción, en la medida en que aumente la motivación del estudiante, lo que es tan importante como su nivel académico. Algunas facultades han propuesto que en lugar del ingreso por áreas, el estudiante seleccione una carrera y escoja otra que sea afín como segunda opción, para evitar que
se ponga en riesgo la existencia de algunas carreras. Créditos y flexibilidad La Universidad estaba en mora de introducir un sistema de medición del trabajo académico. La aplicación de los créditos contribuye a racionalizar el trabajo del estudiante, a precisar qué se espera de él y constituye una herramienta efectiva para el diseño de los programas y los cursos, y exige una reflexión explícita acerca de las opciones metodológicas y del tipo de trabajo que el estudiante debe realizar. Con los programas expresados en créditos y competencias, se facilita la movilidad del estudiante entre instituciones y programas académicos. La flexibilidad curricular no se debe solo a los créditos pero se apoya en ellos. Consiste en la posibilidad de elección de trayectorias alternativas por parte del estudiante. La oferta de la universidad debería ser amplia y permitirle escoger los cursos al estudiante de acuerdo con sus intereses, esto, claro está, conservando la coherencia en el proceso formativo de las competencias generales y específicas y el rigor en la asimilación de los contenidos disciplinarios y profesionales esenciales. La calidad de la experiencia educativa La reforma le concede importancia especial a la docencia. Sobre una tradición valiosa de respeto por la autonomía del docente y del estudiante se considera necesario estructurar un marco de docencia que garantice la coherencia del proceso de aprendizaje, genere una tensión hacia los resultados del mismo y hacia su mejoramiento continuo. Hacia esa dirección apunta, por ejemplo, la idea de crear un Comité de Calidad de la Docencia. El cambio en la docencia supone que los docentes trabajen en equipo, en forma coordinada, compartiendo las experiencias y visiones para que sus estudiantes, en medio de la diversidad de perspectivas, desarrollen un sólido conjunto de competencias específicas y asimilen los conocimientos fundamentales. El profesor universitario es un modelo social: transmite valores con el ejemplo, con sus prácticas y con la imagen que proyecta. Esto reviste gran importancia cuando se piensa que el estudiante que egresa de la universidad debe ser él mismo
La idea de que los estudiantes ingresen a un área del conocimiento busca que la elección sea libre e ilustrada y mejore las posibilidades de éxito y reduzca la deserción.
ejemplo de integridad, compromiso con el país, capacidad crítica, competencia técnica y sociabilidad. Un aporte de gran valor en este sentido puede provenir de docentes que pertenezcan al mundo profesional y que hayan alcanzado un alto reconocimiento en él; ellos proyectarían en los procesos de formación las maneras, las actitudes y los secretos del mundo profesional, lo que sin duda enriquecerá el perfil de los egresados. El trabajo autónomo del estudiante, individual o en equipo, debe fortalecerse. Para ello no solo es importante contar con la infraestructura y dotación de bibliotecas, medios electrónicos y espacios adecuados, sino una concepción de ese trabajo autónomo más estructurado, que le permita al estudiante fijarse metas, ejercer la autocrítica sobre su trabajo y recibir el estímulo y la crítica de su docente, en función de unos resultados educativos claramente definidos. El estudiante debe ser conciente de su evolución intelectual, en un proceso acumulativo y de complejidad creciente. Cambios en la organización La reforma académica de una universidad tan compleja como la Nacional es un proceso de largo plazo, que se apoya en unas condiciones sociales y de organización. La renovación de los programas curriculares y el fortalecimiento de los doctorados y la investigación exigen una redefinición del papel de las Facultades y los Departamentos y un ajuste en la carrera docente. En lo que sigue expondremos en qué consiste ese nuevo papel de las unidades académicas, y dejamos para otra ocasión el tema de la carrera docente. Los Departamentos son esencialmente comunidades de profesores que desarrollan su producción académica dentro de una disciplina. El papel del departamento es mantener el proceso de comunicación, vigilar los estándares de producción y divulgarla. El departamento debe mantener un cuerpo docente de alto nivel, motivado y productivo. Por su parte, la Facultad se encarga de los estudiantes y los programas curriculares. Desde una visión más amplia que la del Departamento, define los programas curriculares y vela por la calidad de los cursos que se ofrecen. Igualmente, la Facultad está atenta a los estudiantes, se preocupa porque su experiencia educativa sea valiosa y culmine con éxito.
Esta separación de funciones entre los niveles de organización de la Facultad busca, por una parte, garantizar unas mejores condiciones para la articulación de una comunidad académica, y por otra parte, generar un esquema de interacción entre los docentes y una instancia externa al Departamento, y que se especialice en mejorar la docencia, que sería el caso de una vicedecanatura de pregrado. Este esquema de especialización sería el primer paso hacia la separación de la gestión del pregrado y la del posgrado. Con lo expuesto hasta aquí, es claro que hay una visión nueva de la Universidad, de su organización y de sus programas curriculares. La preocupación de la reforma propuesta por mejorar la calidad de la educación, entendida como pertinencia de los programas, intensidad de la interacción entre el docente y el estudiante, objetivos de formación claros y contenidos disciplinarios de frontera. La Nacional ganaría mucho si en su interior se diera un debate académico abierto y riguroso, que estimulara una reflexión sobre la historia propia y la práctica de la universidad, pero también el examen crítico, desprovisto de prejuicios, acerca de los desafíos que se plantean a las organizaciones del conocimiento y cómo estas los están afrontando en diversos sistemas de educación superior. Lo peor que podría pasarle a la UN es que archive el caso, con un par de juicios, a la hora de la verdad, superficiales y con escaso o ningún fundamento en el conocimiento que sobre la educación y las organizaciones del conocimiento existe hoy. Eso mostraría la menos académica de las actitudes: rechazar algo sin haberlo siquiera comprendido. Los argumentos del presente artículo pueden ampliarse en varios documentos de la rectoría: Hacia la innovación institucional (2003) y La reforma académica que requiere la Universidad Nacional de Colombia (2004), y en los documentos de la Dirección Nacional de Programas Curriculares disponibles en la página Web de la Universidad. 1
No nos detendremos a considerar más ampliamente los Ecaes, pero es claro que por sus características técnicas actuales y por la forma como fueron divulgados sus resultados, a lo sumo puede inferirse de ellos una posible clasificación de las Facultades que participaron en la la versión del 2003, pero no el valor agregado de sus procesos educativos ni la calidad de sus resultados. Lo anterior sin mencionar que los exámenes solo miden un aspecto limitado de ese concepto multidimensional que es la calidad de la educación. 2
Fotografías de Guillermo Flórez P.
Sacrificio con-sentido Los animales de laboratorio como seres que sienten dolor, deben ser objeto de reflexión ética.
Mascotas y animales callejeros son sacrificados en vano ante la falta de conocimiento y aplicación de las técnicas y procedimientos exigidos a nivel internacional para la investigación biomédica en el país. La Red de Bioética y el grupo de Reactivos Biológicos del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional, han abordado el tema desde las perspectivas ética y biológica ante la ausencia de una política institucional clara que promueva el uso adecuado de los modelos animales experimentales. Yino Castellanos, Unimedios
Gracias a la astucia y obediencia de Noé, quién por mandato divino alojó en su arca a una pareja de cada una de las especies animales de los tiempos bíblicos, el hombre ha vencido parcialmente la soledad y ha desarrollado eficaces medicinas contra su propio dolor. Sin embargo, esta generosidad, pocas veces encuentra reciprocidad en el ser humano. El auxilio que bajo condiciones controladas han prestado los animales a innumerables investigadores de las ciencias biomédicas en todo el mundo, no ha bastado para concientizar a un amplio segmento de la población científica local, sobre la importancia de cumplir estrictamente con las normas éticas y legales que regulan la investigación con modelos de experimentación animal. No sobra recordar que el desarrollo, producción y control de animales de laboratorio, han permitido la identificación del ciclo de enfermedades como la malaria (gracias a las palomas), el estudio de la virosis (muy similar en aves y humanos), para no hablar de los aportes de ratas, cobayos y conejos en la identificación de múltiples patologías que afectan al hombre. Todo, debido al uso pleno de nuestros “compañeros de creación”, como reactivos biológicos, desde hace más de cien años. Un aporte a la dignidad humana que poco se revierte en la dignidad del animal. En este sentido, la profesora de la red de bioética de la Universidad Nacional, Carmen Alicia Cardozo, señala el escaso avance en la aplicación de las normas técnicas y sanitarias para la experimentación con animales, desde el diagnóstico elaborado hace cuatro años por la red: “Para el año 2000, el 90% de las instituciones del país que manejaban animales experimentales, desconocían el contexto mundial y
las prioridades que existían para el mejoramiento de las condiciones ambientales de los modelos animales, no solo desde las perspectiva ética y biológica, sino incluso legislativa; por lo cuál Colombia no ha podido ser competitiva en el tema”. Si bien hoy se han logrado algunos avances, como lo formula la docente Afife Mrad de Osorio, la situación está muy lejos de ser aceptable: “Algunas universidades que trabajan con animales de laboratorio, ni siquiera tienen bioterio para alojarlos adecuadamente y la mayoría de los 26 existentes en Bogotá, carecen de la tecnología necesaria para alcanzar la calidad óptima del animal, en cuanto humedad, luz y condiciones ambientales, factores que influyen decididamente en la obtención de modelos útiles para el desarrollo de la investigación biomédica”. Además, corroborando el estudio adelantado por el Instituto de Biotecnología de la Universidad, para el año 2000, son escasos los avances en monitoreo y control sanitario, criopreservación (congelamiento de tejidos y células para su reactivación biológica primaria), y monitoreo genético, claves para garantizar la validez y reproducibilidad de investigaciones donde se utilicen modelos animales. Estas falencias delatan problemas a niveles de infraestructura, formación de personal y, por ende, de calidad de los modelos. Y es que cualquier animal, cuyo destino esté ligado a la experimentación, requiere de condiciones ambientales: temperatura, ventilación y humedad; fisicoquímicas: iluminación, niveles controlados de ruido o presencia de contaminantes; y nutricionales, para que su respuesta ante el experimento sea válida, a la luz de una investigación biomédica. Se tiende a creer, por ejemplo, que para desarrollar una vacuna en cualquier animal, lo más adecuado es respetar su hábitat na-
tural, pero, como argumenta la profesora Cardozo, “para que pueda ser considerado apto como modelo experimental, todas las condiciones medioambientales deben estar definidas, al igual que las genéticas, las colonias deben ser homogéneas. Si el animal un día tiene frío y al día siguiente le da calor, el cambio en la respuesta de su sistema inmunológico, invalida la prueba, porque el animal está respondiendo a su adaptación externa y no a la pregunta hecha por la vacuna”. Así, el concepto de reactivo biológico (el animal con su genética y medio definido totalmente) es clave y se relaciona con la respuesta del modelo experimental ante los estímulos propios del estudio que se adelante con éste. En consecuencia, una rata corriente, que ha recibido tóxicos y venenos, no reacciona igual ante una determinada sustancia que un congénere habituado a las condiciones controladas de un bioterio –sala de experimentación animal con un ambiente definido–. “Este criterio biológico no ha sido entendido plenamente en nuestro medio”, concluye la profesora Cardozo.
