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Economía Crisis sociales se originan en la pobreza
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Salud Rotavirus tendrá tratamiento rápido y asequible
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Medioambiente Ciénaga Grande de Santa Marta está salada y sin oxígeno
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Ciencia Fibra de plátano competirá con las de vidrio y carbón
www.unperiodico.unal.edu.co • un_periodico@unal.edu.co Bogotá D. C., n.º 169, agosto de 2013
Foto: Alice Eymard/WWF
Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987
Minería acecha joya ambiental del Orinoco
Mientras el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible impulsa la declaratoria de la Estrella Fluvial de Inírida como humedal de importancia internacional, el Ministerio de Minas y Energía la empuja hacia la explotación de oro y coltán. Esto pondría en peligro su biodiversidad, señalan investigaciones de la UN.
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Internacional Consejero especial para la Salud y el Desarrollo
Carlos Correa,
Consejero especial para la Propiedad Intelectual Organización Centro Sur, Ginebra (Suiza)
Un proverbio chino dice: “Cuando el sabio señala la Luna, el tonto mira al dedo”. Cuando la Corte Suprema de la India señalaba la salud pública, la transnacional farmacéutica suiza Novartis miraba su cuenta de beneficios. Después de siete años de litigio en cuatro instancias judiciales, el gigante farmacéutico vio desmoronarse una estrategia legal destinada a controlar el mercado de medicamentos mediante el uso indebido de patentes sobre desarrollos técnicos triviales. La India ha creado en las últimas dos décadas una fuerte industria farmacéutica, centrada en la producción de medicamentos genéricos a bajo costo. Es reconocida hoy como ‘la farmacia del Tercer Mundo’. También provee de medicamentos a numerosos países desarrollados, principalmente a los Estados Unidos. Ese desarrollo fue en gran parte posible porque la India optó, en 1995, por no otorgar patentes sobre medicamentos por el período de ‘transición’ de diez años, permitido por el Acuerdo sobre propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC). Sin embargo, la India debió aceptar solicitudes de patentes desde 1995, que quedarían en un mail box para ser examinadas y eventualmente concedidas a partir del 2005. Al abrirse ese buzón se encontraron unas diez mil solicitudes relativas a productos farmacéuticos, entre ellas la ahora denegada a Novartis sobre una forma del mesilato de imatinib, un producto para combatir ciertas manifestaciones del cáncer. ¿Cómo puede explicarse ese gran número de solicitudes de patentes en espera, teniendo en cuenta que entre los años 1995 y 2005 se habían aprobado solo cuatrocientos nuevos medicamentos, la mayoría de ellos los llamados me toos? (aquellos para los que ya existen otros tratamientos, que generalmente no conllevan ventajas terapéuticas con respecto a los ya disponibles). Se explica por la práctica de los grandes laboratorios de patentar derivados o modificaciones menores de productos cuyas patentes van venciendo, con el fin de prolongar artificialmente el periodo de exclusividad. Esta práctica, conocida como evergreening ha sido posible en algunos países como resultado de la aplicación de laxos criterios de patentabilidad. Naturalmente, la extensión del plazo de protección por patentes excluye la competencia de productos genéricos, en detrimento del acceso de los pacientes a fármacos, muchas veces vitales, a menores precios.
El triunfo de la salud pública
contra Novartis
La sentencia de la Corte Suprema de la India es un fuerte golpe contra las transnacionales farmacéuticas y un ejemplo para países como Colombia que aún padecen el peso de compañías globales, que en lo último que piensan es en la salud de los ciudadanos.
Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios
Germán Velásquez,
En defensa de la salud Con el fin de combatir esto y evitar que se ahogara el desarrollo de la industria farmacéutica local, la India introdujo una enmienda a su ley de patentes en 2005. Esta condicionó su aceptación sobre medicamentos a la existencia de un genuino aporte inventivo, traducido en un aumento de la eficacia terapéutica de un medicamento si este ya fuera conocido. La Corte Suprema de la India no ha hecho más que aplicar esta norma en el caso Novartis, con una impecable justificación técnica y jurídica. La patente solicitada por la empresa provee, en efecto, un ejemplo paradigmático de la estrategia de evergreening. El proceso comienza con una patente sobre una fórmula del Imatinib, descrita de manera tal que cubría millones de moléculas portadoras del principio activo; continúa con una sal del imatinib (esto es, una de las diversas formas en que el principio activo se mezcla con un excipiente para administrar el medicamento en forma sólida) y culmina con la solicitud de patente (ahora denegada) sobre una forma cristalina (llamada también polimorfo) de dicha sal. Dado que en la India no eran patentables los productos farmacéuticos antes de ponerse en vigencia el Acuerdo sobre la materia, Novartis procuró obtener allí la última patente, sobre la ‘forma cristalina’ de la sal del imatinib. Pero, finalmente, la Corte Suprema con su
elaborada sentencia del 1 de abril del año 2013, desbarató el intento. Su análisis demostró que no hay ninguna invención sobre la que Novartis puede reclamar válidamente una patente. De tener éxito, el laboratorio hubiera obtenido un monopolio sobre un medicamento ya conocido y en el dominio público, que comercializa a altos precios.
Negocio mezquino Según Médicos Sin Fronteras, citado por el diario francés Le Monde del 1 de abril de 2013, el precio del fármaco Glivec en la India es de 4.000 dólares por persona al mes, cuando el de la versión genérica es de 73 dólares por persona al mes. (Glivec es globalmente el medicamento más vendido de Novartis, con ventas en el 2012 por 4.600 millones de dólares). Ello en un país donde el 40% de la población vive con menos de 1,25 dólares al día. La repercusión del fallo de la Corte Suprema india en la prensa internacional y entre las organizaciones vinculadas con la salud pública ha sido notable y justificada. Desde que el caso entró en la Corte, dejó de ser un litigio de una empresa sobre un medicamento particular y se convirtió en un caso de la salud pública contra las estrategias de monopolización. La resolución de este caso no solo es importante para la India; lo es para los muchos países que dependen del suministro de gené-
ricos, especialmente antirretrovirales, desarrollados en este país. Su industria podrá seguir fabricando y exportando este y muchos otros medicamentos a precios asequibles para los pacientes y los sistemas de salud de muchos países. La víspera del fallo, Paul Herling, director de investigación de Novartis, había declarado al Financial Times: “Si la situación actual continúa, es decir, que todas las mejoras a una molécula existente no serán patentables, estos ‘nuevos’ medicamentos no serían comercializados en la India”. Sin embargo, la amenaza no es creíble. Por una parte, la India ofrece un mercado potencial de 1.200 millones de personas; si bien es solo el decimocuarto en valor en el mundo, viene creciendo a una tasa del 13% y 14% anual, ritmo hoy impensable en los países desarrollados. Por la otra, el caso de Novartis era extremadamente débil, y una decisión similar podría tomarse en otros países en los que han comenzado a aplicarse criterios más rigurosos para conceder patentes. Este caso representa una victoria en un combate generalmente desigual, en la que la multinacional quería poner cerrojo a la industria de los genéricos. Es un fuerte golpe a las prácticas que distorsionan el sistema de patentes y hacen inaccesibles los medicamentos a quienes los necesitan. Es de esperar que en otros países se dé la misma prioridad a la salud pública.
Director: Jaime Franky Rodríguez
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Coordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán Comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarría Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón, André N. Roth, Juan Álvaro Echeverri, Álvaro Zerda Diseño y diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Fernando Gaspar Dueñas y Sandra Uribe Pérez Gestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico
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Economía Ricardo Mosquera M.,
Exrector y profesor asociado Universidad Nacional de Colombia
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Desigualdad regional La pobreza por departamentos evidencia la desigualdad regional: mientras Chocó tiene el 68% (el doble de la media nacional, que es del 32%), Bogotá registra el 11,6% (casi la tercera parte del promedio del país). Entre los cinco más pobres en 2012 están Chocó (68,0%), Cauca (62,1%), Córdoba (60,2%), Guajira (58,4%) y Magdalena (52,3%). Nótese que la Guajira y el Huila con (45,4%), que perciben cuantiosas regalías, no ven reflejados esos recursos en una mejor calidad de vida de sus habitantes. En la otra orilla se encuentran Bogotá (11,6%), Santander (20,8%), Cundinamarca (23,3%), Antioquia (26,8%) y Valle del Cauca (26,9%), que concentran el mayor desarrollo económico y empresarial del país (Véase cuadro). En pobreza extrema lideran Chocó (40,7%), Cauca (34%), Guajira (28%), Córdoba (27%), Magdalena (23%) y Huila (18%). En el otro extremo están Bogotá (2%), Santander (4,6%), Atlántico (4,7%), Risaralda (5,1%), Cundinamarca
Crisis sociales se originan en la pobreza
Foto: archivo Unimedios
Desde el Gobierno de Alfonso López Michelsen se diagnosticaron las dos Colombias: la rural –pauperizada y excluida– y la urbana –vinculada a la industria y a las finanzas, con ingresos altos, pero que convive con sectores marginales y empobrecidos–. Por eso se creó el Plan para Cerrar la Brecha (1975-1978), que esperaba “reducir la brecha entre campo y ciudad, entre barrios ricos y pobres, entre quienes tenían acceso a servicios de salud y educación y entre los analfabetos y desnutridos”. En ese entonces, la inversión pública planeaba obras en ciudades intermedias y pequeñas. También, en las zonas rurales que concentraban la población más pobre, donde convivían dos subsectores: el tradicional, de subsistencia; y el moderno, responsable de la producción de bienes capaces de penetrar los mercados internacionales, con facilidades para absorber tecnología e incrementar su productividad en forma acelerada. Pero la distancia entre ambos espacios se mantiene cuatro décadas después, según lo confirman las cifras sobre pobreza e indigencia del DANE (2011 - 2012). Mientras en el área rural la pobreza alcanza el 46,8%, en las capitales llega al 18,9%. (El ingreso máximo per cápita en el campo es de 200.000 pesos). La pobreza extrema (cuando alguien gana menos de 100.000 al mes) registra un 22,8% en el campo y un 2% en Bogotá. En total, el 32,7% de los colombianos está en el umbral de pobreza (14,8 millones), con leve reducción frente a 2011; mientras que la indigencia es de 10,4% (4,7millones), dos décimas menos con respecto al mismo año. Contrario a lo que sostienen algunos analistas, Colombia no logra disminuir la pobreza y la desigualdad. Es más, se mantiene por encima de otros países latinoamericanos, donde el 30% vive con 120 dólares al mes y el 16% en extrema pobreza con menos de 75 dólares al mes, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Si bien, en cuarenta años ha sido visible el progreso para ciudades como Bogotá, hay regiones donde la pobreza no cede y parece ser endémica. En el país hay 14,8 millones de personas en el umbral de pobreza y 4,7 millones en la indigencia. Este es el motor que alimenta las protestas sociales en el país.
(5,3%) y el Valle (5,5%), lejos de la media nacional (10,4%) en el 2012. Al desagregar por departamentos el coeficiente de Gini del país (0,548), en el periodo 2010-2011, se ubican los cinco con mayor desigualdad: Chocó (0,56%), Guajira (0,56%), Córdoba (0,55%), Huila (0,55%) y Cauca (0,55%). El coeficiente oscila entre 0-1, mientras más cercano al uno mayor desigualdad. Con menor desigualdad están Cundinamarca (0,46%), Caquetá (0,48%), Atlántico (0,49%), Risaralda (0,49%) y Meta (0,50%).
Causas profundas Son varias las razones estructurales de la pobreza endémica del país. Las principales son el modelo económico que concentra la riqueza en unos pocos; la globalización financiera que empodera a la banca mundial; y los organismos internacionales y multinacionales que trazan las políticas del mundo por encima de las fronteras nacionales. La actual crisis empeora la desigualdad de los desempleados estructurales, con más probabilidad de empobrecerse. El desempleo presiona el salario a la baja y los pobres son más vulnerables. La austeridad de los gobiernos recorta los programas sociales (educación, salud, vivienda), que afectan el bienestar de capas medias y populares, lo que incrementa el círculo de la pobreza y la brecha social. Es de notar que en Colombia la tasa de participación laboral entre mayo de 2012 y abril de 2013 fue del 64,3%, la de ocupación del 57,7% y el desempleo del 10,3% (menor con respecto al 2003, que fue de 14,8%). Mientras la informalidad se mantiene en 49,8% a marzo de este año. Es por ello que se requiere de un estado regulador del mercado del trabajo y de la distribución
del ingreso, que supere el neoliberalismo y el fundamentalismo del mercado perfecto. Además, que regule la “mano invisible” del precio y propenda por una información transparente que ignore el poder de las multinacionales. La brecha social se incrementa y la desigualdad también incluso en los países desarrollados. Según lo asevera el nobel economista Joseph Stiglitz: “La riqueza que recibían las élites y los banqueros parecía surgir de su capacidad y su voluntad de aprovecharse de los demás”. (El precio de la desigualdad, 2012). La frustración de los ciudadanos en países como Estados Unidos, Europa y Japón, que no se recuperan de la crisis, es más sensible en los jóvenes que cargan con una sociedad envejecida, con pocas oportunidades laborales y un deterioro del medioambiente; eso es lo que expresan en los movimientos de indignados. También son fuertes los llamados de atención de movilizaciones como las primaveras árabes y las protestas de países como Chile y
Brasil, cuyas voces reclaman por calidad en la educación, la salud y los servicios, gritan contra la corrupción al tiempo que demandan mayor participación. La coyuntura colombiana tiene dos caras: la protesta popular legítima, dado el atraso ancestral del país, con campesinos pobres y grupos étnicos que han logrado sobrevivir pese a la exclusión social y política de dos siglos. Y un cierto oportunismo de los gremios y sectores políticos que impulsan los paros con intereses individuales. En medio del huracán social y de crisis como la del Catatumbo, en Norte de Santander, el Gobierno de Juan Manuel Santos –con su Unidad Nacional– quiere acertar con reformas de contenido social, pero tropieza con paramilitares, terratenientes, grupos financieros insensibles al cambio y una guerrilla populista con respecto a la paz que le hace el juego a la derecha. ¿A quién le importa eliminar la pobreza, la desigualdad social y un proyecto histórico incluyente con democracia económica y política?
Desarrollo estancado Departamento Chocó
Pobreza
Indigencia
Coeficiente de Gini
68,0%
40,7%
0,56%
Cauca
62,1%
34,0%
0,55%
Córdoba
60,2%
27,3%
0,55%
Guajira
58,4%
27,7%
0,56%
Magdalena
52,3%
23,4%
0,533%
Huila
45,4%
18,0%
0,56%
Tolima
42,3%
15,2%
0,53%
Total Nacional
32,7%
10,4%
0,548%
Bogotá
11,6%
2,0%
0,52%
Santander
20,8%
4,6%
0,50%
Cundinamarca
23,3%
5,3%
0,46%
Antioquia
26,8%
5,4%
0,53%
Valle
26,9%
5,5%
0,50%
Fuente: DANE 2012 – Coeficiente de Gini 2011
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Economía
Cifras dudosas para entrar
al
“club de los países ricos”
Foto: archivo Unimedios
El Gobierno tiene la obsesión de entrar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en donde están los países más acaudalados del planeta. Una revisión detallada de las cifras deja claro que Colombia está lejos de alcanzar los estándares de desarrollo que exige la organización. Lo grave es que las estadísticas oficiales no reflejan la cruda realidad.
En Colombia, según el DANE, la pobreza se redujo en 7% entre los años 2010 y 2011, una cifra que causa dudas entre varios analistas.
Santiago Buendía Vásquez, tos la formalizó y la OCDE contestó en Colombia era el 43,28% del total
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Profesor Facultad de Medicina Universidad Nacional de Colombia
¿A qué se debe el afán de los últimos Gobiernos por mejorar los indicadores socioeconómicos del país sin modificar su estructura inequitativa e injusta? La razón de fondo es ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), creada en 1961 y con sede en París. Allí, se reúnen los 34 países más ricos del mundo, junto con México y Chile, comprometidos con promover la democracia y la economía de mercado. La organización apoya el crecimiento económico sostenible y el aumento del empleo, para que otros países alcancen el desarrollo y aumenten la calidad de vida. Ingresar ha sido la obsesión de los últimos Gobiernos colombianos. En septiembre del año 2008, la embajada del país en Alemania anunció el interés. Y, en el año 2012, logró que su solicitud fuera evaluada, El presidente Juan Manuel San-
que podía iniciar los trámites. Los requisitos para ingresar son estrictos y suponen tener estadísticas sobre muchos aspectos: agricultura, pesca, demografía, desarrollo de la población, educación, medioambiente, finanzas, globalización, comercio, salud, industria, información, comunicación, trabajo, bienestar, transporte, investigación, gestión pública, poder adquisitivo, precios, ciencia, patentes y tendencias de los principales indicadores. La situación de Colombia se presenta con base en una recopilación de indicadores disponibles en instituciones nacionales e internacionales. Es evidente la escasa confiabilidad y actualización de las estadísticas nacionales tanto de origen estatal (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –DANE– y Departamento Nacional de Planeación –DNP–) como independiente.
