Quizás solo después de una muerte se comprende el signo real de una personalidad, más aún en
el caso de Kurt Cobain, el carismático lider de una de las bandas más importantes de esta década. La música de
Nirvana expresa dicotómicamente este aspecto, partiéndose en casi dos músicos o, mejor dicho, en dos capas
musicales. Una, la potencia, la crudeza y la sangre de la desquiciada música punk. La otra, una curiosa sonoridad
muy emparentada con la música medieval y renacentista, dada por el tipo de acordes y sucesiones que las
composiciones contienen. Estas dos puntas convierten a Nirvana en un objeto musical único y rico. Esperamos
que puedan apreciarlo en este cancionero.