U.N. Periódico No. 84

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Medios De la toma del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero

César Mauricio Velásquez O.

Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana y Presidente del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB).

Solo una semana separó la toma del Palacio de Justicia y la catástrofe de Armero. En ocho días todo cambió, desde el clima de opinión frente al presidente Belisario Betancur hasta la manera de informar de los medios de comunicación. Para la prensa todo era nuevo, trágico y rápido. Nadie estaba preparado para cubrir los dos hechos, que desbordaron la capacidad de las redacciones. Hoy, 20 años después –pudo haber sido antes– conviene reflexionar sobre las enseñanzas y lecciones que le quedaron a la prensa en la cobertura de esas dos grandes noticias que se convirtieron en pruebas para el periodismo colombiano, debido a los poderosos intereses políticos en juego, a las crispadas reacciones sociales y al elevado número de víctimas. En noviembre de 1985 la hegemonía de la radio era evidente. Caracol, RCN, Todelar, Súper y Radio Melodía

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La veracidad debe primar sobre la rapidez. La imparcialidad debe estar basada en criterios profesionales. Hoy se carece de elementos informativos y se dispone de mucha opinión. eran los medios de mayor penetración en todo el país, no existía la telefonía móvil, pero sí la facilidad de utilizar cualquier teléfono fijo como transmisor. La televisión estaba limitada por el esquema de espacios noticiosos y dificultades técnicas, no habían nacido los canales privados y la comunicación directa al satélite resultaba imposible. Con estas limitaciones técnicas, el país fue informado de la toma del Palacio de Justicia y de la catástrofe de Armero. En las dos noticias, la especulación informativa fue constante, los datos eran alarmantes e imprecisos. El

La cobertura:

¿una tragedia mayor?

¿Qué experiencia dejó al periodismo el trabajo informativo de estos dos hechos? Según el autor, a pesar de los avances tecnológicos, la calidad y la veracidad de los contenidos no parecen incorporarse aún a las salas de redacción.

La especulación informativa dominó el cubrimiento de la toma al Palacio de Justicia, por

prensa inexperta, que nunca había tenido en su agenda una tragedia de tal magnitud. afán de la radio se centró en sostener las transmisiones en directo, mientras la televisión y la prensa asumían como propias las versiones de la misma radio. El círculo vicioso de la radio fue claro y contundente, inclusive las agencias internacionales la utilizaron como fuente. Esta influencia de la radio, en el caso del Palacio de Justicia, motivó la intervención del presidente Betancur en procura de la autorregulación. El estado de sitio limitó el trabajo informativo y, en su momento, la prensa no alcanzó a evaluar las graves consecuencias de las medidas restrictivas expedidas del Gobierno. Sin duda, el estado de sitio alteró el normal desarrollo profesional del periodismo, obstaculizó la investigación y “ordenó las versiones” al tenor de las fuentes gubernamentales y militares. Esta circunstancia potenció el periodismo de comunicados, pronunciamientos oficiales, ruedas de prensa y entrevistas pactadas. En consecuencia se contaminó la información. Pocas voces se levantaron contra el manejo informativo del Gobierno, y la prensa quedó al vaivén de los acontecimientos que se sucedían uno tras otro, sin contexto, sin contraste de fuentes, sin equilibrio.

Igual sucedería unos días después con la tragedia de Armero. Ningún medio demostró estar preparado. La descoordinación fue general. Ni la Defensa Civil ni los bomberos, por mencionar algunos organismos de socorro, contaron con voceros para enfrentar a los periodistas que llegaban al lugar a buscar información. Cada quien hizo lo que pudo. En medio de los heridos aparecía un periodista que simplemente preguntaba: “¿dónde se encontraba cuando llegó la avalancha?”; o, “¿cómo se siente?” En algunos momentos los periodistas atropellaron a las víctimas, perdieron el respeto por el dolor ajeno, y la cacería se concentró en tener la foto o imagen más espectacular. El afán por nuevas historias, casi todas separadas y pequeñas, alejó a la prensa del hecho central. La radio quiso ir más allá de las noticias y dedicó espacio a las crónicas que, como en la televisión y prensa, buscaban remover el corazón, ir al sentimiento sin ahondar en causas y consecuencias del desastre.

¿Lecciones aprendidas? Estas rutinas profesionales evidencian la ausencia

parte una Archivo

de seguimiento y análisis luego de superar las coyunturas noticiosas. En el caso del Palacio de Justicia, por ejemplo, el Acta del Consejo de Ministros tiene reserva temporal que no sobrepasa los cuatro años y, sin embargo, vino a ser conocida veinte años después. Sólo un medio de comunicación, de poca cobertura, accedió a transmitir las delicadas afirmaciones ante la Corte Suprema del General Víctor Delgado Mallarino, director de la Policía en 1985, acerca del operativo y la responsabilidad del presidente Belisario Betancur. La cobertura de la toma del Palacio de Justicia y la avalancha que sepultó a Armero es básicamente la misma. Lo que cambia es determinar cuál es la responsabilidad humana. Sobre esto la prensa no puede quedarse a mitad de camino o distraer la atención pública de la cuestión central. ¿Quién o quiénes responden? Este mismo enfoque se puede aplicar en la reciente historia de Estados Unidos con los ataques del 11 de septiembre a las Torres Gemelas y, cuatro años después, las inundaciones que produjo Katrina en Nueva Orleans. La experiencia que podemos aprovechar aquí no constituye necesariamente

un abecé para futuras coberturas de catástrofes y actos terroristas, pero sí debería servir para pensar otra vez en el papel de la prensa y su misión frente a la sociedad y a la historia. Si los medios quieren dejar huella deben invertir recursos humanos y dinero en fortalecer las unidades de investigación. Hoy las redacciones crecen en sus secciones de farándula y espectáculo, pero no en la contratación y estímulo de periodistas dedicados a profundizar en los hechos de cada día, en el seguimiento de temas de fondo que necesita conocer el público. Pese a muchos esfuerzos, aún existe en la prensa una tendencia hacia la plena confiabilidad de los datos suministrados en boletines oficiales, particularmente cuando provienen de las Fuerzas Armadas y de los organismos de seguridad. La especulación informativa, el afán de la chiva y la difusión de datos sin confirmar son prácticas que desde la década del ochenta han hecho carrera en el periodismo colombiano. La veracidad debe primar sobre la rapidez. La prisa por transmitir se convierte en opinión interesada. La imparcialidad debe estar basada en criterios profesionales, por encima de opiniones e intereses ajenos a la información. Hoy se carece de elementos informativos y se dispone de mucha opinión. Otro hábito de la prensa para no repetir tiene que ver con el tratamiento a las víctimas de hechos violentos o desastres naturales. Se debe establecer un límite para respetar el dolor ajeno. Este criterio profesional debe ser incluido en los códigos profesionales, tal como aparece en los estándares de calidad de grandes cadenas de televisión como CBS, NBC y ABC. Por desgracia, hoy muchos periodistas repiten esta práctica. Si erupciona el Volcán Galeras esperemos que la prensa no repita situaciones parecidas, porque 20 años deberían ser suficientes para aprender la lección.

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Economía

La

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economía colombiana Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.

Aparentemente continúan dándose signos de transformación de la economía colombiana en una economía de tránsito. Desde la década del noventa apareció en la nueva balanza de pagos de Colombia, sugerida por el FMI, un rubro en donde se establecen los mecanismos para incorporar las operaciones especiales de comercio, es decir, la entrada temporal de insumos para que luego de su procesamiento en territorio nacional, tuvieran como destino las exportaciones. En el año 2000 se consolida otro rubro, el de las remesas de colombianos desde el exterior. Estos dos fenómenos unidos a la pérdida de preponderancia del café y la emergencia de productos líderes relacionados con recursos energéticos –petróleo y carbón– constituyen las tendencias más significativas de la balanza comercial de Colombia. Las llamadas operaciones comerciales especiales han estructurado un esquema de producción que en su primera etapa se ha apoyado en preferencias unilaterales tipo Atpa y Atpdea, según las cuales se viabiliza el acceso al mercado de Estados Unidos de una serie de productos con cero aranceles, como una forma de dar opción a los productos elaborados en Colombia, cuya preferencialidad está condicionada en términos políticos y económicos. En efecto, si los productos emplean materia prima con origen en los Estados Unidos, el acceso es muy superior no solo en términos arancelarios sino por ausencia de cuotas. La limitación crece con la incorporación de materia prima nacional y está prohibido incorporar materia prima que Colombia pudiera adquirir en otro país diferente a Estados Unidos. El caso de las confecciones es ejemplarizante, pues cada vez se utiliza menos algodón nacional o cierto tipo de hilazas nacionales. Es claro que esta simbiosis entre acceso creciente con importación también creciente de insumos importados está acompañada de otra simbiosis: consiste en articularla a la lucha contra el comercio de psicotrópicos y la intervención militar de Estados Unidos en nuestro país. Esta preferencialidad unilateral, otorgada por Estados Unidos, ha creado como subproducto la necesidad de prorrogarla con la firma del TLC. Las preferencias unilaterales están acompañadas de condicionamientos que afectan no solo la economía nacional sino la soberanía política y militar del país. No ocurre así con las actividades del capital extranjero en nuestro país, al contrario, Colombia se com-

hacia la maquilización Los peligros de que Colombia se convierta en una economía de maquila parecen tener señales claras en el comportamiento de las exportaciones y el manejo de las negociaciones del tratado de libre comercio. Esta hipótesis forma parte de la argumentación que el profesor Carlos Martínez expondrá ante la Academia de Ciencias Económicas de Colombia, con motivo de la ceremonia que lo vinculará como miembro correspondiente.

La maquilización de la economía colombiana incidiría

para el desarrollo.

promete a no establecer controles ni regulaciones a dicho capital y, además, cualquier conflicto se resolverá en instancias privadas.

Efectos en investigación y educación Pero dejando de lado el aspecto político o militar, es necesario ofrecer otra reflexión complementaria. Se trata de la adopción por el Gobierno colombiano de un paradigma según el cual el crecimiento de la economía se explica por el crecimiento de las exportaciones y mucho más, por la incorporación del sector externo como el motor de dicho crecimiento, por cuanto el fortalecimiento del sector externo significa más inversión y empleo. En 2004, el crecimiento de las exportaciones colombianas fue de 27,9 %, mientras que el crecimiento de la economía solo de 3,8%, es decir una relación de 1 a 7. Contrasta ese resultado, con los datos calculados por Cepal en el periodo 1985-2000: para el caso de China, esa relación fue de 1 a 1,6; el de la India de 1 a 1,8; o el de Taiwán, cuya relación fue de 1 a 1,4. De otra parte, mientras Colombia en 1990 exportaba US $6.764 millones revaluados e importaba US $5.588

en la calidad de las políticas educativas y en la apropiación de nuevas tecnologías

millones, en 2003 exportó US $1.309 millones devaluados, frente a US $13.880 millones de importación. El resultado fue una balanza deficitaria. En esta búsqueda de un mejor posicionamiento de la economía colombiana en el contexto internacional, las exportaciones tradicionales han perdido peso relativo en la estructura de las exportaciones, a pesar del efecto precio en los productos energéticos –el petróleo creció en 147% en este periodo–. En efecto, las exportaciones pasan de representar el 60% en los noventa, a solo el 46% en 2003. En 2004, las exportaciones no tradicionales crecen en valores y parcialmente en volúmenes, crecimiento que se explica en buena medida por el auge importador de Venezuela de confecciones de Medellín, de ganado bovino del Cesar y vehículos de Bogotá, entre otros componentes. A pesar de ello, el 59,7% del total exportado tiene valor agregado sin significación. Situación que contrasta con la tendencia más exitosa de la economía mundial, cuyo componente principal es el intercambio de productos con alto valor agregado. Las exportaciones con mayor grado de elaboración tienen como destino los países vecinos, en especial Vene-

Archivo

zuela y Ecuador. Los productos básicos que son volátiles en sus precios, tienen como destino prioritario Estados Unidos y Europa. Sin embargo en este caso se ha presentado un cambio importante, los bienes primarios que en 1990 representaban 60% y los industriales el 40%; para 2002 los bienes primarios representaron el 51% y los industriales el 49%.

insumos para dinamizar la producción dentro del país con el propósito de exportación y, crecientemente, para el consumo interno. Si este modelo se consolida, es claro que afectarán las políticas en ciencia y tecnología, que pueden derivar en grandes procesos de adaptación tecnológica, con grandes limitaciones en la transferencia de tecnología.

Si este modelo se consolida, es claro que afectarán las políticas en ciencia y tecnología, que pueden derivar en grandes procesos de adaptación tecnológica, con grandes limitaciones. El crecimiento de productos industriales de exportación, sin embargo, tiene importancia en recursos naturales, de baja tecnología o de tecnología media. Los bienes de alta tecnología corresponden a actividades de reparación, como es el caso de turbinas de aviones y representan menos de 2%. En importaciones se destacan los bienes intermedios no terminados, que corrobora parte de la tendencia mencionada, que podría conducir al país en importador de

En estas condiciones, el sistema educativo puede transformarse para aligerar los niveles de exigencia de los profesionales en formación de nuestro país, por cuanto los nuevos requerimientos se centran en actividades operativas exitosas. Si la economía colombiana tiende a la “maquilización”, las actividades productivas se transformarán de manera continua, pero de forma acelerada si un tratado de libre comercio compromete la arquitectura institucional del país.

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Carlos Martínez Becerra


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Debate

La vaga regulación legislativa sobre los servicios de información en los países andinos, puede

confundirlos con la infraestructura en telecomunicaciones.

llevarlos a desaprovechar la oportunidad de generar nichos de mercado y a

Las asimetrías en las negociaciones relacionadas con el comercio electrónico quedan al descubierto tras el manejo confuso de los conceptos y las definiciones, que reducen las telecomunicaciones a telefonía, mientras se deja al a la deriva acuerdos equitativos en los servicios de información y de redes, tan estratégicos para la soberanía como la primera. Las discusiones quedaron sin concretar desde la novena ronda, en un aplazamiento “casual” que traería complicaciones en regulación, mercado y desarrollo para Colombia, Ecuador y Perú.

El enredo de las

telecomunicaciones Zoila Ramos Rodríguez

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Directora del Grupo de Investigación en Telecomunicaciones de la Universidad Nacional de Colombia (Gitun).

Los tratados comerciales entre las naciones se han justificado como instrumentos para combatir el mal del presente siglo, la pobreza, a través del fortalecimiento de los mercados propios y el acceso a mercados externos, teniendo como faro teórico, el bienestar colectivo de la nación. En el caso del TLC entre los países andinos y los Estados Unidos para el sector de las telecomunicaciones, aunque conllevará a la prestación de nuevos servicios

de información a través de proveedores tanto virtuales como establecidos, presenta serias asimetrías y viejos vicios como los ex monopolios nacionales, que privilegian los intereses de los operadores sobre los de los usuarios. Una política retomada en la Mesa de Telecomunicaciones, donde saltan las tensiones entre las empresas de telefonía fija y móvil y los servicios de información, así como la ausencia de debate sobre los derechos colectivos de los ciudadanos: a la información, a la comunicación y a la portabilidad numérica (entendida, ésta última como la posibilidad de que el usuario mantenga el mismo número cuando cambia de operador, región o servicio) Aunque en la negociación se incluyen todas las telecomunicaciones, los an-

dinos han prestado atención básicamente a la telefonía fija y móvil y dejado de lado servicios de radionavegación y localización, fundamentales para la seguridad área, radiodifusión y televisión, y no se ha profundizado en el impacto que producirá la presencia de los operadores extranjeros de servicios de información. Además, se presentan asimetrías entre operadores de fijas y móviles y de cable; entre propiedad de capitales; entre proveedores de servicios de información con infraestructura y sin infraestructura; y en la prestación de servicios transfronterizos de telecomunicaciones e información. En las condiciones actuales de la negociación, el concepto de operador dominante (tiene la posibilidad de determinar directa o indi-

en el TLC

rectamente, las condiciones de un mercado) solo aplica a las telecomunicaciones fijas, se retraza la oferta de la portabilidad, se desestimula la inversión en infraestructura, no es claro la financiación del servicio universal. El hecho de que las telecomunicaciones se estén negociando en términos de servicios, infraestructuras y regulaciones diferentes, retardan significativamente la incorporación de los andinos a la convergencia tecnológica, de servicios, empresarial y regulatoria. Finalmente, no hay claridad sobre la agenda interna sectorial. Es inaceptable, por ejemplo, que servicios sustitutos como la telefonía fija con la móvil tengan tratamiento diferente, o que compañías propietarias de infraestructura sean cobijadas por normas distintas

como ocurre con la infraestructura de las empresas de cable con las de telefonía. Las empresas en las cuales el capital dominante es nacional, como la telefonía fija, están sometidas a severas exigencias como desagregación de red, reventa, portabilidad, en contraste con los servicios en los cuales el capital dominante es extranjero, que gozarían de especial tratamiento, como en móviles, servicios por cable y de información. Con respecto a las empresas móviles de capital público, se habla de aplicarles conceptos de compras estatales; tal es el caso de Telecomunicaciones Móviles del Ecuador (Telecsa) y a Colombia Móvil, que las colocaría en clara desventaja respecto a las de capital extranjero como Telefónica, América Móvil y Comcel.