¿Menos pobres? Datos oficiales del año 2007 mostraban que la población pobre
(personas con necesidades básicas insatisfechas más las que estaban bajo la línea de indigencia). Es decir, uno de cada dos colombianos era pobre. Al actualizar los datos, se encuentra con sorpresa el documento “Pobreza monetaria en Colombia, nueva metodología y cifras 20022010”, del DNP y el DANE. Este es el resultado de la segunda fase de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep)”. Aquí se observa que con la nueva metodología se pasó del 44% de pobreza en el año 2010, al 37% en el año 2011, lo que corresponde a una caída del 7% que, cuando se convierte en personas, significa que súbitamente 3.200.000 colombianos dejaron de ser pobres. Es obvio que esta metodología milagrosa para reducir la pobreza no ofrece un sistema objetivo ni justo para evaluarla, por lo cual es conveniente recurrir a otros indicadores que permitan hacer una estimación verídica de la realidad social del país.
Cifras en detalle La línea de pobreza es el nivel mínimo de ingresos necesarios para poder mantener un estándar de vida adecuado. Según la ONU, la pobreza absoluta es la falta severa de ocho necesidades humanas básicas: ingresos, alimentos, agua potable, instalaciones de saneamiento, salud, albergue, educación e información. Depende no solo de los ingresos, sino también del acceso a servicios. En Colombia, según la metodología de la Mesep, una persona es pobre cuando sus ingresos mensuales son inferiores a 197.400 pesos mensuales (6.567 diarios). Y está en pobreza extrema o indigencia cuando no recibe 98.500 pesos al mes (3.283 al día). El coeficiente de Gini se utiliza para medir la desigualdad de ingresos o de riqueza. El número 0 corresponde a la igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y el 1, a la total desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). Este índice es el coeficiente en porcentaje.
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Economía En el año 2007, Suecia tenía la mejor distribución (23%), mientras que en Colombia era del 53,8%. Según el Banco Mundial (BM), en los años 2008, 2009 y 2010, el índice del país fue del 57,2%, 56,7% y 55,9%, respectivamente. En el año 2011, entre 160 países del mundo, Colombia ocupaba el puesto 150 en concentración de la riqueza: superaba a Bolivia, Honduras y Haití en desigualdad e inequidad.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que la educación de un país es la base para construir una sociedad justa y sostenible. Así, desde 1990 evalúa el progreso social de una nación en tres dimensiones básicas: vida larga y saludable, educación (conocimientos) e ingresos (nivel de vida digno). Este es el índice de desarrollo humano (IDH). Noruega lo lidera con un promedio de vida de 81 años, 12,6 de escolaridad y un PIB per cápita de 47.557 dólares. Colombia está por debajo de Brasil y México y del promedio de países de América Latina, con 73,7 años de expectativa de vida, 7,3 de educación y un PIB per cápita de 8.315 dólares. En el año 2011, estaba en el puesto 79 entre 187 países. En el año 2012, pasó al 91. La situación de la educación en Colombia puede conocerse objetivamente a partir de datos de entidades internacionales, por ejemplo, las pruebas PISA. Esta iniciativa de la OCDE entrega indicadores de calidad educativa al evaluar las competencias en lectura,
matemáticas y ciencias en jóvenes quinceañeros de 65 países. Los ocho países latinoamericanos que participaron en las PISA en 2009 tuvieron promedios inferiores a los de los miembros de la OCDE (que es de 494 puntos). El de Colombia fue de 413: por debajo de Chile, México y Uruguay, similar al de Brasil y superior al de Argentina, Panamá y Perú. Las pruebas mostraron una leve mejora de los estudiantes colombianos con respecto al año 2006, pero insuficiente para garantizar las metas que el país se ha propuesto en materia de competitividad y equidad. Los jóvenes colombianos tienen dificultades para comprender textos complejos e información implícita, para comparar y contrastar ideas y para asumir una posición crítica y argumentada sobre estas.
Una informalidad aguda Según el informe del DANE “Medición del empleo informal y seguridad social, noviembre 2012 - enero 2013”, la población de ocupados informales en las trece áreas metropolitanas es del 51,6% y, de ella, el 52,9% tenía nivel educativo de secundaria. Para el año 2012, la tasa nacional de desempleo fue del 10,4% y la de subempleo, del 32,6%. Estos valores indican que el 43% de los colombianos son desempleados o tienen formas precarias de trabajo. Es evidente que Colombia debe acudir a metodologías que produzcan indicadores reales sobre su situación social. Asimismo, debe introducir cambios estructurales, que incluyen reformas inaplazables: agraria, de tierras urbanas, fiscal, del sector financiero y del sistema de salud (pasar de la protección social a la seguridad social), laboral (formalizar la contratación y respetar los derechos de los trabajadores). En educación, se debe pagar adecuadamente a los profesores de todos los niveles, así como asignar una adecuada financiación para la educación pública como factor fundamental para construir un nuevo país. Solo después de ejecutar estos cambios, que ayudarían a elevar la calidad de vida de todos los colombianos, el país podría considerar su entrada a la OCDE, al llamado “club de los países ricos”.
La tierra en crisis Dos investigaciones, una del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE), de la Universidad de los Andes, y otra del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indican que, desde hace más de seis décadas, el campo ha sido escenario de violencia, pobreza y reformas inconclusas. El 94% del territorio nacional es rural y el 32% de la población vive allí. La inequidad radica en cuatro aspectos: 1. Tenencia de la tierra La concentración y la desigualdad, medidas por el índice de Gini rural, han crecido en los últimos diez años en el campo: pasó del 74% al 88%. La mayor concentración está en Córdoba y Caquetá. La mayor desigualdad está en Antioquia y Valle. La mayor concentración de la propiedad está en las zonas ganaderas y en las que se explotan recursos naturales. El 77% de la tierra está en manos del 13% de propietarios y el 3,6% de estos tiene el 30% de la tierra. Los grandes latifundios pagan menos impuestos que el minifundio y el microfundio. El 80% de los pequeños campesinos tiene menos de una unidad agrícola familiar (UAF), es decir, son microfundistas. A pesar de la falta de acceso a la tierra, el 70% de los alimentos que se producen en el país proviene de pequeños campesinos. 2. Mal uso del territorio Un 18% de los propietarios de tierra no tienen formalizados sus títulos y la informalidad entre los pequeños productores supera el 40%. En los últimos cincuenta años se han titulado 23 millones de hectáreas, el 92% de ellas baldíos o títulos colectivos. Mediante reforma agraria apenas se ha titulado el 5,6%. 3. Despojo y violencia Se calcula que 6,6 millones de hectáreas fueron quitadas por la violencia en las últimas dos décadas, esto es, el 15% de la superficie agropecuaria del país. El despojo explica el desplazamiento de 3,6 millones de personas (836 mil familias) y el abandono de sus tierras en los últimos trece años. 4. Persistencia política “Se define como el grado de control de las elecciones por parte de las élites. La mayor concentración de la propiedad de la tierra está asociada a mayor persistencia de los mismos grupos políticos que capturan el sistema democrático, lo que afecta de manera negativa el bienestar de la población”. Según el PNUD, los municipios con alta persistencia política tienen niveles superiores de pobreza y miseria.
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El desarrollo humano es precario
Son millones los colombianos que aún viven en condiciones de miseria absoluta.
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Según el Ministerio de Salud y Protección Social: “Para lograr la afiliación de la población pobre y vulnerable del país al Sistema Integral de Seguridad Social (SISS), el Estado colombiano ha definido al régimen subsidiado en salud como su vía de acceso efectiva al derecho fundamental de la salud, a través de un subsidio”. En una de las tablas del Ministerio, se observa que el 47,04% de los habitantes está afiliado al SISS en el régimen contributivo. El resto (el 52,96%), al subsidiado, incluido un 8,98% que está por fuera del sistema. Esto significa que más de la mitad de los colombianos no tiene ingresos suficientes para pagar sus seguros en el régimen contributivo. Es perfectamente clara la relación entre vinculación al régimen subsidiado y pobreza. En cuanto al producto interno bruto (PIB), en el año 2007 Colombia tenía un total de 171.738 millones de dólares. El per cápita era de 3.614 dólares. Para la misma fuente, el PIB total (estimado) para el año 2012 fue de 470 mil millones de dólares y el per cápita, de 10.100 dólares, lo que equivale a un incremento del 279% que supera a los de Bolivia, Ecuador y Paraguay. ¿Qué ha ocurrido con esa gran cantidad de dinero? ¿Quiénes se lo han apropiado? La Mesep muestra que el índice de Gini pasó, en el año 2002, del 59,4% al 57,8% en el año 2010. Es decir, la desigualdad no disminuyó en Colombia en los últimos años, a pesar del incremento del PIB. Por ende, la pobreza real –la de las personas– no disminuyó y la riqueza quedó en manos de pocos.
Fotos: Víctor Manuel Holguín/Unimedios
Pobreza y salud
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Tomado de: africaencolores.blogspot.com
Debates
Las lecciones de África
para la reconciliación nacional Países como Costa de Marfil y Sierra Leona vivieron guerras internas desgarradoras; sin embargo, lograron dar un paso hacia la reconciliación nacional. Si bien, sus conflictos tienen matices diferentes a los de Colombia, hay enseñanzas que se pueden retomar. Las comisiones de la verdad y la reconciliación han sido decisivas. Maguemati Wabgou, internas en África suelen tomar las
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Integrante del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz Universidad Nacional de Colombia
África, con sus 54 países, es conocido como un polvorín político por aspectos históricos (colonización y descolonización en los siglos XIX y XX, respectivamente), geoestratégicos (por los intereses de las potencias mundiales), económicos (explotación y comercio ilícito de piedras preciosas, tráfico de armas, deudas) y políticos (construcción inacabada del Estado-nación). Desde las independencias, se multiplicaron los conflictos internos, lo que llevó a la desestabilización política del continente y fomentó condiciones de inseguridad para sus pueblos. El neocolonialismo, que implica distintas maniobras de sometimiento, ha sido un factor central. Lo anterior, suele estar atravesado por cuestiones étnicas, religiosas e identitarias, en el marco de las delimitaciones territoriales trazadas desde la colonización. Se suman, las lógicas de la explotación y el saqueo de los recursos minerales a través de multinacionales, y el ascenso de gobiernos títeres. Pero el hecho de que persistan estos trasfondos no justifica la mirada reduccionista de algunos medios de comunicación, que obvian los más relevantes factores políticos y económicos. Las crisis
formas de guerra de sucesión y de secesión. Por un lado, la sucesión de un gobierno conlleva, en algunos casos, problemas de violencia del Estado y de los grupos de rebeldes que luchan con armas para la “liberación nacional”. Además, a raíz de las olas de democratización en los años noventa, asistimos a protestas por la inconformidad de los perdedores con respecto a los resultados de las contiendas electorales. Esto lleva a recurrir a las armas para acceder al poder, cuando no se puede por medio del sufragio. Las elecciones multipartidistas, de corte liberal, siguen siendo la excusa para que sectores de la clase política y del ejército apuesten por una opción bélica, con un apoyo logístico, estratégico e intelectual. Los ejemplos son numerosos.
Atados al poder La guerra de liberación de Angola (1975) enfrentó, en la zona centro-oeste, a las tropas gubernamentales con las guerrillas anticomunistas de la Unión para la Independencia Total de Angola, encabezadas por Jonas Savimbi, con el apoyo de Zaire (actual República Democrática del Congo), Sudáfrica y EE. UU. En el conflicto de Liberia (19891997) se enfrentaron las fuerzas ar-
madas regulares y el grupo guerrillero Frente Nacional Patriótico, liderado por Charles Taylor. Guerras de sucesión más recientes son las de la República Centroafricana (2001-2003; 20052008; diciembre de 2012 y marzo de 2013), la de la República Democrática del Congo en la región de los Grandes Lagos (desde 1996) y el conflicto de Congo Brazzaville de Lisouba. Se destacan, también, las de Zimbabue (1963-1980), Uganda (desde 1981), Sudán (1954-1972 y 1983-2011), Mozambique (19771992), Sierra Leona (1991-2000), Suráfrica (1961-1992), Burundi (1993-2011), Ruanda (1990-1994), Argelia (1994-1998), Costa de Marfil (2002-2007 y 2010-2011), Chad (desde 1963) y Somalia (desde 1981), entre otras.
Por la independencia En cuanto a las guerras de secesión muchas están olvidadas o son de baja intensidad. Se trata de regiones o grupos sociales que se sienten discriminados por la escasez o carencia de asistencia económica, la falta de promoción de sus culturas y otros aspectos socioculturales y políticos. Su descontento se expresa por una insumisión al poder central. El uso de las armas es para hacerse escuchar y, sobre todo, exigir su
independencia, cuestión que altera la estabilidad política. Son ilustrativos los casos de Katanga (1960-1961), un territorio en el sur del desaparecido territorio del Congo Belga; de Biafra (sureste de Nigeria, 1967-1970); de los pueblos Ogoni en el Estado Rivers (sureste de Nigeria, vigente desde 1990); de los pueblos ijaw en el Estado de Delta, en el sureste de Nigeria (también desde 1990); de Sahara Occidental (desde 1973); de Casamance en Senegal (desde 1982); y de los tuareg en Malí (desde los años sesenta y noventa hasta hoy).
Los escenarios Los procesos de desmovilización y dejación de armas, tras la resolución de conflictos internos para alcanzar la paz en África, implican la apertura de espacios de negociación para poner fin a la guerra. Los actores implicados suelen ser los beligerantes (o rebeldes), el Estado (y su ejército), la sociedad civil y la comunidad internacional africana, mediante sus organizaciones de integración continental regional (UA, CEDEAO, SADC y ligas de defensa de los Derechos Humanos, etc.). También actúa la comunidad internacional en virtud del principio del intervencionismo. Se
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ministeriales a miembros del grupo insurgente. También se acordó la creación de la Comisión para el Manejo de los Recursos Estratégicos, la Reconstrucción Nacional y el Desarrollo, cuya dirección fue igualmente ofrecida a Sankoh. Por último, se pusieron en marcha las Comisiones de la Verdad y la Reconciliación. Todo lo anterior abrió paso a programas de desmovilización, desarme y reinserción y a otros procesos enmarcados en la justicia transicional (con el apoyo decidido de la ONU). El proceso culminó a inicios del 2002, cuando oficialmente se declaró el fin de la guerra civil.
La justicia tradicional El posconflicto africano en general, y subsahariano en particular, muestra la compatibilidad entre los mecanismos judiciales internacionales –que buscan juzgar a los grupos y personas armadas responsables de crímenes– y los mecanismos nacionales de arreglo no judiciales. Es el caso de Suráfrica, Ruanda y Burundi. En este sentido, la rendición de cuentas toma varias formas; se destacan las comisiones de la verdad y las de la verdad y la reconciliación, como las establecidas en Sudáfrica después del apartheid. En Burundi, los acuerdos de Arusha del año 2000 establecieron la rehabilitación
de los bushingantahe (sistema tradicional de gestión de conflictos). En Ruanda están las cortes nacionales y los métodos tradicionales, como los sistemas de tribunales gacaca. Es un modo de resolución de conflictos con carácter tradicional y popular que conlleva la necesidad de visibilizar al victimario y someterlo al juicio popular, para abrir así procesos de sanación y construcción de la confianza entre las comunidades afectadas, y pactar la reparación. Estas instancias locales se asocian al sistema judicial internacional para impulsar la construcción de paz en el marco de un proceso de justicia transicional. Se convierten en foros no judiciales para quienes hayan cometido actos de violencia a gran escala y deban asumirlos públicamente. En estos casos, la justicia transicional provee recomendaciones al gobierno para prevenir futuros problemas o para reparar el daño sufrido por las víctimas. Este tipo de comisiones y programas se han convertido en una práctica habitual en países que buscan reconciliarse con su pasado. Colombia podría tomar algunos elementos, adecuándolos a su especificidad. Sin duda, estas experiencias africanas se presentan como ejemplos para la construcción de paz sobre la base de reconstrucción de confianza.