La utilización de los modelos de experimentación en investigaciones biomédicas, ha incidido en el aumento de la esperanza de vida en 25 años para los seres humanos en el último siglo.
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El animal sujeto de derechos La preocupación por el sufrimiento animal ha servido para impulsar la creación de comités de bioética, en las diferentes instituciones que trabajan con este tipo de experimentación. Estos grupos interdisciplinarios, deberán encargarse de vigilar que las prácticas de experimentación estén acordes con los preceptos éticos que defienden el respeto por los animales, que en palabras del filósofo australiano Peter Singer, “como seres que sienten, debemos tener en cuenta su dolor”. Además deberán cerciorarse que el uso del animal sea imprescindible, su selección adecuada y el diseño metodológico para adelantar la experimentación sea el apropiado. En la parte legislativa, además de los acuerdos que ha suscrito Colombia, la Ley 84 del 27 de diciembre de 1989, protege al animal contra el sufrimiento y dolor causado por el hombre. Aunque suene a letra muerta, esta ley recoge los preceptos éticos que, desde hace más de 50 años, han sido establecidos por ilustres pensadores, preocupados por la naturaleza del dolor animal. Especialmente las “Tres R”, de Russel y Bursh: reemplazar el modelo animal; reducir su número; y refinar los procedimientos experimentales Cabe anotar que estos preceptos y las acuerdos mundiales en los que reposa su filosofía, aplican no solo para animales utilizados como modelos de experimentación. La profesora Afife aclara, que tanto el decálogo promulgado por la Ciom (Consejo Internacional de Organizaciones Médicas), en 1985, como la Declaración Mundial de los Derechos de los Animales, redactada en septiembre de 1989, “defienden a todo tipo de animales, incluso los que sirven para la alimentación humana, como quiera que el animal sacrificado sin eutanasia, libera neurotransmisores que afectan la textura y el sabor de la carne”. Luego de cinco décadas estas necesarias reflexiones se abren campo en la comunidad académica colombiana. La propuesta de conformar un Centro de Investigación y Desarrollo en Modelos Animales Experimentales dentro de la convocatoria abierta por Colciencias, servirá para promover el ingreso definitivo de la comunidad científica local en las áreas de formación de la ciencia de animales experimentales, un requisito ineludible para avanzar en la investigación de patologías como el Alzhaimer y Parkinson, en el país.
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Alternativas aceitosas La producción de biodiésel a partir de óleos comestibles usados y un reactor que transforma aceites grasos en materia prima para la fabricación de detergentes son dos proyectos que buscan impulsar la industria oleoquímica del país. Diana Manrique, Unimedios
Fotografía de Guillermo Flórez P.
Los aceites vegetales usados en los hogares y en los restaurantes de Bogotá ya no van a parar en los vertederos de agua, ni van a ser reutilizados en frituras convirtiéndose en un peligro para la salud humana, porque gracias a un proyecto emprendido por cuatro reconocidas instituciones en la localidad de Usme, al sur de la capital, se construye una planta piloto que producirá cerca de 200 litros diarios de biodiésel. Se trata de uno de los proyectos entre la Corporación para el Desarrollo Industrial de la Biotecnología y Producción Limpia (Corpodib), la Universidad Nacional de Colombia, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y la empresa Sistema Integrado de Transporte, con el fin de darle valor agregado a estos aceites comestibles a través de la obtención de un diésel vegetal que reduciría el uso de Acpm, y puede ser utilizado por el sistema de transporte masivo de Bogotá. El desarrollo experimental fue realizado en el Laboratorio de Ingeniería Química de la Nacional por los estudiantes de pregrado Óscar Mateus y Leonardo Quiñones bajo la coordinación del profesor Hugo Galindo, quienes aportaron el conocimiento
que en el área de la oleoquímica tiene el alma máter. Precisamente desde el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Nacional se están produciendo resultados en torno al estudio de aceites vegetales con proyecciones comerciales como la canola, la soya o el aceite de palma, este último considerado el más importante, pues Colombia es el quinto productor mundial después de Malasia, Indonesia, Nigeria y Tailandia y su cultivo posee el 94% de la producción nacional agrícola en el sector de oleaginosas en el país. “La industria está apostándole a la búsqueda de otras aplicaciones para los aceites y las grasas, pues así se permitirá darles mayor valor agregado, mejorar la balanza comercial y ser más competitivos en la comercialización de óleos”, anota Ricardo Buenaventura, gerente de la División de Aceites y Grasas del Ingenio Manuelita, grupo empresarial que ha entrado a formar parte de la producción de aceite de palma en Colombia. Pese al interés, la investigación de propiedades de los aceites vegetales nacionales para la industria aún es incipiente y apenas empiezan a conocerse algunos avances
Reactor diseñado en los laboratorios de Ingeniería Química para el uso en la industria de jabones y detergentes.
Tecnología
Reacción continua Un reactor químico diseñado y construido en el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Nacional, con el objetivo de transformar el aceite de palma en derivados oleoquímicos (ésteres metílicos) que sirvan como materia prima para la fabricación de detergentes y jabones, es otro de los proyectos que se adelantan en el alma máter. Los reactores, instalaciones diseñadas para que en su interior se produzcan transformaciones químicas o biológicas, son utilizados en procesos industriales farmacéuticos, petroquímicos o poliméricos convencionalmente, pero el profesor Paulo César Narváez con su trabajo de tesis doctoral, busca darle un uso innovador a este aparato empleado en el tratamiento de gasolinas y queroseno. Las mezclas de aceites y alcohol que se generan durante el procedimiento normal son uno de los problemas más serios que se presentan, pues los fabricantes de detergentes y jabones deben realizar procedimientos largos y costosos para separarlas. “Lo que nos proponemos es aprovechar las ventajas del aparato, operando en una condición tal que minimice la velocidad a la cual fluyen los compuestos, reduzca los problemas de separación y facilite el contacto entre ellas”, explica el ingeniero químico. Además de evaluar el funcionamiento del reactor, los ésteres obtenidos se prueban para determinar su composición y propiedades físicas y químicas, características atractivas para la industria, ya que podrán además de emplear materia prima nacional, utilizar una máquina que les permitirá, en dos años, realizar procesos continuos.
como la aplicación de aceites comestibles usados para la obtención de biodiésel, estudio que fue presentado durante el primer Seminario Internacional de Biocombustibles realizado por la Universidad Nacional de Colombia recientemente. Combinación efectiva El primer paso del proyecto, liderado por el ingeniero Galindo, fue la caracterización y el análisis de los aceites suministrados por Corpodib para su posible modificación y tratamiento en la elaboración de diésel vegetal. Uno de los principales problemas que enfrentaron los investigadores fue justamente la alta variabilidad de los aceites, ya que sus características cambiaban entre lote y lote sin importar si habían sido utilizados para freír carne de res o de pollo. Esta situación los obligó a establecer parámetros de análisis basados en tres puntos claves: contenido de residuos sólidos, coloración y nivel de ácidos grasos. Una vez tratado, al aceite se le adicionó metanol, por ser un recurso renovable que puede obtenerse por la fermentación de biomasa. Con el alcohol y el aceite, hallaron los porcentajes de mezcla ideales y realizaron estudios sobre el tipo de catalizador más eficiente y veloz que debían utilizar. Tan pronto como fue agregado este elemento obtuvieron el biodiésel. Para los ensayos de esta etapa, Corpodib contactó al Sena, que facilitó un dina-
mómetro que somete al aceite a exigencias similares a las que soportaría un bus en su ruta normal, tras ponerlo a andar sobre rodillos, midiendo la potencia y las emisiones que genera. Durante las pruebas fueron usadas mezclas de biodiésel con diésel al 10%, 20% y 30% y B 100, es decir biodiesel al 100%, “con esta última obtuvimos un aumento en la potencia del automotor hasta del 16%”, aclaran Quiñones y Mateus. Ante los resultados positivos y mientras en Usme finaliza la construcción de la planta piloto de biodiésel que está funcionando desde agosto de 2003, Corpodib inició con la Cámara de Comercio de Bogotá una encuesta entre las cadenas de restaurantes más grandes del país para analizar la demanda de los aceites comestibles usados, su destino y el potencial económico que tienen como materia prima. Por su parte Mauricio Sierra, director del proyecto en la Corporación, advierte que para reducir los costos de producción del biodiésel es necesario no solo crear más convenios con instituciones interesadas en apostarle a la investigación de combustibles económicos y ambientalmente sanos, sino con otras empresas, ya que es importante diseñar un esquema de recolección para estos aceites que minimice los costos de compra y transporte, desde los puntos recolectores hasta la planta de producción del diésel vegetal.