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Agro Mario Arango Marín* Alberto Castrillón Aldana**

Profesores asociados de la Universidad Nacional Sede Medellín. *Ingeniero Agrónomo, magíster en Historia, miembro del Grupo Investigación Colciencias “Historia y Filosofía de las ciencias y las técnicas”. ** Historiador, Ph.D. en Historia, Director del Grupo Investigación Colciencias “Historia y Filosofía de las ciencias y las técnicas”.

Para hacer visible la influencia de las misiones estadounidenses en la formación agronómica, particularmente al promediar el siglo XX, es pertinente englobarla en el contexto del discurso del desarrollo que hubiera de desplegarse tras la posguerra. Escudriñar las estrategias de poder y los factores políticos y culturales que le dieran forma y funcionalidad a ese desdoblamiento discursivo, a partir de la tesis de maestría1 “Influencia del discurso del desarrollo y las misiones estadounidenses en la formación agronómica” permitió caracterizar históricamente ese resultado, más que académico, examinando las entidades interventoras –las misiones Rockefeller, Nebraska, Michigan, Kellogg en este caso– sobre la Facultad Nacional de Agronomía, designada, por convenio con el Ministerio de Agricultura colombiano, para realizar un plan piloto en el país y, por medio de éste, controlar la política agraria en general y su enseñanza en particular. La comprensión del propósito enunciado supuso el planteamiento de varios problemas respecto de la agronomía: abordar el tema desde su constitución como saber diferenciable; descifrar sus condiciones de posibili-

La agricultura

bajo el efecto desarrollista La influencia del discurso del desarrollo y las misiones estadounidenses en la formación agronómica, dejaron una agronomía

fragmentada y especializada. Una revisión histórica permite, hoy, leer la crisis del campo colombiano.

En consecuencia con el discurso desarrollista impulsado por

los Estados Unidos en la segunda posguerra, la visión sobre el agro colombiano se fragmentó en aras de un cuestionable modelo de seguridad alimentaria. menes sobre tenencia de la tierra y las respectivas necesidades por la técnica, de los tipos de agricultura y modelos de formación agronómica adoptados en América. Además, los inicios del periodo republicano hasta la Gran Depresión en Colombia y los hilos hilvanados entre la Expedición Botánica, la Misión Zea y la Comisión Corográfica, facilitan el rastreo sobre el debate acerca del tipo de agricultura más

y la inserción de la Escuela en la Universidad Nacional de Colombia, transformada luego en Facultad Nacional de Agronomía, se comprende, entonces, el porqué de las características de sus planes de estudio en 1916, 1926 y 1945, así como la influencia de la Misión Chardon en el segundo de los años. Como consecuencia surgen nuevas instituciones agronómicas de nivel superior y la designación de la Facultad Nacional

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El discurso del desarrollo trajo implicaciones relativas a la “muerte del campesino” como puntal de la seguridad y la soberanía alimentarias. dad, emergencia y existencia, y ligarlas de modo inmanente a una agricultura cuyos procesos culturales ya no jalonan la humanidad como lo hicieran desde su invención en el Neolítico; articular su historia, la de sus resultados prácticos, con un método científico y su pretensión de racionalidad universal; enlazar sus nomos a la base ética de lo útil y a alojar la prueba de la verdad en el provecho tangible; vincular su quehacer, la propiedad sobre la tierra y el utillaje agrario con las necesidades sociales referidas a este conocimiento específico. Los referentes nacionales de la agricultura latinoamericana (precolombina y colonial) en contraposición con la europea, y después con la estadounidense, y las consecuencias agrarias del triunfo norteño en la Guerra de Secesión y el fenómeno contrario que ocurrió al sur del río Bravo, dan cuenta, entrambos, de los disímiles substratos rurales que se forjaron, de los peculiares regí-

Sucesivas misiones norteamericanas –justificadas

por la paranoia anticomunista– influyeron decididamente en el diseño de las Cortesía: Mario Arango políticas gubernamentales del país. conveniente y de qué modo surgieron los saberes agropecuarios en el país. Así, la tesis inquiere sobre la necesidad social por tales conocimientos y por sus instituciones de formación y apoyo, mientras documenta el ámbito que rodeó la fundación de la Escuela de Agricultura Tropical y Veterinaria. A la luz del contexto general en el que se desenvolvió la agricultura colombiana durante el periodo 1930-1950

de Agronomía como centro de formación agrario para desarrollar el convenio entre el Ministerio de Agricultura de Colombia y la Misión Rockefeller. Para la realización del citado convenio, el entorno social y político de la segunda posguerra, específicamente en el agro colombiano, sirvió de raigambre para alojar el discurso del desarrollo y facilitar la intervención de las citadas misiones estadouni-

denses. De ahí su afinidad con la promoción y avance de la “Revolución verde” en la Facultad, égida bajo la cual se hacen visibles las repercusiones que ésta tuvo para la agricultura del país, sus modelos de producción, la tenencia de la tierra y los flujos migratorios campo-ciudad. La labor documental en el Archivo Central de la Universidad Nacional de Medellín se basó en la búsqueda de las reformas a los planes de estudio, desde el inicial en 1916 hasta el establecido en 1963, y agrupados entre los de antes y después de 1950. El análisis comprensivo de tales cambios curriculares se emprendió con fundamento en la perspectiva hermenéutica; vale decir, desde el captar y deducir la dimensión implícita en la intencionalidad de los agentes reformadores. De este modo, el ejercicio comparativo de las innovaciones curriculares, hizo palmario el objetivo misional de fragmentar y especializar las disciplinas del saber agronómico, en armonía con una agricultura de mayores costos, cada vez más dependiente de agroquímicos y de semillas mejoradas. La estrategia discursiva, tanto como su reproducción, se basó en la posibilidad de las misiones para intervenir los planes de estudio a cambio de dotación de laboratorios y posgrados predeterminados para los docentes. El proceso, iniciado en la medicina colombiana por la Fundación Rockefeller dos décadas antes, derivó no solo en la creación de otras carreras agropecuarias, sino que tal especificidad dejó su talante en los trabajos de grado y en la orientación de los artículos publicados por la Revista Facultad Nacional

de Agronomía, su órgano divulgativo. Todo lo cual hizo posible articular la enseñanza a los designios discursivos del desarrollo, y que éste, de la mano de la “Revolución verde” y la “Alianza para el progreso”, se desplegara con una gama de consecuencias, negativas la mayoría de veces. Entre tales secuelas está el énfasis en el modelo agroexportador en desmedro de los mercados internos, y sin revisión crítica de lo ocurrido con los predecesores del café (quina, añil, tabaco); un tipo de agricultura intensiva en capital y no en mano de obra, dentro de la fallida política en la sustitución de importaciones; reducción de áreas de cultivos durante los seis quinquenios subsiguientes a 1950 (ajonjolí, algodón, caña, cebada, maíz, soya, tabaco y trigo); mayor acento en el heredado régimen latifundista, que deprimió la necesidad social por saberes agrarios escindidos, e hizo vanos los esfuerzos de una transferencia tecnológica especializada. La conjunción de los anteriores factores derivó en un aumento violento de los flujos migratorios campo-ciudad y creó las condiciones para los cultivos de uso ilícito. Una valoración interpretativa acerca de las consecuencias globales de ese discurso permite concluir su determinante papel en el acontecimiento más significativo en la segunda mitad del siglo XX, cual fue el proclamado “final de la agricultura en tanto modeladora de conductas y culturas, ciencias y vida social, cuerpos y religiones”2. Y junto al milenario cultivo de la tierra, las implicaciones relativas a la “muerte del campesino”3 como puntal de la seguridad y la soberanía alimentarias. Tal es el escenario para una segunda versión de la “Revolución verde”, las condiciones para insistir en la solución del hambre mundial con un modelo productivista pero ajeno al fenómeno de la distribución, las circunstancias asimétricas para discutir tratados de libre comercio con potencias que subsidian y protegen su agricultura. Del primero de los autores: Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, 2005, con distinción Meritoria. 2 SERRES, Michel, Hominiscencia,. Universidad Nacional, 1

Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, Medellín, 2003, p.48. 3 HOBSBAWM, Eric, Historia del siglo XX: 19141991, Barcelona, Crítica, Grijalbo Mondadori, 1ª. edición, 1995, p. 292.


Nación El despojo violento de las tierras en nombre del desarrollo está creando nuevos citadinos, quienes encuentran un mercado laboral que también los expulsa. Tal dinámica de

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desplazamiento-migraciones urbanas, perfecciona y prolonga un ciclo de pobreza, que solo ha resultado exitoso para el sector productivo.

El desplazamiento forzado,

¿palanca del “desarrollo”? Darío Fajardo Montaña

Oficial FAO de la Naciones Unidas

Un informe reciente del Banco Mundial señala que entre l999 y 2000 la

de Codhes

porqué del éxodo. Los elementos comunes tienen que ver, de una parte, con la destrucción de los lazos sociales y la pérdida del territorio, y de otra, con el despegue de nuevas fases de desarrollos empresariales en los campos y las ciudades. En los años cincuenta y sesenta fueron los cultivos de la “agricultura comercial” como caña de azúcar, banano, arroz y algodón o el impulso económico y político de los emprendimientos manufactureros urbanos; en los ochenta y noventa, la palma africana y los cultivos proscritos, en especial la coca, de la mano con todas las empresas que han servido de mampara al lavado de activos y catapultado la informalización urbana e internacional del empleo. Las cifras del desplazamiento forzado superan la escala de aquellas de los años cincuenta. Para mediados del siglo XX, cuando Colombia apenas sobrepasaba los 14 millones de habitantes, la población desterrada alcanzó las 800 mil personas, equivalentes a poco más del 5% del total. De acuerdo con Codhes esta cifra supera hoy los 3,5 millones de personas, que para una población de 45 millones representa poco más del 7%.

¿A dónde llegan los migrantes? Una proporción de la población desplazada, tal vez la más numerosa, se encamina hacia los mercados urbanos, afectados por la crisis iniciada a comienzos de los 90, de la cual da cuenta el bajo crecimiento demostrado hasta ahora por la economía colombiana. Esta circunstancia ha dificultado la absorción laboral de los migrantes, en particular los recientes:

cifra de los desplazados era de 1.8, consistente con el último dato Archivo

para 1997 el desempleo de este sector de la población alcanzaba 16,3% frente al promedio de 11,8% de los años anteriores1. Estas condiciones solo podrían modificarse significativamente con un crecimiento mayor al alcanzado hasta ahora; no obstante, las perspectivas no parecen mostrar mejoría: un estudio reciente del CID2 estimó este crecimiento en 4%, cifra inferior a la de buena parte de los países latinoamericanos. La estrechez de los mercados laborales converge con los cambios ocurridos en las relaciones de trabajo, marcados por la denominada “flexibilización” y por el debilitamiento de las organizaciones sindicales, resultante del asesinato selectivo de sus dirigentes, registrado por la OIT en los niveles mundiales más altos. De acuerdo con la Escuela Nacional Sindical, en 2004 se presentaron 688 casos de violaciones a los derechos a la vida, la libertad y la integridad de los trabajadores sindicalizados en Colombia, y de este total 13,6% correspondió a homicidios3. Las sucesivas reformas laborales iniciadas con la Ley 50 de 1990 y continuadas con la Ley 789 de 2002 han implantado la precarización, la deslaboralización y la terceriarización de los mercados de trabajo4. Durante la década se perdieron 900 mil contratos de trabajo asalariado, modalidad que hoy solamente contribuye con 355 mil, y el trabajo por cuenta propia y bajo nexos familiares sin remuneración, convertidas en las modalidades dominantes de ocupación, explican 642 mil nuevos puestos de trabajo; solamente el trabajo por cuenta propia ha aumentado en 2,5 millones empleos.

En los mercados urbanos, de los 582.493 puestos generados, el 60,3% corresponde a trabajadores por cuenta propia, 24,6% a contratos asalariados y el 15,1% a trabajadores urbanos sin remuneración; el 55% de los trabajadores por cuenta propia reciben menos de medio salario mínimo5 y según la Escuela Nacional Sindical, más del 80% de los asalariados devenga menos de dos salarios mínimos. Lo anterior da como resultado la desestabilización laboral y la pobreza, frente a las cuales es útil traer las tajantes reflexiones de Hugo López en su estudio sobre la inestabilidad laboral: “Colombia no tiene clase obrera. No puede haber clase obrera en un país donde la probabilidad de llegar a los 10 años en una empresa es menos de 4% y donde la perspectiva laboral después de los 35 años es por cuenta propia”. Al decir del autor, el empresariado colombiano coloca sus expectativas de utilidades no tanto en las innovaciones técnicas y en la generación de productos como en el manejo de personal: gasta su tiempo no en transformar la base productiva de las empresas sino en escoger el trabajador más caro que hay que despedir y al más barato que habrá de reemplazarlo. Y añade: “La elevada rotación de personal en todos los tipos de firmas, indica que la gran mayoría de los empresarios centra sus esfuerzos y sus expectativas de utilidades en el ahorro de costos de nómina, más que en el cambio tecnológico y en la introducción de nuevos productos”6. Tales observaciones destacan elementos que

trascienden lo coyuntural. Se inscriben en la esencia de las relaciones entre quienes controlan los recursos para la producción y el mundo de los trabajadores, ya sea en la sociedad rural, ya en los medios urbanos, y ponen de manifiesto los ejes centrales de un sistema exitoso para la gestión de grandes

Campesinos, colonos y nuevos citadinos de los barrios más pobres son parte de nuestra historia: el despojo violento de las tierras como condición del llamado desarrollo. empresas, como lo demuestran las cifras reiteradas de sus balances anuales, a costa del empobrecimiento de una proporción creciente de la población.

López, Hugo et al., Empleo y pobreza rural 1988-1997, Cide-Cega-TM Editores, p. XXX. 2 Bonilla, R. y González, J.I. (coordinadores), Bien-estar, macroeconomía y pobreza, CID, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2004, 1

p.14. 3 Bonilla, R., González, J.I., op. cit., p.14 4 Ibídem. 5 Ibídem, p. 29. 6 López C. Hugo, Ensayos sobre economía laboral colombiana, Fonade-Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1996, pp. 315316.

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Luego de las esperanzas que abriera la promulgación de la Ley 70 de 1993, marco para el reconocimiento de las titulaciones colectivas de los territorios comunitarios del Pacífico y el Atrato, comenzaron a multiplicarse las agresiones dirigidas a arrebatar sus territorios, desde Cacarica, frontera con Panamá, hasta Tumaco o las vegas del Jiguamiandó y el Curvaradó, Urabá. En los años noventa, el espejismo del canal AtratoTruandó fue el motivo para los primeros desplazamientos masivos en el Atrato, luego fue el avance, al parecer incontenible, de las plantaciones de palma africana. Una de las más inquietantes alarmas proviene ahora del propio Estado, que mediante Decreto 1516 de octubre de este año, inició la reversión de uno de los mayores logros de las comunidades afrocolombianas, conseguido a través de la Ley 70. La decisión de este Decreto traduce, a no dudarlo, un signo político que se viene expresando ya sea en los territorios comunitarios negros, los resguardos indígenas de Caldas o el Cauca o en las reservas campesinas de Cimitarra o Calamar, al lado de la creación de condiciones para la “privatización” de los bosques y las “concesiones” de parques naturales. Es, en últimas, la “solución final” para las comunidades que tienen en estos territorios sus raíces históricas y espacios de resistencia al capital. Como lo expresan estudios y testimonios sobre esa prolongada “desterritorialización”, luego de las presiones y el terror, del despojo y de la pérdida de los lazos de familia y comunidad, muy pocas opciones quedan a los sobrevivientes: convertirse en jornaleros o aparceros de sus propias tierras, sumarse a los miles de migrantes que con inmensa dificultad se acercan a las principales ciudades, para evadir no siempre con éxito, el hambre y la muerte, o enfrentar las desventuras de las colonizaciones. De esta manera, campesinos, colonos y nuevos citadinos de los barrios más pobres reviven en estas historias de desplazados lo que ha llegado a ser parte de nuestra historia: el despojo violento de las tierras como condición del llamado desarrollo. Así, entre los desplazamientos forzados de los años cincuenta y los que comenzaron a arreciar a mediados de los ochenta nos acercamos al


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Coyuntura

En uno de los enfrentamientos murió Belisario. Los

nativos custodiaron el cuerpo dentro de la hacienda El Japio, donde se le practicó un entierro simbólico.