Los sistemas tradicionales de justicia en África han sido vitales para superar los periodos de conflicto.
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Hay dos ejemplos en el África subsahariana que ilustran situaciones de posconflicto relativamente exitosas, con la reincorporación a la vida política de los excombatientes: Costa de Marfil y Sierra Leona. En el primero, las Fuerzas Nuevas, bajo el mando de Guillaume Soro, demandaban una participación igualitaria en la política mediante el reconocimiento pleno de la ciudadanía. Se tuvo que esperar hasta el año 2007 para celebrar la firma de los acuerdos de Ouagadougou, en Burkina Faso, el único país foráneo que participó en esta solución. En medio del desgaste político (por los casi cinco años de guerra) se produjo una concertación para la firma de los acuerdos, concebida como el resultado de la labor asumida, principalmente, por Guillaume Soro, líder de las Fuerzas Nuevas, y el presidente Laurent Gbagbo. Con el acuerdo de Ouagadougou se evidenciaron expresiones de voluntad política de las partes para apostar por una reforma al sistema de participación política electoral, mediante la modificación del sistema de identificación y registro de los ciudadanos en todo el país. Esto permitió un sistema electoral más incluyente. De hecho, se reconoció la ciudadanía a un gran número de personas que antes no se usufructuaban de esta. Es el caso de Alassane Ouattara, actual presidente de Costa de Marfil. Además, se compartió el poder entre Gbagbo (el enton-
ces presidente) y Soro (jefe de las fuerzas rebeldes), nombrado como Primer Ministro poco después de la firma. Todo lo anterior abrirá paso a la organización de elecciones presidenciales. En el caso de Sierra Leona se registró una prolongada guerra civil que inició en marzo de 1991, y cuyos actores eran principalmente el Frente Revolucionario Unido (FRU), encabezado por Foday Sankoh, y las fuerzas armadas sierraleonesas, milicias y mercenarios. Entre los años 1991 y 2001, el país fue azotado por una cruenta guerra interna de sucesión, marcada por una serie de golpes de Estado que provocaron una profunda inestabilidad política. Esto contribuyó a una aguda crisis socioeconómica, a una grave deflagración y a tensiones sociales. Tras el fracaso del acuerdo de Paz de Abiyán en el año de 1996, se pudo firmar el de Lomé en el año de 1999. Así se pusieron en marcha las negociaciones entre el Gobierno de Kabbah, del partido PPSL, y las fuerzas subversivas del FRU. El acuerdo contempló la transformación del Frente en un partido político y la conformación de un Gobierno de Unidad Nacional. Además, se instauró la vicepresidencia que quedó en manos de Foday Sankoh, comandante en jefe del FRU, y se brindaron siete cargos
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Camino a la paz
Costa de Marfil, una de las naciones más prósperas del África tropical, ha sufrido guerras civiles que han terminado en acuerdos de paz.
Tomado de: Mayahi. Niger. África en colores
destacan las potencias europeas –ex metrópolis como Francia y Gran Bretaña–, Estados Unidos, la ONU, las ONG, las ligas de defensa del Derecho Internacional Humanitario y la Corte Internacional de Justicia, etc. Esta situación invita a una reflexión crítica sobre el papel de estas organizaciones en la construcción de la paz y la justicia, en escenarios de posconflicto. Desde las experiencias africanas hay tres escenarios de resolución de conflicto. Primero, el acuerdo de alto el fuego que permite la puesta en marcha de conversaciones para la paz, con acuerdos de desarme, participación política, reinserción y reintegración de los exrebeldes en la sociedad civil. Segundo, formación de un gobierno de unidad nacional de transición hacia un nuevo orden político nacional, marcado por la organización de elecciones multipartidistas. Y tercero, la imposición de la lógica de la “paz de los vencedores”, derivada del fin de la guerra por motivos de la victoria militar de una de las partes. En los dos primeros casos hay acompañamiento de los países africanos y de la comunidad internacional. Esta última interviene en dos formas concretas: el Peacekeeping, que suele limitarse a garantizar el respeto del alto el fuego, y el Peacebuilding operations, que va más allá del orden disuasivo de su intervención y abarca al cumplimiento de los acuerdos de desarme, desmovilización y reparación de infraestructuras, etc. En todos los casos, la justicia transicional es una de las principales herramientas, que implica la necesidad de consolidar la construcción de un nuevo orden político, donde los ciudadanos gozan plenamente de derechos fundamentales de igualdad y participación política, entre otros.
Tomado de: www.intereconomia.com
Debates
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Frontera
Políticas públicas son
estériles en zonas de frontera
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Profesor Universidad Nacional de Colombia en la Amazonia
El reciente fallo del Tribunal de Justicia de La Haya, adverso para Colombia, y la consiguiente pérdida de mar territorial en el Caribe ponen de presente la amnesia histórica de los responsables de la dirección del Estado sobre las fronteras nacionales terrestres y marítimas. Lo que le sucedió al Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es el resultado de la inutilidad de las políticas diseñadas en las últimas décadas al amparo de la Constitución de 1991. El presidente de la República, Juan Manuel Santos, lo ha reconocido, pero tímidamente. Como ha sucedido con otros eventos históricos en las zonas limítrofes, luego de muchos debates, juicios de responsabilidad y justificaciones de quienes han tenido algún grado de responsabilidad, este gran descalabro nacional ha pasado a ocupar el acostumbrado lugar secundario en los medios de comunicación y en la vida política del país. También pasa inadvertida la creciente magnitud de productos de contrabando y los hechos de violencia que trastornaron las relaciones con Ecuador y Venezuela por la presencia guerrillera. Son aún más marginales, fragmentarias y espasmódicas las referencias a la Amazonia colombiana en la actualidad informativa del país, a pesar de que es una región que alberga la frontera terrestre más extensa del país (de más 3.700 km). Siempre se pasa por alto que una considerable proporción de los límites con Ecuador y Venezuela son amazónicos. En el caso de Ecuador equivalen a poco menos del 50% del total. En el de Venezuela, a algo menos del 20%. En conjunto, con estos dos países se comparten más de quinientos kilómetros. La vulnerabilidad de estas zonas, cuyo corolario es su desconocimiento, la incomprensión de su complejidad y la inocuidad de las políticas públicas fronterizas, es un hecho que sigue siendo poco advertido, pero que se torna más dramático con el tiempo. El Gobierno anuncia –con estruendo ferroviario– eufóricas promesas de desarrollo económico, como la aprobación e implementación de varios tratados de libre comercio y el postizo ingreso a organismos como la OCDE, reservado a las economías más poderosas. La participación de Colombia en la conformación de bloques, como el de la Alianza del Pacífico, y, en general, una política activa de integración económica regional y global –cuyos prerrequisitos materiales y organizacionales están por verse– proporcionan dosis adicionales de incertidumbre sobre los supuestos beneficios que percibiría el país. En el caso de las fronteras, sobre todo el de la Amazonia, augura pobres resultados, similares a los
A pesar de la reciente pérdida de una significativa franja de mar en el Caribe, el país no aprende las lecciones de este lamentable hecho. Las regiones limítrofes, en especial la de la Amazonia (de 3.700 km de extensión), son pobres y están olvidadas. La academia tiene un papel primordial.
Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios
Carlos Zárate Botía,
La zona binacional Leticia-Tabatinga es un atractivo lugar de investigación, por las condiciones sociales, económicas y ambientales de la región circundante.
que se derivaron de la transformación fallida de los antiguos territorios nacionales en departamentos. La integración económica también se convertirá en una quimera e, incluso, en un desastre para el país, si no se sustenta en políticas claras que resuelvan esa vulnerabilidad. Y eso no se hace de la noche a la mañana. El problema se vuelve aún más complejo si vemos que no solo se trata de superar la precariedad de las propias, sino que, además, ante una perspectiva de integración, debemos lidiar con la incompatibilidad entre estas y las políticas fronterizas de los vecinos.
Armonización de políticas Por lo anterior, es necesario conocer las dinámicas transfronterizas en materia de movilidad poblacional, organización del territorio, extracción y transporte de recursos naturales (incluidos minerales), así como evaluar el impacto de las políticas públicas en los asentamientos binacionales y trinacionales de Colombia, Perú y Brasil. Para responder a esto, en las últimas dos décadas, la Universidad Nacional de Colombia en la Amazonia y el Instituto Amazónico de Investigaciones Imani se han encargado de conocer la región
a profundidad, más que ninguna otra institución del país, por medio de la investigación. En la actualidad, a través del nuevo Grupo de Estudios Transfronterizos (GET), la UN participa en una convocatoria de Colciencias, de carácter regional, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Gobernación y la sede. El proyecto se titula “Ciudades y poblaciones fronterizas: una propuesta de armonización de las políticas públicas en las fronteras del departamento del Amazonas”. Su principal objetivo es explorar escenarios posibles y diseñar mecanismos de integración institucional, jurídica, ambiental y política. Busca plantear acciones para avanzar en un ordenamiento territorial conjunto (binacional y trinacional), mediante la definición de zonas de integración más adecuadas a las condiciones y a las expectativas reales de sus pobladores. Se propone interpelar propositivamente a las instituciones que diseñan e implementan políticas desde los centros del poder, sobre todo de relaciones exteriores. En contraste, el proyecto buscará mecanismos de inclusión de los actores fronterizos de los tres países, los cuales se fundamentarán en consultas directas y en va-
rios talleres de recuperación de la memoria de la región, de cartografía social y de planeación participativa. En total, se desarrollarán siete talleres: tres en las localidades binacionales del río Putumayo (Puerto Leguízamo, El Encanto y El Estrecho); dos en la línea ApaporisTabatinga (Tarapacá y La Pedrera); uno en Puerto Nariño-Caballo Cocha; y uno trinacional en el río Amazonas (Leticia, Tabatinga, Benjamín Constant, Islandia y Santa Rosa). Según los docentes e investigadores de la UN que forman parte de la iniciativa, no se pretende ignorar o suplantar las soberanías estatales ni borrar las identidades nacionales o étnicas de los habitantes. Tampoco se trata de desconocer los ordenamientos jurídicos o políticos nacionales. Pero sí de definir escenarios de cooperación, coordinación y acción —posibles y necesarios—, para abordar y resolver conjuntamente las problemáticas de las fronteras amazónicas y para fomentar la integración. Uno de los fundamentos a partir de los cuales se trabajará es que los problemas deberán afrontarse con políticas públicas definidas sobre la base de conceptos de soberanía y seguridad nacionales, adaptados a las épocas actuales.
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Salud Lina Leal,
Unimedios
Antes de su quinto cumpleaños, casi todos los niños del mundo han sido infectados por el rotavirus. Este, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa al año 500 mil muertes y 2 millones de hospitalizaciones por diarrea, especialmente en países en vía de desarrollo. En Colombia, el DANE señala que en el año 2002 la mortalidad por diarrea fue del 79,5% por cada cien mil niños menores de un año y del 6,9% por cada cien mil de entre 1 y 4 años de edad. Esto devela el alto grado de vulnerabilidad de los menores de cinco años. Existen dos vacunas que –según reportes de la OMS– disminuyeron sustancialmente las muertes por la infección. En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social las incorporó en el esquema de vacunación a los dos meses de edad, con un refuerzo a los cuatro meses. “Si bien existe vacuna, esta no remedia síntomas como la diarrea, sino que la atenúa y evita un alto número de hospitalizaciones”, dice Carlos Arturo Guerrero, investigador de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Él ha estudiado la afección desde hace casi dos décadas, por lo cual ha obtenido varios reconocimientos, entre los cuales se destacan el Premio Nacional de Medicina, en la modalidad de Ciencias Básicas (2004, 2005, 2008 y 2012), y la mención en Ciencias Exactas Físicas y Naturales, de la Fundación Alejandro Ángel Escobar 2009. Este magíster en Farmacología y en Genética y doctor en Bioquímica lidera una exploración científica que ha identificado una serie de compuestos naturales y de fármacos de venta libre que, junto con la vacuna, ayudan a detener la enfermedad por completo.
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Fortalecer a la célula El profesor Guerrero encabeza un equipo de investigadores conformado por Orlando Acosta, Andrea Murillo, Paula Pardo, Víctor Rodríguez y Rafael Guerrero. En el Laboratorio de Biología Molecular de Virus de la UN, ellos estudian moléculas de la célula que el rotavirus utiliza para infectarla. Una de ellas –objeto de una tesis doctoral desarrollada hace tres años– pudo ser alterada por reactivos que poseían grupos de azufre, denominados tiol. Así, descubrieron que estos elementos químicos podían inhibir la infección. Con el hallazgo, comenzaron a experimentar con 140 medicamentos –incluidos los que no tenían grupos de azufre– y encontraron que tres tipos de fármacos podían inhibir casi el 100% de la infección. En el primero se encuentran los antiinflamatorios no esteroides (diclofenaco, ibuprofeno y aspirina –AINE–), que se utilizan para desinflamar y disminuir la fiebre o los dolores. El segundo está constituido por algunos que solo se utilizan en la diabetes. Se caracterizan porque activan una molécula en la célula que se llama PPARgama, clave en los problemas de esta enfermedad. En el último, se encuentran ciertos antioxidantes, dentro de los cuales se destacan la vitamina C, la n-acetilcisteína y la curcumina.
Rotavirus tendrá tratamiento
rápido y asequible Una investigación de la Facultad de Medicina de la UN en Bogotá propone un tratamiento que, usando fármacos de fácil adquisición, frena los vómitos y la diarrea que caracterizan a la enfermedad. Los niños infectados verían disminuidos los síntomas en dos o tres días.
Los resultados de la investigación han sido publicados en revistas especializadas internacionales. Los ensayos en niños contaron con la aprobación del Comité de Ética de la Facultad de Medicina.
La n-acetilcisteina es un aminoácido que se proporciona, por ejemplo, para tratar la tos en niños y ancianos, pues aclara el moco, y en prematuros ayuda a expulsar el meconio (las primeras heces). La curcumina es un condimento muy usado en la cocina. Aunque en Colombia su uso no es tan popular, se consigue en los supermercados. ¿Qué tienen en común estas sustancias? Según precisa el profesor Guerrero, actúan sobre una molécula celular, relacionada con el dolor y la inflamación, conocida como NF-KB (factor nuclear potenciador de las cadenas ligeras kappa de las células B activadas). “Descubrimos que, cuando ingresa a la célula, el virus activa mecanismos oxidativos que, a la vez, son proinflamatorios. Los fármacos inhiben la NF-KB y la producción de sustancias oxidativas. Así, combaten la inflamación”, explica el experto. Los medicamentos no actúan directamente sobre el virus, sino sobre las células, al desactivar moléculas que este utiliza normalmente para replicarse. Se trata de fortalecer a la célula para que se defienda. Inicialmente, los científicos infectaron células cultivadas para luego inocularles los fármacos. Efectuaron el procedimiento con ratones (recién nacidos y adultos), esperaron a que tuvieran los síntomas y, después de 24 horas, les administraron los reactivos (n-ace-
tilcisteina, vitamina C, ibuprofeno o productos para los diabéticos). En todos los casos, hubo inhibición completa del rotavirus. El doctor Guerrero estudió los casos de seis de sus familiares infectados. A tres de ellos les suministró los medicamentos desde que comenzó la diarrea, aunque exceptuó los reactivos para diabéticos, debido a que bajan el azúcar y podrían ocasionar problemas de glicemia, por lo cual están desautorizados. Recolectó las heces durante quince días. “En las heces de los niños tratados, el virus fue disminuyendo. A los dos días se redujo drásticamen-
te su expulsión y ellos presentaron mejoras radicales”, asegura. En contraste, resalta que los tres niños no tratados siguieron excretándolo hasta por quince días y que los síntomas fuertes solo disminuyeron pasados seis y ocho días. El tratamiento que los científicos de la UN proponen ayuda a acabar con los síntomas del rotavirus. Es un aporte mundial para que los afectados se alivien rápidamente. Lo mejor es que usa productos de venta libre que no tienen contraindicación.
Tratamiento* Una vez diagnosticada la enfermedad en los niños, sin importar si están vacunados o no, se les debe administrar los siguientes fármacos: 1. N-acetilcisteína de 200 mg disuelto en agua (60 mg/kg/día) cada 8 horas. Si el niño es mayor de dos años, 600 mg cada 8 horas. 2. Vitamina C de 500 mg cada 8 horas. 3. Si es mayor de 6 meses y tiene fiebre y malestar general: ibuprofeno (presentación pediátrica) cada 8 horas. Puede adicionársele a las comidas curcumina al gusto (se usa de manera similar al condimento conocido como color o achiote). *En cualquier caso, la primera opción es llevar a su hijo al médico.