Casi era media noche cuando don Eulogio tuvo que salir despavorido del rancho con su mujer y sus cuatro hijos ante la arremetida “chulavita”. El destierro violento sólo le permitió llevar consigo una peinilla “para defender a su familia de la muerte ”, y la pena de abandonar “por culpa de otros” su tierra llanera. En medio de idas y vueltas, y de buscar oportunidades, siempre negadas, llegó a Santa Ana, un lugar no menos cercado por la violencia, pero que resguarda un legado arqueológico, por muchos años inédito, sobre el cual él y los demás pobladores intentan hoy reconstruir identidad. El arribo del campesino a la recóndita vereda ubicada en el municipio Colombia, al norte del Huila, coincidió con el de otros que huían del mismo mal, pero también con acontecimientos históricos: la región de Sumapaz fue declarada república independiente durante un debate en el Senado de la República; se consolidó en la zona el frente primero de las Farc como uno de los más fuertes del país; y hubo gran afluencia de guaqueros improvisados quienes, ante el hallazgo de vestigios de una sociedad presuntamente precolombina, comenzaron a traficar con las piezas. Mientras don Eulogio se las arreglaba para subsistir vendiendo cachivaches, la amapola florecía en la región con aparente prosperidad. A la par de la planta, brotaba “billete pulpo” seguido por la ambición de forasteros, “quienes vinieron a sembrar muerte y desolación”, recuerda este tendero. El auge de cultivos ilícitos no tardó en provocar la reacción estatal de fumigar “a diestra y siniestra”. La bonanza terminó y los pobladores quedaron peor que al comienzo, sin tierra fértil, y señalados como “guerrilleros y amapoleros”, aun cuando quienes engrosaron las filas insurgentes fueron los foráneos, persuadidos por la fortuna. Sumergidos en la pobreza, los campesinos reavivaron la ilusión cuando su territorio fue incluido dentro de la zona de amortiguación del Páramo de Sumapaz. “Ahora sí podremos construir carreteras, acueducto y hasta una escuela”, planearon antes de advertir que se trataba solo de “un paso en falso al desarrollo”. Lejos de frustrarse recordaron los tiestos y las estatuas que por años habían trancado la puerta o servían de candelabro, para buscarle valor cultural. Con dichas piezas y otras atesora-
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Reliquias para exorcizar el conflicto En medio de la pobreza y los avatares del conflicto armado, una vereda apartada en la región de Sumapaz le apuesta a la cultura para hacerse visible. Vestigios aborígenes encontrados en sus alrededores erigen una galería arqueológica, quimera de los pobladores de Santa Ana para convertirse en un “San Agustín chiquito”. das por la cordillera en sus entrañas, los pobladores vislumbraron un gran museo en Santa Ana como un “San Agustín chiquito” motor de progreso (fomento de turismo) en medio de la guerra, según se lo hicieron saber a un grupo de antropólogos de la Universidad Nacional, comisionados por la propia comunidad para adelantar investigaciones en la zona. Piezas claves ¿Patrimonio, identidad o desarrollo cultural? Cualquiera fuese la intención, el objetivo de los antropólogos partió de descifrar ese repentino interés de la comunidad hacia la cultura, pero interpretando sus “obvias necesidades”. “Por medio de talleres didácticos dejaron en claro que por esta vía difícilmente darían solución a todas sus demandas”, comenta la investigadora Ángela Osorio; a cambio “les mostramos la posibilidad de recomponer problemas como el identitario y el social, igualmente importantes en la resolución de conflictos, no solo armados sino los que se generan entre las comunidades, sean indígenas, campesinos o colonos, cuando sus intereses y territorios se ven enfrentados”. “Antes de ensillar la bestia”, como reza el refrán, los antropólogos hicieron un reconocimiento arqueológico, sin precedentes en la zona. Excavaciones en las veredas San Rafael, San Emilio, La Florida, Palacio, Buenos Aires y Nueva Granada, al nororiente de Santa Ana, permitieron establecer que, posiblemente, hacia los siglos XVI o XVII existió allí un grupo humano tardío, posterior a la época de La Conquista, cuya característica fue la de una sociedad con muestras claras de diferenciación social. Tal lectura fue posible gracias al hallazgo de 1.929 fragmentos, entre ellos material lítico y cerámico de uso doméstico como platos, copas, ollas sin cuello y con
Fotografías de Gilberto Roncancio.
Nelly Mendivelso R., Unimedios
agarraderas, algunas con decoraciones antropomorfas o de animales como lagartos y serpientes. También se halló abundante estatuaria –con tallas burdas pero perceptibles– en las que se evidencian individuos con ojos y brazos únicamente, o con pintura facial, tocados, collares y narigueras. En el reconocimiento arqueológico hubo figuras que representan deformación craneal y aparecieron monumentos en piedra asociados a tumbas, “lo cual refuerza nuestra hipótesis”, explica el antropólogo Gilberto Roncancio. La otra cara de Santa Ana El producto de este trabajo científico adelantado por los profesionales de la Universidad Nacional se convirtió en un museo arqueológico que exhibe, en tres salas, 180 piezas –las más representativas de la exploración, y aquellas desempolvadas de la trastienda– ubicado en la que hace 30 años fuera la inspección de policía de Santa Ana. Sitio surcado hoy por un pequeño parque arqueológico que convida al recién llegado, pero, también a los lugareños, testigos mudos de aquella historia de locura en la cual un policía, luego de matar a sus compañeros, se suicidó. “Así desapareció el cuerpo de policía, y pese a esfuerzos del municipio por restaurarlo, el reemplazo nunca llegó”. Santa Ana está oculta en la geografía colombiana, pero aun así no deja de ser legendaria. Sobre la existencia de un legado cultural se enteraron primero guaqueros improvisados y varios investigadores de la Universidad de Indiana encabezados por Thomas Myers quien, entre 1970 y 1972, adelantó trabajos en la zona, avalados por la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales (Fian), de Colombia. Según confirmaron los antropólogos de la Nacional, después de adelantar conversaciones con la universidad norteamericana, “de la investigación del arqueólogo no se conocen sino dos artículos breves publi-
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cados en la Revista colombiana de Antropología, pues el propio Myers argumentó problemas de orden público que le impidieron continuar”. Los campesinos, por su parte, no avalan tal excusa; “el gringo y otra investigadora se instalaron en una casa cercana a la vereda desde donde nos acosaban para que les lleváramos todas las cositas (piezas arqueológicas) que niños y adultos encontrábamos. En cambio nos pagaban, incluso con dólares”, menciona un viejo, sin olvidar: “a veces hallábamos ranitas de oro, pero él decía que eso tan ordinario no podía ser. Se las llevó a los Estados Unidos para estudiarlas en un laboratorio y nunca regresó. Así nos tumbó”. Los antropólogos de la Universidad Nacional también intentaron ubicar los 50 sitios arqueológicos descubiertos por Myers, según reseña la literatura, pero “no hallamos ninguno, pues las características y la toponimia de los lugares registrados no coinciden con la realidad”, aclara Ángela Osorio. Guaquería indiscriminada y un periodo de apatía frente a los arqueólogos fueron las consecuencias de semejante antecedente. Que los pobladores volvieran a creer en investigadores implicó hacer talleres comunitarios para enseñarles el sentido general de la cultura y congregarlos frente a la idea del museo comunitario. Una iniciativa retomada de experiencias culturales desarrolladas en México y Guatemala, que cobró vida, al igual que lo harán seis museos veredales, también portadores de información sobre ocupaciones humanas del pasado. Con la puesta en marcha de los museos se impulsará la zona como sitio de importancia arqueológica y, “como caso pionero en el país, de una comunidad reunida en torno a su historia y al valor de su patrimonio cultural”, concluye Catherin Mejía, otra de las antropólogas del proyecto. Que llegue a ser un “San Agustín chiquito” será cuestión del azar. Lo cierto es que la estigmatizada vereda de Santa Ana hoy tiene otra cara para mostrar: la cultura.