Hace un año, los indígenas Nasa fueron recocidos con el Premio Nacional de Paz, como organismo ancestral propio y como un instrumento de resistencia, unidad y autonomía en defensa del territorio y del plan de vida de las comunidades indígenas. Hoy están en la picota pública por reclamar el incumplimiento de acuerdos pactados sobre algunos territorios.

Rompiendo el cerco:

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Nelly Mendivelso Unimedios

Después de reflexionar acerca de su propia realidad, y de animarse mutuamente “porque la pelea es dura”, los indígenas más ágiles y sanos de la comunidad Nasa salen armados con palos para enfrentar a la fuerza pública. Se agrupan de cien en cien, y alternan la lucha cada dos horas, mientras las mujeres y los niños se resguardan en la cocina o prenden fogatas para dispersar el humo de los gases lacrimógenos con los que la policía antimotines enfrenta el choque, en una misión que busca desalojar a los nativos, de los predios que tomaron a la fuerza. Por pura convicción de que la tierra es la madre de todos los seres vivos y por ello debe ser colectiva, desde el pasado 12 de octubre la Comunidad Indígena de Caldono, compuesta por seis resguardos con una población de 20 mil habitantes, ocupó la hacienda El Japio de una tal familia Garcés. Siguiendo el consejo de los taitas rompieron los cercos para “liberar a la pacha mama” (madre tierra) de la ley que según ellos “le impone dueños, dominios, escrituras, y la somete a la propiedad y

“liberar la pacha mama”

a la explotación en beneficio de unos pocos, mientras reduce la posibilidad de que todos quepamos”. De esa visión ancestral sale la propuesta que le hacen al Gobierno de una Reforma Agraria Popular, porque “más que redistribuir y ver quién se queda con la mejor parte, se trata de convivir, respetar, garantizar la soberanía y la vida”. Por eso están seguros que su reclamo es justo y “llegará hasta las últimas consecuencias”, como dijo Rafael Coycue, indígena paez del Cabildo de Corinto, durante la Cátedra Latinoamericana “Antonio García Nossa” de la Universidad Nacional. Como emisario de los indígenas del Cauca, Coycue expresó el sentir de su pueblo y la forma como está afrontando este conflicto, que en días pasados le costo la vida a su compañero Belisario Camayo y ha dejado más de 40 heridos en su comunidad, mientras varios policías también han resultado lesionados. “La sangre de Belisario nos dio más fuerza y su cuer-

po lo enterramos en este predio como símbolo de nuestra lucha”. Quizá esa fuerza es la que les ha permitido soportar enfermedades como diarrea y dolor de cabeza, así como las quemaduras y el escozor en los ojos, ocasionados por los gases lacrimógenos, que afectan sobre todo a mujeres y niños. En la finca, los indígenas cuentan con provisiones de maíz, yuca, plátano, banano, habas y fríjol. Cuando se agotan, las comunidades que no alcanzan a ocupar predios las proveen, “eso es lo que llamamos principio de unidad”, dice Rafael, evocando lo que para su pueblo fue la peor humillación: “Un día llevábamos dos mil bolsas con comida cocida y la policía nos la quitó para arrojarla a la basura”. En El Japio, hacienda de renombre porque alguna vez albergó al Libertador Simón Bolívar, hoy las indígenas caucanas le cocinan a los hombres que combaten mientras cuidan los hijos, los más viejos dan consejos, y

otros se encargan de la gestión política y la comunicación, dentro de un proceso de organización interna que refleja parte de su estructura social afuera: el argumento más fuerte para hacer resistencia. En estas condiciones, Rafael y su comunidad requieren alimentos y medicamentos como analgésicos o aceite para las quemaduras –aunque ya una misión médica de la ONU obtuvo permiso para atenderlos–, pero ante todo que el resto de la sociedad sepa lo que, desde su punto de vista, ocurre con las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes en el país, y por qué iniciaron un proceso de “Liberación de la madre tierra”.

Acuerdos inconclusos La comunidad indígena del Cauca está presente en cinco de las siete regiones que integran el departamento. En Silvia, Jambaló, Totoró, Caldono y Toribío se encuentran los guambianos; en el centro está parte del pueblo Coco-

nuco; oriente alberga a los pueblos Guanaca y Totoroe; y Pacífico, en el municipio de López de Micay, a representantes del pueblo Eparara Siapidara de la etnia Embera. En el Macizo Caucano se encuentran los yanaconas, cuyos resguardos se localizan en los municipios de Sotará, La Vega, Almaguer, San Sebastián, Piamonte, Santa Rosa, Bolívar y La Sierra. Pero en el norte y oriente donde se concentra el mayor número de indígenas del departamento, e incluso del país: los paeces, ubicados principalmente en las poblaciones de Toribío, Caloto, Miranda, Santander de Quilichao, Corinto, Morales, Buenos Aires y Suárez, y se extienden hasta los departamentos de Huila, Tolima, Putumayo, Caquetá y Valle del Cauca. Sus problemas son de vieja data, por eso permanecen presentes en la memoria de los nativos. Dicen que en 1810 Simón Bolívar ordenó entregar tierras a los resguardos y comunidades indígenas por su participación en el proceso de lucha, derechos


Coyuntura

De acuerdo con los indígenas, si

En el norte del Cauca habitan 117 mil indígenas. El 70% sufre problemas de desnutrición y paludismo. La expectativa de vida actual está entre 40 y 60 años de edad.

sacre, ratificó la responsabilidad del Estado colombiano e instó la reparación integral y a llevar a fin los convenios sobre adjudicación de tierras. “Han pasado catorce años y en ese lapso nos han entregado solo 9.000 hectáreas de tierra improductiva, erosionada y de vocación forestal”. De acuerdo con los indígenas, apenas un 30% de los terrenos entregados les sirve para sobrellevar su soberanía alimentaria, y el problema aumenta, pues alegan que su frontera agrícola se ha visto reducida con la Ley de Parques, por la cual se dictan disposiciones para garantizar la conservación y uso sostenible de las áreas de páramo en Colombia. “Seis de nuestros municipios colindan con estos reservorios de agua. Sabemos que hay que conservarlos pero también es cierto que están en vilo cerca de setenta mil hectáreas del territorio que habitamos, pues según un estudio técnico hay setenta mil nacimientos de agua en estas zonas”. En la cronología que exponen aparece el Decreto 982 suscrito en 1999, donde se establece la emergencia social y económica de las comunidades indígenas del departamento del Cauca y el Gobierno de entonces se compromete a hacer un estudio social y económico. “En 2000, una estadística del Incora señaló que los indígenas necesitábamos 162.000 hectáreas, pues las tierras que ocupábamos no eran suficientes ni aptas para la agricultura”. Hoy, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) encargado de adelantar los estudios socioeconómicos,

analiza la necesidad de cada comunidad, pues según el coordinador de asuntos indígenas de esta entidad, Silvio Garcés, resultaría imposible hablar de una cifra general cuando en cada grupo los requerimientos de tierra son distintos. Lo cierto es que en este momento a los nativos les adeudan cerca de 6.000 hectáreas y en su proceso de “recuperar la madre tierra” han recurrido a vías de hecho que comenzaron el pasado mes de septiembre con la ocupación de La Emperatriz en Caloto (Cauca), predio que hace parte de las tierras prometidas en el acuerdo del Nilo. El 12 de octubre fue El Japio, pero también se han adelantado tomas en los municipios de Caldoso, Silvia y, según Rafael Coycue, “hay más de 17 predios afectados, y aumentarán pues indígenas del Tolima, Córdoba y Sucre, entre otros, pronto se unirán a la lucha”. “Los Guambianos hablan de 12.000 hectáreas identificadas por el Estado como el mínimo necesario para satisfacer urgencias del plan de vida. Por eso ocuparon en Silvia una hacienda de los Rodríguez Orejuela, dando una pista para iniciar un proceso de concertación con la entrega de predios que se encuentran incautados a narcotraficantes. En la lista de estupefacientes hay más de 30 de esas propiedades que podrían ser tituladas a indígenas y campesinos antes de que se apoderen de ellas cuatro vivos de cuello blanco bien ubicados en la burocracia”, asegura Camilo González Posso del Instituto

de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). Para Ricardo Peñaranda, investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), los indígenas del Cauca están apelando a los mecanismos que emplearon hace más de 30 años, cuando invadieron predios de hacendados y lograron recuperar cerca de 70.000 hectáreas. Para el analista, valdría la pena preguntarse ¿hasta qué punto un relativo mejoramiento de las

mún. “Algunos intentan deslegitimarnos diciendo que obedecemos a intereses de la guerrilla, cuando siempre nos hemos declarado un pueblo neutral dentro del conflicto armado, pues no estamos de acuerdo con una guerra que tan poco nos interesa”. Los indígenas explican sus acciones debido al incumplimiento de lo pactado. “Pero está claro que el Gobierno solo quiere desalojarnos por la fuerza; de este modo los muertos y heridos que haya serán única y exclusivamente responsabilidad del Gobierno”. Las deudas fueron asumidas por la actual administración. Por eso el 13 de septiembre pasado, la toma de La Emperatriz concluyó con una reunión entre representantes del Gobierno y autoridades indígenas, en la cual se acordaron los términos en que se entregarían las 6.600 hectáreas prometidas por la administración Gaviria. Para los indígenas este acuerdo, así como otros, aún no ha dado frutos. Mientras tanto en un comunicado la Casa de Nariño asegura que en año y medio cumplirá todos los compromisos adquiridos con los indígenas en el acuerdo del Nilo. “La administración

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A los nativos les adeudan cerca de 6.000 hectáreas y en su proceso de “recuperar la madre tierra” han recurrido a vías de hecho que comenzaron el pasado mes de septiembre con la ocupación de la finca La Emperatriz condiciones produjo un incremento demográfico y por supuesto, más presión?

Muchos acuerdos, pocas acciones Los reclamos de los indígenas toman fuerza cuando los estudios muestran que el 48% de las tierras más productivas están en manos de narcotraficantes, y otro porcentaje en manos de guerrilleros y paramilitares. Los que protestan son indígenas, campesinos y afrodescendientes, poseedores del 5% de la tierra apta para la agricultura. Tomaron la vocería de los más de 3.5 millones de desplazados que sobreviven en los cinturones de miseria de algunas capitales del país, para unirse en una lucha co-

Uribe gestiona, para el 2006, una incorporación al Proyecto del Presupuesto de $10 mil millones, y en el presupuesto de 2007 se añadirán otros $10 mil millones. A estas cifras se sumarán otros rubros presupuestales con los que se acumula un total de $25 mil millones que permitirán cumplir con los compromisos”, dijo el ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt. En consideración a estos hechos, las comunidades y autoridades tradicionales indígenas manifiestan su disposición al diálogo y exigen la firma de un acuerdo que se concrete en acciones, pues “están cansados que la voluntad de solucionar sus problemas quede siempre en el papel”.

bien es cierto que hay 27 millones de tierras adjudicadas a sus comunidades, el 72% se encuentran en la selva amazónica, y el porcentaje Cortesía: Consejo Regional de Indígenas del Cauca restante en sitios erosionados de la zona andina.

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que abolió en 1830 el general Santander. La Constitución de 1886 negó su existencia, prevaleciendo la de blancos y mestizos. En 1890, la Ley 89, ordenada a 40 años, promulgó que para entonces no debía existir un solo resguardo ni cabildo, por lo cual las comunidades debían reducirse a la vida civil, pues se trataba de salvajes. Manuel Quintín Lame entre 1905 y 1910 tomó un aspecto positivo de esta ordenanza, la que señalaba a los resguardos como un territorio legítimo de las comunidades indígenas, por lo cual se debía regir por una autoridad, el Cabildo; así organizó y reclamó tales derechos. Luego en 1948 la violencia entre conservadores y liberales no los dejó por fuera, y se presentó el desplazamiento de indígenas y campesinos, así como el despojo de tierras más aberrante de la historia. “Nos echaron para los páramos y las pendientes montañosas, mientras ellos se quedaron con las mejores tierras, eliminando los títulos coloniales. Fue de tal manera como familias prestigiosas del país se apoderaron de esas tierras y hoy ostentan su dominio”. En 1971 nació el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), con objetivos como la recuperación de las tierras de los resguardos que habían sido fincados desde La Colonia y usurpados por terratenientes. Con la Constitución de 1991 fueron expuestas tales inquietudes y plasmados unos derechos. “En esas andábamos cuando, el 16 de diciembre del mismo año, 20 indígenas (entre ellos mujeres y niños) fueron masacrados en una operación de la fuerza pública y los paramilitares. Los indígenas estaban en la finca El Nilo, ubicada en un resguardo en el norte del Cauca”. “El 23 de diciembre del mismo año, el Gobierno se comprometió a adquirir 15.600 hectáreas de tierra fértil, para entregárnosla y así solucionar en parte nuestras necesidades”. Se estableció un plazo de 4 años, es decir que el compromiso debía cumplirse hacia 1994. Un año después se firmó el Acuerdo de La María Piendamó con el propósito de dar cumplimiento a los acuerdos del Nilo, mientras la Corte Interamericana de Derechos Humanos que analizó la ma-


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Internacional Giovanni E. Reyes

Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.

La respuesta en general sería sí. Esa es la percepción que tienen los ciudadanos respecto a sus propios países en el corto plazo, según lo da a conocer la más reciente publicación de Latinobarómetro, un centro encuestador de referencia mundial cuando se trata de estudios sobre la región. Las conclusiones se basan en una encuesta realizada entre el 1 de agosto y el 18 de septiembre pasados, en 18 países latinoamericanos, en la que se incluyeron unas 20.000 personas. En total, la aprobación del sistema democrático en la región ha pasado de ser 36% en 2002 a 49% en 2005. Estos números pueden dejar satisfechos a más de algún político, pero

Lo que no se dice con suficiente fuerza es que el presidente Chávez, entrega concesiones muy favorables a transnacionales del “imperialismo”. Es el caso de la cesión de derechos de explotación petrolera y de gas, de la Plataforma Deltana, a Exxon y Chevron.

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son cifras generales. “El diablo está en los detalles” y este caso no es una excepción. Los países presentan datos contrastantes. En cuanto a la aprobación de los gobiernos y los presidentes, los países que resultan más favorecidos son, en ese orden: Uruguay, Argentina, Colombia, Venezuela y Chile. Siendo las aprobaciones de 62% (Chile) a 72% (Uruguay). Las razones para el apoyo varían. En Uruguay y Ar-

La lectura a la práctica de la política, al manejo de los dineros públicos y a las inequidades sociales parece desnudar, mejor que el Latinobarómetro, lo que piensan los latinoamericanos del ejercicio de la democracia en sus países.

¿Se afianzan los

sistemas democráticos

en Latinoamérica?

gentina se impone más la perspectiva de un futuro mejor, que los logros específicos de los gobernantes. El caso más representativo es el presidente uruguayo Tabaré Vásquez, con sus pocos meses en el poder.