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Salud
Crece el cáncer cutáneo y su inoportuna atención
El cáncer de piel en Colombia pasó de 23 casos por cada cien mil habitantes en el año 2003 a 41 casos en el 2007. Si el aumento se mantiene progresivamente, durante el año 2013 llegaría a 69 casos y en el 2020, a 101. El deficiente sistema de salud hace que pacientes que deben ser atendidos en máximo veinte días reciban atención a los seis meses.
Localización anatómica del cáncer de piel no melanoma
Lina Leal,
Unimedios
Don José* sale cada mañana a lidiar con los cultivos y el ganado en su natal Sotaquirá (Boyacá). Es un hombre tan trabajador como callado. Usa ruana, pero pocas veces sombrero. Según cuenta su esposa, doña María, una mujer de 55 años de edad: “Uno en el campo desde joven aprende a trabajar. El sol por allá pega muy duro y uno se quema con el viento. La verdad, él nunca se cuidaba la piel”. Y agrega que el hombre de vez en cuando usaba sombrero, mas nunca crema, porque consideraba que “eso era de mujeres”. Un día, don José observó una protuberancia en el borde de su nariz e inmediatamente procedió a espicharla. Sin embargo, esta siguió creciendo, por lo cual, días después y por la frecuente presión de doña María, decidió ir al centro de salud del pueblo. Mes y medio después obtuvo la cita con el médico general, que le formuló una crema y le pidió que volviera en otra fecha. “No pudimos volver porque no teníamos la plata y no nos daban la cita. Nos la programaron para dos meses después, pero tuvimos que gastar un montón en cremas”, asegura la señora. Cuando el médico valoró a don José y vio que la protuberancia ya cubría una de las fosas nasales, le dijo que debía tratarse de algo
0,5 0,8 1,1 1,9 2,2 2,7
26,6
3,0 3,5 5,7 24,9
6,0 12,2
Labio inferior Párpado superior Región preauricular Retroauricular Labio superior Espalda Pabellón auricular Ceja Cuero cabelludo Mentón Sien
Párpado inferior Cuello Perioral Pierna Antebrazos y manos Otros Frente-surco nasogeniano
Tronco Nariz Pie Mejilla
En el 76% de los casos los tumores se localizaron en la cara, principalmente en la mejilla y en la nariz.
grave y que era necesario solicitar una cita con un especialista. Pero encontrar un dermatólogo en Sotaquirá era realmente difícil. La esposa recuerda: “Tuvimos que buscar la remisión para un centro de especialistas en Tunja. Pero no nos sirvió la orden del médico de Sotaquirá, y nos tocó hacer tres viajes para que nos dieran la autorización“. Después de seis meses obtuvo la cita con el especialista, pero no lo atendieron porque se le presentó un inconveniente. La cita
quedó reprogramada para veinte días después. Cuando lograron la consulta, el dermatólogo le diagnosticó cáncer de piel no melanoma. Doña María rememora: “Él regañó a José por no cuidarse del sol y por demorarse mucho en venir. Le preguntó si se aplicaba protector solar”. Don José replicó: “nosotros qué nos vamos a poner esas cosas, si a duras penas el sombrero; eso vale mucha plata y, además, uno en el campo no sabe de eso”.
La protección es obligatoria ● Aunque la prevención debe cobijar a toda la población, el foco debe estar en los niños para evitar nuevas generaciones con cáncer de piel, así como en la población rural y los trabajadores expuestos al aire libre. ● Entre 10:30 a.m. y 2:00 p.m. se debe evitar la exposición al sol. ● Se deberían reacomodar los horarios de actividades que impliquen exposición de niños y trabajadores durante estas horas, para que puedan protegerse en la sombra.
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Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios
● Tener acceso a protectores solares por encima de factor de protección solar 50.
No podemos tapar el sol, pero sí buscar estrategias para que las personas se protejan de este.
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¿DE QUÉ
PACÍFICO
HABLAMOS?
Del total de personas estudiadas, el 28% reportó la negación de algún tipo de servicio de salud (consulta, biopsia, cirugía). En promedio, incurrieron en gastos por 1.020.000 pesos.
Atención demorada El doctor Sánchez se interesó en dicho problema durante su tesis doctoral en Salud Pública en la UN. De un lado, quiso establecer por qué está aumentando. De otro, cómo atraviesan el proceso de detección y tratamiento los pacientes que lo padecen. Para eso, durante cinco años –y bajo la dirección de los doctores Fernando de la Hoz y César Abadía– adelantó un estudio de epidemiología tradicional y antropología médica crítica basado en los casos y controles de ochocientos pacientes. Asimismo, estableció grupos focales, hizo entrevistas en profundidad y acompañó a tres personas que tuvieron que hacer fila desde la madrugada en los hospitales de la capital para obtener atención médica, así como a otras que entablaron tutelas contra sus EPS. El estudio evidencia que, en principio, Colombia presenta una mezcla de factores que pueden agravar o atenuar el riesgo real de exponerse a los rayos ultravioleta y,
*Este relato de vida fue encontrado por el doctor Guillermo Sánchez.
INVITADOS
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miércoles 8:00 am -12:00m
SUN YI
Consejero Político Embajada República Popular China en Colombia
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Cambio geopolítico en el siglo XXI: de la hegemonía del Atlántico hacia la del Pacífico
PÍO GARCÍA
Docente Universidad Externado de Colombia
RICARDO MOSQUERA MESA Exrector Universidad Nacional de Colombia
el Pacífico
8:00 am -12:00m
Gobernador del Departamento de Nariño
BENJAMÍN CREUTZFELDT Sinólogo y Docente Colegio de Estudios Superiores de Administración
CLAUDIA MOSQUERA
ALFREDO MOLANO
Sociólogo y Periodista
JORGE ARMANDO RODRÍGUEZ ALARCÓN
Investigadora Centro de Estudios Sociales Universidad Nacional de Colombia
ÓSCAR ALMARIO
Exviceministro de Minas
septiembre Colombia en miércoles
RAÚL DELGADO
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JUAN CARLOS MONDRAGÓN
Director CID Universidad Nacional de Colombia
septiembre Retos y oportunidades: miércoles 8:00 am -12:00m
Docente Universidad Nacional de Colombia
HUGO ARLEY TOBAR Gobernador (E) del Departamento del Chocó
propuestas para una política hacia el Pacífico
SERGIO DÍAZ JORGE IVÁN GRANADOS GUIDA BULA Ministro de Comercio, Industria y Turismo
Vicerrector General Universidad Nacional de Colombia
ENTRADA LIBRE Centro de Convenciones Alfonso López Pumarejo. Auditorio Principal. Carrera 45 No. 26-85. 8:00 a.m. a 12:00 m.
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Inscripciones debatesun@unal.edu.co Informes 316 5000 Ext. 18243 Organiza Unimedios y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo CID de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia
Transmisión en Vivo por PrismaTV (www.prismatv.unal.edu.co) - UNRadio (Bogotá 98.5 FM)
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Casos como el de este hombre de 66 años son cada vez más frecuentes en Colombia, un país en el cual se pensaba que el cáncer de piel era casi inexistente porque es más común en la tez blanca. Según precisa el doctor Guillermo Sánchez Vanegas, del Departamento de Salud Pública de la UN, hay dos grandes variantes: melanoma y no melanoma. El primero resulta raro en la población colombiana, pero es muy agresivo y tiene un alto potencial de causar metástasis y dañar otros órganos. El segundo es menos letal porque posee un poder de destrucción local y se produce en las partes del cuerpo más expuestas al sol. Un informe del Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta indica que la tasa estimada de cáncer de piel en Colombia pasó de 23 casos por cada 100.000 habitantes, en el año 2003, a 41 casos, en el 2007. Si el aumento se mantiene progresivamente, en el año 2013 ascendería a 69 casos y en el 2020, a 101. Además, el más reciente Anuario del Instituto Nacional de Cancerología especifica que, durante el año 2010, el 20% de los casos atendidos correspondió a esta patología (es decir, 1.273 de un total de 6.313) –mientras que en el año 2008 equivalió al 16%–. Esto evidencia que se trata de una enfermedad de creciente incidencia en el país.
específicamente, de desarrollar el cáncer; pues es un país localizado sobre la línea ecuatorial, con una alta concentración poblacional sobre la región andina y en alturas que superan los 2.400 metros sobre el nivel del mar. En ese sentido, vivir en zonas rurales aumenta el riesgo de adquirir la enfermedad porque la protección contra los rayos ultravioleta es menor que en ámbitos urbanos. “En el campo, la persona está expuesta al sol casi todo el tiempo. Además, hay desconocimiento de la prevención, falta de recursos o machismo”, sostiene el profesor Sánchez. Igualmente –pese a que se puede tratar mediante detección temprana y un procedimiento quirúrgico sencillo–, los trámites y burocracia que caracterizan al actual sistema de salud son barreras que se interponen en el tratamiento. De hecho, los diagnósticos oportunos son apenas el 32,5% del total y resultan más probables en personas que cuentan con un nivel de escolaridad igual o superior a formación técnica, poseen vivienda propia, viven en el medio urbano y están afiliados al régimen contributivo. De 369 pacientes, 17 requirieron interponer algún tipo de recurso legal. Un paciente –como don José– que debería ser tratado en quince o veinte días recibe atención en aproximadamente seis meses o más, lo que agrava el padecimiento. Este hombre, después de un proceso de casi año y medio –que incluye biopsias, patologías, juntas y cirujanos–, tiene la mucosa comprometida y ha perdido parte de la anatomía del ala nasal. Su dilema: reunir dinero para operarse en Bogotá o ser remitido de nuevo a su EPS para que le cubra todos los gastos. El doctor Fernando de la Hoz, director del trabajo doctoral, resalta que la investigación “se concentra en los efectos de la organización de los servicios de salud sobre el bienestar de personas de carne y hueso, que son las verdaderas víctimas del sistema”. No obstante, el doctor Sánchez añade que, si bien es necesario que los pacientes con este tipo de cáncer sean diagnosticados y tratados oportunamente (para evitar secuelas a largo plazo), las barreras trascienden el sistema de salud: los problemas son el resultado de un enfoque político, social y económico cuya solución no se limita a la tan mencionada reforma.
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Las aristas del problema
El mundo gira hacia el Índico y el Pacífico como tránsitos dinámicos de la economía. Al acuerdo Alianza del Pacífico y los retos que enfrenta como el deficiente transporte ferroviario y fluvial, la carencia de puertos modernos y el atraso científico y tecnológico, el país tendrá que sumarle el reconocimiento de este territorio, históricamente olvidado.
www.debates.unal.edu.co
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Biodiversidad
Foto: Ana María Roldán/WWF.
Minería acecha joya ambient
Los Cerros de Mavecure, símbolo de la región, están en el límite del área que quieren declarar sitio Ramsar.
Alberto Fernández R.,
Unimedios
En lengua indígena, Guainía quiere decir tierra de muchas aguas. La etnia Yeral no exagera. Tan solo al nororiente del departamento está la Estrella Fluvial de Inírida, unas 283.000 hectáreas bañadas por los ríos Guaviare, Inírida, Atabapo y Orinoco. La zona es una verdadera joya. El agua de los cuatro ríos da paso a una gran variedad de ecosistemas, caracterizados por una alta biodiversidad, que a su vez cubren, como una alfombra verde, importantes yacimientos de oro y coltán. Lo curioso es que, si bien durante siglos habían coexistido en armonía, hoy la riqueza mineral y la natural riñen. La explotación de la primera acabaría con la segunda. Para evitar que esto suceda, desde hace diez años el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y un grupo de organizaciones trabajan para incluir esta área estratégica de la cuenca del río Orinoco en la lista Ramsar de humedales de importancia internacional. El dilema surge cuando la iniciativa se contrapone a la idea de desarrollo económico, impulsada desde el mismo Gobierno, donde precisamente la actividad extractiva tiene un lugar central.
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Territorio único ¿Por qué se debe proteger la Estrella Fluvial de Inírida? La respuesta corta sería porque este es un sitio con características únicas en el país. Tras pasar por la ciudad que lleva su nombre, el río Inírida desemboca en el cauce del Guaviare. 25 kilómetros aguas abajo, a la altura de San Fernando de Atabapo (Venezuela), este último se funde con el Atabapo y el Orinoco. El Inírida y el Atabapo son ríos negros. Ambos recorren terrenos de arena blanca proveniente del Escudo Guayanés, la más antigua formación rocosa de América del Sur. La poca presencia de micro-
Mientras el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible impulsa la declaratoria de la Estrella Fluvial de Inírida como humedal de importancia internacional, el Ministerio de Minas y Energía la empuja hacia la explotación de oro y coltán. Esto pondría en peligro su biodiversidad, señalan investigaciones de la UN.
organismos en los suelos hace que la vegetación que cae en sus aguas tarde más en descomponerse. De ahí la coloración oscura. El Guaviare, por el contrario, tiene un color lechoso por los ricos sedimentos andinos que arrastra. Por ello, a lo largo de su ribera los suelos son más fértiles y crecen bosques con rasgos típicos de las selvas húmedas de los Andes. La confluencia de estos cuerpos hídricos, finalmente, aporta una parte importante del caudal del río Orinoco, uno de los más largos del continente (2.140 km) y el tercero más caudaloso del mundo (33.000 m³ por segundo en promedio). Todo esto ocurre en una zona de transición entre las llanuras de la Orinoquia y los bosques tropicales de la Amazonia. Es decir, además de aguas, en la Estrella se encuentran dos ambientes contrastantes: sabanas abiertas y selvas cerradas, con sus respectivas flora y fauna. Su posición geográfica es aún más estratégica al estar en el límite occidental de Guayana. Según Hugo Mantilla-Meluk, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia, la región es reconocida por ser un laboratorio natural en donde se forman nuevas especies. Esto se traduce en una alta diversidad de flora y fauna. Gary Stiles, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UN en Bogotá, asegura que “hay una gama bastante amplia de hábitats en esta área relativamente pequeña”. Van desde sabanas y matorrales sobre arena blanca hasta bosques altos y bajos. Además, a lo largo de los ríos hay selvas inundables, que varían dependiendo del color del agua que las irriga. En cuanto a la fauna, Iván Mojica, también profesor del ICN, po-
ne de ejemplo la gran variedad de peces de la zona. Explica que, no obstante su pobreza en nutrientes y sales, en los ríos negros viven “especies de menor tamaño y colores vistosos, al punto que de Inírida salen el 50% de los peces ornamentales que exporta el país”. Mientras que en el Guaviare, agrega, se pueden encontrar “peces de mayor tamaño, como la cachama y los grandes bagres, que son la principal fuente de proteína de los pobladores de la región”. Hasta el momento, allí se han documentado cerca de 470 especies. Aunque considerable, esta cifra fácilmente puede aumentar, pues Guainía aún es un territorio por explorar. Se trata de una alta biodiversidad, que también se aprecia en aves, reptiles, anfibios y mamíferos, tanto en número de especies como en registros únicos.
Locomotora minera Desde el año 2004, el Ministerio de Ambiente busca designar sitio Ramsar a la Estrella Fluvial de Inírida. Esta figura tiene su origen en el convenio firmado en el año de 1971 en Irán. Incluir a la Estrella representaría un gran paso en su conservación. Aunque técnicamente no sería un área protegida, este reconocimiento es incompatible con actividades como la minería. En cambio, promueve su uso sostenible, orientado por un plan de manejo ambiental, que estaría a la cabeza de la Corporación para el Desarrollo del Norte y Oriente Amazónico (CDA) y las cerca de quince comunidades indígenas que lo habitan. El proceso comenzó con una caracterización del lugar y una con-
sulta previa con las comunidades que terminó en el año 2010. En este punto, para que el presidente Juan Manual Santos solicite a Ramsar la declaratoria, solo se necesitaba un concepto no vinculante del Ministerio de Minas y Energía. Uno de los requisitos para la designación es que sobre el sitio no haya licencias mineras y de extracción de hidrocarburos. Saulo Usma, biólogo de la organización WWF, asegura que “no hay títulos vigentes en la zona”, lo cual se corrobora en Catastro y Registro Minero. Pero no significa que la minería, en este caso artesanal e ilegal, no sea un problema. Desde Inírida, río arriba hacia los cerros de Mavecure, se encuentran barcazas que remueven el suelo en busca de oro. También ocurre en el Atabapo. Esto, junto al uso de sustancias como el mercurio y el cianuro, es devastador para ecosistemas tan frágiles. El profesor Stiles explica que “los ríos negros son especialmente susceptibles. Como sus aguas son bastante puras, no se necesita mucha minería para tener problemas irreversibles”. En el año 2011 el Ministerio de Ambiente remitió los documentos requeridos para dicho concepto. Pero fue hasta el pasado 12 de febrero que la cartera de Minas dio una respuesta: no declarar la Estrella sitio Ramsar, pues esto impediría futuras explotaciones de oro y coltán. No obstante, al no ser vinculante, este concepto no impide que el Gobierno haga la solicitud. ¿Por qué entonces el presidente Santos no lo ha hecho? El comportamiento del producto interno bruto (PIB) da luces al respecto. Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el avance de 5,9% del sector minero y energético fue la principal razón para que
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Biodiversidad
tal del Orinoco Foto: Jurgen Beckers
Cotinga Pompadour (Xipholena punicea).