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Universidad
Dos hombres ejemplares eran Eugenio Sánchez y Argemiro Henao. Durante el tiempo de su detención en la Cárcel de Manizales, Eugenio nunca intentó fugarse ni participó en planes de evasión; incluso su conducta era calificada como clase “A” o de “Mérito”. Por su parte, Argemiro, que había estado en la Cárcel del Distrito Judicial de Pereira y en la Penitenciaría Nacional de Palmira, demostró estar rehabilitado y listo para reintegrarse a la sociedad al punto que obtuvo, en varias oportunidades, permisos hasta de un mes para trasladarse a Pereira y Palmira con el fin de atender a su esposa enferma. Hay que resaltar que siempre regresó a su lugar de reclusión en los plazos establecidos. Paradójicamente, como premio a sus intachables conductas, ambos fueron trasladados a la Isla Prisión Gorgona justo antes de alcanzar la libertad. Aquel era, supuestamente, el lugar de reclusión de los sujetos más peligrosos y violentos del país. Contradicciones como ésta ponen en duda la modernización del sistema carcelario colombiano, puesta en marcha durante la década del 60. Nuestra versión de Alcatraz (Estados Unidos) o de la isla Robben (Sudáfrica) tiene la fama de haber albergado a los criminales más peligrosos del país, pero ¿fue lo que se propuso ser?, ¿quiénes eran en realidad los prisioneros de esta isla prisión?, “¿las bestias feroces, los criminales salvajes, los entes vesánicos a quienes se les encerraría en una isla para alejarlos de la sociedad colombiana víctima de sus atrocidades?”. Esto fue lo que se preguntó en su tesis de grado, “Encerrados y aislados en la isla de ‘los violentos’: la isla prisión de Gorgona, 1959-1975”, Néstor Raúl López Vanegas, historiador de la Universidad Nacional. Averiguarlo le implicó internarse en el archivo central del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) durante un año para demostrar que este tipo de registros, poco examinados desde su disciplina, posibilitan la comprensión de un momento histórico definido, en este caso la época de La Violencia, además de la segregación de ciertos grupos humanos. La impunidad del pacto Tras la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla se firmó el Frente Nacional, que supuestamente atajaría la violencia política, aunque ésta tenía raíces en problemas sociales de diverso tipo, que se desconocieron. Pero ante la necesidad de demostrar el éxito del pacto entre liberales y conservadores, el gobierno mostró la creciente violencia como simple bandolerismo y desde ese momento, el objetivo fue acabar con cualquiera de sus brotes. Según las pesquisas de Néstor, realmente el bandolerismo no fue el único motivo del aumento de la criminalidad.
Fotografía de Archivo.
Equipo periodístico Unimedios
Detalle de la Isla Prisión Gorgona, hoy en ruinas. La fotografía fue tomada en 1989.
La isla “maldita”
La peligrosidad de los internos de una de las prisiones más famosas y temidas en Colombia, la Isla Prisión de Gorgona, fue puesta en duda por una investigación histórica, que la muestra como otro de los sofismas del pacto del Frente Nacional para legitimarse. Las instituciones encargadas de impartir justicia eran inoperantes, lo que tenía su razón de ser en “la lentitud y negligencia de los funcionarios y en ocasiones su falta de preparación académica, la ausencia o la insuficiencia de pruebas debido a la misma impericia y el miedo a la denuncia por la intimidación de los criminales sobre los testigos”, explica Néstor. Las cifras son reveladoras: de 600.000 delitos cometidos entre 1954 y 1959, solo 5.309 personas
El contenido editorial de diarios como El País incentivó la satanización de “los violentos”.
fueron condenadas. Más de 300.000 casos quedaron sin definición por parte de los jueces, y más de la mitad de los crímenes cometidos en 1960 no fueron juzgados. Las élites que hicieron parte del Frente Nacional tuvieron entonces que inventar una serie de medidas para legitimarse. Hacer creer que imperaba un ambiente de resocialización llevó a satanizar a los “violentos”, e incluso se llegó a discutir la pena de muerte, pero surgió una idea mejor. “Gorgona es un real motivo de intimidación, mucho más eficaz que la pena capital”, aseguró en su momento Jorge Enrique Gutiérrez Anzola, un renombrado jurista de la época. A través del Decreto 0012 de 1959 se creó la Isla Prisión de Gorgona, producto, de acuerdo con el historiador, del “peligrosismo”, un concepto jurídico según el cual se vulneran los derechos fundamentales; “eliminaba cualquier posibilidad de rehabilitación pues disfrazaba la represión con prevención”. Entre algunas de las disposiciones se encontraba la posible detención por parte de las autoridades militares y de policía a personas “que se encuentren en ‘evidente’ estado antisocial”, criterio que se prestó para todo tipo de interpretaciones subjetivas.
Prisión de campesinos La prensa de la época se encargó de difundir la idea que aquella prisión era la isla de los malditos, habitada por una especie de raza aparte dedicada a azotar a la sociedad, estereotipo que hasta hoy se mantiene. Aunque había personajes muy peligrosos, hubo sus matices. Según la investigación de Néstor un alto porcentaje de los reclusos entre 1959 y 1975, en el momento de cometer su delito eran agricultores, pescadores, carniceros, albañiles, sastres, vigilantes, zapateros, mecánicos, comerciantes. Él revisó 300 casos, en los que encontró que en muchas ocasiones fue el alcohol el agente que sirvió como catalizador de los impulsos agresivos; “aunque no pretendo afirmar que fue el motivo principal, es innegable su papel protagónico en el ambiente de la violencia”. La desorganización del sistema carcelario sirvió para que se cometieran violaciones a los derechos de los procesados. A Gorgona debían llegar los prisioneros a cumplir condena, pero Néstor encontró que en varias oportunidades, llegaron personas sin ser condenadas, pues en aquella época un proceso penal podía durar unos 10 años. Néstor clasificó los 300 casos en tres grupos. En el primero (los condenados antes de 1960) recibieron condena por delitos de sangre, el 47% por homicidio y el 21% por asesinato. En el segundo (1960 a 1964), por delitos aún más graves, como el homicidio múltiple, lo que los convierte en los más peligrosos de los tres grupos analizados. El último (1965 a 1975), presenta una variable interesante; aunque hubo homicidas y asesinos, el 11% no corresponde a los delitos establecidos por la ley para ser castigados en la isla, como secuestro, robo y extorsión. Esto quiere decir que a partir de 1965 se empezó un proceso de mezcla de criminales, lo que es indicativo “del progresivo alejamiento de las prácticas con respecto a los objetivos iniciales de su fundación”. Empezaron a llegar, por ejemplo, condenados con penas menos severas; lo que es explicable porque al final la isla sirvió para descongestionar las hacinadas prisiones continentales. Por ello, Gorgona no solo sirvió para albergar, en una época, a delincuentes peligrosos, sino que fue útil “para aliviar otro tipo de deficiencias del sistema carcelario”. Lo que lleva a poner en duda la famosa peligrosidad de sus reclusos. Un ejemplo de ello es un recluso esquizofrénico que ha debido estar en una clínica de reposo, en vez de fallecer por falta de atención en la isla de los “violentos”.
Paula Andrea Grisales Naranjo, Unimedios
Remate de ventana en tímpano de medio punto con decoración de figuras mitológicas.
Entre la multitud de casitas grises y apiñadas emerge la silueta sin la cual Manizales no sería la misma. El perfil que identifica esta ciudad lo da una enorme e imponente mole de concreto de la que sobresalen cinco esbeltas agujas apuntando hacia el cielo, y la más alta culmina en una cruz que parece vigilar el comportamiento cristiano de todas sus almas. La magnitud de esta edificación es reflejo de que la construcción de la casa de Dios, desde la fundación de la ciudad, ha sido una de las preocupaciones de sus habitantes.
Este es uno de los 180 afiches diseñados para dar a conocer los resultados de la investigación.
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Friso que exhibe figuras míticas; abajo, detalle de celosía en madera calada.
Detalle de cielo raso en lámina metálica troquelada a manera de rosetón.
de Manizales: centro histórico”. El trabajo fue realizado por el profesor Hernán Giraldo de la Facultad de Arquitectura de esa sede, y obtuvo la primera mención de honor en la categoría de Teoría, Historia y Crítica en la XIX versión de la Bienal Colombiana de Arquitectura, este año. A lo largo de 20 años, Giraldo, coordinador del Grupo de Trabajo Académico de Patrimonio Urbanístico y Arquitectónico, recopiló información para documentar la historia del centro de la Manizales de mediados del siglo XIX y principios del XX, cuya arquitectura republicana sobresale por sus calidades y dimensiones, 24 manzanas, lo que convierte este lugar en un escenario único en América Latina.
Crónicas, fotografías, dibujos y grabados, algunos de hace más de 100 años, sirvieron como punto de referencia para reconstruir, a manera de continuums urbanos o dibujos, las fachadas completas y por cada cuadra de las edificaciones que sobreviven y de aquellas que, tras el paso de los años, desaparecieron de su lugar o que se conservan parcialmente. Este minucioso memorial, desarrollado gráficamente por el diseñador visual Ricardo Castro Ramos, restituyó o simuló cada uno de los cuatro frentes de las 24 manzanas que componen el centro histórico de Manizales. Para lograr que la investigación, recopilada en cuatro tomos de un tiraje muy pequeño, no estuviera restringida al ámbito académico, se realizaron 180 afiches que han sido expuestos en varias ciudades. También se diseñó una versión resumida, a manera de cuadernillo, publicada por la Dirección de Investigaciones de la sede Manizales (Dima) de la Universidad Nacional, que contiene cuatro discos compactos interactivos. Esto la ha convertido en un valioso documento a partir del cual los colombianos pueden conocer mejor la muestra de arquitectura republicana más amplia condensada en un solo lugar. Así mismo, los manizaleños tienen en él acceso a la formación y evolución de aquel universo republicano. En vista de su importancia, está siendo publicado en separatas coleccionables por el periódico local La Patria con el objetivo de que cada familia la tenga y la consulte.