Percepciones divergentes En el caso argentino, el presidente Kirchner mantiene vivas las expectativas y no debe enfrentar hasta ahora la embestida de los grupos de choque peronistas, los de su propio partido. Su régimen ha sido un constante juego de maniobras en medio de la tormenta. Aún no ha finalizado la renegociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional. Uribe en Colombia parece mantenerse hasta ahora sólido y podría ganar la reelección sin mayores obstáculos, salvo que de aquí a siete meses explotaran algunos temas espinosos. Esos son los asuntos que entusiastamente la oposición se empeña en afilar. El tema de la desmovilización de los paramilitares podría enredarse y el presidente parece confiar en que de noviembre a la elección del año entrante, se fortalezca más su percepción de hombre trabajador y respetuoso de las instituciones. En Venezuela, continúa dando dividendos de aceptación el populismo del presidente Chávez, en medio de su “revolución del siglo XXI”, y de la inundación de petrodólares. Tómese en cuenta que a los precios actuales del barril de petróleo, unos US $63, y considerando que Venezuela exporta 2,6 millones

de barriles por día, el ingreso bruto que recibiría el gobierno de Chávez en función del precio de la cesta de petróleos del país, sería de US $4.8 millones por hora, 24 horas al día, 365 días al año. En el plano político, Hugo Chávez quiere fortalecerse en la región aprovechando la debilidad de liderazgo regional del presidente Lula de Brasil. Utiliza para ello, su “oposición incendiaria” contra Estados Unidos, la compra de deuda externa de otros países como Argentina y Ecuador, y trata de hacer inversiones en sectores energéticos estratégicos de Colombia. Este último país será el más afectado por los cambios políticos en Caracas. Lo que no se dice con suficiente fuerza es que el actual régimen del presidente Chávez, entrega concesiones muy favorables precisamente a transnacionales del “imperialismo”. Ese es el caso de la cesión de derechos de explotación petrolera y de gas, de la Plataforma Deltana en el oriente del país. Las principales beneficiadas: Exxon y Chevron. En Chile, los logros parecen muy enraizados en la disminución de la pobreza. Es el único país latinoamericano que redujo a la mitad la cantidad total de pobres que tenía en 1990. Es cierto que la inequidad aumenta en Chile, pero no es menos cierto que las oportunidades se siguen abriendo para muchos de los sectores excluidos. De continuar la tendencia, Michelle Brachelet, la candidata oficial, será la primera mujer presidente de ese país para 2006.

A pesar de la llegada al poder de los partidos socialdemócratas en América Latina, la

Silva en Brasil.

La mayor aceptación del sistema democrático se ve acompañada en Latinoamérica por el progreso que la población percibe en cuanto a reducir la corrupción. Es notorio que en Colombia, Uruguay, Venezuela y Chile se manifieste la mayor satisfacción en cuanto al control de mecanismos y funcionarios responsables de corrupción en las instituciones públicas. Sin embargo también están las respuestas sombrías de parte de quienes se sienten defraudados por los sistemas democráticos. Esos son los casos de Perú, Ecuador, Nicaragua y Guatemala. Son países que también coinciden en tener una población que percibe altos niveles de corrupción pública. Allí también muchos grupos sociales concurren en reconocer la inoperancia de los sistemas judiciales. Se trata de países con grandes conglomerados sociales subsistiendo en la marginalidad, en la lucha “a como dé lugar” de las economías informales, en el “rebusque” del sustento diario. Estas naciones, salvo el caso de Ecuador donde la crisis es más institucional y política, presentan una mayor vulnerabilidad económica externa. Los precios del petróleo que importan se han triplicado, la gasolina también es tres veces más cara y eso aumenta el costo de vida. En Latinoamérica, un 44% de la población subsiste en condiciones de pobreza (cerca de 220 millones de personas) y un 19% debe enfrentar la pobreza extrema (casi 92 millones). Ese constituye el reto esencial de los

sistemas políticos que se establecen en el área.

Problemas del poder Los problemas en el manejo del poder incluyen dos aspectos básicos. Por una parte hacer que los partidos políticos sean instancias de intermediación social; es decir, que el ciudadano “de a pie” se sienta representado por esas organizaciones. Cuando eso no sucede, como en el caso de muchos parlamentarios, los políticos al no representar a nadie más, ni tener mayores controles sobre ellos, se terminan representando a sí mismos. El otro problema político es el de la renovación. ¿Qué hacer cuando un gobernante no llega a ganarse la legitimidad concreta del poder, que la dan los resultados a favor de las mayorías? En Europa ese problema se ha enfrentado al separar el cargo de Jefe del Estado (presidente), del cargo de Presidente del Gobierno (primer ministro). En Latinoamérica esos esquemas no se ven realizables en el futuro previsible. De manera más específica, la agenda del desarrollo latinoamericano sigue presentando los desafíos de disminuir la fuga de capitales, promover la inversión en recursos humanos, y atraer recursos que amplíen la oferta de trabajo. De esa manera las democracias no serían naves a la deriva. Los gobernantes pasarían a ser estadistas que resuelven problemas de fondo, más que administradores coyunturales de crisis permanentes.

corrupción lesiona la democracia, como ha sucedido con los escándalos de Lula Da


Internacional

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El estado de bienestar y el levantamiento de las

banlieus Luego de tres semanas de disturbios a las afueras de París, los

afectar el turismo.

reclamos de los banlieues son respondidos por el gobiernos francés con una campaña publicitaria para no

Contraponer a los disturbios en Francia el fracaso del modelo planteado en el estado de bienestar, es desviar y simplificar las equivocaciones en la política de migración y el Darío Acevedo Carmona

Profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín; docente invitado del Instituto de Altos Estudios para América Latina.

Los levantamientos de las banlieus en Francia y otros países europeos nos recuerda que las realidades de miseria se dan también, aunque en menor escala, en el primer mundo. Pero esa constatación no puede servir, como pretenden algunos columnistas vengativos, para sacar conclusiones ligeras y simples como las que aseguran que el modelo de estado de bienestar en Europa se ha agotado. Si en la coyuntura de los trágicos atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos se criticó con razón la posición de cierta intelectualidad de izquierda europea que encontró razonable tal atentado, o por lo menos lo justificó como una reacción a la política imperialista norteamericana; lo razonable ahora no es tomar una especie de venganza y renegar de lo europeo, o sostener que el modelo de bienestar es una farsa, y expresar cierta alegría perversa y sardónica con los problemas que enfrentan varios países con masas de jóvenes que se sienten rechazados. Salir a batir palmas por los hechos de vandalismo ocurridos, no solo es inicuo sino que revela un sentimiento primario que obnubila el necesario reconocimiento histórico a los aportes que a la cultura occidental ha realizado Europa, con todas sus complejidades y contradicciones internas incluidas. Por supuesto que no está fuera de lugar recordarle a ciertos sectores políticos franceses sus inconsecuencias cuando

se refieren a las realidades del tercer mundo.

Recepción no integración Es pertinente preguntarnos: ¿el levantamiento de los pobladores de las banlieus es el signo del fracaso del modelo de desarrollo de la posguerra? Esto es por lo menos lo que se desprende de las lecturas que algunos analistas hacen de los hechos ocurridos en este otoño en París y otras localidades de Francia y Europa. Y, tanto aquellos que desde América o desde la “derecha” pasan una especie de cuenta de cobro, como quienes desde Europa usan la pluma para darse golpes tardíos de pecho, echan por la borda toda la herencia de la modernidad y de la cultura occidental ante una dificultad que, en todo caso, puede ser superada en el mediano plazo con las herramientas institucionales legadas por esa modernidad. Los que tiran toda la herencia por la ventana, en actitud avergonzada, obran de modo simplista y cómodo, demasiado irresponsable. Un fenómeno como el que se ha venido apreciando, en el que están involucradas, no las masas de migrantes, sino la de sus hijos, no da para pensar en términos tan categóricos sino para reflexionar acerca de las fallas, omisiones, equívocos y errores cometidos por sucesivos gobiernos, de izquierda y de derecha en el tratamiento de la integración de culturas foráneas necesarias para su desarrollo. Estos hechos también dan para realizar una mirada crítica a los elementos de la cultura cotidiana en la que afloran conductas de exclusión y racismo. Los norteamericanos, que en buena medida, como cualquier zona del llamado primer mundo, presentan los

La discriminación laboral, en salud y

otros servicios sociales a los hijos de los migrantes cuestiona el modelo de estado bienestar en Europa.

mismos conflictos, han demostrado una mayor eficacia en la adopción del fenómeno migratorio que los franceses y los europeos en general, que se han conformado con la recepción mas no con la integración. Ello es síntoma de una política que suponía que el modelo de estado de bienestar se extendería por obra y gracia de la inercia a todos quienes fuesen habitantes de la nación, y que no tenía en cuenta que en el marco de esas migraciones había agentes y realidades sumamente conflictivos, en la medida en que se ponían en contacto no sólo estructuras sociales sino también de tipo nacional, racial y religioso. No es lo mismo una masa de migrantes cristianos a una nación cristiana, que la de una masa de musulmanes y negros a una nación blanca y católica. Si los mecanismos de integración han fracasado, lo que se está revelando no es una falla en el modelo de desarrollo del estado de bienestar adoptado por la mayoría de países euro-

peos de la posguerra, sino la irresponsabilidad de haberse negado a adoptar una política clara en materia de migraciones que permitiese no solo el cubrimiento de áreas “sucias” de la economía sino la educación y socialización, en suma, la integración de los nuevos habitantes, y en cambio haber confiado ese proceso a las fuerzas de la evolución.

Discriminación: ¿los costos de la migración? Es claro que los países adelantados arrastran consigo una discriminación que puede estar en la base de los conflictos actuales. En ella ha habido descuido en la proyección de políticas de integración y formalización de esas comunidades que llegan a las metrópolis en busca de oportunidades y que solo encuentran allí el trabajo “sucio”, el malpago o la exclusión total. Sin embargo, el desafío de las migraciones es de tan altos costos que ningún go-

bierno se ha querido plantear seriamente el problema por temor a ser culpado de racista. Las consecuencias están a la vista con la insurrección espontánea de los jóvenes de las banlieus que, por ahora, no son presa exclusiva de los predicadores del fanatismo religioso musulmán, pero que lo podrían llegar a ser en cosa de instantes si no hay una reacción adecuada del estado. Lo que está en cuestión, por tanto, no es como alegremente pregonan los hacedores de catástrofes, el modelo de estado de bienestar o el capitalismo o la globalización, no es que los mecanismos estatales hayan fallado, sino que la inclusión de nuevas realidades en el desarrollo no se ha realizado con los procedimientos adecuados. En esa falla hay tanta responsabilidad de las derechas como de las izquierdas, si nos atenemos a lo que afirma buena parte de los analistas en el sentido de que esto se ha fraguado en los últimos 30 años. Por tanto, el conflicto podría tener más relación con deficiencias en políticas corrientes en materia educativa, de salud y de empleo que no contemplaron el problema de una migración indiscriminada y masiva que hizo fracasar todo el dispositivo estatal existente, que con una política expresamente racista. En ninguna parte del mundo encontramos países en los que la exclusión y la discriminación no figuren de manera lacerante. Por supuesto, si las democracias más avanzadas no reaccionan con sensatez y realismo, sus enemigos, o sea, los extremistas que explotan la crisis con referentes religiosos, aprovecharán para sembrar la duda sobre las ventajas de la sociedad liberal y democrática de Occidente.

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comportamiento discriminatorio, que, según el autor de este análisis, están en la base de la tensión.




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Entrevista Entre los narradores colombianos de las últimas décadas y de mayor recepción literaria, descolla R.H. Moreno-Durán (Tunja, 1946Bogotá, 2005), autor de varios libros de ensayo sobre literatura nacional y europea, de destacadas novelas y libros de cuento, de una pieza dramática, de una biografía literaria, de una consolidada tipología femenina definida como Meninas, Mandarinas y Matriarcas, de recreaciones de mujeres ficticias de la literatura universal y del reconocido programa Palabra Mayor que incluye entrevistas a grandes autores de la literatura iberoamericana. Con motivo de la valoración múltiple Fantasía y verdad publicada por Unibiblos, el autor dialogó con Juan Gabriel Vásquez y Luz Mary Giraldo sobre sus años de formación en la Universidad Nacional, el oficio de escritor, la importancia de la lectura, sus años en Barcelona, la literatura de hoy y las condiciones de la crítica contemporánea. Amante de la vida y de la literatura, responde al tipo de escritor que desde el culto a la palabra y el conocimiento se compromete críticamente ante la sociedad y la historia. De amplia cultura, pluma incisiva y juguetona, prodigiosa memoria e inteligencia pronta, en su obra confluyen el gramático que domina el idioma, el escritor iconoclasta y burlón, y el pensador que reflexiona en cada página de sus ficciones, ensayos o conversaciones, dejando ver la sintonía del escritor que lee o el lector que escribe, lo que desde su erudición “se aproxima a la sabiduría”, como lo reconociera Noé Jitrik en el homenaje que le rindió su Alma máter en las Primeras Jornadas de Literatura y Escritura Iberoamericana, coordinadas por la Escuela de Cine y Televisión y el Departamento de Literatura. Luz Mary Giraldo: Empecemos por la historia de lector y escritor. Usted concede un valor fundamental a la época de estudiante en la Universidad Nacional, ¿qué hay de ese periodo, de las lecturas de entonces, de los primeros escritos? Rafael Humberto Moreno: Yo creo que todos los escritores sin habernos puesto de acuerdo, empezamos a descubrir que había algo muy atractivo, adictivo ca-

La Gran Orden del Ministerio de Cultura, otorgada

porvenir.

en abril anterior, resume el reconocimiento que muchos le hacen como contemporáneo del

Para exorcizar el

olvido

Una tarde, la del viernes 21 de octubre, el maestro Rafael Humberto Moreno dio la última entrevista, a UN Periódico. En ella dejó percibir

que sus días le alcanzarían para escribir algunas más de sus inefables letras. Sin embargo dejó estas palabras, que serán publicadas en su versión completa en un libro de entrevistas al autor que prepara la Universidad Nacional. en el bachillerato. El bachillerato lo hice en seis colegios diferentes, sin perder ningún año, pero no me sentía cómodo en ninguno de ellos. Este cambio continuo me permitió comparar sistemas de educación, en el caso de la literatura constatar formas de enseñanza diferentes: si un profesor le ponía una mística extraordinaria y era maravilloso, otro hacía de ella una

verdadera costura. Llego a la universidad a estudiar una carrera que nada tiene que ver con la literatura, el Derecho, y me da todo en el sentido de que me enseñó a leer a través de unos profesores iconoclastas; creo que los más iconoclastas son los de derecho, ni siquiera los de filosofía (al fin y al cabo ellos mismos decían que la ley está para violarla). Recuerdo a algunos de ellos

con mucho cariño; un profesor que cambiaba de Justiniano y el Código Civil y daba un salto maravilloso a Joyce; o analizaba cómo se veía el problema del derecho en Kafka o por qué el noventa por ciento de escritores eran abogados. Uno empezaba a descubrir a fondo a Goethe, como abogado, juez, poeta, dramaturgo y científico. Yo me decía: “el derecho lo es todo”.

Los profesores tenían la misión de decir “¡ojo!, ese es un charlatán”, y eso era muy importante para quienes creíamos en llegar al conocimiento a través de la insolencia y el escepticismo. si, en cierto tipo de lecturas que nadie nos recomendaba y que uno encontraba por su cuenta: Stevenson, Julio Verne, por ejemplo, pero eran lecturas que uno hacía entre novia y novia, fiesta y fiesta,

Bajo el marco de la valoración crítica del autor de Femina suite, Germán

Espinosa, Rafael Gutiérrez Girardot, Juan Goytisolo o Raymond Williams, entre más de veinte intelectuales, fueron convocados en Fantasía y verdad. Valoración múltiple, el último libro sobre Moreno-Durán.

Guillermo Flórez P.