Peces. Alrededor de 470 especies, de casi 1500 registradas para el país. Iván Mojica dice que se trata de una “gran riqueza en términos de diversidad y uso, tanto ornamentales como para su consumo”. De este total, 16 están en algún grado de amenaza. Figuran las rayas, capturadas como peces ornamentales con fines de exportación; y los grandes bagres, para su consumo.
Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios
Principalmente por sus tierras negras ricas en coltán –mineral utilizado en el desarrollo de nuevas tecnologías–, el Gobierno declaró zona estratégica minera a todo Guainía. En el corto plazo, la decisión frena cualquier solicitud minera hasta que se tengan localizados los territorios con mayores recursos. Pero en el largo plazo, el futuro parece ser la explotación legal a cargo de grandes grupos. Y como es para todo el departamento, la medida se puede volver una amenaza para la Estrella, hasta ahora sin licencias. Es clara la importancia del sector minero para el progreso del país. Pero también es claro que, incluso con títulos, podría afectar hábitats que son únicos. ¿Acaso la minería no debe tener un límite? Para la comunidad científica sí debería. “El país tiene que pensar en sus ecosistemas de alta diversidad. Los arrasa o los preserva. La Estrella es un buen ejemplo de lo que hay que conservar. No la toquemos, hay otras regiones para minería”, concluye Mojica. Ojalá estas palabras tengan eco en el Gobierno y este dilema, que compete a toda la nación, se resuelva a favor de la Estrella Fluvial de Inírida.
Aunque todavía falta mucho por cuantificar, estudios del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia, así como de algunos otros centros de investigación, dan cuenta de la alta biodiversidad de la Estrella Fluvial de Inírida.
Aves. Son cerca de 415 especies descritas. Gary Stiles asegura que este número “convierte a la Estrella en un área extremadamente rica, si bien más allá de los cerros de Mavecure ha sido poco explorada”. Además, el profesor revela que hasta el momento hay tres especies de aves que en Colombia solo se han documentado aquí: la guacharaca enana (Ortalis motmot), el becerrito capuchino (Perissocephalus tricolor) y el hormiguero caripelado (Phlegopsis nigromaculata).
Pez Ángel (Pterophyllum altum).
Reptiles y anfibios. Al menos 31 especies de anfibios y 31 de reptiles, según estudios del Instituto Alexander von Humboldt. Se estima que en la zona puede haber más de 100 especies entre ambas clases. El profesor John Lynch se ha concentrado en las especies que en el país solo están en la región, registrando la rana de casco del Casiquiare (Aparasphenodon venezolanus) y la tortuga de río de pintas rojas (Podocnemis erythrocephala).
Foto: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
¿Cuál es el límite?
Lo que está en juego
Mamíferos. Aproximadamente 86 especies habitan la zona, divididas en 11 órdenes –algo así como 11 maneras distintas de ser mamíferos–. Desde murciélagos, osos hormigueros, armadillos, dantas hasta nutrias. De ellas, 15 especies tiene algún grado de amenaza incluido el delfín del Orinoco (Inia geoffrensis). Hugo MantillaMeluk dice que este mamífero acuático, símbolo de la región, tiene un lugar importante en la cosmovisión de las culturas indígenas. Se le considera un hermano de la humanidad.
Delfín del Orinoco (Inia geoffrensis).
Flora. Se han registrado 833 especies, de acuerdo con estudios del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi. Destaca la Flor de Inírida (Guacamaya superba), que crece en las inmediaciones húmedas y pantanosas de la capital de Guainía.
Foto: Alice Eymard/WWF
la economía colombiana creciera 4% durante el año pasado. Es más, su participación en el PIB pasó de un 8% a un 15% en la última década. No por nada, el Gobierno cataloga la minería como una de las locomotoras del desarrollo. Y la necesita para seguir avanzando. El dilema es que sitios únicos, como la Estrella Fluvial de Inírida, serían su combustible.
Flor de Inírida (Guacamaya superba).
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Cerros de Mavecure
Zona Ramsar
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Inírida
Vea y escuche a los investigadores de este trabajo en el programa Punto Crítico de Prisma TV a partir del 19 de agosto en http://www.prismatv.unal.edu.co/, y a través de UN Radio, 98.5 FM en Bogotá, 100.4 FM en Medellín y www.unradio.unal.edu.co, el próximo 14 de agosto de 7:30 a 8:30 a.m.
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Foto: Marcela Franco/WWF
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Medioambiente
Con maleza recuperarán
tierras degradadas El buchón de agua se ha convertido en un dolor de cabeza para grandes superficies acuáticas, como los embalses, pues se multiplica a gran velocidad y los cubre. Esta planta ahora podrá ser usada como sustrato para restaurar la vegetación de zonas afectadas por la degradación. Leidy Castaño,
Unimedios
Banco de semillas Para conocer la fuente de propágulos (las semillas en el proceso de sucesión vegetal), se determinó la composición de un banco de semillas de suelo de un relicto de vegetación contigua al área de las parcelas de estudio. Se contaron 584 plantas en sus primeros estadios de desarrollo.
Compostaje
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Fotos: archivo particular
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Los investigadores hicieron un ensayo que comenzó con un volumen de 0,7065 m3 para evaluar el uso del buchón de agua como enmienda orgánica en forma de compost para suelos degradados. Después de 60 días, obtuvieron 0,36 m3 de compost de buchón.
Sustrato Para determinar el efecto del uso de la planta como sustrato en procesos de revegetalización, durante nueve meses evaluaron diez tratamientos con buchón. En el experimento registraron 134 especies, siendo el mejor el de planta seca de buchón más suelo.
Las compañías que construyen proyectos hidroeléctricos causan graves daños a la cobertura vegetal, a la fauna (aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces) y al suelo, debido a que necesitan extensas áreas inundables. Empresas Públicas de Medellín (EPM) y el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá se unieron para buscar una solución sostenible y duradera al problema. Acudieron a la planta amazónica Eichhornia crassipes, más conocida como buchón de agua. Esta fue descrita en 1823 por Carl von Martius, naturalista e investigador alemán que estudió la flora de Brasil. En la actualidad, es considerada una maleza difícil de erradicar, pues se reproduce a gran velocidad sobre ecosistemas lénticos (lagunas, lagos, canales y embalses), cubre toda su superficie y deteriora su oxigenación. Este vegetal se nutre de aguas contaminadas con altas cargas orgánicas que vierten los hogares y las industrias, lo que favorece su proliferación. Esto ha llevado a invertir altas sumas de dinero para su control, remoción y disposición final. Paradójicamente, a pesar de su carácter de maleza, puede resultar de gran beneficio para restaurar terrenos degradados por los complejos hidroeléctricos. Por eso, un grupo de biólogos de las dos instituciones evaluaron la viabilidad de la especie para tal fin. Según Jaime Aguirre Ceballos, profesor titular del ICN, con la investigación se obtuvo una alternativa económica.
Trabajo de verificación Los resultados se consignaron en una guía de campo redactada por los biólogos de la UN Gladys Cárdenas Arévalo, Mauricio Aguilar Puentes, Hernán Sánchez Cruz, Juan Herrera Romero y Jaime Aguirre Ceballos. En ella se detalla todo el proceso experimental y las conclusiones después de nueve meses de muestreos. El trabajo se desarrolló en un predio de EPM utilizado como botadero, llamado El Encanto, en la vereda del mismo nombre del municipio de Amalfi, ubicado en el nordeste de Antioquia, a 982 metros sobre el nivel del mar. Es una zona receptora de materiales y aguas de tipo doméstico e industrial que transporta el río Medellín. En sus alrededores también se adelantan actividades de extracción y disposición del buchón removido del embalse, que se acumula en las orillas.
Allí es extraído por maquinaria y llevado al depósito, en donde se deja secar para luego esparcirlo en las tierras que se desean recuperar. Para evaluar su uso, se efectuaron varios experimentos: determinación del banco de semillas, uso en seco y húmedo de la maleza (raíces, tallos y hojas) y compostaje en procesos de revegetalización. Así, se constató su potencial como sustrato orgánico, lo que beneficia el desarrollo y los procesos de sucesión de la vegetación en la zona.
Mejor metabolismo El buchón estimula una mayor cobertura vegetal en menor tiempo, facilita la colonización, el arribo y establecimiento de plantas y evita la erosión producida por el agua. Todo ello a un bajo costo y con un mantenimiento mínimo. Además, ayuda a recuperar los suelos degradados hasta un 50% más rápido que otros tratamientos. Al comparar las características físico-químicas del suelo restaurado, se observa que este compost ofrece mayores cantidades de elementos que intervienen en el metabolismo de las plantas para diferentes fines, como el desarrollo de altura, el crecimiento de follaje, la floración y la fructificación. Esto facilitó el crecimiento en corto tiempo tanto de herbáceas heliófilas (aquellas que necesitan recibir los rayos solares directamente), como de especies arbóreas. Los investigadores advierten que el uso de este sustrato debe hacerse en áreas de cultivos maderables o plantaciones forestales que no sean objeto de consumo humano, pues su contenido de metales pesados podría afectar la salud de la población (irritaciones de la piel, intoxicaciones y afecciones respiratorias, entre otras) y de la fauna en general. Las guías que surgieron del estudio fueron socializadas con campesinos del nordeste antioqueño para involucrarlos en los procesos de restauración y establecer recomendaciones de ejecución. Los expertos aseguran que es necesario respetar y conocer la historia de las zonas alteradas antes de intervenirlas, pues el mismo suelo da pistas sobre lo que requiere para ser restaurado. Los bancos de semillas cercanos al sitio que se piensa recuperar también son fundamentales porque contienen la información sobre el ecosistema. Finalmente, la mayor recomendación de los biólogos es prevenir: “La mejor recuperación es aquella que no se hace porque el medio ecosistémico no se alteró o porque su daño es mínimo y tiene la oportunidad de recuperarse por sí mismo”.
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Foto: archivo particular
Medioambiente
Los humedales costeros del departamento de Magdalena son esosistemas vitales para el hombre y la fauna del Caribe.
Ciénaga Grande de Santa Marta está salada y sin oxígeno Jeinst Campo Rivera,
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Unimedios
La Ciénaga Grande de Santa Marta tiene dimensiones enormes. Si en sus 730 km2 de espejo agua se ubicara el área urbana de Bogotá, la ciudad cabría dos veces. Es la laguna litoral o albufera más grande de Colombia. Y, si se suman todas las lagunas de sus alrededores, alcanza a ocupar 3.487 km2 (datos de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena). Según Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN), el lugar está conformado por las acumulaciones progresivas de sedimentos provenientes del río Magdalena y por bosques de manglar, ríos, caños y áreas pantanosas. Hace parte de un complejo de aguas de unas cien ciénagas que presentan diferentes niveles de sedimentación y salinidad. Es un extraordinario santuario de centenares de especies de flora y fauna que habitan a lo largo y ancho del ecosistema, así como un punto central de regulación climática e hidrológica (control de inundaciones), asimilación de contaminantes y obtención de alimentos. Es parada obligatoria de varias especies migratorias (sobre todo de patos que provienen del norte del continente). Además, es hogar de reptiles como la babilla, el caimán aguja y las iguanas, y de mamíferos como la zorra manglera, el mono colorado, el mico cariblanco y el manatí, por citar algunos de los más representativos. Más aún, alberga una de las pesquerías artesanales de más peso del país, conformada por cerca de cuatro mil pescadores que explotan unas cincuenta especies. Sin embargo, los contaminantes que llegan a través del río Magdalena, de las escorrentías del sector agropecuario y de los desechos de las obras civiles realizadas en las últimas décadas –junto con los
Este santuario de flora y fauna –de vital importancia para la regulación climática, la asimilación de contaminantes y la obtención de alimentos– está en peligro por los cambios de los ciclos hídricos, que entre otras cosas afectan la salinidad y la oxigenación de las lagunas. Más de 25 mil pescadores comienzan a sufrir por la disminución de peces.
cambios en el uso del suelo y la disminución del caudal de varios ríos–, afectan sus condiciones hidrológicas y, por ende, a las especies. Una investigación de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira logró cuantificar los efectos de dichos cambios sobre este ecosistema.
Rastreo profundo El profesor Guillermo Duque, director del proyecto –ejecutado por el ingeniero ambiental Andrés Molina Sandoval–, indica que la dinámica ecológica de los estuarios está ligada estrechamente a las alteraciones de las condiciones hidrológicas a las que están sometidos. Para determinar lo anterior, analizaron datos mensuales entre los años 2002 y 2010, correspondientes a factores como salinidad, oxígeno disuelto y temperatura de siete estaciones ubicadas en la Ciénaga, así como el nivel del agua y la producción pesquera en general. “Buscamos determinar la influencia de los cambios del nivel del agua tanto en los parámetros fisicoquímicos como en la dinámica de las pesquerías locales. La información fue proporcionada por el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar)”, precisa Molina. Los datos sobre este factor los obtuvieron a través de la puesta en marcha de una estación hidrométrica virtual que recopiló información de altimetría registrada por
el satélite Envisat, única fuente de información hidrológica medida directamente sobre la Ciénaga en la última década.
Relaciones peligrosas Los científicos hallaron correlaciones significativas entre el nivel del agua y los parámetros fisicoquímicos. Se destacan las conexiones con la salinidad, al ser las más altas en todas las estaciones de muestreo. “Efectivamente, los cambios hidrológicos que surgen por factores antrópicos (por la acción del hombre) alteran significativamente las condiciones fisicoquímicas del ecosistema. Hallamos un incremento de la salinidad en varios sectores de hasta un 50%, así como una disminución del oxígeno disuelto en el agua de hasta un 30%. Esto ha provocado que muchas especies disminuyan en cantidad y que, incluso, hayan desaparecido”, afirma Molina. Para evaluar la relación entre los niveles del agua y la producción pesquera de la zona, de la cual subsisten alrededor de 25 mil personas, se identificaron cuatro épocas hidrológicas: 1) aguas bajas, entre los meses de febrero, marzo y abril; 2) transición I, entre los meses de mayo y junio; 3) aguas altas, entre los meses de julio, agosto, septiembre y octubre; y 4) transición II, entre los meses de noviembre, diciembre y enero.
En estos periodos hay reducciones significativas de la producción pesquera de seis de las diez especies de más importancia comercial para la región: Oreochromis niloticus, Mugil incilis, Elops smithi, Callinectes bocourti, Callinectes sapidus y Farfantepeneus notialis.
Sin monitoreo El profesor Duque confirma que la variación de los niveles del agua de la Ciénaga aumenta su salinidad, la variable ambiental que más afecta las pesquerías. “Hay que tener en cuenta que, aunque históricamente se han relacionado los problemas ambientales de la Ciénaga con cambios hidrológicos provocados por el hombre, hasta el momento ninguna entidad realiza un monitoreo serio. Por eso, el proyecto del ingeniero Molina es pionero. No se han hecho estudios que relacionen directamente la cantidad de agua presente con sus cambios ambientales y ecológicos”, afirma. Los resultados servirán para incrementar los escasos conocimientos en el campo de la ecohidrología estuarina en Colombia, que sirve como base para nuevos estudios. Asimismo, permitirán explorar más el uso de la altimetría de radar por satélite en aplicaciones ecológicas. “Esta información, además, podría ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que tienen relación con este ecosistema”, manifiesta Molina.