Fotografía Archivo Memorial de Arquitectura Republicana.
Y pese a que la primera piedra de cada una de las iglesias fuera bendita, inexorablemente cada una de ellas terminó destruida: la primera la tumbaron para reemplazarla por otra mejor; la que le siguió fue derribada por un temblor; y la tercera fue devorada por un incendio. Pareciera que las plegarias de una población aparentemente tan devota no ha librado a sus construcciones de un manto trágico. La catedral, que aún se mantiene con serias averías por el terremoto de 1999 que destruyó a Armenia, es el último escalón de una historia de cambios obligados que vivió la ciudad entre 1848 y 1950 y que fueron registrados de manera detallada por el “Memorial de la arquitectura republicana
Fotografía de Jorge Esguerra.
Ecléctica ciudad de Dios Fotografía de Jorge Esguerra.
Un memorial de arquitectura permite conocer, con detalle escrupuloso, el centro histórico de Manizales, una ciudad que a lo largo de 24 manzanas cuenta con la más extensa muestra de la arquitectura republicana del país.
Aspecto del vestíbulo rematado en marquesina de la Casa Estrada; el inmoviliario recrea la atmósfera de la época republicana.
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Manzana protagónica El ser provenientes de antioqueños tradicionales, trabajadores, católicos apostólicos y romanos, explica que lo primero que construyeron los manizalitas fue una plaza y una iglesia. El edificio religioso tiene un papel central no solo por su importancia en la cultura, sino por su rico transcurrir arquitectónico, al punto que la silueta de la actual catedral constituye su firma en el espacio. “No hay una ciudad que tenga una silueta tan fuerte como Manizales”, asegura Giraldo.
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http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/letra-m/monu/ gobierno.htm (19 de octubre de 2004).
Fotografía de Jorge Esguerra.
Bonanza arquitectónica En pleno corazón de Manizales, circundando la manzana de La Plaza –la número 98– , se asentaron las familias más influyentes, aquellas cuya prosperidad económica permitió a algunos de sus miembros viajar al exterior, educarse y traer a su ciudad influencias culturales. Nada mejor que la arquitectura para reflejar esta etapa de internacionalización. “El centro histórico representa la metrópolis con la que soñaban sus habitantes apoyados en la economía del café, que ya se exportaba”, comenta Giraldo. Cerca de esta manzana, ubicada en frente de la catedral, se encuentran los edificios más destacados de la ciudad, no solo por su belleza, sino por condensar lo más representativo de la arquitectura republicana o neoclasicista, caracterizada por la mezcla de diversos estilos, donde sobresale el dinamismo dado por su carácter ecléctico. Entre ellos se destacan los llamados palacios, como el de la Gobernación, el Arzobispal, el edificio Manuel Sánz, y viviendas como la del doctor Aquilino Villegas, la de los hijos de Liborio Gutiérrez, la de Alejandro Gutiérrez, la Casa Estrada, entre otros 130 inmuebles que conforman este conjunto urbano.
Ciudad
Aparte de la evidente influencia de los clásicos en la arquitectura, Manizales, que hizo parte del territorio habitado por los quimbayas, fue la cuna del Greco-quimbayismo, escuela literaria que introdujo innumerables referencias clásicas. Su exuberancia en la poesía está en correspondencia con “la rica decoración del espacio público dado a las fachadas de las viviendas y a los palacios con sus estatuas de mármol, cornisas, frontones de todas las geometrías, balaustres y rosetones que pueden admirarse en la calle La Esponsión (actual carrera 23) o en la calle Real o del Comercio (carrera 22)”, explica Giraldo. Detrás de la fachada Como detrás de cada edificio hay un hombre, “Artífices”, otro de los apartes centrales del Memorial de arquitectura de Manizales, expone los arquitectos, ingenieros, maestros oficiales y artesanos que en su momento hicieron posible la construcción de su hoy centro histórico. Entre los 20 nombres que componen esta lista se destacan el de la familia Carvajal, y el de Heliodoro Ochoa, quien aprendió de expertos como Mariano Santamaría, Charles Carré y de William Martín, los estilos europeos en boga que simbolizaban la arquitectura culta. “En su acción, Ochoa aportó la vasta experiencia adquirida por el conocimiento y el uso de materiales como el ladrillo y lo que siempre lo distinguió: ‘que trabajaba bellamente la madera’”, cuenta Giraldo.
Palacio de la Gobernación: se construyó entre 1925 y 1927 sobre las ruinas del anterior, destruido en el incendio de 1925. Fue diseñado por John Vawtar, arquitecto norteamericano de la firma Ullen & Co. (también diseñó el Hotel Europa, la Estación del Ferrocarril y el Palacio Episcopal). Este palacio se encuentra ubicado en el costado norte de la Plaza de la Libertad –hoy Plaza de Bolívar–. Es un edificio elegante que tiene forma de U, con sus extremos unidos a través de un bloque más bajo que, a su vez, está bordeado por un patio central grande. Tiene amplios corredores y decoración en alto relieve donde de dan cita elementos decorativos de diferentes estilos. “Merece especial mención la monumental escalera que, con un gran vacío central, sirve como vínculo vertical y permite una integración del exterior (la plaza) con el interior (el jardín)” 1. Hotel Europa o Palacio Sánz: “Sólo en él, como en una cápsula del tiempo, se podía alcanzar lo tan anhelado con respecto a los comportamientos sociales y culturales nuevos”, dice Giraldo de este hotel, muy europeo, pero con características muy locales dadas por los materiales. A su inauguración asistió el entonces presidente de la república, Miguel Abadía Méndez, para condecorar a su propietario, Manuel Sánz Montoya, como hombre cívico. Un ochavado rematado en un frontón circular interrumpido, contiene las estatuas de Minerva y Mercurio, de las que se dice estuvieron pintadas por mucho tiempo, “para descubrirse después que eran hechas en mármol de Carrara”.
Ventana del tercer piso de la fachada principal del Palacio de la Gobenación.
A partir de los múltiples desastres que azotaron para bien y para mal esta piadosa ciudad, se devela la tozudez de quienes no se dejaron amedrentar por tales catástrofes. Ellos, en cambio, legaron una ciudad reliquia donde el sincretismo dejó un vasto patrimonio arquitectónico, testigo de una época cosmopolita en la que sus pueblerinos habitantes impusieron en Manizales los estilos modernos sin haber llegado aún la modernidad.
Fotografías Archivo Memorial de Arquitectura Republicana.
ron elementos neoclásicos “con una fuerte dosis de interpretaciones y libertades muy propias del trópico andino. En esencia, el eclecticismo del eclecticismo”.
Fotografía de Jorge Esguerra.
Dada la importancia de la institución eclesial, la investigación dedica un apartado especial a la manzana 99, donde expone su transcurrir a lo largo del siglo, y resalta la historia del templo principal, impregnado de no pocos incidentes que afectaron también a todas las construcciones aledañas. Varios terremotos, entre ellos los de 1878 y 1884; tres incendios, el de 1922 que afectó ocho cuadras, el de 1925 que arrasó con 30 manzanas del centro, y el de 1926 que destruyó por completo la vieja catedral de madera, significaron un cambio radical en la arquitectura manizalita, pues dieron origen a una reconstrucción con materiales resistentes al fuego y a los temblores, a partir de los conocimientos vernáculos y foráneos. Giraldo destaca la conjugación de dos tipos de saberes: el académico de los arquitectos –por lo general extranjeros–; y el local, de los aprendices de obra, quienes conocían los materiales autóctonos que harían posible edificar en medio de la cordillera andina, las obras de estilo neoclásico europeo. Esta mixtura provocó propuestas tecnológicas muy particulares en las construcciones. “En la mayoría de los edificios se utilizó el bahareque (madera y guadua) mezclados con materiales ‘modernos’ como el cemento y el hierro”, explica Giraldo; de ahí que se hable del bahareque encementado como terminado final de las superficies y fachadas. También se recrea-
La Catedral, gigante de concreto: esta catedral, de estilo neogótico y hecha en ferroconcreto, es considerada uno de los edificios monumentales de la arquitectura nacional. Las múltiples interrupciones en su construcción terminaron por dar la idea a los propios de la ciudad, de que nunca se terminó. Esta sensación se ve incentivada por su exterior en cemento, el cual da la apariencia de que le hace falta la fachada.
David Roll*
En 1984, un profesor de la Universidad Nacional viajó a la República Popular China para estudiar su cultura y sintió que se sumergía en una especie de sueño de cuatro años de duración, al mismo tiempo monótono y abrumador, en el que todas las personas vestían los mismos trajes azules o verdes, se movían rutinariamente en los ritmos establecidos por el gobierno, y ahorraban la mayoría de sus ingresos por el sencillo hecho de no existir bienes de consumo en qué gastarlos. Si en 2004 ese profesor decidiera regresar a China, se sentiría inmerso en una alucinación de los sentidos tan extravagante como su primera experiencia. En primer lugar encontraría que ese Pekín sobrio y austero, plagado de bicicletas y peatones indistintos, de edificios grises y deslucidos, ha sido reemplazado por una pujante metrópoli, de construcciones modernas, calles atestadas de automóviles nuevos y de afanados consumidores de bienes y servicios, ninguno de ellos vistiendo nada parecido a un uniforme de ciudadano comunista.