Yo me hice lector en la Universidad gracias a que la Facultad de Derecho tenía su propia biblioteca, pero había una biblioteca central y al mismo tiempo otras bibliotecas en las otras treinta o cuarenta carreras de la universidad. Libro que no estaba en mi facultad o en la central lo encontraba en las otras. Me hice lector en la universidad y me hice escritor leyendo las malas cosas que algunos compañeros escribían. LMG: En la Universidad confluyen la literatura, la historia, las ideas políticas. Ha sido termómetro de los acontecimientos del país y del mundo, así se deja ver en Juego de damas, su primera novela. RHM: Los que tuvimos la suerte de vivir del 65 al 70, la Revolución cubana, Vietnam, la minifalda, la píldora anticonceptiva, el boom, encontramos muchas cosas. Si yo tenía alguna reserva con el nouveau roman que me parecía muy aburrido, llegaba el boom para salvarme la vida porque me descubre grandes autores y a los que a su vez éste descubre: Filiberto Hernández y el mismo Borges. Por todos esos escritores empecé a hacerle trampa al derecho y a leer robándole tiempo al derecho, leyendo uno o dos libros simultáneamente. Aquí viene la novela, una muy particular. Un día entré a la cafetería y había cuatro o cinco tipos de cuarto o quinto año de Derecho a punto de irse a las manos porque no se ponían de acuerdo sobre si la mejor novela era Ulises. Yo nunca había oído hablar de Ulises y me dije: “ese libro tiene que ser importante”, y cuando terminó el conflicto le pregunté a uno de ellos si me lo podía prestar y sin problema lo hizo sin saber quién era yo. Lo devoré y a los quince días, cuando lo devolví me dijo: “¡sobreviviste!”; el libro tenía muchas cosas que no entendía, pero descubrí una faceta diferente de la literatura, entonces empecé a alternar literatura de creación. Juan Gabriel Vásquez: ¿Qué dejó esa etapa? RH: La Universidad fue la mayor proveedora de en-


Entrevista dad, si no puede aportar algo en esos temas muy bien, si mi lector se divierte bien, si enriquezco la tradición de la que formo parte o sea la tradición española, hispanoamericana, colombiana, me siento bien, el mismo conocimiento que me enseña el estar trabajando permanentemente sobre la realidad de mi país, de mi continente en el mundo. Me fui en barco y a los seis meses de llegar de Colombia éste se incendió en el Puerto de Barcelona y como no tenía ninguna necesidad de regresar, esto permitió que me olvidara de Colombia en el sentido doméstico, cotidiano. Colombia estaba conmigo todos los días por la prensa, la prueba es que muchos de mis libros son “colombianos”. Para descansar de eso aparece Metropolitanas, mi primer libro de cuentos (como se dice en algún momento de la Trilogía: “Monsalve se tuvo que ir a Europa y por allá está escribiendo un libro sobre mujeres”). Entre un libro y otro descubrí algo que para mí ha sido muy importante: que estaba escribiendo una especie de panel colombiano sobre el siglo XX; cuando se publicó hace dos años con motivo de no sé qué centenario de Bogotá, mis dos novelas: Los felinos del canciller, sobre la Atenas latinoamericana o sea finales del XIX y comienzos del siglo XX y El caballero Invicta, sobre la época de Pablo Escobar, el apagón de Gaviria y todo el final del siglo XX, vi el acierto de mi editor al meter en un solo volumen los dos libros porque sirven de arco a toda mi obra. Sin darme cuenta he escrito un fresco balzaciano o pruostiano sobre Colombia, Corea, los años sesenta, los ochenta… JGV: Los escritores somos gente supersticiosa, de seguir rutinas y horarios, Hemingway escribía de pie y tajaba un determinado número de lápices diarios antes de ponerse a escribir, porque eso lo ayudaba a concentrarse, García Márquez con sus rosas amarillas… ¿Rafael Humberto qué manías tiene? RHM: Varios escribían de pie, como Óscar Wilde, otros en la cama y no salían de ella, como Onetti. Yo soy maniaco, trabajo de sol a sol, nunca con luz artificial porque ésta siempre fue para leer, después de las diez de la noche. No puedo sentarme a trabajar si hay algo abierto, una ventana, una puerta, si no está hecha la cama, si no hay un orden absoluto. Si empiezo a escribir y escucho ruidos o si el cuadro está tor-

Luz Mary Giraldo y Juan Gabriel Vásquez, amigos y colegas, hicieron

cido me levanto a enderezarlo, si encuentro algo que está sucio me pongo a limpiarlo y se me va todo el día en esas cosas que son pendejadas pero determinan el día. LMG: ¿Música? RHM: Al comienzo aprendí a escribir con música porque aprendí a leer con ella, cuando yo supe que por más fascinante que fuera Beethoven no me interrumpía un fragmento de la Montaña Mágica, entendí que son compatibles aunque diferentes. La música me va entrando por algún lado, el silencio absoluto me vuelve nervioso, es como si hubiera algo, como si algo va a pasar, entonces prefiero la música clásica. JGV: ¿Cuál es el estado de la crítica, visto con la perspectiva de un libro que se acaba de publicar con las críticas de su obra a lo largo de los últimos treinta años?, ¿cómo se ha transformado

pios creadores, lo mismo que en otros ambientes los hacen los pintores o los cineastas; el oficio de crítico especializado ha ido desapareciendo. JGV: ¿El creador literario, novelista, cuentista, tiene elementos de juicio de los que el crítico carece?, es decir el hecho de que en Colombia las mejores críticas las estén haciendo los creadores, no es muy distinto de lo que ha pasado en otros momentos del siglo XX. Las críticas de Virginia Wolf eran las mejores de su momento; el mejor crítico sigue siendo Eliot… RHM: En Colombia podemos comprobarlo con el mismo García Márquez. Antes del éxito fulminante de Cien años de soledad y de la universalización de su obra y una especie de dedicación casi exclusiva de la creación. Era un excelente crítico; las críticas de cine y de libros de La jirafa o de los periódicos de la costa

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La actual generación de escritores se dedicó a crear, a soñar, a divagar y no a reflexionar. La ausencia de reseña crítica corre pareja con la ausencia de ensayo.

ese oficio en Colombia? RH: Aquí hay una especie de proceso paralelo de descomposición de criterios: de la facilidad, de lo inmediato, de la lectura superficial, de la falta de profundidad; yo no creo que para escribir una reseña se necesiten cinco páginas. Recuerdo cuando Borges escribió por primera vez una reseña de Hermann Broch que ocupó media página en una revista; con ella nos reveló a un extraordinario escritor. O sea, no es cuestión de espacio. No existe un sujeto llamado crítico; las mejores críticas en Colombia las siguen haciendo los pro-

la última entrevista al escritor colombiano en la que, como siempre, hizo uso de su agudo sentido del humor para confesar las cosas por hacer y las ya hechas.

o las de La razón lo dejan a uno sorprendido del gran criterio que tenía. Héctor Rojas Herazo, maestro de la prosa, autor de tres obras magistrales y que curiosamente nunca escribió cuento, fue uno de los críticos más brillantes que he leído en mi vida. Los dos tomos que publicó Eafit en Medellín muestran su lucidez, sentido del olfato extraordinario. Eso mismo pasaba con contemporáneos de Buenos Aires, La Habana o México. Creo que hay un problema de formación; me parece que el escritor, por lo menos de las dos últimas generaciones en Colombia, ha despreciado olímpicamente la crítica, no porque no le den la oportunidad. Ésta es una generación que se dedicó exclusivamente, entre comillas, a crear, a soñar, a divagar y no a reflexionar. La ausencia de reseña crítica corre pareja con la ausencia de ensayo; Colombia es un país de grandes y extraordinarios ensayistas y lo demuestra Mito que es la gran generación de críticos, reseñistas y ensayistas; uno encuentra un artículo de Martha Traba de veinte líneas, absolutamente contundente sobre Bacon o cualquiera de los grandes pintores del siglo XX, pero también un artículo de veinte páginas; eso solo lo da la formación; un crítico no se improvisa. Un crítico corre parejo con el gran creador. Es el caso de Octavio Paz, el gran poeta a quien su prosa le ayudó a su carrera. Su gran prosa tanto en ensayo extenso como en reseñas breves, Lezama Lima, Borges, Fuentes, Vargas Llosa, Cortázar. Lo que ha ocurrido en Colombia en los últimos veinte años, pero no solamente en Colombia, es que la minicrítica está haciendo una carrera tan nefasta como el minicuento que es donde hay verdaderas perlas, pero no todo es calidad. Me parece que el problema es el sujeto crítico, si el sujeto crítico no existe, no existen resultados, se impide una lectura del producto estético.

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

sayo, precisamente por estos profesores iconoclastas que me ayudaron a pensar cuestionando las verdades establecidas. Nunca olvidaré la rabia que me dio cuando hablando de Sartre con un profesor de filosofía, me dijo: “para hablar de filosofía tenemos que hablar de filósofos serios y Sartre no lo es”; en ese entonces yo adoraba a Sartre y la afirmación del profesor me molestó mucho. Años después comprendí que tenía razón. Sartre era un militante muy genial con sus obras de teatro que para mí es lo que sobrevive; pero todo lo demás… reintenté leer Los caminos de la libertad y no, ideologismo indigesto. El profesor tenía la razón, pero entonces estaba tocando uno de mis ídolos. Frente a muchos filósofos que nos vendía París, los profesores tenían la misión de decir: “¡ojo!, ese es un charlatán”, y eso era muy importante para quienes creíamos en llegar al conocimiento a través de la insolencia y el escepticismo, eso me lo enseñó la Universidad. LMG: Hay un ensayo sobre Lautreaumont que se identifica como su primer texto. Luego vienen De la barbarie a la imaginación y Juego de damas, lo que indica que desde el comienzo cabalga entre el ensayo y la ficción. RHM: Como casi toda mi generación, yo sentía que algo se estaba moviendo en el mundo, que iban a cambiar las cosas. El poeta Lautreaumont de alguna forma propugnaba una rebelión contra lo absoluto, pero lo absoluto eran categorías que ya habían manejado Sartre, Camus, una cantidad de gente; era el rebelde que a los veinte años había escrito una obra impresionante. Cómo no sentir la sensación de militancia política teniendo a los troskistas, comunistas, ortodoxos, línea Moscú, línea Pekín, cubanos, en fin. Los veía y los distinguía por los grupos; ahí descubrí al joven rebelde pero ya no en el sentido de Lautreaumont sino aterrizado en una realidad tan terrible como Colombia entre 1965 y 1970, cuando surgen dos grupos guerrilleros, Farc y Eln. Uno no puede ser indiferente a eso. Yo vi cómo muchos compañeros míos cayeron. Menciono ese lustro porque no todo el mundo ha tenido la fortuna de tener como profesor a Camilo Torres Restrepo, o a Martha Traba que nos lleva a Mario Vargas Llosa, a Juan García Ponce a dictar conferencias, a Marcuse, el otro pontífice del movimiento contestatario traducido por García Ponce; ese privilegio lo hemos tenido muy pocos, con autores que estuvieron al alcance de la mano. Ahí entendí que se estaba moviendo algo, pero lo que más se movía y cambiaba eran las muchachas, las jóvenes, las minifalderas, todas inteligentísimas, bellas, destructoras de hombres, número uno de su carrera. Ahí pensé: “este personaje no ha sido tratado por la literatura colombiana”; desde María hacia acá no veía a esa mujer por ningún lado y sigo sin verla. No estaba en Lizarazo, en García Márquez que era la moda, en Cepeda Samudio,

no estaba en los cosmopolitas; ahí me dije: “esa mujer es nueva y va ser mía”. Descubrí que tampoco estaba el movimiento estudiantil como tal, vinculado a la liberación femenina, ambos relacionados a los movimientos políticos que se estaban abriendo camino en el mundo. De ahí nació Juego de damas. Las tres columnas de Juego de Damas, que siguen rigiendo mi vida. En estos momentos, octubre de 2005, lo que estoy escribiendo está regido por un criterio cronológico, por eso cuando viene la caída del Muro de Berlín en 1989, Juego de Damas se había publicado catorce años antes y en la novela esto se anticipaba: ya había guerrilleros absolutamente arrepentidos, escépticos, enmarihuanados que preferían la marihuana al monte, decepcionados, cuando aquí todo el mundo empezaba a irse para el monte engañado por la falsa ideología. Hay una serie de cosas que yo no entiendo por qué los demás no siguieron en sus historias, muy respetables, del campo, de los bares, de las prostitutas, el tránsito del campo a la ciudad, la violencia con mayúscula, pero mi violencia era la que yo estaba viviendo, si estoy en el 73 era la del 73. Eso se lo debo a la Universidad porque en ese caldo de cultivo era donde conocía todo. JGV: Cuando llega a Barcelona termina Juego de Damas, ¿cómo afectó el alejamiento del caldo de cultivo para la escritura de los otros dos volúmenes de la Trilogía, que comparten el mismo clima y dan una unidad de ambiente total? RHM: Porque, como en el poema de Kavafis, la ciudad, en este caso la Universidad no me abandonó nunca. Yo me fui del país por las buenas, sin resentimiento ni nostalgia, ni deudas pendientes, lo que me permitía trabajar sin rabia, que es el problema de muchos escritores al convertir el exilio de sus países en verdaderas batallas campales y luchas que transmiten –así tengan la razón– a sus novelas en puro resentimiento; la novela no es para tumbar gobiernos, ni para sacar a la gente de la cárcel, en lo posible es para meter al autor a la cárcel, es lo que casi siempre ocurre. Además ningún escritor nació para ser la Madre Teresa de Calcuta ni para reivindicar a nadie, un escritor no tiene por qué ser Simón Bolívar o el Ché Guevara. La escritura es diversión, arte, profundi-


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Cultura Paula Grisales Unimedios

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La vida de Germán de Granda es la de un académico que encontró su laboratorio de estudio en las tierras lejanas e inexploradas. Constantemente recalca a sus estudiantes de la Universidad de Valladolid que la realidad está afuera, no en una oficina y menos frente a un computador, cosa que no todos atienden a pesar de que él es la personificación de tal consejo. Su primer viaje ocurrió cuando ni siquiera había terminado la licenciatura en Lingüística en la Universidad Complutense de Madrid; entonces, fue a Marruecos como legionario español, “algo realmente aventurero”, dice. En ese momento inició un itinerario por países de África y América que comprendía destinos tan remotos como la isla de Annobón (Guinea Ecuatorial) a la que solo llega un barco al año; y Palenque de San Basilio (Colombia). Fue en esta población del departamento de Bolívar donde hizo uno de sus descubrimientos más relevantes: que el palenquero no es una curiosa variedad de español con influencias africanas –como hasta entonces se había creído–. Es una lengua aparte, cuya base es un criollo mezcla de portugués y lenguas africanas que trajeron consigo los esclavos, y que se conserva casi intacto. Un descubrimiento hecho en 1968 y que hoy muy pocos colombianos conocen. Los estudios lingüísticos de De Granda en Latinoamérica le han valido para ser considerado el hispanista vivo más importante en la actualidad; ser nombrado académico correspondiente de las academias de la lengua en Cuba, Colombia, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay y Argentina, además de la Real Academia Española; y ser nombrado profesor honorario de las universidades más antiguas de América como la Autónoma de Santo Domingo, fundada en 1536, y la de San Marcos de Lima, fundada en 1551. Aprovechando su visita a Bogotá durante una serie de conferencias programadas por el Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional, UN Periódico conversó con él. UN Periódico: Usted explica que el palenquero es una lengua criolla en un estado basilectal, es decir, que aún conserva muchos rasgos del criollo original (mezcla de portugués y lenguas africanas) que traían los esclavos a

La vitalidad y dinamismo de la lengua quedaron preservados en el palenquero, que no es “español mal hablado” –como se llegó a pensar– sino una lengua criolla que da testimonio del

contacto de culturas en América. Germán de Granda, reconocido hispanista responsable del hallazgo, volvió a Colombia para hablar de los aportes afro al español.

Hace 37 años De Granda descubrió que la lengua de San Basilio de Palenque era

colombianos tienen noticia.