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Agro
Unimedios
El fríjol chocho o Lupinus mutabilis es un grano de origen andino que la mayor parte de la población colombiana desconoce. Hace parte de las especies esenciales de los agroecosistemas tradicionales y contribuye a la sostenibilidad ambiental: aporta un alto contenido de nitrógeno al suelo, sirve como abono verde y protege coberturas. Quizás su mayor importancia radica en que un 51% del peso total de cada grano es proteína vegetal de alto valor nutricional. Incluso, supera el porcentaje que tiene la soya, que es de un 40%. Esto lo convierte en un alimento fundamental para humanos y animales. Diego Mauricio Chiguachi Salazar, ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá –bajo la dirección del profesor Gustavo Adolfo Ligarreto y el acompañamiento del profesional especializado José Arturo Romero–, llevó a cabo una caracterización agronómica y funcional de cuatro cultivos de la especie para conocer su crecimiento, desarrollo, rendimiento y las características de la harina obtenida de cada una de las variedades. Según el investigador, es de un gran valor como fuente de proteína para la dieta de la población colombiana, en especial para las personas de bajos ingresos económicos. Además, puede usarse como materia prima para fabricar alimentos para animales, principalmente, aves.
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Mejor y más barato Su evaluación agronómica y su caracterización funcional se efectuó en cuatro zonas: dos en Cundinamarca y dos en Boyacá. Se requirió un trabajo multidisciplinar en agronomía, química, procesamiento de alimentos y fundamentación estadística. Tradicionalmente, ha sido usado como abono verde. Gracias al estudio, se pudieron revelar otras características vitales. Por ejemplo, tiene un rendimiento superior a otras clases, como fríjol soya y arveja (cada hectárea (ha) puede producir hasta siete toneladas). Otra característica es que al procesarlo para obtener harinas consume menos energía con respecto a otros granos. Por miles de años, ha sido sembrado por comunidades rurales que han comprobado que su cultivo no requiere de ningún tipo de agroquímico ni fertilizante, lo que redunda en un costo menos a la hora de su producción. Por lo anterior, el fríjol chocho es una alternativa alimentaria para agricultores pobres, generalmente ubicados en suelos con limitaciones de fertilidad y obstáculos para acceder a sistemas de riego. Según el ingeniero, sus propiedades agronómicas y nutricionales responden a las necesidades del contexto agrario y alimentario colombiano. La conformación económicopolítica de la agricultura tiende a agudizar los índices de hambre y sus consecuencias sociales en el país, por lo que cerca del 36% de la población colombiana presenta una dieta deficiente en proteína.
supera en proteína a la soya
Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios
Leidy Castaño,
Fríjol chocho
Las plantas de lupinos también han sido utilizadas para restaurar paisajes deteriorados por la acción del hombre.
El Lupinus mutabilis es un grano nativo que supera en propiedades nutricionales a otras leguminosas muy usadas. Posee un 51% de proteína, en comparación con uno de cargamanto o bola roja, que apenas llega a un 16%. Además, no necesita fertilizantes y crece en tierras pobres en nutrientes.
Más granos, menos plagas El estudio agronómico comenzó con la siembra en campo abierto —en el área de invernaderos de la Facultad de Agronomía— de las cuatro variedades de L. mutabilis: nacional, jazmín, nacional precoz y verjones. Entre otros aspectos, el investigador cuantificó el diámetro máximo de las hojas, su número de foliolos (las subdivisiones de la hoja) y la longitud, anchura y número de vainas por planta, para establecer el rendimiento de los cultivos. El trabajo permitió conocer su variabilidad como insumo para futuros planes de mejoramiento y se reconoció el cultivo más promisorio por rendimiento y vulnerabilidad a plagas y enfermedades. Para eso, utilizó un diseño experimental de bloques completamente al azar, con cuatro tratamientos y tres repeticiones. La
unidad experimental fue de nueve plantas. Se asignó un número a cada planta en tratamiento y repetición. Adicionalmente, se instaló una parcela para los cuatro cultivos y así se establecieron los resultados. El rendimiento de los estudiados es heterogéneo, siendo mayor en el cultivo de la variedad nacional, seguido por los de precoz, verjones y jazmín. Con la variedad nacional se obtuvieron hasta 352 vainas por planta y 177 gramos de grano para un rendimiento de 1,69 toneladas por hectárea. Además, se utilizó una densidad de 9.524 plantas por ha, un tercio de la utilizada en cultivos comerciales. El número de vainas por planta en fríjoles mejorados colombianos varía entre 22 y 66 vainas por planta, por lo que es evidente el mayor rendimiento de L. mutabilis. Los fríjoles cargamanto y bola roja, dos de los más consumidos en
el país, presentan un promedio de 5,5 granos por vaina, es decir, un 11% más que la variedad jazmín, cuyo promedio fue de 4,89. Uno de los resultados relevantes del estudio fue demostrar que posee temperaturas similares al gluten (utilizado en la panificación), lo que podría facilitar el uso de su harina en esta industria, así como en pastas alimenticias enriquecidas, sin el factor limitante nutricional de dicha proteína en el trigo. Un país líder en la utilización de este fríjol es Chile, con 45.000 ha sembradas, pero solo para alimentar animales. Por su alto valor proteínico y sus aportes en grasa y fibra, se convirtió en un insumo vital para nutrir salmones de exportación. Por eso, esta variedad, también nativa de Colombia, puede constituirse en una alternativa agrícola y agroindustrial viable para las condiciones del país.
Ciencia y tecnología
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Fibra de plátano
competirá con las de vidrio y carbón Unimedios
La fabricación de automóviles, paneles para viviendas, artículos deportivos, enseres domésticos y una infinidad de utensilios requiere materiales sofisticados que soporten el uso y el desgaste. Los polímeros –moléculas de gran tamaño de origen natural o artificial– son usados para reforzar la estructura de esta clase de artefactos. Los más usados son los plásticos (polietileno, policloruro, polipropileno, etc.) y las fibras de vidrio y de carbono. Sin embargo, los científicos exploran nuevos compuestos que ofrezcan ventajas tanto de resistencia como de costos. Las fibras de la planta de plátano se constituyen en una opción prometedora. “Según las evaluaciones agropecuarias del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en el año 2011 se cultivaron 353.297 hectáreas y se produjeron 2.815.693 toneladas. Sus sobrantes (hojas y tallos), en vez de ir a la basura, pueden reportarle beneficios a la industria”, indica la ingeniera agrónoma Yamileth Cuartas Betancurth, docente de la Universidad de Caldas. Su ciclo reproductivo tarda de 10 a 12 meses. En la cosecha solo se aprovecha el racimo. El resto se utiliza como abono o se desecha. Un proyecto del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales logró aprovechar el pseudotallo del vegetal para obtener un material de refuerzo de alta calidad. El avance redundará en un ingreso económico extra para los cultivadores, que podrán extraer las fibras con una máquina y venderlas a la industria.
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Superficie más uniforme El vidrio y el carbón son los materiales inorgánicos más utilizados en la industria por sus propiedades, entre ellas su durabilidad. En cambio, las fibras naturales son irregulares debido a su composición de celulosa, hemicelulosa y lignina. Por eso, son poco apropiadas para reforzar materiales. Para cambiar tal situación, Lady Johana Rodríguez, de la Maestría en Ingeniería Industrial, desarrolló un proceso químico que modifica la estructura interna de las fibras de plátano. Su innovación permite obtener superficies más uniformes, resistentes al desgaste ambiental, a las altas temperaturas y a la absorción del agua (son hidrofóbicas). El tratamiento consiste en sumergirlas, por 24 horas, en una mezcla compuesta por epiclorhidrina (un solvente), reactivo anhídrido acético y acetona. Se lavan en acetona y agua destilada y se secan en un horno por un día. Luego se someten a pruebas de resistencia, de hidrofilidad (absorción de agua), térmicas y de alcalinidad.
Fotos: cortesía Lady Johana Rodríguez
Ana María Escobar Jiménez,
El cultivo de plátano, que emplea a unas 170
“Una vez tratadas, las fibras re- mil personas en el país, ahora ofrece una pelieron el agua hasta en un 33,3% nueva materia prima para fabricar fibras y su resistencia a la humedad del aire aumentó en un 32,43%, lo que industriales. Un novedoso tratamiento quíextiende su durabilidad. Además, mico desarrollado por ingenieros de la UN mediante micrografías de microscopio electrónico de barrido (foto- en Manizales permite obtener un material grafías ampliadas cinco mil veces), más resistente a la degradación. se observó que la superficie estaba más lisa, lo que incrementa su adhesión a la matriz polimérica”, detalla la investigadora. La prueba térmica, que mide la resistencia a las altas temperaturas, mostró un aumento de su capacidad de soportar calor de un 6,84%. Esta propiedad es necesaria para elaborar materiales biocompuestos, debido a que se emplean máquinas industriales que derriten los polímeros para adherirlos a las fibras. La investigación comparó el tratamiento con otros que recurren a descargas de plasma y que usan temperaturas y densidades de energía mucho más elevadas que las reacciones químicas ordinarias. Sin embargo, el de la UN preFibras en una prueba de tensión. senta mejores resultados, pues las fibras muestran un incremento de su rigidez del 68,07% con respecto a las no tratadas. Luego de seis meses de observación, conservaron esta capacidad. “En contraste, en las expuestas al plasma esta propiedad disminuyó en un 40,37%”, señala Carlos Eduardo Orrego Alzate, asesor del trabajo y director del Instituto de Biotecnología y Agroindustria de Los biocompuestos son materiales la UN en Manizales. que combinan polímeros de origen La investinatural. En cambio, las fibras de vigadora Rodrídrio y de carbón son materiales no guez incorporó renovables que, por su origen peal proceso una Prueba de agua. troquímico y su uso generalizado, técnica artesacontribuyen a la contaminación. nal muy usada El procedimiento fue presentado en Caicedonia ante expertos de todo el mundo en (Valle del Cauca) la Primera Conferencia Internacioy en Quindío: las nal de Fibras Naturales, que tuvo entretejió para lugar en junio pasado en Portugal. conferirles mayor resistencia. El estudio encontró que, probablemente por las características agroecológicas y de los suelos del país, las fibras nacionales en su estado natural tienen mejores propiedades que las de otras latitudes: las pruebas de resistencia arrojaron valores de 877 milipascales (mPa) (fuerza de tensión máxima que soportan antes Fibra tejida. de romperse), que son superiores a los reportados por investigadores que han evaluado las de otras regiones (750 mPa, 102,7 mPa y 355 mPa). “Es una ventaja adicional frente a otros materiales orgánicos que se usan en el mundo. Si las aplicamos en materiales biocompuestos, podríamos ser más competitivos que otros países”, señala la ingeniera. En vista de estos resultados, se empezó otro estudio para elaborar con ellas empaques biodegradables de alimentos. Será el sector industrial el que tendrá que sacarle el mayor jugo a este innovador desarrollo tecnológico de la UN. Recipiente modelo.
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Ciencia y tecnología
Fanny Lucía Pedraza Valencia,
“Matar dos pájaros de un solo tiro”. Ese fue el objetivo de un proyecto de investigación que, por un lado, logró reutilizar el plástico que los ciudadanos desechan todos los días y, por otro, desarrollar un innovador material para fabricar baldosas más compactas que las del mercado. Jhon Wilder Sánchez Obando, ingeniero químico de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, encontró que la mezcla entre arena y plástico era una buena opción para fabricarlas. “Utilizamos desechos plásticos, los reforzamos con arena y residuos metálicos para obtener un mejor producto. Diseñamos así baldosas más resistentes que podrían usarse, principalmente, en construcciones de interés social”, cuenta el investigador. El material es más fuerte en un 20% que el utilizado en las de cerámica común. Además, se diferencia de otros similares porque se aprovechan las propiedades fisicoquímicas de los plásticos utilizados, para entregar productos de menor costo y excelente calidad. “Es un recurso novedoso porque, a diferencia de los desarrollados en Argentina o Brasil –en los que solo se llenan las botellas vacías con tierra y arena, por ejemplo–, aquí se busca hacer un reforzamiento estructural, al fabricar un material compuesto”, resalta Sánchez.
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Polímeros reciclados El estudio se tituló “Reforzamiento de materiales de construcción a partir de polímeros reciclados: un proyecto de desarrollo sostenible con impacto social desde la ingeniería química”. Para desarrollarlo, inicialmente se utilizaron cinco kilos de plástico, que fueron lavados y cortados en pequeñas láminas de un centímetro cuadrado para poderlas triturar. “En la fase experimental todo el trabajo fue manual. Utilizamos moldes de aluminio que, por su adecuada transferencia de calor, permiten una cocción y aglomeración idónea del material. También se fabricó un molde más grande y se obtuvieron diferentes tamaños de baldosas en el horno”, detalla el magíster. La exigencia de obtener más resistencia hizo que el ingeniero experimentara con arena, cabuya y fibras metálicas como núcleo de refuerzo. Obtuvo mejor resultado con la primera. “Fue evidente que el polímero (plástico) capturaba la arena y eso hacía que fuera más resistente”, señala. Las pruebas se llevaron a cabo en el Laboratorio de Materiales de Ingeniería Civil de la UN en Manizales, a partir de una prueba tipo bicat, que consiste en colisionar un péndulo contra el material. Es una técnica en la cual se propicia un golpe fuerte sobre el centro de la baldosa y se mide el impacto. “Así comprobamos que el nuevo material es un 20% más resistente que las cerámicas tradicionales”, asegura.
Fotos: Andrés Almeida/Unimedios
Unimedios
El valor agregado del trabajo de la UN es que entrega un material compuesto que permite hacer un reforzamiento de las baldosas.
Baldosas y paneles: otra vida útil del plástico
Con envases plásticos reciclados y arena se podrán elaborar baldosas más resistentes que las de cerámica, así como piezas armables para erigir estructuras. Se trata de un proyecto de ingeniería química que entrega a la sociedad un económico y novedoso material.
Impacto social Un plástico tarda en degradarse entre cien y mil años, debido a que la mayoría está fabricado con tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés), un compuesto duro de degradar y difícil de reciclar. Por eso, la propuesta es relevante, pues contribuye a mitigar el impacto ambiental y a buscar soluciones menos invasivas y regenerativas del plástico.
“El proyecto se concibió como una alternativa para procesar residuos plásticos. Se busca usarlos tanto para obtener un producto de valor agregado como para solucionar un problema socioambiental. Este se puede usar para fabricar viviendas o construcciones a bajo costo”, informa el investigador.
De baldosas a paneles Con esta iniciativa, el ingeniero participó en el Encuentro Bayer Ambiental 2010. Allí, conoció a dos jóvenes investigadores con los cuales empezó a diseñar un nuevo producto para llevarlo a escala empresarial.
“Manejamos un concepto similar al de las baldosas, pero a partir de procesos industriales llamados rotomoldeo y moldeo por soplado. Estos permiten elaborar paneles de plástico con determinadas figuras. La diferencia con los que hay en el mercado (como el drywall o el superboard, que son piezas prefabricadas con cemento, cuarzo o fibras de celulosa) es el juego con las figuras y que es traslúcido”, afirma. El principal objetivo es venderle al constructor por pedido. Esto le permite ahorrar costos en procesos básicos y pasar directamente al diseño de la estructura. “Lo que hacemos es poner el material ya reciclado en una máquina de destrucción para derretir el plástico, pasarlo por un torno, darle forma y, de allí, sacar las caras superior e inferior”, indica Sánchez. Y, aunque en el país hay dos empresas que trabajan con un sistema similar, la diferencia del creado por el ingeniero de la UN es que permite acoplar las piezas como en un juego de lego. Así, el usuario puede tener un panel armable que puede ubicar vertical u horizontalmente y que viene en las figuras que desee (cuadrados, triángulos y en forma de ‘L’, etc.).
Ciencia y tecnología
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Tecnología satelital
para monitorear cultivos de coca Un estudio en siembras experimentales de coca comprobó que, con una metodología de clasificación de imágenes satelitales que usa una tecnología llamada EDGE, se puede determinar con mayor certeza el estado de crecimiento de las plantaciones. Esto ayudará al agricultor a tomar mejores decisiones sobre su cultivo. Giovanni Clavijo Figueroa,
Durante décadas, el censo de cultivos ilícitos en el país se ha hecho mediante interpretación visual de imágenes satelitales y sobrevuelos, lo que requiere una verificación en campo para establecer los estados de desarrollo de las plantaciones (juvenil, vegetativo y cosecha). Este doble trabajo se debe a que las fotografías aéreas no abarcan en su totalidad las grandes hectáreas cultivadas. De ahí que no se pueda conocer con exactitud todo el estado de la vegetación. Yoseline Betzaida Ángel López, investigadora de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, desarrolló una metodología para identificar cultivos de coca de diferentes edades usando solo fotografías satelitales. Si bien es posible conocer las condiciones de la cosecha mediante indicadores como el color de las hojas y el tamaño de la planta, se hace indispensable tener en corto tiempo un dato más preciso sobre su estado. “Poder monitorear el periodo comprendido entre la siembra y la cosecha, así como recopilar datos durante muchos periodos y en distintas condiciones geográficas, permitiría tener un mayor conocimiento de la productividad y del rendimiento de los cultivos”, asegura Ángel. Para evaluar la efectividad de la propuesta, ella contrastó imágenes satelitales de siembras de coca de la región de San José de Guaviare con otras de un área experimental de la Policía Nacional. El objetivo era cotejar la información de ambos sitios mediante un análisis de parámetros espectrales (técnica que permite hacer una observación química de objetos lejanos). Para ello, se utiliza la banda infrarroja de red EDGE, tecnología con la que se puede obtener información específica sobre la zona examinada y sobre los cambios fisiológicos y fenológicos (de crecimiento) de cualquier especie.