Crónica 20
Mientras que Europa nunca pudo encontrar una fórmula para el conflicto, China descubrió una especie de capitalismo direccionado por el Partido Comunista.
Incluso la cerrada comunidad tibetana ha adoptado elementos de la modernidad.
Mayor seria el impacto si eligiera viajar a Shangai, pues se encontraría totalmente perdido al llegar al modernísimo aeropuerto y ser trasladado en un tren tan rápido como un avión a una ciudad en la cual hace diez años había 2.000 calles y que ahora tiene 5.000. Para evitar ser devorado por esta megametrópoli seguramente tendría que comprar el mapa de la ciudad, actualizado mes a mes para que por lo menos los taxistas sepan cómo desplazarse de un lugar a otro sin perderse. Escucharía además las historias inverosímiles pero reales de quienes han llevado alguna prenda a la lavandería, descubriendo una semana más tarde que ya no existían ni la tienda, ni el edificio donde estaba, ni la manzana, ni siquiera el barrio en su conjunto. Y es que en gran parte de China, pero sobre todo en Shangai, en Pekín y en las capitales de las provincias más importantes, todo está siendo barrido por las implacables compañías demoledoras, exentas de miramientos hacia el patrimonio histórico y mucho menos preocupadas por la destrucción de los hábitat culturales de los barrios tradicionales. Como los protagonistas de la famosa película china, El baño, que asumen la noticia del desalojo de todo un vecindario con resignación y sin rebeldía, los casi 1.300 millones de habitantes
de China, aceptan sin objeciones esta especie de “Revolución cultural a la inversa”, dirigida por ese Leviatán de leviatanes, por este “Matrix marxista capitalista”, que es el poderoso Partido Comunista Chino del siglo XXI. Lo cierto es que por lo menos en las ciudades, quienes se han beneficiado de los cambios no parecen inconformes. Pueden verse mujeres vistiendo pijamas
en la vía pública por la noche, por el gusto de exhibir una prenda antes ausente de las costumbres chinas, o personas comprando alimentos por montones para un viaje de pocas horas, luego de lo cual los dejan abandonados, y si se les pregunta por qué lo hacen, contestan que les causa placer comprar. En lo referente a la política y a la economía, todo parece indicar que los chinos nuevamente se han adelantado a Occidente en las invenciones. Mientras que Europa nunca pudo encontrar una fórmula para el conflicto ideológico entre democracia capitalista y socialismo centralizado, China descubrió la cuadratura del círculo: una especie de capitalismo direccionado por el Partido Comunista, sin la incomodidad de la democracia ni la prohibición de la iniciativa privada del comunismo centralista. Este capitalismo comunista es posible gracias a que la cultura china es ante todo confuciana, pues esta filosofía del siglo V a. de C., que fue variando a través de los siglos, pero que en general impuso junto con el Taoísmo el valor de la obediencia a la autoridad, sirvió tanto para mantener el imperio por más de dos milenios como para reemplazarlo por un régimen comunista férreo a mediados del siglo XX. Del mismo modo, en las últimas dos décadas ha sido el instrumento ideal para poner al país en camino de convertirse en la principal potencia económica mundial del comienzo del nuevo milenio. Lo anterior ha sido posible porque el Partido Comunista Chino no se dedica a permitir tímidamente la inversión extranjera y las actividades capitalistas al estilo temeroso de Cuba, sino que las fomenta sin ambages, como ningún otro país en el mundo actual lo hace, y sin “trabas” de tipo ecológico, laboral o de derechos humanos. Es así como consumen una tercera parte del acero y del cemento del mundo, convirtieron a 200 millones de campesinos en habitantes urbanos y potenciales
Fotografía de David Roll.
China: del Leviatán al Matrix
Fotografías de David Roll.
Censura política, barrio tradicional y austeridad parecen haber sido expresiones reemplazadas por control perfecto, modernidad y consumismo en el nuevo vocabulario chino, que en menos de 10 años ha ajustado no solo sus acepciones sino su historia. Más allá de las palabras, David Roll, viajero calificado y politólogo, escribe una crónica para UN Periódico, en donde, más que cifras económicas, dibuja las drásticas transformaciones culturales del “gigante dormido”.
La vieja ciudad de Chéngdü en cuestión de dos años fue reemplazada por una metrópoli.
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obreros en menos de veinte años, tienen siete de las diez ciudades más contaminadas del planeta y durante toda la década del 90 su PIB creció a un asombroso ritmo de casi 10%. A tal punto uno se pierde en ese maremágnum de datos y datos sobre la China que crece, reproducidos por los medios de comunicación casi a diario, que olvidan el singular hecho de que por primera vez en la historia de la humanidad un número tan grande de personas está cambiando radicalmente su estilo de vida en un lapso de tiempo tan corto. Es difícil percibir ese cambio a través de cifras, o incluso de documentales. Por ello cuando en 2004 otro profesor de la Universidad Nacional, interesado en los aspectos políticos y sociológicos de la nueva China, viajó a este país, encontró una realidad completamente diferente de lo que su colega había conocido 20 años atrás. En el Pekín actual le costó encontrar un barrio tradicional o Hútòng, y cuando acudió al más famoso, le ofrecieron un tour guiado en inglés para conocer la casa donde vivieron algunos de los revolucionarios, montado en un colorido triciclo de tracción humana. Luego se sumergió en el paraíso consumista de la capital comunista, para regatear por curiosidad un cuadro de Mao con marco bañado en oro, que no logró hacer bajar de 500 dólares, resignándose con un reloj de 10 dólares en el que el mismo personaje muestra con un brazo los minutos y con el otro las horas. En Hong Kong, ahora territorio chino de nuevo, encontró todos los libros que hablan en contra del régimen comunista
Fotografía de David Roll.
Crónica
A pesar del acelerado consumismo, en China se conserva el uso de la bicicleta.
chino, lo cual le pareció un avance, teniendo en cuenta que, según su colega, 20 años atrás hasta el famoso I Ching (libro filosófico y de adivinación taoísta) estaba prohibido. Pero no pudo encontrar en ninguna tienda del país un ejemplar de Shangai Baby, novela de un erotismo pretendidamente fuerte, pero en el fondo muy ingenuo, cuyas 40 mil copias fueron recogidas años atrás por el régimen y quemadas en hoguera pública, tras lo cual se vendieron dos millones de una edición clandestina, que terminó traduciéndose a 10 idiomas. Después de ver tantos cafés Internet, y de escuchar un discurso del Ministro de Salud en la televisión donde aseguraba, cual cardenal latinoamericano, que la lucha contra el sida era una cuestión no tanto de profilaxis y preservativos, sino de actitudes hacia el sexo y la promiscuidad; este politólogo pensó que la censura política tal vez se había relajado con la aceptación del capitalismo. Quiso hacer la prueba con una revista de Newsweek que llevaba consigo, en la cual hablaban del aniversario de
la masacre de Tiananmen, pero cuando les mostró las imágenes a unos estudiantes de lenguas que paseaban por la misma plaza de los sucesos, éstos se negaron a creer que 400 civiles, muchos de ellos estudiantes, habían muerto en su propia ciudad, sin que nadie les hubiera hablado nunca de ello. A diferencia de los compañeros de estudio del profesor que conoció China en los años ochenta, los cuales vivían incomunicados con el mundo exterior, todos los estudiantes que en 2004 encontró este nuevo visitante tenían dirección de email. Cuando el politólogo, a su regreso, se comunicó con algunos de ellos por esta vía decidió no mencionar temas políticos, previendo que fuera cierto el rumor de la existencia de 300 mil policías revisando permanentemente los correos electrónicos y las visitas a Internet. Además descubrió que las palabras democracia, elecciones o partidos prácticamente no eran utilizadas por quienes sabían lenguas extranjeras, por desconocimiento o por temor, y que
en muy pocas ocasiones era posible establecer un diálogo sobre estos temas. Pero el lugar donde encontró más las huellas de ese control perfecto, el que no se ve, fue en el Tíbet, donde los monjes, aunque se atreven a hablar de política y le exigen al visitante mencionar a su regreso el genocidio del que son víctimas, están siempre pendientes de unas alarmas sutiles que anuncian la llegada de la policía, de modo que tengan tiempo de esconder los prohibidos retratos del Dalái-Lama. Allí también notó que convivían la modernidad y el control político, y por eso no le extrañó que aunque les está prohibido aprender inglés a los monjes, en medio de una ceremonia religiosa en un monasterio pobre, haya sonado un teléfono celular y un monje se hubiera apresurado a retirarse del círculo de celebrantes para contestar la llamada, en inglés con acento tibetano. Muchas personas creen conocer lo que en ese país está sucediendo por haber visto los preparativos de China como sede para los próximos juegos olímpicos o por leer unas cifras o por seguir los documentales turísticos de Discovery Travel. Pero lo cierto es que sobre ese siempre misterioso lugar que nuevamente será el “centro del mundo”, como se autodenominaban en la antigüedad, lo que tenemos es una serie de imágenes propias y ajenas, una avalancha de datos económicos, y sobre todo un gran interrogante: ¿hasta qué punto lograrán mantener la estabilidad política en una sociedad transformándose tan vertiginosamente? * Profesor Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.