El palenquero: Guillermo Flórez P.

reliquia lingüística

tiempo o la modalidad de la acción. El sustantivo es también invariable y cuando se quiere manejar en forma plural se le provee de un morfema anterior. No hay oraciones subordinadas y una serie de preposiciones tienden a perderse. El segundo elemento importante es la conservación de rasgos de las lenguas africanas en las que se formó originariamente ese criollo, según mi teoría. El elemento pluralizador de los sustantivos es “ma”, ubicado al inicio de la palabra; por ejemplo, para gallina (ngañía) el plural sería mangañía; ese es un morfema del kikongo, la lengua bantu que hablaban los

precedidas de una nasal, por ejemplo en ngañía, la “g” está precedida de “n”. Esto es característico de varios grupos de lenguas africanas. También los pronombres personales de segunda y tercera persona plural son africanos: enú (ustedes) y ané (ellos). Es decir, ¡todo esto es bastante complicado! UNP: ¿Por qué el palenquero se ha conservado en estado basilectal? GG: Por el aislamiento en que vivió el palenque durante siglos, prácticamente hasta el siglo XVIII. Palenque fue eso, palenque: un establecimiento de negros libres que permanecen al margen e incluso en estado de guerra

Habría que lograr que la gente no tenga la idea falsa de que es un castellano mal hablado. No, ¡es otra lengua!, aunque en buena parte coincide con el léxico del español. Entonces que se enorgullezcan de hablar palenquero. América. ¿Qué características tiene el palenquero? Germán de Granda: En primer lugar la simplificación gramatical de una serie de rasgos de la lengua europea de prestigio, en este caso el español. Por ejemplo, el verbo no tiene conjugación, sino que está en infinitivo y es precedido por morfemas invariables que indican el

algo único en toda América; hallazgo del que hoy pocos

que empezaron a manejar el criollo portugués del que salió el palenquero. Y en tercer lugar, que una buena parte del léxico es procedente de la lengua de prestigio, el español, pero se conserva un porcentaje, no muy alto pero muy significativo, de la lengua kikongo. En su fonética hay prenasalización, que consiste en que abundan las consonantes

con todo lo que les rodea. La autoridad colonial no admitía ese tipo de hechos. Entonces, estoicamente, se mantienen en lucha con la autoridad colonial hasta el siglo XVIII, en el que hay una especie de tratado de paz entre las autoridades y los palenqueros. Si hubieran tenido una relación normal con el resto del país tal vez hubiera seguido aproximándose al espa-

ñol hasta desaparecer como lengua. UNP: Resulta paradójico que esta preservación sea al mismo tiempo expresión de un cierto abandono del estado hacia esta población… GG: Es cierto que ese abandono es un factor de la preservación hasta hoy del palenquero. Es lo mismo que pasa con otras zonas del Pacífico, donde también las condiciones de vida son terribles, su aislamiento es prácticamente total. Eso es lo que da lugar a que se conserven rasgos no solo lingüísticos sino culturales que en otras partes han desaparecido, como determinado tipo de poesía tradicional como los romances antiguos y las décimas. UNP: Quizá todavía haya colombianos que desconozcan la particularidad de esta lengua criolla. ¿Por qué el palenquero es un caso único en América? GG: Las modalidades criollas son un símbolo lingüístico de la mezcla de culturas. En ningún territorio de lengua española actual se conserva una modalidad criolla basilectal, salvo el caso del palenquero. Ni en Cuba ni en el resto de América. Y el que hay aquí es un espléndido ejemplo del contacto entre las culturas africana y occidental. Es una reliquia verdaderamente preciosa.

UNP: ¿Qué se debe hacer para que se siga conservando? GG: Durante algún tiempo hubo una tendencia en Palenque a que los jóvenes se avergonzaran de hablarlo considerando que era un español mal hablado y lo abandonaban. Parece que en los últimos años, quizá a partir de la Constitución de 1991, las cosas están cambiando y se está volviendo a valorizar. Hay que seguir por ese camino, la educación debe ser bilingüe: en castellano y en palenquero y, sobre todo, habría que lograr que la gente no tenga la idea falsa de que es un castellano mal hablado. No, ¡es otra lengua!, aunque en buena parte coincide con el léxico del español. Entonces que se enorgullezcan de hablar palenquero. UNP: Desde la Lingüística, ¿cuál es el paso a seguir? GG: Convertirlo en una modalidad dotada de prestigio, estandarizarlo para que se pueda escribir y que no haya esa vergüenza por el uso del palenquero –que no hay realmente ningún motivo– y luego habría que averiguar si en Colombia hay sin descubrir alguna otra modalidad similar, porque en este país hubo muchos palenques de esclavos sublevados. Es posible que en alguna zona aún no investigada se dé alguna modalidad semejante.


Arte

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Cortesía: Cortocinesis

Con creaciones como La Sala y La Mesa, ambas premiadas en certámenes de gran importancia, la

compañía Cortocinesis se posiciona entre los grupos más destacados de danza contemporánea en el país. El itinerario empezó hace más de dos años en la Universidad Nacional y continúa con las conocidas dificultades que tienen los creadores en Colombia.

El cuerpo como escenario Danzar no es bailar (...) La coreografía es como el cauce de un río. Sonia Sajona, bailarina venezolana.

La historia de la danza contemporánea es la de una ruptura provocada por el cuerpo y el movimiento. Especialmente desde que Isadora Duncan –aquella norteamericana de principios del siglo XX, bailara descalza, y que con cautivante pasión fuera capaz de romper los rígidos esquemas clásicos– le diera una segunda oportunidad al cuerpo y su libertad para expresarse. Desde entonces, esta manifestación artística no ha dejado de crecer en busca de su identidad. La sombra de la Duncan se proyecta en el trabajo de siete jóvenes que hace un par de años decidieron conformar la compañía Cortocinesis, que surgió del Grupo de Danzas Folclóricas de la Universidad Nacional. Entre ellos, Vladimir Rodríguez, su director, quien después de intentar con la filosofía y el diseño gráfico, se vio seducido por la fuerza del movimiento corporal y su proyección coreográfica. Su trabajo evoca la contundencia del corto cinematográfico, donde los bailarines son capaces de exhibir total concentración y acople de sus intenciones en el escenario. Él define su propuesta como una que reivindica el formato pequeño y la resistencia corporal del bailarín. En consecuencia, La Sala no pasa de los quince minutos, en los que cuatro bailarines dotan de sentido un espacio en apariencia anodino y lo convierten en un escenario de movimientos vertiginosos y precisos para que cada danzante llegue al límite de su inteligencia corporal. En la obra se perciben historias fugaces y frágiles relaciones humanas: metáfora de la vida cotidiana condicionada por parciales equilibrios.

El espectador se pregunta: ¿cómo pueden alcanzar tal grado de coordinación en movimientos tan rápidos y jugando con apenas dos sillones y sus cuerpos? “La formación personal es muy importante porque permite apropiar varias técnicas para interpretar lo que requiere la obra”, afirma John Edwin Vargas, bailarín. Él coincide con el resto del grupo en que lo más importante es profundizar en el principio de la danza: el movimiento. A partir de allí, la investigación, la disciplina y la mística juegan a favor de un producto cuya calidad ha sido reconocida en festivales de gran prestigio.

La experiencia española Uno de los certámenes más importantes de danza contemporánea en el mundo es el “10MASDANZA”. Alrededor de cien trabajos son enviados en video desde

varias partes del planeta con la ilusión de ser invitados a las Islas Canarias, en España, para participar de la fase final de selección de los diez mejores. La Sala fue distinguida entre las cinco propuestas con mayor calidad, lo cual confirma que la experiencia de Vladimir en compañías reconocidas como L’ Explose, de Tino Fernández, aunada a la preparación constante de los bailarines, le ha permitido crear una compañía de danza contemporánea con un perfil definido, “en el que la inteligencia corporal del grupo y la investigación van dando la estructura de la obra, y la manera como va a quedar planteada”, dice el director a propósito de su método de trabajo.

Éste le ha servido para “patentar” el piso móvil, una herramienta coreográfica y estilística que recoge varias de las influencias que ha recibido Rodríguez durante su formación y le facilita el trabajo de desplazamiento por el piso con énfasis en

seleccionado entre los cinco mejores del festival “10MASDANZA”, celebrado en Islas Canarias. Nótese la tensión corporal minuciosamente dosificada para las exigencias del montaje.

expuestas en creaciones más largas como La Mesa, que durante sus 55 minutos, exige del bailarín una apropiación del espacio y de su propio cuerpo. “Cuando bailamos perdura el mismo vértigo: el vértigo ante el poder de un grupo”, afirma su director.

En la obra se perciben historias fugaces y frágiles relaciones humanas: metáfora de la vida cotidiana condicionada por parciales equilibrios. la concentración motora y gran exigencia muscular. A este respecto, Olga Lucía Cruz, otra de las integrantes de Cortocinesis, sostiene que la herramienta posibilita el reconocimiento en pequeños rangos del movimiento y la reinterpretación de la técnica personal para los requerimientos de la obra. Estas condiciones de investigación y disciplina han sido

Varias influencias ha recibido Vladimir Rodríguez, director de la compañía Cortocinesis

a lo largo de su trabajo, entre otras, la de la conocida técnica “volando bajo”.

Una sensación similar a la del par de moscas que copulan donde no deben y que plasman el sentido de la obra. En todo caso, La Mesa, concebida como una “oscilación entre lo individual y lo colectivo”, con cuerpos que parecieran obedecer a un invisible y poderoso dispositivo de relojería, fue premiada con la Beca de Creación para pequeño formato del Instituto Distrital de Cultura y Turismo. El estímulo, aunque algo precario (diez millones de pesos) sirve para constatar el interés por la danza contemporánea en el país. Ahora son más de diez compañías las que investigan y producen obras de variada calidad en la ciudad, siempre con el cuerpo y el movimiento como referentes, aunque los formatos y narrativas varíen. “Es necesario persistir en la consolidación de una conciencia sobre el oficio de bailarín y la calidad de las propuestas independientes, como la nuestra”, afirma Vladimir Rodríguez, quien conserva en la memoria de su cuerpo los rasgos, las tensiones y todo el conocimiento que como danzante y coreógrafo obtuvo en la Universidad Nacional. Ahora, con Cortocinesis, el panorama parece mucho más amplio que el que podrían divisar un par de moscas sobre una mesa.

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Yino Castellanos Unimedios

Diversos momentos del montaje La Sala,


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Universidad

Un nuevo modelo de incubación financiado por el sector privado fomentará la innovación en las empresas colombianas. El modelo propuesto por cuatro organizaciones, entre ellas la Universidad Nacional, hará de la academia un socio estratégico para consolidar la productividad de la industria.

La innovación prospera donde los grupos y

centros de investigación y de desarrollo tecnológico están articulados con el sector productivo Archivo y empresarial, principio del que parte Catella.

Jorge Jaramillo Vargas

Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia (2017).

El pasado 17 de febrero de 2005 se celebró el Pacto Nacional por la Innovación Tecnológica por parte del Gobierno, el empresariado, el sector financiero, los científicos colombianos y un grupo de universidades. Estas instituciones se han comprometido a elevar la conciencia de nuestra sociedad sobre la importancia de la innovación tecnológica para contribuir a generar las condiciones de un

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Los incentivos están sobre la mesa: el 125% de exención tributaria es para aquellos empresarios que estén dispuestos a generar valor, a innovar y a crear país. futuro próspero para las nuevas generaciones, a aumentar los niveles de inversión en innovación y a fortalecer la formación del capital humano vinculado a las actividades productivas. Una expresión notable y concreta de este pacto nacional es el recientemente creado Comité Universidad-Empresa liderado por la Universidad Nacional. El Comité surge por el trascendental consenso entre las principales universidades y empresas de Bogotá y su región, por la necesidad de generar y promover proyectos de investigación aplicada,

enfocados a resolver necesidades tecnológicas reales de las empresas y de consolidar equipos multidisciplinarios conformados por académicos, miembros de los departamentos de investigación, desarrollo, tecnología, diseño y producción de las empresas comprometidas. En este contexto surge la primera versión del proyecto Catella. Se trata de un nuevo modelo de incubación financiado por el sector privado capaz de fomentar la innovación en las empresas colombianas mediante la aplicación directa en ellas de metodologías de gestión del conocimiento y de la innovación por medio de alianzas entre la academia y el sector productivo; estas alianzas deben ser entendidas como un puente entre las necesidades del mercado y la capacidad de los centros y grupos colombianos de investigación de satisfacerlas. El proyecto, calificado como innovación tecnológica por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en octubre pasado, busca tender puentes entre la academia y los grandes empresarios colombianos, con el objetivo de crear nuevas empresas para el país. La lectura de la situación actual de la innovación en el país hace que el enfoque de Catella sea particularmente interesante. En Colombia, el sector privado no ha aprovechado significativamente los incentivos disponibles para financiar la innovación tecnológica y no ha desarrollado suficientemente una cultura de la innovación. Prueba de ello es que de acuerdo con la segunda Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica (Colciencias 2005), las 6.172 empresas encuestadas emplean un total de 555 mil personas, de las cuales, so-

Catella

es cadena

lamente el 1% trabaja en I+D (innovación y desarrollo), el 1% en diseño y el 1% en ingeniería. El resultado: el país se encuentra dentro del 20% de las naciones menos competitivas del mundo, según el Foro Económico Mundial.

Tres discursos Por otro lado, la universidad no ha sabido acreditarse frente el sector empresarial como motor de innovación y como socio estratégico en el proceso de penetración de los mercados internacionales1. De 6.172 empresas en la mencionada encuesta, solamente 23 realizaron proyectos de desarrollo e innovación tecnológica en asocio con universidades y 11 en asocio con centros de desarrollo tecnológico. Catella recoge tres literaturas relevantes para abordar el problema planteado: los documentos sobre gestión del conocimiento y de la innovación –particularmente con respecto al tema de desarrollo en las empresas de nuevos productos–, los documentos sobre incubación de empresas y la que habla sobre comercialización de la tecnología generada desde las universidades y sobre el consecuente rediseño institucional requerido por parte de las universidades mismas. Estas tres fuentes han seguido tradicionalmente trayectorias separadas. Catella las integra en un modelo de incubación de empresas. Imaginémonos un equipo de trabajo de clase mundial compuesto por profesores reputados y banqueros de inversión que llega a su empresa con el objetivo de capturar y construir con sus empleados oportunidades de negocio. Una vez allí se despliegan técnicas y procesos que van dirigidos a seleccionar las mejores oportuni-

dades; pensemos cómo esa fusión de equipos evalúa y selecciona las mejores ideas con el objeto de crear valor desde diversas perspectivas disciplinarias; llevemos esas ideas a la investigación y el desarrollo; sigamos caminando y encontremos un plan de negocios formulado con estándares internacionales; observemos finalmente a los empresarios creando una nueva empresa con un grupo de jóvenes brillantes y emprendedores, con el apoyo de los centros de investigación colombianos. Eso es Catella. Es el momento para invertir y para creer.

El Sena, Colciencias, la Universidad Nacional y la Corporación Innovar creen. Es el momento para que los empresarios inviertan. Los incentivos están sobre la mesa: el 125% de exención tributaria es para aquellos empresarios que estén dispuestos a generar valor, a innovar y a crear país. En el Reporte de SCOPE (Medina, 2005) se lee: “Si bien los estímulos del Estado para la inversión privada no son suficientes, es evidente que 1

los empresarios colombianos tienen escasa confianza en el papel del conocimiento como fuerza motriz de sus empresas y de sus negocios”.


Salud

Atención de desastres: sin reglas claras

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Juan Carlos Ortega Bermúdez

Ex gerente zona de reconstrucción, Universidad Nacional de Colombia en Armenia.

Gerencia de desastres Una vez sucedido el fenómeno, ante la falta de rigor en las reglas del juego y en la premura de los hechos, los gobernantes prometen soluciones desarticuladas, que al final se cobran y tienen un efecto considerable sobre el fisco, que en últimas recurre al crédito o a crear impuestos para cumplir las promesas mal formuladas. La oposición, por su parte, se encarga de aumentar sin dolor el número de afectados y de presentar las solicitudes en su nombre, sin confrontar la veracidad de los datos. Todo se traduce entonces en un complejo entramado de intereses políticos y económicos que encuentran en el desastre la oportunidad de fortalecerse siempre en nombre de los damnificados. Ante la débil institucionalidad de las normativas de la atención, los estudios evidencian las siguientes coincidencias:

Al revisar las tragedias de Armero, Popayán

y el Eje Cafetero, una suerte de intereses políticos se mezclan con el dolor de las víctimas. A pesar de los logros institucionales, Colombia debe avanzar en los aspectos financiero y jurídico de la atención de desastres.