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Huella digital En mayor o menor medida, todos los objetos reflejan la luz que llega del sol, pero no siempre los ojos humanos pueden detectar ese fenómeno. Para eso, son necesarios instrumentos especiales y la radiometría, que es la ciencia que se encarga de esta tarea. La cantidad de energía que cada cuerpo refleja a lo largo del espectro (donde circulan las ondas de
Foto: El Tiempo
Unimedios
La espectroscopía de imágenes es usada para clasificar coberturas vegetales y establecer sus características de crecimiento y su bioquímica.
luz) depende de su naturaleza, de sus interacciones con la radiación solar, de ciertos factores climáticos y de la disposición de nutrientes y agua en su ambiente. Es así como cada hoja tiene una firma espectral única (una especie de huella digital) que permite distinguir una joven de una madura. “Con un sensor se mide la cantidad de energía solar que reflejan. A partir de este dato, se construye una función o curva matemática y se calculan parámetros de vigorosidad, salud y edad del vegetal”, precisa Ángel. Para la fase de campo utilizó un radiómetro, que le permitió tomar la muestra de un cultivo de hojas de coca de la variedad dulce, la más producida en el Guaviare, de las catorce que se plantan en el país. “Se recolectaron los datos de cincuenta plantas por edad en tres horas diferentes del día, para obtener una librería de curvas de radiancia (brillo) por edad. Posteriormente, se procesaron para determinar qué características las hacen únicas y, por tanto, diferenciarlas entre sí”, detalla. En la prueba satelital se tomaron imágenes del área de San José del Guaviare, zona que, se-
gún censos de la ONU, tiene un alto porcentaje de hectáreas cultivadas con coca. “El sensor infrarrojo red EDGE, que toma la imagen desde el espacio, cumple la misma función que el sensor con el cual se toman las muestras en el terreno. Gracias a sus características, se puede determinar la edad de un plantío: si está recién sembrado, si es maduro o si está fumigado (como en el caso de la coca), pero con la ventaja de poder mapear y censar grandes extensiones de cultivos con una sola foto”, destaca.
Cotejo
El seguimiento de los cultivos ha sido crucial a lo largo del tiempo, pues permite conocer su potencial de producción y sus rendimientos, las densidades de siembra y las variedades sembradas. En el caso de la coca, pueden plantearse estrategias de erradicación más eficaces. “Estas herramientas tecnológicas, conocidas también como tecnologías de agricultura de precisión, permiten conocer el estado real de los cultivos, determinar cuáles son más o menos productivos y tomar correctivos oportunamente”, agrega la investigadora. La metodología ya es utilizada por Naciones Unidas en Colombia para el caso de la hoja de coca, pero está al servicio de otros sectores agrarios del país.
Según los resultados, al comparar las curvas de radiancia obtenidas directamente en campo con las de la imagen satelital, se evidencia una correlación entre ambas del 70%. Y, al verificar estos datos con un sobrevuelo, la exactitud global es del 80%. La metodología actual de monitoreo Esto significa de cultivos de coca en Colombia se que se puede confiar fundamenta en la interpretación visual completamente en los de varios tipos de imágenes multiesindicadores de la nopectrales satelitales combinada con vedosa metodología verificación por sobrevuelo del área satelital, pues permite de estudio. identificar claramente la edad del sembrado.
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Entrevista
“El país romperá los desequilibrios que tiene en
ciencia”
Sandra Uribe Pérez,
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UN Periódico: ¿De qué manera los proyectos de regalías responden a la visión general y al plan a largo término del Sistema de CTeI? Paula Arias: Hay una cosa que puede ser confusa y es pensar que puede haber una sola visión de país. Hay regiones absolutamente distintas entre sí, con niveles de desarrollo y necesidades totalmente diferentes. Un sistema exitoso tendría que incorporar todas esas visiones y necesidades. En la medida en que las regalías están atendiendo necesidades definidas desde las regiones y poniendo unas capacidades que se han construido en la Universidad Nacional, creo que puede ser totalmente coherente con lo que el país necesita. UN P: ¿En qué medida las becas doctorales están cubiertas por recursos diferentes a los de Colciencias? P. A.: Las becas están cubiertas por el Presupuesto Nacional, como ha sido siempre. Creo que la suma para este año es de 195 mil millones de pesos en total, para 615 becas nacionales e internacionales. UN P: ¿Cómo formar investigadores con la certeza de que tendrán la oportunidad de ejercer como tales? P. A.: Los fondos que todos los años pone la nación garantizan la formación completa de los doctores. En los últimos meses hubo mucha confusión de gente diciendo “es que yo me fui al extranjero y me dejaron botado”. Yo creo que era más bien con ánimo de armar debate porque siempre se le asegura a una persona el proceso doctoral completo. Ni más faltaba que a alguien lo vamos a dejar tirado. Ha sido así desde el primer día que se creó el programa hace cinco años. La certeza de obtener recursos para investigación la define la capacidad de gestión y la calidad de los proyectos que desarrolle el doctor. En la UN le podrán decir que los buenos investigadores siempre tienen fondos para investigación. Los que se quejan porque no les dan, seguramente tendrán dificultades por otras razones. En el mundo entero los fondos son ilimitados. Conozco investigadores en la UN y en otras instituciones que acceden permanentemente a fondos, por ejemplo, de la Unión Europea, de los grants que
ofrece la Fundación Bill & Melinda Gates, y de una cantidad de fuentes, pero porque presentan buenos proyectos. No es el papel de Colciencias asegurarle a nadie los fondos, sino asegurar que los buenos proyectos estén fondeados, eso sí. UN P: ¿Por qué desapareció la categorización de los grupos de investigación y ahora solo hay grupos reconocidos y registrados? P. A.: No es que no existan sino que el proceso está en ajuste. Por ahora, hay nuevos grupos que entraron y no han sido categorizados. Lo importante es si están reconocidos. Valga la oportunidad para anunciar que en los próximos dos meses saldremos con dos temas de discusión muy importantes en lo académico: uno, el de la recalificación de las revistas indexadas, cómo va a ser ese nuevo esquema; y dos, el de recategorización de grupos, en el cual ya hay un trabajo de más de dos años sobre un nuevo esquema de clasificación. Estamos listos para sacarlos a la luz pública, para que a través del trabajo consensuado y serio con las distintas universidades logremos llegar a un modelo que satisfaga a esa comunidad académica del país. UN P: Usted dijo que su idea es que Colciencias sea “menos lenta” en sus procesos… P. A.: Es la tarea que nos ha puesto el Presidente: modernizarnos. El objetivo de su Gobierno es construir un Estado moderno y nosotros somos los primeros en la lista, y eso implica muchas cosas: cambios y agilidad en los procesos, transformación de los sistemas de información internos, el proceso de reorganización de la planta y del crecimiento… Todo eso hace parte de la agenda de Presidencia de una Colciencias moderna. UN P: ¿Qué piensa de la propuesta de una segunda “Misión de Sabios”? P. A.: Tanto la Misión de Sabios como otras consultorías y consejerías que ha tenido Colciencias arrancaron de unos diagnósticos que siguen siendo totalmente válidos, porque el país todavía está rezagado en los temas de innovación y de investigación. Francamente, cualquiera de los diagnósticos puede servir, o no sirven si no somos capaces de ejecutarlos. A lo que el Presidente le apuesta hoy es a generar en Colciencias una enorme capacidad de ejecución. Entonces, una nueva Misión de
Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios
Paula Marcela Arias, ingeniera industrial de la Universidad Nacional de Colombia y actual directora de Colciencias, dialogó con UN Periódico acerca del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI). Entre otros aspectos, anunció una pronta discusión académica sobre la recalificación de las revistas indexadas y la recategorización de grupos.
Paula Marcela Arias, directora de Colciencias.
Sabios podría ser interesante en un futuro, en el cual Colciencias se haya transformado como entidad y esté lista para ejecutar cualquier otra estrategia que venga. Ahora no lo veo. UN P: ¿Cómo recoger los frutos de 45 años de trayectoria y hacer más visibles los resultados de investigación? P. A.: El país ha invertido bastante desde la creación de Colciencias, pero en particular en los últimos diez años ha hecho una apuesta grande por invertir en ciencia y tecnología. Si bien no son los indicadores de los países más desarrollados, sí son esfuerzos muy importantes por ponerle recursos a la investigación. Vale la pena hacer una revisión de cuáles han sido los resultados que el país ha obtenido a través de esas inversiones. Para eso hay dos vías: una es la de las publicaciones en ciencias básicas, en medicina y demás. Son las publicaciones de impacto las que definen si el avance alcanzado por esa masa crítica de investigadores colombianos ha sido relevante para el país y para el mundo.
La otra vía es la del desarrollo tecnológico. Será una nueva agenda que pondremos sobre la mesa y es ver cómo algunas de las investigaciones o avances tecnológicos de la comunidad científica podrán empujarse para llevarlos a nivel de desarrollo tecnológico, de modo que estén listos para transferirlos al mercado, vía innovación. UN P: ¿Hacia dónde va el país en ciencia? P. A.: Va hacia una explosión de las capacidades; es decir, vamos a dejar de tenerlas centralizadas solo en las capitales y en los departamentos desarrollados. En unos años, encontraremos unas regiones con mejor infraestructura y personas capacitadas para realizar proyectos de investigación y desarrollo pertinentes con las regiones. Eso nos puede dar una ventaja competitiva enorme frente a los países de la región que, por un lado, no tienen la diversidad biológica, cultural y demás que tiene este país; y, por otro, como casi todos los países subdesarrollados, tienen unas grandes desigualdades. Entonces, en ciencia, el país romperá los desequilibrios que tiene. Estoy segura de que para allá vamos.
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Ciudad
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Buena parte de los habitantes de los siete barrios que la comuna San José, de Manizales, siempre sintieron que la renovación urbana del sector podría traerles más problemas que soluciones. El objetivo del proyecto era mejorar la calidad de vida, el equipamiento urbano y construir viviendas de interés social. Sin embargo, según explican expertos de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, lo que se aprobó fue el desplazamiento intraurbano de cientos de familias con el fin de revalorizar los terrenos. En la actualidad, se construye una avenida y se mejoran sectores para proyectos inmobiliarios destinados a usos comerciales y de servicios. Lo grave, agregan, es que este desarrollo ha producido segregación espacial y marginación social, debido a que se les compran predios a los propietarios con la amenaza de expropiarlos. Como consecuencia, se pasa de un barrio central a uno periférico que no posee las condiciones básicas de dotación e infraestructura. Luis Fernando Acebedo Restrepo, profesor de la sede, dice: “El macroproyecto se justificó a partir de la idea de construir vivienda de interés social. Por eso, se han adquirido terrenos usando mecanismos coercitivos. Sin embargo, dado el posterior fraccionamiento de la iniciativa, el Gobierno nacional deberá resolver algunos casos a través de la política nacional”. También resalta que el proyecto pretendía entregar soluciones habitacionales gratuitas en los mismos lugares donde el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) había limitado los desarrollos, debido a condiciones de riesgo por deslizamiento. Así, “los terrenos más planos y mejor dotados que se están comprando serán ofertados al mercado inmobiliario, sin que esté claro cómo los Gobiernos nacional y local recuperarán las inversiones hechas en su adecuación”.
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Contradicciones urbanas “La ciudad se configura como el espacio existencial en el cual los humanos han consolidado sus maneras transformativas de habitar la tierra. Ella –dotada de su propia historia, su propia lengua, su propia escritura– ha permitido que se le transforme”. Esa es la visión que tiene de ella Diana Marcela Gómez Sánchez, magíster en Ambiente y Desarrollo de la UN en Manizales e integrante del grupo en Pensamiento Ambiental. En su tesis “La calle política y la calle habitada, hacia su estudio como escenario urbano donde acontecen diversas situaciones”, examinó las complejas realidades urbanas que enfrenta la capital caldense. Según ella, desde el punto de vista de las ciencias, la planificación urbana ha ido más allá del control físico y pretende determinar las dinámicas cotidianas de los habitantes y sus imaginarios, así como incentivar procesos paralelos que eviten la segregación espacial, la marginación, la transgresión y las resistencias. No obstante, ha fracasado en países como Colombia.
Manizales ilustra la crisis en la
planificación urbana La renovación de la comuna San José, en la capital caldense, dejó de ser un proyecto esperanzador que pretendía revitalizar un deteriorado y céntrico sector. Ahora es ejemplo de los errores que se cometen cuando se planifica desde la distancia, sin la mirada y el sentir de los habitantes.
Foto: cortesía Carlos A. Botero Vargas
Fanny Lucía Pedraza Valencia,
La comuna San José de Manizales es una de las más pobres de la ciudad. El plan de renovación urbana pretende mejorar su calidad de vida y revitalizar el sector.
Uno de los problemas es que han sido las empresas privadas, con sus lógicas de ganancia, las que se ha apropiado de su desarrollo. Ellas acentúan las nuevas tendencias de recentralización del ordenamiento territorial y de planeación de la ciudad. Para ello, usan elementos coercitivos, como la expropiación.
Resistencia al control territorial Otro aspecto de la crisis urbana estudiado por Gómez fue la principal calle de circulación de Manizales. “Se hizo un ejercicio de campo en la carrera 23, principal eje vial de la ciudad. Desde allí, se abordaron diferentes dimensiones con una mirada estética y compleja de las prácticas cotidianas del habitar. Se intentó develar las maneras como estas son ignoradas o, en algunos casos, marginadas por las estrategias oficiales de planificación”, afirma. El profesor Acebedo, arquitecto y uno de los jurados de la tesis, asegura: “Es un tratamiento inequitativo por parte de la Alcaldía. Les cobra a los vendedores formalizados un arriendo mensual para ejercer la actividad comercial en la vía pública. Pero, en cambio, está regalando el usufructo del espacio
público aéreo, al autorizar que se construya un puente que une dos centros comerciales y sin ninguna contraprestación”. En este punto, y según la magíster, a los mecanismos oficiales de imposición y control territorial que se ejercen en la ciudad se les sobreponen prácticas informales del habitar, lo que transgrede los usos funcionales del espacio en cuanto lugares para el encuentro, el rebusque y el arte callejero.
Mirada irradiante y mirada itinerante El marco teórico de la investigación se desarrolló con base en dos metáforas filosóficas: la mirada irradiante y la mirada itinerante; planteadas en el libro El gesto y la palabra, de André Leroi-Gourhan. La primera (o la del águila) es aquella que se tiene desde una perspectiva lejana a la realidad. “Es la perspectiva de quien contempla el territorio desde la distancia y desde allí lo planifica. Así lo convierte en un asunto plano, que privilegia la mirada técnica sobre las realidades que en su interior configuran el lugar”, dice Gómez. Es el caso de la comuna San José, en donde los habitantes son los últimos en saber cómo van a ocupar los nuevos espacios.
La segunda (o la de la serpiente) se refiere a la percepción de las personas que habitan un lugar, confluyen en él diariamente y lo relacionan como su hogar. “Es la mirada del planificador que recorre la ciudad y está en contacto permanente con sus calles; es decir, el que siempre tiene un contacto directo y tácito con este espacio”, puntualiza. Con los análisis efectuados por expertos de la UN se pretende que las lógicas se desarrollen de manera participativa, incluyente y respetuosa de las huellas culturales de sus habitantes, es decir, de la memoria histórica que le da sentido a los lugares. En el caso de la comuna San José, habría que tener en cuenta que los habitantes han vivido en espacios mucho más grandes que los 42 m2 de vivienda que se pretenden entregar en bloques sin locales comerciales. Por otra parte, se debería contemplar que la mayoría de hogares tenían o aún tienen negocios para su autosostenimiento; que quienes trabajaban en el centro no tenían que pagar pasajes; y que hay familias que llevan generaciones viviendo en el lugar. ¿Están contempladas estas dinámicas en el plan de renovación urbana? Según los expertos, no.