La fotografía de prensa usos y abusos de poder Christian Delgado Bejarano* Alexandra Fierro Morales**
Estamos acostumbrados a pensar la imagen fotográfica como espejo de la realidad, casi como la realidad misma. Pero debimos tener un aprendizaje dado desde la cultura para pensarla de ese modo. Es innegable que toda fotografía necesita un referente real para existir, pero una vez éste queda impreso sobre el papel comienza a hacer parte del mundo de la representación. La representación es la construcción social que da significado a los objetos, los individuos y los grupos en el espacio social. Dar significado es ubicar al sujeto en términos de identidad, valor, prestigio, status, género, etcétera. Cuando una persona aparece en un relato, es representada por el modo en que el autor piensa su mundo social. La prensa es uno de esos relatos. El periódico, más allá del medio impreso para leer a diario, es un artefacto constructor de sentido. Este se divide en secciones con las que el lector ordena el mundo en que vive. Desde la primera página, pasando por el editorial, los deportes o la economía, el sitio de la noticia define el lugar donde debe ser pensada. El periódico usa otras dos dimensiones para dar sentido a la noticia: su tratamiento a través del tiempo y su modo de configurarse en la página. El diario se construye a partir de la interacción entre la palabra escrita y la imagen fotográfica. La relación palabra-imagen se manifiesta en concreto en el campo social del medio de información. La fotografía de prensa es más que la imagen tomada por el fotógrafo; debe su existencia a cuatro momentos de su producción diferenciados por una división social del trabajo: la toma de la foto en campo, la selección y edición, la diagramación y la puesta del pie de foto. Como dijimos, la foto necesita un referente real para ser tomada y es función del fotógrafo ir a buscarlo. Sin embargo, no es él quien le da sentido a la foto. La posición
Un análisis de las fotografías del presidente de la república y paramilitares, publicadas durante un año por El Tiempo, muestra algunas representaciones de poder hegemónico en la sociedad colombiana. que ocupa frente al periodista, el editor y el director es inferior. Ellos usan la fotografía bajo sus criterios, derecho ganado por su posición en el campo social1. La palabra es el instrumento de poder para representar y dar a la foto el carácter de ícono o indicio. Cuando el pie de foto esta ahí para decirnos exactamente lo que estamos viendo en la fotografía, ésta se vuelve indicio de lo que nos cuenta el pie. Cuando, por el contrario, nos sugiere que la foto es una ilustración genérica de la situación referida en la noticia, la convierte en ícono. En este caso, la “iconización” suele usarse para la representación negativa de los agentes. Se puede ver una escala donde las fotos de los agentes considerados en su momento positivos van tomando forma de indicio. Si además tenemos en cuenta el factor tiempo y número, esta escala comienza a parecer una pirámide invertida, cuya punta pertenece a los sectores marginados de la sociedad. Agentes en foco Hicimos una observación sistemática de las fotos publicadas por El Tiempo entre marzo de 2003 y 2004. Enfatizamos en el primer cuerpo. Ahí están las noticias de interés nacional e internacional en política o los hechos que se consideran importantes en su momento. Encontramos la construcción de tres agentes: el presidente Álvaro Uribe Vélez, los grupos paramilitares y las guerrillas, en especial las Farc. Según la revista Semana, Álvaro Uribe fue el personaje más publicado por los medios
Invisibilizar las acciones de la guerrilla para mostrar un descenso de poder es una de las representaciones más frecuentes en la fotografía política.
en 2003. El Tiempo le dedicó el mayor número de primeras páginas con foto a color sobre la mitad superior. Casi todos los pies de foto correspondientes tanto en primera página como en su interior reiteran la imagen aun cuando ésta es de archivo. Las fotos del presidente son las más grandes entre la muestra y rara vez las acompañan fotografías de otros temas o personas. Por otro lado, se repiten poco las del presidente; cada una busca introducir una faceta nueva o desconocida. Lo que vemos aquí es que el uso de las fotografías del presidente nos distrae del contenido del texto, o en el mejor de los casos nos alivia del mismo a partir de la construcción de un personaje creado casi con las mismas reglas de creación que usa el libretista de una novela. Los pies de fotos son reiterativos: el presidente monta a caballo, va en bicicleta, nada, come, saluda. Pareciera que los textos de la noticia fueran la excusa para publicar sus fotos. El Tiempo le dedica al tema de los paramilitares páginas enteras o exclusivas. El uso de las fotografías ha dividido su representación en dos. Unas nos muestran el lado humano de estos grupos, con actitudes atribuidas a los combatientes que entregaron sus armas en Antioquia. Las fo-
DIRECTOR: Marco Palacios COORDINADORAS EDITORIALES: Ma. Claudia Rojas Ronderos - Zoraida Rueda COORDINADOR GRÁFICO: Leonardo Cuéllar CORRECTOR: Fernando Carretero P. DISEÑO E IMPRESIÓN: Impresiones Periódicas S.A.
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El uso de las fotografías del presidente nos distrae del contenido del texto, o nos alivia del mismo.
Medios tos son grandes y numerosas y sus pies de fotos reiterativos: juegan, estudian, dicen: “ya no necesito mi arma”. La otra representación obedece a su poder y organización militar. En las fotos se ven filas de hombres completamente armados y al mando de un comandante, en la mayoría de los casos Carlos Castaño, si bien su presencia como militar se había disminuido –antes de su repentina desaparición– para dar paso a un Castaño de civil. El poder militar de las Farc, en cambio, es representado por los efectos de sus ataques. Son dos modos de representar el mismo poder militar en dos grupos armados antagónicos: en las Auc, su poder potencial y organizado y en las Farc sus destrozos, que nos remiten al desorden, categoría cultural por excelencia para marginar algo o alguien del sistema social. La representación de las Farc se construye atendiendo a dos directrices. La primera es la invisibilización de sus acciones para mostrar un descenso de su poder. Un caso fue el de la bomba lanzada a un local en la “zona rosa” de Bogotá, que a pesar de su importancia no apareció en la primera página, pero fue incluida en el resumen de las noticias del año. Aunque las Farc son tema del día en Colombia, cada vez se publican menos fotos de este grupo. La segunda directriz se refiere a la sobredimensión de los golpes militares del ejército. El carácter icónico de la fotografía de prensa se utiliza más para representar a las Farc. Esto se hace en la selección y edición así como al poner el pie de foto. La persona fotografiada se convierte en referente para mostrar una imagen preconcebida del otro, en este caso el guerrillero. Los usos de la fotografía en prensa dan cuenta de las dinámicas de poder, no sólo del campo de producción de medios, sino del campo social en general. Cada vez más nos hablan de una sociedad mediada y gobernada por la imagen. Sin embargo, el poder de la imagen fotográfica está en la capacidad de velar la palabra como su directriz de representación. 1
Delgado y Fierro, 2004, “Representación y poder: el noticiero de televisión en Colombia”, en: Revista chilena de Antropología visual. *
Antropólogo, Universidad Nacional. Grupo Producción audiovisual y medios en la praxis latinoamericana. ** Socióloga, Universidad Nacional. Grupo Producción audiovisual y medios en la praxis latinoamericana.
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Sandra Gómez, Unimedios
Misiones de maestros de violín, viola, contrabajo, violonchelo, oboe, fagote, percusión, entre otros, hacen parte de la enseñanza musical itinerante de la CAF.
Las otras voces de Los Andes
Cerca de 500 niños y jóvenes músicos provenientes de los sectores más deprimidos de la región andina conmovieron con sus voces e instrumentos los espíritus de los asistentes al León de Greiff. Una alternativa de integración social. pañados por la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Medellín y la Obertura festiva de Shostakovich, por el Coro Juvenil Andino. Instrumentos para la vida El programa de la CAF de Acción Social por la Música creado en el año 2000 invierte en educación musical como herramienta de desarrollo humano y cultura ciudadana; en la actualidad cuenta con tres vertientes:
Fotografías de Guillermo Flórez P.
El escenario escogido para el concierto “Los Andes cantan” en su versión Colombia fue el Auditorio “León de Greiff”. Un verdadero festival de disciplina y talento amenizado por las voces de niños y jovenes menos favorecidos alrededor de los países andinos. Su origen está en los talleres Voces Andinas a Coro (VAC) desarrollados por la Corporación Andina de Fomento (CAF), que ya empezaron a materializar los resultados del programa de Acción Social por la Música. Un hermoso arreglo vocal del Himno Nacional de Colombia hecho por el maestro Amadeo Rojas inició el programa, compuesto por un repertorio regional andino a capella y otro con el acompañamiento orquestal para la Beatus Vir de Doménico Zipolli. Poco a poco fueron desfilando los directores corales y de orquesta para llevar al público en un viaje por la Vasija de barro y Ojos azules de Ecuador, Bullerengue de Colombia, Alma llanera de Venezuela. “Mi religión prohíbe hacer de mi casa una prisión... O no quiero cerrar los cuatro rincones de mi casa, no quiero poner paredes en mis ventanas... Pero no me gustaría que un solo indio olvidase o descuidase su lengua materna... Quiero al espíritu de todas las culturas alentando en ella con toda libertad”, un viaje espiritual y de integración en las voces del Coro Juvenil Andino, el Coro Principal de la Red de Escuela de Música de Medellín, inspirados en versos de Séneca y Gandhi. “... No he nacido para pertenecer a una sola comarca, mi patria es el mundo”, entonaban las voces que hablan de la filosofía de esta red musical. Por eso no era de extrañar que la segunda parte del concierto cambiara de ritmo, y de los sonidos andinos pasara a un repertorio universal. Veinticuatro agrupaciones corales interpretaron La misa de coronación de Mozart acom-
Fotografía de Nelson Nieto.