Desastre

con aprendizajes firmes Iván Andrés Botero, Unimedios

Pese a la experiencia acumulada en atención de desastres, el

antes y no después de las tragedias. Todo gran desastre trae consigo un flujo especial de recursos necesarios para la reconstrucción de la zona afectada, a causa de esto se inicia una lucha por la coordinación y la participación en su ejecución. Esto sucedió en Armero y en el Eje. En este caso, se impone la supremacía del Gobierno Nacional que ha creado organismos especiales como Resurgir o el Forec para la ejecución de los recursos, que dependen directamente del Presidente de la República. En últimas, la hora política de la reconstrucción es ganada por el presidente de turno frente a los políticos regionales. En consecuencia, las oficinas nacionales, regionales y locales de atención de desastres están aisladas del proceso (más en el Eje Cafetero que en Armero) y su experiencia sobre las zonas y sus habitantes no es tenida en cuenta. De acuerdo con las declaraciones que se ofrecieron en su momento, esas oficinas son consideradas débiles para asumir la coordinación que les demandan los hechos y, a pesar de las condiciones especiales con que las reviste la Ley 919 de 1989, tienen limitaciones jurídicas para enfrentar con eficacia las decisiones gerenciales de la atención de desastres. Dado el flujo de recursos extraordinarios que reciben las zonas, se crea un falso imaginario de prosperidad, pero una vez finalizadas las tareas de reconstrucción suele quedar un vacío, con impactos negativos en el corto y mediano plazo. En Armenia, en dos años, se inyectaron recursos de inversión que en épocas normales recibiría en

desafío está en fortalecer las estrategias Archivo

12 años. A pesar de esto, no se incorporaron estructuras económicas que mantuvieran un nivel de desempeño económico mejor al que se presentaba en 1999, en el momento del sismo; por el contrario, el Quindío ostenta hoy la mayor tasa de desempleo del país, 20%. El flujo de dinero permitió, tanto en Armero como en el Eje, la construcción de obras de infraestructura sobredimensionadas para las posibilidades de mantenimiento de los entes regionales.

Excesos costosos Una de las consecuencias más importantes se encuentra en las soluciones de vivienda. Éstas se construyen con altos niveles de funcionalidad, pero sin tener en cuenta quiénes van a vivir allí. De acuerdo con Saave-

por valores que oscilan entre el 20% y el 40% del costo de construcción. Una buena parte de los nuevos barrios se construyó en áreas desarticuladas de los movimientos urbanos, sin equipamiento educativo ni de salud, lo que los ha desmembrado de su cotidianidad y ha motivado en buena medida el traslado de los hogares a su zonas de origen en alto riesgo y en condiciones de vulnerabilidad, pero que les resuelve el ingreso y el acceso a servicios sociales. La conclusión, es la necesidad de consolidar reglas del juego claras para la atención de desastres, que retomen las experiencias del pasado, vigorizando los aciertos y eliminando los errores. En este sentido, hay que incorporar los avances en la prevención y fortalecer un sistema de prevención y atención

El flujo de dinero permitió, tanto en Armero como en el Eje, la construcción de obras de infraestructura sobredimensionadas para las posibilidades de mantenimiento de los entes regionales. dra, a diez años de entregadas las viviendas en Armero, se presentó un gran movimiento inmobiliario que les permitió a los beneficiarios vender su vivienda por el 50% del costo de construcción. En el caso del Eje Cafetero, en particular en Armenia, donde las universidades Nacional y del Quindío realizaron encuestas y en donde se ha hecho seguimiento especial, se evidencian transacciones

con herramientas jurídicas y financieras definidas, con la suficiente capacidad organizacional para evitar los protagonismos coyunturales que afectan finalmente al fisco y no solucionan de fondo el problema. Se espera que la hora política se aproveche, y bajo procedimientos precisos afronte los hechos y evite los excesos de todas partes.

Con el fin de aprovechar las enseñanzas luego del terremoto en el Eje Cafetero, al atender 55 mil habitantes, aparecen una serie de documentos que recuperan el reto institucional de planear y distribuir recursos, en este caso, para cubrir 414 hectáreas, y de involucrarse con las necesidades de 1.800 hogares que acudieron a ‘cambuches’ o alojamientos surgidos al sur de Armenia, llamada zona 13, en 1998. En Armenia: enfoques de la reconstrucción, la Universidad Nacional, llamada por el Estado para acompañar la recuperación del sur de esa región, revela los criterios para definir las construcciones y reparaciones, los recorridos para el encuentro con las comunidades y las metas de reconstrucción. Por este trabajo obtuvo el mayor grado de confianza del Estado y la tarea de ampliar su labor en toda la ciudad de Armenia, incluso para asegurar el desmonte de los alojamientos restantes después de dos años de reconstrucción y de impulsar el traslado de las familias a sus nuevas casas. Los seis documentos de la serie, elaborados por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, exponen antecedentes, planeación y ejecución de actividades para atender el terremoto, así como el trabajo de campo, tanto urbanístico como sociodemográfico, que los convierten en una guía para el manejo de la rehabilitación social y física. La publicación logra profundizar en la ejecución de actividades, recuperar los conocimientos de la interventoría social en nuevos barrios y socializar las prácticas en comunicación y movilización, pioneras en Colombia.

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Desde el sismo de Popayán, el país ha consolidado una institucionalidad en el tema de prevención de desastres en la que es reconocida en Latinoamérica. Ciudades, como Bogotá, Manizales, Pereira cuentan con sólidos diagnósticos para prever las estacionalidades del peligro y las formas de reacción ante un fenómeno natural. El avance en la prevención, sin embargo, presenta una notoria asimetría con el de la atención de desastres. En este último, el desarrollo ha sido mínimo y en cada evento se repiten la mayor parte de los errores cometidos en el pasado. Los estudios de María del Rosario Saavedra con respecto a los desastres de Armero y del eje cafetero; los presentados por Gustavo Wilches sobre Popayán y Armero; así como el análisis del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional con respecto al Eje Cafetero, evidencian características similares en la deficiente atención de desastres que se repetirán en los hechos venideros, básicamente por la preponderancia de la hora política y los intereses privados sobre la necesidad de los afectados. En efecto, todo gran desastre se convierte en una oportunidad política. El Gobierno Nacional, los poderes regionales y la oposición enfilan baterías en busca de espacios de fortalecimiento político. Este hecho inicia una serie de compromisos entre los que más dan y los que más solicitan, en nombre de los afectados; quienes, por demás no se enteran con la misma velocidad, ni de lo que les dan, ni de lo que solicitan en su nombre.


20

Noticias

Guillermo Flórez P.

Trabajo informal

saludable

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Por primera vez, los aspirantes a un cupo en pregrado presentaron el examen de admisión de la Universidad Nacional de Colombia en una sola jornada. El pasado 22 de octubre, solo en Bogotá, 46.463 de los 62.433 inscritos nacionales de calendario A, presentaron las pruebas escritas en el campus de la Ciudad Universitaria y en 45 colegios que facilitaron sus instalaciones para el proceso de admisión. “Con esta nueva mecánica, la aplicación del examen no interfiere con las múltiples actividades académicas desarrolladas por la Universidad y los profesores son citados a participar únicamente en una jornada y no en tres, como en ocasiones anteriores. Igualmente, se elaboró un solo examen y no tres, con el fin de optimizar el banco de preguntas y permitir que el aspirante se pueda llevar el cuadernillo del examen”, explica el ingeniero Mario Alberto Pérez, actual Director Nacional de Admisiones. En convocatorias anteriores, la evaluación era realizada en las instalaciones de la Universidad. Para esta ocasión, el

70% de aspirantes en Bogotá presentó su examen fuera del campus, y se contó con el apoyo y supervisión de 1.500 docentes de la Institución. La reducción de las jornadas de aplicación del examen de admisión obedece a la política de optimizar los recursos. Esta dinámica fue aplicada en el primer semestre de 2005 con los estudiantes de calendario B y se consolidó para el segundo ciclo, ante la mayor afluencia de candidatos de los colegios de calendario A. En las otras cinco sedes, el proceso fue el mismo. Se aplicó el examen en una sola jornada, aunque no fue necesario utilizar colegios públicos o privados, ya que la capacidad física de los edificios se ajusta al número de aspirantes que presentan el examen en esas ciudades. Adicionalmente, se utilizaron colegios públicos y privados en 10 ciudades, distintas de donde la Universidad Nacional no tiene sedes, distribuidas en todo el país: Barranquilla, Cúcuta, Florencia, Ibagué, Mitú, Montería, Pasto, Riohacha, Tunja y Villavicencio.

OPS acredita

libros de Enfermería

tres

La formulación de estrategias dirigidas a mejorar los lugares de trabajo del sector informal, es una novedosa propuesta que el grupo de Salud de Colectivos de la Facultad de Enfermería adelanta desde hace tres años, a partir de la investigación de limitaciones, riesgos y fatalidades a los que los trabajadores de lavaderos de carros, curtiembres y fábricas de calzado se exponen diariamente. La primera propuesta de intervención de dicha línea de investigación es la adoptada con éxito por la Cooperativa Integral de Curtidores (Copicur), del barrio San Benito en la Localidad Sexta de Tunjuelito, que se calcula, genera empleo directo a más de 1.300 trabajadores. En esta ocupación, la exposición permanente a químicos y a ruidos por encima de los decibeles permitidos para el oído humano, constituyen los peligros más importantes que afectan la calidad de vida de los trabajadores dedicados a la obtención de pieles. En consecuencia, “fomentar la Promoción de la Salud, con acciones y condiciones que apunten a obtener lugares de trabajo saludables y seguros es una

prioridad”, dice Amparo Lozada, coordinadora del proyecto. Para cumplir con ese objetivo, el grupo de Salud de Colectivos de la Facultad de Enfermería lleva a cabo actividades de sensibilización, capacitación y empoderamiento del trabajador en el cuidado y defensa de su salud. No hay que pasar por alto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reporta que cada año mueren en el mundo 1’129.000 personas como consecuencia del trabajo, con un promedio de 3.000 trabajadores, cifra superior a la que arroja cualquiera de los conflictos que se desarrolla en diferentes lugares del orbe. En Colombia, según el Ministerio de la Protección Social, en 2004 se presentaron 223.631 accidentes de trabajo de los cuales 600 resultaron fatales. De igual forma, el informe de la Dirección General de Riesgos Profesionales, de la misma cartera, indica que 959 enfermedades profesionales y 160 trabajadores quedaron inválidos por accidentes relacionados con el trabajo que desempeñaban.

Las tareas que mayores índices fatales generan son las relacionadas con trabajos en altura, espacios confinados, electricidad, accidentes de tránsito y manipulación de sustancias peligrosas, mientras los principales sectores asociados con muertes laborales, son la vigilancia privada, la administración de justicia y el transporte. ¿Qué factores explican esta situación teniendo en cuenta que existe un Sistema de Riesgos Profesionales cuya primera función es la prevención? “El Sistema adolece de las mismas debilidades de la Ley 100 de 1993: un modelo centrado en el aseguramiento sin un esfuerzo amplio por la incorporación de la prevención como responsabilidad exclusiva de los patronos”, responde la profesora Amparo Lozada. La investigación evidencia que el Sistema de Riesgos Profesionales margina al sector informal debido a que la promoción de la salud está amarrada al contrato laboral, por lo que estos trabajadores quedan desprovistos de este beneficio social, al no contar, además, con una capacidad sólida de aportes mensuales.

Mejora

proceso de admisión

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobó recientemente tres textos publicados por la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional para su Programa Ampliado de Libros de Textos y Materiales de Instrucción (Paltex). Éste es un mecanismo para proporcionar materiales de instrucción de alta calidad científica, dirigido a estudiantes y profesionales en el área de la salud de Latinoamérica, con precios que representan un incentivo real para la investigación. Los títulos avalados por el organismo internacional son El arte y la ciencia del

cuidado, que presenta propuestas para entender la orientación del cuidado en el concepto asistencial de la enfermería y analiza aspectos de investigación y producción científica en Colombia; Cuidado y práctica de enfermería, que recopila las ideas de varias enfermeras sobre la práctica disciplinar; y Dimensiones del cuidado, una mirada crítica sobre el crecimiento en la profesión. La OPS ha querido atender las necesidades de optimización en las aptitudes de los trabajadores de la salud a través de este programa, que busca en las universidades y editoriales de toda Latino-

américa, las publicaciones más actualizadas, no solo en Enfermería, sino también textos que apoyen las disciplinas de Medicina, Odontología y Veterinaria. Dichos títulos son el resultado de una política de la Facultad de Enfermería que le apuesta a la investigación como respuesta al compromiso con la salud y con la formación calificada de profesionales en el continente. Por ello la ratificación de los tres textos por parte de la OPS traduce la calidad por parte de la Universidad para abordar la investigación y la profesión.


Educación J. Manuel Saz Rubira

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Maestro de Pedagogía Terapéutica del Colegio Público “Dionisio Bueno” de Abanilla, Murcia (España).

Videojuegos que enganchan Los inicios de esta experiencia se remontan a anécdotas trascendentales como la de Alberto, un estudiante de cinco años con problemas de lenguaje y con una actitud negativa, que lo bloqueaba en clase y lo llevaba a no participar en actividades “académicas” ni lúdicas. A este niño le presentamos diversos juegos que no llamaron su atención. Sólo uno conocido como “Bumpy” lo enganchó de tal manera que consiguió pasar todas las pantallas del primer bloque, con lo que implica en organización espacial, coordinación visomanual, resolución de problemas y, lo que es más importante, disfrutar de tal manera que verbalizaba espontáneamente; esto permitió deducir que aunque el videojuego no fue el único motivo del desbloqueo, sí fue un desencadenante decisivo. Lo anterior permitió que los alumnos del curso 2002/2003 contaran con la aprobación y financiación de la Consejería de Educación y Cultura de Murcia, con un proyecto de uso educativo de los videojuegos. Ello abrió la posibilidad de ser más ambiciosos y cambiar los juegos de computador por los de videoconsola, ya que el trabajo dirigido a necesidades educativas especiales se apoya en la premisa de la motivación permanente, y para

Un juego electrónico normalmente resulta más seductor para un escolar que la pizarra de clase, pero

aprendizaje, resulta conveniente y eficaz.

para quien tiene problemas de Cortesía: Manolo Sanz

Videojuegos:

herramienta educativa

Una experiencia con juegos electrónicos de consola como material pedagógico, ha

permitido a niños entre 5 y 12 años, afectados con deficiencias psíquicas de carácter leve, superar deficiencias en aspectos motores, cognitivos, visuales y de actitud. mantenerla hay que proporcionar a los alumnos aquello que más les atrae. La videoconsola presenta una gran ventaja respecto al uso del ordenador, ya que frente al “aislamiento” del computador, ésta permite, en la inmensa mayoría de los juegos, la competición con otros y de paso comunicación e intercambio fluido de informaciones que favorecen y terminan por derivar en aprendizajes altamente significativos.

Valoración previa Una fase previa a la utilización de los videojuegos es su valoración, la cual es realizada por los maestros vinculados al grupo, quienes utilizando una ficha informativa observan en ellos sus aspectos curriculares, habilidades y valores. En el videojuego se observan aspectos motores, cognitivos, visuales, procedimentales o de actitud, pero también los posibles elementos negativos que se pueden presentar para entonces descartarlo. Así se aprenden trucos de funcionamiento que luego son muy importantes en la puesta en práctica, ya que se evitan sorpresas de bloqueo del juego y ayuda a conocer las posibles respuestas ante situaciones “límite”. Después lo más reconfortante: el juego. Una vez

por semana, y manteniendo la tradición del “día de juego”, disfrutan de 45 minutos de videoconsola (no hay que olvidar que ellos juegan y en ningún momento se les pasa por la cabeza que están aprendiendo contenidos curriculares o habilidades de cualquier tipo). El tiempo de juego efectivo no suele pasar de 35 minutos, ya que son los estudiantes quienes preparan el televisor, las conexiones con la videoconsola, buscan el canal de video, se ponen de acuerdo en el juego a utilizar, lo que está ayudándoles en situaciones aparentemente tan sencillas como la autonomía. La elección del juego se realiza entre un abanico de posibilidades seleccionadas con anterioridad, en función de los objetivos planteados en ese momento de desarrollo de su Adaptación Curricular Individualizada. Es cuando realmente se ven los resultados de la experiencia, al observar situaciones de autoaprendizaje y de aprendizaje cooperativo entre alumnos que en circunstancias “ordinarias” tienen serios problemas de intercambio de ideas, de comunicación y, por supuesto, de realización de aprendizajes significativos. El uso de los videojuegos ha resultado muy útil para desarrollar una serie de contenidos curriculares

de distintas áreas incluidas en sus Adaptaciones Curriculares Individualizadas, especialmente las relacionadas con las matemáticas.