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Perfil
Gilberto Alzate Avendaño:
el político detrás de los prejuicios
César Augusto Ayala Diago,
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Despejar el prejuicio no es tarea fácil. Menos aún cuando este se instala incluso como prejuicio lingüístico, arraigado en la conciencia nacional largamente trabajada por los medios y por historiografías adversas y hegemónicas: el Gilberto Alzate Avendaño fascista, retardatario, retrógrado y fundamentalista conservador; el hombre anecdotario, el supuesto escritor grecoquimbaya. Como los de su generación, Alzate (Manizales, 1910-1960) fue un individuo dividido entre las luces del siglo XIX y las de su propio siglo. Condenado al fascismo, al totalitarismo, a la extrema derecha y a la ambición, se debe reivindicar en él la democracia en su conjunto, el pensamiento popular que emana de la cultura social-católica, la tolerancia, la justicia, el valor del diálogo y de la dialogicidad, el reconocimiento del otro, incluso más allá de lo esperado. Su caso demuestra la existencia de una derecha social democrática que se debilitó con su muerte y que, al no constituirse en fuerza política real, contribuyó a que en el país se viviera la doble tragedia del fracaso de los dos proyectos democráticos más importantes del siglo XX: el gaitanismo y el alzatismo, productos del mismo sistema bipartidista. Alzate representó lo moderno en el pensamiento conservador. Significó la lucha por la democracia interna en esa colectividad, el derecho al disenso y al relevo generacional; a la presencia de corrientes de pensamiento que jalonaran la ideología heredada y subyacente. Encarnó el derecho que le cabe a un hombre de pertenecer a un partido secular, sin tener que renunciar a la dignidad, al decoro. Fue el símbolo de comunión para aquellos que, como él, no fueron aceptados ni reconocidos por quienes se habían establecido como herederos naturales del Partido. Tempranamente acaudilló las juventudes intrépidas que sin su presencia e influencia hubiesen sido realmente fascistas al margen del control social y político. Evitó que su colectividad se volviera un asunto de sangre, de familia; impidió que el liberalismo y las corrientes socialistas se reclamaran dueñas de la reforma social. No solo le correspondió la democratización interna de su partido, sino que contribuyó a la del país. Significó la adecuación y adaptación de los avances socia-
Al buscar respuestas sobre la figura de uno de los más destacados líderes conservadores de la primera mitad del siglo XX, parecía que algo estuviera errado, mal contado; que estudiándolo se encontrarían explicaciones de la historia política, pero sobre todo de cómo se produce el político. Al igual que Jorge Eliécer Gaitán, Alzate marcó el devenir de la historia colombiana.
les del siglo XX a las condiciones colombianas. Nunca promovió el conservatismo como resistencia a los logros sociales y políticos sino, por el contrario, como impulsor de estos, incluso en su época fascista.
Apuesta democrática Gilberto Alzate dio la pelea por la inclusión social, ni siquiera complementaria a la de la República Liberal; no habló de un estrecho exterior de lo social, sino de algo que iba más allá. Puso en diálogo a la Doctrina Social de la Iglesia con el pensamiento liberal-democrático, que creía estar pisando terrenos nuevos cuando evocaba sus propios paradigmas. No ejercía como hombre de iglesia; era un laico, un civil apersonado de la cultura letrada de la Iglesia de todos los tiempos para ofrecer una solución al problema social. Le interesó la Iglesia como fuente teórica, respetaba el orden institucional, pero era esquivo frente al clero e incluso frente a la cositería religiosa; le interesaban los grandes teóricos católicos y, con ellos, daba la pelea, bien para atacar bien para defenderse. Ante la disyuntiva de democracia o no democracia, el dirigente optó por la primera con todas sus consecuencias –la muerte misma incluso–, pero sobre todo como la salvación general.
Él y toda su sensibilidad estuvieron presentes en el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), en el que se alcanzó a plasmar mucho de su pensamiento. Evitó, desde el inicio, que su respaldo civil y político al régimen se convirtiera en uno militar; y dio la pelea para que no desapareciera el bipartidismo nacional, para que el Partido Conservador no se desmovilizara, para que sobreviviera al liberalismo y para que el Gobierno no tuviese que apoyarse en una supuesta Tercera Fuerza. Fue también un cruzado de la política cuando a esta se la quiso congelar durante los gobiernos de Laureano y Rojas Pinilla. Defendió la permanencia ideológica de cada uno de los partidos cuando se anunciaba, desde muy arriba –desde López Pumarejo y desde Laureano Gómez–, el fin de sus ideologías. Era un problema más bien de antropofagia ideológica: en el siglo XX los conservadores eran los descentralizadores, casi federalistas; más tarde los liberales serán los anticomunistas, los hispanistas; pero era temprano aún, empezando la década de 1950, para percibir este final. Alzate traslada entonces la lucha de los partidos y, sobre todo, la lucha interna en su partido al problema social. Quiso introducir a su partido en esa política para poder sacarlo del pantano casi familiar y odioso a donde lo había llevado Laureano Gómez.
Así como fue un símbolo para los conservadores reprobados, lo pudo ser para los colombianos, en una eventual campaña electoral, como candidato del Frente Nacional.
Dos personalidades Es interesante la comparación con Jorge Eliécer Gaitán. Ambos eran intransigentes, inclaudicables por sus idearios, sus luchas. Alzate se caracterizó por no haber capitulado frente al laureanismo, mientras que a Gaitán lo identificó hacer lo propio frente al conjunto de la oligarquía colombiana. Alzate se desgastó en su propio partido, Gaitán en el sistema bipartidista. Alzate significó la modernización de su tienda política, Gaitán la radicalización de la suya. Los ideólogos alzatistas se aferraban a las tesis de Alzate, se las apropiaban, y con ellas se identificaban. Los gaitanistas querían que Gaitán se apropiara de sus tesis y los representara. Odiosas las comparaciones, aunque útiles en la investigación histórica. El uno no fue más importante que el otro. Ambos fracasaron, pero dejaron una estela que impregnó con sus apellidos el devenir de la historia de Colombia: movieron sus partidos internamente evitando que el militante cambiase de bando. Gaitanismo y alzatismo, ambos mártires del bipartidismo y salvadores de él; ambos sometidos a la inevitable naturaleza mesiánica de la política colombiana.
Foto: archivo particular
Profesor del Departamento de Historia Universidad Nacional de Colombia
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Reseñas Información: 316 5290, extensiones 17638 y 17637 opymeditun@unal.edu.co • Oficina de Promoción y Mercadeo de la Editorial UN
Castas y razas en la Independencia Neogranadina, 1810-1830 Identidad y alteridad en los orígenes de la nación colombiana
El libro obedece a líneas de reflexión e investigación, desarrolladas en los marcos institucionales de la Universidad Nacional de Colombia, sobre el período de la Independencia Neogranadina. Se hace particular énfasis en las cuestiones de la identidad y la alteridad –el problema de las castas
Autor Óscar Almario García, Comisión para la Celebración del Bicentenario de la Independencia, Universidad Nacional de Colombia
La publicación es el resultado del trabajo del Grupo de Historia Económica y Social del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. El conjunto de trabajos aporta coordenadas decisivas referentes a las consecuencias que tuvo la Guerra de la Independencia en el desempeño de la economía al término del Nuevo Reino de Granada y los inicios de la Gran
Consecuencias económicas de la Independencia Editor Heraclio Bonilla, Comisión para la Celebración del Bicentenario de la Independencia, Universidad Nacional de Colombia
El poder discursivo de la metáfora “república bananera” hace fácil pasar por alto las diversas maneras en las que el monopolio capitalista dentro de los EE. UU. dio forma a la historia del comercio del banano en el siglo XX. Siguiendo las huellas de este fruto, John Soluri cruza, en esta obra, los límites de varios campos académicos para escribir una historia enriquecida por las perspectivas de biólogos y
geógrafos, además de historiadores culturales, ambientales y sociales, e incorpora una amplia gama de fuentes al incluir datos de censos manuscritos de Honduras, expedientes de las compañías fruteras, investigaciones científicas publicadas e inéditas, correspondencia entre los Gobiernos de Honduras y de los EE. UU., y testimonios orales y efímeros de la cultura de masas de esta nación.
Del viajero al turista, de la geografía naturalista y pintoresca a los recorridos urbanos Autores Catalina Arango P., Alberto Castrillón A., Jorge Echavarría C. y Manuel Bernardo Rojas L. Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, sede Medellín Universidad Nacional de Colombia
El desplazamiento forzado en Colombia. Población, territorio y violencia
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Nubia Yaneth Ruiz, Dirección de Investigación, sede Bogotá, Universidad Nacional de Colombia
Las compañías Chocó Pacífico y Tropical Oil a comienzos del siglo XX Editores Ángela Milena Castillo Ardila y Daniel Varela Corredor, Comisión para la Celebración del Bicentenario de la Independencia, Universidad Nacional de Colombia
y las razas– durante los orígenes de la nación en las primeras décadas del siglo XIX. Esta compilación de productos académicos se explica, ante todo, por razones sociales e institucionales asociadas a las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia de Colombia.
Colombia. El objetivo es reemplazar las opiniones que aún circulan sobre este asunto, con nuevas evidencias. Los resultados de este texto son contundentes, pero no definitivos. Abren apenas rutas inéditas en el conocimiento, en tanto que presentan nuevos aportes a los análisis que sobre la Independencia ha realizado tradicionalmente la historiografía colombiana.
Culturas bananeras. Producción, consumo y transformaciones socioambientales Autor John Soluri, Editorial de la Universidad Nacional de Colombia Coedición
“Del viajero al turista…” está compuesto por tres ensayos (fruto de una investigación patrocinada por la Dirección de Investigación de la UN en Medellín) que giran alrededor de la ambigua figura del turista, denigrada o exaltada alternativamente, tratando de dar una vuelta conceptual a esta al mostrar los usos culturales, económicos, políticos y
estéticos que va adquiriendo a lo largo de las postrimerías del siglo XIX, sus derivas en el siglo XX y en lo que va corrido del actual. El primer capítulo explora la construcción de la imagen urbana de Medellín a partir de las guías turísticas, determinando qué atracciones y sitios se sugieren, pero, al tiempo, qué se escamotea y no tiene visibilidad.
Durante los últimos sesenta años, el conflicto armado colombiano ha traído dramáticas consecuencias para la población. La principal y de mayor contundencia es la del desplazamiento forzado de millones de personas, obligadas a dejar su vivienda y a refugiarse en diversos centros urbanos. Esto lleva, por una parte, al desarraigo cultural, social y económico y, por otra, a determinar
una suma de condiciones negativas que impactan considerablemente el futuro de la población y caracterizan la aguda crisis humanitaria que enfrenta el país. El libro presenta una exhaustiva indagación, que da cuenta de la dinámica sociodemográfica y espacial que ha vivido Colombia el país por cuenta de este fenómeno.
Los textos y fotografías que conforman el libro dan cuenta de dos acontecimientos en la historia de las economías extractivas en Colombia, ocurridos entre los años 1910 y 1930. Se acerca, primero, a las vivencias de la población afrodescendiente del río Condoto en el Departamento del Chocó, con relación a un auge de los precios del platino y la incursión de la Compañía Minera Chocó Pacífico a la zona.
Luego, rescata un documento histórico sobre el establecimiento de la explotación petrolera en Colombia de la compañía Tropical Oil. Como complemento, recobra setenta y seis fotografías en blanco y negro que presentan variados retratos de la historia de estas dos empresas extranjeras, y de los contextos donde hicieron presencia.
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Cultura
De Frida a Gego: Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios
la relectura del arte latinoamericano
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Cuando el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York dedicó una gran retrospectiva a Armando Reverón en el año 2007, el cambio fue más que evidente. El arte moderno de América Latina es objeto de un vibrante redescubrimiento. No fue casual que el MoMA escogiera a Reverón (1889–1954) para la primera exposición de un latinoamericano desde el año 1967. El maestro venezolano es uno de los primeros artistas modernos de la región. Entre su obra radical y misteriosa, los tempranos paisajes costeros –que retratan de forma única la luz blanca y brillante del Caribe– son como un preludio del arte abstracto monocromático. Su trabajo antecede al de los artistas que en esta parte del mundo dieron continuidad a las vanguardias europeas y trasformaron ese legado en interesantes formas artísticas. Justamente, en ellos es que el mundo del arte tiene puesta su mirada. El peruano José Luis Falconi, investigador del Departamento de Historia del Arte y la Arquitectura de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, explica en qué consiste este cambio en la apreciación del arte latinoamericano, a propósito de su visita a la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. UN Periódico: Cada vez más se habla de una relectura del arte latinoamericano. ¿En qué consiste este proceso? José Luis Falconi: Hacia finales de los años noventa surge una nueva manera de ver el arte latinoamericano. En principio, se entendía como diferencia a Europa y se representaba a América Latina como un espacio muy particular –que termina siendo exótico o real maravilloso, si se quiere–. En estos momentos, estamos en una suerte de paradigma opuesto.
Vermelho cortando o branco (1958) de Hélio Oiticica.
Foto: Fundación Augusto y León Ferrari
Unimedios
Foto: Fundación Gego.
Alberto Fernández R.,
UN P: ¿Quiénes entran y quiénes salen con este nuevo paradigma? J. L. F.: La relectura implica un nuevo discurso hegemónico. Tras concentrarse la atención en México y Cuba, el eje se desplazó hacia artistas que trabajaron en Brasil, Venezuela y Argentina. El paradigma de la diferencia trazó una línea desde Frida hasta Fernando Botero, que dejaba muchos países por fuera. Hoy la mirada se mueve al lado opuesto, pero también quedan por fuera importantes producciones artísticas nacionales. Lamentablemente, Centroamérica y países como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia ni siquiera están representados. El caso de Colombia es particular. Hay un desconocimiento del increíble dinamismo del arte colombiano y la importancia de una serie de discursos que se están gestando en Bogotá. En el futuro, Carta a un general (1963) este país va a tener una posición de León Ferrari. central. UN P: ¿Cómo ve el futuro del arte latinoamericano? J. L. F.: Es necesaria una conversación sur a sur, entre nosotros, en términos de qué es el arte latinoamericano, hacia dónde se dirige y cómo podemos juntar esas dos historias hegemónicas. Hay que pensar una suerte de tercera vía, en donde no importe la diferencia o la similitud con Europa, sino una conexión real con nuestra tradición. Reticulárea (1969) de Gego.
Foto: cortesía Alberto Fernández R.
Hija del sol (1933) de Armando Reverón.
Es decir, si antes Frida Kahlo o Diego Rivera eran los que llenaban los museos, ahora los artistas que trabajaron bajo principios modernistas europeos son los protagonistas de las exposiciones. La relectura es la apuesta por insertar a maestros latinoamericanos –como Hélio Oiticica, Gego, Jesús Soto y León Ferrari– dentro de la gran narración de la modernidad. UN P: ¿Qué significado tiene que el MoMA volviera a exhibir arte de la región con una retrospectiva de Armando Reverón? J. L. F.: Reverón es una figura fundacional dentro de la historia del arte moderno latinoamericano. Están Joaquín Torres-García en Uruguay y él en Venezuela. Ellos son los padres de una tradición artística extraordinaria, que es la protagonista de la relectura. UN P: ¿Cuáles son los motores que impulsan la relectura? J. L. F.: Es imposible no reconocer la importancia de Mari Carmen Ramírez, curadora de arte latinoamericano del Museo de Bellas Artes de Houston, como una de las grandes motivadoras de este proceso. Si bien otros también habían comenzado a percibirlo, ella se tomó muy en serio este cambio estructural. Porque algo realmente cambió: gente entró y otra quedó fuera de la historia. Junto a Ramírez están Luis Enrique Pérez-Oramas, curador de arte latinoamericano del MoMA; la Colección Patricia Phelps de Cisneros, la más grande de su tipo en manos privadas; Estrellita Brodsky, quien aporta los fondos para las curadurías de arte latinoamericano en espacios como el MoMA y la Tate Modern de Londres; y detrás de ellos un innumerable grupo de personas. Finalmente, fueron fundamentales una serie de factores históricos. El principal, tal vez, tiene que ver con que los latinos se convirtieron en la minoría más grande de Estados Unidos. Por ende, reclaman cada vez más espacios en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Foto: The Museun of Fine Arts, Houston
Foto: Colección Mercantil
José Luis Falconi, invitado a la Escuela Internacional de la UN, explica en qué consiste el cambio de paradigma en la apreciación de la región dentro de la historia visual del siglo XX.
Penetrable amarillo (1969) de Jesús Soto.