Cultura
El Conservatorio Andino Intinerante (CAI) realiza 3 talleres anuales de instrucción musical y práctico orquestal en la región.
la instrumental, con la orquesta CAF de juventudes andinas y el Conservatorio Andino Itinerante (CAI), que capacita nuevas generaciones en el ejercicio musical y forma docentes locales como agentes multiplicadores; la vocal, con los talleres VAC; y la artesanal, con el Taller Itinerante de Luthería, herramienta productiva para fabricación y reparación de instrumentos sinfónicos y populares. Además incorpora casi 5.000 intérpretes, consolidando procesos de capacitación entre docentes, jóvenes y niños, en interpretación instrumental, dirección de orquesta, canto coral y luthería. “El propósito principal del programa es fortalecer la cultura ciudadana a través de la música, como arte que exalta los valores más nobles del individuo e incide en la promoción y la solidaridad de vínculos familiares y comunitarios, así como en una mejor articulación del tejido social”, subraya Ana Mercedes Botero, directora de Desarrollo Cultural y Comunitario del programa. Comunas de los Andes Confundidos entre el público estaban los responsables de esta obra, pero con seguridad una de las asistentes más conmovidas era Carmen Barbosa, coordina-
dora de la Red de Cooperación Académica Interinstitucional para la Formación Musical de la Universidad Nacional, quien tenía que celebrar los resultados alcanzados porl el Conservatorio Itinerante de la CAF, único en el mundo que logró congregar a jóvenes y docentes de la ciudad. “Fue muy conmovedor ver a estos jóvenes con un instrumento en la mano después de imaginarlos corriendo por las calles de las comunas sin mayores posibilidades. Ahora la música se les ofrece como vehículo de integración social, como una opción de vida”. También, “la música evita que los niños se metan en la guerra, las armas o la droga”, corrobora Sandra Acevedo, una joven clarinetista que vive en las comunas de Medellín. Por eso la Universidad Nacional a través del Conservatorio de Música desarrolla acuerdos para hacer equipo con la CAF, que una vez formalizados ayudarán a promover relaciones de carácter cultural con actividades tendientes a fortalecer el conocimiento musical en los campos teóricos e instrumentales, que se reflejen en la conformación de agrupaciones orquestales y vocales. También, facilitar redes que articulen las diferentes instituciones musicales y entidades docentes de carácter público y privado, con el fin de contribuir con el movimiento orquestal juvenil, como un instrumento de integración social. Música, disciplina, trabajo, cooperación, equipo, solidaridad y liderazgo resumen el Festival “Los Andes cantan”. Durante más de dos horas, el pasado 14 de octubre, el público no solo lo disfrutó sino que, como un acto reflejo, lo despidió con un aguacero de aplausos, en reconocimiento a la iniciativa de desarrollo humano y, por supuesto, de talento. La misma, que busca rescatar de un destino incierto las nuevas generaciones de América Latina.
La red de escuelas y bandas de Medellín, coordinada por la Fundación Amadeus ha sido la principal beneficiada de los talleres del CAI en Colombia.
Del pacifismo a las soluciones
Solidariamente, sus compañeros de la UN, recibieron a los marchantes de la UIS.
Mayores inversiones en ciencia y tecnología piden los rectores de la Red de Megauniversidades Públicas de América Latina y el Caribe. El presente comunicado se entregará a las autoridades que concurran a la XIV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se realizará del 14 al 22 de noviembre en esta ciudad. Los rectores de la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y el Caribe, reunidos en la Segunda Asamblea General, en la ciudad de San José, Costa Rica, han resuelto hacer públicos los siguientes acuerdos: 1. Solidarizarse con el Consejo Nacional de Rectores de las universidades costarricenses en su defensa de la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto al estado de derecho, en razón del compromiso ineludible de la universidades públicas con los principios éticos universalmente aceptados que deben normar la vida de los individuos y las sociedades. 2. Reiterar nuestro llamado a los gobiernos de la región para que incrementen su inversión en educación superior, así como en ciencia y tecnología, áreas que sustancialmente se desarrollan en las universidades públicas y que constituyen un factor fundamental para mejorar la productividad y la calidad de vida de los habitantes con miras a lograr un desarrollo más pleno y equitativo. 3. Refrendar nuestra voluntad de avanzar conjuntamente en la construcción de un espacio común en educación superior en América Latina y el Caribe, sin exclusiones, que incorpore a nuestras etnias, a personas con capacidades diferentes, que propicie la movilidad y el diálogo entre nuestras comunidades y promueva el desarrollo sostenido de la región.
San José, Costa Rica, 9 de octubre de 2004. Firman los rectores de las universidades: Universidad Nacional Autónoma de México Universidad Central de Venezuela Universidad Nacional de Córdoba Universidad Nacional de La Plata Universidad de Costa Rica Universidad Nacional de Costa Rica Universidad de La Habana Universidad Central de Ecuador Universidad de El Salvador Universidad de San Carlos Guatemala Universidad de Guadalajara Universidad Autónoma de Sinaloa Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua Universidad Nacional de Asunción Universidad Autónoma de Santo Domingo Universidad de la República Y los representantes de las instituciones: Universidad de Santiago de Chile Universidad Nacional de Colombia Universidad Autónoma de Honduras Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Iiesalc-Unesco
Bogotá, D.C. • No. 65 • Octubre 24 de 2004 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: unperiodico_bog@unal.edu.co • ISSN 1657-0987
Impreso por: -IPSA- Impresiones Periódicas S.A.
Una semana de camino recorrido de forma tranquila por las carreteras del país, que no solo dejó a su paso ejemplo de pacifismo, sino sugerencias de solución al tema de la salud pública en Colombia, será ratificada en veinte días, cuando estudiantes, docentes y trabajadores del sector, den a conocer el proyecto que busca reformar la Constitución, para que se le otorgue a la salud el carácter de derecho fundamental. Luego de caminar más de 390 kilómetros, llegaron a Bogotá provenientes de Bucaramanga, cerca de 400 estudiantes de la Universidad Industrial de Santander (UIS), que protestaban por las condiciones que atraviesa la salud pública en el país. La marcha pacífica que emprendieron el 4 de octubre a las ocho de la mañana en el sitio La puerta del sol, en la entrada de su ciudad, no tuvo como obstáculo ni los cambios climáticos que se presentaron durante el recorrido, ni las largas jornadas de camino que vivieron los marchantes con el único propósito de defender, entre otras situaciones, los hospitales públicos del país, varios de los cuales ya han sido cerrados. Otros, están al borde del cierre definitivo como el Ramón González Valencia de Bucaramanga, al que se le adeuda por diversos motivos, cerca de $70 mil millones, “para lo que el propio Gobierno propone como salida despedir a 373 trabajadores, de los 735 que actualmente laboran”, narró Salvador Rincón Santos, representante al Consejo Superior de la UIS y vocero de los manifestantes. La causa de la marcha fue apoyada por aproximadamente cien estudiantes de la Universidad Nacional, sede Bogotá, quienes desde tempranas horas del 11 de octubre, prepararon víveres y medicamentos para recibir a sus compañeros, que a su paso por la capital, cumplían ocho días de protesta, y a los que se habían unido durante el trayecto 50 estudiantes más de la sede de la UIS en Barbosa (Santander) y 105 de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Tunja (Boyacá). En total, más de 600 manifestantes, que a pesar del cansancio y el agotamiento, llegaron caminando al centro del país. Igualmente, los estudiantes y las directi-
vas adaptaron la concha acústica como espacio dentro del campus de la Universidad Nacional para que pasaran la noche. “Los recibimos con gente de todas las facultades, algunos llegaron enfermos, con quemaduras de primer grado y con lesiones en extremidades inferiores, pero con el ánimo muy arriba”, contó Adriana Segura Vásquez, vocera de los estudiantes de la Nacional que participaron en la protesta. La transformación de la Ley 100 y más equidad en la salud pública, fueron puntos integrantes de la propuesta que presentaron los manifestantes al Gobierno Nacional, justo al día siguiente de haber llegado a la capital, cuando unidos, académicos, estudiantes y trabajadores de la salud hicieron parte de la Movilización Nacional del 12 de octubre. Con voces y carteles de protesta llegaron hasta la Plaza de Bolívar donde también convocaron a una actitud de alerta frente al Tratado de Libre Comercio. “Conseguimos fundamentalmente demostrar que las protestas pacíficas se pueden hacer y que éstas con un objetivo claro y responsabilidad social aportan otros consorcios y conceptos a la opinión pública nacional”, manifestó el decano de la Facultad de Medicina de la UN, Jaime Gallego Arbeláez, al asegurar además que se consiguió darle eco a las protestas de los estudiantes y evaluar lo que sucede con los hospitales universitarios. El académico puntualizó que acompaña a los estudiantes que hacen manifestaciones pacíficas y los apoya “en tanto que como universidad pensamos que es necesaria una profunda reforma en el tema de seguridad social en salud”.
Fotografías de Guillermo Flórez P.
Juliana Quintero, Unimedios
En defensa de la universidad pública, la ética y el desarrollo con equidad