Algunas ideas constatadas en la experiencia con los videojuegos:

Herramientas integradoras Dentro de las conclusiones, hay dos resultados incuestionables: el primero, y principal, es que los alumnos de integración han disfrutado de la posibilidad de aprender jugando con algo que no entraba ni en el mejor de sus sueños (y en un lugar tan extraño para su uso como es el colegio); el segundo, recordando a Pere Marqués, que son generalmente los profesionales los que “tiramos del carro” con la incorporación tecnológica al mundo de la escuela y es nuestra obligación seguir haciéndolo. Este “atrevimiento” de incluir una videoconsola en la dinámica curricular sirve para seguir avanzando en esta mejora tecnológica en nuestros centros. Para terminar, una frase que sintetiza, en cierta manera, el deseo de continuidad para este tipo de iniciativas: “Utilizar los juegos de ordenador como un elemento capaz de motivar, de aportar contenidos educativos, de generar la discusión de determinados valores, acerca la escuela a lo que la sociedad actualmente demanda”.

* Sirven para mejorar los grados de atención, potenciar el razonamiento, la reflexión y el pensamiento deductivo. * Pueden salvar situaciones de bloqueo comunicativo y aumentar la cantidad y calidad de verbalizaciones espontáneas. * Son muy apropiados para el desarrollo de habilidades visomotoras, lateralidad, organización espacial y temporal, imprescindibles para el desarrollo integral de la persona. * Son la puerta de entrada a la cultura informática. * Generan nuevos modos de socialización. * Permiten aprendizajes encubiertos que salvan la resistencia a los aprendizajes formales. * Permiten el ejercicio de la fantasía. * Favorecen la repetición instantánea y continua hasta dominar la situación, adquiriendo sensación de control.

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

La utilización de las nuevas tecnologías por parte de estudiantes con necesidades educativas especiales (déficit intelectual y retrasos curriculares) implica, en la tan traída y llevada sociedad de la información, el uso de programas específicos y la posibilidad de encontrar en ellas herramientas motivadoras que proporcionen tanto conocimientos educativos como “mundanos”, o que sirvan de base para la adquisición de otros. Hace ocho años, el equipo de atención a la diversidad del Colegio Público Dionisio Bueno (Abanilla, Murcia España) vio la necesidad de mejorar la metodología lúdica institucionalizada en el “día del juego” –una jornada en la que los alumnos disfrutan del juego o juguete que les apetece sin saber que ya están previstos los posibles aprendizajes que se favorecen con ellos–, al incorporar una herramienta que fuera motivadora en sí misma y muy cercana a los intereses de los estudiantes: los videojuegos. Se constituyó, entonces, un grupo de trabajo en el curso 2000/2001 inspirado en la experiencia desarrollada con el alumnado ordinario, por parte del grupo F9, que se dio a conocer en el trabajo monográfico Jugar y aprender. De la lectura de este texto y de otros autores como Pere Marqués o Jack Sanger, se planteó aplicar esos aportes a los alumnos con necesidades educativas especiales.


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Sociedad El “edu-entretenimiento”, una estrategia comunicacional que se ha fortalecido durante la última década, hace parte de la reinterpretación del papel de los medios masivos y en especial del género de la telenovela, como protagonistas esenciales en la comunicación para el cambio social. Durante su segunda visita a Colombia, UN Periódico conversó con el danés Thomas Tufte, uno de los estudiosos de esta propuesta que ha empoderado las audiencias para generar cambios frente a problemáticas de salud pública tan devastadoras, como el VIH/sida en Sudáfrica.

Diana Manrique Horta Unimedios

En 1973 se erigió en la capital norteamericana de la espinaca, Cristal City, en Texas (EE.UU.), un monumento de Popeye, el primer personaje de historieta en ser inmortalizado en una escultura pública. El reconocimiento lo hicieron los agricultores que cultivaban espinaca, pues las ventas subieron un 33%, y este marinero gruñón había salvado a la industria en un país desgarrado por la crisis de la década del 30. Más que un éxito comercial, este personaje se transformó en un modelo a imitar para muchos niños en Estados Unidos, quienes habían modificado sus hábitos alimenticios y empezaron a comer más verduras, particularmente espinaca. Así Popeye se constituyó en una experiencia inicial de lo que más tarde se conoció como “edu-entretenimiento” (EE). Aunque el EE ha servido desde entonces como estrategia de comunicación, su aplicación ha crecido durante la última década, especialmente en problemas de salud como la presión sanguínea, el consumo de cigarrillo, la promoción de la vacunación y la planificación familiar; también en sectores como el medio ambiente, el desarrollo rural, la resolución de conflictos y la promoción de la paz.

Mercadeo

para educar audiencias

zación que se basaba en una perspectiva instrumental y lineal de comunicar. Después de esta primera concepción

tica comunicacional específica, utilizada para comunicar estratégicamente respecto de cuestiones del desarrollo, en

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

La gran incidencia de los medios masivos obliga a pensar cuál es el papel de estos en la sociedad y cómo aprovechar los espacios mediados hacia una orientación de cambio. Thomas Tufte, investigador y docente de la Universidad de Roskilde en Dinamarca, estudioso del EE, ha conocido experiencias en África y Latinoamérica. Durante su segunda visita a Colombia, participó como invitado especial al “Seminario internacional comunicación y salud: situación y perspectivas”, organizado por el doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia. UN Periódico conversó con él acerca de esta estrategia que hace parte de la comunicación para el cambio social. UN Periódico: Cuando se habla de comunicación para el cambio social, ¿a qué aspectos de la comunicación se refiere? Thomas Tufte: La comunicación para el cambio social es una propuesta que ha tomado fuerza en la academia y algunas organizaciones internacionales. Se refiere a una reinterpretación de lo que desde finales de la década del 70 se conoce como comunicación para el desarrollo, la cual se relacionó con la teoría de moderni-

Guillermo Flórez P.

se reinterpreta el cambio social en una contemporaneidad, donde la incidencia de los medios masivos obliga a pensar cuál es el papel de éstos en la sociedad y cómo aprovechar los espacios mediados hacia una orientación de cambio. UNP: Una propuesta esencial de la comunicación para el cambio social es el EE, el cual usted orienta más hacia las diversas formas de usarlo y aprovecharlo. TT: Lo que propongo es definir el EE como el uso del entretenimiento en una prác-

una forma y con un propósito que pueden ir desde el marketing social de comportamientos individuales en su definición más limitada, a la articulación de agendas en pos del cambio social, liderado por los ciudadanos y de efecto liberador. UNP: ¿Cuál ha sido el desarrollo de esta estrategia comunicacional? TT: La propuesta empezó a forjarse desde hace mucho tiempo, Popeye fue sin dudas el primer ejemplo de cómo se puede trabajar la ficción y el entretenimiento con fines

estratégicos, sean comerciales o de cambio social. En el campo de la comunicación de la salud ha sido más evidente el mercadeo social orientado a promover la prevención de enfermedades aprovechando los géneros de entretenimiento: novela, radionovela, telenovela, conciertos musicales, obras de teatro y dibujos animados. Pero las primeras experiencias fueron cuestionadas por la linealidad frente a la idea racionalista de cómo opera la comunicación. Ahora se propone utilizar este tipo de comunicación poniendo otro contenido en el formato, en el género, conectando la comunicación interpersonal en las escuelas, buscando espacios de participación popular para la definición del problema que después se divulgará masivamente. UNP: Usted destaca a Popeye como uno de los ejemplos tempranos del EE; sin embargo, existen otras experiencias que, aunque no fueron concebidas como tal, han servido para generar cambio social. TT: Latinoamérica ha contado con experiencias como El rey del ganado (1996) que llevó a la pantalla el asunto de la reforma agraria y el movimiento social de los campesinos sin tierra en Brasil. Otro ejemplo es Sexto sentido, el nombre de una telenovela nicaragüense emitida por la ONG Puntos de Encuentro, la cual ha comprendido mejor el uso prosocial del género de la telenovela.

UNP: Una prueba de la efectividad de las telenovelas con el EE, es Soul City (Ciudad de las almas) una ONG sudafricana que ha mostrado excelentes resultados en proyectos para combatir el VIH/sida en la región. TT: Soul City se ha comprometido de manera creciente con estrategias multimetodológicas, combinando varios tipos de medios y promoviendo asociaciones con la sociedad civil y el activismo de base, así como con instituciones educativas formales. El problema en Sudáfrica no es la falta de información, pues las personas saben cómo deben cuidarse. Sin embargo, es necesario comprender que una cosa es el conocimiento y actitudes para las prácticas, pero también saber cómo son las relaciones en un ambiente donde cada 1 de 5 adultos tiene VIH. A través de la serie Soul City, emitida todos los días durante una hora en horarios triple A, se abordan aspectos como el abuso sexual, el maltrato infantil, las desigualdades de género, el consumo de drogas ilícitas, etcétera. UNP: Usted reconoce el protagonismo de las telenovelas en la dinámica de la comunicación para el cambio social. TT: En Brasil tuve la oportunidad de indagar sobre el papel de la telenovela en la vida cotidiana de las mujeres pobres. Traté de entender el fenómeno cultural que este género significa, el cual va más allá de una “fuga de la vida cotidiana”. Las telenovelas para estas comunidades son más relevantes que el noticiero de televisión; en ellas se reconoce el día a día rodeado de amor, desamor, infidelidad, envidia, celos, maltrato, abuso sexual y laboral, riqueza y pobreza. Por eso considero que quienes vemos en el EE una estrategia comunicacional contundente al momento de generar un cambio social en las comunidades, debemos reconocer el papel trascendental de las telenovelas que tienen la gran ventaja de conectar a la audiencia masivamente y llegar a lo más íntimo de los hogares.



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Medio ambiente Hugo Fernando López Arévalo

dispensables para el manejo sostenible de la especie. No obstante la dificultad en el intercambio de información y equipos entre las diferentes entidades, la lentitud y exigencias administrativas imposibles de cumplir en áreas remotas, que no reconocen la realidad de la investigación en campo ni el papel de la universidad en la resolución de este tipo de problemas, la información técnica obtenida ha permitido avanzar hacia un mercado legal.

Magíster en Conservación y Manejo de Vida Silvestre y profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia.

Dentro de la política nacional de biodiversidad se plantea como marco estratégico la tríada “conocer, conservar, usar”, que ofrece a cualquier persona no especializada los elementos para entender dónde ubicar las acciones relacionadas con el patrimonio biológico. Sin embargo, fijarse como meta estos objetivos, centrándose en una especie promisoria como el chigüiro, ha permitido descubrir más componentes y enfrentarlos con la realidad que conlleva adelantar en el país procesos de desarrollo sostenible. Durante los últimos cuatro años, el Grupo en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional se ha vinculado al fomento del uso sostenible del chigüiro, desarrollando investigaciones en el departamento de Casanare, apoyado en las autoridades ambientales, los usuarios y otras entidades de investigación. Las necesidades y dificultades fueron el punto de partida para adelantar proyectos exitosos de uso de la especie, cuyo consumo se ha hecho más popular en ciudades como Bogotá, donde es posible encontrarlo en reconocidos restaurantes e incluso, escuchar a voceadores ofrecer su carne en algunos barrios de la ciudad. Lamentablemente, la demanda del roedor por parte de Venezuela y la baja capacidad de control, han contribuido a la sobreexplotación de la especie, como lo muestra la aprobación en 2000 del aprovechamiento de diez mil chigüiros provenientes de un zoocriadero ficticio, lo que originó la sentencia a la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia) y al Ministerio del Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (Mavdt) de adelantar acciones de recuperación de ese mismo número de ejemplares en Casanare. A pesar que desde 1987 se ha promovido la creación de zoocriaderos de chigüiro, las explotaciones de carácter comercial no cumplen con las características definidas para este tipo de actividad. Por eso, las autoridades ambientales están impulsando la reglamentación de la cacería comercial como alternativa productiva sostenible de ésta y otras especies, y la investigación como herramienta que sustente sus decisiones.

■ Domingo 27 de noviembre de 2005

Piezas de la investigación El componente “conocer” ha sido abordado por la investigación, al tratar de contestar ¿cuántos chigüiros hay?, ¿dónde y cómo están las poblaciones y sus hábitat?, así como proveer conocimiento para simular escenarios de cosecha. La información obtenida, apoyada por el saber local, ha conducido a la evaluación de planes de conservación y monitoreo, así como al conocimiento de la dieta y áreas de desplazamiento in-

Las autoridades ambientales

El chigüiro es excelente nadador y

vive en numerosas manadas. Cuando llega a adulto pesa 50 kilos.

Un rompecabezas

Cortesía: Hugo Fernando López Arevalo

de más de tres piezas Conocer, conservar y usar constituyen las fichas fundamentales de la propuesta que la

Universidad Nacional viene acompañando para reglamentar el comercio legal de chigüiro en el país.

Durante el periodo de cuaresma, el

roedor más grande del mundo, sufre una fuerte presión, pues la iglesia católica acepta el consumo de su carne durante la Semana Santa.

Consumos depredadores El uso del chigüiro, capibara o ponche, el roedor más grande del mundo con un peso de 50 kilos, se remonta a épocas precolombinas. Las referencias a su comercialización vienen de La Colonia, cuando los primeros ganaderos lo sacrificaban en gran número, convencidos de la competencia con el ganado vacuno y por el uso que el chigüiro hace de la poca agua disponible en verano. Los mayores sacrificios, que coincidían con la Semana Santa, llevaron a la intervención papal mediante una bula del siglo XVIII, la cual autorizó su consumo convirtiéndolo en una tradición religiosa.

Venezuela es quizás el país donde su consumo es más arraigado. Sin embargo, Brasil, Argentina y Colombia también cuentan con poblaciones silvestres y tradición de uso, los dos primeros con mercados de piel y carne establecidos legalmente. Ante la inminencia de extinción, Venezuela originó la declaratoria de veda total en la década de 1960 y actualmente al desarrollo de programas de manejo, los cuales no logran cubrir el mercado interno, estimado en 120.000 individuos anuales. El excedente ha sido cubierto, desde 1959, por individuos provenientes de áreas silvestres colombianas, tanto de explotación legal como ilegal.

Más de dos años se ha tomado el Ministerio en reglamentar la cacería comercial, lo que unido a la falta de liderazgo de Corporinoquia con respecto a las licencias ambientales, han ocasionado la percepción de los usuarios interesados en aprovechar el chigüiro, que es más conveniente mantenerse en la ilegalidad. A pesar de la directriz presidencial expresada en un consejo comunitario local donde ofreció que en un mes el aprovechamiento legal del chigüiro sería una realidad. La actitud de las autoridades ambientales dificulta los objetivos de “conservar” y “usar” y va en contravía del principio de que el manejo sostenible de fauna silvestre es fundamental en el desarrollo económico. La fragmentación de criterio entre las entidades involucradas como el Ministerio de Protección Social, quien tiene a su cargo la regulación de productos para el consumo humano, las autoridades ambientales y las policivas, puede ocasionar la imposibilidad legal y técnica de utilizar productos provenientes de la vida silvestre.

Los usuarios El interés de los usuarios, principalmente propietarios de hatos en Casanare, organizados en asociaciones de productores de chigüiro ha sido un punto a favor del componente “usar”. Sin embargo, en la lentitud de las respuestas políticas han encontrado justificación para involucrarse en el activo mercado ilegal de la carne de la especie. De otra parte, la explotación con poca inversión los lleva a mirar con escepticismo las propuestas de reglamentación y la necesidad de invertir recursos para su uso sostenible. Las múltiples percepciones por parte de quienes conviven con el chigüiro, que lo tienen desde plaga hasta negocio fácil, deben ser un elemento de planificación para las autoridades ambientales, teniendo claro que la persistencia de las poblaciones en vida libre depende de la actitud y el compromiso locales. Así la voluntad política en los diferentes niveles es la clave para reunir las múltiples piezas de este rompecabezas. De lo contrario, mientras nos desgastamos legislando y tratando de controlar un mercado ilegal, pero inmerso, veremos desaparecer al chigüiro y sus hábitat bajo la mirada cómplice de investigadores, usuarios y autoridades.


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